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Tomàs Gorria Durante el período de entregue- rras, uno de los más fecundos de la historia del arte occidental con- temporáneo, y en un contexto en el que la relación entre lo artísti- co y lo social se situaba en el cen- tro del debate, numerosos artis- tas fueron conscientes de la im- portancia de las técnicas de los medios de comunicación de ma- sas y su aplicación en las pro- puestas artísticas. Como relata Carlos Pérez en el catálogo de la exposición Valencia en cartel. 100 carteles españoles 1980-2008 que se enmarca en el programa expo- sitivo internacional del MuVIM: «En realidad, todas aquellas ini- ciativas estuvieron inscritas en la tradicional discusión durante los años veinte y treinta (en esta últi- ma década entre los miembros de Art Concret, Cercle et Carré, Abs- traction-Création y los artistas del colectivo surrealista) para lograr un lenguaje plástico, superador del debate sobre figuración-abstrac- ción, que, sin traicionar las pautas del arte moderno, fuera fácilmen- te legible por cualquier espectador». En ese contexto, la cartelística publicitaria (uno de los medios más utilizados en aquellos años para la emisión de mensajes pu- blicitarios, en ausencia de otros medios que llegarían más tarde, como la televisión) era la dueña de la calle y las herramientas que la tecnología de la época ofrecía ga- rantizaban la emisión de los men- sajes, ya fuera éste de contenido político o comercial, y todo ello fas- cinaba a los artistas. Era la época del constructivismo, el diseño ge- ométrico, la tipografía moderna o el fotomontaje, un período espe- cialmente atractivo de la historia del arte y el diseño gráfico. Estilo gráfico internacional El diseño de carteles perdió fuerza tras la Segunda Guerra Mundial, y sólo durante el final de los años cincuenta y la década de los sesenta se fraguó lo que llegó a denominarse estilo gráfico in- ternacional, en el que se planteó una nueva racionalidad para el di- seño, una propuesta que de algún modo (y con el paréntesis de la posmodernidad) ha perdurado hasta la actualidad. En el contexto valenciano, es de destacar la importancia que du- rante los años treinta tuvo la es- cuela que basada en la tradición editorial de nuestra ciudad dió sus frutos durante la Segunda Repú- blica con aportaciones tan nota- bles como las de Renau o Arturo Ballester. Como en otros ámbitos, la lar- ga posguerra se prolongó hasta la recuperación de la normalidad ar- tística o profesional a principios de los ochenta, cuando la primera ge- neración de diseñadores gráficos valencianos propiamente dichos protagonizó durante el final de los ochenta y los noventa una peque- ña «primavera gráfica» en la Co- munitat Valenciana, aunque la ge- neralización de otros medios de expresión relegaron al cartel al ámbito testimonial, lejos de su fun- ción comunicativa, y su fuerza se ha desvaido con mensajes habi- tualmente ligados al ámbito de la Administración. En todo caso, la exposición (co- misariada por Carlos Pérez y Paco Bascuñan y que en unos meses po- drá verse en el MuVIM) que des- de el miércoles puede visitarse en el Wilanów Muzeum Plakatu de Varsovia (Museo del Cartel, que depende del Museo Nacional de Varsovia y es el mayor museo del mundo dedicado en exclusiva a los carteles) permite analizar la evo- lución del diseño gráfico y de la so- ciedad valenciana desde los años ochenta hasta la actualidad. Un par de generaciones representada en diecinueve diseñadores (Rafael Ramírez Blanco, Miguel Calata- yud, Artur Heras, Xavier Mariscal, Pepe Gimeno, Sandra Figuerola, Marisa Gallen, Juan Nava, Juan Martínez, Ibán Ramón, Paco Bas- cuñán, Didac Ballester, Nacho La- vernia, Sebastián Alós, Lina Vila, Modesto Granados, Antonio Ba- llesteros, Manuel Granell, Equipo d(x)i y Boke Bazán). Un recorrido por la primera edición de la Feria Internacional de Arte Moderno y Contemporáneo (FIART) (pág. 7). Arte posdata pd Suplemento Cultural 1 Levante EL MERCANTIL VALENCIANO Viernes, 26 de septiembre de 2008 Dos generaciones de diseño gráfico se exhiben en el Wilanów Muzeum Plakatu Carteles valencianos en Varsovia ❙❙❙ El Wilanów Muzeum Plakatu es el mayor centro del mundo dedicado en exclusiva a los carteles 100 CARTELES. Propuestas de Paco Bascuñan, Miguel Calatayud, Artur Heras, Xavier Mariscal, Boke Bazán, Manuel Granell, Ramirez Blanco, Lina Vila, Iban Ramón, Pepe Gimeno y Sandra Figuerola/Marisa Gallén (de izquierda a derecha y arriba abajo) Sobre estas líneas, un detalle de la portada del catálogo.

EL MERCANTIL VALENCIANO 1 pdfigura política de su país, Italia; el segundo, Cuadernos de la guerra y otros escritos,recoge la transcrip-ción de cuatro cuadernos (deposi-tados en

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Tomàs GorriaDurante el período de entregue-rras, uno de los más fecundos dela historia del arte occidental con-temporáneo, y en un contexto enel que la relación entre lo artísti-co y lo social se situaba en el cen-tro del debate, numerosos artis-tas fueron conscientes de la im-portancia de las técnicas de losmedios de comunicación de ma-sas y su aplicación en las pro-puestas artísticas. Como relataCarlos Pérez en el catálogo de laexposición Valencia en cartel. 100carteles españoles 1980-2008 quese enmarca en el programa expo-sitivo internacional del MuVIM:«En realidad, todas aquellas ini-ciativas estuvieron inscritas en latradicional discusión durante losaños veinte y treinta (en esta últi-ma década entre los miembros deArt Concret, Cercle et Carré, Abs-traction-Création y los artistas delcolectivo surrealista) para lograrun lenguaje plástico, superador deldebate sobre figuración-abstrac-ción, que, sin traicionar las pautasdel arte moderno, fuera fácilmen-te legible por cualquier espectador».

En ese contexto, la cartelísticapublicitaria (uno de los mediosmás utilizados en aquellos añospara la emisión de mensajes pu-blicitarios, en ausencia de otrosmedios que llegarían más tarde,como la televisión) era la dueña dela calle y las herramientas que latecnología de la época ofrecía ga-rantizaban la emisión de los men-sajes, ya fuera éste de contenidopolítico o comercial, y todo ello fas-cinaba a los artistas. Era la épocadel constructivismo, el diseño ge-ométrico, la tipografía moderna oel fotomontaje, un período espe-cialmente atractivo de la historiadel arte y el diseño gráfico.

Estilo gráfico internacionalEl diseño de carteles perdió

fuerza tras la Segunda GuerraMundial, y sólo durante el final delos años cincuenta y la década delos sesenta se fraguó lo que llegóa denominarse estilo gráfico in-ternacional, en el que se planteóuna nueva racionalidad para el di-seño, una propuesta que de algúnmodo (y con el paréntesis de laposmodernidad) ha perduradohasta la actualidad.

En el contexto valenciano, es dedestacar la importancia que du-rante los años treinta tuvo la es-cuela que basada en la tradicióneditorial de nuestra ciudad dió susfrutos durante la Segunda Repú-blica con aportaciones tan nota-bles como las de Renau o ArturoBallester.

Como en otros ámbitos, la lar-ga posguerra se prolongó hasta la

recuperación de la normalidad ar-tística o profesional a principios delos ochenta, cuando la primera ge-neración de diseñadores gráficosvalencianos propiamente dichosprotagonizó durante el final de losochenta y los noventa una peque-ña «primavera gráfica» en la Co-munitat Valenciana, aunque la ge-neralización de otros medios deexpresión relegaron al cartel alámbito testimonial, lejos de su fun-ción comunicativa, y su fuerza seha desvaido con mensajes habi-

tualmente ligados al ámbito de laAdministración.

En todo caso, la exposición (co-misariada por Carlos Pérez y PacoBascuñan y que en unos meses po-drá verse en el MuVIM) que des-de el miércoles puede visitarse enel Wilanów Muzeum Plakatu deVarsovia (Museo del Cartel, quedepende del Museo Nacional deVarsovia y es el mayor museo delmundo dedicado en exclusiva a loscarteles) permite analizar la evo-lución del diseño gráfico y de la so-

ciedad valenciana desde los añosochenta hasta la actualidad. Unpar de generaciones representadaen diecinueve diseñadores (RafaelRamírez Blanco, Miguel Calata-yud, Artur Heras, Xavier Mariscal,Pepe Gimeno, Sandra Figuerola,Marisa Gallen, Juan Nava, JuanMartínez, Ibán Ramón, Paco Bas-cuñán, Didac Ballester, Nacho La-vernia, Sebastián Alós, Lina Vila,Modesto Granados, Antonio Ba-llesteros, Manuel Granell, Equipod(x)i y Boke Bazán).

Un recorrido por la primeraedición de la FeriaInternacional de ArteModerno y Contemporáneo(FIART) (pág. 7).

Arte

p o s d a t apdSuplemento Cultural

1Levante EL MERCANTIL VALENCIANO ■ Viernes, 26 de septiembre de 2008

Dos generaciones de diseño gráfico se exhiben en el Wilanów Muzeum Plakatu

Carteles valencianos en Varsovia

❙❙❙

El Wilanów MuzeumPlakatu es el mayorcentro del mundodedicado enexclusiva a loscarteles

100 CARTELES. Propuestas dePaco Bascuñan, Miguel Calatayud,Artur Heras, Xavier Mariscal, BokeBazán, Manuel Granell, RamirezBlanco, Lina Vila, Iban Ramón,Pepe Gimeno y SandraFiguerola/Marisa Gallén (deizquierda a derecha y arriba abajo)Sobre estas líneas, un detalle de laportada del catálogo.

Rafa MartínezCoincide en el tiempo la publica-ción de dos libros que recogen es-critos de sus protagonistas duran-te la resistencia contra el fascismoen Italia y Francia. Desde este en-foque caben reseñarse estos dos:el primero de ellos, La muchachadel siglo pasado, lo firma RossanaRossanda, destacada intelectual yfigura política de su país, Italia; elsegundo, Cuadernos de la guerra yotros escritos, recoge la transcrip-ción de cuatro cuadernos (deposi-tados en su día en el mítico arma-rio azul de la casa de Neuphle-le-Château) de la escritora francesaMarguerite Duras que dieron de síposteriores obras de relevancia.

Como decimos, ambas escrito-ras estuvieron inmersas en la lu-cha contra el fascismo, de un modou otro, un rasgo que, cabe decir deantemano, las define como muje-res de carácter, rasgo que ha de re-flejarse por fuerza en su escritura.Y de escritura en tiempos de gue-rra hablamos.

En sus memorias, Rossana Ros-sanda (Pola, actualmente territo-rio croata, 1924) cuenta cómo sevio arrastrada a la militancia co-munista como forma de lucharcontra el nuevo orden impuesto.Antes, la inocencia. «Cuanto másesfuerzos hago por acordarme, mástengo la impresión de que había te-nido testarudamente al margenaquella oscuridad que eran el fas-cismo y la guerra. No es un mérito.Ni siquiera sabía bien lo que era elGran Consejo del fascismo. De re-pente, el fascismo, el gobierno, el rey,se revelaban, no buenos o malos,sino unos pelagatos, flojos, estafa-dores, no sabían ni habían previsto

nada». Después, el comunismo. Ycierta ingenuidad ante lo que ha-bría de ocurrir. El comunismo,dice, trata de justificarse, signifi-caba Stalingrado, antifascismo, lu-cha. Sin más. Y no solamente,como hoy reconoce. Durante bue-na parte de las páginas de este li-bro, Rossana Rossanda se pre-guntará el cómo y el porqué del co-munismo entonces y ahora. Des-

granando los recuerdos, las pre-guntas aparecerán inevitables.Más allá del relato autobiográfi-co en el que se repasan anécdo-tas —Milán y Venecia como es-cenarios vitales—, se hacen cuen-tas con el pasado, la cuestión pro-bablemente central del libro. Ros-

sanda, que estudió Historia delArte, pasión que siguió cultivando,se decidió finalmente por la políti-ca. Y el periodismo, desde las filasde Il Manifesto, diario que fundó yque sirvió como base crítica a la po-lítica del PCI. Más allá, como deci-mos, de los días de vino y rosas, delucha, de apertura (aniquilado elfascismo brillarán —reconoce—las figuras del editor Einaudi y susacólitos: los Cesare Pavese, ItaloCalvino, Elio Vittorini), quedaráentre brumas la cuestión no re-suelta: visto el derrumbe del co-munismo en 1989, y ya antes, mu-cho antes, el desarraigo del PCI yla posterior purga (como a JorgeSemprún en el PCE, a Rossanda laexpulsaron junto a sus compañe-ros de Il Manifesto del partido).También la muerte del padre, quepoco antes habrá perdido la con-fianza en la hija al no haberle ha-blado ésta de sus actividades en laresistencia, quedará como unacuestión no resuelta. Capítulos to-dos ellos amargos que trasciendenenormemente y que quedan enuna parte de ese telón que separalo que fue de lo que pudo habersido. Eso sí, con contundencia ytrazando un perfil nada compla-ciente de su figura.

El caso de Marguerite Duras(Gia Dinh, 1914-París, 1996) esmuy otro. Su vida, su obsesión, fuela escritura (como atestigua sinambages en Escribir, uno de sus li-bros más intensos y duros). Du-rante la invasión nazi, MargueriteDonnadieu (más tarde, Duras) vi-vió un infierno al desaparecer sucompañero, Robert Antelme, apre-sado por los alemanes e internadoen un campo de concentración.

Esos temores quedaron conjura-dos en parte en los cuadernos cuyatranscripción ve ahora la luz enesta edición. Cuatro cuadernos, fe-chados de 1943 a 1949, en los queMarguerite Duras daba cuenta yade un estilo rabiosamente madu-ro, directo, sin concesiones a la re-tórica, haciendo especial hincapiéen los años de infancia y guerra.Parte de esos cuadernos, decía-mos, dieron pie a una serie de tex-tos que finalmente se dieron a laimprenta. En el primero de ellos,el conocido como Cuaderno rosamarmolado, encontramos ya ver-siones de textos que figurarán enEl dolor (publicado por Alba en tra-ducción de Clara Janés), compila-ción de textos referentes al perío-do de combate; también en estecuaderno se han hallado primerosesbozos de novelas como El aman-te y Un dique en el Pacífico. En elsegundo (titulado Presses du XXèsiècleen referencia al proyecto edi-torial que Duras barajó con Antel-me), escrito de 1946 a 1948, Durassiguió escribiendo textos que mástarde engrosarán El dolor, incluidoun ataque a la Iglesia católica y algeneral De Gaulle que finalmenteserá expurgado; también en el ter-cero (más conocido como el Cua-derno de cien páginas) hay textosque se incluirán en este libro. Enel cuarto y último los textos son declara inspiración autobiográfica,carácter que impregna buena par-te de la literatura de la escritorafrancesa. Se incluyen ademásotros textos de diverso calado, es-critos que para las responsables deesta edición merecen ver la luz eneste rescate que a buen seguro ce-lebrarán todos sus lectores.

J. L. ColomerEstamos ante una historia de vida,única por un lado, pero común a lavez a muchos trabajadores de la en-señanza. Presenta un viaje que esconveniente hacer cuando se cierrauna etapa, en este caso la de educa-dor. Sin embargo, la historia de vidade Daniel Arenas quiere ir más alláde la autobiografía y se plantea darcuenta del porqué de las nuevas si-tuaciones, sobre todo las referidasal mundo escolar actual. «En estaépoca de pensamiento débil, inarti-culado o inexistente parece que pe-dir disciplina en las aulas y dar cla-ses sea retrógrado, autoritario y pocoprogresista. Es como si tuviéramosque pedir perdón por querer dar cla-ses y afirmar que estamos aquí paraello».Ensayo biográfico, pues, en elque, como en la vida misma, hay detodo: amor, alegría, odio, seres en-trañables y auténticos esperpentos,torpes seguidores de lo estableci-do. Todos están presentes y todostienen su papel, en especial aque-llos que intervienen en la parte cru-cial de la obra, la que trata de la en-señanza.

El autor eligió su profesión comouna forma de vida, «uno es profesorsiempre y todo lo que lee y todo lo queve y todo lo que piensa, de alguna ma-nera se proyecta en el aula». Su vo-cación comienza a forjarse en la in-fancia, que describe de tal modoque podemos impregnarnos delniño que fue, haciéndonos vivir sus

experiencias —como aquella quemarca el momento en que pierde lavisión mágica propia del mundo dela niñez.

Fue su abuelo, en ausencia de pa-dre, quien le hace ver el envés de laEspaña nacionalcatólica y de su fal-sas justificaciones, fue él quien diri-ge su mirada infantil a través del velode la ideología: «Mi abuelo dice queahora no hay libertad y con la Repú-blica sí la había, y que los hombres sinlibertad no son nada». El escritorcontinúa describiendo su periplo vi-tal por media España antes de llegara tierras levantinas, primero comodirector de un colegio de primeraenseñanza y luego ya, como cate-drático de Instituto de Secundaria.Ha vivido todo el proceso de cambiosocial y educativo de la España delúltimo cuarto de siglo y el deterioroimparable de la enseñanza secun-daria a partir de la ley educativa delos años 80 (LOGSE). Para él, éstaes una de las claves del desastre ac-tual. Esta ley ha invertido, en su opi-nión, la tendencia secular de cons-truir una escuela pública de calidad,sepultándola y catapultando a su vezla enseñanza privada —incluida lared de escuelas religiosas—, en des-leal competencia y desigualdad deoportunidades. No sólo eso, tam-bién ha dejado de primar valorescomo la excelencia y el esfuerzo, yha llevado al sistema educativo a ca-recer de objetivos, a extraer con-clusiones falsas y a una ineficacia y

un derroche de medios humanos ymateriales nunca antes visto. En esemarco absurdo aparecen los gurúsde la nueva religión: los psicólogos,dice Daniel Arenas, verdaderos pro-fetas de la buena nueva que «pasa-ban del desvalimiento al autoritaris-mo en cuestión de minutos». La des-afección y la ironía con la que trataa casi todos (no a todos) estos per-sonajes nos recuerda la tensa rela-ción de Quevedo con los médicos.Los padres adquieren, a su vez, paracolmo de males, el papel de censo-res del profesor y consentidores ex-tremos de todas las ocurrencias desus hijos. Tampoco ellos ayudaránmucho a la labor del docente. Eneste momento de cambio socialconstata el escritor una transfor-mación de los valores sociales queniegan que la conquista de la felici-dad vaya ligada al esfuerzo y que,en cambio, la creen posible única-mente a base de talonario. Por otrolado, la ideología dominante lleva anuestros estudiantes a pensar quela libertad nada tiene que ver con laresponsabilidad; así entienden queel plenamente libre es simplemen-te aquel que hace lo que le da lagana. En definitiva, son los deposi-tarios de un concepto de libertadirresponsable y de un sentimientode felicidad consumista. Todo estopasa por la ágil pluma del autor,quien unas veces nos hace esbozaruna sonrisa —amarga para quienestenemos que soportar estas cir-

cunstancias—, otras nos provoca larisa al ver la descripción esperpén-tica de muchos de sus personajes y,en ocasiones, nos lleva a la carcaja-da por las surrealistas situacionesnarradas, las más de las veces, conun magnífico estilo de guión cine-matográfico.

Se ha afirmado que cada socie-dad tiene la escuela que se puedepermitir. La nuestra ha contado, pesea sus avatares políticos y económi-cos, con profesionales que creían enella y que se han forjado duros comoel acero, salvando todas las dificul-tades que se les presentaban —cen-sura, escasez de medios, ambientesculturales mediocres y asfixiantespropios de una dictadura...— en unacultura de la resistencia, que leían enlas trastiendas de las librerías y, a me-nudo, en ediciones extranjeras. Losresponsables educativos han juzga-do que el premio a su esfuerzo po-

dría ser una jubilación anticipada...ya que el sistema educativo no iba aadaptarse a ellos y podía «prescin-dirse» de ellos, si así lo deseaban.Ésta será una de las medidas que lahistoria de la educación del país de-berá examinar de nuevo en el futu-ro. La mayoría de nuestros madurosprofesores se van en silencio, pen-sando que es irremediable el dete-rioro de una educación con muchí-simos más medios humanos y ma-teriales que la que conocieron, peroque no acierta a encontrar unos ob-jetivos compartibles por todos. Da-niel Arenas nos muestra valiente-mente cuántos y cuáles han sido losobstáculos que se le han presentadoal recorrer el camino de su vida has-ta llegar al desarrollo de su vocaciónacadémica. Él, —profesor y cate-drático de Lengua y Literatura cas-tellana; extremeño adoptado por Va-lencia; ganador de premios de poe-sía y novela— no quiere dejarnossólo un ejercicio de su arte literario,más bien escribe por si su visión per-sonal del tema pudiera generar to-davía algún disgusto, irritación o in-comodidad, y, quizá, por qué no, al-guna adhesión. Y lo hace desde unejercicio que parece ya olvidado porlos intelectuales de este país: el deintentar hacer pensar a una opiniónpública atraída por los cantos de si-rena de esta sociedad del espectá-culo, que la conducen al fracaso enaquello que debería ser consideradosu tarea fundamental: mostrar el ca-mino a sus menores, a sus futurosmiembros.

Finalmente, acaba el autor suobra con una pregunta que invita allector a una reflexión urgente:«¿Hacia dónde vamos?».

Los escritos de R. Rossanda y M. Duras

Mujeres en laresistencia

D. Arenas reflexiona sobre el deterioro del oficio de profesor

Malos tiempos para la enseñanza

Rossana RossandaLa muchacha del siglo pasadoTraducción de Raúl Sánchez CedilloFoca, Madrid, 2008

2 pd ■Levante EL MERCANTIL VALENCIANOViernes, 26 de septiembre de 2008

MEMORIAS

PEDAGOGÍA

Daniel Arenas MartínPerdón por enseñarBrosquil, Valencia, 2008

Marguerite DurasCuadernos de la guerra y otros textosTrad. al castellano de María CóndorSiruela, Madrid, 2008Quaderns de guerraTrad. al catalán de Anna CasassasEmpúries, Barcelona, 2008

ANAQUEL

Antoni Ferrando (ed.)El primer Congrés Internacional de laLlengua Catalana i el País ValenciàAfers, Catarroja, 2008

Representantsdels dos granssectors valen-cianistes vanconvegir alCongrés de1906: els rat-penatites, ambTeodor Llo-rente al capda-vant, i els jovesvalencianistes a València Nova, ins-pirats per Constantí Llombart.Aquest llibre és fruit de les jorna-des sobre el Congrés de 1906 quese celebraren en 2007 a l’OCCC.

Madame RolandMemorias privadasSiruela, Madrid, 2008

Las Memoriasque MadameRoland escri-bió en prisiónen los 5 mesesque precedie-ron a su ejecu-ción: fue gui-llotinada en Pa-rís en 1793, alos 39 años.Mujer autodidacta y de profundasconvicciones republicanas, partici-pó activamente en la Revoluciónfrancesa: en su casa se reunían losgirondinos, arrasados por Robers-pierre en pleno periodo del Terror.

Ignacio CarriónBuscando a MarilynRey Lear, Madrid, 2008

En 1987, Igna-cio Carrión re-corrió EstadosUnidos tras lashuellas de Ma-rilyn: entrevis-tó a su primermarido, JimDougherty, alcamarero delrestaurante adonde la llevó a comer Tom Kelleydespués de fotografiarla desnuda yal florista que durante décadas de-positó en su tumba rosas rojas porencargo de Joe DiMaggio, el se-gundo marido de la actriz.

Walter IsaacsonEinstein. Su vida y su universoDebate, Barcelona, 2008

A partir de lacorrespon-dencia privadade Einstein,Isaacsoncuenta cómoun funcionariode patentesimaginativo eimpertinente(un mal padrecon un matrimonio complicado,incapaz de conseguir un empleoen la universidad ni un doctorado)fue capaz de desvelar los secretosdel cosmos y comprender los mis-terios del átomo y del universo.

Naguib MahfuzLa batalla de TebesBromera, Alzira, 2008

El Nobel de Li-teratura Na-guib Mahfuzva novel·larl’Egipte faraò-nic. En aques-ta obra narrala històriad’Ahmose, nétdel faraó Se-qenenre, as-sassinat després d’una revolta delsegipcis contra els invasors hicsos.Ahmose torna a Egipte disposat arecuperar el tron. Durant aquestamissió coneix i s’enamora de la fi-lla d’Apopis, rei dels hicsos.

LLIBRES

3pdLevante EL MERCANTIL VALENCIANO ■ Viernes, 26 de septiembre de 2008

Manuel VázquezMontalbánPoesía completaMemoria y deseo (1963-2003)Estudi preliminar de Manuel RicoIntroducció de J. M. CastelletPenínsula, Barcelona, 2008

Antoni GómezEn aquest volum de l’obra poèticacompleta de Manuel VázquezMontalbán (Barcelona, 1939-Bangkok 2003) es reivindica unade les facetes més desconegudesdel prolífic i polifacètic creador deldetectiu Carvalho. I no per des-coneguda menys important,doncs hi ha un interessant diàlegtemàtic entre la seua poesia i laresta de gèneres que va cultivarque van fer que fóra un escriptorreconegut. Gourmet il·lustrat, as-sagista polèmic, lliure pensador icuriós impenitent, hedonista,càustic, de tarannà tímid i humil i,sobretot, lúcid i tendre en lesseues relacions intel·lectuals i hu-manes, aquest escriptor antologata la mítica antologia de Josep Ma-ria Castellet, Nueve novísimos po-etas españoles (Barral Editores,1970), va ser una de les grandís-simes figures de la cultura espan-yola de les últimes dècades.

Periodista (gran cronista cul-tural i polític) narrador, assagista,poeta, militant del PSUC…, undels mèrits de Vázquez Montal-bán va ser obrir el pensament tra-dicional de l’esquerra espanyola aàmbits amb els quals no combre-java, censurava o, senzillament, ig-norava: la gastronomia (extraor-dinari l’assaig Contra los gour-mets), el cinema, la novel·la negrai, a fi de comptes, totes les mani-festacions de la música i de la cul-tura popular. Elements que con-formaven la seua educació senti-mental i sobre els quals va sedi-mentar una extensa obra literària.Manifestacions de la cultura quevam assimilar durant la Transiciódesprés d’admetre que el com-promís polític no estava barallatamb la cuina i el bon viure (ho-nestament, clar està).

Era la lucidesa d’un intel·lec-tual que va fer del mestissatge il’heterodòxia el seu bagatge pri-mordial. El crític Manuel Rico hoexplica en un clarificador estudi

preliminar d’aquesta edició de lapoesia completa, que és la defini-tiva. Les edicions anteriors, ambel mateix títol, Memoria y deseo,van aparéixer el 1986 i el 1996. Enaquest volum s’incorporen els tí-tols Ciudad, el quasi inèdit Cons-trucción y deconstrucción de unateoría de la almendra de Proustcomplementaria de la construccióny deconstrucción de una teoría dela magdalena de Benet Rossell (sar-casme al poder) i l’inèdit Rosebud.Paga la pena enumerar tots els

seus títols: Una educación senti-mental (1967), Movimientos sinéxito (1969), Coplas a la muerte demi tía Daniela (1973), A la som-bra de las muchachas sin flor(1973), Praga (1982), Pero el via-jero que huye (1990) i els dos in-èdits abans esmentats.

Mestissatge i heterodòxia queja estan presents en la seua obrapoètica, com ha assenyalat el críticJosep Maria Castellet. VázquezMontalbán la va cultivar des de benjove, era en essència un poeta vo-cacional, i dos dels seus primers lli-bres els va escriure mentre estavaa la presó de Lleida a causa de laseua militància antifranquista alPSUC; el primer, Una educaciónsentimental (1967) i el segon, Mo-vimientos sin éxito (1969), en la cè-lebre col·lecció d’El Bardo. Tresanys que va aprofitar també per atraure un dels manuals més im-portants (era un treball pioner) deles facultats de Periodisme delsanys setanta i huitanta, el clàssicInforme sobre la información.

Heterodòxia perquè inclòscom a Novísimo sènior en l’an-

tologia fou el «poeta más abier-to, con menos prejuicios respectoa la tradición inmediata. Aunquefue crítico con la caída en lo pre-visible y reiterativo de las estéti-cas realistas precedentes, no tuvoningún problema en asumir sufondo crítico. Aunque buscó y en-sayó un nuevo lenguaje que bebíade las vanguardias europeas deentreguerras, asumió la herenciacultural que a través de la radioofreció a su generación la copla,la música de Glenn Miller, la cul-tura del serial, el cine americanoo el fox-trot», com ha escrit Ma-nuel Rico. Vázquez Montalbánva ser un poeta irònicament mes-tís, o paganament mestís, quebarrejava amb ironia les avant-guardes històriques, els mitesdel cinema, la filosofia i les gransnovetats intel·lectuals de l’èpocaamb els versos d’un tango, lescançons de Conchita Piquer oels personatges d’un serial ra-diofònic. Significativament, elpoemari A la sombra de las mu-chachas sin flor està dedicat al’actriu Úrsula Andress.

Mai no va renunciar a la seuacultura sentimental, la de lesseues arrels familiars com a filld’un militant del PSUC, immi-grant gallec, estibador del port deBarcelona en la seua joventut, id’una modista del barri del Raval.Els seus són paisatges urbansdescrits amb una subtil càrregade mites de la memòria personali de la memòria col·lectiva; de lacultura popular, la de les classesmés humils, i de la mitologia del’alta cultura. El primer poemad’Una educación sentimental, po-sem per cas, Nada quedó de abril,reflecteix amb escreix aquestdualisme simbòlic entre memò-ria personal i col·lectiva, abril ésel mes del naixement del poeta iel de la proclamació de la segonaRepública: «Era distinto abril, en-tonces / había alegría, y rastro demejillones en la escollera». El temade la Guerra Civil espanyola és undels eixos centrals. El segon poe-ma, titulat Conchita Piquer, és unbon referent de l’exercici de me-mòria urbana, autobiogràfica idescriptiva, amb la qual el crea-dor de Carvalho va escriure laseua poesia: «Acabava Glenn Mi-ller i Bonet de San Pedro / les can-taba los paisajes mallorquines, lavoz / insinuante de la locutora deun hotel: / langostas vivas, conso-més insuperables, el mar / un ali-mento de yodo desde la mirada /acondicionada / de un hotel a laaltura de los entonces derruidos /en Europa».

Són versos escrits sota l’influxde la pulsió interna, tenen més aveure amb els ritmes interns queels externs; en ocasions desapa-reix fins i tot la puntuació grama-tical i els poemes es converteixenen delicats efluvis surrealistesmolt grats als sentits. En Praga(1982) aprofita l’avinentesa per areflexionar sobre les contradic-cions dels projectes emancipadorsde l’esquerra occidental. Rosebud,el llibre fins ara inèdit que és unade les grans novetats i de les gransjoies d’aquest volum, no cal dir-ho,és un emotiu homenatge a la maredel poeta, amb versos tan colpi-dors com aquestos: «Pero era tupequeña mano mutilada / en ba-tallas de agujas sin dedales / mi pa-tria». I per a finalitzar aquest elo-gi del mestissatge poètic, l’últimadéu del gran Manolo VázquezMontalbán: «Adiós adiós siluetasconstruidas / con más memoriaque deseo acaso / mas tu serás elaura que abandona / como aban-dona la última mirada / que te su-merge en el aceite de la muerte».

El volum que reuneix la poesia completa de Vázquez Montalbán inclou l’inèdit «Rosebud»

Elogi del mestissatge

NOVEL·LISTA I POETA. Manuel Vázquez Montalbán (1939-2003) a Roma, l’any 2002.

EPA PHOTO / ALESSIA PARADISI

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Els seus sónpaisatges urbansdescrits amb unasubtil càrrega demites de la memòriapersonal i col·lectiva

Eva SolerSencillamente lírica. Absoluta-mente sensitiva. Con el títulooriginal Memories from a Sin-king Ship —habrá que darlevueltas a la traducción del títu-lo—, Barry Gifford nos presen-ta una sobresaliente narraciónde los recuerdos de infancia yadolescencia del joven Roy enlos Estados Unidos de la pos-guerra. Se trata de un mundo decarreteras y caminos, del Chi-cago de los cincuenta, de Nue-va Orleans, de las raíces étnicasdel continente americano, deuna inocente sabiduría y de unmundo de maldades y pertur-

baciones que se posa en la me-moria de un niño, donde todopermanece iluminado por el ta-miz de la dicha que supone sa-berse demasiado joven, dema-siado ingenuo.

La novela se presenta en bre-ves capítulos —algunos narra-dos en primera persona, otroscon un narrador omnisciente; elresto, magistrales diálogos— enlos que se desgrana la infanciade Roy en compañía de su infe-liz y desorientada madre dema-siado ocupada en buscar hom-bres que la llevan al infierno. Laexistencia de Roy es titubeante,compleja; a través de su puntode vista, conocemos un mundode adultos extremadamentecruel, pero también la vida ab-solutamente cotidiana de un co-legial cuyo único objetivo es, aveces, no destacar en un Chica-go que lo acoge o, por contra,conseguir jugar en el equipo defútbol mientras intenta sobrevi-vir con pequeños trabajos.

Los primeros capítulos secentran en la relación de Roycon su padre, un ser situado enlos límites de la ley, acompaña-do siempre por personajes pe-culiares, extravagantes y peli-grosos. El inocente punto de vis-ta de Roy nos devuelve, sin em-bargo, una imagen diáfana delas relaciones humanas, sin do-bleces, sin hipocresías ni juegosocultos de sentido.

Tras la separación de sus pa-dres, Roy y su madre emprendenun viaje hacia Chicago a través decarreteras y lugares singulares.La novela se convierte en una su-cesión de estampas en las quemadre e hijo toman voz para in-terpretar no sólo las pistas del ca-mino, sino el pasado y el presen-te familiar y las actitudes incom-prensibles de los seres humanos.Esta parte central rezuma una in-teligencia extraordinaria en eluso del lenguaje. Las expresionesson claras, mínimas; los diálogosmuestran una clara sensibilidadhacia el mundo, sensibilidad deun niño que ve desplegarse, antesus ojos, una naturaleza extraor-dinaria, un alteridad pasada y dor-mida que todavía reside en las tie-rras americanas. Lo mítico inun-da el imaginario del niño Roy: in-dios, chamanes, cazadores, seresque han vivido en contacto conuna América primigenia.

Este capítulo, tan cargado deternura, alimenta una imagen del

protagonista como un personajeque se desarrolla muy al margende la ley del más fuerte que im-pera en la sociedad en la que vive.Esta América profunda que bebede la novela negra es un campoaparte, un escenario que Roy ob-serva de lejos sin capacidad paraasumirlo; nuestro protagonistaprefiere adentrarse en el mundode lo histórico, de lo literario, delo imposible; recoger del paisajesus verdaderas esencias e imagi-narlas en un mundo maravilloso.

La última parte de la novelaarranca desde el establecimien-to de Roy y su madre en Chicagoy pasa por la verdadera madura-ción del personaje protagonista.El adolescente se enfrenta ya aun mundo que se revela injusto eingrato y que reconoce así comotal. La novela pierde en lirismo,pero gana en agudeza, en violen-cia, en sensaciones que pertene-cen a un mundo real, formadopor adultos y deformado por ladureza. Roy aprende, inclusocomo niño, a vivir intentando su-perar las miserias familiares.

Quizás no tan trepidantecomo Perdita Durango o Cora-zón salvaje, esta novela de BarryGifford nos demuestra una suti-leza y una visión esclarecedorade un universo tan recóndito yoriginario como el de la infancia.Los diálogos centrales son, a to-das luces, una muestra del hacercinematográfico de su autor.

Juan CamposMagnífico cronista de la II GuerraMundial, el escritor norteameri-cano Alan Furst ha conseguidogracias a sus ocho «novelas histó-ricas de espionaje» renovar un gé-nero largamente anclado en auto-res como Graham Greene y JohnLe Carré amén de ofrecernos unavisión de Europa en pleno conflic-to bélico surgida tanto del cine clá-sico de Hollywood como de una in-gente labor de documentación.

En esta ocasión su relato tienecomo protagonista a Eric De-Haan, capitán de un viejo navíomercante holandés, el Noorden-dam, que en plena II Guerra Mun-dial es reclutado por el ServicioHolandés de Inteligencia Navalpara llevar a cabo misiones de es-pionaje. Con su barco convenien-temente «disfrazado» como elSanta Rosa, con bandera de laneutral España, tendrá que trans-portar al norte de África a un co-mando británico, llevará municio-nes a las tropas aliadas sitiadas enla isla de Creta y realizará una mi-sión secreta en la costa del Bálti-co literalmente rodeado por la po-

derosa Marina alemana. Prototi-po de héroe a su pesar, DeHaannos es mostrado como un hombreíntegro, culto (lee a Stendahl,Conrad y Tolstoi) y un profesionalexcelente que sabrá desenvolver-se a las mil maravillas en mediode un contexto muy peligroso. Ysi ajustada resulta su descripciónpor parte de Furst, lo mismo pue-de decirse del resto de personajesque surgen a lo largo del relato,desde los miembros de su tripu-lación (una explosiva mezcla denacionalidades que el capitán ma-neja con habilidad) hasta otrosque van incorporándose a medidaque avanza el relato, en especialla conmovedora periodista rusaque encuentra refugio mientrashuye de la policía de Stalin, quetendrá un romance con DeHaanperfectamente sabedores de quecarece de futuro.

Furst mima pues la descrip-ción de sus personajes, pero semuestra igual de puntilloso entodo lo demás. Su descripción delas ciudades en las que el barco sedetiene, como Alejandría o Lis-boa, son ricas hasta el último de-talle, y es un auténtico maestro enque su narración mantenga un rit-mo absorbente desde la primerahasta la última línea, con una sa-bia alternancia de momentos deplanificación y espera que se venoportunamente punteadas por ex-plosiones de violencia.

Andrés Pau«La ametralladora Thompsonpesa quince libras y la caja y el ca-ñón son los de un rifle ordinario.Aparejado a ella lleva un tamborredondo con capacidad para ciencartuchos con balas recubiertas deacero, calibre 45, que pueden dis-pararse automáticamente en me-nos de un minuto. En quince se-gundos se carga de nuevo el tam-bor. La ametralladora no habíasido utilizada todavía [hasta abrilde 1926] en las guerras del ham-pa, y su introducción se debió a Ca-pone». Así recrea Walter N. Burnsel nacimiento del objeto que cam-bió para siempre la relación delsicario —sí, están las bombas,pero poner una bomba no tieneningún mérito— con sus vícti-mas: en menos de sesenta se-gundos cien escupitajos del cua-renta y cinco. Ahí es nada. Y Ca-pone, que era el más listo de la cla-se tal y como nos contó Hawks através de los ojos imposibles dePaul Muni —rezumando testos-terona— en Scarface, se hizo elamo del corral.

Walter N. Burns (1872-1932)era periodista, y vivió en Chica-go durante los tormentosos añosveinte; no dejó pasar la ocasión y,alcanzado por los dardos del ca-prichoso ángel literario, escribióesta magnífica y trepidante ynada pretenciosa crónica negrade la ciudad paradigma del cri-men organizado.

En nuestro imaginario colecti-vo conviven personajes y escena-rios extraídos directamente de Chi-cago sangriento; se debe, sin duda,a la influencia del cinematógrafo,que ya desde su más tierna infan-cia recreó las vidas —y las muer-tes— de unos personajes recono-cibles gracias a sus ternos cruza-dos, sus relucientes polainas y sussombreros; unos tipos cuyo relojcolgaba de una rutilante leontina ycon tendencia a la ostentación y alos excesos y apellidos vaga o des-caradamente italianos; sus vidasdiscurrían alrededor de las mesasque atestaban unos garitos de at-mósfera irrespirable, entre las des-cargas de camiones con bebidas dedestilación casera manifiestamen-te insalubres, las timbas nocturnasy, en fin, «el rugido de las recorta-das o el cacareo de las ametrallado-ras». Algunos, sin embargo, lleva-ban una vida familiar irreprocha-ble y, entre matanza y matanza, lle-vaban a sus hijos a la escuela, asis-tían a los oficios católicos de la pa-rroquia de la esquina sin probar ja-más una gota de sus brebajes. So-lían morir jóvenes si no sabían re-tirarse a tiempo con un par de mi-llones de dólares ahorrados, unaesposa más enjoyada que doñaCarmen y media docena de hijosmalcriados; a menudo, el cura queles había dado la comunión duran-te años les negaba un funeral reli-gioso; vivían, en fin, en esa tierrade nadie que separa la risa del llan-

to y la fiesta del entierro. Vivían pe-ligrosamente, mucho más allá delas leyes de los hombres; moríanen la calle, ensangrentados comomarranos, ajusticiados por sus pro-pias leyes, que no aceptaban losmatices ni la letra pequeña: tú vi-ves, tú no vas a vivir más. Eran fo-rajidos sin sentimientos ni senti-mentalismos, entregados a la cau-sa que les había ganado con todassus consecuencias.

Chicago sangriento es un libroque vale por catorce: es una nó-mina de los cientos de hampones—de primera, segunda o terceradivisión— que pululaban por la ce-lebérrima ciudad de Illinois y suapéndice golfo, Cicero; es un re-portaje nervioso y trepidante, sinlugar para la pausa, donde pode-mos asistir a la representación de

los hábitos de una nueva clase so-cial, cuyos miembros pueden serselectos o ramplones, como en lasconvencionales burguesía o cla-ses medias, en todos sus grados;es una vigorosa novela de accióndonde se nos narra el hit paradede los asesinatos de mayor reso-nancia; es un cuadro realista, en lamejor tradición norteamericana—una forma de escribir que se pa-rió allí y sólo allí sabe hacerse sinimpostura— de captación de am-bientes mediante tres pinceladasy dos cruces de palabras en ape-nas un par de líneas; es un reco-rrido de vocación totalizadora a lolargo de los salones familiares, loslupanares, los juzgados y las co-misarías de la ciudad de Chicago;es todo eso y más, es decir, un con-junto único y magistral, escritocon la fiebre del instante vivido,con la urgencia de un presenteque dentro de nada será ya pasa-do remoto: en cuanto otra Thomp-son empiece a rugir en cualquieresquina; sin la menor concesión alpúblico o a las autoridades, con lafirmeza de un pulso narrativo enestado de gracia.

Walter N. Burns se permite unguiño genial hacia el final del libro:cuando nos hemos descontadohace rato de los muertos, viudas,huérfanos y políticos corruptosque llevamos, escribe: «Es proba-ble que ni el uno por mil [de los ve-cinos de Chicago] haya visto nun-ca una de las refriegas del hampani haya oído aullar una de sus re-cortadas. El hampa, con sus feudos,sus misterios y sus asesinatos, noafecta en lo más mínimo al ciuda-dano medio». Como verán, tam-poco era para tanto…

Los Estados Unidos de los años 50 y 60 vistos por un niño en la novela de Gifford

Una mirada en la profundidad

W. N. Burns recrea la mafia de Chicago

Galería de hampones

Peligro en el mar

4 pd ■Levante EL MERCANTIL VALENCIANOViernes, 26 de septiembre de 2008

LIBROS

Barry GiffordUna puerta al ríoTraducción de Luis Murillo FortLa otra orilla, Barcelona, 2008

Walter Noble BurnsChicago sangrientoDe la ley seca a Al CaponeTraducción de Lino NovásValdemar, Madrid, 2008

Alan FurstUn oscuro viajeTraducción de José Antonio SorianoSeix Barral, Barcelona, 2008

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B. Gifford ha escritohistorias como«Corazón salvaje» y«Perdita durango»

Eça de QueirósEls MaiaTraducció de Manuel LoboFunambulista, Madrid, 2007

Alves y compañíaTrad. de Javier Coca i Raquel R. AguileraAlba, Barcelona, 2007

La capitalTrad. de Javier Coca i Raquel R. AguileraAcantilado, Barcelona, 2008

Alfred MondriaEl més segur és que Flaubertpensara en ell mateix quan afir-mava que si una obra és verita-blement bona deixa de ser mo-derna, clàssica o romàntica. Unabona observació, per altra banda,ja que hi ha autors amb capacitatde difuminar les línies del temps,pertànyer a una època i travessarels moviments literaris sensecombregar amb dogmes i idearisestètics. Eça de Queirós provéd’aquesta estirp d’escriptors in-comprensibles si l’allunyem d’unperíode de la història i que alho-ra tingué la intuïció d’esmunyir-se de l’encasellament generacio-nal. De fet, lluità per esborrar elregnat del romanticisme i, en can-vi, no li tremolà el pols per incor-porar escenes i personatges ex-trets dels seus postulats; fou prac-ticant del realisme amb fervor deconvers sense desdenyar el te-rritori més fantàstic, com en la na-rració El mandarín (1880). L’es-criptor portugués visqué l’artcom una religió i no dubtà a flir-tejar amb el simbolisme i altresaventures innovadores i, en elmoment de fer balanç d’aquestescreences, avaluar l’experiènciaamb un somriure insolent en Lacorrespondència de FradiqueMendes (1900). I és que Eça de

Queirós féu de la ironia una for-ma d’entendre la literatura: al capi a la fi, un ironista amb tendènciaa la malenconia i a servir-se, enocasions, del verí del sarcasme.Amb un ritme de prosa i una ad-jectivació treballats fins a l’exte-nuació, aquest afrancesat —ambel cor sempre atent als sotracs dePortugal— sabia, com Flaubert,que l’estil també és una forma depensar.

«Lisboa és una ciutat traduïdadel francés a l’argot», reconeixFradique Mendes, personatge di-buixat amb tendror i comicitat —una de les criatures més prope-res a l’esperit d’Eça de Queirós—, una mena de biografia fictíciaque conté un autoretrat paròdicde l’autor i dels artistes del seutemps. Captivats per l’exotisme iels corrents que pogueren sacse-jar l’abúlia i les inèrcies de Por-tugal, aquests jóvens amb ganesde menjar-se el món jugaven a serdandis impertinents i, tanmateix,no tenien cap inconvenient a dis-fressar-se d’indigents per tal deproclamar «la grandesa moral delpedaç i la filosòfica austeritat de lataca». Aquest conjunt de cartesque relaten una inoblidable arri-bada a l’estació de Lisboa, amorsexaltats i declinants o els costatsmés ridículs de la política portu-guesa constitueixen un dels mo-ments més feliços —insòlit en lamodernitat de la seua concep-ció— de l’obra d’Eça de Queirós.Una literatura sofisticada que nooblida que l’objectiu de l’escrip-tura és, sobretot, divertir-se.

Aquesta atracció per escarnirtot el que envoltà l’autor presideixles pàgines d’El crim de mossénAmaro (1875), una reunió de «fal-dilles i sotanes» on es descriuenles interioritats de la ciutat de Lei-ria: religiosos i beates es relacio-nen en un ambient de luxúria id’hipocresia en el que serà una deles seues obsessions, l’ombra om-nipresent de l’església a Portugala finals del segle XIX. La tragèdiai els aspectes més caricaturescosde la fe —desenrotllats fins al pa-roxisme en La reliquia (1887)—s’entrecreuen amb l’erotisme i larialla més provocativa, d’una sub-til pornografia a estones. Unstrets que, en part, també són pre-sents en El cosí Basílio (1878), elparticular pols d’Eça de Queirósamb Madame Bovary: cínics cra-pulosos, polítics retòrics i banals,poetes «amb aire tísic», un entornresclosit que serveix per emmar-car l’avorriment de Luisa i els es-tralls de la passió, condicionadapel xantatge de la criada Juliana—una de les grans creacions mal-vades de l’autor—, tota una acu-rada arquitectura narrativa quenaix d’un dels motors de la litera-tura del nou-cents, l’adulteri.

Uns amors devastadors quetambé marquen les vides de tresgeneracions d’una família aristo-cràtica portuguesa, Els Maia(1888). L’avi Afonso, un jacobífrancmaçó en la seua joventut que

progressivament se sentirà atretper la forma de mirar el món —més assossegada— dels brità-nics, perd un fill que s’enfonsa,desolat, després de ser abando-nat per la dona, i es troba amb laresponsabilitat d’educar el nétCarlos, protagonista d’una de lesnovel·les més ambicioses d’Eçade Queirós. Un avi indefens i re-signat, que veu com aquell a quiha criat amb totes les prevencionsperquè no caiga en el mateix pa-rany que son pare, se sent atrettambé pels abismes d’una relaciódestructiva.

Junt a aquesta trama amb ca-pítols d’indissimulada herènciaromàntica, Carlos da Maia i els

amics viuran el somni regenera-cionista per tal d’intentar que es«restaurés el xacrós Portugal». Da-rrere de les obres d’Eça de Quei-rós sempre batega la preocupaciósobre el destí del país, la necessi-tat d’obrir-lo a Europa sense per-dre’n la personalitat. Tal i com de-fineix Kundera, és la història dela novel·la lligada a la història deles nacions petites. Com GonçaloMendes, protagonista de Lail·lustre casa dels Ramires (1900),picaresc, irrisori, noble i inseguren cadascuna de les accions queemprén, però que Eça de Queirósconstrueix amb intenció de lligar-lo amb les tares i encerts d’unPortugal que no acaba d’aclarir elfutur i que tampoc no sap girar elsulls cap al passat.

Els personatges del cercle deCarlos da Maia s’enamoren i esdesenganyen sense abandonar eldesig de canviar el rumb de la so-cietat. El seu amic Joao da Ega lligVíctor Hugo i Proudhon i fa pro-clames revolucionàries irrespon-sables i pintoresques, però el querealment li agrada és ser acollitentre els braços d’una gran damai beure xampany francés abansd’enfilar-se en un discurs patriò-tic: fins i tot no li importaria serenvaït per Espanya i així desper-tar el sentiment nacional portu-gués, tan somnolent. Carlos tam-bé viu al llarg de la novel·la la in-definició de concretar les seuespretensions reformistes en fetstangibles i útils per al país.

Però al costat de neguits ideo-lògics i del que els protagonistes

jutgen com una paràlisi connatu-ral als portuguesos, Eça de Quei-rós destaca en Els Maia com acronista de la natura humana enel seu costat més grotesc. Literatsampul·losos, nobles pansits i des-ubicats, arribistes i polítics quenomés vetlen pels seus interes-sos privats, cantors de fados quesón «gàrgares gemegaires», re-dactors de diari apàtics i tediosos:tot un teatre sarcàstic que es com-bina amb passatges més descrip-tius i lírics, menys permeables ala burla roent.

Eça de Queirós se sent còmo-de i s’ho passa d’allò més bé quanha d’ajustar la lent de la ironia alsseus escrits. En la novel·la pòstu-ma La capital (1925), l’ingenu —i exasperant— Artur Corvelo de-cideix anar a Lisboa per tal de fer-se un nom amb els seus versos,carregats d’efluvis sublims i desospirs. Però el que troba a la ciu-tat és tot el contrari del que haviaseduït la seua imaginació: mes-quins vestits de cavallers, perio-distes i vividors que només volenescurar la butxaca del protago-nista, a més de revolucionaris sai-netescos i d’un ressentiment in-cendiari; l’alta societat, hostil i in-accessible. Un recorregut des deprovíncies fins a Lisboa on l’autoresbudella —sense contenció—des dels bordells fins als salonsmés refinats. De vegades, la cari-catura cedeix el pas a l’acidesa, alretrat inclement.

En el café A Brasileira de Lis-boa Eça de Queirós i els amicsformaren una tertúlia, Els Ven-çuts per la Vida, on podrien ha-ver encaixat Carlos da Maia iEga, o bé un derrotat Artur Cor-velo, esvaïts els somnis ruptu-ristes i amb la serenitat que pro-voca encaixar que has perdut eljoc. Al final d’El crim de mossénAmaro el canonge Dias —undels millors personatges de l’au-tor— i el protagonista recuperenepisodis del passat, indiferents ala tragèdia, mentre un aristòcra-ta descriu, junt a l’estàtua del po-eta Camoes, les grans virtuts dePortugal en contrast amb el queveu el narrador, mediocritat i unambient decrèpit. És com si en-tre la realitat i el que percebenels personatges es produïra unadistància insalvable. Però Eça deQueirós no és partidari de la sà-tira moralista, del dit acusador.En la seua narrativa conviuenl’humor —un somriure descre-gut i intel·ligent— i el drama, laferotgia de les passions d’El cosíBasílio i el posat més compren-siu del marit cornut d’Alves ycompañía que, agraït de no ha-ver pres decisions insensates,dialoga plàcidament amb l’amantde la seua dona: descartat unduel o qualsevol acció extrema,no té cap inconvenient a accep-tar —bonhomiós i magnànim—que, el que havia passat, no eratan greu. Una determinació que,sense dubte, hauria estat feste-jada pels Vençuts per la Vida.

pd 5Levante EL MERCANTIL VALENCIANO ■ Viernes, 26 de septiembre de 2008

La selecció de la setmana

AUTOR PORTUGUÉS. Eça de Queirós en 1893, època en què fou cònsol a París.BIBLIOTECA NACIONAL DE PORTUGAL

La passió narrativa d’Eça de Queirós (1845-1900) constitueix, amb les seues novel·lesi contes, una crònica sagaç i irònica de Portugal a finals del segle XIX. Una comèdiahumana on ningú escapa a la mirada sorneguera d’un dels grans escriptors europeus.

Els somriures d’Eça de Queirós

LLIBRES

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Al costat de neguitsideològics i del queels protagonistesjutgen com unaparàlisi connaturalals portuguesos, Eçade Queirós destacaen «Els Maia» com acronista de la naturahumana en el seucostat més grotesc

Richard Orjis Galería Luis AdelantadoBúsqueda de lo oscuro

Rosa UlpianoLa reivindicación del mal frente ala ley y la norma moral impuestospor la organización social ha sidoa lo largo de más de siglo y mediouno de los rasgos distintivos deuna serie de artistas y escritoresconsiderados como «malditos»,un linaje entre los que han desta-cado nombres como Sade, Bau-delaire, Rimbaud, Lautréamont,Bataille o artistas como A. Greco,K. Harring, entre otros. Paraellos, el progreso provocaba la de-cadencia de la vida y la prosperi-dad y el triunfo social de los mal-vados, como había sido denun-ciado en las novelas de Sade. Laera moderna, que dio a luz por pri-mera vez en la historia a socieda-des basadas en el principio del lu-cro, relegó fuera de los márgenesde lo racional a todo lo que no per-siguiera el fin lucrativo.

Siguiendo un proceso de in-vestigación en el que se vislum-bran metáforas cercanas a Bau-delaire en sus Flores del mal o aEl Almuerzo Desnudo, de W. Bu-rroughs, el artista Richard Orjis(Nueva Zelanda, 1979) presentaen la galería Luis Adelantado laexposición Little black flowersgrow, in the sky, inspirada en el al-búm discográfico Speak of the De-vil (Palabra del diablo) del can-tante californiano Chris Isaak. Setrata, como metafóricamente in-dica el título, de una búsqueda delo oscuro, lo sublime, de la me-lancolía, la lujuria, la muerte y lohermoso a través de la naturale-za, pero encontrado ahora en unacreciente masifición de gran di-versidad de nacientes cultos. Lu-ces y sombras estéticas de des-concertantes investigaciones an-tropológicas, cabalgan a través deimperios ficticios y de fachadassectarias que proporcionan elcontexto necesario para sus in-vestigaciones. Perros, panes convelas, hombres cubiertos de ba-rro y flores se aparecen concebi-dos en un choque entre «la histo-ria del arte y la cultura popular…el temor y la lujuria; el pasado, elpresente y el futuro»; imágenesinscritas dentro de esta aparenteestética del mal, contrapuesta a laidea de bien. Concepto iniciadopor los grupos dominantes, y quecristaliza en la razón, la ley y lanorma, como piedras angularesde la estructura social.

No obstante, a lo largo de laHistoria comprobamos tambiéncómo la identificación entre bien

y ley ya se remonta, a la era deSan Pablo y su Epístola a los Ro-manos, en la que según indicabael santo, para que el bien —queno habita en el hombre— preva-lezca es necesario que adquierala forma de la razón y que ésta seconvierta en ley social. Y es enésta premisa donde se transfigu-ra un rechazo en la obra deOrjis,—el cual emulando a lo artistasllamados «malditos»— desafía laley y la norma moral poniendo enduda que el así llamado bien seael bien verdadero, y haciendo cre-cer como el propio titulo indica«pequeñas flores negras en el cie-lo»,metáforas que dan al hombreotras satisfacciones suficientespara vivir. Negando, en suma,que una sociedad basada en latecnología, el progreso, el co-mercio y la democracia, esté fun-dada en el bien, lo represente o loimplante. Y es que —como indi-caban estos artistas «malditos»—todo el aparato de leyes y recom-pensas materiales sofocan pasio-nes y deseos, mutilan al hombreinterior y degradan lo humano.

Eduardo NaveGalería Paz y ComediasVolver al lugar del crimen

Isabel PérezPregúntese a cualquiera cuál esla primera imagen que le sugierela palabra «paisaje» y en la mayo-ría de los casos contestará «ár-bol». Podría ser el mar, un lago,una montaña; podrían ser las nu-bes, los rayos, el cielo; habría po-dido elegir el asfalto, los rasca-cielos, la arquitectura industrial.Paisaje puede ser tantas y tantascosas que uno esperaría encon-trar una amplia gama de res-puestas. Efectivamente la hay.Pero árbol sobresale por encimade todas ellas.

Eduardo Nave (Valencia,1976) va más allá de la represen-tación de un vegetal de determi-nada altura y tronco leñoso. Loque interesa a este joven fotógra-fo es la intervención humana so-bre ese otro ser inanimado pero,en su momento, origen de vida.Ahora, tras el paso del hombre,no queda más que tierra yerma,troncos quemados, ceniza. El ar-tista, en su serie T(t)ierra calla-da, una de las tres que se pre-sentan ahora en la galería Paz yComedias y, a nuestro juicio, lamás emotiva, ha tomado fotogra-fías del después del paso del hom-bre por el que debía haber sidobosque verde y frondoso y quetras un incendio, provocado en lamayoría de los casos, se ha con-

vertido en un erial socarrado ynegruzco. Como el impresionis-ta que se emplazaba en un deter-minado lugar para pintar una yotra vez el mismo paisaje perocon otra luz y otros colores así vaE. Nave al lugar del crimen, por-que no es más que eso lo denun-ciado por el artista, y vuelve parafotografiar su evolución poste-rior, su lento pero constante cam-bio, su renacer de las cenizas, unlívido rayo de sol proporcionan-do algo de calor a las sombras, losimperceptibles brotes que dan lu-gar a una cierta esperanza. El fo-tógrafo, con su paciente trabajo,nos la devuelve.

Y entonces volvemos cada unoa casa, encendemos las luces deldormitorio o de la cocina, y sali-mos y las apagamos, y las volve-mos a encender. Desde fuera, loque revela este paisaje urbano deventanas y patios de luces es todoun microcosmos continua e in-termitentemente encendiéndosey apagándose. Y por encima de él,la noche, el atardecer, las nubesque pasan, el aire que sopla con

más fuerza, el silencio y la calmaque precede a la tempestad, elamanecer. Eduardo Nave noscuenta todo esto en un preciosoe interesante audiovisual —muyacertado sin duda el montaje delos seis pequeños monitores al-rededor de la pantalla principal,enfatizando aún más si cabe esosmicro-mundos en el que nos re-cogemos— en el que se distinguecon perfecta claridad los cambiosde luz, los colores, las sombras,donde cada cambio atmosféricoviene acompañado del adecuadosonido, ya sea el de los truenos,

el tráfico, el viento, una sirena deambulancia, un búho, el no-silen-cio de la noche.

Inma FemeníaAndrés Gil WittkeGalería Kessler-BattagliaExaltación del muro

Christian Parra-DuhaldeCoincidiendo o a propósito de lareforma de su espacio expositivo,Kessler-Battaglia inaugura tem-porada con un novel dúo que re-fiere a la idea del muro y la cons-trucción, así como a la apertura anuevas visualizaciones, como unantes y un después.

En la comunidad del políptico,la retícula que refiere al territorio,el paisaje, el cosmos, Inma Fe-menía y Andrés Gil Wittke dialo-gan entre la complicidad y el con-trapunto acerca del poder de con-tención y de extensión de la mu-ralla y la ventana, de lo que es cer-co y lo que es cortina. Grisáceos,manchados de tiempos, aceríne-os y vigilantes, los muros de GilWittke refieren a la memoria en

el ejercicio de la fragmen-tación connotada en la rudaconvivencia —casi tectóni-ca— de los elementos cua-driculares y de los códigossurgidos al amparo de lareiteración de la patina mo-nocroma; la alusión a la me-moria se verifica icónica-mente con la instalación tri-dimensional de una suertede tramo mural cuyo abier-to hueco interior provoca ala mirada en un juego me-tafórico sobre la búsquedade los sueños contenidos.

En la misma línea de lareiteración reticular y lasrelaciones entre las partesy el todo, Inma Femenía seaplica en un ejercicio sensi-ble, más próximo al discur-so poético que al testimo-nial, que asume la pared

como soporte del rescate de la luz;sutilmente policromas sus piezasconjugan procesos de transferen-cia de imagen sobre superficiestranslúcidas y revestimiento de lá-tex, procedimiento del que se ar-ticulan mundos de texturas diná-micas referenciales a la naturale-za que elongan la mirada o por losrecovecos de los píxeles o tras laestela astronómica del espectrocromático. Territorio de emocio-nes inherente al encuentro de losmodos de operar que no se exi-men de lo aleatorio, el tándem au-toral hace gala de personalidadpropia, de individualidad en su co-munión temática.

RICHARD ORJIS. EDUARDO NAVE.

INMA FEMENÍA Y A. GIL WITTKE.

6 pd ■Levante EL MERCANTIL VALENCIANOViernes, 26 de septiembre de 2008

ARTE

VERSUS OMNIA

Joan Verdú

FOTOS: CARMEN LUJÁNPELUQUERÍA: VICENT GAYA

Feria Valencia. Pabellón 8 - Foro Norte

Ricardo ForriolsSiempre que llegan estos even-tos me acuerdo de Cuba, dondeno hay días festivos sino feria-dos, de feria, lo que suponía —si no me equivoco— trabajarsólo media jornada. Bueno,pues con esa idea nos fuimos ala primera edición de la nuevaferia de arte contemporáneo dela ciudad, FIART, una feria de laque comenzó a hablarse haceunos meses, después de que lasgalerías de la Comunitat refusé-es en ARCO’08 pusieran el gritoen el cielo y de que la cosa seanimase con el apoyo institu-cional y político que determinóla rehabilitación y renovaciónde lo que hasta hace unos añoshabía sido Interart, reflotando laidea, adaptándola a los tiemposy las necesidades y enmarcán-dola en «Hàbitat Valencia» jun-to a otras ferias como la del mue-ble y la iluminación que, esas sí,vienen convocando por aquí abastante personal y negocio(sólo hay que ver la agenda deactividades paralelas, cenas yfiestas). En fin, una pequeñatrampa para todos, supongo,

que no obstante tiene aspiracio-nes cuanto menos curiosas y ex-cesivas para estos tiempos y lu-gares: convertirse en «una delas citas imprescindibles de lacreación actual, ofreciendo pro-puestas que configuren el eventocomo uno de los encuentros másimportantes del circuito artísti-co internacional». Ahí es nada,con quince galerías valencianas,

quince nacionales y tan sólo sie-te expositores extranjeros, a losque se suma la participación dela Universidad Politécnica deValencia (con obras de los alum-nos de la Facultad de Bellas Ar-tes), el Museo Pedralba 2000 yalgunas publicaciones más omenos especializadas.

A favor de la iniciativa hayque decir que se trata de una fe-ria manejable y asequible, fácil-mente paseable y bastante có-moda, además de muy calmada(salvo por las visitas escolaresque subirán las estadísticas), unbuen paseo para el fin de sema-na; por lo demás, en el conteni-do, manda más la correcciónque «las propuestas más novedo-sas y atrevidas» con las que seanunciaba la cosa.

En este sentido, Punto pre-senta un stand muy similar a losque llevaba en ARCO, quizásmás comedido pero igual de

grande, con obligados como Tà-pies y Feito; Rosalía Senderapuesta con fuerza por Rosa To-rres, su valor seguro, mientrasque Val i 30 hace doblete con elstand del Museo de Pedralba ysu «pintura anacronista» de lamano de Antonio Gadea, JesúsHerrera y Manuel Páez; ade-más, en las tres galerías se pue-de adquirir buena obra gráficade autores como el Equipo Cró-nica o Arroyo. Por su parte, lagalería Muro presenta su aline-ación de informalistas y geomé-tricos de corte parisino; al otrolado, la coherente Leonarte de-fiende la pintura con lo nuevo deMery Sales, Rosa Martínez Ar-tero, José Saborit (que vuelve ainaugurar allí la próxima sema-na) y Gabi Alonso; al otro lado,el colorido de Willy Ramos des-taca en Galería 9 y la quietud enlos personajes de Alberto Gálvezen la bilbaína Xanon. En My na-

me’s Lolita han montado unstand correcto y diáfano (distin-to a los abigarrados de ARCO)con estupendas obras de Cha-rris, Sicre, Joël Mestre y JuanCuéllar; al frente, tan interesan-te como particular es la apuestade Ciclorama por la fotografía,mientras que desde Jávea, SetEspai d’Art combina en su standlos trabajos de Andreu Alfaro yAugust Puig con los de RubénTortosa o Sara Sanz. Hay otrosnombres y obras que siempre tesalen al paso en las ferias comolos Miró de Joan Oliver «Ma-neu», los Juan Gris de FriendsArt, los Manolo Valdés de aquí yde allá, algunas piezas de MiquelNavarro y Carmen Calvo, juntoa gratas sorpresas como un Bar-celó y un Uslé de los ochenta ouna foto de Thomas Ruff...

En fin, puesto que se trata deuna primera edición le pondre-mos puntos suspensivos a estanueva FIART y casi que un pun-to y aparte, ya que la feria nocontinúa en la ciudad ni pareceque consiga hacer migas de tan-ta reivindicación de un arte in-dependiente por parte de la or-ganización. Y uno se pregunta:¿independiente de qué?

La corrección prevalece sobre la innovación en FIART

Arte para ver y vender

Feria Valencia. FIM. Hàbitat 2008

Chele EsteveEl diseñador Javier Mariscal creauna nueva colección de mueblespara la firma valenciana Uno De-sign. Todo un guiño hacia el mo-biliario que recuerda a los cómicsque hicieron famoso al artista.Con su particular estilo concedetridimensionalidad a las piezas di-señadas, para atribuirles un esta-do emocional «más humano yamable» en oficinas, hoteles yrestaurantes.

La colección, presentada en Es-pacio Guixeres de Valencia, coin-cidiendo con Hàbitat 2008 en Fe-ria Valencia, participan diseñado-res españoles de los estudios LaGranja, El Último Grito, Emiliana,Fernando Salas, Enrique Martí yel propio Estudio Mariscal.

El Estudio Mariscal, coordi-nador de esta colección, se ma-nifiesta en plural al hablar del pro-

yecto, se trata de un trabajo degrupo, Uno Design y Estudio Ma-riscal, unen fuerzas para lograrun objetivo común; «Si existe di-seño es porque hay emprendedo-res. Es más difícil ser empresarioque diseñador», comenta Maris-cal explicitando su admiraciónhacia las PYMES.

La adaptación a nuevos mer-cados y necesidades logra queempresas y oficinas muden loshábitos de despachos privados eimplanten espacios comunes,apuesta evolutiva donde desapa-recen las jerarquías y, en palabrasde Javier Mariscal, «coleccionescomo ésta cubren una parte delmercado y necesidades concretas,donde su propia filosofía y tecno-logía definen su época de ejecu-ción. Rompemos la rigidez y apos-tamos por el cambio que se perci-be y reflejamos en la línea UnoContract», que se compone de so-fás, sillas, sillones y mesas.

El mobiliario convierte las clá-sicas salas de reuniones con mo-dernos sofás, donde los colores

vivos aportan frescura al espacio.Los trabajadores se sienten comoen casa, conviven con piezas lle-

nas de personalidad, con nombrey apellido, donde tipología y se-mántica salpican una línea propia.Lugares públicos, salas de espe-ra con medidas más libres, unsofá donde no se sabe si son doso tres plazas, por ejemplo, inten-ta vivir una simetría que refiere auna sociedad más informal conuna resolución que manifiesta laformalidad del concepto. «No tie-ne sentido hacer oficinas para ungran jefe y con una estructura pi-ramidal que refleje muchísimo losdistintos grados de responsabilidadcon el mobiliario», explica el di-señador, que apuesta por «tejidosy formas que ayuden a relajarse, aestar bien, alegre y cómodamente».Poner lenguaje estético y funcio-nal al día es la misión del diseña-dor y consumidor, por ello los ob-jetivos fijados en este mobiliarioapuestan por «poder distribuir in-ternacionalmente unos diseñosmuy sencillos para reducir al má-ximo el precio pero a la vez parasorprender», añade el creador.

Mariscal trabaja actualmenteen una película de dibujos ani-mados en la que los personajeshan sido creados por él y que es-tará lista para el 2010.

La colección de Mariscal para Uno Design

Muebles más humanos

ARTE

DISEÑO

7pdLevante EL MERCANTIL VALENCIANO ■ Viernes, 26 de septiembre de 2008

❙❙❙

Leonarte defiende lapintura con lo nuevode M. Sales,R. Martínez Artero,J. Saborit y G. Alonso

COMO LABIOS. Los colores vivos aportan frescura al espacio.

MODERNO Y CONTEMPORÁNEO. Obras de Genovés y Carmen Calvo en la primera edición de FIART. JOSÉ ALEIXANDRE

LEVANTE-EMV

N.º 644, AÑO XVI / 26-IX-2008Coordinadora: Arantxa Bea

Josep Ballester

AVUI de matí quan s’ha alçataquest home tenia un re-gust amarg i aspre, i un pro-

fund calfred li ha recorregut l’es-pina dorsal, malgrat fer una calit-ja humida d’agost. S’ha dutxatamb tota la parsimònia del món i,després, el desdejuni ha estat unatorrada amb oli i una tomata secaque li porten uns veïns, que tantli recorda el seu origen piamon-tés. Després un parell de cafésben carregats. Ha preparat l’e-quipatge per a pocs dies i s’ha aco-miadat, tot dient que marxava alcamp. Però quan ha agafat el taxi,ha donat la direcció de l’AlbergoRoma, arran de l’estació de la ma-teixa ciutat. A l’habitació ha guar-dat la roba a les perxes de l’armarii s’ha tombat al llit. Intenta fer re-compte. Assaja de no pensar en lasensació que té enganxada a lagola. Sap ben bé que els recordscomencen al vespre sota l’alé dela melangia.

Ara, però, deixem aquestacambra d’hotel, abandonem tam-bé la ciutat i ens n’anem on va ini-ciar-se tot, en concret a San Ste-fano Belbo, un nou de setembrede 1908. Espai que serà semprepresent en la seua obra i lloc onva nàixer. Tornà a Torí a estudiar,també va fer de professor de llatí,de filosofia, d’italià i d’anglés. Noera com volia guanyar-se la vida.Era una persona reservada i es-quiva. Aleshores es va dedicar atraduir la literatura que tant esti-mava. Aviat deixà ben palés laseua preparació amb una tesi dellicenciatura sobre Walt Whit-mann. O ben poc després ambuna excepcional traducció de

Moby-Dick. Vindrien més ver-sions de Melville, Dos Passos,Faulkner, Dickens o Joyce.

Aquella glopada d’aire frescque representa l’estudi i el conei-xement de la literatura en anglés,el va fer entendre que la culturaitaliana necessitava un gir, unaobertura de finestres per a fugirde l’ambient resclosit que haviaimposat el feixisme. Prompte esva decidir a atacar i a escriure con-tra la poesia decadent i hermèti-ca que regnava en aquells mo-ments. Es transforma en un maî-tre a penser literari del seu temps,a través de les crítiques i dels ar-ticles sobre la realitat cultural, através dels llibres, a través de lestraduccions i a través del catàlegd’Einaudi. Recordem que fou as-sessor d’aquesta cèlebre editorialen companyia de Natalia Ginz-burg i Italo Calvino. I la tascaque hi van realitzar va ser fona-mental per a les lletres italianes.

Aquest escriptor, Cesare Pa-veseque és com li diuen va irrom-pre en la poesia amb un llibre quede seguida es transforma en unreferent, Lavorare stanca, no solsen la seua llengua, sinó a tot Eu-ropa. Els temes que hi dominenvan des del paisatge piamontés iel contrast entre el camp i la ciu-tat fins a les preocupacions políti-ques i socials, l’amor i el sexe. Elmateix autor, tot parlant del llibre,comenta: «És l’aventura de l’ado-lescent que, orgullós de la seua pa-gesia, imagina que la ciutat s’hi as-sembla, però hi troba la solitud, ibusca remei en el sexe i la passió,que serveixen només per a des-arrelar-lo...». El fil que vertebra elllibre serà l’oposició entre dosmons ben diferents, viscuda desd’una perspectiva ben individual.Són uns textos que naixen sota lasignatura de la poesia objectiva,la poesia racconto.

En la poesia, però en la majorpart de la seua obra de ficció, es-

tarà l’ésser humà cada vegadamés sol, més clos en si mateix. Laintensitat metafísica i l’absurd quedesglossen els seus versos forcenun sentiment cap a una obligadamalenconia vital. «Ets la terra i lamort. / El teu sojorn és la fosca / iel silenci. / No hi ha res tan remotde l’alba / com ets tu». L’home haestat etzibat al món sense cap raói abocat, sense cap remei, a lamort. Això, assumit, com ho fa Pa-vese, porta inevitablement a l’an-

goixa existencial, a un univers onl’ésser humà se sent sol, d’una so-litud de vegades insuportable.«Tot el problema de la vida ésaquest: com trencar la pròpia soli-tud, com comunicar-se amb els al-tres», estic segur, que la seua res-posta la trobem en l’obra que vaescriure, en la literatura que ensha regalat.

Ara tornem a aquella cambrad’hotel on l’havíem deixat tombatal llit. El riu de les hores marcarà

aquella veu que li naix a l’interior.Sempre ha pensat que la infante-sa, en aquest cas la seua, seria unavasta regió a explorar, com una es-pècie de pou on treure aigua queesborrés aquesta set que no cal-ma mai. Fa memòria d’un vaguerecord. Aquell dibuix de muntan-yes i de la geografia intensa delsturons. El territori auster de la in-nocència, però també de la de-cepció. Un gust de cendra ja queles revelacions d’aquella edat, unavolta transformades en literatura,es consumeixen sense cap remei.I el no-res ha captivat la ment. L’hasolsida. Ni Whitman ni Melvilleen els quals tenia tota l’esperançal’han assistit. Va ser escriptor peruna obstinació profunda en la vo-luntat d’autodefinir-se. Tanmateixara està ben cansat. Ja no li que-da res, sols vol escollir l’instant,tenir la llibertat de triar. Si això éspossible. Aquells indrets, aquestsespais són dolor perquè no hi hares més inhabitable que el lloc ons’ha estat, alguna vegada, feliç.Aquest home, aquella nit d’unvint-i-sis d’agost de 1950 va deci-dir no aguantar cap més absència,l’endemà, al seu costat van trobarels setze tubs de somnífers quel’ajudaren a ser més lliure. O no.

Tornar a Pavese, després detants anys, hom podria pensarque es fa una cosa estranya, peròno és així. Vaig descobrir l’autoritalià, si no recorde malament,gràcies a la versió d’uns textos deJosé Agustín Goytisolo. Des-prés vindria la lectura de Paesituoi, La spiaggia i La luna e i falò.Sap contar amb una finesa d’esti-let les relacions turbulentes entreels homes i les dones. Sense obli-dar l’anàlisi intel·ligent que fa d’al-tres escriptures a Saggi litterari.Més tard em vaig atrevir a traduir-lo, d’aquelles lectures vaig publi-car una selecció a l’aleshores re-centment nascuda criatura d’Edi-cions Bromera, ara fa una micamés de vint anys. En algun mo-ment del diari pavesià ens diu «lesmeues històries no són una altracosa que històries d’amor i de soli-tud». Jo diria de desamor i d’unarecerca desesperada que troba laconclusió en el suïcidi. Sinó coms’explica que en una altra pàginaanotés «la comprensió d’haver pa-tit tant és que després es mor comun gos». En els seus textos es des-prén que tant ell com els seus per-sonatges de ficció sempre arribentard, igual que ho fa l’òliba de Mi-nerva. Es tracta d’una radiogra-fia de la consciència de la incapa-citat de comunicació de l’ésserhumà. La seua escriptura és la his-tòria secreta d’una absència inso-frible. I per això «vindrà la mort itindrà els teus ulls. / Serà com dei-xar un vici, / com veure a l’espill /emergir un rostre mort, / com es-coltar un llavi ja tancat. / Muts,baixarem la gorja».

pd Suplemento Cultural posdata

ESCRITS CORSARIS

Vindrà la mort i tindrà els teus ulls

8 ■Levante EL MERCANTIL VALENCIANOViernes, 26 de septiembre de 2008

pd

AUTOR ITALIÀ. Cesare Pavese (1908-1950) fou una figura clau del neorealisme.

IGDA