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DOMINGO EL Año XV – N° 33 – 12 de julio del 2015 día del Señor “La vida se acrecienta dándola y se debilita en el aislamiento y la comodidad. Madura a la vez que nos damos a los otros” (Papa Francisco) Gracias Jesús por contar con cada uno de nosotros, tu Iglesia, para seguir realizando tu obra, llevar tu anuncio a todos los hombres y mu- jeres del mundo. Momento personal El envío de los Doce que hoy nos refiere el evangelio de san Marcos nos permite comple- mentar nuestra reflexión del domingo ante- rior comprendiendo que la tarea apostólica es siempre obra divina. Los seres humanos, como Jesús lo indica a los Apóstoles, no somos los protagonistas principales de la evangelización. La obra del anuncio del Evangelio no de- pende de las estrategias o del talento personal, ni de las con- diciones exteriores que rodean dicho anuncio. Al anunciar el Evangelio es preciso poner la confianza entera en el Señor, pues la obra es suya y nosotros somos tan sólo cooperadores. Es lo que significa la exigen- cia de Jesús de no llevar pan, ni alforja, ni dinero, ni túnica de repuesto. Tales exigencias son símbolo de que la misión de anunciar el Evangelio ha de hacerse confiando en el poder de Dios. Cuando pensamos en la evangelización es bastante frecuente pensar en la logística para la tarea, en los métodos, en las estrategias. Pero todo ello fallará si no hay, como fundamento, una radical confianza en el Señor y la certeza de que se actúa en su nombre. La tarea de los discípulos es poner a Cristo como Cabeza de todo, tal como lo indica san Pa- blo en la segunda lectura. Ese cometido implica el compromiso de realizar el plan trazado por el Padre para quienes en Cristo somos elegidos a ser hijos de Dios. Ese plan es permitir que el Se- ñor nos santifique, ser hechos santos e irreprochables por el amor. La conversión personal en cuanto acogida del proyecto de Dios sobre nosotros es el primer paso de la tarea evan- gelizadora. No hay evange- lizador, apóstol o profeta, si antes el creyente no se abre a la acción transformado- ra de Dios, acción que Dios obra mediante la acogida de su amor que lleva a vivir en el verdadero amor a Él y a los hermanos. Sólo un pueblo de hijos de Dios (eso es la Iglesia) que son santificados por el amor, puede conver- tirse en una Iglesia viva que anuncia eficazmen- te el Evangelio, secundando la obra del Espíritu. Dejémonos conducir por el Espíritu para colabo- rar en la obra del Espíritu. Pbro. Pedro Hidalgo Díaz. «La primera invitación que Jesús hace a toda persona que ha vivido el encuentro con él, es la de ser su discípulo, para poner sus pasos en sus huellas y formar su comunidad». (Aparecida, Mensaje final, N° 2) Domingo XV del tiempo ordinario Ciclo B LA TAREA APOSTÓLICA ES SIEMPRE OBRA DIVINA

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DOMINGOEL

Año XV – N° 33 – 12 de julio del 2015

día del Señor

“La vida se acrecienta dándola y se debilita en el aislamiento y la comodidad. Madura a la vez que nos damos a los otros”

(Papa Francisco)

Gracias Jesús por contar con cada uno de nosotros, tu Iglesia, para seguir realizando tu obra, llevar tu anuncio a todos los hombres y mu-jeres del mundo.

Momento personal

El envío de los Doce que hoy nos refiere el evangelio de san Marcos nos permite comple-mentar nuestra reflexión del domingo ante-rior comprendiendo que la tarea apostólica es siempre obra divina. Los seres humanos, como Jesús lo indica a los Apóstoles, no somos los protagonistas principales de la evangelización. La obra del anuncio del Evangelio no de-pende de las estrategias o del talento personal, ni de las con-diciones exteriores que rodean dicho anuncio. Al anunciar el Evangelio es preciso poner la confianza entera en el Señor, pues la obra es suya y nosotros somos tan sólo cooperadores. Es lo que significa la exigen-cia de Jesús de no llevar pan, ni alforja, ni dinero, ni túnica de repuesto. Tales exigencias son símbolo de que la misión de anunciar el Evangelio ha de hacerse confiando en el poder de Dios. Cuando pensamos en la evangelización es bastante frecuente pensar en la logística para la tarea, en los métodos, en las estrategias. Pero todo ello fallará si no hay, como fundamento, una radical confianza en el Señor y la certeza de que se actúa en su nombre.

La tarea de los discípulos es poner a Cristo como Cabeza de todo, tal como lo indica san Pa-blo en la segunda lectura. Ese cometido implica el compromiso de realizar el plan trazado por el Padre para quienes en Cristo somos elegidos a ser hijos de Dios. Ese plan es permitir que el Se-

ñor nos santifique, ser hechos santos e irreprochables por el amor.

La conversión personal en cuanto acogida del proyecto de Dios sobre nosotros es el primer paso de la tarea evan-gelizadora. No hay evange-lizador, apóstol o profeta, si antes el creyente no se abre a la acción transformado-ra de Dios, acción que Dios obra mediante la acogida de su amor que lleva a vivir en el verdadero amor a Él y a los hermanos. Sólo un pueblo de hijos de Dios (eso es la Iglesia)

que son santificados por el amor, puede conver-tirse en una Iglesia viva que anuncia eficazmen-te el Evangelio, secundando la obra del Espíritu. Dejémonos conducir por el Espíritu para colabo-rar en la obra del Espíritu.

Pbro. Pedro Hidalgo Díaz.

«La primera invitación que Jesús hace a toda persona que ha vivido el encuentro con él, es la de ser su discípulo, para poner sus pasos en sus huellas y formar su comunidad».

(Aparecida, Mensaje final, N° 2)

Domingo XV del tiempo ordinario

Ciclo B

LA TAREA APOSTÓLICA ES SIEMPRE OBRA DIVINA

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Hermanos y hermanas: Dios nos llama sin importar nuestra situación. Amós no era “profeta o hijo de profeta”, sino un modesto pastor y cultivador de higos, pero el Señor lo eligió y lo envió. Algo similar ocurre en el Evange-lio: Jesús llamó a los Doce y los envió. Todo cristiano es llamado desde el bautismo a vivir el Evangelio y participar de la obra evangelizadora que Jesús encomendó a su Iglesia. Algunos son llamados a una “consagración plena y exclusiva” a esa gran misión, por ello, todo cristiano, alguna vez en su vida, ha de preguntarse:¿Por qué yo no?

XV Tiempo Ordinario - Ciclo B - Color: Verde

I. RITO DE ENTRADA

Antífona de entrada Sal (16), 15Yo, con mi apelación, vengo a tu presencia y al despertar me saciaré de tu semblante.

Acto penitencialS. Tú que siembras en nosotros la buena semilla:R. Señor, ten piedad.S. Tú que eres paciente y misericordioso con to-dos:R. Cristo, ten piedad.S. Tú que separas la cizaña del trigo:R. Señor, ten piedad.

GLORIA

Oración colecta Oh Dios, que muestras la luz de tu verdad a los que andan extraviados para que puedan volver al buen camino, concede a todos los cristianos re-chazar lo que es indigno de este nombre, y cum-plir cuanto en él se significa. Por nuestro Señor Jesucristo.

II. LITURGIA DE LA PALABRA

1a lecturaAmós es escogido por Dios en favor de su pueblo, pero su mensaje como el de todos los profetas, in-comoda y por eso es rechazado.

Lectura de la la profecía de Amós 7, 12-15

En aquellos días, dijo Amasías, sacer-dote de Betel, a Amós: «Vidente, vete y refúgiate en tierra de Judá; come allí

tu pan y profetiza allí. No vuelvas a profetizar en Betel, porque es santuario del rey y templo prin-cipal del reino». Respondió Amós: «No soy pro-feta ni hijo de profeta, sino pastor y cultivador de higos. El Señor me sacó de junto al rebaño y me dijo: ”Ve y profetiza a mi pueblo Israel”. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial (84)R. Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación.– Voy a escuchar lo que dice el Señor: «Dios anuncia la paz a su pueblo y a sus amigos». La

salvación está ya cerca de sus fieles, y la gloria habitará en nuestra tierra. / R.– La misericordia y la fidelidad se encuentran, la justicia y la paz se besan; la fidelidad brota de la tierra, y la justicia mira desde el cielo. / R.– El Señor nos dará lluvia, y nuestra tierra dará su fruto. La justicia marchará ante él, la salvación se-guirá sus pasos. / R.

2a lecturaLa carta a los Efesios nos presenta este himno de la comunidad dirigido a Cristo, Señor de la Iglesia, a través de la cual quiere manifestar su plan de salvación a toda la humanidad.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 1, 3-14

Bendito sea Dios, Padre de nuestro Se-ñor Jesucristo, que nos ha bendecido en la persona de Cristo con toda clase de

bienes espirituales y celestiales. Él nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo, para que fuésemos santos e irreprochables ante él por el amor. Él nos ha destinado en la persona de Cristo, por pura iniciativa suya, a ser sus hijos, para que la gloria de su gracia, que tan generosamente nos ha concedido en su querido Hijo, redunde en ala-banza suya. Por este Hijo, por su sangre, hemos recibido la redención, el perdón de los pecados. El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia ha sido un derroche para con nosotros, dándonos a cono-cer el misterio de su voluntad. Éste es el plan que había proyectado realizar por Cristo cuando llegase el momento culminante: recapitular en Cristo todas las cosas del cielo y de la tierra. Por medio de él hemos sido hechos herederos. A esto estábamos destinados por decisión del que hace todo según su voluntad. Y así, nosotros, los que ya esperábamos en Cristo, seremos alabanza de su gloria. Y tam-bién ustedes, que han escuchado la palabra de ver-dad, el Evangelio de salvación, en el que creyeron, han sido marcados por Cristo con el Espíritu Santo prometido, el cual es garantía de nuestra herencia, para liberación del pueblo adquirido por Dios, para alabanza de su gloria. Palabra de Dios. R. Te alaba-mos, Señor.

Aclamación antes del Evangelio Cf. Ef 1, 17-18Aleluya, aleluya. El Padre de nuestro Señor Jesu-cristo ilumine los ojos de nuestro corazón, para que comprendamos cuál es la esperanza a la que nos llama. R. Aleluya.

EvangelioMarcos nos proclama el gran envío que Jesús hace a la comunidad apostólica de llevar su mensaje y construir su Reino, siendo ella una señal de su presencia salvadora.

Lectura del santo evangelio según san Marcos 6, 7-13

R. Gloria a ti, Señor.En aquel tiempo, llamó Jesús a los Doce y los fue enviando de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus

inmundos. Les encargó que llevaran para el ca-mino un bastón y nada más, pero ni pan, ni alfor-ja, ni dinero suelto en la faja; que llevasen san-dalias, pero no una túnica de repuesto. Y añadió: «Cuando entren en una casa, quédense en ella hasta que se vayan de aquel lugar. Y si en algún sitio no los reciben ni los escuchan, márchense de allí, sacúdanse el polvo de los pies, para que les sirva a ellos de advertencia». Ellos salieron a predicar la conversión, echando muchos demo-nios, ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

Profesión de feCreo en Dios, Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y se-pultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la re-surrección de la carne y la vida eterna. Amén.

Plegaria universalS. Padre hemos visto como Jesús envía a sus apóstoles al mundo, para que alivien sus ma-les. Hoy presentamos por medio de él, las ne-cesidades de nuestro mundo y te suplicamos:

R. ¡Señor, atiende nuestras necesidades!

– Por el Papa, los obispos y sacerdotes; para que sean siempre testigos del Evangelio de Cristo. Roguemos al Señor./R.–Por todos los misioneros que en el mundo entregan sus vidas por el anuncio del evange-lio de Cristo. Roguemos al Señor. /R.

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XV Tiempo Ordinario - Ciclo B - Color: Verde

salvación está ya cerca de sus fieles, y la gloria habitará en nuestra tierra. / R.– La misericordia y la fidelidad se encuentran, la justicia y la paz se besan; la fidelidad brota de la tierra, y la justicia mira desde el cielo. / R.– El Señor nos dará lluvia, y nuestra tierra dará su fruto. La justicia marchará ante él, la salvación se-guirá sus pasos. / R.

2a lecturaLa carta a los Efesios nos presenta este himno de la comunidad dirigido a Cristo, Señor de la Iglesia, a través de la cual quiere manifestar su plan de salvación a toda la humanidad.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 1, 3-14

Bendito sea Dios, Padre de nuestro Se-ñor Jesucristo, que nos ha bendecido en la persona de Cristo con toda clase de

bienes espirituales y celestiales. Él nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo, para que fuésemos santos e irreprochables ante él por el amor. Él nos ha destinado en la persona de Cristo, por pura iniciativa suya, a ser sus hijos, para que la gloria de su gracia, que tan generosamente nos ha concedido en su querido Hijo, redunde en ala-banza suya. Por este Hijo, por su sangre, hemos recibido la redención, el perdón de los pecados. El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia ha sido un derroche para con nosotros, dándonos a cono-cer el misterio de su voluntad. Éste es el plan que había proyectado realizar por Cristo cuando llegase el momento culminante: recapitular en Cristo todas las cosas del cielo y de la tierra. Por medio de él hemos sido hechos herederos. A esto estábamos destinados por decisión del que hace todo según su voluntad. Y así, nosotros, los que ya esperábamos en Cristo, seremos alabanza de su gloria. Y tam-bién ustedes, que han escuchado la palabra de ver-dad, el Evangelio de salvación, en el que creyeron, han sido marcados por Cristo con el Espíritu Santo prometido, el cual es garantía de nuestra herencia, para liberación del pueblo adquirido por Dios, para alabanza de su gloria. Palabra de Dios. R. Te alaba-mos, Señor.

Aclamación antes del Evangelio Cf. Ef 1, 17-18Aleluya, aleluya. El Padre de nuestro Señor Jesu-cristo ilumine los ojos de nuestro corazón, para que comprendamos cuál es la esperanza a la que nos llama. R. Aleluya.

EvangelioMarcos nos proclama el gran envío que Jesús hace a la comunidad apostólica de llevar su mensaje y construir su Reino, siendo ella una señal de su presencia salvadora.

Lectura del santo evangelio según san Marcos 6, 7-13

R. Gloria a ti, Señor.En aquel tiempo, llamó Jesús a los Doce y los fue enviando de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus

inmundos. Les encargó que llevaran para el ca-mino un bastón y nada más, pero ni pan, ni alfor-ja, ni dinero suelto en la faja; que llevasen san-dalias, pero no una túnica de repuesto. Y añadió: «Cuando entren en una casa, quédense en ella hasta que se vayan de aquel lugar. Y si en algún sitio no los reciben ni los escuchan, márchense de allí, sacúdanse el polvo de los pies, para que les sirva a ellos de advertencia». Ellos salieron a predicar la conversión, echando muchos demo-nios, ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

Profesión de feCreo en Dios, Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y se-pultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la re-surrección de la carne y la vida eterna. Amén.

Plegaria universalS. Padre hemos visto como Jesús envía a sus apóstoles al mundo, para que alivien sus ma-les. Hoy presentamos por medio de él, las ne-cesidades de nuestro mundo y te suplicamos:

R. ¡Señor, atiende nuestras necesidades!

– Por el Papa, los obispos y sacerdotes; para que sean siempre testigos del Evangelio de Cristo. Roguemos al Señor./R.–Por todos los misioneros que en el mundo entregan sus vidas por el anuncio del evange-lio de Cristo. Roguemos al Señor. /R.

– Por todos nosotros aquí reunidos, para que seamos profetas en todo lugar y momento anunciando con nuestro testimonio de vida, la Buena Nueva a todos los que nos rodean. Roguemos al Señor./R.

(Pueden añadirse peticiones particulares)

Señor, atiende estas necesidades que tu pue-blo presenta y orienta los corazones de los hombres hacia Ti, por Jesucristo nuestro Se-ñor.

III. LITURGIA DE LA EUCARISTÍA

Oración sobre las ofrendas Mira, Señor, los dones de tu Iglesia en oración, y concede a quienes van a recibirlos, crecer continuamente en santidad. Por Jesucristo nues-tro Señor.

Antífona de comunión Sal (83),4-5Hasta el gorrión ha encontrado una casa, y la golondrina, un nido donde colocar sus pollue-los; tus altares, Señor de los ejércitos, rey y Dios mío. Dichosos los que viven en tu casa alabán-dote siempre.

Oración después de la comuniónAlimentados con esta eucaristía, te pedimos, Se-ñor, que cuantas veces celebramos este sacra-mento, se acreciente en nosotros el fruto de la salvación. Por Jesucristo nuestro Señor.

LA PALABRA en la semana

XV Tiempo Ordinario - 3° del salterio

13 L San Enrique (ML) Éx 1, 7-14. 22; Sal (123), 1-8; Mt 10, 34—11, 1.

14 M SAN FRANCISCO SOLANO (F) Is 52, 7-10 Sal (95); Mc 16, 15-20

15 M San Buenaventura (MO) Éx 3, 1-6. 9-12; Sal (102), 1-7; Mt 11, 25-27

16 J Nuestra Señora del Carmen (ML) Éx 3, 13-20; Sal (104), 1. 5. 8-9. 24-27; Mt 11, 28-30

17 V Feria Éx 11, 10—12, 14; Sal (115), 12-13. 15-18; Mt 12, 1-8

18 S Santa María en Sábado (ML) Éx 12, 37-42; Sal (135), 1. 23-24. 10-15; Mt 12, 14-21

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DESCANSAR EN EL SEÑOR

el DOMINGO - Director: P. Luis Neira R. ssp. Coordinación: Milagro Bronttis de Quispe. Con licencia eclesiástica / Marc. reg. Resol. Indecopi N° 006852-1999, Certif. N° 0055702Edita: SAN PABLO, Av. Armendáriz 527 - MIRAFLORES. Lima (Perú) / Telfax: (01) 446 0017 / [email protected] Redacción: Pbro. Antonio Díaz M., igs.; Pbro. Pedro Hidalgo Díaz; Diagramación: Bruno Cárdenas SalazarImprime: Editorial Roel S.A.C. / Para envíos y suscripciones: [email protected] / Telfax: (01) 446 0017

• Los textos litúrgicos corresponden a los aprobados por la Conferencia Episcopal Peruana. / Este subsidio no sustituye el uso de los Libros Litúrgicos.

www.sanpabloperu.com.pe

CATEQUISTAS

II

Nació en Montilla, España, el 10 de marzo de 1549. A la edad de 20 años ingresó como fran-ciscano de la Regular Observancia, donde de-

dicó su vida a la oración y la penitencia, alternándolas con el servicio de predicador y enfermero. Fue maestro de novicios, función que desempeñó has-ta que partió hacia Sudamérica en 1589. Entre muchas penurias y peligros en su viaje hasta el nuevo mundo,

llegó a Lima en el año 1590. El arzobispo de la ciudad era en aquel entonces Santo

Toribio de Mogrovejo, quien inculcaba en su clero la necesidad del espíritu misionero e ir más allá de las fron-teras establecidas.

Francisco Solano tomando un nuevo impulso y acogiendo la invitación de

sus superiores, parte a las lejanas misiones en tierras tucumanas

donde comenzó una labor evange l i zadora

que no tendría fronteras. Du-rante 20 años re-corrió gran parte

del continente a m e r i c a -

no, desde

San Francisco SolanoPatrón de los Catequistas

El 14 de julio la Iglesia celebra a San Francisco Solano, conocido también como patrono de los catequistas.¿Cómo surge esta figura como modelo para la labor catequética? Basta mirar la vida de este testigo de Cristo, su espíritu misionero y su dedicación a la evangelización con los medios a su alcance como fue su inseparable violín, para entender que entre muchos, es un buen aliciente para los catequistas de nuestra patria.

Lima a Tucumán, por las pampas y el Chaco Paragua-yo, por Uruguay, el Río de la Plata, Santa Fe y Córdo-ba; siempre acompañado del crucifijo en mano y aque-llos medios que lo hacían cercano a sus oyentes, como su hermosa voz, el violín y la guitarra. Su paso por cada ciudad, campo o aldea fue la visita alegre de Dios, que hacía renacer el fervor en medio de la sacrificada vida de sus habitantes.En 1595 los superiores de la Orden llaman a Francis-co Solano a servir en Lima, para lo cual es nombrado Guardián del Convento de la Recoleta. Para el eterno caminante, con 46 años a cuestas, era iniciar una nueva etapa en su vida, siempre de servicio, pero ahora a los habitantes de la ciudad de los Reyes.

Su labor evangelizadora

San Francisco Solano fue llamado en su época como el santo de la alegría, peregrino incansable, el tauma-turgo del nuevo mundo, quien con el crucifijo y violín en mano, dejó un legado de dinamismo y rebosante espíritu que va más allá de las fronteras geográficas y personales, por anunciar a Jesucristo. Francisco Solano pasó en Lima los últimos años de su vida, sin abandonar su espíritu penitencial y de oración, así como su eterna alegría de servir a los enfermos y necesitados, predicando por las calles y en cada rincón, taller o monasterio.San Francisco Solano murió el 14 de julio de 1610 y su proceso de canonización comenzó prácticamente el mismo día de su muerte debido al gran número de testi-monios sobre su vida y milagros, que muchos atribuían haberlos realizado incluso en vida. Fue beatificado en 1675, canonizado en 1726 y su festividad es el 14 de julio.Hoy los catequistas del Perú tenemos un modelo a quien mirar cuando nos enfrentamos a nuevos escena-rios de evangelización y nuevos medios para una reno-vada catequesis de iniciación cristiana.

P. Luis Neira R. ssp