LIBRO COLABORATIVO 5ºC

EL EXTRAÑO CASO DE LA VIEJA BATERÍA.

CEIP PABLO IGLESIAS TALAVERA DE LA REINA (TOLEDO) 1

PREÁMBULO (Jesús)

Otra vez el ordenador de Víctor estaba pitando. La batería ya no duraba prácticamente nada y cada dos por tres tenía que enchufar el cargador.

- Profe, la batería de este ordenador casi no dura nada. Todo el rato está pitando.

- Ya me he dado cuenta, Víctor. ¡Es muy molesto! Lo que vamos a hacer es ponerle la batería del ordenador que no utilizamos y así te quedará el ordenador como nuevo.

- Esta batería, que hemos quitado, no se puede tirar a la basura, contiene productos tóxicos y es muy contaminante -dijo el profe.

- Profe, esta tarde Chadi, Leo y yo vamos a ir a patinar a las pistas que están al lado del Punto Limpio, si quieres nos la llevamos y la dejamos para que la reciclen.

- Estupendo, así no andará por aquí dando vueltas hasta que yo la pueda llevar.

Víctor se llevó la batería vieja en su mochila y cuando llegó a su casa la guardó a la bolsa donde tenía los patines para que no se le olvidara cuando fuera a patinar.

Por la tarde Chadi y Leo fueron a buscar a Víctor para ir a patinar, como habían quedado. Víctor cogió los patines, el casco, los guantes, las protecciones y no se olvidó de la vieja batería.

- Chicos, tenemos que pasar por el Punto Limpio para dejar la batería ¡Qué no se nos olvide!

- Bueno, nos pilla de camino -dijo Chadi.

- ¡Vale! -exclamó Leo.

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Cuando llegaron al punto limpio resultó que la puerta estaba cerrada.

- Mirad, está cerrado -dijo Chadi.

- Abierto de 8:30 a 14:30 -leyó Leo.

- Pues menudo rollo, ahora tengo que ir cargado con la batería a patinar y mañana por la mañana yo no puedo venir -dijo Víctor.

- Déjala al lado de la puerta, aquí han dejado una impresora rota. Seguro que mañana cuando abran la recogen y la tiran al contenedor de las pilas -sugirió Leo.

Cuando estaban dispuestos a sacar la batería de la bolsa y seguir su camino a las pistas de patinaje, algo sorprendente ocurrió. La bolsa de los patines emitía una luz intensa de color azul y la impresora empezó a funcionar como si estuviera conectada a un ordenador a punto de imprimir.

- ¿Habéis visto la bolsa? -dijo Chadi.

- ¡Y esa impresora! ¿Cómo puede funcionar si está casi desarmada? -se sorprendió Víctor.

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CAPÍTULO 1 (Jesús)

LA BATERÍA ENCANTADA

Víctor, Chadi y Leo volvieron a introducir la batería en la bolsa, para ver que pasaba. Al meterla, la bolsa dejó de emitir esa luz azul y la batería dejó de funcionar.

- Será mejor que me la lleve a casa, para ver que acaba de pasar -dijo Víctor.

- ¡Vale! -dijeron los dos, Chadi y Leo a la vez.

Cuando Víctor llegó a su casa, dejó la bolsa con la batería al lado del ordenador. Cuando empezó a hacer los deberes, sacó el ordenador y antes de que él lo encendiera, empezó a arrancar solo.

- Creo que todos los aparatos electrónicos que están al lado de esta batería funcionan solos -pensó Víctor.

Así es que decidió probarlo con la lavadora, el móvil y la tableta y... ¡funcionaban perfectamente! Víctor aún no sabía por qué ocurría esto, pero si sabía que le podía dar muchísimos usos.

Al día siguiente, cuando llegó a clase le dijo a su profesor lo que ocurría al acercar la batería a algún aparato electrónico y se quedó impresionado, después de que le hiciera

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algunos ejemplos con los ordenadores de la clase.

Después de que Víctor estuviese usando aquel truco tan extraño, la batería estaba cogiendo un fuerte color rojo y lo dejó de usar por si acaso, para que no ocurriese nada. Pero cuando Víctor fue a guardarla se le cayó al suelo y se partió completamente por la mitad. Observó una cosa muy extraña, por dentro, estaba completamente hueca. Después de que Víctor se quedase impresionado, se le ocurrió una idea. Como estaba completamente partida por la mitad, se parecía mucho a un estuche y a Víctor, que le encanta reciclar, la usó para guardar algunos lápices y bolígrafos.

Después de unos meses el profesor de plástica le pidió que trajeran un pincel y unas témperas. Como Víctor, el pincel lo tenía guardado en el estuche reciclado, fue a por él y cuando abrió la batería ¡Cada una de las cosas que tenía guardadas se habían convertido en monedas de un euro!

Víctor le contó esto a sus dos mejores amigos, Chadi y Leo.

- ¡Probémoslo con otra cosa! -dijo Chadi.

- ¡Vale! Lo haremos con estas piedras que están aquí tiradas -dijo Víctor.

Cuando las metieron, cada una de ellas se convirtieron en una moneda de un euro, como los chicos estaban deseando que pasase.

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CAPÍTULO 2 (Micaela)

UNA AVENTURA DE LA BATERÍA

Víctor al día siguiente, al volver del colegio, cogió las monedas de la batería y pasó una cosa muy rara. Al parecer, que salían monedas de la batería, era un sueño. Oyó voces, era su madre intentando despertarlo. Entonces la madre dijo:

- ¡Víctor despierta, vas a llegar tarde!

Víctor dijo:

- Mamá ya voy, pero me da mucha pereza levantarme.

Al llegar a clase, el profesor le dijo que le diera una explicación de lo ocurrido y Víctor dijo:

- Profesor es que... es que...

Y Víctor se quedó sin palabras. A la hora del recreo Víctor se encontró con sus amigos y les preguntó si habían sacado ayer monedas de una batería. Sus amigos le dijeron que no, que no se acordaban de que hubiesen sacado ninguna moneda de ninguna batería.

Cuando salió del colegio y llegó a su casa no encontraba la batería. Se lo preguntó a su madre y la madre le dijo:

- La he tirado.

Víctor dijo:

- ¡Mamá! ¡Cómo se te ocurre tirarla!

Víctor fue a buscarla y la vio en una alcantarilla. Entró en la alcantarilla y cayó rodando por la tubería. En ella vio a unos diminutos duendes y Víctor dijo:

- ¿Por qué sois tan pequeños? ¿Quiénes sois?

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Los diminutos hombrecillos dijeron:

- Somos duendes, pero somos duendes de la informática y... ¿Tú quien eres?

Víctor dijo:

- Yo me llamo Víctor y vengo aquí a por mi batería ¿La habéis visto?

- Nosotros te la podemos arreglar si nos ayudas -dijeron los duendes.

- ¡Vale! -dijo Víctor.

Los duendes de la informática se la arreglaron y la batería volvió a funcionar.

Pero ahora el problema era como podría salir de allí.

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CAPÍTULO 3 (Mireya)

EN BUSCA DE LA SALIDA

Cuando los duendes desaparecieron, a Víctor se le olvidó darle las gracias.

Víctor entró de nuevo en el reino de los duendes y se hizo diminuto. Después encontró a un duende llamado Flufly. Cuando les dio las gracias, Flufly llevó a Víctor al reino de los duendes. Tuvieron que construir una máquina de rayos. Pasadas las horas Flufly dijo:

- Víctor, mejor vayámonos a mi casa y allí lo construiremos.

Víctor dijo que sí.

Víctor se dedicó a hacer la parte de detrás. Cuando lo terminaron, dieron al botón de encender pero...¡No funcionaba! Faltaba la pieza más importante, la que unía las dos partes. Víctor fue a buscar la pieza al trastero, la encontró, se la dio a Flufly y él la puso. Luego le dieron al botón de encender y... ¡FUNCIONÓ! Víctor se despidió de Flufly y se fue de allí.

Cuando Víctor volvió vio a sus amigos y a toda su familia buscándole. Él dijo que estaba jugando en la calle de atrás para no levantar sospechas.

Al día siguiente Víctor le contó a Chadi y a Leo lo que había pasado. Por la tarde, Víctor quedó con Chadi y Leo en el parque. Víctor se llevó la batería y cuando estaban en el parque se abrió una puerta y los tres amigos entraron.

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La puerta les llevó al mundo de los duendes.

Estaban en una sala y a su alrededor había muchos duendes hablando entre sí. Un duende con un gorro muy grande que le tapaba hasta los ojos, dio un paso hacia delante y dijo:

- ¿Quién os ha traído al mundo de los duendes?

Los muchachos dijeron que Flufly y el duende dijo:

- ¿Cuál de ellos?

Los muchachos se quedaron sin palabras pero por detrás se oía una voz diciendo:

- ¡Yo he sido! -Los chicos miraron atrás y... ¡Era el profesor! Víctor, Chadi y Leo no sabían qué decir.

Se despertaron, abrieron los ojos y estaban en clase dormidos con la batería al lado. Todo lo que había pasado era por culpa de la batería.

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CAPÍTULO 4 (Aida)

AVENTURA EN LA ALCANTARILLA

Al día siguiente, Víctor llevó a sus amigos a la alcantarilla, donde había sucedido toda la aventura. Al entrar en la alcantarilla no había nada, sólo agua, mucha suciedad y alguna que otra rata. Chadi pensó que Víctor lo había soñado, como es tan cabezota se habría pensado que había pasado de verdad.

Leo miró su reloj y ya era muy tarde. Dijo a sus amigos:

-Yo me voy, es muy tarde.

- ¡Esperad! -gritó Víctor.

- ¡Allí! -siguió Víctor- Hay una luz brillante girando la esquina.

Los chicos giraron la esquina y... ¡era el mundo de los duendes!

Chadi estaba equivocada, Víctor tenía razón. El mundo de los duendes existía de verdad y había duendes por todas partes. Chadi y Leo pensaron que era obra de la extraña batería, ya que había causado todas estas historias tan raras.

Víctor le contó a sus amigos lo de Flufly y que había que buscarle para que arreglara la batería porque así se ahorraría en luz.

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Capítulo 5 (Adrián)

LAS VIEJAS VÍAS DEL TREN

Entonces Víctor y sus amigos decidieron seguir hacia delante.

Un poco después de caminar, Chadi dijo:

- ¡Mirad! ¿Qué es eso?

- ¡Son unas viejas vías de tren! -dijo Víctor asombrado.

Leo miró de nuevo su reloj y dijo:

- Yo ya me voy que es muy tarde.

Entonces todos decidieron marchase y quedar al día siguiente, en el mismo lugar para ver dónde conducirían esas viejas vías del tren. Estaban intrigadísimos de lo que se podrían encontrar. Y todos se marcharon deseando que llegara el día siguiente para seguir investigando aquel lugar.

- ¡Estoy deseando volver mañana! -dijo Chadi.

- Y yo también -continuó diciendo Leo.

Y Víctor dijo:

- Los duendes primero, luego las vías. ¿Qué nos encontraremos ahora?

- Mañana lo sabremos Víctor -contestó Chadi.

Y se marcharon cada uno a su casa.

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CAPÍTULO 6 (César)

SIGUIENDO LAS VÍAS DEL TREN

A la mañana siguiente Chadi y Leo siguieron las vías.

Después de mucho andar se encontraron una especie de nave espacial. Dentro había un extraterrestre que hablaba una lengua muy rara. El extraterrestre decidió cambiar su lenguaje con un extraño aparato.

Se fueron todos a casa y convencieron a las madres de que el extraterrestre era Víctor con un disfraz.

El extraterrestre intentó arreglar allí, con Chadi y Leo, la nave espacial rota. Finalmente lo consiguieron, la arreglaron y el extraterrestre se marchó.

Por la tarde, siguieron su camino por las vías del tren más allá de donde habían llegado, y se encontraron un diamante en un agujero.

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CAPÍTULO 7 (Jorge)

EL DESCUBRIMIENTO DE LA PIEDRA MÁGICA

Víctor, Chadi y Leo quedaron a las 5:00 para ir al parque. En el parque estuvieron jugando con el patinete nuevo de Leo, eh los columpios, a tirarse por el tobogán...

Cuando ya se iban del parque Víctor le dijo a Chadi y a Leo:

- ¡Oye! Mañana podemos ir al descampado de al lado de mi casa a jugar con las bicicletas.

- ¡Vale, vale! Será divertido – dijeron Chadi y Leo.

Al día siguiente, Víctor todavía no se había despertado y eran ya las 4:30. La madre a Víctor le dijo:

- ¡Víctor, Víctor despierta que son las 4:30 que vas a llegar tarde!

- ¡Ahh!

- Ya empezamos con los sueñecitos ¡Madre mía! ¿Y cómo era el sueño, Víctor?

- Era... como... bueno... No te lo voy a decir.

- Como tú quieras Víctor.

Cuando Víctor estaba con Chadi y Leo en el descampado, de repente sonó:

- ¡Ahh! -un gritó de Chadi.

- ¿Qué pasa Chadi? – dijeron Víctor y Leo.

- Ahí hay una piedra mágica.

- ¿Piedra? ¿Mágica? - dijeron Víctor y Leo.

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- Vamos a verlo – dijo Leo.

- ¡Halaaaaaa que chuli piruli! – dijo Víctor.

- No se lo digáis a nadie, no se tienen que enterar – dijo Chadi.

Víctor, Chadi y Leo mantuvieron el secreto.

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CAPÍTULO 8 (Máibelin)

LA PIEDRA MISTERIOSA

Víctor, al día siguiente, quedó con Chadi y Leo en el parque para investigar más sobre aquella piedra misteriosa. Víctor se dirigía hacia Chadi y Leo con la piedra en la mano. De repente gritó:

-¡Ahhh!

La piedra salió volando hasta caer dentro de una fuente. Víctor se levantó del suelo rápidamente. La empezó a buscar dentro de la fuente y como no la encontraba, avisó a Chadi y Leo. Al final pudieron encontrarla. Chadi la sacó de la fuente y dijo:

-¿Ésta es la piedra?

Al parecer, la piedra no era una piedra, sólo estaba envuelta en arena. La piedra era un diamante. Chadi le dio tres golpes sobre la fuente y se convirtió en... ¡Una fuente de oro macizo con rubíes incrustados! Leo dijo:

- Probemos con otra cosa.

Con el tiempo Chadi, Leo y Víctor se volvieron ricos. Pero a Víctor aquello no le gustaba porque Chadi y Leo se estaban volviendo muy avariciosos por culpa del poder del extraño diamante.

Así es que decidió ir al reino de los duendes para averiguar si alguien sabía algo sobre el diamante. El duende más viejo y sabio dijo:

- La única manera de destruir esa gema es con un inmenso poder surgido de una vieja batería.

Víctor no sabía que tenía la batería en sus propias manos.

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CAPÍTULO 9 (Susana)

LA DESTRUCCIÓN DEL DIAMANTE

Finalmente Víctor se dio cuenta de que tenía la batería en sus manos, le preguntó al duende qué tenía que hacer con la vieja batería para destruir el diamante.

El viejo duende le dijo:

-Tenéis que ir los tres con la piedra y con la batería bien cargada a la fuente, una vez allí, echar la piedra a la fuente y poner la batería sobre la fuente, entonces la batería atraerá toda la energía y la fuente, dejará de ser de oro y la piedra desaparecerá.

Víctor, Chadi y Leo hicieron todo lo que les dijo el viejo duende.

- Yo tiraré la piedra a la fuente -dijo Víctor.

- Yo pondré la batería sobre la fuente -dijo Leo.

- Y yo contaré hasta tres para que los dos lo hagáis a la vez -dijo Chadi.

Y todo ocurrió tal y como lo habían dicho. De la fuente volvieron a salir unos bonitos chorros de agua transparentes. ¡Los tres se quedaron alucinando! y todo volvió a ser como antes y con todos sus líos.

Los chicos no se dieron cuenta de que la

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batería había cogido toda la energía del diamante, pero solo en dos días se acabaría.

A los dos días siguientes la batería había desaparecido y, como loco, llamó a toda prisa a Chadi y Leo para contárselo.

Cuando llegaron al colegio la batería estaba en su mesa rota en mil pedacitos, por toda la energía que había cogido.

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CAPÍTULO 10 (Diego)

EXPLORANDO LAS VÍAS DEL TREN

Los tres estaban muy asustados porque no sabían cómo arreglar aquella batería. Después de clase se les ocurrió ir al reino de los duendes para ver si alguien podía arreglarla. Víctor dijo:

- Nos vemos en la entrada del reino de los duendes a las 17:00.

Chadi y Leo dijeron a la vez:

- ¡Vale!

Todos estuvieron en ese lugar a la hora acordada. Entraron con la batería hecha mil pedazos envuelta en una tela. Al primero que visitaron fue al viejo duende sabio y les dijo que él sí podía arreglarla pero que le llevaría mucho tiempo. Todos le dieron las gracias por ayudarlos y se despidieron de él. Ya fuera del mundo de los duendes Chadi miró su reloj y dijo:

- Es muy pronto, solo son las 17:30 ¿Qué podemos hacer?

Y Víctor dijo:

- Podemos ir a explorar las vías de tren abandonadas que encontramos.

A todos les pareció una buena idea y así lo hicieron, se fueron a explorar las vías. Los tres estaban muy asustados porque no sabían lo que se encontrarían. Al estar

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investigando durante una hora descubrieron que esas vías de tren llevaban hasta una vieja mina abandonada. No quisieron avanzar más porque ya era tarde, y se fueron a sus casas. Al día siguiente Víctor dijo que se reunirían de nuevo a las 17:00 en la entrada del reino de los duendes para ir a recoger la batería. Los tres se reunieron de nuevo en la entrada del reino de los duendes y se fueron a buscar al viejo duende sabio. Leo le dijo al duende:

- ¿Está ya arreglada la batería?

Y el duende les dijo:

- Sí, aquí la tenéis.

Y los tres le dijeron:

- Muchas gracias por arreglarla eso nos deja más tranquilos.

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CAPÍTULO 11 (María)

OTRA VEZ ALLÍ

Al día siguiente, los tres amigos decidieron ir otra vez a la vieja mina abandonada. Lo primero que hicieron fue repartir lo que iba a llevar cada uno, porque si se hacía tarde o se oscurecía, tendrían que llevar linternas y comida.

Víctor repartió las tareas y dijo:

- Chadi, llevará la comida.

- Leo, llevará las linternas.

Y yo me llevaré la batería por si la necesitamos por cualquier cosa.

Nada más terminar de comer, los tres fueron a las viejas vías de tren. Estaban asustados, pues no sabían lo que se podían encontrar. La primera vez que estuvieron allí, no se veía casi nada, pero esta vez llevaban linternas.

Al entrar en la mina, salieron volando unos diez murciélagos. Chadi se asustó.

Cuando se adentraron más en la mina, vieron a lo lejos un jeroglífico. Y entonces es cuando Víctor dijo:

- Leo es muy listo, seguro que podrá resolverlo.

A lo que Leo contestó:

- No sé yo Víctor, soy listo pero nunca he hecho un jeroglífico en mi vida.

Los tres muchachos se quedaron con las ganas de saber lo que significaba ese dibujo extraño. Por eso, decidieron descansar e ir a comerse la merienda a unos merenderos que había por allí cerca. También, dijeron que al día siguiente le iban a preguntar al

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profesor, si podían ir a la biblioteca del colegio, para ver si había algún libro de jeroglíficos.

Mas al llegar a casa, Víctor cogió su mochila porque quería coger la batería. Pero al abrir la mochila... ¡La batería no estaba! Llamó a Chadi y a Leo para contárselo. Al día siguiente, después de ir al colegio y coger el libro de jeroglíficos, los tres amigos fueron a la mina. Buscaron por las rocas, nada. Por el suelo, nada. ¡Buscaron por todas partes! ¡Pero nada!

Así que sólo hay tres explicaciones -dijo Leo.

- 1. O está muy bien escondida por la mina. 2. Se te cayó en otra parte. 3. O alguien más ha venido a la mina y se la ha llevado.

- ¡Espero que no sea la tercera explicación! -dijo Víctor muy asustado.

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CAPÍTULO 12 (María José)

¿Y LA BATERÍA?

Al día siguiente, en el recreo del colegio, los tres amigos fueron a la biblioteca a leer el libro que habían cogido el día anterior. Y cuando iban por la página 100 vieron que ponía que primero había que compararlo con otros jeroglíficos. Los tres se pusieron de acuerdo para que Chadi se llevase su cámara y sacarle una foto al jeroglífico. También decidieron que quedarían a las 5:00 de la tarde en la entrada a la mina. Nada más decirlo sonó la campana ¡RIIIIIING! ¡RIIIIING! Y los tres amigos se fueron a clase.

Ya eran las 4:45 de la tarde cuando a Víctor se le ocurrió mirar en la mochila donde había llevado los bocadillos, pero nada, solo había una mancha de color morado. Víctor se extrañó mucho ya que ni había llevado nada que manchase ni la mochila la había usado antes, ya que la había cogido de la lavadora. En seguida Víctor se preparó y salió pitando porque ya casi eran las 5:00 de la tarde.

Al llegar a la entrada de la mina como ni Chadi ni Leo habían llegado, Víctor decidió investigar un poco por si solo. Víctor decidió no adentrarse más ya que estaba todo cada vez más oscuro. Cuando salió resultó que ya estaban allí Chadi y Leo esperando. Víctor les contó todo lo que había descubierto y decidieron

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entrar.

Mientras que Chadi sacaba la foto, Víctor y Leo siguieron el rastro de las manchas moradas que había por el suelo, hasta que llegaron a un punto de la mina en la que el rastro desaparecía. De repente sonó un estruendo:

¡CRRRAAAAASSSSSSSSS!

Y se cerró la entrada con unas rocas muy pesadas, los tres amigos estaban muy asustados. ¿Cómo podrían salir de allí?

Estaban muy asustados todos, se tiraron como una hora buscando algún tipo de salida. Pero nada. Ya estaban agotados cuando Leo recordó que él en vacaciones estuvo en un campamento de supervivencia y le habían enseñado que si había muchas rocas reunidas en un mismo lugar podría haber alguna salida. Decidió irse a una pared que había cerca de ellos, llamó a Chadi y a Víctor para que le ayudasen. Se tiraron mucho tiempo quitando rocas hasta que... ¡Vieron luz! Siguieron con todas sus energías. Y resulta que se encontraban en... ¿Un laboratorio? Los chicos estuvieron mirando por el laboratorio. Vieron que estaba la batería en una especie de máquina, al abrir la máquina salió un humo morado, cogieron la batería y se fueron por una ventana que había en lo alto del laboratorio.

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CAPÍTULO 13 (Manuel)

EL LABORATORIO SECRETO

Tras salir por la ventana, desde lo más alto, Leo, Chadi y Víctor fueron a sus casas para contarles a sus madres que habían encontrado un laboratorio secreto dentro de la mina. Pero su madre no se lo creyó. Al día siguiente Víctor le dijo al profesor que había encontrado un laboratorio secreto en las minas. El profesor hizo una excursión para ver si era verdad lo que decía Víctor. El profesor dijo:

- Este laboratorio será nuestro laboratorio de ciencias para experimentar cosas.

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CAPÍTULO 14 (Elías)

LA CÁPSULA DEL TIEMPO

Los alumnos y el profesor fueron al laboratorio para experimentar con unas partículas que les llevaban al futuro. Probaron un poquito de la cápsula que habían sintetizado y empezaron a marearse. Perdieron el conocimiento durante unos dos minutos. Cuando despertaron estaban en un país de color y mucha luz. En ese país estaban solos, solitarios. Entonces empezaron a llegar animales desconocidos, monstruosos. Cuando les vinieron a comer los alumnos y el profesor empezaron a saltar muy alto, la gravedad en ese país no existía. Saltaron por encima de los monstruos y...

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CAPÍTULO 15 (Álex)

LA BATERÍA DE LOS ALIENÍGENAS

¡Estaban de nuevo en el laboratorio! Cuando se dieron cuenta, Chadi dijo:

- Creo que solo ha sido un sueño.

Los chicos y el profesor se pusieron a investigar el laboratorio y se dieron cuenta de que el portal que habían pasado antes estaba apagado por el cable que estaba desenchufado.

También se dieron cuenta de que, si quitabas la batería del aparato científico donde estaba, emitía una luz verdosa tirando a amarilla.

Cuando la cogieron, algo dijo:

- BVGHIVHUIVBHRGVJORF

A los chicos les extraño mucho, así que, se escondieron en el armario que tenía un agujero por donde podían mirar. Cuando estaban todos dentro, vieron que eran... ¡Alienígenas! Antes de seguir mirando, Víctor dijo:

- Chicos, he encontrado una salida.

- Pues yo te sigo -dijo Chadi.

- Y yo -continuó Leo.

- Pues yo tendré que ir con vosotros, chicos. Terminó el profesor.

De un momento a otro, estaban en la casa de Víctor. Justamente se encontraban en el conducto del aire de su cocina. Víctor y los demás pudieron reconocer a la madre de Víctor, pero hablaba en un idioma muy raro. El idioma era como el del extraterrestre.

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Cuando miraron a la madre de Víctor, tenía la cara verde como un pimiento y los ojos negros como la noche.

Cuando empezó a hablar dijo:

- ¡Holaaaaaaaaa! ¡Tengo hambre!

Cuando Víctor fue al frigorífico para darle de comer algo a su madre. Pero resultó que en el frigorífico estaba la batería que habían rescatado del laboratorio.

La madre de Víctor decía:

- ¡Batería alienígena! ¡Batería alienígena!

Cuando Víctor cogió la batería, la miro y dijo:

- Todo esto es por tu culpa.

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CAPÍTULO 16 (Cristian)

¿CÓMO DESTRUIMOS LA VIEJA BATERÍA?

Víctor dijo:

- Tenemos que destruir esa batería.

Chadi y Leo respondieron:

- ¿Cómo vamos a destruirla?

- No lo sé -continuó Víctor.

- Quizá Flufly sepa cómo destruirla.

Entonces Víctor, Chadi y Leo salieron corriendo al mundo de los duendes. Llegaron al taller de Flufly y Víctor dijo:

- Hola Flufly ¿Sabes cómo destruir la batería que arreglaste?

- Pues claro que se destruirla -dijo Flufly

La única manera de destruir la batería es desintegrándola, con un desintegrador a máxima potencia -respondió Flufly.

- Ya pero ¿De dónde sacaremos un desintegrador?

- Lo podría construir yo, pero tardaré unos dos días en terminarlo -respondió Flufly

- Espero que después de todo funcione bien.

Chadi dijo:

- Son las 22:00 ¡Nuestras madres nos van a regañar, excepto a Víctor!

Entonces Víctor, Chadi y Leo quedaron en el mundo de los duendes dos días después a las 5:00 de la tarde.

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Cuando Víctor llegó a casa, su madre ya no parecía un alienígena... ¡Parecía una bola de discoteca de colores! y esta vez decía:

- No destruyáis la batería, no destruyáis la batería.

Entonces Víctor dijo:

- Esto se va a acabar muy pronto.

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CAPÍTULO 17 (Alba)

EL DESINTEGRADOR

Pasaron esos dos días, Víctor, Chadi y Leo quedaron en el mundo de los duendes para recoger el desintegrador.

Cuando llegaron a recogerlo Flufly dijo:

No he podido construir el desintegrador, necesito productos que yo no tengo.

Entonces dijo Víctor:

- Vamos a ver, nos estás diciendo con otras palabras que vayamos a por esos productos, ¿no?

Flufly contestó:

- Emm... sí.

- ¡Qué pereza! Con todos los deberes que tengo que hacer -dijo Leo.

De repente saltó Chadi con voz chulita:

- Pues te las apañas que nunca los haces.

Entonces Víctor dijo:

- Chicos, chicos, parar de discutir. Voy yo mañana y ya está.

- Bueno, bueno, con tanta charla me estoy despistando -dijo Flufly.

- Flufly, que voy yo a por esos productos mañana, ¿vale?

- ¡Vale! -dijo Flufly.

- Bueno volvamos a nuestras casas, -dijeron Leo y Chadi.

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- Sí, que yo me tengo que poner las pilas con los deberes -dijo Leo.

- Eso, eso -dijo Chadi.

- Chicos, no empecemos otra vez -dijo Víctor.

Cuando Víctor llegó a su casa, su madre seguía con la cara de bola de discoteca de colores, por eso Víctor le dijo a Leo que si podía dormir en su casa. A lo que contestó Leo:

- Claro que sí, pero con una condición, que me ayudes a hacer los deberes.

Víctor respondió:

- Vaaale.

Al día siguiente Víctor y Leo llamaron a Chadi para que los acompañara a por esos productos, pero Chadi no podía y se fueron ellos solos. Cuando Víctor y Leo iban a por los productos que le faltaban a Flufly, por un momento en toda su vida pensaron y dijeron:

- ¡Ay Dios! Si no sabemos los productos que tenemos que conseguir.

Entonces dijo Víctor:

- Venga vamos al mundo de los duendes.

- ¡Venga ya! -dijo Leo. No me apetece.

- Veeenga vagete -dijo Víctor.

- Es que... Vaale ¡Puff, que pereza! -dijo Leo.

- Deja de quejarte y vámonos ya -dijo Víctor.

Cuando llegaron al mundo de los duendes, Flufly les dio la lista de los productos:

- Un imán, un trozo de óxido y un poco de carne podrida.

Entonces dijo Leo:

- Víctor, la carne podrida la coges tú. 31

- Jolines, todo me toca a mí -dijo Víctor.

- ¡Aaah! Se siente ¿Quién es el más vago aquí? Yo ¿No? Pues san se acabó.

- ¡Qué morro tienes! -dijo Víctor.

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CAPÍTULO 18 (Lucas)

EL DÍA ABURRIDO

Al día siguiente Chadi y Leo quedaron para darle a Flufly los productos y terminar de hacer el desintegrador. Después de unas horas quedaron para dar una vuelta al centro del pueblo. Estuvieron mirando los escaparates de las tiendas.

- ¿Por qué no has venido con nosotros Víctor?

Víctor contestó:

- Porque tenía que hacer los deberes.

- ¿Y vosotros habéis terminado los deberes? -preguntó Víctor.

Los demás respondieron:

- Sí.

Por eso decidieron dar una vuelta, pero luego fueron a ayudar a Flufly con el desintegrador y probar si funcionaba o no.

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CAPÍTULO 19 (Moisés)

EL VIAJE DE TODO ES POSIBLE

Entonces el desintegrador no funcionaba y a Víctor se le ocurrió una brillante idea.

- Podemos tomar la cápsula del tiempo para viajar a algún país del futuro -dijo Víctor.

- ¡Qué pereza! -dijo Leo.

- ¡Puedes parar de quejarte tío! ¿Es qué siempre tienes una excusa? -dijo Chadi.

- ¡Vaaale! Siempre es lo que él diga -dijo entre dientes Leo.

Entonces, todos fueron al laboratorio secreto. Nada más llegar, bebieron de las bebidas y les llevaron a un país llamado TODO ES POSIBLE. Cogieron todas las cosas.

- ¡Un momento! No podemos volver -dijo Chadi.

- Y... ¿Qué problema hay? -dijo Leo.

- Que se nos ha olvidado las tomas del laboratorio -dijo Chadi.

- No hay problema -dijo Leo. Tengo la receta de la bebida.

- Menos mal, nos ha salvado la vida -dijo Chadi.

- Hay otro problema -dijo Leo. Me falta el típico colorante azul, pero menos mal que estamos en el país de todo es posible.

Fueron los dos y la primera tienda que vieron era de colorantes. Compraron el colorante azul y regresaron a casa.

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EL DESENLACE (Alba)

¿VUELTA A EMPEZAR?

Al llegar a casa todo había cambiado porque no había nadie. ¿Qué habrá pasado? pensaron.

Fueron al colegio, al laboratorio... y nada, no había nadie, cuando de repente sonó ¡ÑÑÑÑIIIIII! y dijo Leo:

- Anda están talando árboles

- No Leo porque ¡No hay nadie! -dijo enfadado Víctor.

- Tranqui, tranqui -dijo Chadi.

- Vamos a pensar un poco, aquí hay unas cámaras que lo habrán grabado todo -dijo Víctor nervioso.

- Pero, vamos a ver Víctor, sí, aquí hay unas cámaras pero ¿De dónde sacamos las grabaciones?

- Pues muy fácil -dijo Leo.

- A ver listo -le dijo Chadi a Leo.

- A mi cuando descubrimos el laboratorio me dijo el profesor que allí estaban las grabaciones de lo que ocurría aquí -dijo Leo.

- ¡Anda es verdad! -dijo Víctor.

- Vamos, al laboratorio -dijo Chadi.

Pero cuando ya casi estaban en el laboratorio, Leo escuchó:

- Tenemos la batería, tenemos la batería.

Se dieron la vuelta y... ¡Eran un montón de personas con la cara de bola de discoteca de colores!

- Hay dios -dijeron los tres. 35

Cuando de repente apareció el profesor con... ¡El desintegrador! El profesor destruyó la batería y todos volvieron a ser normales gracias al profesor.

Al cabo de unos meses Carlos un compañero de los tres amigos dijo:

- Profe, me pita el ordenador porque mi batería se termina enseguida.

A lo que el profesor ni contestó, directamente cogió el ordenador y lo estampó contra el suelo y dijo:

- ¡Uff! Menos mal.

Carlos se quedó sorprendido pero el profesor le dio un ordenador nuevo.

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Libro colaborativo elaborado por los alumnos de 5ºC

CEIP PABLO IGLESIAS

Tutor: Jesús Gallego Martín

Alumnos/as:

Alejo Pinero, Jesús Ayala , Micaela Ariana Ballesteros Ramos, Mireya Díaz Reyes, Adrián García Torija, Aida Gómez Gil, César Jiménez Martín, Jorge Labort González, Maibelin Losada Heredia, Moisés Merino Bonilla, Susana Muñoz Muñoz, Diego Rodríguez Sanmartín, María Sánchez Sandoval, María José Serrano Carbonell, Carlos Elías Szabau , Rares Manuel Torres Bonilla, Alex Vázquez Castellanos, Cristian Vicario Ramos, Alba Villalba Mayeregger, Lucas Daniel

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