El Juego Del Garabato

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  • 8/17/2019 El Juego Del Garabato

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    40. EL JUEGO DEL GARABATO

    En esta tarea,el consultor o especialista no necesita tanto

    ser inteligente comoser capaz deproporcionar una relación

    humana natural y flexible dentro del encuadre profesional, en

    tanto el paciente se sorprende a símismo al producir ideas y

    sentimientos que no estaban antes integrados a : su personali-

    dad total. Quizás la principal labor realizada sea dela natura-

    leza de la integración, posibilitada por la: confianza en esa

    humana pero profesional relación -una forma de sostén - ..

    Sibien surgen oportunidades para elcomentario interpreta-

    tivo,estoscomentarios pueden reducirse almínimo, oenverdad

    omitirse deliberadamente. Así, este trabajo pueden llevarlo a

    cabo. consultores adecuadamente seleccionados mientras

    aprenden cómoefectuar la psicoterapia queincluye inte~preta-

    cionesverbales. Este trabajo reporta grandes beneficios,ya que

    elconsultor puede aprender delpaciente; yes menester que esté

    dispuesto a hacerlo, y no ansioso por abalanzarse sobre el

    material consus interpretaciones. Enla seleccióndelosconsul-

    tores, comoenla seleccióndepsicoterapeutas engeneral, ha de

    considerarse que los individuos ansiosospor abalanzarse sobre

    elmaterial interpretándolo nosonidóneos,por sutemperamen-

    to, para elejerciciodela psicoterapia, y enparticular, nolo son

    para efectuar consultas terapéuticas ..

    Al realizar esta tarea, que yo llamo consulta terapéutica ,

    conun niño (oconun adulto, lomismo da), espreciso ser capaz

    de usar con provecho el limitado tiempo disponible, y tener

    listas las técnicas, por flexibles que ellas sean. Hayque dar por

    sentado que enmuchos de estos casos, loque no selogra en la

    consulta noselogrará enningún otrolado. Laprimera consulta

    puede repetirse, pero si elniño tiene quever al consultor varias

    veces, sevuelve indispensable el trabajo en equipo dentro de

    una institución, y es muy posible que .deba derivarse al niño

    para un tratamiento psicoterapéutico prolongado.

    Lointeresante es que con relativa frecuencia sepresentan

    casos que no tienep que ser derivados a asistencia social o

    psicoterapia. Esto obedece en parte a que la mayoría de los

    niños cuentan con hogares y con una enseñanza escolar sufi-

    cientemente buenos, aunque a veces presenten problemas clí-

    nicos agudos. Basta una pequeña ayuda ofrecida al niño para

    que a menudo mejoren todas sus relaciones; la familia, y la

    escuela aguardan para cumplir conel resto del tratamiento.

    Respecto delas técnicas, cualesquiera sean, que elconsultor

    Amalgama de dos artículos: uno inédito, escrito en

    1964,

    y

    el otro publicado en 1968

    1

    En:n:

    i

    ej,erciciodela psiquiatría infantil he comprobadoque

    debeasigriarsele un lugar especial a laprimera entrevista. Fui

    desarrollando gradualmente una técnica destinada a utilizar

    enforma cabal elmaterial de esa primera entrevista. Afin de

    diferenciar este trabajo de la psicoterapia y del psicoanálisis

    utilizo para designado la expresión consulta psicoterapéuti~

    ca .Es.una entrevista diagnóstica, basada enla teoría dequeno

    es posible efectuar ningún diagnóstico en psiquiatría si no es

    conla prueba dela terapia.

    El fundamento deeste trabajo especial esla teoría de~ue un

    paciente (niño oadulto) tia ea laprimera entrevista una cierta

    capacidad para

    creer

    que obtendrá ayuda y confiar enquien se

    la ofrece. Loque la persona que desea ayudarlotiene que darle

    es~ en~uadre estrictamente profesional, enel cual elpaciente

    es~een hbertad de explorar la oportunidad excepcional que le

    br-inda la consulta para la comunicación. La comunicación del

    paciente conel psiquiatra estará referida a las tendencias emo-

    cionales específicas que, dotadas de una forma actual, tienen

    sus raíces en el pasado oen loprofundo dela estructura d e la

    personalidad del paciente y de su realidad interna personal.

    1

    Publicado en

    Voices:The Art and Science of Psychotherapy

    1 4 Nº 

    ~1968 .   va. , -

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    debe estar preparado para utilizar, la base es eljugar: En otro

    Iuga.r,

    sostuve que, en mi opinión, o bien la psicoterapia se

    ejecuta en la superposición de las dos zonas de juego (la del

    paciente y la del terapeuta), obien el tratamiento debe encau-

    zarse a posibilitarle al niño jugar -vale decir, tener motivos

    para confiar en la provisión ambiental-o Hay que partir de la

    base dequeelterapeuta escapaz dejugar, ydedisfrutar conel

    juego.

    Hay una técnica útil que ha sido denominada juego del

    garabato , que consiste simplemente enun método para esta-

    blecer contacto conun paciente cuando éste esun niño. Setrata

    deunjuego reglado que pueden jugar dospersonas cualesquie-

    ra, peropor logeneral enlavida socialpierde pronto su sentido.

    Larazón deque tenga valor para la consulta terapéutica esque

    el consultor utiliza los resultados deacuerdo conloque, según

    ha averiguado, elniño quiere comunicar. Loque mantiene el

    interés del niño es la forma en que se utiliza el material

    producido mientras sejuega.

    Este método es fácil de aprender y tiene la ventaja de que

    facilita enormemente la tarea de tomar notas escritas. Si un

    niño oniña secomunica conversando orelatando sus sueños, el

    hecho detomar apuntes sevuelve unproblema formidable; yse

    debe tener presente que no me refiero a aquellos casos que

    tratamos conpsicoterapia prolongada, sinoa losotros, numero-

    sos, que vienen a estas consultas. Cada uno de ellos espera

    recibir algomás que un diagnóstico: cada uno confíaen que se

    atienda a una necesidad suya, por más que sólo sea posible

    ayudarlo respecto deun detal'leo enuna única área dela vasta

    extensión de su personalidad.

    Apesar de todo,he vacilado endescribir esta técnica -que

    vengo usando mucho desde hace. varios años- no sólo por

    tratarse de un juego espontáneo que pueden practicar dos

    personas cualesquiera, sino también porque, si me pongo a

    describir lo que hago, es probable que alguien empiece, a

    reformularlo comosifuera una técnica fija, conreglasynormas.

    En tal casose perdería todoelvalor de este procedimiento. Si

    describo loque hago, existe el peligro muy real deque otros lo

    tomeny

    1

    conviertan enalgosemejante alTest deA?ercepción

    Temática. La diferencia entre estoy elTATes, enprimer lugar,

    que no setrata de un test, y en segundo lugar, que el consultor

    aporta supropioingenio casi tanto comoelniño. N~t~ralmen.~,

    elaporte del consultor es excluido, porque noes el SInoel nmo

    el que está comunicando su desazón. .

    Elhecho deque elconsultor cumpla libremente consupapel

    enel intercambio de dibujos tiene, sin duda, gran importancia

    para eléxito dela técnica; este procedimiento nololleva.al niño

    a sentirse inferior deningún modo-como sucede, por ejemplo,

    cuando un paciente es examinado por un médico clínicopara

    averiguar su estado desalud, o,amenudo, cuando selosome~e

    a un test psicológico (en especial a un test de la personah-

    dad)-. .

    Una vezqueha llegado elniño, enelmomento adecuado(por

    logeneral después de pedirle a la madre oel padre que pase a

    la sala deespera), le digo: Juguemos a algo. Temostraré a qué

    megustaría jugar amí . En lamesa, quehay entre elniñoyyo,

    tengopapel y dos lápices. Primero tomo algunas hojas depapel

    y las rompo por lamitad, dando así la impresión de que loque

    vamos ahacer notiene una importancia desmesurada, y luego

    empiezo a explicar: Este juego que a mí me gusta no tiene

    reglas. Simplemente tomo el lápiz y hago esto... , y pro~able-

    mente mirando hacia otra parte trazo un garabato a CIegas.

    Continúo entonces conmi explicación: Medirás aqué separece

    esto que yo hago, o si puedes loconviertes tú en alguna cosa;

    después tú harás lomismo para mí,y veré si puedo hacer algo

    con lo tuyo . . _

    La técnica se limita a eso; y es preciso destacar que aun en

    esta etapa temprana soy absolutamente flexible, demodo tal

    que si el niño en vez de dibujar quiere charlar, ojugar con los

    juguetes, ohacer música, ocorretear por la pieza,me siento en

    libertad deamoldarme a sus deseos.Confrecuencia losvarones

    quieren jugar a loque llaman unjuego conpuntaje , osea, un

    juego en que segane opierda; pero en una gran proporc~ónde

    primeras entrevistas el niño se amolda durante un tIempo

    suficientemente largo a mis deseos y a lo que a mí me gusta

    jugar, como para que pueda hacerse algún progreso. P~onto

    empiezan a recogerse los beneficios, de modo que el Juego

    prosigue. Amenudo enuna hora yahay veinte otreinta dibujos

    hechos por ambos, cuya significación fuehaciéndose más ymás

    2 Véase Playing: Creative

    Act.ivity

    and the Search ofthe Self ,én

    Playing

    and Reality, Londres, Tavistock; Nueva York, Basic Books, 1971' Penguin

    1974. ' ,

     

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    profunda, y el niño la siente comoparte de una comunicación

    importante.

    Con respecto a los garabatos en sí, es interesante señalar

    que:

     .Yoloshago mejor que loschicos,y éstos son,norm.almente,

    mejores que yopara el dibujo. .

    2. Contienen un movimiento impulsivo.

    3.Sonlocos,amenosque loshaga una persona sana. Por esta

    razón, a algunos niños les parecen aterradores.

    4. Son incontinentes, salvopor elhechodeaceptar limitacio-

    nes, y es así que algunos niños los consideran una travesura.

    Esto se vincula conel tema deforma

    y

    contenido. El tamaño y

    forrna de la hoja es un factor que opera.

    5. En cada garabato hay una integración proveniente dela

    integración de loque es parte de mí; a mi entender, no se trata

    de una integración típicamente obsesiva, la cual contendría el

    elemento de la renegación del caos.

    6.Confrecuencia elresultado deungarabato essatisfactorio

    e~ símis;mo,en cuyocaso es comoun objeto encontrado -.::..p.

    ej.,una piedra oun trozodemadera vieja quetal vezun escultor

    encuentre y emplee comouna especie deexpresión, sin traba-

    jarla-. Esto tiene su encanto para los niños perezosos, y echa

    luz sobre el significado delapereza. Cualquier trabajo que sele

    agregue arruinará 1 que empezó siendo un objeto idealizado.

    Quizás un artista sienta que el papel o la tela son demasiado

    hermosos, que nodeben ser arruinados; potencialmente,

    son

    la

    obra de arte. En la teoría psicoanalítica tenemos elconceptode

    la pantalla del sueño (Lewiri), comolugar en el cual, osobre el

    cual, puede soñarse un sueño. '

    Todoesto seconecta conla etapa, muytemprana, demáxima

    dependencia, en la cual el selfdelbebé aún no está formado. Su

    yo es muy débil, a menos que reciba auxilio del yo de la madre

    (comosuele suceder). El bebé empieza viviendo con elyode la

    madre, que ella le presta merced a su adaptación sensible a las

    necesidades del bebé.

    Ha de entenderse que no existen dos casos iguales, y si dos

    de ellos se asemejasen yo entraría a sospechar de haberles

    puesto algo de mi propia cosecha, llevado por una necesidad

    • Bertram D. Lewin, Inferences fro~ the Dream Screen ,

    International

    Journal of Psycko-Analysis,

    vol. 29 (1948).

    28

    personal. La descripción deun solocasoes, pues, forzosamente

    engañosa, y todo estudioso de esta técnica tendrá que repasar

    una veintena decasos para comprobar que,en rigor, nohay dos

    iguales. Deahí queyohaya publicado alrededor de una docena

    deestos casos, yme propongo reunir varios de ellosenun Iibro.?

    He escogido uno de ellos para presentarlo aquí, sin que

    pueda afirmar que 1 haya hecho por algún motivo en especial.

    (Aquíel lector tendrá que tolerar quecambie detema. Mees

    forzosodescribir un caso, ynodescribir eljuego del garabato. Al

    final' volveré al tema principal y haré algunos comentarios

    sobreeste juego, tal comofue usado por elniño ypor mí en este

    caso.)

    CASO DE L., DE 7 AÑos y MEDIO, 19/1/1966

    L. vino con sumadre, y las dosme esperaron en elconsulto-

    rio, donde yo había dejado varios números de la revista Ani-

    mals. Esto influyó, sin duda, en el material de la consulta.

    Historia familiar: nena de 12 años; varón de 10 años; L. , de

    7años y medio; nena de 5 años; varón de 3 años y medio.

    Compartí unos minutos con ambas, charlando sobre la

    revista de animales. Lepedí a L. que me acompañase hasta la

    sala de espera, que había preparado para la madre con el café

    ydemás, todo 1 cual despertó elinterés deL., quien luegovolvió

    conmigo al consultorio sin ninguna dificultad. Enseguida nos

    pusimos a jugar al juego del garabato, después que yo simple-

    . mente le dije de qué se trataba y ella aceptó. No conocía este

    juego.

    L. era una niña linda y delicada, conun dulce aspecto, como

    puede tenerlo una niña de 7 años, bastante independiente y

    totalmente confiada en el marco de la relación que yoentablé

    con ella.

    •Therapeutic Consultations in Child Psychiatry, Londres, Hogarth Press;

    Nueva York, Basic Books, 1971. [Trad. cast.: Cltnica psicoanal üica infantil,

    Buenos Aires, Hormé, 1980.] .

    •El material  é esta entrevista fue utilizado también en un libro compilado

    por G.Bierman, Handbook ofthe Psychotherapy ofCh.ildren (Muních, Ernest

    Reinhardt, 1968), el cual contiene un capítulo del Dr. Winnicott que se titula

     Meeting the Challenge of the Case in Child Psychiatry -D.W.W. (Fue

    publicado como Caso 3, Eliza , en

    Therapeutic Consultations in Child Psy-

    chiatry, ob. cit. [Comps.]

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    estaría vinculada conel espacioentre las patas delanteras ylas

    traseras (dibujo 1),sea cual fuere el significado que llegasen a

    tener. No obstante, los sombreros aparecieron por cierto como

    una temática secundaria. Describiré elcomplejodelossombre-

    ros al finalizar mi descripción deesta sesióncon la niña.

     

    cuenta deesto, porque volvió al dibujo N leagregó una línea

    para mostrar la barriga. ,

    10.El de ella, sobre el que estuvimos charlando. Yole dije:

     Realmente es algocompleto en símismo;nonecesita que se le

    haga nada. Mepregunto sinoserá una ... (aquí debí sonsacarle

    cómo llamaban en la familia a los productos de la defeca-

    ción)...una tarea

     busy ,

    Siel animal notiene panza, ésta podría

    ser la cosaque cayese .

    Memiró comosi estuviera interesada, peroa la vez comosi

    lehablase en un lenguaje que no era el suyo,y dijoque era una

    víbora; ledibujé entonces un plato alrededor y lesugerí que po-

    díamos cornerla en el almuerzo.

    Continuación del juego

    6. El de ella, al que enseguida viocomoun canguro conun

    sombrero puesto. Hizo algo que puso de relieve el tema del

    canguro y loligócon la idea de que entre las patas delanteras

    y traseras había un.lugar significativo. Señaló que el canguro

    tenía las rodillas apuntando hacia arriba, comosuelen tenerla

    los canguros, y para ejemplificarlo dibujó sus propias rodillas

    levantadas hasta el pecho. Es dable apreciar que uno de los

    efectosdeestoesque queda ocultoelvientre; por otra parte, los

    niños suelen elegir el canguro por la bolsa que tiene, y para

    indicar un embarazo visible en lugar deun embarazo oculto.

    7

     

    1L Almío loconvirtió en un perro feroz, que parecía listo

    para arremeter contra alguien . Esto demostraba la capacidad

    de L.para llegar hasta algo propiode su naturaleza que no se

    manifestaba en su comportamiento habitual, oen su aparien-

    cia. (Dicho sea de paso, yo estaba pensando en conectar el

    arremeter conla idea dela panza ausente, y tomé nota mental

    de que por supuesto la niña tenía que haber asistido a los

    procesos correspondientes a los dos embarazos que fueron

    posteriores a ella, en especial el segundo cuando tenía entre 3

    años y medioy 4 años.)

    12. Al suyo lo convertí en un duende o algo así . Ella

    7. El mío, que convirtió enuna mano oguante.

    8. El de ella. Juntos loconvertimos enuna trompeta.

    9.Elmío, que convirtióen unperro oalgoasí . Seadvertirá

    que también enestedibujohayunespacioentre lacolayellugar

    donde estarían las extremidades.

    Evidentemente ella se dio

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    pensaba que estaba por comerse las hojas de la rama. Legustó

    comodibujo y comoidea imaginativa.

    13. El mío fue tratado por ella de un modo sumamente

    imaginativo. Es algo que se mete en un túnel. Podría ser un

    topo . Pensé que aquí estaba presente el simbolrsmo de la

    defecación, oel nacimiento, oel coito,perodejéelasunto allí sin

    interpretar.

    14.El suyo terminó siendo una especie de pato que se ve en

    la oscuridad. Esto significaba que andábamos próximos a las

    ideas que surgen en la mente momentos antes de despertar.

    Estábamos cerca de un verdadero material onírico.

    15. Al suyo loconvertí en la cabeza de una especie de ave.

    16. Ella trató al mío de modo similar, poniéndole al ave

    plumas sobre la cabeza.

    Aesta altura sehabía desarrollado unjuego relacionado con

    colocar los dibujos uno al ladodel otro sobre elpiso; ella tomaba

    entusiasta cada uno que terminábamos y loponía al final de la

    hilera, demodotal que los dibujos llegaban hasta la otra parte

    dela habitación. Cada vez que ella se levantaba para ir a poner

    undibujoallío aver elnúmero (cosaque también leinteresaba)

    yole decía: Adiós ,y cuando volvía le decía:

     ¡

    Hola . Ella n~

    se mostraba hiperexcitada, sino vitalmente interesada en lo

    que sucedía, y ambos disfrutábamos.

    34

    17.Al suyoloconvertí enun pato, imitándola, y selodije. Le

    puse al pato un pez para que se locomiera.

    18. Almío lo convirtió en algo feroz .

    Yo le había formulado ya algunas preguntas tentativas

    sobre sus sueños, pero no le resultaba fácil hablarme de ellos.

    Aventuró el comentario de que eran horrendos. Yo le había

    dicho antes que sin duda había algo horrendo que formaba

    parte de ella y_con loque ella no sabía qué hacer, y lerecordé el

    perro feroz

     N

    11),tema que sevolvía apresentar eneste dibujo

     N 18)de algoferoz que tiene garras y grandes orejas yun ojo

    grande y extraño con el cual puede ver en la oscuridad .

    Aquí le añadí algo respecto de la forma en que podían

    volcarse las cosas de adentro sinohubiese panza: tal vezcaería

    algoferoz, comoloque ella había dibujado. También ledije algo

    respecto de las garras y de sus ideas de alcanzar esoque había

    dentro de labarriga de mamá cuando estaba por tener uno de

    los dos bebés que vinieron después de ella. Esta idea fue

    novedosa para L. Noestaba segura derecordar nada vinculado

    con el embarazo de su madre (desde luego, no usamos esta

    palabra).

    35

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    19. Yo comencé a hacer algo con el de ella, y jurrtos lo

    transformamos en un insecto.

    20.   lmío fue algo diferente de los otros garabatos, más

    concentrado. Exclamé:  [Este-es medio tonto, ¿no? .Ella con-

    testó: ¡No ,y rápidamente lo convirtió en alguna clase de

    animal conantenas ... Tiene una pata grande yuna cola. Puede

    ser lindo o ser horrendo .

    Más omenos por entonces yotraté deobtener deella alguna

    información sobre si las cosas feroces yhorrendas eran mascu-

    linas ofemeninas, peronoconseguíningún indiciosignificativo.

    21. Al de ella lo convertí en lo que ella llamó una dama

    elegante . Mientras yoterminaba dedibujar éste, ella yahabía

    empezado el siguiente.

      :   ;

    _  

    2:2

    22. Enuna hojamás grande que las habituales. Dijoque le

    resultaba muy difícil hacerlo y que ella tenía que ser muy

    valiente ... es un sueño aterrador . Empezó con la parte de la

    oscuridad y luego incorporó la cama, en la que ella yacía;

    después seconcentróenlosdetalles dela COSAquesearrojaba

    sobre ella. Tenía las rodillas levantadas (como describió al

    36

    canguro,   comomehabía mostrado consupropio cuerpo), una

    pata grande y una pequeña, y un soloojo. Desde su punto de

    vista era lomás horrendo posible .

    Traté de explorar qué sentiría ella siesa COSAsele viniera

    encima,y todocuanto pudo decir fue: Seríahorrendo para mí .

    Hiceunas exploraciones en torno dela idea de la estimulación

    sexual, ya sea enla forma deuna seducción dealgún tipo(que,

    dadoelmarco familiar, era improbable) odela masturbación,

    utilizando palabras que pudiera entender. Noforcé el tema en

    absoluto, pero le insinué que yo estaba al tanto; me miró

    sorprendida, como si fuese la primera vez que pensaba cons-

    cientemente enla masturbación y enlos sentimientos deculpa

    ligados a ésta. Es evidente que aquí yo estaba especulando,

    basándome enloque, ami parecer, veía que estaba sucediendo.

    Obrécongran cautela, asegurándome de queesono pusiera en

    modoalguno en peligro la relación establecida entre nosotros,

    lacual tenía rasgos positivosmuyimportantes, enlosquepodía

    confiarse para estar a salvo degrandes riesgos.

    En ese momento le dije que podía escoger entre seguir

    jugando ohacer alguna otra cosa, y dijoqueprefería hacer dos

    garabatos más. Así pues, le di todas las oportunidades para

    dejar eljuego, o cambiar de tema, ojugar a otra cosa yver qué

    sucedía.

    37

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    23.Almíoloconvirtió enotrocanguro, esta vezconuna gran

    panza o bolsa y en ella un canguro bebé. No tenía las patas

    flexionadas. Le dije que el canguro permitía pensar en una

    panza conun bebé adentro sin abordar directamente la idea de

    la madre embarazada. Dijoque el canguro es un animal que

    hace cosasconsus patas ypega saltos. Letransmití algomás de

    mi propia idea sobre que esa cosatan espantosa que se ieviene

    encima representa algoque ella nunca aceptódel todo,y es que

    tiene sentimientos parecidos con respecto al bebé que está

    adentro de la panza de su mamá. La COSA horrenda sería

    entonces un retorno dealgopropiode ella, que ella era capaz de

    sentir comohorrendo.

    24. Al suyo lo convertí en un animal que le gustó. Como

    parecía conganas decontinuar dibujando, seguí adelante conel

    juego.

    25. Almío lo convirtió en un chivo que embestía. Presumí

    (aunque nole dijenada deesto) que para L.,lomismo que para

    otras personas, un chivo es un símbolodel instinto masculino.

    26. Al suyo loconvertí en otro animal, que le agradó.

    38

    ~ ~ 

    27. Sobreelmíodijoque iba a ser unratón; por lomenostenía

    una orejagrande. Comentóque elpróximodibujosería elúltimo

    de la serie.

    28.Alúltimo, deella, lotrocó, congran fantasía, enla cabeza

    de un hombre. Empezó poniéndole anteojos; era obvioque se

    trataba de un retrato mío. El hombre estaba leyendo un perió-

    dico. No-se retractó-, está cruzado debrazos . Aesta altura

    sela veía actuar conmucha libertad; podía ver loque quisiese

    en sus propios garabatos.

    Yaestaba encondiciones deirse, ylecomuniqué que iríamos

    abuscar a la mamá, así quejuntamos entre ambos los dibujos,

    que ella quiso reexaminar en el orden correcto. Repasamos

    todos los detalles significativos, incluidos los divertidos, así

    como las interpretaciones. Sacó del montón el dibujo hecho

    sobrelahoja grande (Nº22), eldesu sueño, y loapartó diciendo

    que ése era diferente . Pienso que sihubiese entrado lamadre,

    L. habría querido que ese dibujo se mantuviese como algo

    privado entre ella y yo. De todos modos,metí todos los dibujos

    dentro deuna carpeta y le dije que eran suyos ypodría tenerlos

    encualquier momento que losquisiese, peroyoselosguardaría.

    Esta esmicostumbre al terminar eljuego, yesmuy raro queun

    niño quiera llevarse los dibujos a su casa.

    Salió entonces a buscar a la madre. Mientras trasponía el

    umbral de la puerta principal, muy contenta, le dije: ''Tal vez

    nos volvamos a ver algún día . Ella respondió: Así loespero .

    Comentario

    Si el lector está estudiando esta técnica, y a la vez tratando

    deusar este material para evaluar el estado psiquiátrico de L.,

    preferirá repasar lo que hasta ahora se ha presentado sin

    ayuda. Es indudable que sonmuchas las opiniones que podrían

    manifestarse, según que secoloque elacento ora enunaspecto,

    ora en otro del caso.

    No obstante, quiero hacer algún comentario para que el

    lector louse luego desu examen personal delo que aquí sedejó

    traslucir.

    Observaciones generales

    Esta niña inteligente queda comprendida dentro de loque

    abarca eltérmino normal o sana , psiquiátricamente hablan-

    do. O sea, revela estar libre de toda organización defensiva

    39

     

  • 8/17/2019 El Juego Del Garabato

    9/10

    , ,

    rígida. Dichode un modomás positivo, escapaz de jugar y de

    disfrutar con el juego; acepta sin dificultades mi manera de

    jugar y permite que nuestros respectivos juegos se superpon-

    gan; además, tiene sentido del humor sin ser maníaca.

    L

    es capaz de usar su imaginación, y luego de la debida

    verificación dela situación, dedarme un sueño significativo en

    el que aparece la ferocidad -precisamente el rasgo que falta

    clínicamente en supersonalidad, tal comosemanifiesta ante

    quienes la conocen.

    Surgen ciertos temas que dirigen la atención a ciertas

    esferas de la organización dela personalidad total deL., las

    que leprovocanciertotrastorno a raíz del conflicto,la ignoran-

    ciay el embrollo. Estos temas son los siguientes:

    A. Tema principal

    Algo anda mal (NQ1).

    Espacio en blanco en lugar de la línea de la panza

    (Nº 1).

    Línea agregada con posterioridad

    (en elmomento dehacer

    elNº 9).

    Tema del canguro, que plantea su confusión respecto del em-

    barazo.

    Comprensión del embarazo genital, pero con fantasía

    prege-

    nital (tracto alimentario) deembarazo, sometida relativamente

    a la represión.

    Es comosi se lehubiese dadoinformación sobre elhecho de

    que los bebés provienen del útero, pero esta información no

    hubiese prendido enella debido a que todavía sedebatía con

    los bebés comoaquello que viene de adentro -sistema de la

    fantasía alimentaria-. Es imposible saber si esto provenía de

    la madre o de la hija, o de ambas, ya que resulta claro que la

    angustia se centraba en la COSA horrenda presente en el

    sistema de la fantasía del tracto alimentario, y que esto se

    vinculaba con las ideas horrendas o destructivas que L. tuvo

    quizás respecto deesas COSASdel vientre de la madre que, a

    veces, la ponían gorda. -

    El hecho de que L.pudiera alcanzar estas cuestiones en su

    relación conmigotuvo por efectoque se transformase en una

    • El término maníaco implica para mí que hay un estado de ánimo

    depresivoqueha sidorenegadoy reemplazadopormanifestaciones contrade-

    presrvas

     D W W

    4

    persona más relajada, de modo tal que los padres quedaron

    satisfechosconel resultado clínicodela consulta. Esto apunta-

    ríaalaposibilidad dequeL.estuviese yapreparada para recibir

    una explicación más imaginativa e infantil que la que se le

    había dado sobre el origen de los bebés.

    B. Tema secundario

    Laniña mostraba un recurrente interés por los sombreros,

    yestobienpuede haber sidouna secuela del episodiosignifica-

    tivo queme relató la madre, al que todavía no me he referido.

    Confíoenquealhacerlo ahora novoya interferir enla compren-

    siónde las cuestiones principales deeste caso.

    Cuando la entrevista conlamadre (queversóprincipalmen-

    te sobre ella misma) se aproximaba a su término, me comentó

    algorelacionado conelmanejo deL. en sus primeros meses de

    vida, sobrelocual sesentía culpable. Dijo: Parece ridículo,pero

    sucediócuandoL. tenía diezmeses. Tuveque ausentarme unos

    días, contra mi voluntad, pero dejéa losniños (en ese entonces

    L. era la más chica) al cuidado de una niñera que estaba

    permanentemente cerca de casa y conocía las costumbres de

    nuestro hogar. Pensé que todoandaría bien, perodebohaberme

    sentido en falta porque al regresar me precipité hacia donde

    estaba L. (la beba) -ya nome acuerdo dónde era que estaba-

    sin sacarme el sombrero. Lo espantoso del asunto es que L.

    quedó petrificada. Noreaccionaba enabsoluto ante nada delo

    queyolehacía. La tomé enmisbrazosunlargo rato, ya lapostre

    serelajó yvolvióa ser comoera antes dequeyomefuese. Todo

    retornó alanormalidad, salvoque apartir deentonces L.letuvo

    fobia a los sombreros. Durante un largo tiempo -muchos me-

    ses-la beba no soportó a las señoras consombrero puesto .

    Probablemente haya sidopor esta fobia a los sombreros, y

    por la posibilidad deque hubiese quedado algún residuo deesa

    pérdida de lamadre durante tres días, a losdiez meses, que la

    madre resolviótraer a L. a la consulta psiquiátrica, ynoporque

    semojaseenla cama -lo cual nole importaba a lamadre enab-

    soluto, y además ya se estaba resolviendo por la época de la

    consulta-o

    Comoya señalé, fue importante quemeatuviera almaterial

    dela niña y noal tema subsidiario delossombreros, quepodía

    haber reconocidoa partir deloque lamadre me había contado

    sobre los primeros años de L.

    4

  • 8/17/2019 El Juego Del Garabato

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    C.Tercer tema

    El tercer tema fue, en definitiva,el más importante. Se

    vinculaba justamente con el rasgo faltante en la personalidad

    deL., la ferocidad que apareció primero en algoferoz (N218)

    Y luego en la COSA del sueño (NQ22). La ferocidad estaba

    relacionada con el temor de L. a las cosas que, según ella

    imaginó, crecían dentro de la panza desu mamá, temor basado

    enuna concepción pregenital de las funciones orgánicas de la

    ingestión-retención-eliminación. También seconectaba consus

    propias mociones agresivas, la rabia que sentía por su madre

    que se apartaba de ella concada nuevo embarazo, y su ataque

    temeroso a losobjetoshorrendos imaginados enelinterior desu

    madre. Por detrás de todoesto sehallaba elataque encubierto

    a loscontenidos delamadre, correspondiente a una relación de

    objetobasado enel instinto, oa un impulso deamor primitivo,

    en cuya prehistoria estaba la idea del ataque a los contenidos

    del pecho, o apetito voraz.

    El trabajo realizado enesta única consulta terapéutica bastó

    para liberar el impulso de amor primitivo respecto de los

    impulsos secundarios derabia, y clínicamente la consecuencia

    fue que la personalidad dela niña sevolviómás libre engeneral

    y hubo un intercambio más suelto de sentimientos entre ella y

    su madre.

    Laparte principal deeste trabajo estuvodada por lospropios

    descubrimientos de la niña, o esa secuencia ordenada que

    culminó en que fuera capaz de usar el sueño que había tenido,

    pero del que no había podido extraer cabal beneficio.

    En otras palabras, las interpretaciones no produjeron el

    resultado pero contribuyeron al descubrimiento, por la propia

    niña, de loque ya había en ella. Esta es la esencia de la terapia.

    Resumen.

    a. Se ha intentado describir eljuego del garabato.

    b. Este es un juego sin reglas.

    c.Nohay nada nuevo eneste juego, ymuy pocode nuevo en

    su uso en psicoterapia. Loimportante es el uso que se le dé al

    material que eljuego puede producir, especialmente enese tipo

    de trabajo en una sola sesión que yo denomino consulta

    terapéutica .

    42

    d. Por lotanto, para describir el juegoha sidomenesterdar

    un ejemplo, locual implicó la descripción de un caso. Pero no

    hay doscasos iguales, ypor ende un soloejemplo puede r~sultar

    engañoso. Se invita, pues, al investigador a que estudie este

    casojunto con los otros publicados,

    e.Enmuchos denuestros casos bateamos bien, por decir así.

    Estos casos (comunes) son los que suministran elmejor mate-

    rial para esta clase de trabajo en psiquiatría infantil. Ycual-

    quier mejoría clínica posterior a la sesióngenera, naturalmen-

    te una respuesta favorable en el hogar o la escuela.

    , f.Si el trabajo de la sesión noda lugar a un resultado clínico,

    elcasopasa a ser clasificado naturalmente entre los que nece-

    sitan un enfoque distinto, comola asistencia social ouna larga

    psicoterapia. Eljuego del garabato noha de dominar la esc.ena

    durante más deuna sesión, oa losumodosotres. Es convernen-

    te pensar en términos de la repetición deuna primera sesión, y

    decir entonces que eljuego delgarabato, o sus equivalentes, es

    útil comotécnica para la primera sesión.

    g.Contrariaría mis propósitos que eljuego del garabato fue-

    ra estandarizado odescripto conexcesiva claridad. El principio

    esque lapsicoterapia seproduce enun lugar donde se superpo-

    nen la zona de juego del niño y la zona de juego del adulto o

    terapeuta. El juego del garabato es un ejemplo decómopuede

    favorecerse esa interacción.

    7 Véase Therapeutic Consultations in Child Psychiatry , ob. cit.

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