10
POSMODERNIDAD EL NEBULOSO SISTEMA POSMODERNISTA Los eoneeptos de posmodernidad y posmodernismo bu sean dar sentido a una aetitud haci a la vida, a un a eierta sensibi lidad y a un et hos Par Alex Pien kn0f]ura Pro fesOf de /0 Umversidad San F ranosro de Qu ito lidad del tr abajo intelec- tual es dar un paso, asi sea timido, hacia la desmi- tificaci6n de la praxis, pa- ra dej ar de entenderla co- mo una realidad Inmuta- ble, como un destino fuera del alcance de la volici6n y conciencia de Ios sere s humancs. Cuando la inquietud es genuina, preguntar es ir ma s alia de 10 inmediata- mente dado, relativizar 10 Que pa r su familiarid ad nos da la sensaclon, a ve- ces engafiosa, de segur-i- dad. Pregu ntar es empezar a salir de las for- talezas psfquicas en las Que la egolatr fa, el nacionalismo jingofsta, el tribalismo, el es- nobismo y ot ra s formas de chauvinismo en- ci err an a las personas. De otro lado, no es obvlo que 10 Que segun Ia ideologfa oficia! en boga es ut i] , realmente 10 sea. No cabe afir- mar concluyentemente que los actuales pa- trones agregados de pr oduccien y consumo- - los cuales, entre parentesis, son pe rfe cra- mente compatibles con una distribuci6n me- nos eatvaje Qu e la vigente de los recursos econ6micos-sea n sosrenibles, y mas bien no es irracio nalla sospecha que 10 conn-arlo es del case , que vivimos un prag ma tismo pro- bablemente suicida. ., , 5 i uno puede darse el _;1 " lujo de trabaj ar en Postmodernismo y las humanid ades, si Ie ha tocado la suerte de "if'" ,._ posmodemidad gozar de una cierta autono- con stituyen una mia y no te ner que luchar a diario para satisfacer sus praxis intelectual nec es idades basicas , es muy McH que se enfrente que interpreta el al prejuicio de que d ed ica ':.p pasado, con fi gura el su tiempo a una actividad imprac tic a, tal vez inserv i- or! presente y se hie. De modo seguramente ,. I f defen s iv o, al cues tiona - proyecta a uturo mie nto sabre la la utilidad '- " del trabajo intelectual, se podrfa responder que es un traba]o que no esta al servicio del culto a las mer canctas. Una posible respuesta en nom- bre de una concepcion esrrictarnente utilita- ria de 10 litH Y 10 practice, serra que quien di- ce querer saber de que sir ven la Hlosoffa, la Hte ratura , los estudios scciales 0 la histcria, esra de antemano convencido de Qu e en el mejor de los casos sirven, como reza el elise, para eru -iq uecer la cultura general, y que es- ta convenctdo de ellc amparado en e1 trtonto y la inexorabilidad aparentes de la racionali- dad tecnico-cientffica, el capitalismo, y los demas iutegrantes del panteon contempora- neo. Pero asi sea con aires de superioridad, con sarcasmo 0 como respuesta a una curio- sidad genuina. el solo preguntar sabre Ia uti- 44 8 z: o u -

EL NEBULOSO SISTEMA POSMODERNISTA

  • Upload
    others

  • View
    4

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: EL NEBULOSO SISTEMA POSMODERNISTA

POSMODERNIDAD

EL NEBULOSOSISTEMAPOSMODERNISTA

Los eoneeptos de posmodernidad y posmodernismobusean dar sentido a una aetitud hacia la vida, a unaeierta sensibi lidad y a un ethos

Par Alex Pienkn0f]uraProfesOf de /0 Umversidad San Franosro de Quito

lidad del trabajo intelec­tual es da r un pa so, as isea timido, hacia la desmi­tificaci6n de la praxis, pa­ra dejar de entenderla co­mo una realidad Inmuta­ble, como un destino fueradel alcance de la volici6ny conciencia de Ios sereshumancs.

Cuando la inquietud esgenuina, pr eguntar es irmas alia de 10 inmediata­mente dado, re lativizar 10Que par su familiaridadnos da la sensaclon, a ve­ces engafiosa, de segur-i­

dad. Preguntar es empezar a salir de las for­tale zas psfqu icas en las Que la egolatrfa, elnacionalismo jingofsta, el tribalismo, el es­nobismo y otras formas de chauvinismo en­cierran a las personas. De otro lado, no esobvlo que 10 Que segun Ia ideologfa oficia! enboga es uti] , realmente 10 sea. No cabe afir­mar concluyentemente que los actuales pa­trones agregados de produccien y consumo­- los cuales, entre parentesis, son perfecra­mente compatibles con una distribuci6n me­nos eatvaj e Que la vigente de los recursosecon6micos-sean sosrenibles, y mas bien noes irracionalla sospecha que 10 conn-arlo esdel case, que vivimos un pragmatismo pro­bablemente suicida.

.,

,

5 i uno puede darse el _;1 "

luj o de t rabajar en Postmodernismo ylas humanidades, si

Ie ha tocado la suerte de "if'" ,._posmodemidadgozar de una cierta autono- constituyen unamia y no tener que luchar a ,~

diario para satisfacer sus z""~ praxis intelectualneces idades basicas , esmuy McH que se enfrente >"'~ que interpreta elal prejuicio de que dedica ':.p pasado, configura elsu t iempo a una actividadimpractica, tal vez inservi- or! presente y sehie. De modo seguramente ,. I fdefen sivo, al cues tiona- proyecta a uturomiento sabre la la utilidad '- "del tra bajo inte lectual, sepodrfa responder que es untraba]o que no es ta al serv icio del culto a lasmercanctas. Una posible respuesta en nom­bre de una concepcion esrrictarnente utilita­ria de 10 litH Y 10 practice, serra que quien di­ce querer saber de que sirven la Hlosoffa, laHteratura, los estudios scciales 0 la histcria,esra de antemano convencido de Que en elmejor de los casos sirven, como reza el elise,para eru-iquecer la cultura general, y que es­ta convenctdo de ellc amparado en e1 trtontoy la inexorabilidad aparentes de la racionali­dad tecnico-cientffica, el capitalismo, y losdemas iutegrantes del panteon contempora­neo. Pero as i sea con aires de super ioridad,con sarcasmo 0 como respuesta a una curio­sidad genuina. el solo preguntar sabre Ia uti-44

8z:ou-

Page 2: EL NEBULOSO SISTEMA POSMODERNISTA

LA ACOGIDA A LAS IDEASPOSMODERNAS

La ampfia difusi6n de los conceptos deposmodernismo y posmodernidad pone enduda el escepticismo dogmatico y soberbiccon el Que el pragmatico sin sentido corminacoge ideas f ilos6ficas. Las palabras no sontan solo palabras. No se trata de pretenderzanjar a prior i la cuesti6n acerca de si lasideas son causas 0 efectos de trenstormecto­nes histdr icas , pero sea como Iuere los con­ceptos de posmodernidad y posmodernismobusca n dar sentido a una actitud bacia Ia vi­da, a una cierta sensibilidad, a un ethos. Asicomo los j6venes de la izquierda hegelianase permitieron desdecir a Hegel, quien aeu­diendo a la (amasa imagen del bu bo de Mi­nerva sostiene en su Pilosoffa del derechoque la filosoffa se Iimita a arrojar una mira­da retrospecnva a 10 acontecido, el posmo­dernismo y la idea de que actualidad es pos­moderna ponen de re lieve el poder del len­guaje, inclusive cuandc se trata de prosa In­descifrable, para movilizar adeptos, dernar­car feudos academicos, aceitar los engrana­jes de la industria del1ibro, redefinir 1a rea­lidad social, revclucionar el trabajo intelec­tual; en fin , producir y no supmamente cons­tater los significados mediante los cuales losseres humanos construimos y reproducimosel mundo.

Los conceptos de posmodernismo y pos­mode rnidad han es tado en circulaci6n du­rante cest dos cecedes. han cruzado Cronte­ras nacionales y culturales, y constituyen lasbande ras de toda una praxis intelectual apartir de la cual quienos adhieren a la causainterpretan su pasa do, configuran su presen­te y se proycctan hacia el futuro. Es inserv i­ble eI prejuicio segun eI cua! eI ideario pes­modernista, al igual que otros idea rios, nosirve para mucho, si es que de algo sirve. Silas ideas posmode rn istas solo tu viesen unefecto exiguo en la practica, entrar en con­flictu discursivo con eI eter posmodernistaseria tal vez improcedente, no porque el de­bate intelectual sea una nimicdad, como su­ponen aqucllos "hombres de mundo" quepretenden monopolizar eI senrido de las pa­labras practica y urn. sino porque hay tareastodavia urgentes. como la de perseverar enla cr ttlca al neoliberalismo, que a pesar deque cree poder impu lsar la racionalizaci6nde los mercados defiende en ultima instan-

cia un sistema econ6mico ineludiblementeirracional.

Mas el que los conceptcs de pesmcderni­dad y posmcdernismo se hayan constituidocomo disposirivos de una praxis te6rica in­discutiblemente ru idosa e influyente no im­plica que sean Jucidos. Es mas, no seria 1aprimera vez que una euca y politica del len­guaje-por no mencionar ideologfas omnia­barcativas, que tienden a ser extremada­mente violenras-cse estuviera apoyando encategorfas vaporosas. Ahora bien, no es po­sib le en un textc ab reviado reconstruir Ce­cundamente la historla de Ia rncsorreposmo­dernis ta 0 delinear siquiera sus contom osactuates. Perc ya la elaboracton crftica dealgunos de los motives menos borrosos dedicha ruosorte es poco alentadora, puestoque pone de relieve la tendencia del idearioposmoder nista a empantanarse en contra­dicciones improductivas. Claro que rasrrearla historia de conceptos, se!eccionar temas 45

(f)

oz:ou-

Page 3: EL NEBULOSO SISTEMA POSMODERNISTA

LA GENEALOGIA OEL ETHOSPOSMOOERNA

eno

~ 46

POSMODERNIDAD

y criticar su incoherencia es particjpar deuna hermeneutlca que podrla ser ajena a lad nica sensibilidad posmoderna, algunas decuyas vertientes niegan La presencia del pa- [Peru que cabe afi rroar en pocas Iineassado en el presente. defienden una suerte de acerca de la genealogla del et hos posmoder-ana r quismo se manncc y festejan el caos no? En lanto que filosofia, el posmodem is-conceptual. Tal vez sea pelulante senata r mo parece cnsta ttaar alrededor del escepn-que es tncobe rente cri ticar en nombre del ni- <:ismo rrente a la rnetaflsica y la concepruali-hilismo todo intento de jerarquizar ideas. En zacion, que en La historia de 1a rncsorre ccct-cualquier caso. ser consecuente con el re- dental ha tenidc diversos exponentes, entreehaze, ya sea pensade 0 irrenecvo, a Ia auto- ellos el nominalismo y su heredero, el ilumj-ridad de todo criterio racionalista de dire- ni smo, e l empir ismo, el posit ivismo y elrenciaci6n entre rnejores y peores ideas im- pragmatismo. Los coeceptcs son abstraccio-plicarta arrojarse al esrudio interminable de nes, y encajan 5610 parcialmente con los par-textos. Inclusive en las librertas que se su- ticulares a los que pretenden rerertrse . EIbordinan a carte cabal a la peculiar lagica eoncepto de caballo es reductive Irente a losdel mercado en paises con una indus- ,_,, -, atributos de los multiples ejempla-tria dinamica del lib ro, encuentra res a los que agrupa. Las filosofiasuno miles de tomos que versan sobre y las teortes sociales mas avanzadasla causa posmodemista. La red in- ensayan una conceptualizaci6n au-fcrmanca global fue aun mas prclifi- tocrttica, que se vale de conceptosca en una consulta reciente: Infoseek para aludir a la insuficiencia de losind uye 8.497 paginas que contienen conceplos para con su ca mpo rere-rererenctas al posmodemismo; Alta- rencial. Weber, por ejemplo, en-Vista menciona 3.393 documentos en 4 t ie nde los co nceplos co mo t iposlos que figura la palabra posmoder- ideales, e insisle en la necesidad denidad; mientras Northern Light apunta a construir constelaciones conceptuale s para17.470 items relativos al posmodemismo y a ernpezar a hacerle justicia a un mundo social3.872 que incorporan el rermino posmoderni- infinitamente complejo y procesal. Un con-dad. Los amigos posmodem islas recorda- ceptc economicista del capitalismo es reduc-r an segurame nte la agudeza con la que rive, ya que pasa por alto las mediaciones po-Nietzsche se mora en Asl hablaba zararustra truces. pstquicas y culru rales, entre otras. dede los mtelectuales convertidos en vacas ru- los tntereses econemiccs de las per sonas.rniantes y compreuderan que la vida es de- Adorno, por su part e, busca - tal Vel infruc-rnasiado corte como para hacerle [usticia a tuosamente---deslinda rse de l idealismo me-la idea de que lodo discurso vale. Por otra diante una cr tuce a 10 que el denomina pen-parte, aproximarse a rextos posmodernistas samtentc identitario. En 1,'1 m arecnca nega-mediante una hermeneutfca dial6gica puede tiva sost tene que el ideal eognoscitivo eon-traer consigo dolores de cabeza difieilmente sistirfa en valerse de conceptos para ab rirsetratables. Si uno recurre a cr iterios de rai- a 10 no conceptual. Wilt lilenstein, en cambio,gambre logocentrica, como el de la crttica Iavorece una suerte de principiu de toleran-rad onal, se expone a que Ie eehen en cara cia epfs temoldgica a partir del cual abogaque burdamente esta mtrcduciendo valores por el reconocimiento de las dtversas mane-Interpretativcs ajenos al objeto de estudio; ras de interpreter el mundo. El posmoder-mientras que 5i busca hacerlo medianle la nismo en sus diferentes vetas no HeRa a es-llamada observad6n participativa, eorre el tar a la altura de las ideas malS avanzadas, ari esgo de violentar el ideal de la agonislica pesar de que hadendose eeo de elias buscadiscursiva defendida por Lyota rd, patriarca en algunas de sus versiones activar un pen-del posmodernismo. Una de las marcas dis- samiento peregrino y ajeno a la sistematiza·t intivas del huidizo ethos posmoderno es que ci6n. Un cierto posmodernismo deriva deha conseguido ampararse en una buena p6li- Hume la tesis de la fragmentaci6n, de [a dis-za de seguros contra la cn tiea, y esa es una persi6n del self. A Nietzsche deben algunosde las razones por las cuales valdria la pena fe Hgrese s posmodernistas el pe rspectivis-desempolvar la palabra burgues aver si exi- mo, es dC(: ir, la decisi6n de dejar de lado latosamente se ap lica a dicha ethos. preocu paci6n que pa reee origina rse en la

Page 4: EL NEBULOSO SISTEMA POSMODERNISTA

POSMODERNIDAD

"....,...-..........~'~-'"iii!iif,. ". -". ~"-',? .~ ,,.~. '- ~ .. ~En armonla con el .conservadurismo "

r europeo, los, .posmodernistas

tienden a repudiarlas filosolla's

racionalistas v:progresistas de la

historia

Grecia antigua pa r encontrar 1a verda d.Schelling anima a algunos a tratar de supe­rar ellogocentr ismo, mientras que Heide g­ger impulsa el rechazo at esencialismo meta­flsico. En armonfa con el conservadurismoeuropeo. los posmodemistas tienden a repu­diar las filosofias racionalistas y progresis­tas de Ia htstor ta. En fin, parece que el pus­modernlsmo amenaza con cuajar como cnti­ca a la creencia iluminista en que e l usc de laraaon habrfa de emancipar a los seres hurna­nos de las cadenas del pasadc, 0 sea, de 10que para los ilustrados es el peso opresivo dela tradlcion, la supersticion, el dogma y 1aobediencia ciega a la au tor idad. No es quehaya mayor claridad respecto de si el posmo­dernismo, en consonancia con el pcsitivismo,valera el mtto de la neutrahdad vator tca ypretende describir "objetivamente" una nue­va epnca en la historia, 0 si se posiciona cMU­camente Irente a la moder-nidad. Sea ello como fue­re, si los posmod ernismosno estan a la altura de lasfilosoffas mas avanzedasde las cuales se nutren, espnrque irreflexiva mente searriman en conceptos hue­cos, a pesar de sus intentosde ironizar el uso de con­ceptos. Es como si la con­ciencia del devenir, Ia dis­persi6n , e l caos y e l con­rltcto discurs ive centradaen el r econoc im iento deque los cimientos teortcosson arena movediza, produ­jera tal vertigo que los via-jeres posmodernos necesi-tasen refugia rse nos talgi-camente en categorias etereas convert idasen nutos fun dacional es. Los conceptos deposrnodemismo y posmodernidad pretende na nivel de los sfmbolos suturar, para hacerrefe re ncia a la metafora medica preferidapor Lacan, una realidad traumatizante.

UNA BORROSA AMALGAMA

Mediante el concepto de posmodernismose designa una borrosa amalgama de ideasIilosofioas, polnolegicas, scciolegicas, anrro­pol6gicas y estencas a par t ir de las cuales seofrece una Iecrura del presente. En ot ras pa­labras, esas ideas son ins t rumentus con losque se pretende ordenar, clasificar, categorl-

za r , es decir , dar coherencia a un campo in­telectual y a una realidad social que no obs­tante han sido interp retados por los posmo­dernis tas como para ldgicos-c-como 10 pen­dria Lyota rd- , frag mentados, desestructu­r adns, conflict ivos. Tambien la meta ffsicaposmodernista- una verdadera et ica y polit i­ca del discurso, las lnsrltuclones academlcas,la cultura popular, el arte y las relacionesentre las personas--quiere consrituirse comosistema conceptual cerrado, mas los concep­tos-paraguas mediante los cuales trata deproregerse de la tormentosa realidad socia l­de nada serviran para impedir el inevitablenaufragio, hoy en dia en ciemes, de dichametaffsica.

Por mas que uno plantee la pregunta , queson la posmodernidad y el posmodernismo?r econociendo que los te rmmos en cuesnonson polisemicos, no deja de exponerse a la

sosp echa que esa preguntae s tendenciosa. De sd ecierta lectura, la pregunt aparece dar por sentedc 10que e l posmodernismo, almenos en algunas de sus en­carnaciones, pone en duda,y es el uso esenctattsta delIen gu aj e. La pr egunta sevale de una de las conjuga­ciones del verbo ser , verbaque segrin ciertas crtttcasposmodernistas a la metafl­sica fun ge como diabolicomercenar io de un pensa ­miento cuyo nefasto, insi­dioso y no del todo domeiia-do poder se ha centrado enla categorizaci6n, en la asig­naci6n de identid ades inmu-

tables. , Por que suponer de antemano quehay un solo posmodernismo 0 que la palabraposmodernidad tiene un referent e unfvoco?,Que autoridad cobija a Arist6teles , pa reeenpregunta r los que se oponen a la cancniza­ci6n de ciertos texros de la filosolia occiden­tal, cuando en nombre de la tira nfa logocen­m eta desaconseja, 0 tal vez busca proscri­bir , el uso equfvoco de los conceptos? Ade­mas, como nos 10 recuerda Foucaul t, ap6stolde algunos de los posmod ernismos, a tododeseo de saber 10 impulsa una voluntad depoder, o-siguiendo a Horkheimer y Adorno­- de dominacien conceptual de la natura leza.A los posmndem ismos, si algo los define, esuna cierta hostilidad para can todo intento de 47

U)

oz:ou

Page 5: EL NEBULOSO SISTEMA POSMODERNISTA

if)

oz:ou- 48

POSMODERNIDAD

defmirlos. cion entre saberes locales y discursos uni-Se podrla alegar, claro esta, que Lyotard versaljzantes a la cri tica al imperialismo tea.

esboza algunas de riniciones. En su - fnroe- rico, a logocracias que como en el caso de Jame" acerca de 10 que tconoctastamenre con- internacional neoliberaJ menosprecian lascibe como eJ estado actual del conocimiento, diferencias, cae en et nihilismo del todo vale.Lyotard define et posmodernismo como un Lyotard concibe el espacio de la comunice-movimiento eminentemente esrencc opuesto ciOn como un espacic descentrado en ...1 queal CUIIO modem ista de 10 nuevo, y 13 condi- a ningUn ideario Ie corresponde la primadacion posmodema como ta inc redulidad fren- moral, politica 0 epistemologica , excepte quere a narranvas omnicomprens ivas. Las defi- La condici6n posmoderna perece presupo-nid ones de Lyotard dan 1.1 imprestcn de ser ner 1.1 superioridad de una etica del disenso.credulas y de afincarse en un discurso que, EI elogio abstracto y ahist6rico de 1.1 poliva-como suele suceder en cases de ccnructc. se lencia, sin embargo, no encaja con 1.1 ontolo-mimetiza a su adverse- gla del presente. Las etica s que rectaman 1.1rio, es decir, a 10 que el r-:;'].;:;z::;;;:p.7 --,validez universal de 1.1llama met anarrativas. tolerancia son hoy enPero es pr em atu r e dfa extemporaneas, yacusar a Lyota rd de pasan par alto 10 into-se r in conse cuente . lerantes que son lasUna acusacton de esa practices econcmtces,indole coloca a Lyo- culturales, potrttcas ytard en el terreno con- eco fogicas vigentes .ceptual que el parece 1\0 deja de extranar 10querer no prsar, a sa- en rai zada s que estanber , el del fundacio- algunas formas tradi-nalismo, valga el an- cionales de dominaci6ngli cismo. De sp uh incl usive e n aquellasde todo, el princip io instituciones en los An-de 13 no contradic- des hodiernos cosmopo-cion y 1.1 entice a la litamente comprometi-incoherencia perte- das, .11 menos dientesnecen .11 espacio de para afuera , con 1.1 im-1.1 16gica deducuva, portacion de valores Ii-que como uno de los berates. Perc ser ta in-pilares del pensa- justo dejar de recoeocermtento occidental que en va rias en lidadesha privilegia do e l comerctetes, medicas, in-ideal de 1.1 de mos- dustr iales y educativast r ac ten racional, ~s:~~ que pretenden eternizares decir, de 1.1 de- ,. el sis tema de 1.1 hacienda,mostracicn a base . -- - I el amo patron ha aprendi-de fundam en tos..~:-:::-:=:::;;:--__...:._-..:~~- 1O<nr~ do a usar tarjetas de ere-Desde una perspecttva ractonalts- dito. Es de suponer que elte, el libro La condtcton posmoderna apare n- sincretismo htstortco de tales lnsntuctonesta viajar a toda velocidad y sin frenos hacia se presta para una lec tura posmndemtsra,el pantano de fa contradicc ion, pues da por mas no hace falta acudir a una mala muletasentada la superioridad del juego dellengua- conceptual en ares de atumbrarlo. Abogarje a partir del cual se afirma que no hay ma- pol' que se tolere el presente es abogar porianera de ubicarse fuera del espacio de 1.1 ago- aceptaci6n de 1.1 intolerancia sistematizada.nlstica de los juegos de lenguaje para diri- Cabe acotar que la aporia a 1.1 que conducemir los ccnfltctcs discursivos. Mas no se co- el rechazo metafisico a 1.1 metaffsica no esnoce forma alguna de demostrar 16gicamen- privati va de Lyota rd, Rorty afaba el concep-te la validez de un discurso. Lyotard tncu- 10 kunderano de liviandad y las supues ta-rre, mas bien , en una falacia eminentemente mente posmetaffsfcas , livianas, ex perimen-moral y pnhuca. Luego de-intencionada- tales y pl.bticas ide ntidades liberales. Demen te 0 no--cont ribuir mediante 1.1 diSlin- manera esencialista, y con todo el peso de su

Page 6: EL NEBULOSO SISTEMA POSMODERNISTA

enoz:ou-49

Con laposmodernidad., ..

'se hageneralizado la

incredulidadfrente a losdiscursos

omniabarcativos

C~N es su bruj u­la moral y poltti­ca. Ta mbien esespecula t iva lainte rpretaci6nde Lyota rd delmar xismo y laciencia. Es in­dud ab le queentre el es tan­ca mi ento, laanomia y el ci­nismo que ca­racterizaronal burocratis­mo sovieticc,p ar a no ha ­b lar de labarbaric es­ta lin is ta, yla idea deun a soc ie­dad en laque los in­di vid u o sse a uto­c r ea r ia ncomo se-r e s hu -

l ---~=:.~~~;;~ man os u-ores y solidarios, hayuna brecha abismal. Tempo­co cabe duda de que el cienti­ficismo pierde de vista la in-capacidad de la ciencia paradar r e sp uesta c ient if ic a apregunta s cr ucia les, comoaquellas que indagan acercade la funcien social y la de­seabiJidad de la investigacioncientifi ca y las innovacionesrecmca e. Pero Lyotard dejade lade la incredulidad al in­ter pr eta r el marxismo y laciencia como si el colapso delsocialismo burocrattcc y lasrigideces de la ideologia cien­

tificista fueran todo 10 que cabe decir sobrelos textos de Marx 0 sobre la relaci6n entrelas ctencias experimentales y la sociedad. Abase de una lectura reduccionista del mar­xismo y la ci encia moderna, Lyotard lostransfor ma en metanar rauvas. Parecer iaque estuviese proyectan do, en el senti dofreudiano del termina, el espiritu de sistemacaracteristico de La ccndictc n posmoderna,

,•1

infundada fa­rna, sin ember ­go, Ror ty s ec o m p r om e tecon una metafi­sica, etica y polf­tica de las identi-dades personalesal insis ti r en lasuperiori dad delconc epto li ber alde libertad. Dichoconcepto no se li-mita a figurar enel campo de las dis­putas filo sOfica s;una de las ve r sio-nes de ese concep-to, por ejemplo, s ir-ve de munici6n en elarsenal de los inge ­nieros secretes neoh­berales.

La idea de que seha gener alizado la in­credu lidad fr ent e adiscursos omniabarca­t ivos. entre los cualesLyotard ubic a a lacienc ia expe rimentalmoderna y al mar-xis­mo, podr ia mterpretar­se como una reformulaci6nde la teorte weberia na de ldesencantamiento del m un­do. Claro que a diferenciade Weber, Lyotard se quedacon un fil osofema , puesguarda silencio acerca de lalocalizacion historica, gee­gra fica. cultural e institucio­nat de la incr edulidad. i.Aquienes cobija la incred uli­dad? ,A quienes les sirve demuleta? La espec ulaci6ndesmaterializada puede con-ducir a pensar premature-mente que ciertos suenos se han heche reali­dad. Lyotard escribe como si la utopia de uncam po dis cur-s iv c descentrado hubierareemplazado a las est ructura s ccmuntcatt­vas contemporaneas, que no han dejado deconcentrar en pocas manos un poder avasa­llador. Lo unico descentrado acerca de SonyEntertainment, el imperio noticioso de Mur­doch, el conglomer ado Time-Warner 0 la

Page 7: EL NEBULOSO SISTEMA POSMODERNISTA

POSMODERNIDAD

Otrosposmodernismos

parecenreproducir 10 que

se ha estadoreprochando almodernismo, a

saber, el cullo de10 nuevo

Cf)

oz:ou- 50

en 1a compleja historia de formaciones dis­cursivas adversarias. En todo caso, mien­tras Weber sostiene que la modernizacien enOccidente es desacralizante, que el desarro­llo de la racionalidad recntco-ctent trtca va dela mano de la desarticulaci6n de cosmovtsto­nes rruticas, animistas, magicas y religiosas,Lyotard sugiere que 1a hegernonfa de dicharacionaiidad ha entrado en crisis, que 1aciencia universalista se apoya en un mito enproceso de desmantelamiento, segun el cuale l conocimlen to cientifico es superior a lasnarrativas locales. Parece, entonces, que 1afilosofia de la historia que Lyotard prefiereno es rupturista . Lyotard estaria entendien­do la posmodernidad como la continuaci6nde Ja des mitoJogizante modernidad, ilumina­da magistralmente por la soc iologia weber ia­na. La di ferencia entre Lyotard y Weber ra­dice en que e l primero arroja una mirada es­ceptica a formaciones discur-srvas e instituciones que para­d6jicamente habr tan sido entiempos mode rnos acrft ica­mente aceptadas. Es dec irque la posmodernidad, tal co­mo Lyotard aparenta conce­b irla, no r ompe definitiva­mente con et pasa do. El pos­modernis mo e n a lgu nas desus vetas rechaza el mito de 10radicalmente nuevo y el opti­mis mo f ut urista can el quedesde Baudelaire se identificaa una modernidad en busca dee nte rrar el pasado. De a hfque en nombre del posmoder­nismo se privilegie a veces e lconcepto de nosta lgia, y queen pel fc ulas como la salvaj e Pu lp fiction , pa ­ra menctona r uno entre mu ltip les ejemplosposible s, se ci te fragmentos ffl micos de lahisrorta del cine. Mas aun, el concep to deposmodernismo se ve ocasicnalmente con ­vertido en chicle . En junio de 1997, un mi­stonero de la nueva fe , enojado profunda­mente can la tesis habe rmas iana segun lacual Foucault incurre en una cont redtcctonrealizativa cuando argumenta que la volun­tad de verdad refleja una vcluntad de poder ,as evero que Plate n ya fue posmoderno. Laidea es que como Der r ida mantiene que a labusqueda log ocentrica de la cohe rencia laimpulsa un deseo, y como Pla ten sosnene enIa Republica que a la dialectica la anima eldeseo de alcanaar la sab iduria, ergo Plat6n

esta entre los posmodernos. Si el pos moder­nismo t ie nde a cr ista liz ar al rededor de laidea del descent ramiento del campo intelec­tual, si es que se inclina a cnttca r la monopo­lizaci6n de la autoridad discursive, entoncesdificilmente cabe susc ribir lo y a la vez des­califica r perlas conceptuales como las queencier ra e l intento de convertir a la filosofiaplat6nica en un ejemplo de la mada intelec­tua l de turno.

Otros posmodernismos pa recen reprodu­cir 10 que se Ie ha estadc reprochando al mo­dernismo, a saber, el culto de 10 nuevo. Tr iasy Argullol sospechan que eetamos viviendeun cambio epocal, cuyo telos no divisan, percque les pa rece qu e apunta a la resacraliza­ci6n del mundo, a la recupe raci6n del mito,par ejemplo. En una conferencia que Ar gu­1101 dio en Quito hace algunos an os sos tuvcque a la soc ieda d solo puede ve rtebra r ia el

mito, y que la cr itica racio­nalista tiende a ser un di­solvente de los laws entrelas perso nas . Per o serfainco r recto identif ica r lamode rnidad excfusivamen­t e can el desenca ntamientodel mundo 0 con el dominioabsoluto de la racionali dadins trumental. AI menos,como inte rpretaci on de latecrfa weber- lana de la di­seminaci6n de la racionali­dad occidental 0 como in­terpretaci6n de la Dialecti­ca del iluminismo de Hark­heimer y Adorno, esa con-cepci6n de la epoca moder­na es reductive. En la Eti­

ca prctestante, Weber anuncia, algo ne bulo­samente, e l surgimiento de nue vos dioses,mie ntras que Adorno y Horkheim er conct­ben el cientificismo, la tendencial planetari­zacton del calculo econ6mico y 1a profundi­zaci6n, ciertamente en el mundo norat lanti­co, de la dominaci6n bu rocratica de los ind i­viduos, como indicios de una ilustraci6n fa­llida , que deviene en su contrario, el mito.

A pesar de que los posmoderrusmos pa re­ce n coincidir en su aprobaci6n de un pen sa·mientc peregrino, que se nut re del perspec ti­vismo y deve nir nietzscheanos y de la ideade la realidad como un horizonte hermeneu­u co abierto, algunos de e llos se afe r ran auna reificaci6n, a la equivocada rests de quela era de la desmitologizacion ha lIegado a su

Page 8: EL NEBULOSO SISTEMA POSMODERNISTA

fin . Cabe agreger que Weber entiende susconcepres como tipos ideaJes, como cons ­rrucctones lnpoteticas abocadas a ordena rconceptual mente una parte de la infinita­mente compleja realidad empirica, mientrasque 1a Dialectica del i1uminismo es ta cons.cientemente estructurada como una conste­!acion de fragmentos filos6ficos . En todo ca­so, si se insiste en periodiza r la histor ia demanera rfgida , como si una supuesta epocaposmodema se deslindara de La desencanta ­da modernidad, y pocas rereas mterpreteti­vas encier ran tantas dificu ltades como el in­tento de periodiza r la historia , se pierde devista una de las marcas distint ivas del mun­do moderno, inde pendientemente de et seafirma que la modemidad empleza en e l si­glo XVI, como sugtere Habermas, a fines delXVIII , scs un la pre ferencia de Foucault , 0como Iuere . Se pierde de vista que a la pro­pagac ion de la racionahdad tecntco-ctcnttn­ca, a la conversion del homo economicus enmode lo de la identidad personal y a la secula­rizac i6n de la autoridad politica, las ha acorn­paf iado la idoLa tria de Ia ciencia y la tecnica,la deificaci6n de las mercanc tas y la obse­cuencia I rente al autoritarismo polIt ico. Sibien habrja que respaldar empfricamente larests ante r ior , no serta infructuoso orientarLa invesliRac i6n a partir de la idea de que,mienreas la ciencia y la tecnica se han ampa­rado en una especie de rel igion, el cientifi­ctsmo; e l Mercado se ha anidado en un ethoseconomicista y en el hechizo de las mercan­etas , y la hoy en dia terrena au toridad politi­ca no ha dejado de apoyarse en la fe en unpoder aglutinante, como es el case de los mi­tcs naciona tis tas . En resumen, el posmoder­nismo se tamba lea entre concebtr La posmo­de rnida d como la prolongac i6n 0 como elreemplazo de la e ra moderna. Tampoco estaclare, como 10 ha senalado John McGowan,si el posmode rnismo celebre el supuesto ad­venimiento de la posmodernidad como sifuera una epoce de pluralismo moral y politi­co, 0 si 10 crit ica en tanto que consolidacinndel dominio de la racionalidad instrumental.De cualquier modo, podria pa rece r c rasa­mente incoherenre la rests segun la cual hayun posmodernismo crfticc. La crit ica, comodir ia Habe rmas, pretende se r va ltda; 0 seaque presupone que es su perior epist emica ymoralmente a su objetc . Los posmodem is­mos, sin embargo, dan la impresion de cen­t ra rse en el elogio del descentramiento dis­cu rsivo. Un posmodernista cntico podria tal

- ......v e zsostene r que, asf como el Wittgenstein delTractotus y sus admiradores posit ivistas vene l cientificismo como la ult ima metafisica ,como una escatera desechable que deberialIevar a la cumbre de una filosofla entendidacomo la sintaxis 16gica de la ciencia , la cr !ti­ca a la tendencial globalization de la raciona­lidad ins trumental es tarfa sembr ando e lcampo para que por fin floreciera e l respetoa las diferencias, a la otredad. Como fuere ,el pos modernismo crruco no es s ino un ex­t racto del licuado de ideas hallables en obrasde Marx, Schelling, Kant, Hegel , el Romarm­cis mo aleman, Heidegger , Adorno y Hork­heimer, Levinas y el Husser! de La c risis delas c tenctas europeas y la fenomenologiatrascendental , entre ctros . y no esra claroque es 10 que se obtiene colocando esas ideasbajo la sombra del posmodernismo. Perc siuno de los posmodemismos es abiertamenrec rit ico, los presuntamente liberales posmOo

-t---< '. -.. ,

51

sooz:

B

Page 9: EL NEBULOSO SISTEMA POSMODERNISTA

POSMODERNIDAD

La transmision deconocimientos

cientrlicos l iendea afincarse en

una concepciondesmalerializaday deshistorizada

de la practicacientifica

enoz:ou- 52

dernismos de Rorty y Lyotard, que se post­cionan escepticamenre Irente a la crftica a laideologia inspirada en Marx y al tntento psi­coanalftico de desenmascarar la subjetivi­dad, no dejan de cobrar forma por la via dela crftica , de 1a exclusi6n de altemarivas dis­cursivas.

Los lenguajes extstenres identifican, re­cortan, seleccionan su cam-po referendal. Mediante laconceptualizacion se clasifi­ca y se categoriza el mundo,se introduce diferencias enel y se 10 somete a critica,en el sent ido de separar ydiscr im inar , que e l verbocriticar encie rra. Por masque se use el lenguaje Iudi­ca. sarcastica, ironica 0 eini­camente, todo acto discursi­vo activa valores, preferen­cias, inclinaciones , prejui­cios, intereses y paaiones.Incl usive postulados ctenu­ncos aparentemente incon­trovertibles, como la ley dela gravitacion universal, ca-nalizan valores inst ltucionales, incorporandiferencias de poder, a puntalan interesescngnoscit ivos y expresan pasiones- Ia pa­slon por 1a teorfa, por ejemplo. A pesa r deque se tiende a ensenar las ciencias natura­les como si constsrteran de verdades puras,t rascendentes e inrnurables, toda asevera­ci6 n cient lfica se convier te en una abstrac­cion vacfa s i se la aisla de las ci rcunstanciasmateriales en las que se ve producida. Losenunciados cientificos encierran toda unahistcrfa, la hismria , por ejemplo, del connie­to que la ciencia moderna entabla con la as­rrologfa, la alquimia, el mito, la superstici6n,la magia y la fe. Como 10 ha anotado Feyera­bend, en tanto que en el ambi to de la docen­c ia la t ransmision de conocimientos cient ff'i­cos riende a af incarse en una concepciondesmarenalizada y deshistcnzada de Ia prac­tica cient lfica, esta se convterte precisamen­te en aque llo que dice no ser, es decir, endogma. Los posmodernismos parecen quecoinc iden en querer deconst ruir las preten­stones universalistas del logocentris mo, enrechazar cnncepciones naturalistas de l len­guaje y en poner en duda la idea de que laverdad consistc en la correspondencia ent reel lenguaje y su obje to. Pero al combatir elrealismo, el obje tivismo y el natura lismo

dogmaticos y s implis tas insis t iendo en e lperspectiv ismo, en la ineluctabilidad de lainterpretacion y en la elasticidad hermeneu­tlca, uno no se despoja de todo compromisoonto16gico y vatortco. El liberalismo, el rela­tivismo, el pluralismo e inclusive el nihilis­mo deben ser entendidos como ericas mini­malistas, perc de todas forme s como ences.

T ienen raz6n los posmoder­nistas cuando sostienen quelos compromisos te6r icos ,morales y estencos no sonpusibles de fundamentaci6nte6rica. Quienes de form acienti f icis ta han asum idoque conocer implica cono­cer apodfcticamente, es de­cir, segun los canones de lademostraci6n logica y ma te­matica, han perdido de vistaque s u e pis te mo log ia nopuede ser fundada de la maonera en que proponen esta­blecer la validez de los co-nocimientos. A la creenctaen que la ce rteza es desea­ble no la apuntala ciencia

exacta elguna. Pe ro de eso no se sigue queno hayan buenas razones- no se a lude arezones concluyentee, que son proba­blemente ina lcanzables- pa ra dife­renciar entre mejorcs y peores mo­des de relacicnarse con la natura­leza y con [as demas personas, 0ent re maneras bonda dosas yviolentas de formar a las futu­ras generaciones. No se pro­cede more geometrico euan­do se razona en co nsona nciacon Plat6n que para esta r biencon los demas es necesaric quecada uno este bien constgomismo 0 cuando se ade lan­ta la tests segun la cua!hace r vtot encta es ha­cerse vtotencia. perc elque no se proceda moregeometr ico no implicaque quepa s itua r di­chas ideas en e l mis­mo plano mora l que laba rba r ie . Un c ie r tcposmodernismo ha con­tribuido a erear un climade qucmc import ismo, yta l vez tambien de 10 que

Page 10: EL NEBULOSO SISTEMA POSMODERNISTA

Nietzsche llama Schadenfreude , es decir, ale­gr ta freme a la desgracia. Claro que a 1.1 luzde un en extrema destructive siglo XX en vis­peras de verse clausurado cabe examiner erl­ticamente las filosofia s progresistas de la his­torte que contribuyeron a pone rlo en marcha.Pero ello no significa que debao tener la ulti­ma palabra aquellos posmodernismo s que secen t ra n en la tesi s del descent ra miento delespacio comunicativo, reclaman para slla au­to ridad discursive pa ra abogar a destiempopor el an arquismo moral, de sconocen su crtti­ca a los discursos crlticos, y a pesar del ruidoque anuncia el fin de las ideologlas defie ndenuna ideologia dedicada a silenciar a la crtncaa l capitalism o contemporaneo. Dicha criticase rehusa a contemplar ludicamente la ent ro­nlzacion de un prcductivismu y consum ismorapaces. de una racional idad administretiva,tecnica y cie nttfica suicida.

Sin emba rgo, tampoco la crmca al posmo­dernismo debe a r rogars e Ia ultima palabra.La volunta d de construir sis temas cerradosde pensamiento no esta exenta de responsabi­lidad frenre a los crfmenes del totalitarismo.La conceptual izacion, que es reificant e parantonomasia, dificilmente puede hacerle jus­ticia a un concepto polisemlco como el de pes­modernismo, que pretende refer ir se a proce­50S culturales, politicos, sociales y economi­cos enor memente complejos. Mas el posmn­dernismo, con la posible excepci6n de su ver-

BIBLIOGRAFIA ABREVIAOA

- ADORNO, Theodor , Negative Dialek­tik, Francfor t, 1996.

- BAUMAN, Zygmunt, Post modern et­hics, Oxford, 1993.

- FOUCAULT, Michel, Vigilar y casti­gar, Mexico, 1976.

- "What is enlightenment?" e n TheFoucault Reader , ed. Paul Rabinow, NuevaYor k,1984.

- GELLNER, Ernest, Postmodernis m ,Reason and Religion, Lcndres, 1992.

• GIDDENS, Anthony, T he consequen­ces of modernity, Stanford, 1990.

- HABERMAS, Jurgen, Der philosophis­che Di sku r s de r Moderne , F rancfort ,1985.

- H ORKHEIMER , Max y ADOR NO,

POSMODERNIDAD

tiente arquitect6nica, pa rece resfsnrse a lacomprensi6n, por mas comprometida que esrecan la exigencia moral de mant enerse abiertaal dialogo her meneunco. EI posmodernismoba ila s imult<i neamente en por 10 menos dosfiestas: es el sella de una metaffsica que pre­tende pa rcelar categdricamente la historia yes rambien un concepto comodin, que por bus­car Huminar inclusiv e la situaci6n social delos Andes precolombinos, como anotaba f er­nando Bustamante, que por querer decir lo to­do, t ermina difuminandcse hasta no decir na­da. Habiendo activado el piloto aut omatico,es faci l interpreter 1a preemine nci a en elmundo an dino del eufemismo, el barrcquis moen las formas de conducta y el nietzscheanobaile de mascaras como pruebas del a rribo dela posmodernidad 0, quien sabe, de su vigen­cia desde t iempos remolos, como si las ab s­tr usa s ideas de Baudrillard por fin hubiesenencontrado un referente. Ma s se puede pen­sar el exuberante mundo andino de manerasin finitamente productivas si n te ner mecant­camente que refugiarse en la nueva metafisi­ca, la cual se a finca en ccncepros si n dudasexy, pero no obstant e amorfos. No se t ratade revivir el cadaver de la historiografia posi­tivista, que solo dura nte un cortu tiempo logr6camuflar los compromisos ontol6gicos y val6­ricos que la orientaban. Pero en tanto que fi­losofia de la his toria, el copioso posmode rnis­rno es, nasra nuevo aviso, esotertco.

T heodor, Dialek t ik der Au f k larung,Francfort, 1969.

• J AME SON, F rederic, Post moder nismor, t he cu ltural logic of capitalism, Dur ­ham, 1991.

- LYON, Da vi d, P ostmodernid ad , Ma­dr id, 1996.

- LYOTARD, J ean-FranVois, "Intima esel te rror" en Moralidades pos moderna s,Madr id,1996.

--- La cc ndicicn postmoderna, Ma­drid, 1994.

- McGOWAN, J ohn, Postmodernism andits critics, Itaca, Nueva Yor k, 1991.

• ZIZEK, Slavoj, The sublime object ofideology, Londres, 1989.---" M u l t i c u l t u r a l is m-a new r a.

cism?" en new le ft review, 225, septiem­breJoctubre 1997.

53U)

oz:ou-