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Historia para contar a niños
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El niño creador de cuentosEl niño creador de cuentos
Juan era un niño al que le encantaba ayudar a los demás, tenía un espíritu muy positivo y siempre encontraba una solución a cualquier problema
que se le presentara.
Se pasaba todo el día viendo quien andaba en problemas y sin que
le pidan su ayuda se ofrecía a ayu-dar.
Un día llegó a su casa de la escuela y le dijo a su papa :
- Qué afortunado que soy papito, puedo ir a la escuela y apren-der algo diferente cada día.
- Y qué has aprendido hoy ?
- Que debemos ir en busca
de nuestras metas y no olvidar-nos nunca de quienes no tienen nuestras mismas oportunidades.
Su padre sonrió con orgullo por la respuesta de su hijo, le dio un fuerte abrazo y le dijo:
- Yo estoy muy orgulloso de ti Juan, porque des-de niño ya conoces el significado de la verdade-ra felicidad, dar sin esperar recibir, y tú siempre estás dispuesto a dar mucho amor, por eso es que tienes tantos amigos y todos te quieren a
dónde vas.
- Pero, papi me gustaría ayudar a muchos niños como yo que no pueden ir a la escuela a apren-
der a leer.
- Juan aunque eres aun muy pequeño sé que encontrarás la forma de ayudar a muchos niños como tú y que aprenderán a leer, de eso no ten-
go dudas.
Juan se fue contento al jardín y se echó a des-cansar apreciando el bello atardecer y las in-
mensas nubes de color blanco que parecían al-godones de azúcar que flotaban en la inmensi-
dad del cielo.
Las observó con atención y vio formas de ani-males diversos, vio un cocodrilo, un alce y una gaviota en lo alto del cielo y se le ocurrió una idea. Haré historias sobre los animales y como
ellos con positivismo superan cualquier obstácu-lo en sus vidas, pues estoy convencido de que quien es positivo alcanza todo lo que se propo-
ne.
Pronto, las historias de Juan y sus animalesre-corrían todo el pueblo pues eran muy bonitas
Y llevaban grandes mensajes para todos. Los niños muy pequeños querían aprender a leerlas. Así también los ancianos que no hab-
ían aprendido a leer se esforzaban por hacer-
lo.
En el pueblo todos leían las historias y compartían el positivismo de Juan en cada hogar y a donde quiera que iban. Ya nadie
era pesimista, sino por el contrario vivían con optimismo y mucha alegría.
Pronto, en el pueblo no había nadie que no su-piera leer y tuviera ganas de aprender. Juan
Estuvo muy contento por haber ayudado a tan-tas personas y entendió que en la vida
Cuando uno más ayuda más grande tiene el espíritu.
FIN