El octavo día JOSE GUERRA CAMPOS

8/20/2019 El octavo día JOSE GUERRA CAMPOS

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(Contraportada)

Voces autorizadísimas, encabezadas por Pablo VI, denuncianel humo de confusión que se difunde en la Iglesia. Es

característico de este fenómeno más que la pluralidad deopiniones, que se presentan como doctrina de la Iglesia ideascontrarias a la misma. “El octao día!, con sencillez "seguridad, ofrece al pueblo criterios para orientarse entre laniebla " recobrar la confianza en su ocación cristiana.

José Guerra Campos, obispo titular deMutia, intervino en el Concilio Vaticano II y enlos dos primeros sínodos. Ha sido desde 1!"secretario #eneral del episcopado espa$ol,consiliario de la %cci&n Cat&lica y presidente dela 'ni&n de %postolado (e#lar. )s miembro del

secretariado ponti*icio de los no creyentes y delconse+o de las con*erencias episcopaleseuropeas, adems de procurador en Cortes.)nse$& teolo#ía, *iloso*ía e -istoria en centroseclesisticos y deontolo#ía en la 'niversidad deCompostela, miembro del C. (. I. C., autor deobras doctrinales, pastorales, -ist&ricas yarueolicas. Continuando el ministerio de la

palabra, e+ercido en los sitios ms diversos,-abla todas las semanas por televisi&n.

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#os$ %uerra &ampos

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Madrid134

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(*+ E)I+*-I

)ditora 5acional inicia, con este libro directo, una serie de publicaciones sobre temas reli#iosos y eclesisticos de enorme actualidaden nuestro con*uso mundo de -oy. Con este motivo, recordamos, una veFms, ue no somos portavoces de #rupo ni tendencia al#una, sino plata*orma desde la ue puedan epresarse, en noble contraste de pareceres, todas las ideas constructivas de los espa$oles sobre su presente,su pasado y su *uturo. %l -onrarse -oy con la publicaci&n de las palabrasde monse$or Guerra Campos, #ran te&lo#o, #ran dialéctico y #ran espa$ol,)ditora 5acional uiere anunciar ue, con la misma *ec-a en ue solicit&su colaboraci&n a este ilustre autor, pidi& también a diversas +eraruías y personalidades de la I#lesia espa$ola y universal, una colaboraci&nseme+ante. %nte las amables respuestas recibidas, esperamos ue dic-acolaboraci&n se concrete lo antes posible.

2esde su modesta, pero *irme encruci+ada cristiana y crítica, )ditora 5acional tiene el convencimiento de ue los problemas nacionales denuestro estamento eclesistico, problemas ue derivan de unas raíces-ist&ricas pro*undísimas, pueden y deben solucionarse en un clima decomprensi&n, de concordia y de síntesis. 5uestra tribuna si#uesinceramente abierta para todos auellos estamos convencidos de ueson una #ran mayoría ue deseen abordar tan delicada problemtica conese espíritu.

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(*+ P-EI/I(-

>a+o el título )l octavo día elevisi&n )spa$ola emite todos loslunes, desde el 13 de abril de 134, una breve alocuci&n reli#iosa.

)n una entrevista con el autor, publicada en Tele-Radio, se dise$abacomo si#ue el en*oue del pro#ramaK

LCul es la *inalidad del pro#rama

2i*undir claridad donde -ay con*usi&n, eponiendo la palabra de2ios sin tecnicismos innecesarios. )s un modo muy actual pensemos enlas antenas de televisi&n sobre las casas de realiFar el encar#o de JesNs asus ap&stolesK O/o ue os di#o al oído, predicadlo sobre las terraFas.P

LQué línea si#ue para lle#ar a ese *in

Hablar como obispo, es decir, no presentando las opiniones ue pueda tener como pensador y te&lo#o, sino la ense$anFa de la I#lesiauniversal, ue es la de Cristo. %centuar la *idelidad como raíF Nnica de la

esperanFa. 5o ocultar ue el ue tiene al#o importante ue decirnos esJesucristo, por los portavoces ue )l -a enviado. /a I#lesia es un -umilderesonador de su voF, no una competidora en el teatro del mundo.

)l nivel medio del numerosísimo auditorio y la breve duraci&n decada espacio de )l octavo día, dieF minutos, ei#en ue los temas seepon#an con la mima concisi&n y sencilleF, sin men#ua del ri#or. (etrata Nnicamente de apuntar al#unas orientaciones. /a distancia de unasemana entre alocuciones tan cortas +usti*ica, para ase#urar la continuidad,lo ue en la lectura se#uida parecer innecesarioK las peri&dicasrepeticiones y recapitulaciones de ideas ya epresadas.

(e editan en este volumen las veinte primeras emisiones de )loctavo día, ue abarcan desde el 13 de abril al 49 de a#osto de 134.

(e a$aden, como se ver en el índice, un dilo#o televisivo sobre lalibertad reli#iosa y otros tetos ue, por raF&n del tema y de su estilo oral,no parecen desentonar en esta miscelnea.

)l autor no muy se#uro del interés ue Rpuedan o*recer estas p#inas a#radece al director de )ditora 5acional la #enerosa iniciativade incorporarlas a su colecci&n /ibros directos.

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&-I1+* -E12&I+)*, P-E1E(+EE(+-E (*1*+-*1

)n este tiempo pascual resuena, incitante, la #ran noticiaK Cristo, el

ue muri& -ace veinte si#los, -a resucitado. )st presente, sin límites deespacio ni de tiempo. )s nuestra luF, es nuestra esperanFa.

%sistimos a las mani*estaciones de Cristo resucitado ante sustesti#osS por cierto, nada inclinados a la credulidad, ms bien recelosos*rente a los primeros avisos de las mu+eresS solamente #anados por la eviTdenciaK Comimos y bebimos con )l R1U.

%sistimos a la trans*ormaci&n radical de auellos -ombres. (elevantan de la postraci&n en ue les -abía de+ado la muerte del (e$or a

manos de sus enemi#os, en una aparente impotencia, cuando vieron diTsiparse su ilusi&n de ue por su poder mila#roso iba a restablecer el reinode Israel, es decir, iba a realiFar sus aspiraciones sociales, políticas yecon&micas. odavía poco antes de la %scensi&n le pre#untarnK

L)s esta la -ora en ue vas a restablecer el reino de Israel 2e+adesoW Vosotros seréis mis testi#os en toda la tierra R4U. ;o estaré convosotros -asta el *in de los tiempos R:U. ; ellos aceptan un reino ue seinstaura a través de la muerteK Cristo reina, aunue ellos si#an en un

mundo lleno dé dolor. 6enace en ellos verdaderamente una ale#ría y unaesperanFa nuevas.

8or eso, la I#lesia, a través de los tempos, da testimonio de una6esurrecci&n inseparable del misterio de la CruF. LQué es para nosotros elmisterio de la CruF Que el vencedor de la muerte, si#no y prenda denuestra victoria, esté con nosotros y, sin embar#o, estemos todavía

caminando entre sombras -acia la muerte.8ero en )l vemos ya realiFada nuestra esperanFa. )l es el Hi+o de2ios, ue nos -ace visible al 2ios oculto y nos revela su amor. )l es el

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de las condiciones temporales de la vida. )l )van#elio es, sin duda, e*icaFtambién para este mundo.

8ero se trata de una e*icacia derivadaS no principal. 8uede *allarS noest #arantiFada. 5o es condici&n previa para ue con*iemos en 2ios. /a

ale#ría y la esperanFa del reino de 2ios desbordan, con muc-o, todo lo#rotemporal. /o incluyen a veces, pero siempre lo trascienden. /o msconsolador es pensar ue esta ale#ría y esta esperanFa valen para nosotrostanto en las *ases de ealtaci&n, de ilusi&n, de es*uerFo creador, como enlas *ases de depresi&n, de inutilidad y de muerte. )l ladr&n, ue moría sinesperanFa -umana al lado de JesNs, pudo oírK Hoy estars conmi#o en el paraíso R3U.

(i nos invade el desnimoS si a veces nuestra *e parece -aberse

desvanecido, acaso porue la -emos li#ado en demasía con proyectos-umanos ue *allanS si no nos ueda sino como un recuerdo nostl#ico, ala manera de los discípulos de )maNs R)sperbamos...U, reavivemos elsentido de su presencia. )l (e$or iba con ellos, aunue no le conociesen.)l (e$or va con nosotros. ; al reconocerle, llevemos la ale#re noticia a losdems R9U.

Como dice la Carta a los hebreos: Jesucristo es el mismo ayer, -oyy para siempre. 5o os de+éis llevar de doctrinas varias y etra$as RU.

; el mismo (e$or proclama en el Apocalipsis: ;o soy el primero yel Nltimo. )stoy vivo, aunue estuve muertoS y a-ora vivo para siempre, yten#o las llaves de la muerte R10U.

8or eso podemos -acer nuestras las palabras del ap&stol (an 8abloKL2&nde est, o- muerte, tu victoria Gracias a 2ios, ue nos dio lavictoria a nosotros por nuestro (e$or Jesucristo R11U.

L5o es obli#ado ue la ale#ría pascual sea una alabanFa a 2ios )sto

es lo ue si#ni*ica el cntico de este tiempoK ¡Alleluia!

(17 de abril de 1972)

5%(

R1U echos de los Ap"stoles Rue se citarn con la abreviaturaK ActU 10,"1. (on palabras de (an 8edro en casa del centuri&n Cornelio. )ntre otras

cosas, di+oK 5osotros somos testi#os de todo lo ue -iFo RJesNsU en latierra de los +udíos y en Jerusalén y de c&mo le dieron muertesuspendiéndole de un madero. 2ios le resucit& al tercer día y le dio

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mani*estarse, no a todo el pueblo, sino a los testi#os de antemano ele#idos por 2ios, a nosotros, ue comimos y bebimos con )l después de resucitadode entre los muertos... R Act 10, :T"1U.

R4U Act 1, !T9.

R:U #$an%elio de &an 'ateo Rse citarK 'tU 49, 40. )s el *inal de este)van#elio.

R"U Carta priera de &an ablo a los corintios R1 CorU 17, 40.

R7U Carta de &an ablo a los colosenses RColU 1, 19.

R!U Carta de &an ablo a los roanos R RoU 9. 49.

R3U #$an%elio de &an *ucas R *cU 4:, ":. /a armonía de presencia ytrascendencia, a la ue se acaba de aludir, resuena con toda claridad en

estas palabras del Concilio Vaticano II, ue resumen la naturaleFa #enuinade la I#lesiaK )s característico de la I#lesia ser, a la veF, -umana y divina,visible y dotada de elementos invisibles, entre#ada a la acci&n y dada a lacontemplaci&n, presente en el mundo y, sin embar#o, pere#rinaS y todoesto de suerte ue en ella lo -umano esté ordenado y subordinado a lodivino, lo visible a lo invisible, la acci&n a la contemplaci&n, y lo presentea la ciudad *utura ue buscamos RConstituci&n &acrosanctu conciliusobre la litur#ia, nNm. 4U.

R9U )l Concilio Vaticano II dice a los se#lares Rcristianos en el mundoUKCada laico debe ser ante el mundo un testi#o de la resurrecci&n y de lavida del (e$or JesNs y una se$al del 2ios vivo RConstituci&n *uen

%entiu, sobre la I#lesiaK *+, :9U.

RU eb 1:, 9T.

R10U Apoc 1, 19. Concilio Vaticano IIK Cree la I#lesia ue la clave, elcentro y el *in de toda la -istoria -umana se -alla en su (e$or y maestroRConstituci&n +audiu et spes, sobre la I#lesia en el mundo actualK +&,10U.R11U I Cor 17, 77.73.

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&-I1+* P-E1E(+E E( I%E1I, (2E1+- /)-E

)l misterio de Cristo resucitado es el coraF&n de la I#lesia.

5o se puede entender de nin#Nn modo lo ue si#ni*ica la I#lesia en el

mundo si se la concibe Nnicamente como una sociedad de -ombres ue buscan la verdad o ue coinciden en un pro#rama operativoS o si seconcibe al mismo Cristo Nnicamente como un *undador, en uien lossucesores ven al maestro o al e+emplo perdurable.

Cristo no tiene sucesores. /os %p&stoles, síS pero tanto los %p&stolescomo sus sucesores lo ue -acen es anunciar y actualiFar la presenciaconstante de Cristo (alvador a través de la -istoria.

8or eso, en el Nltimo Concilio se -a dic-o ue la I#lesia es como un

#ran sacramento de CristoK una se$al y un instrumento de su presenciasalvadora R1U. )l >autismo nos incorpora al cuerpo de Cristo. ; CristoTcabeFa se siente vitalmente li#ado con todos sus miembros. )n loscomienFos de la -istoria de la I#lesia, (aulo perse#uía implacable a loscristianos. )stuc-& la voF de lo altoK (aulo, (aulo, L8or ué me perTsi#ues R4U. (aulo no perse#uía al (e$orS para él estaba muertoK perse#uíaa los discípulos ue uedaban en el mundo. (in embar#o, (aulo, Lpor uee persi#ues. Comentario de (an %#ustínK (aulo piso los pies, pero

uien #rit& *ue la cabeFa R:U.Indudablemente, en este cuerpo de salvaci&n, de transmisi&n de vida

superior, todos recibimos y, al mismo tiempo, todos damos. odos somosllamados para ser testi#os e instrumentos de esta presencia misteriosa, para*ormar este sacramenteU, esta luF ue ilumina los caminos de la tierraR"U.

)s muy importante evitar una #ran tentaci&n de este tiempoK la deinsistir tanto en este carcter activo ue corresponde a todos los miembrosde la i#lesia ue olvidemos una -ermosa verdad tradicionalK ue la I#lesiaes nuestra madre.

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Hay, por des#racia, muc-os a uienes les molestaincomprensiblemente esta a*irmaci&nS la I#lesia es nuestra madre.8orue se -an acostumbrado a pensar ue la i#lesia son ellosS se -anidenti*icado en eclusiva con la I#lesiaK LC&mo podemos ser nuestra

madre(in embar#o, es verdad. Gracias a la presencia de Cristo resucitado,Ja I#lesia es ms ue nosotros. 5osotras somos pecadores y cuntas vecesse apela a nuestros pecados y de*ectos no sin *alsa -umildad, poruems bien apuntamos al pesado a+eno ue al propio para ec-ar pellas de barro sobre el rostro de la madreW /a i#lesia es nuestra madre, porue enella actNa Cristo por el )spíritu (antoS porue incluso los &r#anos-umanos, no obstante sus de*ectos, nos #arantiFan la actuaci&n salvadora

del (e$or Rel ma#isterio eclesistico nos transmite la *e pura, sin permitir ue se disuelva en la corriente turbia de las opiniones -umanasS lossacramentos nos levantan, por encima de una mera convivencia -umana, a participar de una vida superiorU.

/a I#lesia es nuestra madre. ; la I#lesia, por tanto, es santa R4U. )sta presencia de Cristo, esta actuaci&n misteriosa -ace ue, sin ne#ar nuestros propios de*ectos, podamos abrir los o+os complacidos a la presencia demuc-os santos, sobre todo de muc-as almas sencillas, ue no presumen de

serlo. 8ecadores, nosotrosS madre y santa, a pesar de Ttodo, la I#lesia.8ero conviene insistir en elloK la I#lesia es madre y santa porue nos

da a Cristo. /os instrumentos -umanos de la I#lesia todos sus miembros tenemos ue ser radicalmente -umildes. 5o somos la luFK damostestimonio de la luFS intentamos re*le+arla, a pesar de nuestras manc-as R!U.

Cunta actualidad tiene esta verdad evan#élica en nuestros díasW Hoyse -abla muc-o de la I#lesia. 2e la I#lesia proviene, a través de los mediosde comunicaci&n, muc-o ruido, muc-o espectculo. ; es para pre#untarseK

este ruido, este espectculo visible, Lremite a Cristo presente en el mundoo es pura e-ibici&n de los miembros de la I#lesia

/o propio de los -i+os de la I#lesia es de*ender a Cristo, presentar alos -ombres su mensa+e salvador. L5o estaremos a-ora muc-os en peli#rode tapar la presencia del (e$orS de desmiti*icar la *e, es decir, de de+ar entre paréntesis o de eliminar los -ec-os ms representativos de la vida deCristoK su )ncarnaci&n, su 6esurrecci&n, su %scensi&n a los cielos, su presencia real en la )ucaristía, su potencia mila#rosa en medio del mundoL5o intentaremos sustituirlo por ideas, por sistemas brillantes, ms atracTtivos al mundo contemporneo

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/o propio de los -i+os de la I#lesia es a#radecer el le#ado de nuestrosantepasados ue, en medio de sus de*ectos, nos -an transmitido al (e$or yla *e pura. L5o estn cayendo a-ora muc-os -i+os de la I#lesia en el vicioincreíble de acosarla implacablemente, sobre todo en su pasado L5o

estamos como intentando nerviosamente salir al paso de uienes la perTsi#uen o de uienes no la comprenden, para decirlesK enéis toda la raF&nSla I#lesia del pasado es la causante de todos los males, predic& una reli#i&nalienadora, se ali& con los opresores, oscureci& la luF de la técnica y de laciencia

; +unto a este ataue cruel, absurdamente in+usto, contra la I#lesia del pasado, Lno estaremos cayendo muc-os, en nuestros días Rcuando msdeberíamos sentirnos llamados a la -umildad, al temblor de la

responsabilidad, para ser di#nos de uienes nos -an precedido y transmitir a nuestra veF la antorc-a a los ue nos si#anU, no estaremos cayendo en la-inc-aF&n vana, en el e-ibicionismo sin límites, diciéndoles a loscontemporneosK enéis raF&n contra los antepasados, pero *i+aos ennosotros, vamos a cambiar las estructuras, vamos a trans*ormar el vestidocultural de la I#lesia, os vamos a o*recer cauces nuevos, de nosotros síue podéis *iarosW

LMani*estaci&n de Cristo o e-ibicionismo super*icial de las

personas Lestimonio de la presencia salvadora o $edettiso trivial 5o creo inoportuno ue todos nos apliuemos, en una meditaci&n

pro*unda, las palabras del ap&stol (an 8abloK /os +udíos piden si%nos, los#rie#os buscan sabidura, mientras nosotros predicamos a Cristocruci*icado, ue es escndalo para los unos y locura para los otros, peroue es *uerFa y sabiduría de 2ios para los llamadosX 8orue la locura de2ios es ms sabia y la *laueFa de 2ios es ms *uerte ue todas las presunciones -umanas R3U.

(2 de abril de 1972)

5%(

R1U Véase la Constituci&n *uen %entiu del Concilio Vaticano II,capítulo IS y la Constituci&n +audiu et spes, capítulo IV.

R4U Act , "T7.

R:U #narrationes in psalos, 1"0, :S c*r. 144, 14:, 1"4.

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R"U Véase la Constituci&n *uen %entiu capítulos II y IV.

R7U Ver *+, !, 9, :, !:, !"S +&t ":.P

R!U .er #$an%elio de &an /uan R /nU 1, 0

R3U 1 Cor 1, 44T47.

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&-I1+* 6 1 VE-))E1 )E 7E, VE-)) 6 VI)

2i+imos ue el coraF&n de la i#lesia es Cristo resucitado. Muc-os piensan ue esta realidad sencilla y -ermosa ueda oprimida por la car#a

de los do#mas, o verdades ue -ay ue creer, las normas ue -ay uecumplir o los ritos y sacramentos ue -ay ue practicar. L5o bastaría se pre#untan una ad-esi&n #enérica a Cristo, y llevar con amor nuestraacci&n en el mundo, libremente pro#ramada

(ienten un recelo especial *rente a los contenidos o las verdades de la*e. /a preocupaci&n por la ortodoia Rla recta doctrinaU les parece un mal,un estorbo para renovar la I#lesia a su #usto. /o ue ms pronto -an procurado olvidar al#unos sectores es el Credo, luminoso y emocionante,

ue 8ablo VI proclam& al término del a$o de la *e.

(e ale#a ue lo ue importa es la $ida, no las ideas. 8ero también laverdad es vidaW R1U.

/o ue pasa es ue al#unos uisieran aprovec-ar de la I#lesiasolamente auellas verdades ue, a su +uicio, responden a lassolicitaciones o apremios de lo inmediatoK las ideas prcticas RpaF, +usticia, *raternidad...U ue sean estímulos o *actores de la convivencia ydel desarrollo.

)n esta perspectiva, los do#mas, la oraci&n, los sacramentos, la +eraruía... les parecen poco importantesS a lo ms, símbolos o ayudas peda#icas para las etapas in*antiles de la -umanidad, ue puedencesar cuando ésta se -ace adulta, tan cultivada ue ya no necesita del culto para e+ercer su R-onradeF natural. /a I#lesia sería poco ms ue unaasociaci&n cultural o educativa, portavoF de sentimientos, de aspiraciones,de criterios de acci&n, ue son patrimonio comNn de todos los -ombres,creyentes o no creyentes.

1!


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Conviene advertir ue, se#Nn esto, la I#lesia no daría ms verdad uela cultura -umana, lo cual supone ue no daría ms vida, porue lasideas comunes no epresan sino lo ue los -ombres podemos pensar o-acer por nosotros mismos.

%ceptemos el principioK lo ue importa es la vida. 8ero, Luién nosda esa plenitud de vida ue deseamos y necesitamos LQuién nos revela ycomunica el amor del 8adre, nos -ace -i+os, trans*i#ura nuestro vivir temporal por el amor y la esperanFa, nos conduce a la victoria sobre el pecado, el dolor y la muerte CristoW 5o son unas ideasS es )l, con su persona y por su acci&n Rpor lo ue es y lo ue -aceU, uien nos da la vida.; por esto, lo ue importa ante todo es una realidad viviente.

8ero, a ms vida, ms verdad. Verdad y vida son inseparables. /as

verdades de la *e la doctrina cat&lica son una epresi&n de estarealidad viviente, una dimensi&n de esta vida nuevaK nos dicen lo ueCristo es y lo ue Cristo -ace. )l Credo, toda pro*esi&n le#ítima de *e, estmuy le+os de constituir un sistema de ideas *rías y abstractasS es una -istoTria de una acci&n salvadora, ue parte de la vida eterna de 2ios y nosconduce a nuestra propia vida eterna por el camino del Hi+o de 2iosincorporado a la -istoria, -ombre, -i+o de María, -ermano nuestro, cabeFade una -umanidad reconciliada, (e$or del universo.

5ada de ideas *rías. (e trata de una comunicaci&n clidaK en lamemoria, en la presencia y en la esperanFa. 2e a-í les viene su vitalidad alas llamadas ideas prcticas. 'n -uér*ano puede tener muc-as ideassobre la maternidad, pero no conoce a su madre. L5os va a molestar esteconocimiento como si *uese una car#a )s un conocimiento entra$ado enla comunicaci&n vital y en el amor. 8or eso JesNs -a dic-oK )sta es la vidaeternaK ue te conoFcan a i, 8adre..., y a tu enviado, Jesucristo R4U.

; por eso, la I#lesia es muc-o ms ue una asociaci&n educativaS es

una *amilia en la ue se nos da y alimenta la vida superior. 5o es buen cristiano el ue no ama las verdades de la *e. /a doctrina

es vital. )l ue desprecia la doctrina en nombre de la vida, desprecia aCristo y su propia vida. enemos -oy un e+emplo bien tierno yemocionanteK comienFa el mes de mayoS los do#mas de la Inmaculada, dela maternidad divina, de la %sunci&n #loriosa Lson acaso abstraccionesL nos acercan ms bien a al#uien, ue es de verdad Madre, ue nosacompa$a como -ermana, como modelo de una vida cristiana per*ecta,como realiFaci&n anticipada de todo lo ue esperamos

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/os testi#os *undamentales de la verdad, los ue nos dicen lo ue esCristo y lo ue Cristo -ace, son los %p&stoles. 8or amor a la vida#uardamos *idelidad #oFosa a las verdades de *e ue ellos nos O-an le#adocomo un dep&sito viviente, cuya custodia y eposici&n -a sido con*iada

a uienes continNan a los %p&stoles en la I#lesia. )l dep&sito no es unlastreK es vida y raF&n de esperanFa.

)l 8apa, sin cesar, nos ur#e a ue manten#amos *ielmente estedep&sito, para vivir de él. Lbtiene el 8apa toda la colaboraci&n ue -a pedido y la ue tiene derec-o a esperar, especialmente de los msobli#ados Rlos sacerdotes e incluso los obisposU

)s un dep&sito ue -ay ue #uardar entero. (in recortes. (inselecciones capric-osas, al estilo del dic-o clsicoK ;o soy cat&lico como

el ue ms, pero no creo en el in*ierno, en la vir#inidad de María, en laresurrecci&n de la carne... 8or este camino lle#aríamos a no creer sino loue a nosotros se nos ocurraS no lo ue Cristo dice. ; así se desvanece la palabra de 2ios, se diviniFan nuestras propias ideas, y puede suceder uenos uedemos sin verdad y sin vida.

QuiF al#uno di#a, sin embar#o, ue sería conveniente reducirnostodos a las ideas comunes de la -umanidad, si no por raF&n de la vida, síapelando, por e+emplo, a la -umildad RLno est mal presumir de poseer la

verdadU, al respeto a la libertad, al amor a la unidad entre los -ombres.Habla remos de ello en otra ocasi&n.

(1 de ao de 1972)

5%(

R1U /as apelaciones a la vida, la sinceridad, la autenticidad, Lno escondena veces la pretensi&n de un vivir arbitrario, sin norma ni orientaci&nsuperior y ue *cilmente de#enera en e#oísmo

R4U /n 13, :.

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VE-)), 92/I)), 2(I))

Consideramos la otra semana un ale#ato contra la pro*esi&n de lasverdades de la *e, en nombre de la vidaS otros se -acen en nombre de la

-umildad y de la unidad.)n nombre de la -umildadK no esta bien presumir de poseer laverdadS nadie posee la verdad enteraS sería una *alsa se#uridad...

8ero la ad-esi&n a las verdades de la *e, cuando es auténtica, es unaobediencia -umilde, una aceptaci&n de la revelaci&n de Cristo con laactitud de uien recibe un don de 2ios. 5o presumimos de nuestra verdad.

Cuando presentamos la verdad a los dems, no les invitamos a uereconoFcan nuestra superioridad mentalS sencillamente, les se$alamos la

presencia de ese don ue a todos se o*rece y ue todos debemos aco#er con -umildad #oFosa. Mostrar con solicitud la verdad y estimular a sureconocimiento no es atacar la libertad, es *avorecerla, *omentando sumovimiento -acia el bien, sin nin#una coacci&n, sin trabar para nada lainiciativa creadora en el anc-o campo de lo opinable, y, adems,compatible con la comprensi&n respetuosa -acia uienes buscan de buena*e.

(e -abla muc-o, incluso entre los creyentes, del ries#o y la aventurade la *e, como si el paso a la *e *uese a manera de un salto desde un lu#ar tranuilo y luminoso a una Fona de oscuridad y de vacío. )s lo contrarioKdesde la desorientaci&n y la inse#uridad, entre las sombras, en la mismanoc-e, descubrimos una luF ue nos #uía, ue nos permite vislumbrar loue de verdad somos y podemos esperar. /a Carta a los hebreos dice uela *e es una #arantía una *irme se#uridad de lo ue esperamos R1U. ;el ap&stol (an 8edro, por su parte, eplica ue la *e es como una lmparaue luce en lu#ar tenebroso, -asta ue luFca el día y el lucero se levante en

nuestros coraFones R4U. 5o es mediodía, pero es muc-o ms ue la noc-ecerrada.

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Cierto ue la *e no aclara todos los eni#mas y contin#encias delcaminoS no nos resuelve los problemas multi*ormes ni elimina los ries#osde la vida temporal 8ero ya desde a-ora nos orienta, en la con*ianFa de uetodo es para nuestro bien. ; esta con*ianFa no avala nin#Nn

adormecimiento, porue es ei#ente y comprometedora. /a se#uridad dela *e se *unda en 2ios. 8or nuestra parte, debe continuar un -umildetemblor a la vista de nuestras *laueFas e in*idelidades R:U.

L%caso el amor a la unidad entre todos los -ombres recomienda uesacri*iuemos las di*erencias de pensamiento, para reducirnos todos a unmínimo, ue sea como un comNn denominador

)videntemente, para convivir y para cooperar es necesarioaprovec-ar un mínimo de coincidencias mimas. RIncluso, dentro de la

coincidencia en lo #rande o *undamental, -ay ue respetar las modalidadesdi*erentesU.

8ero la convivencia no puede persistir y desarrollarse sin robustecer la unidad. ; el camino a la unidad es una ascensi&n, apuntando desde elmínimo -acia lo ue constituye de verdad el ser y el sentido del -ombre. (inos reba+semos -asta el nivel de cualuier idea acerca del -ombre, no podríamos amar al -ombreW Hay ideas en nombre de las cuales no se puedeamar al -ombre. (i podemos y debemos amar a todo -ombre incluso al

enemi#o es desde una visi&n superior a las ideas de al#unos.Hablando de la cooperaci&n social de la construcci&n de este

mundo, a la ue todos tienen ue arrimar su -ombro, 8ablo VI -a dic-o-ace bien poco ue la verdad no es indi*erente para la acci&nK porue todaacci&n lleva implícita una idea del -ombreS si esta no es adecuada, laacci&n puede lle#ar a ser nociva y -asta in-umana. 2e a-í ue loscristianos, se#Nn el 8ontí*ice, no deban implicarse indiscriminadamente encooperaciones con sistemas cuya ideolo#ía contradice a la *e R"U.

5o es posible lle#ar a la unidad renunciando a la verdad, con el preteto de ue no todos la comparten. (ería ir -acia aba+o Rcomo si nosnivelsemos todos, por e+emplo, en la i#noranciaUS por esa direcci&n se vaa parar *atalmente a la estrec-eF visual o al e#oísmo, ue son *actores dedivisi&n. (i se parte de un mínimo, es para ascender -acia el vértice, dondelas líneas conver#en.

8or eso, la I#lesia se siente obli#ada a compartir el mínimo, pero sin

de+ar de o*recer el don de 2ios R7U. )lla suscita una tensi&n -acia arriba,-acia el )van#elio, ensanc-ando el -oriFonte, encuadrando e inte#randolas perspectivas parciales en una armonía superior, en una auténtica mirada

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de con+unto. 8orue ella es como dice el Concilio Vaticano II sacramento de Cristo Rse$al viva de su presenciaUS y s&lo así puede ser como a$ade el mismo Concilio sacramento y #ermen de la unidad detodo el #énero -umano R!U.

/o cual si#ni*ica ue es absurdo pretender la unidad por medio de laindi*erencia a*ectuosa o de las transacciones *rívolas. /a unidad ser *rutodel amorK amor del verdadero bien del -ombre, ue *luye del amor de 2iosRla caridadUS por Ttanto, se *unda en la *idelidad. (acri*icar la verdad por amor es una contradicci&nK no -ay amor al -ombre sin amor a la verdad.

8ablo VI -a dic-o no -ace muc-o tiempoK 5o menoscabar en nadala saludable doctrina de Cristo es una *orma de caridad eminente -acia lasalmas R3U.

JesNs -a a*irmadoK /a verdad os -ar libres R9U. 5o es lícitorenunciar a la con*esi&n de Cristo por complacer a los -ombres. JesNs essi#no de contradicci&n RU. 8ero )l mismo -a advertido ue el ue senie#ue a con*esarle delante de los -ombres ser ne#ado por )l delante desu 8adre R10U. 'nirse a costa de )l es insensatoK )l -a venido a separar al-ombre de los suyosS el ue ama al padre o a la madre ms ue a mí, noes di#no de mí R11U.

(an Juan, el ap&stol mimo del amor *raterno tanto ue lle#& adecirK )l ue dice ue ama a 2ios a uien no ve, y no ama al -ermano auien ve, es un mentiroso R14U, a*irma ue este amor al -ombre estenraiFado en el amor de 2ios, ue se nos mani*est& dndonos a su NnicoHi+o. 8or tanto, este amor *raterno es inseparable de la con*esi&n de larealidad y doctrina de Jesucristo. 8ara el ap&stol es lo mismo andar en lacaridad ue andar en la verdad R1:U.

R)stoy entreviendo ue al#uno, al oír -ablar de la unidad por laverdad, traer a la memoria las mNltiples discrepancias y con*usiones uecree advertir en el seno mismo de la I#lesia. QuiF esté a punto de pronunciar una epresi&n tempestuosaK asamblea con+unta. tro día-ablaremos de esto.U

Quisiera de+ar en alto unas palabras maravillosas de 8ablo VI, en lae-ortaci&n diri#ida a todos los obispos del mundo, al conmemorarse eluinto aniversario del Concilio, para ue prediuen la *e pura e ínte#raK(epamos caminar *raternalmente con todos los ue, privados de esa luF

ue nosotros #oFamos, tratan de lle#ar a la casa paterna a través de laniebla de la duda. 8ero si nosotros compartimos sus an#ustias, ue sea paratratar de curarlas. (i les presentamos a Jesucristo, ue sea el Hi+o de 2ios

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-ec-o -ombre para salvarnos y -acernos participar de su vida, y no una*i#ura totalmente -umana, por maravillosa y atrayente ue sea R1"U.

(0 de ao de 1972)

5%(

R1U eb 11, l.

R4U 4 e 1, 1.

R:U )l Concilio de rento -a ense$ado ue nadie debe dudar de lamisericordia de 2ios, del mérito de Cristo y del poder y e*icacia de lossacramentosS pero cualuiera puede temer cuando se contempla a sí mismo

y la propia debilidad e indisposici&n. 5o -ay certeFa de *e de ue unoest en #racia de 2ios. 8or lo mismo, podemos tener *irme esperanFa en laayuda de 2iosS pero no -ay certeFa absoluta de la perseverancia *inal, yaue es posible nuestro *allo. RVer el decreto sobre la +usti*icaci&n.U

R"U Carta cto%3sia ad$eniens, 131, especialmente los nNmeros 4!T:, ".

R7U Ver la encíclica de 8ablo VI #cclesia sua, donde eplica c&mo laI#lesia comparte las aspiraciones morales y la bNsueda de los -ombres, porue ella puede decir al mundoK ten#o lo ue buscis.R!U Ver tetos varios del Concilio en *C, 1, , "9S +&, "4, "7, 9, 4 y:.

R3U #ncclica uanae $itae

R9U /n 9, :4.

RU *c 4, :".

R10U 't 10, ::.

R11U 't 10, :7.

R14U I /n ", 40.

R1:U 4 /n !T3. S : /n /éase ínte#ra la primera carta. ; /n 13, !T9. 13T41. 4:.

R1"U )-ortaci&n dada el 9 de diciembre de 130 y publicada el 7 de enerode 131.

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4

&-I+E-I*1 P- *-IE(+-1E E(/E)I* )E &*(721I:(.

P2(+*1 7I#*1

(i la ad-esi&n a la verdad es tan importante para la vida, secomprende el cuidado ue pone la I#lesia en preservar la pureFa de sudoctrina. (e comprende también el lamento, muy etendido, de los ue seue+an de la con*usi&n doctrinal en la I#lesia. 5o s&lo porue circulan conli#ereFa opiniones dispares siempre las -ubo, sino porue, se#Nnestiman muc-os, *alla la orientaci&n de no pocos pastores.

)n el seno de numerosos #rupos, desde publicaciones, ctedras deense$anFa reli#iosa, y a veces desde la misma predicaci&n sacerdotal, se

vierten, como doctrina de la I#lesia, ideas contrarias a la misma, y, al parecer, sin una desautoriFaci&n e*icaF.

Muc-os tienen la impresi&n de ue al#unos pastores se epresan deun modo ambi#uo o se entretienen en consideraciones acerca derenovadores o inmovilistas, buscando una arti*iciosa vía media, enlu#ar de eponer paladinamente la verdad revelada, la cual se cuali*ica por sí misma, nunca por re*erencia a auellos t&picos.

)ste es el lamento, muy *undado y compartido por el 8apa, muc-osobispos e innumerables observadores serios. /a cuesti&n preocupa, antetodo, a Tlos *ieles, pero es de suponer ue también Olos ue se sienten *uerao ale+ados de la comunidad creyente uerrn saber a ué atenerse respectoa la doctrina de la I#lesia.

LHay criterios, avalados por la +eraruía de la I#lesia, para orientarseen medio de la con*usi&n, incluso cuando la con*usi&n parece a*ectar aal#unos pastores &, los -ay y no ser inNtil ocuparse de ellos R-ablo comoobispo, no emitiendo opiniones particulares, sino auellas ense$anFas ynormas de la I#lesia ue re*le+an sin error la verdad de CristoU.

4:


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8ablo VI -a invitado a todos los *ieles a ue cada uno de*ienda su *econtra los errores R1U. L/a va a de*ender cada uno a su anto+o, con libreeamen 5oS de acuerdo con normas superiores de la +eraruía, ue es el principio de unidad para todos. Hay determinaciones permanentes del

ma#isterio y el mismo 8apa, con solicitud admirable, se encar#a de reTcordrnoslas todos los días.

/a con*usi&n brota en torno a las novedades. Hay novedadesle#ítimasS otras, ile#ítimas. Hay cosas clarasS otras, oscuras. /a con*usi&nse disipa si se discierne entre las novedades, si no se meFcla lo claro con looscuro. )l discernimiento se -ace por re*erencia al dep&sito ue todos los pastores y *ieles -an de asimilar con sumisi&n. Vi#ilad y orad, dice el(e$or. 5uestra vi#ilancia se inspira en cuatro actitudesK en medio del

olea+e, a través de la niebla, mirar -acia puntos *i+os, como *arosS re*erir aellos las novedades, para ver si son o no le#ítimasS acotar las Fonas deopini&n libreS y, aunue a veces -aya ue atravesar los bancos dé niebla dela duda, o de la bNsueda, rec-aFar siempre las cortinas de -umo de laambi#Yedad, del len#ua+e de doble sentido.

2i#amos a-ora al#o sobre lo primero. /os puntos *i+os son, ante todo,las verdades de *e y los principios morales, propuestos y declarados por elma#isterio supremo de la I#lesiaK el 8apa y el episcopado universal.

)s importante recordar ue estos puntos vinculan a los mismos pastores, de suerte ue cualuier Tmani*estaci&n menos clara de al#uno deellos -a de ser +uF#ada a la luF de auellas proposiciones R4U. )sta es lanorma desde el comienFo dé la I#lesia.

(an 8edro *ue el primero en promul#ar una #ran verdadK ue a Cristo,salvador de todos los -ombres, se puede acceder sin necesidad desometerse a la ley +udía. (in embar#o, en una ocasi&n en %ntiouía, por nodis#ustar a los partidarios de la +udaiFaci&n, 8edro se comportaba con

disimulo. 8ablo se le opuso abiertamente. L8or desacuerdo con sudoctrina %l contrarioK porue estim& ue la simulaci&n de 8edrooscurecía la doctrina del mismo 8edro y desorientaba a los creyentes R:U.(an 8ablo, a su veF, a*irmaba ue cualuier cosa ue él pudiese decir -abría de subordinarse en todo caso a la predicaci&n o*icial ya establecidaK%unue nosotros, o un n#el del cielo, os anunciase otro evan#eliodistinto del ue os -emos anunciado, sea anatema... ( buscase a#radar alos -ombres, no sería siervo de Cristo R"U.

LHa cambiado al#o, en este punto, con el Nltimo Concilio 5o. JuanZZIII, al inau#urarlo, rea*irm& la misma norma. /e impuso como tarea el

4"


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e+ercicio pastoral del ma#isterio, ue debe partir de la ad-esi&n renovada,serena, tranuila, a todas las ense$anFas de la I#lesia en su inte#ridad.

; 8ablo VI, terminado el Concilio, se apresur& a advertir ue esnecesario enmarcarlo en el cuadro de todo el ma#isterio anterior R7U. 8oco

después, al ver son sus palabras ue al#unos cat&licos se de+an llevar de una especie de pasi&n por el cambio y la novedad, cumple el mandatode Cristo de con*irmar en la *e a sus -ermanos y proclama por encimade las opiniones -umanas la verdad de Cristo, pronunciando el Credo,ue reco#e en sustancia la inmortal tradici&n de la santa I#lesia de 2iosR!U.

(i -ay uien siembra el desconcierto, si los mismos pastoresinmediatos de+an de orientar, cada uno debe de*ender su *e. 8ara ello lo

*undamental es conocer los documentos ue -acen *e R3U.Ciertamente, no es imprescindible estudiar todos los tetos de los

concilios o de los (umos 8ontí*ices. 8ara *i+ar un rumbo inicial su*iciente bastaría acudir, por e+emplo, a los vie+os catecismos *amiliares Rcomo el%stete o el 6ipalda...U. (in duda, son resNmenes escuetos, ue admitendesarrollo en varios puntosS pero es importante subrayar ue ni una solalínea de estos catecismos -a sido cambiada por el Concilio. He auí, pues,una pista para comenFar a abrirse camino en la maleFa de la con*usi&nW

'na pista con tres indicadoresK no -ay por ué aceptar nada ue sea discon*ormeS

si al#uien dice cosas ue pareFcan di*erentes, es posible ue no-ayamos entendido bien y ue sean vlidasS pero el ue las dice, sea uiensea, laico, presbítero u obispo, est obli#ado en conciencia a mostrar sucon*ormidad con la tradici&n de la I#lesia, y, mientras no lo -a#a, es underec-o sa#rado de todos suspender el +uicioS

si al#uno, en nombre del catecismo de a-ora se atreve a proponer lo contrario a las verdades de *e y moral contenidas en el catecismo deantes, por muc-o ue apele al Concilio, se le debe resistir en nombre delConcilio y de la verdadera autoridad de la I#lesia R9U.

ermino con un e+emplo muy sabroso, a-ora ue estamos en vísperasdel con#reso eucarístico nacional de Valencia. Hay uienes, condisuisiciones o ar#ucias ms o menos -abilidosas, inducen a despreciar laadoraci&n al (antísimo (acramento en el sa#rario, intentando limitarla al

momento de la misa. 8ues bien, el Credo de 8ablo VI diceK )l (e$or...si#ue presente, después del sacri*icio, en el (antísimo (acramento ue est

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en el tabernculo, coraF&n viviente de cada una de nuestras i#lesias. )s para nosotros un dulcísimo deber -onrar y adorar en la (anta Hostia ueven nuestros o+os al Verbo )ncarnado a uien no pueden ver y ue sinabandonar el cielo se -a -ec-o presente ante nosotros.

)sta es la verdad. Con ella en el coraF&n, no podremos acaso evitar eldolor ante otros comportamientosS pero sí podemos impedir ue nadie nosempu+e a la con*usi&n.

(14 de ao de 1972)

5%(

R1U 8or e+emplo, en la audiencia #eneral del : de diciembre de 1!K )l pueblo cristiano por sí mismo debe inmuniFarse y *ortalecerse... /adi*usi&n de la palabra verdadera..., puede ser el antídoto oportuno... 8edrono cambia.

R4U /os pastores, en sus mani*estaciones y actuaciones, -an decon*ormarse con esa norma. (on servidoresS no una autoridad arbitraria.)i#ir ue una autoridad no contradi#a a la ley no es *altar a la autoridad,es obedecer a la verdadera autoridad.

R:U Carta de (an 8ablo a los #latasK +al 4, 11.R"U +al 1, 9T. )l ap&stol reitera allí mismoK (i al#uno os predica otroevan#elio distinto del ue -abéis recibido, sea anatema.

R7U )n la audiencia #eneral del 14 de enero de 1!! el 8apa di+o, entreotras cosasK /a -erencia del Concilio est constituida por sus documentosR...U. 8ero, notémoslo bien, las ense$anFas del Concilio no constituyen unsistema or#nico y completo de la doctrina cat&lica. )sta es ms vasta

como todos saben, y el Concilio no la -a puesto en duda ni la -amodi*icado sustancialmente. 8or lo contrario, la -a con*irmado, ilustrado,de*endido y desarrollado con una apolo#ía muy autoriFada, llena desabiduría, de vi#or y de con*ianFa R...U. /a voF *ranca y solemne delConcilio -a mostrado ué *unci&n providencial -a con*iado Cristo alma#isterio viviente de la I#lesia para #uardar, de*ender, interpretar eldep&sito de la *e. 5o debemos separar las ense$anFas del Concilio del patrimonio doctrinal de la I#lesia, sino ms bien ver c&mo se insertan enél, -acen cuerpo con él, son un testimonio, un crecimiento, unaeplicaci&n, una aplicaci&n del mismo )ntonces las novedadesdoctrinales o normativas del ConT cilio aparecen en sus +ustas

4!


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proporciones, no van contri la *idelidad de la I#lesia a su *unci&n deense$anFa, y aduieren la verdadera si#ni*icaci&n ue las -aceresplandecer con una luF superior.

R!U Introducci&n a la pro*esi&n de *e recitada por 8ablo VI el :0 de

+unio de 1!9, a$o de la *e.R3U (i al#uno pensara ue es muy traba+oso procurarse ese coT

nocimiento, cabría pre#untarle sí no pone muc-o cuidado en conocer y#uardar los títulos de sus propiedades, o los certi*icados ue le #arantiFanel derec-o a la se#uridad social.

R9U 8orue sin duda estaría *alseando el Concilio, ue no -a sustituidoni suprimido una sola verdad de *e ni una sola norma de moral.

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;

&-I+E-I*1 P- *-IE(+-1E E( /E)I*)E &*(721I:(. V-I&I*(E1 6

(*VE))E1

8ara orientarnos en medio de la con*usi&n, -emos recordado ue -ayunos puntos *i+os, ue son las verdades de la *e y los principios morales.

Hay una se#unda clase de puntos *i+os, aunue no tan inmutables, ueson las normas de disciplina vi#entes en la I#lesia R1U. 5o entramos a-oraen este campo, del mimo interés, pero sí estimamos oportuno advertir, al paso, ue de ciertas normas depende la valideF de al#unos sacramentosR4U, y ue todas prote#en a los *ieles contra la arbitrariedad y contra la peor de las dictadurasK la de la anaruía.

% los puntos *i+os -ay ue re*erir las variaciones y las novedadesKsern le#ítimas las ue vayan en su direcci&nS ile#ítimas, las desviadas.

)sta Fona movediFa comprende tres sectoresK

1.[ /as aplicaciones de las verdades o principios permanentes asituaciones o circunstancias nuevas. %sí, por e+emplo, la encíclica opular un pro%ressio aplica a escala del mundo entero las normas tradicionales dela moral social.

/a condici&n de le#itimidad es claraK ue lo nuevo sea precisamentee+ercicio o modo de realiFar lo permanente. 'n e+emplo *amiliarK el amor de un padre a sus -i+os ue es lo permanente puede ei#ir unas vecesmano blanda y otras veces mano severaS las variaciones se +usti*ican si lasei#e el amorK ni las variaciones ni la *i+eFa se +usti*icarían si dimanasende la pereFa, la debilidad, la indi*erencia, la ri#ideF, el apasionamientoe#oísta...

4.[ Hay otras novedades ue a*ectan ms de cerca a la misma verdad

permanente. Manteniendo la ad-esi&n renovada a todas las ense$anFas dela I#lesia, como decía Juan ZZIII ante el Concilio, se pueden buscar modos de epresi&n adecuados, ue las -a#an inteli#ibles a los -ombres de

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las varias culturasS es claro ue los nuevos modos de epresi&n sern leT#ítimos s&lo si epresan la verdad inmutable sin de*ormarla. Ms aNnKcabe un estudio ue penetre ms íntimamente en la verdad, y ue nos puede conducir a un desarrollo or#nico de nuestro propio saber, -aT

ciéndonos ver me+or aspectos ue antes estaban latentes o menosacentuados, pero ue son in#redientes de la misma verdad.

/a condici&n de le#itimidad en este caso nos la recuerda el ConcilioKue las cosas nuevas sean co-erentes siempre con las anti#uas R:U, ue-aya continuidad entre unas y otras. /os *ieles tienen derec-o a ue se lesepliue la armonía entre lo nuevo y la verdad ya ense$adaK a la maneraue, en la unidad del amor de un padre a sus -i+os, se conciban arm&Tnicamente la mano blanda y la mano severa. %sí, por e+emploK la libertad

civil en materia reli#iosa debe armoniFarse, se#Nn el Concilio, con ladoctrina tradicional cat&lica acerca del deber moral de las sociedades enrelaci&n con la Nnica I#lesia de Cristo R"US el ecumenismo incluye la pro*esi&n de la *e pura e ínte#ra R7US la verdad de ue todos somosmiembros activos de la I#lesia no ecluye la verdad de ue estamosincorporados a una comunidad +eraruiFada, en la ue Cristo con*íadirectamente a al#unos el ma#isterio y la potestad de direcci&n R!US laresponsabilidad cole#ial de todos los obispos se subordina a la verdad del

primado del sucesor de 8edro R3US el colouio de la I#lesia con el mundo yla preocupaci&n por las me+oras temporales -an de enraiFarse en la Nnica y primordial *inalidad reli#iosa, y por eso no puede de#enerar en menoscabode la acci&n misionera R9US y así podríamos multiplicar los e+emplos RU.

(i -ay pro#reso, es *ruto de la *idelidadK siempre por penetraci&n enla misma verdad, por inte#raci&n, nunca por sustituci&n R10US o lo ue es lomismo, el ma#isterio de -oy no ecluye al ma#isterio de ayerS si lo -iciera,tendrían raF&n los ue le ne#asen la con*ianFa al uno y al otro. 'n cierto

modo ecluyente de oponer entre sí el antes y el después del Conciliono sintoniFa con la I#lesia. /a su*iciencia y aun el des#arro con ueal#unos se pronuncian denota la osadía de la i#norancia. ; no convendríaolvidar ue el separar *ra#mentos de la verdad es lo ue constituyeliteralmente la -ere+ía.

:.[ 8or su misma índole, est muc-o ms abierto a las variaciones elcampo de las *&rmulas prcticas, de los procedimientos de acci&n pastoralR11U.

>uscar nuevas aplicaciones de la verdad permanente a circunstanciasnuevas y a-ondar en el contenido riuísimo de la verdad reuiere estudioK puede -aber períodos de indecisi&n, mientras no lle#ue la determinaci&n

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del ma#isterio. /as *&rmulas prcticas son discutibles y pueden suscitar divisi&n de opiniones, -asta ue al#una se convierte en norma.

%-í estamos en el mbito de lo indeterminado o lo dudoso y, por tanto, de lo libre. Ambito de libertad ue debe ser respetado, donde el

espíritu se mueve por impulsos de persuasi&n, sin ue sea lícito imponerleuna direcci&n Nnica R14U.

)n esta perspectiva, debería atenuarse, por e+emplo, la con*usi&n uese -a espesado alrededor de la *amosa asamblea con+unta. Me re*iero a lacon*usi&n ue a*ecta a la postura ue debamos tomar ante ella. /acon*usi&n in*ormativa, ue envuelve aNn al#unos acontecimientosruidosos, s&lo podría disiparse con una in*ormaci&n veraF y completa, dela ue estamos privados.

/a asamblea *ue un medio ordenado a -allar orientaciones para elministerio sacerdotal. 8or sí, no es normativa. 8uede contener epresionesue re*le+en la doctrina, leyes u orientaciones de da I#lesia universal. Cadaobispo puede asumir al#una de sus propuestas y convertirlas en norma ensu propia di&cesis, en con*ormidad con la doctrina y la norma superior./os obispos reunidos en con*erencia nacional pueden aprovec-arla paratraFarse líneas de valor directivo o indicativo R1:U.

/o ue sucede es ue, al disponerse a -acerlo, la con*erencia -a vistola necesidad de enmendar y precisar las *ormulaciones de la asamblea, para ponerlas en todo de acuerdo con auella doctrina y normas superioresde la I#lesia. /a (anta (ede, ue -a visto también esa necesidad, -amani*estado su con*ianFa en ue el episcopado no de+ar de remediarla y-a se$alado los puntos a ue auél debe diri#ir su atenci&n.

LQué actitud corresponde a los *ieles )s claraK esperar tranuilamente a ue los pastores cumplan su deber y su prop&sito, se#Nnlo desea el 8apa. Quien solicite para la asamblea una ad-esi&n ue, por otra parte, nadie puede ei#ir -a de mostrar ue la revisi&n necesaria se-a -ec-o.

Mientras tanto, es natural ue sur+an apreciaciones di*erentes sobre el#rado de acierto o desacierto de la asamblea, sobre las esperanFas ueo*rece, etc. Hay partidarios -asta el ditirambo y -ay críticos descon*iados.)sto no tiene por ué producir con*usi&nS es una Fona de libertad. )n esto,como en asuntos anlo#os, ocurre lo ue en la publicidad. 'na marca de

tabaco debería recomendarse por sus valores intrínsecos. 8uede la propa#anda lo#rar mover a al#unos compradores por otros motivos Rla belleFa de la anunciadora, la *uerFa su#estiva de la moda...U. 8ero, Lué

:0


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sucede si al#uien no se de+a mover Ciertamente, no sería lícito pretender *orFarle o aver#onFarle, como si estuviese *altando a la verdad o seopusiese a la autoridad. 8orue las su#estiones publicitarias de nin#Nnmodo se pueden con*undir ni con una ley ni con una demostraci&n

cientí*ica, /a propa#anda no es el ma#isterio.(ería muy oportuno ue todos recordsemos siempre, especialmenteen tiempos de con*usi&n, una #ran ense$anFa del Concilio Vaticano II.8ara ue la I#lesia pueda ser e+emplo de unidad ante el mundo, debecumplir una condici&n epresada en una vie+a mimaK promover en su propio seno la mutua estima, respeto y concordiaX Haya unidad en lonecesario, libertad en lo dudoso, caridad en todo R1"U.

(22 de ao de 1972)

5%(

R1U %unue estas normas pueden modi*icarse, mientras estn en vi#or marcan el camino en nombre de 2ios, pues dimanan del e+ercido de una potestad con*iada por Cristo a los ap&stoles y a sus sucesores.

R4U 8or e+emplo, el sacramento del perd&n de los pecados. )n ciertas

situaciones de necesidad y ur#encia, en ue es imposible la con*esi&n y laabsoluci&n individual, se dispensa de ellas por el momentoK %sí, a lossoldados ante la batalla inminente o ya comenFadaS o cuando un #rannNmero de penitentes, sin culpa suya, tendrían ue carecer lar#o tiempo dela #racia sacramental. \QuiF se dan otros casos especiales a los uecabría etender esa dispensaTP 8ero no podría otor#arla un sacerdote por su cuentaW (&lo por decisi&n de la suprema autoridad de la I#lesia. 8oner en peli#ro la valideF de un sacramento es in+urioso contra 2ios y contra los

-ombres.R:U 2eclaraci&n 5i%nitatis huanae, sobre la libertad civil en lo

reli#iosoK 5, nNm. I.

R"U *oc cit

R7U 2ecreto 6nitatis redinte%ratio, sobre el ecumenismo, nNm. 2, 11, 4".

R!U Ver la Constituci&n *+, capítulos II, III, IV.

R3U *+, cap. III.

R9U +&, cap. IVS decreto Ad %entes, sobre las misionesS pro*esi&n de *ede 8ablo VI.

:1


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RU /a verdad de la presencia de Cristo y el in*lu+o interior del )spírituno ecluye la verdad de ue Cristo actNa de modo visible por lossacramentos, por la I#lesia. )l amor al pr&+imo es esencial en el cristianoS pero subordinado al amor de 2ios., etc.

R10U /a inte#raci&n no es corno la de uien +unta pieFas separables, sinocomo uien contempla los dos lados de un mismo rostro o uien e+emplosublime aloma ue JesNs es 2ios y -ombre en una sola persona.

8ablo VIK )l Concilio... es renovaci&n... 5os ur#e muc-ísimo ueeste espíritu de renovaci&n sea comprendido por rodos y mantenido vivo.../a I#lesia no e vie+a, es anti#ua... Hila no teme las cosas nuevas, lasvive... 8ero el eamen de la novedad nos obli#a a pre#untarnos si todos los*en&menos nuevos posconciliares son buenos... 8or sí, la novedad si#ni*ica

cambio )l cambio debe ser +uF#ado no tanto por sí, cuanto por sucontenido, por su *inalidad. /o nuevo -oy, Lnos lleva a un cristianismorealmente me+or... )l problema de lo nuevo en la vida cat&lica esetraordinariamente comple+o. /imitémonos a un solo punto destacable,ue es éste, lo nuevo no puede ser en la I#lesia producto de una rupturacon la tradici&n. /a mentalidad revolucionaria -a entrado bastante inclusoen la mente de muc-os cristianos... /a ruptura concedida a nosotros es lade la conversi&n, la ruptura con el pecado, no con el patrimonio de *e y de

vida, del ue somos -erederos responsables y a*ortunados,.. /a novedad para nosotros consiste esencialmente y de ordinario precisamente en unretorno a la tradici&n #enuina y a su *uente, ue es el )van#elio... Quiensustituye la propia eperiencia espiritual, el propio sentimiento de *esub+etiva, la propia interpretaci&n personal de la palabra de 2ios, produceciertamente una novedad, pero es una ruina... 5uestra reli#i&n, ue es laverdad..., no se inventa, y muc-o menos, propiamente -ablando, sedescubreS se recibe, y por anti#ua ue sea, es siempre viva, siempre nueva,

es decir, perenne... /a primera renovaci&n es interior y personal... 2espués,la novedad en la vida cristiana y en la I#lesia puede lle#ar por puri*icaci&n...S por estudio pro*undoK Luién puede decir ue -acomprendido todo... en el tesoro... ue llevamos con nosotros... ; después por aplicaci&nK no se trata de inventar un cristianismo nuevo para lostiempos nuevos, sino de dar al cristianismo auténtico las re*erenciasnuevas, de las ue es capaF y de las ue nosotros necesitamos. R%udiencia#eneral, 4 de +ulio de 1!.U

R11U Condiciones de le#itimidadK ue tales *&rmulas sirvan, como medios,a los *ines de la I#lesia Rno sirven, por e+emplo, las ue tienden a romper launidad de la doctrina...US y, en #eneral, ue la intenci&n de conse#uir

:4


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ob+etivos buenos no sirva de preteto para suprimir prcticas buenasRcomo cuando, en nombre de la litur#ia, se desprecian *ormas de devoci&nrecomendadas por la I#lesiaK rosario, procesiones, etc.S y, en el límite, seacaba diciendo ue lo ue importa no es la litur#ia, sino la -onradeF en as

relaciones socialesU. Ver el criterio de JesNs en %ir. 4:, 4:.R14U ; menos cuando los dotadores usurpan una autoridad ue suelendiscutirle a la verdadera +eraruía de la I#lesia. )n lo ue es dudoso, nisiuiera los pastores deberían abusar de declaraciones en las ue, sinasumir la responsabilidad de la decisi&n, parecen traFar vías de direcci&nNnica. )n el me+or de los casos, serían admisibles al#o así como los planesde desarrollo ue, aun siendo imperativos para los poderes pNblicos, s&loson indicativos para la iniciativa privada.

R1:U /a aplicaci&n de estas líneas de valor directivo depende de lo uecada obispo determine en su di&cesis. /as decisiones de la con*erenciaepiscopal no tienen *uerFa +urídica obli#ante ms ue en los contadoscasos en ue así lo establece la ley universal de la I#lesia o un mandato dela (anta (ede.

R1"U Constituci&n +&, 92

::


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<

&-I+E-I*1 P- *-IE(+-1E E(/E)I* )E &*(721I:(.

/=I%>E))

Hemos indicado, en con*ormidad con las insistentes ense$anFas del8apa, criterios vlidos para orientarse en medio de la con*usi&n doctrinal.

ras en*ilar -acia puntos *i+os, ue lucen como *aros, se$alamos lascondiciones ue le#itiman lo nuevoK cuando el pro#reso es -i+o de la*idelidad RlU. ;, como una #ran tentaci&n actual en la I#lesia es la dictaduraideolica en materias opinables, acotamos las Fonas donde se -a derespetar la apreciaci&n libre.

8ero el *actor ms pernicioso en la con*usi&n es el ue re#istra 8ablo

VI en su e-ortaci&n a los obisposK numerosos *ieles dice se siententurbados en su *e por una acumulaci&n de ambi#Yedades.

%unue a veces sea inevitable atravesar los bancos de niebla de laduda, es preciso re-uir siempre las cortinas de -umo de la ambi#Yedad, dellen#ua+e de doble sentido, y el c-isporroteo de una *raseolo#ía enrevesada.

)n ocasiones no -ay por ué suponer mala *e en los ue -ablan así.al len#ua+e ser e*ecto, no deseado, de la impericia, de entrometerse en

problemas ue desbordan la capacidad o la preparaci&n, de traducir lucubraciones no di#eridas, de publicar prematuramente lo ue todavíaest en *ase de tanteo, por le#ítimo ue sea.

Cualuiera ue *uere la causa, sería bueno ue, al menos, lossacerdotes recordsemos la prevenci&n de (an 8ablo a imoteo, cuando lede+& en )*e so con el encar#o de reuerir a al#unos ue no ense$asendoctrinas etra$as ni se ocupasen en *bulas..., ms a prop&sito paraen#endrar vanos problemas ue para servir al desi#nio de 2ios *undado en

la *e R4U.Con (an 8ablo sintoniFan las reiteradas advertencias del Concilio, del8apa y distintos episcopados, ue podrían condensarse en esta con*esi&n

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de un ecelente te&lo#o *rancésK /os sacerdotes no tenemos por misi&n predicar nuestras dudas, sino predicar la *e R:U.

)n otros casos la ambi#Yedad es intencionadaK para dar curso en laI#lesia, al amparo de una si#ni*icaci&n admisible, a otra ue se#Nn

repiten en lecciones y escritos constituye un nuevo modo de entender la *e. (e dir, por e+emplo, ue la *e es vida lo cual es muy ciertoS pero se dir para si#ni*icar una creaci&n espontnea del creyente, desli#adade la verdad transmitida por la I#lesiaS se -ablar de desmiti*icar la *e lo ue sería tolerable, si por mito se entendiesen las ad-erencias etra$asue pueda -aber en al#unas personasS pero es para vaciar la *e de los-ec-os sobrenaturales R)ncarnaci&n, 6esurrecci&n, etc.U, ue son su mismaentra$a R"U.

%l#unos se atreven a insinuar ue el nuevo modo de entender la *eno es aceptado por el pueblo, ni se le puede o*recer a éste abiertamente, porue el pueblo dicen no est maduro para entender el sentidoauténtico de la *e R7U.

5ada ms -iriente para oídos cristianos. JesNs -a dic-oK ;o te alabo,8adre, (e$or del cielo y de la tierra, porue ocultaste estas cosas a lossabios... y las revelaste a los peue$uelos R!U. )l acceso a la entra$a vitalde la *e no est ms *ranco para los ue presumen de selectos ue para el

ms sencillo de los creyentes. /os ue viven como -i+os, con docilidadinterior, en el seno de la madre I#lesia, ven con los o+os de 2ios.

Mi madre, modesta campesina, carecía de la cultura teolica ue amí se me -a dado. 8ero, sin duda, su *e era ms pura ue la mía, tan puracomo la de un concilio. ;, como ella, tantas personas, en los distintosniveles sociales del pueblo, para las cuales JesNs, con María, los n#eles ylos santos, es una presencia vivienteK manantial de luF y *uerFa para obrar, padecer y esperarS y, a la veF, llamamiento a la #enerosidad, el perd&n y la

paciencia con los dems. 5in#una especulaci&n puede me+orar estaactitud de *eW Cualuier interpretaci&n sabia -a de mantenerse dentro deeste mbito de la *e accesible a todos. /a ue intentase salirse de él, comosi -ubiese otro, reservado para ciertos #rupos, llevaría a la or#ullosase#re#aci&n o -ere+ía denunciada desde el comienFo por los %p&stoles.

8orue 2ios es el ue llama a todos a la *e y s&lo )l sabe uiénesresponden con *e ms pura, por eso los pastores tutelan las epresionesle#ítimas de la *e contra ciertos despotismos ilustrados. curre, por e+emplo, ue en nombre de la litur#ia se pretenden ecluir ciertas *ormasde devoci&n popular recomendadas por la I#lesia. % veces el desprecio se

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etiende a toda *orma de culto, y se trata de +usti*icarlo con apelacioneseuívocas a ob+etivos muy buenosK como cuando Judas di+o ue elobseuio de María de >etania a JesNs debiera -aberse reservado para los pobres R3U.

2eberíamos aprender de JesNs, precisamente cuando se en*renta conun caso límite, dentro de su invectiva ms dura contra los -ip&critasScuando recrimina a los *ariseos porue cumplían, -asta en minucias, lo prescrito sobre los dieFmos, mientras desatendían lo ms #rave de la leyK la +usticia, la misericordia, la buena *e. LQué les aconse+ar (i nos *iramosde al#unos pro*etas de a-ora, supondríamos ue les diríaK 2e+aos dedieFmos, y practicad la +usticia...W JesNs les dice ue -ay ue -acer lo uno,sin omitir lo otro R9U.

%nte todas las *ormas de con*usi&n es saludable volverse a Jesucristo.(i creemos ue )l, el mismo ue muri& y resucit& -ace veinte si#los, vivecon nosotros, a través de los tiempos, creemos también como )l dice ue el cielo y la tierra pasarn, pero mis palabras no pasarn RU.

He auí otras palabras suyasK (e levantarn muc-os *alsos pro*etas,ue en#a$arn a muc-os...S se en*riar la caridad de muc-osS mas el ue perseverare -asta el *in, ése ser salvo R10U.

(29 de ao de 1972)

5%(

R1U Cuando el pro#reso nace de la asimilaci&n activa y arm&nica de losdistintos in#redientes de la Nnica verdad.

R4U 1 Ti 1, :T". /as palabras del ap&stol nos ponen delante el empe$oactual de al#unos en problematiFar, como ellos dicen, y su inapetencia por el o*icio apost&lico de edi*icar.

)l mismo (an 8ablo dice a imoteo en la se#unda cartaK Vendrtiempo en ue no su*rirn la sana doctrinaS antes, por el prurito de oír, ycon*orme a sus pasiones, se buscarn maestros y apartarn los oídos de laverdad R4 Ti ", :U.

R:U )l te&lo#o 5édoncelle, en el colouio de )strasbur#o, de diciembrede 131. )l Concilio Vaticano II encar#a a los sacerdotes ue sean

asertores intrépidos de la verdad, a *in de ue los *ieles no sean llevadosde ac para all por todo viento de doctrina R2ecreto sobre los presbíterosK U. Hay sobre esto una ecelente instrucci&n del

:!


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episcopado alemn. Véanse las e-ortaciones doctrinales publicadas en131 por el episcopado espa$ol.

R"U tro e+emploK se dir sí, como por un resorte automtico, a todocambio de posici&nS pero sin #arantiFar si el desplaFamiento, cali*icado

siempre de avance, es en realidad -acia adelante o -acia atrsS sindiscernir si el no opuesto al inmovilismo ataca una parlisisen*ermiFa, o ms bien desacredita la *idelidad vital...

R7U Como si el sentido auténtico de la *e s&lo *uese aseuible no ya a las personas muy cultas, sino a determinados tipos de mentalidad.

R!U 't 11, 47.

R3U /n 14, : ss.

R9U 't 4:, 4:S *c 11, "4.RU 't 4", :7.

R10U 't 2, 11T1:.

:3


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?

VE-)) I(+E%-

JesNs di+o a los %p&stolesK Como el 8adre me -a enviado, así osenvío ;o R1U. )nse$ad a todas las #entes... R4U. (eréis mis testi#os en

toda la tierra R:U, Quien a vosotros oye a Mí me oye R"U. ;o estaré convosotros -asta la consumaci&n del mundo... R7U.

)l ma#isterio de la I#lesia, ayudado por la luF del )spíritu, transmitey eplica siempre ese testimonio de los %p&stoles. 5o es obli#ado ue-a#amos nuestro todo el conteto cultural del tiempo apost&lico o detiempos posterioresS pero sí el testimonioK lo ue los %p&stoles y latradici&n de la I#lesia -an dic-o como palabra de 2ios, en el sentido enue la -an epresado, ue permanece para siempre.

(i las interpretaciones teolicas, o las maneras variadas de eponer,suplantasen ese sentido, se desvanecería la *e R!U. ; aunue muc-oscompartiesen las nuevas si#ni*icaciones, ya no serían %lesia8 porueI#lesia es la comunidad de los llamados por 2ios, ue responden con la *ea esa llamada. (erían una sociedad por coincidencia de opiniones-umanas.

; así vemos ue se *orman a veces #rupos en los ue la *e no es sinola epresi&n de actitudes sub+etivas, no la correspondencia vital a Ola

revelaci&n de 2ios. ; -asta -ay uien propone ue cada comunidad deéstas *ormule su propio credo. 2e a-í, la incapacidad misionera, laincapacidad de suscitar la *e. ;a lo -abía dic-o un escritor del si#lo nKestos #rupos se preocupan no tanto de convertir a los ue estn *uera comode pervertir a los ue estn dentro R3U. ; a-ora mismo, aunue se pretendeue el len#ua+e euívoco acaso sea Ntil para acercar el mensa+e cristiano alos ale+ados, es *cil comprobar, en #eneral, ue la con*usi&n y laambi#Yedad prevalecen allí donde se -a interrumpido la acci&n misionera

o donde se di*unde un mensa+e vaciado de su médula cristiana.

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'n modo especial de ser in*iel al testimonio apost&lico, se#Nn noseplica 8ablo VI, se da a-ora, ms ue con nuevas especulaciones, con unareducci&n o selecci&n de las verdades R9U. 6educci&n a un supuesto nNcleode verdades bsicas, con eclusi&n y olvido de las dems.

8ero el ue cae por una escalera est en peli#ro de no parar -asta la portera: la arbitrariedad cercena sucesivamente ese nNcleo -asta terminar por vaciar la *e de todo contenido revelado, L(e pone por e+emplo elnNcleo en la (antísima rinidad %l#uien dir ue basta -ablar #enéricamente de 2ios. L(e pone en ue Cristo es 2ios %l#uien dir ue basta ver en el -ombre JesNs una mani*estaci&n inde*inida de lo divino.L(e pone en la resurrecci&n de JesNs %l#uien dir ue no es necesarioaceptar una resurrecci&n corp&reaS ue basta creer en ue Cristo vive. 8ero

Lvive )l LVive s&lo en nuestro recuerdo LVive s&lo en cuanto ue laidea o la causa sustentada por )l si#ue siendo todavía interesante 2eescal&n en escal&n, la revelaci&n de Cristo ya no sería ms ue unaepresi&n intensa del sentir o conciencia -umana. ; al *inal, -asta lamisma eistencia de JesNs termina por ser indi*erente. tro escal&n msKtampoco interesa ya la relaci&n con 2ios.

)sto es lo ue a veces se llama espíritu moderno, aunue *ormulado-ace dos si#los, ue prescinde de la revelaci&n de un ser personal superior

a nosotros, y a*irma ue lo ue -ay de divino, de ms noble y valioso, enel mundo s&lo eiste y se mani*iesta en la -istoria de la conciencia -umanaRen nuestros pensamientos, sentimientos, cultura, arte, acci&n y relacionessocialesU. ; otros dirnK Lpara ué -ablar de lo divinoS todo esto es puramente -umano. ; así lle#amos al -umanismo ateo.

2esde -ace poco al#unos pensadores protestantes ue encuentranmuc-a aco#ida entre nosotros -ablan de ateísmo cristianoS se#Nn elcual carecería de si#ni*icado la reli#i&n o comunicaci&n consciente con

2iosS Cristo interesaría por lo ue -ace o dice de las relaciones *raternas,no por lo ue dice del 8adre. 6espetando los valores *raternales, no tendríaimportancia ya la di*erencia entre ser creyente o ser ateo. riste *inalK se -avaciado la *e, -emos 8e#ado al *ondo de la escalera. R)n cuanto al valor reli#ioso ue pueda -aber en uienes de buena *e viven sin *e, -ablaremosotro día.U

)s, pues, esencial a la *e aco#er la verdad revelada en su totalidad.

%-ora bien, en un sentido es vlida la distinci&n entre lo *undamentaly otras verdades. Como recuerda el Concilio RU, eiste un orden osubordinaci&n or#nica entre las verdades. )stas no si#ni*ican sueltasS -ay

:


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ue entenderlas todas enlaFadas, re*eridas a unos nNcleosK por e+emplo, lavir#inidad de María, por relaci&n a la encarnaci&n del Hi+o de 2iosS laintercesi&n de los santos, enlaFada con la mediaci&n de Cristo. )sto es muyimportante para no descomponer la realidad viviente ue es el contenido

de la verdad revelada R10U.8ero, precisamente porue es una realidad viviente, -ay ue tomarlasiempre en su unidad y totalidad. 5o se trata, en modo al#uno, de reducirlaa los nNcleos, ecluyendo o despreciando lo dems. 2istin#uir en unedi*icio entre los cimientos y elementos sustentantes y las partessustentadas no es lo mismo ue desmantelarlo, uedndose s&lo con loscimientos.

/a *e pura comporta una ad-esi&n total a Cristo y a su mensa+e en la

I#lesia, sin recortes arbitrarios. (in embar#o, es posible con distintos#rados de comprensi&n del contenido de este mensa+e. 5o es preciso uerodos y cada uno posean un conocimiento desarrollado. )n el pensamientode los *ieles no siempre -an de estar presentes de modo epreso todas las*acetas de la verdad. Hay *e purísima en personas de escasa cultura, comoya indicamos.

(e -abla muc-o contra la llamada *e del carbonero. 5o ea#eremos.Cierto ue se -a de procurar, en el mayor #rado posible, la ilustraci&n en la

*eS en] este tiempo ms ue nunca. Con todo, siempre tendr aplicaci&n lodel catecismoK 2octores tiene la I#lesia ue os sabrn responder. odos,sin ecluir a los ms cultos, nos remitimos a epertos. %unue -ayamosestudiado la estructura cientí*ica de la radio*onía o la electr&nica, muc-osno sabríamos dar raF&n de los aparatos ue mane+amos cada día.

/a venta+a del creyente es ue dispone, en el ma#isterio, de una#arantía in*alible para saber ue se #uía por la palabra de 2ios, y no la delos -ombres. ;, adems, por la vía de la *idelidad y del amor, aun el menos

docto alcanFar en la visi&n de 2ios la luF ue ecede a toda sabiduría-umana.

(4 de unio de 1972)

5%(

R1U /n 40, 41.

R4U 't 49, 1.

R:U Act 1, 9.

"0


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R"U *c 10, 1!S 't 10, "0.

R7U 't 49, 40.

R!U (e desvanecería la *e, por despreciar su verdadero motivo, uees la autoridad de 2ios y la misi&n divina de los %p&stoles y la

I#lesia. 2e#eneraría en especulaci&n -umana, ue tampoco seríaverdadera teolo#ía.

R3U )6'/I%5, 5e raescriptione haereticoru, "4, 1T!K /a preocupaci&n de los -ere+es no es la de convertir a los pa#anos, sino la de pervertir a los nuestros.

8ablo VIK Hay personas cultivadas, ue se titulan cat&licas uetratan de adaptar las doctrinas de la *e a la mentalidad del mundo moderno,no s&lo en un laudable es*uerFo por -acer ue se reciban y *acilitar sucomprensi&n, sino aportando a las mismas doctrinas reticencias,alteraciones, ne#aciones, al comps de las teorías o de los #ustos de lasopiniones actualmente en bo#a. /a *e es libre en el acto ue la epresa. 5oes libre en la *ormulaci&n de la doctrina ue epresa, cuando ésta -a sidode*inida con autoridad... %mad la ense$anFa reli#iosa de la I#lesia cat&lica,en sus do#mas, en sus epresiones litNr#icas, en sus libros ue dan unaense$anFa autoriFada. 5o penséis tener la *e si no os ad-erís al contenidode la *e, al credo, al símbolo de la *e... 5o creis ue vais a tener una vidareli#iosa ms intensa o ue os acercaréis a los ale+ados minimiFando ode*ormando la ense$anFa precisa de la I#lesia... R%udiencia #eneral, :1 demayo de 1!3.U

R9U /os remedios ue desde muc-os lu#ares se intenta aplicar a lasmodernas crisis de *e son, *recuentemente, en#a$osos. 5o *alta uien, paradevolver su crédito al contenido de la *e, lo reduce a al#unas proposiciones bsicas, ue piensa son el auténtico si#ni*icado de las *uentes delcristianismo... 5o es necesario decir cun arbitrario y desastroso es tal procedimiento, aunue vaya revestido de apariencias cientí*icas... /os -ayue con criterios de un empirismo desconcertante se arro#an el derec-o de-acer una selecci&n entre las muc-as verdades contenidas en nuestroCredo... R%locuci&n del :0 de octubre de 1!9.U

RU 2ecreto 6nitatis redinte%ratio, nNm. 11.

R10U ; también para *acilitar el entendimiento con otros cristianos.

"1


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@

&*(721I:( VI1+ P*- *1 P1+*-E1

/a verdad de Cristo es nuestra luF. 8ara no perderla de vista en mediode la con*usi&n, -emos tenido ue recordar al#unos criterios orientadores.

Ms a#radable -ubiera sido dar s&lo el alimento sabroso de la doctrina dela *e. % ella volveremos, 2ios mediante. 8ero cuando -ay una epidemia, noes menos necesario proporcionar la medicina.

)l -ec-o de la con*usi&n lo -abíamos condensado en estas palabrasK)n el seno de numerosos #rupos, desde publicaciones, ctedras deense$anFa reli#iosa, y a veces desde la misma predicaci&n sacerdotal, sevierten como doctrina de la I#lesia ideas contrarias a la mismaS al parecer, sin una desautoriFaci&n e*icaF R1U.

%l#unos se pre#untarn, inuietosK L%dvierten este -ec-o los pastores Como respuesta, permítanme dedicar este breve espacio a leer al#unos tetos o*iciales recientesS todos del Nltimo a$o.

)l 8apa, ue no cesa de re*erirse al problema en centenares deocasiones, al cumplirse cinco a$os después del Concilio diri#i& unae-ortaci&n a todos los obispos del mundo, invitndoles a transmitir la verTdad de 2ios en su inte#ridad y pureFa a los -ombres contemporneos, convalentía, no s&lo de manera colectiva, sino asumiendo cada uno su

responsabilidad personal. 5umerosos *ieles decía se sienten turbadosen su *e por un cNmulo de ambi#Yedades, de incertidumbres y de dudas encosas ue son esenciales R4U.

)n el Nltimo sínodo de obispos se present& un balance de estos a$os posconciliares. 2e los *en&menos ne#ativos el ue ms preocupa es,ciertamente, la a#uda crisis de *e, al menos en lo ue se re*iere a laaceptaci&n de su contenido ob+etivoS y la di*usi&n de teorías, a*irmacionese -ip&tesis ue estn en clara oposici&n con la ense$anFa tradicional de la

I#lesia... /a di*usi&n de tales teorías y a*irmaciones entre el pueblocristiano, por medio de la prensa y de los otros medios de comunicaci&n

"4


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social, -a provocado un #rave con*usionismo en los *ieles, y en al#unosuna verdadera crisis de *e y de comportamiento moral R:U.

)ntre las mani*estaciones de obispos espa$oles, espi#amos unas pocas R"U:

Me siento obli#ado a salir al paso de al#unas desviaciones ue seairean en ciertas revistas y escritos, en al#unas conversaciones y lecciones,y ue pueden a*ectar a la *e y a la moral RMons. %$overos, obispo de>ilbaoU R7U.

(i el 8apa -a velado las armas en de*ensa del dep&sito de larevelaci&n, como *iel y autoriFado maestro, no se podría -ablar así de los pastores en #eneral. Mientras por una parte se -a #uardado un silencioecesivamente prudente, -abiendo obli#aci&n de -ablar, por la otra se -a

intentado construir un catolicismo sin *e y una vida sin reli#i&n RMons.>arrac-ina, obispo de ri-uelaT%licanteU R!U.

Hemos de es*orFarnos Rlos sacerdotesU en eponer la palabra de 2iosen su inte#ridad y pureFa. 8orue, el ue es simple depositario de unadoctrina para transmitirla a los dems, no tiene derec-o a a$adir, uitar ovariar nada de ella... )l -ec-o denunciado por el 8apa también se da ennuestra di&cesis, sin ue sea necesario detenerse en demostrarlo RMons.Jubany, entonces obispo de Gerona, a-ora arFobispo de >arcelonaU R3U.

)n publicaciones y, a veces, lo ue es peor, en predicaciones, sevierten ideas ue no se pueden +usti*icar. %l#unos divul#adores... tratan desacarnos del camino de la tradici&n en cosas *undamentales, paraconducirnos en otra direcci&n RMons. 2elicado, obispo de uyTVi#oU R9U.

Quieren re*ormar Ja I#lesia desde su interior. Quieren trans*ormar la*e misma de la I#lesia, a ser posible, sin ue la conciencia de los *ieles loadvierta RMons. Castn, obispo de (i#YenFaTGuadala+araU. RU.

Cuntas verdades *undamentales estn -oy mar#inadas de la predicaci&nW ; con cunta *recuencia se proponen al pueblo proposicionesno admisibles o muy discutibles en sana doctrinaW /os *ieles se pre#untanan#ustiadosK L2&nele est el )van#elio auténtico L% uién -emos de-acer taso L% ué -emos de atenernos RMonse$ores 8la y Gea, obisposauiliares de ValenciaU R10U.

/os momentos actuales de renovar ion son propicios alcon*usionismo. /as llamadas ríe alerta Rdel 8apaU -an de liaremos

re*leionar seriamente para no de+amos llevar por novedades peli#rosas RIIU. (i en nuestros días se -an -ec-o muy pro*undas... las divisiones...entre los cat&licos, es principalmente porue no aparece siempre Rentre los

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ministros de CristoU la anulad *undamental en la predicaci&n riel)van#elio... y en otras actividades pastorales... L8uede etra$ar nos ue los-ombres descon*íen de nosotros, los sacerdotes, cuando colectivamente nosabemos mantener la *idelidad al sacerdocio de Cristo RCardenal aT

ranc&n, arFobispo de MadridU R14U.5o s&lo no se -an corre#ido tales desviaciones, sino ue se propa#an cada veF ms en traducciones y resNmenes ue lle#an a todas partes ori#inando la ms lamentable con*usi&n. ambién en )spa$a, enal#unas revistas destinadas al #ran pNblico, se vierten sin escrNpulo estasense$anFas. %ver#YenFa comprobar la etrema debilidad intelectual yreli#iosa de uienes, para renovar, lo Nnico ue -acen es destruir. L2&ndeest la radical novedad del )van#elio sino en su propia identidad RMons.

GonFleF, arFobispo primadoU R1:U.)n nuestros días, se insiste tal veF demasiado e ilusivamente en lamisi&n y compromiso temporal de la I#lesia... Como si la misi&n de Jai#lesia *uera ante todo la renovaci&n social en un orden puramente-umano, olvidando la prioridad de lo sobrenatural RMons. 2ada#lio,nuncio de (u (antidadU RIdU.

%tilden a nosotros padres +usta mente an#ustia dos ante lasense$anFas de al#unos pro*esores y educadores ele sus -i+os, a los ue

pervierten con doctrinas *alsas, en veF de encauFar su mente y coraF&n encon*ormidad con las directrices de la i#lesia. % los ue así procedanro#amos re*leionen en la presencia del 2ios vivo, y piensen ue cometenuna in+usticia y una traici&n imperdonable a la misi&n recibida de 2iosR)l )piscopado espa$ol, en una e-ortaci&n colectivaU R17U.

L5uestra acritud Vi#ilar y orar, se#Nn la palabra del (e$or R1!U. ,como dice (an 8edroK Vi#ilad, ue vuestro adversario el diablo, comole&n ru#iente, anda rondando y busca a uien devorar. %l cual resistiréis

*irmes en la *e R13U.ConoFcamos los documentos *e-acientes del ma#isterio de la I#lesia,

con no menor solicitud ue se #uardan los títulos de propiedad o loscerti*icados ue #arantiFan el derec-o a la se#uridad social. ; no toTleremos ue nadie tíos presente como doctrina de la I#lesia lo ue escontrario a la misma R19U.

/os vi#ilantes, por de*inici&n, son los obispos R1U 5ecesitan nuestra

oraci&n y docilidad, para ue cada uno pueda aplicarse lo del ap&stol (anJuanK 5o -ay ^rara mí mayor ale#ría ue oír de mis -i+os ue anclan en laverdad R40U.

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(obre todo, ue nuestro vi#ilar #ene de la serena con*ianFa ue da la presencia de JesNs. )l di+o a sus %p&stolesK 5o os de+aré -uér*anos...Mi paF os doy... 5o se turbe vuestro coraF&n ni se intimide R41U. (i#uardareis mis preceptos, permaneceréis en mi amor R44U. Vuestra

tristeFa se trocara en #oFo... y nadie ser capaF de uitaros vuestraale#ría. R4:U

(12 /e unio de 1972)

5%(

R1U )n la emisi&n del 17 de mayo.

R4U )-ortaci&n del 9 de diciembre de 130, publicada el 7 de enero de131. )l 8apa a$ade los si#uientes e+emplosK ... como los do#mastrinitario y cristolico, el misterio de la )ucaristía y de la presencia real,la I#lesia como instituci&n de salvaci&n, el ministerio sacerdotal en el senodel pueblo de 2ios, el valor de la oraci&n y de los sacramentos _ lasei#encias morales concernientes, por e+emplo, a la indisolubilidad delmatrimonio y el debido respeto a la vida...

R:U 6elaci&n leída al comienFo del III sínodo, octubre de 131.

R"U Véanse los tetos publicados en los boletines o*iciales de las di&cesiscorrespondientes.

R7U Cana pastoral, abril de 134.

R!U de, enero de 131.

R3U de, 4 de *ebrero de 131.

R9U de, ! de enero de 131.

RU de, 40 de *ebrero de 131, dentro de un anlisis detenido de la

situaci&n a la luF del documento papal antes citado.R10U %locuci&n en el día de su consa#raci&nK ver #cclesia, 1 de +unio de131. Inmediatamente antes del prra*o transcritoK Mientras se admitecomo do#ma de *e la teoría de moda de cualuiera..., cuanto ms estridenteme+or, se pone en cela de +uicio la ense$anFa de los obispos y del mismo8apa... Con *recuencia se acude al Vaticano II para interpretarlo de acuerdocon ciertos pre+uicios, o como si la I#lesia no -ubiera celebrado otroconcilio en toda su -istoria e, incluso, a*irmando ue est superado...

R11U 5ota sobre el día del 8apa, +unio de 131.

R14U Carta a los sacerdotes de Madrid, enero de 134.

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R1:U 2ía de la 6esurrecci&n de 134.

R1"U Homilía en la consa#raci&n del c-ispo de (e#orbeK #cclesia, 2 de*ebrero de 134. )n la consa#raci&n del obispo de (e#ovia, monse$or 8alenFuela, el mismo nuncio -abía dic-oS )s ya tiempo de -ablar con

claridad, de tomar posiciones con *irmeFa, de se$alar el error conresponsabilidad, de orientar con valentía R44 de *ebrero de 130U.

R17U )-ortaci&n del 19 de +unio de 131. )n otra e-ortaci&n de abril de131 los obispos espa$oles a*irmaronK ambién en )spa$a se -anetendido esas vacilaciones y con*usiones acerca de la mayor parte de puntos indicados por el 8apa.

R1!U 't 4!, "1. Ver 't 2, ":.

R13U 1 e 7, 9T.

R19U (an Juan nos dice ue tenemos el derec-o y el deber de evitar elconta#io de los ue propalan esas doctrinas etra$as. Ver 2 /n , 11.

R1U /os obispos, se#Nn (an 8ablo, -an de custodiar el dep&sito,evitando las palabrerías vanas y las contradicciones de la *alsa cienciaue al#unos pro*esan, etravindose de la *e R / Ti !, 40T41U.

R40U ; /n

R41U /n 1", 19. 43.

R44U /n 17, 10.R4:U /n 1!, 40. 44.

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0A

7E 6 =2E( 7E. (E&E1I)) )E I%E1I

Hemos insistido en lo importante ue es para nuestra vida la verdadcristiana, íntimamente li#ada a la presencia del mismo Cristo resucitado en

su I#lesia.8ero al#unos piensanK 2espués del Concilio la I#lesia reconoce elvalor ue tiene ante 2ios la conciencia sincera, aunue no pro*ese laverdad reveladaS ya no parece ur#ente ni primordial, como se pensabaantes, la labor misioneraS acaso lo me+or sería no inuietar a los -ombrescon la invitaci&n a la *e. )n resumen, Lno basta la buena *e sinnecesidad de la *e

LCul es, en realidad, la ense$anFa de la I#lesia en este punto

)l Concilio voy a utiliFar lo ms posible sus palabras rea*irma ladoctrina tradicional de la I#lesia y la *ormula del modo si#uienteK

/a I#lesia pere#rinante es necesaria para la salvaci&n. )l Nnicomediador y camino de salvaci&n es Cristo, uien se -ace presente a todosnosotros en su cuerpo, ue es la I#lesia R1U. odos los -ombres estnobli#ado

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El octavo día JOSE GUERRA CAMPOS