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EL NEGOCIO JURÍDICO

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Page 1: EL NEGOCIO JURÍDICO

EL NEGOCIO JURÍDICO

I. DEFINICIÓN DE NEGOCIO JURÍDICO.

El negocio jurídico es toda declaración de voluntad destinada a

producir efectos jurídicos. Otras definiciones señalan que, el negocio

jurídico constituye un hecho jurídico voluntario caracterizado por ser

“lícito”1 en el que se manifiesta la voluntad con el fin de crear

derechos y deberes en una relación jurídica2.

Juan Espinoza Espinoza3, siguiendo a la doctrina italiana, define al

Negocio Jurídico como un acto de autonomía privada; es decir,

constituye un acto en virtud del cual el individuo regula por sí mismo

los intereses propios en las relaciones con otros sujetos.

Es así que este autor señala que la “Autonomía de la Voluntad

Privada” es un poder que el orden jurídico confiere al individuo para

que gobierne sus propios intereses y siempre que no se afecte los

limites establecidos, por ello, el negocio jurídico se fundamenta en la

autonomía privada para crear normas de conducta entre particulares

que al adquirir derechos y obligaciones cumplen con la finalidad de

generar efectos jurídicos.

El mismo autor, caracteriza a esta figura conceptual por su

historicidad, por su abstracción y por su instrumentalidad, ya que

constituye un concepto que ha venido desarrollándose gracias al

estudio de las Pandectas de Justiniano de la época de la civilización

1Lo “lícito” hace referencia a todo aquello que siendo conforme al ordenamiento jurídico imperante también lo es con el valor de la Justicia, mientras que lo “ilícito” por el contrario contraviene a ese ordenamiento jurídico y afecta el valor justicia.2 La “relación jurídica” es entendida como aquel vínculo que une situaciones jurídicas. La “situación jurídica” no son más que la posición que ocupa un sujeto con respecto a otro, sea para exigir un derecho o para cumplir un deber.3 ESPINOZA ESPINOZA, Juan; “Los Principios contenidos en el título Preliminar del Código Civil Peruano de 1984”; Fondo Editorial de la PUCP; 1º edición; Lima 2003. Pág. 227

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romana, convirtiéndose en un Supra Concepto aplicable a diferentes

figuras del derecho, y que además revela ser un medio al servicio de

los interesados para reglamentar su esfera jurídica siempre con las

limitaciones impuestas por el ordenamiento jurídico.

II. EL HECHO JURÍDICO Y SU RELACIÓN CON EL NEGOCIO

JURÍDICO.

No podremos comprender el negocio jurídico si no comprendemos

primero al género al que este pertenece, por ello, nos toca ahora

desarrollar algunas ideas respeto a lo que se conoce como “Hecho

Jurídico”.

Partiremos en decir que, un hecho es un acontecimiento, una

situación que cambia la realidad en un momento determinado, por su

puesto, no todo hecho tiene relevancia jurídica, pues existen

acontecimientos que tienen efecto jurídico y otras no, por esa razón,

para que un hecho sea jurídico, el orden jurídico imperante debe

atribuir alguna consecuencia jurídica a algún acontecimiento

relevante que se haya producido. Todo hecho por sí mismo no

produce efectos jurídicos, sino que ello lo determinan las leyes.

En ese sentido, podemos clasificar los hechos jurídicos de la

siguiente manera:

1) Hechos Jurídicos Naturales : Son aquellos acontecimientos en

los que no participa la voluntad humana, existiendo más bien, una

presencia de los fenómenos de la naturales, los cuales no dejan

de tener relevancia para que las leyes le atribuyan efectos

jurídicos. Ejemplo: el nacimiento, la muerte, la desaparición, la

minoría de edad, la mayoría de edad, el transcurso del tiempo,

etc.

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2) Hechos Jurídicos Humanos : son aquellos en los cuales es

relevante la voluntad humana. A su vez, los hechos jurídicos

humanos se subclasifian en:

2.1) Hechos Jurídicos Humanos Involuntarios: son aquellos

hechos que realiza el hombre, pero que cuya consecuencia no es

deseada e incluso pueden haber sido realizados sin

discernimiento.

2.1) Hechos Jurídicos Humanos Voluntarios: son aquellos

hechos que se realizan con discernimiento, intención y libertad. El

discernimiento es la madurez intelectual para razonar,

comprender y valorar el acto y sus consecuencias; la intensión es

el ejercicio correcto del discernimiento; y la libertad es la facultad

de elección entre varias opciones. Estos hechos se distinguen en:

III. NEGOCIO JURÍDICO Y ACTO JURÍDICO.

III.1. DIFERENCIAS EN LA DOCTRINA

III.2. POSTURA QUE ASUME NUESTRO ORDENAMIENTO

JURÍDICO.

IV. CLASIFICACIÓN DE LOS ACTOS JURÍDICOS.

V. REQUISITOS DE VALIDEZ DEL ACTO JURÍDICO.

ACTO JURÍDICO Y NEGOCIO JURÍDICO

Para el Derecho peruano, las expresiones acto jurídico y negocio jurídico son

sinónimas. La distinción entre ambas expresiones es solamente doctrinaria.

Los romanos conocieron instituciones jurídicas particulares, matrimonio,

testamento, compraventa, sociedad, etc., pero no conocieron una teoría

general del acto jurídico. La elaboración de una teoría general sobre el acto

jurídico se inicia con los “Pandectistas” alemanes en la primera mitad del siglo

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XIX. Se denomina Pandectistas a los estudiosos de las Pandectas o Digesto de

Justiniano. El Digesto contiene las opiniones de los más grandes juristas

romanos como son: Papiniano, Ulpiano, Gayo, Paulo, Modestino, Marciano,

Celso, Pomponio, Juliano, entre otros.

Los Pandectistas alemanes denominan acto jurídico a todo acto voluntario que

produce efectos jurídicos, así, por ejemplo, un homicidio es un acto jurídico

porque es un acto humano voluntario que tiene consecuencias jurídicas como

la obligación del homicida de indemnizar los dañosa los herederos de la

victima; una compraventa es un acto jurídico por ser un acto humano voluntario

que tiene efectos jurídicos consistentes en que el vendedor debe entregar el

bien en propiedad al comprador y éste pagar el precio a aquél. Para incidir en

los efectos como un elementó característico del acto jurídico, algunos

pandectistas lo denominaron acto jurígeno o jurigénico. El acto jurídico es tal

porque tiene efectos jurídicos, pudiendo ser lícito o ilícito y el negocio jurídico

es el acto jurídico lícito. Es decir, entre acto jurídico y negocio jurídico hay una

relación de género a especie. Todo negocio jurídico es un acto jurídico lícito,

pero no todo acto jurídico es negocio jurídico, porque hay actos jurídicos que

no son lícitos sino ilícitos.

Los pandectistas al revisar el Digesto encontraron, por ejemplo, que al regular

cada negocio jurídico se exigía que el agente sea persona capaz, advirtiendo

que en vez de repetir la exigencia de la capacidad para cada negocio se puede

establecer una regla general, común para todos los negocios, que disponga

que la capacidad es elemento esencial de todo negocio jurídico. De este modo

es como se comienza a elaborar una teoría general sobre la capacidad, otra

sobre el objeto, sobre la forma, sobre las modalidades, sobre los vicios de la

voluntad, sobre las nulidades, etc. Esta doctrina alemana pasó a Italia donde

alcanzó un alto grado de desarrollo. De Italia pasó a Francia, pero en el idioma

francés no hay una palabra que se derive del latín negotium, por lo que la

doctrina francesa generalizó la expresión acte juridique para referirse a toda

manifestación de voluntad con el fin de producir efectos jurídicos (significado

del negocio jurídico de la doctrina alemana e italiana). En el idioma castellano

los términos negociar y negocio derivan, del latín negotium, sin embargo,

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España adoptó la denominación francesa de acto jurídico con la significación

del negocio jurídico de la doctrina alemana e italiana. Todos los países

latinoamericanos, sin excepción, también han adoptado la denominación de

acto jurídico para referirse a los actos voluntarios lícitos con fin inmediato de

producir efectos jurídicos.

A nivel La teoría del negocio jurídico —dice Stolfi-— es de formación

relativamente reciente; fue delineada por los iusnaturalistas alemanes del siglo

XVIII y recogida a continuación por los pandectistas. Los juristas italianos

reelaboraron magistralmente la teoría, llevando su desarrollo a grados de

profundidad y coherencia notables. La teoría es el resultado de un detenido

proceso de síntesis, abstracción y generalización que ha permitido sacar de

diversos actos particulares, por ejemplo, de los contratos, testamentos, ciertos

elementos comunes esenciales y constantes a todos ellos y así surgió una

teoría general del acto jurídico.

Para la doctrina alemana y un sector de la doctrina italiana, con las expresiones

actos jurídicos o actos de Derecho se designa al género de los actos eficaces

sean éstos lícitos o ilícitos. La categoría más importante de los actos jurídicos

lícitos está dada por los negocios jurídicos o simplemente declaraciones de

voluntad. Entre acto jurídico y negocio jurídico existe, como hemos dicho, una

relación de género a especie, todo negocio jurídico es un acto jurídico, pero no

al contrario. El acto jurídico puede ser lícito o ilícito, en cambio, el negocio

jurídico es el acto jurídico lícito. El negocio jurídico constituye solamente una

especie de los actos voluntarios lícitos. Los actos jurídicos se dividen en dos

grandes categorías: 1) actos jurídicos lícitos y 2) actos jurídicos ilícitos. A su

vez los actos lícitos se subdividen en: 1) negocios jurídicos (o declaraciones de

voluntad) y 2) actos meramente lícitos o simples actos lícitos que no son

negocios jurídicos.

Otra corriente de opinión distingue entre acto jurídico y negocio jurídico según

que los efectos se produzcan por mandato de la ley o por voluntad del agente o

agentes. En el negocio jurídico el efecto jurídico lo determina directamente la

voluntad del agente al paso que en el acto jurídico y en el acto ilícito el efecto lo

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determina la ley. El acto jurídico es una acción u omisión voluntaria, consciente

y libre, cuyos efectos son vinculados por la ley con independencia de que

hayan o no sido queridos por el sujeto. «Para su validez se examina

únicamente d problema de la libertad; pero en modo alguno el de la finalidad

perseguida por el sujeto al realizar el acto, ya que el efecto jurídico, en este

caso, depende de la ley y no de la voluntad del hombre», por ejemplo, el

salvamento, la ocupación, la plantación o la edificación en suelo ajeno. Esta es

la categoría de actos meramente lícitos o simples actos voluntarios lícitos. En

cambio, el «negocio jurídico» es el acto jurídico con declaración de voluntad

directamente orientada a producir efectos jurídicos; «a diferencia del acto

jurídico en sentido estricto, es aquí necesaria, para la plena eficacia del acto,

no sólo la existencia de una voluntad libre, sino, además, de un querer concreto

de los fines del negocio, es decir, que los efectos son aquí fines

conscientemente queridos, ya que sin ese libre y consciente querer, el negocio

sería ineficaz».

En el acto jurídico los efectos están predeterminados por la ley como

consecuencia de la especial valoración que hace del comportamiento humano

(piénsese en el matrimonio, la adopción, etc.); en cambio, en el negocio

jurídico, como acto de autonomía privada, los efectos son determinados por el

sujeto o sujetos que intervienen en su celebración por cuanto el ordenamiento

jurídico les reconoce la facultad de regular por sí mismos sus propios intereses

(piénsese en el contrato). Se aprecia de esta opinión que la expresión negocio

jurídico está reservada solamente para los actos patrimoniales.

Habiendo visto la distinción que hace un sector de la doctrina entre acto y

negocio jurídico y considerando que solamente es Derecho la realidad social

regulada por normas jurídicas de acuerdo a ciertos valores, veamos,

enseguida, cómo se usan las expresiones acto jurídico y negocio jurídico en la

experiencia social.

Cuando una persona celebra un contrato cualquiera (compra o toma en

arrendamiento un bien, efectúa un depósito bancario, etc.) dice «he realizado

un negocio», no dice «he realizado un acto»; se le pregunta a un industrial o a

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un comerciante « ¿cómo te va en tus negocios?», mas no « ¿cómo marchan

tus actos?». Esto porque en el lenguaje común el término negocio está más

identificado con aquellos actos tendientes a obtener un beneficio pecuniario;

«todo lo que es objeto o materia de una ocupación lucrativa o de interés». En

cambio, cuando una persona otorga su testamento no dice he «celebrado un

negocio», sino dice «he manifestado mi última voluntad» o «he otorgado un

acto de última voluntad». Cuando una persona reconoce o adopta un hijo no

dice «he realizado un negocio», sino expresa: «he reconocido o he adoptado

un hijo» o, en todo caso, dice «he realizado un acto de reconocimiento de mi

hijo» o «he realizado un acto de adopción de un hijo»; en estos casos repugna

a la conciencia social hablar de negocio. Tratándose del matrimonio, aun

cuando sea un matrimonio de conveniencia, los contrayentes por un freno

moral no dicen que con su casamiento han llevado a cabo un negocio, sino un

acto jurídico. En la realidad social encontramos que se habla del matrimonio

como negocio, pero en sentido metafórico, por ejemplo, Juan y Pedro, dos

amigos de hace años, se encuentran después de mucho tiempo; Juan le

pregunta a Pedro, ¿es verdad que te casaste? Pedro le contesta que sí; Juan

repregunta, ¿y con quién te casaste? Pedro contesta, con María, quien fue

compañera de estudios de ambos, y Juan replica: ¡Oh! que mal negocio que

has hecho, si te hubieras casado con Cristina hubieras hecho un gran negocio,

ella tiene una gran fortuna. Sin duda Juan se está gastando una broma con su

amigo Pedro, no es que le quiera generar un problema familiar, porque en tal

caso no sería su amigo. Después de todo, al matrimonio no se va para hacer

fortuna a costa de uno de los contrayentes, ello es inmoral, y aun cuando lo

hayan hecho con ese propósito no lo pregonan.

Por lo visto, en la realidad práctica unas veces se habla de negocio jurídico,

para referirse a los actos de naturaleza patrimonial, lucrativa, y otras de acto

jurídico para designar especialmente a los actos familiares. En general , es más

apropiado hablar de acto jurídico que de negocio jurídico para referirse a todo

tipo de acto, sea patrimonial o familiar.

Es bueno recalcar que en la doctrina no hay acuerdo sobre si denominar acto o

negocio jurídico a la manifestación de voluntad con fin inmediato de producir

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efectos jurídicos. En la doctrina alemana e italiana, aun los autores que

distinguen entre negocio y acto jurídico, no pocas veces denominan «acto» a lo

que ellos sostienen que es «negocio», no pocas veces hablan de «negocio

lícito» o simplemente de «negocio» y de «negocio ilícito». En la literatura

jurídica alemana las locuciones Rechtsgeschäft (negocio jurídico) y

Willenserklärung (declaración de voluntad) aparecen como sinónimas. El Libro I

del Código Civil alemán; de 1900 acoge la locución Willenserklärung, elevando

así el concepto de declaración de voluntad, a la categoría fundamental del

sistema del Derecho privado.

El Código español y todos los códigos latinoamericanos, desde esos

monumentos jurídicos como son el Esboco de Freitas (que no llegó a ser

Código en el Brasil), el Código argentino, el Código de Andrés Bello que rige en

Chile y Colombia con algunas modificaciones, hasta los Códigos más

modernos como el boliviano, paraguayo, cubano y peruano, hablan de acto

jurídico y no de negocio jurídico. Estos Códigos, junto al acto jurídico (acto

lícito) regulan el acto ilícito. El Código Civil italiano de 1942, en materia de

Derecho de familia y de los testamentos usa la palabra «acto» y en materia de

contratos unas veces emplea el término «negocio» y otras el término «acto»,

también habla de «actos unilaterales» y no de «negocios unilaterales».

Como hace notar Galgano, el concepto de negocio jurídico es absolutamente

desconocido en Francia y en los países anglosajones y, en general del

common law. En inglés, «negocio jurídico» no es traducible. Entre los italianos,

agrega Galgano, «hablamos todavía de negocio jurídico, aunque cada vez

hablamos menos; nos referimos al negocio jurídico sabiendo que se trata de

una expresión que pertenece a un dialecto jurídico usado en algunas subáreas

del actual mundo jurídico. Hablamos de acto o de contrato si nos queremos

hacer entender en un más vasto circuito internacional».

Los Códigos que legislan sobre una teoría general del acto jurídico, lo hacen

con el significado del negocio jurídico (negozio para los italianos,

rechtsgeschäeft para los alemanes), esto es, como manifestación o declaración

de voluntad dirigida a producir efectos jurídicos, que el ordenamiento jurídico

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tutela en cuanto son queridos. Así, el art. 944 del Código Civil argentino

dispone: «Son actos jurídicos los actos voluntarios lícitos, que tengan por fin

inmediato, establecer entre las personas relaciones jurídicas, crear, modificar,

transferir, conservar o aniquilar derechos». Refiriéndose a los actos jurídicos, el

art. 277 del Código paraguayo establece: «Los actos voluntarios previstos en el

Código son los que ejecutados con discernimiento, intención y libertad

determinan una adquisición, modificación o extinción de derecho. Los que no

reuniesen tales requisitos, no producen, por sí efecto alguno». El Código Civil

cubano de 1987, vigente desde el 12 de abril de 1988, en el art. 49.1 dispone

que «El acto jurídico es una manifestación lícita, de voluntad, expresa o tácita,

que produce los efectos dispuestos por la ley consistentes en la constitución,

modificación o extinción de una relación jurídica».

En el Perú, tanto el Código derogado de 1936, como el vigente de 1984,

adoptan la teoría del acto jurídico con el mismo significado de la teoría del

negocio jurídico de la doctrina germano-italiana. El «acto jurídico» y el «negocio

jurídico» son en esencia lo mismo, o sea la actuación de la autonomía de la

voluntad privada con el fin inmediato de producir efectos jurídicos. El legislador

peruano manifiesta que ha adoptado la expresión «acto jurídico» por razones

de tradición jurídica.

En consideración a que la palabra negocio, del latín negotium, significa tráfico,

comercio, todo lo que es objeto de una ocupación lucrativa; que la teoría

general del acto jurídico contenida en el Libro II del Código comprende no

solamente a los actos patrimoniales, sino también a los actos no patrimoniales

como son los familiares que no persiguen un fin lucrativo; que en la práctica

social repugna a la conciencia social decir que se ha realizado un negocio al

adoptar o reconocer un hijo, etc.; que no hay acuerdo en la doctrina sobre si a

los actos voluntarios con fin inmediato de producir efectos se les debe

denominar actos jurídicos o negocios jurídicos, desacuerdo existente en los

propios creadores de la teoría del negocio jurídico; y que la palabra acto

comprende tanto los actos lucrativos como los no lucrativos, en cambio, la

palabra negocio no se puede extender, y efectivamente no se extiende en la

experiencia social y jurídica, a los actos no lucrativos; resulta que, tn vez de

hablar de negocio jurídico, es más apropiado hablar de acto jurídico con su

Page 10: EL NEGOCIO JURÍDICO

significado estricto de manifestación de voluntad destinada a producir efectos

inmediatos de Derecho por oposición a los actos meramente lícitos y a los

actos ilícitos.

Si la teoría de los actos lícitos estaría referida únicamente a los actos

patrimoniales, la denominación correcta sería la de negocio jurídico, pero como

comprende, además, a los actos extrapatrimoniales es correcta la

denominación de acto jurídico. Si la teoría de los actos lícitos está referida

solamente a los contratos, no es necesario hablar de teoría del negocio jurídico

ni de teoría del acto jurídico, sino de teoría general del contrato (la cual existe y

está contenida en el Código Civil Libro VII, Fuentes de las obligaciones,

Sección Primera: Contratos en general).

Por las razones precedentes, ha hecho bien el legislador al adoptar en el

Código Civil la denominación de acto jurídico y no la de negocio jurídico. Por

las mismas razones, a lo largo de nuestra exposición utilizaremos

indistintamente las expresiones acto jurídico o negocio jurídico, puesto que

para nuestro Derecho son sinónimas.

dar normas a sí mismos con miras a la satisfacción de sus necesidades

familiares, sociales, económicas, culturales, educativas, etc. Esas necesidades

las satisface lícitamente relacionándose con los demás, v. gr., mediante el

matrimonio, el reconocimiento de hijo, la adopción, el contrato, el testamento, el

legado, el poder, etc.

Las personas establecen relaciones jurídicas lícitas a través de actos jurídicos

típicos (ejemplo, matrimonio, testamento, asociación, fundación, compraventa,

arrendamiento, mutuo, suministro, hipoteca, fianza, fideicomiso, mandato, obra,

leasing) o atípicos (ejemplo, contrato de franchising, estimatorio o corretaje,

transferencia de tecnología, tiempo compartido, asistencia administrativa,

crédito documentado, secutirización). La manifestación de voluntad está

dirigida a producir determinados efectos prácticos amparados por el Derecho

Page 11: EL NEGOCIO JURÍDICO

en la medida de que sean lícitos. Si el acto es típico los efectos queridos por el

sujeto son los generalmente previstos en el ordenamiento y si el acto es atípico

los efectos provienen preferente y directamente de la voluntad del manifestante

(efectos ex voluntas). Sea el acto típico o atípico, se pueden dar efectos

jurídicos que van más allá de la previsión del sujeto, pero que están previstos

en el Derecho de reserva (normas dispositivas). Por ejemplo, sea el acto típico

o atípico por el que se transfiere la propiedad, la posesión o el uso de un bien,

el transferente está obligado al saneamiento (art. 1484), aun cuando las partes

no hayan previsto esta obligación.

Cuando el acto jurídico produce efectos se dice que es eficaz. Cuando no

produce los efectos que le son propios, todos o algunos de ellos, el acto es

ineficaz.

En los actos familiares la mayoría de los efectos extrapatrimoniales provienen

directamente de la norma imperativa, sin que las partes puedan modificarlos ni

menos suprimirlos, por ejemplo, celebrado el matrimonio los cónyuges deben

hacer vida en común; solamente algunos efectos están librados a su autónoma

decisión, v. gr., el derecho de decidir que educación darles a sus hijos. En

cambio, los efectos patrimoniales del matrimonio están librados a la autonomía

de la voluntad de los cónyuges quienes de mutuo acuerdo pueden decidir lo

que mejor convenga a sus intereses, por ejemplo, pueden decidir si optan por

el régimen de separación de patrimonio o por el de sociedad de gananciales.

En los actos jurídicos patrimoniales, no familiares, prima la autonomía de la

voluntad privada, con las escasas limitaciones de las normas imperativas, el

orden público y las buenas costumbres. Las normas que regulan los actos

patrimoniales son predominantemente dispositivas por cuanto los particulares

pueden dejarlas sin

Page 12: EL NEGOCIO JURÍDICO

Asimismo, existen hechos dependientes de la voluntad humana que no tienen

ninguna trascendencia jurídica. V.gr: Una sonrisa, un saludo, un gesto, un rezo,

etc..

Los hechos humanos ilícitos generan una sola consecuencia jurídica: la

reparación del daño causado, sea el hecho doloso o culposo.

Dentro de los hechos humanos se debe distinguir los hechos sin declaración de

voluntad (V.gr.: Ocupación, especificación, etc.) de los hechos con declaración

de voluntad (V.gr.: Acto jurídico, etc.). En la doctrina se hace referencia a las

declaraciones de la ciencia, que no son como las declaraciones de voluntad, es

decir, que no constituyen, modifican, regulan o extinguen relaciones jurídicas,

sino que se refieren al conocimiento que un sujeto tiene sobre un hecho. V.gr.:

El recibo de pago, la confesión, etc..

En el ámbito de los hechos humanos que tienen consecuencias o efectos de

tipo jurídico se encuentran dos figuras:

© Relaciones jurídicas: Son relaciones de la vida, pero ordenadas por el

derecho objetivo. V.gr.: El matrimonio, la compraventa, etc..

@ Situaciones jurídicas: Son posiciones o status de una persona que crean,

modifican o extinguen hechos jurídicos, sin necesidad de tener relación con

otra persona. No siempre una situación jurídica genera una relación jurídica.

V.gr.: El hijo extramatrimonial, el concebido, el pródigo, etc..

En resumen, se puede decir que entre hecho jurídico y acto jurídico existe una

relación de género y especie; los hechos jurídicos tienen un valor más allá del

derecho, como hechos de la realidad natural y de la experiencia humana, y que

asumen la calificación de hechos jurídicos sólo en tanto el derecho les atribuya

un efecto cualquiera. Los actos jurídicos sólo tienen valor para el inundo del

i derecho y sus efectos son exclusivamente jurídicos. GALGANO

señala que los hechos jurídicos son encontrados por el derecho y éste les

atribuye efectos jurídicos; en cambio, los actos jurídicos son creados por el

derecho para que puedan producir efectos jurídicos.

Page 13: EL NEGOCIO JURÍDICO

2. ACTO JURÍDICO.

El acto jurídico es el hecho jurídico de carácter voluntario y lícito, cuyo efecto

es querido directamente por el agente; es decir, existe una declaración de

voluntad.

MESSINEO define al acto jurídico como un acto humano realizado consciente y

voluntariamente por un sujeto (por lo general capaz de obrar), del cual nacen

efectos jurídicos por los que el sujeto, al realizarlo, quiere determinar un

resultado, y ese resultado se toma en consideración para el derecho.

La voluntad que genera el acto jurídico es la voluntad privada; es decir, no

puede considerarse como acto jurídico la situación jurídica creada por la ley.

V.gr.: La expropiación.

El artículo 140° del Código Civil prescribe que "el acto jurídico es la

manifestación de voluntad destinada a crear, regular, modificar y extinguir

relaciones jurídicas".

Si bien se otorga o reconoce la libertad a los particulares para normar sus

relaciones mediante el acto jurídico, no es una libertad absoluta, porque tiene

un límite: el interés general, es decir, el orden público y las buenas costumbres.

© Diferencia entre acto jurídico y negocio jurídico.

El negocio jurídico es una especie del acto jurídico (concepto desarrollado por

los Pandectistas alemanes). Es un acto voluntario que tiene un fin determinado:

crear, regular o extinguir relaciones jurídicas y reviste un aspecto patrimonial o

extrapatrimonial.

GALGANO señala que la esencia del negocio jurídico consiste en ser una

manifestación o declaración de voluntad, explícita o resultante de un

comportamiento concluyente, dirigida a producir efectos jurídicos, que el

ordenamiento realiza "en cuanto son queridos".

Page 14: EL NEGOCIO JURÍDICO

El Código Civil define el negocio jurídico, que está en boga en la doctrina, pero

lo denomina acto jurídico para conservar la tradición jurídica.

3. CLASIFICACIÓN DE LOS ACTOS JURÍDICOS.

A. UNILATERALES, BILATERALES Y PLURILÁTERALES.

En los actos jurídicos unilaterales, basta la declaración de voluntad de un solo

sujeto. V.gr.: El testamento, la promesa pública de recompensa, el

reconocimiento de un hijo, etc..

En los actos jurídicos bilaterales, es necesaria la conjunción de dos

declaraciones de voluntad. V.gr.: Los contratos de cambio, el matrimonio, etc..

Los actos jurídicos plurilaterales son aquéllos en los que concurre una

pluralidad de sujetos. V.gr.: La asociación, el consorcio, la sociedad, etc..

B. FORMALES Y NO FORMALES.

En los actos jurídicos formales, la ley precisa que determinados actos revistan

cierta formalidad sin la cual carecerían de valor. V.gr.: La donación de

inmuebles, el matrimonio, la adopción, etc. El acto jurídico no formal no

requiere solemnidad determinada por la ley o las partes bajo sanción de

nulidad. V.gr.: La compraventa, el arrendamiento, el mutuo, etc..

C. PRINCIPALES Y ACCESORIOS.

Los actos jurídicos accesorios, a diferencia de los principales, no tienen

naturaleza propia, sus condiciones de validez no son independientes, sino que

se encuentran supeditadas por las de otros actos llamados principales. V.gr.:

La hipoteca es un acto jurídico accesorio, porque garantiza el cumplimiento de

una obligación principal (el mutuo).

D. CONSTITUTIVOS Y DECLARATIVOS.

Page 15: EL NEGOCIO JURÍDICO

El acto constitutivo tiene eficacia a partir del día de su formación en adelante.

V.gr.: La hipoteca tiene existencia a partir de su inscripción en el registro de

Propiedad Inmueble.

El acto declarativo tiene eficacia retroactiva a su formación, pues se limita a

reconocer una preexistente relación jurídica. V.gr.: El reconocimiento del hijo,

porque la relación paterno-filial surgió desde el momento de la concepción.

IC. SIMPLES Y COMPUESTOS.

El acto simple es aquél cuyo contenido respecta a una sola relación jurídica

determinada. V.gr.: La compraventa sólo tiene el efecto de crear obligaciones

entre el comprador y el vendedor.

El acto compuesto está integrado por un plexo de relaciones de distinta

naturaleza. V.gr.: El matrimonio origina relaciones jurídicas extrapatrimoniales

(deberes de fidelidad, habitar en el mismo domicilio), relaciones obligacionales

(deber de prestar alimentos) y otras de orden patrimonial (sociedad de

gananciales).

F. DE ADMINISTRACIÓN Y DE DISPOSICIÓN.

En los actos de administración sólo se transfiere la posesión y/o el uso de una

cosa. V.gr.: El arrendamiento, el comodato, el depósito, etc..

En los actos de disposición se transmite el dominio. V.gr.: La compraventa, la

donación, el testamento, la hipoteca, etc..

G. ABSTRACTOS Y CAUSALES.

Los actos abstractos son aquéllos que son independientes de la causa, de

modo que un vicio en ella no afecta la eficacia del negocio. Ellos pueden ser

procesalmente abstractos. V.gr.: El giro de una letra de cambio, la promesa de

pago, el reconocimiento de una deuda, etc. O materialmente abstractos. V.gr.:

El título de crédito cambiario.

Page 16: EL NEGOCIO JURÍDICO

Los actos causales son aquéllos en los que la causa es parte integrante del

negocio que contiene la transferencia. V.gr.: La compraventa, el arrendamiento,

el préstamo, etc..

II. PATRIMONIALES Y EXTRAPATRIMONIALES.

Los actos patrimoniales tienen por objeto intereses de orden económico. V.gr.:

El contrato, el testamento, etc. Los actos extrapatrimoniales tratan de intereses,

esencialmente, extraeconómicos. V.gr.: El matrimonio, la adopción, el

reconocimiento de un hijo, etc. Los actos patrimoniales se subdividen en: a)

ínter vivos y monis causa.

Los actos intervivos se caracterizan porque surten efectos durante la vida de

las partes.

En contraposición de los actos entre vivos se identifican los actos mortis causa,

cuyos efectos jurídicos vienen a producirse sólo con la muerte del causante de

la declaración. V.gr.: El testamento, las fundaciones, etc.. b) Onerosos y

gratuitos.

En los actos onerosos existen mutuas prestaciones entre las partes, como es el

caso de la compraventa. Los actos onerosos se subdividen en:

<D Actos conmutativos: Las prestaciones han de ser relativamente

equivalentes. V.gr.: La compraventa, el mutuo, etc.. i: © Actos aleatorios:

Existe una incertidumbre respecto de las prestaciones o, al menos, de una,

dependiendo de un hecho incierto. V.gr.: El juego y la apuesta. En los actos

gratuitos, una parte se beneficia sin reciprocidad para la oirá, como es el caso

de la donación y el testamento, c) De disposición y de obligación.

En los actos de disposición se presenta la enajenación de una cosa (mueble o

inmueble) p la constitución de un gravamen real (hipoteca, prenda, anticresis).

En realidad, estos actos constituyen, modifican o extinguen relaciones jurídicas.

En los actos de obligación, una persona, que es el deudor, se compromete a

dar, hacer o no hacer algo a favor de otra persona, que es el acreedor.

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4. REQUISITOS DE VALIDEZ DEL ACTO JURÍDICO.

Son llamados también requisitos esenciales y están previstos en el artículo

140° del Código Civil.

a. EL AGENTE CAPAZ.

La condición para considerar una declaración de voluntad válida es la

existencia de un sujeto de derecho que tenga aptitud de ejercer y disponer de

sus derechos y bienes.

Para este efecto se deben tomar en cuenta los artículos 42° al 46° del Código

Civil, que regulan la capacidad de goce y de ejercicio. El agente capaz es quien

jurídicamente tiene idoneidad para adoptar una decisión de voluntad valedera,

es decir, puede consentir para generar un acto jurídico; el consentimiento es la

causa eficiente del mismo.

El acto jurídico será nulo o anulable por la incapacidad de ejercicio absoluta o

relativa del agente.

También se deberán tener presente las normas que regulan la capacidad de

las personas jurídicas y las que se encuentran en el ámbito del Derecho

Internacional Privado.

B. EL OBJETO FÍSICA Y JURÍDICAMENTE POSIBLE.

El objeto es el contenido propio de cada acto jurídico.

Por imposibilidad jurídica se entiende que son contenidos no aceptados por el

ordenamiento jurídico. V.gr.: Constituir una hipoteca sobre un bien mueble. Y

por imposibilidad física, cuando el contenido es irrealizable. V.gr.: obligar a un

sordomudo a dar un recital de canto.

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El objeto debe existir o tener la posibilidad de existir, de ser determinado o

determinable, de ser posible o de ser lícito.

Así, el objeto de un acto jurídico será físicamente posible cuando sea factible

su realización, y será jurídicamente posible cuando el acto esté de conformidad

con el ordenamiento jurídico.

C. EL FIN LÍCITO.

Para determinar el fin de un acto jurídico se debe tener presente la Teoría de la

Causa. El fin es el propósito, la finalidad, el resorte de la voluntad de las partes,

y necesariamente se tiene que expresar. Ese propósito no debe ser contrario al

ordenamiento jurídico.

Es la intención que tiene la manifestación de la voluntad; el agente ha de

buscar, crear, modificar o extinguir derechos lícitos que estén admitidos por el

ordenamiento jurídico.

D. LA FORMALIDAD PRESCRITA BAJO SANCIÓN DE NULIDAD.

|a formalidad viene a ser la manera como se expresa la voluntad, mientras que

la formalidad ,es el conjunto de ritos especiales que se deben observar en la

celebración de un acto jurídico. La voluntad se puede manifestar de manera

oral, escrita o por signos en los actos jurídicos en los que no se exige

determinada formalidad; pero se utiliza la escritura para la conservación de esa

voluntad (forma ad probationem). Asimismo, existen actos jurídicos a los que la

ley les exige cierta formalidad constitutiva o de validez (forma adsolemnitatem).

5. MANIFESTACIÓN DE VOLUNTAD. A. DEFINICIÓN.

Los términos consentimiento, declaración de voluntad y manifestación de

voluntad aparentemente tienen el mismo significado. El consentimiento es una

expresión volitiva de dos o más sujetos, con un contenido jurídicamente

relevante y que tiene por objeto crear, regular, modificar o extinguir relaciones

jurídicas patrimoniales.

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10. CARACTERES

El acto jurídico presenta los siguientes caracteres: 1°) Es un hecho o acto

humano; 2°) Es un acto voluntario; 3°) Es un acto lícito; 4°) Tiene por fin

inmediato producir efectos jurídicos.

El acto jurídico es un hecho humano por oposición a los actos naturales o

externos. Dentro de los hechos humanos, el acto jurídico es un acto voluntario.

En la esencia predominante del acto jurídico está la voluntad manifestada,

razón por la que un acto realizado sin voluntad (sin discernimiento, o sin

intención, o sin libertad) es nulo o si ha sido realizado con voluntad, pero ésta

adolece de vicios, el acto es anulable. Los actos jurídicos dependen de la

voluntad del sujeto de regular sus propios intereses, o sea de una

determinación interna del querer, la misma que no es relevante como tal, sino

sólo si es manifestada.

La esencia de la manifestación de voluntad está dirigida a la autorregulación de

intereses en las relaciones privadas; autorregulación que el individuo no debe

limitarse a «querer», sino a disponer, o sea,'actuar objetivamente. Con el acto

el sujeto no viene a declarar que quiere algo, sino que expresa directamente el

objeto de su querer, y éste es una regulación vinculante de intereses en las

relaciones con los otros. «Con el negocio no se manifiesta un estado de ánimo,

un modo de ser del querer, lo que tendría una importancia puramente

psicológica, sino que se señala un criterio de conducta, se establece una

relación de valor normativo».

• No se concibe un acto jurídico que contravenga el ordenamiento jurídico.

La

i voluntad del agente debe adecuarse a las normas imperativas, el orden

público y las

] buenas costumbres, caso contrario el acto es nulo por ilícito. El acto contrarío

al

' ordenamiento jurídico es un acto ilícito'.' :

El acto jurídico tiene por fin inmediato producir consecuencias jurídicas

consistentes en crear, modificar, regular o extinguir relaciones jurídicas. Es

Page 20: EL NEGOCIO JURÍDICO

decir, cumple una función social o económica que es tenida presente por quien

lo realiza y que es tomada en consideración por el Derecho. Como dice Betti4,

«el Derecho no concede su sanción al mero arbitrio, al capricho individual, al

motivo eventual (que aun cuando no sea frívolo, sino plausible, permanece

siendo intrascendente), sino a funciones que estime socialmente relevantes y

útiles para la comunidad que rige y en la que se desarrolla».

El fin inmediato de producir efectos jurídicos es una característica específica

del acto jurídico que lo diferencia de los otros actos voluntarios lícitos.