El Legado Humano

Embed Size (px)

Citation preview

  • 8/17/2019 El Legado Humano

    1/25

    LEGADO HUMANO 

    La primera vez que supe de 'ellos' tenía trece años. Navegaba en sitios que no debía en la computadora de mi mamá y encontré algo que no debí ver jamás. Días después mi madrapareció. La segunda ocasión, llevado por la curiosidad volví a encontrarlos en un sitio de Internet. Tenía dieciséis años. Pensé que pasaría desapercibido. No fue así.

    Esta es la tercera vez. Puedo ver mi propia computadora lanzar cada vez más alarmas, llenando la interfaz de esta y haciéndome trabajar más y más rápido para coger toda a información antes que desaparezca como suele hacerlo.

    Algo ha pasado en Estados Unidos. Un misterioso símbolo arde en un campo de cosechas. Puedo sentir que está relacionado con lo sucedido días atrás en Nuevo México. Se trta de 'ellos'. Lo sé.

    Ellos se llevaron a mi madre, y la culpa fue mía.

    Ellos mataron a todos y cada uno de los miembros de mi familia, y me dejaron sin nadie en este mundo.

    Ellos traman algo. Sé que existen. Sé que están ahí. He reunido suficiente información

    a sospechar lo que hacen aquí.Ellos vienen de otro planeta y no son pacíficos. Quieren aniquilarnos a todos.

    Siento la rabia recorrer mi cuerpo. Puedo ser un simple y patético humano, pero ellos pagarán por lo que me han hecho. Todos sabrán que existen. No se harán con nuestro planeta.

    No si puedo evitarlo.

    Capitulo Uno

    Corro por un campo de trigo con la luz de la luna sobre mis hombros. En la

    distancia, con dificultad, alcanzo a ver el granero donde están todas miscosas. Tommy, mi perro, un pastor inglés, corre junto a mí con la lengua defuera. Si tan sólo pudiera hablar con él no me sentiría como me siento ahora,ni tendría la vaga sensación de que mi familia volverá algún día.Esquivo unos cuantos obstáculos cuando salgo de entre las espigas, sindetenerme sacudo unas cuantas que se han quedado pegadas a mi ropa.Agacho la mirada y el pasto es iluminado por la luz plateada de la lunaaunque de día simplemente es pasto seco Tommy jadea de tanto correr, haría lo mismo, pero no hay tiempo para eso;lo más importante es que debo irme de aquí cuanto antes e intentar no dejarrastro alguno.El frío de la noche empieza a helarme hasta los huesos, los nervios que metienen atrapado me hacen temblar incontrolablemente e intentar

    tranquilizarme no dará resultado, por tanto no lo intento.Me planto frente a la gran puerta roja del granero. Esperaba habermeencontrado en otra mejor situación para volver hasta aquí y abrirla. Lapintura de la puerta y todo el exterior del granero está desgastada ydescarapelada, el sol ha cobrado el color de toda la pintura y cuando es dedía la puerta y el granero no son rojos, son naranjas.Inserto la llave del candado que mantiene cerrada la puerta después demuchos intentos. Mi pulso ahora no es el mejor del mundo y todavía batalloun poco más para sacar el candado y jalar del cerrojo. Una vez que lo logrohalo con todas mis fuerzas la enorme puerta para que se deslice entre

  • 8/17/2019 El Legado Humano

    2/25

    chirridos y obstáculos que el oxido provoca. La puerta queda abierta porcompleto; respiro un par de veces antes de entrar.La luz de la luna entra por el gran marco de la puerta iluminandoescasamente todo el interior en un instante. Tommy se apresura a registrar elinterior del sitio como si algún peligro nos acechara dentro. Entro en elgranero a toda prisa, extraigo las llaves del auto de mi mamá del interior delbolsillo de mi pantalón, con los botones a control remoto le quito los segurosa la puerta y subo para encenderlo.Me desprendo de la mochila que traigo conmigo, la mochila que tiene dentrola laptop con la que no he dejado de buscar información, con la queposiblemente estén rastreándome o ya me hayan rastreado, y la dejo en elasiento trasero.Cuando mi familia murió, o mejor dicho fue asesinada, todo el dinero quedó ami nombre, absolutamente todo quedó disponible. Quizá mi padre teníamuchos planes para el futuro o eso que dejó fue lo que iba a dejarnos a todoslos hijos cuando él ya no estuviera, simplemente no sé los motivos por loscuales había tanto dinero y peor es no saber por qué lo dejó todo a minombre.A veces pienso que no es buena idea disponer de ese dinero porque Ellospueden rastrearme y encontrarme con más facilidad, soy blanco fácil de unay mil maneras impensables.Bajo del auto y camino a la parte trasera del granero. Volteo nerviosamente yreviso todo lo que hay a mi alrededor, lo que no quiero es tener visitantessorpresa esta noche, sería un infortunio muy grave.

    Me dirijo a una pequeña escalera de peldaños que me lleva al reducidosegundo piso del granero. Arriba están el resto de mis cosas: dinero, máscomputadoras, ropa, objetos personales y uno que otro artículo de algunarevista conspirativa.Cojo todo con rapidez mientras veo a Tommy por el rabillo del ojo, se muevemuy impaciente igual que si hubiera abajo alguna compañía que él y yo nodeseamos.Acomodo las cosas indiscriminadamente dentro de dos maletas medianasque se cuelgan al hombro, maletas que tienen historia y que es muy durorecordarla. Tommy repentinamente lanza un ladrido y un gruñido gutural, lapiel se me eriza con tan solo oírlo. Tomo todo con una sola mano y hago quese deslice hasta el suelo sobre la superficie lisa de la escalera. Hago lo mismopara bajar más rápido yo, pero al llegar abajo algo desgarra y hiere mi tobillo

    izquierdo Lanzo un alarido fuerte y me derrumbo enseguida. Me hago un ovillo paraalcanzar la herida y empiezo a gemir.«¡Imbécil!» Pienso.Me las ingenio para jalar las maletas mientras permanezco casicompletamente inmóvil. Tengo miedo a haberme herido y no salir de esta;ahora no es momento para heridas ni para lamentaciones. Comienzo aarrastrarme sobre el suelo del granero, terminaré lleno de tierra, paja y otrascosas desagradables, pero cualquiera preferiría eso a saber que morirá.Lanzo las maletas por delante de mí con muy poco esfuerzo, la tierra empiezaa meterse poco a poco por debajo de mi playera pero no importa, el cocheestá cada vez más cerca.Intento ponerme de pie con mucha precaución y lo consigo. Mil pulsaciones

    de dolor recorren mi pie y mi pierna de arriba abajo, en todas direcciones,tanto que siento desfallecer, sin embargo si estoy en pie es más probable quepueda irme y caminar por mucho, mucho más tiempo.Tommy se acerca a mí y toma una maleta con el hocico. Lo veo alejarse ytrepar al auto con todo y maleta, después sale y ladra bastante fuerte quelogra dejarme un poco sordo. Hago mi mejor esfuerzo por llevar la últimamaleta al coche.Consigo alcanzar la puerta del auto e introduzco la maleta con un violentoaventón. Silbo un par de veces para llamar a Tommy que yace en el filo delgranero gruñendo y ladrando sin contemplación. Entiendo que tiene tanto

  • 8/17/2019 El Legado Humano

    3/25

    miedo como yo, aunque él es mucho más valiente. Mi amigo se acerca a mí un poco dudoso de subir al auto, no porque no quiera ir conmigo, sino porque élsiente que hay peligro ahí afuera. Le apremio a subir y cuando lo hace yo memeto tras de él.Con las luces apagadas empiezo a acelerar poco a poco. El motor del cocheruge por su potencia, y en el momento en el que estoy por pasar la línea de lapuerta una figura espantosa y enorme se planta en mi camino.No evito gritar.Tommy ladra enseguida y muestra sus filosos colmillos. El perro se altera porcompleto ante la cosa que está parada frente a nosotros y estoy seguro deque si pudiera hablar me pediría que lo dejase salir.Entorno los ojos hasta que la luz lunar es suficiente para ver qué esexactamente, en realidad no tanto, pero si hasta que puedo distinguir másrasgos del cuerpo que obstruye mi camino.Tiene una piel pálida y usa ropa bastante negra y espantosa. Ese amigo nosabe nada de vestir bien. Lleva consigo un arma en ristre y no logro distinguirbien qué tipo de arma es, no obstante sé que no es una de este mundo y porende esa cosa no es un humano.Es uno de Ellos.Enciendo las luces y él puede verme tan bien como puedo verlo a él. Apuntael cañón que sostiene en la mano derecha directamente al auto. Su sonrisa eshorrenda y socarrona, no puedo hacer ningún comentario de sus dientes,son... son completamente filosos. En el cráneo, donde debería de estar supelo, unos tatuajes negros y extraños adornan su piel.

    Parpadeo un par de veces para asegurarme que no estoy en medio de unapesadilla. Siseo para que Tommy acalle sus aullidos que provocan en míbastante pánicoEl sujeto empieza a reír y no encuentro nada agradable su risa. En su miradahay un dejo de orgullo y victoria, sin embargo yo no seré presa fácil, puedeque tenga miedo, pero eso no me hace un débil. No me rendiré tan sencillo.Apago las luces del auto y por automático piso el acelerador todo lo quepuedo. Las llantas levantan una gran nube de tierra detrás del coche, rezo porno terminar muerto, y un momento después el auto sale disparado haciaadelante.Una detonación bastante rara inunda él aire por un segundo completomientras que el auto se impacta con la gran mole que obstaculizaba nuestropaso. Veo el parabrisas estrellarse donde el cuerpo de mi enemigo impacta.

    Freno cuando cae al suelo con un ruido sordo. Siento la adrenalina consumirmi cuerpo entero, me siento capaz de hacer cualquier cosa.Tommy ladra nuevamente, entiendo que no está muerto y sin dudarlo másacelero y me alejo por el largo camino de terracería que sale del granero. Dosfiguras más, igual de grandes, salen a mi encuentro, pero el coche va bastanterápido para que me den alcance. Oigo unos disparos y por el retrovisor veovarios proyectiles inundando de luz la oscuridad. No me espero a adivinarque tipo de armas están usando.Muchos metros más adelante ya no me quedan ganas de voltear hacia atrás,fijo la vista en lo que puedo ver sin las luces del auto prendidas, el camino essinuoso pero no impide que el coche gane cada vez más velocidad. Sientocomo si el cuello fuera a rompérseme, el trasteo que provoca el avance delauto es muy violento, Tommy mantiene las garras encajadas en el asiento,

    ahora está callado y eso me ayuda a pensar mejor.A nuestro lado derecho pasan fugazmente un gran número de abetos quealguna vez crucé tranquilamente; la melancolía de abandonar este sitiorepentinamente, sin decir adiós, acomete con fuerza. Es tan extraño sentir mily un sentimientos en tan poco tiempo.Comienzo a tararear una canción llamada "Home;" Ahora más que nunca escuando me gustaría sentirme en casa, tener un lugar cálido y que me hagafeliz.Llega el momento en el que me quedo un tanto tranquilo, faltan casi treskilómetros para poder salir de este desesperante camino de terracería. Sigo

  • 8/17/2019 El Legado Humano

    4/25

    con la pregunta de por qué no vinieron detrás de nosotros, por qué nosdejaron ir tan fácil, siempre se mostraron diestros en el arte de diezmar a laspersonas, de acabar con ellas sin más, al menos eso le hicieron a mi familia,esos malditos no mostraron piedad.¿Por qué ahora sí?Varias lágrimas comienzan a deslizarse por mis mejillas, el dolor de saber queestoy solo es lo que me atrapa y en lo que me hundo.¿Qué más puedo pedirle a la vida si no tengo nada ni a nadie? La respuesta nola sé, tal vez si vuelvo a empezar, si voy en busca de una vida alejada de todoesto podré volver a estar bien, sin embargo no soy la clase de persona queharía eso, mi familia necesita ser vengada y yo soy el único de ellos que quedacon vida.Ellos tienen que pagar por haberse metido conmigo y con mi planeta, Ellossabrán lo que es un humano enojado y con ganas de justicia.El perro yace expectante en el asiento del pasajero. Se ha tranquilizado unpoco como yo, eso me alegra. El auto avanza a sesenta kilómetros por hora,pronto saldré de aquí, muy pronto para irme lejos.Las sacudidas del auto son tan violentas que varios músculos empiezan adolerme, pero no igual que mi tobillo; necesitaré atención médica cuandosalga de esta.Diviso un grupo de luces moverse al ras de la carretera que queda en elhorizonte, la carretera que tomaré para escapar. Se ve que es un convoybastante grande de vehículos de todos los tamaños. Volteo a ver a Tommyque no tarda en aullar y ladrar. Son ellos.

    Presiono más el acelerador. Estamos acorralados si no logro ganarles lacarrera para entrar en la carretera.Ahora entiendo por qué no me siguieron.No tengo la mínima idea de qué demonios son esas cosas, o personas, lo quesean; no obstante lo que han hecho a mis seres queridos lo pagarán.Tengo miedo, pero sin miedo, como leí en un libro, no sería humano. Ellos mequerrán muerto e irán detrás de mí, pero yo me aseguraré de no ser el únicoque sepa de ellos.Sin duda muchos humanos más supieron y saben de Ellos, aunque tal vez elpánico pudo más y los mataron, o lo que me parece peor, fueron capturados.He tenido bastante suerte con estos seres hostiles, sin embargo la suerte nose quedará conmigo por siempre.Alcanzo la línea de la carretera más pronto de lo que preví. Freno poco a poco

    para subir al asfalto, el cambio de superficie se nota enseguida. Volteo a laizquierda y observo los faros de los vehículos que se dirigen hacia acá. No sési manejan lento, o la distancia sigue siendo grande, aunque dudo quemanejen lento ya que quieren atraparme, opto por la segunda opción.Le suplico al cielo que pueda irme sin peligro alguno, o alejarme lo bastantede ellos y que no me den alcance. Giro a la derecha una vez sobre la carretera.No me detengo a observar nada más y el auto empieza a andar.Aunque no parece creíble la adrenalina ha vuelto a atraparme por completo.Mis manos se quedan sobre el volante del automóvil durante horas en unasola dirección, hacia el norte de México. Manejé como un maniático para queEllos no me alcanzaran, aunque con probabilidades muy altas todavía mebuscan, no creo que no terminen lo que empiezan. Tommy permaneceacostado en su asiento y mueve su cola impaciente. Necesitamos un

    descanso.Miro la hora del autoestéreo que según dice son las tres de la mañana. Derepente siento que no tengo ningún lugar al cual ir, pero sí lo tengo, debo ir aNuevo México y contemplar la posibilidad de acercarme infraganti a la basede Dulce, no sé de que serviría ni si pueda hacerlo, pero la verdad es quenecesito averiguar qué pasó exactamente en medio del desierto.Cuando veo una gasolinera no pienso más el parar a cargar más combustibley a la tienda de autoservicio que hay ahí. Tommy se levanta y empieza aimpacientarse por bajar del auto.Tranquilo, sólo unos segundos más amigo le digo al perro para que se

  • 8/17/2019 El Legado Humano

    5/25

    tranquilice.Me estaciono junto a un despachador de gasolina. Un sujeto bastanteadormilado se acerca a mi ventanilla tambaleante, pero dispuesto aatenderme.Buenos días no sé si la madrugada es noche o díaBuenos días contesto.¿Cuánto? Inquiere entre un bostezo.Veinte litros respondo sin ganas de seguir hablando.Saco el dinero de una de las maletas con las que cargo. Cuento el dinero parapagar. Me quedo observando todo el lugar, está bastante solo y los otros dossujetos que están en el sitio se ven tan adormilados como está el que meatiende, quien no lo estaría con semejante luz blanca y con el letrero de«PEMEX» que destila más luz verde que nada, hasta a mí me causa sueño ycansancio.No pasa mucho tiempo y el tipo quita el despachador de la entrada deltanque de gasolina. Viene a mi ventanilla, le pago y le doy las gracias.Me dirijo hasta el estacionamiento de la tienda «7Eleven». Apago el auto porcompleto y le abro la puerta a Tommy para que baje a dar un paseo y quizá ahacer alguna de sus tantas necesidades. Yo me quedo en el auto un pococansado, pero recuerdo que mi tobillo está lastimado y saco un poco el piedel auto para ver la herida bien.Me quito el zapato y luego el calcetín que se ve un poco lleno de sangre en lazona en la que fue rasgado. El dolor aumenta con tan solo ver la horribleherida.«El dolor es mental.» Repito para calmarme.

    Observo detenidamente la herida. No es el tipo de herida con la que alguiense desangraría, ni creo que sea profunda. La sangre que sale de ella es muypoca y no noto mucho inconveniente si espero para sanarla. Vuelvo aponerme el zapato con cuidado y bajo del auto para comprar algo de comidaen la tienda.Camino con bastante precaución hasta la puerta del establecimiento.Compro rápido algo de comida para mí y también para Tommy queseguramente tendrá hambre cuando regrese. Pago y salgo.Vuelvo al auto y me quedo parado afuera un poco pensativo. Quiero ir aEstados Unidos, y ahora tengo la vaga idea de a dónde, pero no me siento deltodo seguro, traigo conmigo mi VISA y mi Pasaporte vigente, lo cual norepresenta mayor problema para mí cruzar la frontera. Termino porconsiderar una locura ir a Dulce, no estoy dispuesto a ser arrestado por

    acercarme a territorio ultra secreto del gobierno estadounidense y muchomenos a que Ellos den conmigo nuevamente.Una ráfaga de aire helado recorre toda la gasolinera hasta la tienda y más alláde ella. Los vellos se me ponen de punta y en la espalda me recorre unescalofrío. Entro al auto por una chamarra más gruesa y calentadora.Tommy regresa trotando despreocupadamente, como si hace horas nohubiera pasado nada y todo fuera normal como antes.Tommy fue el regalo que mi papá me dio cuando mi mamá fue dada pormuerta. Tal vez mi padre vio que estaba en la necesidad de protección, tal veztenía miedo de que desapareciera y también la soledad que trajo consigotodo pudo ser motivo para que me regalara un perro. Nunca sabré por quéme dejó tener un perro, pero Tommy es un perro joven y es mi mejor amigo ylo seguirá siendo por mucho más tiempo.

    ¡Ven amigo! Lo llamo desde el asiento del auto.El perro corre hasta mí con la lengua de fuera y cuando lo tengo enfrente mepongo a masajear su pelaje blanco y gris por detrás de sus orejas. Tommymueve la cola felizmente, como si acariciarlo fuera la mejor cosa del mundo.Tenemos que irnos le digo cuando lo suelto y él se sienta. Anda, sube alauto.Introduzco en el coche el pie derecho y luego el izquierdo con más cuidado.En cuanto podamos parar en un hospital iré a que me atiendan. Tommy trepapor el lado del conductor, sobre mí, y se acomoda en su sitio.Buen chico digo y nos ponemos nuevamente en marcha.

  • 8/17/2019 El Legado Humano

    6/25

    Hay que volver a hacer distancia entre Ellos y nosotros. No me gustaríaningún ataque sorpresivo de su parte.El perro ladra emocionadamente. Sonrío con tan solo verlo así, hacíabastante tiempo que no teníamos tanto tiempo a solas. Ladra otras dos vecesy empiezo a reír. No sé si río de los nervios o de felicidad, quizá de las dos, sinembargo importa que ambos seguimos vivos aunque Ellos vienen todavía anuestras espaldas.Sí amigo. Ya sabemos qué hacer y adonde ir. Le digo al perro.Con el cuerpo lleno más de entusiasmo que miedo, acelero decididamente aseguir viviendo

    Capitulo Dos

    Pasamos la frontera de El Paso, Texas, en lo que fue nada. Tommy, mástranquilo ahora y evidentemente cansado, mira por la ventanilla y de vez encuando saca la lengua y disfruta del aire.El peligro de esta madrugada aún se siente en el aire, es horrible tener quehuir para salvar el pellejo, pero aprecio mi vida más de lo que se puede notar,así que haré lo posible por sobrevivir mientras esté en mis manos.Diviso en la distancia la autopista que sigue y continúa vacía. He cruzadocamino con al menos diez conductores yendo en dirección de la que vengo, ytodos los que se dirigen hacia donde yo, rebasan y luego se pierden en elhorizonte. Si Ellos decidieran matarme ahora, podrían hacerlo sin problemas,no hay nada que pueda quedar como evidencia ni habría algún testigo si no

    pasa nadie por aquí.Sacudo cualquier indicio de pensamiento negativo y piso el acelerador. Mecuesta trabajo saber en dónde estamos, aunque seguramente haya algunaciudad mediana cerca, debemos parar a descansar y a llenarnos de víverespara poder llegar a un punto muy lejos de nuestros enemigos.Enciendo la radio y comienza el escaneo de estaciones en el FM. Tommy ladrasin motivo y lo miro con indiferencia. Perro latoso. La radio sintoniza unacanción añeja que no reconozco, pero que su melodía causa bastantenostalgia en mí.El camino que he tomado me lleva directamente a Albuquerque, NuevoMéxico. Seguramente ahí tomaré las deseadas provisiones y luego partiré aun pueblo más pequeño donde refugiarme. No debo quedarme en un sitiodemasiado tiempo o ellos podrán localizarme enseguida. Además ocupo de

    internet para seguir recopilando un poco de información.Cuando arribamos a Albuquerque son casi las once de la mañana. El tráficono se hace esperar y cuando menos lo espero ya me encuentro rodeado decoches por todos lados. Avanzo sin detenerme por la carretera. Enciendo elGPS de un teléfono móvil que solía llevar conmigo en México y le indico queme lleve al primer centro comercial más cercano.El sol golpea duramente la ciudad. El inminente calor se cuela en el auto y meparece casi imposible pensar. Me dejo guiar por mis instintos y el GPS.Aparco en el estacionamiento de un Wal-Mart. De los asientos traseros tomouna de las mochilas y extraigo dinero: dólares. Tommy me ve emocionado deque hayamos parado, pero lo miro fijamente y niego con la cabeza.Todavía no, compañero le digo. No te dejarán entrar ahí y apenasconozco este país. Tendrás que esperar.

    Confío en que el perro entienda. Bajo del auto con suma precaución, mientrasque Tommy me mira y ladea la cabeza cuando cierro la puerta y me alejo. Lodejo en el asiento del copiloto y con la ventanilla abajo. Echo a correr, de laforma que me es posible, y entro a tropel en el supermercado.Observo con detenimiento la inmensidad del sitio y me organizo. La entradaque elegí es la más cercana a la farmacia así que comienzo mi recorrido,empujando un carrito de súper por delante de mí. Tomo vendas, gasas, aguaoxigenada y antiséptico para mi herida en el pie. En el carrito, aviento a todavelocidad cajas de galletas, chuches, enlatados, frutas verdes, agua y otrosartículos que pudiese necesitar. Champú, jabón y algunas playeras que me

  • 8/17/2019 El Legado Humano

    7/25

    vendrán bien más adelante, así como gafas de sol distintas para evitar serreconocido y unos binoculares. Cojo un hueso falso para el perro, tendrá quedeshacerse de la ansiedad de la carretera mordiendo algo y no quiero quesean los sillones del coche.Me precipito hacia una de las cajas con todos mis víveres. El tobillo sigueardiendo y enviando pulsaciones dolorosas hasta un poco más arriba de mirodilla. Sé que podré hacer algo bueno por mí una vez que nos alojemos enun hotel de paso y me concentre en seguir recabando datos.Son ciento trece dólares con diecinueve centavos me informa ladependienta. Saco el dinero de mi bolsillo y pago.Vuelvo al auto en un santiamén. El Toyota Corolla, que alguna vez pertenecióa mi madre, sigue intacto y donde lo dejé. El perro ladra al ver que me acercoal auto y sonrió. Abro el maletero y acomodo nuestros suministros. Todo lohago con lentitud y buen paso, no quiero dar pasos en falso y lastimarme másde lo que ya estoy.Lo único que dejo delante son las cosas que necesito para tratar mi tobillo, unpar de frutas, el hueso de Tommy y una bolsa de papas fritas.Mira lo que te traje, amigo le digo al perro, mientras sacudo el hueso enmi manos. Si te portas bien, te lo daré en cuanto encontremos dondedormir. Pero de momento hay que esperar.Dejamos el supermercado atrás y volvemos al camino. Encuentro un sitiodonde comprar comida, además de que tiene internet inalámbrico, y paro acomer ahí. Nuevamente Tommy se queda en el auto jugando con una bola dehule.

    Pido una chuleta de res y espero pacientemente con el portátil encendido ylisto para seguir buscando información. Ha pasado apenas un día desde lodel maizal quemado, y los medios siguen creyendo que es una broma hechapor algunos vándalos de dieciséis años. Sin embargo, a mí, como a muchosotros locos, me parece que es alguna especie de señal o un mensaje dirigido aalguien.Empiezo buscando por ahí mismo. Reviso las notas en internet sobre lasactualizaciones de lo que ha sido encontrado como evidencia física de lo queformó el círculo extraño en la cosecha: nada nuevo que reportar. Repasovagamente los comentarios, algunos escépticos dicen que es tan solo ungranjero que busca sus cinco minutos de fama, que él mismo pudo haberlocreado, sin embargo el hombre ha negado haberlo hecho y su familia seencuentra realmente consternada. Otros dan gritos escritos, y dicen, supongo

    que haciendo bromas y demás, que la invasión alienígena ya está aquí.«Están aquí desde hace años,» pienso. Esto no es nada nuevo para mí.Como con tranquilidad, pido algún postre dándome el lujo de, ya que nopararé en un buen rato y seguiré huyendo.Continúo revisando, hasta vuelvo entrar en las noticias del día anterior que yahabía visto. Para cuando mi postre llega deslizo los comentarios y meencuentro con algo que a simple vista no tiene ningún sentido, pero que haceclic en mí.Es un comentario que puede tomarse como vago o con mucho sentido.Simplemente no puedo describir la sensación de mi cuerpo al toparse conaquello y enseguida pongo manos a la obra.El comentario, hecho por un usuario anónimo, dice así:Cinco buscando a 5. ¿Están ahí? Tenemos que vernos. Estaré con los

    monstruos en Arkansas. Encuéntrenme.Realmente desconozco el significado de esto. ¿Cinco buscando a cinco qué?¿Personas? ¿Extraterrestres? ¿A ellos?Calculo la distancia de Albuquerque hasta Arkansas. Tendría que manejarmás de catorce horas sin descanso para llegar al centro del Estado. Esdemasiado tiempo, así que busco otra alternativa.Abro un buscador que yo mismo diseñé. Inserto la frase 'Monstruos enArkansas' y dejo que haga su propio trabajo. Cierro la computadora y terminode comer mi postre. Pido la cuenta cuando acabo. Abro el portátil y meencuentro con un centenar de resultados. Algunos de ellos ensayos hechos

  • 8/17/2019 El Legado Humano

    8/25

    por estudiantes de escuelas del Estado, pero hay algo que suena intrigante, yconforme lo pienso cobra sentido.El anónimo del comentario pide que lo encuentren en algún sitio de Arkansasy menciona un monstruo. Reviso la historia de un pueblo de dicho Estadodonde en los años setenta fue visto un monstruo en un pantano, y resulta lamás relevante para mí. Desde aquella fecha el monstruo se convirtió en unmito local, se le han dedicado libros y películas, y una atracción turística. Talvez...Recalculo la distancia y tiempo hasta Fouke, Arkansas, hogar de dicho mito ytentativo sitio de encuentro de estas personas. Igualmente no llegaré. Sondoce horas sin detenerme y tengo que curar mi tobillo. Quiero suponer que sipiensan encontrarse ahí, si es que esto es siquiera real, será este mismo día sies posible. Han pasado más de seis horas desde que el comentario existe, susdestinatarios debieron verlo ya.Cierro la computadora cuando la mesera llega con el monto total a pagar.Nuevamente saco dinero de mi bolsillo, dólares, la moneda de este país, y selo entrego a la mujer. Ella se va a por el cambio y rápidamente, por últimavez, vuelvo a mi trabajo.Toco con un dedo el pad que maneja la flecha de la interfaz, pero nada pasa,la portátil está congelada. Arrugo la frente un poco extrañado. No es laprimera vez que esto ha sucedido de modo que echo mano de mis trucos parahacer andarla de nuevo, sin embargo ninguno de ellos es eficiente. Comienzoa desesperarme.Miro a mi alrededor. La gente se encuentra charlando y devorando sus

    exquisitos platillos. El restaurante está mediamente lleno y nada me parecemás normal que aquella vista. No obstante empieza a caer sudor por mifrente. El calor del desierto o...Justo frente a mí, en una de las entradas, los veo. Son unos sujetos enormes,de piel pálida, cabellera afeitada y vestidos completamente de negro, traenconsigo unos animales pequeños y los sujetan con una correa; las criaturastiran y tratan de zafarse de aquello que las tiene a raya. El alma se me va a lospies.Otra vez, son ellos.Entonces noto al perro ladrar insistentemente. Tommy nunca puede estarequivocado. Cojo el portátil y me lo meto debajo del brazo. Me importa unreverendo pepino mi cambio, así que salgo de la mesa en la que me

    encuentro y echo a correr en dirección a la otra salida.El pie comienza a arderme una exageración, me pide que me detenga, que noaguantara aquella atropellada huida, sin embargo lo mando todo aldemonio. Aprecio mi vida lo suficiente para rendirme y entregarme.Cuando alcanzo la acera justo fuera del establecimiento, doy una miradarápida hacia atrás. Los sujetos me miran desde dentro y uno, con descaro, mesonríe complacido. Sacudo la cabeza y no me detengo de nuevo. Escuchoalgunos ruidos extraños justo detrás de mí. Miro de soslayo y veo a lascriaturas que traían consigo, sueltas y persiguiéndome. Lo único que mepreocupa son sus filosos dientes y que logren alcanzarme, cosa que sucederási sigo pensando en que no lo lograré.Tommy ladra desde el interior del auto. Me apremia a que llegue, debo llegary salvarnos a los dos.

    Abro la puerta del automóvil sin pensar en nada. Entro y subo los vidrios tanrápido como me es posible. Giro la llave y lo pongo en marcha. Los sujetos yaestán en la calle y vienen directo hacia mí. Muevo la palanca de velocidades yarranco quemando llantas. El auto se lanza hacia adelante y atropello en elacto a una de las criaturas horrendas. No me detengo a cerciorarme si la matéo no.Tommy salta al asiento trasero y ladra desde ahí a quienes dejamos atrás. Séque no me dejarán escapar así de fácil, sé que vendrán detrás de mí.Manejo como un maniático. No hay tantos coches como imaginé habría, asíque con mucho espacio y margen de error, salgo de atrás de conductores que

  • 8/17/2019 El Legado Humano

    9/25

    van más lento y me atravieso por delante a los que alcanzo. Voy a noventakilómetros por hora y la velocidad sigue subiendo. Conozco las leyes de estepaís y sé que he pasado el límite de velocidad desde hace mucho y lo peor esque no sé a dónde demonios estoy yendo.Me las arreglo para encender el GPS e indicarle que me saque lo más prontoposible de aquí. Atravieso cual poseso detrás del volante Wyoming Boulevarden dirección norte de la ciudad, algunos conductores hacen sonar suscláxones al pasar osadamente delante de ellos. Me gustaría quecomprendieran. Me gustaría decirles que es por el bien de la humanidad queyo siga vivo. Esos bastardos no pueden salirse con la suya. Debo vengar a mifamilia. Tengo que hacerlo.Giro a la izquierda en Paseo del Norte Boulevard y en un abrir y cerrar de ojosme encuentro un señalamiento verde que me indica el camino hacia SantaFe. Viro hacia la derecha a una velocidad de locos y me interno nuevamenteen la Ruta 85.Oigo a Tommy gruñir y volver a ladrar. No me di cuenta en qué momento sequedó callado, pero su presencia me recuerda que debemos continuar.Formulo en mi cabeza las razones por las que me encontraron y la respuestaes evidente: por usar el internet. Desde que salimos de aquel pueblo enChihuahua, huyendo, no me detuve a revisar la portátil. Era de suponer quehabían implantado algún tipo de malware en mi equipo y de ese modocuando volviera a funcionar con internet me encontrarían de inmediato y depaso descompondrían mi instrumento de trabajo.Fui un tonto y descuidado. No tiene que volver a pasar de nuevo, porque de

    que suceda, tal vez ya no vuelva a contarlo.Llegado el momento tomo una desviación. Sé que ellos esperan que seapredecible y que en el calor de la huida no tome desviación alguna que logreretrasarme, sin embargo ya no continúo yendo hacia Santa Fe. El GPS meindica que tome una desviación y lo hago.Mi rumbo ha cambiado. Entramos en la carretera que lleva a Farmington,Nuevo México. Tommy vuelve a mi lado y se sienta apaciblemente en suasiento. Suelto una risa nerviosa al verlo. Es que es increíble que el perropueda sentirse tranquilo o satisfecho de un momento a otro y por otro lado,yo, me sienta en la mierda profunda y esté acojonado.Eres todo un caso, sujeto le digo. Quien fuera perro.Ladra, como respondiendo a mi comentario.Tenemos una pista agrego tras un rato de silencio. Pronto será.

    Sabremos qué traman estos hijos de perra y cobraremos nuestra venganza.Avanzamos hacia nuestro destino. Sé que están muy cerca de mí, y sé que mepisan los talones. Hasta ahora no tenemos opciones. O paramos y nos pillan,o seguimos y sobrevivimos. Tal vez si nos escondemos en un pueblo pequeñoa orillas de la carretera puede que nos haga pasar desapercibidos, mas esigualmente peligroso.El camino hasta Dulce tomará poco más de tres horas desde donde estamos.Con suerte, llegaremos al atardecer y podremos echar un rápido vistazo,luego, si no pasa nada interesante todavía, caminaremos rumbo a Fouke yveremos si llegamos a tiempo o demasiado tarde.Paramos en una gasolinera en una población llamada San Ysidro. Es la últimaoportunidad de llenar nuestro tanque, así que no me importa mucho eltiempo que podamos perder ahí.

    Proseguimos por la Ruta 550 con el desierto de Nuevo México rodeándonospor todos lados. Avanzo tan rápido como puedo y me alegro que mi perroesté dormido ahora. Enciendo la radio FM y sintonizo un poco de música.Mientras más lejos estoy de la zona urbana de Albuquerque las emisoraspierden alcance y nos hundimos en un silencio pesado.A casi dos horas de camino, han dado las 3:45 de la tarde. Me encuentro conun entronque escasamente señalando la desviación a Lindrith y Dulce.Suspiro al girar. La emoción y el miedo mezclados en una sola cosa vienendesde el fondo de mi pecho. Estoy por lograrlo.Son poco más de las cinco de la tarde cuando Dulce se encuentra a unos

  • 8/17/2019 El Legado Humano

    10/25

    minutos más. Aquí el panorama ha cambiado y es reemplazado por un relievemontañoso rematado con pinos. Sé que me acerco al pueblo llamado Dulce,pero aún falta camino que recorrer para llegar a la Base.Paramos en un motel. Tras solicitar y pagar una habitación por una noche,que sé que lo probable es que no usaré, entro y pongo manos a la acción. Esun sitio pequeño y tranquilo. Su aire se respira acogedor y me dejo llevar porla sensación de estar en casa. Tommy entra y se echa en una silla. Yo me metoal baño a ducharme. Cuando salgo abro mi equipo de limpieza y reviso porvez primera y detenidamente la herida en mi tobillo.Aplico un poco de antiséptico y limpio dolorosamente la piel rasgada. Uso lasgasas para limpiarme y después vacío un poco de agua oxigenada, sin sabermuy bien por qué. Envuelvo firmemente, y de la mejor manera posible, unavenda en mi tobillo. Al ponerme nuevamente en pie el dolor sigue ahí, pero yano es tan molesto. Puedo acostumbrarme a ello.Es hora volteo a ver al perro con una actitud decidida. Ya es hora,amigo.Él se limita a ladrar.El sol pinta el horizonte en tonos violáceos. El Toyota está aparcado detrás deuna roca, donde supongo no puede ser visto. Con los binoculares observooculto detrás de un matorral.Tommy, sigilosamente rastrea el área en busca de algo, no sé de qué, perome ayuda que se mantenga en silencio. No quiero que sepan que estoy aquí.Desde mi posición puedo ver gran parte de la estructura exterior de la base,ahora destruida por una fuerza que debió ser avasalladora. Observo

    movimiento alrededor de la alambrada y dentro de ella. Puedo ver un enormeagujero en la tierra, seguramente una especie de compuerta, y en ella entrany salen muchas pequeñas naves.Es sorprendente ver con mis propios ojos aquello que no creí alguna vez fuerareal. Las pequeñas y esféricas naves se mueven con gracia en el cielo ydesaparecen después de un rato dentro de Dulce.Ya no hay nada que ver aquí. Esto era una base del gobierno de EstadosUnidos y ahora parece totalmente tomada por los monstruos que mepersiguen. Mi mente se pregunta qué pasó para que el FBI o cualquier agenciadel gobierno de este país se hayan retirado del lugar.La Base pinta que lo que se encuentre dentro es propiedad de losextraterrestres que se hallan en ella y si no lo es, pues dudo que haya poderhumano que los saque de ahí. Aún recuerdo la imagen satelital en vivo del

    humo que despedía. Me las había arreglado, no sé cómo, a veces no sé cómohago las cosas y por eso esta odisea inició para mí, con un golpe de suerte, enmi poca experiencia como hacker logre encontrar una brecha que alguienhabía abierto anteriormente y tuve una vista permanente de la Base de Dulce.Sé que el satélite fue intervenido por algún tiempo, me tomó horas recuperarla imagen real del sitio, luego contemplé las imágenes de un lugar arrasado.¿Por qué o quién? Eso es lo que quiero averiguar.Vuelvo al automóvil con Tommy trotando a mi lado. El cielo está a un paso deoscurecer completamente y es mejor, que en el anonimato de la puesta desol, me vaya de aquí. Aquí no hay nada para mí. El perro salta a su asientohabitual y yo entro detrás de él. Afortunadamente se mantiene tranquilo y yolo agradezco.Que me vaya sin una victoria no es el final. Fouke, Arkansas, me está

    esperando, y estoy seguro que en esta ocasión lograré darle más sentido a loque sé.Sé que esto comenzó años atrás para mí, pero para el resto del mundo,apenas es el inicio

    Capitulo Tres

    Tras quince horas de viaje desde Dulce y con mucha cafeína encima llegamosa Fouke, Arkansas. Estoy completamente rendido. Nunca antes habíaintentado correr por la carretera para llegar a tiempo a algo que sin duda es

  • 8/17/2019 El Legado Humano

    11/25

    importante para mí, no obstante, al llegar, con la luz del sol casi en su puntomás alto, con las piernas adoloridas y un tobillo herido, tanto Tommy comoyo nos damos cuenta que llegamos mucho muy tarde.En la entrada del pueblo, justo fuera del Emporio del Monstruo, está todorodeado con cintas policiacas. Siento un poco de rabia por no saber lo que hapasado aquí, sin embargo, los signos de la pelea que aconteció son evidentes.Hay señales destruidas, paredes golpeadas, árboles rotos y algo, quesospechosamente parecen cenizas, en el piso.Paso lentamente por la zona de la batalla e intento registrar todo lo posibleen mi cabeza. Seguramente todo sucedió la noche anterior, mientrasconducía hacía acá. Maldigo por lo bajo.Tommy, quien está harto de que viajemos tanto, ladra por mi actitud. Miro supelaje reluciente con la luz del sol y deseo casi enseguida dormir. Metros másadelante del Emporio del Monstruo, veo una camioneta del FBI parada a laorilla del camino. ¿Qué demonios hacen aquí?Sacudo las telarañas de mis pensamientos y continuó mi camino a través delpueblo. Necesito parar cuanto antes, y por tanto debo volver a atrás, ya queen Fouke no hay hoteles de paso.Recorremos finalmente poco más de veinte kilómetros hasta Texarkana,Texas, una ciudad bastante grande a quince minutos de Fouke. Junto conTommy, aparcamos en el primer hotel de paso que vemos y pedimos unahabitación.Me derrumbo en la cama en cuanto he bajado las cosas que podríandescomponerse del maletero. Termino por desechar mi portátil dañada, no

    tiene caso que la conserve si no puedo hacer nada con ella y además puedentriangular otra vez mi ubicación y venir a por mí enseguida. Debo correr losmenores riesgos posibles.Concilio rápidamente el sueño y me dejo llevar adondequiera que estosquieran conducirme.Me sueño con mi familia. Estamos todos, excepto mamá, quien para entoncesseguramente ya ha desaparecido.En mi sueño tengo dieciséis años, de eso un año con un par de meses, omenos. Nos encontramos reunidos en el patio trasero de la casa, un sitioamplio, lleno de plantas que mamá solía cuidar en su tiempo libre, y pastopor todos lados. Mis abuelos, y uno que otro tío hablan con papá y le dicencosas que entonces no entendí de dónde venían. Todavía no tenía a Tommyen ese sueño.

    Mi papá era un científico loco, como solía llamarlo mi madre, que trabajabaen los estados del sur de Estados Unidos, desde California, pasando porArizona, Nuevo México y Texas, pero que vivía en México. Yo, al igual que misdos hermanos mayores, nací en México, la única con nacionalidad del vecinopaís del norte, era mi hermana Lisa, la más pequeña de los cuatro. No sé muybien cuál era el trabajo exacto de quien solía ser en vida mi padre, muchomenos lo pregunté ya que era una especie de secreto que por 'seguridad' nocompartía con nosotros; quiero suponer que ni mi madre lo sabía.En fin. Esa tarde fue la última que tuve con ellos, fue la última en la quereímos juntos, la última en la que considero fui feliz.Mi casa se encuentra en Tijuana, ahí sigue, sé que es mía, y que puedo volvercon los padres de mi madre cuando me plazca, sin embargo, hasta que lleguea los dieciocho, como lo dicta la ley de México, necesitaré tutores legales y

    por ende ellos lo son. Y tal vez, ese el problema que tengo con el asunto deldinero; sigo sin entender por qué puedo disponer de él sin ser siquiera mayorde edad.Y yo, una parte de mí sigue sin entender por qué me remonto hasta esemomento. Quizá sea culpa, ya que fue por mí que ellos ahora se encuentrandescansando bajo tierra, o tal vez olvidé algo importante, y eso es lo quequiero investigar cuando sueño este día. El tiempo me lo dirá.Veo a mis hermanos golpearse mientras juegan, a mi hermana pequeña jugarcon nuestros primos, mientras que mi papá prepara una carne asada juntocon su hermano, mi tío Pedro.

  • 8/17/2019 El Legado Humano

    12/25

    Y luego, como las tantas veces que mi mente rememora este día, todo sedisuelve a la tarde que volví a casa y todos están muertos.La mirada vacía de mi padre sobre el piso fue lo que me heló la sangre.Tommy, quien me conocía desde el lunes de esa semana, se paseó por la casay lamió los rostros de mi familia muerta.Yo no comprendí al instante lo que sucedió. Simplemente mi mente corría acien pensamientos por segundo, intentando procesar mi nueva realidad.Todos, absolutamente todos, se fueron y me dejaron solo.Hui de casa antes de que iniciara cualquier proceso con respecto a quien seharía cargo de mí. En mi carrera por poner distancia entre Tijuana y yo, vialgunos anuncios de que se me buscaba, y seguí alejándome. Atravesé elEstado de Sonora, en el automóvil de mi madre, y llegué a un pueblopequeño de Chihuahua, donde nadie sabía quién era yo, pero una pareja degente campo me dio cobijo, y de ahí hui hacia aquí.Mi vida se convirtió en ir a ciudades lejos de donde estaba y sacar dinero delos bancos. Sabía que probablemente me atraparían las autoridades que mebuscaban para ponerme en custodia de adultos, pero estaba luchando ya porhacer algo en contra de quienes me había arrebatado la felicidad.Recuerdo que mientras atravesaba la mitad del norte de México ya sabíaquiénes los asesinaron. Era medianamente bueno con las computadoras, enla preparatoria me dedicaba a eso, y en el tiempo libre investigaba dentro deinternet y mejoraba mis habilidades con la programación. Y, jugando, comosolía hacerlo, me topé con ellos. Fue pura y mera casualidad que me colaraen un archivo, del cual no vi nada y que circulaba en la red durante su

    trasferencia a un remitente desconocido, el fichero en cuestión se llamabamogpro.zip y gracias a mi osado descubrimiento dieron con mi familia y losexterminaron.Busqué de mil maneras posibles el archivo en mi PC sin suerte alguna.Alguien lo había removido de manera remota y este desapareció por siempre.¿Qué decía? No tengo ni la mínima idea.Dudo que haya encontrado una línea de esos extraterrestres y haya entradoen ella así sin más. Sospecho que alguien, quien sí había osado invadir lossistemas de estas criaturas, fue quien lo compartía con alguien, y al momentode hallarlo por ahí, me pillaron también a mí.Para mí, y creo que para alguien más, oír mi historia suena completamenteabsurda y llena de casualidades, pero así fue, y quizá, si me hubiesenesperado esa tarde me hubieran liquidado junto con todos y yo no estaría

    aquí. ¡Porque, vamos! Hay que ser muy estúpidos para dejar cabos sueltos. Y,o ellos pecan de idiotas o yo tengo demasiada suerte de mi lado.Despierto con la oscuridad de la noche penetrando todo a mi alrededor.Tommy está echado junto a mí, y en cuanto se da cuenta que me muevo éllevanta la cabeza y me mira expectante. Sonrío por eso.Tommy en toda esta travesía, más que un perro, ha sido un amigo para mí. Élhizo que conocer sitios desconocidos fuese más fácil, hizo que no me olvidarade lo que juré, y me ayudó a seguir adelante. Tenerlo como mascota ycompañero fue lo mejor del mundo y no lo cambiaría por nada.Me levanto con los ojos pegados por las lagañas y enciendo la luz. Son lasdiez y cuarenta y cinco de la noche aquí. Dormí más de lo necesario y heperdido un día entero de investigaciones, sin embargo lo dejo ir. Eraconveniente que descansara y estuviera listo para huir y pensar claramente.

    Enciendo una de las portátiles que traje conmigo de repuesto. Lo primero quehago es conectarme a la red lentísima del hotel y descargo lentamente misarchivos desde una nube alternativa. Sé que no debería hacer esto, pero estoda mi información contra empezar a buscar cosas en Google como unnovato.Dejo la portátil trabajar por sí sola y salgo a buscar un poco de aire. Tommyme sigue y empieza a alejarse fugazmente, no me preocupo por él, sé quecuando tenga su pequeño rato de entretenimiento con el mundo, regresará.Linda noche, ¿no? dice una chica a mis espaldas, y me sobresalto.¿Te lo parece? Replico sin más con un inglés medianamente bueno. No es

  • 8/17/2019 El Legado Humano

    13/25

    que me la pasara yendo y viniendo a Estados Unidos toda la vida, tenía unacasa en Tijuana, pero no.Un poco. Al menos la de ayer no fue muy buena.Entonces lo es determino, y pienso en mi noche anterior manejandocomo maniaco en la carretera.Volteo a ver a mi acompañante inesperada. Es una chica de dieciocho años,tal vez, lleva el pelo morado y lacio, su atuendo es muy fresco y suena a quees de su edad, no se ve nada mal.¿Qué haces aquí, viajero? Inquiere, curiosa.De vacaciones miento. Vine a Fouke, ya sabes, lo del monstruo en elpantano y esas cosas. Quería verlo con mis propios ojos.¿Al monstruo? Su tono se vuelve completamente interesado deescucharme.No digo sin pausa. La tienda. El Emporio del Monstruo.¿Eres de México? pregunta en español y me toma desprevenido.Sí digo en automático.¿Qué hace un mexicano en Arkansas? Levanta una ceja, esta vezmirándome. Evito el contacto ocular.Lo mismo me pregunto respondo entre risas, fingiendo, y ella se une a mí. Digamos que mis padres tenían los días libres y me trajeron a Fouke vuelvo a mentir.¿Dónde están tus padres? Empiezo a odiar que me haga preguntas. Odiomentir, sin embargo sé hacerlo muy bien.La miro directamente. El patio del hotel, el cual alcanza a ser decente y no de

    mala muerte como en las películas de Hollywood, ilumina su rostro y el mío.No estamos a oscuras, mucho menos nos rodea el frío de la noche.Fueron a comprar un par de cosas. ¿Y los tuyos? Digo, evadiendo mimentira como me es posible.En la habitación responde. He salido a dar un paseo como tú. Essofocante estar aquí.En realidad yo me acabo de despertar añado así que no sé si essofocante estar en este sitio.Ella suelta una risa burlona. Puedo imaginarla haciendo conjeturas sobrequien soy o lo que hago en Texarkana, no obstante sigo en silencio. Sin dudano quiero involucrar más gente en mi problema.Sigo sin entender por qué mientes el comentario me toma más quedesprevenido. Estás sólo. ¿Qué hace un chico solo en una ciudad de Texas?

    Me quedo en blanco. No pienso siquiera en una manera de salir del paso ycomplementar mi mentira con otra más. No merece la pena. No le respondo.

    ¡Ally! La mujer de la recepción llama. Cariño, ¿puedes venir a ayudarmecon las toallas?Inmediatamente mi interlocutora pone los ojos en blanco. ¡Bingo!Al parecer comento con un tono peculiarmente socarrón no soy el únicoque dice mentiras.Te buscaré mañana amenaza la chica, Ally. Espero te encuentrestodavía por los alrededores.Me encojo de hombros sin darle una respuesta clara. Todo depende de lavelocidad con la que ellos vuelvan a encontrarme, si decido descansar otranoche más en este hotel es mejor que las cosas continúen tranquilas, justo

    como van.Tommy vuelve un poco agitado después de su carrera hacia la libertad en loque fueron muchos días. Está sucio, quizá se metió a un charco de lodo en suaventura, su pelaje realmente no es el más pulcro ahora. Sacudo la cabeza.Te gusta poner las cosas difíciles, eh, compañero le digo con una ampliasonrisa, mientras me agacho para acariciarle la cabeza. Tú mismo te lobuscaste, te toca un baño rápido.El perro se queja por lo que le digo. De las palabras que mejor conoce sonagua y baño, ya que casi siempre, donde vivíamos, exploraba toda la zona yconseguía llegar sucio. Es normal en mi perro.

  • 8/17/2019 El Legado Humano

    14/25

    Volvemos a la habitación. Checo rápidamente el portátil y pongo manos a laobra al instante. Busco noticias de lo ocurrido en Fouke hace una noche, peroningún periódico local o regional ha publicado siquiera que la entrada delpueblo fue arrasada por algo desconocido. Lo dejo nuevamente a un lado yme muevo hasta la bañera de la habitación, abro las llaves para meter a miquerido amigo en el agua.Los minutos pasan y pongo a mi programa de búsqueda a escanear toda laweb. Necesito noticias frescas, cosas que digan o sugieran lo sucedido enFouke la noche anterior, actividad acerca de estos sujetos, fotos, imágenesque ayuden a decidir adónde iré cuando logre recolectar información sobre elpequeño pueblo de Arkansas. Y lo dejo ir.Tommy está a medio bañar cuando la portátil hace ruido. Me pongo entensión cuando la oigo. No puede ser posible, no otra vez.Es el mismo ruido intermitente de hace tres noches, el que me avisó quedebía alejarme y salvar el culo otra vez. Salgo de la bañera con los piesdesnudos y mojados, detrás de mí cierro la puerta para que el perro noescape y moje la habitación entera.Me lanzo sobre la computadora y comienzo a buscar qué provoca el sonido.De la nada, un cuadro aparece, algo que yo mismo diseñé. Reza:¡URGENTE!: REVISAR SITIO.El aviso es distinto al que había visto. El programa de búsqueda encontróalgo demasiado relevante que necesita ser revisado por mí.Abro el enlace y dejo que el internet lento del hotel cargue. Hago una notamental de que debería manipular la red y hacer más rápida esta cosa.

    Una página oscura carga. Es una página algo psicodélica con informaciónmuy bien acomodada. Barras de imágenes en movimiento intentan cargar,mas las detengo, necesito ver el resto del sitio antes de que nada suceda.Finalmente el nombre de la página es visible para mí, y casi quiero reír: EllosCaminan Entre Nosotros.No es necesario seguir indagando. Conozco este sitio como la palma de mimano. Solía ser mi refugio para teorías conspirativas, en este momento norecuerdo su nombre anterior, pero creo se llamaba Alienígenas Anónimos. Elchico detrás del sito era muy insistente en eso de que investigáramos, que noperdiéramos interés era su principal misión, no porque me lo haya dicho, sinoporque lo deduje, estaba al pendiente de nosotros, cada determinado tiempomandaba correos para preguntar cómo iba la cosa, correos que nuncarespondí.

    Siento un golpe de remordimiento al dejar a este amigo tirado. Su nicknameera GUARD. Me escribía con él mientras me movía con sigilo por el norte deMéxico. Le conté mi historia y parecía muy interesado en lo que yo sabía, queno era mucho, así que platicábamos mucho por mensajes privados del sitio.Me separé de la web cuando en febrero o marzo sucedió lo de Paradise, Ohio.Yo no creí la burda idea de una batalla en ese pueblo. Imaginar seres comoyo, luchando contra monstruos como los que me persiguen, era imposible. Ydesde entonces corté toda comunicación con GUARD.Investigué sobre Paradise y sobre España. En mis notas, tengo fotos de lossímbolos grabados sobre unas montañas de un pueblo pequeño del paísibérico, por eso, cuando el símbolo en aquellos campos de cultivo fuedesvelado a nivel nacional en Estados Unidos fue fácil relacionar para mí elcaso de Santa Teresa. Había una similitud, una energía, que ambas imágenes

    me trasmitían. De alguna forma supe que estaban conectadas.Repaso el contenido de la página. Los artículos que vi alguna vez han sidoremovidos y se conservan realmente muy pocos. Me topo con uno que nuncavi sobre Paradise y entro en él.Lo leo con detenimiento y lo estudio. Es exactamente igual a lo que yo sé,solo que tiene una perspectiva diferente. El autor cuenta lo sucedido en laescuela y la batalla con una precisión impecable, no encuentro fallos en lahistoria, cosa que comienza a ponerme de piedra.Dejo la portátil a un lado y vuelvo con Tommy y su ducha. Lo seco con un parde playeras que traigo conmigo, para no ensuciar las toallas del hotel con el

  • 8/17/2019 El Legado Humano

    15/25

    pelo fastidioso del perro. Salimos del baño, el perro se revuelca en el pisopara ensuciarse lo más posible, yo me trepo en la cama y continúo leyendolos artículos de Ellos Caminan Entre Nosotros.Cuando termino de ponerme al día con las notas me quedo sin palabras.Esto no es lo mismo de hace muchos meses. No son historias sin continuidad,mucho menos son cosas tomadas a la ligera. Sigue muy de cerca dos especiesextraterrestres, y, a quienes describe más como a los que conozco, se llamanmogadorianos.Me estremezco sobre la cama, empezando a pensar lo que hubiera pasado sieste chico y yo hubiésemos continuado con nuestras charlas diarias. ¿Dóndeestaría ahora mismo? ¿Estaría un paso más delante de completar mi misión?Comienzo a sentirme como si hubiera fallado. Y en cierta forma lo hice, sinembargo el duelo que he vivido todo este tiempo no me habría hechomadurar de esta manera. Tal vez si esto ocurrió así fue porque hasta ahorapodría reunirme con este chico y contarle lo que he vivido hasta esta mismanoche.No me lo pienso más. Abro una cuenta nueva en el sitio y busco a GUARDentre todos los miembros. Decido enviarle en mensaje explicando quien soy,e intentando recordarle nuestras antiguas pláticas, sé que suena patético, sinembargo confío en que lo leerá.Finalmente, abro el firewall de la portátil y lo modifico. Instalo programaspara bloquear los intentos de los mogadorianos por entrar a mis archivos enla nube como en el computador que ahora uso.Apago las luces de la habitación y me acomodo para dormir. A primera hora

    de la mañana iré de nuevo a Fouke y trataré de discernir qué pasóexactamente en el pueblo.Estoy nuevamente en el juego. Los mogadorianos no sabrán ni qué los golpeócuando sea la hora de que el mundo sepa de su existencia.

    Capitulo Cuatro

    El motor del Toyota ronronea llevándonos de regreso a Fouke. Tommy parece comenzar a acostumbrarse a los largosrecorridos que hemos dado el último par de días y eso me tranquiliza. No tener que lidiar con un perro desesperado ehiperactivo es reconfortante.Antes de partir revisé mi portátil sin enterarme de nada nuevo. Las aguas están calmad

    as, eso es bien, a mi parecer, claro.Estoy impaciente por recibir una respuesta de GUARD, todo lo que tengo podría interesarle y si está en sus manosayudarme, entonces sería perfecto, detesto huir sin un plan más elaborado, sin una meta fija, sin un lugar al cual llegar ydonde sea posible ocultarme, particularmente odio eso, en determinado momento me cansaré y ahí es cuando ellos van adarme alcance.La autopista que lleva a Fouke nos recibe con un tétrico silencio, el pueblo sigue dormido y desierto. Al este, el sol apenascomienza a matizar en tonos violetas el horizonte, el despertar de la mayor parte de la pequeña población no está muylejos.

    Disminuyo la velocidad cuando la primera casa a la orilla del camino me es visible, Tommy ladra en advertencia, lo silencioenseguida; preferiría no llamar la atención a esta hora.Las luces rojas y azules de la policía asaltan mi vista antes de la última curva, freno precipitadamente, lo suficiente para noquemar los neumáticos sobre el asfalto. Viro a la izquierda, nervioso por la presencia policiaca y avanzo hasta aparcar a uncostado de la pequeña secundaria de Fouke.Respiro hondo y discierno sobre lo que debo hacer a continuación. Tommy me observa impaciente, es evidente que quiere

  • 8/17/2019 El Legado Humano

    16/25

    bajar de auto, sin embargo no creo que sea buena idea. Imaginaba que los policíasy el FBI se habrían marchado ya, maslas chismosas luces policiacas dicen que no, siguen aquí por algún motivo.Me pregunto cuan asustada estará la gente del pueblo por la presencia de tantos agentes de la 'justicia'. Antes de hace dosdías, Fouke era un pueblo famoso por un viejo monstruo de pantano, ahora, quizá tendría alguna especie de nuevaatracción especializada en ataques masivos de extraterrestres que destruyen la fachada principal del poblado y por rastrodejan montones de cenizas de regalo. No suena tan mal, no después de la locura deRoswell.Checo el GPS del auto y reviso mis posibilidades. No es tan difícil pasar inadvertido si caminase por la calle paralela a laavenida principal, justo por detrás del Emporio del Monstruo. Eso es lo que haré.¿Entonces, amigo? le pregunto a Tommy, quien me observa atento. ¿Lo hacemos?El perro jadea y mueve la cola en aprobación. Sigo sin entender del todo por qué parece estar de acuerdo en cosas que sonarriesgadas y se niega a hacer las cosas sensatas, o al menos no muestra la misma emoción. Mataría por saber lo quepiensa el perro de mí y nuestra aventura.¡Aquí vamos! le digo sin emoción, abriendo la puerta del conductor y bajando. Tommy migue sin dudarlo, saltasobre el frío asfalto y comienza a olfatear en busca de peligro.Me muevo al oeste, en dirección a la carretera. Son apenas unos cincuenta metros c

    uando giro en dirección sur. Árbolesgrandes me reciben en la angosta calle del pueblo por la que difícilmente podrían circular dos automóviles al mismotiempo, a mi derecha veo las fachadas traseras y laterales de dos casas pequeñas,a mi izquierda no logro distinguir quéhay más allá de la hierba crecida, también algunos otros canes ladran al percibir la presencia de Tommy. Alcanzo loscajones de estacionamiento de la Preparatoria de Fouke, los cuales se hallan vacíos. Ando a paso rápido y me pongoalerta. La intermitencia de las luces policiacas me desconcentra más de una vez, hasta alucino ver figuras humanasmirándome a la distancia.

    Cuando diviso el depósito de agua elevado me doy cuenta que he llegado. El Emporio del Monstruo es visible desde lacalle trasera y por lo tanto, puedo ver entre las construcciones de las propiedades un gran número de camionetas negras ymuy pocos vehículos de la policía local. Me paro en seco.Busco a Tommy, que ha desaparecido de mi lado, sé que es bueno no preocuparme pormi perro ya que es muy listo, másque yo, a la hora de detectar el peligro.Con el cielo un poco mejor iluminado intento revisar el terreno. Múltiples árboles,más de los que imaginé, están tirados enel piso, con más de una rama rota o astillados por lo que pudo ser una fuerte ráfaga de viento. El depósito de agua estáalgo ladeado, como si algo conocido tuviera la fuerza suficiente para doblar los

     tubos que mantienen en pie el tanque encuestión.Desde donde analizo todo, noto algo arenoso cerca de la intersección inferior delbloque. Es más ceniza. Avanzo para teneruna mejor perspectiva, y ver lo que hacen los agentes del orden.Tommy aparece, gruñendo con desconfianza. Debería escucharlo, sin embargo, necesitomirar más, para eso vinimos aquí.Me paseo un poco más tranquilo al observar a los vecinos salir a realizar sus actividades del día. Quizá paso por unadolescente que hace ejercicio con su perro por la mañana antes de asistir a clase

  • 8/17/2019 El Legado Humano

    17/25

    s, eso es bueno para mí.Finjo hacer flexiones y trotar. Tommy me observa y comienza a ladrar, confundido. Lo dejo hacer el ruido que desee, nointeresa ahora. Llego a la esquina inferior subo la capucha de mi sudadera y troto directo a la carretera sin detenerme conel perro a mis espaldas. A veinte metros de distancia, lo único que me aterra en este mundo aparece ante mis ojos y meparo en seco.Unos seis horrendos mogadorianos, vestidos totalmente de negro, con sus pálidos cráneo tatuados y unas armasinmensas, me dan la espalda. Mi mascota se posiciona a mi lado y gruñe. Me quedo pegado al suelo sin saber qué hacer. Esuna verdadera sorpresa verlos aquí. Mantienen una acalorada discusión con tres humanos, identificados como del FBI,gracias a sus gorras y chamarras membretadas con grandes letras amarillas.Al salir el primer ladrido de Tommy, reacciono y doy media vuelta. Por el rabillo del ojo, capto la forma rápida en la que unmogadoriano gira la cabeza en mi dirección. La sensación de sus ojos clavados en miespalda me impulsan a correr sinfijarme siquiera si Tommy viene atrás de mí.¡Demonios! ¡Demonios! ¡Demonios!Al llegar al coche, sudoroso y nervioso, abro la puerta tan rápido como puedo. Bloqueo los seguros una vez arriba y espero.Veo al perro por el retrovisor aparecer en la esquina corriendo con la lengua de

     fuera y bastante alterado. Abro mi puertapara dejarlo entrar y él salta sin trastabillar.Enciendo el auto y lo pongo en drive. Acelero cual loco, levantando una estela con humo de neumáticos y girando cientoochenta grados para salir vivo. El Corolla se mueve sin control cuando sigo hacia la carretera y siento que volcaremoscuando me interno en ella.Dejo que mis nervios me lleven a Texarkana a gran velocidad. Es tanto el miedo que siento en el pecho que no dudaría encometer más de una locura para sobrevivir.No sé cómo sentirme ahora que he confirmado mi idea de una batalla. Los mogadorianos lucharon contra alguien hacedos noches, y si supongo correctamente, ellos perdieron la batalla en Fouke. ¿Qué ha

    cían ahí? ¿Cuántos de ellos hay?Estamos considerablemente lejos de la frontera con México...Están coludidos con el gobierno de Estados Unidos. Dice algo en mi cabeza. Viste al FBI en la escena, ¿cuántas agenciasmás del gobierno de este país crees que trabajan con ellos? Estás perdido. No puedes confiar en ninguna instancia. Estássolo a partir de hoy. Tú, el perro y lo que sabes, se esfumaran. Deja de luchar.Apisono las palabras de mi consciencia, son ideas pesimistas, el tipo de ideas que ellos esperarían que me deprimieranpara cometer errores y poder ser fácil de atrapar. No les daré el gusto. No todavía.Cuando entro en el estacionamiento del hotel algo va horriblemente mal. Por fortuna, mis cosas siguen conmigo y nocometí la tontería de dejar huellas que condujeran a mi paradero.

    El sol ya ha salido lo suficiente para poder ver el cielo azul claro. Desconozco la hora, esa es la menor de mispreocupaciones.Apago el coche y pego mi frente en el volante, exhausto, sopesando mis oportunidades de seguir con vida en los díassiguientes. Necesito esconderme en un pueblo pequeño y olvidado, es lo mejor que tengo de momento. Deshecho todoslos pensamientos negativos y busco mi llave de la habitación para hacer un poco de investigación antes de marcharme porsiempre de esta ciudad.

  • 8/17/2019 El Legado Humano

    18/25

    La quietud del hotel me eriza la piel, no hay ningún ruido, ni siquiera personas a la vista. En una ventana de la oficina deladministrador hay un letrero que dice "Lleno", sin embargo, adentro, todo parece estar fuera de su lugar, por la puertaabierta se escapan papeles con facturas del negocio.Bajo del auto, dejando a Tommy en el interior, lo cual no parece dejarlo contento. Sé que es insensato arriesgarme de estemodo y mucho más no tener un arma con la cual defenderme. Me interno en el hotel que yace siniestramente vacío.¡Hola! llamo a gritos, una vez en el patio central. ¿Hay alguien? no hay respuestaVuelvo y echo un vistazo más de cerca a la oficina destrozada. Los cajones de losescritorios se hallan en el piso al igual quecientos de documentos antes archivados. La habitación está tapizada por el desordeny lo único que falta son lascomputadoras que vi ayer que llegué.Una idea abrumadora me asalta. Impulsivamente corro a mi habitación y en el camino observo todas las puertas de lasalcobas abiertas pero en completo orden, como cuando un nuevo huésped apenas va entrando. Subo las escaleras de dosen dos y en todos los sitios es la misma historia hasta que el lugar en el que dormí ayer se presenta ante mí. La cama estávolteada y el colchón muy lejos de ella, la televisión descansa en el piso totalmente destrozada, una silla rota parece estarincrustada en la pared y trozos de los vidrios de la ventana decoran de mala man

    era el suelo alfombrado.¿Qué pasó aquí? pregunto en voz alta y entro sigilosamente.Miro en silencio lo que creí sería mi refugio por unas cuantas horas más. Es impresionante la velocidad con la que fuirastreado. Eso significa que no tengo otra salida más que ser asesinado y no es tranquilizante.Voy hasta la puerta del baño e intento abrirla, sin embargo está cerrada desde adentro. Frenéticamente sacudo el pomosin resultado alguno. No recuerdo haberle puesto el seguro, pero qué más da cuando todo está patas arriba.Suspiro hondo y doy media vuelta, debo partir ya y esconderme. Justo en ese momento la perilla de la puerta del bañosuena con un clic y gira. Dejo de caminar completamente pasmado y volteo a ver s

    obre mi hombro. Una figura enorme ypálida emerge del cuarto de baño con un arma, proporcionalmente grande, en ristre.Tontamente volteo a verlo para encararlo o simplemente para observar, sin embargo, con cada paso que da yo retrocedodos. El extraterrestre es horrible y encuentro innecesario describirlo. Mi enemigo muestra los dientes en lo que parece seruna sonrisa, está contento de tenerme frente a él, a su merced.Ustedes los humanos son tan patéticamente predecibles y estúpidos dice, con una voz ára y profunda, el tipo devoz que oyes en tus pesadillas y deseas eliminar de tu cabeza a cualquier costo.Todos regresan como ratas sobre suspasos cuando están acorralados.En respuesta mantengo mi silencio y sigo retrocediendo mientras su sonrisa hace

    que abandone toda esperanza; entré aun callejón sin salida. Escucho el arma del mogadoriano cargarse y la apunta directo a mi pecho. Retengo el aire en mispulmones. Gritaría, pero ahí afuera no hay nadie quien pueda venir en mi auxilio. Es mi final. Mi absurdo final.¡Papá! ¡Mamá! una voz femenina grita desde el patio, suena llena de desesperación. ¡El mogadoriano se distrae una fracción de segundo y yo actúo para sobrevivir, para conseguir una oportunidad.Me agacho a un paso del alfeizar de la puerta para tomar un vidrio de la ventana rota. El cañón del extraterrestre es

  • 8/17/2019 El Legado Humano

    19/25

    detonado y su bala azul brillante describe un arco sobre mi cabeza y sale de lahabitación. Me obligo a rodar en el suelovelozmente mientras el mogadoriano me dispara más veces sin poder acertar un tiro. Consigo llegar hasta su tobillo yencajo el trozo de vidrio roto en su talón. El alien gruñe enfurecido, sangre oscura, casi negra, comienza a esparcirse sobrela alfombra.El mogadoriano me levanta del suelo en un arrebato de ira, ha soltado su arma, pero únicamente le bastaría usar suspuños para poder terminar con mi vida. Estoy orgulloso de al menos poder herirlo,si mi vida acaba ahora, que así sea.No iba a ser tan fácil, hijo de puta escupo en su cara. Mi saliva se desliza por surostro, si no fuera tan pálido juraría quehabría enrojecido. Hazlo ya. ¡Mátame!Mi enemigo grita para intimidarme. Mueve el puño, con el que cargaba el arma, hacia atrás para tomar impulso y así,finalmente asesinarme.Cierro los ojos en espera del golpe seco, pero lo que pasa me deja helado. Tommy gruñe tan fuerte que me eriza la piel,puedo ver su sombra reflejada en el suelo, mi perro está parado en la puerta, unalágrima resbala por mi mejilla y unsegundo después, para dejarme más anonadado, se lanza sobre mi atacante.El mogadoriano me suelta y caigo como un bulto al piso, golpeando fuertemente mis rodillas en el acto. Observo la forma

    en la que Tommy se ha enganchado a la garganta del alienígena y provoca que muchísima sangre brote de él. Luego de unmomento, casi esperanzador, nuestro enemigo se quita al perro de encima, lazándolo contra la pared con un ruido sordo.¡Tommy! grito preocupado. Mi mejor amigo está herido al igual que yo y me siento impoente al no poder ir en suayuda.Hecho un ovillo logro ver al mogadoriano agacharse y tomar su arma, listo para darme el tiro de gracia, mientras que conla otra mano se presiona el cuello donde brota la sangre. Quisiera tener la fuerza para ponerme en pie y matarlo yo mismo,pero con las rodillas machacadas por el impacto contra el piso apenas puedo mover las piernas. Odio mi maldita suerte.

    La figura oscura y siniestra de nuestro atacante se pasea por la habitación y se pavonea. Si tuviera que apostar algo,apostaría que estos alienígenas disfrutan con la muerte, el sufrimiento, la miseriay la destrucción. El mogadoriano sequeda firme en el umbral de la puerta, veo su sangre bajar como un río oscuro sobre su armadura y su mano.Comienzo a contar los segundos para desviar mi atención de esta mierda. Imagino ala mujer abajo, decidiendo si debesubir a ver qué pasa o si debe quedarse donde está y pedir ayuda a la policía. Repentinamente, en silencio, mi perro selevanta con firmeza del piso, muestra los colmillos de una forma tan aterradoraque me hacen desear jamás ser yo suvíctima. Lo veo tomar impulso y sin dudarlo grito:

    ¡No, Tommy!El mogadoriano se voltea rápidamente y observa cómo un perro de veinte kilos se abalanza sobre él. Apenas le da tiempode levantar su arma y dispara en dos ocasiones sin acertar. ¿Qué acaso no les dan clases de tiro? Perro y extraterrestrepelean con fiereza. Yo me armo de valor y saco fuerzas de donde me es posible, sujeto la base de la cama y en un solointento cojo impulso. Puedo sentir el lacerante dolor de mis rodillas decir quetengo que derrumbarme y lucho contra esoy contra mi tobillo que apenas comenzaba a sanar.

  • 8/17/2019 El Legado Humano

    20/25

    Levanto otro vidrio del suelo, en esta ocasión, más grande y alargado.Salgo del cuarto para conseguir ver lo imposible que es para el mogadoriano quitarse a Tommy de encima con una solamano, mientras se esfuerza por detener su hemorragia. Un instante después el extraterrestre cae al suelo. Sonríocomplacido. Me desplazo lento, recargado en la pared y decidido a terminar con su vida. Estoy harto de ser una víctimamás, de ser parte de su juego.Cuando llego a su lado, el alien apenas puede respirar. Su oscura sangre forma un charco gigantesco en el suelo del pasillo.Tommy destrozó sin piedad su garganta y me sorprende que siga despierto.Esto es por toda mi familia le digo.Clavo el largo pedazo de vidrio en su ojo izquierdo y lo hundo hasta asegurarmeque llega a su cerebro, si posee uno. Elmogadoriano se convierte en cenizas.¡Oh, Dios mío! exclama la voz de antes. ¿Qué demonios...?Veo sangre, sangre roja en mis manos y por primera vez en todo este tiempo me doy cuenta que los filosos vidrios hancortado mis palmas. La idea me embiste, dejo que todo se desmorone a mi alrededor y se vuelva negro.Abro los ojos y me siento de golpe sobre la cama. Reconozco el tipo de habitacióny no sé si sentir alivio o preocuparme.Saco los pies de debajo de las mantas y busco mis zapatos. La puerta permanece e

    ntreabierta con las dobles cortinas delcuarto totalmente cerradas.Las plantas de mis pies hacen contacto con algo húmedo, no tardo en darme cuenta de que es Tommy el que lo hace.Suspiro aliviado, ambos estamos vivos. El perro suelta un ladrido de felicidad y salta a la cama para que lo abrace. Justoahora él merece más que un abrazo, salvó mi vida, nos salvó a los dos.Mis rodillas punzan de vez en cuando, sin embargo puedo moverme con total libertad. Me calzo los zapatos sin calcetines yme pongo en pie, es hora de irnos. Reparo que mis manos están ligeramente vendadas, si antes no ardían, ahora que lonoté sí que lo hacen.Inesperadamente, la figura delgada de una chica irrumpe abriendo la puerta de go

    lpe. Su cara refleja apuración y un pocode miedo, pero al verme sentado y jugando con Tommy se relaja. La reconozco de la noche anterior, es Ally, la hija de losadministradores del hotel, y quien me llamó mentiroso. No quiero saber lo que puede pasarle a las personas que osenllamarme asesino.Ya despertaste suelta con un tono tenso. ¡Qué alivio!¿Qué hora es? inquiero. Realmente dudo que me importe lo que ella vio, si tardo más tpo en irme más prontosabrán que no estoy muerto todavía.Eh, son las tres de la tarde.Debo irme me paro de un solo brinco. Gracias por, eh, ayudarme, pero debo partir. Disculpa los inconvenientes.

    Tiento mis bolsillos. La llave del auto de mi madre sigue ahí, la extraigo con rapidez y avanzo hacia la puerta. El perro sequeda sentado sobre la cama.¡Vamos, Tommy! le llamo. Hay que desaparecer.Evidentemente el perro me hace caso a regañadientes y me sigue. Paso por enfrentede Ally sin dirigirle ninguna palabra yella no me detiene hasta que alcanzamos las escaleras.¡Espera! llama con duda en su tono de voz. No puedes irte. Tienes que decirme qué fuo que sucedió en ese puntocomienza a seguirme. ¿Qué fue esa cosa que se convirtió en cenizas? ¿Quién destrozó la

  • 8/17/2019 El Legado Humano

    21/25

    ción que alquilaste?Atravesamos el patio sin detenernos, la chica continúa con una retahíla de preguntas que jamás estaré dispuesto aresponder.En el estacionamiento abro el coche sin desactivar ningún seguro, quedó abierto cuando bajé y no volví. Abro el maletero yde mi mochila extraigo la portátil. Ally se para en todo momento atrás de mí, indispuesta a dejar que me marche sin queresponda lo que demanda saber. Adoro su ingenuidad, la forma en la que supone ocurren las cosas, la forma en la quesiente que está segura de todo mal en este momento, siendo que dentro de algún tiempo será el objetivo de una hostilraza alienígena.Escucha la volteo a ver con la computadora en mis manos. Olvídate de esto, olvídate mí. Haz como si nunca mehubieras conocido, haz como si lo que viste allá arriba fue un producto de tu imaginación. Vive una vida lo más normalposible mientras tengas tiempo. Sé feliz, Ally. Ahora deja que me marche en paz.Lo que le digo parece enfurecerla más de lo que creí. Sus ojos se entrecierran, luego estalla.¡No entiendes nada! escupe. ¡Esta mañana me levanté para ir a la escuela y tener un l, pero en el caminoun par de camionetas negras pasaron junto a mí y repentinamente oí el grito de mis padres llamándome, escuché más de

    una ocasión mi nombre! Cuando me di cuenta del origen de los gritos los vehículos estaban demasiado lejos y no pudehacer nada más que volver aquí, y lo que encontré fue un hotel vacío, sin huéspedes, coodas las habitaciones abiertas yuna oficina hecha un caos, mis padres misteriosamente no estaban. Luego, escuché unos disparos, quise saber de dóndevenían, pero cuando llegué al origen me encontré a un chico que rentó una habitación haun día asesinando a unhombre que no es más que cenizas. Me merezco saber qué sucede.Dejo caer el portátil y respiro hondo. Si le digo ella no me creerá y si no le digojamás me la quitaré de encima. Ahora debocargar en mi consciencia con la desaparición de dos personas inocentes.Fouke suelto sin pensarlo bien.

    ¿Qué pasa con Fouke? inquiere, con la vista clavada en la computadora tirada en el pio.Lo siento, Ally. Lamento que tus padres hayan desaparecido. No soy yo quien debedecirte esto. No puedo hacerlo.¿Tiene que ver con un monstruo de pantano? ¿Tiene que ver con la extraña tormenta de hce casi tres noches? cuestiona, hambrienta de una respuesta que no quiero darle.Espera, ¿qué tormenta?Responde tú primero exige, luego yo te diré. No es por nada, pero Ally es muy astutnque bien podría ser unatreta para hacer que hable.Olvídalo la corto. Ahora me voy.Levanto mi instrumento de investigación del piso y camino a la puerta del conducto

    r. Tommy avanza con paso más lentoatrás de mí.Hubieron varios relámpagos visibles desde aquí en dirección a Fouke. Hace unas horas djeron por la radio que fue untornado pequeño, pero los tornados no hacen que caigan rayos gigantescos en el mismo lugar y la misma noche. Fue unatormenta salida de la nada.Lanzo dentro del coche la portátil y cierro la puerta sin subir. Vuelvo frente a Ally, bien puede ser mentira lo que dijo, perocobra sentido lo de los árboles rotos y astillados si hubo una especie de atmokine

  • 8/17/2019 El Legado Humano

    22/25

    sis. Sólo en ese punto específico de laciudad la flora está dañada.Contemplo a la chica por unos segundos sin decir nada.¡Di algo! suplica. No sabes lo que es que tus padres desaparezcan y no sepas donde etán. Necesito saber dóndeempezar a buscarlos.Toda mi familia está muerta le digo, inmutable. Sé lo que es eso.Ally parece avergonzada.El hombre que me viste asesinar es uno de los que me quitó a mis padres y mis hermanos. Esa cosa no es un humano continúo, indeciso si me creerá o no. Hay cosas que no entendemos y no creemos. Es muy probable que el FBI se hayallevado a tus padres, si no fueron ellos, fueron los amigos de nuestro bulto decenizas, y si así es no puedo darte muchasesperanzas.La muchacha parece confundida. Por su mirada puedo adivinar que muchas preguntas se gestan ahora en su cabeza. Yo noquiero explicarle todo, suena descabellado si lo digo en voz alta.¿A qué te refieres con que no es un humano? por eso no quería hacer esto.Es un extraterrestre dejo caer la bomba sin considerar nada, alienígena, viajero espcial, como se te ocurra llamarlo.¿Qué no son verdes y con grandes ojos y un prominente cráneo?Le lanzo la peor mirada asesina del mundo y me alejo de ella. Fue suficiente. No debí decirle nada. Estúpido de mí.

    No, espera. Te creo.No lo haces, Ally replico. Busca a tus padres en donde tú quieras hacerlo. No te aseuro que vuelvan. Deberías llamara la policía y decirles de la desaparición, pero a pesar de eso, nunca estuve aquí, jamás me viste y tampoco viste almogadoriano.Trepo al interior del auto después de mi perro. Cierro la puerta y lo enciendo enseguida. Basta de paradas tontas y charlasque son inútiles, debo irme ahora o nunca. Pongo el coche en reversa y salgo del estacionamiento con la idea de seguirhacia el norte de este país.Veo a la chica hacerse pequeña conforme me alejo. Siento lástima de su ignorancia yde lo indispuesta que está a creer en

    algo que acontece en el planeta justo ahora. Estamos al borde de una invasión extraterrestre y los humanos no dejamos deser escépticos al tema. Quizá nuestra propia ignorancia nos llevará a un desafortunado fin.

    Capitulo Cinco

    El sueño es confuso.Mis padres discuten con intensidad dentro de su habitación, mis otros hermanos están fuera de casa, con amigos ohaciendo sus tareas en casas de otras personas, esta ocasión, al igual que algunas anteriores, soy el único que puedeescucharles sin entender de qué hablan con exactitud.

    ¡No nos pongas en riesgo otra vez! suplica mamá. Suena aterrada y enojada simultáneame, es una especie desentimiento que casi nunca había sentido con frecuencia hasta esa tarde.Intento hacerlo lo mejor que puedo grita mi papá en respuesta. Hay cosas que simplemnte no son éticas, están mal,son aberraciones, y no puedo quedarme callado.¡Basta, Marcos. Basta! ella está al borde de un colapso emocional. Hazlo por tu fami, piensa en nosotros antes deque cometas otra equivocación. Si puedes evitar un problema mayor toma esa oportunidad.

  • 8/17/2019 El Legado Humano

    23/25

    Lo haré promete con firmeza. Lo haré.Escucho que se acercan a la puerta y echo a correr lejos de la escena. Si pudiera recordar cada una de las peleas queambos sostuvieron y que atestigüé, y si le dieran sentido a lo que ocurre en este momento, me sentiría afortunado.Mi sueño se transforma en algo extraño.Llueve ahí afuera. La tormenta es poderosa e intimidante. El exterior del edificose mantiene oscuro e impermeable, ni unagota del líquido entra y el viento silba al impactar con los muros exteriores. Enlos pasillos las luces parpadeantétricamente, pensaría más de dos veces el atravesarlos, tienen la pinta de ser el inicio de una macabra cacería del terroren la que no estoy dispuesto a colaborar.Me acerco a la primera ventana que encuentro, es amplia, puedo ver la silueta de los árboles donde comienza el bosque,me recuerda la típica imagen de colegio estadounidense en un pueblo pequeño. La ventana está protegida con herreríametálica, para impedir que vándalos se escabullan por la noche al interior.En el oscuro cielo tormentoso las nubes empiezan a formar lo que sin duda es unrostro humano. Retrocedo unos cuantospasos al descubrirme impresionado. ¿Qué demonios es eso? Me pregunto muy lejos de encontrarme una respuesta lógica.La cara en las nubes adquiere una expresión severa e iracunda, es el rostro de unviejo que probablemente te mataría con

    una escopeta si entrases en su propiedad. Vuelvo a mi posición anterior por mera curiosidad. La increíble imagen en eloscuro cielo no es algo que pueda ver todos los días.La tormenta adquiere más fuerza y es entonces cuando la persona en las nubes parece despertar. Rayos impactan el sueloen las inmediaciones del edificio e iluminan los alrededores con una centelleante luz blanca. Cubro mis ojos y me escondoen la oscuridad de los pasillos, lejos de cualquier contacto con el exterior.Mis córneas arden como si las hubiera quemado con ácido. Me tallo los ojos con ambos puños, parpadeo cientos de vecesantes de recuperar mi vista a un porcentaje en el que puedo distinguir los casilleros y los rincones del sitio. Sin duda estoyen una escuela.

    Avanzo con sigilo entre las sombras con la molesta presencia de una figura azulada con cada parpadeo. Intentoconcentrarme en lo que tengo delante, debo encontrar una salida y ver qué pasa allíafuera.Sin esperarlo llegan voces a mis oídos. Son de algunos chicos.¡Por aquí! dice una. ¡Deprisa!Cuando logro darme cuenta de que vienen hacia donde yo estoy echo a correr paraesconderme. Por alguna razón mesiento incómodo en este sueño, como si no fuera mío.Una puerta se cierra en la distancia lo que es un alivio para mí, no me toparé de frente con nadie. Vago unos segundos máspor los pasillos. El sonido de algunos pasos vuelve a aparecer, esta vez son más cuidadosos, sin embargo casi hacen la

    misma cantidad de ruido. Al llegar a una intersección que parece importante debo elegir hacia donde continuar, mi metasigue siendo la salida, que no parece estar dispuesta a aparecer por cuenta propia.Decido regresar sobre mis pasos al recordar que las personas probablemente veníandel exterior, si logro descifrar cuál fuesu camino entonces lo conseguiré.Doy media vuelta, completamente convencido, pero con lo que me topo revuelve miestómago. El rostro de unmogadoriano.

  • 8/17/2019 El Legado Humano

    24/25

    Salto sobre el asiento del conductor. Mi cara y mi ropa están completamente sudadas mientras que afuera hace frío. Buscoa mi perro quien duerme plácidamente en los asientos de atrás del auto, lo dejo tranquilo de momento. Me quito laplayera y la cambio por una seca, miro mi cara alterada en el retrovisor, la punta de mis vellos faciales comienza a sernotoria, luzco tan desaliñado que le daría miedo a cualquiera con quien me acercasea pedirle ayuda.El alba esta por romper en el horizonte. Bajo del vehículo tras ponerme una sudadera, llevo aproximadamente dos horasdormido, y mi cuerpo parece decir que no quiere hacerlo más si no es en un sitio con una cama, una ducha e internet. Lascasi catorce horas y media de viaje desde Texarkana hasta las afueras de un pueblo de Ohio, a sesenta kilómetros deCincinnati, fueron particularmente agotadoras. Encontrar un lugar donde ocultarel auto fue el reto del año, y más si es aorillas de la carretera, pero una vez hallado el sitio, un camino de terracería flanqueado por enormes árboles frondosos yrodeado por cultivos, aparqué, tomé una cobija y me quedé dormido.Nunca antes había tenido tantos sueños con los que lidiar. Me limitaba a cerrar losojos y abrirlos hasta el día siguiente conun sol destellante entrando por mi ventana. Ahora parecen ser el pan nuestro cada vez que tengo la oportunidad de cerrarlos ojos.

    Debo tomar una decisión pronto. Mientras nos alejábamos de Texarkana quise dar la vuelta y volver por Ally, sin embargo,me sobrepuse a esa idea y seguí adelante, si volvía corría el riesgo de luchar de nuevo contra más de un mogadoriano yjamás salir vivo de ese hotel. Sin mí, Ally tiene más posibilidades de conseguirse una vida o buscar adecuadamente a suspadres, y yo tengo más probabilidades de no perder la cabeza intentando explicar a alguien escéptico todo lo que me hapasado. Lo único que espero de ella es que no haya dado aviso de mi presencia durante la mañana de ayer, no quiero líoscon las autoridades de este país.Cuando alcanzamos Kentucky y tiré la computadora en el basurero de un pueblo pequeño, en el que bebí café para no caer

    dormido tras el volante, tuve que volver a decidir, Washington D.C. o Paradise,Ohio. Y ese es el dilema ahora.Sé que no conseguiré nada yendo a la ciudad en la que según la página de Ellos Caminan ntre Nosotros vio la luz laprimera batalla entre dos razas extraterrestres, pero siempre he sido curioso yquiero por lo menos tener la oportunidadde ver el pueblo con mis propios ojos, y si es posible acercarme a la escuela destruida. Y también sé que lo haré sinimportar las innumerables peleas mentales a las que me enfrente.Vuelvo al auto después de mi pequeño instante de aire fresco. Tommy me espera sentado con la lengua de fuera listo paradejarlo salir, le sonrío y le dejo el camino libre. El perro corre al campo y se pierde un rato, no es mi idea querer que mi

    amigo presente un episodio de estrés por tanto viaje. La luz solar ya ilumina más el entorno, los campos de cultivo, casas yel resto de las cosas que conforman el paisaje, son visibles.Para cuando Tommy vuelve son las ocho y diez de la mañana según el horario local, parece satisfecho por su gran tiempode diversión que sube de vuelta a nuestro transporte sin pedírselo, lo sigo.¿Y si conseguimos una portátil nueva? le pregunto. Él ladra en asentimiento, necesita los medios para trabajar yponernos al día, tal vez pasó algo nuevo y yo no sé nada.Enciendo el GPS del auto, agrego algunas indicaciones y nos ponemos en marcha. N

  • 8/17/2019 El Legado Humano

    25/25

    uevo destino: Columbus, Ohio;después, Paradise