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El Escarmiento Vol. N° 1 · bes”, que no tiraron ni con sebita, y fueron los idiotas útiles adecuados para una falsa guerra cuyo principal objetivo no era liquidar a un rejunte

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El Escarmiento ` Julio 2004

Lanzar una publicación política en la Argentina, almargen de los proyectos editoriales-comerciales y sin el “ca-lor” materno de padrinos políticos o del subsidio oficial,puede parecer a quienes ya se acostumbraron a vivir de rodi-llas o a quienes “parecen que hacen” pero no van a ningúnlado (como el astronauta, pedaleando en el vacío) una em-presa sin futuro.

Sin embargo, ese es el destino de las publicaciones comola que hoy lanzamos pretendiendo ser una voz peronista allídonde faltan todas: preparar, junto al pueblo, el futuro, paradiluirse en su corriente una vez cumplida la tarea del presen-te.

Que nos impulsa? El desierto que crece en forma dehambre, enfermedad, guerra social; el repudio al perfeccio-namiento de las estructuras coloniales a través de los mismosmecanismos financieros de dominación que señorean desdehace casi treinta años; la pérdida creciente de soberanía apartir de la doble amputación que significan los pactos in-ternacionales elevados a rango constitucional por la nefastareforma constitucional de Menem-Alfonsíny la indefensión material, lisa y llana de lapoblación cuyos políticos se han dedicado adesarmar a las fuerzas armadas coloniales sinsustituirlas por fuerzas armadas nacionales(palabra en estos días revolucionaria) y cuyocarácter pase no por la retórica de las fiestaspatrias sino por las hipótesis de conflicto y deguerra que en el mundo moderno incluyena toda la población civil (para los que se ha-cen los distraídos, les recordamos los bombardeos de los civi-lizados europeos a la ex Yugoslavia (en nombre de la civiliza-ción, claro), y de los “americanos” en Afganistán e Irak. Sinegocios y petróleo fueron la excusa de la barbarie, aquí bienpueden ser agua potable, petróleo y pesca…entre otras).

Más claro: Hablamos de Justicia social, Independenciaeconómica y Soberanía política.

Donde están

Como los enemigos del pueblo en el año 1955, comoen los 60 y los 70, los hoy devenidos “neogorilas” (que sereparten por mitades el “oficialismo” y la “oposición”) apues-tan, reclaman, claman por la destrucción del peronismo,desde las páginas de la prensa, desde los libros, la cátedra –pública y privada-, inaugurando “frentes”, “alianzas”,“transversalidades” que no superan un acto electoral o unmitin político con punteros prestados a reglamento (“po-niendo estaba la gansa o no te mando ninguno de mis mu-chachos”). La posta del odio gorila fue ocupada por los de-

rrotados del 74 -cuando el General Perón echó de la plaza (el1ero. de Mayo) a quienes lo quisieron apretar con el asesina-to de José Ignacio Rucci. Hoy, muchos de aquellos “imber-bes”, que no tiraron ni con sebita, y fueron los idiotas útilesadecuados para una falsa guerra cuyo principal objetivo noera liquidar a un rejunte levemente peligroso de “subversi-vos”, sino crear las precondiciones del endeudamiento ejecu-tado por Alfredo Martínez de Hoz y sus secuaces, son fun-cionarios de un gobierno que genera una política de “unpaso adelante, dos para atrás”. En este cambalache se torturaa la población civil. Los jefes de aquellas organizaciones sellamaron a prudente silencio. ¿Sabiduría o algo más? La revi-sión de la historia todavía nos deparará sorpresas.

Cuando el partido (se) veníamarchando

Por si alguno lo duda, aun cuando Menem intentóconvencer (y algún zonzo se convenció) de que estábamos

en el Primer Mundo, somos un país del Ter-cer Mundo (que se comió a parte del Se-gundo). Y a ello no nos llevó el “uno a uno”blindaje de Cavallo (consultor de turno detodos los gobiernos), el “default”, la frau-dulenta pesificación asimétrica o la falsadureza en la negociación de la deuda exter-na: todas estas acciones remacharon, por in-capacidad o con intencionalidad la “gestióneconómica” democrática, desde la época de

Alfonsín.En el interin, la estructura democrática de la política,

conseguida a base de miles de muertos y desaparecidos y delas luchas públicas y anónimas de otros tantos miles de ar-gentinos, sustituía los fines por los medios.

El sistema presidencialista argentino, un sustituto -pa-sado por la lavandina de la constitución norteamericana- delcaudillaje fuerte del siglo XIX (Rosas, Urquiza, Roca), tolerósin demasiadas resquebrajaduras a los caudillos del siglo XX(el mismo Roca y Perón) y a sus sustitutos empalidecidos(Alfonsín y Menem) cuya capacidad de daño a las institu-ciones resultará difícil de superar (aunque…nunca se sabe).Con presidentes fuertes o con “muñequeros” hábiles (mien-tras les dura la esquiva fortuna) el partido político es nadamás que una máquina electoral. PERO CUANDO NOEXISTE NADA DE ESTO EL PARTIDO DEBE IMPO-NERSE COMO DIRIGENTE (esto es algo que los“gramscianos argentinos” –léase: los “chachistas” de “Chacho”Álvarez- entendieron a medias cuando se descolgaron delperonismo, para terminar en el radicalismo…apoyando a

“poniendo estabala gansa o no te

mando ninguno demis muchachos”.

DONDE ESTAMOS

EDITORIAL

Editorial ` Pág 3

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El Escarmiento ` Julio 2004

Cavallo. Es que los libros no alcanzan a explicar toda larealidad).

El PARTIDO JUSTICIALISTA es, hoy, uno de losgrandes responsables de la perpetuación de la crisis. Y cuan-do decimos partido nos referimos a sus dirigentes y sus em-pleados (punteros y clientes cautivos) que están congelandouna estructura política en la única función que cumplióhasta la fecha. Rescatarlo de la máquina electoral paratrasformarlo en polea de transmisión de ideas renovadas (la“actualización” doctrinaria) y la renovación de las prácticasde la militancia ES LA OBLIGACION DE LA HORAPRESENTE. Y es el primer paso para la gestión social delestado.

No nos engañemos: el pescado se sigue pudriendo porla cabeza. No es aceptable ninguna queja de los dirigentesante la necesidad de “pagar” a sus mili-tantes (a quienes se compra por cincuen-ta y se los ofrece en venta por sesenta: unprincipio de los tránsfugas de la política).

Esta práctica, paralela a lafeudalización de las Provincias necesita re-ciclarse y profundizarse continuamente,a base de pobreza material y de la otra(como una vez dijo Deolindo Bittel a pro-pósito de la situación política del Chaco:“Vamos a perder las elecciones: el corazónes peronista, pero la panza es radical” .Losradicales distribuían la caja PAN). Los “bonos solidarios”, los“planes trabajar”, los “planes jefes y jefas de hogar” en susmúltiples variantes, son más de lo mismo y todos ellos fue-ron generados por administraciones elegidas por nuestro votoperonista. Esto no es justicia social, ni solidaridad.

La justicia social es, entre otras cosas, trabajo (hoy losburócratas hablan de ‘trabajo decente´ en un país donde nohay trabajo!!!) e inflan la estadísticas de los “ocupados”, ins-cribiéndolos en el listado de la beneficencia estatal (cuyoreverso es la mendicidad armada piquetera).

La falta de reacción del PJ, incapaz de llevar adelanteun Congreso partidario a la altura de la crisis, rebajándolo auna discusión de conventillo, sin conducción y sin ideas,refugiándose sus integrantes en la función pública esperan-do que se obre algún milagro que los “blanquee” de su ino-perancia, lo está conduciendo al abismo al que ya se precipi-taron tantas ONG con siglas partidarias: ARI, UCR (sinolvidarnos de los unipersonales Lopez Murphy y PatriciaBullrich).

LA REGENERACIÓN

O EL PARTIDO REACCIONA Y SE CONSTITU-YE EN LA DIRECCION DE LA MILITANCIAPERONISTA O VA CAMINO AL CEMENTERIO, SINMARCHA FUNEBRE Y SIN ACOMPAÑANTES.

La “transversalidad” es un fracaso animado por su es-píritu de secta “neogorila”, algo que –valga la paradoja- nació

muerta. El descenso político del gobierno, atosigado en elfrente interno y externo, es un dato que ya no puede serocultado por las encuestas. El peronismo y su representa-ción partidaria, vapuleados por el Presidente que supo con-seguir, no logra articular un Plan (político, social, económi-co, cultural) a través de los poderes políticos de la democra-cia (diputados, senadores, gobernadores, intendentes, etc.)amparándose para ello en palabras huecas (prudencia,gobernabilidad, federalismo, y cuanta pelotudez escucha-mos a pejotistas y transversales).

El hambre, el desamparo, el descenso macabro de laeducación no esperan.

O se ejercen las mayorías propias de la democracia consentido nacional, aun cuando los hoy reaccionarios paridospor el 70 echen espuma por la boca, para revertir la crisis

con el pueblo, que no sacará el hombro a lareconstrucción del País, o comencemos a acos-tumbrarnos a desandar el camino de algo másgrave que la guerra social de baja intensidad(piqueteros armados, crimen organizado, co-rrupción estructural de la política y de la eco-nomía). Hoy no hay guerra civil porque nohay bandos: hay bandas.

La encrucijada nos alcanzó (la mayoríallegó a ella pretendiendo ignorarla): o recu-peramos las banderas nacionales (para que no

se asusten los “progres”, para nosotros son sinónimos de po-pulares) o un nuevo drama nos tendrá como protagonistas yvíctimas. Otra vez.

El pueblo trabajador es el sostén, junto a los profesio-nales animados por el empeño en su tarea que no piensan enEzeiza como única salida, y los intelectuales y artistas quetodavía sueñan con una obra cuyo objeto y destino es elpueblo del que forman parte.

La Argentina esta viva. La dignidad del oficio políticono puede ser entregado a quienes lo bastardean ysubalternizan.

Cada peronista lleva en la mochila el bastón de maris-cal. Mientras nadie se crea Perón, está en los cuadros delperonismo -quienes deben cinchar hacia arriba y hacia aba-jo- la recuperación del protagonismo político, la clarificaciónde las ideas, su puesta en práctica y la toma de decisionespara el bien del Pueblo y de la Patria. El resto es paisaje. Ydesolador.

EDITORIAL

...hoy los burócratashablan de ‘trabajo

decente´ en un paísdonde no hay

trabajo!!!

Pág 4 ` Editorial

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El Escarmiento ` Julio 2004 Sumario ` Pág 5

SUMARIO

HANNA ARENDT,ELISA CARRIÓ,los nazis “malos”y la argentina colonia(pág. 21)

PIQUETEROS:una distinciónnecesaria(pág. 12)

POLITICA YESTADO DE BAJAINTENSIDAD(pág. 6)

DE PUNTA Y SINACOLCHADO(pág. 8)

Panintervencionismonorteamericano yglobalización del terrorismo(pág. 14)

EL PANTANOIRAQUI(pág. 16)

GOBIERNO Y CULTURAEL CULTO DE LA MUERTE(ALGO MALO PASA)(pág. 22)

AVANCES, libros...(pág. 23)

RECEPCION,En las Universidadesno todo reluce(pág. 25)

PANORAMAS, cine(pág. 27)

MEMORIABLES,Aníbal Carreño(pág. 31)

Diseño: Maccam Imagen & Comunicación - ([email protected])Impresión: Impresiones Bellizzi - (H. Pueyrredón 874 - Tel: 4982-8932)

Propietario: "El Escarmiento S.R.L." - (Uruguay 1064, 6to "D" - C.P.: 1016 - Cap. Fed.)Director: Domingo Arcomano Jefe de Redacción: José Luis Muñoz Azpiri

Colaboran en este número: Santiago Mallorca, Alfredo Mason, Horacio Cagni, Héctor D. Tristán, Eduardo Romano,Abel Posada, Alicia Romero y Marcelo Giménez.Ilustraciones: Vilar - Aníbal Carreño

El Escarmiento®

Las colaboraciones firmadas no reflejan necesariamente la opinión de la revista.Registro de la Propiedad Intelectual en Trámite.

Distribución para Cap. Fed. y Gran Buenos Aires:Distri Red S.R.L. - (Av. Belgrano 624, 4to. "I" - Tel: 4302-0022 - Cap. Fed.)

Publicación Mensual - Año 1 - Nro. 1 (Julio 2004)

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El Escarmiento ` Julio 2004

POLITICA Y ESTADO DE BAJA INTENSIDAD

I.- APUNTES PARA UNA DEFINICION

En tiempos recientes, fue FrancisFukuyama quien se ocupó de anunciarnos el fin dela historia, del hombre y de las ideologías. JeremyRifkin hizo otro tanto con el trabajo y ambos pare-cían involucrar también la extinción de una de lasmayores invenciones humanas: el Estado. Desdevisiones opuestas (en algo punto no tanto), este úl-timo presagio fue compartido por la dupla Hardt-Negri y Paolo Virno, entre otros, quienes habríanentendido el agotamiento del sujeto estatal a travésde la pérdida de su soberanía, lo que motivaría larecuperación del poder social originario deposita-do en él por un sujeto bastante amorfo e imprecisocomo la multitud (concepto que recibió críticasacertadas desde todos los ángulos posibles).

Sin embargo, globalización mediante, los Es-tados Nacionales no parecen haber encaminado surumbo al ocaso definitivo. Antes bien, los paísescentrales muestran como se estarían readecuandopara no perder fuerza en ninguno de sus compo-nentes: la estatalidad y lo nacional. Respecto a loprimero, podemos decir que hace al mantenimien-to del monopolio de la fuerza en manos del aparatoestatal, que no sólo refiere a la defensa y a la poli-cía, sino también a la posibilidad exclusiva de ge-nerar normas de cumplimiento general que seránobedecidas y contribuirán al bienestar general. Enotro orden, lo nacional se encuentra influido por lacontinuidad de esa comunidad territorial y políticaque se ha formado en una geografía dada y que hagenerado su Estado.

Por el contrario, en otros países como Argen-tina, se evidenciaría el riesgo de consolidar un nuevotipo de organización estatal cuya característica prin-

cipal obedece a su permanen-cia intencional en la trivialidadpolítica, esto es, su decisiónconsciente de sobrevivir ape-nas a su disolución pero sin re-signar esta reciente vocaciónde intrascendencia social.

Mi Leviatán querido. “Lamisión del soberano”, expresóHobbes, “consiste en el finpara el cual fue investido conel soberano poder, que no esotro sino el de procurar la se-guridad del pueblo; a ello estáobligado por la ley denaturaleza…Pero por seguri-dad no se entiende aquí unasimple conservación de la vida,sino también de todas las ex-celencias que el hombre pue-de adquirir para sí mismo pormedio de una actividad legal,sin peligro ni daño para el Es-tado” (“Leviatán o la materia,forma y poder de una repúbli-ca eclesiástica y civil”, F.C.E.,México, 1998;275). Esta defi-nición adopta un concepto deseguridad que no se limita a laprotección colectiva contra laagresión física. En términosmodernos, podemos afirmarque la misma involucra tresniveles simultáneos de cober-tura: la seguridad pública, laseguridad jurídica y la seguri-dad social. Es decir, lo que

Pág 6 ` Política Nacional

Por Santiago Mallorca

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El Escarmiento ` Julio 2004

"consiste en el fin para el cual fueinvestido con el soberano poder, que noes otro sino el de procurar la seguridaddel pueblo; a ello está obligado por la

ley de naturaleza…"

ahora se conoce como un “en-torno amigable” (para apro-piarnos del lenguajeinformático), es aquello queHobbes contempló en su vi-sión amplia de la seguridad;una combinación de reparo yfomento, cuestión esta últimaque sería proyectada y expan-dida luego de la segunda gue-rra mundial a través del Esta-do de Bienestar, hoy tambiénagotado.

Cuando alguno o varios delos elementos apuntados co-mienzan a desintegrarse o noalcanzan el estándar mínimo deprotección, los integrantes deuna sociedad se sumergen enuna situación de incertidum-bre, de angustia colectiva, quecontribuye a la colisión de losrestantes componentes de lafórmula, iniciándose una seriede interrogantes: ¿Se prefierela seguridad pública a la jurí-dica, o la social a las dos pri-meras? ¿Existe consenso paraaceptar una sociedad autorita-ria, violatoria de la ley, perolibre de riesgos físicos, con unaceptable nivel de empleo yascenso social o una sociedadprofundamente solidaria, de-mocrática y respetuosa del or-den jurídico pero sumida enla violencia civil?

La primera crítica a estaspreguntas, además del excesode simplificación, podría sus-tentarse en la inobservancia delas profundas vinculaciones quesuelen darse entre cada uno delos supuestos de la seguridad.Un comentario común refiereque, en general, un ambientepropicio para el comercio y elempleo, a su vez promuevenuna mayor sujeción a las nor-mas y todo esto potencia unamenor producción de compor-tamientos antisociales.

Sin embargo, este argu-mento está lejos de convencer-nos. En todo caso, hay quie-nes ven como función especí-fica del sistema político en lassociedades modernas, la de

regular selectivamente la distribución de los riesgossociales, reduciendo de ese modo el miedo, a travésde la asignación competitiva de “valores de seguri-dad” (Danilo Zolo, “Democracia y Complejidad, unenfoque realista”, Nueva Visión, Bs.As., 1994; 60).

En esta misma postura, se advierte que, a partirde la creciente complejidad de las sociedadespostindustriales, el manejo monopólico del Estado enla atribución de estos valores deberá ajustarse a lamisma serie de rituales y limitaciones procesales quegobiernan las facultades de los agentes individuales(Zolo,1994;87). Dicho de otro modo, la democracia

deberá combinar, para mantener su eficacia, esa ne-cesidad de protección con la preservación de la com-plejidad que involucra cualquier medida que se prac-tique para ello y que conjuga las garantías de sus li-bertades política y económica.

Y quien debe llevar adelante esa difícil combina-ción es nada menos que el Estado. Sin embargo, tene-mos suficientes pruebas de la realidad para concluirque la maquinaria estatal no puede producir la “alqui-mia” necesaria para promover esta felicidad demo-crática. O carece de los elementos para instrumentarla,o (y esto es lo más interesante), termina operandosabiendo desde el inicio que no obtendrá resultadossatisfactorios en sus acciones de equilibrio y distribu-ción de estos valores.

Luego de la extinción de los grandes proyectoscolectivos (como les gusta llamar a algunos) y del pasode la última oleada capitalista, el “Leviatán”, otroraprotagónico en estos menesteres, ha quedado relega-do al papel de actor secundario, que observa impávi-do a mundo que no comprende y para el que no leinteresa encontrar todas las respuestas.

Este ha sido el terreno fértil para un nuevo tipode lucha política, basada en presiones significativaspero no definitorias, que sólo pueden entenderse comouna adaptación de tácticas bélicas al escenario civil,circunstancia que no debe provocar rechazos timoratosa su consideración. (continúa)

Política Nacional ` Pág 7

POLITICA

Y ESTADO

DE BAJA

INTENSIDAD

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El Escarmiento ` Julio 2004

En este momento tenemos un Movimiento Obrero partidoen tres Centrales. Una institucional, otra para-institucional yotra que no se sabe lo que es; todo esto consolidado en la época deMenem. ¿Que alternativa, que salida tiene esto? Es decir, la solu-ción real no la que se plasme en un Acta…

Los hechos imponen como una necesidad el que los dossectores que reivindican ser la C.G.T. lleguen a la unidad, inde-pendientemente que una sea el “oficialismo” y la otra “disidente”.Hay una visión concreta que cree que la unidad resuelve granparte de la problemática que tienen los trabajadores. La otra, elMTA es un proyecto político, yo creo que (Víctor) De Gennarocree que tiene la posibilidad de crear un PT como el de Lula en laRepública Argentina; no le está yendo bien porque está relegadoprácticamente a gremios del Estado y algunos pocos más, allíestán mayoritariamente los docentes y los sectores minoritariosque tiene ATE en relación a los trabajadores estatales. A mí meparece que la problemática que tiene el movimiento obrero argen-tino es también la problemática que tiene el movimiento obreroen todo el mundo: en el mundo está en crisis el empleo, y esorepercute sobre la estructura del sindicalismo, y en la Argentina sedan procesos similares. El reclamo de la O.I.T. acerca de la “demo-cracia sindical” es una estrategia de los sectores económicos. Yo herecorrido algunos países del mundo, salvo los de Europa: pregun-témonos cual es la suerte de los trabajadores de América Latina,donde hay varias Centrales de trabajadores o hay sindicatos porempresa algo que reiteradamente la O.I.T reclama: esto va encontra de los trabajadores. ¿Por que? porque ese no es el mejormecanismo de defensa, al contrario, es debilitante. Me pasó vereso en Chile donde me encontré con más de treinta secretariosgenerales de sindicatos del calzado, sin un Convenio Colectivo deTrabajo y con el tema salarial totalmente disperso. ¿Eso pretendela O.I.T.? a O.I.T. tiene que hacer una fuerte revisión de susplanteos, por que eso es una intromisión inaceptable. Si uno lepregunta a los trabajadores, independientemente de lo que noso-tros llamamos la “rosca” sindical, si creen que la consecuencia delestado del empleo o de la no mejora de la situación laboral se debea que el Movimiento Obrero está fraccionado, les contestarán quesí. Buena parte de esto es cierto, pero me parece que lo que le estáfaltando a los trabajadores en su conjunto, independientementede la forma de expresarse es una estrategia común. Yo reivindicoun poco la visión que tienen los sindicatos europeos. En Europala conformación de las Centrales es por partidos políticos. El casoparadigmático es España; en la época de Felipe González algunos–como el caso del compañero Redondo- se fueron porque acusa-ban a Felipe de traicionar los principios del partido, y los deComisiones Obreras (de orientación comunista) que estaban enfranca decadencia rápidamente se incorporaron a la UGT y se

Reportaje a AGUSTIN AMICONE

(de la Unión Trabajadores de la Industria del Calzado de la R.A.)

quedaron con la estructura; y losque llevaron al poder al FelipeGonzález quedaron afuera. A esohay que agregarle algunos sectoresfalangistas, que los hay, y, lo que esuna barbaridad que en una em-presa haya tres Centrales que se dis-puten la representación de los tra-bajadores; pero cuando tienden auna acción en defensa de los traba-jadores, actúan en forma conjun-ta, por ejemplo cuando firman elContrato de Trabajo (el ConvenioColectivo Nuestro).

Vos estás hablando de paísesque son miembros del G-8, quetienen una economía pujante, lallamada “burguesía nacional” só-lidamente integrada a sus Países yen algunos casos a la ComunidadEuropea. Ahí hay un interlocutordel mundo del trabajo suficiente-mente consolidado, con un granflujo de capitales de la periferia alcentro. Son grandes inversores enpaíses como los nuestros. En cam-bio nosotros acá nosotros tenemosvarios problemas: esa famosa “bur-guesía nacional”, que tanto los na-cionalistas como la izquierda re-

claman a gritos (unos para llevaradelante un “programa” y los otrospara hacer la “revolución”) noexiste…Con este panorama, comoencaja el accionar del sindicalismoargentino que está dividido frentea, prácticamente, una burguesíainexistente?

Mirá, el Movimiento Obrerotiene parte de la responsabilidaden esta situación, pero hay sectoresque tienen una mayor responsabi-lidad que el sindicalismo en su con-junto de lo que ha ocurrido en lasociedad. Parece que hay cosas queocurrieron en la Argentina que ellosno la vieron o estaban sentados enla butaca de otro cine. Es difícil eldesarrollo de un país sin el aportedel empresariado y en la Argenti-na, lamentablemente, el empresa-riado es casi inexistente. Hay ex-cepciones, empresarios que se handesarrollado que han estado, si-guen estando y supongo que van aseguir estando. Un ejemplo decontraste son los empresarios enItalia, que al margen de la políticay de la corrupción tuvieron un cla-ro sentido de lo que debían hacer.

Desde “la O.I.T. esun órgano delimperialismo” hastala reivindicación deVandor.

DE PUNTA Y SINACOLCHADO

Pág 8 ` Política Nacional

(Esta entrevista se realizó días antes de la unificación de la C.G.T.)

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Aquí hay muchos casos emblemá-ticos de empresarios que sabían enla década del 90 que uno de lossectores que iba a tener un grandesarrollo era el sector de la alimen-tación: un caracterizado empresa-rio de ese sector, cuando vino elproceso de concentración vendiósu empresa, y se dedicó, como siem-pre a sus caballitos de carrera y dejode ser empresario. Ahora, en la Ar-gentina los negocios son tan chicosy los empresarios tienen tan pocaconciencia de su responsabilidadsocial…Es lícito que un empresa-rio quiera ganar dinero pero tieneuna obligación, una obligación so-cial. Tiene que ganar dinero, el di-nero tiene que ir al desarrollo de laempresa, una mayor tecnología,pero tiene que contribuir al desa-rrollo de la sociedad, no puede te-ner solamente un fin mercantilis-ta. El sindicalismo en esto, en suconjunto, independientementedel sector en el cual se pueda estaragrupado tiene más claro esto, poruna sencilla razón: nosotros somosconcientes de que si no hay em-presa no hay trabajo entonces ne-cesitamos del empresariado. Tam-bién es cierto que no lo hemos po-dido cambiar, que no hemos podi-do poner esto en un programa encomún, los intentos que se hicie-ron en épocas mucho mejores de laRepública Argentina -en su mo-mento tuvimos la ConfederaciónGeneral Económica- se hicieron losfamosos acuerdos de gobernabili-dad como el Pacto Social del 73.Justamente empresarios y trabaja-dores ante la crisis que tenía la Ar-gentina acordaron determinadasmedidas para llegar a esa goberna-bilidad. Lamentablemente luegoocurrió la muerte de Perón y preci-pitó una serie de hechos que deri-varon en episodios negros de laArgentina como el golpe militar del24 de marzo de 1976 que ya esta-ba anudado desde hacía muchotiempo. Ahora yo pregunto ¿laO.I.T. opina cómo se tienen quearmar los sindicatos? ¿de la “falta”de democracia? Los políticos ha-blan de los sindicatos, cualquieropinólogo habla de los sindicatos.¿Por qué no empezamos a hablarde que tipo de organización em-presaria queremos? ¿Qué tipo deperiodismo queremos? ¿Qué tipo

de medios de difusión queremosen la Argentina?. Porque nosotrosestamos tan arrinconados, estosgrupos económicos influyen tangrandemente que me parece quehabrá que preguntarle a alguno deestos medios que tipo de Presi-dente quiere para la República.

Volvamos un momento alejemplo de Italia. Cuando la co-rrupción política llegó a un nivelnotable inventaron el “mani puli-te”, donde imputaron a 300.000,procesaron a 30.000 y condena-ron a 3.000 y se llevaron puestoinclusive a un ex-presidente, aBettino Craxi. Ahí tenes una clasedirigente política con objetivos cla-ros. Aquí lo que está en cuestiónes la clase dirigente política. Porotro lado Perón, allá por el 56 o57decia que la O.I.T. era un or-ganismo del imperialismo.

Yo comparto esa apreciación.

De todos modos, muchos di-rigentes del Movimiento ObreroArgentino deliran por ir a laO.I.T., deliran por ser funciona-rio de la O.I.T. y ni hablemos delos abogados de esos dirigentes…

Es que ginebra les debe resul-tar preciosa (se ríe).

Seguramente. Aquí se logródesarticular unas F.F.A.A. que hi-cieron bastante merito para que lasociedad civil las odiara profun-damente; pero ningún país delmundo -salvo países muy peque-ños como Costa Rica que desarti-cularon sus fuerzas armadas, peroque no pesan en el contexto inter-nacional ni tienen la importanciarelativa de Argentina- se da el lujode no tener fuerzas militares ca-paces de defender a su pueblo.Ahora también lo que se pretendees que no tengamos MovimientoObrero, después se pretenderá, yhay elementos para eso, que noconsolidemos una clase empresa-ria. Estamos en una situación defalsa representación política don-de este tipo de decisiones las to-man los “representantes políticos”.El problema es de conducción po-lítica…

Hoy hay una gran preocupación en los políticos, porque lainfluencia que tienen los medios de presión sobre la clase política estremenda…

La política ejercida como show…

Es cierto. Yo aspiro, como antes se decía que “los jueces habla-ban por sus sentencias”, a que los políticos hablen por sus acciones;y a mí me molestó tremendamente ese jolgorio al que algunos polí-ticos se prestaron, y que ha empujado a este descrédito del ciudada-no hacia buena parte de la política; cuando los políticos se creíanque eran artistas, aparecían en las tapas de las revistas como “Caras”mostrando sus casas, sus costumbres, su nueva mujer sus hijos o elauto que habían cambiado. Le enviaron un mensaje a la ciudadaníade cual era la intención que tenían respecto de cambiar la situaciónde la Argentina. Hoy ya no tenemos gobiernos que no hayan surgi-do del voto popular, pero convengamos que a más de veinte años dedemocracia en la República Argentina, la democracia tiene granparte de las asignaturas pendientes. El hecho de ejercitar el voto noha resuelto la problemática de la sociedad, y en esto gran parte deresponsabilidad la tiene la dirigencia en su conjunto, políticos,sindicalistas, empresarios… pero hay un gran responsable que parami son los medios de comunicación. Tengo por costumbre leer to-dos los días cuatro o cinco medios de circulación nacional: y lamisma noticia tiene distinta forma de publicitarse.

Eso por una parte revela que aquí hay pluralismo democráti-co (que cada diario represente un interés). El problema es como esreceptado eso por el pueblo. Porque acá hay un problema de edu-cación o de des-educación política que te impide leer cada títuloasignándole el valor que tiene cada uno, sabiendo los intereses querepresenta cada medio...

En la Argentina hay muchas noticias y muy poca información.Este es un tema educativo que tiene una gravitación fundamental;hay que recobrar el hábito de la lectura. En nuestra juventud una cosaque nos apasionaba era la historia, pero los jóvenes no estudian lahistoria argentina, independientemente de la posición, rosista, norosista, o si Carlos Pellegrini fue el importante hombre que dicen quefue, si Hipólito Yrigoyen fue el que posibilitó el ascenso de otras clasesal poder en la argentina , hasta llegar al fenómeno del peronismo.¿Cómopuede ser que muchos sectores de nuestra sociedad, sobre todo losmedios de difusión pongan en discusión el mayor grado de movili-dad social que tuvo nuestro país, y que se estudia en todo el mundo,que significó el peronismo?, y todavía aquí los medios hablan delperonismo como una cosa maldita o algunos franceses y algún italianocomo el caso de Giovanni Sartori dicen que para que la Argentinatenga salida hay que terminar con el peronismo . Cuanto más afirmenque hay que terminar con el peronismo yo ratifico que es la únicasalida que tiene la Argentina para salir de la crisis. Ahora, lo que pasaque se ha generado un montón de enemigos. Preguntémonos porqué tiene tantos enemigos… por qué se preocupan tanto desde afue-ra de que hay que terminar con el peronismo… por que no nos dejana los argentinos que resolvamos nuestros problemas…

En el plano de los problemas la gran deuda pendiente tantodel Estado, de los empresarios y del Movimiento Obrero es el temadel trabajo, la producción y la distribución. Tenemos millones dedesocupados, mas de dos millones de desocupados subsidiados deuna forma que roza la infamia y que se mezcla con una especie debeneficencia oligárquica, indigna; casi la mitad de la población pordebajo de la línea de pobreza, el trabajo en negro se mantiene sin

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pausa y con una visión aquí en la capital que no alcanza a percibir ladel Interior ¿cuál es la perspectiva de solución desde el MovimientoObrero?

Para cambiar este estado de cosas se requiere no solamente polí-ticas activas del gobierno y de los gobiernos provinciales, sino, vol-viendo a lo que decía, necesitamos a la burguesía nacional, porquesolamente desde el sector de los trabajadores no lo vamos a podercambiar.

Pero esa burguesía no se crea del díapara la noche. En los años 40 Perón, consuperavit económico y financiero facilitó lacreación, la consolidación de los que ya es-taban y la proyección de los integrantes deesa burguesía. Hoy en la situación en queestamos, eso requiere también una políticaactiva por parte del Estado…pero el dine-ro sigue estando en manos de la banca, nacional e internacional contasas de países africanos…

Indudablemente. Hoy salen los bancos a decir que hay créditospara las PyMES al 12 % y 16% anual contra el 1% de la tasa dereferencia norteamericana. ¿Quién puede tomar un crédito? Yo creoque también hay que revisar algunas cosas de los tratados internacio-nales, que afectan, entre otros, al sector al que pertenezco, el delcalzado. El Gobierno dice que el gran tema a resolver es el tema delempleo. ¿No llegó el momento de hacer una política articulada deintegración con Brasil –un país que tiene una economía cinco vecesmás grande que la Argentina- de modo que ambos países comple-menten sus actividades y vender un producto elaborado conjunta-mente, saliendo a captar otros mercados, en lugar de deprimir máslos mercados restringidos de los países miembros del MERCOSUR.?Los empresarios tienen que movilizarse, tienen que pedir que losbancos saquen el culo de arriba de la guita y la empiecen a prestar atasas razonables como tiene el resto del mundo para que la economíaArgentina pueda desarrollarse. Si no hay crédito va a ser difícil.

Eso es una decisión política. La tiene que tomar el estado nacio-nal y la cabeza del Estado Nacional es el Presidente…

Yo aspiro a que marchemos a ese camino porque si no la Argen-tina no va a resolver los problemas de crisis que tiene que son muchomás profundos.

Hemos perdido la cultura del trabajo. Yo soy hijo de un traba-jador del trasporte.

La imagen que tengo grabada de mi viejo es que se levantaba alas cuatro de la mañana. ¿Cuántos chicos hoy tienen esa imagen delpadre que levanta a las cuatro de la mañana para ir al trabajo? Perohoy no hay trabajo. El problema del trabajo no es una cuestión quese resuelva mágicamente. Duele dramáticamente que haya hambreen la Argentina, porque hay que buscar hasta que no se ponga enmarcha todo el mecanismo de recuperación, nuevas formas asociati-vas de los trabajadores –yo no reniego de las cooperativas creadas portrabajadores para paliar en parte la crisis del trabajo- lo que reniego esde los vivos , de los empresarios que arman cooperativas para eludirlas obligaciones que tienen para con los trabajadores y los subsiste-mas de seguridad y previsión social .¿Por qué no se empieza a repartirlas grandes porciones de terreno hoy sin producción, con asistenciaestatal, en lugar de permitir padecer el hambre que se padece? ¿Hayalguien que les enseñe como obtener alimentos del trabajo produc-tivo, independientemente de si tienen dinero o si no tienen dinero?

Hemos perdido lo más importanteque tiene el ser humano y que es lainiciativa.

Entre otras cosas, ese es untema educativo y esta inducido porla política.

Hay que romper con eso. Yono me resigno a tomar todo esto

como inevitable; no hay mejor ac-ción que tomar la iniciativa en es-tas cosas, porque no todo es res-ponsabilidad del Estado, a mi meparece que hay responsabilidad delos sindicatos, de los propios parti-dos políticos, de loscredos…hay for-mas de educar a lagente para quecambie esto. El re-parto de los planesjefes y jefas de ho-gar no alcanza, es-tuvo bien para pa-liar un momento muy complicadode la República Argentina, peroeste estado de cosas no puede serpermanente.

Vamos a la pregunta del mi-llón: el futuro inmediato de la uni-dad sindical…

Yo espero que se concrete,pero que volvamos a la época enque yo me inicié en el sindicalis-mo, que independientemente delsector en el cual uno milite hayadebate. Nosotros no podemos es-tar en el movimiento obrero silen-ciosos y que vayamos a los plena-rios, a los confederales, y me inclu-yo, donde no se discuta no sola-mente la problemática general sinola problemática puntual que tienecada sector del movimiento obre-ro. En la década del cuarenta ypico casi década del cincuentacuando este sindicato tenía algu-nos problemas, un miembro de laC.G.T de aquel entonces venía anuestro gremio a colaborar, a bus-car soluciones con los empresarios

o con el gobierno de aquel enton-ces para poder solucionar el con-flicto o la crisis que tenía el sector.Hoy lo que hemos perdido sonjustamente algunos códigos, algu-nas conductas de aquel entonces,algunos principios. El problemade una organización sindical es unproblema del conjunto del movi-miento de trabajadores argentinos.Debemos discutir adonde quere-mos ir. Discutir la O.I.T. que pasóa ser un organismo tan burocráti-co que sus resoluciones y recomen-daciones son expresiones de de-seos: “no al trabajo infantil, no altrabajo esclavo”, cuando sabemosque hay trabajo infantil, que me-didas vamos a tomar más allá de lacampaña internacional que se hacepara ir desterrándolo. ¿Cuántohace que tenemos la ley 11.544de las 8 hs.? casi 70 años. En laArgentina el que tiene trabajo, re-

marco: el quetiene trabajo,hace rato que hadejado de traba-jar 8 hs. Se violasistemáticamen-te el régimen ho-rario; como el sa-lario es bajo el

trabajador acepta la violación a laley por parte del empresario, parallevar a su casa una moneda más,pero contra su salud. Esto es unejemplo de por qué las empresasinternacionales se trasladan a cual-quier parte del mundo donde sele faciliten las cosas de esta mane-ra. Lo que ha cambiado es la suti-leza de los métodos de explotación,pero la explotación sigue vigente.Basta repasar lo que sucede en paí-ses de régimen político cerradocomo China o lo que ocurre en laIndia y el sudeste asiático, y sin irmás lejos lo que ocurre en Latino-américa con las famosas maquilasen México en la frontera con losE.E.U.U. La O.I.T. está integradapor una gran cantidad de buró-cratas diplomáticos. La única vezque fui a la O.I.T. por una reunióntécnica del sector calzado, despuésde esa no me invitaron más a nin-guna reunión, había muchos fun-cionarios que estaban en el estra-do que no conocían nada del temaque se estaba tratando, ni siquierahabían estudiado lo que es el

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DE PUNTA Y SINACOLCHADO

“no al trabajoinfantil, no altrabajo esclavo”

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mundo del trabajo. Los gobiernosvan, participan mandan los fun-cionarios, se hacen discursos, peroen la práctica muchos países inte-grantes de la O.I.T. no ratifican ensus Parlamentos los convenios conde la O.I.T. En el caso de la Argen-tina lo único que permanentementela O.I.T. reclama es el sindicato porempresa, jamás dice que hay quetender al mejoramiento de la situa-ción del sector laboral en la repú-blica argentina. De hecho, aunquela ley nuestra diga que solo se reco-noce una sola central de trabajado-res, están funcionando tres, ¿haydemocracia o no hay democracia?

Las “recomendaciones” de laOrganización Internacional delTrabajo son un ataque a la estruc-tura del movimiento sindical ar-gentino que está identificado conel peronismo…

Exactamente. Y mal que lepese a todo el mundo el Movimien-to Obrero Argentino ha sido el másexitoso en su momento. El Movi-miento Obrero en una etapa no selimitó solamente a reivindicar eco-nómicamente a los trabajadores sinoque con las políticas de Estado lle-gó a dignificarlo. El caso emble-mático es que en muchos países delmundo los trabajadores no tienenasistencia sanitaria. Ante la ausen-cia del estado, los trabajadores –através del sindicato- en la Repúbli-ca Argentina han acudido en supropia defensa y se dan salud. Se-gundo: ¿cuándo los trabajadoresantes de la organización del actualmodelo sindical pudieron gozar deturismo en su período de vacacio-nes? Y lo más importante: la parti-cipación política, porque en defi-nitiva, donde se resuelven los pro-blemas es en la discusión política.Uno de nuestros grandes erroresfue creer que los males del desem-pleo venían por la flexibilizaciónlaboral. Los males del desempleovienen justamente por el desem-pleo. La flexibilización laboral esconsecuencia del desempleo.Cuando hay pleno empleo, aun-que no haya sindicato, el salariosube automáticamente. El flageloque hay que combatir, no solo enla Argentina, aunque nosotros de-bemos llorar por lo nuestro, es el

desempleo. Se ha globalizado tan-to la economía, hay tantos bloquesregionales sin tener en cuenta el cre-cimiento de los países que lo inte-gran, que una de sus consecuen-cias es que las empresas “tienen rue-ditas” que van a parar a los paísesque por necesidad o por hambreles ofrecen condiciones más ven-tajosas que en sus países de origen.La CIOLS (norteamericana) a fi-nales del cincuenta y principios del60 hizo una filmación de cómoeran las maquilas en Taiwán. Eranempresas de capital norteamerica-no que iban supuestamente a “be-neficiar” a esos países. Hoy existeuna empresa de nuestro sector ra-dicada en China que paga salariosde 20 centavos de dólar la hora.Competir con-tra la esclavitudes muy difícil,imposible. Haytolerancia de losOrganismos In-ternacionales,que reclaman laaplicación de“códigos deconducta”, que en la práctica son soloexpresiones de buena voluntad.

¿Cuál debiera ser el vínculode la estructura sindical con losaparatos del estado?

El Movimiento Obrero debeplantear claramente cuáles son lasnecesidades que tiene la gente, yplantear propuestas con respecto alo que nosotros creemos que debie-ra hacerse para modificar la situa-ción vigente, y obligatoriamentedeberán tener que estar sentados losempresarios. Ellos no pueden tenersolamente las cosas servidas en lamesa. Es cierto que faltan políticasactivas, pero cuando vienen las épo-cas de baja, junto con los gobiernosy las organizaciones sindicales hayque buscar las formas de armar uncolchón de modo que las conse-cuencias no las sufran siempre lostrabajadores. ¿Cómo puede ser queen el país de las vacas y del cueromucha gente no tenga zapatos?Nuestros empresarios también tie-nen una obligación social.

Vos hablás de dos planos, eleconómico y el social. Pero ¿cual

es el planteo político del Movimiento Obrero?

El planteo es político pero no partidario. Yo creo que uno delos grandes males de la organización de los trabajadores ha sidoquedarse pegado a las estructuras partidarias; cuando los trabaja-dores, como Movimiento Obrero, tienen que abarcar a todos lostrabajadores piensen como piensen, aunque mayoritariamente so-mos peronistas, y esto no lo vamos a negar, yo reivindico mis oríge-nes peronistas. Yo no reniego del peronismo, pero indudablemen-te que el planteo tiene que ser un planteo que vaya en defensa deltrabajo independientemente del poder político. A mi me pareceque una de las grandes consecuencias que está pagando el movi-miento obrero ha sido su consecuencia con el ejercicio del poderpolítico del peronismo. Porque no siempre quienes estuvieron enel ejecutivo acompañaron medidas que tenían que ver con el traba-jo o cuando había que modificar determinadas cosas no se tuvo encuenta las consecuencias que aparejaba tomar determinadas me-didas. Y otra cosa que hay que hacer es reivindicarse con los propiostrabajadores porque aquí hay casi una orfandad, en algunos casos,entre trabajadores y dirigencias. Hay que consolidarse con nuestros

propios representados, y después claramente opinarsobre las dificultades que hay. A mi me parece que enlos últimos tiempos nos hemos acostumbrado a creerque hay cosas que son inmodificables, y justamenteesto es lo grave del asunto. Todo se puede modificar,todo se puede mejorar. Hay coyunturas que muchasveces indican que hay que cambiar conductas y a mime parece por ejemplo que nosotros tenemos que lo-grar una participación amplia, no solo políticamente,sino que tenemos que participar en todo estamento

donde la sociedad civil pueda expresarse, porque esto de creer queel movimiento obrero solamente es una expresión que se canaliza através de la CGT es equivocada. La C.G.T. no puede estar ausente.Dentro de su propio marco político debe tener voz y representa-ción en el tema educativo, en el tema de salud, en las sociedades deconsumidores, etc. Volver a esa época en la que cuando se iba atratar una ley de importancia para los trabajadores los diputados deorigen sindical venían al seno de la C.G.T. para informar y a plan-tear que estrategia se debería llevar a cabo en las discusiones en elParlamento. Todo esto hace rato que no se ve, la reconstrucción vaa ser muy difícil. Mirá, acá se habla de “gordos” y “flacos”, media-nos, pequeños. Que hay gremios grandes quien lo duda. Yo lo queapelo es a la grandeza que tenían los dirigentes de otra época y voya dar un ejemplo muy certero, muy contundente, cuando yo noera ni delegado de gremio, en los años 60, cuando este gremio tuvoque afrontar una huelga que duró cincuenta y cinco días que nosdio a los trabajadores del calzado un dirigente importantísimo,muy criticado por algunos sectores. Una huelga trae aparejadasmuchas consecuencias. Este gremio se caracterizó por ser un gre-mio combativo, militó en el sector de gremios combativos y teníauna fuerte disputa política en el seno del movimiento obrero con laUnión Obrera Metalúrgica. El primer dirigente que vino al sindi-cato a los dos días de la huelga a ofrecer su colaboración, siendo queera un dirigente extremadamente criticado por nuestro SecretarioGeneral de aquel entonces, se llamó Augusto Timoteo Vandor.Estaba dando una clara muestra de cual era su responsabilidadcomo dirigente sindical con una organización que políticamenteestaba en la vereda de enfrente, pero que estaba en la misma veredade la defensa del trabajador. Yo apelo a la clase de inteligencia de esegran dirigente.

Domingo Arcomano

Política Nacional ` Pág 11

Mirá, acá se hablade “gordos” y

“flacos”, medianos,pequeños.

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El Escarmiento ` Julio 2004

Estaba terminando el segundo man-dato presidencial de Carlos Menemcuando los ex-empleados de YPF de Tar-tagal y Cutral-Có cortaron las rutas.

Habían sido indemnizados con ci-fras importantes pero ni la provincia niel municipio fueron capaces de aseso-rarlos de cómo invertir; los actores deese drama de desencuentros eran hom-bres que durante años habían trabajadoen un pozo de extracción o transportan-do petróleo que nada sabía de finanzas ocomercio y del otro lado, funcionariosincapaces de ver que a su pueblo o suprovincia se inyectaba una cuantiosasuma de dinero –de aquel casi mítico 1a 1- y que si se lo ponía a producir po-dría tener un efecto multiplicador. Losobjetos que simbolizan el desencuentrofueron las camionetas 4x4 y los kioscosque pulularon. Allí nació el “piquete”como expresión de una marginalidad queveía la movilidad social descendentecomo el futuro propio. También nace allíuna forma de política social: una suertede seguro de desempleo llamado “Plan

Trabajar” y que aseguraba ciento cincuen-ta pesos mensuales a 250.000 desocupa-dos.

Pero para los miembros de la clasemedia, la mayor preocupación, el prin-cipal problema político que se debía re-solver era la corrupción y la necesidadde establecer nuevas relaciones transpa-rentes entre el gobierno y la sociedad ci-vil (1). Así, gran parte de ellos buscó vo-tar una fórmula presidencial que apare-ciera representando unagestión “prolija”, no exen-ta de “popuprogresismo”así nació la fórmula de laAlianza: Fernando de laRua –Carlos (Chacho) Al-varez.

Las políticas de suce-sivos ajustes establecidos desde 1999, le-jos de combatir la crisis mediante la co-rrección de los desequilibrios macroeco-nómicos, mostraron la debilidad estruc-tural del Gobierno de la Alianza, donde

la UCR volcó los efectos de la des-estruc-turación de su identidad, mientras queel Frepaso aportó las consecuencias deno haber articulado una organizaciónpolítica identitaria, con un “nosotros”estable (2).

Acompasando estos desatinos, se vaempujando a un sector tras otro a la po-breza e indigencia, reduciendo la políti-ca social a la cobertura de cada vez más ymás Planes Trabajar: ya estamos hablan-do de 1.500.000 de beneficiarios. Allí co-mienzan a conformarse las organizacio-nes cuyo eje es la distribución de eso pla-nes.

En este punto, que podemos situar-lo en el 2000 debemos analizar una do-ble conducta: la CGT que, históricamen-te, fue el símbolo de la organización delos trabajadores no pudo… no supo…

que más da… no contuvoa esa población crecientede pobres e indigentesque eran arrojados a lamarginalidad. Es ciertoque era una situación nue-va pero faltó “cintura”. Porotro lado, hay una parte dela dirigencia que tradicio-

nalmente expresaba el sentir y el quererde los sectores más humildes que renun-cia a expresarla y desarrolla sobre ella unapolítica clientelista, que va conformandouna cultura política signada por las leyes

PIQUETEROS:una distinciónnecesaria

Una ruta argentina… podría ser un acceso a BuenosAires o La Plata, se levanta una nube negra y el olor aneumático quemado hace que el aire que entraba por laventanilla sea irrespirable. Allí están parados los hombresy mujeres que toman ómnibus de mediana distancia paraconcurrir a su trabajo, los cuadros medios empresarios ylos que vienen del country o van de “shopping”. Todosjuntos… todos mezclados… todos malhumorados. ¿Quiénlogra este efecto “mufa” colectiva? Los piqueteros.

Pero… ¿Quiénes son los piqueteros? Esto es máscomplicado de responder. Hagamos un poco de historia.

...era una situaciónnueva pero faltó

“cintura”.

Pág 12 ` Política Nacional

Por Alfredo Mason

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El Escarmiento ` Julio 2004

del mercado: “10 pesos y un choripánpor cabeza y te llevo un micro de gente”.

A lo largo del 2001, Domingo Feli-pe Cavallo fue en Argentina algo asícomo el personaje de Marlon Brando enApocalipse Now, en donde lo único nocreíble sería el nihilismo porque aquí sihubo un sentido.

Los sucesos del 19 y 20 de diciem-bre de 2001 remiten a varios significan-tes: una dirigencia nacional (en todos suscampos) que parecería estar más cercade Bélgica que del Gran Buenos Aires yque, aun hoy, sigue sin comprender elhecho que los primeros que resignaronsu función en manos de la despolitiza-ción propuesta por el neoliberalismo fue-ron ellos mismos; que la gente en la ca-lle, aún sin organi-zación ni forma deexpresar su pensa-miento en términospolíticos, sigue re-conociendo unaidentificación cul-tural común cen-trada en lo argenti-no pero paralela-mente a ello, la fal-ta de proyecto po-lítico y de conducción del mismo mues-tra una fragmentación sectorial que nopuede dar una respuesta a la crisis. Poreso la clase media pide sus dólares y lamarginalidad –que ya llega a 2.500.000personas- piden más planes.

Hoy, el morboso tratamiento que losmedios de comunicación hacen de la in-seguridad y la violencia en que vivimosgenera dos actitudes: por un lado hacereaccionar a la clase media detrás de la“cruzada Blumberg”, diciendo que la cul-pa de todo lo que pasa es de los otros (losdiputados, los senadores, el Gobierno, laPolicía, las instituciones, las leyes) y deallí el valor testimonial que posee la mo-vilización; pero también produce una in-sensibilidad para la violencia cotidiana…esa que nos es tan incómoda de ver.

La violencia cotidiana a la que nosreferimos es la que habla del 50% de lapoblación por debajo de la línea de po-breza con un 25 % en la indigencia, don-de murieron más de 300 personas en 5meses porque en las leyes de mercado no

figura la comodidad y seguridad de lospasajeros de los trenes. Y vale la penadetenerse brevemente para ver comoopera esto que hemos llamado la insensi-bilidad: los índices de desocupación, po-breza e indigencia se encarnan en dos fi-guras propia de la posmodernidad: “el pi-quetero” y el “cartonero”. Teniendo encuenta la importancia legitimadora queposee el discurso vale la pena analizar elnombre que desde los medios de comu-nicación se da a estas dos figuras y cuales su representación.

En nuestra lengua castellana, el sufi-jo –eros da la idea de la profesión, oficiou ocupación, de donde se puede inferirclaramente que con la denominación “pi-quetero” o “cartonero” se busca legitimara alguien que expulsado del sistema, se

adapta a las nuevascondiciones parasobrevivir en lasmárgenes del mis-mo. Es decir, el sis-tema no soporta laalteridad y por esoreacciona institu-cionalizando “laocupación del des-ocupado”, el “ofi-cio de marginal”

colocándolo al mismo nivel –al menos enel lenguaje- que el carnicero o el verdule-ro. Además buscará que no se mueva deallí y así para el “piquetero” habrá planessociales (hoy denominados Jefas y Jefesde Familia), apoyo alimentario o “trenesblancos” (3) para los “cartoneros” (4).

Como vemos, es muy fácil recono-cer en la expresión utilizada por el ejér-cito estadounidense, “daños colaterales”el asesinato de civiles lo mismo que cuan-do las fuerzas israelíes hablan de “muer-tes selectivas”. Pero por lo cercano se des-dibuja el funcionamiento de ese modeloinsensibilizador.

El caso es que, cuando se está fuera

de todo la única forma de respuesta queaparece es la rebelión, como acto de afir-mación de la propia existencia. Pero elhecho de ser marginal, con una culturaprebendaria, no lo permite construir po-der a partir de organizar en torno aunproyecto sino que termina expresando suidentidad en “los pibes chorros”, con unacreciente canalización del mal y mercan-tilización de las necesidades concordan-tes con el mayor grado de violencia. Ocon la constitución de una pseudo-diri-gencia “piquetero” que recrea los peoresvicios y ninguna de las virtudes de la vie-ja dirigencia política, cuya única obra esla creación de la “protesta rentada”

La herencia más costosa que dejaeste proceso es la cultura del resentimien-to y la violencia, donde la fragmentaciónsocial no es una descripción sociológicasino el aprovechamiento de pobres so-bre pobres, en donde los más jóvenes noreciben al trabajo como valor y en dondeel desafío final es la incorporación de esasumatoria de individualidades a un pro-yecto común. Esta última acción cree-mos que podrá tener una segunda opor-tunidad la CGT, el Justicialismo comoexpresión política y una dirigencia quedesde el municipio pueda o sepa organi-zar la participación de esa población enla gestión de políticas públicas tendientea resolver sus carencias.

Política Nacional ` Pág 13

Como vemos, es muy fácil reconocer en la expresiónutilizada por el ejército estadounidense, “dañoscolaterales” el asesinato de civiles lo mismo que cuandolas fuerzas israelíes hablan de “muertes selectivas”.Pero por lo cercano se desdibuja el funcionamientode ese modelo insensibilizador.

(1) MASON, Alfredo Sobre éticay eticismo en Revista Fundación. Bue-nos Aires 9(2001)18

(2) SIDICARO, Ricardo La cri-sis del estado. Buenos Aires, UBA.2001. p.75

(3) Formación que las distintasempresas ferroviarias organizan paratraslados en forma gratuita a los “car-toneros”

(4) Un reflejo de lo que la vida enesta marginalidad puede verse enALARCÓN, Cristian Cuando memuera quiero que me toquen cumbia.Buenos Aires. Norma 2003.

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El Escarmiento ` Julio 2004Pág 14 ` Internacional

Panintervencionismonorteamericano yglobalización delterrorismo

Por Horacio Cagni

La política panintervencio-nista de los Estados Unidos delpresidente George Busch (h) ponesobre el tapete, desde el ya legen-dario atentado a las Torres Geme-las del 11 de setiembre de 2001,una figura jurídica de derecho pú-blico internacional que bien pue-de ser considerada absurda, perono deja de ser una muestra de real-politik: la doctrina de guerra pre-ventiva. Es decir, que si los intere-ses estadounidenses son vulnera-dos en un fururo por el accionarde cualquier actor de la política in-ternacional, Washington se reser-va el derecho de actuar anticipa-damente en defensa de su interésnacional. Por otra parte, la paula-tina declinación del estado-naciónclásico, merced a la globalizaciónde las finanzas, las comunicacio-nes, los servicios, la trasnacionali-zación de la economía, etc .vuelvea poner de relevancia el accionarde los poderes indirectos, es deciraquellos que, detrás del poder po-lítico formal, usufructúan todas lasventajas sin correr los riesgos delejercicio del poder. Si bien vienenperfilándose desde antes de la Pri-mera Guerra Mundial -y bien locomprendieron economistas detodo signo, desde Lenin hastaSombart- han llegado a constituir-se en determinantes luego de lacaída del muro de Berlín y el findel bipolarismo; son los auténti-cos vencedores de la posguerra fría.

cional a Estado “gangsteril”-, la au-sencia de neutrales –nadie va a sa-car la cara por defender a un fuerade la ley internacional-, la despro-porción en el uso de la fuerza co-rrectiva de seguridad -consecuen-cia de transformar la política mun-dial en policía mundial- y la dilu-ción de la decisión en la fuerza co-rrectiva de seguridad –nadie se res-ponsabiliza de una intervención-.Esta es la base de las guerras “hu-manitarias”, desde la de los Balca-nes hasta Afganistán e Irak.

Sometidos a modernísimos ysofisticados medios de deteccióngeosatelital, al bloqueo, control ybombardeo sistemático desde elaire, mediante bombas y misiles“inteligentes”- que en teoría batenblancos militares y respetan a losciviles y en la práctica han demos-trado no discernir objetivos, nidiferenciar gobernantes de gober-nados-, la reacción se ve compeli-da al accionar terrorista, muchomás difícil de detectar y controlar.La guerra partisana terrorista es,obviamente, indiscriminada y deextrema violencia, provocando unaccionar represivo similar. Así asis-timos a una escalada ilimitada, talcomo se demuestra actualmente enel caso palestino e iraquí, de con-secuencias imprevisibles. De sueficacia puede probarlo el hechoque un atentado como el del 11de marzo pasado en España pro-vocó en horas un cambio de go-bierno y el retiro de las tropas pe-ninsulares del teatro de operacio-nes del golfo pérsico. Hace pocosdías, en Andalucía, un profesor

decía a quien escribe esta nota, re-firiéndose al 11 M y el sangrientoatentado de Atocha: “España nose dio cuenta que era país belige-rante al integrar la coalición y man-dar tropas a Irak. Hay otros quetambién la integran, pero Aznarse puso en la foto con Busch yBlair (en la reunión de las Azores)y al eslabón más débil de la cade-na es al primero que se le pega”.

Aquí culmina uno de los as-pectos más significativos y emble-máticos de la política planetaria deprincipios del nuevo siglo: la uniónentre globalización, mesianismotecnológico y guerra partisanamundial. La respuesta al enemi-go, desde la guerrilla anticolonial,desde el maqui frente al ejércitoocupante o desde la teoría leninis-ta, parece muy fácil. No lo es tan-to desde el plano de la guerra par-tisana global, desde el terrorismodotado de modernos medios téc-nicos, quizá de armas químicas,biológicas y algún día tambiénnucleares. O desde el humilde ymortífero accionar del individuoconvertido en bomba humana.

La guerra partisana his-tóricamente se realizó paracambiar un gobierno, tomarel poder, rechazar o expulsar aun enemigo ocupante, o para“liberar” una zona del controldel adversario.

Era una guerra dentro de unaunidad política; es decir que, másallá de su carácter absoluto y susnefandas consecuencias, estaba te-

El accionar de la superpoten-cia predominante tiene por obje-tivo principal asegurarse recursosestratégicos escasos –petróleo, gas,agua potable- en un tablero mun-dial dinámico, donde el tiempourge. En unas décadas, China y laIndia alcanzarán y pasarán a losEstados Unidos como potencias,merced a su crecimiento constan-te y sus recursos naturales, pobla-ción y capacidad para afrontar elmercado mundial. De momento,dichas naciones, junto con la Fe-deración Rusa, pueden ser consi-deradas “potencias de resistencia”,no pueden ser atacadas pero tam-poco tienen capacidad para ejer-cer, como EE.UU, operaciones agrandes distancias.

Las acciones de Washingtonhan demostrado ser cada vez másautónomas del sistema internacio-nal, pero ello tiene un costo políti-co elevado. De allí la necesidad demontar coaliciones que legitimenese panintervencionismo, así comorecurrir al sistema de seguridadcolectivo y al paraguas de las Na-ciones Unidas, entidad que semuestra, cada vez más, un instru-mento puramente discursivo y al-tamente ineficaz en la resoluciónde los problemas internacionales.

La seguridad colectiva se ca-racteriza por algunos tópicos queya han hecho escuela: la discrimi-nación del adversario -reducido deun miembro del sistema interna-

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rritorialmente delimitada. Hoy día,la guerra partisana presenta bata-lla al “establishment” internacio-nal en el planeta entero, está des-territorializada, y su objetivo ya nose limita a tomar el poder en unlugar, sino doblegar la voluntaddel sistema internacional para acep-tar una situación, disputar un ne-gocio global o, simplemente, vul-nerar.

Era absurdo suponerque la globalización no im-plicaría que el terrorismotambién se globalizara.

Desde hace tiempo, los espe-cialistas destacaban que la nuevadimensión que la tecnología su-maba al terrorismo moderno po-dría llevar a una guerra entre na-ciones, algo totalmente distintodel clásico atentado político. Unpaís víctima de una operación te-rrorista a gran distancia y en vastaescala supondría, con razón o sinella, que los terroristas actúan ennombre de otro país que les finan-cia, adiestra, arma o protege. Elprimer país podría en represaliabombardear al segundo, o atacarsu economía, etc. La experienciadel trato dado por el sistema deseguridad colectiva a nacionescomo Afganistán o Irak es sinto-mático. Debido a su carácter in-ternacional, este tipo de terroris-mo -contrastando con el estricta-mente nacional- puede conducirfácilmente a una guerra hasta lasúltimas consecuencias.

Así como el terrorista políticoindividual pertenece al pasado,hoy existen organizaciones terro-ristas complejas que toman parti-do. La acción de potencias o delsistema de seguridad colectiva con-tra Estados considerados terroris-tas -Libia, Irak, Sudán, Afganis-tán- se complica aún más con laaparición de redes terroristas des-territorializadas, que tienen basesoperativas en diversas partes. Tam-bién existen líderes mediáticos dedichas organizaciones, como Osa-ma Bin Laden, de quien GillesKeppel ha dicho no ser más queun actor nacido, criado y sosteni-do por occidente y más concreta-mente por los Estados Unidos,

que entró en colisión por una in-terna de negocios. Todos conocenla foto de un sonriente Rumsfeld-el mismo que señaló muyorondo:”Porqué esta guerra?..porel petróleo, obviamente!”- salu-dando a Saddam Hussein, prime-ro considerado un paladín de oc-cidente frente al peligro de la re-volución iraní y luego un sátrapademoníaco.

Otro de los aspectos graves esla asociación del terrorismo conelementos culturales y religiosos.Una consecuencia de la situacióninaugurada en septiembre de2001 es la idea de que todo occi-dente está bajo ataque. Es unaderivación de las tesis de SamuelHuntington del clash de civiliza-ciones, en el sentido de conflictosinterculturales. El gran problemaes definir donde empieza y termi-na cada una de estas grandes uni-dades. Así como el Islam no pue-de ser reducido al Talibán o AlQaeda, del mismo modo Occiden-te también es más que los EstadosUnidos, Israel o cualquiera de suspartes componentes.

El probable paso siguiente aun choque de civilizaciones es queéste se revista de guerra de religión.Si alguien decide proclamar unaguerra de religión y se le respondedel mismo modo, una situaciónque el orgulloso racionalismo oc-cidental creía superada haces siglospuede volver por sus fueros. Unnotable autor como Enst Nolterecientemente ha escrito, preocu-pado, que la disidencia del TercerMundo, al cual el mundo islámi-co también pertenece, frente al es-tablishment de los países ricospuede llegar a un conflicto teñidode matices religiosos, así como elS.XX fue el siglo de las guerras ideo-lógicas.

La desactivación de la violen-cia, entonces, no pasa por la dis-criminación y criminalización denaciones y culturas enteras, sinopor la revisión profunda del or-den planetario y la construcciónde un mundo más equitativo y res-petuoso de sus partes componen-tes. Mientras no exista una revi-sión del sistema internacional, laguerra, -ahora en una línea ami-go-enemigo difusa que pasa por

todos lados, en el seno de todaunidad política- tendrá un futuroventuroso.

Los temores de tantos pensa-dores clásicos de la historia y la cien-cia política frente a la revoluciónindustrial-liberal pueden inscribir-se dentro de la reacción europea ala americanización del mundo y,en el fondo, al debilitamiento y findel eurocentrismo. Theodor VonLaue pone en primer plano la ver-dadera revolución mundial occi-dental, la liberal y capitalista, re-volución nacida de la combinaciónentre libertad individual y disci-plina social, típica del mundo an-gloamericano. El ímpetu expansi-vo de dicha revolución, bajo suforma tecnoindustrial revestida dedemocracia, alcanzó todo ámbitode la vida, razón por la cual se leenfrentaron formas muy intensas

Además, enuna sociedadplanetaria clausa,en un one world,comprobamos queel derechohumanitario esefectivamente elderecho del másfuerte, y undisidente -comoseñala SamirAmin- no tendríarefugio.Culminaría así elpeor totalitarismo,el real mundoorwelliano, el de lahomogeneización yalineación compulsivas,pues las relaciones de protección-obediencia necesariamente deberíanpasar por una autoridad despótica. Endefinitiva, la imposición de una paxglobal, lejos de eliminar el conflictolo haría más extenso. Y allí elterrorismo seguirá siendo el actorprincipal.

de resistencia y autonomía. Tantoel comunismo como los fascismos,como los movimientos de libera-ción nacional del Tercer Mundo,han sido fenómenos de resisten-cia. Nolte, al comentar dicho au-tor, sostiene que el bolchevismo yel nacionalsocialismo han sido,entre otras, también reaccionescontra el americanismo, porquealgunos países no quisieron capi-tular frente a su avance, pues losnorteamericanos han sido, cierta-mente, los grandes protagonistasde este modelo. Y en este siglo, estepensador discípulo de Heideggerseñala al Islam como la posible ca-beza, al menos la más visible, delmundo que se niega a la globaliza-ción-americanización. Y detrás,podemos añadir, la mirada vigilan-te y la actitud expectante de Chi-na e India.

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Se dice que losargentinos somospropensos a las

teoríasconspirativas...

“Da bronca cunadouno ve un soldado hechopedazos, por que se pen-saba que esto iba a ser unacosa rápida y no lo es”.Faustino Saizar, argentino,sargento enfermero en elHospital 31 de apoyo decombate en Bagdad.

“El enemigo se havuelto asimétrico. Nosemboscan. No hay com-bate convencional abier-to”

Tcnl. Bryan Mc Couy.Jefe del 3er. Batallón deMarines en Irak.

Era previsible, tan soloun despistado por ignoranciahistórica o por sufrir las recu-rrentes infecciones con lo cualesa usina de ideología llama-da Holywood apesta al mun-do, podía tragarse la “Misióncumplida” que, disfrazado de“Top Gun”, el presidente-cow-boy proclamó desde la cubiertade un portaaviones.

Lo que pretendía ser un

desfile triunfal de carrozas ro-manas sobre un territorio con-quistado, se empantanó enuna ciénaga inmunda, un are-nal de sangre y petróleo don-de la “Pax americana” es salu-dada cada mañana con el es-truendo de un coche-bomba yel repiqueteo de morteros ymetralla. “Guerra asimétrica”la denominaron los estrategas(1) en la que insurgentes loca-les o terroristas internaciona-les, carentes de alta tecnolo-gía bélica pero conveniente-mente financiados, con bue-na logística y férrea voluntadde lucha, pueden doblegar anaciones poderosas en peque-ños conflictos periféricos.Ejemplos sobran: Francia enArgelia e Indochina, La UniónSoviética en Afganistán y lospropios Estados Unidos enVietnam y no hace mucho enSomalía, donde bandas de ca-zadores-recolectores derriba-ron dos helicópteros de últi-ma generación, parecen co-rroborar la observación deHenry Kissinger: “La guerri-lla gana cuando no pierde y lasfuerzas convencionales pier-den cuando no ganan”. (2)

“Irak no es Vietnam” re-

pite el Pentágono como unaletanía. Es verdad, porque espeor, a esta guerra de supues-ta baja intensidad – dado quelas fronteras son difusas, con-trariamente a conflictos ante-riores- se le suma un compo-nente inmanejable: el religio-so. “¿Tú mueres por petróleo?¡Yo muero por Dios! Gritan losmártires. Los días 11 no ha-bría que salir de casa”. Laamenaza es real – New Yorky Atocha lo confirman – y lapregona un Jeque, OmarBakri Mohammed, jefe espi-ritual del grupo islámico AlMuhajiroum.La intervenciónde Irak, masque Afganistán,lejos de arrasarcon el cubil delterrorismo noha hecho masque expandirlocomo una man-cha de aceitepor el resto delmundo. Sus filas ya no son in-tegradas solo por talibanes ofundamentalistas sauditas,ahora se incrementan con el

aporte de hijos de musulma-nes moderados, muchos deellos nacidos y educados enOccidente, que consideran laembestida norteamericanacomo un ataque directo alIslam para controlar sus recur-sos y reorganizar MedioOriente sobre la base de susexclusivos intereses.

El atentado a las TorresGemelas es una de las tantasconsecuencias de las Guerradel Golfo librada en la décadaanterior, cuyo fin primordialy aún no logrado consiste enapropiare de la arteria de su-

ministro de ener-gía del Imperio.A tal fin, y legiti-mada por la teo-ría del “conflictode la civilizacio-nes” de SamuelHuntington, pa-recía confirmarsela hipótesis deuna conspiraciónislámica que abar-

caría la guerra civil en Arge-lia, los ataque de musulmanesradicalizados en Egipto, lainestabilidad de la repúblicas

El pantano

IraquiPor José Luis Muñoz Azpiri

(1) Tcnl. Carlos Pinolito, “La guerra Cintra el terrorismo internacional y los paradigmas estratégicos” y My. Gonzalo MartínRamírez “Guerra asimétrica”. En “Revista Militar” Mayo-Diciembre 2003 – Nº 759 Bs. As.(2) The Vietnam Negotiations, Freingn affaire, enero, 1969, 214.

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centroasiáticas, la intifada pa-lestina, el apoyo a los musul-manes bosnios, el triunfo tali-bán sobre los soviéticos, la in-surgencia chechena, la guerracivil entre el gobierno musul-mán de Jartum y los cristia-nos del sur del Sudán y el ata-que al World Trade Center deNew York. Esta supuesta cons-piración, cuyo máximo expo-nente no sería otro que Osa-ma Ben Laden, producto dís-colo y extrañamente inasibledel laboratorio del Dr.Frankenstein, constituye laexcusa perfecta para ocuparAsia Central, territorio clavepara el control de Eurasia (unespacio geopolítico que abar-ca la Rusia europea, MedioOriente, buena parte de la In-dia y China entera hasta el Pa-cífico. La llave para su domi-nio es Uzbekistán, primer paísdonde Estados Unidos desple-gó tropas en su expediciónpunitiva al régimen de Kabul.

Se dice que los argentinossomos propensos a las teoríasconspirativas para enmascararla ineptitud crónica de nues-tra dirigencia política, haybastante de cierto, pero no eseste el caso. Nuestra sospechasurge de la lectura del libro“The Grand Chessboard Ame-

rican Primacy and It´s Strate-gic Imperatives” Basic Books.New York. 1977 (el grandio-so tablero de ajedrez. La pri-macía estadounidense y susimperativo geoestratégicos),obra del sucesor de Kissinger,el polaco Zbigniew Brzezinki.Asesor de seguridad de Car-ter, asesor de inteligencia ex-terior de Reagan y Bush pa-dre. Este académico de con-sonantes impronunciables de-lineó hace casi una década lahoja de vuelo del águila ame-ricana. “Por primera vez unapotencia no euroasiática hasurgido no solo como árbitrofundamental de las relacionesde poder euroasiáticas sinotambién como máxima poten-cia del mundo. EE.UU. es enverdad la primera potenciarealmente global” dice la in-troducción, advirtiendo queen adelante la potencia hege-mónica actuará por la con-vicción de que las relacionesinternacionales son relacionesde poder y no de derecho. Supreeminencia universal “de-pende directamente de cuán-to tiempo y con cuánta efica-cia sostendrá u dominio en elcontinente euroasiático (Pág.30). Arrogante diáfano, el es-tratega centroeuropeo define

porqué del objetivo: “La po-tencia que domine Eurasiacontrolará dos de las tres re-giones más avanzadas y eco-nómicamente productivas delplaneta” y ese control “acarrea-rá casi automáticamente lasubordinación de África, con-virtiendo al hemisferio occi-dental y a Oceanía en (regio-nes) geopolíticamente perifé-ricas… la mayor parte de lariqueza del mundo se encuen-tra allí… y alrededor de la trescuartas partes de los recursosenergéticos mundiales conoci-dos” (Pág.31). Brzezinki es ter-minante en el diagnóstico acorto plazo: “El consumomundial de energía aumenta-rá de maneranotable en las‘próximas dos otres décadas.

Estimacio-nes del Departa-mento de Ener-gía de EE.UU.anticipan que lademanda mun-dial se elevará más del 50% en-tre 1993 y 2015 y en el LejanoOriente tendrá lugar el incre-mento más importante del con-sumo… la región de Asia Cen-tral y la cuenca del Mar Cas-pio tienen reservas de gas na-

tural y petróleo que empeque-ñecen las de Kuwait, el Golfode México y el Mar del Nor-te” (Pág.125). Esto fue publi-cado hace más de un lustro¿Será por ello que el comandan-te de las fuerzas norteamerica-nas en Afganistán advirtió so-bre la necesidad de trasladarla guerra a otros países? Lee-mos un cable de Reuters: “Lasrelaciones que tenemos con lospaíses lindantes nos permitirándesarrollar lo largo del tiempoel trabajo que todos sabemosdebe ser hecho” dijo el generalTommy Franks, titular del co-mando central norteamericano,desde Kabul. A pesar que Was-hington incluyó a Irán en su

“eje del Mal” –lospaíses que auspi-cian el terroris-mo –

Franks sugi-rió que la guerracontra el terro-rismo tambiéndebería exten-derse a esa na-

ción islámica tanto como Pa-kistán – histórico aliado de laCasa Blanca – Tadjiskistán yTurkmenistán” (La Nación 25/8/02) Declaraciones de estecalibre nos hace recuperar ensu mayor en su mayor dimen-

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“La potenciaque domineEurasiacontrolará dosde las tresregiones másavanzadas yeconómicamenteproductivas delplaneta”

El enemigo estáafuera, pero

también puedeestar adentro

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rea del Norte) y establecer unYalta petrolero con su socioprivilegiado: Gran Bretaña. Esque las reservas probadas depetróleo ubican a Irak segun-do en el ranking mundial, des-pués de Arabia Saudi-ta. Unos 112.000 mi-llones de barriles (al-rededor del 12 porciento de las reser-vas mundiales) de unode los crudos más co-diciados y de menor costo deexplotación. El venezolanoJuan Pablo Pérez Alfonso lla-mó al petróleo “el excrementodel diablo”. Irán también po-see hidrocarburos, pero almismo tiempo una fuerza mi-litar intacta y posible arma-mento atómico. Corea no tie-ne ningún recurso apetecible,salvo tecnología nuclear y laprotección del hermano gran-dote que pega y es la niña mi-mada de las inversiones delplaneta: China. El destino deSaddam Hussei estaba sellado.

La convocatoria a vengarla afrenta sufrida, intentó des-viar la mirada de la opiniónpública norteamericana de susproblemas domésticos, ali-mentado su evidente paranoiaque se manifiesta desde susproductos fílmicos (“La cons-piración”, “J.F.K.”, “Los ex-pedientes secretos X”, etc.)hasta el Ku Flux Klan, las“Milicias de Michigan” yotros grupos demenciales. Laobra de Michael Moore y losescritos de Susan Sontag yNoam Chomsky me eximende comentarios. El enemigoestá afuera, pero también pue-de estar adentro. Ayer fueronlos rusos, hoy son los árabes yel narcotráfico, mañana seránlos alienígenas o los fumado-res. Pero siempre habrá al-guien acechando, odiando lalibertad, aborreciendo el ame-rican way of life, por lo que seacepta la delación y el recorte

de libertades garantizado porla Constitución –algo impen-sable pocos años atrás– y sejustifica cualquier tipo de ac-ción unilateral, contrariamen-te a la anterior Guerra del

Golfo que contó con el aval dela ONU.

El mesianismo de la polí-tica exterior norteamericana,el “Destino Manifiesto” y lafrontera permanente no esnuevo, se manifestó en los al-bores de su emancipación. In-cluso entre 1909 y 1913 el pre-sidente Taft se permitió decir:“Todo el hemisferio será nues-tro de hecho, como en virtudde nuestra superioridad de raza(sic) ya es nuestro moralmen-te”. A lo cual su coterráneoMark Twain le contestó iró-nicamente: “La bandera nor-teamericana no tiene que te-ner las cuarenta y ocho estre-llas, sino cuarenta y ocho ca-laveras”. Esta pretendida supe-rioridad moral, de la cual unagran parte de la población nor-teamericana (no toda) y la casitotalidad de la actual adminis-tración cree poseer por man-dato divino, protegería a losEstados Unidos de la corrup-ción y perversión que afectaal resto de la humanidad. Quelo digan es una cosa, pero quelo crean es otra. Y lo increíblees que están convencidos deque lo que sucedió en la cár-cel de Abu Ghraid es una ano-malía del sistema y no el siste-ma mismo. Esto va más alláde una hábil manipulación dela opinión pública al estilo deGoebbels o el “Gran Herma-no” de Orwel, es la visiónmaniquea del mundo que susIglesias electrónicas predican

y que como una gangrenaavanzan sobre Latinoamérica.Baste decir que uno de losgrandes éxitos editoriales delpaís del norte son los libros deTim La Haye. Pero, ¿quién es

este fulano? Sus prime-ras 11 novelas de laserie “Abandonados” –la duodécima salió a laventa hace dos meses– llevan vendidos 58millones de ejemplares

y el tema que anuda a todasellas es una transcripción lite-ral del Libro del Apocalipsis yde la epístola de San Pablo alos tesalonicenses. En ellos sepresagia que Cristo descende-rá del Cielo en su SegundoRetorno y convocará a los“verdaderos creyentes”, quie-nes desaparecerán en lo quese denomina “el éxtasis”.Abandonados en la Tierra que-darán los no creyentes, unacategoría que no solo incluyena los ateos, sino también alos católicos, anglicanos, lute-ranos, judíos y musulmanes,quienes sufrirán siete años decalamidades y catástrofes an-tes que Jesucristo reaparezcapara su batalla final con el an-ticristo, que tendrá lugar enIsrael, donde el demonio seráderrotado y sobrevendrán milaños de paz” (3).

En muy poco tiempo, estetrastornado construyó una ex-tensa red de iglesias, escuelasy seminarios donde adoctrinaacerca del sexo, el matrimo-nio y la vida cristiana y adviertesobre los peligros del evolucio-nismo, Freud, el Catolicismoy el feminismo. En compara-ción hasta el Opus Dei nosparece progresista, pero lopeligroso es que detrás de estedelirio se encuentran muchasde las pautas que definen elpensamiento de varios inte-grantes de la administraciónBush, incluido el primer man-datario, que ha sabido instru-

sión la idea del “imperialis-mo”, que había sido abando-nada vergonzosamente tras laderrota del comunismo y lue-go diluida – según Atilio Bo-rón – en la categoría de “im-perio” tal como la usaron TonyNegri y Michael Hardt.

El que acechaen el umbral

A los no muy lejanos es-cándalos financieros de susmegaempresas (Enron, Wor-dcom, etc.) donde se birlaronlas jubilaciones de los “plome-ros y carpinteros norteameri-canos” con un estilo no muydiferente al de los corruptospolíticos de la despreciadaLatinoamérica, debe sumarselas presiones del complejo mi-litar-industrial gravementeafectado por la desaparicióndel “imperio del mal”, singu-lar denominación con lo cualReagan se refería a la UniónSoviética. En consecuencia, elepisodio del 11 de septiem-

bre viene como ani-llo al dedo

para justi-ficar una “guerra preventiva”,una guerra seudo-religiosa con-tra uno de los integrantes del“eje del mal” (Irak, Irán, Co-

(3) Diament, Mario “Apocalipsis, religión y política” en “La Nación”, 3/4/04(4) Cagni, Horacio, “El totalitarismo democrático”, en “Cuadernos de la Reconquista”, Nº2 Bs. As., 1990, P.24-34

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El pantano Iraqui

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mentar perversamente los su-cesos del 11 de septiembrepara azuzar a su población ainterpretar los acontecimien-tos mundiales como prediccio-nes bíblicas. Pero los hechosson más prosaicos, Irak no esArmagedón, es tan solo unapieza del mosaico más com-plejo. Al imperio le preocupala existencia de zonas de in-fluencias y apetitos de países– Rusia, China, Irán, Turquía– que podría entorpecer elproyecto hegemónico. Br-zezinski aconseja dar “un granvalor a las maniobras y mani-pulaciones destinadas a impe-dir el surgimiento de una coa-lición hostil que eventualmentedesafíe la primicia deEE.UU.” (Pág. 108). “La ta-rea más urgente es garantizarque ningún Estado o combi-nación de Estados obtenga lacapacidad de expulsar aEE.UU. de Eurasia o inclusodisminuir significativamentesu decisivo papel de árbitro”(Pág. 198). Es más “Para usaruna terminología que recuer-da l era más brutal de los anti-guos imperios, los tres gran-des imperativos de una geoes-trategia imperial consiste enimpedir la convivencia entrevasallos y asegurar su depen-dencia en materia de seguri-dad, mantener la docilidad delos tributarios e impedir quelos bárbaros se unan” Es de-cir, el combate perpetuo, lacontienda perenne, en palabrasdel inefable Dick Cheney, laguerra contra el terrorismo“no puede terminar en nues-tras vidas”.

We want theWorld we want itnow”

Otra vez Brzezinski no hablasin sutilezas: “Uzbekistán re-presenta el obstáculo mayor acualquier renovado controlruso de la región” (Pág.121) y

es “de hecho el candidato másimportante a detentar el lide-razgo regional en Asia Cen-tral” (Pág. 130) “Kazajstán eel escudo y Uzbekistán el almade los despertares nacionales(antirusos)” (Pág. 130) Mien-tras Estados Unidos pulsea conel Oso Ruso por la pequeñaGeorgia, ya ha inalado basesen los países mencionados yen otros siete más de la región.Pero la intervención de Irakapunta más lejos: “desislami-zar” el Medio Oriente, “mo-dernizar” un territorio sumi-do en el atraso por dinastíasteocráticas que, curiosamen-te, fueron firmemente asisti-das militar y políticamentedurante la Guerra Fría paraneutralizar losmovimientosnacionalistasinspirados enel GeneralNasser. Puessi algún nuba-rrón avizora en el firmamentoel asesor de seguridad – segúnplantea en el capítulo veinti-cuatro de “El Gran Fracaso” –este no es otro que la sombradel nacionalismo, más presen-te que nunca en el post-comu-nismo.

El “cambio de régimen”en Irak y la campaña contraAl Qaeda no es otra cosa queel prólogo a un programa nor-teamericano de varias décadaspara cambiar virtualmente atodo Medio Oriente, e insta-lar una reforma social y eco-nómica. Todo Medio Orien-te, mas Asia Central, Afganis-tán y Pakistán serán incluidosen esta política, mas un acuer-do árabe-israelí aceptable paraIsrael, un “cambio de régi-men” en Irán, al igual que enIrak, y apoyo a la sociedadcivil en toda la región, parti-cularmente entre los actualesaliados (es decir: Egipto, Ara-bia Saudita y probablementelos emiratos del Golfo). Esta“Pax Americana”, esta remo-

zada versión de la cruzada de-mocratizadora que EstadosUnidos impuso a la Europa yel Japón de posguerra – asis-tencia económica a cambio deposiciones estratégicas en losterritorios “liberados” de la do-minación autoritaria – e la ver-sión aggiornada de la “pesadacarga del hombre blanco” deKipling. Norteamérica sume elrol de la Inglaterra Victorianay autoconstituida en el heral-do de la modernidad y la li-bertad envía a sus legiones,como otrora fueron las flotasde Su Graciosa Majestad, paraabrir el comercio – en estecaso los grifos petroleros – a“el único sobreviviente del pro-greso humano” según palabras

del propio Bush.Así como

Gran Bretañaconstruyó una fal-sa teoría antropo-lógica para legiti-mar su domina-

ción – el evolucionismo unili-neal – merced a la cual laspoblaciones asiáticas y africa-nas debían ser despertadas desu letargo para conducirlas alsistema de vida que había pro-bado ser el mejor, tanto en elterreno político como en elcientífico, el engendro de lanueva falacia: la globalización,recorre el mundo enjaezado enel lábaro de las barras y estre-llas. Sobre la base de este nue-vo artificio ideológico, elmundo es articulado comouna simple “red de conexióneléctrica internacional”, consus usinas, estaciones de dis-tribución, ramales principalesy secundarios, interruptores yleyes generales y específicas.Cuando existe una sobrecar-ga o una resistencia mayor alos cálculos de los ingenierosque la han proyectado y eje-cutado, se produce un corto-circuito. Ello equivale a ungolpe de estado, una dictadu-ra, el ascenso de una fuerza noimaginada, o un conflicto lo-

cal. Si se generaliza como con-tracorriente ocurre una exten-sión del contrasistema o delconflicto” (4). Esta imagen delpolitólogo Horacio Cagni, cer-tera por cierto, se ajusta conprecisión entomológica a larealidad, ya que es la prédicade los ideólogos internaciona-listas, desde Marshall Mc Lu-han y su “Aldea Global” hastaFrancis Fukuyama y “El fin dela historia”.

Así, cualquier resabio desoberanía, de identidad cultu-ral, de vitalidad religiosa, serávisualizado como una sospe-chosa manifestación de per-turbación del orden estableci-do y será objeto de una “gue-rra preventiva”. Ayer fue Mal-vinas, hoy es Irak y Afganis-tán, mañana pueden ser Cuba,Colombia o Venezuela. Todogesto que amenace la armoníadel orden impuesto por el po-der hegemónico será objeto deuna purga ejemplificadota. Deesta forma, el genocidio seráconsiderado reestablecimien-to del equilibrio o daño cola-teral y la injerencia en los asun-tos internos de otra nacióncomo la ayuda recíproca parael mantenimiento de la demo-cracia. Sus mentores podránrecibir, como Kissinger, elNóbel de la Paz, y James Jon-son – artífice del bombardeode Bagdad del 91 – podrá

“El águila havuelto a volar”

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declarar sin que nadie se es-candalice, que aquella jornadafue la más excitante de su vida,aunque hubiera preferido “masllamas ardiendo” (“Clarín”, 19/1/91). Eduardo Pavlovsky, pres-tigioso psicoanalista y drama-turgo, refiriéndose a la guerrade Afgnistán, señalaba: “DavidCooper, un antipsiquiatra in-glés, decía que cualquier acti-tud irracional adquiere inteli-gibilidad cuando se hace unalectura de espectros mas am-plios. Hay un problema con losbarriles en el Golfo Pérsico yel gasoducto de Afganistn. Selo reparten con Jacques Chi-rac y Tony Blair que tambiénse vuelven fanáticos de golpe,tomando en cuenta esto el pro-blema adquiere inteligibilidad.Sin tener en cuenta estos inte-reses que están en juego es di-fícil entender este conflicto”.También adquiere inteligibili-dad que la Argentina haya vio-lado su tradicional política deno-alineamiento.

Sin consultar a sus vecinosy aliados naturales – que pru-dentemente se abstuvieron deinvolucrarse en el conflicto –el gobierno menemista en unamuestra de obsecuencia y ser-vilismo que hubiera asqueadoal mismísimo Gunga Din, de-cidió enviar naves de guerra alGolfo. Para ella se montó unaintensa campaña mediáticadonde lenguaraces rentados,desde la memorable parejita de“Tiempo Viejo”, pasando porel estrafalario Escudé y el “ale-gre” Jorge Castro, más de unaserie de “movileros” descono-cidos y olvidables, pontificabansobre la inserción de la Argen-tina en el Primer Mundo. Nin-gún rédito favorable obtuvonuestro país de su participaciónen esta aventura, excepto lapérdida de una balanza comer-cial sumamente favorable conIrak y una participación paté-tica en el “Desfile de la Victo-ria” de Nueva Cork.

De no ser trágica la situa-

ción de la Argentina, hoy lla-maría a risa las declaracionesdel entonces Canciller GuidoDi Tella: “La Argentina parti-cipará en la reconstrucción deKuwait”. La Nación del Platafue el alumno más aplicado dela cátedra del FMI., inclusoaccedió a la curiosa categoríade “aliado extra-OTAN”. Losbeneficios están a la vista.

Es que lo operadores na-tivos de la ideología mundia-lista, entendida esta por unaadscripción acrítica a una malentendida occidentalización,aplicaron el alineamiento au-tomático con los Estados Uni-dos – que con el lenguaje pro-pio de un pederasta denomi-naron “relaciones carnales” –en la ingenua presunción deque la genuflexión ante el amoera el pasaporte para accedera su despensa. Y este es el ver-dadero “pensamiento mágico”,tan falto de racionalidad comoel del supuesto populismo quetanto denostan.

Pero volviendo al estrate-ga Brzezinski, advertimos queeste tiene un temor:” La acti-tud de la opinión pública nor-teamericana respecto a la pro-yección exterior del poderíoestadounidense h ido muyambivalente. Apoyó la entra-da en la Segunda Guerra Mun-dial sobre todo por la conmo-ción que provocó el ataquejaponés a Pearl Harbour”(Pág. 24 y 25) y “como Esta-dos Unidos se está convirtien-do cada vez más en una socie-dad multicultural, podrá sercada vez más difícil lograr con-senso en cuestiones de políti-ca exterior, excepto en caso deuna amenaza externa directa,realmente masiva y amplia-mente percibida” (Pág.211).

No resistimos recordar elconfuso episodio del acoraza-do “Maine”, origen de la gue-rra hispano-yanqui de 1898,que marcó el definitivo eclip-se del Imperio Español y elascenso de Estados Unidos al

rol de potencia mundial, elreemplazo del Viejo Mundopor el Nuevo y la génesis de laactual globalización. Un suce-so tan sospechoso como elsupuesto desconocimiento dela amenaza japonesa previa aPearl Harbour. Un incidentetan dudoso como el Golfo deTonkín, que sirvió de justifi-cativo para la escalada bélicaen Vietnam.

¿Será entonces que Was-hintong sabía de los atentadosdel 11 de septiembre y los dejóvenir? ¿El mundo está convul-sionado por una guerra calcu-lada con frialdad y antelación?¿Para establecer un dictaduramundial en los próximos cin-co años, según el Dr. Johan-nes Koeppel, ex Ministro deDefensa de Alemania y luegoasesor del entonces general dela OTAN, Manfred Warner?Hay quienes contestan afirma-tivamente a estos interrogan-tes, como el Francés TherryWeysan en su libro “La horri-ble impostura”. “We want theworld ande we want it now”(Queremos el mundo y lo que-remos ahora) dice la canción.Tal vez la premura se expliquepor el único párrafo esperan-zador que deja traslucir estaorwelliano pronóstico: “A lar-go plazo, las políticas globalesserán cada vez más incompa-rables con la concentración delpoder hegemónico en un soloEstado. Por lo tanto, EstadosUnidos no solo es la Primeray única superpotencia mun-dial que haya existido nuncasino que probablemente serála última” (Pág. 209).

“El águila ha vuelto a vo-lar” se escuchó decir en el Sa-lón Oval de la Casa Blanca,pero al parecer, a orillas delÉufrates la están bajando agomerazos. Los Estados Uni-dos están perdiendo l guerraestratégica en Irak, el gobier-no títere armado entre gallosy medianoche no es aceptadopor la mayoría de la población

y para peor, el “nuevo orden”que el águila americana que-ría imponer se ha transforma-do en un cambalache de putamadre donde se corre peligrode una fragmentación en tressectores que desestabilizaríaaún más la región. Un sectorChiíta al sur (con el consi-guiente peligro de una futuraanexión a Irán), un sector Sun-nita en el centro y un Kurdis-tán independiente al norte(que ya está expulsando lospobladores árabes que Sad-dam envió como colonos)para terror de Turquía, el úni-co integrante de la OTAN deconfesión musulmana. Es quelas guerras no se ganan en elplano tácito o estratégico, sinoen el político. Et es una ver-dad de Perogrullo conocidadesde tiempos inmemoriales.Al respecto conviene recordarla misiva que uno de los her-manos de Napoleón, a la sa-zón gobernador de Westfalia yjaqueado por levantamientosciviles, le envió al Emperadorpidiéndole auxilio; éste le con-testó “Por Dios, hermano, tie-nes bayonetas, úsalas”. La res-puesta no se hizo esperar:“Hermano, con las bayonetaspuedo hacer de todo menossentarme sobre ellas”.

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` Exigencia que los citadores de los viejos70 se cuidan muy bien de reproducir (no es refi-nada y tiene un tufo totalitario) pero que en estepodrido principio de siglo algunos políticos ar-gentinos se empeñan en actuar. Superado el es-cozor alegre de la frase de un (después) presiden-te breve (Duhalde, bah!) de que “todos los polí-ticos son una mierda, y me incluyo”, y a quien ledebemos una parte sustancial de la actual crisisargentina, los políticos gambetearon (no era nadadifícil) el “que se vayan todos”. Y los que queda-ron (con o sin sueldo del Estado) siguen bailan-do sobre la chata arenera -como dice MuñozAzpiri- al ritmo de cumbia, tratando de ignorarque en la orilla los espera una legión de Hanni-bal Lecter para dar cuenta de ellos, sin anestesia.En esta situación se encuentra la Fiscal de ori-gen chaqueño, candidata como todo político sinideas a Fiscal de la República. Su fracaso –yadefinitivo- de acceder al “poder” le ha hecho tor-cer el rumbo y con veleidades intelectuales pre-tende Fundar (palabra con la que se habría he-cho una fiesta el viejo Masotta) un Instituto deFormación Cultural y Política(¿quién lo paga?) con el nombre dela filósofa alemana Hanna Arendt.Esta intelectual de fuste, muchomás inteligente que los peronistasde los 40, que no distinguían losnazis “buenos” de los nazis “ma-los” (los “buenos” se los llevaronlos rusos, ingleses y norteamerica-

nos –parece que hasta con-decoraron alguno-, mien-tras que los “malos” se losquedó Perón) supo coque-tear con un nazi “bueno”(Heidegger) lo que no leimpidió (felizmente) emi-grar a los Estados Unidos,huyendo de la persecuciónde los otros. De haber se-guido calentando la camadel futuro rector de la Uni-versidad de Friburgo, hoyElisa Carrió carecería dereferente político (aunquepor el tono de sus últimasdeclaraciones contra la po-lítica “falocéntrica”, AnnaFreud podría ser la candi-data a la chapa de broncedel “Instituto”). Una digre-sión: ¿Qué es lo contrariode “falocéntrico”?. Me pa-rece que por ahí viene unanueva organización políti-ca. Así llegamos casi al fi-nal de esta historieta pocooriginal: La colonia y susmecanismos de coloniza-ción de hallan intactos, yquienes los reforzaron fue-ron los “progresistas” (lospartidarios del progresopersonal) desde la famosa

reforma peda-gógica (gobier-no del demó-crata profuga-do de sus fun-ciones) pasan-do por las ca-nonjías que elprófugo trasan-

dino les dejó lamer a la “Univer-sidad Autónoma”. Es esta colo-nización intelectual la que llevaa una suicidada política, a actuarla frase de Guevara: devenidadragoneante de la “intelligentzia”pretende encolumnar otra vez(ahora desde la “cátedra”) susmaltrechas filas y atribuirse el roldel flautista de Hamelin, para co-meter un nuevo suicidio, esta vezmoral. Nuestra América –parausar una frase de Martí- no hacarecido de mujeres brillantes enel campo del pensamiento filo-sófico y político. Su desconoci-miento por parte de quien pre-tendió gobernar el País, es paté-tico, aunque esta tragedia la tie-ne muy bien acompañada: des-de el lector de Sócrates hasta losvalets intelectuales del poder (yquienes se sirven de ellos), “filó-sofos” y “poetas” montoneros queno tiraron ni con una gomera,viejos socialistas puestos de ro-dillas para mejorar la jubilación,y gorilas universitarios que si-guen engañando (cada vez lescuesta más) a estudiantes devas-tados por la desinformación y lacultura del libro importado. Learrimamos a la ciudadana Carriódos nombres alternos para su“Instituto”: el de una gorila (su-ponemos que será de su prefe-rencia) Angélica Mendoza deMontero, y el de una peronista:Amelia Podetti. Sepa usarlos. Delridículo nunca se vuelve. Comoel suicidio, también es una ac-ción exitosa.

Hanna Arendt,Elisa Carrió,

los nazis “malos” y laargentina colonial

Se le atribuye al heterodoxo(¿”marxista”?) Ernesto Guevarahaber pronunciado la siguientefrase de cementerio: “El deberde los intelectuales essuicidarse como clase”

¿Qué es locontrario de

“falocéntrico”?

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A los veteranos memoriosos no les resultará di-fícil traer a la superficie el recuerdo de la película “Bra-zil” del grupo Monthy Piton. De sus anticipaciones,aunque algo le deba a “1984” de George Orwell recor-damos las sucesivas escenas de la madre del protago-nista, la que –tras sucesivas operaciones estéticas- ter-mina licuada en un sarcófago que la expulsa en mediode una sórdida pelea, derramándola porel suelo. Una metáfora del recicladopolítico y moral. Si alguno percibe unparentesco cercano de este recuento conel pasado, el presente y el futuro políticode Nacha Guevara (al parecer nacida Clo-tilde Acosta) habrá dado en el clavo: De“calentar” los 70 al justificado raje delos 80, hasta la propaganda “new age”de los 90 (pasamos de copiar “la izquier-da divina”, a propagandear los juguetitos de la derechamillonaria norteamericana), para recalar en este prin-cipio de milenio con el grupo de los “transversales”.De una zoncera colonial a otra, pero siempre colgadadel mismo hilo. Una metáfora de la indignidad de lospolíticos. La la ex –compañera Clotilde ha recaladoen el Fondo Nacional de las Artes. Desconocemos cuales su capacidad de gestión al frente de un organismocultural (no es lo mismo actuar en un Cabaret queadministrar el Teatro), aunque, justo es decirlo, mu-chos de quienes la precedieron en el cargo y quesobrevivían desde la época del prófugo trasandino,militaban en el mismo rubro, y su fracaso, más alládel mal que causaron (intrascendencia e improduc-tividad de los fondos públicos aplicados a la gestióncultural) no le interesaron a nadie. Un punto a favorde la próxima derrota de la nueva (¿compañera?) co-directora del F.N.A.

Un extraditado de este Organismo y de la Biblio-teca Nacional, Horacio Salas, cedió el paso, luego dejugar de “transversal” al argen-mex Vitale cuya ges-tión más conocida en el medio libresco-cultural fuela administración de la Librería Ghandi. Al aceptarel cargo ¿creerá que la Biblioteca Nacional es unalibrería más grande?. Hay un punto a su favor: a la

B.N. no pueden fundirla, solamente des-truirla.

En la “escala de los seres”, dejamospara el final a quien encabeza literalmentea este grupo de prófugos del pasado: al so-ciólogo-humanista-antiperonista GUIDODI TELLA

Secretario de Cultura de la Nación,ejecutor de esta falta de política de estadoen el campo de la cultura. A un año de

gestión, no ha logrado superar el espacio territorialde Barrio Norte, ya que el resto es producto inercialde la gestión del duhaldismo. Quien pasa por ser unintelectual de grueso calibre (aunque late la sospechade que ya ha sido descubierto), teorizador de la “teo-ría del rabanito” para definir científica pero popular-mente al peronismo (rojo por afuera, blanco por aden-tro) cuya frase de cabecera es: “no sé lo que vamos ahacer” hace que el pre-universitario Lopérfido apa-rezca como un hiperkinético (de la nada, pero almenos entretenía a los giles).

La “transversalidad” ha logrado de este modouna sumatoria de aspectos del menemismo (por sufalta de interés en la cultura nacional) de la frustra-da Alianza (artistas del vacío) y de Piñón Fijo (lomás rescatable) ya que al menos le pone un toquede gracia infantil, aunque su trivialidad sorprenda alos adultos.

no es lo mismoactuar en unCabaret que

administrar elTeatro

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Varias notas del uruguayo Manuel Ber-nárdez indagan lugares y contradicciones pro-pias de una gran ciudad, con la matriz textual“costumbrista” y los rasgos que la misma ad-quiere hacia fines del siglo XIX: mezclas deinformación y de ficción en diferentes pro-porciones o modalidades, márgenes directosu oblicuos de reflexión personalizada, expe-riencias con el cuerpo en el lugar y lecturaconjetural de ambiguos indicios.

Si La quema de las basuras. Buscándose lavida da cuenta de esas orillas donde lo pinto-resco combina con lo sórdido, otras, comoLos compañeros de Ibarreta. El Pilcomayo es na-vegable, extienden la mirada ciudadana haciaun interior del país bastante ignorado.

Permiten inferir que la mayoría de lostextos verboicónicos de la publicación traba-jan sobre otro “texto”, común a redactores ylectores: lo público cotidiano. Ahí radica ladiferencia fundamental, creo, con las revistasintelectuales, pobladas de textos que se ocu-paban de otros textos en un círculo cerrado yhomogéneo.

Frente a ese monologismo, que distin-gue al intelectual y lo torna dueño y custodiodel circuito letrado, los periodistas ejercenotra dimensión de lo metatextual, cuyos al-cances críticos exigen saberes menos especia-lizados, pero sí más heterónomos.

Un artículo como Buenos Aires pintoresco-La mañana, en el n. 11 (17-XII-1898), ejempli-fica esa revelación de lo que pasa desapercibidoa una mirada superficial, como la fuerza de tra-bajo subterránea que pone en marcha cada día ala ciudad y dentro de la cual se le asigna un papelrelevante al propio periodismo:

“El último coche del tramway nocturno se lleva pesadamente a lostipógrafos somnolientos que han compuesto y dejado en la plana destinadaal estereotipo los pensamientos, los sucesos, los latidos del día, a costa desus dedos adormecidos y de sus pulmones cavernosos. Ignora el lector querecorre las columnas, generalmente displicente, descontentadizo, tendidoen mullido lecho y blandos almohadones, lo que cuesta a los obreros delplomo satisfacer su curiosidad, sus afectos y sus intereses cuotidianos.”

Una fuerza motriz humana que incluye al “ejército de galopines” queno llegan a doce años y se disputan los ejemplares aún húmedos de losdiarios en las administraciones...

“... y se lanzan luego a todo el correr de sus piernasgritando ¡Prensa! ¡Nación! a pulmón herido, de maneraque media hora después llegan a extramuros cogidosal tranway, encaramados en la zaga de los carruajes odel modo que Dios y su ingenio les dan mejor a entender”.

Con su habitual sutileza para ver lo moderno, Brocha Gorda revelacómo llegaban los periódicos, rápidamente, del centro a la periferia ciuda-dana, a la vez que señala su aporte a la relativa unificación –a través de lanoticia que pasará a ser comentario, entre lectores, o del lector a los que nosaben nada- societaria.

Las risas y riñas infantiles, sus gritos pregoneros, parecen iniciar lamúsica matinal que van completando los cuadrúpedos lecheros, los carri-coches panaderos y otras mútiples voces, que componen una verdaderasinfonía urbana, “y la mar de gente que grita dentro del sordo, monótonorumor de millares de coches, carros, tranways que tocan campanas o rom-petillas y el pito de las fábricas y el enorme bullir de 770 mil humanos...”

La abigarrada concurrencia desborda luego hacia Palermo o hacia elpuerto, donde otra multitud de peones cargan o descargan buques ultrama-rinos “o pululan curioseando a caza de novedades o sensaciones”. Curiosaobservación que revierte sobre el propio texto, en tanto desnuda, oblicua-mente, cómo entendía Jaimes su tarea.

Cierra ese develamiento del amanecer con un deseo que debía involu-crar a muchos de sus lectores: “¡quién pudiera gozaros en la perpetuidad delos siglos con robusta salud y una caja amplia y llena” de libras esterlinas!

Unas páginas después, Figarillo se mete en El Mercado de Abasto,“providencia de la gente pobre de los barrios del oeste”, del perímetro queforman las calles Rivadavia, Córdoba, Medrano y Centro América (hoyPueyrredon), atiborrado de meridionales españoles o italianos.

Si Brocha Gorda recalaba en lo disimulado u oculto, este otro cronis-ta advierte que “en medio de esta baraúnda infernal, donde todo se habla ynadie parece entenderse, se compra y se vende diariamente por valor demuchos miles de pesos y se oye decir de hombres con trazas de atorrantes,que poseen docenas de casas y centenares de hectáreas cultivadas, y deotros con aspectos de caballeros, que ya ni escupen de pobres”.

Advierte también que el ambiente social está enrarecido, con dificul-tades para comunicarse, y que la gestión comercial, en última instancia, esla que permite establecer lazos y vínculos concretos. Por eso reitera:

“Allí se barajan en confusión que a primera vista pareceindispensable, hombres, mujeres y niños, mancos, cojos,

ensayoEn el cEn el cEn el cEn el cEn el capítapítapítapítapítuuuuulo dlo dlo dlo dlo deeeeedddddicicicicicaaaaadddddo a o a o a o a o a CCCCCarararararaaaaas ys ys ys ys y

CaretasCaretasCaretasCaretasCaretas de su libro de su libro de su libro de su libro de su libro Revolución en laRevolución en laRevolución en laRevolución en laRevolución en lallllleeeeectctctctctuuuuurrrrraaaaa . E. E. E. E. El dl dl dl dl diiiiissssscucucucucursrsrsrsrso peo peo peo peo perrrrriiiiiooooodísdísdísdísdísttttticicicicicooooo-----

llllliiiiittttteeeeerrrrrararararariiiiio do do do do de le le le le laaaaas ps ps ps ps prrrrriiiiimmmmmeeeeerrrrraaaaasssssrrrrreeeeevvvvviiiiissssstttttaaaaas iluss iluss iluss iluss ilustttttrrrrraaaaadadadadadasssssrrrrriiiiioooooppppplllllaaaaattttteeeeensnsnsnsnseeeeesssss,,,,, EDUARDOROMANO identifica elpapel de las crónicas decostumbres dentro de laeconomía expresiva de lapublicación:

AAAAA VVVVV A N C E SA N C E SA N C E SA N C E SA N C E S

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tuertos y hasta sanos de manos y pies...como se dice;pero, a poco que uno observe, nota que tal confusión noes sino aparente (...) obedecen a una ley inviolable,que es la que rige las operaciones comerciales”.

Revisar los primeros años de Caras y Caretas arroja, entre otrascosas, la certidumbre de que los artículos, retratos, notas y versos “costum-bristas”, sea en clave caracterizadora, satírica o humorística, eran uno delos atractivos de la publicación. Allí encontraban sus lectores al menosalgún tipo de respuesta, por precaria o parcial que les resultara, a susincertidumbres cotidianas.

A los textos ya mencionados, corresponde sumar los aportes inicialesde José Alvarez, director de la publicación durante sus primeros cinco añosde vida. Su Pascalino (n. 3) es una de las tantas “caretas” que surcan esaspáginas, una prueba de que encuentra la escritura capaz de registrarlosverbalmente, ya que el retrato (pictórico), es obvio recordarlo, formabaparte de las prerrogativas de la dirigencia antes de que se vulgarizara lafotografía.

En ese caso, Fray Mocho apela para definirlo al oximoron «uno denuestros calabreses más distinguidos», a la vez comerciante y «caballo detiro», «especie de guión» entre los extremos sociales. Metáfora, esta última,que grafica con exactitud la función de enlace social que cumplían losvendedores ambulantes.

La facilidad para los deslices semánticos y las asociaciones, tan carac-terísticas de la escritura de Alvarez, casi no se interrumpen: pantalón y sacoestán «deshermanados», «casi ni se saludan», su voz de falsete sale a «cho-rritos», semeja «una mascada cosmopolita», una metafórica «asamblea depuchos callejeros», y a sus pregones se necesita traducirlos «al criollo».

En el número seis, aparte del Demi high life de Figarillo, Manuel M.Oliver titula su colaboración: Escenas callejeras: El organito. En el siguiente,Fray Mocho aporta El barrendero orquídea, y en el ocho Monologando,donde comienza a escribir textos enteros desde voces ajenas y sin mediacio-nes.

De lo explicado hasta ahora, se desprende claramente que Caras yCaretas respondió a las expectativas de un público que requería el procesa-miento de la actualidad, ya no limitado a lo político y con tono humorísticoo satírico -como hicieran El mosquito, Don Quijote y otras publicacionesafines-, sino en una amplia banda que abarcaba toda la sociabilidad y conun tono que se extendía desde lo serio a lo burlón.

La cuestión privilegiada, por lo acuciante, concernía a la difícil aco-modación entre los contingentes inmigratorios y su descendencia con loscriollos que migraban hacia los suburbios bonaerenses. Algo en lo quesobresalieron, desde ópticas muy diversas, el entrerriano Alvarez y el espa-ñol Grandmontagne. Pero la cotidianeidad revestía muchos otros aspectosque cubrieron, incluso por segmentos temporales de la publicación, otrasfirmas.

Bajo múltiples seudónimos, algunos ya mencionados y otros que re-aparecen más ocasionalmente (M. Q., Agapito Candileja, M. Nirenstein,Lupercio, Taglia Rhin, Luis Chalard, K. Nif, etc.), concibieron textos queno sería sencillo sistematizar por fuera de esa amplia y borrosa estampilla de“costumbrismo”, pues optaban por múltiples registros.

Encontrar un código común para entenderse era crucial y por eso elproblema idiomático aparece ya en el n. 21 con ¡Abajo los galicismos! (Estiloscriollos) en que Severiano Lorente ridiculiza al supuesto caudillo de Zapa-llones, Aristóbulo Chalaseca, porque ejerce al mismo tiempo el poder po-lítico, judicial y administrativo del pueblo.

Elige a las muchachas más hermosas como maestras y favorece concargos burocráticos a sus correligionarios. El narrador justifica finalmenteese proceder con un argumento típicamente nativista, en tanto pone a lanaturaleza por parámetro de conflictos político-culturales:

“Cuando después de una gran creciente vuelven los ríos a encerrarseen los límites de su cauce habi-tual, dejan en ambas márgenes una faja de

algo que ni es agua ni es tierra por-que es barro; pues lomismo sucedeen aquellos casos en que la civiliza-ción y la barbarie han luchado mu-cho tiempo: las sociedades que allíse forman no son precisamente po-blaciones cultas ni tampoco tolde-rías salvajes;pero en ellas suelen ha-cerse muchos barros. Hasta que lahumedad del atraso primitivo no seevapora al contacto del vivir organi-zado...”

En cuanto al título, provienede un chiste que confirma la igno-rancia del protagonista: al secreta-rio Juancito Roucart le tiene prohi-bido expresarse en el idioma de susmayores y lo reprende cuando creeque “senectud”, causa de la muertede don Ireneo, es una palabra fran-cesa.

El mismo Lorente incursio-na por el asunto clave de la inmigra-ción en La gran bolada, que subtitu-ló intencionadamente Narración derelativa actualidad. Y en la cual sos-tiene que los italianos vienen prefe-rentemente a trabajar y muchos es-pañoles a conseguir figuración, lamisma que se habían esforzado poralcanzar, sin éxito, en su país de ori-gen.

“Por fin, a las cansadas,consiguió ligar un negocio” fructífe-ro y poco cansador, Pedro Sánchezy Rodríguez, aunque “continuabaempecinado en presidir cualquiercosa, para que las revistas popularesilustradas publicasen su retrato”.Observación reveladora de hastadónde periodismo ilustrado y en-cumbramniento social relativo eranfenómenos fuertemente conectados.Este español, sin embargo, fracasa,desaprovecha el filón encontrado y

“atento únicamente a la necesi-dad de mandarse mudar a sus pa-gos viejos”, se vuelve fanáticoanarquista. Lo deportan, graciasa la ley redactada por Cané, yentonces, desde la planchada delbuque, mientras lo fotografían,exclama:

“¡Gracias, simpáti-co Miguel; tu sabia ley mellevará en efigie a Caras yCaretas asegurándome lainmortalidad, tanto tiempoperseguida en vano!”

No es casual que Lorente,quien enviara sobre todo textosde corte nativista a la publica-ción, enfoque de esa manera elproblema inmigratorio, la sindi-calización y las luchas obreras enBuenos Aires. Pero también con-viene reparar en hasta dónde lapropia revista se había converti-do en el exhibidor ideal de lo ver-daderamente público.

Asumiendo un rol que hoyhereda y amplifica la televisión.Destaco, al respecto, la media pá-gina que en el n. 214 muestra aun jornalero que se hizo fotogra-fiar en Tres Arroyos (provincia deBuenos Aires) antes de suicidar-se:

“Deseaba conquistar lafama y no sabía cómo. En con-versaciones que tuvo pocos díasantes de emprender el viaje a laotra vida, dijo a sus conocidosque pronto verían su retrato enCaras y Caretas.”1

El Sr. Morilla envía la pla-ca, “retratado en la misma acti-tud que adoptó para matarse”, yel anónimo redactor elabora al-gunas bromas acerca del asunto,aclarando finalmente que la notano es una apología del suicidio:sólo quiere “cumplir la última vo-luntad del muerto”.

1 Los suicidiosoriginales. Unoque se mata por‘salir’ en‘Caras yCaretas, enCaras y Caretas214, Buenos

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Una de las cuestiones claves de la Universidad argen-tina actual reside en el valor y efectividad de sus investiga-dores. ¿Se les mezquinan fondos que deberían invertirse enesa dirección o se malgasta allí parte del presupuesto reci-bido, ya de por sí bastante magro? Tal vez entre ambosinterrogantes caben muchas otras respuestas, pero creo quelas más defendibles deben pasar por la verificación de re-sultados. Y resultados como Las tensiones de los opuestos.Libros y autores de la literatura argentina del ’80, compiladopor María Melonio, justifican ampliamente cualquier in-versión.

La Prof. Melonio, Adjunta de Literatura ArgentinaA en la Universidad Nacional de La Plata, dictó este Semi-nario de posgrado en esa Universidad, asistida por las do-centes Malvina Zalerno y Patricia Flier, en el segundo se-mestre de 2002. Lo que edita Nuevo Hacer-Grupo EditorLatinoamericano, en marzo de 2004, son las contribucio-nes de diferente nivel –desde profesores fogueados hastajóvenes auxiliares de cátedra- que los participantes hicie-ron al finalizar el curso y que componen un volumen suma-mente aprovechable.

No sólo para la enseñanza, en el marco de las activida-des específicas de cualquier Universidad, sino también, comolo aclaran en la Presentación, “para aquéllos que frecuentanel placer de la lectura desde su iniciativa personal”. Y queno pueden permanecer indiferentes ante una investigaciónque revisa la ‘imagen de escritor’ que produjo la genera-ción, coalición o grupo de escritores argentinos selectos de1880, cuestiona el corpus literario del período, su pretendi-da homogeneidad, las relaciones con la política roquista,

los géneros y modos que pri-vilegiaron.

Imposible revisar cadauno de los trece artículos que,bajo los rubros Libros y auto-res, Críticos, crítica y canony Aspectos paratextuales, lle-van a cabo la tarea propuesta.Factible, en cambio, trasmi-tir la impresión de solvenciacon que son abordadas todaslas cuestiones, entre las cualesuna nueva ojeada a la relacio-nes con la literatura francesa(donde cuente tanto el llama-do decadentismo como las re-cetas naturalistas), detenerseen un relato (El loco) de PedroB. Palacios (Almafuerte) o enlas tensiones entre el periodis-mo popular (La Patria Argen-tina de los hermanos Gutié-rrez) y el muy refinado (Sud-América a cargo de Paul Grous-sac) de la misma época, dancuenta de una perspectiva crí-tica inteligente.

Como se tra-ta de una verdadera apuestainterpretativa, por lo menos en

la mayor parte de las colabo-raciones, tampoco todas laselecciones que hicieron mecomplacen y, para detenermesólo en una, les cuestionaríala manera como recurren,para caracterizar distintos fe-nómenos, a la noción como-dín de “criollismo”; que Her-nán Pas, en uno de los artícu-los más interesantes del volu-men, aplique esa misma de-nominación a los folletines deEduardo Gutiérrez y al Mar-tín Fierro. Pero, en última ins-tancia, existe verdadero apor-te crítico cuando lo que lee-mos nos motiva respuestas,ganas de discutir o de repen-sar lo pensado .

También dentro del ám-bito o de la problemática uni-versitaria puede uno leer lareciente novela de Tomás EloyMartínez El cantor de tangos,aunque su título pueda des-concertarnos en un principio.A pesar de la generosa publi-cidad invertida por Planeta enafiches murales y al paratexto

En lasUniversidadesno todoreluce

recepción

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de contratapa incluido en elvolumen, no creo que el autorhaya “escrito la novela que re-sume el espíritu del tango”. Nisiquiera que se lo haya pro-puesto.

Más bien encuentro en suspáginas un contraste y unaprolongada alegoría. El con-traste entre la imagen tradicio-nal del cantor tanguero, cuyoarquetipo sabemos fue CarlosGardel, con su corpachona ele-gancia y su sonrisa resplande-ciente, y este Julio Martel queeligió ese nombre para que separeciera y no se confundieraa la vez con el del creador in-discutido de la voz en el tan-go, también porque su disca-pacidad física lo convierte enuna suerte de caricatura delmodelo admirado. Del mismomodo que la ciudad de Bue-nos Aires actual no es sino unadeformación de aquel esplen-dor –simbolizado en la acciónpor el edificio de Aguas co-rrientes de la avenida Córdo-ba y Ayacucho- que la distin-guiera hacia 1880.

La alegoría, a su vez, nosdevuelve al medio universita-rio. Sucede que el narradorinicial (Bruno Cadogan) es unbecario norteamericano al queJean Franco –los elogios y re-verencias nunca son gratuitosen bocas académicas- le habla-ra en Estados Unidos de Mar-tel, escuchado por supuesto enel Club del Vino, una recientey sofisticada catedral tangue-ra para turistas y pudientes.Viaja entonces a conocer laciudad y los ambientes queleyera, acerca de los orígenesdel tango, en textos de JorgeLuis Borges, con una actitudalgo ingenua..

La relación, veladamentehomosexual, con un joven tu-

figura alquímica ni ocultaba el nombre de Dios o repetía lascifras de la Cábala, sino que seguía, al azar, el itinerario delos crímenes impunes que se habían cometido en la ciudadde Buenos Aires” (248) y le servía a Martel para conjurar “lacrueldad y la injusticia, que también son infinitas” (249).Cuando busca una metáfora para tales crímenes, la tradi-ción unitiaria, un imaginario que va de El Matadero de Este-ban Echeverría a Faena, un cortometraje de ,y homologa los juicios sarmientinos sobre nuestros desdi-chados orígenes ganaderos sin agricultores.

Asentado esto, Martínez ha sustituido ya por completo aCadogan y al cruzarse con otro colega estadounidense, Ri-chard Foley, quien también tuvo el privilegio de escuchar aMartel en el Club del Vino (más publicidad, como en losteleteatros actuales), decide escribir “las primeras páginas deeste libro” (253). Un buen vademécum para becarios yanquisaturdidos o para esos argentinos a los que todos pagamossus estudios y luego algunos “maestros” –como el propio Mar-tínez en la Rutgers University de Nueva Jersey- los seducen aefectos de cambien su inteligencia –y su pertenencia- pordólares fresquitos.

¡No se la pierda!

E. R.

cumano que trata de sobrevi-vir como puede –incluso ex-plotando la posible persisten-cia del aleph en la casa de lacalle Garay donde viviera Car-los Argentino Daneri, conver-tida ahora en una humilde pen-sión adonde lleva a Cadogan-y le sirve de cicerone o su tar-día amistad –y enamoramien-to- con Alcira Villar, la últimamujer de Martel, condicionanlos movimientos del tesista ysus actitudes hacia una ciudadque a menudo lo desconcier-ta.

Supone, a partir de los ex-traños lugares en que cantabaMartel, por fuera de los cir-cuitos confiables, “que los des-plazamientos aludían a unaBuenos Aires que no veíamosy durante una mañana enterame entretuve componiendoanagramas con el nombre dela ciudad” (45), hasta que mástarde trata de poner en rela-ción esa idea con la crucial fi-gura del laberinto en la poéti-ca borgiana. Ya a esa altura laenunciación está pasando a loslabios de un narrador confun-dible con el autor y que nosreserva su propia clave.

El mapa sospechado porBruno era “más simple de loque imaginé. No dibujaba una

recepción

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El Escarmiento ` Julio 2004

los que intentan una de las seduccionesde esto(s) posmo-dernismo(s). Se nos ad-vierte, sin embargo, que estamos ante unnuevo cine argentino y es necesario ente-rarse de los artefactos. El supuestamentenuevo discurso no escapa a la oficializacióndesde el momento en que es destripado porlos marketineros en nuestras Altas casas deestudio. Como espectadores comunes ya nosomos desprevenidos, como quería Walter Ben-jamín, sino que más bien tenemos la cabezahecha papilla. De modo que es necesario abrirse paso porentre tandas publicitarias, teleteatros, videoclips, cámaras demano, el videoarte, la digitalia y toda la alta tecnología de laque dispone hoy quien quiera filmar. Asimismo, es necesarioañadir las innumerables escuelas que comenzaron a prolife-rar a fines de los años 80 y que van en aumento presididaspor la Universidad del Cine. Ahora, y según aviso reciente,los niños de entre 8 y 12 años también tendrán su propiaacademia, de tal modo que filmémonos los unos a los otros.

Mientras tanto, en la cola de los menesterosos que preci-san un crédito del INCAA nos vamos a encontrar que, juntocon los nombres flamantes, están todos aquellos que vienenfilmando y estrenando fiascos innombrables desde los años70 y 80. Peor aún: el Instituto prosigue dándoles el subsidiocomo si alguna nos vez hubieran regalado algo valioso. Setrabaja ahora en coproducción con varios países europeos yno deja de asombrarnos que, en ocasiones, capitales proce-dentes de lugares disímiles se estrellen ante la absoluta indife-rencia del público. La gestión Maharbiz había inaugurado elmuseo Tita Merello y la actual se encargó de regalarnos elGaumont. Un alto porcentaje del cine argentino que se estre-na no consigue un circuito mayor, ya que las majors norte-americanas ocupan el 90 por ciento de la cuota de pantalla.No estaría mal si el mainstream de Hollywood produjera ar-tefactos dignos de análisis. Pero no es el caso, a no ser quenos interese la sociología para aventurarnos por las actualescontradicciones de la Metrópoli. Desde esta Dacia, asisti-mos además a un nuevo fenómeno: los actores se van. Losque alguna vez representaron ideas y sentimientos del espec-tador deciden radicarse en otros países.

CASI NO NOS DIMOS CUENTA

Hace ya años considerábamos que el cine argentino seiba sin decir adiós.. Estábamos en lo cierto porque nos refe-ríamos a las historias oficiales, a los tanguitos, a las nochessin lunas ni soles. Hablamos aquí únicamente del cine deficción y, en este aspecto, los años 80 y 90 fueron crueles.Para colmo, tampoco hubo pantalla en exceso para productoseuropeos que no fueran comprados por las distribuidoras

Con la cruel ironía queno ha mejorado ni empeora-do con los años, va a conti-nuación un auténtico POSA-DAS, fileteando la produccióncinematográfica argentina delos 80 a la fecha. Si algún dis-conforme queda caliente conesta primera parte, lea el fi-nal en el próximo número: lafelicidad está al alcance de lamano.

IUN NUEVOAMANECER

Lo(s) posmodernismo(s)suponen el reino de la imagenen movimiento que intentadirigir nuestra mente paraconvertirnos en fanáticos o enzombies.

De manera poco sutil, seborra la memoria colectiva yse suprime cual-quier intento dedebate o cues-tionamiento. Labibliografía quese cita habitual-mente habla delfenómeno en lospaíses desarro-llados y los inte-lectuales masmediáticos deArgentina intentan hacernoscreer que el mismo se repitecomo invariante en el mundodel subdesarrollo. Es cierto quelos medios trabajan aquí 24por 24 y que la noticia de hoydesdibuja cualquier aconteci-

miento ocurrido ayer. Tam-bién es verdad que subproduc-tos que en la modernidad erantenidos por tales están siendocanonizados en los claustrospor nuestros enjundiosos tre-padores sociales –con máspáginas que ideas-. Del mis-mo modo, la acumulación delcapital financiero ha consegui-do dividir al país de maneracruda entre el shopping cen-ter y la gigantesca villa mise-ria –en Tucumán se encuen-tran uno al lado de la otra-. Y,para colmo de males, todos es-tamos metidos dentro del gui-so de fritangas que nos dejarael menemismo: un posmo en-tendido como teléfono celular,viajes a Miami, el idilio coninternet, la chuchería barataque debe entenderse como lascuentas coloreada de los vie-jos conquistadores.

La posibilidad que se nosofrece para entrar en un nir-vana es refugiarnos en el pa-sado.

Un útil con-sejo sería el si-guiente: cuandoUd. no tienenada que decirrecurra al primerperonismo queda para todo.

En materiacinematográfica

podríamos hablar de una edadde oro del cine argentinocomo si tal categoría existie-se. Nos iríamos placentera-mente y mediante un viajepamístico nos instalaríamos enel centro del canal VOLVER,del RETRO o de cualquiera de

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...cuando Ud. notiene nada quedecir recurra al

primer peronismoque da para todo.

PANORAMAS

cine

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norteamericanas. Se hizo necesario recurrir a los ciclos en laLugones, en la Filmoteca Buenos Aires, en fin, donde sedieran y, además, alquilar los videos de lo que ni se estrena-ba. Había, además, que saltear puntillosamente a no pocosdirectores que alguna vez habían representado algo porquese habían hundido en rencillas infernales, algo muy comúnen este gremio. En esos ciclos y hacia 1994 fue posible des-cubrir EL ACTO EN CUESTIÓN (Alejandro Agresti-1992),una película que jamás fue estrenada ni siquiera en circuitochico. Desde EL AMOR ES UNA MUJER GORDA (1988)no se tenían noticias de este realizador en Argentina. A tra-vés de ciertos videos se sabía de su radicación en Holanda yde algunos artefactos algo más que interesantes como CRÍ-MENES MODERNOS (1992). Rodada en blanco y negro,EL ACTO EN CUESTIÓN subvertía el lenguaje tradicio-nal del cine y nos obligaba a reflexionar sobre las posibilida-des de una resurrección arltiana que escapara de los cánonesconvencionales. Del mismo modo, BODA SECRETA (1988)ponía al descubierto la capacidad para narrar el absurdo conuna mezcla esotérica de actores que iba desde Mirtha Bus-nelli a Nathán Pinzón.

El Instituto cedió por fin a las presiones diversas por-que estas coproducciones habían recibido cobertura inter-nacional y este director exigió y obtuvo el circuito grandepara BUENOS AIRES VICEVERSA (1997), donde pudocomprobarse que Agresti había empezado a creerse lo quedecía la publicidad sobre su persona. Enmarcada en la esté-tica de la crueldad, con aciertos en cuanto a la dirección deactores y algunas secuencias memorables –la mujer enfren-tada al noticiario televisivo es una de ellas-, a Agresti pare-ció no interesarle ya demasiado seguir trabajando en el te-rreno de un nuevo lenguaje. Su trayectoria posterior impor-ta poco a los efectos de una investigación cinematográfica.Frente al multipremiado y otrora talentoso Agresti, en 1990y con BING-BANG, Raúl Perrone iniciaba ese año una obraen solitario que tiene como epicentro a Ituzaingó. Sin em-bargo, para descubrir su ya muy extensa filmografía se hizonecesario, otra vez, recurrir a los ciclos. Para 1994 y cuandopudimos ver LABIOS DE CHURRASCO, nos enteramosde que había un cine de ficción en el que se alternaban elmundo de los jóvenes, la pobreza del Gran BuenosAires, la solitaria y nada mansa acritud de los potreros. Pe-rrone continúa trabajando en soledad y el 12 de marzo de2004 declaraba a LA LINTERNA MÁGICA “El boludog-ma ha hecho que un montón de tipos se subieran al caballo”.El boludogma para este creador singular es un dardo queapunta hacia otros lares. Pero lo que nos interesa destacaraquí es que para Perrone ya no existen equipos profesiona-les y sus desnudas puestas en escena cuentan con verdaderoshabitantes de Ituzaingó. Tal vez, le quepa a él el mérito dehaber demostrado que la artificiosidad de una década nohabía logrado desviarlo del camino que se había trazado.Naturalmente, se paga un precio que es el del aislamiento, elde la soledad. Aunque no parece dispuesto a rendirse.

A su vez, y en esta cabalgata, la exhibición de los cortospremiados por el Instituto en 1994 y estrenados en 1995permitió el descubrimiento de una serie de jóvenes alumnos

del CERC. La observaciónatenta de algunos de ellos, noshizo pensar que, en Argenti-na, la gente mayor de 40 añostenía muy poco que decir enmateria audiovisual. Fue unareflexión apresurada, por su-puesto. Porque no habíamostenido en cuenta que la edady el talento no son guarismosque pueden medirse cronomé-tricamente. Ahítenemos los ca-sos de Ana Po-liak y de CarlosSorín, sobrequienes volvere-mos más ade-lante. De aque-llas HISTORIABREVES exhi-bidas en el Lorange, dos per-tenecían a quienes, de algúnmodo, colocarían la piedrafundacional del denominadonuevo cine argentino. BrunoStagnaro presentó GUARISO-VE, LOS OLVIDADOS yAdrián Israel Caetano firmóCUESTA ABAJO. Para 1998ambos se habían unidos paracodirigir PIZZA, BIRRA,FASO, primer gran éxito co-mercial que de inmediato co-menzó a ser un artefacto pre-dilecto de investigadores uni-versitarios, ratificando una vezmás que lo(s) posmodernismo(s) dejan de serlo en cuanto en-tran a las Altas casas de estu-dio.

Se habló entonces de cine

independiente. ¿Independien-te con respecto a qué? Cuan-do en los años 50 nos aburría-mos obligados a ver algún queotro producto de Hollywoodlocalizamos una curiosa pelí-cula llamada A COLD WINDIN AUGUST (Alexander Sin-ger-1961) y luego SHADOWS(John Cassavetes-1959) –lasvimos en ese orden- Podría-mos seguir lanzando títulos –incluyendo la denominada Es-cuela de Nueva York- hasta lle-gar a THE LIVING END(Gregg Araki-1992). No es di-fícil deducir que un buen gru-po de realizadores era en aque-llos años independiente del dis-curso oficial del mainstreamde Hollywood. Películas debajo presupuesto con actorescasi desconocidos y equiposmínimos que nadie se moles-taba en distribuir y cuya exhi-bición quedaba reducida a cir-cuitos mínimos. No era el

caso del muy exi-toso neorrealis-mo italiano. Entodas estas pelí-culas –podría in-cluirse tambiénLA NOCHEDEL CAZA-DOR (CharlesLaughton-1955)

a la cual no salvaron ni losprestigiosos nombres de Ro-bert Mitchum, Lillian Gish oShelley Winters y que fuerabombardeada por cuestionespolíticas- no había sólo unahistoria singular sino especial-mente un lenguaje que a Ho-llywood le era ajeno. Asimis-mo, no había una financiaciónmuy clara desde el momentoen que no disponían de bene-factores –se exceptúa LA NO-CHE DEL CAZADOR-.

En Argentina el conceptode cine independiente es bas-tante confuso porque todo elmundo depende de la buenavoluntad del Instituto y de loscapitales extranjeros que seconsigan para la coproducción.No se puede hablar, de este

Se habló entoncesde cine indepen-diente. ¿Indepen-diente con respecto

a qué?

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modo, de cine independienteenglobando a toda la produc-ción realizada por los nuevosrealizadores.

Regresando a PIZZA,BIRRA, FASSO nos encontra-mos en el comienzo con unaserie de planos cortos que pun-tearían también NUEVE REI-NAS (Fabián Bielinsky-2000)para hablarnos de la nueva fau-na que puebla Buenos Aires enmedio de lo(s) posmo-dernismo(s) del subdesarrollo.Si en una son lúmpenes tota-les en la otra son chantas bus-cando la gran oportunidad eco-nómica. Porque de eso se tra-ta: en el mundo de la reifica-ción lo que se busca es conse-guir dinero de cualquier ma-nera, algo que diferencia a estageneración de los denomina-dos sesentistas. Puede ocurrirque ese dinero sea simplemen-te un salario, tal como ocurreen EL BONAERENSE (PabloTrapero-2002), pero la cues-tión, en lo que a historia serefiere es cómo sobrevivir enel bolsón de pobreza sin quenos ocurra lo que al Rulo deMUNDO GRÚA (Pablo Tra-pero-1999). Se dirá que el len-guaje utilizado en este subgru-po de películas no es el mis-mo. Nosotros encontramos, apesar de todo, que tienen ele-mentos en común. Desde elmontaje vertiginoso hasta lacámara de mano, desde los en-cuadres minimalistas hasta ladisposición de las figuras enel cuadro, poseen más ele-mentos en común de los quese piensa. Del mismo modo,existen curiosidades que obli-gan al pietismo tolstoiano. Laescena del balcón Romeo-Ju-lieta en PIZZA, BIRRA,FASO, por ejemplo, y la pre-gunta del lúmpen cordobés_

- ¿Te parece que puedoser un buen padre?

nos movió francamente ala carcajada. En especial por-que la actriz elegida (PamelaJordán) posee los tonos del

Alto Palermo y porque entrela rabiosa novela picarescanunca habíamos encontradoun dislate semejante. Así ytodo, donde mejor funcionaPIZZA, BIRRA, FASO es enla incursión posmo de la bai-lanta con una de las mejoressecuencias logradas en los úl-timos años del cine nacional.La violencia –otra manera su-til de presentarla es en el for-nicar agresivo de la pareja deEL BONAERENSE- habíasido muy bien punteada porCaetano en el mediometrajecoral LA EXPRESIÓN DELDESEO, dada a conocer en laFilmoteca Buenos Aires en1998. Y seguiría gozando debuena salud en BOLIVIA(Adrián Caetano-2001)aunque de maneramás solapadahasta el cri-men final.Del mismomodo, senos diceque estosrealizadoresson huérfa-nos. Contem-plando las imáge-nes de TAN DE REPENTE(Diego Lerman-2002), con sugraciosa carga de prepotencialésbica, nos damos cuenta deque la áspera ternura de quehacen gala quienes toman porcomún denominador a la vio-lencia, son hijos de la vacui-dad democrática prestada gra-cias a la derrota en Malvinasy, en especial, a la letal frivoli-dad menemista.

Fernando Spiner, quienfirmara algo llamado LA SO-NÁMBULA (1998) nos diceque “No estamos preocupadospor cuestiones políticas sinoestéticas”. Dentro de lo(s)posmodernismo(s) no haynada tan políticamente correc-to como esta deliciosa confe-sión de parte. En un momen-to en el que América Latinasufre el embate de organismos

internacionales de toda laya, cuando los ataques terroristasconvulsionan al mundo y en el preciso instante en el que elImperio bombardea, sojuzga y asesina, mientras hacemosla cola en el Instituto discutimos un plano, un encuadre, unmontaje y un quítame allá ese video installation. Spiner pa-recería olvidar que una posición estética ya es política y, encaso contrario, podría revisar la obra entera de Godard,todavía no tan desprestigiado entre los jóvenes. Como ocu-rría antiguamente con los actores, lo peor de estos nuevosrealizadores son sus declaraciones públicas. La política que-da relegada y no nos interesa ni siquiera que tanto la Emba-jada de Israel como el edificio de la AMIA hayan volado enpedazos. Ocultando cuidadosamente la feroz pelea con laproductora Lita Stantic por el casting en UN OSO ROJO(2003), Caetano admite ahora que es mejor trabajar conplena libertad, como si esto fuera posible. Lo malo de estarmuy cerca del negocio del espectáculo es saber demasiado.Por otra parte, el posmodernismo oficial elige avenidas nos-tálgicas –AL CORAZÓN (Mario Sábato-1995), EVA PE-RÓN (Juan Carlos Desanzo-1996), AY, JUANCITO (Héc-tor Olivera-2004).. Todavía no se ha comprobado que el

lenguaje posmodernista en la Argentina haya alcan-zado la madurez que tiene tanto en México

como en Brasil. Porque en estas latitu-des, la violencia de AMORES PE-

RROS (Alejandro González Iñárritu-2000) o de CIUDAD DE DIOS(Fernando Meirelles-2002) nos estodavía desconocida. A lo mejor

porque se están dirimiendo cuestio-nes estéticas, siempre hablando del

cine de ficción.

¿JUGUETES MODERNOS?

Como nos hemos aburrido de las reseñas periodísticasy nos cuesta leerlas, nada sabíamos acerca de CAJA NE-GRA (Luis Ortega-2001). Aunque no esperábamos nada, amedida que veíamos la película íbamos redescubriendo elvalor de la imagen pura, desnuda, despojada, tal como cuandoéramos analfabetos y no estábamos enterados del cine silen-te. Porque nos íbamos alejando cada vez más del diálogo,por lo general ridículo, que atosiga a mucha ópera prima. Apropósito de este otro subgrupo de películas que encabezaCAJA NEGRA, es necesario aclarar que la palabra, mal quele pese a Jacques Lacan, y desde fines del siglo XX, se en-cuentra por completo depreciada. Nos preguntamos si noes ésta una de las razones por las que la literatura ha perdidode manera definitiva la batalla frente a la imagen. Hablamospara no decir nada, aunque se crea que no decir nada ya esdecir algo. Estos nuevos realizadores parecerían tener con-ciencia de la banalidad de los sonidos superficialmente arti-culados. Y aquí es necesario marcar otra diferencia funda-mental con las peroratas interminables de no pocos de lossesentistas. En CAJA NEGRA el espectador se va introdu-ciendo en ese minúsculo universo de tres personajes –uncuarto es satélite- y resulta casi imposible alcanzar objetivi-dad en una primera visión. Hay que alquilar el video y re-verla. El valor de la fotografía es tan grande, las imágenes

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sonajes. Los observamos ensus acciones cotidianas, en lastareas de la casa, en sus con-versaciones sobre la falta detrabajo y dinero. Tienen suspropios códigos. Y para narrarestos códigos el director ha en-contrado una mezcla de len-guajes que en este caso estánplenamente justificados. Lajoven de origen chino, Alli,observa desde su cuarto cómose apaga otro dìa y en la calletenemos un efecto que se pa-rece a un video instalación.Pero se trata de lo que ve estepersonaje, no de un caprichodel realizador. SÒLO PORHOY es una película posmo-derna de buena cepa, sencilla-mente porque el discurso seentreteje con la mirada queellos tienen del mundo que losrodea. La ciudad se nos mues-tra como absolutamente im-personal cuando no despiada-da y ellos no se tienen más quea si mismos. Como especta-dores no somos tanto nosotroslos que los estamos mirandosino que son ellos los que nosmiran a nosotros. Ha cambia-do el lugar de la mirada y aquíque cada uno saque sus pro-pias conclusiones. ¿Cómo nossentimos, qué pensamos fren-te a estos adolescentes que secomplacen en juzgarnos concada gesto, sin molestarse enhablar para nada de los mayo-res, ignorándolos? Se nos pide,de manera no consciente porsupuesto, que sepamos vermás allá de la aparente coti-dianeidad de estos ojos límpi-dos. Y lo peor es que se nossolicita todo esto sin que haga-mos preguntas indiscretas.

Abel Posadas

CINE

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tan dinámicas, que se hacer necesario un poder de concentra-ción al que el espectador televisivo no está acostumbrado. Aquítambién están los exteriores miserables del Buenos Aires pos-moderno aunque captado de manera empática. Es uno de esosbarrios del sur en los que vivimos pero que Ortega nos obligaa redescubrir –y ésta es una de las tareas del cine, ofrecernosno la realidad sino las imágenes elaboradas de la misma-.Existe en CAJA NEGRA un lirismo empático que intentauna mirada comprensiva y que distingue a este segundo subgru-po de textos que tratan, por sobre todo, autoexplicarse unarealidad contradictoria. Hay quienes opinan que este artefac-to ha sido sobrevalorado. ¿Con respecto a qué? No se trata,como ocurre en muchas publicaciones on line, de contrapo-ner unos productos a otros. No estamos jugando un compe-tencia de canguros..

El caso del emigrado que vuelve a visitar a los suyos enEL JUEGO DE LA SILLA (Ana Katz-2002)nos pone en contacto con una realizadoraque tampoco cree en las habituales ex-plosiones emocionales del viejo dis-curso modernista. Partiendo de supropia obra de teatro, Katz –quiense reservó el papel de la hermanaligeramente perturbada- entrega lavisión de un universo familiar quese quedó en el tiempo. El que regresapor breve lapso se encuentra frente aseres que ya le son ajenos, comenzandopor la quejosa idishe mame cuya ternura estomada en solfa. La comprensión de EL JUEGO DE LA SI-LLA de parte del espectador depende de la aceptación de laclaustrofobia que elige Katz para su lenguaje. El que vuelveno va a encontrarse con un Buenos Aires diferente al que sedeja fuera cuadro sino con una familia a la que ya no conoce,en una vieja casa de barrio filmada dentro del minimalismoque caracteriza a no pocos de estos nuevos realizadores.

Ortega y Katz parecieran querer comprender el mundo delos mayores a los que encierran en una soledad difícil de com-partir. A su vez HERENCIA (Paula Hernández-2001) ofreceuna nueva posibilidad tendiendo un puente entre una mujercercana a los sesenta y un joven extranjero. Hernández trabajacon la misma calidez que los mencionados pero su lenguaje esnaturalista. Es que es muy difícil trazar una barrera sólida en-tre lo(s) modernismo(s) y la reacción contra éstos. Simplemen-te se puede decir que este subgrupo no tiene interés en utilizarla habitual parafernalia de los posmodernistas, digitalia inclui-da. Cuanto más claras se recorten las imágenes en cuadro,mejor. Y es que les interesan los personajes en tanto creen enellos como seres de carne y hueso y no como ideas. Pero,además, y esto es lo fundamental, son seres humanos que vi-ven integrados a una sociedad paupérrima y que pueden alber-gar o no alguna sucia esperanza. Esto se traduce en el lenguaje.No vamos a encontrar voluntarismo vanguardista en la planifi-cación o en el uso aleatorio de la cámara de mano. Pero paraconseguir que esto dé resultado nos tienen que narrar una his-toria como la de SÒLO POR HOY (Ariel Rotter-2000).

Tenemos presente la cara del muchacho gordito que le

dice al señor de la agencia depublicidad cuando éste le de-talla el trabajo y el sueldo:

- Sí, pero primero quie-ro que me bese (...) Porque amí, antes de que me cojan megusta que me besen.

Es una de las bofetadasmás efectivas del cine de finesdel siglo XX. Una de las ma-yores dificultades de nuestraépoca reside en el desinteréspor revisar nuestras propiasopiniones con respecto a de-terminados productos cultura-les. Porque cuando la vimosen cine, SÒLO POR HOY no

nos interesó. No perde-mos las esperanzas

con respecto acambiar nues-

tro punto devista conrespecto alo que firma

Martín Rejt-man. En estecaso se trataba

de la propuesta deRotter. Cinco adoles-

centes –cuatro varones y unamujer- comparten una casa ytambién las esperanzas de unageneración crecida bajo el me-nemismo. Tal vez la resisten-cia frente a la película se de-bió al hecho de negarnos a re-troceder hasta la que fueranuestra propia adolescencia.La muchacha de la motocicle-ta va de un lado a otro de laciudad y no sabemos si ve loque está mirando exceptocuando quiere hacerlo –el casode los cuadros o de su encuen-tro con un antiguo amigo dela colectividad china-. Ella yel joven que trabaja en la co-cina de un restaurant son quie-nes más llamaron nuestra aten-ción. Este muchacho, afecti-vamente quebrado, sueña conFrancia y ambos compartenuna secuencia en la que comopocas veces este cine desbor-da esa áspera ternura no exen-ta del lirismo del que venimoshablando. Rotter no ofreceningún tipo de soluciones a losdilemas que enfrentan sus per-

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MEMORIABLES:ANÍBAL CARREÑO(1930-1997)

1 Nuestra labor estuvo auspiciada por dos instituciones, el entonces Instituto Nacional Superior de Cerámica, a cargo deTeodolina García Cabo y Julio Muñeza y el Centro de Estudios de Arte Cromos, dirigido por Edith Matzen Hirsch. Contamosademás con la colaboración espontánea de algunos de los tantos discípulos que se convocaban en los talleres del maestro, yasea en los sitios referidos, y/o en el inolvidable taller de La Boca, Irala 1074, Capital Federal.

En el transcurso de 1995 pudimosconcretar un proyecto cuyo destino re-sultaba entonces tan incierto como lofueron luego sus derivas: la realizaciónde un registro documental y un videosobre la obra y el pensamiento de AníbalCarreño. A modo de precaria presenta-ción, diremos que él fue un entrañablemaestro de arte, sin duda uno de los másnotables con que ha contado nuestro paísen los últimos treinta años. Todos los queacometimos aquella tarea la sentíamos,de distinto modo, como un acto de de-volución o incluso de justicia frente a laostensible negación y el previsible futuroolvido de su presencia en nuestra Histo-ria del Arte1 . Esta clase de extravío y suspreocupantes alcances son consecuenciade una complejidad de factores endémi-cos en la dimensión político-cultural dela disciplina.

Lo que tal vez resulte incomprensi-ble para una ética del éxito y la legitima-ción y, por lo mismo, no tan conocidopor el público de arte actual, es que, comotantos artistas argentinos, el propio Ca-rreño tomaba con mucha calma y unabuena dosis de humor esta circunstan-cia, que asumía como un lógico conflic-to entre sus elecciones de vida y las con-diciones de poder del campo artísticonacional. De todas formas, su labor nocesaba, jugándose entre las paredes desu taller y los ámbitos académicos.

En aquel momento, como ahora,

repasamos viejas preguntas.¿Qué hacer con aquellas me-morias que una comunidadaprecia cuando los disposi-tivos pertinentes y la socie-dad profesional han decidi-do no conservarlas? ¿Cómodenunciar el tácito consen-so por el cual, para lograralguna repercusión, el traba-jo creador no es lo esencial?¿Es tarea de los propios ar-tistas reclamar su trascen-dencia? En definitiva, ¿quégrado de artificio existe enel gesto de rescate de aque-llo que por sí mismo recha-za lo institucional y que nohalla su lugar en los discur-sos circulantes? Viejos inte-rrogantes con exhaustivasrespuestas de sugerente com-plicidad.

Las memorias parecenrenuentes a la identidad, loque impide prever sus prác-ticas; sabemos que ellas di-fieren según las culturas, losgrupos, los tiempos. Si el cur-so no hubiese sido alteradopor algunos trabajos de es-critura, particularmente losde Ricardo Martín-Crossa,seguramente Carreño sería elsujeto de una memoria oraly colectiva; con cierto tiem-po, podría convertirse en unmito o desaparecer. Aún nosabemos si estos no seríanmejores destinos: es lo quediría Aníbal, con un ciertotono irónico ante el riesgo deconvertirse en objeto de cual-quier culto.

Pero apostemos a la his-

toria, a favor de su inherente fragilidad.Unos pocos documentos cubren particularmen-

te su primera época: catálogos, artículos, algunasmenciones bibliográficas. Pocas imágenes de susobras, algunas pinturas en museos, trastiendas degalerías o colecciones privadas; las más, unas cin-cuenta, en poder de su autor. Las condiciones deproducción de nuestro trabajo lo detuvieron en laetapa heurística, ella misma inacabada. No obstante,logramos retener su quehacer y su reflexión en voz eimágenes, trabajados sistemáticamente. Y creemosque fue hecho justo a tiempo.

En lo que sigue, decidimos publicar por primeravez parte del material mencionado respetando su es-tado actual, destacando su calidad de fuente. Preferi-mos, en la extensión, darle la palabra a Carreño, acu-dir a su eficacia.

Percibir el Sur: los sentidos de la figuraciónAníbal Carreño nació en Buenos Aires el 31 de

octubre de 1930, hijo de un obrero ferroviario y unama de casa; tuvo tres hermanos. Era uno de tantoshogares dignos acuciados por la ‘década infame’, enel que no había artistas: él fue precursor.

A los trece años ingresó como supernumerarioen la sección Dibujo del Museo de Ciencias Natura-les e inició la carrera de Bellas Artes, egresando en

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1956 como Profesor Superior de Pin-tura. Formó parte del Grupo del Sur,originado parcialmente en el taller desu maestro, Adolfo De Ferrari. En1963 Carreño declaraba: “Nos re-uníamos a conversar sobre los temasde nuestro interés, a tomar mate y a

escuchar música. Hablamos entonces de los proble-mas del país, del papel que juega el creador dentro deél...”. Sobre el futuro de Argentina tenía “gran fe”.

La crítica visibilista ha insistido en la indepen-dencia formal de los integrantes del grupo: CarlosCañás, Aníbal Carreño, Ezequiel Linares, MarioLoza, René Morón, pintores, y Leo Vinci, escul-tor. La primera muestra fue en Galería Peuser en1959; auspiciada por el Museo de Arte Moderno,Rafael Squirru, su director, los bautizó. “Era por‘sudacas’, era Grupo del Sur”, explica Carreño. “...éramos pintores provincianos. Provincianos en elmundo. Es decir, pintores argentinos. [Squirru] nosveía [...] como una elaboración, no conmovida, noincidida, por toda esa cosa que nos llegaba de afue-ra”. Ante el impacto de las nuevas tendencias delarte internacional a partir de 1955, el grupo man-tuvo una mirada arraigada en lo nacional y lo sud-americano que, si informada de lo contemporáneo,rechazó la copia trivial.

A partir de entonces Carreño concretó unaactividad por la que obtuvo importantes reconoci-mientos tales como el Premio de Honor de la Aso-ciación Ver y Estimar y el Premio Consagracióndel Salón de los Críticos (1960) o el Premio de laMunicipalidad de Valparaíso (1972). Representó anuestro país en numerosas oportunidades como enlas Bienales de San Pablo (1957, 1961, 1971) y Pa-rís (1961). Entretanto, hacia 1964, su grupo se di-suelve por decisión concertada ante los requerimien-tos parcializados de algunas galerías.

De aquella época Carreño evoca algunas vi-vencias fundamentales: “Durante el gobierno dePerón, nuestro país había estado cerrado, por fue-ra más que por dentro”. “... una cantidad de cosasque ocurrían en la Europa de posguerra, pero fun-damentalmente [...] en los EE.UU. [...], acá no eraninformadas. A finales de los ’50, “conmovió a Bue-nos Aires recibir de pronto, junto, todos eso quehabía sucedido del año 1945 en adelante”.

“Lo que hice en los ’58, ’59, así visto un pocoa la distancia, era una figuración [...] una acentua-ción que consistía en jugar la presencia de figura-

ciones a partir de presenciasmatéricas en el cuadro, quegeneralmente no tenían nadaque ver con lo que podía serun mínimo reconocimiento,mímesis de lo real”. “En esemomento mis obras se resol-vían a través de una ciertaidea de paisaje. [...] lleganhasta el ’60 o ’61 [... y fuerondefinidas] como una versióndel informalismo. Esto a míme lleva siempre [...] a com-probar que la crítica, no de-masiado interesante, sin eti-quetas no entiende nada. Vajugando con las etiquetasexistentes, a ver si entran enla ranura [...] a mí no me vinomal, porque siendo ‘informa-lista’ se me abrían las posibi-lidades”.

“A fines del año ’60 mefui con la muchachada a Eu-ropa. [...] allá las obras supe-raban las cuestiones formales.Planteaban directamente pro-blemas de la cultura [...].Cosa que no pasaba en Bue-nos Aires. [Aquí] el nivel delo que se estaba haciendo eraaltísimo, pero [...] se encami-naba a las cosas en una vía, yse las podía nombrar, [...] es-pecialmente, por algo que yahabía ocurrido”. “Pintar‘bien’ requiere la existencia deun código establecido quefunciona como referencia delo que se hace. Nosotros pin-tábamos bien lo que interpre-tábamos que Europa estable-cía como código”.

De vuelta en Argentina afines del año 1961, el pintorcomienza un período “expe-rimental consciente” en el quejuega con la convivencia defactores matéricos y geomé-tricos. Esto llega hasta 1965,con el Autorretrato que reali-za por pedido de Rubbers. “...al introducir la figura, me en-contré con la fuerza del plan-teo figurativo, que comenzóa funcionar desplazando cadavez más a los otros dos facto-res”. “Decir figuración es ha-blar de la existencia de algo

reconocible con un grado marcado deimitación de lo real. En mí es un retor-no, porque muy al principio yo había sidofigurativo”. Este sentido más corriente delvocablo figuración enunciado por el ar-tista, corresponde a un cambio en la rea-lidad del país: “... veo en la figuraciónun recurso: para manejar un lenguaje, dediscurso sobre lo inmediato y lo directo,fuertísimo. Los acontecimientos se ha-cían cómplices de eso”.

Si el sentido común, hasta aquí, au-gura un desarrollo promisorio para Ca-rreño, se equivoca. Los proyectos políti-co-culturales llevaban un rumbo diferen-te a aquel que alentaba en la concienciadel artista: la realización de una comuni-dad nacional justa, con voluntad políticasoberana e independiente, ideario pero-nista que involucraba la responsabilidaddel artista en su construcción. Este de-seo, que fertilizaba un sector de las fuer-zas creativas y del pueblo argentino, co-menzó a derrumbarse con ferocidad.

En el ámbito específico, la crítica fueperdiendo el juicio, facultad esencial parasu función. Modelada cada vez más comopublicidad del mercado y sus tendencias,exigió sumisión a los dogmas que difun-día. Y copiando conductas ejercitadas poraquellos tiempos, acudió a la proscrip-ción bajo el eufemismo de la indiferen-cia. Ante la negativa de Carreño a defec-cionar valores en los que se fundía suidentidad de ser humano y artista, la so-ciedad profesional rompió su contratocon el pintor. Por el año 1966, la tensiónpolítica se sella con la llegada de la dicta-dura militar. Carreño emprende otro dis-curso y se sirve de la figuración paramanifestar su homenaje a “los mitos vá-lidos”, a “los mitos falsos” y “el testimo-nio de hechos sociales, políticos”, si biensu principal motivación, como él mismoaclaraba, no era la posición política.

Hacia principios de la década de1970 realiza el Homenaje a José Hernán-dez. Sobre el Martín Fierro opinaba: “esde neto corte popular, [...] tiene una car-ga tan local y sin embargo tan univer-sal..., eso es lo que cuenta. Yo creo queen una gran medida el medio literarionuestro se lo ha tenido que ‘tragar’, merefiero a la línea Mayo-Caseros, y enton-ces lo hizo de salón, lo blanqueó. Acáhay una tendencia a blanquear las cosasque no es posible borrar”. Carreño tras-puso este pensamiento a la imagen: “...está eso, el sillón, el lujo del piso”. El

ANÍBAL

CARREÑO

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emblema nacional es clave en lacomprensión del mundo sensible delpintor: “... realicé la utilización for-mal de una idea: trasladar el cuerpoa bandera. Está pintado con unaenorme emoción”. “Hay en las ma-nos de Hernández una sensación delaxitud; la cabeza tiene grandes idea-les y lo que fallan son las manos ylos pies, es decir los hechos [...].Desde el punto de vista ético elMartín Fierro tiene una carga feno-menal; aparece la nobleza junto a lamezquindad. [...] presenta un arque-tipo del paisano, que es Martín Fie-rro, y presenta otro [...], el ViejoVizcacha, ¡cuyos consejos...! Y sinembargo a un argentino no lo in-dignan esos consejos, se exalta conMartín Fierro y no le indigna el Vie-jo Vizcacha [...]. A nosotros la pi-cardía nos hace reír, es admirable,y el coraje también; lo mezquino,en cambio, nos pone rabiosos”

Sentir la nación: de la figuración alrealismo

Los trabajos subsiguientes refrendanuna lúcida atención a lo identitario y alo cotidiano, una observación crítica deaspectos relevantes de la cultura de nues-tro pueblo y de nuestras dirigencias.

Los homenajes a ídolos popula-res comienzan con el Pedernera, surgidodel berretín futbolero del pintor: “Peder-nera era un personaje que me fascinaba.Yo era de Boca y él jugaba en River; loveía cuando era pibe [...]. La hinchadade Boca es terriblemente fanática; cuan-do perdía con River renegaba en una for-ma espantosa, pero sin poder evitar laadmiración que a todos nos despertabaPedernera [...]. En esta obra todo el es-quema inferior es un chiste, es lo quehacía Pedernera con sus adversarios, eranchistes, hacer que se fueran al suelo dosjugadores con sólo mover la cintura”.

“Y después empecé a pintar perso-najes que para mí eran importantes [...]me interesaban, me conmovían”: BattlePlanas, Chazarreta, Monzón... Estasobras fueron nuevamente ‘puestas en caja’por la crítica a través de una marca re-gistrada: “como aquí aparecían persona-jes populares... bueno, es arte pop”.

De la más tardía Elegía por Gardel,Carreño rememora: “Mi trabajo tieneuna banda geométrica de colores argen-tinos en el centro. Está inspirada en el

logo de los cuadernos esco-lares que usaba en la infan-cia. [...] me pasaba ratosmirando esa bandera, mefascinaba esa ilustración, losbrillos del tratamiento declaroscuro, la complejidaddel flameo. Trataba de co-piarlo. Esa bandera me vol-vió a la memoria en el mo-mento de pintar esta obra.La identifiqué con el pro-ceso de la década infame,una situación de la identi-dad argentina [...]. El home-naje [...] yo no lo podía en-tender presentando esas fi-guritas publicitarias o pre-sentando la típica parejabailando el tango”. Al añosiguiente, 1985, el pintorcomienza su Homenaje a Ar-turo Jauretche retrato queculminó una década des-pués. Ronda nuevamente laidentidad nacional, a la queel escritor escudriñaba con“sus ojos espantosos, pare-cía que miraba mucho másque todo el mundo.”

Carreño ha realizadoobras en las que se agudi-zan sus objeciones a travésdel recurso a la ironía; porlo común refieren al podery sus epígonos: “... en los

personajes poderosos aparece unacierta ridiculización, algo así como laexpresión de que están derrotadosprecisamente por estar en el poder,no derrotados políticamente, sino porel significado ético”. El Explicador conla Mano “es Frondizi explicando todo[...] Entre la CGT y ‘los libertadores’él se volvió loco. Parecía estar comoentre dos trincheras enemigas, con lasbalas que le pasaban desde ambos la-dos. La cabeza está en la mano enfunción de un cuerpo que se fue ha-ciendo pétreo. [...]. La mano es mimano izquierda”. Aquí aparece otroelemento recurrente en la elaboraciónsignificante de Carreño: la utilizaciónde su propio cuerpo o los de sus fa-miliares condensados con los de aque-llos que son objeto de su ‘bronca’ osu desprecio. “Esta obra en realidadse llama Autorretrato del Explicadorcon la Mano. Yo me decía que tam-

bién era un explicador con la mano, por mi condi-ción de profesor; ya hacía mucho tiempo que jugabacon mi oficio de explicar. [...] La idea de base, por lacual se produce la identificación entre Frondizi y yomismo, es que estas cosas ocurren, me refiero a esascircunstancias desgraciadas de nuestra historia; por-que uno puede ser igual que los responsables”.

Lo mismo aparece en una serie de cuadros azu-les que están ligados a la represión militar.

La tercera participación de Carreño represen-tándonos ante la Bienal de San Pablo resultó muydiferente de la anterior, que le precedía en una déca-da. Entre otras pinturas enviadas estaban Marioneta,Comunicado, La Pelota, Magoya y La Madre y el Bo-rrego.

Marioneta fue realizada durante uno de los go-biernos militares. Carreño la describe así: “Diéguezes el que maneja la marioneta, que tiene el gorrofrigio [...]; la mano, es mi mano izquierda, la quemaneja la marioneta...”. Comunicado muestra ungeneral leyendo frente al micrófono: “Álvaro Alsoga-ray y Guido Di Tella están a su lado. La idea es que,en torno a los golpes de estado, siempre estuvierongirando una serie de personajes de esta clase. Esteenvío, no sólo mi obra, le costó el puesto al encarga-do de Relaciones Culturales de nuestro país...”. Elargumento esgrimido fue que las obras eran “contes-tatarias”, cosa que había pasado inadvertida al res-ponsable argentino, y resultaban ofensivas al gobier-no militar de entonces.

En 1979, decía el artista de su poética: “En rea-lidad, permanezco siempre en el terreno de la hu-morada hasta llegar al sarcasmo. [...] presento la rea-lidad como un hecho trágico. [...] Creo que de loque se trata es de salir de un mundo ideal para entraren contacto y reconocerse en la realidad. [...] La fi-

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guración es un modo de hacer, mientras que el rea-lismo es una actitud, que puede expresarse en muydistintas formas”. Dieciséis años después reiteraba:“La figuración es simplemente un medio que puedeservir o no para representar la realidad. Se puede serverista, ser fiel y tomar lo más visible del mundo.Pero ser realista es tocar el sentido verdadero, esponer en apariencias las vivencias profundas de larealidad. Por eso se puede ser realista y a la vez nofigurativo”.

La actitud realista está asociada a una memoriaprimordialmente visual. Carreño la atribuía a la ac-titud de involucrarse: “observar sin atención, obser-var con interés profundo, no con interés dirigido[...] eso genera un registro de imágenes. [...] Man-darse al mundo con los ojos, sea lo que sea”.

Privilegiando lo emocional sobre lo ideológico,la reflexión sobre el dogma, el humor sobre la dema-gogia, Carreño no interpreta, muestra, y así encuen-tra una versión de la identidad que conserva las am-bigüedades, las contradicciones y los equívocos delo que ‘está siendo’. Ella lo traerá de vuelta al paisajeen los años de ‘El Proceso’. Un paisaje premonitorioque, unos años más tarde, será el escenario de susexhumaciones, cuando el pintor alcance la síntesisque mejor ilumina, en su despojamiento, la éticaque sostiene: permanecer en esta tierra malheridapero real; insistir en el hombre, agonista del hechotrágico; creer en la pintura, cuya visión alienta lavida en el corazón mismo de la muerte.

“Las Palas y los Pozos son diferentes enfoques deun mismo tema, no sentidos como serie. [Hacia1984] yo estaba madurando la idea de las exhuma-ciones. Era el momento en que empezaba a eviden-ciarse todo lo que había pasado, lo que se sospecha-ba, pero pocos sabían hasta dónde había llegado. Yyo me incluyo en ese no saber exactamente la di-mensión de la cosa”.

Ese poder de la pintura de frecuentar lo que per-manece invisible a la mirada para entregarlo a unavidencia, convertida luego en certidumbre, es tam-bién su modo de referirse a la cultura. “Mi pinturano es violenta [...]. Los pozos los pinté teniendo unavidalita de fondo; esta vidalita me ayudó pero no amodo de inspiración. [...] Me remitía a esto cerca-no, [...] el dolor de lo inesperado. [...] temía caer enlo espectacular o en lo escatológico [...] procurabameterme en lo que la imagen decía y no hablar dealgo que había sucedido; a mí no me había sucedi-do, yo estaba vivo, me habían perseguido socialmentepero nada más, me habían dejado sin laburo. [...]No es una simple idea que habla de lo humano, de losocial, sino que de pronto hay sentimientos [que]tienen que ver con el espíritu de lo que es formarparte de una comunidad; y allí entra lo que es elsentir de una nación. La nación en tanto nacer, entanto grupo de gente que ha nacido en un mismolugar, que ha compartido un conjunto de cosas quese traduce en aquello que nos gusta, que nos muevede forma parecida y que tiene que ver con lo nacio-

nal y no sólo con lo social. Esees el ‘enganche’ que se produ-ce con la vidalita, porque sehabla de eso, de una violaciónde la tierra por los crímenes ypor la ocultación de los críme-nes debajo de ella”.

Obras contemporáneasson 10 de Junio, que evoca laredención de Malvinas, y lostres retratos de Irigoyen: Emer-gente, una pintura pequeñadesprendida de la serie de losPozos, El Viejo Caudillo y DonHipólito. Terminaba la dicta-dura y llegaba el gobierno ra-dical. Sin embargo, el origende estas obras -y de otras pin-turas de la década de 1990-deriva del sentimiento que sedespierta en el artista “cuan-do otra vez soy testigo de lomismo”. Su modo de testimo-niar atraviesa la imagen y com-promete el soporte. La telautilizada en la mayor parte desus últimas obras es laminadoplástico: “la pintura se pasa alotro lado; insistiendo tieneuna respuesta muy particular;lo empecé a usar desde queme lo regalaron; en realidades entretela de valijas y bol-sos”. Esta precariedad del so-porte y el tratamiento plásticode la imagen parecían el anun-cio de un cambio en su pintu-ra pero, sobre todo, un retra-to de su estado de ánimo antela realidad cultural y social delmomento. “Un pintor piensasiempre con imágenes. No esun código, sino una asocia-ción con la vida. Es un mirar-se como ser humano y reco-nocer ese ser en el mundo”.

El maestro

Es casi imposible cubrirla actividad docente de Carre-ño, iniciada en 1962 en escue-las primarias y desde 1964 enla Escuela Nacional de BellasArtes Prilidiano Pueyrredón.Su labor fue interrumpida porla dictadura militar en 1976.Reincorporado por el gobier-no democrático, se retira con

el cargo de vicedecano a principiosde la década de 1990. Asimismo, di-rigió la Cátedra de Pintura de la Fa-cultad de Bellas Artes de la Universi-dad Nacional de La Plata. No menosimportante fue la docencia en su ta-ller y en el Centro de Estudios de ArteCromos, tarea que desplegó hasta sufallecimiento, el 14 de abril de 1997.Sus enseñanzas han llegado a innume-rables alumnos, discípulos, colegas y,como corresponde a un maestro, ellasno se limitan a la pintura. Nos constaque su memoria es entrañable y sigueviva a través de quienes, ayudados porél, forjaron su concepción del arte:

“Trabajar de continuo hace queuno se vaya alimentando de un cono-cimiento práctico, un conocimientoexperimental de la forma, incremen-tando la ‘habilidad’ [...]. Si alguna vezlas condiciones objetivas me dificul-taron una continuidad en mi labor,nunca sentí la preocupación por lo quepodríamos llamar la trayectoria pro-fesional, y el ‘ponerse en estado’ eraalgo que, pasado un tiempo, sucedíasiempre. [...] yo gano pintando cuan-do en lugar de pintar por pintar, queme aburre, o de elegir de aquí o deallá uno u otro tema, madura algo paradecir a través de imágenes; madurana la vez la idea y la imagen que la ex-presa”.

“Si el sentimiento no es realmen-te profundo es difícil hacerse enten-der. No se trata de anclar la experien-cia real a una comprensión intelectual,para acercarse a lo universal. Segura-mente los sentimientos de los hom-bres no son tan distintos, aunque es-tén alejados en lo anecdótico. El artees un lenguaje que cuando trasmitesentimientos originales puede acercar-se a lo universal y llegar más y llegarnuevo”.

Alicia Romero, Marcelo Gimé-nez. Buenos Aires, 29 de junio de 2004.

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