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Enrique Plasencia de la Parra El ejército mexicano durante la Segunda Guerra Mundial México Universidad Nacional Autónoma de México Instituto de Investigaciones Históricas/ Siglo XXI Editores 2017 208 p. (Siglo XXI, Historia) ISBN 978-607-02-9245-3000 (UNAM) ISBN 978-607-03-0824-6 (Siglo XXI) Formato: PDF Publicado en línea: 6 de noviembre de 2017 Disponible en: http://www.historicas.unam.mx/publicaciones/publicadigital /libros/ejercito_mexicano/678.html DR © 2017, Universidad Nacional Autónoma de México-Instituto de Investigaciones Históricas. Se autoriza la reproducción sin fines lucrativos, siempre y cuando no se mutile o altere; se debe citar la fuente completa y su dirección electrónica. De otra forma, se requiere permiso previo por escrito de la institución. Dirección: Circuito Mtro. Mario de la Cueva s/n, Ciudad Universitaria, Coyoacán, 04510. Ciudad de México

El ejército mexicano durante la Segunda Guerra Mundial · 5. MEXICANOS AL GRITO DE GUERRA En el momento en que México se unió formalmente al esfuerzo bé lico en contra de las

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  • Enrique Plasencia de la Parra

    El ejrcito mexicano durante la Segunda Guerra Mundial

    Mxico

    Universidad Nacional Autnoma de Mxico Instituto de Investigaciones Histricas/ Siglo XXI Editores

    2017

    208 p.

    (Siglo XXI, Historia)

    ISBN 978-607-02-9245-3000 (UNAM) ISBN 978-607-03-0824-6 (Siglo XXI)

    Formato: PDF

    Publicado en lnea: 6 de noviembre de 2017

    Disponible en:

    http://www.historicas.unam.mx/publicaciones/publicadigital/libros/ejercito_mexicano/678.html

    DR 2017, Universidad Nacional Autnoma de Mxico-Instituto de Investigaciones Histricas. Se autoriza la reproduccin sin fines lucrativos, siempre y cuando no se mutile o altere; se debe citar la fuente completa y su direccin electrnica. De otra forma, se requiere permiso previo por escrito de la institucin. Direccin: Circuito Mtro. Mario de la Cueva s/n, Ciudad Universitaria, Coyoacn, 04510. Ciudad de Mxico

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  • 5. MEXICANOS AL GRITO DE GUERRA

    En el momento en que Mxico se uni formalmente al esfuerzo blico en contra de las potencias del Eje, en el gobierno era notoria la ambigedad y la indecisin para dar ese paso. Es dificil encontrar en la retrica oficial de cualquier pas y en cualquier poca un momento de mayor determinacin que en una declaracin de guerra. Para reforzarla, los gobiernos magnifican todas las razones, se recuerdan todas las ofensas y humillaciones en aras de darle mayor peso a la declaracin, para obtener el respaldo de la mayora de sus ciudadanos, ya que sin l la medida estara destinada al fracaso y por ende a la derrota. El presidente vila Camacho en cambio, dio a conocer una declaracin que dej estupefacta a la opinin pblica. El presidente solicit al Congreso la apertura de una sesin extraordinaria, en vista de que "existe un estado de guerra de Mxico con los pases del Eje".l Todo mundo se pregunt qu significaba un estado de guerra?, motivando todo tipo de rumores. Era como declarar la guerra pero que no sonara tan fuerte. Tena mucho de cantinflesco. El historiadorJos C. Valads, describe as dicha imprecisin:

    Tan fuera de los preceptos de las guerras estuvo la declaracin, que el propio vila Camacho se vio obligado a dar una explicacin al Congreso de la Unin; ahora que el hecho era que Mxico se hallaba en el vrtigo de una guerra universal, aunque sin la contribucin de hombres armados, no obs

    tante que desde esa hora estaba amenazado por el ataque de los beligerantes, y ello sin que el pas tuviese organizada un solo reducto defensivo ni una verdadera organizacin militar. De esta suerte, el mundo popular consider que

    aquella declaracin, no obstante que mucho comprometa a la nacin, era mera materia alegrica para slo cumplir una obligacin con una repblica tan poderosa como Estados Unidos.2

    La declaratoria del "estado de guerra" se hizo con la finalidad de no alarmar a la poblacin, asegurndole que no habra mexicanos

    1 El Universal, 23 de mayo de 1942, ct. en Torres, Mxico en la... , p. 92.

    2 Valads, Historia general... , pp. 69-70.

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  • MEXICfu,\;OS AL GRITO DE GUERRA

    combatiendo en ultramar, ni leva generalizada, y el papel de las fuerzas annadas sera exclusivamente defensivo. De ah que el presidente dijera que "nuestro papel en la actual contienda no habr de consistir en acciones de guerra extracontinentales para las que no estamos preparados", sino en la produccin de riquezas para nuestros aliados.3 Se trataba entonces de una guerra metafrica, donde el belicismo del gobierno se trasladaba slo al lenguaje: "la batana de la produccin", o "una guerra militannente defensiva y econmicamente ofensiva". La declaracin gener confusin y la posibilidad de que cada persona o sector de la sociedad interpretara dicho "estado de guerra" a su conveniencia; como dice Valads, unos lo minimizaron, negndole la trascendencia que deba tener para la vida de todos los mexicanos. La campaa propagandstica ayud a terminar con esa confusin inicial, pero una buena dosis de ambigedad sigui siendo la tnica que emanaba del gobierno avilacamachista con respecto a este asunto. Esa vaguedad se deba, en parte, a la falta de experiencia dentro de las elites gobernantes del pas, militares y diplomticas principalmente, ya que Mxico jams se haba inmiscuido en una alianza militar, y nunca haba declarado una guerra a otro pas en todo el siglo xx. As lo sealaba un articulista de la poca, que deca que a pesar del sorpresivo ataque a Pearl Harbor, el gobierno de Estados Unidos:

    saba a ciencia cierta que su pas estaba prximo a entrar en la fase militar de

    la guerra. En todas las dems fases ya estaba en guerra. En Mxico, sin embar

    go la guerra es en cierto modo un acontecimiento inesperado. Y no porque falte a los hombres del poder, o cuando menos a algunos de ellos, la visin

    necesaria para percatarse con tiempo de que los ms graves acontecimientos

    se acercan con rapidez vertiginosa; sino porque aun teniendo conciencia ms o menos clara de ello, se han abstenido sistemticamente de trabajar en un

    plan de accin que sirva de orientacin y gua a los que han de asumir la responsabilidad de la accin en los momentos crticos!

    La falta de experiencia sera, en todo caso, slo un retrato parcial de la realidad. La imprecisin de la declaratoria y la postura ante el conflicto reflejaban las diferencias de opinin dentro del gobierno mexicano. El presidente consult la decisin con Crdenas, coman-

    j Pedro Argelles cita el discurso de vila Carnacho el 28 de mayo en el Congreso, "La guerra en Mxico", Huy. 15 de agosto de 1942.

    4 Humberto Olguin Herrnida, "Organizar la guerra", Huy, 17 de octubre de 1942.

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  • MEXICANOS AL GRITO DE GUERRA

    dante de la Regin del Pacfico, quien muy probablemente le recomend no ir a la guerra; ste escribi en su diario: "cumpla con mi deber[ ... ] hablarle tambin, de mi parte, sobre los inconvenientes que representaba tal declaracin; pero que en una u otra situacin estara a las rdenes del gobierno". 5 Al da siguiente el poblano discuti el asunto con su gabinete, y al parecer dos secretarios se opusieron, Miguel Alemn de Gobernacin, y el fiel escudero de Crdenas, el general Heriberto Jara, secretario de Marina,6 quien tras una larga carrera en la poltica y en la milicia, el rgimen cardenista lo haba nombrado inspector general del ~jrcito, comandante de zona de su natal Veracruz, director de educacin militar y presidente del PRM.7

    En 1941, ante la ineptitud de este general, el periodista Roberto Blanco Moheno peda su renuncia y que se colocase "en su lugar a un marino".8Jara, ms que estadista, era un hombre de ocurrencias, una de ellas fue fabricar un barco de cemento, cuyo prototipo se hundi al momento de botarlo al mar.9 Tambin mand construir un faro de 55 metros de altura en Lomas de Chapultepec, yjunto, los astilleros generales de la Secretara de Marina, a 2390 metros sobre el nivel del mar, punto que Jara consideraba estratgico, "pues desde ese punto se poda atender a las necesidades de nuestras dos flotas -la del Golfo y la del Pacfico- y adems estaran a cubierto de cualquier ataque por mar".10 Ironizando sobre esto, un reportero de La Nacin sea

    5 Esta conversacin entre e! presidente y el comandante de la Regin del Pacfico se dio el2l de mayo de 1942, Crdenas, Apuntes ... , p. 84.

    6 Informe de la Embajada de Estados Unidos al Departamento ~e Estado, cit. en Torres, Mxico en la... , p. 89.

    1 Un informe de inteligencia deca que hasta 1935 era un hombre que viva slo de su salario como militar, pero desde que Crdenas le dio puestos polticos, entre ellos el de presidente de! PRM, se dio cuenta de lo fcil que era acumular dinero, comenz a hacerlo ya que adoraba a sus dos hijas y les daba todo lo que pedan; en esferas oficiales se deCa que Jara hara cualquier cosa que le ordenase Crdenas; no se le consideraba inteligente ni educado, pero s con una fuerte personalidad, coronel A. W. Roffe, asistente del agregado militar, 8 de mayo de 1942, NARA, RG 319, PDF4145, caja 854. Sobre su trayectoria militar, AHSDN-Cancelados, HeribertoJara, XIjIlIjl-273, f. 2161.

    " Roberto Blanco Moheno, "La amargura de los dbiles", Hoy, 24 de mayo de 1941. Esto lo confesaba el propioJara aos despus a un periodista que, a pesar de ello,

    hizo un libro en homenaje al general jarocho, Carlos Zapata Vela, Conversaciones con HeribertoJara, Mxico, Costa-Amic, 1992, p. 131.

    !O Palabras de Jara citadas en M. D. Hoth, "La obra cumbre del almirante Jara: un furo de $400000.00 en las Lomas de Chapultepec", La Nacin, 25 de agosto de 1945. El reportero especificaba que en ese momento, en los astilleros de Las Lomas, haba seis lanchas terminadas, listas para recorrer 500 km por ferrocarril, rumbo al mar; en

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    http:400000.00

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    taba que "por otra parte es tan estratgico ese punto, que en caso de que los barcos no pudieran llegar a nuestros mares, el lago de Xochimilco se encuentra a slo 29 kilmetros de ah".11

    Ante la ambigedad sealada, cobraban mayor fuerza de persuasin todo tipo de rumores, muchos de ellos orquestados para crear alarma entre la poblacin, difundidos por movimientos como La Falange, el sinarquismo y el espiom.ge de los pases del Eje. Pero tambin dentro del sector oficial haba un gran descontrol y se decan todo tipo de tonteras. Un senador en un mitin en provincia arengaba con estas palabras:

    El pueblo de Mxico es de hombres, de machos [ ... ] Las guerras ya no se ganan a la defensiva[ ... ] Es preferible que salgan trescientos mil, cuatrocientos mil mexicanos para dar la guerra en cualquier parte del mundo, antes que permitir la invasin apocalptica de las hordas que dirige el ms demonaco de los seres.12

    Este tipo de parrafadas llevaba a algunos periodistas a criticar el llamado a las armas que haca el gobierno: "podemos afirmar con tristeza que no se ha puesto el celo y el empeo necesarios para obtener resultados rpidos y efectivos. Hay ms de ruido y de propaganda, que de verdadero sistema y de organizacin y de eficiencia".13 Con el afn de inflamar el patriotismo de sus paisanos, ese senador provocaba ms bien angustia y temor, y le haca el juego a todos los que taimadamente se oponan a las Naciones Unidas. El profesor Pedro Argelles describa atinadamente a esos grupos, que consideraba

    las instalaciones se reparaban motores de lanchas y guardacostas y "tambin se reparan ah, con ms frecuencia, por ser ms numerosos que las embarcaciones, los motores de los camiones y automviles de la Secretara de Marina".

    JI El faro funcionaba, aunque a! principio, segn uno de sus operadores, "nos hicieron cambiar el ngulo de proyeccin de la luz. Lo habamos puesto un poco bajo y daba la luz en aquellas lomas -nos seal- donde estn las cuadras del Hipdromo. Parece que los caballos se ponan nerviosos de noche y no dorman bien. Ahora levantamos el ngulo y ya no los molesta", ibidem.

    12 Cit. en Pedro Argelles. quien no da el nombre del orador ni el lugar, "La guerra en Mxico". Hay, ]5 de agosto de 1942.

    I~ El autor se refera tanto al servicio militar obligatorio como a! de "organizar las fuerzas de la economa y las energas del espritu [ ... ] Los precios de las subsistencias aniquilan cada vez ms la tranquilidad y las energas de las familias [ ... ] La produccin agrcola e industria! no se planifica. El control de precios y de costos no se lleva acabo". Humherto Olgun Hermida, "Organizar la guerra", Hoy, 17 de octubre de 1942.

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    http:seres.12http:espiom.ge

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    peores que los quintacolumnistas que trabajaban abiertamente en favor de Hitler. Eran aquellos que:

    se llaman pblicamente "aliadfilos" y esperan, dicen, el triunfo de las demo

    cracias[ ... ] y la restauracin de Francia... pero odian a los Estados Unidos y

    detestan a Inglaterra. Los que hablan de los triunfos de los ejrcitos germa

    nos -"cmo negarlos!"- con sentimiento y se "duelen" por las derrotas de los

    aliados... y de paso, se admira a la Gran Alemania: su formidable mquina

    de guerra, su tctica, sus poderosos avances, la genial estrategia del mariscal

    Rommel, la arrolladora marcha de los invasores sobre el Cucaso. Y, final

    mente, se llama en tales comentarios a los Estados Unidos, "los peligrosos

    vecinos del Norte", que estn acaparando nuestros cereales y adquiriendo nuestros labrantos, que estn artillando nuestras costas en su provecho[ ... ]

    Los ingleses, dicen, han dominado en todas partes con engaos, sin expo

    ner nada, y se atribuye a su egosmo la derrota francesa, "abandonaron a

    Francia", se repite[ ... ] Y hasta los triunfos en Libia se deben a hindes, a

    africanos, a australianos, menos a ingleses! Y esta propaganda de la quin

    ta columna camuflada cuenta con gente de valer, con estaciones de radio y locutores y hasta con cierta prensa ostensiblemente aliadfila. Es una propa

    ganda alemana que navega con bandera aliada por mares amigos. l4

    Cre pertinente esta extensa cita ya que retrata una forma de ver las cosas de una parte importante de la sociedad mexicana, incluidos sus sectores ms instruidos, entre los cuales estaban un buen nmero de oficiales, jefes y generales del ejrcito, a los que ya me refer en el captulo 2 de este trabajo, y que vean, con recelo algunos y con antipata otros, a los aliados de Mxico en la guerra. Tambin es un buen ejemplo de la ambigedad que exista en la opinin pblica sobre el tema de la guerra, que no slo se daba en las esferas gubernamentales, y que dificultaba un compromiso genuino en un conflicto que, en los pases que realmente estaban involucrados, era autnticamente una guerra total.

    No slo el servicio militar fue una fuente de temor, tambin la mencin en la prensa del reclutamiento de un nmero creciente de mexicanos y mexicano-americanos en el ejrcito de Estados U nidos. Antes de que Mxico declarara la guerra la Secretara de Relaciones Exteriores, a travs de sus consulados, pudo proteger -no con mucho celo- a los mexicanos, pero al dejar de ser neutral ya no pudo evitar

    l4 Pedro Argelles, "La guerra en Mxico", Hoy, 15 de agosto de ]942.

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    http:amigos.l4

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    lo, ya que la ley del servicio militar selectivo de nuestros vecinos obligaba a los ciudadanos estadunidenses, "pero tambin a los residentes en territorio de la Unin Americana, nacionales de pases cobeligerantes, la obligacin de prestar sus servicios en el ejrcito".15 A partir de junio de 1942 Mxico ya era cobeligerante. A los mexicano-americanos, que haban nacido en Estados Unidos y por tanto tenan la ciudadana norteamericana no se les poda otorgar proteccin consular alguna. Adems, muchos mexicanos y mexicano-americanos haban ingresado voluntariamente al ejrcito, antes incluso de que Estados Unidos entrara en la guerra. Muchos lo hicieron a travs de la guardia nacional de los estados del suroeste, principalmente Texas y Nuevo Mxico. Debido a la guerra, el presidente Roosevelt federaliz las guardias nacionales (que dependan de cada gobernador), de esa forma muchos de estos voluntarios pasaron automticamente a formar parte de las fuerzas armadas norteamericanas. Tambin, despus de Pearl Harbor, muchos estadunidenses se enrolaban voluntariamente, y no eran la excepcin aquellos que tenan origen mexicano o que haban nacido en nuestro pas y residan all. Estos ltimos podan perder la ciudadana mexicana, ya que nuestra Constitucin dispone que la ciudadana mexicana se pierde, entre otros motivos, por "prestar servicios militares a un ejrcito extranjero sin el permiso del Congreso".16 De ah que ste emitiera un decreto para que los mexicanos enrolados en Estados Unidos no perdieran la ciudadana por ese motivo, durante el tiempo que durara la guerra. 17

    El reclutamiento de mexicanos en el ejrcito de Estados Unidos cambi la percepcin de la colaboracin mexicana en la guerra: ya no era slo abastecer de materias primas a los estadunidenses, sino ir a combatir, aunque fuera vicariamente, no con mexicanos desde dentro, sino con mexicanos desde fuera. Esta percepcin no convena al gobierno, de ah que constantemente minimizara el nmero de mexicanos que haba en el ejrcito estadunidense. El canciller Ezequiel Padilla daba cifras nfimas; enjunio de 1943 hablaba de 6000, mientras que las autoridades norteamericanas reconocan 9000 mexicanos, cifra que no contaba a los mexicano-americanos por ser ciudadanos estadunidenses. 18

    15 Plasencia, "Las infanteras .. :, p. 1029-1030. 16 Ibdem, p. 1030.

    17 El decreto fue emitido en septiembre de 1942, loco cit.

    18 Loe cit, p. 1031.

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    http:estadunidenses.18http:guerra.17http:Congreso".16

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    MEXICANOS AL GRITO DE GUERRA

    Algo que comenz a entusiasmar a periodistas, intelectuales, polticos y militares de la poca fueron las opiniones elogiosas que algunos generales norteamericanos tenan sobre los soldados de origen mexicano; por si fuera poco, se trataba de generales muy importantes en esa guerra. El general Mark Clark, comandante del Quinto Ejrcito que peleaba en el norte de frica e Italia se mostraba "admirado del espritu militar de sus subordinados mexicanos, de su entereza en el combate, de su sangre fra en los casos ms comprometidos".19 El general Douglas MacArthur, comandante enjefe del frente en el Pacfi co lleg a decir que "con ms mexicanos nunca nos habran echado de Filipinas los japoneses", por eso peda que le mandaran "ms de estos muchachos mexicanos, pues son muy buenos para pelear en la jungla".20 Slo en las Filipinas, tres soldados mexicano-americanos obtuvieron la Medalla de Honor, que es la mxima distincin que conceden las fuerzas armadas estadunidenses.21 McArthur tambin hizo mencin de soldados nacidos en Mxico, "como el sargento Rafael Bolio, oriundo de Yucatn, por su arrojo durante los terribles combates areos en Guadalcanal; el cabo Mario Negroe, tambin de Yucatn, se ha hecho merecedor de repetidas menciones por su herosmo como tripulante en un barco hospital en el Pacfico".22 El general George C. Marshall,jefe del estado mayor de todo el ejrcito deca: "Estos soldados, algunos mexicanos y otros de antecedentes mexicanos saben bien luchar por la libertad de los pueblos y del mundo".23 Estas declaraciones hicieron las delicias de muchos militares mexicanos y fomentaron el deseo de que Mxico mandara su propio contingente armado, y no bajo bandera norteamericana, sino mexicana.

    19 Esto se lo coment Clark al mayor Ral de Zaldo cuando una delegacin militar mexicana \isit los campos de batalla del norte de Africa; tres compaas pertenecientes a la 36a. divisin del Quinto Ejrcito estaban integradas enteramente por mexicanos, as como dos compaa~ de tanques pertenecientes a la 17a. divisin del Octavo Ejrcito britnico, "Mexicanos en la batalla de Roma", El Universal, 31 de octubre de 1943. Sobre los mexicanos en la 36a. divisin vanse Plasencia, "Las infanteras ... ", pp. 1052-1053 Y Ral Morin, Among the Valant. Alexican-A.mericans in WWIJ and Korea, Alhambra, California, Borden Publishing Company, 1963, pp. 67-76

    2( Maana, 22 dejulio de 1944. 21 Se trat del soldado Cleto Rodrguez (Texas), en la reconquista de Manila, de

    los sargentos Ismael Villegas (California) y Alejandro Ruz (Nuevo Mxico) en Luzn; en toda la guerra slo se otorgaron 440 de estas medallas, 12 fueron para mexicanos y mexicano-americanos, Plasencia, "Las infanteras ...", pp. 1050-1051, 1066.

    22 "Mexicanos en la batalla de Roma", El Universal, 31 de octubre de 1943. 23 Antonio Annendriz, "Por el honor de Mxico, Exclsior, 16 de octubre de 1943.

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    http:mundo".23http:Pacfico".22http:estadunidenses.21http:jungla".20http:comprometidos".19

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    De esa forma, en el gobierno se fue dando un cambio sobre este tema, de la rotunda negativa a enviar un contingente armado, ni conscriptos ni soldados regulares, al que insinuaba la conveniencia de enviar una fuerza expedicionaria. vila Camacho abri esa posibilidad en su segundo informe de gobierno en septiembre de 1942, al decir que "para ganar la guerra, el pas entero est comprometido a contribuir ahora con su trabajo, su corazn y su inteligencia; maana, acaso con su sangre y con su valor". Esto abra un tema que hasta ese momento, por el temor que generaba, er~ tab para la administracin avilacamachista. El eco de esas palabras se escuch de inmediato: Ezequiel Padilla dijo, a raz del mens~e presidencial, que "la hora de la sangre ha llegado[ ... ] El ms elemental sentido de previsin reclama la presencia de los soldados de la Democracia en cualquier lugar en que stos hagan falta".24 Poco despus el presidente, al inaugurar el Consejo Superior de Defensa, presidido por el an poderoso jefe del EMP, general Salvador Snchez, reiter: "Al ingresar en el presente conflicto asumimos una responsabilidad que no podramos, sin desdoro, dc::jar de cumplir. Estamos en guerra y esto significa que tenemos la obligacin de vivir la guerra y de ayudar a ganarla con todos los elementos a nuestro alcance."25 Dentro de la esfera gubernamental, quien se mostraba ms renuente a la participacin militar era Crdenas, ya que esa posibilidad implicara una mayor colaboracin con Estados Unidos, que para el michoacano era como tener la roa. No era el nico motivo: el envo de tropas a ultramar representara un triunfo para el sector "derechista" del gobierno, compuesto entre otros, por Abelardo L Rodrguez, Francisco Javier Gaxiola y, sobre todo, Ezequiel Padilla, a quien Crdenas detestaba por motivos ideolgicos, pero tambin meramente polticos. Frecuentemente el canciller se extralimitaba en sus declaraciones y la opinin pblica se daba cuenta de ello; un editorial de la revista Hoy comentaba que Padilla, "asumiendo el papel de ministro de la Defensa Nacional, dijo que, hasta ahora, las exigencias de la guerra no han demandado la cooperacin de nuestras fuerzas armadas fuera del territorio nacional" pero si fuese necesario Mxico respondera sin vacilaciones.26

    24 Las cursivas son nuestras. Las palabras del presidente y de Padilla dichas elIde septiembre de 1942, las coment la revista Tiempo poco despus, "Mxico en la guerra, Tiempo, 23 de octubre de 1942.

    25 Exclsior, 17 de octubre de 1942. 26 "Primero nosotros", Huy, 28 de noviembre de 1942.

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    http:vacilaciones.26http:falta".24

  • MEXICANOS AL GRITO DE GUERRA

    Ese tipo de declaraciones no podan ser del agrado de Crdenas, no slo porque iban en contra de su poltica de colaborar lo menos posible con nuestros vecinos, sino tambin porque Padilla se tomaba atribuciones que le correspondan al michoacano como secretario de la Defensa Nacional. De ah que pocos meses despus, respondiendo a una periodista norteamericana que le inquira"si no crea que Mxico se vera obligado a enviar sus soldados a la lnea de fuego?", Crdenas contesto textualmente con estos interrogantes:

    "Con qu? Con flechas? Con piedras? [ ... ] Nuestro pas carece casi por com

    pleto del equipo necesario para una guerra moderna." Aadi que el hondo

    programa que se ha trazado, para la reorganizacin de nuestro ejrcito, tardar cuando menos, cinco aos en desenvolverse. Y por ltimo, elogi sin reser

    vas "la voluntad de combatir del soldado mexicano, su resistencia a la falta de

    confort, su paciencia ante las dificultades y su indiferencia ante la muerte".27

    Como Crdenas era tan reacio a las declaraciones (de ah el apodo con que se le conoca, "La Esfinge"), cuando hablaba sus palabras cobraban especial relevancia en la vida pblica; con mayor razn en stas, que desmentan a Padilla y de alguna forma al presidente y otros funcionarios. Ms que dirigido al gobierno y tjrcito estadunidense (l saba que a ellos no les preocupaba demasiado el tema), los conceptos del michoacano seguramente tenan dedicatoria para destinatarios nacionales. Para Padilla desde luego, pero tambin para el numeroso grupo de oficiales y generales del ejrcito que estaban entusiasmados con la idea del contingente mexicano; claramente les deca que el ejrcito estara preparado hasta 1948, y que el problema no era falta de voluntad por combatir o incompetencia del soldado mexicano, era falta de equipo y preparacin. Pero Crdenas termin dndole la razn a Padilla, aunque seguramente a regaadientes. vila Camacho tampoco estaba muy convencido del envo de tropas, tema que esa decisin aumentase la inconformidad por la implementacin del servicio militar, la que haba por la caresta de la vida y falta de abastecimiento de muchos productos a causa de la guerra, y que poda derivar en motines y rebeliones atizados por los sinarquistas u otros grupos opositores al rgimen. El cambio se produjo por varios factores, unos internos y otros externos. El factor interno ms importante fue la presin de muchos militares, excitados por los comenta

    27 Citadas en "Ejemplar sinceridad", Huy, 24 de abril de 1943.

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    http:muerte".27

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    rios tan elogiosos que reciban los soldados de origen mexicano en los distintos teatros de la guerra, para que Mxico participase activamente en la guerra, El factor externo ms importante fue que Brasil estaba negociando con Estados Unidos el envo de un contingente del ejrcito brasileo a la guerra. Por el tamao de su economa y de su territorio, Brasil y Mxico eran los pases ms importantes de Amrica Latina, de ah que ste no pudiera quedarse de brazos cruzados cuando aqul ya estaba organizando una fuerza expedicionaria. Relacionado con este factor, estaba la ayuda canalizada a travs del Acuerdo de Prstamos y Arriendos: con esa decisin Brasil tena mejores oportunidades para recibir una ~iada mayor del pastel armamenstico que enriqueciera sus maltrechas fuerzas armadas y la infraestructura de puertos, carreteras y Vas frreas. Brasil termin recibiendo 200 millones de dlares por este acuerdo, mientras que Mxico recibi slo 40 millones.28 Durante 1943 fue evidente que el gobierno estadunidense perda inters en modernizar al ejrcito mexicano, ya que el peligro de un ataque japons a travs de territorio mexicano se haba esfumado.29 Otra razn externa fue el giro en la guerra, la victoria aliada fue ms factible a partir de los primeros meses de 1943: en enero, el 6 ejrcito alemn se rindi en Stalingrado, deteniendo as el avance nazi por el inmenso territorio sovitico; en febrero, las tropas aliadas vencieron a los japoneses en Guadalcanal, triunfo que represent el punto de inflexin en el frente del Pacfico: a partir de ese momento los aliados tomaron la ofensiva y Japn la defensiva; en mayo, las fuerzas aliadas derrotaron a las alemanas en el norte de frica, terminando as una dura campaa que permitira el avance a travs de Italia. De ah que muchos pases fuesen pensando en un mundo de posguerra definido por el triunfo de las Naciones Unidas, y para poder tener un papel ms relevante en el nuevo orden que surgira, un factor importante sera la participacin militar que cada pas hubiese tenido dentro de la alianza de las Naciones Unidas. Mxico no deseaba quedarse atrs.

    El ejrcito brasileo tena varias similitudes con el mexicano: armamento viejo, la mayora de fabricacin francesa y alemana de fines del siglo XIX y principios del XX; no contaba con grandes unidades, sino

    '8 Carlos Jos Russo Assumpcao Penteado, "The Brazilian Participation in World War lI", tesis de maestra en historia militar, presentada en la facultad del U. S. Army Command and General Staf! College, Fort Leavenworth, Kansas, 2006, p. 38.

    '9 Torres, Mxico en la ... , pp. 142-143.

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    http:esfumado.29http:millones.28

  • 140 MEXICANOS AL GRITO DE GUERRA

    que estaba fragmentado para cubrir todo el territorio; en las dcadas previas a la guerra, haba tenido que combatir rebeliones internas; era un ejrcito hecho para la seguridad interna y no para guerras contra otros pases; tena una doctrina de guerra defensiva, basada en el ejrcito francs; el efectivo de las fuerzas armadas oscilaba entre 66000 y 95000 efectivos.30 Antes de mencionar las diferencias es importante sealar que Brasil tena una poblacin mucho mayor que Mxico: en 1940 el pas sudamericano tena 44115825 habitantes y Mxico 19478791.31 Las diferencias entre las fuerzas armadas de ambos pases tambin eran significativas: Brasil tena servicio militar obligatorio que ya haba arraigado, pues fue introducido en 1919, por lo cual fue posible que en poco tiempo las reservas del ejrcito fuesen llamadas a filas, formando un contingente de 84000 reservistas. Con ese nuevo contingente el ejrcito alcanz un total de 139394 hombres en 1944.32

    Mxico contaba con 62986 hombres en el ejrcito regular, y 63680 reservistas, haciendo un total de 126666. Sin embargo, en Mxico las reservas reales eran mucho menores, pues un buen nmero de esa cifra exista slo en el papel. Donde la diferencia es ms notoria era en la fuerza area y en la marina. En 1943 Brasil tena 465 pilotos con grado militar, 647 pilotos en escuelas de aviacin militar, y 6260 hombres de tropa. Mxico tena 144 pilotos militares, 80 pilotos estudiantes y 188 hombres de tropa. En la marina Brasil tena un personal de 15667, ms 3023 de infantera de marina y guardias costeras. Mxico tena 1928 de personal y 1278 infantes de marina.33 En Brasil exista una misin militar de Estados Unidos desde 1934, principalmente para mejorar la defensa costera del pas sudamericano.34 Esto ltimo es muy importante, ya que la colaboracin militar entre ambos pases no era una novedad; el ejrcito brasileo estaba acostumbrado a las misiones militares, pues en el pasado tambin las tuvo con Alemania y Francia. La colaboracin con Estados Unidos fue de gran utilidad para la defensa del pas. En dos aos (1941-1942) los submarinos ale

    30 Loc. cit. 31 "Land and air forces of certain nations of the world", 1 de enero de 1940, NARA,

    RG 165, RF22-44, caja 2361. 32 Infonne de inteligencia, Miami, 4 de enero de 1944, NARA, RG 165, RF22-44, caja

    2323. 33 Coronel Wilson L. Townsend, infonne de inteligencia, Miami, 5 de septiembre de

    1943, NARA, RG 165, RF22-44, caja 2361. 34 Infonne sobre la misin norteamericana en Brasil, 12 de octubre de 1943, NARA,

    RG 165, RF22-44, caja 2323.

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    http:sudamericano.34http:marina.33http:19478791.31http:efectivos.30

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    manes haban hundido 19 barcos mercantes y de pasajeros brasileos (causando ms de 600 bajas). Como este pas dependa enormemente del comercio martimo, esos hechos provocaron manifestaciones multitudinarias en Ro deJaneiro y Sao Paulo, exigiendo al presidente Getulio Vargas la entrada en la guerra. Cuando Brasil finalmente declar la guerra a las potencias del Eje el 22 de agosto 1942, los generales brasileos que tenan ms poder en el ejrcito, que eran tambin los ms veteranos, pidieron al presidente que la guerra no se limitara a proveer de materias primas a Estados Unidos y proteger sus costas en el Atlntico sur (la fuerza area y la marina brasilea lograron destruir seis submarinos alemanes entre julio y diciembre de 1943), sino con tropas en ultramar. El presidente Vargas aprovech la visita del presidente Roosevelt a Brasil en enero de 1943, para comenzar a negociar esa participacin militar. Vargas acab convencindose de que esa decisin beneficiara a su pas en el nuevo orden que surgira al trmino de la guerra, le dara una preeminencia en Sudamrica, un mayor poder martimo y areo, adems de la posibilidad de fomentar su industria militar. En agosto ya estaba formada la primera divisin de infantera expedicionaria; se haba planeado organizar otras dos divisiones, pero finalmente ese plan fue desechado por la dificultad de transportar toda esa tropa a Europa, en un Atlntico todava peligroso por la presencia de submarinos alemanes, y tambin porque en ese momento los aliados estaban preparando el desembarco en Normanda. En julio de 1944 la la. Divisin, formada por 25000 soldados y nombrada para esa misin como Fuerza expedicionaria brasilea, se embarc rumbo a Europa y combati en Italia bajo el mando del 50 Ejrcito norteamericano, comandado por el general Mark Clark.35

    Desde que Mxico entr en la guerra, el presidente vila Camacho recibi solicitudes de oficiales del ejrcito para enviar un contingente del ejrcito a alguno de los frentes del conflicto. En el verano de 1942 un grupo de militares de alto rango le expresaron su deseo de participar activamente, en particular le propusieron formar una fuerza terrestre junto a otros pases latinoamericanos. l les contest que no poda aprobar abiertamente su proyecto pero tampoco quera desalentarlos; sin embargo, les pidi que procedieran con discrecin. El presidente confi esto al embajador norteamericano, George Messersmith, quien a su vez se lo hizo saber al presidente Roosevelt. A fines de 1942 los generales Cristbal Guzmn Crdenas, attach

    35 Penteado. "The Brazilian .. :" pp. 51-55.

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    http:Clark.35

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    en Washington, y Eulogio Ortiz, comandante de la zona militar en Nuevo Len, se mostraban excitados con ese proyecto y confiaban que fuese respaldado por Estados Unidos.36 El gobierno de ese pas, si bien no se mostraba entusiasmado, s vea conveniente una participacin militar mexicana en la guerra. De ah que fuesen los polticos ms que los militares, quienes comenzaron a moverse para concretar algn proyecto para Mxico. El presidente Roosevelt y el embajador en la capital mexicana sondearon la posibilidad del envo de una fuerza terrestre; eljefe del estado mayor del ejrcito, general G-eorge Marshall, consider inviable esta posibilidad, y entonces los dos polticos estadunidenses terminaron proponiendo el envo de un escuadrn areo (marzo de 1944), asunto que veremos ms adelante.

    Antes hay que mencionar la histrica visita de Roosevelt a Monterrey, en abril de 1943, en la cual ambos presidentes se conocieron e intercambiaron puntos de vista sobre la relacin bilateral y sobre el esfuerzo blico comn. El encuentro fue un triunfo para el gobierno avilacamachista y particularmente para el canciller Ezequiel Padilla, quien form parte de la comitiva que recibi al presidente norteamericano. La ltima vez que se haban reunido los jefes de Estado de ambos pases haba sido en 1909. Como era de esperarse, Crdenas no form parte de la comitiva. La reunin tambin fue histrica porque se trat de una visita recproca. Despus de estar un da en Monterrey, ambos dignatarios se trasladaron a Corpus Christi, Texas, donde vila Camacho y Roosevelt visitaron la enorme base aeronaval ah instalada y donde un grupo de mexicanos se preparaban como pilotos aviadores Y El encuentro fue el antecedente de reuniones ms frecuentes entre losjefes de Estado de ambos pases, acordes con una relacin ms estrecha, ms "normal" entre dos pases que cuentan con una enorme frontera comn.

    Al mismo tiempo que se daba esta visita se preparaba el viaje de cuatro militares mexicanos, invitados por las Naciones Unidas a travs del ejrcito estadunidense, a uno de los teatros de guerra ms importantes: el norte de frica. La invitacin se hizo por el creciente inters que haban mostrado distintos jefes militares para participar

    36 paz Salinas, Strategy. ", p. 220. La visita de Roosevelt a Monterrey fue e! 20 de abril de 1943: la de vila Camacho

    a Corpus Christi. e! 21 de abril. Gustavo Abe! Hernndez Enrquez y Armando Rojas Truj illo , lvfanuel vila Camacho. Biografa de un ,evolucionaro con hstmia, tomo 2, Mxico, Ediciones del gobierno del estado de Puebla, 1986, pp. 69-74; Crdenas, Apuntes ... , pp. 107-109.

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    http:Unidos.36

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    al gabinete;39 Snchez logr colar al capitn Augusto Montalvo Bravo, ya que era su asistente personal. El teniente coronel Antonio Crdenas Rodrguez iba como representante de la fuerza area (despus llegara a ser comandante del Escuadrn 201), aunque segn l mismo confes, se le envi porque recientemente haba sido derrotado como candidato a gobernador de Coahuila, y el PRM haba utili7..ado "todo tipo de medios para derrotarme, incluso ametralladoras"; de ah que en aras de la unidad nacional le ofrecieran como compensacin, un escao en la Cmara de Diputados o ese viaje a frica.40 Del lado cardenista estaba el teniente coronel Arturo Dvila Caballero, su~jefe del estado mayor de la secretara de la Defensa. Sujefe era el general Toms Snchez Hernndez, quien ya se haba enfrentado a Salvador Snchez en una de tantas disputas palaciegas que se dieron entre esas dependencias, el EMP Y la secretara de la Defensa. Antes de partir a Marruecos los mexicanos estuvieron en Washington donde deban recibir una serie de vacunas antes del viCYe. El oficial de enlace del ejrcito estadunidense encargado de entretener a los visitantes se dio cuenta de las diferencias polticas dentro del grupo: Dvila Caballero haca constantes menciones del general Crdenas, mientras que Snchez y Montalvo se referan constantemente al presidente, y raramente a Crdena

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    al gabinete;39 Snchez logr colar al capitn Augusto Montalvo Bravo, ya que era su asistente personal. El teniente coronel Antonio Crdenas Rodrguez iba como representante de la fuerza area (despus llegara a ser comandante del Escuadrn 201), aunque segn l mismo confes, se le envi porque recientemente haba sido derrotado como candidato a gobernador de Coahuila, y el PRM haba utilizado "todo tipo de medios para derrotarme, incluso ametralladoras"; de ah que en aras de la unidad nacional le ofrecieran como compensacin, un escao en la Cmara de Diputados o ese viaje a frica.40 Del lado cardenista estaba el teniente coronel Arturo Dvila Caballero, subjefe del estado mayor de la secretara de la Defensa. Su jefe era el general Toms Snchez Hernndez, quien ya se haba enfrentado a Salvador Snchez en una de tantas disputas palaciegas que se dieron entre esas dependencias, el EMP y la secretara de la Defensa. Antes de partir a Marruecos los mexicanos estuvieron en Washington donde deban recibir una serie de vacunas antes del viaje. El oficial de enlace del ejrcito estadunidense encargado de entretener a los visitantes se dio cuenta de las diferencias polticas dentro del grupo: Dvila Caballero haca constantes menciones del general Crdenas, mientras que Snchez y Montalvo se referan constantemente al presidente, y raramente a Crdenas; cuando vieron que en la portada de la revista Time apareca el retrato de vila Camacho, Snchez se lo envi de inmediato al presidente, y Dvila se lo mand al secretario de la DefensaY Adems de las vacunas les hicieron un examen mdico, y al general Snchez, debido a una condicin cardiaca que sufra, los mdicos militares le prohibieron hacer el largo vuelo trasatlntico.42 Frustrado por eso, el general decidi prolongar su estancia en el pas hasta el 15 de

    39 Jones, 1'he War ... p. 131. 40 Informe del mayor Benjamin Muse, oficial de enlace, seccin de Amrica Latina,

    al teniente coronel O. T. Jamerson, Washington, 6 de mayo de 1943, NARA, RG 319, PDF41-45, caja 869.

    4] lbidem.

    42 Segn el mayor Muse, Snchez recibi la noticia con bastante tranquilidad, slo lamentaba que su larga carrera militar, 32 aos de servicio, "no pudieran verse coronados con esta importante misin"; se consol con la idea de regresar a Mxico, ya que el presidente vila Camacho se sentira muy contento de tenerlo de nuevo a su lado, ayudndolo a lidiar "con problemas que se estaban generando ahora"; tambin seal que slo con el viaje a Estados U nidos, ya era recompensa suficiente, sobre todo porque pudo por fin honrar la invitacin que el general George Marshall le haba hecho para visitar Washington y algunas de sus instalaciones militares. Informe del mayor Muse, Washington, 26 de abril de 1943, NARA, RG 319, PDF41-45, caja 869.

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    http:trasatlntico.42http:frica.40

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    mayo, para poder visitar diversas instalaciones militares. Sin embargo, el 30 de abril le informaron que su padre acababa de fallecer. Snchez sinti una pena incontrolable, ya que era hijo nico y senta un gran cario hacia su padre:

    Brevemente -nos dice el oficial de enlace- se produjo una reconciliacin

    entre Snchez y Crdenas, ya que fue este ltimo quien le dio la mala noti

    cia por telfono, y muy afectuosamente le aconsej regresar a Mxico si as

    lo deseaba, adems de prometerle asistir al sepelio; el general Snchez me

    coment muy emocionado del gran afecto del general Crdenas hacia l en

    estos momentos de gran pena.43

    Snchez decidi regresar a Mxico (por tren, no por avin) y pidi que no se sacara a Montalvo del grupo, pero finalmente recapacit y solicit que se regresara con L En lugar de Snchez fue incluido el general Luis Alamillo y en vez de Montalvo el mayor Ral de Zaldo, asistente de Alamillo. Los cuatro militares despeg-aron de Washington el 3 de mayo, el mismo da que Snchez regres a Mxico. El viaje dur dos meses -excepto para Alamillo, que regres antes- y estuvieron en Marruecos y Tnez. El grupo pudo conocer con detalle los mtodos usados en la campaa contra el mariscal Rommel, el equipo utilizado, adems de poder entrevistarse con los generales Dwigh t Eisenhower y Mark Clark. 44 Lo ms significativo del viaje fue el informe verbal que Alamillo dio al presidente y al secretario de la Defensa. Ambos se mostraron muy interesados en lo que deca el agregado militar; Crdenas le pregunt si los aliados tenan los suficientes hombres para combatir hasta el final de la guerra; Alamillo se qued con la impresin de que ambos generales estaban muy preocupados por la posibilidad de que los aliados pidieran el apoyo militar a los pases de Amrica Latina y esperaban poder evadir esa peticin, a menos que fuese estrictamente necesario.45 Por lo

  • MEXICANOS AL GRITO DE GUERRA

    sucedido en esa reunin, es evidente que tanto vila Camacho como Crdenas no deseaban que Mxico se involucrase militarmente en la guerra, y si despus cambiaron de opinin fue por la participacin brasilea. Para entender el cambio de postura y poder relacionarlo con la expedicin brasilea, es muy importante la cronologa. La reunin del presidente y el secretario de la Defensa con Alamillo se dio el 4 de junio de 1943. A nadie en el gobierno convena agitar las aguas en ese momento, ya que las elecciones intermedias del sexenio, para elegir diputados, se realizaran el 4 de julio. El 31 de ese mes el ministerio de guerra brasileo dio a conocer el acuerdo con el gobierno norteamericano para el envo de una fuerza expedicionaria. Es probable que el gobierno mexicano estuviese enterado de la negociacin, aunque tal vez no conociese la magnitud de ese contingente. Si as fue, lo ms factible es que hubiese sido a travs del embajador Messersmith o del general Harris, agregado militar en Mxico, para picarles la cresta a los gobernantes mexicanos. 46 De cualquier forma, para el mes de agosto el gobierno mexicano estaba al tanto del asunto, y fue entonces cuando cobr nueva vida el proyecto de una fuerza expedicionaria, que languideca en el despacho presidencial. Crdenas, quien hasta entonces se haba negado al envo de un contingente mexicano, por primera vez habl en favor de ello; lo hizo en una de las sesiones de la CMNDC, el 17 de septiembre, donde expres al vicealmirante ]ohnson que hasta haca poco tiempo el ejrcito mexicano no se encontraba preparado para participar, pero gracias al equipo norteamericano eso haba cambiado, y aada:

    Me doy cuenta de que despus de esta guerra ninguna nacin podra mante

    ner la cabeza en alto si no haba participado en su mayor capacidad en ella;

    slo con el sacrificio de sangre y con el bautismo de fuego puede hacerse una

    participacin adecuada, y espero que a las tropas mexicanas se les conceda

    la oportunidad de aportar su justa parte en combate. Crea que el presidente vila Carnacha concurre con estas opinionesY

    16 Ms improbable es que el general Eisenhower, quien estaba al tanto de las negociaciones con los brasileos y era quin tena la facultad de aceptar o neg-ar la participacin de ese pas, se lo hubiese comentado a Alamillo. Penteado, "The Brazilian...", pp. 34-35; Informe del mayor Cantwell C. Brown, ayudante del agregado militar, DF, 13 de julio de 1943, SARA, RG 319, PDF41-45, caja 869.

    47 Torres, Mxico en la... , p. 144.

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    http:mexicanos.46

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    Aunque se trat de una conversacin privada con el jefe de la representacin estadunidense de la Comisin, el michoacano haca prcticamente una peticin informal al ejrcito norteamericano para que accediese a ella. De paso le deca a Johnson que el presidente estaba de acuerdo en esto. En esos das estuvo de visita en Mxico el general George MarshalI, jefe del estado mayor del ejrcito norteamericano, quien ya se haba opuesto al proyecto. De ah la importancia del memorndum que recibi del presidente Roosevelt, quien le deca el 24 de septiembre: "Estoy encantado de que haya realizado usted un viaje positivo a Mxico. Deseara que pudiramos pensar en algn mtodo para utilizar la fuerza simblica mexicana, incluso en alguna parte fuera de Mxico."48

    Hasta ese momento todo se haba hecho en los despachos de polticos y militares, pero una vez tomada la decisin haba que dar la batalla en la opinin pblica. En la prensa mexicana haba muy pocas plumas que abiertamente pidieran que Mxico participase militarmente en la guerra, una de ellas fue Jos C. Valads, quien lo exiga tiempo antes de que el gobierno mexicano tomara esa decisin; denunciaba la hipocresa de la sociedad de su tiempo:

    El argumento de que mientras no nos ataquen estamos fuera de peligro, es

    tan pueril, como el que no enviamos soldados a los frentes de batalla porque

    carecemos de barcos. Pero hay una creencia todava ms errnea; y es la de

    que cualquier intento de enviar tropas mexicanas a los frentes de batalla pro

    vocara la indignacin del pas. El malestar existe sin que haya sido enviado

    un solo soldado fuera del pas; y seguir existiendo mientras[ ... ] se d vuelo

    al fomento de la propaganda contra los Estados Unidos.

    DeCa que cada da nos alejbamos ms de nuestros aliados y que cada derrota de ellos en el norte de frica (esto lo deca antes de la victoria final de Esenhower) estimulara,

    en detrimento de nuestros compromisos con las Naciones Unidas, a quienes

    todava estn viviendo los odios y las desgracias del siglo XIX; y entonces, cuando sea imprescindible que nuestra sangre vaya a regar los campos de

    frica o de Europa o de Asia, nadie querr ir a pelear. En cambio, cuando

    Mxico tenga diez o veinte soldados -el nmero no nos importa- haciendo flamear la bandera nacional en cualquiera de los frentes, ya veremos cmo

    48 Torres, Mxico en la ... , pp. 145-146.

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  • MEXICANOS AL GRITO DE GUERRA

    se enciende el sentimiento patritico. Entonces se acabar esa munnuracin vergonzante, que, desgraciadamente, ha sido impresa en letras de molde, "de que vamos a pelear por los Estados Unidos".49

    Estos conceptos eran parecidos a los que citamos antes de Pedro Argelles, sobre la falta de voluntad de la sociedad para creerse que de verdad el pas estaba en guerra y, sobre todo, la crtica a muchos mexicanos que se decan proaliados de dientes para afuera, pero solapadamente esperaban el triunfo fascista. La conclusin a la que llegaba Valads y que acabaron reconociendo el presidente y -en menor grado- su secretario de la Defensa, era que la nica manera para que el pas hiciera suya la guerra y sus causas -la lucha por las democracias en contra de la tirana fascista- era participar militarmente en la guerra, pues de esa forma los mexicanos apoyaran con lealtad a los aliados, ya que soldados bajo la bandera mexicana luchaban por esos ideales. Como la opinin pblica no conoca lo que Crdenas haba dicho al vicealmirante Johnson, y el presidente tampoco se haba pronunciado abiertamente sobre el tema, el gobierno decidi lanzar un buscapis para ver cmo reaccionaba la opinin pblica. El 14 de octubre de 1943 Exclsior anunciaba a ocho columnas: "Antes de medio ao Mxico enviar un ejrcito al extranjero". El peridico no indicaba la fuente para tan sensacional noticia, pero convenientemente aclaraba

    que la idea no se ha originado propiamente en una poltica ya detenninada por el gobierno o por iniciativa alguna del exterior, sino que obedece al impulso patritico y visionario de un grupo de jvenes generales, oficiales de estado mayor y pilotos areos que han manifestado a la superioridad su deseo de que se les considere en primera fila en cualquier contingente militar que Mxico decida enviar al extranjero.50

    As el gobierno se deslindaba del proyecto, y ms importante an, negaba que fuese una imposicin de Estados Unidos, ante el alud de rumores de que ese pas deseaba enviar como carne de can a miles de mexicanos, como si fuesen reses al matadero. Si en la actualidad existen miles de teoras de la conspiracin que se difunden y magnifi

    49 Jos C. Valads, Nuestro destino es pelear", Hoy, 20 de marzo de 1943. 5

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    can a travs de pginas de internet y por las redes sociales, el Mxico de la dcada de 1940 no se quedaba muy atrs en ideas estrambticas, donde casi siempre Mxico era la vctima, y los victimarios favoritos eran Gran Bretaa y Estados Unidos.

    Aunque el proyecto era poco realista, pareca compensarlo el en tusiasmo con el cual las "fuentes fidedignas" lo exponan. La idea era reunir 10000 efectivos del ejrcito, precisando que seran voluntarios, es decir, aqu se exclua a los conscriptos del servicio militar y tambin a aquellos soldados de lnea que no desearan participar. A ese contin gente se le uniran otros 10000, que era el nmero aproximado de ciudadanos mexicanos que combatan en el ejrcito de Estados Uni dos, y ya sumados formaran un contingente de 20000 efectivos, y ese "ejrcito expedicionario enarbolara nuestra bandera y sera mandado por jefes y oficiales mexicanos",51 Era evidente que ni el gobierno ni el ejrcito estadunidense aceptaran que los soldados mexicanos ya enrolados y muchos de ellos ya combatiendo, se les retirara del cam po de batalla, se les regresara al continente americano, para que de ah pasaran al t:jrcito mexicano a engrosar ese contingente; tampoco aceptaran que la fuerza expedicionaria estuviera al mando de jefes mexicanos (como tampoco se le permiti esto el ao siguiente, a la fuerza expedicionaria brasilea cuando combati en Italia). Pero al gobierno no le importaba tanto que el proyecto fuese viable, sino conocer la reaccin de la opinin pblica. La nota tambin muestra el cambio de opinin del gobierno acerca de este tema:

    El proyecto de foonacin de esta fuerza expedicionaria no est mal visto

    por el gobierno por la razn de que Mxico no podra quedarse atrs de otras naciones latinoamericanas que ya hacen preparativos en igual sentido. Efectivamente, por los conductos diplomticos se sabe que tanto Cuba como Brasil se disponen a prestar una colaboracin activa con efectivos militares en el exterior! ... ] Si Mxico se abstuviese su posicin resultara desairada y

    hasta de poco honor, pues nuestro pas no podra quedarse atrs de la acti

    tud de las hennanas repblicas. Esta razn pesa mucho en la consideracin y estudio del proyecto.52

    51 Ibdem; ante la ola de rumores, algunos hablaban de cientos de miles de mexicanos que combatan en las fuerzas armadas norteamericanas, el gobierno de ese pas dio la cifra de 9000 mexicanos, sin contar los estadunidenses de origen mexicano, de ah esa cifra oficial cercana a los lOOOO. Plasencia, "Las infanteras ... ", p. 1031.

    52 ExcL~ior, 14 de octubre de 1943.

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    http:proyecto.52

  • MEXICANOS AL GRITO DE GUERRA

    Las reacciones no se hicieron esperar y buena parte de la prensa critic la idea, desvirtuando la mayor parte de las razones que se aludan para formar una fuerza expedicionaria. La revista Hoy calificaba el proyecto de "exhibicin demaggica que slo ha causado alarma entre los mexicanos, particularmente los conscriptos", entre los cules, antes haba una desbordante "satisfaccin de tener una fuerza joven que entregar a la patria para que preparara su defensa, cunde ahora la afliccin de que se ha engaado al pas"; criticaba que se aludiera al poco honor que Mxico tendra si no mandaba esa fuerza, negando as que hasta la fecha el pas estuviera cumpliendo "con lealtad sus compromisos", enviando una fuerza de trab~jo de 70000 braceros, y materias primas "de volumen y valor incalculables, muy superiores a cuanto exporta a Norteamrica cualquier otra nacin latinoamericana"; argumentaba que para un pas como Mxico, de poblacin exigua, enviar 20000 hombres representara una enorme sangria; felizmente "las Naciones Unidas no exigen suicidios de parte de ningn pueblo"; le pareca que en la posguerra Mxico no necesitara avalar su papel militar, ya que no ambicionaba ningn botn, y aseguraba que las potencias democrticas no escenificarn una "merienda de negros donde los ms poderosos con las armas se servirn con la cuchara grande"; asimismo deca que lo que hiciesen Cuba y Brasil era algo que no ataa a Mxico, y la preponderancia de ste en Amrica Latina se deba a los principios que defenda, no a su poder blico; terminaba diciendo que el pas deba tranquilizarse, ya que el presidente vila Camacho era el nico autorizado "para dar noticias de esta especie, y est lejos de haberlas dado o de pensar darlas"."3 Esto ltimo era una forma velada de pedir al presidente que refutara o confirmara la noticia. Como puede verse, el editorial recurra a algunos de los prejuicios que sealaba Valads: el envo de tropa causara alarma entre la poblacin; el pas deba sentarse a esperar sin tomar ninguna iniciativa; como el pas era dbil y despoblado haba que asmnir que slo poda aspirar a medianas. Con mayor realismo y sensatez un editorial de la revista Maana criticaba la noticia, pero deca que poda tener un fondo de verdad, ya que revelaba que "algunos generales, jefes y oficiales han concebido el fantstico proyecto y lo han lanzado a la publicidad, para preparar a la opinin pblica de Mxico"; desgraciadamente, deca, ese tipo de noticias escandalosas podan generar entusasmo entre "millones de gentes en el mundo, que reciben con entusiasmo la promesa de nuestra colabora

    5~ "Mxico no pelea parte de un botn", Hoy, 23 de octubre de 1943.

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  • MEXICANOS AL GRITO DE GUERRA

    cin. Y como en fin de cuentas no enviaremos el ejrcito, porque no lo podemos enviar, corremos el peligro de convertir a Mxico en un motivo de burlas y escamios".54 La revista sealaba un problema delicado para el gobierno, si se empeaba en llevar a cabo el proyecto:

    Si Mxico se viere obligado a tomar parte en las operaciones militares de Europa, debe hacerlo con toda dignidad, es decir, con un ejrcito mexica

    no, mandado porjefes mexicanos y sostenido por nuestro pueblo [... ] Enviar veinte mil hombres para que los incorporen en un cuerpo de ejrcito de

    otro pas, no sera signo de vigor, sino de e....idente debilidad. Nada honroso

    sera para Mxico que Inglaterra o Estados Unidos se encargaran de armar,

    conducir y dar de comer a nuestros soldados."

    Los autores de estas lneas evidentemente no tenan idea de cmo funcionaba la alianza militar a la que Mxico se haba adherido haca ms de un ao. Con mayor tino afirmaban que:

    Para hacer ese envo que los belicosos piden, necesitaramos antes prepararnos militarmente, como lo advirti con toda razn el general Crdenas. Los

    entusiastas blicos, tras de cantar con patritico ardor el coro del Himno Na

    cional, creen que basta "aprestar el acero y el bridn"; pero en estos tiempos

    hay que aprestar aeroplanos, tanques, carros blindados, submarinos y dems

    mquinas infernales que demanda la guerra moderna[ ... ] Pero antes de ponernos en "pie de guerra", debemos pensar en ponernos en "pie de paz". Con

    campos que no producen lo suficiente para nutrir a nuestro pueblo, y con

    ferrocarriles que se salen de los rieles todos los das, no se puede decir que

    llevemos una existencia normal y estabilizada[ ... ] Entonces, si no consegui

    mos los propsitos de fcil realizacin, conforme a qu sndresis pensamos

    en enviar fuera de Mxico ejrcitos que no podramos atender y que, por lo mismo, tendran que atenerse a lo que las naciones aliadas les quisieran dar?56

    Lo que no saban -ni podan saber- los editorialistas era que Crdenas ya haba mostrado un cambio de opinin sobre la preparacin del ejrcito. Acertaban en sealar que por un voluntarismo disfrazado de patriotismo no poda estar listo ni preparado un batalln, ni una

    54 "Gloria o tragedia, pero no el ridculo!", Maana, 23 de octubre de 1943, 55 Loe. cit. 56 'Ltilizo el plural ya que al tratarse del editorial principal de la revista es de suponer

    se que para su elaboracin participaba ms de uno de los redactores de la misma, Loe cit.

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    http:escamios".54

  • MEXICANOS AL GRITO DE GUERRA

    brigada, divisin o cuerpo de ejrcito alguno. Tambin en la crca a la "batalla por la produccin", de resultados claramente insuficientes.

    Cuando Exclsior busc en la Secretara de la Defensa la confirmacin de la noticia que tanto impacto haba tenido, los altos funcionarios se limitaron a jugar al ping-pong con sus reporteros: el subsecretario Francisco L. Urquizo, les dijo que como el tular de la secretara se encontraba en el edificio, a l le corresponda responderles; Crdenas los recibi nicamente para decirles que Urquizo era el indicado para contestarles; de nuevo con Urquizo, se limit a decirles que sobre ese asunto "la Secretara de la Defensa Nacional no ene conocimiento oficial". Slo obtuvieron algunas opiniones dejvenes militares, pero su condicin de subalternos les impeda decir algo concreto y tampoco deseaban que apareciese su nombre, sin embargo "consideran que nada de extrao tendra el hecho, sino antes bien, resultara lgico que hallndose nuestro pas en guerra con las potencias del E;je, su parcipacin mediante el envo de hombres apercibidos para la lucha".57 Otros entrevistados del oficialismo coincidan en la pernencia de la medida; el senador Flores Muoz deca que si las necesidades de la guerra actual "reclamasen el conngente de sangre mexicana nuestro deber es darla sin reservas"; recordaba que desde la declaracin de guerra el presidente haba dicho que se trataba de una guerra con todas sus consecuencias. En el mismo sentido opinaron los senadores No Lecuona, Alejandro Pea, Abelardo Reyes y Abraham Gonzlez; tambin apoyaron la medida los diputados Ruffo Figueroa, Adn Velarde, Garza Tijerina y Francisco de P. Jimnez; Fidel Velzquez, secretario general de la CTM deca: "Desde hace mucho empo la CTM ha considerado que es absolutamente indispensable que nuestro pas intervenga enviando tropas a los frentes de batalla"; Vicente Lombardo Toledano, presidente de la CTAL, haba sido de los polticos que con ms entusiasmo haban promovido esa parcipacin; antes de 1941, cuando se mantena el pacto germano-sovitico, se negaba, aludiendo que el conflicto era una guerra interimperialista, pero cuando Hitler invadi Rusia la opinin de Lombardo y de toda la izquierda mexicana dio un vuelco de ciento ochenta grados en favor de los aliados y de la declaracin de guerra, de ah que Lombardo dijera que desde ese momento l haba pedido la cooperacin militar de Mxico,

    57 "Mxico est obligado a pelear", Exclsim; 15 de octubre de 1943.

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    http:lucha".57

  • 153 MEXICANOS AL GRITO DE GCERRA

    y lo he propuesto as, lo mismo que para los dems pases latinoamericanos, no slo por una conviccin de carcter poltico, es decir, por una posrura

    antifascista, tambin por razones patriticas, ya que es evidente que los pases

    que tendrn autoridad mayor,[ ... ] han de ser aquellos que hayan contribui

    do con el sacrificio de sus hombres, en proporcin a sus propios recursos humanos, a la victoria en contra del fascismo.58

    Aunque los reporteros no hicieron una bsqueda exhaustiva de opiniones, resulta interesante que el nico secretario de Estado que habl favorablemente del proyecto fue Ezequiel Padilla, ya que Crdenas no dijo ni po y el presidente del PRM -de facto podra considerrsele parte del gabinete-, licenciado Antonio Villalobos, se limit a decir que el presidente era quien diriga la poltica internacional, por tanto "es a l a quien compete resolver sobre tal problema, y al pueblo mexicano cumplir con lo que aqul decida".59

    Despus de la noticia y de la bsqueda intil por confirmarla, la pelota quedaba en la cancha presidencial y fue el propio vila Camacho quien confirm que la noticia dada por Exclsiortena fundamento oficial. Y lo dijo en la sede donde haban estudiado varios de los oficiales y jefes partidarios del envo de un contingente mexicano, la ESG. El16 de noviembre de 1943, en la clausura del ciclo de conferencias para generales, dijo:

    Alejado hasta ahora de las batallas que los soldados de las Naciones Unidas

    libran heroicamente, el Ejrcito mexicano est dispuesto a actuar donde las

    circunstancias lo necesiten. Aqu,[ ... ] e incluso tuera de nuestro territorio, si

    por motivos justificados nuestros aliados nos lo pidiesen, siempre que nuestro esfuerzo no se perdiera en la confusin de una masa annima y tomando en cuenta que, en semejante eventualidad, nuestro concepto de las respon

    sabilidades reclamara un sector concreto de accin, por limitado que fuese;

    pero un sector controlado por nuestro mando y bajo el compromiso de honor de nuestra bandera.50

    Quedaba claro as que el presidente estaba dispuesto a colaborar militarmente, pero era extremadamente cauteloso, como muestran la cantidad de condiciones que enumeraba: slo si los aliados lo soli

    58 Todas estas opiniones, en ibidem, 15 de octubre de 1943. 5. Loe. GiL

    60 "Vida pblica en Mxico", Maana, 27 de noviembre de 1943.

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    http:bandera.50http:decida".59http:fascismo.58

  • 154 MEXICANOS AL GRITO DE GUERRA

    citaban; siempre y cuando fuese bajo mando mexicano; y nunca con masas enormes de combatientes, sino con contingentes selectos. Esto ltimo reflejaba el temor que exista en el pas, ya no digamos a que los jvenes conscriptos fuesen a combatir fuera de las fronteras, tambin a que se diera una leva generalizada (en trminos militares ad hoccon ese tiempo, a "que se movilizaran las reservas del ejrcito").

    Toda la prensa destac el cambio radical de postura en el gobierno. El genial caricaturista Antonio Arias Bernal-anticipndose al discurso presidencial- haca una magnfica alegora de la disyuntiva que se le presentaba al pas: detrs de una barricada, cada uno con un rifle en la mano, combaten los tres grandes, pero dos de ellos voltean a ver a una figura muy parecida a Cantinflas, que representa a Mxico, reposando tranquilamente y con los dedos de un pie, para resaltar que ni siquiera quiere hacer el esfuerzo de levantarse y hacerlo con la mano, va contando las bajas que hacen sus aliados; Stalin est muy concentrado disparando al enemigo, pero Churchill voltea a ver al mexicano y le sonre, como invitndolo a participar; el gesto de Roosevelt es mucho ms elocuente, ya que le tiende su rifle para que l tambin se una al combate; el rostro del mexicano muestra una mezcla de desconcierto y desinters ante esa invitacin.61

    Cuando Exclsior dio la noticia en octubre de ese ao, indicando que el proyecto lo haba hecho un grupo de oficiales y jefes de estado mayor, as como pilotos de la fuerza area, aunque no se diera ningn nombre, ahora es fcil saber quines eran esos militares. En una visita que hizo el mayor Benjamn Muse del ejrcito estadunidense, a la Secretara de la Defensa en marzo de 1943, en un picnic que el estado mayor de la secretara organiz para despedirlo, tres de los cinco jefes de seccin de ese estado mayor le hablaron con fervor, casi le suplicaron a favor del enVo de un contingente mexicano a la guerra; se trataba de los capitanes Jernimo Gamar Sustegui, Jenaro Hernndez Mndez y Alberto Arenal Camargo; le dijeron que todo el ejrcito estaba a favor de ello, y en caso de bajas mexicanas, el pueblo apoyara con mayor entusiasmo la misin; el mayor Muse sealaba que estos oficiales tenan puestos de mucha responsabilidad y confianza en la secretara.52 Otro de los promotores de la divisin

    Se trata de la portada de la revista Maana, 13 de noviembre de 1943. El capitn primero Jenaro Hernndez Mndez era jefe de la seccin primera

    del estado mayor de la secretara, encargada del personal del ejrcito, movilizacin general, organizacin de unidades, justicia militar y disciplina, asignacin de personal

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    http:secretara.52http:invitacin.61

  • MEXlCA.1\IOS AL GRITO DE GUERRA

    mexicana era el subjefe del estado mayor de la secretara, teniente coronel Arturo Dvila Caballero, quien era la mano derecha del general Toms Snchez Hernndez, y el mismo mayor Muse consideraba que tena mucha influencia en asuntos de organizacin del ejrcito mexicano; era de la nueva escuela de oficiales y jefes educados en la Ese y su influencia era mucho mayor a lo que sugera su rango.63 Dvila Caballero fue uno de los viajeros al norte de frica y estaba tan entusiasmado, que coment su deseo de estar en esa misin no los sesenta das previstos, sino todo lo que quedaba del ao.64 El estado mayor de la secretara era la dependencia ms importante de este ministerio, ya que tena que coordinar las operaciones militares, el movimiento de personal, la organizacin de comunicaciones y muchas otras tareas indispensables para el funcionamiento de un ejrcito. Segn el mayor Battles, los jvenes oficiales que mostraban un deseo ms notorio de ver una divisin del ejrcito en ultramar, con alrededor de 6000 hombres (ya exista, era la la. Divisin de infantera formada por soldados y oficiales del ejrcito regular), eran principalmente capitanes del ejrcito que haban estudiado en el Colegio Militar, de las generaciones 1924 a 1928; ellos consideraban que el ejrcito norteamericano podra ofrecer servicios que el mexicano estara imposibilitado de otorgar en ultramar, como comida, agua, transporte, equipo para guerra qumica, entre otros; estos oficiales crean que los

    a cuarteles y promociones y pagos; con e! mismo grado, Jernimo Comar Sustegui, de la seccin segunda, encargada del servicio de inteligencia, prensa y publicidad, agregados militares, seguimiento de estudiantes militares en el extranjero, encrptamiento y desciframiento de mensajes, criptografa, cartografa y fotografa, relaciones con autoridades civiles y mapas; con igual rango Alberto Arenal Camargo. jefe de la seccin cuarta, encargada de suplementos, evaluaciones, organizacin de comunicaciones, construccin de cuarteles, industria militar, administracin de fondos y rdenes de compra y pago. Los otrosjefes eran: e! mayor Alfonso Curza Falfn de la seccin tercer.!, encargada de planes de guerra, operaciones, instruccin y entrenamiento, subdivisin de fuerzas, comunicaciones y topografa; y el teniente coronel Teodoro Conzlez Bentez de la seccin quinta. encargada de correspondencia y archivo del estado mayor. Sobre las secciones de! Estado Mayor de la secretara y sus atribuciones, resumen de inteligencia, 11 de febrero de 1942, NARA, RC 165, RF2244, caja 2529; los nombres de los jefes en informe del agregado militar, 10 de febrero de 1943, ibidem, caja 2511; memorndum del mayor Benjamin Muse al oficial de enlace extranjero, DF, 31 de marzo de 1943, NARA, RG 319, PDF41-45, caja 869.

    63 Memorndum del mayor Benjamn Muse, oficial de enlace, seccin de Amrica Latina, Washington, 8 de abril de 1943, loe. cit.

    54 InfOlme del mayor Benjamn Muse. oficia! de enlace, seccin de Amrica Latina, a! teniente corone! O. T. Jamerson, Washington, 6 de mayo de 1943, lac. ci~

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    http:rango.63

  • MEXICANOS AL GRITO DE GUERRA

    militares mexicanos podran subordinarse a jefes de unidades estadunidenses o britnicas, pero que no aceptaran que se les mezclara con otras unidades aliadas, como las de la Francia Libre.65 Lo que no deca Batdes, pero es obvio que estaba al tanto de ello, era que muchos de los que estudiaron en el Colegio en esos aos eran, generacionalmente hablando, los que se diplomaron en los primeros aos de vida de la ESG, donde tambin haba un enorme entusia..lmerals. .. , p. 244.

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    http:Domnguez.66http:Libre.65

  • 157 MEXICANOS AL GruTO DE GUERRA

    Ya mencion las opiniones del general Cristbal Guzmn Crdenas, comandante de la brigada moto-mecanizada, y la del general Eulogio Ortiz, comandante de la zona militar de Nuevo Len. El general Modesto Guinart tambin quera ir al frente de batalla, ya que era el subjefe de la la. Divisin de infantera, la unidad ms numerosa del ejrcito y que se haba formado debido a la guerra; por esa razn, en esa unidad se haban introducido mtodos del ejrcito de Estados Unidos para su entrenamiento; era la unidad modelo en caso de que ese proyecto prosperara. El general Julio Pardias Blancas, en 1942 estaba a cargo de un centro de entrenamiento para oficiales en Quertaro; ah segua el programa de entrenamiento del general Walter Kruger, exjefe de la Divisin de planes militares del departamento de Guerra y uno de los militares norteamericanos ms influyentes durante la guerra, ya que sus ideas ayudaron a modernizar al ejrcito estadunidense, estableciendo la divisin triangular en las unidades del ejrcito. Pardias era un seguidor entusiasta de esta forma de organizacin, y los oficiales de infantera que terminaban su entrenamiento en Quertaro, eran enviados a 23 batallones del ejrcito que ya haban adoptado ese sistema, y se esperaba que los 57 batallones que existan en ese momento terminaran recibiendo la misma organiz(icin.6i Pardias, incluso lleg a traducir al espaol manuales del ejrcito estadunidense. En 1945 este general estaba tan desesperado por no tener mando de tropa que le pidi a Crdenas que 10 enviara al frente del Pacfico, aunque fuese slo como observador, pero el michoacano se neg y le recomend que tuviera pacienca.68 Tanto Guinart como Pardias se haban quejado amargamente ante militares norteamericanos por el exceso de generales veteranos en el ejrcito, que dificultaban o de plano hacan imposibles los ascensos, de ah que una de las motivaciones para combatir fuera del pas era que se requerira aumentar los efectivos del ejrcito, por tanto habra necesidad de ms jefes y generales para el mando de ms unidades; con el mando venan los sobrehaberes y, eventualmente para algunos que fuesen destinados a combatir en el extranjero, las promociones por mritos en campaa.69 Tambin el teniente coronel Arturo

    67 Informe "The Army ofMexico moves forward", 15 de octubre de 1942, NARA, RG 319, PDF41-45, caja 866.

    68 Inforrne del capitn Benjamn Ruyle, Fort Sam Houston, a la Divisin de enlace internacional del departamento de Defensa en Washington, 17 dejulio de 1945, ibidem, caja 868.

    Aqu pongo algunos ejemplos de sobrehaberes que se pagaban por distintas co

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    http:campaa.69http:pacienca.68http:niz(icin.6i

  • MEXICANOS AL GRITO DE G{;ERRA

    Dvila Caballero se quejaba de esto y seguramente contemplaba esa opcin para promoverse. 70

    Otro flanco castrense donde tambin haba un gran inters por formar un contingente mexicano en el exterior era la fuerza area. Comenzando por su jefe, el general Gustavo Salinas Camia, quien a raz de las palabras del presidente, presuma a la prensa que la aviacin se haba modernizado ltimamente y estaba en condiciones de enviar 500 pilotos militares a la guerra, adems de operarios de bombas y mecnicos; deca que el esfuerzo blico que se poda prestar a los aliados con ese nmero de pilotos y aviones era tan trascendente como el de un contingente de 150000 soldados de infantera, adems de menores costos para su traslado; expresaba que toda la fuerza area esperaba con ansia el llamado presidencial y que prefera, como escenario de combate, ir contra los japoneses en el Pacfico que contra Alemania en Europa. Al asesor del attach para asuntos areos le pareca que Salinas exageraba, y bastante, ya que en ese momento tena slo 200 pilotos, y el nmero de 500 aviones era una total fantasa; el informante crea que con esas palabras, Salinas buscaban seguir obteniendo aviones a travs del programa de Prstamos y Arriendos, ante el rumor de que sera suspendido para los pases que no participaran militarmente en la guerra, pero estaba seguro de la sinceridad de los pilotos y personal de la fuerza area mexicana por participar en una expedicin fuera de Mxico.71

    misiones militares; el sobrehaber era una cantidad fija extra al sueldo (haber) mensual que se pagaba a cada militar. dependiendo de su grado, aqu pongo cantidades mensuales: a un comandante de unidad de tropa, batalln o regimiento (jefatura que se daba a un coronel o a un general brigadier), 150 pesos; comandante de una compaa de ambulancia, 100 pesos; comandante de una compaa de tanques ligeros, 150 pesos; comandante de una compaa antitanque, 150 pesos; comandante de zona militar, si era general de divisin, 900 pesos, si era general de brigada, 675 pesos; al comandante de la la. zona militar (DF), 1500 pesos (esta zona siempre se le daba a un divisionario). Para tener una idea de lo que poda ganar un general con comisin de mando, pongo los sueldos (haberes) mensuales, en 1942: general de divisin, 960 pesos; general de brigada, 780 pesos; general brigadier, 630 pesos; coronel, 473 pesos. Informe del capitn Battles, DF, 13 de junio de 1942 e informe del mayor Howe, DF, 3 de abril de 1942, loe. cit. I

    70 Sobre Guinart y Pardias, vase Informe del capitn Benjamn Ruyle, Fort Sam Houston, a la Divisin de enlace internacional del departamento de Defensa en Washington, 17 dejulio de 1945, NARA, RG 319, PDF41-45, caja 866; para Dvila Caballero, informe del mayor Benjamn Muse, oficial de enlace, seccin de Amrica Latina, al teniente coronel O. T.Jamerson, Washington, 6 de mayo de 1943, ibidem, caja 869.

    71 Las palabras de Salinas aparecieron en El Universal en diciembre de 1943 y fueron

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    http:Mxico.71http:promoverse.70

  • 159 MEXICANOS AL GRITO DE GUERRA

    El proyecto de un contingente terrestre fue el primero que analiz el ejrcito de Estados Unidos, aunque no haba ninguna peticin oficial del gobierno mexicano. Un informe del mayor Batdes consideraba que al entrenamiento de la tropa en el ejrcito mexicano le faltaba originalidad; no se incentivaba la iniciativa individual de los jefes de unidades; en los ejercicios de campo no se planteaban problemas como lneas de abastecimiento cortadas, condiciones tcticas continuas por das y noches, entre otras; en toda la cadena de mando se le daba muy poca importancia a la explicacin individual de cada sal

    e dado; la oficialidad consideraba innecesario definir el motivo de una misin y qu se esperaba de ella; afirmaba que el soldado era capaz de entender mucho ms de lo que se le explicaba; de ah su conclusin -nada nueva por cierto- de que al soldado se le trataba como a un nio, al que se le inculcaban ciertos hbitos inalterables; sin embargo, consideraba que el soldado mexicano era capaz de mantenerse y funcionar adecuadamente por largos periodos de tiempo con poca comida y en climas extremos; con un trato y disciplina adecuados era capaz de desarrollar un enorme patriotismo, que le haca olvidar su propia seguridad, lo poda volver "fanticamente bravo"; Bardes destacaba el

    . excelente trabajo de la artillera, especialmente los morteros de 60 mm; destacaba que un grave problema para poder valorar justamente la capacidad del ejrcito mexicano era que nunca haba participado en combates a gran escala; era evidente que el pas tena unidades de combate muy buenas y capaces, sobre todo batallones de infan

    tera, pero eran unidades no mayores a 500 efectivos; otro problema era el exceso de generales en el ejrcito, haba aproximadamente un general por cada cien hombres de tropa, y tres de cada cuatro bata

    llones o regimientos eran comandados por un generdl; debido a que un general del ejrcito norteamericano no comandaba unidades tan

    pequeas, eran de esperarse conflictos de autoridad, ya que el comandante que Mxico designase, por fuerza tendra un grado superior al de la unidad norteamericana en que la fuerza expedicionaria fuese destinada para combatir, y que tendra que subordinarse al mando norteamericano; otro obstculo era que histricamente, las doctrinas tcticas del ejrcito mexicano se basaban en el modelo francs, modificado considerablemente por influencia del ejrcito alemn; reconoca que en los ltimos tres aos, la doctrina tctica norteamericana

    transcritas por el informante. Capitn Pau! B. Miller, ayudante de! agregado mlitar para asuntos areos, DF, 6 de diciembre de 1943, ibdem, caja 870.

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  • 160 MEXICfu'\'OS AL GRITO DE GUERRA

    haba sido adoptada por el ejrcito mexicano y podra considerrsele la estndar en la Secretara de la Defensa; pero eso no significaba que todas las unidades estuviesen bien versadas en esa tctica; las que s lo estaban eran la brigada moto-mecanizada (Guzmn Crdenas), la la. Divisin de infantera regular (Bravo Izquierdo-Guinart Lpez) as como las divisiones de infantera de conscriptos, la 2a. (Amezcua) y la 3a. (Mustieles Medel).72

    El general Marshall tal vez se bas en este y otros informes para oponerse al proyecto de una fuerza expedicionaria de infantera, con alrededor de 6000 efectivos. Adems, seguramente tambin consider la diferencia de lengua, la dificultad de entrenar y de trasladar esos efectivos a algunos de los teatros de guerra. Debi haber considerado que era preferible seguir dependiendo de soldados reclutados y entrenados en Estados Unidos, a pesar de que cuando tom esa decisin, era precisamente cuando ms soldados requeran, ya que se estaba preparando la invasin a Normanda y al mismo tiempo se requera enviar ms soldados a ltalia.73 Fue entonces cuando la diplomacia comenz a moverse. Al parecer, la idea de la participacin mexicana a travs de un escuadrn areo provino del embajador Messersmith, al sugerir esta idea al presidente Roosevelt, considerando que la participacin mexicana era importante por cuestiones polticas; la solucin ideal era sa, ya que implicaba el entrenamiento y enVo de pocos hombres, cerca de 300. Roosevelt accedi y le pidi a su embajador que comunicara al presidente vila Camacho que sera bienvenido un escuadrn areo mexicano. Con la aprobacin del presidente, Messeersmith consult el proyecto con Marshall y con el general Henry H. Arnold, jefe de la fuerza area norteamericana, obteniendo la aprobacin de ambos, bajo la premisa de que el escuadrn fuese entrenado primero en Mxico y luego en Estados Unidos, antes de ser enviado a algn teatro de guerra, el cual se definira despus; este acuerdo permanecera en secreto hasta obtener el visto bueno de vila Camacho.74

    El consentimiento de las autoridades diplomticas y militares estadunidenses y la negociacin entre stas con el gobierno mexicano fueron

    72 lnfonne del mayor Robert E. Battles, ayudante del agregado militar, DF, 12 de octubre de 1943, NARA, RG 165, RF22-44, caja 251l.

    n Esta decisin se tom en los primeros meses de 1944, Harrison, "United StatesMexican"., pp. 225-227.

    74 Paz Salinas, Strategy.", pp. 223-224.

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    http:Camacho.74http:ltalia.73http:Medel).72

  • MEXICANOS AL GRITO DE GUERRA

    bastante ms fciles que la lidia en el frente interno, plagado de dobles discursos, fricciones internas, envidias y el hecho de que este tema acabara mezclndose con asuntos polticos diversos. Para empezar estaba la batalla en una opinin pblica reacia, a la cual se le haba insistido que no habra combatientes mexicanos en el extranjero, y despus se le vena a decir que era indispensable que los hubiese. El cambio en la opinin pblica se facilitaba por el relativo control que tena el gobierno sobre la prensa, que era an mayor en otros medios masivos como la radio y el cine, los cuales seguan las directrices pro-aliadas.75 Ms conflictivo era que esto fuese aceptado dentro del gobierno, e incluso dentro del ejrcito, donde no haba consenso al respecto.

    Aunque Crdenas haba hablado a favor de la participacin de tropa mexicana en la guerra, lo hizo en privado y ms bien buscaba dar a entender que el gobierno no se negaba a llegar a un acuerdo sobre ese tema. Pero en pblico sigui siendo muy parco para tratar el asunto, aunque no fue el nico. Todava enjulio de 1944 lo que predominaban eran los rumores: que si se enviara a la la. divisin de infantera que ya estaba lista para ir al frente; que el contingente mexicano luchara en el Pacfico al mando del general Joaqun Amaro; que por ahora no saldra ningn conscripto; en conclusin, deca una revista, "ninguna declaracin, ha sido hecha, con carcter oficial, por la Secretara de la Defensa, pero gentes que se consideran bien informadas aseguran que las tropas mexicanas estarn combatiendo en Oriente antes de que termine este ao".76 La falta de informacin evidenciaba que no haba acuerdo en el seno del gobierno. La administracin avilacamachista se caracteriz durante todo el sexenio por las fricciones entre la derecha y la izquierda oficiales, de ah que las tensiones y discrepancias fueran el pan nuestro de cada da.77 Para finales de 1943 y principios de 1944 los conflictos internos, en lugar de amainar se incrementaron, volviendo muy difcil que vila Camacho retomara ymucho menos decidiera cmo se dara, si es que se daba, la participacin militar en la guerra. Una de esos conflictos se dio al mismo tiempo que el presidente anunciaba la disposicin del gobierno a

    75 Vanse Ortiz Garza, Mxico en guerra ... , y Pereda, Cne y propaganda... 76 "Noticias", Maana, 22 de julio de 1944. 77 Ya hemos sealado uno de ellos, que incluso culmin en la muerte de algunos

    obreros de Materiales de Guerra en 1941; para las fricciones entre izquierda y derecha oficiales vanse Bemal, Vicente Lombardo ... , pp. 114-119, Y Luis Medina, Del cardenismo... , e Histmia de la Revolucin mexicana 1934-1940. Civlismo y modernizacin del aulmi tmismo, vol. 20, Mxco, El Colegio de Mxico, 1982.

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    http:pro-aliadas.75

  • MEXICANOS AL GRITO DE GUERRA

    una colaboracin militar ms activa en noviembre de 1943. Se trat de un desafo que Crdenas y la izquierda oficial lanzaron al presidente, motivados en parte por la discrepancia sobre el envo de tropas. Se trataba de ver hasta dnde seguira el presidente medidas anticlericales que, en ese tiempo, eran consideradas parte del ADN revolucionario. La Confederacin Nacional de Obreros Guadalupanos, al acercarse la peregrinacin anual a la Baslica de Guadalupe, pidi permiso al gobierno para realizarla, el cual les fue negado, ya que poco antes la Secretara de Gobernacin haba emitido un decreto llamando a respetar la Constitucin, que prohiba procesiones y eventos religiosos fuera de las iglesias.78 Crdenas influy en esas medidas que pareCan rescatar una poltica aorada por la izquierda revolucionaria: la confrontacin con la Iglesia.79 Pero la influencia moderadora del avilacamachismo muy pronto se dej sentir. El arzobispo Luis Mara Martnez, quien era aliado del presidente, pidi a los feligreses que se abstuvieran de acudir a la procesin en grupos; por su parte el gobierno, un da antes de