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EL HÉROE DE LOS CEDROS Esta es la historia de un héroe, pero no los de siempre, con súper poderes y músculos inflados, que salvan a mujeres y niños indefensos de malvados villanos que siempre termina en la cárcel. No, el héroe de nuestra historia es un héroe real, de carne y hueso, (un poco más de hueso que de carne), con aspecto de niño tímido, armado con una mochila llena de cuadernos y cuyos únicos poderes son una gran sensibilidad ambiental y una clara convicción de que las cosas se pueden hacer de forma diferente. Pues bien, Alejo que para ese entonces contaba con 14 años, salía del colegio hacia su casa y observó cómo unos trabajadores del municipio cortaban un gran árbol de cedro que bordeaba el camino y en lugar de seguir indiferente como lo haría la mayoría, este adolescente decidió enfrentar a 4 hombres fuertes, malhumorados por estar trabajando a la hora del almuerzo, bajo el sol de un pueblo con temperatura promedio de 30°C y que como si fuera poco, llevaban machetes y sierras en la mano. Pues bien… nuestro héroe no solo sobrevivió a su primera batalla sino que logró enterarse que la orden era tumbar otros tres cedros más ubicados al lado del primero.

El héroe de los cedros

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El héroe de los cedros

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Page 1: El héroe de los cedros

EL HÉROE DE LOS CEDROS

Esta es la historia de un héroe, pero no los de siempre, con súper poderes y músculos inflados, que salvan a mujeres y niños indefensos de malvados villanos que siempre termina en la cárcel. No, el héroe de nuestra historia es un héroe real, de carne y hueso, (un poco más de hueso que de carne), con aspecto de niño tímido, armado con una mochila llena de cuadernos y cuyos únicos poderes son una gran sensibilidad ambiental y una clara convicción de que las cosas se pueden hacer de forma diferente.

Pues bien, Alejo que para ese entonces contaba con 14 años, salía del colegio hacia su casa y observó cómo unos trabajadores del municipio cortaban un gran árbol de cedro que bordeaba el camino y en lugar de seguir indiferente como lo haría la mayoría, este adolescente decidió enfrentar a 4 hombres fuertes, malhumorados por estar trabajando a la hora del almuerzo, bajo el sol de un pueblo con temperatura promedio de 30°C y que como si fuera poco, llevaban machetes y sierras en la mano.

Pues bien… nuestro héroe no solo sobrevivió a su primera batalla sino que logró enterarse que la orden era tumbar otros tres cedros más ubicados al lado del primero.

Con una mezcla de rabia y frustración que le llenaba los ojos de lágrimas por el futuro de los frondosos árboles que daban sombra a toda esa zona educativa y deportiva del municipio, se devuelve al colegio a contarle a la coordinadora quien le dice que desafortunadamente ella no puede hacer nada pero que puede dirigirse a la alcaldía.

La segunda batalla de nuestro héroe no es más fácil que la primera (y eso lo sabemos todos los que nos ha tocado hacer diligencias en este tipo de lugares), de una oficina lo mandan a otra y de esta a otra hasta que al final lo recibe

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el técnico de la UMATA, quien empieza a darle las respectivas “justificaciones” para haber tomado esa decisión:

Que dos de los árboles estaban enfermos y habían cumplido su ciclo vital

Que la lujosa unidad residencial vecina había interpuesto una queja porque las hojas que los cedros soltaban dos o tres veces al año, según su ciclo de floración, caían perjudicándoles su piscina.

Que de todas formas terminarían cortándolos porque había un proyecto para construir una cancha de microfútbol sintética en ese sitio precisamente.

En fin, tras muchas explicaciones, no se sabe si por terquedad o que otro súper poder, nuestro héroe logró ganar una batalla más y el técnico accedió acompañarlo hasta el lugar para cambiar la orden de talar los árboles por la de solo podarlos mientras gestionaban con la entidad ambiental una visita para inspeccionar el estado de los cedros.

Ahora, dos años después, no se sabe mucho de las recomendaciones que hizo la entidad ambiental al municipio, pero cuando Alejo (que aunque ya cursa décimo grado, sigue igual de flaco y con la misma mirada dulce de ese entonces) va y vuelve todos los días del colegio, ve a los niños jugando en la nueva cancha sintética bajo la sombra de 4 magníficos cedros que ya alcanzan más 30m de altura y que aún no se han caído por ninguna enfermedad o construcción, si bien se les hacen podas a las ramas que van hacia los vecinos.

En ese instante siente esa extraña sensación de que ningún esfuerzo es pequeño y que todos podemos hacer algo significativo para lograr que el desarrollo del territorio no necesariamente implique acabar con nuestro patrimonio natural. ¡Todos podemos ser verdaderos héroes!

El equipo Los cedros y la Normal Santa Teresita agradecen a Alejo el héroe real de los Cedros