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1 El latín Vulgar (Lo que nunca hablamos) Enrique Cabrejas Iñesta © 2014 © 2012 Enrique Cabrejas Iñesta © 2012 e-nstitut ideal nol © 2012 fuentes gráficas de íbero Juan-José Marcos © 2013 El Latín Vulgar (Lo que nunca hablamos) Enrique Cabrejas Cabrejas Iñesta, Enrique (Enero 2013) KARUO - EL SECRETO ÍBERO - ISBN 978- 84-9030-665-9. Colección: Investigación. Editorial Círculo Rojo. Almería. DEPÓSITO LEGAL: A 1185-2012.

El Latin Vulgar

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De la mano con el Latín Vulgar pero no derivamos de el

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El latín Vulgar (Lo que nunca hablamos)

Enrique Cabrejas Iñesta © 2014

© 2012 Enrique Cabrejas Iñesta

© 2012 e-nstitut ideal nol

© 2012 fuentes gráficas de íbero Juan-José Marcos

© 2013 El Latín Vulgar (Lo que nunca hablamos) Enrique Cabrejas

Cabrejas Iñesta, Enrique (Enero 2013) KARUO - EL SECRETO ÍBERO - ISBN 978-

84-9030-665-9. Colección: Investigación. Editorial Círculo Rojo. Almería. DEPÓSITO

LEGAL: A 1185-2012.

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El latín Vulgar (Lo que nunca hablamos)

Enrique Cabrejas Iñesta © 2014

Aquellos que defienden que el español es una continuación del latín vulgar, y que como

saben es la versión oficial del origen de la lengua castellana no tienen prueba alguna de

la existencia de ese supuesto lenguaje. El latín mal escrito es otra cosa distinta, y es

inaudito que esta teoría haya permanecido hasta nuestros días. No obstante hay una

explicación, nadie pudo darse cuenta porque desde los tiempos de los íberos y de los

celtíberos nadie supo leer su escritura y advertirlo. ¿Advertir qué? Pues que la lengua

castellana por ende española, aun nunca usara su misma desusada escritura, está basada

en la lengua vernácula y hablada por los íberos y los celtíberos.

Verán, cuando la ortodoxia que defiende el latín es la indiscutible madre de la lengua

española pretende demostrar motu proprio que todo tiene origen en un supuesto latín

hablado y llamado vulgar, para probarlo en lugar de hacerlo escribiendo en ese supuesto

eslabón perdido y progresivo hacia el romance lo hacen directamente en castellano.

¿Por qué? Porque en español usamos la ortografía latina para escribir, pero el latín no

sólo en su corpus o collocation sino incluso fonéticamente es diametralmente opuesto al

castellano. A mí hasta el momento, cuando mis amigos me invitan a salir, no lo hacen

llamándome para: “Nunc est bibendum” ni tampoco si se interesan por lo que digo me

sueltan: “Res tenet verba sequntur” ni siquiera nada que a poco se le parezca. Eso sí que

es latín y no lo que hablamos nosotros. ¡No! Claro que no. Son quienes nos dijeron que

los celtíberos fueron indiscutiblemente tribus celtas pero me consta que no lo fueron, así

que si estuvieron tan acertados en este asunto como el otro, su grado de acierto permitan

subraye a mi modo de ver debiera ser poco menos que discutible.

Y tal vez un nombre como Retógenes les parezca celta a esos historiadores ortodoxos,

sin embargo a mí desde luego no me lo parece en absoluto, y quizá sea porque conozco

que significa este nombre. Miren ¿cómo es posible? un celtíbero llamado por la historia

celtíbera "Retógenes", conocido por ser símbolo y un reconocido héroe de la resistencia

numantina contra la ocupación de Roma en nuestra península ibérica y que su nombre

no tenga una significación ni relación alguna con el idioma celta ¿no les llama la

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atención? y que en cambio se componga de palabras griegas comunes. En realidad

ΡΕΤΟ es decir reto significa “difícil”, exactamente igual que hoy lo conocemos y

decimos en español. Claro ¿qué pensaban? porque nuestra lengua viene del íbero y del

celtíbero común y no del latín vulgar. En cuanto a ΓΕΝΝΕΣ es decir genes, significa

“nacimiento” y todas las sucesivas generaciones de españoles conocemos esa palabra y

la escribimos tal cual como los celtíberos, con sólo una letra “n” y no con dos al estilo y

uso del griego ático. El celtíbero es nuestra lengua, siempre lo fue, pero nos modificaron

el modo de escribirla. Nos cambiaron la grafía íbérica y que es nuestra lengua vernácula

que fue griega antigua, es decir griego antes del griego, pero escrita de otro modo y nos

la romanizaron. Pero ello no implica que sea latín, de hecho no lo es y tampoco lo fue

siquiera vulgar. Ahora ya saben que Retógenes significa “nacido de difícil parto”. Es un

acrónimo o sintagma celtíbero, es la sintaxis común ibérica, en cambio el latín y que era

otro idioma aquí nunca se empleó por sus pobladores, lo fue originalmente de nobles y

patricios romanos frecuentemente usado en la literatura y en la administración. Fue un

idioma muy visible por la hegemonía de Roma pero sin ninguna implementación en

nuestro acervo popular, y por otro lado nuestro primigenio idioma no fue tampoco celta,

por supuesto como ya dijimos tampoco latín, aun menos uno al que pretendieron vulgar

y que jamás existió pero que sin embargo sirvió para justificar lo que no se conocía

antes: Que la excelencia de nuestro idioma castellano por ende español reside en la

insólita lengua ibérica y en la antiquísima escritura de los íberos y los celtíberos.

Verán, resultó ser que el Sábado 21 de Abril de 2012 alrededor de las 6h de la tarde supe

descifrar la escritura ibérica tras transcribir el texto completo de “El bronce de

Luzaga”, y para mi sorpresa descubrí que las tesis y publicaciones de los eruditos

avalados por toda la comunidad científica y que dieron validez a un supuesto origen,

ritos y lengua celta de los iberos y los celtíberos tuvieron que hacerlas sin la necesaria

comprobación. Son un AXIOMA, advertí que no eran auténticas transcripciones sino

simplemente transliteraciones fonéticas sin significado. Como ustedes saben todo

idioma se sustenta en una filosofía del lenguaje que explica su mundo y también todos

los mundos posibles, por ello es tan triste perder un lenguaje porque todo un universo

explicado se extingue con él, y pude comprender que aun parezca inverosímil y

sorprendente la escritura de los iberos y los celtíberos se trata de escritura helena

construida con diversos alfabetos epichorikos, es decir que cada comunidad lingüística

usaba caracteres propios de su territorio y por esa razón los lingüistas jamás pudieron

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encontrar coincidencias grafológicas en otro lugar que no fuera en ese territorio

específico. Esa escritura es anterior al alfabeto griego Milesio o de Mileto, sí, pero no

obstante se trata de una misma lengua hablada. Y pude comprobar que para los

celtíberos (íberos septentrionales) se trataba de una lengua proto-griega, para ser más

concreto en sus modos de uso: frigio-lidio-dorio procedente de Anatolia. En realidad, la

lengua de los celtíberos y la lengua frigia es la misma lengua pero escrita de otro modo,

con otros distintos símbolos. Pero lo más sorprendente se lo diré ahora, y a

continuación: Nuestras palabras, las que usamos hoy, pude comprobar que son las

mismas que usaban ellos. Naturalmente no están escritas con nuestros caracteres y

otras por supuesto se extraviaron en el tiempo, no son de uso corriente y no obstante

podemos encontrarlas todavía en el griego antiguo, incluso muchas en griego actual, lo

cual no me digan no es sensacional, ahora bien, actualmente nosotros las conocemos

escritas con la ortografía de patrón latino. ¡Sorprendente!

Verán, retomando el asunto y que les exponía al inicio sobre ese héroe celtíbero:

Retógenes junto con Megara fueron dos destacados resistentes numantinos. “Megara”

como jefe de los numantinos fue capaz de derrotar en numerosas batallas a los romanos

a base de usar el ingenio y la estrategia. Tanto, que hizo dudar y llegó a desmoralizar al

ejército más poderoso del mundo. ¿Pero no se dan cuenta? Μέγαρα “Megara” es una

palabra antigua griega que significa “mansión” o si prefieren “casa grande”. Y es fácil

de ver, todos conocemos que la palabra mega significa “grande”. Pero incluso es más,

en la mitología griega “Megara” es el nombre de la hija de Κρέων “Creonte” rey de la

ciudad de Θῆβαι “Tebas” y esposa de Ἡρακλῆς “Heracles” nada menos que el héroe

nacional griego. Y por si fuera poco, también es el nombre para una antigua ciudad de la

Attica Griega que fue la gran aliada de Esparta. Y quizá no conozcan la interesante

historia de Retógenes, pues permitan que se la cuente brevemente: Entre los jóvenes a

quienes los romanos ejecutaron cortando las manos se encontraba Retógenes, es decir

ΡΕΤΟΓΕΝΕΣ y sabemos por el historiador Αππιανός “Apiano” que Retógenes fue un

personaje histórico protagonista de uno de los episodios de la resistencia numantina más

inverosímiles de la historia: Verán, cuando las condiciones de penuria y escasez de

alimento fueron extremadamente graves y los numantinos morían de hambre y sed,

Apiano nos dice que “Retógenes, un numantino apodado Caraunio, el más valiente de

su pueblo...” Les resumo la historia, cuenta que Retógenes cruzó sin ser descubierto, en

una noche de altas nieves, las tierras que había entre ambos ejércitos en compañía de

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cinco hombres, unos sirvientes y los caballos.

Así pues, Retógenes tuvo que ser sin lugar a dudas un distinguido noble entre los

numantinos. El relato es formidable porque cuenta que fue capaz de burlar la vigilancia

de los legionarios llevando una escala plegable por la que saltaron por encima del muro

de circunvalación. Pero no sólo él y sus hombres, sino que tirando de las riendas,

también hizo subir a los caballos con la dificultad que eso tuvo que entrañar. Luego

cabalgaron en dirección hacia las ciudades de los ΑΡΕΒΑΚΟΣ “arévacos” con ramas de

olivo de suplicantes, solicitando su ayuda en virtud de los lazos de sangre que les unían.

Cuando llegaron a la ciudad de Lutía, los jóvenes de esa ciudad quisieron unirse a ellos

pero alguien les traicionó con la vana esperanza de que colaborando con Roma se les

perdonaría la ofensa y las represalias hacia sus familias. Olvidaron como se las gasta un

indolente Reich y Escipión les prometió que a cambio de entregarle 400 jóvenes de

rehenes, disculparía su acto de rebeldía y les dejaría vivir en paz. Fueron tan ingenuos

de caer en la ruindad y entregarlos, a continuación Escipión inmediatamente ordenó

ejecutarlos cortándoles las manos. Al día siguiente, sin oposición ni resistencia alguna

entró en la ciudad de Lutia y la arrasó aniquilando a todos sus habitantes. Luego,

exhibió los cadáveres de los jóvenes mutilados frente a la ciudad de Numantía. Eso tuvo

que suponer un mazazo psicológico definitivo a los numantinos. Los numantinos habían

resistido lo indecible durante un largo periodo de tiempo y nadie esperaba su rendición.

Los romanos fueron los primeros sorprendidos cuando cesó el bullicio de esa ciudad, y

cuando cautelosos empujaron las puertas y se dieron de bruces con un panorama tan

inesperado como dantesco. Lo que no pudieron soportar los numantinos no fue su

propio sufrimiento sino el final dado a los jóvenes de Lutia. Probablemente en ese

instante, comprendieron que si caían en manos de los romanos quedarían excluidos de

una vida eterna. Por eso y no por una probable derrota pusieron fin a su vida según sus

ritos y costumbres, en una hecatombe al uso griego antes de que se la arrebataran los

romanos atrozmente cortándoles manos y brazos. Los íberos y los celtiberos cuyos ritos,

cultos y costumbres eran helenos y no celtas como sostiene la ortodoxia histórica,

necesitaban de sus manos y brazos para ayudar a su dios a sostener el mundo en el

instante de su liberación, es decir en otras palabras a la hora de penetrar a la vida

verdadera en el subsuelo del inframundo.

La historia es muy triste y de una dureza y crueldad sin límites, pero no me negarán que

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a la vez no es excepcional por el coraje que mostró Retógenes. No hay que olvidar que

en su reconocimiento le dieron un sobrenombre, y siempre un apodo se recibe por

alguna razón. Y la gesta de Retógenes es digna de pasar a los anales de la historia como

uno de los héroes universales de la antigüedad, pero Apiano nos dijo que Retógenes

tenía un sobrenombre, ¿lo recuerdan? Sí, “el caraunio”. Y bien, ¿no les llama la

curiosidad saber por qué razón le pusieron este apodo? Seguro que sí, pero hasta hoy no

nos han dado explicación, naturalmente me refiero a una explicación cierta y que esté

sustentada porque decir se lleva diciendo infinidad de cosas, tanto a esta y otras

interesantes cuestiones. Y es que no conocen el motivo, de lo contrario nos lo hubieran

dicho ya ¿no les parece? pero no… silencio. Nuevamente silencio. Siempre silencio

cuando se trata de explicar este periodo histórico. Y desde luego si tuviera que dar

explicación a este nombre céltico de Caraunio también sería incapaz de hacerlo.

Afortunadamente no tengo por qué hacerlo de ese modo, porque es una línea de

investigación completamente equivocada y que no conduce a ningún lugar excepto a

especulaciones en mi humilde opinión. Sin embargo sí que puedo explicarlo y hacerlo

perfectamente, ya que el sobrenombre de Caraunio tiene un significado en celtíbero, y

que no es otra cosa que un nombre dicho en antiguo griego. Un acrónimo o sintagma, y

que era la sintaxis habitual de los celtíberos.

Si ustedes consultan la RAE les dirá que la palabra “cara” viene del latín “cara”. Algún

día, cuando lean y estudien mis comunicados quizá se apresuren y lo deseen enmendar

en el sentido que muy atentamente les sugiero. Es la cuadratura del círculo de la historia

de la lingüística del español al justificar prácticamente todo nuestro léxico en un origen

del laureado latín sin embargo todo el mundo lingüístico sabe que cara en latín no es

“cara” aun lo lean en un emérito diccionario de la RAE sino que es faciem y se

pronuncia /fachiem/. Si me permiten usar aquí un lenguaje coloquial señalaré que “no

cuela”, porque hay total consenso entre los lingüistas de todo el mundo que cara no es

palabra que tenga su origen en el latín, saben perfectamente que “cara” viene del griego:

κάρα “cara”, más si leyeron a Sofocles, lo diga el DRAE o el sursum corda. No

obstante, los españoles aun la palabra la escribimos con letras latinas la seguimos

pronunciando en un perfecto íbero septentrional años después: /kara/ con una “K” de

kilo “así de grande”. Hasta los ingleses pronuncian la palabra más latina que nosotros

cuando dicen “face”, y nosotros que aun no nos hemos enterado que nuestras palabras

de hoy son las mismas palabras de los celtíberos de ayer. Pues /kara/ era el modo con

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que los antiguos griegos describían una cabeza o semblante, y los celtíberos y nosotros

lo hacemos exactamente igual porque… ¿qué ocurre con nuestro rasgo distintivo en la

fonología de la consonante “K”? y que déjenme decir es muy propio y genuino de los

íberos y los celtíberos. Para ellos no era una consonante porque la vocalizaban como si

de una vocal se tratase al contar con cinco sílabas para ese sonido, una para cada vocal:

C, w, Ï, X, ù. “ka, ke, ki, ko, ku”. Por cierto en español hay cinco fonemas vocálicos.

Pero sepamos cuantas vocales tiene la lengua ibérica de los celtíberos: Cinco. Sí, cinco

y son las mismas vocales exactamente iguales que los cinco fonemas vocálicos que

tenemos hoy en día en español: /a/ /e/ /i/ /o/ /u/ pero que ellos escribían así: á, è, í, o,

U. Con la llegada de los romanos cambió la grafía pero ¿saben cuantas vocales tiene el

latín? 10 vocales. Si realmente el español fuera continuador del latín hoy la lengua

española tendría 10 vocales. ¿Las tiene? ¡No! Pero sigamos con la “K” pues ocurre que

no importa que nos hayan obligado a escribir formalmente “cara”, “casa”, con “c” o

“queso” con “q” y que sean letras propias del latín, que nosotros tan persistentes las

continuáramos articulando del mismo modo que nuestros antepasados lo hicieron en

“oclusiva velar”. Llevamos tan sumamente interiorizado en nuestro inconsciente nuestra

sonoridad /K/ que hasta incluso cuando nuestros jóvenes han de representar ese sonido

aleatoriamente, de un modo instintivo prefieren utilizar en sus mensajes de texto corto

la “K” que cualquiera de las otras opciones posibles, la de una “c” o la de una “q” que

por otro lado no son propiamente nuestras. Y además, saben, por si fuera poco todo esto,

el vocablo unio también tiene un significado y es el de “LAZO”. Si ustedes se

preguntan para qué sirve un lazo o una cuerda, llegarán a la conclusión de que sirve para

“atar” o “unir” En antiguo griego este apelativo significaba “BRIDAS”. Es la suma de

los vocablos en un acrónimo de “cabeza” y “lazo”, es decir lo mismo que kara+unio, y

es que Retógenes con gran pericia con las cuerdas construyó una escalera y audaz con

las riendas de los caballos consumó su heroicidad. Y ese fue el sobrenombre que le

dieron para la posteridad: RETÓGENES “EL DE LAS BRIDAS”.

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LENGUA IBÉRICA

La lengua ibérica anterior al periodo romano es irreconocible en la lengua española,

tanto que los lingüistas de todo el mundo y todas las épocas han sido incapaces de llegar

a leerla y entenderla. Tiene una explicación, es porque la primera es una lengua con una

ortografía suficientemente rara que se resistía a ser desentrañada pero 2012 fue la fecha

término, finalmente un servidor de ustedes la descifró. Y los lingüistas han tratado

también de entender la realidad compleja de la lengua española pero cuando nosotros la

utilizamos surge de un modo natural, la expresamos inconscientemente. Pues bien, esta

gramática española y que es milenaria y por lo tanto está en nuestro inconsciente desde

tiempos remotos. Nadie lo hubiera dicho pero está en nuestra propia fonología española

a diario. Sí, nuestra lengua vernácula y que fue la de los íberos y los celtíberos.

Miren, ciertamente la collocation que usa la lengua española y la celtíbera son distintas,

pero ese distingo es irrelevante, lo mismo le ocurre con el latín. Los determinantes en

celtíbero se colocan al finalizar y no al comienzo como en español, pero por lo menos

los tiene y en cambio el latín no los tiene. Es cierto que la ortografía que usa la lengua

española y la celtíbera son distintas, las letras en español gráficamente son latinas pero

ese alfabeto que usa el latín está extraído del antiguo griego, y la gramática española y

la celtíbera están emparentadas porque son la misma gramática, la misma lengua, aun

no la misma ortografía, sintaxis ni métrica. Pongamos un ejemplo: En español el género

gramatical en los sustantivos atiende a la distinción entre el masculino y el femenino e

indica la concordancia que un nombre exige al determinante, el pronombre o el adjetivo.

¿Cómo lo hacían pues los celtíberos? Exactamente igual que nosotros. Su flexión para

el modo femenino usaba la letra “-a” del mismo modo que lo hacemos en español.

Pongamos otro ejemplo: En español el número gramatical entre los sustantivos refleja la

distinción que hacemos entre un número singular y un número plural. Los sustantivos

en español resuelven la forma singular de otra forma plural distinguiendo entre “uno” y

“más de uno”. Lo hacemos añadiendo la letra “-s” al final. ¿Cómo lo hacían pues los

celtíberos? Exactamente igual. Pues para ser una lengua, la de los celtíberos, “rara”, hay

que decir que es más extraño aun que coincida exactamente con la nuestra.

Si el español no sigue el patrón lingüístico fijado por el latín cuando sí aplica el modelo

ibérico, podemos discutir lo que se quiera durante todo el tiempo que se quiera, pero se

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entiende no deja mucho margen a la discusión. De todos modos, lo expondré más

exhaustivamente a continuación para que hagan sus comprobaciones. Entre otras cosas,

noten que en latín no existe el artículo, por el contrario en español y en celtíbero sí:

Pater dicit. “el padre habla”. Veamos otro caso: El latín usa la “s” final para la

concordancia de sustantivos que por otro lado son de número singular: Magister clarus.

“el maestro culto” y para la plural usa la desinencia “-i”: Milites laeti. “Los soldados

alegres”. ¡Por favor! eso es italiano. De ninguna manera es el modo en que lo hacemos

ni hemos hecho nunca en castellano, tampoco en celtíbero, ambos usamos la “-s” para

tal propósito. Son demasiadas casualidades como para obviarlo y no tenerlo en cuenta.

Compruébenlo, por favor.

Miren, si el español fuera continuador del latín, su gramática seguiría el patrón fijado

por esta lengua. La única semejanza entre el latín y el español estriba en que usan un

abecedario latino para escribir los textos de sus respectivas ortografías. Eso por otro

lado es común a un gran número de idiomas europeos y no europeos que también usan

el patrón latino y que sus idiomas se conoce abastamente que no provinieron del latín.

El español y el latín coincidirán en algunas palabras, sí, en todas aquellas las que el latín

haya tomado prestado del griego antiguo y que es nuestro original idioma. En cambio,

el español es continuador de la lengua ibérica de los íberos y los celtíberos porque no

sólo nuestras palabras tienen el origen etimológico en éste como se verá finalmente,

sino que además se sirve objetivamente de un igual modo tanto de pensar, entender y

componer sus gramáticas.

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Referencias:

Cabrejas Iñesta, Enrique (Enero 2013) KARUO - EL SECRETO ÍBERO - ISBN 978-84-9030-665-9.

Editorial Círculo Rojo. Almeria. DEPÓSITO LEGAL: A 1185-2012.

http://enriquecabrejas.blogspot.com.es/

http://independent.academia.edu/enriccabrejas

https://www.facebook.com/EnriqueCabrejasIniesta

http://www.academia.edu/4173562/EL_BRONCE_DE_LUZAGA https://www.academia.edu/7275529/ESPANA_Por_que_Espana_se_llama_Espana

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Εξωτερικοί σύνδεσμοι

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