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EL NIÑO Y LA NATURALEZA Pongamos en libertad al niño Por María Montessori El dramático manifiesto Montessori señala la interacción única entre el niño y el mundo natural, cuando se remueven los obstáculos. Dormir al aire libre, exponerlo al aire y la lluvia, tomar el sol, chapotear en el agua, son cosas de las que hablamos pero que no necesariamente ponemos en práctica. ¿Quién no ha cerrado la ventana antes de dormir, especialmente si es invierno y está lloviendo?. Casi todos creen que hacer largas caminatas a campo abierto, con sol o lluvia, utilizar cualquier refugio natural, es un gran esfuerzo, una hazaña. Uno debería de crecer acostumbrado a estas cosas, dicen, pero no hacen nada. ¿Entonces como podrás acostumbrarte? Tal vez los niños pequeños se puedan acostumbrar; ¡pero no! Están aún más protegidos que los adultos. Sería prematuro decir “Dejemos libres a los niños, dejémoslos jugar libremente, dejémoslos correr en la lluvia, quitarse los zapatos y jugar en los charcos, y cuando el pasto esté húmedo de rocío, dejémoslos corre descalzos y pisar toscamente; dejémoslos descansar tranquilamente cuando el árbol los invita a dormir a su sombra. Dejémoslos gritar y reír cuando el sol los despierta en la mañana, como despierta a cualquier otra criatura que divide el día entre dormir y despertar.” En lugar de esto, nos preguntamos ansiosamente como podremos mantener dormidos a los niños al amanecer y como los podremos educar a no quitarse los zapatos y no andar por el campo. Cuando, siendo restringidos por nosotros, siendo degradados e irritados por la prisión, el niño mata insectos o pequeños e indefensos animales, esto nos parece natural; no nos damos cuenta que esta mente se ha apartado de la naturaleza. Lo que en realidad estamos pidiendo a nuestros bebés es que se adapten a una prisión sin molestarnos. La energía muscular del niño, incluso de los más pequeños, es más grande de lo que imaginamos, pero para que lo veamos, debemos de permitirle el juego libre. El niño citadino dice estar cansado después de una pequeña caminata, haciéndonos pensar que no tiene fuerza. Pero esta debilidad es causada por sus alrededores – Por la monotonía, la inconveniencia de la ropa, por la tortura de los pequeños y suaves pies atrapados en zapatos de cuero que pisan un suelo de cemento en las calles de la ciudad, por el ejemplo de las personas que lo rodean, todos callados,

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EL NIÑO Y LA NATURALEZA

Pongamos en libertad al niño Por María Montessori

El dramático manifiesto Montessori señala la interacción única entre el niño y el mundo natural, cuando se remueven los obstáculos. Dormir al aire libre, exponerlo al aire y la lluvia, tomar el sol, chapotear en el agua, son cosas de las que hablamos pero que no necesariamente ponemos en práctica. ¿Quién no ha cerrado la ventana antes de dormir, especialmente si es invierno y está lloviendo?. Casi todos creen que hacer largas caminatas a campo abierto, con sol o lluvia, utilizar cualquier refugio natural, es un gran esfuerzo, una hazaña. Uno debería de crecer acostumbrado a estas cosas, dicen, pero no hacen nada. ¿Entonces como podrás acostumbrarte? Tal vez los niños pequeños se puedan acostumbrar; ¡pero no! Están aún más protegidos que los adultos. Sería prematuro decir “Dejemos libres a los niños, dejémoslos jugar libremente, dejémoslos correr en la lluvia, quitarse los zapatos y jugar en los charcos, y cuando el pasto esté húmedo de rocío, dejémoslos corre descalzos y pisar toscamente; dejémoslos descansar tranquilamente cuando el árbol los invita a dormir a su sombra. Dejémoslos gritar y reír cuando el sol los despierta en la mañana, como despierta a cualquier otra criatura que divide el día entre dormir y despertar.” En lugar de esto, nos preguntamos ansiosamente como podremos mantener dormidos a los niños al amanecer y como los podremos educar a no quitarse los zapatos y no andar por el campo. Cuando, siendo restringidos por nosotros, siendo degradados e irritados por la prisión, el niño mata insectos o pequeños e indefensos animales, esto nos parece natural; no nos damos cuenta que esta mente se ha apartado de la naturaleza. Lo que en realidad estamos pidiendo a nuestros bebés es que se adapten a una prisión sin molestarnos. La energía muscular del niño, incluso de los más pequeños, es más grande de lo que imaginamos, pero para que lo veamos, debemos de permitirle el juego libre. El niño citadino dice estar cansado después de una pequeña caminata, haciéndonos pensar que no tiene fuerza. Pero esta debilidad es causada por sus alrededores – Por la monotonía, la inconveniencia de la ropa, por la tortura de los pequeños y suaves pies atrapados en zapatos de cuero que pisan un suelo de cemento en las calles de la ciudad, por el ejemplo de las personas que lo rodean, todos callados,

indiferentes, sin sonreír. Lo atractivo de la ropa de moda para admirar, o un club al que pertenecer, son cosas que no existen para él. Está atado, la Pereza lo detiene y demanda ser arrastrado. Pero cuando el niño es puesto en un ambiente natural, está ahí la revelación de su fuerza, Bebés normales, incluso menores de dos años, si tienen una constitución fuerte y están bien nutridos, pueden caminar millas. Las pequeñas piernitas treparán, cuesta arriba bajo el sol. Recuerdo como un niño de seis años, desapareció por horas. Se había ido caminando colina arriba, pensando que si lograba llegar a la cima vería el mundo que yacía al otro lado. No estaba cansado, pero si desilusionado de no haber encontrado lo que esperaba. Una vez conocí a una joven pareja que tenía un bebé de escasos dos años. Padre y madre, deseando ir a un lugar a buena distancia, decidieron tomar turnos para cargar al bebé, pero un trabajo muy cansado. Sucedió que el niño lleno de entusiasmo, caminó todo el recorrido por sí mismo y repetía el viaje diariamente. En lugar de cargarlo, los padres se obligaron a caminar muy despacio y detenerse cuando el niño lo hiciera para agarrar una florecita, o, cuando descubría la belleza de un burro comiendo pasto en el campo, se sentaba, seria y meditativamente, para acompañar por un momento a esta humilde y privilegiada criatura. En lugar de cargar a su bebé, estos papás resolvieron su problema aprendiendo del bebé. Solo los poetas sienten la fascinación de un riachuelo bajando por las piedritas como lo siente el niño, cuyo entusiasmo crece, ríe y quiere detenerse y tocar con sus manos como si lo llevar él mismo. Nadie que yo sepa, excepto San Francisco, ha admirado al modesto insecto y el perfume de las plantas menos atractivas, como lo hacen los niños pequeños. Pero sugiero que tomen en brazos un infante que no ha aprendido a caminar; cárguenlo por un camino en el campo donde haya una gran y magnífica vista, de tal manera que su espalda vea hacia la escena. Lo verás haciendo esfuerzos para voltear y ver el panorama. ¡Detente con él! Él disfruta la belleza aún cuando no pueda estar erguido y cuando su lengua aún no puede pedirte que te detengas. Sí, digámoslo con una frase – “Él no vive solo de leche”. ¿Nunca han visto a un niño parado junto al cuerpo de un polluelo recién caído del nido, o verlos moverse de aquí para allá, hablando de lo que acaba de ocurrir, preguntando, lamentando sinceramente sobre lo que acaba de ocurrir? Bueno, estos son los niños que, en su siguiente período de degeneración, serán capaces de robar polluelos de sus nidos. El sentimiento por la naturaleza crece con ejercicios, como cualquier otra cosa; ciertamente no se fortalece con nuestras

descripciones o exhortaciones hechas con pedantería a un niño que no escucha y aburrido de ser callado entre paredes y que está acostumbrado a oír y ver que la crueldad hacia los animales es una necesidad de vida. Es la experiencia quien brinda estas cosas al niño en casa. La muerte de la primera paloma matada intencionalmente por un miembro de la familia es un punto negro en el corazón de casi cualquier niño. Tenemos que curar las heridas insospechadas, los males espirituales que ya existen en este gracioso y pequeño hijo de los prisioneros de nuestro ambiente artificial. “Descubrimiento del niño” por María Montessori. El niño en el mundo de la Naturaleza Por Lena Wikramaratne En nuestra era moderna de tecnología donde el humano es abrumado por una gran variedad de herramientas hechas por el hombre, máquinas y otros artefactos artificiales- Los que para el hombre moderno se han convertido en una necesidad de vida- No es tan fácil concebir que el hábitat natural del hombre es el mundo de la naturaleza. A través de la historia de las civilizaciones, el hombre se ha alejado más y más de ese mundo y ahora vive en un mundo conceptual izado por su propia creación. Casi todos los asuntos de los hombres son conducidos por un entorno de producción económica. No cabe en su mente que el mundo de la naturaleza es lo que realmente soporta su vida y genera las artificialidades que él mismo produce en su entorno. Esto es muy remarcable en el campo de la educación cuyo propósito de ayudar a los pequeños a aprender del mundo que los rodea, para que a cambio puedan contribuir con su avance económico. Toda enseñanza a los niños trata sobre dar información de niveles abstractos de teorías, reglas, fórmulas, símbolos y conceptos organizados en programas sistemáticos. Esto parece tener apenas relación con las cosas de la naturaleza de donde el hombre los tomó. La naturaleza es la fuente de todo el conocimiento. El hombre en su encuentro con ella ha hecho todos los progresos que llamamos civilización. La Dra. Montessori lo resume de ésta manera: “En nuestro tiempo entre el entorno civilizado de nuestra sociedad, el niño vive alejado de la naturaleza y tiene pocas oportunidades de tener contacto íntimo con ella.” De hecho, la gente entra en contradicción acerca del valor de la naturaleza en la vida diaria – Es tan así que se ha concluido que los niños se enriquecen jugando en cajas de arena especiales y dándoles el placer de ver animales y aves enjaulados. La sociedad adulta abriga

a los niños del viento, lluvia, montañas, arroyos e incluso del pasto, todo lo que es parte de un regalo que nos ha otorgado la siempre generosa naturaleza. La doctora Montessori continúa: “Cuando lo restringimos, lo degradamos e irritamos con la prisión, el niño mata insectos y otros animales indefensos, y esto nos parece natural. NO nos damos cuenta que su mente ha sido “apartada de la naturaleza” y todo lo que contiene.” Entonces en las escuelas le damos materiales artificiales de la vida natural para que estudie biología, modernos paisajes y rocas para estudiar geología y geografía. Para matemáticas, que es la base de todo el funcionamiento del universo, es suficiente con memorizar los hechos computarizados y trabajar con ellos en símbolos abstractos y ecuaciones sin ninguna realización de las leyes naturales que dieron lugar a ellas originalmente. En cada generación subsiguiente el niño ha sido el eslabón que construye el puente de un “nuevo” aprendizaje que lleva al hombre a una fresca esfera de conocimiento y creatividad. Pero en el siglo XX, el hombre parece haber acumulado no solo las “cosas buenas de la vida” sino un cúmulo de problemas. Aunado a esto la creciente dificultad de impartir todo el rico conocimiento y habilidades adquiridos por el hombre durante siglos a los niños. La dificultad recae no solo en la enorme bastedad sino también por lo que ha sido llamado en los círculos educativos las “discapacidades de aprendizaje” de los niños de la actualidad. Estas discapacidades no son todas hereditarias. Muchas de ellas podrían ser el resultado de las crecientes restricciones que la vida civilizada fuerza en el niño moderno. De cualquier manera, algunas de estas restricciones eran inevitables en la medida que el hombre empezó a vivir en comunidades. La Dra. Montessori se refiere al Niño Salvaje de Averyon a quien el educador francés Itard llevó exitosamente a las maneras de una vida social. Montessori habla de las “renuncias y restricciones” de las que fue objeto. Este niño que “corría” libremente y merodeaba por los bosques fue enseñado a “caminar” y sus “campaneantes gritos de alegría”fueron acallados a modulaciones de la voz parlante, Itard mismo se impresionó de la sensibilidad con que el niño se asombraba de “El sol emergiendo de las nubes” el “viento meciéndose en los árboles” la “nieve cayendo” todo esto que lo hacía romper en “gritos de risa como si se convulsionara de alegría”. Sin embargo Itard llevó un estricto entrenamiento al niño para que entrara en los confines de la sociedad. Itard trabajó en dos aspectos de la educación que fueron (1) llevarlo hasta los confines de la vida en comunidad y (2) desarrollar sus poderes intelectuales. Citando

nuevamente a la Dra. Montessori: “El niño mientras vivía una vida de terrible abandono encontró la felicidad en ello. Casi fue absorbido como parte de la naturaleza en la que se deleitaba; lluvia, nieve, tempestad, espacio sin límites formaron sus impresiones espectaculares, sus compañeros, su amor.” La vida civilizada significa renunciar a todo esto, pero lleva consigo la conquista que lleva al hombre al progreso. El progreso humano ha cautivado la mente del hombre moderno de tal manera que sus esquemas de educación tratan de avanzar el intelecto del niño. Los programas se centran en el entrenamiento de la mente para su mejor desempeño. Y como todo el conocimiento se encuentra en libros, el niño está destinado a estudiar de ellos con mucho énfasis en la lecto escritura. Se le da gran valor a las pruebas de inteligencia para evaluar las habilidades mentales que aseguran el éxito. La sociedad adulta busca la “competencia” del niño sin entender su necesidad de tiempo de preparación para construir sus habilidades. Cada infante llega al mundo en cierto estado de dependencia e indefenso, pero esa pequeña mente está llena de energía y poder para tomar todo del mundo que le rodea. Así como los primeros hombres se orientaron en su entorno, cada infante empieza a orientarse en sus alrededores. Esta mente absorbente toma rápidamente todas las impresiones provenientes de los sentidos y empieza a formar un estrato de conocimiento subconsciente sintiendo cuál será su parte más íntima de su ser, durando por el resto de su vida. En el pasado cuando el niño era cargado por su familia, mientras trabajaban en el medio rural, el infante era expuesto a toda la belleza y majestuosidad al igual que a los pequeños detalles del mundo natural. Cuando pudo desplazarse por sí mismo, Tenía toda la Tierra de Dios a su alrededor para rondar. Caminó, corrió, brincó y trepó todas las colinas, rocas, árboles, cruzó arroyos y rodó en el pasto, mientras balanceaba su cuerpo físico y coordinaba sus movimientos musculares. Fue recientemente que la necesidad de entrenar el movimiento muscular en el nivel preescolar se empezó a considerar. La creciente falta de coordinación viso-motora se hizo más y más aparente en el jardín de niños. Con esto se vino a notar una falta de coordinación mano-ojo que tuvo como resultado problemas de lenguaje y lecto escritura. Entonces se iniciaron los esfuerzos para remediarlo en el gimnasio artificial con estructuras hechas por el hombre como escaleras, trampolines, y cosas para trepar de acero. Este entrenamiento, como el utilizado para animales enjaulados en un zoológico, no permitía la observación, el pensar o calcular distancias o alturas. En el mundo de la naturaleza hay un ámbito para desarrollar la

mente perceptiva y pensante contra lo inesperado y para ejercitar los músculos y los sentidos. Esta ayuda natural ayuda a desarrollar la coordinación e integración así como fortalece los poderes de la inteligencia. El otro aspecto del entrenamiento motor mano-ojo es el que se obtiene participando en las actividades diarias necesarias para la vida del hombre tales como sentarse, levantarse, lavarse, vestirse, acarrear, vaciar y manipular todo tipo de herramientas y utensilios en el cuidado de uno mismo y de las cosas del entorno. Todo esto estaba integrado en los patrones de vida cuando en la casa había una familia numerosa que interactuaba en la comunidad. Las actividades sociales requieren un cierto márgen de comportamiento. Algunas de estas son parte de la vida diaria del niño actual debido a la disgregación familiar y al uso de herramientas eléctricas. Los niños no saben como utilizar sus manos y dedos. No son capaces de manejar un lápiz o un cepillo excepto a la manera de los monos que sucede de manera natural como en los simios. Socialmente en cuanto a la gracia y cortesía, la tendencia y práctica del adulto a ser muy permisivo, considera esto un estorbo innecesario. En el desarrollo del aprendizaje intelectual se observa el uso de materiales hechos por el hombre que buscan ver conceptos abstractos. Como remarcaba la Dra. Montessori, Geografía, Biología y matemáticas, no están en los libros, cuando el hombre obtuvo conocimiento de estos le era posible ponerlo en los símbolos de las palabras, signos e ilustraciones, y con la invención de la imprenta todos estos hechos se grabaron en libros. Pero el conocimiento no debe separase o aislarse del mundo de la naturaleza quien es y ha sido la fuente de toda la experiencia del hombre. El niño moderno es forzado a embeberse solo con el resultado de esa experiencia y por eso pierde el interés. Esto enfatiza uno de los defectos básicos en el sistema actual de enseñanza- impartir conocimiento para actuar mas que por interés. El interés no se puede dar por imposición externa porque es un deseo interno que crece de un sentimiento innato positivo que trae consigo inquietud por continuar. El interés crece en el individuo que está en armonía con las tendencias naturales del espíritu humano en tono con la naturaleza. La tragedia actual es que en la edad más sensible en donde el “interés” se puede crear, esto es, los primeros seis años, se ahuyenta con juegos sin un propósito o sentido y fantasía en las guarderías y escuelas. En este período el niño está lleno de interés e inquietud por saber de que se trata el mundo. Puede retener inconscientemente y almacenar las percepciones detalladas de estas cosas a las que ha sido expuesto. Esta mente absorbente que podría llenarse con muchas

impresiones integradas de belleza y maravillas del mundo, es, de cualquier manera restringida a un “vacío”. Entonces en la escuela primaria la mente errante del niño es obligada mediante premios o castigos a enfocarse en objetos secos moldeados por el maestro. Los educadores muy ocupados en maneras innovadoras para motivar el espíritu y los esfuerzos de sus pupilos u otros se refugia en esquemas de remedio. Premios, competición, “juegos divertidos” no substituyen el trabajo de la motivación a aprender. En conclusión, la Dra. Montessori dice: “la paz es lo que busca cualquier ser humano y esta se da a la humanidad a través del niño.” Pero esto solo puede suceder si la sociedad de adultos organiza un mundo de “interés progresivo en donde la vida intelectual del niño se vuelva insaciable en su búsqueda de conocimiento...... En donde es esencial que cada trabajo provoque tal interés que comprometa la total personalidad del niño porque el ser humano es un todo unido. Pero esta unidad se tiene que construir y formar de experiencias activas en el mundo real al que cada quien es llevado por las leyes de la naturaleza. Y este mundo real es al mismo tiempo el mundo de la humanidad funcional y el mundo de la naturaleza universal. En Casa en el Mundo Natural Por Jim Roberts

Si el niño en casa está en el mundo natural, entonces será capaz de moverse en él fácil y confiadamente.

Recientemente llevé e aun grupo de niños a caminar en el bosque atrás de su escuela, Habían visto esta área a través de la ventana desde que vinieron a la escuela pero nunca antes habían ido. Muchas veces mientras empezamos a caminar, escuché un niño susurrar a otro: “”Yo no tengo miedo, ¿y tú?” como muchos niños de ciudad, nunca habían entrado ni a una parcela del mundo natural cerca de su casa o escuela. Enseñar a los niños que se pueden mover en un área como esta- y que es divertido- era más importante que unos cuantos nombres y hechos que les di durante el camino. Lo mas importante que tenía que decirles a los niños en el bosque, no eran temas de biología, sino la regla, “Párense sobre las raíces de los árboles y las zarzamoras, entonces no se enredarán en sus piernas mientras caminan”. Esta regla es útil por sí misma y da a los niños un punto de interés para enfocarse mientras aprenden a ver por donde caminan y moverse con cuidado. Los niños me han dicho, después de unos meses en mi clase: “yo puedo caminar en el bosque ahora porque ya sé pararme en los árboles.”

Dar al niño la oportunidad de moverse con confianza en terrenos irregulares es una de las cosas más importantes que tenemos que ofrecerle durante los primeros años. Como la habilidad de nadar, el conocimiento que pueden obtener a través de matorrales y sobre arroyos le da al niño la confianza que va más allá de la aplicación directa de esta habilidad. Pero a diferencia de la natación, la adquisición de esta habilidad no depende de tener facilidades especiales o entrenamiento especial para el maestro. Solo tienes que salir al aire libre y darle al niño la oportunidad. Cerca de casi cualquier escuela, hay lotes vacíos donde el niño puede aprender las habilidades básicas de moverse en lo salvaje o silvestre. Estas áreas a la mejor no son bonitas a la vista- con frecuencia tienen basura o no una variedad interesante de plantas- pero esta área puede ser una excelente experiencia de aprendizaje para los niños. Incluso para tu propia adquisición de habilidades puedes aprender con el niño. Puedes ser más útil para ellos desde luego, si practicas tú primero. Y naturalmente querrás familiarizarte con el área antes de llevar a los niños. Hasta que el niño utiliza cuchillos reales para preparar vegetales en el salón de clases, se les debe permitir tomar ciertos riesgos al aire libre. No es razonable permitir que el niño ponga en riesgo su vida o que se pueda lastimar seriamente, pero rodillas descubiertas, pies mojados y ropa sucia es un pequeño precio que hay que pagar para aprender que puedes cuidarte en un ambiente peligroso. Estos problemas menores sirven como control de error e incluso pueden ser experiencias de aprendizaje por sí mismas. Si empiezas cuando el niño es suficientemente joven, puedes asegurarte que se desarrollarán un buen juicio de sus propias habilidades. Yo rara vez le digo a un niño que no debe de tratar algo para lo que él pensaba estar listo, y nunca he visto a un niño lastimarse en el bosque. Muchas veces me he tenido que morder la lengua para no decirle a la pequeña Paige que el lugar desde donde quería brincar desde banco alto para cruzar el arroyo, era muy difícil para ella, y la niña me ha demostrado que sabía más de sus habilidades que yo. Con frecuencia puedes ayudar al niño a que “lo haga por sí mismo” y de ésta manera permitir que el niño desarrolle la habilidad y confianza para realmente hacerlo por sí mismo la próxima vez. Darle una mano a Jamie en piedras o troncos. Tomar la mano de Emily mientras brincan juntos el arroyo. Pararse en el último escalón mientras Mathew baja para que lo puedas cachar si se cae, pero siempre sin amarrarlos. Pronto los niños más grandes querrán encontrar su propio camino en el bosque. Déjalos guiar el camino mientras vas atrás con los niños menos hábiles. (De cualquier manera puedes ver mejor desde ahí

atrás). Nuestra única regla será que el niño permanezca siempre a nuestra vista. Si no lo hacen recibirán un terrible castigo: tendrán que ir detrás de mí por un tiempo. En nuestra escuela, había un profundo barranco junto al mejor camino hacia el bosque. En realidad el camino estaba a tres pies del precipicio y yo siempre me paraba cerca de él para que si algún niño se alocaba yo pudiera intervenir, pero advertí a los niños del peligro y ellos sintieron que era su responsabilidad caminar por ahí sin caerse. Más de un niño me dijo orgulloso “yo puedo caminar cerca del gran hoyo y no me voy a caer.” Experimentar este peligro les enseñó a los niños que pueden ser responsables de sí mismos de una manera que no habían experimentado. Para cuando los niños tenían siete años, yo los llevaba a lugares en donde incluso los adultos tenían que andar con mucho cuidado. Pero yo sabía que podrían hacerlo y lo más importante, ellos también lo sabían. El parque de juegos mejor diseñado, palidece junto al reto y oportunidad de una buena parcela en el bosque. Una vez que tus niños empiezan a tener confianza en sus habilidades para moverse en el bosque, querrán regresar una y otra vez. Pronto estarán envueltos en la fascinación del mundo natural. Será su hogar. La diferencia entre una pera y una manzana Para estar como en casa en el mundo natural, el niño debe de poder ver lo que hay ahí. Esto puede parecer simple y obvio, pero mi experiencia sugiere que la observación es una habilidad adquirida, una habilidad que ciertas actividades pueden llevar a desarrollarla en el niño. En la escuela una mañana en el césped, había muchas flores de cinco pétalos (cincoenrama, potentilla), por todas partes floreciendo, así que pensé enseñar a los niños el nombre de ésta flor silvestre tan común. Escogí una, se la enseñé a los niños y dije su nombre. Pregunté, “¿Quién puede encontrar una cincoenrama?” para mi sorpresa, para muchos de los más pequeños fue difícil encontrar una. Me preguntaba el por qué. Yo podría recoger veinte amarillas, deslumbrantes y flores sin moverme ni un paso. El mundo de un niño de tres años ¿es tan borroso que no puede separar tal sensación como esta estrella brillando en el pasto? Me recordó una experiencia que tuve antes de ser maestro. Yo estaba viajando en un barco a Indonesia. Los oficiales de aduana detuvieron el barco mientras buscaban cosas que fueran introducidas de contrabando al país. Cuando finalmente terminaron y se fueron, uno de los pasajeros me dijo: “Bueno, no revisaron las maletas de los militares”. Cuáles maletas yo quería saber. Me enseñó una, y entonces

vi que entre las mochilas y bultos había docenas de brillantes y negras maletas, que difícilmente un pasajero común llevaría. Si yo como un adulto que había visto la pila de equipaje por horas diariamente (y qué decir de los oficiales de aduana que subieron a buscar algo así), pude no ver algo tan fuera de lugar y tan obvio, ¿como implica esto la manera en que utilizamos nuestros sentidos? Me he convencido de que experiencias como estas, tan inusuales para los adultos, son frecuentes para los niños. Casi diario cuando los niños regresaban del parque, por lo menos una traía una piedra de cuarzo o algo parecido, que había encontrado y quería mostrarla a los demás. Había cientos de éstas cosas en el parque, y se las habíamos enseñado hasta que pensé que los niños más grandes se habían cansado de ellas, pero cada niño que traía una, parecía sentir que había hecho un gran descubrimiento. ¿Podría ser que este niño, después de meses en el parque, se hubiera fijado en éste cuarzo y de verdad verlo por primera vez? Empecé a creer que este era el caso. Después de todo, Los niños que han visto triángulos toda su vida de repente empiezan a señalarlos en todas partes después de haberlos trabajado en el gabinete geométrico. ¿Es este su trabajo después de conocer el nombre de una figura familiar, o es que percibe por primera vez una nueva entidad en el “retumbante caos floreciente” de sus sensaciones? ¿Que será, yo me pregunto, ve una persona en el bosque si nunca ha tenido la oportunidad de ver flores silvestres o ver la forma de una hoja o la textura de una corteza? Cuando empecé a enseñar, muchos de mis comentarios en el bosque eran dirigidos a ayudar al niño a aprender los nombres de varias cosas. Los niños me enseñaron que era más importante ayudarlos a enfocar su atención. Incluso cuando doy una lección de tres tiempos –¿“Quién puede encontrar un árbol de chicle?”- es más un ejercicio de enfocar su atención que un intento de enseñar un nombre. Cuando camino en el bosque con niños, señalo características especiales de ciertas plantas –la corteza plateada y lisa de una haya, el aroma de una hoja de cereza silvestre, el tallo cuadrado de la menta. Al principio, yo hacía esto con la esperanza que éstas características distintivas sirvieran como llaves con las que el niño pudiera recordar cada particular especie. Ahora lo hago para ayudar al niño a enfocar su atención, a decir, en efecto, “Pon atención a los diferentes tipos de cortezas…… Date cuenta del olor de las plantas…. Mira las formas de los tallos.” El verdadero naturalista se da cuenta de cada aspecto en cada planta. La llave mediante la cual identificamos a una especie en particular es una manera de empezar a conocer a una planta. Nunca

hablo de todos los detalles de una planta con el niño (o adulto) a quien le estoy presentando la naturaleza, este conocimiento íntimo cada quien debe de alcanzarlo. De cualquier manera, el niño puede empezar a adquirir este conocimiento desde muy temprana edad, como la historia que me platicaron los padres de uno de mis niños. Un día de verano, Billy (de seis años) llegó a casa con una pequeña manzana que no había madurado. Su padre insistía en que era una pera, y no cambiaba de opinión. Billy salió otra vez y regresó listo para argumentar con su padre. Trajo una pequeña rama de un manzano y otra de un perón. Le enseñó a su padre la diferencia en la forma de las dos frutas y la diferencia en las hojas. Entonces dijo: “Ahora cierra los ojos….. Siente las hojas….. Así se siente una hoja de manzana, y así se siente una hoja de pera…. Ahora huele…. Así huele un árbol de manzanas…… ahora huele …… así huele un árbol de peras….. Ahora ¿sabes la diferencia entre una pera y una manzana? Un Jardín de desarrollo para el niño Por María Montessori El cuidado de las cosas vivientes provoca una satisfacción a uno de los más vivos instintos de la mente del niño. Es fácil, de cualquier forma, organizar actividades para el cuidado de las plantas y más particularmente de animales. No hay nada mejor calculado que el despertar la actitud de prever en el niño pequeño que vive el momento sin pensar en los días por venir. Cuando sabe que un animal lo necesita, que las pequeñas plantas se secan si él no las riega, su amor se forma un hilo de amorosa unión entre el momento que sucede y el día que le sigue. Observen al pequeño que una mañana, después de haberlo hecho por varios días, con cariño pone comida y agua para las palomas, y ¡descubre el nido!. Otro día, son varios pollitos que están ahí, donde antes había huevos que la gallina mantenía bajo sus alas por tanto tiempo. ¡Cuanta ternura y cuanto entusiasmo! Ha nacido en el niño el deseo de seguir ayudando; recogen trozos de trigo, pedazos de tela de algodón, bolas de algodón, lana, para los pájaros que están construyendo sus nidos bajo el techo o en los árboles del jardín. Y un coro de gorjeos les da las gracias. La metamorfosis de los insectos, y el cuidado de las madres dan a su prole de objetos observados pacientemente por los niños, y con frecuencia surge el razonamiento que nos sorprende. Había un niño tan sorprendido por la metamorfosis de los renacuajos que siguió su desarrollo, grabando las diferentes fases de la rana, como un pequeño científico.

También los llama el mundo de las plantas. En una Casa de Niños en Roma, como no tenían tierra para cultivar, habían puesto macetas de flores a lo largo de una terraza. A los niños no se les olvidaba regarlas con una pequeña lata perforada. Una mañana los encontré sentados en el piso, todos en círculo alrededor de una esplendorosa rosa roja que había abierto durante la noche – silenciosos y tranquilos, completamente absortos en muda contemplación. Una vez una pequeña niña que creció con amor por las flores y jardines que su madre y maestras no le dejaban tener, veía desde la terraza, evidentemente exaltada. “Ahí abajo” dijo a su madre, “hay un jardín creciendo cosas para comer”. Era una huerta, a la que la madre no le veía nada admirable, pero que llenaba de entusiasmo a la niña. Prejuicio en el jardín

Incluso en medio de la naturaleza no podemos evitar tener prejuicios para saber cuál es la verdad. Nosotros nos hemos hecho también una idea simbólica de las flores; tratamos de adaptar las actividades del niño a nuestras propias ideas en vez de seguir al niño para interpretar sus gustos y necesidades. Tan es así que en el jardín el niño es forzado a realizar actividades creadas artificialmente por el adulto. El acto de poner una semilla en la tierra y después esperar a que crezca algo, es trabajar en una escala muy pequeña y envuelve una espera muy larga para el niño. Ellos quieren hacer grandes cosas y llevar su actividad a una conexión inmediata con los productos de la naturaleza. Sin duda los niños aman las flores, pero están muy lejos de satisfacerse con estar entre flores, esperando mucho tiempo a que florezcan coloridamente. Los niños están felices si pueden actuar, descubrir, explorar incluso separados de la belleza externa.

Como resultado de experimentos que hemos hecho, varias conclusiones, diferentes de aquéllas con las que yo mismo empecé, se han demostrado con niños que se han dejado con libertad de elegir.

El trabajo que mas les gusta a los niños no es tanto el de sembrar semillas sino el de cosechar: que como se sabe, no es menos intenso que el otro. El cosechar es, se podría decir el que intensifica el interés de sembrar semillas. Cualquiera que experimente estar en la cosecha se sentirá con mucho interés la fascinación oculta de sembrar.

Uno de los experimentos más fascinantes fue el de cosechar granos y uvas. La cosecha de un campo de maíz, el romperlos y formar fajos para ser atados juntos con moños de colores fue un gran suceso y puede ser la ocasión de deleitantes festivales de campo. El cuidado de las viñas, el limpiar las uvas, así como recolectar las preciosas frutas en canastas, puede convertirse en un día de gala de todos tipos.

Todos los árboles frutales nos llevan a trabajos de este tipo. Reunir almendras interesa incluso a los más jóvenes, quienes hacen un

trabajo muy útil, son tan diligentes buscando las almendras escondidas y reuniéndolas en canastas. Cazar a las fresas escondidas entre las hojas es un trabajo no menos placentero que aquél de buscar violetas dulces.

Después de estos experimentos sigue un interés en sembrar semillas a gran escala, como por ejemplo en un campo de maíz, con todas sus operaciones. Solo los adultos pueden preparar el surco, pero los niños pueden apilar los diferentes tipos de granos para sembrar, los cuales se colocan en canastas separadas; ellos pueden lanzar semillas a lo largo de los surcos. El brotar en tantas filas de plantitas da una gran satisfacción tanto a la mente como a la vista. El crecimiento parece ser más llamativo por la cantidad uniforme, por los patrones a lo largo, en líneas paralelas que se colorean. Parece que la magnificencia proviene del agrupamiento masivo de pequeños entes, que aislados no tienen mucho interés. Los tallos amarillos al balancearse con el viento, cuando crecen incluso hasta el hombro de los niños, llena de entusiasmo la pequeña banda esperando para cosecharlos. Incluso nuestro trabajo de campo tenía un propósito religioso, tuvimos oportunidad de concluir que la vida del campo está mejor adaptada al niño que la filosofía y el simbolismo de las flores.

Los pequeños solares de fragantes hierbas también están llenos de cosas interesantes. La actividad del niño se dirige entonces a buscar, identificar y escoger hierbas de diferentes aromas. El ejercicio de reconocer cosas similares o buscar un perfume más que una flor, demanda un intenso esfuerzo y provoca un sentimiento de haber descubierto algo que estaba oculto.

Naturalmente las flores también son de interés, pero recolectar flores es contrario a la naturaleza a diferencia de recolectar frutos ofrecidos por la tierra a través de las flores. Estas, por su belleza parecen atraer más a los insectos que a los humanos, ya que estos ayudan en la misión de vida eterna. Es cierto que el niño se siente satisfecho solo por estar sentado junto a las flores y admirándolas, sin embargo se levantan en busca de algo que hacer; la razón es que a través de la actividad simulan abrir esos botones suyos que tienen un instinto de belleza.

El trabajo debe de ser variado. Las operaciones finales de sembrar y cosechar no son esenciales para fomentar el interés del niño. Se adapta fácilmente a las cosas simples que tienen un final inmediato a la vista, y le permiten tener un rol de esfuerzo – como por ejemplo, sacar la hierba de las parcelas, quitar las hojas secas, cortar algunas ramas viejas. En una palabra, tener un campo extenso para actividades y tener oportunidad de nuevas experiencias y de realizar tareas difíciles,

da satisfacción al espíritu de animación que al niño a hacer su camino en el mundo. El Primer Jardín Por Dorotea Gould A continuación una guía instructiva muy simple para plantar un jardín de niños, escrito desde el punto de vista del niño: Introducción: ¡Qué divertido es tener un jardín! Y es muy fácil. Es como un juego, aunque los juegos traen muchas instrucciones y los jardines no. ¿No sería chistoso salir y encontrar instrucciones sobre donde debería estar el jardín? Bueno, pues no funciona así por lo que primero tendremos que aprender algunas cosas sobre jardines. Realmente se aprende mucho cuando sales a sembrar cosas. Pero “El Primer Jardinero” necesita ayuda para empezar. 1.- ¿Dónde debo tener mi jardín? Cuando sales y miras alrededor, puedes observar cosas creciendo por todas partes y quizás te preguntes por qué debes tener un lugar especial para tu jardín. Las cosas que crecen silvestres, crecen porque les agrada el lugar en donde están – crecen en lugares en donde la tierra es correcta para ellas y el clima es saludable. Para las semillas que sembramos, debemos encontrar un lugar en donde estarán confortables. Tienes que encontrar un lugar muy agradable para que las puedas ayudar a crecer. Cuando elijas un lugar para tu propio jardín especial, encuentra uno que sea plano. La lluvia mojará el suelo que es plano, pero resbalará si es una colina.

Tiene que se un buen pedazo de tierra. Como de un metro y medio más o menos. Puedes tener hermosas flores o ricos vegetales en un jardín de ese tamaño. Puedes tener mejores resultados de un pequeño jardín que está bien cuidado que de un gran jardín que no esté bien cuidado. No es tanto el tamaño de la tierra, como ves, como la cantidad de tiempo que le dediques. Toma un poco de tiempo diario después de sembrado para mantenerlo funcionando. Algunas veces solo unos minutos para enderezar un palo que tu mascota tiró, o algunos minutos para regarlo. Mantén tu lugar alejado de los árboles, porque tus plantas necesitan mucho sol. Cuando escojas tu espacio, asegúrate de voltear hacia arriba. Si hay un árbol cerca que no da sombra en abril, recuerda que en el verano será más una sombrilla de lo que parece ahora. Los jardines deben de tener seis horas de luz del sol directa todos los días para crecer bien. Cuando hayas decidido el lugar correcto y te has asegurado que no interfiere con los planes de otras personas, marca tu jardín. La manera más fácil es clavando unos palos en la tierra marcando la orilla del jardín. Ata entonces cuerdas de palo a palo alrededor, para separarlo. Ahora va tomando forma. Ahora haz comenzado un jardín. 2.- Qué debo sembrar? En realidad hay cuatro cosas que debes hacer: uno: escoge el lugar con cuidad (eso ya lo hiciste), dos: piensa qué sembrar, tres: prepara la tierra; finalmente, desde luego, es el plantar y cuidar de las plantas. Hay tanta variedad de flores y vegetales que es mejor decidir unas pocas para el primer jardín y hacer que crezcan bien. No pondrías veinte niños en un cuartito y esperar que tengan suficiente espacio para comer, estirarse, dormir y respirar correctamente: Es exactamente lo mismo con las pequeñas semillas. Deben de tener suficiente espacio. Si tu jardín tiene cinco pies por lado, le puedes sacar mucho, si no pones demasiado en él. Parece chistoso pero es cierto. Veamos que será bueno plantar. Un ejemplo de que plantar: 1 paquete de rábano 1 paquete de maíz 1 paquete de zanahorias 1 paquete de alyssum 1 paquete de lechuga 1 paquete de limas 1 paquete de perejil 2 plantas de tomate

2 paquetes de pensamientos Compra las plantas de tomate cuando ya estés listo para plantarlas. Desde luego, hay muchas otras cosas que crecen fácilmente. Aquí hay una lista de algunas: Flores de tallo corto: Ageratum Zinnias (dwarf) Amapolas Petunias Flores de tallo alto: Flores de Maíz Ranúnculo Asters Phlox Vegetales: Remolacha Cebollas Alubias Acelgas Si es posible, ordena tus plantas en febrero ó marzo, así cuando ya tengas listo el terreno del jardín tendrás las semillas.. Recuerda no ordenar demasiadas. Tienes que pensar en el espacio que tienes y el tiempo que tendrás. Si quieres tal vez puedas comprar las semillas en una florería o en una tienda como “Home Depot” o puedes pedirlas por catálogo. III.- Preparando el suelo. El siguiente paso es probar la tierra del espacio que ya preparaste. Eso es fácil. Tres días después de que llueva a finales de marzo o principios de abril, recoge un puño de tierra. Esto es cuando ya no hay escarcha en el suelo. Hay lodo en el suelo después del invierno, cuando el hielo en el suelo se derrite. Cuando ese derretimiento se absorbe, el lodo se desmorona. Es el tiempo de empezar. Espera tres días después de una lluvia para la prueba. Toma un puño de tierra y apriétalo. Si tus dedos dejan una profunda impresión en la tierra, entonces tiene mucho barro. Un poco de arena y humus se deben mezclar con ella. El humus son vegetales descompuestos. Hojas en descomposición hacen un buen humus. Si cuando aprietas la tierra, se cuela por tus dedos, se le debe añadir un material mas pesado. Busca algo de arcilla y mézclalo bien. Entonces añade algo de humus si es posible.

Si vas a utilizar una caja con tierra para sembrar semillas en la casa, la mejor mezcla será un tercio de arcilla, un tercio de arena y un tercio de humus. Las semillas son pequeñas y no pueden empujar mucha arcilla y no pueden trepar por la arena. Hay algunas cosas que crecen donde hay mas arena, como los espárragos; pero la mayoría de las plantas crecen mejor en una mezcla de los tres. El siguiente trabajo es pesado y se requiere ayuda- necesitas herramientas. Una horca o pala, un rastrillo y un azadón son los más importantes. Toma la pala u horca y empieza a cavar. Empuja la herramienta hacia abajo tan lejos profundo como puedas y voltea la tierra completamente, de tal manera que la tierra que estaba ocho pulgadas abajo quede encima. Este es un trabajo muy importante y aunque difícil, es bueno recordar que solo tiene que hacerse una vez al año. Cava todo tu jardín y asegúrate que cada sección de tierra sea volteada. Toma entonces tu azadón y corta los trozos. Cada que te topes con una piedra, sácala. Si hay muchas piedras, ponlas en un montón; no las desparrames alrededor. Puedes poner una cerca de piedras alrededor de tu jardín. Después de cortar y cortar y la tierra está completamente suelta, debes utilizar fertilizante. El fertilizante es cualquier material que haga la tierra mejor para crecer cosas. La mejor manera de obtener fertilizante es comprarlo del mismo lugar en donde compres las semillas. No es caro y es importante, es alimento para las semillas. Incluso si cuidas mucho tu jardín, si no está bien nutrido no tendrás buenas plantas. No desperdicies tu trabajo ni tu tiempo. Algunas tierras son suficientemente buenas sin fertilizante, pero no es lo común. Asegúrate y pon fertilizante, no te arriesgues. Cualquier fertilizante trae las instrucciones en el empaque. Casi siempre se esparce en la tierra como la sal en la comida. Se pone después de que haz limpiado con el azadón tu jardín, justo antes de rastrillar. El rastrillo parece peine y hace esa función, sacando los pequeños grumos y haciendo la tierra suave y suelta de tal manera que el aire y la lluvia lleguen abajo de la superficie. Solo una cosa más y estarás listo para plantar. Marca las hileras o los hoyos para las semillas. Estas hileras de semillas deben de tener media pulgada de profundidad. Deben de ir de norte a sur porque así reciben más sol. Qué tan separadas estén las hileras varía de acuerdo a lo que se esté plantando. Seis pulgadas de la orilla y puedes plantar pensamientos o mariquitas, petunias, geranios. Seis pulgadas de éstos para una hilera de zanahorias.

Seis pulgadas de éstas y se siembran rábanos. Doce pulgadas de éstas y una hilera de limas. Otras doce pulgadas para otra hilera de limas. Otra vez seis pulgadas para lechuga. Y para la última hilera, a seis pulgadas, otra hilera de pensamientos, petunias y algo de perejil. Dejar como un pie al norte del jardín para el maíz y las plantas de tomate. Al sur del jardín dejar seis pulgadas para poner el borde, sin hacer surco; hacer directa la orilla. Esta es la manera que debe verse cuando está esperando por las semillas. IV Plantando Ahora estás listo para las semillas. Los rábanos son los vegetales que crecen más rápido. Deben plantarse al principio de la primavera y estarán listos para comerse a los treinta días. Corta una esquina del empaque para que no se caigan todas al mismo tiempo. Espárcelas con cuidado en el surco que hiciste para ellas, tratando de que no queden una muy junta de la otra. Cúbrelas con un poco de tierra, como tres veces su tamaño, aproximadamente un cuarto de pulgada. Presiona la tierra hacia abajo con la mano, o dar palmadas con un palo a la tierra que las cubre. Esto se hace para que la lluvia no se las lleve. Pon un pequeño palo con el nombre de la semilla al final de cada hilera tan pronto como lo hayas plantado. Si cuando salen, algunas están muy cerca de otras, saca algunas de aquí y de allá. A los rábanos no les gusta crecer cuando hace mucho calor; por eso es mejor plantarlos antes. No les gusta ser transplantados como a las flores, así que solo descarta los que están amontonados. Las zanahorias deben esparcirse con cuidado a media pulgada de profundidad, en hileras separadas por ocho pulgadas. Después de poner las semillas, si se secan, no tendrán éxito; solo aparecerán unas cuantas, pero no muchas. Las zanahorias necesitan mucha humedad para crecer. Asegúrate que la tengan. Saca las que se amontonen cuando tengan una altura de una pulgada. La lechuga crece rápido en buena tierra y es deliciosa. Planta las semillas al principio, como a media pulgada de profundidad. Espárcelas al igual que otras semillas pequeñas. Las habas o judías son fáciles para os primeros jardines porque no necesitan palos. Hay que plantarlas cuando hace calor. No les gusta el principio de la primavera por el suelo empapado. No les gusta la humedad. Cada semilla debe plantarse separada, como a una pulgada

de profundidad y separadas como por seis pulgadas. No regarlas hasta que salgan del suelo. El perejil es una hierba. Una hierba no es una flor, pero huele rico y algunas hierbas son bonitas. Todas se pueden comer. Tampoco son un vegetal. Son muy saludables y algunas son utilizadas para curar algún mal. Esparce también las semillas de perejil. Son pequeñas. Cúbrelas con no más de media pulgada de tierra. Aunque el maíz ocupa mucho espacio, a mucha gente le gusta tanto que es divertido tener aunque sea unos cuantos tallos. Cuando empiece el calor, haz tres pequeños hoyos separados dos y medio pies. Toma ocho granos y plántalos en un círculo de una pulgada de profundidad alejada uno de otro en el hoyo. Cuando la pequeña planta de maíz tenga cuatro pulgadas de altura, decide cuál se ve más fuerte. Toma las tres más fuertes de cada grupo y descarta las demás. Entonces toma tierra y forma una pequeña colina alrededor de las tres que quedaron. El maíz crece alto; A menos que haya tierra suficiente abajo cuando crezca, se caerán. Si quieres tomates, la manera más sencilla es comprar las plantas ya crecidas. Estas pequeñas plantas se llaman “plantas de semillero”. Hay diferentes tipos de tomates por su tamaño, forma, color número de semillas y sabor. Cuando tengan un pie de altura consigue un palo de tres pies de altura. Clávalo en el piso a cuatro pulgadas de la planta. Ata los tallos de tomates al palo con un pedazo de tela vieja. La cuerda con frecuencia corta la planta. Si los tomates maduran en el piso, se pudren. Un jardín se ve adorable con flores alrededor de la orilla. Eso se llama el arríate. Estas flores deben de ser cortas, si fueran altas darían sombra a otras cosas sin permitir que les dé el sol. Los pensamientos son cortos y a todos les encanta sus pequeñas “caras”. El alisón es una pequeña flor blanca que florece todo el verano y otoño. Sería bonito tener pensamientos y alisones y otra vez pensamientos. O si te gustan los geranios con sus grandes, verdes y redondas hojas planas y brillantes flores naranjas, amarillas y rojas, puedes plantar éstas. Los pensamientos y alisones tienen pequeñas semillas, las de geranios son un poco más grandes. Las semillas pequeñas deben esparcirse en la tierra exactamente en el lugar que quieres que crezcan, con solo un poco de tierra sobre ellas, como de tres y media veces su tamaño. Recuerda que esto es como media pulgada sobre ellas. No las pongas más profundo; les será muy difícil salir. Cuando el alisón y pensamientos tengan una pulgada sobre el piso, con mucho cuidado debes quitar las que estén amontonadas. Las puedes plantar en otro lugar; esto se llama transplantar.

Busca un lugar donde no hayas plantado nada y con una cuchara vieja cava un pequeño agujero como de dos pulgadas de profundidad. Vacía media taza de agua en él. Toma la planta extra con cuidado en tu mano izquierda y sostenla sobre el centro del hoyo. Con tu mano derecha esparce tierra alrededor de ésta hasta que se cubra la raíz y se llene el hoyo. Suelta la planta y se quedará parada por sí misma en su nuevo lugar sin amontonamientos feliz. Una cosa más: Presiona suavemente la tierra alrededor y pon la otra media taza de agua alrededor del tallo. Si el pensamiento y el alisón están como a cuatro pulgadas de separación, tendrás más flores. Desde el minuto que estas semillas tocan la tierra hasta que florecen, necesitan ser humedecidas. Los pensamientos no crecerán sin agua. Parece ser que les gusta que la gente las corte. Mandan más brotes. Por favor no arranques tus flores; siempre córtalas con tijeras. Arrancarlas las lastima. Los geranios vienen de diferentes maneras. Consigue los “enanos” para la orilla. En los paquetes se describe de qué clase son. Si compras geranios verás que las semillas son un poco más grandes y pueden ponerse en la tierra una por una separadas por media pulgada. Entonces no tendrán que ser transplantadas. Solo piensa, si tienes geranios rojos, alisones blancos y pensamientos azules, ¡que precioso bouquet tendrás en julio! También tendrás cosas ricas que comer para entonces, ¡de tu propio jardín!. V Cuidando el jardín Ahora es como magia. Cuando las semillas están confortables en sus camas se acostumbran a su alrededor y a la tierra caliente. Entonces crecen; no hacia arriba, no señor. Se estiran. Invierten toda su fuerza, como cuando la gente hace cuando duerme para tener fuerza para crecer. Es cuando echan raíces. Cuando tienen algunas raíces, tienen la fuerza para “levantarse”. ¡Como quieren ver el sol!. La semilla crece en tallo que va trepando por la tierra. Es fácil incluso si el tallo es pequeño, porque la tierra ya se ha roto para ello. Toma fuerza de su alimento, el fertilizante. Finalmente empuja hacia arriba para abrir y respira. Si no llueve por varios días y la tierra se ve seca, debes regar el jardín. Usa una regadera que rocíe el agua; no la vacíes sobre la planta. Moja bien la planta. Usa suficiente agua para que llegue hasta la raíz. Si en los siguientes cuatro ó cinco días no llueve, las raíces

absorberán el agua en el suelo y refrescarán a la planta. No rocíes el jardín ligeramente. Esto no será suficiente; las raíces, ansiosas de agua, alcanzarán la superficie y el sol las secará. El suelo debe de ser bien regado por lo menos una vez a la semana. Bueno, ahora que han llegado las pequeñas semillas, las tratamos con cuidado, pero todavía tenemos que trabajar por ellas. “cultivamos” la tierra. Cultivar la tierra es romperla cuando está dura alrededor de las plantas. Esto es muy importante y debe hacerse cada dos o tres días. Toma el azadón y úsalo de arriba abajo en las hileras, cortando cerca de las plantas. No tan cerca que la navaja quede cerca de la semilla; cortarías la raíz mortalmente. ¡Ten cuidado!. Soltar la tierra permite el aire, la humedad y que los nutrientes lleguen a la planta. ¿Mala Hierba? ¿Quién le ayudó a crecer? ¿Cómo llegó ahí? La mala hierba es una planta que no produce nada bueno, ni plantas ni vegetales. Crecen con fuerza en las peores condiciones. Son enemigas del jardín y del jardinero. Estos graciosos, saludables, obstinados erizos del suelo no tienen amigos. Bueno quizás algunas personas después de mucho estudio encuentren que algunas sirven para algo. ¡Pero no en nuestro jardín! Limpiar con azada la tierra de vez en cuando, es la mejor manera de deshacerse de ellas, y lo tienes que hacer de todas formas, para que entre a la tierra el aire y la humedad. Pero las pequeñas que crecen en la hilera con tus semillas no son fáciles de eliminar. Son una plaga. No las puedes arrancar al minuto de verlas, porque sus raíces pueden estar atadas a las plantas buenas. Debes esperar hasta que la semilla que plantaste tiene la suficiente fuerza para no caer de un jalón. No quites una mala hierba sin importar lo enojado que estés con ella. Jálala suave pero firmemente para asegurarte que la tengas completa. Diferenciarás una mala hierba de una buena planta fácilmente. Si dudas, espera a que la hilera tenga dos pulgadas de alto; así, las que tengan hojas diferentes, por lo que podrás reconocerlas. Al principio cuando salen las plantas, se parecen mucho todas; un tallo con dos hojas. Cuando crecen un poco más, el tipo propio de hojas aparecen y son muy diferentes unas de otras. Las semillas que están amontonadas tienen que ser sacadas. Saca las más delgadas, débiles y pequeñas para dejar espacio a las más fuertes para crezcan grandes y fuertes. Después de un tiempo las flores y vegetales empezarán a aparecer. ¡Qué bueno es tener un vegetal un vegetal que has cosechado para que la familia lo disfrute y tengas flores para regalar! Los diferentes vegetales están listos a diferentes tiempos y durante la

primavera y verano tendrás un agradable tiempo reuniendo tus vegetales y flores. VI Fin de la temporada Cuando el jardín esté terminado, y hayas reunido tus flores y vegetales, su trabajo ha terminado, pero no el tuyo. Piensa en el siguiente año. Piensa en tenerlo listo para una nueva temporada. Tenlo listo haciendo algunas cosas. Si quieres plantar bulbos, hazlo en otoño, y estarás contento de recibir un nuevo amigo a principios de la primavera. Tulipanes y narcisos crecen de bulbos. Reúne todas las hierbas y hojas en un montón apilado para que sirvan de alimento a tu jardín. Haz una lista de cosas con las que has tenido éxito cosechando y algunas nuevas que quieras probar. Después de haber tenido tu primer jardín habrás encontrado algo que hacer que te dará a ti y a otros, placer a través de los años. Placer y bienestar porque es útil. Todos necesitan un jardín; lo antes que puedas aprender lo divertido que es más feliz serás. Hacia una filosofía de la naturaleza del niño. Por David Kahn Cualquiera que sea la razón que nos está distanciado de la naturaleza, está claro el hecho de que el niño es quien más sufre. En los años formativos, el niño está cerca del inicio de la vida y su afinidad al mundo natural asume su propia personalidad observando el espíritu en plantas y animales. No es accidentalmente que los personajes animales de Beatriz Potter impresionen a los niños y que Richard Scarry retrate zorros, osos y cerdos con uniformes de oficios humanos. A.A. Milne ha captado la atención de muchas generaciones jóvenes enseñando un afable osos con vicios humanos. Los niños a veces se ven como parientes cercanos del mundo animal, de una manera en que nosotros nos vimos alguna vez cuando éramos muy jóvenes – pero que olvidamos hace mucho. El niño de seis años está desarrollando un punto de vista del mundo construido en su exposición a lo natural en la infancia. En sus años previos ha estado expuesto a la riqueza de la naturaleza sensorial- como una pintura de Rousseau se detuvo en medio de la flora y fauna y aprendió cada uno por su nombre. Ha explotado las asciepias dispersado dientes de león, echado un vistazo a las arisaema candidissimum (flor). Ha alimentado a los animales bebés en el zoológico y capturado escarabajos y saltamontes y orugas verdes, poniéndolas en un contenedor transparente. “En esos tiempos la naturaleza estaba simplemente saliendo, escapando el encierro de

cuatro paredes; afuera podía ver todo y correr, cavar, brincar y gritar con toda su voz. Cuando llegamos a la edad de primaria, el niño empieza a ver causas y efectos. ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? El adulto es asediado con estas preguntas. “¿Por qué esta piedra brilla? ¿Por qué los grillos cantan? ¿Por qué algunos animales solo salen de día?” Señalando los significados e interrelaciones que ocurren a nuestro alrededor en la naturaleza, creamos con el niño una filosofía. Hay un cuestionamiento natural de si cada padre y maestro ha visto a esta edad, un sublime instinto por la verdad acerca de su formación, su crecimiento, su pasado y su destino. “¿De dónde vengo? ¿Qué me va a pasar? Los niños más grandes son muy serios y maduros con estas preguntas. La adquisición de conocimiento, el estudio de la historia, biología, matemáticas, lenguaje, etc., busca estos propósitos intrínsecos. Cada niño sabe que es parte de su entorno- Debe empezar a desarrollar una relación con el mundo exterior. El yo en desarrollo se refleja en el inicio y en el final de la vida. En cuanto empiezan a hablar preguntan por ardillas muertas, pájaros lastimados e insectos desmembrados. Su sensibilidad ante el ciclo de la vida es real; muy cercana. La exposición correcta a lo natural y las ciencias relacionadas será indispensable para desarrollar un fuerte sentido de realidad y propósito. Para el niño de primaria, si debemos aislar una parte de la vida mental que entreteje conocimiento del mundo a una vista personal del mundo, debemos seleccionar la imaginación La imaginación extiende el horizonte de posibilidades. Es un poder que excita. Montessori anuncia a la imaginación como algo que no tiene límites. “La imaginación no solo puede viajar a través del espacio infinito, sino a través del tiempo infinito; podemos regresar por las épocas y tener una visión de la tierra como solía ser.” La filosofía esencial natural del niño descansa entonces en la imaginación – la incursión imaginativa en el pasado, y la proyección imaginativa en el futuro. El secreto del bien enseñar y ser buenos padres es la selección del material correcto para la imaginación que generará confianza e interés por la vida. Montessori sugirió que debemos intentar inspirar al niño con una imagen de toda la naturaleza. “ofreciendo la historia del universo le damos al niño de seis años algo mil veces mas infinito y misterioso para reconstruir con su imaginación que……. Historias de detectives o cuentos de hadas”. Si retratamos una historia metafísica del origen de la tierra y la vida, construimos un estudio de la naturaleza y de historia que satisface el activo cuestionamiento-“¿De dónde vengo? ¿Para qué estoy aquí?”

Dinosaurios, peces con armadura, caballos de tres dedos, tigres dientes de sable son hechos inútiles a la luz de la explosión de conocimiento contemporáneo. Pero este gran retrato del universo es una manera de sentir la historia natural como una gran y generosa mezcla de interés. Todo el conocimiento entra en contacto con la formación del universo. Es una gran aventura cuando la mente encuentra al universo como un todo. Y fuera de esta grandiosa, histórica vista, la imaginación del niño creará su propio futuro entusiasta. Dentro de la saga de la vida en la tierra está la creciente complejidad de los animales, plantas y su reproducción. Y así las preguntas acerca de la naturaleza se vuelven un asunto íntimo del niño pequeño. Su propio nacimiento, su habilidad para continuar la vida familiar en el contexto de lo que sabe sobre la naturaleza. Qué absurda es la idea de la educación sexual en un niño de nueve años que ha estudiado las formas de reproducción desde la vida unicelular a los mamíferos en secuencia evolutiva. El abrumador desarrollo de los adolescentes se alivia con un claro entendimiento del crecimiento biológico de la vida humana en relación a toda la vida. El mundo natural se vuelve una herramienta de autoanálisis. Hay mucha confusión y pesimismo en las noticias acerca del estado del medio ambiente; el espectro de la radiación nuclear y la contaminación del aire y el agua, con frecuencia se enfatizan a los pequeños como algo irresoluble y fuera de control. Esto es desalentador para las generaciones que heredarán la tierra. Después de todo, nuestro planeta todavía tiene mucha belleza, grandeza, recursos sin explotar y un futuro si educamos a nuestros niños acerca de las leyes de la naturaleza que aún permanecen constantes – Como el suelo se reconstruye, el agua se auto purifica, como se conservan la energía y la materia. Naturaleza y humanos pueden encontrar un camino para corregir desviaciones. La mayor fuerza está en nosotros mismos. Necesitamos conocimientos de cómo los cambios ambientales se llegaron a dar. Necesitamos una perspectiva para que podamos decidir. Necesitamos confianza para que podamos actuar. Y todo empieza en la infancia. Cuando salimos de excursión con la familia, los paseos en el parque por el barranco, podemos contar la historia de cuando de ese barranco brotaba abundante agua precedida de energía y de las grandes montañas de hielo que movieron gigantescos pedruscos marcando las rocas. Hay una calma y simplicidad acerca de ir al principio- antes de que nacieran tus padres, antes de que tus abuelos nacieran, antes de que hubiera árboles y edificios, antes de que hubiera algo vivo, antes de que la tierra naciera –no había nada, absolutamente nada.

¡Ahí! Hemos establecido un sentido de la historia, con hipótesis y capturando la imaginación. Hay magnitud y consuelo en esta gran historia. Y en nuestra búsqueda de información y sentido debemos ir al estante de libros y seleccionar un volumen con delgadas y doradas páginas. Dice: “En el inicio Dios creó los cielos y la tierra. La Tierra estaba vacía sin forma y todo era oscuridad, la voz de Dios se levantó sobre las aguas.” ¿Qué es la verdad? No sabemos nada por seguro, pero todos tenemos un principio y un fin y una contribución que hacer que es enseñar a los niños el surgimiento de una pequeña naturaleza, ellos mismos, con una naturaleza cósmica tan grande como el universo, y tan cerca como el jardín trasero. Naturaleza Cosmos e Historia Por María Montessori En el libro La Mente Absorbente, La influencia del “inconsciente” se ilustra con relación al desarrollo de los niños pequeños. Aquí me gustaría tratar ese “inconsciente” en relación a la vida del hombre adulto, ambos porque forman la contribución de una nueva tendencia en educación y adquisición de un grado superior de cultura y como abre nuevos puntos de vista en el complejo fenómeno de la vida social. Una aplicación práctica de esto es el estudio de la historia en donde el inconsciente proporciona nuevas interpretaciones de la evolución de las civilizaciones. ¿Nosotros los del este, no leímos cuando niños, un libro titulado Historia Sagrada? Empieza con la historia de la Creación Cósmica, el Génesis: una cosmología donde por fin el hombre aparece con una vaga intuición de su identidad y destino y de misteriosas dificultades y sufrimientos que le esperaban sobre la tierra. Este libro no es otro que la Biblia escrita en resumen para los niños. Se llama la Historia Sagrada, porque considera los eventos históricos de la humanidad mientras es guiada por Dios, más que por casualidad o como resultado del esfuerzo e inteligencia del hombre. La religión es una expresión del sentimiento humano; responde a la psicología del hombre y con frecuencia guía el desarrollo científico más tarde. No es de sorprender entonces, que la concepción científica de la historia haya embarcado ahora un camino similar. Es hasta ahora, que el cuadro que despliega es una amalgama de eventos – Confusión sería una palabra muy fuerte tal vez. No hay prueba de que estén mutuamente conectados. El único eslabón que ofrece es la descendencia del hombre de un mono que representa ahora el ser más desarrollado creado por la naturaleza: un mero hilo de procedencia del

hombre, las especies. Pero qué hay de la historia social, o acerca de su función especial sobre la tierra. Lo que aún se omite es la mutua relación de eventos, la parte tomada en la Historia Sagrada por el concepto de Dios, el creador del mundo, quien guía todas las cosas en él, dando la manifestación de un plan constructivo. El “inconsciente” ofrece conceptos mucho más profundos que la descendencia biológica del hombre de un animal. Ofrece el primer eslabón entre eventos y ambiente y aunque no calculado para desenmarañar el misterio del origen, revela la existencia de un plan cósmico. Un estudio científico revela correlaciones sorprendentes que inspiran la imaginación y preparan la mente para aceptar la existencia de este plan. Junto con las demás energías del universo, la humanidad toma su propio papel en él con la gloria y sufrimiento que le acompañan en su relativamente corta historia. El término “inconsciente” nos concierne a los humanos. Es cierto que de todos los seres vivientes somos los únicos con el don del razonamiento consciente que levanta la sociedad a niveles más elevados a través de la evolución de la civilización. Pero hay una parte de nuestra existencia que nunca toma conciencia, o (por lo menos) alcanza indirectamente el nivel inconsciente de algunos. La humanidad ha concebido un mundo que se envuelve y organiza solo a través de instintos concientes, a través de impulsos y ansiedades, a través de espléndidos logros de nuestra inteligencia. Cuando hablamos de un eslabón entre el ambiente y eventos que revelan la existencia de un plan cósmico, no nos referimos a la correlación ilustrada por la ciencia moderna de la ecología. Nos referimos más bien a las condiciones psicológicas; al hecho de que, mientras el hombre interpreta los eventos de la vida social solo como el resultado de los esfuerzos concientes, estos han sido influenciados y guiados por el “inconsciente creativo”. Llegamos a esta conclusión no por prueba directa, sino por considerar la analogía entre la vida del hombre y de y la de los animales y plantas. Esta analogía, nuevamente, no es la descendencia evolutiva que ilustra la biología. Se refiere al comportamiento de los seres vivientes y a aquél de la mayoría de las grandes fuerzas naturales. Una vista más amplia se está infiltrando lentamente en el campo de la ciencia que se centra en el estudio de la evolución de la vida en su relación con el medio ambiente. El último era hasta el momento considerado como una clase de escenario en donde los dos actores principales de la vida, los animales y las plantas, estaban luchando para

hacer su existencia segura y para adaptarse a las condiciones prevalecientes.. La tendencia moderna – incluso en la rígida esfera de la biología – es considerar lo que la geología previamente leyó en las páginas del libro de historia de la Tierra: que la vida es una energía constructiva que modifica el ambiente. La vida aparece como un trabajador, como un “agente de creación”. Sus diversos componentes son guiados por sus múltiples instintos para realizar funciones especiales dirigidas al mantenimiento del “orden de la naturaleza”. Cada tarea es indispensable; Cada individuo se preocupa más por la ventaja de la evolución del todo en donde todos toman parte que por su propia salvación. De ésta manera el propósito de la vida a mostrado ir más allá de los límites de la vida misma. Entra en el campo mucho más amplio que el restringido propósito del auto preservación y auto perfección Todos los seres vivos presentan dos aspectos en su comportamiento: uno, considerado especialmente por la biología, es aquél del auto preservación; este es el aspecto conciente. El otro, considerado por la geología, es la contribución que cada uno da al mantenimiento del ambiente, a la creación cósmica; este es el aspecto inconsciente. El comportamiento de plantas y animales, considerado desde este doble punto de vista, es mucho más comprensible y lógico que de otra manera. Algunos ejemplos ilustrarán esta nueva concepción Consideremos primero las plantas. La función directa hacia el mantenimiento de su vida es una composición de hechos maravillosos. Esto los muestra totalmente dependientes del sol, quien les permite incorporar el carbono y liberar oxígeno del aire. Ellas transforman el dióxido de carbono, un veneno poderoso para prácticamente todas las especies de vida, en oxígeno puro, el elemento indispensable para los seres vivientes. La reducción de un veneno siempre presente, en un elemento esencial de vida es la principal función cósmica de las plantas. Entremos por un momento en el mundo de la fantasía y supongamos que el reino vegetal estuviera dotado de una conciencia similar a la nuestra. ¿De qué estarían concientes sus innumerables componentes? Ciertamente de sus necesidades vitales. La mayoría buscaría carbono, el componente principal de sus organismos. Al oxígeno lo tendrían con asco, desagrado. Como nosotros consideramos con repugnancia las eliminaciones de nuestro cuerpo después de la digestión, así las plantas considerarían el libramiento de algo desagradable, de oxígeno, como una –si bien continua- purificación necesaria.

A lo mucho ellas adoptarían una especie de adoración al sol, reconociendo en la estrella de fuego su mayor benefactor. Pero, purificando la atmósfera, ellas son la salvación de la vida terrestre de todo el reino animal. Consideremos la vida acuática; el segundo ejemplo es la pureza del agua de mar. Cada día, cada hora, cada momento, desde el enfriamiento de la tierra, enormes cantidades de carbonato de calcio son vertidas en los océanos del mundo por innumerables arroyos que fluyen a ellos. Continuamente el agua se evapora; una especie de hada invisible que se levanta en su mas grande pureza; dejando atrás las sustancias extrañas que tenía disueltas. En este doble papel los océanos tendían a saturarse con carbonato de calcio. Ahora, para la vida en el mar esta s sustancias son un veneno tan poderoso como el dióxido de carbono es para la vida terrestre. Añadir una pequeña parte de él a la proporción normal de las diferentes sustancias disueltas llevarían la muerte a todos los seres que pueblan el océano desde la superficie hasta las profundidades de los abismos. Pero aquí también existe un salvador, la gran tribu de los corales. En común con otros animales de menor importancia cósmica, ellos construyen un “esqueleto” (a falta de una mejor palabra para describirlos)- absorbiendo carbonato de calcio, haciéndolo insoluble y así salvaguardar la vida de los habitantes del océano. Si los corales cesaran su función, los océanos se convertirían en un reino de muerte y putrefacción y el agua misma, revertida al caos primitivo, se convertiría en un inmenso y turbio pantano. La inmensidad de la tarea que realizan los corales se revela por las tremendas masas de rocas que construyen. Para medir adecuadamente su extensión, vean el mapa y los verán rompiendo la superficie de las aguas en forma de islas agrupándose en miles sobre la faz de los océanos. El archipiélago de Lakshadweep en India, Las Maldivas y Polinesia son solo algunos grupos de archipiélagos de ésas islas. Ante esta evidencia uno bien puede creer, como dice la geología, que en el pasado los corales construyeron continentes enteros. Penetremos nuevamente el mundo de la fantasía y dotemos a los corales de conciencia. Primero que nada se darían cuenta de la ventaja de la solidaridad, la unidad. ¡Qué orgullosos estarían de sus construcciones! ¡Qué enclenques se verían nuestros monumentos ante ellos! ¡Y qué pigmeas nuestras grandes ciudades! Individualmente los corales se sentirían bon viveurs, ansiosos de bebida y por beber sin límite- podrían tomar por cierto, ¡toda el agua del océano!

Y naturalmente como todos los bon viveurs, sentirían la necesidad de numerosos sirvientes ocupados en mantener el agua circulando para

brindarles los placeres de su existencia- carbonato de calcio, el elixir de la vida. Y desde luego, sin interrupciones y a una temperatura adecuada.

Calor, salinidad y tranquilidad serían la esencia de su felicidad. En otras palabras, también estarían concientes de las necesidades dictadas por sus instintos, pero ciertamente no de su función cósmica como purificadores de agua y constructores de nuevos mundos.

He mencionado a las plantas y corales como ejemplos, pero cualquier otra forma de vida tiene también una función similar, de mayor o menor importancia. El trabajo que hacen, enteramente encargado de la supervisión de sus instintos, es la razón de su existencia; Su tarea determinando la duración de sus vidas.

Los rumiantes – vacas, búfalos, bisontes, por mencionar algunos – con un cuerpo poderoso, armados con cuernos que penetran, cortan y perforan violentamente; ¿por que ellos por ejemplo, durante el transcurso de innumerables centurias, persisten en las mismas condiciones y se alimentan de pasto? ¿Dónde está la necesidad de una vida tan ascética, especialmente cuando el pasto es tan difícil de digerir? No es suficiente con masticar; tiene que ser rumiado. Para asimilarlo, estos animales fueron forzados, en el curso de la evolución a desarrollar estómagos de cuatro cámaras.

¿Por qué no, en todo ese tiempo, buscaron algo más fácil de digerir, siendo tan grandes y fuertes, poderosos y bien armados? Si la lucha por la vida es la principal llave de la evolución, ¿qué animales serían más apropiados para ser presas de otros animales?

Pero mírenlos; siempre los verán en actitud de humildad, con la cabeza baja como rindiendo homenaje a la Madre Tierra. Cortan el pasto que la cubre, dejándolo al ras del suelo, pero sin arrancarlo, ¿Por qué este respeto, esta delicadeza que no cambia que ha perdurado años desde una época que precedió la aparición del hombre?

El pasto mismo tiene la función de preparar el suelo para la existencia de vida vegetal superior. Es el último paso en el drenaje de las regiones pantanosas, haciendo el suelo firme, seco, rico en humus y por lo tanto adecuado para la vida de los árboles.

Solo recientemente los humanos hemos descubierto que para mantener el césped verde y saludable es necesario cortarlo cerca de la raíz y hemos diseñado máquinas con este propósito. Pero cortarlo con frecuencia no es suficiente; es necesario presionarlo – es por esto que aparecieron las pesadas máquinas podadoras- así como nutrirlo con químicos mezclados en porciones especiales.

¿No es esto acaso lo que hacen los bovinos? Ellos cortan el pasto cerca de ala raíz; lo presionan cuando se recuestan en él,

“filosóficamente” masticando lo rumiado; dándole rico y abundante abono natural.

¿Acaso no la vaca encaja en el papel de un experimentado agricultor? Mantiene las praderas en excelentes condiciones, en próspera salud ahora como en lo ha hecho en el transcurso del tiempo, ayudando así a la vegetación a alcanzar “el óptimo clímax”.

Los hindúes ven a la vaca como un animal sagrado: agradecidos tal vez por su no violento comportamiento a pesar de su fuerza innata; y por la abundante leche. Pero no miden su tarea principal, la cósmica, por lo que no solo el hombre sino la tierra debe agradecer. Ni la vaca, si estuviera tan consciente como lo estamos nosotros, se considera a sí misma un perfecto agricultor.

Grande y fascinante es la historia de las diferentes tareas cósmicas de los seres vivientes; siempre ocupados cada uno, siempre hambrientos, siempre ansiosos de llevar a cabo su particular trabajo, sin importar que tan horrible parezca a otros cuyos instintos lo llevan a realizar tareas opuestas a las suyas.

¿Por qué está cubierta de gusanos la capa más arriba del suelo, esos carnosos, repulsivos animales cilíndricos que se retuercen enérgicamente cuando los agarramos? Su alimento es el humus –la tierra misma, podríamos decir- y su apetito es insaciable. Su excremento forma una línea que alcanza diariamente doscientas veces lo largo de su cuerpo. ¿Dije excremento? No, para nuestra mente humana la palabra es repugnante. Es tierra modificada, “la buena tierra”, un suelo rico en delicias de alimento para la vida de las plantas.

Esta especie de insaciable deseo que los lleva a devorar tierra es la tarea cósmica de la que los gusanos no han tenido conciencia incluso si tuvieran algún día la inteligencia del hombre.

De manera similar, vean a las grandes y fuertes aves de rapiña –el maravilloso cóndor, que está adornado con finas plumas formando un hermoso collar blanco en la base del repugnante y desnudo cuello largo ¿Por qué este contraste de belleza y horror?

El cóndor muestra una sabiduría similar a la de los egipcios que preparaban momias y ala de los embalsamadores modernos. Para detener el proceso de putrefacción es necesario remover primero las entrañas. Para el cóndor ha sido asignada esta porción de trabajo en el esquema general de las cosas. Empuja la cabeza y largo cuellos en la cavidad del cuerpo de animales muertos abandonados en la superficie de la tierra. Esto explica la desnudez de su cuello. Si estuviera cubierto de plumas, nunca quedaría limpio de las horribles profundidades en donde se sumerge. Pero ¿Por qué el cóndor elige una tarea tan repugnante cuando el mundo está lleno de otro tipo de alimento, puro y apetitoso? Si fuera una competencia del cóndor con otros animales, el

cóndor no tendría fuerza o armas para pelear. Una vez más, no es una cuestión de supervivencia. El como otros, obedece las leyes de la naturaleza y cumple con la tarea que se le ha dado. Otros animales de todas las especies –insectos como las termitas y necrófora, aves como los buitres, crustáceos como los cangrejos, mamíferos como las hienas y chacales- colaboran en la tarea de sepultar los muertos dentro de los cuerpos vivientes. Si no fuera por ellos e innumerables más, la tierra estaría cubierta de cuerpos putrefactos.

Sí, hay innumerables agricultores, jardineros, barredores, cavadores, que mantienen orden en la tierra para que la naturaleza permanezca constantemente pura limpia y perfumada; ellos están muy ocupados, creando las condiciones que nos inspiran cuando contemplamos la tranquilidad y belleza de la naturaleza.

“Animales”, dice un gran geólogo italiano, “en todas las épocas, aunque en diferentes niveles de desarrollo orgánico, movidos por diferentes y opuestos instintos bajo el estímulo de diferentes necesidades, capaces de diferentes funciones, son todos miembros ordenados de una gran disciplina social para servir a la guerra. Son guiados entre los campos como un gran ejército que pelea por el mantenimiento del orden en la tierra.”

Pasando de la consideración del inconsciente- esto es lo que nunca llegará la conciente, incluso si todos los seres vivientes fueran dotados de conciencia similar a la nuestra, nosotros por lo menos alcanzamos al hombre, el más reciente y perfecto de la creación. A él también le ha sido asignado un compartir inconsciente en la tarea universal del orden y la creación.

No es posible que sea el primer parásito en aparecer sobre la tierra, llegando solamente a disfrutar el fruto de las labores de otros tipos de vida.

Y sin duda lo vemos como un gran trabajador, productor de recursos. Transforma la superficie de la tierra como si fuera un fermento, el fermento de un nivel más elevado de vida. Ciertamente no pasa la vida en regocijo. Persistentemente se pregunta por qué ha sido mandado a la tierra para ser un trabajador que siente la carga de su sacrificio.

Como todos los animales, solo siente sus necesidades vitales, consciente solo de sí mismo, está preocupado por egoísmo. Como otros tipos de vida debe proveer para su mantenimiento y reproducción de su especie. Debe enfrentar peligros y buscar seguridad para estar a salvo. Quizás asume, en su personalidad, todas las diferentes formas de egoísmo mostrado por los animales en sus múltiples tareas. Es capaz de todo el refinamiento de la crueldad; no hay inmundicia moral demasiado desagradable para él. Pero no solo hay egoísmo en los

animales; todos ellos tienen otra “tarea” –colaboración sublime que mantiene el orden cósmico: obediencia que vence ese siempre amenazador caos y embellece aún más el planeta del que son guardianes. Todos están continuamente trabajando como agentes de creación. Y el hombre debe de ser el mejor de todos.

Esta debería de ser la tarea de la historia: revelar este otro aspecto de la vida del hombre, ilustrar su tarea cósmica, dar luz en la acción que él inconscientemente realiza en el planeta en donde pasa los breves años de su vida. La contribución que el ser humano da proporciona nuevas interpretaciones a la sucesión de eventos a través de los cuales a pasado para poder alcanzar su estado presente de evolución.

Traducción del texto en inglés: Guadalupe González