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9 Anales de la Real Academia de Doctores de España Volumen 15, n.º 1, 2011, pp. 9-37 EL ESTATUTO DE CATALUÑA Y LA SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL (ANÁLISIS JURÍDICO Y REFLEXIONES) DOCTOR D. MARTÍN BRAVO NAVARRO Académico Correspondiente de la sección de Derecho de la Real Academia de Doctores de España SUMARIO INTRODUCCIÓN: consideraciones previas. CAPÍTULO PRIMERO. Apuntes históricos. DECLARACIÓN de BARCE- LONA. CAPÍTULO SEGUNDO, El ESTATUTO. Iter jurídico del Proyecto. Aproba- ción. CAPÍTULO TERCERO. El RECURSO contra el ESTATUTO ante el Tribunal Constitucional: presentación y recusaciones: 3.1. Examen general del recurso y criterios generales seguidos para su in- 3.1. terposición: 3.1.1. Materias fundamentales objeto de impugnación. Resúmenes y comentarios en relación con las alegaciones: sobre NACIÓN y REALIDAD NACIONAL, sobre SOBERANÍA y BILATERALIDAD, sobre la LENGUA CATALANA, sobre el PODER JUDICIAL en CATALUÑA. CAPÍTULO CUARTO. La SENTENCIA: Examen y comentarios sobre algunos fundamentos jurídicos y pronunciamientos relacionados con las DECLARA- CIONES del FALLO. CAPÍTULO QUINTO. Los VOTOS PARTICULARES. CAPÍTULO SEXTO. Reacciones políticas ante la SENTENCIA. CONSIDERACIONES FINALES.

EL ESTATUTO DE CATALUÑA Y LA SENTENCIA DEL ... navarro...Castilla y Aragón, tras el enlace de los Reyes Católicos, Cataluña se integra en la realidad geopolítica unitaria de España,

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Anales de la Real Academia de Doctores de EspañaVolumen 15, n.º 1, 2011, pp. 9-37

EL ESTATUTO DE CATALUÑAY LA SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

(ANÁLISIS JURÍDICO Y REFLEXIONES)

DOCTOR D. MARTÍN BRAVO NAVARRO

Académico Correspondiente de la sección de Derecho de la Real Academiade Doctores de España

SUMARIO

INTRODUCCIÓN: consideraciones previas.

CAPÍTULO PRIMERO. Apuntes históricos. DECLARACIÓN de BARCE-LONA.

CAPÍTULO SEGUNDO, El ESTATUTO. Iter jurídico del Proyecto. Aproba-ción.

CAPÍTULO TERCERO. El RECURSO contra el ESTATUTO ante el TribunalConstitucional: presentación y recusaciones:

3.1. Examen general del recurso y criterios generales seguidos para su in-3.1. terposición:

3.1.1. Materias fundamentales objeto de impugnación. Resúmenes ycomentarios en relación con las alegaciones:

• sobre NACIÓN y REALIDAD NACIONAL,

• sobre SOBERANÍA y BILATERALIDAD,

• sobre la LENGUA CATALANA,

• sobre el PODER JUDICIAL en CATALUÑA.

CAPÍTULO CUARTO. La SENTENCIA: Examen y comentarios sobre algunosfundamentos jurídicos y pronunciamientos relacionados con las DECLARA-CIONES del FALLO.

CAPÍTULO QUINTO. Los VOTOS PARTICULARES.

CAPÍTULO SEXTO. Reacciones políticas ante la SENTENCIA.

CONSIDERACIONES FINALES.

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INTRODUCCIÓN: CONSIDERACIONES PREVIAS

Comentamos en este trabajo la Sentencia con la que el Tribunal Constitucionalresolvió el Recurso interpuesto por una representación del Partido Popular contraun elevado número de artículos del Estatuto de Cataluña, aprobado por la Ley Orgánica6/2006, de 19 de julio. El trabajo (reproducción reducida de otro más amplio, inédito)se contrae a exponer sucintamente los antecedentes, historia y autoría del Estatuto, pro-siguiendo con el examen, también resumido, del referido Recurso y el de la Sentencia,dedicando por último, particular atención a las declaraciones o preceptos anticonstitu-cionales que, según denuncia el propio Fallo, contiene el Estatuto y otros preceptosrespecto, a los cuales, el Tribunal Constitucional, a través de la técnica de las llamadas«interpretaciones conformes» u otras más o menos sesgadas, mantiene su vigencia,aunque sea parcial. Y se concluye en trabajo con unas consideraciones sobre las posi-bles consecuencias que, además de las jurídicas, pudiera implicar el Fallo.

No abunda bibliografía sobre el tema 1; no obstante, publicaciones de la prensa,junto con noticias y comentarios facilitados por otros medios de comunicación, noshan permitido disponer de valiosos datos para cumplir los objetivos marcados.

En la exposición agruparemos las materias abordadas dentro de los siguientesCapítulos.

CAPÍTULO PRIMERO. APUNTES HISTÓRICOS.LA DECLARACIÓN DE BARCELONA

Aunque en 1359 fuera creada la Generalitat para el gobierno de Cataluña, no cabe,en ningún momento de su historia, considerarla como un Reino tal y como lo fueronCastilla y León, Aragón 2, Navarra e incluso Valencia y Mallorca. Tampoco cabe ale-

1 Para quienes deseen conocer los avatares del ESTATUTO de 2006 y las circunstancias políticas enque se gestó, así como de la referida Sentencia del Tribunal Constitucional, nos remitimos a la valiosapublicación de LÓPEZ MEDEL (Jesús): El Estatuto de Cataluña como instrumento jurídico. Una medi-tación sobre España. Editorial Fragua. Madrid, 2006, obra actualizada, revisada y ampliada, en 2010, ala vista de la referida Sentencia. En relación con el tema destacamos también los trabajos de variosprofesores de Derecho Constitucional publicados en el número 15 de la Revista «EL CRONISTA» (Edi-torial PORTAL DERECHO, S .A., Madrid, octubre de 2010). Tenemos también noticia de una recientetesis doctoral (inédita) sobre El funcionamiento del Tribunal Constitucional (Premio de la Real Academiade Doctores de España), obra de OUBIÑA BARBOLLA (Sabela) y de algunas conferencias o coloquiossobre el tema, aunque no nos hemos podido hacer con el texto.

2 Ya en el siglo XI (1035 a 1063) Ramiro I, hijo de Sancho III de Navarra (1005-1035) establecería lasbases de un Reino que, con el tiempo, se extendería a tierras de Aragón, Barcelona, Valencia, las Mallorcasy otras islas mediterráneas como Sicilia y Cerdeña, así como ciudades de Italia (Nápoles) o Grecia (Atenas)y comarcas francesas como el Rosellón y la Cerdaña; y sus redes comerciales llegarían al Norte de África(Alejandría), Asia Menor (Constantinopla) y Siria (Damasco).

El Condado de Barcelona, nacido dentro del ámbito político carolingio, se hizo independiente con elConde Wilfredo I (874-898), adquiriendo gran prosperidad hasta la destrucción por Almanzor. Tras recu-perarse de los daños causados por la invasión musulmana, recobró su esplendor y, con el tiempo, se uniríaal Reino de Aragón después de que el Conde Ramón Berenguer IV (1157-1169) contrajera matrimoniocon Petronila, hija de Ramiro II el Monje (1134-1137), quien transmitiría a Petronila la herencia delBatallador. Y habida cuenta de que Petronila —según la tradición aragonesa— no podía reinar por símisma, en razón a su condición de mujer, sería Berenguer quien asumiera como Regente («príncipe ygobernador») aquella herencia. Así, Alfonso II «el Casto» (1162-1194), fruto de este matrimonio, osten-taría el título de Rey de Aragón y del territorio correspondiente al Condado enclavado en la actualCataluña, manteniendo éste, no obstante, sus instituciones peculiares. Con la unión de los Reinos deCastilla y Aragón, tras el enlace de los Reyes Católicos, Cataluña se integra en la realidad geopolíticaunitaria de España, aunque conservando sus fueros tradicionales.

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gar como manifestación de deseos de independencia, los traumáticos sucesos de 1640 3

o el levantamiento que sería sofocado el 11 de septiembre de 17l4, ya que este últimofue provocado por el afán de seguir defendiendo al Archiduque Carlos, al que Cataluñaconsideró el único pretendiente legitimado para reinar en España Igualmente sería erró-neo afirmar que el anti españolismo catalán, se agudizó tras la supresión por el Decretode Nueva Planta de determinados privilegios que venía gozando el Condado 4; es más,cuando un siglo después, Napoleón invadió España, fueron los catalanes un ejemplo deheroica de resistencia inmortalizado en la defensa de Gerona o con la valiente e inge-niosa intervención del pastor de Bages. Y Cataluña tuvo una participación muy activay eficaz, cuando, después de la guerra contra Napoleón, se redactó en 1812, en Cádiz laprimera de las Constituciones españolas. También, durante las guerras carlistas, catala-nes y vascos, no se rebelaron contra la Monarquía española en cuanto tal, sino porqueeran partidarios del Príncipe Carlos María Isidro, en quien tenían depositada su con-fianza para recuperar, conservar y defender los principios y valores tradicionales queinspiraron durante siglos la historia de España.

Hay que esperar a finales del siglo XIX para que se inicien las primeras manifes-taciones de separatismo catalán, ya que hasta entonces no tuvo lugar pronunciamientoalguno en tal sentido, pese a que en esta centuria se registra en Europa la apariciónde los nacionalismos. Es el momento en que por la atracción de una Cataluña —quese va dotando de rentables industrias y desarrolla un floreciente comercio con elexterior— llegan, especialmente a Barcelona, inmigrantes procedentes de los másvariados lugares de España, sobre los que no tardará en prender la llama revolucio-naria que encienden los anarquistas y socialistas. Para que el espíritu separatista seextienda y adquiera carta de naturaleza confluyen dos grupos sociales muy diferentese incluso antagónicos: por una parte, la burguesía que sueña con una Cataluña pro-gresista, feliz y pletórica de bienestar, situación a la que se confía llegar con el

3 La revuelta de los catalanes fue motivada por su enemigo al valido Conde Duque de Olivares yalentada por Richelieu. El 7 de junio de 1640 fue asesinado («Corpus de Sangre»), el Virrey Santa Colomay la Generalitat (Organismo creado en el siglo XIV para velar por el respeto a as leyes y derechosgenerales del territorio) acordó proclamar la República catalana, ofreciendo el título de Conde Barcelonaal rey de Francia, Luis XIII, el cual ocuparía con sus tropas el Condado. Los franceses no tardarían enser expulsados puesto que el 31 de julio de 1644, Felipe IV recuperó Lérida en donde juró mantener losprivilegios catalanes y, en el año 1652, Barcelona, en donde proclamó la amnistía y perdón general. Trasel Tratado de lo Pirineos de 12 de noviembre de 1660, Cataluña se reintegró al «Reino de las Españas».

4 El Decreto de Nueva Planta, obra de Felipe V, fue consecuencia de la victoria de este Pretendientefrente al Archiduque Carlos de Austria en la llamada Guerra de Sucesión que concluyó con el Tratado deUtrech en 1713. Aunque Cataluña decidiera continuar la lucha, pronto sería sometida tras el asedio quesufrió la Ciudad Condal desde el 25 de julio al 11 de septiembre de 1714, por un poderoso ejército almando del duque de Berwick. El último día del asedio, Rafael Casanova, «Conseller en Cap» —cargo quellevaba anejo el grado de Coronel de los Regimientos de la milicia urbana— intentó una defensa numantinade la ciudad arengando a los barceloneses para que «acudieran a los lugares señalados a fin de derramargloriosamente su sangre y vida por el su Rey, por su honor, por la patria y por la libertad de toda España».

Con motivo la instauración de la Casa de Borbón, se produjo una nueva ordenación de la Monarquíay se adoptaron severas medidas contra los reinos de Aragón y Valencia que habían seguido la causa delArchiduque, declarando abolidos sus fueros y nombrados funcionarios castellanos para el Gobierno deambos reinos. Por el mismo motivo, en 1716 se aplicó el Decreto a Cataluña en términos sustancialmenteidénticos: fin del sistema pactado del gobierno (el cual sería asumido por la Corona por medio de susintendentes) y un sistema fiscal unificado y basado en la idea de que fuera proporcionado a la riqueza.El Virrey sería sustituido por un Capitán General, a la vez Presidente de la Audiencia y de a Adminis-tración se encargaría un Intendente.

Al calor de los referidos pronunciamientos germinó y popularizó la canción de «Els Segadors»,canción que no contenía rechazo alguno contra la Corona, ni contra España. En la actualidad, sin embargo,ha sido elevada, por el artículo 8, número 4 del Estatuto a la categoría de «símbolo nacional» de Cataluña,que, para algunos, sirve para alimentar sus deseos de independencia.

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autogobierno o total independencia respecto a España y, por otra, los movimientosrevolucionarios radicalmente decididos a cambiar el orden político-social de España,suprimiendo la Monarquía y sustituyendo las regiones por repúblicas independientese implantando una nueva sociedad mediante la lucha de clases, o el anarquismo puroy duro. Así se explican sucesos tan sangrientos como los que tuvieron lugar en 1909,en Barcelona, durante la «semana trágica» y la ola de huelgas, atentados y desórdenespúblicos que provocaron el levantamiento en 1923 del General Primo de Rivera, conla aprobación del Monarca, entonces reinante, Alfonso XIII.

ESTATUTOS de 1919, 1932 y 1979. Cabe situar al final de la segunda décadadel pasado siglo los primeros intentos para dar a Cataluña un marco jurídico especialdentro de la estructura del Estado: así hubo un Proyecto de Estatuto para Cataluña,liderado por Alejandro Lerroux del partido radical y Francisco Cambó de la Lligaregionalista; el Proyecto fue aprobado el 26 de enero de 1919 por una Asambleacelebrada en el Palacio de la Música de Barcelona y remitido, dos días después, alGobierno para su aprobación, sin que prosperara, dada la turbulenta situación políticadel momento, quedando suspendido tras el golpe del General Primero de Rivera en1923. Tras concluir la Dictadura el 28 de enero de 1930, tuvo lugar en San Sebastián,el l7 de agosto del mismo año, la famosa reunión 5 en la que se preparó la instauraciónde la República; en esta reunión, se acordó que Cataluña redactara libremente supropio Estatuto, regulador de su vida regional y de sus relaciones con el Estado,presentándolo posteriormente a las Cortes constituyentes para su aprobación. Así,poco tiempo después de la caída de la Monarquía (14 de abril de 1931), a finales demayo, se constituyó una comisión —de la que formó parte Luis Companys 6— que seencerró en el Santuario de Nuria para redactar el Proyecto del tan deseado Estatuto.Los redactores mostraron tal diligencia que, a mediados de julio, habían concluido latarea y, el 2 de agosto, el Proyecto, sometido a plebiscito, fue aprobado por abruma-dora mayoría de los votantes. Poco después Maciá acudió a Madrid para entregar eltexto al Presidente de la República Alcalá Zamora, quien lo remitió a las Cortes aefectos de su ulterior tramitación; aquí tuvieron lugar debates —tan prolongados enel tiempo como polémicos— con la participación de Azaña que defendió el Proyecto,y Ortega y Gasset, el cual, aunque no se opusiera frontalmente, discrepó en todo loque afectara a la soberanía nacional. La tramitación parlamentaria —tras los referidosacalorados debates y con la opinión pública dividida— se agilizó al fracasar la suble-vación del General Sanjurjo en Sevilla, el 10 de agosto de 1932, de tal suerte que, unmes después, el Proyecto era aprobado con notoria mayoría, pues de los 360 votosemitidos solamente 24 lo hicieron en contra. El Estatuto fue solemnemente refrenda-do por el Presidente de la República, en San Sebastián, el 15 de septiembre siguiente.

5 De esta reunión formaron parte políticos republicanos con representación nacional (Alcalá Zamora,Miguel Maura, Alejandro Lerroux, Manuel Azaña, Ángel Galarza, Marcelino Domingo y Alvaro deAlbornoz) junto a republicanos catalanes (Jaume Alguadé, Matías Mallol y Manuel Quiroga) y gallegos(Santiago Casares Quiroga) y otros a título personal (Indalecio Prieto, Felipe Sánchez Román y EduardoOrtega y Gasset).

6 Este personaje, junto con Francisco Maciá, forman el dúo más importante de entre los políticoscatalanes desde la proclamación de la República. Companys había destacado ya como abogado defensorde los anarquistas durante la dictadura de Primo de Rivera y, a partir de aquella proclamación, trabajaráintensamente en favor del Estatuto y desempeñará —con el interregno de su estancia en prisión, tras laRevolución de octubre de 1934— cargos de máximo relieve hasta la ocupación de Cataluña por el Ejércitodel General Franco, conforme narramos en el texto.

Por lo que respecta a Francisco Maciá, hay que señalar que no tardó en adquirir renombre entre losfilas nacionalistas de la izquierda catalana, ya que en 1922 fundó la organización conocida por «Estatcatalá» y asumió la Presidencia de la Generalitat desde 1932 hasta su fallecimiento, según tambiénprecisamos en el texto principal.

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Poco después, Luis Companys, asumió la Presidencia del Parlamento y, al mes si-guiente, Francisco Maciá, la Presidencia de la Generalitat cargo que desempeñaríahasta su fallecimiento el 25 de diciembre de 1933. Le sustituyó en este puesto Com-panys, el cual sufriría las vicisitudes que, seguidamente, ocuparán nuestra atención.

Con el triunfo del centro-derecha en las elecciones de 1933, se agudizaron losenfrentamientos entre la C.E.D.A. y los partidos de izquierda, hasta provocar la re-volución de octubre de 1934. En Barcelona, Companys —asumiendo atribuciones queno eran de su competencia como Presidente de la Generalitat—, declara el Estadocatalán, dentro de la República federal española y se dispone a establecer un Gobier-no provisional para Cataluña. El fracaso de la sublevación, llevó al Gobierno a sus-pender la vigencia del Estatuto como medida preventiva. Companys fue puesto enprisión y, en su lugar, nombrado un Gobernador General para Cataluña, con carácterprovisional, es decir, hasta que se considerara oportuno reestablecer en plenitud elEstatuto Y, tras las elecciones del 14 de febrero de 1936, el Gobierno del FrentePopular, en su deseo de satisfacer las aspiraciones de los nacionalistas catalanes, dejóque éstos, junto con los socialistas y comunistas, formaran un Gobierno presidido denuevo por Companys como Presidente de la Generalitat; en efecto, una vez liberadoéste de la prisión, el 2 de marzo de 1936 fue recibido por el entonces GobernadorGeneral, Juan Moles y, acompañado por el fervor popular, se dirigió hasta el Palaciode la Generalitat, en donde sería investido otra vez como Presidente. Con el comien-zo de la Guerra Civil (18 de julio de 1936), Cataluña quedó, de hecho, privada decauce democrático alguno para su Gobierno, pues fue sometida al poder de la izquier-da más radical; no obstante, Companys se mantuvo en su cargo hasta su exilio aFrancia el 4 de febrero de 1939.

Abolido el Estatuto, hubo que esperar al año 1977 para que la Generalitat se resta-bleciera y a 1979 para que Cataluña tuviera un nuevo Estatuto acogido a la Constitu-ción —aprobada en referéndum el 6 de diciembre de 1978 y publicada el 29 del mismomes en el Boletín Oficial de Estado— en la que, al regular las Comunidades Autóno-mas, previno para cada una de ellas el correspondiente marco estatutario que sería sunorma institucional básica (arts. 143 y siguientes de la Constitución). Con tal legitima-ción constitucional, un grupo de catalanes se apresuró a la redacción del referido Esta-tuto y para cumplir este objetivo se nombró la llamada «Comisión de los Veinte» queaceleró sus trabajos de tal suerte que el 18 de diciembre de 1979 sería aprobado por laLey Orgánica 4/1979. El Estatuto sería conocido por el apelativo de SAU, por ser ésteel lugar que estaba ubicado el Parador en donde se reunieron los redactores.

La normativa establecida en el Estatuto de 1979 no satisfizo las aspiraciones deautogobierno y deseos de independencia del nacionalismo catalán más radical. Pau-latinamente fueron aumentando las reivindicaciones en este sentido, hasta dar lugara un movimiento permanente de protesta y reacción contra el Ordenamiento Consti-tucional, protesta que hicieron suya Galicia y el País Vasco. Ello dio lugar a unaconjunción de esfuerzos entre los partidos nacionalistas Convergencia y Unió (C.I.U,),Partido Nacionalista Vasco (P.N.V.) y Bloque Nacionalista Galego (B.N.G.) que fruc-tificó en la DECLARACIÓN DE BARCELONA, de 16 de julio de 1998, en la que,en plan radical y maximalista, se reclamó la plurinacionalidad del Estado, postulandodesde entonces reivindicaciones independentistas a las que se unirían más tarde, enCataluña, los Partidos catalanes de izquierda que integran el llamado «TRIPARTI-TO» Partido Socialista de Cataluña (P.S.C), Izquierda (I.C.V.) y Esquerra Republica-na (E.R.C.). Solo el Partido Popular de Cataluña (P.P.C.) se pronunció en contra.

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CAPÍTULO SEGUNDO. EL ESTATUTO. ITER JURÍDICO-POLÍTICODEL PROYECTO. APROBACIÓN

Un apasionado y ferviente deseo por «legalizar» u ofrecer cuanto antes la máxi-ma cobertura jurídica a los pronunciamientos de la Declaración de Barcelona, se ponede manifiesto en las reuniones que mantienen los máximos representantes de la clasepolítica catalana y, en especial, entre los nacionalistas más radicales. Sobre la basede lo acordado en estas reuniones, el 9 de febrero de 2004 se constituye en el Par-lamento catalán la ponencia encargada de redactar un nuevo Estatuto que sustituya alde 1979 y, en noviembre del mismo año, con el apoyo y aliento del nuevo Gobiernosocialista, liderado por José Luis Rodríguez Zapatero y bajo la presidencia de Mara-gall, se reúnen en el Palacio de Miravet los partidos catalanes para fijar las líneasmaestras que habían de conformarlo; los trabajos de redacción —a cargo de unacomisión especial con la colaboración de otros expertos 7—, se desarrollaron con tantadiligencia que, pese a la amplitud y prolijidad de las materias reguladas y, por con-siguiente, de su desmesurado articulado 8, fue aprobado el Proyecto de Estatuto por elParlamento catalán el 30 de septiembre del año 2005 gracias a los votos de todos loPartidos políticos excepto el Popular.

Había que superar otros trámites legales para la aprobación definitiva y publica-ción del Estatuto. Llega el momento en que el Proyecto ha de ser enviado a Madridpara ser debatido en el Congreso de los Diputados y es entonces, cuando un incidenteen el Parlamento catalán entre Maragall y Artur Más estuvo a punto de paralizar elProyecto 9. Con motivo de este incidente se deterioraron las relaciones entre ambospolíticos, situación que, de agudizarse, no se podría dar por seguro el apoyo delpartido de Artur Más al Proyecto. Es llegado el momento en que el Jefe del Gobiernova a dar cumplimiento a su promesa de impulsar el Estatuto, atrayendo la voluntadde Artur Más, comunicándole que Maragall no volvería a ser candidato a la Genera-litat y, cuando el Proyecto fue remitido al Congreso, influyó muy eficazmente en lanegociación, llegando, incluso, a que, por su mediación, se incorporara, en el Preám-bulo, uno de los términos más debatidos, como fue el de «nación» 10.

7 No tenemos datos concretos sobre lo redactores, aunque pensamos que, junto a juristas destacados,colaboraron, en la redacción del Estatuto, otros profesionales, más o menos próximos al mundo de la leyes(economistas, expertos en ciencias políticas, historiadores, lingüistas, etc.), junto a quienes, entre losciudadanos catalanes, fueron invitados a expresar su opinión. Ello se desprende de las palabras con quese abre la publicación del Estatuto que dicen textualmente: «el Estatuto de 2006 es una obra colectiva.Hemos demostrado una vez más que Cataluña es fuerte cuando los catalanes expresamos librementenuestra voluntad. Hemos escrito una gran página de nuestra propia historia».

8 Consta de un Preámbulo, un Título Preliminar y un extenso articulado que comprende 223 artículos,15 Disposiciones Adicionales, dos Disposiciones Transitorias, una Disposición Derogatoria y cuatro Dis-posiciones Finales. Toda la normativa principal se incluye y desarrolla en los siguientes Títulos: PRIME-RO: derechos, deberes y principios rectore. SEGUNDO: de las Instituciones. TERCERO: del poder judi-cial en Cataluña, CUARTO. competencias. QUINTO: de las relaciones institucionales de la Generalitat.SEXTO: de la financiación de la Genaralitat, y SÉPTIMO: de la reforma del Estatuto.

9 Durante el Pleno convocado para debatir las cuestiones urbanas planteadas con motivo de loshundimientos ocurridos en el Barrio del Carmelo, Maragall insinuó que C.I.U. cobraba el 3% de las obrasque adjudicaba. Ante tal insinuación, Artur Más condicionó seguir manteniendo su apoyo a la reforma delEstatuto a que fuera retirada esta grave acusación.

10 Así lo reconoce el propio Rodríguez Zapatero, al afirmar que la inclusión de este término en elPreámbulo fue acordada con Artur Más en la reunión que tuvo lugar en el Palacio de la Moncloa el 22de enero de 2006. Una actuación, ésta, la del Presidente del Gobierno, claramente abusiva y fraudulenta(en fraude de la ley constitucional), fiel reflejo, además, de su manera de pensar relativista respecto a laconcepción de España como única Nación.

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Ente los meses de marzo y junio del año 2006 se realiza el estudio y debate delarticulado del Proyecto por el Congreso y Senado; y habida cuenta de la existen-te mayoría de los representantes de los partidos de izquierda —en el Congreso— ydel «apadrinamiento» ya comentado del Jefe del Gobierno, no son sustanciales lasmodificaciones aprobadas por ambas Cámaras y así el Proyecto es sometido a refe-réndum en Cataluña, el 18 de junio. Aunque el número de quienes dieron su votofavorable al Estatuto alcanzó el 73,9% de los votantes, es de advertir que las mate-máticas pueden llevar a engaño. Si se tiene en cuenta solamente el referido porcen-taje, lejos de ofrecer una mayoría favorable —como parece desprenderse de unaprimera evaluación—, evidencia el escaso respaldo que la ciudadanía catalana otorgóal Estatuto, dado que la participación de los votantes se cifró en solo un 48% delcenso electoral. Todo lo cual lleva a la conclusión de que apenas un 30% de losciudadanos catalanes dieron su aprobación al repetido Estatuto.

CAPÍTULO TERCERO. EL RECURSO CONTRA EL ESTATUTOANTE EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL: PRESENTACIÓN YRECUSACIONES

Por Ley Orgánica 6/2006, de 19 de julio de 2006, se aprueba la reforma delEstatuto de Cataluña, y el 31 de julio siguiente, el Partido Popular, interpuso, el 31de julio siguiente, en tiempo y forma, recurso de inconstitucionalidad ante el TribunalConstitucional. El recurso fue formulado contra 128 artículos del Estatuto 11.

La Sección Cuarta del Tribunal, por providencia del 27 de septiembre de 2006,admitió a trámite —con el voto en contra del magistrado Eugeni Gay Montalvo— elrecurso y dio traslado de la demanda al Congreso de los Diputados, al Senado y alJefe del Gobierno, con objeto de que en el plazo de quince días pudieran personarseen el procedimiento y formular alegaciones y, con este mismo fin, se envió al Gobier-no y al Parlamento de Cataluña El Recurso se publicó el día 9 de octubre del 2006en el número 241 del Boletín Oficial del Estado y el 24 de octubre siguiente en elnúmero 4746 del Diario Oficial de la Generalitat de Cataluña. Ni el Congreso de losDiputados, ni el Senado se personaron en el procedimiento, lo que si hicieron elParlamento y el Gobierno de la Generalitat, personación que fue admitida por laSección Cuarta del Tribunal (providencia de 13 de octubre de 2006), siendo presen-tados los correspondientes escritos de alegaciones (por el Gobierno el 10 de noviem-bre y por el Parlamento, el 13 siguiente).

Por providencia del 6 de octubre de 2006 se dio por personado al Abogado delEstado, el cual presentó su escrito de alegaciones el 2 de noviembre de 2006.

En el tiempo que transcurre entre el mes de julio de 2006 y marzo de 2007 elTribunal Constitucional tuvo que dedicarse al estudio de las recusaciones de losMagistrados Pablo Pérez Tremps, Robert García Calvo, María Emilia Casas Baha-monde (presidenta del Tribunal y Jorge Rodríguez Zapata. Solo fue estimada la pri-mera de estas recusaciones.

En el año 2010, cuando está a punto de dictarse la Sentencia, las representacionesde la Generalitat y del Parlamento de Cataluña, mediante sendos escritos de 26 de mayoy 27 de mayo, respectivamente, exponen al Tribunal Constitucional que ha caducado el

11 La Sentencia declararía solamente 14 artículos como inconstitucionales y 27 susceptibles de inter-pretación.

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mandato de cuatro de sus Magistrados y que existe una vacante no cubierta, por cuyosmotivos solicitan del propio Tribunal que se declare incompetente y acuerde la suspen-sión del proceso hasta que se haya producido la correspondiente sustitución de susmiembros. Tales solicitudes fueron denegadas el propio Tribunal en virtud de lo dis-puesto en el artículo 172 de su Ley Orgánica, como también lo fue el recurso de súplicapresentado el 7 de junio anterior por las antedichas representaciones.

Finalmente, hay otro intento por parte de la Generalitat de retrasar la Sentencia ocambiar la composición del Tribunal, cuando, por escrito de su representante, de fecha10 de junio, solicita del Tribunal que limite los efectos de la recusación del MagistradoPablo Pérez Tremps acordada por Auto 26/2007, de 5 de febrero (antes relacionado) «ala deliberación, votación y fallo de los preceptos impugnados, cuyo contenido disposi-tivo pudiera tener relación directa con la materia de los trabajos científicos que dieronlugar a que en su momento se apreciara la causa de recusación acordada. El Tribunal,por providencia resolvió no admitir a trámite esta última solicitud.

3.1. Examen general del RECURSO y criterios generales seguidos para lainterposición

Como ya adelantamos, el Estatuto cuestionado comprende, además del Preámbu-lo, 223 artículos y 22 Disposiciones complementarias (15 Adicionales, 2 Transitorias,1 Derogatoria y 4 Finales). Sobre este conjunto normativo (245 en total), los recurren-tes presentaron un elevado número de impugnaciones (128), superando, por tanto, lamitad del articulado que contenía el Estatuto. Los recurrentes hacen una impugnaciónparticularizada empezando por el Preámbulo y terminando con las DisposicionesComplementarias 12. Con este fin, se agrupan las alegaciones alrededor de dos apar-tados: uno referente a las consideraciones generales y el segundo en el que se incluyeun examen pormenorizado de los distintos preceptos recurridos.

Contra el Recurso hicieron sendas alegaciones los representantes de la Abogacíadel Estado, del Parlamento y del Gobierno Catalán.

Dada la prolijidad que supondría un análisis y exposición de las impugnacionesde los recurrentes (páginas 5 a la 34), nuestra exposición se contrae a determinadascuestiones que consideramos básicas, indicando los principios o ideas-fuerza queinspiraron o sirvieron para su redacción 13; y, en concreto, dedicaremos particularatención a las impugnaciones que valoramos como más importantes y sobre las quese ha pronunciado extensamente el Tribunal, bien para aceptarlas —total o parcial-mente— o rechazarlas.

12 Anotamos aquí la forma como se distribuyen la impugnaciones siguiendo el orden establecido enel Indice-sumario: Preámbulo (se recurren tres de sus ocho párrafos), Titulo Preliminar (siete de sus 14artículos), Título Primero. Derechos y Deberes (12 de sus 40 artículos), Título Segundo. De las Institu-ciones (10 de sus 40 artículos) Título Tercero. Poder Judicial de Cataluña (11 de sus 15 artículos). Títulocuarto. De las competencias (48 de sus 64 artículos), Título Quinto. Relaciones Institucionales de laGeneralitat (15 de sus 27 artículos), Título Sexto Financiación de la Generalitat (siete de sus 21 artículos).Título Séptimo. Reforma del Estatuto (sus dos artículos) Disposiciones adicionales, transitorias y finales(12 de las 22 Disposiciones). En el Anexo, incluimos, en concreto, cada uno de los preceptos impugnados.

13 Es obvio que un análisis pormenorizado del Recurso excedería nuestro simple objetivo de contri-buir a darlo a conocer en líneas generales. Para un conocimiento más completo, nos remitimos al textopublicado en el número 241 de Boletín Oficial del Estado el 9 de octubre del año 200; a los comentariosdel Tribunal constitucional que acompañan a los preceptos recurridos y recogidos en la Sentencia; y.finamente, a los recientes estudios doctrinales publicados sobre el tema, a los que nos referimos en la notanúmero 1 a pie de página.

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Conforme resume la propia Sentencia (punto n.º 10), el Recurso, tras exponer, concarácter general, los criterios seguidos para la ordenación de las impugnaciones y, par-tiendo del concepto de reserva estatutaria establecido en el artículo 147 de la Constitu-ción 14, centra su primera alegación contra el Estatuto, en el examen de los preceptosque, a juicio de los recurrentes, incurriría en una extralimitación y usurpación de habi-litaciones constitucionales que corresponde al legislador estatal.

Por su indudable interés resaltamos, en primer lugar, la objeción que en el Recur-so se formula contra el Estatuto, al denunciar el extraordinario número de artículos(229 preceptos que contiene, frente a los 57 del aprobado en 1979). Esta magna obra—motivo de orgullo para Cataluña, según palabras del entonces Presidente de la Gene-ralitat Pascual Maragall— resulta para los recurrentes, no solo inadecuada sino consti-tucionalmente incorrecta, por cuanto incluye en su articulado materias que no ofrecenconexión alguna con la reserva estatutaria, señalando entre las extralimitaciones másdestacables, las referidas a las regulaciones de derechos, por un lado, y a las relacionescon el Estado y con las instituciones comunitarias e internacionales, por otro.

En punto a destacar los principios jurídicos que inspiran o fundamentan sus impug-naciones, los recurrentes sostienen que la ordenación de la pluralidad de los tipos deLey creados por la Constitución se basa en el principio de competencia que, en el casode los Estatutos viene definido por el referido artículo 147 de la propia Constitución,que establece una reserva de Estatuto; reserva que se considera relativa por ser de mí-nimos. Los recurrentes denuncian que el Estatuto olvida su condición de norma subor-dinada a la Constitución, incluyendo en su articulado materias que no ofrecen conexiónalguna con la referida reserva estatutaria, entre las que destacan las referentes a dere-chos (Título Primero) 15 y las relaciones de la Comunidad catalana con el Estado y conotras instituciones comunitarias e internacionales (Título Quinto) 16. Por lo que respectaa las materias conexas el Recurso se pronuncia en el sentido de que no puede incluirseen ellas nada que desfigure su verdadero sentido institucional y, en concreto, ningunanorma que suplante la función normativa de la Constitución.

En el Recurso se afirma también que el Estatuto incorpora regulaciones que laConstitución atribuye expresa y directamente a normas distintas del Estatuto. Talincorporación da lugar a numerosas vulneraciones de la Ley Fundamental que seagrupan en cuatro bloques: en el primero se incluyen mandatos al legislador; en elsegundo las regulaciones que sustituyen a la legislación estatal a las cuales se remiteaquella Ley; en el tercero, la incorporación al Estatuto de normas meramente inter-pretativas que desconocerían, además, la jurisprudencia constitucional y, en el cuarto,a la auto atribución de «la competencia de la competencia» (sic), un defecto que paralos recurrentes —según se afirma en la Sentencia— resume la incidencia constitucio-

14 El mencionado precepto constitucional, en su apartado 1, establece que «dentro de los términos dela presente Constitución, los Estatutos serán la norma institucional básica de cada Comunidad Autónomay el Estado los reconocerá y amparará como parte integrante de su ordenamiento jurídico» y en el apartadosegundo, letra d), al concretar su contenido incluye «las competencias asumidas dentro del marco esta-blecido en la Constitución y las bases de los servicios correspondientes a las mismas».

15 Los recurrentes advierten que el Estatuto conduce a una confusión extraordinaria, al mezclar de-rechos fundamentales con derechos sociales, civiles y políticos y con derechos de participación en laactividad administrativa. También denuncian que el Estatuto configura, como derechos fundamentales, losderechos y deberes lingüísticos sin precisar las garantías de cada derecho, aunque conceda la facultad derecurrir ante el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña.

16 Los recurrentes alegan que el artículo 147, apartado 2 (antes mencionado) de la Constitución nocontiene habilitación alguna que permita incluir, en el ámbito de la reserva estatutaria, la regulación delas relaciones institucionales de los Gobiernos autonómicos con el Estado o con la Unión Europea.

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nal que tienen todas las extralimitaciones estatutarias que se denuncian, basándose enalegaciones y argumentos fundados en la Constitución y en la jurisprudencia delTribunal Constitucional.

3.1.1. Materias fundamentales objeto de impugnación. Resúmenes y comentariosen relación con las alegaciones

Son numerosas las cuestiones que suscita un texto tan amplio, complejo y discu-tible, como el que nos ofrece el Estatuto. Así, tanto en lo que respecta a las decla-raciones contenidas en el Título Preliminar (sobre nación y realidad nacional, de-rechos históricos, autogobierno y Estado) como en los otros 5 Títulos: Derechos yDeberes rectores (Título I), Instituciones (Título II), Poder Judicial (Titulo III) Com-petencias (Título IV), Relaciones institucionales y financiación de la Generalitat(Títulos V y VI) y, finalmente, sobre la Reforma del Estatuto (título VII) y en lasúltimas Disposiciones. Nosotros nos detendremos en examinar aquellas cuestionesque consideramos de particular importancia y significación y a las que los recurrentesdedican también, muy especialmente, su atención. Con arreglo a esta pauta expone-mos seguidamente los siguientes temas:

• Sobre NACIÓN y REALIDAD NACIONAL

En relación con las cuestiones debatidas, nos parece oportuno destacar, en primerlugar, la relativa a los términos «nación» y «realidad nacional de Cataluña», afirma-dos y recogidos en el penúltimo párrafo del Preámbulo del cuestionado Estatuto. Parafundamentar el rechazo de estas afirmaciones, los recurrentes invocan el artículo 2 dela Constitución en el que, en forma taxativa y meridianamente clara, se establece que«la Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la nación española, patriacomún e indivisible de todos los españoles» dando al término «unidad» —como sehace en la Sentencia— una doble dimensión: la de que no hay más Nación queEspaña, y la de que esa unión ha de ser indisoluble 17; y, por los mismos motivos, serechaza la afirmación contenida en el último párrafo del Preámbulo en cuanto nosdice que el Estatuto se fundamenta en el «ejercicio del derecho inalienable de Cata-luña al autogobierno».

• Sobre SOBERANÍA Y BILATERALIDAD

Por lo que se refiere a soberanía», los recurrentes se oponen a lo establecido enel artículo 2, apartado 4 del Estatuto, en el que se afirma que «los poderes de laGeneralitat emanan del pueblo de Cataluña»; y fundamentan su impugnación alegan-do que, partiendo del entendimiento literal de este precepto y de su sistemática inter-pretación con el artículo 3, apartado 1 del Estatuto, en el sentido de que «la Gene-ralitat es Estado», cabe llegar a la conclusión de que hay que considerar a Cataluñacomo un Estado igual que el español, con poderes que no emanan del pueblo español,sino de una parte de él, lo cual contraviene expresamente lo dispuesto en el artícu-lo 1.2 del texto constitucional: «la soberanía reside en el pueblo español del queemanan los poderes del Estado».

17 Sobre el concepto de nación y nacionalidad dedicaremos más ampliamente la atención al comentarla PRIMERA DECLARACIÓN DEL FALLO.

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En punto a «bilateralidad», los recurrentes rechazan, por los mismos motivos, elcontenido del referido apartado 3.1, cuando previene que las relaciones de la Gene-ralitat con el Estado (se entiende, claro está, español), se fundamentan en el principiode la lealtad institucional y se rigen —además del antedicho principio general segúnel cual la Generalitat es Estado— por el principio autonomía, por el de bilateralidady también por del de multilateralidad». Se puede afirmar, sin duda alguna, que es ésteun artículo que responde al deseo de configurar las relaciones entre el Estado españoly la Generalitat como interestatales, aspiración que, por otra parte inspira otros muchospreceptos del Estatuto. Tal aspiración por las razones expuestas anteriormente esinconstitucional.

• Sobre la LENGUA CATALANA

Seleccionamos este tema por considerarlo especialmente significativo de los deseosde los extremistas catalanes por singularizar al máximo a Cataluña, al pretender impo-ner la lengua catalana como «preferente» al castellano, como se pone de manifiesto enalgunos preceptos del Estatuto 18: en efecto el artículo 6 del Estatuto (apartados 1, 2, 3y 5) establece el catalán como lengua propia de Cataluña y, como tal de uso normal y«preferente» de las Administraciones Públicas y de los medios de comunicación públi-cos de Cataluña, así como lengua normalmente utilizada como vehicular y de aprendi-zaje en la enseñanza. Impone, asimismo el deber de conocer el catalán a los ciudadanosde Cataluña. Dicho precepto se complementa y desarrolla posteriormente en los artícu-los 6, 35, 36, 50, 102 y 147, cuyo contenido expondremos más adelante.

Frente a las declaraciones o afirmaciones estatutarias, los recurrentes invocan elartículo 3 de la Constitución del que se despende que el castellano es la única lenguaoficial del Estado —entendiéndose por Estado el conjunto de los poderes públicos, coninclusión de los autonómicos y locales— y que solo a dicha lengua se refiere el deberde conocimiento. La cooficialidad de las demás lenguas lo es respecto a los poderespúblicos radicados en el territorio autonómico y su establecimiento queda reservado alos Estatutos de Autonomía, cuya potestad reguladora en materia de lengua se enmar-ca, para los recurrentes, en las siguientes coordenadas constitucionales:

a) El Estado carece de título competencial específico para establecer una regu-lación específica de las lenguas territoriales.

b) La competencia autonómica en la materia es, por tanto, general si bien elcarácter horizontal de las regulación de derechos y deberes de una lenguasupone que necesariamente se vean afectadas materias que son de la compe-tencia del Estado; y aunque sea inevitable que el ejercicio de la competenciaautonómica en materia de normalización lingüística incida también en mate-rias acotadas por otros títulos reservados al Estado, tal incidencia no puedeconvertirse en una usurpación de las competencias para regularlas.

c) Cuando el Estado tiene una competencia sustantiva, también le correspondela competencia para regular el uso de la lengua en ese ámbito material.

18 Al exponer esta impugnación de Recurso, hacemos en el texto principal, un resumen que la Sen-tencia hace de las alegaciones fundamentales que los recurrentes hacen contra los artículos del Estatutoque regulan la materia: el 6 (sobre «lengua propia y las lenguas oficiales»), el 35 y 36 (sobre derechosy derechos lingüísticos), el 50 (sobre el fomento y difusión del catalán, el 102 (sobre acreditación yconocimiento del catalán por el personal de la Administración de Justicia en Cataluña) y el 147 (sobreprovisión de Notarías y Registros en Cataluña).

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d) El conocimiento de una lengua cooficial puede evaluarse en las pruebas deacceso a la función pública, pero su valor y grado de vigencia dependen dela legislación estatal, no de la legislación autonómica reguladora de la coofi-cialidad.

• Sobre el PODER JUDICIAL en CATALUÑA

Los preceptos impugnados (págs. 519 a 539 de la Sentencia), incluidos en elTítulo III del Estatuto, son los siguientes: artículo 95 (apartados 1, 2, 4, 5 y 6), 96(apartados 1, 2, 3 y 4), 97, 98 (apartados 1 y 2), 99 (apartado 1), 101 (apartados 1y 2), 102, 103, 105, 106 y 107.

Los recurrentes, al iniciar sus alegaciones, hacen varias consideraciones de ordengeneral resumidas en la Sentencia y que seguidamente transcribimos, aunque parcial-mente:

a) El Estatuto no es una Ley orgánica y no puede, por tanto, regular materiareservada a ese tipo de leyes, en particular a la Ley Orgánica del PoderJudicial, que es una Ley a la que corresponde una muy específica funciónconstitucional. El Estado no puede, tampoco, ejercer sus competencias a tra-vés de los Estatutos, pues ello supondría una inaceptable petrificación delOrdenamiento, con grave merma del pluralismo político.

b) Los preceptos recurridos contradicen específicamente los artículos 6, 122 y19.1.5 de la Constitución, y el Título III en su conjunto sería un ataque frontala la unidad del Poder Judicial que la Constitución concibe independiente yadaptado funcionalmente a la estructura territorial del Estado, que no se terri-torializa, como los otros poderes, ni pertenece a las Comunidades Autónomas,sino al Estado como totalidad política organizada Y ello vale tanto para elPoder Judicial como para su gobierno. Y, por último, se distingue —con fun-damento en la jurisprudencia constitucional— entre «Administración de Justi-cia» y «administración de la Administración de Justicia», siendo ésta últimasobre la que pueden tener alguna competencia las Comunidades Autónomas.

No prosperaron otras importantes y muy fundamentadas impugnaciones de incons-titucionalidad o nulidad que presentaron los recurrentes contra el Estatuto. Cierto que lanegativa del Tribunal a la creación del Consejo Superior de Justicia (art. 97 del Estatu-to) ha sido uno de los rechazos de mayor trascendencia, por cuanto que el establecimien-to en Cataluña de un Poder Judicial independiente, vendría a favorecer a quienes tratande imponer la idea de Cataluña como «Nación-Estado» al disponer, junto a los otros dospoderes (Parlamento y Gobierno), del tercero de los que conforman un Estado.

Cierto, igualmente que, en el texto de la Sentencia, se tuvo en consideración unaparte considerable de las alegaciones formuladas por lo recurrentes, pero a la hora delFALLO, fueron muy pocos (14) los artículos declarados —y solo parcialmente—inconstitucionales por el Tribunal, aunque la DECLARACIÓN TERCERA del propioFALLO (según se desprende a »sensu contrario» de su tenor literal) afirme la incons-titucionalidad de otros preceptos (27), cuando no se interpreten en los términos esta-blecidos en el correspondiente fundamento jurídico que se indica. Debemos añadir, noobstante, que esta apelación a la referida «interpretación», es una innovación en lahermenéutica legal introducida por el Tribunal Constitucional, la cual, en lugar deayudar a aclarar la constitucionalidad o inconstitucionalidad del precepto en cuestión,

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puede dar lugar, en algunos casos, a «interpretaciones diversas», incluso contrarias y,consecuentemente, a la inseguridad jurídica.

CAPÍTULO CUARTO. LA SENTENCIA: EXAMEN Y COMENTARIOSSOBRE SUS FUNDAMENTOS JURÍDICOS Y PRONUNCIAMIENTOSRELACIONADOS CON LAS DECLARACIONES DEL FALLO

El Tribunal Constitucional compuesto por un Presidente y otros nueve magistra-dos 19 pronunció su Sentencia contra el recurso presentado el 28 de junio de 2010,siendo dado a conocer públicamente el 9 de julio siguiente.

La Sentencia ocupa 683 páginas del total de las 880 del texto impreso que hemosmanejado si añadimos las 197 que abarca el total de los cinco Votos particulares. Contal amplitud, los magistrados hacen un examen pormenorizado de los preceptos denun-ciados como anticonstitucionales por el recurso y con tal abundancia de razonamientosy reflexiones jurídicas, socio-económicas e incluso éticas que —como venimos dicien-do—, no nos resulta hacedero realizar una exposición exhaustiva de su contenido. Portodo ello, nos deberemos limitar a una sucinta exposición de los FUNDAMENTOSJURÍDICOS que consideramos más importantes, entre los 147 puntos que el cuerpo dela Sentencia dedica (págs. 449 a 681) a fundamentar el FALLO (págs. 681 a 683), en elcual, por consiguiente, deberá centrarse nuestra atención.

Como norma general que informa la Sentencia nos parece oportuno destacar elrechazo, por parte del Tribunal, del espíritu que anima gran parte del articulado delEstatuto, referente a la aspiración de que se institucionalice la relación bilateral Es-tado-Generalitat, siendo así que solo cabe admitir la relación Gobierno de la Nación-Generalitat. Un ejemplo: frente a la aspiración de asumir competencias en materia deinmigración, la Sentencia considera que es ésta una cuestión reservada con carácterexclusivo al Estado. Y así, respecto a la primera acogida, solo confiere competenciasa la Generalitat en cuestiones socio-sanitarias y admite su participación en funciones

19 El Pleno del Tribunal Constitucional estuvo compuesto por doña María Emilia Casas Baa-monde, presidente; don Guillermo Jiménez Sánchez, don Vicente Conde Martí e Hijas, don Javier Del-gado Barrio, doña Elisa Pérez Vera, don Eugeni Gay Montalvo, don Jorge Rodríguez-Zapata Pérez, donRamón Rodríguez Arribas, don Pascual Sala Sánchez y don Manuel Aragón Reyes, Magistrados.

Como muestra de los múltiples avatares por los que pasaron los miembros del Tribunal Constitucionalhasta el momento de dictar la Sentencia, anotamos que el 16 de abril de 2010, la Presidenta, María EmiliCasas Baamonde, designó como ponente a Guillermo Jiménez Sánchez, en sustitución de Elisa PérezVega, por haber quedado en minoría la posición mantenida por ésta. Y el 19 de mayo, el nuevo ponentefue cesado, por los mismos motivos, asumiendo la Presidente la ponencia en esa misma fecha.

Tras cuatro años desde que se interpuso el recurso, período de tiempo obviamente excesivo, que solose explica por las presiones políticas a las que estuvieron sometidos los miembros del Tribunal, llegó alfin la tan esperada Sentencia. El 28 de junio se procedió a votar, por separado, los cuatros apartados enque los pronunciamientos del Fallo, se agruparon en la Ponencia presentada por la Presidente. El primerode los apartados contó con seis votos a favor; el segundo ocho votos, el tercero seis y el cuarto igualmenteseis. Así, la Sentencia fue aprobada por seis votos favorables: el de la Presidente Maria Emilia Casas yel de los magistrados Manuel Aragón, Guillermo Jiménez, Eugeni Gay, Elisa Pérez y Pascual Sala.

Formularon voto particular cuatro Magistrados, el texto de cuyos votos se incluyó como Anexo delfallo; para tener datos sobre la extensión de los votos, anotamos, en paréntesis, las páginas que en lapublicación que hemos utilizado, ocupan cada uno de estos votos. Los Magistrados discrepantes fueron lossiguientes: Vicente Conde (59 páginas), Javier Delgado (58 páginas), Jorge Rodríguez Zapata (34 páginas)y Ramón Rodríguez (36 páginas). Hubo un quinto magistrado Eugni Gay el cual formuló su voto contra laafirmación contenida en el fallo que declara que el término «nación», incluido en el Preámbulo, carece deeficacia jurídica. En el texto principal, resumiremos, en su momento, los criterios adoptados para funda-mentar estos votos y, por su interés, anticiparemos en el mismo texto algunas de las alegaciones jurídicasde los votantes, al examinar determinados preceptos que fueron objeto del recurso.

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de integración y regulación laboral en relación con los emigrantes residentes en te-rritorio catalán. Otro pronunciamiento, consecuencia igualmente de exigencias cons-titucionales, es que la financiación de Cataluña no puede basarse en una relaciónbilateral Generalitat-Estado; porque en todo caso, solo pueden establecerse relacionesGobierno de la Nación-Generalitat.

Nos parece oportuno también destacar también otros importantes principios oafirmaciones que se recogen al comienzo del apartado dedicado a los FUNDAMEN-TOS JURÍDICOS (pág. 449 y sigs.):

= el RECURSO de inconstitucionalidad es el primero en que se impugna inextenso la reforma de un Estatuto de Autonomía (punto n.º 1),

= los Estatutos de Autonomía se integran en el Ordenamiento bajo la forma deun específico tipo de ley estatal: la Ley orgánica (punto n.º 3),

= la Ley Orgánica es jerárquicamente inferior a la Constitución y superior a lasnormas infralegales dictadas en el ámbito de su competencia (punto n.º 3),

= la reserva de la Ley Orgánica no es siempre la reserva a favor de un género,sino en ocasiones se concreta en una de sus especies. Así sucede en lo querespecta a la Ley Orgánica de Poder Judicial, conforme a lo previsto el artícu-lo 122.1 de la Constitución (punto n.º 3),

= la Constitución no determina expresamente, de manera explícita, cuál es elcontendido posible de un Estatuto de Autonomía; solo prescribe cuál ha de sersu contenido necesario, integrado por un «mínimum» referido en su artícu-lo 147.2: denominación, territorio, organización institucional y competencias(punto n.º 4),

= el Ordenamiento español se reduce a unidad en la Constitución. Es desdeella, y en su marco, donde los Estatutos de Autonomía confieren a ese Orde-namiento una diversidad que permite, y que se verifica en el nivel legislativo,confiriendo a la autonomía el insoslayable carácter político que le es propio(punto n.º 4),

= el Preámbulo no tiene valor normativo. La carencia de valor normativo noequivale a carencia de valor jurídico, del mismo modo que la imposibilidad deerigirse en objeto directo de un recurso de inconstitucionalidad no supone quelos preámbulos sean inaccesibles a un pronunciamiento de nuestra jurisdicciónen tanto que posible objeto accesorio de un proceso referido principalmente auna disposición normativa (n.º 7),

= los Estatutos de Autonomía tienen su fundamento jurídico en la Constitución,cuestión tan elemental y de principio que no admite discusión (punto n.º 8).

Entrando ya en el examen concreto del FALLO, hemos de decir que éste secontrae y resume en las tres siguientes DECLARACIONES:

DECLARACIÓN PRIMERA, en la que se afirma que «carecen de eficacia jurí-dica interpretativa las referencias del Preámbulo del Estatuto a «Cataluña como na-ción» así como la «realidad nacional de Cataluña».

DECLARACIÓN SEGUNDA, en la que se consideran inconstitucionales 14 ar-tículos.

DECLARACIÓN TERCERA, en la que se interpretan 27 artículos.

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Tras la trascripción y análisis de estas DECLARACIONES, haremos un particularexamen de otros importantes preceptos que consideramos igualmente inconstituciona-les y sobre los cuales la sentencia no se ha pronunciado.

DECLARACIÓN PRIMERA (RELATIVA AL PREÁMBULO DEL ESTATUTO)

El Tribunal, ajustándose al artículo 2 de la Constitución, al analizar los términos«nación «y realidad nacional» recogidos en el Preámbulo del Estatuto, afirma queestos vocablos «carecen de eficacia jurídica interpretativa». En nuestra opinión, estaafirmación es superflua y tiene el riesgo de ser mal interpretada. Con respecto alsignificado del término nación nos extendemos en nota pie de página 20 y, en cuantoal término «nacionalidad» debe ser entendido como «circunstancia de pertenecer auna u otra nación» acepción que es la que recoge el Diccionario de la Real Academiade la Lengua Española. Por ello, no salimos de nuestro asombro al comprobar elhecho de que los redactores del Estatuto confundieran lo que es sustantivo con lo quees adjetivo o circunstancial y, consiguientemente, rechazamos la interpretación yreferencias que el Preámbulo del Estatuto, so capa de «nacionalidad», hace respectoa «Cataluña como nación» y a la «realidad nacional de Cataluña». Y es que el término«nación» y sus derivados «nacionalidad» y «realidad nacional» han de ser referidosexclusivamente a la nación española, conforme establece, en forma taxativa y conclu-yente, el artículo 2 de la Constitución que dice textualmente: «la Constitución sefundamenta en la indisoluble unidad de la nación española, patria común e indivisiblede todos los españoles...»; no obstante hay que reconocer que, al ser incluidos eltérmino «nacionalidad» en aquél precepto constitucional —a nuestro juicio indebidae innecesariamente—, ha dado lugar a una interpretación que permitiría considerarlocomo algo sustantivo, de tal suerte que ha venido a ofrecer apoyo a injustificadasreivindicaciones de máximo autogobierno e incluso de independencia.

El Tribunal debió rechazar la inclusión de aquellos términos; por el contrario, nolos declaró inconstitucionales y, por tanto nulos, limitándose a precisar que «carecende eficacia jurídico interpretativa»; es posible que, en este punto, el Tribunal se vieraforzado, en virtud del citado artículo 2 de la Constitución, a reconocer la legitimidadconstitucional del uso del término «nacionalidad» por el Estatuto para identificar aCataluña como «nación» o «realidad nacional» aunque carezcan de la referida eficaciajurídica interpretativa. Pero, a nuestro juicio, son éstos términos que solo con un exce-so de generosidad, pudieran ser admitidos desde el punto de vista sociológico o cultu-ral para identificar a Cataluña 21.

20 El término «Nación» ya fue empleado en la sesión del Concilio de Constanza que tuvo lugar el 7 defebrero de 1415; aunque no coincide exactamente con la acepción actual, según la definición del Diccionariode la Real Academia de la Lengua Española, vino a distinguir a quienes votaban en grupos diferenciados porrazón de su procedencia (alemanes, italianos, franceses, ingleses y españoles), siguiendo la tradición de lasUniversidades, en las que las diferentes comunidades de extranjeros se agrupaban y eran así conocidas.

El referido Diccionario define a la Nación como «comunidad de personas que viven en un territorioregido todo él por el mismo Gobierno y unidas por lazos históricos». Esta es la acepción que tiene encuenta la Constitución de 1812, reconociendo al conjunto la titularidad de la soberanía, suplantando asía la que se venía otorgando al Rey y vinculándose en la Constitución de 1978 al conjunto del pueblo odel Estado, como se acredita en los debates constituyentes referidos al artículo 2», según afirman losdiputados recurrentes. Un concepto que deriva del término «nacer» importado desde Francia tras la revo-lución de 1789 y de la Constitución americana y que, en la historia de España, se corresponde con el deReino o Monarquía que desde hace siglos unió a todos los españoles en una empresa común.

21 El mismo Diccionario, en su segunda acepción del término «nación», considera ésta como «comu-nidad de personas de la misma raza, con los mismos usos, particularmente el mismo idioma, que por

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DECLARACIÓN SEGUNDA

Escogemos, por su especial interés, algunos de los preceptos o incisos de estospreceptos del Estatuto que el Fallo considera inconstitucionales y, por tanto, nulos.Cuando el pronunciamiento en concreto, afecte a cuestiones que consideramos fun-damentales, la trascripción del precepto vendrá acompañada de una síntesis de losrazonamientos expuestos en el correspondiente Fundamento jurídico de la Sentenciay de nuestros propios comentarios.

Artículo 6, apartado 1: «la lengua propia de Cataluña es el catalán. Como tal, elcatalán es la lengua de uso normal y preferente de las Administraciones públicas yde los medios de comunicación públicos de Cataluña y es también la lengua normal-mente utilizada como vehicular y de aprendizaje en la enseñanza».

La Sentencia declara inconstitucional y, por tanto, nula la expresión «y preferen-te», pronunciamiento sobre el que estamos de acuerdo y no así cuando el Tribunalolvida pronunciarse en relación con el apartado 3 del mismo precepto, el cual disponeque «la Generalidad y el Estado deben emprender las acciones necesarias para elreconocimiento de la oficialidad del catalán en la Unión Europea y la presencia y lautilización el catalán en los organismos internacionales y en lo tratados internaciona-les de contenido cultural o lingüístico». Consideramos que este apartado debierahaber sido también declarado nulo por cuanto impone una carga que no debe asumirel Estado y porque conlleva una discriminación en relación con las lenguas de otrascomunidades autónomas. Por otra parte, la anulación de la «preferencia» no pareceque vaya a tener plena eficacia si, en caso de duda, se interpreta el vocablo «normal-mente» del apartado 1 del artículo 35 (no anulado) en favor de la lengua catalana.

Artículo 76, apartado 4: «los dictámenes del Consejo de Garantías Estatutarias 22

tienen carácter vinculante con relación a los proyectos de ley y las proposiciones deley del Parlamento que desarrollen o afecten a derechos reconocidos por el presenteEstatuto». Nos parece acertado establecer la nulidad de este apartado, por cuantoimpone en forma vinculante dictámenes a los que solamente se les podría concederefectos de valor meramente consultivo y dejamos constancia de nuestras reservassobre la necesidad, oportunidad o conveniencia de mantener este Consejo.

Artículo 78, apartado 1, el inciso que otorga al «sindic de Greuges» 23, facultadesde supervisión, al conceder estas facultades «con carácter exclusivo». Nada tenemosque objetar al rechazo de esa exclusividad, aunque expresamos también reservassobre la necesidad o conveniencia de ampliar en forma tan desmesurada —a nuestrojuicio— las atribuciones que el precepto concede al SINDIC.

Artículo 95:

= apartado 5: «el Presidente o Presidenta del Tribunal Superior de Justicia deCataluña es el representante del poder judicial en Cataluña. Es nombrado porel Rey, a propuesta del Consejo del Poder judicial y con la participación delConsejo de Justicia de Cataluña en los términos que determine la Ley Orgánica

alguna razón histórica ocupa un territorio dividido entre diversos países»; por lo que se refiere al término«nacionalidad» nos lo define como «circunstancia de pertenecer una persona a una u otra nación».

22 Este Consejo es la Institución de la Generalidad que vela por la adecuación al Estatuto y a laConstitución de las disposiciones de la Generalidad.

23 Las funciones del «sindic» son las de proteger y defender los derechos y libertades reconocidos porla Constitución y el Estatuto.

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del Poder Judicial. El Presidente o Presidenta de la Generalitat ordena que sepublique su nombramiento en el Diari Oficial de la Generalitat de Catalunya.

= apartado 6: los Presidentes de Sala del Tribunal Superior de Justicia deCataluña son nombrados a propuesta del Consejo General del Poder judicial ycon la participación del Consejo de Justicia de Cataluña, en los términos quedetermine la Ley Orgánica del Poder Judicial.

Para rechazar estos dos apartados, el Tribunal se remite a los propios razonamien-tos que acompañan al artículo del que seguidamente nos ocupamos.

Artículo 97 que define que «el Consejo de Justicia de Cataluña es el órgano degobierno del poder judicial en Cataluña. Actúa como órgano desconcentrado delConsejo del Poder Judicial, sin perjuicio de las competencias de este último, deacuerdo con lo previsto en la Ley Orgánica del Poder Judicial».

El Tribunal considera que el Estatuto, al crear este Consejo, «incurre en un eviden-te exceso», cuando lo califica como «órgano de gobierno del Poder Judicial en Catalu-ña» y cuyos actos lo serían de un «órgano desconcentrado del Consejo General delPoder Judicial», siendo así —añade aquel Tribunal— que el Poder Judicial no puedetener más órgano de gobierno que el Consejo General del Poder Judicial, cuyo estatutoy funciones quedan expresamente reservados al legislador orgánico conforme al artícu-lo 122. 2 de la Constitución. Quizá, la supresión de este Consejo de Justicia de Catalu-ña, como órgano de gobierno del Poder Judicial de Cataluña es uno de los más impor-tantes rechazos que el Tribunal ha hecho sobre el texto del Estatuto y, quizás, también,uno de los motivos por el cual la Generalitat y los nacionalistas se apresuraron a recha-zar la Sentencia, dando lugar a manifestaciones públicas de protesta, que el Gobiernode la Nación trató inmediatamente de atajar con promesas de recuperar la normativaestatutaria mediante la reforma de la Ley Orgánica del Poder Judicial 24.

Artículo 98, apartado 2, establece que las atribuciones del Consejo de Justicia deCataluña respecto a los órganos jurisdiccionales situados en el territorio de Cataluñaconforme a lo previsto en la Ley Orgánica del Poder Judicial, son las siguientes:

a) Participar en la designación del Presidente o Presidenta del Tribunal Superiorde Justicia de Cataluña, así como en la de los Presidentes de Sala de dichoTribunal Superior y de los Presidentes de las Audiencias Provinciales.

b) Proponer al Consejo General del Poder Judicial y expedir los nombramientosy los ceses de los Jueces y Magistrados incorporados a la carrera judicialtemporalmente con funciones de asistencia, apoyo o sustitución, así comodeterminar la adscripción de esos Jueces y Magistrados a los órganos judicia-les que requieran medidas de refuerzo.

c) Instruir expedientes y, en general, ejercer las funciones disciplinarias sobreJueces y Magistrados en los términos previstos por las leyes.

d) Participar en la planificación de la inspección de los juzgados y tribunales,ordenar, en su caso, su inspección y vigilancia y realizar propuestas en este

24 Llamamos la atención sobre el pronunciamiento del Alto Tribunal, porque, conforme a la Senten-cia, han quedado sin efecto todos los artículos (y sus apartados) del Estatuto, relativos al referido Consejode Justicia de Cataluña y que son —aparte del art. 97 que comentamos— los artículos: 98, 99 y 100.

El Tripartito anunció que la voluntad conciliadora de Gobierno se pondría de manifiesto, mediante laindicada reforma

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ámbito, atender a las órdenes que inste el Gobierno y dar cuenta de la reso-lución y de las medidas adoptadas.

Y e) informar sobre los recursos de alzada interpuestos sobre los acuerdos delos órganos de gobierno de los tribunales y juzgados de Cataluña.

El Tribunal declara inconstitucionales estas atribuciones por tratarse de compe-tencias propias de un órgano del Poder judicial.

El apartado 3 del mismo artículo 98 dispone que las resoluciones del Consejo deJusticia de Cataluña en materia de nombramientos, autorizaciones, licencias y permi-sos deben adoptarse de acuerdo con los criterios aprobados por el Consejo Generaldel Poder Judicial.

Artículo 99:

= apartado 1 «el Consejo de Justicia de Cataluña está integrado (por el Presi-dente o Presidenta del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña que lo pre-side), y por los miembros que se nombren. Se declara inconstitucional el incisoque hemos incluido en el paréntesis, basándose el Tribunal Constitucional enque el referido Consejo no puede caracterizarse como un órgano de gobiernode jueces, ya que las únicas funciones que constitucionalmente pudiera ejercerson de naturaleza administrativa.

Artículo 100:

= apartado 1 «los actos del Consejo de Justicia de Cataluña serán recurriblesen alzada ante el Consejo General del Poder Judicial, salvo que hayan sidodictados en ejercicio de competencias de la comunidad autónoma.

= apartados 1 y 2 respecto a las facultades de convocatoria que se otorgan ala Generalitat y Consejo de Justicia de Cataluña, en relación con oposicionesy concursos. Se dispone la anulación de estos apartados, por cuanto que noentran esas facultades entre las que constitucionalmente puedan ejercer talesOrganismos.

Articulo 218 (sobre autonomía y competencias financieras):

= apartado 2 en cuanto se refiere a la competencia que el Estatuto otorga a laGeneralitat en materia de financiación local en el sentido de que «puede incluirla capacidad legislativa para establecer y regular los tributos propios de losgobiernos locales». Se declara inconstitucionalidad de esta competencia, porcuanto que, conforme a los artículos 31.3 y 133.1 y 2 de la Constitución, lacreación de los tributos locales ha de operarse a través del legislador estatal,potestad normativa que tiene su anclaje constitucional en la competencia ex-clusiva de la Hacienda General, debiendo entenderse vedada, por ello, la inter-vención de las Comunidades Autónomas en este concreto ámbito normativo.

DECLARACIÓN TERCERA

Esta DECLARACIÓN contiene una afirmación singular, al manifestar que no soninconstitucionales los preceptos del Estatuto que la propia Declaración concreta ycondiciona en los siguientes términos: «...siempre que se interpreten en los términosestablecidos en el correspondiente fundamento que se indica» peregrina afirmaciónesta que conviene destacar desde el principio por lo que tiene de singular y extraña

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como tendremos ocasión de comprobar reiteradamente 25. Anticipamos aquí que estaDECLARACIÓN obligará al legislador o, en su caso, al gobernante o al juez a en-frentarse con serios problemas de interpretación de algunos de los preceptos en ellaincluidos, dado que parte de su texto contiene términos oscuros, vagos e imprecisos.

Artículo 5. LOS DERECHOS HISTÓRICOS

El autogobierno de Cataluña se fundamenta también en los derechos históricos delpueblo catalán, en sus instituciones seculares y en la tradición jurídica catalana, queel presente Estatuto incorpora y actualiza al amparo del artículo 2, la DisposiciónTransitoria segunda y otros preceptos de la Constitución, de los que deriva el reco-nocimiento de una posición singular de la Generalitat en relación con el DerechoCivil, la lengua, la cultura, la proyección de éstas en el ámbito educativo y el sistemainstitucional en que se organiza la Generalitat.

El Tribunal Constitucional considera que este precepto no es contrario a la Cons-titución haciendo uso de una de «interpretaciones conformes» mediante la que sepretende salvar la evidente inconstitucionalidad del precepto, pues solamente la Cons-titución es el fundamento de todos los poderes de las Comunidades autónomas.

Artículo 6:

= apartado 2: «el catalán es la lengua oficial de Cataluña. También lo es elcastellano, que es la lengua del Estado. Todas las personas tienen derecho autilizar las dos lenguas oficiales y los ciudadanos el derecho y el deber deconocerlas. Los poderes públicos de Cataluña deben establecer las medidasnecesarias para facilitar el ejercicio de esos derechos y el cumplimiento de estedeber. De acuerdo con lo dispuesto en el artículo 32 26 del Estatuto, no puedehaber discriminación por el uso de una u otra lengua».

El Tribunal entiende que este precepto no puede interpretarse en el sentido de queúnicamente el catalán es la lengua de uso normal y preferente del poder público,siquiera sea solo del poder autonómico, pues ello iría en contradicción con una de lascaracterísticas constitucionalmente definidoras de la oficialidad lingüística.

Artículo 8:

= apartado 1: «Cataluña, definida como nacionalidad en el artículo primero,tiene como símbolos nacionales la bandera, la fiesta y el himno».

El Tribunal considera que cabe interpretar de acuerdo con la Constitución, quecon la calificación como «nacionales» de los símbolos de Cataluña, se predica úni-camente su condición de símbolos de una nacionalidad constituida como Comunidaden ejercicio del derecho establecido por el artículo 2 de la Ley Fundamental. Ennuestra opinión, por el contrario, consideramos que tal interpretación es errónea pues

25 El Tribunal Constitucional para razonar, en el cuerpo de la Sentencia, algunos fundamentos jurí-dicos, abusa de la técnica de las «interpretaciones conformes» de determinados preceptos del Estatuto, loque suele ocurrir cuando no se decide rotunda e inequívocamente a pronunciarse por su inconstituciona-lidad. Esta técnica pudiera ocasionar una muy lamentable inseguridad jurídica.

26 Este artículo establece que «todas las personas tienen derecho a no ser discriminadas por razónlingüística. Los actos jurídicos realizados en cualquiera de las dos lenguas oficiales tienen, en cuanto ala lengua, plena validez y eficacia».

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deriva de una indebida equiparación del término «nación» que es sustantivo, con elde nacionalidad que es una circunstancia derivada del primero, según ya expusimos.

Artículo 33:

= apartado 5: «los ciudadanos de Cataluña tienen el derecho a relacionarse porescrito en catalán con los órganos constitucionales y con los Organos jurisdic-cionales de ámbito estatal, de acuerdo con el procedimiento establecido por lalegislación correspondiente. Estas instituciones deben atender y tramitar los es-critos presentados en catalán que tendrán, en todo caso, plena eficacia jurídica.

El Tribunal entiende que el contenido de este precepto sería contrario a la Cons-titución si el Estatuto pretendiera derivar de la cooficialidad de la lengua catalana sucualidad de medio de comunicación jurídicamente válido respecto de poderes públi-cos no radicados en el territorio de la Comunidad Autónoma de Cataluña. Tal con-dición es privativa del castellano.

Artículo 34 (derechos lingüísticos de los consumidores y usuarios):

«todas las personas tienen derecho a ser atendidas oralmente y por escrito enla lengua oficial que elijan en su condición de usuarias o consumidoras debienes, productos y servicios. Las entidades, las empresas y los establecimien-tos abiertos al público en Cataluña quedan sujetos al deber de disponibilidadlingüística en los términos establecidos por la ley».

El Tribunal interpreta que «el deber de disponibilidad lingüística de las entidadesprivadas, empresas o establecimientos abiertos al público no puede significar la impo-sición a éstas, a su titular o a su personal de obligaciones individuales de uso de cual-quiera de las lenguas oficiales de modo general, inmediato y directo en las relacionesprivadas, toda vez que el derecho a ser atendido en cualquiera de dichas lenguas solopuede ser exigible en las relaciones entre los poderes públicos. Por ello, en este ámbitode las relaciones ente privados no cabe entender que el Estatuto imponga de modo in-mediato y directo tal obligación a los ciudadanos».

Interpretado en los términos antedichos, el Alto Tribunal considera que el precep-to cuestionado no es contrario a la Constitución.

Artículo 35:

= apartado 1: todas las personas tienen derecho a recibir la enseñanza encatalán de acuerdo con lo establecido en el presente Estatuto. El catalán debeutilizarse normalmente como lengua vehicular y de aprendizaje en la enseñan-za universitaria y en la no universitaria.

= apartado 2, primer inciso: «los alumnos tienen derecho a recibir la enseñanzaen catalán en la enseñanza no universitaria».

El Tribunal considera que lo establecido en los trascritos apartados del artículo 35admiten una «interpretación conforme» con la Constitución en el sentido de que noimpiden el libre y eficaz ejercicio del derecho a recibir la enseñanza en castellanocomo lengua vehicular y de aprendizaje en la enseñanza.

Artículo 50:

= apartado 5: «la Generalitat, la Administración local y las demás corporacio-nes públicas de Cataluña, las instituciones y las empresas que dependen de las

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mismas los concesionarios de sus servicios deben utilizar el catalán en susactuaciones internas y en la relación entre ellos. También deben utilizarlo enlas comunicaciones y las notificaciones dirigidas a personas físicas o jurídicasresidentes en Cataluña, sin perjuicio del derecho de los ciudadanos a recibirlasen castellano si lo piden».

Al comentar las impugnaciones contra este precepto, el Tribunal se remite a loexpuesto anteriormente respecto al artículo 34.

Artículo 95:

= apartado 2: el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña es la última instan-cia jurisdiccional de todos los procesos iniciados en Cataluña, así como detodos los recursos que se tramiten en su ámbito territorial, sea cual fuere elderecho invocado como aplicable, de acuerdo con la Ley Orgánica del PoderJudicial y sin perjuicio de la competencia territorial reservada al TribunalSupremo para la unificación de la doctrina. La Ley Orgánica del Poder Judicialdeterminará el alcance de los indicados recursos.

El Tribunal Constitucional considera que ateniéndonos a un recto entendimientode las propias palabras del artículo, no atribuye éste al Tribunal de Justicia el cono-cimiento de todos los posibles recursos tramitados en su territorio, ni hace de ella laúltima instancia de todos los procesos, sino que solo le reconoce la última instanciaprocesal posible ante órganos judiciales radicados en Cataluña.

Artículo 110. Competencias exclusivas:

1. Corresponden a la Generalitat, en el ámbito de sus competencias exclusi-vas, de forma íntegra la potestad legislativa, la potestad reglamentaria yla función ejecutiva. Corresponde únicamente a la Generalitat el ejerciciode estas potestades y funciones, mediante las que puede establecer polí-ticas propias.

2. El derecho catalán, en materia de las competencias exclusivas de la Ge-neralitat es el derecho aplicable en su territorio con preferencia sobrecualquier otro.

El Alto Tribunal entiende que las facultades señaladas en los indicados preceptosserían constitucionalmente aceptables, cuando con la referida voluntad de descripcióny de sistema, se acomoden a la construcción normativa y dogmática que cabe deducirde nuestra jurisprudencia en cada momento histórico.

Artículo 122. Consultas populares:

Corresponde a la Generalitat la competencia exclusiva para el establecimientodel régimen jurado, las modalidades, el procedimiento, la realización y laconvocatoria por la propia Generalitat o por los entes locales, en el ámbito desus competencias, de encuestas, audiencias públicas, foros de participación ycualquier otro instrumento de consulta popular, con excepción de lo previstoen el artículo 149.1 de la Constitución 27.

27 El referido artículo y apartado dice: «El Estado tiene competencia exclusiva sobre las siguientesmaterias: primera: la regulación de las condiciones básicas que garanticen la igualdad de todos los espa-ñoles en el ejercicio de los derechos y en el cumplimiento de los deberes constitucionales».

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El Tribunal admite las consultas populares mediante las cuales «se recaba laopinión de cualquier colectivo sobre cualesquiera asuntos de interés publico a travésde cualesquiera procedimientos», distintos de los que cualifican una consulta comoreferéndum y con los límites materiales fijados por el propio Tribunal (Sentencia 103/2008) para todo tipo de consultas, al margen de la prevista en el artículo 168 de laConstitución (sobre reformas esenciales de esta Ley Fundamental).

Artículo 127:

= apartado 3. En las actuaciones que el Estado realice en Cataluña en materiade versión de bienes y equipamientos culturales se requiere el acuerdo previocon la Generalitat. En el caso de las actividades que el Estado lleve a cabo conrelación a la proyección internacional de la cultura, los Gobiernos del Estadoy la Generalitat articularán fórmulas de colaboración mutuas conforme a loprevisto en el título V de este Estatuto 28.

El Tribunal considera que el acuerdo previo no puede entenderse que sea condiciónnecesaria e inexcusable para el ejercicio de la competencia estatal en el ámbito de lacultura, de suerte que, en su defecto, le fuera imposible al Estado la inversión en bienesy equipamientos culturales; si así se entendiera —sigue diciéndonos el Alto Tribunal—el precepto sería inconstitucional por quebrantar el artículo 149.2 de la Constitución queatribuye al Estado el «servicio de de la cultura como deber y atribución esencial»; perotambién el propio Tribunal admite como posible una interpretación del precepto com-patible con la Constitución, puesto que el referido artículo 149.2 impone al Estado queel cumplimiento de sus responsabilidades en el ámbito de la cultura se verifique deacuerdo con las Comunidades Autónomas.

Artículo 129. Derecho Civil:

Corresponde a la Generalitat la competencia exclusiva en materia de derechocivil, con la excepción de las materias que el artículo 149.1.8.º de la Consti-tución 29 atribuye en todo caso al Estado. Esta competencia incluye la determi-nación del sistema de fuentes del Derecho Civil de Cataluña.

Partiendo de la base de que la única competencia que cabe atribuir al Estatutocatalán, en el ámbito de la legislación civil es la que tenga por objeto la «conserva-ción, modificación y desarrollo del derecho civil de Cataluña» (art. 149.1.8.ª de laConstitución), el Tribunal Constitucional se pronuncia en el sentido de que la «com-petencia exclusiva en esta materia de Derecho Civil» se limita a ese específico objeto,sin extenderse al propio de la «legislación civil» como materia atribuida al Estado, atítulo de competencia exclusiva, conforme al referido artículo de la Constitución.

Artículo 138. Inmigración

1. Corresponde a la Generalitat en materia de inmigración

a) la competencia exclusiva en materia de primera acogida de las personasinmigradas, que incluirá las actuaciones socio-sanitarias y de orientación.

28 Se refiere a las RELACIONES INSTITUCIONALES DE LA GENERALITAT.29 El indicado apartado del precepto constitucional establece que:»el Estado tiene competencia exclu-

siva sobre las siguientes materias: legislación civil, sin perjuicio de la conservación, modificación ydesarrollo por las Comunidades Autónomas de los derechos civiles, forales o especiales allí donde existan.En todo caso, las reglas relativas a la aplicación y eficacia de las normas jurídicas, relaciones jurídico-civiles relativas a las formas de matrimonio, ordenación de los registros e instrumentos públicos, basesde las obligaciones contractuales, normas para resolver los conflictos de leyes y determinación de lasfuentes del derecho, con respeto, en este último caso, a las normas del derecho foral o especial.

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b) El desarrollo de la política de integración de las personas inmigradas enel marco de sus competencias.

c) El establecimiento y la regulación de las medidas necesarias para laintegración social y económica de las personas inmigradas y para suparticipación social.

d) El establecimiento por ley de un marco de referencia para la acogida eintegración de las personas inmigradas.

e) La promoción y la integración de las personas regresadas y la ayuda alas mismas mismas, impulsando las políticas y las medidas pertinentesque faciliten su regreso a Cataluña.

El Tribunal considera que este apartado debería ser declarado inconstitucional sicomo parece deducirse de su enunciado pretendiese atribuir a la Comunidad competen-cias en materia de inmigración por cuanto que esta materia ha sido reservada con ca-rácter exclusivo al Estado (art. 149.1.2 de la Constitución); no obstante, según afirmael propio Tribunal, el precepto impugnado admite una «interpretación conforme» si seentiende que las potestades en él recogidas no se traducen en la atribución a la Genera-litat de competencia alguna en la materia.

2. Corresponde a la Generalitat la competencia ejecutiva en materia de autori-zación de trabajo de los extranjeros cuya relación laboral se desarrolle en Cataluña.Esta competencia que se ejercerá en necesaria coordinación con la que correspondeal Estado en materia de entrada y residencia de extranjeros, incluye:

a) La tramitación y resolución de las autorizaciones de trabajo por cuenta propiao ajena.

b) La tramitación y la resolución de los recursos presentados con relación a losexpedientes a que se refiere la letra a) y la aplicación del régimen de inspec-ción y sanción.

Por lo que se refiere a este apartado, el Tribunal afirma que es evidente que «lacompetencia en materia de entrada y residencia de extranjeros se inscribe en el ámbitode la inmigración y de la extranjería, terreno en el que alegan los recurrentes, solo cabela competencia exclusiva del Estado»; sin embargo —añade el propio Tribunal— no sepuede hacer abstracción de las «competencias sectoriales atribuidas a las ComunidadesAutónomas como es el caso de la competencia ejecutiva en materia laboral; así, conesa interpretación concluye admitiendo la constitucionalidad del precepto.

3. Corresponde a la Generalitat la participación en las decisiones del Estadosobre inmigración con especial trascendencia para Cataluña y, en particular, la par-ticipación preceptiva previa en la determinación del contingente de trabajadores ex-tranjeros a través de los mecanismos previstos en el Título V (RELACIONES INS-TITUCIONALES DE LA GENERALITAT).

En relación con este apartado, el Tribunal entiende que ha de interpretarse en elsentido de que la referencia a la «inmigración» no se corresponde con esta materiaconstitucional, competencia exclusiva del Estado, sino con otras materias sobre lasque puede asumir competencias la Comunidad Autónoma.

Artículo 174. Disposiciones generales (dentro del Título y Capítulos dedicados alas relaciones de la Generalitat con el Estado y con otras Comunidades Autónomas):

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= apartado 3: La Generalitat participa en las instituciones, los organismos y losprocedimientos de toma de decisiones del Estado que afecten a sus competen-cias de acuerdo con lo establecido en el presente Estatuto y las leyes.

Los recurrentes cuestionan la posibilidad de que un Estatuto establezca laparticipación autonómica en organismos o instituciones estatales a falta de unaprevisión constitucional que lo permita. El problema suscitado lo resuelveel Tribunal en el sentido de que el precepto ha de interpretarse en el sentidode que «prevé una participación orgánica y procedimental de la Generalitat quehabrá de ser regulada por la legislación estatal y que no puede sustanciarserespecto de los órganos decisorios del Estado ni impedir o menoscabar el librey pleno ejercicio de las competencias estatales».

Artículo 180. Designación de miembros del Tribunal Constitucional y del Conse-jo General del Poder Judicial:

La Generalitat participa en los procesos de designación de Magistrados delTribunal Constitucional y de miembros del Consejo General del Poder Judi-cial, en los términos que dispongan las leyes, o, en su caso, el ordenamientoparlamentario (sic).

Los recurrentes basan el rechazo de este precepto alegando que, al prever laparticipación de la Generalitat en los procesos de designación de los Magistrados ymiembro de los Organismos indicados, impone un mínimo regulatorio a la legislaciónestatal única competente para decidirlo. El debate se centra en determinar si resultaposible que un Estatuto de Autonomía contenga una regulación como la impugnada,a este respecto, el Tribunal resuelve la cuestión con otra interpretación —según nostiene acostumbrados— en el sentido de que el precepto impugnado «no infringe laConstitución interpretado en el sentido de que la participación de la Generelitat secondiciona, en su existencia y procedimientos, a lo que dispongan, dentro del margenque la Constitución les permite, las leyes orgánicas correspondientes».

Artículo 210:

= apartado 1: La Comisión Mixta de Asuntos Económicos y Fiscales Estado-Generalitat es el órgano bilateral de relación entre la Administración del Es-tado y la Generalitat en el ámbito de la financiación autonómica. Le correspon-den la concreción, la aplicación, la actualización y el seguimiento del sistemade financiación, así como la canalización del conjunto de relaciones fiscalesy financieras de la Generalitat y el Estado. Está integrada por un númeroigual de representantes del Estado y de la Generalitat. La presidencia de estaComisión Mixta es ejercida de forma rotatoria entre las dos partes, en turnosde un año.

El Tribunal, al rechazar la impugnación de los recurrentes, considera que estaComisión, en el ámbito de la financiación autonómica, no resulta inconstitu-cional siempre que se interprete en el sentido te que «no excluye ni limita lacapacidad de los mecanismos multilaterales en materia de financiación econó-mica ni quebranta la ley orgánica prevista en el artículo 157.3 de la Constitu-ción y las consiguientes competencias estatales».

= apartado 2: Corresponde a la Comisión Mixta de Asuntos Económicos yFiscales Estado-Generalitat:

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a) Acordar el alcance y condiciones de la cesión de tributos de titularidadestatal y, especialmente, los porcentajes de participación en el rendimientode los tributos estatales cedidos parcialmente, al que hace referencia elartículo 206 30, así como su revisión quinquenal.

b) Acordar la contribución a la solidaridad y a los mecanismos de nivelaciónprevista en el artículo 206

d) Negociar el porcentaje de participación de Cataluña en la distribuciónterritorial de los fondos estructurales europeos.

El Tribunal se opone a los recurrentes, porque considera que las competenciasatribuidas en este apartado a la indicada Comisión Mixta se contraen a fijar un marcobilateral de negociación y de formalización de acuerdos que complementa, sin cues-tionarlo, el procedimiento general de toma de decisiones en el seno del órgano decolaboración y coordinación. Y, como conclusión, considera que las funciones decooperación de la Comisión no excluyen ni limitan la capacidad de instituciones yorganismos de carácter multilateral en materia de financiación económica, no afectana la reserva de la Ley Orgánica prevista en el artículo 157.3 de la Constitución 31, nisustituyen, impiden o menoscaban el libre y pleno ejercicio por el Estado de suspropias competencias.

Con respecto a las Disposiciones Adicionales recurridas, hacemos solo menciónde su contenido:

Disposición Adicional tercera. Inversiones e infraestructuras.

Disposición Adicional octava. Cesión del Impuesto sobre la Renta de las Perso-nas Físicas.

Disposición Adicional novena. Cesión del Impuesto sobre Hidrocarburos, delImpuesto sobre las Labores del Tabaco, del Impuesto sobre el Alcohol y Bebidas De-rivadas, del Impuesto sobre la Cerveza, del Impuesto sobre el Vino y Bebidas Fermen-tadas y del Impuesto sobre Productos Intermedios.

Disposición Adicional décima. Cesión del impuesto sobre el valor añadido.

Para desestimar el Recurso contra las tres últimas Disposiciones Adicionales queacabamos de relacionar, el Tribunal alega que las normas estatutarias que imponen laelaboración de un proyecto de Ley o Decreto-Ley entroncan con un principio inhe-rente de colaboración y lealtad constitucional que postula la adopción de procedi-mientos de consulta; se trata —añade el Tribunal— de una especialidad procedimen-tal que afecta al trámite previo de la iniciativa legislativa, referida a un proyecto quese tramitará después en las Cortes Generales y que únicamente puede traducirse enel compromiso de la Generalitat y el Gobierno, a acordar en Comisión mixta, laelaboración y el contenido de un proyecto de Ley ordinaria, cuya sustanciación comoexpresión de la voluntad legislativa depende de la libertad de dicha Cortes.

Mediante esta interpretación conforme, el Tribunal —siguiendo la técnica que estan habitual en la Sentencia— admite la constitucionalidad de las tres Disposicionescuestionadas.

30 Este artículo —como ya anticipamos— se refiere a la participación en el rendimiento de lostributos estatales y mecanismos de nivelación y solidaridad.

31 Este artículo establece cuáles son los recursos de las Comunidades Autónomas.

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DECLARACIÓN CUARTA

El Fallo, en esta última DECLARACIÓN, acuerda: «desestimar el recurso deinconstitucionalidad en todo lo demás.» Conforme a este acuerdo el Tribunal con-valida el resto del articulado del Estatuto Así, pues, si —como ya adelantamos—el Estatuto contiene 223 artículos, 15 Disposiciones Adicionales, dos DisposicionesTransitorias, una Disposición Derogatoria y cuatro Disposiciones Finales, del total deeste conjunto normativo, solamente 14 artículos han sido declarados inconstituciona-les, 23 reinterpretados o condicionados y el resto validado.

CAPÍTULO QUINTO. LOS VOTOS PARTICULARES

Conforme ya anticipamos, fueron cuatro los Magistrados que mostraron su dispa-ridad con la Sentencia, desde un punto de vista que se ha convenido en llamar«conservador»: Son los magistrados Vicente Conde Martí de Hijas, Javier DelgadoBarrio, Ramón Rodríguez Arribas y Jorge Rodríguez-Zapata. Un quinto Magistradoconsiderado afín al grupo considerado «progresista», Eugeni Gay Montalvo, emitió suvoto particular por otros motivos.

Como nota común a los Magistrados denominados «conservadores», se manifiestaen todos ellos un evidente distanciamiento respecto la Sentencia, porque auque coin-cidan con algunos razonamientos de la mayoría, en muchos casos, manifiestan que elTribunal Constitucional debió considerar como inconstitucionales un número muysuperior al de 14 artículos así declarados en el Fallo, incluyendo muchos a los quese les aplicó la técnica de la «interpretación conforme». El enfrentamiento se radica-liza cuando entienden que algunos de esos preceptos violan claramente la Constitu-ción o afectan a la unidad de España. También coinciden los Magistrados discrepan-tes en afirmar que ese reducido número de preceptos anulados, junto a la convalidaciónde otros, da lugar a que se mantenga la vigencia de la mayoría de los preceptos delEstatuto lo que provocará, entre otras consecuencias negativas, un imprevisible caosjurídico cuando haya de aplicarse la normativa del Estatuto que se mantiene en vigorY, por último, los cuatro Magistrados denuncian que el Tribunal, en su pretensión desalvar el Estatuto, lo ha desvirtuado de tal manera que en no pocas ocasiones haconseguido darle una configuración ex novo.

CAPÍTULO SEXTO. REACCIONES POLÍTICAS ANTE LA SENTENCIA

Como era de esperar, una Sentencia que pretendía complacer a todos, terminó porel rechazo generalizado, especialmente de los partidos políticos, catalanes o con re-presentación en Cataluña, salvo la del Partido Popular, el cual, aunque vio desestima-da una gran parte de sus pretensiones, consiguió —si bien parcialmente— su primor-dial objetivo: declarar inconstitucionales preceptos fundamentales del Estatuto.

Extremadamente reaccionaria fue la actitud del Presidente de la Generalidad que,convocó una manifestación publica de rechazo, la cual tuvo lugar el sábado 10 dejulio en Barcelona , en forma multitudinaria 32 y en la que se manifestó y se dio rienda

32 Es de advertir, que aunque los organizadores elevan —como suele ocurrir en este tipo de manifes-taciones— el número de asistentes, en este caso hasta un millón, una fuente solvente como es la EmpresaLINCE rebajó la cifra como máximo, a 64.00 personas, lo cual equivale a decir que solamente acudió ala manifestación un tanto por ciento muy bajo de las personas que están empadronadas en toda Cataluña.

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suelta por algunos de sus integrantes de la aversión que sienten por España y sussímbolos y se alzaron voces proclamando a Cataluña como nación —«somos unaNación, nosotros decidimos»— fue el lema de la manifestación», postulando, consi-guientemente, la independencia.

Los partidarios que postulan la independencia no cesan de actuar. Y el Jefe delGobierno no ha dejado de animarles, al ponerles de manifiesto que sigue vigente lapromesa que hizo a los catalanes en el Palau de Sant Jordi: «os daré lo que pidáis».Así se explica la creación de una Comisión Mixta que propicie una nueva normativa,que satisfaga las aspiraciones catalanas a tener sus propios órganos de justicia yrecupere algunos preceptos del Estatuto que fueron declarados inconstitucionales.

JORDI PUYOL, en declaraciones que hizo a la radio el 29 de octubre del 2010, sepronunció rotundamente contra la Sentencia del Tribunal Constitucional, afirmando queel Fallo no solo es muy negativo en relación con la lengua sino, incluso todavía más, enlo que se refiere a la autonomía catalana, añadiendo que la Sentencia forma parte deuna «ofensiva fuerte» contra Cataluña. no solo del Tribunal Constitucional y del Parti-do Popular; por ello animó a los catalanes a rechazar esa política con una resistenciatambién «muy fuerte».

En esta línea nacionalista hay que destacar la figura de ARTUR MAS, actualPresidente de la Generalitat, el cual hizo, sin tapujos, las siguientes declaraciones enel Diario «EL MUNDO», de 19 de julio de 2010:

= «tras la Sentencia, las aspiraciones de Cataluña no caben en la Constitución;

= lo que ha hecho el Tribunal Constitucional no tiene marcha atrás; se levantaun muro entre España Cataluña. La interpretación del Tribunal es “cerradísi-ma, carpetovetónica y pasada de moda”;

= no tengo mas remedio que acatar la Sentencia porque estamos en un estadode derecho, pero no la acato políticamente, porque acato más la voluntad delpueblo catalán que una Sentencia del Tribunal Constitucional;

= si España quiere ser una sola nación va a tener muchos problemas para serlo;

= si hay que concretar en algo el derecho a decidir, yo lo concreto en lasoberanía fiscal, en un pacto fiscal que signifique que Cataluña, como el PaísVasco-Navarro, pueda administrar sus propios recursos.

Durante treinta años hemos apostado por convivir dentro de un Estado español.Hemos querido una España que no quiere ser cambiada, que es más fuerte yquizá por eso no es posible. Eso no quiere decir que tengamos que renunciara nuestros objetivos, a nuestro país y a nuestro futuro nacional. Si no podemoscambiar España porque somos pocos y más débiles y España no quiere sercambiada, tendremos que reafirmar nuestro propio futuro transitando el cami-no del derecho a decidir».

Unas declaraciones que nos hacen prever unas muy tensas relaciones entre elGobierno de la Generalitat y el Gobierno de la Nación que suceda al actual.

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CONSIDERACIONES FINALES

Es sabido por cualquier español, medianamente ilustrado y aunque sean mínimossus conocimientos históricos, que CATALUÑA nunca fue un Reino, un Estado o unaNación aunque, en el pasado, se manifestaran algunas aspiraciones en este sentido y sehicieran maniobras para conseguirlo. En la actualidad, estas pretensiones se han agudi-zado, por los fervientes deseos de determinados políticos de asumir a todo trance elPoder junto a la máxima autosuficiencia económica. Y es presumible que RODRÍGUEZZAPATERO acuda en su ayuda, a cambio de contar votos suficientes para mantener alPartido Socialista en el Gobierno, como también cabe pensar que, impulsado por susdeseos de erradicar o modificar sustancialmente la cuestionada —según él— «Naciónespañola», redoble sus esfuerzos y se apresure a cumplir sus promesas de recuperarpreceptos fundamentales del Estatuto anulados por el Tribunal Constitucional En estalínea cabe también prever que los más extremistas, entre los nacionalistas catalanes yla izquierda, intenten, por todos los medios, dinamitar la Constitución, para conseguirla ruptura de España en repúblicas autónomas.

Como mera hipótesis —y a mi modo de entender— cabría admitir a trámite lasolicitud para la concesión de la independencia, si las pretensiones separatistas fueranpostuladas por la mayoría de los catalanes —cualificados por su sabiduría y experien-cia— y fundamentadas en los valores que vivieron sus mayores, condicionando suforma de pensar y de actuar a través de la historia 33. Pero a falta de estos requisitosy de precedentes históricos no son admisibles tales pretensiones. No se trata desatisfacer el afán de algunos «centralistas» ansiosos de dominar a Cataluña. Está enjuego el bien de esta Comunidad íntimamente unido al de ESPAÑA. Comprendemosla ardorosa ingenuidad y alucinamiento de algunos ilusos que esperan una CATALU-ÑA independiente de gran prestigio mundial y pletórica de paz y prosperidad. Desea-mos el mantenimiento y la protección, en un marco jurídico adecuado, de las natu-rales singularidades de CATALUÑA en materia de lengua, usos y costumbres; perono podemos eludir la tarea —que incumbe a todos los españoles empezando por loscatalanes— de evitar la ruptura de la unidad con España, consecuencia del espírituque inspira numerosos preceptos del ESTATUTO, afortunadamente algunos declara-dos nulos por el Tribunal Constitucional, pero otros con potencial suficiente paraminar esa unidad. Urge erradicar al turbio maridaje entre la ambición desmesurada yel libertinaje de unos cuantos nacionalistas radicales y políticos sin escrúpulos, fau-tores principales del distanciamiento entre CATALUÑA y ESPAÑA y su progresivadescomposición. Parafraseando las palabras del Apóstol, hay que gritar: «ya es horade salir de la somnolencia» 34. Hay que superar la grave situación actual, fruto delrelativismo y materialismo imperantes que está llevando al olvido total de los prin-cipios religiosos, éticos y culturales que durante tantos siglos sirvieron de guía y de

33 Debemos advertir, n obstante, que ningún Gobierno de España tiene competencia alguna parasatisfacer las aspiraciones de independencia de las Comunidades Autónomas. Para cualquier modificaciónque se pretenda del artículo 2 de la Constitución o del artículo 8 (que atribuye a las Fuerzas Armadasdefender la integridad territorial de España), se han de cumplir los estrictos requisitos establecidos por elartículo 168 de la propia Constitución: mayoría de dos tercios de cada Cámara, disolución de estasCámaras, estudio y aprobación por los dos tercios de las Cortes elegidas —en sustitución de las anterio-res— del nuevo texto constitucional y aprobada la reforma mediante referéndum.

34 Parafraseamos en castellano la tan conocida expresión, en latín, de San Pablo: «hora est iam vos desomno súrgere», recogida en la carta a los Romanos (13-11); hacemos notar, no obstante, que las palabrasdel Apóstol tienen una finalidad más profunda, exclusivamente espiritual, porque siguen inmediatamentedespués a sus exhortaciones sobre la caridad con el prójimo, caridad que es «plenitud de la ley».

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inspiración a las mejores empresas de quienes integraron el Reino de las Españas.Una situación que tantos perjuicios ha causado y puede causar a CATALUÑA y alresto de los españoles, con la consiguiente incidencia en países del mundo occidentaldel que formamos parte y muy especialmente de Hispanoamérica de la que somosorigen. Como también habrá que hacer los esfuerzos que sean necesarios para recu-perar a quienes —como un joven descarriado— pretenden abandonar la casa paterna,seducido por paraísos de placer que solamente existen en sus ensueños. Una tarea arealizar «cueste lo que cueste», como va pregonando RODRÍGUEZ ZAPATERO —pero en sentido contrario— utilizando todos los medios lícitos a nuestro a nuestroalcance para superar tal situación 35.

35 Al concluir estas reflexiones, quisiera dejar constancia de que entre los medios a utilizar frente alos nacionalistas catalanes más radicales o cualquier otro español que rechazare la unidad de España, valenlos consejos de una personalidad política de la pasada centuria, que, en el ambiente actual, resulta polí-ticamente incorrecto citar. Se trata de unas palabras de José Antonio Primo de Rivera, quien durante undebate que tuvo lugar en el Parlamento, el 4 de enero de 1934, tras poner de manifiesto su admiracióny afecto a Cataluña, a la que calificó en términos tan elogiosos y afectuosos como los de «tan noble, tangrande, tan ilustre y tan querida tierra», añadió: «si alguien está de acuerdo conmigo en la Cámara o fuerade esta Cámara, ha de sentir que Cataluña tiene que ser tratada desde ahora y para siempre con un amor,con una consideración, con un entendimiento que no recibió en todas las discusiones» (vid. J. A. PRIMODE RIVERA, Obras. Edit. Almena, Madrid, 1971, págs. 109 y 110). Cierto que este afecto y comprensiónayudará a seguir manteniendo el diálogo con los catalanes, incluso con los extremistas, aunque no sepuedan satisfacer todas sus reivindicaciones. Cierto que habrá que hacer, en la medida de lo posible, todoslas esfuerzos que el bien de Cataluña y de España pudiera requerir, pero cabe también que se haganecesario el empleo de otros medios, por exigencias del bien común y de la Justicia. Porque —es detemer— que si, por no disgustar a nadie y pretender contentar a todos, miramos de lado y terminamos«tirando la toalla», pudiera avecinarse un futuro de «duelos y quebrantos» para Cataluña y para España.Pienso que el «seny» de unos y la cordura de todos evitará este riesgo.

Por lo demás, el autor de este trabajo —que concluye con estas líneas— se complace en manifestarque no le ha sido difícil, ni enojoso, coincidir con el sentimiento y comprensión que expresa el famosopolítico sobre Cataluña, pues es algo que debemos aplicar a cualquier lugar del territorio español. Paramí, por otra parte, es un gran estímulo contribuir —sea cual fuere el valor de mi aportación— a que elantiguo Condado se mantenga unido a España. Me enorgullezco de haber nacido en la Ciudad Condal, endonde igualmente fui bautizado y apadrinado; aquí tuvieron también su cuna la mayoría de mis hermanosy otros familiares y aquí, siguiendo a sus mayores, mantienen su domicilio entrañables amigos catalanes.