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1. Introducción. Desde que el fútbol surgió, multitud de as- pectos han venido transformándose con el pa- so de las décadas. La institucionalización sufri- da por el fútbol ha dado pie a un nuevo marco coyuntural donde queda ubicado el fútbol. La lógica externa del fútbol ha cambiado tanto que está poniendo en riesgo la propia lógica interna del juego. Jugar al fútbol hoy, no tiene nada que ver con el que se jugaba hace 20 o 30 años. No nos estamos refiriendo a los com- portamientos desplegados por los jugadores sobre el terreno de juego, que se mantienen prácticamente constantes, sino a la propia di- námica general del juego, que entendemos se encuentra limitada. Por eso pensamos que to- dos los apoyos externos que puedan ayudar a conocer lo interno del fútbol, funcionamiento de jugadores y equipos, debería ser considera- do. En esta línea, la investigación que se está realizando en el fútbol y, más concretamente, la que trata sobre la dinámica de la acción de juego en el fútbol, va adquiriendo con el paso de los años una mayor rigurosidad científica, prueba de ello son las tesis doctorales que so- bre el desarrollo de los acontecimientos en fút- bol se han realizado (Castelo, 1993; Hernández Mendo, 1996; Vales, 1999; Ardá 1999 y Castellano, 2000), así como la publica- ción de estudios en revistas científicas. El avance tecnológico ha ayudado de manera contundente a la confección de herramientas observacionales, facilitando, en gran medida, el análisis descriptivo de la acción de juego en fútbol. Aún así, las sumas astronómicas de dinero que se barajan en este ámbito deportivo, que resultan escalofriantes, no están al mismo ni- vel que los recursos destinados a su investiga- ción. Estamos en el momento de apostar por continuar con el marco actual de falta de cono- cimiento, análisis basados en impresiones o subjetividades, etc. o de apostar por avanzar en el intento de acercarnos al dinamismo de jugadores y equipos dentro del desarrollo del juego en el fútbol, es decir, a conocer la diná- mica diacrónica de los acontecimientos del jue- go fundamentados en estudios rigurosos. 2. Antecedentes. Gracias, sobre todo, a una cultura científica más arraigada, la mayor parte de las investiga- ciones realizadas sobre fútbol, orientan sus es- tudios en la descripción y/o explicación de as- pectos físicos y/o fisiológicos. Los temas más tratados se concretan en la cuantificación del esfuerzo físico del jugador de fútbol en compe- tición. Son aspectos que inciden directamente en la valoración de la carga interna y carga ex- terna del futbolista en la propia actividad com- petitiva. Estas investigaciones toman el fútbol como objeto de estudio, pero no estudian el 4418 cuaderno del entrenador 12 La observación de la acción de juego en fútbol (I). Contextualización de los acontecimientos. Julen Castellano Paulis. Universidad del País Vasco. Antonio Hernández Mendo. Universidad de Málaga.

El entrenador es paol observacion

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El entrenador es paol observacion

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1. Introducción.

Desde que el fútbol surgió, multitud de as-pectos han venido transformándose con el pa-so de las décadas. La institucionalización sufri-da por el fútbol ha dado pie a un nuevo marcocoyuntural donde queda ubicado el fútbol. Lalógica externa del fútbol ha cambiado tantoque está poniendo en riesgo la propia lógicainterna del juego. Jugar al fútbol hoy, no tienenada que ver con el que se jugaba hace 20 o30 años. No nos estamos refiriendo a los com-portamientos desplegados por los jugadoressobre el terreno de juego, que se mantienenprácticamente constantes, sino a la propia di-námica general del juego, que entendemos seencuentra limitada. Por eso pensamos que to-dos los apoyos externos que puedan ayudar aconocer lo interno del fútbol, funcionamientode jugadores y equipos, debería ser considera-do. En esta línea, la investigación que se estárealizando en el fútbol y, más concretamente,la que trata sobre la dinámica de la acción dejuego en el fútbol, va adquiriendo con el pasode los años una mayor rigurosidad científica,prueba de ello son las tesis doctorales que so-bre el desarrollo de los acontecimientos en fút-bol se han realizado (Castelo, 1993;Hernández Mendo, 1996; Vales, 1999; Ardá1999 y Castellano, 2000), así como la publica-ción de estudios en revistas científicas. Elavance tecnológico ha ayudado de maneracontundente a la confección de herramientas

observacionales, facilitando, en gran medida,el análisis descriptivo de la acción de juego enfútbol.

Aún así, las sumas astronómicas de dineroque se barajan en este ámbito deportivo, queresultan escalofriantes, no están al mismo ni-vel que los recursos destinados a su investiga-ción. Estamos en el momento de apostar porcontinuar con el marco actual de falta de cono-cimiento, análisis basados en impresiones osubjetividades, etc. o de apostar por avanzaren el intento de acercarnos al dinamismo dejugadores y equipos dentro del desarrollo deljuego en el fútbol, es decir, a conocer la diná-mica diacrónica de los acontecimientos del jue-go fundamentados en estudios rigurosos.

2. Antecedentes.Gracias, sobre todo, a una cultura científica

más arraigada, la mayor parte de las investiga-ciones realizadas sobre fútbol, orientan sus es-tudios en la descripción y/o explicación de as-pectos físicos y/o fisiológicos. Los temas mástratados se concretan en la cuantificación delesfuerzo físico del jugador de fútbol en compe-tición. Son aspectos que inciden directamenteen la valoración de la carga interna y carga ex-terna del futbolista en la propia actividad com-petitiva. Estas investigaciones toman el fútbolcomo objeto de estudio, pero no estudian el

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La observación de la acción de juego en fútbol (I).

Contextualización de los acontecimientos.

Julen Castellano Paulis.Universidad del País Vasco.Antonio Hernández Mendo.

Universidad de Málaga.

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fútbol en sí mismo. Informan sobre lo que unjugador de fútbol recorre en un partido, qué ti-po de esfuerzos y a que intensidad realiza unau otra acción, etc. Sus aportaciones las reali-zan desde otros marcos, que aunque aportanpara el entrenamiento en fútbol cosas muy in-teresantes desde el punto de vista teórico ypráctico, no responden al estudio de esta prác-tica deportiva desde la propia práctica, dandoinformación del mismo juego, describiendo oexplicando dónde, cómo, cuándo, por qué, pa-ra qué realizan los jugadores lo que hacen oqué probabilidades tienen de hacerlas en fun-ción de los contextos situacionales que se vansucediendo en la actividad. El que un fisiólogodemuestre que un jugador de competición acu-mula en el transcurso del partido media doce-na de milimoles de lactato en sangre, no expli-ca como se consiguen los goles, cuál es laorientación que el jugador debe tomar ante suadversario, o por donde debe desplazarse pa-ra recibir un pase de un compañero en las me-jores condiciones posibles.

Dejando de lado el aspecto físico, otras in-vestigaciones toman como criterio argumentospropios del juego. Estudian parámetros que ju-gadores o equipos desarrollan sobre el terre-no, complementados, en algunos casos, conaspectos temporales y espaciales de dichoscomportamientos. Se trata de estudios quecontemplan elementos considerados relevan-tes de la acción de juego en el fútbol. Son as-pectos que caracterizan, en cierta medida, elfuncionamiento del juego. Informan sobre laevolución sincrónica y diacrónica de los suce-sos que ocurren en el fútbol, es decir, descri-ben los comportamientos de jugadores y equi-pos en la competición.

El parámetro que con mayor asiduidad hasido estudiado, dentro de la acción de juego enel fútbol, es el de las posesiones del balónde los equipos. Donde se contemplan las zo-nas de inicio y finalización, causas que las pro-vocan, tipos de desarrollos, duraciones y gra-dos de éxito (Reep & Benjamín, 1968;Sledziewski, 1982; Franks, Goodman & Miller,1983; Wrzos, 1984; Franks & Goodman,1986a; Franks, Wilson & Goodman, 1987; Ali,1988; Bate, 1988; Chervenjakov, 1988; Franks,1988; Hughes, Robertson & Nicholson, 1988;Pollard, Reep & Hartley, 1988; Dufour, 1989,

1990 y 1993; Mombaerts, 1991; Bishovets,Gadjiev & Godik, 1993; Hughes, 1993;Lanham, 1993; Luhtanen, 1993; Partridge,Mosher & Franks, 1993; Yamanaka, Hughes &Lott, 1993; Hughes & Franks, 1995; Luhtanen,Korhonen & Ilkka, 1997; Olsem & Larsen,1997; Márquez y Raya, 1998; Vales, 1998;Castelo, 1999).

El gol es, sin duda, la esencia del fútbol. Elgol despierta pasiones, avalanchas y euforias.Todo, en el fútbol, está centrado en el gol. Hoyen día, quizás, sería más apropiado hablar del"no-gol". Como cabría de esperar, el gol o elno-gol, no podía ser pasado por alto por los en-trenadores, ayudantes, preparadores, directi-vos, etc., que buscan la receta mágica que per-mita conseguirlos. Su observación y análisis hasido, como no, centro también de numerososestudios. Han buscado para encontrar como esla morfología de la consecución de los goles oposesiones que tienen la culminación de gol.Desde dónde nacen, cómo son las formas definalización (con relación a aspectos ejecucio-nales), cuáles son las acciones previas a las deculminación del gol, etc. (Reep, Pollard &Benjamin, 1971; Sledziewski, 1987; Olsem,1988; Partridge & Franks, 1989a y 1989b;Jinshan, Xiakone, Yakamaha & Matsumoto,1993; Alvarez, 1994; Castellano y Zubillaga,1995a, 1995b y 1995c; Garganta, Maia &Basto, 1997; Gili I Nadal y Vicente I Vives,1997; Castelo, 1999; Molina, 1999a y b).

Los elementos de interacción han sidotambién estudiados en diferentes investigacio-nes (Stronczynski & Norek, 1984; Dugrand,1987; Starosta, 1988; Starosta & Bergier,1993; Winkler, 1988; Mombaerts, 1991;Erdman, 1993; Godik y Popov, 1993; Pueyo,Suñes y Segura, 1994; Segura y PérezBardají, 1996; Becerra, 1997; Morilla,Caracuel, Pérez y Arranz, 1997; Moril la,Caracuel, Pérez y Benítez, 1997; Yamanaka,Liang & Hughes, 1997; Castelo, 1999).Acciones de regate, pase, recuperación o pér-dida, han sido minuciosamente revisados porautores que tratan de sacar a la luz aspectoscruciales de un deporte de interacción como esel fútbol.

Precisamente el espacio, ha tenido tambiénsus estudios detallados. Factor contextualiza-

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dor de otros parámetros anteriormente comen-tados, adquiere su protagonismo propio en unaserie de estudios que lo toman como punto departida y final (Gréhaigne, 1987, 1988, 1990 y1992; Gréhaigne et Bouthier, 1994; Gréhaigne,Bouthier & David, 1997; Harris & Reilly, 1988;Mombaerts, 1991; Nicholls, McMorris, White &Carr, 1993; Castelo, 1999).

Los aspectos reglamentarios han sidotambién estudiados por diferentes autores.Estos estudios aportan información con rela-ción a las diferentes causas que motivan lasinterrupciones reglamentarias ocurridas en eltranscurso del juego, que están contempladasen el reglamento, asi como su cuantificacióntemporal (Colli, 1985; Gómez Perlado, 1992 y1993; Hernández Moreno y cols, 1992 y 1993;Hernández Moreno, 1993a, b y c, 1996a y b;Segura, Barrabes y Puig, 1994, y Nogués,1997).

3. Orientaciones tomadas.Una vez revisados un número elevado de in-

vestigaciones, creemos, que siendo el concep-to de interacción o ‘incertidumbre social’ claveen el discurrir del juego en fútbol, éste no hasido estudiado desde una perspectiva contex-tualizadora. La exploración del fenómeno ob-servado se puede realizar bajo distintos nive-les de enfoque, si la ‘lente’ enfoca los detallesy oscurece el entorno general, las conductasse descontextualizan y se enfoca la ocurrenciade conductas específicas. A este nivel, sonmayoría los estudios, ya comentados anterior-mente, que analizan aspectos de interacción(recuperaciones, interceptaciones, pases, tiros,etc.), desde un punto de vista individual, aisla-dos del contexto del juego. A un nivel superior,es decir, si en la observación que se realice sedisminuye la potencia de la ‘lente’, se puedeabarcar una porción cada vez mayor del entor-no, o lo que es lo mismo, permitiría conocermás sobre el contexto general donde ocurrenlas conductas. Orientado en este segundo ni-vel, nos encontramos con el estudio llevado acabo por Hernández Mendo (1996). En su in-vestigación, aporta un aspecto contextualiza-dor de la interacción que se da en el fútbol, pe-ro únicamente la que ocurre dentro de uno delos equipos. Así, algunas de las categorías que

presenta, hacen mención a aspectos que reco-gen la posición e interacción del equipo obser-vado respecto a sí mismo, como queda de-mostrado en la siguiente categoría que propo-ne: <<Posicionamiento Defensivo Organizadode Presión (PDOP)>>. Esta categoría "implicaun asentamiento defensivo, en el que al menos4 jugadores ocupan las zonas ofensivas y ul-traofensivas del espacio de juego" (p. 301).Codificada la acción del equipo en dicha cate-goría, da información de cómo está ubicado, agrandes líneas, el equipo observado, de la cuálse puede extraer las posibilidades que este tie-ne para recuperar el balón. El aspecto contex-tualizador de interacción está definido, perosólo para el propio equipo, que por otra parteno es poco.

En este sentido entendemos que cualquierade los parámetros que vayan a ser analizadosdeben ser ubicados con relación a ciertos as-pectos que puedan contextualizarlo dentro deljuego. Pongamos un ejemplo con el conceptode ‘recuperación’, por ser éste uno de los as-pectos más estudiados. Cada vez que la recu-peración llevada a cabo por un jugador o equi-po sea codificada acorde a una serie de ras-gos temporales, espaciales y de interacción, lainformación obtenida se enriquece, asignándo-le un mayor sentido a la descripción del juego.La anotación del número de recuperaciones debalón que hace un equipo nos da cierta infor-mación. Si a esto añadimos la zona del campodonde se han producido, la información quedamejorada (el espacio como parámetro contex-tualizador), pues todos conocemos que no eslo mismo perder el balón dentro del área quese defiende o en la contraria. Pero si ademássomos capaces de encontrar alguna fórmulapara ubicarla dentro de la interacción del juegola información resulta reveladora. Simplementecon conocer el número de jugadores de uno yotro equipo que se sitúan por delante y por de-trás del balón cuando este es recuperado nospuede dar una gran información respecto delas posibilidades inmediatas para el juego.Podremos saber si el jugador que ha recupera-do tendrá más posibilidades de avanzar haciadelante, pues no tiene a ningún rival delantede él, o esperará a que se incorporen máscompañeros, por encontrar enfrente a todo elequipo adversario perfectamente colocado. Noes lo mismo que se robe el balón al defensor

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más retrasado del equipo adversario o al juga-dor adversario más adelantado. El número derecuperaciones de los equipos, que puedan re-alizar en el transcurso de un partido de fútbol,tiene relevancia, pero, la zona, y sobre todo, elcontexto de interacción donde ésta tiene lugar,nos acerca de forma más pertinente a descu-brir la interacción del juego.

4. La interacción: Una propuestacontextualizadora.

Situados en este punto, vamos a proponeruna forma de contextualizar las conductas que

jugadores y equipos realizan en el juego. Paraello vamos a introducir un concepto novedosodenominado ‘contexto de interacción’ o alque también llamaremos ‘ C o n f i g u r a c i ó nEspacial de Interacción’. La ConfiguraciónEspacial de Interacción (C.E.I.) o contextos deinteracción se constituyen a partir del concep-to de Configuración Espacial del Equipo(C.E.E.) o Espacio de Juego Efectivo (E.J.E.)tomado de Grehaigne (1992). Este espacioviene a representar el área que abarcan todoslos jugadores de un mismo equipo a excep-ción del portero, de tal forma, que se permiterelacionar a los jugadores de un mismo equipoentre sí.

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Gráficos 1 y 2. Gráficos que representan la ubicación de los jugadores en un campo de fútbol endos instantes del juego diferentes. En ellos se visualiza el espacio de juego efectivo o configuraciónespacial de un equipo, marcada por la zona sombreada.

Debemos matizar que el concepto de E.J.E.(espacio de juego efectivo) es un espacio‘siempre cambiante’. Esto se debe a que losjugadores, en función del juego, están conti-nuamente cambiando su ubicación respecto asus compañeros y sobre el terreno. Esta confi-guración, poco duradera, del espacio, es cau-sada por la constante adaptación a la que losjugadores están ‘obligados’ en el propio deve-nir del juego. Este cambio constante no hacereferencia al cambio ‘nominal’ de las demarca-ciones, que en un momento dado dos jugado-res del mismo equipo puedan llevar a cabo;está por encima del aspecto personal de los ju-gadores, reflejando, tal y como lo vamos a en-tender, cambios espaciales con relación alconjunto del equipo. De hecho, el movimientode un jugador no tiene por qué influir obligato-riamente en la morfología de la configuraciónespacial del equipo.

La configuración espacial del equipo abarcauna superficie muy amplia como para ser utili-zada directamente en una observación, nece-

sitamos operativizarlo. Para ello vamos a des-glosar este espacio de juego efectivo del equi-po dividiéndolo en diferentes partes, que apartir de ahora serán denominadas zonas.Esta determinación de las zonas se extrae conrelación a la ubicación de todos los jugadoresdel equipo, es decir, tomando como criterio lasituación de interacción para todos los jugado-res del mismo equipo. En esta configuraciónse deja de lado al portero, que consideramosdebería tener unas referencias particulares.De esta manera, se conformará en cada ins-tante un espacio de juego efectivo genuino, in-dependientemente de su ubicación en el terre-no de juego. Remarcamos esto último, ya quelas partes en las que vamos a dividir el espa-cio de juego efectivo, que determinan la confi-guración espacial del equipo, no tienen quever directamente con el espacio o terreno dejuego donde se sitúen. El hecho de que laconfiguración espacial se encuentre más cer-ca o más lejos con respecto a la portería con-traria, no afecta a la propia configuración es-pacial del equipo.

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Las partes que hemos considerado de inte-rés para delimitar el conjunto de la configura-ción espacial del equipo representados en elgráfico 3, son las que siguen:

1. E.J.E. retrasado (R): Será la parte del es-pacio de juego efectivo del equipo que co-rresponda con la parte retrasada de ese es-pacio. En ella estarán ubicados, por tanto,los jugadores que más cercanos se en-cuentran a la portería que defienden. Estosignifica que tras de sí no queda nada másque la presencia del portero. Por delante deellos, por el contrario, estará el resto delequipo.

2. E.J.E. medio (M): Será la parte del espaciode juego efectivo del equipo que correspon-da con la parte media de ese espacio. Aquíse podrán incluir jugadores que se encuen-tren en la zona intermedia del espacio dejuego efectivo. Los jugadores en esta zonapueden estar situados en las zonas interio-res y exteriores del espacio de juego efecti-vo, siempre y cuando permanezcan en lazona media. Tanto por delante como pordetrás disponen de compañeros de equipo.

3. E.J.E. adelantado (A): Será la parte del es-pacio de juego efectivo del equipo que co-rresponda con la parte adelantada de eseespacio. Se entiende que en un instante

tésta será la posición de los jugadores delequipo que más cercanos se encuentran dela portería contraria. Esto implica que de-lante de ellos no habrá ningún compañeroy, por el contrario, detrás de ellos, disponendel resto de sus compañeros.

4 . E.J.E. externa o exterior (E): Será la partedel espacio de juego efectivo del equipo quecorresponda con la parte más Adelantada yExterior de ese espacio. Solamente para es-te caso hemos optado por delimitarla directa-mente con el terreno de juego. Estará mar-cada por la posición de los jugadores delequipo que se encuentran a la altura delárea grande contraria y dentro del espaciocomprendido entre la línea imaginaria de laprolongación del área grande hacia las ban-das laterales. Corresponde con los lateralesde las áreas, en esas zonas se sacan loscórners. En este caso, y solamente en estecaso, el espacio del terreno de juego tieneuna relación directa con esta parte de la con-figuración espacial del equipo.

5. E.J.E. vacío (O): Será la parte del espaciocorrespondiente por detrás de la zona retra-sada del espacio de juego efectivo del equi-po, es decir, fuera del espacio de juegoefectivo del equipo y hacia la portería quese defiende. Es la zona que queda entre elportero y la zona retrasada del equipo.

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Gráfico 3. Representación de las cinco partes o zonas del espacio de juego efectivo de equipo enun instante t: O (zona vacía), R (zona retrasada), M (zona media), A (zona adelantada) y E (zona ex -terna).

Una vez determinadas las zonas dentro dela configuración espacial del equipo, creemosconveniente mostrar una serie de matizacionescon el objetivo de lograr mayor claridad y rigu-rosidad en este concepto de espacio de juegoefectivo del equipo o configuración espacial delequipo:

• Tal y como hemos comentado anteriormen-te, la configuración espacial del equipo, consus respectivas partes, está en relación di-recta con la ubicación de los jugadores deun mismo equipo entre sí.

• La relación de la configuración espacial delequipo con el terreno de juego es una rela-ción no directa. En un instante t, las dife-rentes zonas del espacio de juego efectivotendrán una ubicación lógica: la zona másretrasada estará más retrasada que la zo-na media, ésta, a su vez, más retrasadaque la zona adelantada. Pero puede ocu-rrir, y de hecho en muchas situaciones deljuego ocurrirá, que en dos instantes t deljuego, la "zona adelantada" (A) del primerinstante t1 se encuentre más cerca de laportería que se defiende que la "zona retra-sada" (R) del espacio de juego efectivo enel instante t2.

• Otras de las matizaciones importantes aconsiderar es que el número de jugadoresque puedan encontrarse en cada zona dela configuración espacial del equipo no se-rán tenidos en cuenta. Puede haber ocasio-nes en que la zona retrasada esté formadapor cinco jugadores o momentos en que só-lo se disponga de dos jugadores; no impor-ta, por tanto, el número de jugadores queformen cada uno de los subespacios de laconfiguración espacial del equipo.

• Es importante aclarar que las zonas de lossistemas aunque puedan ayudarnos aorientar nuestra observación de las zonasretrasada, media, adelantada y externa, noson equivalentes a los conceptos de zonadefensiva, zona de medios, zona de delan-teros y zona de extremos respectivamente.Quizás, la propia lógica del juego, hace mu-chas veces coincidir estos aspectos, lo cualno significa que se vayan a considerar deesa forma.

• Debido al estado cambiante de los jugado-res, pretender encontrar líneas perfectasque delimiten de forma inequívoca la partemás retrasada, la media o la adelantada, espoco menos que improbable. Para evitarimpedimentos insalvables y encorcheta-mientos con los que no pudiéramos llevar ala práctica esta investigación, hemos opta-do por dejar cierto margen, y por eso he-mos considerado oportuno hablar de "zo-nas" en vez de "líneas".

Delimitado el espacio de juego efectivo o laconfiguración espacial del equipo y concreta-das sus partes, vamos a introducir la ubicacióndel móvil, siendo éste un elemento imprescin-dible del juego.

La división del espacio de juego efectivo delequipo en diferentes partes (R, M, A, E, O) hatenido como objetivo discernir zonas donde po-der ubicar el balón dentro de la configuraciónespacial. Tener en cuenta la ubicación exactade cada uno de los 11 jugadores del equipocon relación al balón es una labor ardua ycomplicada. Agrupar en zonas el conjunto dela configuración espacial permite hacernos ver,a grosso modo, la ubicación general del balóncon respecto al equipo y, en consecuencia, lasposibilidades y probabilidades de acción que elequipo tiene en cada instante.

El contexto momentáneo de acción sobre elbalón, donde actúen uno o varios jugadores eninteracción con el resto de los jugadores queconforman el equipo (espacio de juego efectivoo configuración espacial del equipo), será defi-nido con una letra. Estas letras corresponde-rán con la parte de la configuración espacialdel equipo en la que se encuentren realizandola acción estratégica: "R" para la zona retrasa-da, "M" para la zona media, "A" para la zonaadelantada, "E" para la zona externa y "O" pa-ra la zona vacía por detrás de la zona retrasa-da.

Pongamos un ejemplo para aclarar esteconcepto, imaginemos que el balón lo tiene undelantero en la mitad del campo contrario(campo donde ataca). Delante de él no hayningún compañero de su equipo, únicamenteexiste un compañero a su altura un poco másalejado hacia la línea de banda. El resto de los

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jugadores de su equipo están situados por de-trás de él y, por tanto, por detrás también delbalón. En este caso, el contexto de acción so-bre el balón del equipo observado se situaráen la zona adelantada (A) de la configuraciónespacial de ese mismo equipo (gráfico 4). Lainformación desprendida de este contexto noes completa, pero nos revela un aspecto ofen-sivo que el equipo en cuestión ha conseguido,y un aspecto defensivo de situación en la quedicho equipo se encuentra:

• Ofensivamente, ha conseguido transportarel balón hasta la zona más adelantada desu equipo, hasta la zona dentro de los lími-tes de su configuración espacial que máscerca está de la portería rival, que no espoco. En principio las opciones de culmina-ción del ataque tienen más probabilidadesde ser que si estuviera en otro contextomás retrasado.

• Defensivamente, el equipo sabe que, si enese momento pierde el balón, tiene prácti-camente a todo el equipo en disposición dedefender su portería. Esto supone que,además de la ventaja de disponer el balónen un contexto propicio para marcar, favo-

rece de forma directa la posible defensa delbalón por gran parte de los jugadores delequipo.

Registrando la configuración espacial delequipo, sólo estamos analizando a uno de losequipos en duelo, pero, ¡esto no es fútbol!.Para describir cómo se desarrolla la acción dejuego en un partido de competición, es impres-cindible conocer cuál es el discurrir del juego,teniendo en cuenta a ambos equipos, esto es,al equipo observado y al equipo adversario (Apartir de ahora, siempre que hablemos de losequipos que participan en un duelo, distingui-remos el equipo que tomamos como referenciapara la observación y por otra, el equipo aquien se opone el equipo observado, por loque los denominaremos: «Equipo observado»(1) y «Equipo adversario» (2), de tal forma queel oponente del «Equipo observado» siemprese denominará «Equipo adversario»). Esto im-plica analizar el concepto de interacción, que,de hecho, es el parámetro que consideramoses más relevante de la acción de juego en elfútbol. Insistimos en el concepto de "interac-ción", al que, para ser más precisos, añadire-mos el término "motriz" (Parlebas, 1988). Setrata precisamente de una interacción entre ju-

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Gráfico 4. Representación de un instante t en el que el equipo tiene el balón en la zona adelanta -da de la configuración espacial. Implica que por delante de él no hay jugadores del equipo en pose -sión y por detrás, en cambio, se encuentra la totalidad de los mismos.

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gadores que se comunican motrizmente, con osin movimiento. Esta motricidad hace de la in-teracción algo peculiar y especial respecto aotras interacciones que se dan en la vida y elorden social.

Fusionar la acción de ambos equipos enduelo es situar su punto de enfrentamientodentro del contexto de interacción formado porellos. Para analizar su ‘grado’ de interacciónmotriz, será necesario registrar dónde se en-cuentra el balón con relación a la configuraciónespacial de cada equipo. Este nuevo contexto,relación de ambas configuraciones espaciales,determina el contexto de interacción. A estecontexto de interacción pasaremos a denomi-narlo configuración espacial de interacciónde los equipos (C.E.I.). Hemos pasado de laconfiguración espacial del equipo (C.E.E.) a laconfiguración espacial de interacción de losequipos (C.E.I.).

En este nuevo concepto, la ubicación delbalón será valorada teniendo en cuenta el lu-gar que ocupa en la configuración espacial decada uno de los equipos, es decir del conjun-to de los jugadores en enfrentamiento (gráfico5 ) .

En este nuevo concepto, la ubicación del ba-lón no será valorada teniendo en cuenta, exclu-sivamente, el lugar que ocupa en la configura-ción espacial del equipo observado (zona ade-lantada ("A") en el ejemplo del gráfico 4), sinoque será valorada teniendo en cuenta la ubica-ción del balón con relación a la configuraciónespacial de los dos equipos (Para una mejorcompresión de los diagramas, en adelante losjugadores del «equipo observado» serán siem-pre los círculos negros, mientras que los juga-dores blancos corresponderán a los jugadoresdel «equipo adversario». La flecha marcará elsentido del ataque para el equipo observado).Así, siempre y cuando fuera la zona retrasadade los jugadores que forman la C.E.E. del equi-po adversario los que se encontrasen todavíaen disposición de defender la portería, anotaría-mos un "AR" (gráfico 6). La primera letra corres-ponderá a la ubicación del balón con respecto ala configuración espacial del equipo observado,mientras que la segunda letra corresponderácon la ubicación del balón dentro de la configu-ración espacial del equipo adversario.

La ubicación del balón dentro de la configura-ción espacial de interacción de los equipos enconfrontación, nos puede dar mucha informa-

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Gráfico 5. Representación de la ubicación de la Configuración Espacial de uno y otro equipo en uninstante t. Ambas configuraciones, con relación a la ubicación del balón, vienen a conformar laConfiguración Espacial de Interacción o Contextos de Interacción.

ción sobre las posibilidades que uno u otro equi-po tienen, bien para iniciar y/o finalizar sus ac-ciones, tanto las ofensivas como las defensivas.Entre otras cosas, sugieren la ‘peligrosidad’ quepueden tener ciertos contextos de interacción, eldesequilibrio que puede permitir la consecucióndel gol o una acción de riesgo, etc. El que uno uotro equipo recupere el balón puede tener suimportancia, pero más la tiene, si conocemos enqué contexto de interacción ha ocurrido este ro-bo, pues el grado de organización de que dispo-nen el equipo observado y adversario en esemomento permite adherir un valor cualitativo aesta acción estratégica. Creemos que con este

concepto de configuración espacial de interac-ción, podemos contextualizar de forma más pre-cisa lo que sucede en las diferentes situacionesque emanan del desarrollo de la acción de jue-go en el fútbol.

Partimos de la base de que la ubicación delbalón dentro de la configuración espacial parauno y otro equipo (observado y adversario) tie-ne las mismas partes o zonas. En estas dos ta-blas quedan representadas todos los contextosde interacción posibles que conforman las dife-rentes configuraciones espaciales de interac-ción de los equipos.

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Gráfico 6. Gráfico representativo de la configuración espacial de cada uno de los equipos, confor -mando un contexto espacial de interacción, que pasará a denominarse ‘configuración espacial de inte -racción de los equipos’. En este gráfico, de forma específica, el contexto de interacción conformado esel de "AR".

SITUACIÓN DEL BALÓN DENTRO DEL ESPACIO DE JUEGO EFECTIVO DEL EQUIPO OBSERVADO (1)

Retrasada (1) Media (1) Adelantada (1) Externa (1) Vacía (1)

Tabla 1. Relación de constelaciones posibles de las configuraciones espaciales del equipo observadopara el criterio cuando el "balón está en juego".

SITUACIÓN DEL BALÓN DENTRO DEL ESPACIO DE JUEGO EFECTIVO DEL EQUIPO ADVERSARIO (2)

Retrasada (2) Media (2) Adelantada (2) Externa (2) Vacía (2)

Tabla 2. Relación de constelaciones posibles de las configuraciones espaciales del equipo adversariopara el criterio cuando el "balón está en juego".

Bastará con combinar las configuracionesespaciales de uno y otro equipo, para confor-mar las posibles configuraciones espaciales deinteracción de los equipos. El número total deconstelaciones posibles será veinticinco(5x5=25). Ahora bien, es necesario llevar a ca-bo una serie de criterios de restricción porqueno todas las C.E.I. (configuraciones espacialesde interacción) resultantes de la combinaciónde las C.E.E. (configuraciones espaciales deequipo) van a ser posibles en el transcurso deljuego. Algunas son ilógicas y, por tanto, no son

posibles, otras son prácticamente imposibles, yotras las hemos conceptualizado de tal formaque también serán desechadas. El total de loscontextos que han sido eliminados son los si-guientes: RR, AA, EE, OO, EM, EA, EO, ME,AE, OE, RO, MO, OR y OM.

Una vez realizadas todas las restricciones,los contextos de interacción que son posiblesen el juego han quedado reducidos a once (11)y se corresponden con los que aparecen en lasiguiente tabla:

4430 cuaderno del entrenador

24

RM El balón se ubica entre la zona retrasada del equipo observadoy la zona media del equipo adversario.

RA El balón se ubica entre la zona retrasada del equipo observadoy la zona adelantada del equipo adversario.

RE El balón se ubica entre la zona retrasada del equipo observadoy la zona externa del equipo adversario.

ER El balón se ubica entre la zona externa del equipo observado yla zona retrasada del equipo adversario.

MR El balón se ubica entre la zona media del equipo observado yla zona retrasada del equipo adversario.

MM El balón se ubica entre la zona media del equipo observado yla zona media del equipo adversario.

MA El balón se ubica entre la zona media del equipo observado yla zona adelantada del equipo adversario.

AR El balón se ubica entre la zona adelantada del equipo observa-do y la zona retrasada del equipo adversario.

AM El balón se ubica entre la zona adelantada del equipo observa-do y la zona media del equipo adversario.

AO El balón se ubica entre la zona adelantada del equipo observa-do y la zona vacía del equipo adversario.

OA El balón se ubica entre la zona vacía del equipo observado y lazona adelantada del equipo adversario.

Tabla 3. Relación de las configuraciones espaciales de interacción posibles.

Configuración espacial deinteracción de los equipos o

contexto de interacciónDescripción del contexto

Cualquier aspecto del juego que se produz-ca en un momento de la actividad competitivadebería catalogarse en una de las siguientessituaciones o contextos de interacción arribamencionados, puesto que esta taxonomía deconfiguraciones espaciales de interacción pasapor ser exhaustiva, al mismo tiempo que exclu-yente, es decir, una misma situación del juegono puede codificarse en dos contextos de inte-racción del juego diferentes.

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4436 cuaderno del entrenador

30

cuaderno del entrenador 4437

31

1. IntroducciónLos conceptos de contextualización y se-

cuencialidad de los acontecimientos que hemosdesarrollado en los dos artículos precedentes aeste tercer y último documento, han servido deguía para la confección, desde una perspectivaoriginal, de una «lente» para la observación dela acción de juego en el fútbol. El análisis de di-cha observación la consideramos enriquecedo-ra, tal y como lo justificaremos al término de es-te artículo. Observar y analizar el fútbol desde elpunto de vista supone, sobre todo, haber asumi-do una serie de características propias de la ac-tividad competitiva del fútbol, a partir de la cualpodremos acercarnos a él desde una posiciónnovedosa, siendo la interacción motriz el filtroque da sentido al mismo.

La herramienta observacional (SOCCAF)que a continuación pasaremos a describir,debe servir de propuesta, mejorable en mu-chos aspectos, que puede dar pie a conocerla evolución diacrónica de la interacción deljuego en el fútbol. En ella se da cabida, se va-loran los parámetros desde el punto de vistaespacial, temporal y de interacción. A travésde esta herramienta describiremos los con-textos de interacción surgidos en la acción dejuego en fútbol. Mediante un ordenamiento delos mismos sabremos cómo éstos se transfor-man y/o trasladan en el devenir del juego. Endefinitiva, estaremos en condiciones de des-

cribir la evolución diacrónica del juego, inci-diendo de lleno en la contextualización comoen la secuencialidad de la dinámica de losa c o n t e c i m i e n t o s .

Por motivos obvios de limitación espacial,en el presente artículo no van a ser definidasdetalladamente cada una de las categorías delsistema SOCCAF. Para una mayor evolución yprofundización de los mismos se invita a con-sultar otras fuentes de interés (BlancoVillaseñor, Castellano y Hernández Mendo,1999; Blanco Villaseñor, Castellano yHernández Mendo, 2000, Castellano, 2000;Castellano y Hernández Mendo, 1999;Castellano y Hernández Mendo, 2000, yCastellano, Hernández Mendo, Gómez deSegura, Fontetxa y Bueno, 1999).

2. La herramienta observacional diseñada: el SOCCAF

El Sistema de Observación de la Acciónde Juego en Fútbol (SOCCAF) ha sido dise-ñado exclusivamente para la elaboración deesta investigación. Dicha herramienta combinadiferentes estrategias en la confección de taxo-nomías conductales: sistemas de categorías yformatos de campo. La pauta seguida es la si-guiente: se ha confeccionado un sistema deformatos de campo que está constituido por

4496 cuaderno del entrenador

42

La observación de la acción de juego en fútbol (III).

Resultados de una propuestaJuan Castellano Paulis

Universidad del País VascoAntonio Hernández Mendo

Universidad de Málaga

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tres criterios. Para cada uno de estos tres cri-terios se conformará un sistema de categorías.Ahora bien, la configuración de los sistemas decategorías de cada uno de los criterios se con-feccionará a través de la combinación de todaslas conductas de varias dimensiones, de formaque, forzando la unidimensionalidad, da comoresultado un sistema de categorías exhaustivoy mutuamente excluyente (EME), donde se in-cluyen todas las conductas posibles de la si-tuación a estudiar, sin dejar opción a nuevasincorporaciones. Hemos creído que ambas es-trategias se ajustan a nuestros intereses deforma pertinente, lo que permite «edificar» elandamiaje que facilita el registro contextualiza-do y exhaustivo de los aspectos conductualesde interacción del juego que hemos considera-do oportunos.

Los criterios seleccionados para la configu-ración de los formatos de campo del sistemataxonómico para describir la acción de juegoen el fútbol son dos:

• Criterio 1: Espacialización.

• Criterio 2: Interacción.

Dentro de este segundo criterio distinguire-mos dos subcriterios. «balón fuera de juego» y«balón en juego».

2.1. Criterio «espacialización»El sistema de categorías para el criterio de

espacialización estará conformado por cincozonas en las que dividiremos el campo de fút-bol. Serán diferenciadas teniendo en cuenta di-ferentes referentes de las propias líneas mar-cadas en el terreno de juego, tal y como quedareflejado en el siguiente gráfico. Esto permiteasegurar posteriores índices de fiabilidad yconcordancia referidos a la codificación de losespacios. Representando la flecha el sentidodel ataque para el equipo observado, la zona 1abarcará el área propia, la zona 2 abarcarádesde el área hasta el inicio del círculo central,la zona 3 el área que abarca el círculo central,la zona 4 desde el círculo central hasta el árearival y la zona 5 el área rival.

Gráfico 1. Subdivisión de espacios conside -rados en el primer criterio de los formatos decampo. Es importante resaltar que la numera -ción dada a cada uno de los espacios refleja elsentido del ataque del equipo observado.

2.2. Criterio de interacción

2.2.1. Sistema de categorías para elsubcriterio «balón fuera de juego»

El subcriterio de «balón fuera de juego» va aestar constituido por un sistema de categoríasexhaustivo y mutuamente excluyente (EME),que se habrá constituido por la combinación yoptimización de los rasgos de los dos criteriosde un nuevo formato de campo diseñado a talefecto: el tipo de puesta del balón en juego(con la mano o con el pie) y a quién correspon-de el balón en juego (a favor o en contra delequipo observado). Estos criterios delimitaránlas posibilidades estratégicas que conllevanlas interrupciones reglamentarias en fútbol. Laconstelación de ambos criterios forzará la uni-dimensionalidad del sistema de categorías ela-borado para el subcriterio «balón fuera de jue-go». Además se ha añadido la categoría deGOL (a favor y en contra) por considerarla cla-ves en el discurrir del juego. Este sistema decategorías estará conformado por seis catego-rías, que son:

• I R C P : Interrupción reglamentaria en contra ypuesta en juego con el pie por el equipo ad-v e r s a r i o .

• I R C M : Interrupción reglamentaria en contray puesta en juego con la mano por el equipoa d v e r s a r i o .

• G O L F : Gol a favor del equipo observado.

• IRFP: Interrupción reglamentaria a favor ypuesta en juego con el pie por el equipo ob-s e r v a d o .

• I R F M : Interrupción reglamentaria a favor ypuesta en juego con la mano por el equipoo b s e r v a d o .

• G O L C : Gol en contra del equipo observado.

2.2.2. Sistema de categorías para elsubcriterio «balón en juego»

El subcriterio «balón en juego» de los forma-tos de campo para la observación de la acciónde juego va a estar configurado, también, por unsistema de categorías. Para construir esta taxo-nomía conductal, hemos tomado diferentes di-mensiones de respuesta, que definen y caracte-rizan el balón en juego en el fútbol. La combina-ción de los rasgos que configuran cada uno delos criterios caracterizadores del criterio «balónen juego» permitirán configurar un sistema decategorías EME de una única dimensión. Lascategorías resultantes pueden ser agrupadas encuatro macrocategorías: inicio de la posesión delbalón, desarrollo de la posesión del balón, finali-zación de la posesión del balón y desarrollo dela no-posesión del balón. Cada una de las cate-gorías viene a representar el contexto de inte-racción donde se da, así como la conducta mo-triz que se ha llevado a cabo en dicho contexto.

a) Cuando el equipo observado tiene pose-sión del balón.

a.1) Inicio de la posesión del balón (ochocategorías):

• RMT: La zona retrasada del equipo obser-vado recupera el balón, teniendo la zonamedia y la retrasada del equipo adversariodelante.

• R A T : La zona retrasada del equipo obser-vado recupera el balón, teniendo a todo elequipo adversario delante.

• MRT: La zona media del equipo observadorecupera el balón, teniendo la zona retrasa-da del equipo adversario delante.

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• MMT: La zona media del equipo observadorecupera el balón, teniendo la zona media yla retrasada del equipo adversario delante.

• MAT: La zona retrasada del equipo obser-vado recupera el balón, teniendo a todo elequipo adversario delante.

• ART: La zona adelantada del equipo obser-vado recupera el balón, teniendo la zonaretrasada del equipo adversario delante.

• A M T : La zona adelantada del equipo ob-servado recupera el balón, teniendo la zonamedia y la retrasada del equipo adversariodelante.

• GT: El portero del equipo observado recu-pera el balón.

a.2) Desarrollo de la posesión del balón (23categorías):

• RMC: El equipo observado continúa la po-sesión en la zona retrasada por una trans-misión del balón, teniendo la zona media yla retrasada del equipo adversario delante.

• RMc: El equipo observado continúa la po-sesión en la zona retrasada por una reten-ción del balón, teniendo la zona media y laretrasada del equipo adversario delante.

• RAC: El equipo observado continúa la po-sesión en la zona retrasada por una trans-misión del balón, teniendo a todo el equipoadversario delante.

• R A c : El equipo observado continúa la po-sesión en la zona retrasada por una reten-ción del balón, teniendo a todo el equipoadversario delante.

• E R C : El equipo observado continúa la po-sesión en la zona externa por una transmi-sión del balón, teniendo la zona retrasadadel equipo adversario delante.

• MRC: El equipo observado continúa la po-sesión en la zona media por una transmi-sión del balón, teniendo la zona retrasadadel equipo adversario delante.

• MRc: El equipo observado continúa la po-sesión en la zona media por una retencióndel balón, teniendo la zona retrasada delequipo adversario delante.

• MMC: El equipo observado continúa la po-sesión en la zona media por una transmi-sión del balón, teniendo la zona media y laretrasada del equipo adversario delante.

• MMc: El equipo observado continúa la po-sesión en la zona media por una retencióndel balón, teniendo la zona media y la retra-sada del equipo adversario delante.

• MAC: El equipo observado continúa la po-sesión en la zona media por una retencióndel balón, teniendo a todo el equipo adver-sario delante.

• ARC: El equipo observado continúa la po-sesión en la zona adelantada por una trans-misión del balón, teniendo la zona retrasa-da del equipo adversario delante.

• ARc: El equipo observado continúa la po-sesión en la zona adelantada por una re-tención del balón, teniendo la zona retrasa-da del equipo adversario delante.

• AMC: El equipo observado continúa la po-sesión en la zona adelantada por unatransmisión del balón, teniendo la zonamedia y la retrasada del equipo adversariod e l a n t e .

• AMc: El equipo observado continúa la po-sesión en la zona adelantada por una re-tención del balón, teniendo la zona mediay la retrasada del equipo adversario delan-t e .

• AOC: El equipo observado continúa la po-sesión en la zona adelantada por una trans-misión del balón, teniendo superados a to-dos los jugadores menos el portero delequipo adversario.

• AOc: El equipo observado continúa la po-sesión en la zona adelantada por una re-tención del balón, teniendo superados a to-dos los jugadores menos el portero delequipo adversario.

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• TIR: El equipo observado tira a gol.

• IG: El guardameta del equipo adversario in-tercepta el balón.

• IR: La zona retrasada del equipo adversariointercepta el balón.

• IM: La zona media del equipo adversario in-tercepta el balón.

• IA: La zona adelantada del equipo adversa-rio intercepta el balón.

a.3) Final de la posesión del balón (ocho ca-tegorías)

• RMP: La zona media del equipo adversariorecupera el balón, teniendo la zona retrasa-da del equipo observado delante.

• RAP: La zona adelantada del equipo adver-sario recupera el balón, teniendo a la zonaretrasada del equipo observado delante.

• MRP: La zona retrasada del equipo adver-sario recupera el balón, teniendo la zonamedia y la retrasada del equipo observadodelante.

• NMP: La zona media del equipo adversariorecupera el balón, teniendo la zona media yla retrasada del equipo observado delante.

• MAP: La zona adelantada del equipo ad-versario recupera el balón, teniendo la zonamedia y la retrasada del equipo observadodelante.

• ARP: La zona retrasada del equipo adver-sario recupera el balón, teniendo a todo elequipo observado delante.

• AMP: La zona media del equipo adversariorecupera el balón, teniendo a todo el equipoobservado delante.

• PG: El portero del equipo adversario recu-pera el balón.

b) Cuando el equipo observado no tieneposesión de balón.

b.1) Desarrollo de la no-posesión del balón(23 categorías):

• R A N : El equipo adversario continúa la po-sesión en la zona adelantada por una trans-misión del balón, estando sólo la zona re-trasada del equipo observado por delantedel mismo.

• R A n : El equipo adversario continúa la po-sesión en la zona adelantada por una re-tención del balón, estando sólo la zona re-trasada del equipo observado por delantedel mismo.

• RMN: El equipo adversario continúa la po-sesión en la zona media por una transmi-sión del balón, estando sólo la zona retra-sada del equipo observado por delante delmismo.

• RMn: El equipo adversario continúa la po-sesión en la zona media por una retencióndel balón, estando sólo la zona retrasadadel equipo observado por delante del mis-mo.

• MAN: El equipo adversario continúa la po-sesión en la zona adelantada por una trans-misión del balón, estando algún jugador dela zona media del equipo observado por de-lante del mismo.

• MAn: El equipo adversario continúa la po-sesión en la zona adelantada por una re-tención del balón, estando algún jugador dela zona media del equipo observado por de-lante del mismo.

• MMN: El equipo adversario continúa la po-sesión en la zona media por una transmi-sión del balón, estando algún jugador de lazona media del equipo observado por de-lante del mismo.

• MMn: El equipo adversario continúa la po-sesión en la zona media por una retencióndel balón, estando algún jugador de la zonamedia del equipo observado por delante delmismo.

• MRN: El equipo adversario continúa la po-sesión en la zona retrasada por una trans-

misión del balón, estando algún jugador dela zona media del equipo observado por de-lante del mismo.

• MRn: El equipo adversario continúa la po-sesión en la zona retrasada por una reten-ción del balón, estando algún jugador de lazona media del equipo observado por de-lante del mismo.

• AMN: El equipo adversario continúa la po-sesión en la zona media por una transmi-sión del balón, estando la zona adelantadadel equipo observado por delante del mis-mo.

• A M n : El equipo adversario continúa la po-sesión en la zona media por una retencióndel balón, estando sólo la zona adelantadadel equipo observado por delante del mis-mo.

• A R N : El equipo adversario continúa la po-sesión en la zona retrasada por una trans-misión del balón, estando la zona adelanta-da del equipo observado por delante delmismo.

• A R n : El equipo adversario continúa la pose-sión en la zona retrasada por una retencióndel balón, estando la zona adelantada delequipo observado por delante del mismo.

• REN: El equipo adversario continúa la po-sesión en la zona externa por una transmi-sión del balón, estando la zona retrasadadel equipo observado por delante del mis-mo.

• REn: El equipo adversario continúa la po-sesión en la zona externa por una retencióndel balón, estando la zona retrasada delequipo observado por delante del mismo.

• OAN: El equipo adversario continúa la po-sesión en la zona adelantada por una trans-misión del balón, estando superados todoslos jugadores menos el portero del equipoobservado.

• O A n : El equipo adversario continúa la po-sesión en la zona adelantada por una re-tención del balón, estando superados todos

los jugadores menos el portero del equipoobservado.

• LAN: El equipo adversario tira a gol.

• GI: El guardameta del equipo observado in-tercepta el balón.

• RI: La zona retrasada del equipo observadointercepta el balón.

• MI: La zona media del equipo observado in-tercepta el balón.

• AI: La zona adelantada del equipo observa-do intercepta el balón.

3. ResultadosLos resultados obtenidos en el análisis se-

cuencial de retardos han deparado aspectoscruciales en y para el juego. Se han estimadoun elevado número (más de 150) de patronesde juego; es decir, cadenas de transiciones en-tre categorías que se suceden con mayoresprobabilidades que las marcadas por el azar.Conocemos en gran medida los flujos de con-ductas que describen la interacción llevada acabo por los equipos en el juego. Carecemosdel espacio suficiente como para presentar ca-da uno de los patrones estimados, por lo quevamos a aportar a modo de síntesis ciertaspautas del juego, de las que los equipos hanhecho uso, con relación: al espacio, a los con-textos de interacción, a las conductas estraté-gicas y a la combinación entre ellos.

Hemos podido comprobar los efectos delconcepto de «espacio orientado» que caracte-riza el fútbol. Las transiciones entre los es-p a c i o s utilizados por los equipos muestranuna progresión lógica en el eje longitudinal,desde la portería que se defiende hacia la por-tería que se ataca. Hemos comprobado, tam-bién, que el uso del espacio realizado por losequipos no guarda siempre esta progresión ló-gica que lo dirige hacia la portería virtual. Enmuchas ocasiones esta progresión se ve dete-nida e, incluso, retrasada en una perspectivadiacrónica. Las transiciones son, además, con-tiguas; es decir, se pasa de un espacio haciael inmediatamente siguiente o anterior. Como

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es lógico suponer cuándo las zonas son consi-deradas como conductas criterio, a medida queéstas se aproximan al área rival más probabili-dades se tiene de llegar hasta la portería rival.Un aspecto curioso que hemos encontrado enla utilización del espacio realizada por los equi-pos es que, a medida que esta zona de campose acerca a la rival la perspectiva retrospectivava quedando cada vez más delimitada. De estaforma, la zona 1 tiene una retrospectiva muy de-limitada mientras que la prospectiva se hace ar-bórea. Lo contrario le ocurre a la zona 5, que esarbórea desde la perspectiva retrospectivamientras que es muy limitada para la prospecti-v a .

Con relación a las transiciones encontra-das entre las diferentes conductas estratégi-c a s llevadas a cabo por los equipos, los resulta-dos obtenidos resultan obvios. Una vez que elequipo ha recuperado el balón, ésta es conti-nuada con el mantenimiento de la posesión delbalón, para más tarde perderlo o incurrir en unainterrupción reglamentaria. La misma cadena deconductas estratégicas se mantiene, a grandesrasgos, constante durante el juego: recuperar elbalón, mantener la posesión del mismo, perder-lo y mantener la no-posesión del balón se suce-den sin cesar en la acción del juego del fútbol.Pocas veces, después de una continuación enla posesión del balón aparece algún lanzamien-to a puerta, que, por lo general, además, no tie-ne la consecución de gol. Lo más habitualmenteprobable es que se pierda o se produzca una in-terrupción reglamentaria en contra del equipoque lo ha realizado.

Ubicadas las conductas estratégicas enel espacio , los resultados de los análisismuestran datos de interés. Las recuperacionestienen mayores garantías de que finalicen máscerca de la portería rival a medida de que és-tas son conseguidas más lejos de la porteríaque se defiende. Con relación a las interrupcio-nes reglamentarias observamos como a medi-da que éstas son puestas en juego más cercade la portería rival las probabilidades de queaparezca interceptación llevada a cabo por elequipo adversario se hacen cada vez más ele-vadas.

Sobre los contextos de interacción obser-vamos unas transmisiones altamente signi-

ficativas para el juego. Los contextos de inte-racción con tendencia ofensiva van a tener unamayor probabilidad de transición hacia contex-tos más ofensivos, lo contrario que ocurre conlos contextos de tendencia defensiva, que fa-vorecen la activación de contextos defensivos.Así, por ejemplo, los contextos de escaso valorofensivo como son RA y MA tienen mayoresprobabilidades de transición entre ellos. Lomismo ocurre para los contextos de alto valorofensivo como son AR y MR, que tienen mayo-res probabilidades de transición entre ellas.Cabe destacar los contextos RM y MR clavesen el juego de ataque. El primero (contextoRM), dentro del inicio de los ataques, garantizamayores probabilidades de transición excitato-ria hacia la zona media del equipo, zona pordonde transitan la mayoría de los ataques. Elsegundo (contexto MR), dentro de la finaliza-ción de los ataques, proporciona una alta efi-cacia en la culminación de las posiciones delbalón.

Ubicados los contextos de interacción enel espacio del juego, los resultados son bas-tante similares. Los contextos de interacciónde escaso valor ofensivo tienen mayor proba-bilidad de activación si son esos mismos con-textos de valor defensivo los que les preceden.Lo mismo ocurriría entre los contextos de altovalor ofensivo. Por otra parte, podemos men-cionar que ciertos contextos de interacción apesar de su valor ofensivo «teórico» dejan detener transiciones excitatorias hacia otros con-textos ofensivos debido a que se dan en un es-pacio del terreno de juego que se encuentramuy alejado de la portería adversaria. Éste esel caso de los contextos de interacción ofensi-vos (AR y MR) que se dan en zona 3.

El análisis secuencial de las conductasdesarrolladas por los equipos con relacióna los contextos de interacción donde éstostienen lugar, viene a configurar patrones quesiguen la línea de lo comentado hasta ahora.Las transiciones entre las categorías tienen elconcepto de «proximidad», sea espacial o seasituacional.

En el siguiente gráfico mostramos cómo sonlas relaciones de transición entre las distintascategorías. Las conductas que se encuentrandentro del mismo recuadro tienen un mayor

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grado de activación entre sí, este grado de ex-citación existe pero disminuye entre los cua-dros contiguos, en una y otra dirección.

Gráfico 2. Probabilidades de transición entrelas diferentes categorías de recuperación ycontinuación de la posesión del balón. El tama -ño de la flecha está relacionado con las proba -bilidades de transición.

Un aspecto interesante que hemos encon-trado es que, categorías con mismos contextosde interacción tienen mayores probabilidadesde transición o progresión hacia contextos deinteracción más ofensivos, cuando la conductaestratégica que llevan implícita es de recupera-ción del balón más que de continuación o man-tenimiento de la posesión.

El análisis secuencial de las conductasestratégicas desarrolladas en función de loscontextos de interacción y con relación alespacio del terreno de juego donde éstos tie-nen lugar, viene a corroborar ciertos aspectosque hemos ido comentando a lo largo de estadiscusión. Las transiciones entre las categoríastienen el concepto de «proximidad», sea espa-cial o sea situacional. Los patrones aquí obteni-dos contienen un número menor de eslabonesque los encontrados en los análisis preceden-tes. Esto se debe al escaso número de frecuen-cias con las que se ha operado al haber separa-do cada una de las categorías con relación a lascinco zonas del terreno de juego en que han si-do espacializadas. Aun así, el número de patro-nes conductuales estimados ha sido elevado.

Las transiciones excitatorias e inhibito-rias de las conductas con relación a latransformación y/o traslación de las catego-r í a s han sido también diferenciadas. Ciertascategorías favorecen la presencia de transfor-maciones y/o traslaciones a través de la reten-

ción del balón, mientras que para otras, es latransmisión del balón la que toma prioridad.

4. Discusión finalA lo largo de los tres artículos que hemos

presentado se ha pretendido dar una visión di-ferente de lo que entendemos debería consi-derarse en cualquier estudio que se quiera re-alizar sobre la acción de juego en el fútbol.Como apuntábamos desde un principio, la inte-racción es una cuestión que no puede ser ob-viada al describir el juego. Paralelamente. elordenamiento de los acontecimientos aportatambién gran riqueza a la descripción ordena-da del juego que deberíamos incluir en los es-tudios que se realicen a este nivel. La dinámi-ca del juego resulta siempre original, por loque la codificación y caracterización de ciertoselementos aislados del juego (tanto en el senti-do de contextualización como de secuenciali-dad de los acontecimientos) no son suficientespara la descripción del mismo. Necesitamossacar a la luz ciertas constantes del juego quepermanecen, todavía, ocultas a la vista de en-trenadores, preparadores, técnicos y jugado-res. Profundizar en los aspectos propios deljuego pueden sernos útiles para futuras aplica-ciones. Conocer el funcionamiento interno deljuego nos abre las puertas para poder desarro-llar en forma de metodologías, objetivos y, co-mo no, de contenidos, la puesta en práctica delfútbol en varios de los ámbitos posibles: edu-cativo, recreativo o de rendimiento.

Hemos presentado el SOCCAF como unapropuesta que puede y debe ser mejorada, pe-ro que ha sido confeccionada con la mejor delas intenciones en el intento de aportar nuestrogranito de arena en la descripción de la acciónde juego en el fútbol. En este sentido, la evolu-ción diacrónica de transformación y/o trasla-ción de los contextos de interacción que sedan en el juego, generados y/o desplazadosgracias al movimiento continuado y permanen-te de los jugadores y el balón, nos ha posibili-tado conocer ciertos aspectos de la dinámicadel juego que resultan reveladores en multitudde sentidos.

En primer lugar, estamos en condiciones deconocer (porque los patrones que hemos obte-

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nido del juego así lo demuestran) QUÉ zonasde acción, contextos de interacción o conduc-tas estratégicas son más o menos aconseja-bles para el juego; es decir, cuáles son los pre-feribles, bien porque favorecen el juego ofensi-vo o bien porque favorecen el defensivo, ha-ciendo probable una serie de transiciones quepuede interesar para el juego en una u otraorientación. A modo de ejemplo, apuntamosciertas situaciones de juego que reflejan QUÉinteresa hacer. a nadie se le escapa la idea deque cuánto más cerca de la portería rival sejuegue las ventajas ofensivas aumentan. Porotro lado, sabemos cuales son los contextos apartir de los cuales las probabilidades de quela conducta estratégica de tiro e, incluso, la deconseguir gol sean muy altas; esto puede seruna referencia para que los jugadores de unmismo equipo intenten conseguirlos insistente-mente en el transcurso del juego. Además, co-nocemos que el inicio de una posesión de ba-lón con continuidad en el juego, tras recupera-ción del balón, tiene mayores probabilidadesde ser transitada hacia situaciones de juegomás propicias, ofensivamente hablando, res-pecto a los inicios de las posesiones a balónparado.

En segundo lugar, conocemos CUÁNDO espreferible la transformación y/o traslación delas configuraciones espaciales de interacción,del uso de ciertas zonas de acción o de lapuesta en juego de conductas estratégicas de-terminadas, por motivos propios del juego. Esdecir, a partir de qué zonas de acción, contex-tos de interacción o conductas estratégicas au-mentan las probabilidades de conseguir nue-vas zonas de acción, contextos de interaccióno conductas estratégicas mejorando las posibi-lidades de eficacia en defensa o en ataque, se-gún nos interese. A modo de ejemplo, apunta-mos ciertas situaciones de juego que reflejanCUÁNDO interesa hacer: no basta con cono-cer cuáles son las zonas de acción, los contex-tos de interacción y las conductas estratégicasque más interesan para el juego. Aporta mayorinformación conocer ciertos encadenamientosentre las diferentes zonas de acción, contextosde interacción o conductas estratégicas, de talforma que podemos saber cuándo hay másprobabilidades de transformación o traslaciónde dichos parámetros hacia otros; es decir, es-tamos en condiciones de establecer cuáles

son las pautas de acción que encadenan lasdiferentes situaciones de juego hacia situacio-nes más propicias para el ataque o la defensa,según interese.

En tercer lugar, sabemos CÓMO es preferi -ble que se produzca la transformación y/o tras-lación de los contextos de interacción (por latraslación del balón, por la traslación de juga-dores, de uno o ambos equipos, o por ambosal mismo tiempo), los cambios en las zonas deacción o el desarrollo de ciertas conductas es-tratégicas del equipo. A modo de ejemploapuntamos ciertas situaciones de juego quereflejan CÓMO interesa hacer: conocemos lascausas que llevan a transformar (cambian lainteracción momentánea del juego) o trasladar(cambian la ubicación de la interacción respec-to al terreno de juego, alejándolo o acercándo-lo hacia la portería adversaria) los contextosde interacción: en el transcurso de juego el in-cesante movimiento de jugadores y del balónhacen que las situaciones de juego se veanmodificadas y/o transportadas. En ciertos mo-mentos del juego es preferible (así lo hemosinterceptado de las transiciones obtenidas) quela transformación de un determinado contextosea producido por la incorporación de ciertosjugadores de la línea de medios hacia zonasmás ofensivas respecto al propio equipo, ha-ciendo que quizás ciertos jugadores de las zo-nas adelantadas se ven relegados a situacio-nes más retrasadas, al tiempo que generanuna situación de incertidumbre y sorpresa a ladefensa adversaria en su camino hacia el gol.Cooperar e intercambiar la demarcación, peromás concretamente, cambiar la zona respectoal terreno de juego y la ubicación dentro de laconfiguración espacial del equipo, de forma im-provisada o programada, pero intencionada ysorpresiva, en busca de beneficios es una delas recetas que podemos extraer.

Y en cuarto lugar, conocemos D Ó N D E o ha-cia donde es preferible que ocurra una transfor-mación y/o traslación de una determinada confi-guración espacial de interacción, de una zonade acción o de ciertas conductas estratégicasdesarrolladas o a desarrollar por los equipos. Esa partir de esta nueva transformación o trasla-ción de cierto contexto de interacción o conduc-ta estratégica donde existen mayores probabili-dades de conseguir situaciones contextuales

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más propicias para el juego que reflejanDÓNDE o hacia dónde interesa hacer: ciertoscontextos de interacción y ciertas conductas es-tratégicas tienen diferentes probabilidades detransición hacia otros contextos de interacción yconductas estratégicas según sean éstas logra-das o desarrolladas con relación a la espaciali-dad del terreno de juego; es decir, contextos dealto valor ofensivo pueden resultar no tener tan-to valor a medida que éstos se produzcan leja-nos a la zonas próximas a la portería que seataque. Es decir, ciertos contextos de interac-ción son «buenos» porque ofrecen grandes ga-rantías ofensivas, pero sólo si se encuentran enzonas próximas a las porterías adversarias.

Paralelamente a la mejora en la cantidad ycalidad de las investigaciones en el fútbol seha visto una mejora cualitativa en los entrena-mientos llevados a cabo para la preparacióntécnica, estratégica y física de los jugadores yequipos, si bien ésta queda lejos de ser laapropiada. La preparación sobre aspectosafectivos, cognitivos y psicológicos, columnavertebral de jugadores y equipos, es todavíainadecuada y no está siendo suficientementetrabajada. Teniendo en cuenta el «contexto deestrés» en el que se encuentra involucrado elfútbol, las aportaciones de rigor y objetividaddeberían incrementarse. La descripción deta-llada y pertinente de la acción de juego en elfútbol debería ser el origen y el sustento desdeel cual partir hacia un análisis exhaustivo deotros aspectos del juego. Esto significaría lu-char contra el conocimiento totalmente sensiti-vo, parcial, no sistemático ni riguroso que inva-de hoy en día al fútbol, y que hace que caminepor el «sendero» de las supersticiones e intui-ciones de preparadores y dirigentes.

Las cuestiones comentadas a lo largo de losartículos que hemos presentado descubren as-pectos del juego que interesa a jugadores ypreparadores, y que deben ser considerados yvalorados para responder de forma adecuadaa las exigencias que en cada momento obligael juego. El qué, el cuándo, el cómo y el dóndenos ayudan a conocer más acerca de la inte-racción que lleva implícita la acción de juegoen el fútbol, nos ayuda a comprender cómo sedesarrollan los flujos conductuales desde lapropia dinámica del juego. Este conocimientodel juego ayuda a tener más criterio para confi-

gurar todos los aspectos relacionados con elproceso de enseñanza-aprendizaje o el entre-namiento del fútbol en cualquiera de los ámbi-tos. Entendemos que cada vez estamos máscerca para dar soluciones prácticas al entrena-miento del fútbol y no dejar que la intuición, nosiempre acertada, tome las riendas de la for-mación de los jugadores.

Como dice Valdano (1990), en relación alfútbol, «juego estúpido para personas inteli-gentes», jugadores que corren con «desor-den» detrás de una esfera, son muchas laspreguntas que nos hacemos a las que todavíahoy no se han encontrado respuestas. Se ne-cesitan muchas investigaciones a cualquier ni-vel para acercarnos a lo que esconde el fútbol,y participar en análisis objetivos que demues-tren, con hechos y con datos, parte de la«compleja realidad» que el fútbol actual posee.Pero la investigación en el fútbol debe hacersecon extremada prudencia y cautela. Las dificul-tades de estudio que encontramos, dentro delmarco de las actividades físicas y deportivas,son notables, y éstas se incrementan, másaún, para el fútbol, práctica donde confluyengran cantidad de factores y variables de dife-rente naturaleza y proporción.

5. ReferenciasBakeman, R., y Quera, V. (1996): Análisis

de la interacción. Análisis secuencial con SDISy GSEQ, RA-MA, Madrid.

Blanco Villaseñor, A.; Castellano, J., yHernández Mendo, A. (1999): «Generaliza-bilidad de las observaciones de la acción deljuego en el fútbol», en Symposium «Meto-dología Observacional» del VI Congreso deMetodología de las Ciencias Sociales y de laSalud, Oviedo: 28, 29, 30 de septiembre y 1 deoctubre de 1999.

Blanco Villaseñor, A.; Castellano, J., yHernández Mendo, A. (2000): «Generaliza-bilidad de las observaciones de la acción deljuego en el fútbol», en Psicothema (especialmetodología), vol. 12, supl. 2, pp. 81-86.

Castellano, J. (2000): Observación y análisisde la acción de juego en fútbol, Tesis doctoral,

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Universidad del País Vasco (pendiente de pu-blicación).

Castellano, J., y Hernández Mendo, A.(1999): «Análisis secuencial en el fútbol derendimiento», en Symposium «MetodologíaObservacional» del VI Congreso deMetodología de las Ciencias Sociales y de laSalud, Oviedo: 28, 29, 30 de septiembre y 1 deoctubre de 1999.

Castellano, J., y Hernández Mendo, A.(2000): «Análisis secuencial en el fútbol derendimiento», en Psicothema (especial meto-dología), vol. 12, supl. 2, pp. 117-121.

Castel lano, J.; Hernández Mendo, A.;Gómez de Segura, P.; Fontetxa, E., y Bueno, I(1999): «Sistema de codificación y análisis decalidad del dato en el fútbol de rendimiento»,en VII Congreso Nacional de Psicología de laActividad Física y del Deporte, Murcia, 19-22de octubre de 1999.

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