3
Ñ Ñ EN LA MIRA. García del Moral, 55 años, retratado en la sede del Instituto de Medicina del Deporte de Valencia, donde es el director. / DANIEL DUART ¿EL “MAGO” DE LANCE? El español García del Moral, una eminencia en medicina, es acusado por la Agencia Antidopaje de EEUU de inyectar EPO a Armstrong, el héroe que tras superar un cáncer ganó 7 Tours. Apodado el «Gato Negro» , como el cuento de Poe, se defiende UN HISTÓRICO A los 70 años, tras 12 fuera de la primera línea política, Anguita vuelve. ENTREVISTA / Julio Anguita quiere que «los puteados» de España se unan y movilicen para cambiar «un país que se va a la mierda». / 4 ENTIERROS / La crisis llega a la sepultura. Las funerarias ofrecen financiar los sepelios en cómodos plazos. Hay familiares que incluso no pagan / 7 EL MUNDO / Nº 871 CRONICA /24/6/2012

¿EL “MAGO” ESPAÑOL DE LANCE?

Embed Size (px)

DESCRIPTION

El español Luis García del Moral, una eminencia en medicina, es acusado por la Agencia Antidopaje de EEUU de inyectar EPO a Lance Armstrong, el héroe que tras superar un cáncer ganó 7 Tours. Apodado el «Gato Negro», como el cuento de Poe, se defiende

Citation preview

Page 1: ¿EL “MAGO” ESPAÑOL DE LANCE?

ÑÑ

EN LA MIRA. García del Moral, 55 años, retratado en la sede del Instituto de Medicina del Deporte de Valencia, donde es el director. / DANIEL DUART

¿EL “MAGO” DE LANCE?El español García del Moral, una eminencia en medicina, es

acusado por la Agencia Antidopaje de EEUU de inyectar EPO aArmstrong, el héroe que tras superar un cáncer ganó 7 Tours.

Apodado el «Gato Negro» , como el cuento de Poe, se defiende

UN HISTÓRICO A los 70 años, tras 12 fuera de la primera línea política, Anguita vuelve.

ENTREVISTA / Julio Anguita quiere que «los puteados» de España se unany movilicen para cambiar «un país que se va a la mierda». / 4

ENTIERROS / La crisis llega a la sepultura. Las funerarias ofrecen financiarlos sepelios en cómodos plazos. Hay familiares que incluso no pagan / 7

EL MUNDO / Nº 871

CRONICA /24/6/2012

Page 2: ¿EL “MAGO” ESPAÑOL DE LANCE?

2 / C RÓ N I C A / N º 8 7 1 EL MUNDO / DOMINGO / 24 / JUNIO / 2012

s un cuento de EPO, o comotambién se le conoce a estaclase de dopaje, de «E», de«Po», de «Edgard», de «Edgar

Allan Poe»… Eso según el informede la Agencia Antidopaje de EstadosUnidos (USADA). El nombre de unode los protagonistas, revela The WallStreet Journal, es Gato Negro, títulode uno de los cuentos de horror másfamosos de Poe. Al personaje clavede esta historia lo acusan de varioscargos: «Posesión, tráfico, adminis-tración, encubrimiento…» de sustan-cias dopantes como EPO, hormonadel crecimiento, testosterona, corti-coesteroides… Se los habría inyecta-do a un símbolo mundial del depor-te, al ciclista-héroe-milagro LanceArmstrong. Este nombre clave seutiliza para uno de los mejores mé-dicos deportivos de España, el valen-ciano Luis García del Moral Betzen,55 años. Reputado, respetado, ínte-gro. Los calificativos para García delMoral han sido esos. Más cuando seconsagró como el doctor de Arms-trong en cinco de sus siete victoriasen el Tour de Francia, justo cuandoacababa de superar su cáncer de tes-tículos. Y merecía esos adjetivos, ex-cepto para algunos escépticos, has-ta que hace una semana recibió uncomunicado de la agencia antido-ping norteamericana. ¿Del Moral esel Gato Negro emparedado junto alcadáver de un atleta legendario?

[Un misterio más para un Tourque comienza el próximo sábado 30de junio, en Liège, Bélgica.]

ACUSACIÓN. Luis García del Moralrecibió las 15 páginas que lo imputa-ban en su buzón de correo electróni-co, el miércoles 15 de junio de 2012.Tres días después de que el organis-mo norteamericano lo redactara. Loleyó estupefacto. Se lo enviaron a suemail del Instituto de Medicina delDeporte de Valencia, donde ocupa elcargo de director general. Quedó enestado de shock. No había condicio-nales en el escrito. Lo culpan direc-tamente de suministrar eritropoyeti-na, nombre largo del EPO, a LanceArmstrong y otros miembros delequipo ciclista US Postal. «Hemosrecibido declaraciones de testigospresenciales de que las inyeccionesde EPO fueron administradas por eldoctor Luis García del Moral, por elmédico [vasco] Pedro Celaya y porel doctor [Michele] Ferrari. Múltiplescorredores con conocimiento de pri-mera mano testifican que, entre

1998 y 2005, Armstrong usó EPO yen varias ocasiones la distribuyó aotros compañeros». Hay un terceracusado español: Pepe Martí, actualentrenador de Alberto Contador.

Las acusaciones de la AgenciaAntidopaje de Estados Unidos ata-can al corazón mismo de la medici-na deportiva en España. El doctorGarcía del Moral, miembro de unaacomodada familia valenciana—con parientes periodistas y finan-cieros, de madre alemana, políglota,

ex jugador de rugby— tiene un cu-rriculum vitae espectacular. No sólofue el aliado médico de Armstrongpara ganar desde su primer a suquinto Tour, entre 1999 y 2003. Fueparte del selecto grupo de médicosque contribuyeron a que un hombretras un cáncer testicular, detectadoen octubre de 1996, con metástasispulmonares y cerebrales — y sóloun 40% de posibilidades de sobrevi-vir—, quien era un ciclista regular,que incluso llegó a acabar último enla Clásica de San Sebastián, de re-pente, se convirtiera en leyenda.Lance Armstrong regresó a compe-tir en 1998, con resultados acepta-bles. Al año siguiente, García delMoral se cruzó en su vida. Y algocambió. Tras recorrer 3.870 km aun ritmo imposible ganó la rondagala. El informe de la organizaciónantidoping americana cuestiona eseprimer éxito y los posteriores.

[Hay que señalar que la podre-dumbre era norma. Los que queda-ron segundos en los siete Tours deArmstrong, que podría perderlospor estas acusaciones, se vieron im-plicados en prácticas de dopaje. En1999, Alex Zülle; en 2000, 2001,2003, Jan Ullrich; en 2002, JosebaBeloki; en 2004, Andreas Klöden;en 2005, Ivan Basso.]

En las acusaciones se nombrasiempre a Luis García del Moral.«Nunca había sido acusado de do-paje», afirma indignado a Crónica.Como sangre sobre folios blancos,profanan páginas de gloria.

Del Moral fue también respon-sable médico, entre 1993 y 1998,de la selección española de ciclis-mo que ganó medallas de oro yplata en Atlanta 96, las de Indura-in y Abraham Olano, respectiva-mente. Fue responsable médicodel equipo nacional de ciclismo deEEUU en Sydney 2000. El USAteam obtuvo galardones de oro ybronce. Este tercer puesto fue elúnico título olímpico de Arms-trong. También fue asesor médi-co de equipos de fútbol como elBarcelona y el Valencia. Trabajóen la Copa de América...

EL GATO NEGRO. Aún sin reponer-se del estrepitoso comunicado de laUSADA, García del Moral tuvo susegundo golpe el 17 de junio. Deesos que te llevan casi al KO. TheWall Street Journal publicó una in-vestigación titulada Cycling doctorunder microscope [El doctor del ci-clismo bajo el microscopio]. Lo ci-tan como «el blanco de las investi-gaciones de dopaje» contra LanceArmstrong. Dan su apodo entre loscorredores de su época en el USPostal: el Gato Negro. El diario nor-teamericano dice que se lo pusieronpor sus rasgos gatunos y piel cetrina.«Es absurdo, mi madre es alemana».Cierto, García del Moral tiene ojosazules y la piel nívea. Sus rasgos síque son algo felinos, pero no vendríade allí el apelativo. Provendría de larelación entre uno de los sobrenom-bres del EPO: Edgar Allan Poe y unrelato del escritor. El doctor sería elGato Negro de la historia, la clave dela investigación.

«Durante el Tour de Francia,cuatro corredores aseguran queGarcía del Moral, trabajaba en una

Sus cargos: «Posesión, tráfico yadministración» de sustancias

dopantes, de hormonas a plasma

Junto a Del Moral (izq.) también se imputa a los españoles Pepe Martí (dcha.) y Pedro Celaya. / MANUEL BRUQUE

EL ESCRITO DE LA AGENCIA ANTIDOPAJEDE EEUU DICE QUE MÚLTIPLES TESTIGOSLE VIERON HACER TRANSFUSIONES

GARCÍA DEL MORAL: «NO ES CIERTO... HAYMUCHOS INTERESES ECONÓMICOS. LOQUE BUSCAN ES CAZAR A ARMSTRONG»

MARTÍN MUCHA

E

Page 3: ¿EL “MAGO” ESPAÑOL DE LANCE?

EL MUNDO / DOMINGO / 24 / JUNIO / 2012 N º 8 7 1 / C RÓ N I C A / 3

pequeña estancia, ubicada en la par-te de atrás del autobús del equipo, elvehículo que los seguía mientras du-raba la competición. Detrás de unaspuertas correderas, los ciclistas ase-guran que allí [García del Moral] lesinyectaba drogas o realizaba trans-fusiones de sangre prohibidas en eldeporte», afirma sin remilgos TheWall Street Journal.

Dos testigos que no se cita por sunombre en el informe de la USADAson Floyd Landis y Tyler Hamilton.Landis, ganador del Tour de 2006,fue descalificado por dar positivo entestosterona [gracias a lo cual el ga-llego Oscar Pereiro fue declaradovencedor oficial]. Hamilton utilizó lared de dopaje de Eufemiano Fuen-tes. Tras la deshonra, comenzaron adesvelar los oscuros misterios de es-te deporte y del exitoso US Postal,donde ambos coincidieron con DelMoral, Armstrong y los otros acusa-dos españoles: Pedro Celaya y PepeMartí. De este último, Landis dijoque era «un traficante». Hamiltondesveló en una entrevista en 60 Mi-nutes, el programa estrella de la ca-dena norteamericana CBS, que viodoparse a Armstrong: «Siete veces».Y apuntó a Del Moral, sin decirlo ex-plícitamente.

PREGUNTA.— El informe es de-moledor. Dice, literalmente, que us-ted utilizó «EPO, transfusiones desangre, hormona del crecimiento»...

RESPUESTA.— Son acusacionesde dos ciclistas que han sido atrapa-dos dopándose y ni siquiera en laépoca en que estaba yo en el equipo.

P.— ¿Por qué usted? Lo citan co-mo la pieza clave tanto la USADAcomo The Wall Street Journal...

R.— Aquí hay muchos intereseseconómicos y su objetivo no soy yo.Ellos buscan una pieza de caza ma-yor. Es Lance Armstrong... Deman-daré. Son demasiadas infamias.

Desde el 2003 hasta ahora, Garcíadel Moral, no ha vuelto a ver en per-sona al Animal, como apodaban aArmstrong. Pocos recuerdos tieneen su oficina de sus múltiples éxitoscon el texano. Excepto una foto co-locada en una repisa donde está él,su mujer y el ciclista. Su despacho esaustero, incluso pequeño. Tiene laagenda llena, ya no de deportistas deélite, sino más bien de atletas popu-lares. Padre de tres hijos, no es raroque García del Moral dé sesudascharlas en universidades y semina-rios especializados. Su trabajo tam-bién está asociado con las escuelasde tenis valenciano. Ha trabajadocon el ex número uno de la ATP Ma-rat Safin y con su hermana, quientambién fuera primera del rankingfemenino, Dinara Safina. De loscampeones recientes, destaca la ita-liana Sara Errani, última finalista deRoland Garros en individuales y ga-nadora en dobles. Una proeza física.

Al ser entrevistado el hermano deErrani sobre la labor del médico va-lenciano con Sara, dijo que él sólo lehizo un examen cardiaco. Mintió.Lleva con ella desde hace un lustro.

P.— ¿Por qué dijo eso el portavozde Errani si es fácil de comprobar[existen los expedientes] que ustedes su médico desde hace años?

R.— Yo los entiendo. Son norma-les estas contradicciones. ¿Qué va ahacer un deportista ante estas cir-

cunstancias, ante el acoso? Intentanegarlo. Pero yo no tengo nada queesconder, nunca lo he tenido.

No es la primera vez que sufre eserechazo. El año pasado Matt White,director del equipo ciclista Garmin,llevó en secreto al australiano TrentLowe a la consulta de García delMoral. El Garmin nació de una idea

romántica: «No al dopaje». Al ente-rarse del encuentro, su dueño despi-dió fulminantemente a White.

Landis sería el responsable de eseincidente. Mucho antes de la decla-ración a las autoridades antidopingde EEUU, ya había difundido queGarcía del Moral daba drogas en elequipo. Otro precedente. Un progra-ma de televisión atrapó a Del Moral,en un coche distinto a los que usabael US Postal, transportando medici-nas que arrojaba a la basura. Entreellas Actovegin, plasma de ternera.

P.— ¿Qué sucedió?R.— Tenía el permiso para utili-

zarlo por las organizaciones respec-tivas. Tanto por la agencia españoladel medicamento como por su ho-móloga francesa. Uno de mis pa-cientes, que no era ciclista aunqueformaba parte del grupo, tenía dia-betes. Y si no utilicé los cubos de ba-sura convencionales es porque losperiodistas los revisaban. Cualquiercosa nos hacía sospechosos e inten-té evitarlo. Salimos absueltos de to-dos los cargos.

500 PRUEBAS. Es cierto, peroArmstrong es sospechoso desde1999. Desde que sus tremendos lo-gros deportivos le permitieran co-dearse con estrellas de Hollywood,con Bush, con Clinton, ganar millo-nes, ir en jets privados... Desde en-tonces hubo una mezcla de celos, re-vancha y búsqueda de la verdad.Armstrong se convirtió de ciclistamediocre a la mayor estrella mediá-tica que ha parido este deporte en laHistoria. Pero, como el cuento dePoe, siempre hay un Gato Negro quepuede dar un vuelco al caso, por másque se halle emparedado al muerto.

En un libro titulado L.A. Confiden-tial se llega a decir que Armstrongtenía los brazos llenos de pinchazospor las transfusiones. Que, según laUSADA, era una misión que realiza-ba García del Moral. «Me han hechomás de 500 pruebas de dopaje ysiempre han dado negativo», ha di-cho contundente Armstrong. Siem-pre indemne. ¿Hasta ahora?

¿Cómo habría logrado salir lim-pio? En 1999, la EPO ya se podíaproducir sintéticamente; sin embar-go el test para detectarla en orina noexistía. Pomadas de corticoides co-mo el Cemalyt, que le recetó Garcíadel Moral y que se supo que usóArmstrong en su primera victoria enel Tour, estaban al límite de la legali-dad. Y así, ladrillo a ladrillo, se edifi-có el muro que ha sostenido la ver-dad de Lance, del tren azul de Texas.

P.— ¿Dopó a Armstrong?R.— Y también maté a Manolete...

No es cierto y esto me ha hecho mu-cho daño. Además, que se diga queinyecté hormona de crecimiento auna persona que padeció cáncer esuna locura. Es un suicidio, porquehay mucho riesgo de recaer.

García del Moral pasa de la abso-luta seguridad a la angustia. Y vice-versa. No sale de su asombro deque un diario del prestigio de TheWall Street Journal se atreva a se-ñalarle así. Sin remilgos: «Un ex ci-clista asegura que García del Moralle inyectó esteroides. Otro señalóque no quería tomar sustancias do-pantes porque temía las consecuen-cias para la salud. Pero un día, Gar-cía del Moral le dijo: “Usted no esun auténtico profesional si no tomadrogas”. El ciclista respondió enoja-do: “Entonces usted no es un médi-co realmente”».

Las evidencias que han permitidoacusar a Armstrong definitivamentey suspenderle de competir —en su

nueva aventura, el triatlón— sonmuestras de sangre de 2009 y 2010.

P.— Allí hay restos de EPO...R.— Las pruebas decisivas son

esas. ¿Y yo qué tengo que ver ya?P.— La USADA dice que las prac-

ticas dopantes que usted practicabano pararon con Armstrong.

R.— Dicen «desde 1999 hasta laactualidad»... Pero sin argumentos.

P.— Hablan de testigos y lo mássorprendente es que lo hacen sincondicionales. Parecen no dudar.

R.— Basta. Mis abogados me re-comiendan callar...

No hay citación a declarar paraGarcía del Moral. Los daños colate-rales por las acusaciones ya los vive.Su teléfono resuena con llamadas deEEUU, Italia, Francia, España. De-seaba mantener el silencio pero noha podido. Le ha vencido querer de-fenderse. Cual minino patas arriba.O como el gato que maúlla al verseatrapado tras una pared.

Armstrong ganó cinco Tours conDel Moral de médico. Abajo, Sara

Errani, finalista del últimoRoland Garros, de la que también

ha sido doctor. / JEAN-PAUL PELISSIER

Errani diceque DelMoral sólole hizo unexamencardiaco./ B. TESSIER