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PH Boletín 34 127 Resumen La necesaria adecuación a la normativa vigente del edificio que alberga al museo de Huelva, sin duda pro- porcionará mejoras en la propuesta museológica de la institución y su consecuente adecuación museográfica. Los museos han de tender en la actualidad hacia la identificación ciudadana de patrimonio conservado en ellos, mediante su adecuada contextualización y el fo- mento del intercambio intelectual entre científicos y artistas con el público, a través de una oferta cultural didáctica y diversificadora tendente a lograr el tan de- seado cambio de actitud frente al patrimonio. Palabras clave Huelva / Comunicación / Identificación / Investiga- ción / Protección / Contextualización / Intercambio /Oferta didáctica / Aprendizaje / Cambios de actitud / Diversificación Justificación Con su incorporación en 1997 a la dirección del museo de Huelva, Manuel Osuna Ruiz recibe de la Delegación Provincial de Cultura el encargo de tra- bajar sobre el proyecto de remodelación de la Insti- tución. El primer paso para establecer esta propues- ta fue el acopio documental sobre los avances cien- tíficos producidos a lo largo de los últimos años en la provincia, tanto en arqueología como en las artes plásticas, resultando transcendental el análisis con- ceptual de la producción artística onubense a lo lar- go del siglo XX y la revisión de las teorías sobre la estructura y distribución del poblamiento humano del territorio en los distintos periodos históricos. Una vez digerida la voluminosa documentación 1 , el segundo paso consistió en acotar y estructurar los diferentes contenidos a través de los cuales quería- mos narrar la “Historia” de la actual provincia de Huelva. Y, al igual que ocurre en toda narración, de- cidir el inicio, definir su desarrollo y buscar un final acorde con el mensaje que se pretendía promover, evidenciando nuestro posicionamiento, en el que re- sulta decisivo asumir que junto a las tradicionales misiones de conservar, investigar y exhibir las colec- ciones, la divulgación y la comunicación desde pers- pectivas didácticas son cometidos esenciales del mu- seo actual. En definitiva, asumir que la tarea de los museos no es otra que hacer significativa la Historia, llevando al público visitante los conocimientos cien- tíficos de tal forma que sea capaz de interpretarlos por sí mismo, al tiempo que se posibilita el disfrute de las colecciones en un ambiente de ocio y a través de un lenguaje específico favorecedor de una comu- nicación activa con los objetos. Es obvio que para alcanzar estos objetivos resulta del todo imprescindible la desacralización de las piezas, la desmitificación de la arqueología y la humanización de las Bellas Artes, ya que los objetos que constituyen las colecciones y justifican la existencia misma de los mu- seos han sido realizados, recogidos y considerados re- ferentes culturales por seres de carne y hueso, con una intencionalidad de uso y disfrute similar a la que establecemos en la actualidad con lo que hoy nos ro- dea 2 . En definitiva, si un museo no se integra en el medio en el que desarrolla su actividad, si no consigue que los ciudadanos se identifiquen con su patrimonio y su propia Historia, es un museo muerto. Es por ello El museo que queremos M. Osuna Ruiz Director del Museo de Huelva J. Bedia García Conservadora del Museo de Huelva José Mª Cuenca López Profesor del área de Didáctica de las Ciencias Sociales, Universidad de Huelva. Grupo DESYM J. A. Asuero Mantero Arquitecto redactor del “Proyecto básico de remodelación y ampliación del Museo de Huelva DOSSIER: Museos

El Museo Que Queremos Revista Ph

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La necesaria adecuación a la normativa vigente deledificio que alberga al museo de Huelva, sin duda proporcionarámejoras en la propuesta museológica de lainstitución y su consecuente adecuación museográfica.Los museos han de tender en la actualidad hacia laidentificación ciudadana de patrimonio conservado enellos, mediante su adecuada contextualización y el fomentodel intercambio intelectual entre científicos yartistas con el público, a través de una oferta culturaldidáctica y diversificadora tendente a lograr el tan deseadocambio de actitud frente al patrimonio.

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PH Boletín 34 127

Resumen

La necesaria adecuación a la normativa vigente deledificio que alberga al museo de Huelva, sin duda pro-porcionará mejoras en la propuesta museológica de lainstitución y su consecuente adecuación museográfica.Los museos han de tender en la actualidad hacia laidentificación ciudadana de patrimonio conservado enellos, mediante su adecuada contextualización y el fo-mento del intercambio intelectual entre científicos yartistas con el público, a través de una oferta culturaldidáctica y diversificadora tendente a lograr el tan de-seado cambio de actitud frente al patrimonio.

Palabras clave

Huelva / Comunicación / Identificación / Investiga-ción / Protección / Contextualización / Intercambio/Oferta didáctica / Aprendizaje / Cambios de actitud/ Diversificación

Justificación

Con su incorporación en 1997 a la dirección delmuseo de Huelva, Manuel Osuna Ruiz recibe de laDelegación Provincial de Cultura el encargo de tra-

bajar sobre el proyecto de remodelación de la Insti-tución. El primer paso para establecer esta propues-ta fue el acopio documental sobre los avances cien-tíficos producidos a lo largo de los últimos años enla provincia, tanto en arqueología como en las ar tesplásticas, resultando transcendental el análisis con-ceptual de la producción ar tística onubense a lo lar-go del siglo XX y la revisión de las teorías sobre laestructura y distribución del poblamiento humanodel territorio en los distintos periodos históricos.

Una vez digerida la voluminosa documentación 1, elsegundo paso consistió en acotar y estructurar losdiferentes contenidos a través de los cuales quería-mos narrar la “Historia” de la actual provincia deHuelva. Y, al igual que ocurre en toda narración, de-cidir el inicio, definir su desarrollo y buscar un finalacorde con el mensaje que se pretendía promover,evidenciando nuestro posicionamiento, en el que re-sulta decisivo asumir que junto a las tradicionalesmisiones de conservar, investigar y exhibir las colec-ciones, la divulgación y la comunicación desde pers-pectivas didácticas son cometidos esenciales del mu-seo actual. En definitiva, asumir que la tarea de losmuseos no es otra que hacer significativa la Historia,llevando al público visitante los conocimientos cien-tíficos de tal forma que sea capaz de interpretarlospor sí mismo, al tiempo que se posibilita el disfrutede las colecciones en un ambiente de ocio y a travésde un lenguaje específico favorecedor de una comu-nicación activa con los objetos.

Es obvio que para alcanzar estos objetivos resulta deltodo imprescindible la desacralización de las piezas, ladesmitificación de la arqueología y la humanización delas Bellas Artes, ya que los objetos que constituyen lascolecciones y justifican la existencia misma de los mu-seos han sido realizados, recogidos y considerados re-ferentes culturales por seres de carne y hueso, conuna intencionalidad de uso y disfrute similar a la queestablecemos en la actualidad con lo que hoy nos ro-dea 2. En definitiva, si un museo no se integra en elmedio en el que desarrolla su actividad, si no consigueque los ciudadanos se identifiquen con su patrimonioy su propia Historia, es un museo muerto. Es por ello

El museo que queremos

M. Osuna Ruiz Director del Museo de Huelva

J. Bedia GarcíaConservadora del Museo de Huelva

José Mª Cuenca LópezProfesor del área de Didáctica de las Ciencias

Sociales, Universidad de Huelva. Grupo DESYM

J. A. Asuero ManteroArquitecto redactor del “Proyecto básico de

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s que trabajamos para que, tras su remodelación, el mu-seo de Huelva constituya un referente esencial para elciudadano onubense del siglo XXI y para sus visitantes,un espacio temporal y una necesidad cultural en dondenos situamos todos 3.

El edificio, su entorno urbano y las colecciones

Conocido por la mayoría, el edificio que actualmentealberga el Museo de Huelva queda situado en una delas avenidas más emblemáticas de la ciudad, la Alame-da Sundheim, configurada como paseo y zona residen-cial de la burguesía colonial asentada en la ciudad en elúltimo cuarto del siglo XIX y nexo actual entre el cas-co antiguo y el núcleo de mayor densidad poblacionalde la ciudad. Su patronímico nos adentra en la especi-ficación del modo de ser del onubense y su incansablebúsqueda de una identidad autónoma y auténtica,oculta bajo la sensación de deber al “extranjero” todolo nuevo y moderno. Es quizá ésta una de las razonesque pesaron en el onubense Florentino Pérez Embid,Director General de Bellas Artes en los años setenta yafanado promotor del actual museo, para no impulsarla rehabilitación de alguno de los edificios de ambienteinglés como sede de la Institución, tal y como ocurrie-ra en otras ciudades 4. En efecto, mientras que la hoyemblemática Casa Colón era objeto de graves expo-lios debido a su abandono, se decide la construcciónde un nuevo edificio en, entonces, una “tierra de na-die” con escasos atractivos para conceder a la jovensociedad onubense el acceso a su aprehensión simbó-lico identificativa 5.

Los 3000 m2 con los que cuenta actualmente el edificiose hallan repartidos en tres plantas y un semisótano y, aligual que ocurre con otros de su misma categoría, sucontenido se distribuye en las tres clásicas secciones(Arqueología, Bellas Artes y Etnología). La Sección deArqueología ocupa en estos momentos 920 m2 y, sinduda, representa el elemento más significativo del mu-seo tanto por la importancia de su colección como porel número de visitantes que atrae. Destacan por su cali-dad estética e importancia científica los objetos pertene-cientes a las culturas megalítica, tar tésica y romana, se-guidos de una incipiente y cada vez más impor tantecolección medieval islámica, consecuencia de los avancescientíficos alcanzados en este periodo.

La Sección de Bellas Ar tes cuenta actualmente con650 m2 de exposición y un exiguo fondo con escasaestructuración, donde se destaca la colección de obrasde Daniel Vázquez Díaz –constituida por depósitosdel MNCARS, la Consejería de Cultura de la Junta deAndalucía y el Museo de Bellas Artes de Sevilla–, y unpequeño lote de obras contemporáneas de artistas lo-cales que, pese a su dispersión y graves lagunas, pre-senta cier to interés. Una decidida apuesta por el ar telocal ha permitido que en los últimos tres años hayaaumentado en número la sección mediantedonaciones 6, compras 7 y depósitos de obras de losar tistas onubenses más destacados 8. Por otro lado, elacuerdo alcanzado con la Diputación para establecer

un taller de grabadores en el museo está dando lugara la formación de una por ahora pequeña pero intere-sante colección de obra gráfica, tanto de ar tistas loca-les como de los invitados a impartir los ciclos formati-vos y de experimentación. El acier to de la propuestaha significado así mismo, la complicidad de otros ar tis-tas grabadores ya consolidados, proponiendo donacio-nes y/o depósitos de sus obras; este es el caso deGranado Valdés, con un depósito de 25 obras pen-diente de confirmación, o de Diego de Giráldez cuyaobra se halla en similar situación.

En cuanto a la Sección de Etnología, son bien conoci-dos los acontecimientos que rodearon el abortado in-tento de crear un museo de esta especialidad en la lo-calidad serrana de Aracena como sección del Museode Huelva 9. Herencia de esta circunstancia es la ine-xistencia, todavía hoy, de una propuesta acorde con lacalidad y riqueza etnográfica que contempla la provin-cia. Mientras llega la ocasión, el museo promueve ex-posiciones de carácter temporal que favorecen el en-tendimiento, conser vación y di fus ión del r icopatrimonio cultural de nuestra provincia, al tiempoque apoya nuevas iniciativas surgidas al amparo de laacción municipal 10.

La nueva propuesta y sus espacios museológicos

En el tríptico de presentación del museo editado en1998 por la Consejería de Cultura, decíamos que “Deigual manera que la Historia [...] está sujeta a las varia-ciones que el propio grupo social realiza, el nuevo proyec-to del Museo de Huelva ha de estar abierto a cuantasmodificaciones se establezcan [...], por lo que debe serconsiderado como algo dinámico, vivo y, por tanto, nuncaacabado” 11. Esta frase es hoy más que nunca acertadaya que, si bien la propuesta de remodelación lanzadaentonces continúa estando vigente y en esencia es lamisma, las circunstancias que lo rodean han variado, loque nos impele hacia nuevas conquistas. En efecto, elproyecto inicial no sólo ha producido buen efecto sinoque su adecuación práctica proporcionará en su día laposibilidad de establecer mejoras museográficas que,indudablemente, afectarán a los planteamientos muse-ológicos iniciales.

En síntesis, el organigrama de contenidos o áreas muse-ológicas de la Sección de Arqueología quedó inicial-mente establecido en once espacios o salas acotadas fí-sicamente, cuyos contenidos debían mostrar la génesisdel territorio onubense, así como la actividad humanasobre el territorio desde el Paleolítico hasta el momen-to del Descubrimiento de América. Los dos primerosespacios, denominados “Huelva en el Universo” y“Huelva en el planeta Tierra”, se relacionan con dos cir-cunstancias específicas del Museo de Huelva: por un la-do, la aceptación del astrofísico onubense Juan PérezMercader para atender nuestra sugerencia de diseñarun área basada en sus investigaciones sobre el Big-Bangy la formación del planeta Tierra, cuya aspiración últimasería la proposición de un futuro museo de la Ciencia yla Tecnología potenciado por el propio investigador. Por

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otro, el necesario impulso que merecen las coleccio-nes geo-paleontológicas del museo, derivadas de ladesinteresada colaboración del Colegio Oficial de In-genieros Técnicos de Huelva –que en su día propor-cionó una amplia muestra de los minerales que la na-turaleza onubense ofrece–, y del depósito establecidoen diciembre de 1997 por el geomorfólogo FernandoFernández Díaz; a estos conjuntos hay que añadiraquellos elementos producto de hallazgos for tuitosque, a falta de un espacio más idóneo, fueron deposi-tados en nuestro museo 12.

Los espacios siguientes reflejarían los avances cientí-ficos y técnicos de la humanidad a lo largo del tiem-po mediante una serie de elementos o registros-guíaque, concatenados entre sí y abier tos en abanico,posibilitarían la fácil asimilación de conceptos básicoscomo el tiempo, la evolución, el cambio o la perma-nencia de la cultura.

Como si de una obra inacabada se tratase, la expo-sición quedaría intencionadamente abier ta a nuevasinvestigaciones, dando la posibilidad de añadir, si lascircunstancias lo permitieran o así se requiriera, losavances alcanzados en periodos históricos posterio-res. Es el hombre, su percepción y sus relaciones loque se quiere significar y, a tal fin, el proyecto sacrifi-ca los yacimientos –entendidos como unidades mu-seográficas– a favor de los elementos culturales so-c ia lmente s igni f icat ivos que potencien lacomprensión de aspectos tan variados como el arte,la minería, la alimentación o la vida cotidiana. Junto aéstos, otros como la religión, la escritura y el lengua-je, el adorno personal y la orfebrería, la tecnología ola guerra y el comercio podrán ser mostrados enconnivencia de cuantos recursos didácticos se consi-deren necesarios para potenciar la comprensión einterpretación de los referentes histórico-culturalesmás destacados (reproducciones y copias de objetoshallados en otros puntos del espacio historico-tem-poral, fuentes escritas, paralelizaciones, programasmultimedia, representaciones vir tuales, etc.).

En cuanto a la Sección de Bellas Artes, sabido es quela gran mayoría de los museos de carácter provincial

establecidos en la década de los setenta tenían comofondos propios los arqueológicos, mientras que lassecciones de ar te sir vieron en muchos casos paradespejar los almacenes de otros museos y/o exponerlas obras del ICCR, a los que se añadían alguna queotra compra esporádica a anticuarios de renombre ypiezas escogidas procedentes de museos muy con-cretos, en nuestro caso del Museo de Bellas Artes deSevilla y del actual MNCARS 13. Se conformaban así,colecciones historicistas que poco o nada tenían quever con la realidad social del museo en formación,dando lugar a profundas descontextualizacines. El ca-so del Museo de Huelva no es diferente y su Secciónde Bellas Ar tes presenta una colección desigual, in-congruente y segundona que, pese a loables intentosde revalorización establecidos en la década de los no-venta 14, no ha consolidado el maridaje deseado conla sociedad onubense.

En efecto, la colección del museo presenta insufi-cientes elementos de interés para significar su verda-dera salvaguarda, pese a la existencia de elementosde la categoría de las ya mencionadas obras de Da-niel Vázquez Díaz, el “San Juan Bautista predicando”–obra barroca atribuida a Alonso Rodríguez recien-temente restaurada por el I.A.P.H. 15–, o la tambiéncitada donación realizada por Dña. Amalia OrduñaCastellano 16. Por ello, no será hasta los últimos añosde la década de los noventa cuando, a través de unaexitosa pero cier tamente agresiva política de expo-siciones temporales, se haga posible el reencuentrodel público con el museo, pero obligando a que lacolección estable pasara a las salas de reserva.

Dadas las específicas características del público delMuseo de Huelva, la propuesta que el proyecto mu-seológico hace para la Sección de Bellas Ar tes seconfiguró en un principio sobre la base de una ver-sátil compartimentación de los espacios expositivos,lo que facilitaría, de una parte, el mantenimiento delrégimen de exposiciones temporales ya consolidadoaunque evidentemente de una manera mucho mássosegada, y, de otra, la configuración de una exposi-ción permanente centrada en una única temática: Elarte onubense del siglo XX.

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Es el hombre, su percepción y sus relaciones lo que se quiere

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Para ar ticular esta propuesta se establecieron varia-das alternativas que van desde el fomento de depó-sitos temporales a medio y/o largo plazo a través decontactos directos con los propios ar tistas, distintasinstituciones o coleccionistas, hasta la propuesta deadquisiciones y préstamos institucionales, pasandopor la invitación personalizada para el uso del tallerde grabado a aquellos artistas que así se decida. Estaalternativa permitiría contar con obras de autoresconsiderados esenciales para el entendimiento de laevolución de la plástica onubense, pese a las lamen-tables y más que probables omisiones que se produ-cirían. Pero, concebido el museo con un espacio decomunicación dinámica y par ticipativa, estas exclu-siones justificarían no sólo posteriores remodelacio-nes sino que crearían nuevas expectativas en el pú-blico y los ar tistas, estableciéndose el intercambiointelectual al que necesariamente ha de invitar elmuseo.

Si para la Sección de Arqueología se contó con lacolaboración de alguno de los más destacados ar-queólogos de la provincia, para la de Bellas Ar tesnos ha sido de inestimable ayuda la obra de síntesisrealizada por Jesús Velasco Nevado 17, la recopilaciónde catálogos de exposiciones realizadas en la provin-cia en las últimas décadas con los que cuenta el mu-seo y las informaciones, sugerencias y anhelos quenos han apor tado los ar tistas locales. De todo elloresultó la formalización de un plan desarrollado ensiete espacios museológicos:

I. El nacimiento del arte modernoLa pintura historicista, el naturalismo y la plásticacostumbrista: La Academia y las influencias foráne-as (Fernando Mar tínez Checa, Manuel Cruz Fer-nández, Rafael Cortés Moreno...).

II. Daniel Vázquez Díaz, pintor de Huelva

III. La escultura onubense a lo largo del siglo XXAntonio León Or tega, Santos Rojas, Pepe Noja,Rafael Mélida, Juan Manuel Seisdedos, Ar te-Dos(Fernando Domínguez Rivas y Francisco RiveraRuiz), Juan Carlos Castro Crespo, Alberto Franco,José Antonio Márquez, Fernando Bono ...).

IV. Pintores y acuarelistas del siglo XX• Pintura: José Caballero, Pedro Gómez, Mateo

Orduña Castellano, Sebastián García Vázquez,José María Labrador, José María Franco, JoséLuis Domínguez, Florencio Aguilera, José Gue-vara Sandez, José Jiménez Quintero, EsperanzaAbot...

• Acuarelistas: Alfonso Aramburu, Emilio Gil Váz-quez, José María Franco...

V. Hacia el siglo XXIIsidro Overli, Juan Manuel Seisdedos, Pedro Gar-cía Ramos, Juan Carlos Castro Crespo, Buli, PedroRodríguez, Manuel Sicet, Antonio Belmonte, To-más García Asensio (Saltés), Enr ique RomeroSantana, Joaquín Mora...

VI. Arte jovenVíctor Pulido, Juan Manuel Vidal, Javier Villegas,Angustias García + Isaías Griñolo, Fátima Marce-lo, Ana Mª Caliz, Caridad Or ta, Carmen de laCorte, Amalia Feu...

VII. Obra gráficaMarcial Muñiz Mendoza, Daniel Vázquez Díaz,Juan Carlos Castro Crespo, Antonio Belmonte,Faustino Rodríguez, Diana García, Asociación degrabadores de Huelva...

A grandes necesidades, pequeños remedios: laadecuación del espacio arquitectónico delmuseo

¿Quién no ha soñado con solventar los pequeños ygrandes inconvenientes estructurales de nuestrosmuseos?: pasillos estrechos que impiden la accesibili-dad, ascensores que llevan a ninguna par te, climati-zaciones defectuosas, almacenes reducidos, espaciospara la dinamización inexistentes, instalaciones eléc-tricas incapaces de sopor tar la fuerza de las nuevastecnologías... Establecer el programa de necesidadesque anualmente nos solicitan las distintas Delegacio-nes de Cultura, se nos antoja la “carta a los ReyesMagos” de un muchacho a punto de desper tar a lapubertad: “creo, pero no creo”. Sin embargo, en algu-nas ocasiones, las circunstancias juegan a nuestro fa-vor y la necesidad de cumplir las normativas vigen-tes en materia de seguridad y habitabilidad permitenacometer cambios que potencian una adecuación delos espacios museísticos. En efecto, la necesar iatransformación de ascensores e instalación eléctrica,así como la obligatoriedad de establecer unos servi-cios higiénicos para discapacitados, eliminar las filtra-ciones existentes y fijar circuitos de evacuación encaso de catástrofe, han dado la ocasión al Museo deHuelva para un acercamiento, sereno y armónico,hacia algunas de las actuales propuestas museográfi-cas. Además, hemos tenido la suer te de contar conun arquitecto poco convencional capaz de adaptarsea nuestras necesidades y exigencias con un limitadopresupuesto. El resultado es un plan que, bajo elnombre de “Proyecto Básico de Reforma y Amplia-ción del Museo de Huelva”, actualmente se encuen-tra en vías de aceptación y cuya realización posibili-tará impor tantes mejoras espaciales que podemosresumir en los siguientes punto (Figs. 1-7)

• Eliminación de filtraciones mediante la impermea-bilización y acondicionamiento de los muros ma-estros.

• Adecuación de la zona de carga y descarga, am-pliando los espacios para estas actividades.

• Ampliación del espacio útil de almacenamiento enel área de reserva arqueológica, así como su mejo-ra climática mediante la instalación de un sistemade aireación natural y creación de una “sala seca..

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• Construcción de dos torres adosadas a la traseradel edificio que albergaran, una, el elevador de usosmúltiples con acceso discriminado y la escalera deemergencia y, otra, los servicios higiénicos y zonasde descanso de personal. Esta actuación corrigeuno de los principales problemas de adaptabilidad ala normativa, al tiempo que elimina las dificultadesde accesibilidad para público y obras liberando, conello, unos espacios hasta ahora ocupados por laszonas de tránsito interno –escaleras interiores, ser-vicios higiénicos, etc.–, que permitirán la creaciónde unas áreas idóneas para el descanso y la dinami-zación de las colecciones. Con esta actuación sepretende de incentivar de forma clara y rotunda lafuerte volumetría del edificio, intensificándola y real-zándola a través de estos dos nuevos volúmenes.

• Potenciación del eje que centra la composición in-terna de las salas expositivas, distribuyéndolas a iz-quierda y derecha y dejando el centro como zo-nas de descanso con exposiciones alternativas ytemporales.

• Adaptación a la normativa de los ser vicios deguardarropía y cabinas del personal subalterno.

• Adecuación de los circuitos de desalojo del edifi-cio en caso de catástrofe.

• Establecimiento y adaptación de los servicios pú-blicos para discapacitados físicos, según normativavigente.

• Adecuación de los espacios expositivos a la nuevadisposición arquitectónica, lo que permitirá unacirculación más coherente.

• Adecuación del área de reserva de la sección deBellas Artes.

• Individualización del espacio destinado a talleresmediante la creación de tres áreas: taller de graba-do, taller de restauración y gabinete numismático(Fig. 4b). En este apartado, existe la posibilidad deestablecer uno o varios de los paramentos interio-res de cristal, lo que posibilitaría su visualizaciónpor par te del público sin que se vieran afectadaslas actividades técnicas en desarrollo.

• Creación e individualización de un espacio para eldepósito documental (Fig 4b).

• Reestructuración del jardín de acceso eliminandoobstáculos y estableciendo un ingreso peatonal di-recto, aspectos importantes dada la sensación deprohibición que despierta el vallado actual. Con elmismo criterio, se diseña una entrada para mer-cancías y vehículos, al tiempo que se acondicionael jardín para su uso público. En este “jardín muse-ográfico” podrán ser visitadas las restituciones ar-queológicas derivadas de las excavaciones de ur-gencia que los técnicos del museo hubieron deacometer en el año 1998, la variada y centenariaflora regional que la parcela acoge y un espacio di-señado como sala de exposiciones al aire libre.

Figuras 1, 2 y 3. Plantas baja, primera y sótano reformadas

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• Remodelación de la fachada principal del edificioeliminando su anodina imagen mediante el esta-blecimiento de una visera que, a modo de aque-llas veladuras que tanto utilizaron los marinerosromanos en construcciones auxiliares como tol-dos de sombras, comunique su relación con la ciu-dad deseada. En esta nueva concepción de la fa-chada, los vanos quedan conver t idos enhornacinas que albergarán diversas reproduccio-nes escultóricas, potenciando la recuperación delconcepto clásico del museo (Figs. 5A y 5B).

• Remodelación de toda la zona de vestíbulo paraalbergar de forma más contundente la noria ro-mana con la que cuenta el museo, pieza clave delmismo que podrá ser contemplada suspendidadel techo, en dobles alturas y desde todas lasplantas.

Prueba de la estrecha colaboración entre conserva-dores y arquitecto, el proyecto no sólo se adapta ala propuesta museológica establecida en el apartadoanterior, sino que la mejora sustancialmente. Así,una vez hayan concluido las obras, la planta principalcontará con una amplia zona de recepción dondequedará ubicada la expenduría de entradas, el direc-torio general, la tienda y el directorio de contenidosde la sala primera de arqueología. Una pequeña salade exposiciones temporales, el salón de actos, con-serjería y servicios sanitarios darán paso al ampliovestíbulo donde quedará instalada la primera zonade descanso, pensada como un espacio multiusoadecuado para establecer servicios paralelos relacio-nados con las propuestas expositivas. Se pretendecon ello la creación de un área donde el público visi-tante pueda, además de descansar, establecer undiálogo diferenciado con la temática de las exposi-ciones a través de un paquete de ofer tas didácticasespecíficas y personalizadas. En un primer momentoestos lugares, pues la misma idea se repite en la pri-mera planta, incluirán una pequeña videoteca espe-cializada y zona de consulta bibliográfica y documen-tal pero, con el tiempo, deberían entenderse comopequeños talleres de dinamización socio-patrimonial(Fig. 1).

La planta primera se distribuye en tres salas de ex-posición, un vestíbulo de amplitud y definición simi-lar al descrito para la planta principal y dos salas dereserva, una específicamente diseñada para las obrasen tránsito y, otra, restringida a la colección perma-nente. En esta distr ibución, las estancias lateralesquedan concebidas como espacios expositivos decarácter temporal, mientras que la central albergarála continuación de la muestra permanente de arque-ología, estructurada desde la Romanización hasta laÉpoca de Colón y organizada a través de diferentesescenografías (Fig. 2).

Como se desprende de nuestra descripción, la im-por tante merma porcentual en el espacio tradicio-nalmente reservado para Bellas Artes parece impo-sibi l itar la muestra de las obras que conforman

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Figuras 4A y AB. Planta de azotea y segunda reformadas

Figuras 5A y 5B. Proyecto de reforma y ampliación del museo provincial de Huelva

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nuestro reper torio permanente y, en efecto, así es.La solución a este grave problema se plantea en dosver tientes de actuación: mientras se consolida lapropuesta de colección que hemos proyectado parael museo onubense, ésta tendrá el tratamiento detemporal, quedando integrada en la propuesta anualde exposiciones. Pese al riesgo que ello supone, asu-mimos esta decisión al evidenciar, de nuevo, la de-sestructuración que en la actualidad contempla lacolección, así como las dificultades que conlleva sumejora real.

La segunda propuesta resulta en estos momentoscier tamente utópica, pero no por ello deja de tenerun aire de realidad elemental. Para algunos gruposde opinión destacados de la ciudad, el Museo deHuelva resulta pequeño para albergar su importantecolección arqueológica y su necesaria colección ar-tística. Por ello, desde hace largo tiempo se viene re-clamando su ampliación espacial mediante la crea-ción de una segunda sede pensada como Museo deBellas Artes. Si éste es el anhelo de la sociedad onu-bense, no resulta descabellado sumarnos a esta co-rriente proponiendo como futura sede de nuestraSección de Bellas Ar tes alguno de los denostadosespacios arquitectónicos existentes en la ciudad.Cualquiera de ellos puede alzarse como icono de laformulación urbana de Huelva y símbolo inequívocode los cambios económicos, sociales y culturalesprovocados por la ver tiginosa industrialización sufri-da en el último tercio del siglo XIX 18.

Actuación a todas luces interesante que posibilitaríala formulación de espacios expositivos idóneos paralas tendencias plásticas actuales al tratarse, en gene-ral, de naves industriales para la producción de ma-nufacturas. La consecución de uno de estos edificioscomo sede de la Sección de Bellas Artes permitiría, asu vez, la adecuada contextualización de parte, si node toda la colección del museo, al tiempo que po-tenciaría la recuperación del entorno urbano comoreferente cultural de la sociedad onubense. En estesentido, parece oportuno reflexionar sobre el papelsocial que ha de cumplir el museo y sobre la capaci-dad que se le supone como catalizador en la necesa-ria y obligada visión globalizadora del Patrimonio 19.Señalar, por último, la eventualidad que presenta eledificio colindante al actual museo; se trata de unanave industrial con amplios vanos laterales de clararaigambre modernista, adosada a la trasera de unapequeña vivienda unifamiliar cuya configuración ex-

terna exhibe el ineludible exotismo británico que ca-racteriza a la arquitectura onubense de las primerasdécadas del siglo XX 20 (Figs. 8A y 8B).

La nueva museografía propuesta

Los museos son lugares vivos, acogedores y par tici-pativos donde la gente se comunica mediante eldescubrimiento, el aprendizaje, la interpretación y lavisualización de los elementos materiales que con-serva. Éste es, en definitiva, el mensaje que quere-mos transmitir desde Huelva a través de una ade-cuación de los espacios museográficos y la puesta enfuncionamiento de un buen número de actividades.Analicemos, pues, estos objetivos con una rápidadescripción de las distintas propuestas:

Sin duda, nuestro primer objetivo es provocar uncambio en la actual percepción que se tiene de laInstitución. El museo debe pasar de considerarse co-mo lugar distante e inapetente, para conver tirse enun espacio de lo cotidiano cuya presencia y conteni-dos inviten a su apropiación. Imbuidos en esta nece-sidad, se ha proyectado un área de recepción ajardi-

Figura 7. Fachada lateral derecha y sección longitudinal reformadas

Figura 6. Fachadas principales interior y exterior reformadas

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nada donde lo impor tante no sea tan sólo “el esta-blecimiento de una pantalla vegetal que colabore en laestabilidad medioambiental del edificio” sino, más quenada, el fomento de las capacidades creativas del in-dividuo, frente al ruido, las prohibiciones y las sole-dades imperantes en la vida urbana. Un territoriodonde el hombre pueda adueñarse del mundo delas formas y de los objetos, donde hallar las clavesde nuestra cultura y de nuestra historia.

En esta búsqueda sosegada de referentes, el interiordel museo se proyecta envuelto en una humanizaday confor table atmósfera que provoque el goce pordescubrir, por ver, por aprender, por compar tir...Aquí, el vestíbulo, ofreciendo la información precisapara invalidar la inquietud; allí, las salas expositivas,incitadoras recurrentes a la complicidad; más allá, lasáreas de descanso, de par ticipación y de íntima co-municación. Y, en medio, como si de un secreto amedias se tratase, las puertas hacia los laboratorios,los almacenes, las salas de reserva: investigación yorden, entrañas ocultas donde hombres y mujeresse afanan por comunicar el pasado, el presente y,más que nada, el futuro. Todo parece dispuesto; to-do, intencionadamente pensado. Nuevas perspecti-vas se abren en este remodelado museo donde len-

tamente, con la querencia y la cadencia que estascosas requieren, se van multiplicando los servicios:

• El 18 de Mayo del pasado año se puso en marchala asociación de “Guías Voluntarios de la TerceraEdad” que, a buen seguro, favorecerá la implanta-ción social del museo. Superada ya su fase de pre-paración, comenzará sus actividades en el mes denoviembre. Éstas, centradas básicamente en laofer ta de visitas guiadas para grupos infantiles yde Tercera Edad, se evidencian, también, como uneficaz y permeable elemento de par ticipación so-cial, estableciendo nuevas fórmulas de comunica-ción y relación entre el museo y un tipo de públi-co específico que tiene todavía capacidad paraaprender y enseñar pero que, al tiempo, exige lacreación de redes de intercambio propias.

• También presentada el “Día Internacional de losMuseos”, la asociación “Museo 2000”(Asociaciónde Amigos del Museo), centrará sus actividadesen dos ámbitos: la implantación del museo en lasociedad y la canalización de los esfuerzos colabo-radores que rodean al mismo. Par ticularizarán suactuación a través de la preparación y posteriorcoordinación de grupos de voluntarios para la in-terpretación de los futuros espacios de dinamiza-ción presentes en el proyecto, la organización deelementos que faciliten la contextualización de losobjetos y la estructuración de fórmulas de inter-cambio que sir van como catalizadores entre laInstitución y el público general mediante el debatepar ticipativo. Así mismo, se pretende que de co-ber tura a la actividad colaboradora existente, cu-ya efectividad en muchas ocasiones se ha vistomermada por fa lta de la estructuración legaloportuna.

• La obligada adecuación de las salas permanentesde exposición y de los futuros servicios progra-mados, nos provoca la necesidad de efectuar unseguimiento pormenorizado de nuestros visitan-tes. Por esta razón se ha iniciado una campaña deanálisis de público cuyos resultados posibilitarán laobtención de información objetiva para el exa-men de factores como la accesibilidad de la infor-mación, la confor tabi l idad de los espacios, elacier to en la selección de los contenidos o laspreferencias temáticas de los visitantes. Así mis-mo, se prevee la presentación y debate públicodel proyecto de remodelación una vez haya sidoaceptado, ajustando las propuestas museográficasa las necesidades y preferencias del público.

• En colaboración con el Área de Didáctica de lasCiencias Sociales de la Universidad de Huelva, seestán diseñando los materiales de apoyo a la difu-sión patrimonial necesarios para que el museo seconstituya como un centro de interpretación bási-co de la estructura educativa de la sociedad, tantodesde la perspectiva de la educación formal (bási-camente público escolar) como de la no formal oinformal. En este sentido se han realizado ya algu-nas experiencias, como la publicación de la pe-

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queña guía didáctica para la exposición “Tartessos:del mito a la realidad” , génesis de nuestra pro-puesta permanente de arqueología 21. Y, en mismalínea, está previsto también el establecimiento derecursos dirigidos a públicos específicos, favore-ciendo la interpretación de los objetos desdeperspectivas diversas. Así, parece interesante tra-bajar sobre las necesidades que presentan los gru-pos familiares no guiados, en los que el cabeza degrupo se ve por lo general con incapacidad paraactuar como catalizador de la experiencia.

• El Museo de Huelva lleva algún tiempo realizandoexperiencias relacionadas con las posibilidadeseducativas y de implantación social que presentanlas áreas internas, mediante visitas guiadas restrin-gidas. Los resultados manifiestan que una explica-ción razonada, una visualización objetiva y la de-mostración empírica de algunos de los trabajosque forman par te de la conservación, posibilitanuna respuesta inspiradora y positiva hacia la insti-tución encargada de custodiar y mantener los ras-gos objetuales que definen nuestra cultura. Deigual forma, la inclusión de las zonas de reserva ytalleres de restauración e investigación en los cir-cuitos de visita estimula el deseo de conocimientoe infunde actitudes proteccionistas en el público,favoreciendo la implantación de la idea, tantotiempo perseguida, de entender como una obliga-ción comunitaria la conservación del patrimonio yde percibir a los museos, como uno de los instru-mentos que la sociedad tiene para hacerse cargode esta obligación.

Atendiendo a este razonamiento, se prevee la es-tructuración de los fondos y talleres con la capaci-dad técnica suficiente para absorber este tipo devisitas, mediante la organización de un circuito in-terno didáctico y el establecimiento de los meca-nismos necesarios para la reducción del impactomedioambiental que sobre la obra supondría suapertura pública. Es obvio que estas visitas en nin-gún caso podrán considerarse cotidianas pero, deigual manera que se debate la función social delar te y la implicación que ello significa sobre elproductor y la producción ar tística, debemosplantearnos la función social del patrimonio y susimplicaciones conceptuales sobre la conservacióndel mismo.

• La exposición constituye el lenguaje propio del mu-seo, su sistema de comunicación, pero la gran ma-yoría del público no es especialista y necesita deapoyos que le permitan conocer el significado y losvalores ocultos de los objetos que se exhiben 22.Para resolver este problema lo normal es concen-trar nuestros esfuerzos en la elaboración de mate-riales más o menos didácticos y en los servicios devisitas guiadas . Sin embargo, para la tipología depúblico que en general absorbe el Museo de Huel-va esto no es suficiente, ya que nuestro problemaes la captación de un público repetidor, hecho queno se logrará sin establecer mecanismos que per-mitan la visualización diversificada de las coleccio-

nes y un grado de satisfacción suficientemente fuer-te para su conquista. En este sentido se nos ocu-rren mil y una actividades, muchas de ellas puestasya en marcha, que facilitarán la diversidad y favore-cerán la dinamización no sólo de las colecciones, si-no del museo en sí mismo. Así, se han realizadoexperiencias con la par ticipación del ar tista comoguía de su propia creación y se han organizado co-loquios en sala donde la obra era apreciada, enunos momentos, como creación individualizada y,en otros, como soporte para introducirnos en undebate de temáticas más complejas.

En esta misma línea, se presagia la creación de ta-lleres-coloquio donde los “maestros” analicen latécnica ar tística, al tiempo que documentan y dis-cuten sobre la evolución sufrida en el paisaje onu-bense, los cambios en la forma de vida o en la ti-pología de los objetos representados. También, seestán organizando ciclos donde personajes de cla-ro reconocimiento social comenten de maneraabier ta cuál es el objeto del museo que más lesinspira, convir tiéndose ellos en agentes interpreta-tivos al tiempo que en elementos de atracción. Y,en colaboración con el Conservatorio de Música,se establecerán audiciones inspiradas por la temá-tica de las obras expuestas.

Todas estas experiencias supondrán una evidenteincomodidad para aquellos visitantes acostumbra-dos a pasear por unas salas casi desier tas pero,por contra, facilitarán la comunicación entre laobra y el público haciendo del museo un verdade-ro lugar para la comunicación.

Hacia la implatación del museo en la sociedad

No todas las actividades que se proponen puedenrealizarse en las salas. Muchas, necesitan de lugaresmás adecuados donde no se entorpezca al resto devisitantes; otras, del territorio que circunscribe alpropio museo. Para las primeras, el proyecto de re-modelación diseña unos espacios estructurados enlas áreas actualmente ocupadas por buena par te delas instalaciones interna del edificio (servicios, esca-lera interior, ascensores, etc.). El resto, nos introdu-ce en problemas más complejos que implican la ne-cesidad de relacionar nuestras colecciones con elescenario donde se produjeron, de contextualizarcon efectividad los objetos eliminando las barrerasque impiden su obser vación como produccioneshumanas, como elementos ejemplarizadores de lasfórmulas de relación del hombre, a través de lascuales se establecen los referentes identificadoresde la comunidad.

Como bien dice Concha San Mar tín, el museo, porsu carácter de institución vinculada a la proteccióndel patrimonio tiene la ventaja de crear nexos querelacionan la investigación con el ciudadano, lo quele dota de una situación privilegiada para el desarro-llo de una adecuada difusión patrimonial, entendida

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como la fórmula idónea para potenciar el acceso yconocimiento a los bienes que integran ese patrimo-nio 23. En el mismo ar tículo la autora establece quela comunicación objeto-público debe ir encaminadaa la necesaria revalorización del objeto mediante sucontextualización espacial y/o funcional, formuladosa través de distintos mecanismos.

Desde el Museo de Huelva, consideramos que uno deestos mecanismos es la ocupación del territorio máscercano –sea éste urbano o rural– mediante su muse-alización, lo que posibilitaría al visitante la recreaciónde su propio contexto visual y conceptual. En estesentido, quizás la experiencia más interesante a la quenos hemos visto sometidos fuera la generada por lasexcavaciones de urgencia realizadas en 1998 por lostécnicos del museo, convenientemente analizada pornuestros colaboradores José María Cuenca y MyrianMartín 24. Por circunstancias específicas que ahora novienen al caso, el museo hubo de realizar estas dosexcavaciones en el casco histórico de Huelva 25, mar-cando como uno de sus principales objetivos la comu-nicación inmediata de los resultados a los distintosámbitos sociales de la ciudad, a fin de paliar alguna delas deficiencias que los museos soportan: descontex-tualización de los objetos, distanciamiento de los inte-reses del ciudadano, etc. La idea era plantear en lamisma excavación un centro de interpretación del pa-trimonio arqueológico con el tratamiento de sala mu-seal, articulándose la visita con dos vertientes: por unlado una sesión de puertas abiertas a toda la ciudada-nía con periodicidad semanal y, por otro, la difusiónespecífica en el ámbito escolar. En ambos casos, el ob-jeto era potenciar actitudes conservadoras y valorati-vas del patrimonio arqueológico. Los resultados de lasencuestas que se realizaron en el transcurso de lasdistintas actividades programadas, han proporcionadouna interesante información sobre el grado de com-promiso que tiene la sociedad onubense respecto a laconservación de su patrimonio, sobre sus necesidadesde conocimiento cultural como factor de identificaciónsocial y sobre la valoración del museo como elementode apoyo para el entendimiento de los valores históri-co-culturales que se encierran en ella.

El éxito de la experiencia obliga también a un cam-bio de actitud por par te del museo, por cuanto seve en la necesidad de proporcionar nuevos elemen-tos referenciales al visitante, mediante la organiza-ción de una estructura que le permita la comunica-ción abier ta y directa con el entorno terr itor ialinmediato. Ejemplos de esta nueva vía de actuaciónson las propuestas de circuitos interpretativos quefaciliten los puntos estratégicos desde donde poderapreciar la evolución socio-histórica de la ciudad, oel establecimiento de rutas complementarias relacio-nadas directa o indirectamente con los elementosarqueológicos y ar tísticos analizados en el museo.Sobre este tema no se debe obviar la motivaciónespontánea que surge al visualizar directamente loslugares patrimoniales, ni la interacción de los múlti-ples conceptos que concurren en las visitas de ca-rácter cultural a los escenarios donde se establecenlas experiencias cotidianas de los individuos.

Ello no supone el abandono de otros tipos de enla-ces museográficos que favorezcan la comprensiónde determinados aspectos socio-históricos de difícilasimilación, a pesar de su eventual percepción insitu. Muy al contrario, las simulaciones vir tuales dise-ñadas como hipotéticas reconstrucciones de la reali-dad histórica se presentan, entonces, como una nue-va a l ternat iva para canal izar la percepciónpatrimonial a través del museo 26.

Por último, para que estos nuevos mecanismos decontextualización espacial de las colecciones se ha-gan efectivos, el museo debe diseñarse como uncentro de coordinación donde se disponga de la in-formación básica y de los materiales necesarios parala interpretación territorial a través de los distintosreferentes patrimoniales existentes en la provincia.En efecto, parece incongruente proponer nuevoscircuitos y rutas interpretativas obviando las pro-puestas culturales establecidas por colectivos muni-cipales, comarcales o provinciales cuya actividadaconseja una estructuración administrativa que impi-da su dispersión.

Por sus características específicas, el Museo de Huel-va –el único de la provincia dependiente directa-mente de la Administración, sea ésta regional o na-cional–, podría posicionarse como este cada vezmás necesario elemento de globalización, centrali-zando la información para que el público visitantepueda beneficiarse de una ofer ta cultural en estosmomentos disgregada, pero efectiva a la hora de re-crear el contexto territorial de la provincia.

Esta actuación no supondría una intromisión en lagestión de ninguno de los centros, puesto que suúnica función sería la creación de un nuevo serviciodiversificador de la ofer ta, proponiendo circuitosque favorezcan la contextualización y complemen-ten los discursos museológicos establecidos en cadauno de ellos. Así, por ejemplo, cuando el visitanteanalice los elementos objetuales que simbolizan laEra del Descubrimiento, utilizará como elementosde apoyo las escenografías ofrecidas por el “Muellede las Carabelas” (La Rábida, Palos de la Frontera),mientras que para introducirse en la minería antiguase le sugerirá una visita al “Museo minero de Riotinto”(Riotinto). La diversidad temática del proyecto mu-seológico propuesto por el Museo de Huelva permi-te una conexión con todos los centros actualmenteexistentes en los que, sin duda, quedan incluidostambién los “Centros de interpretación” de los distin-tos parajes o parques naturales y los museos y cen-tros de carácter ar tístico o etnográfico como el“Museo Vázquez Díaz” (Nerva), la “Casa Grande”(Ayamonte), el “Museo de la Villa” (Almonte) y la“Casa Dirección” (Valverde del Camino), por ponernuevos ejemplos.

En contrapartida, cada uno de estos centros facilita-ría la información para la visita al Museo de Huelvacreando, así, un circuito cultural beneficioso para to-dos, ya que se estaría fomentando la movilidad y ladinamización del visitante cultural.

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1. En este paso fue de gran importancia las aportaciones reci-bidas por diversos especialistas, entre los que destacamospor su interés, el aporte bibliográfico proporcionado porJuana Bedia, conservadora del Museo, las largas conversa-ciones mantenidas con el Dr. Francisco Gómez Toscanos,en cuanto a los contenidos de la sección de arqueología, ycon el artista onubense Juan Manuel Seisdedos en relacióna los aspectos expositivos-museográficos.

2. J. Leguina y E. Baquedano (Edrs.): Un futuro para la memoria.Sobre la administración y el disfrute del Patrimonio HistóricoEspañol, capítulo 2: “Patrimonio Arqueológico y Etnológi-co”, p. p. 57-98. Madrid, 2000.

3. M. Osuna: “Avance del proyecto de remodelación delMuseo de Huelva”. En: Domínguez, C., Estepa, J. y Cuenca,J.Mª (eds.): El Museo, un espacio para el aprendizaje, p. 92.Universidad de Huelva, Huelva, 1999.

4. Velasco Nevado, J.; Muñoz Rubio, V. y García Rincón, J. Mª:Catálogo de Bellas Artes del Museo Provincial de Huelva, p.15. Diputación Provincial, Huelva, 1993.

5. Esta falta de identificación se hace palpable cuando recorda-mos que, hasta hace poco, era necesario adjetivar al museocon frases como “frente al Palacio de Justicia” o “frente alHotel Luz” para que muchos de nuestros conciudadanosacertaran a saber la ubicación del Museo de Huelva, porotra parte, el único de la ciudad. Por fortuna y gracias a lapolítica de implantación llevada a cabo en los últimos años,la situación está cambiando pese a un cierto equívoco defunciones entre la Casa de Cultura-Casa Colón y el Museo.

6. Por Orden del 13/10/98 es aceptada por parte de la Con-sejería de Cultura de la Junta de Andalucía la donación deDña. Amalia Orduña Castellano de 37 obras de su herma-no Mateo (BOJA nº 128 de 10 de noviembre de1998).

7. Como la reciente adquisición por parte de la Consejería deCultura de una carpeta de grabados de José Caballero(Expediente nº C99178SM21IP).

8. Se encuentra en trámite de aceptación, entre otros eldepósito de José Mora Galiana sobre una obra de JuanManuel Seisdedos o el realizado por el artista Juan ManuelVidal.

9. C. Pereo Serrano: “Etnografía en el Museo”. Cuadernosdivulgativos del museo, 5, p. 3-4. Museo de Huelva, Junta deAndalucía, Delegación en Huelva. Huelva, s.f.

10. El Museo de Huelva colabora decididamente con aquellosmunicipios interesados en la formalización de institucionesmuseísticas de carácter etnológico, tal es el caso delMuseo de la Villa (Almonte) con el que se ha establecidouna estrecha reciprocidad, o la “Casa Dirección” de Val-verde del Camino.

11. El Museo de Huelva. Junta de Andalucía. Consejería deCultura. Dirección General de Instituciones del Patrimo-nio. Sevilla, 1998.

12. Sirva esta nota de agradecimiento a éstas y a cuantas per-sonas vienen colaborando con nosotros para lograr unmuseo más participativo y activo.

13. J. Velasco; V. Muñoz y J. Mª García, ob. cit., p. 7-9. Huelva,1993.

14. J. Velasco Nevado y Santos Rodríguez, E.: “El Museo deHuelva: un itinerario a través de la Historia y su proyec-ción de futuro”. Cuadernos divulgativos del Museo, 3, Huel-va 1989. J. Mª Morillas Alcázar : “La colección de pinturasbarrocas del museo de Huelva, un olvido injusto”. En: Delsiglo de Velázquez, arte religioso en la Huelva del siglo XVII,p. 51-66. Gabinete Pedagógico de Bellas Artes, Junta deAndalucía, Delegación de Cultura. Huelva, 1999.

15. G. Ferreras, R. Ojeda, L. Pérez del Campo y E. Villanueva:“Intervenciones del IAPH en instituciones del PatrimonioHistórico: servicios y proyectos de conservación (1996-1998)”. Boletín del IAPH, 25 (diciembre 1998). Sevilla,1998. J. Mª. Morillas Alcázar : ob. cit., p. 61.

16. Orden de 13/10/1998 de la Consejería de Cultura, publi-cada en el BOJA nº 128 de 10 de noviembre de 1998. J.Velasco Nevado: Mateo Orduña Castellano, pintor de Huel-va. Consejería de Cultura, Delegación provincial de Huel-va. Huelva, 2000.

17. J. Velasco Nevado: Historia de la pintura contemporánea enHuelva: 1892-1992. Diputación de Huelva, Servicio dePublicaciones, Col. Investigación, 7. Huelva, 1993.

18. Parece interesante contemplar la Industrialización y suscontradicciones como paisaje idóneo de la producciónartística onubense a partir de finales del XIX. Sobre larepercusión emocional que supone para el onubense labrusca entrada en la Era Industrial, consultar a AsunciónDíaz Zamorano y la bibliografía que aporta en su obraHuelva, la construcción de una ciudad. Premio Díaz Hierrode Investigación 1998. Ayuntamiento de Huelva, Huelva,1999.

19. J. Mª Cuenca López y C. Domínguez Domínguez: “La difu-sión del patrimonio urbano. El diseño de programas y acti-vidades desde la perspectiva didáctica”. En: J.C. Martín dela Cruz y R. Román Alcalá (edrs.): Las ciudades históricas.Patrimonio y sociabilidad, Actas del primer congreso inter-nacional celebrado en Córdoba del 15 al 17 de abril de1999, p. p. 53-60. Córdoba, 2000.

20. Montaner Roselló, J. y otros: Edificios de interés de la ciu-dad de Huelva. Colegio Oficial de Arquitectos, Huelva1978.

21. Díptico divulgativo editado por la Consejería de Culturade la Junta de Andalucía, Delegación en Huelva. Textos ydocumentación: J. Mª Cuenca López; diseño y maqueta-ción: Virfran Publicidad. Huelva, 2000. Del mismo autor ytambién editado por la Consejería de Cultura: CD-ROMTartessos: del mito a la realidad.

22. Mª del Carmen Valdés Sagüés: La difusión cultural en elmuseo: servicios destinados al gran público, p.p. 197. Gijón,1999.

23. C. San Martín Montilla: “La difusión del patrimonio arque-ológico desde el museo. Criterios de difusión”. BoletínInformativo del IAPH, nº 7, p.p. 26-28. Sevilla, 1994

24. J. Mª Cuenca López y M. Martín Cáceres: “La excavaciónarqueológica: un centro de interpretación y difusión patri-monial (Una experiencia en el casco histórico de Huel-va)”. Aula – historia social nº 4, otoño 1999, p. 88-94.Madrid, 1999.

25. Dirigidas ambas por D. Manuel Osuna Ruiz, las excavacio-nes se realizaron en el solar nº 7-13 de la calle MéndezNuñez y en el solar nº 15-17 de la calle Palos. Informespreliminares presentados a la Delegación Provincial deCultura, Junta de Andalucía en 1998 y 1999 respectiva-mente (inéditos).

26. J. Prats, M. Tatjer y A. Villarrasa: “El proyecto Icaria: nuevasformas e instrumentos para conocer la ciudad”. Iber, 24, p.88-97. Barcelona, 2000.

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