49
El Origen de la Religión HENRI DE LUBAC Profesor de Teología en la Facultad Católica de Lyon. Francia. Sobre el origen de la religión en la historia humana se podría escribir un grueso volumen, porque las teorías que pretenden instruirnos sobre este tema son múltiples. Pero también nos podemos contentar con unas pocas líneas, puesto que científicamente, no sabemos apenas nada. No podemos exponer aquí todos los numerosos sistemas --mezclas inextricables de observaciones, hipótesis, explicaciones y juicios de valor-- que han sido propuestos desde hace un siglo, aproximadamente: naturismo, manismo, animismo y preanimismo, totemismo, magismo y premagismo, neonaturismo, sociologismo, etc. Sistemas que se entrecruzan o que, por el contrario, se subdividen en mil combinaciones y de los cuales los más importantes conocen uno tras otro el éxito, la decadencia y el renacimiento bajo formas rejuvenecidas. Sin duda alguna, será más útil, después de haber denunciado algunas ilusiones comunes a la mayor parte de estos sistemas, indicar rápidamente cuáles son las principales conclusiones, sobre todo negativas, que permite formular el estado actual de las investigaciones. I.- ILUSIONES COMUNES A NUMEROSOS SISTEMAS ¿CUÁL FUE LA ACTIVIDAD PSIQUICA DE LOS PRIMEROS HOMBRES? PROBLEMA INSOLUBLE EL MITO DE LO PRIMITIVO ESQUEMAS ARBITRARIOS ESCUELAS HISTÓRICAS IDEOLOGIA RACIONALISTA LA ILUSIÓN DE LO «ELEMENTAL» FRACASO DEL EVOLUCIONISMO SIMPLISTA FILOSOFIAS SUBYACENTES EL «A PRIORI» DEL MARXISMOLENINISMO II.- RESUMEN III.- DISCUSION DE ALGUNOS PUNTOS IMPORTANTES ARBITRARIEDAD DE LA TESIS SOBRE UNA FASE ARRELIGIOSA ¿DÓNDE EXISTE LA CULTURA MÁS ARCAICA? TASMANOIDES Y PIGMEOS SU SITUACIÓN GEOGRÁFICA RAZA Y CULTURA DE LOS PIGMEOS IV.- ESTA IDEA DE DIOS, ¿APARECE COMO EL FRUTO DE UNA EVOLUCION TARDIA? LA IDEA DE DIOS ENTRE LOS PRIMITIVOS DIFUSIÓN GENERAL DE LA IDEA DE LOS «GRANDES DIOSES» SU ARCAÍSMO ETNOLÓGICO ORIGEN RELIG1OSO DE LA REI.ICIÓN EL «MANA» Y LOS SISTEMAS PREANIMISTAS

El Origen de La Religión en La Historia Humana - Henri de Lubac

Embed Size (px)

DESCRIPTION

tratado histórico acerca del origen de la religión en la historia humana

Citation preview

  • El Origen de la Religin HENRI DE LUBAC

    Profesor de Teologa en la Facultad Catlica de Lyon. Francia.

    Sobre el origen de la religin en la historia humana se podra escribir un grueso volumen, porque

    las teoras que pretenden instruirnos sobre este tema son mltiples. Pero tambin nos podemos

    contentar con unas pocas lneas, puesto que cientficamente, no sabemos apenas nada. No

    podemos exponer aqu todos los numerosos sistemas --mezclas inextricables de observaciones,

    hiptesis, explicaciones y juicios de valor-- que han sido propuestos desde hace un siglo,

    aproximadamente: naturismo, manismo, animismo y preanimismo, totemismo, magismo y

    premagismo, neonaturismo, sociologismo, etc. Sistemas que se entrecruzan o que, por el

    contrario, se subdividen en mil combinaciones y de los cuales los ms importantes conocen uno

    tras otro el xito, la decadencia y el renacimiento bajo formas rejuvenecidas. Sin duda alguna,

    ser ms til, despus de haber denunciado algunas ilusiones comunes a la mayor parte de estos

    sistemas, indicar rpidamente cules son las principales conclusiones, sobre todo negativas, que

    permite formular el estado actual de las investigaciones.

    I.- ILUSIONES COMUNES A NUMEROSOS SISTEMAS

    CUL FUE LA ACTIVIDAD PSIQUICA DE LOS PRIMEROS HOMBRES?

    PROBLEMA INSOLUBLE

    EL MITO DE LO PRIMITIVO

    ESQUEMAS ARBITRARIOS

    ESCUELAS HISTRICAS

    IDEOLOGIA RACIONALISTA

    LA ILUSIN DE LO ELEMENTAL

    FRACASO DEL EVOLUCIONISMO SIMPLISTA

    FILOSOFIAS SUBYACENTES

    EL A PRIORI DEL MARXISMOLENINISMO

    II.- RESUMEN

    III.- DISCUSION DE ALGUNOS PUNTOS IMPORTANTES

    ARBITRARIEDAD DE LA TESIS SOBRE UNA FASE ARRELIGIOSA

    DNDE EXISTE LA CULTURA MS ARCAICA?

    TASMANOIDES Y PIGMEOS

    SU SITUACIN GEOGRFICA

    RAZA Y CULTURA DE LOS PIGMEOS

    IV.- ESTA IDEA DE DIOS, APARECE COMO EL FRUTO DE UNA EVOLUCION

    TARDIA?

    LA IDEA DE DIOS ENTRE LOS PRIMITIVOS

    DIFUSIN GENERAL DE LA IDEA DE LOS GRANDES DIOSES

    SU ARCASMO ETNOLGICO

    ORIGEN RELIG1OSO DE LA REI.ICIN

    EL MANA Y LOS SISTEMAS PREANIMISTAS

  • V.- CUALES SON LAS RELACIONES ENTRE EL DESARROLLO SOCIAL Y EL

    DESARROLLO RELIGIOSO?

    LA TESIS MARXISTA SOBRE LA APARICIN DEL MONOTEISMO

    VERDAD PARCIAL

    DOS CLASES DE RELIGIONES MONOTESTAS

    EST LA RELIGIN AL SERVICIO DE LA OPRESIN?

    VI.- CONCLUSION

    PERSPECTIVA

    VII.- BIBLIOGRAFA

    *****

    I.- ILUSIONES COMUNES A NUMEROSOS SISTEMAS

    CUL FUE LA ACTIVIDAD PSIQUICA DE LOS PRIMEROS HOMBRES?

    Una primera ilusin --que es necesario tener en cuenta, puesto que todava no se ha disipado--

    consiste en creer que es posible llegar a establecer, cientficamente lo que fueron, desde el punto

    de vista religioso, las primeras generaciones humanas.

    los dos caminos principales por los que nos remontamos hacia nuestros orgenes son, en efecto, la

    etnologa (ayudada por el folklore) y la prehistoria. Y cuanto ms progresan estas ciencias, sea

    por exploraciones o descubrimientos, sea por el perfeccionamiento de sus mtodos, mas nos

    comunican el sentimiento de que nuestro ms lejano pasado permanece, en su singularidad

    misma, inalcanzable.

    los verdaderamente ms primitivos entre los primitivos que la etnologa elige como presa

    propia, slo lo son en sentido muy relativo. Sabemos indudablemente un buen nmero de cosas

    sobre la situacin social de los salvajes actuantes y de ayer, pero lo ignoramos todo sobre la

    sociedad resolutamente primitiva [1]. En todas partes encontramos culturas ya complejas,

    resultado de una evolucin quiz larga y probablemente tambin de numerosas mezclas. Y

    aunque tal pueblo fuera el testimonio retrasado de lo que fuera la cultura absolutamente primitiva,

    slo nos podra entregar esta cultura a nuestra observacin en un estado que no permitira su

    reconocimiento. Pues los elementos espirituales no se conservan de la misma manera que los

    fsiles: sea como consecuencia de cierta impotencia congnita o de circunstancias desgraciadas,

    geogrficas y dems, un pueblo que no progresa, regresa, y, al no avanzar, retrocede; si la

    infancia no da paso a la madurez, se cambia en infantilismo, lo que es una forma de senilidad. Por

    lo tanto, es conveniente desconfiar de frmulas como stas: Africa, caja de conserva de la

    humanidad primitiva, o: Australia, museo del pasado humano. De todas maneras, debemos

    reconocerlo con Joseph Huby: Ni los pigmeos, ni los australianos del Sureste, ni los bantes

    sabran informarnos evidentemente sobre la mentalidad del primer hombre[2].

    En cuanto a la prehistoria, por numerosos e interesantes que sean los documentos de los que

    dispone, estn inicios de remontarnos hasta la primersima edad de la humanidad. Si es necesario

    creer a Henri Breuil, entre esta primersima edad y la aporicin de las razas que conocemos un

    poco, han podido pasar centenares de millares de aos[3]. Y, qu es lo que sabemos, por

    ejemplo, de la humanidad del chellense, sino que ha existido, puesto que tall piedras? Qu

  • informaciones puede proporcionarnos la mandbula de Heidelberg sobre la mentalidad del

    hombre al que perteneci?

    PROBLEMA INSOLUBLE

    Cualesquiera que sean las inducciones y las hiptesis que es posible hacer, el problema de los

    orgenes absolutos es, pues, aqu insoluble. Jams podremos decir que la ms antigua

    manifestacin humana que podamos alcanzar o reconstruir por la etnologa sea la que equivale a

    la humanidad primitiva, y, paralelamente, los ms antiguos testimonios prehistricos en los que

    podamos captar con cierta certeza las huellas de la actividad psquica de los antiguos hombres

    dejarn siempre tras ellas un inmenso pasado tenebroso.

    EL MITO DE LO PRIMITIVO

    Hay todava una segunda ilusin tambin frecuente. Se imagina que podemos obtener un

    resultado serio reuniendo desordenadamente una serie de datos observados en los pueblos ms

    diversos, hasta llegar a componer un cuadro sinttico. Este mtodo, o ms bien esta ausencia de

    mtodo, vicia la mayor parte de los sistemas que se han elaborado desde hace un siglo. So

    pretexto de que la etnologa es la ciencia de los pueblos que no tienen historia, se ha credo estar

    durante largo tiempo autorizado a tratarla como una simple ciencia natural, sin preocupacin

    alguna de orden histrico. Se ha representado excesivamente a los primitivos --ese gran

    proletariado de la historia de las religiones[4]-- como una masa homognea, y apenas si, para

    mayor claridad de la exposicin, se introduca, a veces, en su estudio algunas divisiones y

    clasificaciones sumarias. De esta manera, Sir J. G. Frazer, estudiando el culto del cielo en frica

    divide su trabajo en cuatro partes, que se refieren sucesivamente al frica Oriental, al valle del

    Congo, al frica del Sur y al frica Occidental[5].

    ESQUEMAS ARBITRARIOS

    As, si el etnlogo quera, ms all de la simple exposicin de hechos actuales, introducir en ellos

    algn orden de sucesin, reconstruir, por ejemplo, los orgenes de la religin y su evolucin

    posterior, se vea reducido a dejarse guiar por algunas verosimilitudes psicolgicas --

    determinadas las ms de las veces, como lo veremos, por una ideologa--. Este fue el famoso

    esquema de Augusto Comte, imponiendo la ley de los tres estados, teolgico, metafsico y

    positiva. Despus de otros vino el esquema ms complicado de Lubbock, sometido a diversas

    modificaciones: atesmo, fetichismo, totemismo, chamanismo, antropomorfismo, tesmo... Paara

    Frazer, toda la historia de la humanidad se explica por una marcha hacia lo abstracto y lo general:

    la ciencia y la religin son dos grandes hiptesis sobre el universo, hiptesis materialista e

    hiptesis espiritual, y la una y la otra han progresado paralelamente por una simplificacin y

    unificacin graduales: De la misma manera que la hiptesis materialista ha reducido los aspectos

    innumerables de la materia a una solo sustancia, el hidrgeno, la hiptesis espiritualista ha

    resumido los innumerables espritus en un Dios nico[6].

    ESCUELAS HISTRICAS

    Desde principios de este siglo, aproximadamente, nuevas escuelas reaccionan contra este

    subjetivismo. A pesar de las profundas divergencias que existen en la inspiracin de las diferentes

    escuelas, lo que las emparenta entre s, tanto en el mtodo como en los resultados, es una

    preocupacin comn por introducir la historia en el interior de la etnologa. Prohibindose a s

    mismas el aislamiento de cada elemento cultural del todo que debe explicarlo, tratan de

    determinar, por criterios tan objetivos como sea posible, vnculos de sucesin y de dependencia

  • entre conjuntos culturales previamente distinguidos. Podemos, por lo tanto, designarlas con el

    nombre comn de escuelas histricas: escuela alemana, de donde surgieron los primeros

    manifiestos en favor del mtodo histrico-cultural (Ratzel, Frobenius, Graebner, Ankermann);

    escuela austraca, que se esforzaba, al mismo tiempo, en aumentar el rigor del mtodo y el

    alcance de las conclusiones que permite alcanzar (Schmidt, Gusinde, Koppers, Schebosta);

    escuela inglesa, cada vez ms difusionista (Maitland, Rivers, Elliot Smith); escuela americana,

    menos inclinadas a las grandes sntesis y ms sensible a los fenmenos de convergencia (Boas,

    Dixon, Goldenweisser, Radin, Lowie). Francia no est aqu muy representada, quiz como

    sugera Georges Montandon, porque al genio latino le repugna ms la idea de culturas

    heterogneas. De hecho, la reaccin contra las opiniones de la etnologa clsica sigui sobre todo

    los caminos menos afortunados del sociologismo durkheimiano.

    IDEOLOGIA RACIONALISTA

    La ideologa que con ms frecuencia presidi los trabajos de los tericos de la etnologa religiosa

    estaba formada de dos elementos principales: una creencia en el progreso uniforme y continuo,

    puesta al servicio de un ideal racionalista. Por lo tanto, estaba sobrentendido que, de una parte, la

    religin debi de comenzar por alguna representacin muy rudimentaria y muy grosera, para

    llegar, poco a poco, bajo la influencia conjugada del desarrollo mental y del desarrollo social, a

    formas superiores tales como el monotesmo. Y, de otra parte, el nico progreso verdadero deba

    consistir en la eliminacin de toda religin o, al menos, de lo que el comn de los hombres

    entiende por esta palabra, por una razn adulta y plenamente consciente.

    El punto de portida, segn los sistemas de este tipo, pueden varier e ir de extremo a extremo. Para

    la etnologia clsica, haba, que buscarlo en algn error, en alguna hiptesis demasiado precipitada

    de la razn todava sin experiencia alguna. Segn otros, la religin naca, por el contrario, de una

    actividad totalmente diferente de la actividad racional: Durkheim habla de un pensamiento

    colectivo que alcanza su paroxismo en las fases de exaltacin de todo el conjunto del clan; Lvy-

    Brhl (cuya teora a veces se exagera) hace intervenir una mentalidad primitiva operadora de

    concepciones msticas, que sern rechazadas, si no extirpadas radicalmente por la civilizacin.

    Pero sea cual sea la manera como se expliquen los primeros pasos del hombre en el amplio

    campo de la religin, hay acuerdo en pensar que todo depende de estos tres primeros pasos: por

    ellos hay que juzgar todo lo dems; que ningn valor verdaderamente nuevo surge durante el

    proceso; que las numerosas transformaciones que se operan en las formas religiosas, slo

    constituyen una exploracin diversa del mismo dato inicial. Si este dato es falso o inconsciente,

    todo lo dems tambin lo es. La vieja idea de Augusto Comte es as resucitada, la idea de una

    edad al fin positiva, o, como deca Brunschvicg, de un advenimiento del homo sapiens que hace

    desaparecer al home religiosus. La forma de pensamiento que supone la religin corresponde a un

    estadio de infancia; la religin, por lo tanto, no es ms eterna de lo que lo es, por ejemplo, en la

    historia de las sociedades humanas, una institucin como la nacin armada; se sobrevive a s

    misma en su inevitable decadencia, pero llegar un da en el que la ciencia, al explicarlo todo por

    media de leyes positivas, definitivamente dar cuenta de alla.

    LA ILUSIN DE LO ELEMENTAL

    No es este lugar oportuno para criticar la metafisica subyacente en tales explicaciones. Bastar

    comprobar en el plano fenomenolgico la ilusin que tales explicaciones suponen. Nos figuramos

    que la determinacin cientfica de lo que fuera la primera religin --si la suponemos posible--

    permite hacer un juicio de valor sobre la religin misma, en su esencia, y la variedad de formas

    que reviste en la historia. Y, en consecuencia, se cree que se puede resolver todo el problema

    religioso con las solas luces de la etnologa. De esta manera, Taylor, poniendo ante todo la idea

  • del alma, formada en el espritu de un salvaje por una interpretacin ingenua de fenmenos tales

    como los sueos o los sncopes, slo vea en las grandes religiones histricas un animismo

    transformado, gravado por la misma falta originalidad, si se puede decir, que las supersticiones

    primitivas sobre las almas de los muertos o los espritus de la naturaleza. De esta manera, Loisy

    (ms matizado ordinariamente), despus de haber credo comprobar en el origen de todas las

    prcticas de sacrificios una operacin puramente mgica, concluye que la idea de la satisfaccin

    por el sacrificio, a pesar del refinamiento y de la atenuacin que en ciertos cultos se ha aportado

    por moralizarla, en el fondo slo es una garanta mgica[7]. Y as es cmo Durkheim eligi

    adrede este ttulo para su famosa obra las formas elemerntales de la vida religiosa. Editor de

    Hamelin, sabe que los elementos de la representaci un son los principios esenciales de la

    religin y alga as como sus categoras permanentes; semejantemente, las formas elementales de

    la religin sern al mismo tiempo sus formas primitivas, rudimentarias y las formas esenciales,

    constitutivas.

    FRACASO DEL EVOLUCIONISMO SIMPLISTA

    Posicin tan paradjica que son muy pocOs los autores capaces de mantenerla hasta el fin. Desde

    Comte, que instituye una religin positiva, hasta Durkheim, proclamando con una nueva

    paradoja que si la religin no puede existir sin cierto delirio, este delirio est bien fundado, o

    hasta Lvy-Brhl, que esboza tmidamente una rehabilitacin de las fuerzas oscuras del espritu

    que desorientan al pensamiento crtico[8], asistimos a varios arrepentimientos muy

    instructivos. Evolucionismo tart sumamente simple, que est totalmente pasado de moda, incluso

    en el estudio de la vida material. Ilusin contra la que numerosos psiclogos, historiadores y

    filsofos, por otra parte independientes entre s y con frecuencia opuestos los unos a los otros,

    reaccionan unnimemente. Preocupados de captar el hecho religioso en lo que tiene de especfico,

    rechazan la primaca, y con mayor razn el monopolio de la etnologa, de la sociologa o de la

    economa. Ya para el nacimiento de la religin, ya para sus manifestaciones posteriores, se niegan

    a confundir orden de aparicin y encadenamiento causal. Estiman que en el terreno religioso,

    como en otros, y quiz ms, cada nueva forma de vida o de pensamiento debe ser escrutada en s

    misma; que en la historia del pensamiento humano hay no slo complicaciones superficiales y

    simulaciones de un principio que permanece inmutable, sino verdaderas invenciones, que lo

    que se transforma o sublime es alga distinto (L. Brunschvicg); que las grandes personalidades

    religiosas --profetas, fundadores, msticos, reformadores-- desempean un papel que no es posible

    menospreciar, de tal manera que el juicio que se ha credo poder emitir sobre el punto de partida

    presumido no puede decidir en ningn caso del juicio que hay que formar sobre el punto de

    llegada.

    Por lo dems, como en todos los dominios, no es un hecho de experiencia que los principios,

    humildes y poco diferenciados, dejan adivinar difcilmente lo que encierran de original? En la

    mayora de los casos, slo se podr decidir teniendo en cuenta sus desenvolvimientos posteriores.

    Esto es verdad en las especies biolgicas, particularmente en lo que se refiere a la especie humana

    la solucin cientfica del problema humano, dice con toda justicia Teilhard de Chardin, no se

    determinar por el estudio de los fsiles, sino por una consideracin ms atenta de las

    propiedades y de las posibilidades que en el hombre actual permiten prever el hombre de

    maana[9] e iluminan, en el mismo instante, por retrospeccin, al hombre del pasado. Durkheim

    lo reconoce tambin expresamente en lo que se refiere a las instituciones sociales: Para

    comprender bien una institucin, es bueno con frecuencia seguirla hasta las fases avanzadas de su

    evolucin, pues, a voces, cuando est plenamente desarrollada es cuando aparece su significacin

    verdadera con ms claridad[10]. No deja de ser grato leer una observacin semejante en la obra

    misma en la que Durkheim pretende explicarnos las realidades espirituales, y hasta la misma

    esencia del cristianismo contemporneo, para el totemismo de los Arunta.

  • FILOSOFIAS SUBYACENTES

    Es necesario sealar, en fin, una cuarta ilusin, que no est menos difundida. Hace poco se

    formulaba un juicio dogmtico sobre la religin segn el solo estudio de su pasado lejano desde el

    punto de vista emprico. Ahora, por una confusin inversa, aunque casi siempre conjugada con la

    precedente, es este mismo estudio el que creyndose emprico est dominado por puntos de vista

    dogmticos que le imponen sus resultados. Se cree exponer los orgenes de la religin segn los

    hechos, por un mtodo estrictamente objetivo, mientras que, sin saberlo, se construye un sistema.

    No slo el origen histrico y el origen psicolgico de la religin son tratados al mismo

    tiempo, sino que uno y otro son explicados en funcin de una filosofa que se ha construido

    siguiendo otros caminos distintos.

    Sin duda alguna, la cosa no es totalmente ilegtima, y hasta es imposible proceder por completo

    de otra manera. El hecho cientfico no es jams un hecho bruto, hay una fecundacin mutua de la

    teora y de la experiencia, o de lo que hace sus veces, y si es verdad que ningn mtodo puede

    vanagloriarse de ser objetivo por completo, la observacin se aplica aqu al mximo. Lo nico

    esencial sera advertirlo. Pero se podra demostrar cmo las variaciones de los sistemas sobre el

    origen de la idea de Dios, a lo larga del siglo XIX, han seguido regularmente otra serie de

    variaciones, comprobables en el campo de la filosofa general o de las tendencias espirituales.

    El tradicionalismo, la psicologa asociacionista, el evolucionismo spenceriano, el dinamismo

    materialista a lo Bchner, el marxismo, el sociologismo durkheimiano, etc., encuentran cada uno

    a su vez su fiel imagen en la descripcin del hecho religioso original y de su evolucin. Schmidt,

    con perspicacia, lo hizo notar para algunos sistemas. Quiz hubiese podido dar un ejemplo ms,

    aunque no de tanta fuerza como otros, sacado de sus propias doctrinas.

    EL A PRIORI DEL MARXISMOLENINISMO

    Ninguno como el marxismo-leninismo sucumbe en todo caso ante esta ltima ilusin. De acuerdo

    con la tesis fundamental del materialismo histrico, ha resuelto por adelantado explicar el origen

    de la religin como un reflejo fantstico que surge en la conciencia social a consecuencia de un

    sentimiento de imperfeccin y de impotencia, sentimiento a su vez nacido de la flaqueza de

    medios tcnicos de que dispone el hombre primitiva. Aun cuando se apoyara en una exgesis

    correcta del pensamiento de Marx[11], nada sera tan estrechamente sistemtico como semejante

    explicacin. Lo que no impide que aquellos que nos la proponen concluyan: El marxismo

    leninista estudia los hechos dados, y slo deduce sus conclusiones de esos datos.

    Notas:

    [1] Frazer, The Scope of Social Anthropology, pags. 163-164.

    [2] Recherches de Science religieuse, 1917, pg. 352.

    [3] Leccin de apertura del College de France, Revue des Cours et Confrencess, 30 de

    diciembre de 1929.

    [4] La frase es de Sderblom.

    [5] The Worship of Nature, Londres, 1926.

    [6] Op. cit., pgs. 9-10.

  • [7] Essai historique sur le Sacrifice, Pars, 1920, pg. 319; cf. pginas 531 ss.

    [8] Nouvelle Revue Franaise, 1ro. sept. 1933, pgs. 453 ss: En el momento mismo en que

    con ms precisin distinguimos la separacin que existe entre esta mentalidad y la nuestra,

    sentimos por ella un inters que no es pura curiosidad. La descripcin y el estudio de sus rasgos

    esenciales despiertan en nosotros una resonancia lejana, como si unas fibras ocultas se pusieran a

    vibrar sordamente. Bajo el nombre de mentalidad primitiva, no se tratar, quiz, de tendencias y

    de hbitos activos en lo mas profundo de nosotros mismos, rebeldes al anlisis, irreductibles al

    pensamiento claro, y que nuestras psicologas y nuestras lgicas jams sacaron de la sombra?

    Estos elementos de la vida mental, ms afectivos que intelectuales el progreso del pensamiento

    reflexivo y crtico ha podido, en nuestras sociedades, respetarlos, alejarlos, disciplinarlos. No los

    ha extirpado en absoluto. Y, admitiendo que ello fuera posible, sera deseable?"

    [9] Un importante descubrimiento paleontolgico humano, el Sinanthropus pekinensis; Revue

    des questions scientifiques 20 julio, 1930. Cf. Yves de Montcheuil, op. cit.

    [10] Les formes lmenteires de la vie religieuse, pg, 137

    [11] Lo que es negado, especialmente por Henri de Man, que se refiere a los primeros escritos de

    Marx. Segn la concepcin fundamental de los hechos sociales que har el punto de portida de

    Marx, las condiciones materiales determinan a los hombres tanto como stos determinan esas

    condiciones. Sobre todo en sus obras de juventud expuso y defendi esta posicin: sta slo hace

    justicia a la realidad de la vida, que se presenta bajo el doble aspecto de un proceso material y

    espiritual. Las obligaciones prcticas de la lucha que las circunstancias del momento impusieron a

    Marx lo indujeron, en sus escritos ulteriores, a apoyarse en la primera de las dos afirmaciones y a

    subrayar la determinacin material del comportamiento social. Despus de l, la mayor parte de

    los marxistas han seguido desplazando el hacerlo, hasta el momento en que, de la doctrina

    dialctica de una reciprocidad de accin material y espiritual en la lucha del hombre con su

    media, surgi la doctrina materialista de las causas puramente econmicas de los hechos de orden

    espiritual. L'ide socialiste, tr. franc., 1953, pg. 16. Sea lo que sea, es necesario reconocer que

    Marx jams supo comprender el hecho religioso en si mismo.

    II.- RESUMEN

    En resumen: creer que la ciencia puede alcanzar los principios mismos de la humanidad; creer

    que es posible determinar a fuerza de inducciones psicolgicas cules son actualmente las

    poblaciones ms primitivas y cules fueron las ms primitivas entre las formas religiosas que se

    ofrecen a la observacin; creer que lo primitivo o lo rudimentario equivale a lo esencial y a lo

    fundamental; creer, en fin, que se hace ciencia para cuando se aplica un sistema, tales son, en

    dosis ms o menos fuertes, segn los casos, las cuatro ilusiones que actualmente estn todava lo

    bastante extendidas entre los sabios que se entregan al estudio de la religin para que valiese la

    pena sealarlas.

    Desde luego, no se trata de lanzar una piedra a los sabios, algunas veces ilustres, que fueron

    vctimas de estas ilusiones. Era casi inevitable que una ciencia joven tuviese en sus principios

    ambiciones desmesuradas y que despertara esperanzas quimricas. Era imposible que en su

    primera fase contara con un mtodo seguro. Nacida en el siglo del evolucionismo, era natural que

    adoptase instintivamente, al mismo tiempo que las intuiciones exactas, los esquemas ms

    simplistas. En fin, como toda disciplina positiva, necesit tiempo para desprenderse de la

    metafsica, dispuesta a volver a la metafsica, pero plenamente consciente y sin confusin de

  • mtodos. A travs de tantas teoras frgiles, la ciencia, por otra parte ha progresado. Pero sus

    progresos slo sern decisivos si se libera de ilusiones que la madurez no consiente ya. Basta con

    advertirlo para darse cuenta de que no es en el campo de la etnologa o de la prehistoria y sobre la

    cuestin cientfica de los orgenes donde puede librarse una lucha decisiva acerca de la religin.

    Pero esto es lo que no han visto los escritores leninistas, que, bastante perspicaces para criticar las

    sntesis del racionalismo burgus y su ideologa superficial, creen an, sin embargo, que el

    estudio de la religin primitiva les proporcionar la clave del problema religioso[12].

    Nota:

    [12] Lucien Henry, Les origines de la religion, pg. 139. Ver pg. 25 y 68, las crticas dirigidas

    por el autor a las ideas de Salomn Reinach y de Frazer

    III.- DISCUSION DE ALGUNOS PUNTOS IMPORTANTES

    Quiere esto decir que nada puede ser establecido sobre nuestros orgenes religiosos, que tenga

    cierto alcance? En absoluto. Los progresos realizados desde hace cuarenta aos en el mtodo

    etnolgico, as como el enriquecimiento considerable de una documentacin que no deja de

    aumentar, permiten desde ahora, si no aportar soluciones definitivas, al menos rechazar ciertas

    afirmaciones falsas o arbitrarias. Una base ms slida y ms amplia se ofrece as a las hiptesis

    histricas, igual que una materia ms rica a las interpretaciones de la psicologa religiosa y de la

    metafsica.

    ARBITRARIEDAD DE LA TESIS SOBRE UNA FASE ARRELIGIOSA

    En primer lugar, es necesario colocar al principio de la historia un perodo totalmente

    arreligioso? La tesis fue sostenida antao por Lubbock[13], al mismo tiempo que la tesis de la

    promiscuidad primitiva de los sexes. Extraa ver cmo actualmente tanto una tesis como otra son

    todava defendidas. Tratada con toda justicia, ya en 1909, por A. Van Gennep, de fantstica, la

    teora de la promiscuidad de los sexos, ha sido destruida por la crtica detallada a la que la

    someti Edward Westermarck, en la segunda edicin de su gran H'staria del matrimonio[14]. En

    cuanto a la suposicin de una ausencia total de religin en los primitivas, Lubbock alegaba en su

    favor el ejemplo de algunas tribus particularmente groseras. Pero, uno a uno, estos ejemplos (que

    no hubieran probado gran cosa) resultaron falsos. Recientemente, pueblos que eran considerados

    ateos han revelado a observadores ms pacientes creencias que no se sospechaban en ellos. Las

    informaciones circunstanciales de Strehlow sobre los Arunta de Australia Central contradicen las

    negaciones demasiado precipitadas de Spencer y de Gillen, y los yaganes de la Tierra del Fuego,

    en oposicin a las afirmaciones de Darwin reproducidas por Frazer, han sido considerados, sin

    ninguna duda, como pueblos religiosos por Gusinde y Koppers[15].

    Faltando el apoyo de la etnologa, algunos recurren a la prehistoria. Antes de la edad de las

    cavernas, dicen, nada se ha encontrado que pruebe que exista la religin. La cosa est clara.

    Pero este argumento negativo no tiene ningn alcance, porque ningn documento nos informa

    sobre la actividad espiritual de los hombres en esa edad anterior. No hay ms razones para negar

    toda religin que para postular entre ellos, por ejemplo, el monotesmo. No especulemos, como

    ya se ha hecho, sobre la religin del signatorio: sera, por lo menos, prematura. En todo caso,

    desde el perodo musteriense, el primero del que tenemos restos humanos un poco completes, la

    atencin prestada a la sepultura atestigua un orden de preocupaciones que es difcil de poner en

    claro, pero que pueden, al menos en sentido amplio, llamarse religiosas.

  • El leninismo concede una gran importancia a 1a afirmacin de una primera fase completamente

    arreligiosa de la humanidad, porque espera encontrar en ello una prueba de que la religin no

    responde a una necesidad esencial de la naturaleza humana, sino solamente a un estado transitorio

    de 1a sociedad. Por esta misma razn se opone a la teora freudiana cuyo error, pretende, es

    transformar una categora histrica y social en una categora eterna y biolgica, y que ha hecho

    as de la religin, quirase o no, un fenmeno inherente a la humanidad[16] Pero lejos de ser los

    hechos reales los que originan 1a tesis, est claro que es la tesis la que dirige la afirmacin de los

    hechos.

    DNDE EXISTE LA CULTURA MS ARCAICA?

    Cules son de los primitivos que aun existen sobre nuestro planeta, los representantes de la

    cultura ms arcaica?

    Segn una teora aceptada durante mucho tiempo, seguida ciegamente por Durkheim, y a la que

    se adhiere, entre otros, Lvy-Brhl, seran, sin duda alguna, los indgenas de Australia Central. Lo

    grosero de su cultura hara ver en estos australianos a los ms atrasados de todos los hombres, a

    los verdaderos primitivos. Pero esta ecuacin entre primitivismo y grosera, justa en lo que

    concierne a los elementos materiales de una cultura, lo es mucho menos tal vez cuando se trata de

    elementos espirituales. Para formularla se supone que lo ms grosero es tambin lo ms simple.

    Pero, por una parte, si ello es generalmente cierto en el primer caso, no lo es forzosamente en el

    segundo: en tribus australianas como la de los Arunta, ritos y creencias, por groseras que sean,

    aparecen ya muy complicadas. Y, por otra parte, habra mucho que decir sobre la relacin entre

    las dos ideas de primitivismo y simplicidad, relacin completamente diferente segn se trate de

    una simplicidad de pobreza o de una simplicidad de perfeccin.

    TASMANOIDES Y PIGMEOS

    Si se abandona este punto de vista sobre el espritu para considerar las cosas ms histricamente,

    aparecen nuevas direcciones. Sin duda, los progresos conseguidos con el mtodo no permiten an

    --si deben permitirlo alguna vez-- erigir un cuadro completo y definitivo de las diversas culturas

    en sus relaciones reales y su cronologa relativa. El cuadro de Schmidt, que supone el esfuerzo

    mayor en este sentido, debe considerarse como una hiptesis de trabajo, elaborada despus de una

    serie numerosa de observaciones, pero no como una adquisicin irreformable. No concuerda, por

    otra parte, en todos los puntos con otras, como la de Graebner. Sin embargo, un hecho parece

    aclararlo. Sin decir nada de los Tasmanianos, cuya raza fue completamente destruida por los

    colonos ingleses en el espacio de un siglo (1777-1877), antes de que se hubiesen podido recoger

    sobre sus creencias informaciones concordantes, el grupo de poblaciones llamadas

    Tasmanoides y el de los Pigmeos presentan seales de gran antigedad.

    SU SITUACIN GEOGRFICA

    Los signos extrnsecos, en primer lugar. Su situacin geogrfica los presenta como autctonos

    expulsados de su suelo por nuevas capas humanas[17]: Kurnai y Chepara, rechazados a la

    extremidad sudeste de Australia; Bushmen del Africa del Sur; Yaganes y otras tribus de la Tierra

    de Fuego; Pigmeos de Asia o de Africa, que se mantienen con grandes dificultades en islotes

    (islas Andamn) o en aportadas profundidades de las selvas ecuatoriales[18]. Signos intrnsecos:

    la cultura material de estos pueblos es extremadamente rudimentaria . Esto es cierto sobre todo

    para los Pigneos, de quienes es precise decir algunas palabras.

    RAZA Y CULTURA DE LOS PIGMEOS

  • Considerados largo tiempo como seres legendarios --Bufforn crea todava que eran simios--, los

    Pigmeos no comienzan a ser conocidos un poco a fondo hasta la segunda mitad del siglo ltimo,

    gracias a los trabajos del alemn Schweinfort y del francs De Quatrefages. En la actualidad son

    cada vez mejor conocidos aunque muy imperfectamente aun. Se les divide comnmente en dos

    grupos, bajo los nombres convencionales de Negritos para los de Asia y Oceana, y de Negrillas

    para los de Africa. Desde el punto de vista antropolgico, forman, sin duda alguna, razas aparte.

    Su constitucin fsica es original, no parece el resultado de una degeneracin a partir de una raza

    negra. Si estn, en casi todas partes, en va de desaparicin[19], es por causas completamente

    externas. Los ms numerosos y prsperos son actualmente los del Congo Belga, que, segn

    Schebesta, son cien mil, aproximadamente[20].

    La mayor parte de esos hombrecillos ignoran an la talla de la piedra; slo utilizan la madera o el

    hueso. Algunos de ellos (los Andamanianos) no saben incluso ni producir fuego. Carecen de arte

    figurado. Sus hogares son simples abrigos de ramaje. No conocen la agricultura y viven de frutos

    y caza, medios de existencia insuficientes que los hacen depender de sus vecinos la mayor parte

    del tiempo. Nos encontramos aqu, segn parece, con un conjunto cultural ms arcaico an que el

    de los australianos paleolticos[21].

    Por otra parte, las relaciones entre los pigmeos y las razas circundantes son ms frecuentes y

    regulares de lo que se crey en un principio. Adems de los mestizaje, que son muy numerosos,

    se han ido produciendo mezclas culturales. Tampoco se encuentra aqu un ciclo cultural en

    estado puro, y para reconstruir la cultura pigmea original hay que dedicarse, segn una pintoresca

    expresin de Schmidt, a operaciones de qumica etnolgica o, como dijo Rabeau, al anlisis

    sociolgico, operaciones pas o menos aventuradas siempre. No es seguro que, en algn caso,

    haya pigmeos que hablen su lengua original. Una observacin atenta descubre con frecuencia en

    ellos, aunque en pequeas dosis, animismo, magia, mitologa, incluso totemismo, sin que haya

    media de afirmar con seguridad si son elementos recibidos de pueblos vecinos ms

    evolucionaron. Este hecho disminuye la importancia de la oposicin, quiz artificial, que existe

    entre los etnlogos partidarios de la prioridad de los australianos y los portidarios de la prioridad

    de los pigmeos. El reconocido arcasmo de la cultura pigmea permitira, al menos, ver con ms

    claridad que el desarrollo del totemismo en el que algunos creyeron encontrar la primera forma de

    religin, es un fenmeno relativamente tardo, y aportara un dato ms al problema capital del

    origen de la idea de Dios.

    Notas:

    [13] The Origin of Civilization and the Primitive Condition of Man, 1870.

    [14] Trad. franc. 1934, t.I, pgs. 115 a 303. Ver tambin R. Lowie, Trait de sociologie primitive,

    ed. franc. completada por el autor, Pars, 1935.

    [15] Ver Koppers, 3ra semana de etnologa religiosa (Tilburgo, 1922), Pgs. 316-328, Y

    Etudes, 1922, t. 173, pg. 152-165. Unter Feuerland Indianen, Stuttgart, 1924. Este caso de los

    yaganes facilit a Frazer uno de los argumentos en favor de su tesis general sobre la anterioridad

    de la magia.

    [16] LUCIEN HENRY: Les origines de la religion, pgs. 83 y 90.

    [17] Es todava una conviccin comn, en frica, entre los negros y entre los pigmeos, que stos

    fueron los primeros poseedores de la tierra fricana.

  • [18] Forman en la actualidad una serie de islotes repartidos por una vasta zona que se extiende de

    Oceana a la costa occidental de Arisca. Se les encuentra en Nueva Guinea, en Filipinas, en

    Formosa, en alguno rincones de China, en Malaca, en las fronteras de Indochina y Siam, en el

    Ocano Indico, en las Indias (mones Vindhya), en el Sur de Abisinia, en el Congo Belga, en el

    Congo francs, y en Gabn.

    [19] Los Mincopios de las islas Andamn, que eran alrededor de 5000 en 1858, y 1317 en 1911,

    son hoy aproximadamente 450.

    [20] Schebesta ha estudiado especialmente a los negritos de Malaca y a los negrillos del Ituri, en

    el Congo belga. Ver Schebesta, Orang-Utan, Bei den Urwaldzwergen von Malaya, Leipzig, 1928,

    Bambuti, die Zwerge von Kongo, Leipzig, 1932. Los resultados de la segunda investigacin de

    Schebesta en el Congo han sido publicados en Christus und die Religionen dem Erde, 1951, vol.

    L., pgs. 562-578. f. tambin el libro mucho ms completo citado al final de este captulo en la

    Bibliografa, que junta con el volumen del P. Trilles son dos libros que hay que comparar.

    [21] Las escasas vinculaciones entre la etnologa y la prehistoria tendran un serio apoyo si se

    descubriese algn fsil de pigmeo. Pero eran errneas las noticias de semejantes descubrimientos,

    en Sumatra, y despus en la India, durante los ltimos aos.

    IV.- ESTA IDEA DE DIOS, APARECE COMO EL FRUTO DE UNAEVOLUCION

    TARDIA?

    LA IDEA DE DIOS ENTRE LOS PRIMITIVOS

    Se ha hablado de un monotesmo pigmeo. La expresin no parece exacta. Pero en muchos de los

    pueblos llamados primitivos, sin exceptuar a los pigmeos, se comprueba, entre otras muchas

    supersticion es diversas, algunos rastros al menos de creencia en un ser claramente superior, que

    tiene nombre aparte y diferente de los espritus de la naturaleza o de las almas de los muertos,

    incluso cuando tiene algunos rasgos comunes con stos. Concebido en general bajo formas muy

    antropomrficas, o incluso zoomrficas, este Ser anuncia ya, sin embargo, por uno u otro de sus

    caracteres, al Dios de las religiones monotestas: es poderoso, dueo de la vida y de la muerte,

    autor del mundo y de los hombres, y en determinados casos, de manera ms o menos perfecta,

    bueno, justa, vigilante... Tal es el vatauineuva de los yaganes, cuyo nombre significa el Muy

    Anciano, y que recibe tambin los eptetos de Muy Alto, Muy Poderoso, bueno y cruel (pues

    da la muerte de la misma manera que protege), y al que se dirigen diciendo Hipapuan, es decir,

    Padre Mo[22]. Tal el Tira-wa que los Pawnee definen la fuerza de lo alto que mueve al

    mundo y vela sobre todas las cosas. Tal an el Nzambi, del que los bantes del Africa

    Occidental dicen: Es aquel que nos ha hecho, nuestro padre. O el Kalunga de los Ovambo del

    Africa del Sur, que lleva en su cintura dos cestos, dispuesto a verter sobre los hombres uno u otro,

    segn su conducta...

    En muchos casos, semejante creencia no juega ningn papel en los ritos ni en la vida social, y por

    esto ha podido pasar mucho tiempo sin ser advertida[23]. Idea muerta, se ha dicho, sin eficacia.

    Esto no siempre es verdad. Pero si a veces se ora al Ser superior, ste no es objeto de un culto

    pblico, de ritual regulado. As los Arunta creen en un Altjira, del que cuentan las ms extraas

    leyendas; pero toda su religin se absorbe prcticamente en los ritos totmicos, que no dejan lugar

    para la otra creencia. Determinadas tribus del Africa Oriental llaman a su Anyambie, dios

    ocioso. Segn otros, despus de haber realizado su obra, el Ser superior se fue a trabajar a otros

    lugares. O bien, despus de haber vivido algn tiempo cerca de los hombres, se alej de ellos, ya

  • a causa de su maldad, ya por temor a su habilidad. Nzambi nos ha abandonado --dicen los

    bantes--, por qu ocuparnos de l? Los Diola del Pagny expresan, sin duda alguna, la misma

    creencia cuando dicen: Ha muerto. Los Herreros dan otra explicacin: Es bueno, no es como

    los espritus: por qu hemos de tratar de apaciguarle?

    De cualquier manera que haya que interpretar estos hechos, constituyen para la creencia que

    examinamos un indicio de ancianidad. Este indicio no es el nico. Mientras que el Andriamanitra

    de los malgaches juega en su religin un papel muy difuso, su nombre se encuentra

    constantemente en las frmulas de juramento, en ciertas frases rituales, en los cuentos y sobre

    todo en los proverbios. Las lenguas bantes ofrecen el mismo fenmeno caracterstico.

    DIFUSIN GENERAL DE LA IDEA DE LOS GRANDES DIOSES

    Los descubrimientos de Howitt, en el sudeste australiano, a partir de 1884, llamaron la atencin

    sobre esta clase de creencias. Despus Andrew Lang, intrigado por una lectura sobre el Baiame

    de los australianos del sudoeste, comenz una investigacin cuyos resultados comunic en 1898,

    en The Making of Religin, obra un poco romntica, en donde este antiguo discpulo de Tylor

    sostiene la tesis del monotesmo primitivo. Desde entonces, numerosos trabajos, resumidos en la

    voluminosa obra de Schmidt, han venido a demostrar la difusin general de los high gods.

    Mientras esta difusin no har reconocida, se poda decir, con Tylor y Curr, que se trataba de

    influencia de las misiones: explicacin totalmente insuficiente, salvo para algunos casos raros. O

    bien, con Howitt, Durkheim o Van Gennep, se poda suponer que era una creencia tarda, y que el

    Ser supremo slo era una rplica, magnificada, engrandecida, del jefe de la tribu, o de su

    antepasado. De hecho, este Ser aparece con frecuencia, especialmente entre los australianos,

    como el Antepasado primitivo --hasta el punto de que es con este nombre con el que le designa

    Sderblom--, aunque con ms frecuencia todava presenta los caracteres de un dios del cielo.

    Pero, incluso en estos casos, es un ser aparte. Es, como dicen algunos pieles rojas, el Anciano

    que no ha muerto nunca. Por lo dems, su figura es muy clara en estos pueblos que lo conocen, o

    casi no conocen, el culto de los antepasados, hasta el punto de que se le puede aplicar el juicio del

    historiador Eduardo Meyer: La opinin que hace derivar del culto de los muertos, de la

    adoracin de los antepasados, la creencia en los dioses vivos es absurda.

    SU ARCASMO ETNOLGICO

    Cada vez ms, de cualquier manera que se les llama, y de cualquier manera que se represente su

    gnesis en el espritu del hombre, se debe, pues, reconocer el arcasmo etnolgico de los

    grandes dioses. Con un R. Lasch, se ve en ello uno de esos enigmas de los comienzos de la

    cultura humana que probablemente nunca ser posible resolver. Se comprueba, con un F. Heiler,

    que sus figuras enigmticas ocupan un puesto aparte en las creencias de los pueblos salvajes, y

    que no estn en relacin gentica con la creencia en los espritus, ni con el culto de los

    antepasados. El Ser superior no es simplemente el jefe de los espritus. Existe en otro plano.

    Dato irreductible que perturba las sntesis de los etnlogos[24]. Hay que evitar agrandarla,

    idealizarla, pero es necesario haceptarla tal como es.

    ORIGEN RELIG1OSO DE LA REI.ICIN

    Lo que ha hecho que varios sabios no lo acepten es el que les pareca inverosmil a priori que

    salvajes desnudos, sin gobierno organizado, incapaces de contar hasta siete, hayan llegado a una

    concepcin filosfica tan sublime. Esta frase de Hartland da fe de un torpe equvoco. Est claro

    que no podemos suponer que en el primitivo se d ni una alta filosofa ni una civilizacin

    avanzada. Pero, se sigue de aqu que nada en su espritu pueda superar y trascender el crculo de

  • las ms groseras supersticiones? Un pensamiento elevado no puede abrirse camino a travs de

    expresiones --y no slo expresiones verbales-- ingenuas, incluso groseras, cuya depuracin ser

    precisamente el papel del progreso intelectual y moral ? Nada permite, para otra parte, reducir a

    priori el elemento religioso a un elemento intelectual, como tampoco a un elemento social. No es

    que este doble elemento no entre a formar parte de la religin; pero, basta para especificarla?

    Cualesquiera que sean las condiciones de su despertar, por qu la religin no puede comenzar

    por s misma? En este caso, no tendramos que preguntarnos si precede del animismo, o de la

    magia, o de alguna prefilosofa, de algn estado econmico o social cualquiera. Ms o menos

    disimulada, ms o menos ignorante de s misma, habra existido siempre... Por lo menos es una

    hiptesis que no puede ser excluida de antemano.

    EL MANA Y LOS SISTEMAS PREANIMISTAS

    Una demostracin paralela semejante a la de los grandes dioses viene en su apoyo. Hacia fines

    del siglo pasado, el ingls Codrington, misionero en Melanesia, observ que los indgenas crean

    en una fuerza, difusa en muchos objetos distintos, y absolutamente diferente de toda fuerza

    material, a la que llamaban mana. Este nombre estaba destinado a tener una gran fortuna en la

    etnologa moderna. Una concepcin anloga, en efecto, existe en muchos pueblos primitivos: el

    hasina de los malgaches, el tilo de los ba-ronga, el orenda de los hurones, el wakenda de los

    omaha, etc., o todava el yok de los tlingit, de quienes J.R. Swanton nos expone con estas

    palabras la creencia:

    EI tlingit no divide el universo arbitrariamente en cierto nmero de dominios, gobernados cada

    uno por un espritu sobrenatural. Por el contrario, para l el poder sobrenatural se presenta como

    una amplia inmensidad, una en cuanto a su especie, impersonal, insondable en cuanto a su

    naturaleza, pero que, cuando se manifiesta a los hombres, toma forma personal y hasta se podra

    decir humanamente personal, bajo cualquier aspecto en que se manifieste. As, esta masa de

    energa sobrenatural se convierte en el espritu del cielo si se manifiesta en el cielo, del mar si se

    manifiesta en el mar, en espritu del oso si en el oso, de la roca si en la roca, etc.

    No hay que deducir de aqu que el tlingit razone constantemente sobre todo esto o sea capaz de

    enunciar la idea de la unidad de lo sobrenatural, pero parece que ste es su sentimiento, aunque

    inexpresado. Por esto es por lo que tiene un solo nombre para expresar este poder espiritual, el

    yok, que sirve para todas las manifestaciones especficas de este poder, y a esta percepcin o

    sentimiento reducido a la personalidad parece habitualmente haberse fijado la idea del Gran

    Espritu.

    Esta energa sobrenatural debe ser cuidadosamente diferenciada de la energa natural... En el

    espritu del tlingit, es sentida la diferencia entre los dos casi con la misma claridad que entre

    nosotros...[25]

    Fundndose, sobre todo, en hechos de este tipo se han elaborado los sistemas preanimistas, que

    no siempre han sabido, ms que los otros sistemas, evitar lo arbitrario. Lehmann, autor de una

    monografa sobre el maruz[26], ha tenido que reaccionar contra las interpretaciones demasiado

    abstractas que del mana haban sido propuestas. Con excesiva prisa se haba llegado a la

    conclusin de que la religin del primitiva haba pasado por un estadio impersonal y mgico por

    completo. De una manera ms modesta, conviene ver en ello la objetivacin grosera, y con

    frecuencia apenas formulada, de ese sentimiento que Marett llama awe, y Rudolf Otto,

    sentimiento de lo numinoso[27]. Slo en este caso podramos hablar de preanimismo, al menos en

    este sentido de que slo semejante sentimiento transforma la filosofa rudimentaria del animismo

    en filosofa religiosa. Se trata, en todo caso, de una nocin equvoca y confusa: ms pronto o ms

  • tarde, y segn las fuerzas intelectuales o espirituales que entren en accin, la actitud que la

    engendra se trueca en religin o en magia. Estamos en eI camino del tesmo o del pantesmo; de

    la supersticin que data de un poder sobrenatural toda clase de objetos materiales o de seres

    imaginarios, o de la religin que reconoce su fuente en Dios. Veamos en esto slo un indicio,

    entre otros, de ese doble sentimiento por todas partes, aunque oscuramente extendido, sentimiento

    de la unidad de lo sagrado y de su distincin con lo profano.

    Notas:

    [22] Hechos semejantes arruinan la afirmacin --que, por otra parte, nada autoriza-- segn la cual

    la plegaria aparece slo en el estudio del totemismo (L. HENRY, op. cit.. pg. 115).

    [23] Cf. M. De la Fosse, Les nois de l'Afrique, Pars, 1922, pag. 153: parece evidente que esta

    creencia (en un Ser suprimo) es aproximadamente tan universal entre los negros de frica, pero

    es de orden cosmognico ms que religioso. Admiten que el mundo y los seres que encierra,

    comprendidos los espritus, han sido creados por un Ser superior cuya existencia reconocen, pero

    del que se desinteresan porque no sabran cmo entrar en relacin con El y porque El mismo se

    desinteresa de la suerte de sus criaturas. Vase tambin la hermosa obra de Georges Hardy sobre

    L'Art negre (col. Art et Religion, Pars, 1927).

    [24] PIERRE RYCKMANS: Dominer pour servir, Bruselas, 1931. pgs. 148-149.

    [25] Citado por Chr. Dawson, Progres et Religion, trad. franc., 1935, pg 81-82.

    [26] Mana: eine begriffsgeschichtliche Untersuchung auf ethnologischer grund'age, Leipzig,

    1915.

    [27] R. MARETT: The Threshold of Religion, Londres, 1909, R. OTTO: Das Heillige, Gotha,

    1917 (trad. franc. de la 18.a edicin alemana, Pars, 1929)

    V.- CUALES SON LAS RELACIONES ENTRE EL DESARROLLO SOCIAL Y EL

    DESARROLLO RELIGIOSO ?

    A esta ltima cuestin podemos responder, en parte, con todo lo que acabarnos de ver. La historia

    de las sociedades humanas y la historia a de las religin es, por numerosas e importantes que sean

    sus relaciones, constituyen dos historias distintas, que no se acoplan siempre, as como tampoco

    coinciden exactamente con la historia de la inteligencia en sus tcnicas. Sin embargo, el

    marxismo ha intentado renovar, sobre este punto, la tesis de mucho socilogo burgus,

    insistiendo, ms all del factor poltico, en el factor econmico. He aqu cmo expone, por

    ejemplo, los progresos del monotesmo.

    LA TESIS MARXISTA SOBRE LA APARICIN DEL MONOTEISMO

    La constitucin de los grandes imperios, nos dice, conduca ya a este resultado, siendo los dioses

    la sombra celeste de los jefes. Cuando venci el rey de Babilonia, impuso su dios, Marduk, a los

    pueblos vencidos. Pero fue el comercio quien propag con mayor pujanza la idea de la unidad

    divina. El comerciante viajero, sin residencia fija, se encomendaba en todas partes a su dios: ste

    lleg a ser, pues, omnipresente. A partir de este momento no poda tener ya forma humana: se

    convirti en puro espritu. En el seno de las grandes ciudades cosmopolitas se mezclaba a los

    otros dioses. As se form la idea de un dios universal, abstracto, reflejo de un hombre abstracto,

  • dominado por la fatalidad del mercado[28]. Tal es ya el Dios del cristianismo primitivo; tal,

    sobre todo, el de la edad capitalista y el liberalismo econmico.

    Como la misma religin, y como toda forma de civilizacin, el monotesmo sera, pues, un simple

    reflejo, o, segn la palabra clsica, una superestructura de la vida econmica. No menos

    opresiva y perjudicial, por lo dems, que las formas ms groseras que le han precedido. Con el

    cambio de las relaciones sociales que resulta del progreso de la economa, con el cambio de las

    formas de explotacin, las representaciones religiosas pueden cambiar. Pero la religin contina

    justificando siempre la violencia y la opresin, sanciona siempre tal o cual orden de explotacin,

    como instituido por Dios mismo. La religin comenz el da que los hombres se dividieron en

    clases, con la explotacin del hombre por el hombre. Debe acabar con esta explotacin.

    VERDAD PARCIAL

    A pesar de algunos detalles que es difcil tomar en serio, reconozcamos que no todo es falso en

    esta teora. Por lo menos muchos hechos le dun una apariencia de razn. Segn que el hombre sea

    cazador, agricultor o pastor, todo el sisterna religioso presenta caracteres diferentes: la escuela

    histrico-cultural ha insistido mucho en esta ley. A medida que el grupo humano, primero

    modesta tribu, se convierte en ciudades despus en nacin y despus en imperio, se cumplen una

    serie de transformaciones paralelas en los ritos y en los mitos. Es cierto, pues, que se encuentra en

    stos un reflejo del estado social --que no es independiente del estado econmico-- y que, por

    consiguiente, concurren a reforzar este estado. Sera necesario solamente, para ser justos, ver

    tambin cmo los abusos sociales, la religin as considerada consagra el principio mismo de la

    sociedad; cmo contribuye, pues, quiz ms que cualquier otro elemento, a asegurar la cohesin

    social, a permitir al hombre perpetuarse, vivir, que es la primera condicin para progresar.

    Adems, hay otra cuestin la esencial. Como el nacionalismo, el materialismo tiene, si se nos

    permite decirlo, cuantitativamente razn, un poco como la tiene el determinismo para la mayor

    parte, o la ms aparente, de las acciones humanas. Pero lo que cuenta verdaderamente es, con

    frecuencia, lo que materialmente tiene menos importancia, e incluso para apreciarlo en su justo

    valor es necesario considerarlo desde dentro. En materia religiosa, el etnlogo, el socilogo o el

    historiador, slo conseguiarn puntos de vista superficiales.

    Algunos aspectos son, a pesar de todo, demasiado evidentes para permanecer ocultos a quien

    quiera abrir, los ojos. Es el culto de un Dios sin figura el reflejo de una edad de comercio y de

    operaciones bancarias ? Es el monotesmo el resultado de una unificacin de los poderes

    terrestres? Cmo se explicar la historia de la India, en la que se han extendido profundos

    sistemas de filosofa religiosa y altos formas de adoracin divina en el seno de una economa

    primitiva y de una sociedad polticamente amorfa? Se han ledo, sobre todo, los primeros

    preceptos del Declogo judo? (Poco importa aqu la cuestin de fecha.) Escucha, Israel! Yo

    soy Yahv, tu Dios. No tendrs otros dioses ante mi rostro. No constituirs ninguna imagen

    tallada (...) Porque Yo, Yahv, soy un Dios celoso...[29]

    DOS CLASES DE RELIGIONES MONOTESTAS

    No hay necesidad de una observacin muy minuciosa para distinguir en nuestra historia

    occidental, a pesar de sus mltiples implicaciones, dos clases de religiones monotestas[30]. La

    primera es, en efecto, al menos en parte, fruto del desarrollo social al mismo tiempo que del

    progreso de la redencin: poco a poco, a imagen de lo que pasa sobre la tierra, se constituyen

    panteones. Se organizan, se jerarquizan, sugiriendo la misma multitud y mezcla de los dioses la

    idea de la unidad de lo divino; por ltimo, el jefe de la sociedad divina crece hasta convertirse en

  • el dios supremo, de quien los otros dioses slo son servidores. As ocurre --con numerosas

    variantes en el proceso-- en Babilonia, en el imperio aquemnida, en el mundo helenstico y en

    Roma, bajo el Imperio... Hay algn beneficio para la poltico, para la civilizacin, para el

    pensamiento? S, y algunas veces muy considerable. Pero hay progreso propiamente religioso?

    No siempre, y frecuentemente en absoluto. Porque si se supera el antropomorfismo, slo se va a

    parar a un divina abstracto o a una Naturaleza divinizada. En la segunda clase de monotesmo,

    por el contrario, el Dios nico se afirma con exclusividad brava: No hay ms Dios que Dios.

    No es el resultado de ningn sincretismo, intelectual o poltico No se puede hablar a este respecto

    de integracin o concentracin, sino de oposicin y negacin. No es promovido por la evolucin,

    sino que se impone por una revolucin[31]. Es un Dios al que es preciso convertirse rompiendo

    los dolos. Se tena hasta aqu, poniendo las cosas en lo mejor, un Principio complaciente, que

    justificaba las prcticas del politesmo consuela dando al mismo tiempo las dominaciones

    carnales, y que constituia en s mismo la posesin de una pequea minora de sabios Se tiene

    ahora un Ser, no abstracto, aunque completamente espiritual; un Ser intransigente que reclama

    para si todo el culto y que quiere ser reconocido por todos; un Ser trascendente que desborda

    todas las ciudades terrenas, aunque fuese la ciudad del mundo

    Slo este segundo monotesmo est cargado de fuerza explosiva. Slo ste lleva en s el progreso

    religioso, originando el principio de una transformacin radical de las concepciones y de la vida

    religiosa. Cuando este monotesmo encuentra al primero debe empezar por triunfar de l

    utilizndolo despus para expresarse, completarse y expansionarse determinando su fin. Ahora

    bien, este monotesmo no aparece en los grandes estados unificados, despus de poderosas

    conquistas, a continuacin de profundas especulaciones o de grandes transformaciones

    econmicas. All hasta donde se puede reconstruir la historia en el estado desesperante de las

    fuentes, la religin de Zoroastro, la menos pagana de las religiones paganas, naci en un

    apartado rincn del Irn, lejos, en todo caso, de ese foco de cultura que era Babilonia, y antes de

    la era de sincretismo abierta en la misma Babilonia por las conquistas de Ciro. El Judasmo y el

    Islamismo tambin desmienten toda teora del desarrollo religioso que recurre slo a los factores

    extraos a la religin[32] Israel era un pueblo pequeo, de pensamiento rudo, economa

    rudimentaria, civilizacin mucho menos brillante que sus grandes vecinos que, uno despus de

    otro, lo aplastaron. Los rabes no tenan apenas unidad antes de la gira. La idea de Dios, lo

    comprobamos en sus ms altos formas como lo hemos comprobado en sus ms humildes

    manifestaciones, rompe y desborda todos los cuadros sociales y todos los cuadros mentales. Se

    podra sentir la tentacin de decir: l espritu sopla donde quiere.

    EST LA RELIGIN AL SERVICIO DE LA OPRESIN?

    El Espritu sopla, en efecto y mientras el primero de los dos monotesmos aunque

    imperfectamente llamado as --sirve an para mantener un orden social ms vasto, ms opulento,

    pero tambin, quiz, ms tirnico (recurdese el monotesmo solar de Aureliano), el segundo, el

    nico verdadero, el del Dios Vivo, se convierte para la conciencia humana en el principio de

    liberacin, puesto que es, contra todas las formas de abusos sociales, una reivindicacin

    permanente de justicia. Por lo menos lo es, y al mximo, en la fe que los cristianos han heredado

    de los judos. Renan comparaba los profetas de Israel a tribunes socialistas. Esto era rebajarlos

    extraamente. Pues qu voz de tribuno socialista igual alguna vez en podero a los rugidos de

    Ams, el pastor elegido por Yahv para hacer escuchar sus amenazas contra los que pisotean al

    pobre y tuercen el camino de los pequeos?[33] Los profetas son reformadores religiosos y

    por esto tambin reformadores sociales. En ellos, Yahv apareca como el Todopoderoso, pero su

    poder no est al servicio de los poderosos de este mundo, est por entero al servicio de la justicia,

    como su santidad est al servicio de la moral.

  • Ciertamente, siempre que una religin cede al concordismo social, es decir, accede a presentar

    las formas actuales de la economa como realizadoras del plan providencial de la sociedad, da

    pretexto al reproche marxista. Esto es frecuente, ya lo sabemos, incluso entre los cristianos. Pero

    el cristiano ms conservador admitir, si quiere continuer fiel a la inspiracin de su fe, que el

    cristianismo impone al hombre un progreso constante en la caridad, que debe traducirse hasta en

    la organizacin econmica y social (Yves de Montcheuil). Lejos de reflejar esta organizacin,

    es, pues, su principio de renovacin, de transformacin perpetua. Si el historiador no lo advierte

    siempre a primera vista es porque este principio obra en profundidades que slo una reflexin

    prolongada puede alcanzar.

    Notas:

    [28] LUCIEN HENRY, op. cit., pg. 37.

    [29] Deuteronomio, cap. 5

    [30] Dejados a un lado los monotesmo puramente filosficos, sobre los que habran de darse

    precisiones de orden muy diferente

    [31] Puede consultarse sobre esto: R. PETTAZZONI: La formation du Monothisme. Revue de

    l'histoire des religions,, t. 88.

    [32] No se discute, sin embargo, que toda religin duradera debe estar enraizada y que su

    nacimiento depende de condiciones que no son nica. mente religiosas. Un cristiano no se

    asombrar de ello, si conoce el lugar que ocupa, hasta en la religin revelada, la idea de plenitud

    de los tiempos.

    [33] Amos 1, 2; 2, 7; 4. 1; etc.

    VI.- CONCLUSION

    Aunque dependa estrechamente, en su expresin objetiva, de la doble analoga natural, por la que

    concebimos todas las cosas: mundo sensible y mundo social, la idea de Dios aparece en la

    humanidad como algo espontneo, especfico. Todos los ensayos de gnesis, como todos los

    ensayos de reduccin intentados fallan en algo. Ciertamente, de ello no se sigue

    inmediatamente que esta idea tenga por trmino un Ser real y que la religin tenga valor absoluto.

    Tampoco queramos demostrarlo aqu, sino definir solamente las fronteras entre conocimiento

    natural de Dios y revelacin Para terminar, bastar indicar que aunque muy escasos y muy

    oscuros para satisfacer nuestra curiosidad cientfica, los datos ciertos de la historia religiosa se

    prestan naturalmente a una interpretacin cristiana (no decimos que impongan tal interpretacin),

    y que reciben de ello la ms grande inteligibilidad de que son capaces.

    En una humanidad hecha a imagen y semejanza de Dios, pero pecadora, constreida a una

    elevacin larga y difcil, pero trabajada desde su despertar por una llamada superior, es normal

    que la idea de Dios est a la vez presta siempre a surgir y siempre amenazada de desaparicin.

    Dos tendencias principales actan, una que proviene de las condiciones en que debe esforzarse la

    inteligencia, y la otra, de la desviacin moral original: tendencia a confundir al Autor de la

    Naturaleza con esta Naturaleza a travs de la cual se revela oscuramente y a la que es necesario

    tomar los rasgos de su imagen; tendencia a abandonar al Dios demasiado exigente y demasiado

    incorruptible por subalternos o ficciones. Las analogas se endurecen, y hasta en los tiempos en

    que su conocimiento parece haber hecho progresos decisivos, Dios es concebido todava como un

  • individuo de pasiones humanas o como una abstraccin sin resplandor eficaz. Lo mejor se cambia

    a veces en lo peor, y la gran fuerza de perfeccionamiento del hombre se relaja para fines

    profanos.

    De aqu nace la necesidad de una purificacin siempre renovada. A esta purificacin, desde los

    lejanos tiempos de Jenfanes, contribuye la reflexin del ateo, y los ms ateos no son siempre los

    que se creen y se dicen sin Dios. Pero es efecto de una clarividencia todava ciega el rechazar a

    Dios a causa de sus deformaciones humanas o a la religin por el abuso que de ella hacen los

    hombres. Como la religin ha comenzado por s misma, debe incesantemente purificarse a s

    misma; tambin el monotesmo, como hemos visto, se estableci por negacin, pero esta

    negacin fue fecunda. Por lo dems, bajo una forma u otra, despus de las negaciones ms

    desfiguradas, el hombre vuelve siempre a la adoracin; sta es, al mismo tiempo que su deber

    esencial, la necesidad ms profunda de su ser. Dios es el polo que no cesa de atraer al hombre e

    incluso aquellos que creen negarlo, a pesar de s mismos, dan aun testimonio de El, refiriendo,

    segn palabras del gran Orgenes, a cualquier cosa antes que a Dios, su indestructible nocin de

    Dios.

    PERSPECTIVA

    Sirvindose de todas las armas, el atesmo moderno ha utilizado para la negacin de Dios la

    historia y la etnologa religiosa. No ha podido hacerlo sin deformar frecuentemente los hechos.

    Por lo menos, los ha escogido e interpretado de una forma muchas veces arbitraria, proyectando

    sobre los orgenes y sobre la evolucin de la religin, principios de explicacion sacados de su

    incredulidad. Pero no da l mismo, a pesar suyo, testimonio de la fe? Cuanto ms se afirma el

    atesmo --escribe G. van der Leeuw al final de su obra sobre L'homme primitif et la religion--,

    podemos observar ms distintamente en sus tendencies las huellas de experiencias religiosas

    pasadas (...). El hombre que no quiere ser religioso, lo es precisamente por esa voluntad de no

    serlo. Puede huir delante de Dios, pero no le es posible esquivarlo[34]. El mismo etnlogo,

    despus de haber mostrado que la llamada mentalidad primitiva es en realidad, en su raz

    profunda si no en las formas que puede revestir, una parte inalienable y autnticamente vlida de

    nuestra estructura mental, observa que esta parte de nosotros mismos conoce en nuestros das un

    extraordinario resurgimiento. El hombre del siglo XX, concluye, est en trance de descubrir la

    realidad de sus dioses y tambin, algunas veces, la de su Dios. De manera que, al salir de una era

    de racionalismo irreal y asfixiante, el problema esencial es, a partir de ahora, saber si la

    humanidad ceder, impotente, a esta nueva invasin de sus dioses de carne y sangre, como

    antao Grecia corri el riesgo de ser sumergida por la ala oscura de lo dionisaco, o si, por un

    esfuerzo de luz, encontrar de nuevo al Dios que la ha hecho a su imagen y semejanza y cuyas

    manos amantes no la han abandonado jams.

    Notas:

    [34] G. VAN DER LEEUW: L'homme primitif et la religion, tude anthropologique (Alcan,

    1940), pgs. 167-168 y 94-195.

    VII.- BIBLIOGRAFA

    RAOUL ALLIER: Le psychelogie de la conversion chez les peuples non Civiliss, Paris, Payot,

    1925, 2 vols.

    RAOUL ALLIER: Megie et Religion, Pars, Berger-Levreult, 1935.

  • H. URS VON BALTHASAR: Die Gottesfrage des heutigen Menschen, Herold, Viena, 1956.

    HEMRI BERGSON: les deux sources de la morale et de la religion, Pars, Alcan, 11.s ed., 1932.

    ROGER CAILLOIS: L'homme et le sacr, Pars, Leroux, 1939.

    C. CLEMEN: Les religions du moende, leur nature, leur histoire. Trad. franc., Pars, Payout,

    1930.

    CHRISTOPHER DAWSON: Progres et Religion, trod. franc., Pars, 1935.

    MIRCA ELIADE: Trait de l'histoire des religions, Pars, Payot, 1949.

    MIRCA ELIADE: Le Chamanisme et les techniques archaiques de l'extase, Pars, Payot, 1951.

    GRAEBNER: Das Weltbild der Primitiven, Munich, 1924.

    RAYMOND HOSTIE: Du Mythe a la religion, La psychoanalytigue de C. G. Jung, tudes

    carmlitaines Brujas, Descle de Brouwer, 1955.

    JOSEPH HUBY: Christus, Manuel d'histoire des religions, 5a ed., Pars, Beanchesne, 1927.

    C.G. JUNG y KERNYI: Introduction a l'essence de la mythologie, Pors, Payot, 1953.

    FRANZ KONIG: Christus und die Religionen der Erde, Handbuch der Religlons-Geschichte,

    Herder, Viena, 1951.

    G. VAN DER LEEUW: L'Homme primitif et la religin, tude anthropologique, Pars, Alcan,

    1940.

    G. VAN DER LEEUW: La religion dans son essence et ses manifestatzons, Phnomnologie de

    la Religion. ed. franc., refundida y puesta al da por el autor en colaboracin con el traductor.

    LUCIEN LVY-BRUHL.: L'exprience mystique et les symboles chez les Primitifs, Pars, 1938.

    Les carnets de Lucien Lvy-Bruhl, Pars, 1949

    R. LOWIE: Primitiva Religion, Nueva York, 1924

    R. LOWIE: Trait de sociologie primintive, ed franc., revisada y corregida por el autor, Pars,

    1935.

    HENRI DE LUBAC: De la connaissance de Dieu, Pars, 2.' ed., 1948.

    HENRI DE LUBAC: Sur les chemins de Disu, Pars, 1956.

    E. MAGNIN: Religion, en Dictionnaire de thologie catholique Pars, t. II, 1937, col. 2182-

    2306 .

    MARCEL MAUSS Manuel d'ethnographie, Pars, 1947, en especial 164-209: Phnomenes

    religieux.

  • G. MENSCHING: Socialogie religieuse le role de la religion dans les relations communautaires

    des humains, Pars. Payot, 1951.

    YVES DE MONTCHEUIL: Mlanges thologiques, Pars, 1946, en especial pgs. 319-352:

    Atteches biologiques et sociales de la vide religieuse.

    R. OTTO: Das Heilige, trad. espaola, Madrid, Revista de Occidente.

    H. PINARD DE LA BOULLAYE: L'tude compare des religions, Pars, 1929.

    PAITE RADIN: La religion primitiva, Pars, 1941.

    W. SCHMIDT: Der Ursprung der Gottesidee, Munster i.W., 1926-1955.

    W. SCHMIDT: Origine et volution de la religion, trad. franc., Pars,

    P, SCHEBESTA: Les Pygntes du Congo Belge, trad. franc. de Henri Plard, Institut Royal

    Colonial Belge, seccin de Sciences sociales et politiques, Mmoires, t. XXVI, fasc. 2, 1952.

    H. TRILLES: Les Pygmes de In Foret quatoriale, Pars, 1932.

    Tomado de BIBLIOTECA ELECTRONICA CRISTIANA. 2000. El texto en versin electrnica

    puede ser reproducido sin modificacin alguna y manteniendo la integridad de su sentido.

    LAS RELIGIONES PRIMITIVAS

    RELIGIONES PRIMITIVAS EN EL MUNDO MODERNO

    EJEMPLO 1: ASIA

    EJEMPLO 2: COREA

    EJEMPLO 3: OCEANA

    EJEMPLO 4: MELANESIA

    EJEMPLO 5: LOS TOE DE PAPA NUEVA GUINEA

    EJEMPLO 6: LOS ABORGENES AUSTRALIANOS

    EJEMPLO 7: LOS MAORES

    EJEMPLO 8: MADAGASCAR

    EJEMPLO 9: RELIGIONES AFRICANAS

    EJEMPLO 10: LOS ZULES

    EJEMPLO 11: LOS INDIOS NORTEAMERICANOS

    EJEMPLO 12: LOS ANDES

    CONCLUSIONES

    RELIGIONES PRIMITIVAS EN EL MUNDO MODERNO

    Cuando omos hablar de las supersticiones primitivas, brujera y talismanes, fetichismo o

    conjuros pensamos tal vez que los pueblos tribales no tienen religin alguna. Pero la verdad es

    que muchos pueblos tribales son mucho ms religioso que muchos occidentales modernos. Viven

    en contacto con la naturaleza y siente sus poderes misteriosos, estn a merced de los fenmenos

  • naturales de la tormenta y la inundacin, del hambre y de la enfermedad, del fuego y del

    terremoto, considerados como fuerzas del mal.

    Los pueblos tribales se encuentran por tanto sin defensa, dbiles, rodeados de males incapaces de

    arreglrsela en la vida y de alcanzar la felicidad que todos deseamos.

    Conjuros Supersticiosos.

    Estos pueblos no quieren que se le llama a su religin pagano, salvaje, primitiva o supersticiosas

    y encuentran imprecisos trminos como animista, preliteraria, tradicional, tnica.

    Algunos autores empiezan a usar ahora la palabra "primitivo" para designar las religiones que son

    anteriores a las que llamamos religiones "universales". Estas ltimas comprenden por ejemplo, el

    cristianismo y las grandes religiones asiticas, que aparecen ms tarde en la historia, tiene

    normalmente escritura y se consideran como abiertas a todos los pueblos.

    La religin primitiva es la religin de una tribu o pueblo que se da cuenta que otros pueblos

    tienen otros dioses y sistemas propios. El trmino primitivo significa tambin primario o

    fundamental.

    El Mundo Espiritual.

    Es bsica para religiones primitivas la creencia en un mundo de poderes o seres espirituales ms

    fuerte que el hombre mismo deciden que lo inslito esta en las cualidades especiales de un ser

    humano, y se llama Mana con frecuencia este poder se concibe como una multitud de espritu que

    moran en toda clase de lugares o que vagan libremente.

    Algunas de estas religiones primitivas veneran a unos poderes espirituales como dioses. Estos

    gobiernan un rea particular del mundo o de la vida humana como la casa, la agricultura, la

    guerra, o la metalurgia. Los dioses ms importantes tienen con frecuencia templos o santuarios

    con sacerdotes o fiestas especiales y en realidad cuentan mucho ms que los espritus.

    "Dios Supremo", "Dios del Cielo"

    Muchas religiones primitivas tienen un nico o supremo Dios por encima de todos los dems

    poderes. A veces incluso se le concibe como un Dios Universal para todos los pueblos. Este Dios

    Supremo o Dios del Cielo puede incluso no tener templos, sacerdotes, un culto organizado o

    sacrificios y por eso pasa fcilmente inadvertido para los extraos.

    Los Muertos que viven.

    La mayora de los pueblos tribales creen tambin que los espritus de sus muertos siguen

    viviendo. Estos muertos vivientes se relacionan con los que aun viven en este mundo. Los vivos

    deben honrar a los espritus ancestrales puede contar con su proteccin y gua y confiar sobre

    todo en que aceptan sus oraciones y las transmiten a los poderes superiores.

    Las religiones primitivas dependen de mitos ms que de escrituras y credos en el conocimiento de

    los poderes espirituales. Los mitos no son simples cuentos sino largas y a veces historias que

    contienen la teologa y la filosofa de la vida de un pueblo. En ellas podemos encontrar una honda

    comprensin de la naturaleza humana y de los problemas humanos fundamentales.

  • Los ritos son otro medio de comunicacin entre los dos mundos. A veces estn incorporados a los

    antiguos mitos; ritos y mitos juntos forman un alto complejo de culto o una gran fiesta.

    Matar para los Dioses.

    Las oraciones y las ofrendas a los Dioses son lo ms destacados de los ritos. Algunas oraciones

    son hermosas y profundamente espirituales y pueden ser utilizadas en los cultos de las religiones

    universales. Otras son ms bien interesadas y piden prosperidad y bendiciones materiales. No

    todos los pueblos sacrifican a los Dioses pero muchas religiones primitivas cuentan con sistemas

    bien definidos en que se detallan las ofrendas que han de ser matando o libando o de otros modos

    o indican el alimento que se ha de compartir con el Dios en un banquete de comunin.

    El Medicine Man.

    Para realizar toda clase de actividad religiosas la mayora de las religiones cuentan con un

    especialista, normalmente llamado con una expresin americana Medicine Man. Puede realizar

    las actividades del sacerdote, del medium, del adivino, del curandero, del herborista, del chamn

    pero no la del brujo o la de un simple mago.

    Aunque muchas religiones primitivas han desaparecido bajo la presin moderna de las reas

    desarrolladas del mundo, otras han persistido tenazmente y se han adaptado al cambio. Nunca y

    bajo ningn concepto debemos considerarlas como religiones infantiles de los pueblos salvajes o

    como las travesuras ingeniosas de tribus dominadas por los hechiceros. Son intentos serios de

    pueblos adultos para crear y mantener un sistema espiritual capaz de ofrecer un apoyo tanto en la

    vida como la muerte.

    EJEMPLOS DE RELIGIONES PRIMITIVAS.

    ASIA.

    Caractersticas Generales.

    Los pueblos asiticos no separan lo sagrado de lo profano, su religin la expresan en actividades

    ritualizadas en las que intervienen toda la comunidad. Sus creencias son formuladas verbalmente,

    es decir no existe un libro como la Biblia en caso de los cristianos o el Corn en el caso de los

    Islmicos, por eso se puede hablar de religiones.

    El concepto clave, para poder entender las costumbres religiosas de las tribus asiticas es la

    relacin, relacin con dioses y espritus con seres humanos y con la naturaleza. Cada uno de los

    pueblos tiene prcticas religiosas adaptadas as mismo y a su propia entorno, pero todos buscan

    restablecer el buen orden creado en el principio.

    Otra de las caractersticas comunes que tienen los grupos asiticos lo son los chamanes, los cuales

    ocupan un lugar superior en lo que a religin se refiere en muchas de las tribus de la regin

    estudiada. Son elegidos por familias y posteriormente por los espritus, y deben someterse a un

    riguroso entrenamiento.

    Entre sus funciones estn, comunicarse con los espritus para corregir la comunidad a la que

    pertenecen, restaurar la armona entre el hombre, el mundo espiritual y todo lo creado.

    A continuacin le presentaremos las caractersticas ms importantes de algunos pueblos asiticos.

  • Grupos Nmadas.

    Los grupos nmadas o tribus nmadas estn ubicadas en el centro oeste y sur y en la altiplanicie

    de Chota Nagpur, en las Islas Andamn, reas boscosas y pantanosas de la Costa de Compuchea.

    Entre lo ms conocidos tenemos los grupos minoritarios de los Negritos Semang y de sus vecinos,

    los Senoi que habitan en las montaas de la jungla de la zona norte y central de Malasia

    Peninsular, adems de los negritos aeta de Luzn, Mindanas y Mindora en Filipinas.

    Estos grupos, en su mayora son pequeos, puesto que la escasez de comida as lo amerita

    practicar la recoleccin, agricultura y caza.

    Ritos.

    Los Senoi realizaron una serie de ritos al elegir que rbol hay que talar y quemar para preparar un

    lote de tierra para el cultivo, estos ritos se prolongan hasta la celebracin final de la recoleccin

    con el fin de garantizar la ayuda de los espritus para una buena cosecha, en este rito participan

    todos los miembros de la comunidad, (todo el grupo est en cuarentena durante el primer da de la

    siembra).

    La enfermedad tambin es objeto de otro rito, realizado por el Chamn que recurre al poder de

    ciertas hierbas y plantas desagradables para los espritus malos, para expulsarlos y atraer el alma

    errante que vaga fuera del grupo.

    En caso, de enfermedades ms graves, todo el grupo est implicado, se realizan das y noches de

    msica y danza desenfrenadas. Finalmente, el espritu, al recibir la sangre sacrificial ofrecida por

    la cabeza de la casa, es expulsado fuera. Al morir la persona comienza otra serie de ritos de grupo

    para alejar la contaminacin. La muerte o el nacimiento de alguien, representa un grave peligro

    para todos, y el grupo debe aislarse para su seguridad y la de sus vecinos.

    Los Kond O Kui.

    Viven en los Ghates Orientales del Orissa, India en medio de la jungla y son cerca de un milln.

    Ritos.

    La mayora de los Kond crean en la Diosa de la Tierra Tari , y que ella haba enseado al hombre

    las artes de la caza, de la guerra y de la agricultura a cambio de sacrificios humanos que eran

    necesarios para el bienestar de todos y la fertilidad de la tierra. Este rito cruento continua todava,

    aunque ahora sacrifican bfalos como vctimas, los trozos de carne de la vctima son cortados y

    enterrados en la propia aldea y en las aldeas prximas para poner en marcha el don de la

    fertilidad. En algunas regiones este rito se sigue celebrando anualmente en cada distrito en ciertos

    momentos de la estacin agrcola o cuando la salud del pueblo o del ganado est en peligro.

    Los Kond tratan de usar los poderes superiores en muchos otros ritos para cimentar o restablecer

    las relaciones, la fuerza y el bienestar en la aldea, entre estos estn:

    Ritos entre el Dios, el hombre y el pas: se realizan para la preparacin de la tierra y la siembra,

    hasta la siega y la trilla, tambin para eliminar los tabes de la caza y de la recoleccin de

    productos salvajes.

  • Ritos para obtener la bendicin y la ayuda de los antepasados: realizados al momento de un

    matrimonio, la toma de una segunda mujer, o la destruccin de un poblado o en caso de pestes.

    Ritos para prevenirse contra la prdida del bienestar por una contaminacin: se realiza en caso de

    las faltas domsticas como el incesto, el nacimiento y la muerte, principalmente las muertes por

    desgracia.

    Ritos para salvaguardar la vida: el peligro puede venir de los espritus de alto rango, cualquier

    ofensa contra ellos trae inmediatamente el desastre. Tambin es muy nocivo el excesivo recurso

    al mal de ojos, a la hechicera y a la brujera.

    La Muerte.

    Para los Kond es tan necesario vivir en comunidad despus de la muerte como antes. El modo de

    la muerte, la conducta no buena o mala en esta vida deciden la vida futura. Las mismas

    actividades diarias continan ejercindose en el mundo de las sombras. La muerte en edad

    avanzada, con un funeral completo constituye la mejor esperanza de pasar pacficamente al lado

    de los antepasados.

    La muerte repentina supone al ser excluido del lado de los antepasados. Esto provoca una soledad

    y hace a estos espritus peligrosos.

    Los Bontok y los Kalinga.

    Se encuentran ubicados en la provincia montaosa del Norte de Luzn. Para los Bontok y los

    Kalinga la aldea es el centro de su vida. Las aldeas ms grandes se ven fraccionadas y en ellas se

    celebran asambleas sobre plataformas ptreas rodeadas de grandes piedras erguidas. Estas

    plataformas son el centro social, ritual y poltico.

    Los Bontok y los Kalinga consideran el no tener hijos una prueba, que los espritus estn

    indispuestos y ofende a los antepasados.

    Ambos grupos veneran los bosques sagrados. Los dos sexos pueden ser adivinos y sacerdotes.

    Todo el ao agrcola va acompaado de ritos que demuestran el esfuerzo constante para obtener

    la fertilidad de los espritus obstinados.

    Los Bontok practican mucho los sortilegios. Los movimientos de los pjaros, insectos y otros, las

    entraas de los animales, el silencio o el canto de un gallo tenido en la mano por un sacerdote y

    muchas otras pruebas semejantes se anteponen a las celebraciones rituales.

    Tanto para los Kalinga como para los Bontok, las ceremonias religiosas estn ligadas a banquetes

    de acceso a un particular status social. Acostumbra a sacrificar pollos, cerdos o bfalos a los

    espritus montanos particularmente temidos.

    COREA.

    El Sinkio , la religin tradicional de Corea, ha sido llamada "la religin sin nombre". No es tanto

    un sistema estructurado de creencias uniformes cuanto una manera religiosa de ver el mundo y

    una vinculacin sagrada personal con l. Se le ha llamado tradicionalmente animismo. Como

    todas las religiones, tiene cinco puntos magnticos.

  • Yo y el Cosmos: El hombre est en ritmo con el mundo. Las fuerzas de la naturaleza que

    controlan la vida y la muerte, la fertilidad y la esterilidad se personifican y divinizan. El mundo es

    un campo de batalla religioso habitado por espritus celestes y terrestres, del agua y de los

    rboles.

    Yo y la norma: El mito del Tangun, el legendario fundador de Corea, subraya el sentido de la norma csmica a la que el coreano debe conformarse.

    Yo y el destino: El Sinkio, tomndolo de races pre-confucionista, encuentra la respuesta modelo

    csmico, en el que el cielo, el hombre y la naturaleza constituyen una armona de opuestos. Estos

    opuestos se complementan mutuamente. Son las grandes fuerzas del yin y del yang, del no ser y

    del ser. El yin es el negativo, pasivo, dbil y destructivo. El yang es positivo, activo, fuerte y

    constructivo. En su accin e interaccin realizan la armona y la recrean una y otra vez. Nuestra

    individualidad deriva de estos opuestos. El yin es femenino, madre, suave, oscuro, hmedo. El

    yang es masculino, padre, fuerte, duro y luminoso.

    Yo y la salvacin: Dado que esta armona se rompe con frecuencia, el Sinkio debe salir tambin

    al encuentro del deseo del hombre por la salvacin. Cuando los arrozales son arados en

    primavera, una banda de agricultores pacifica a los espritus de la tierra con la msica y ritos.

    Cuando se levantan los andamios de una nueva casa, se los asperja con vino y comida, mientras

    un miembro de la familia canta.

    La vida est bajo una maldicin, una nube que ensombrece la armona csmica. La vuelta al

    "paraso perdido" se hace por el sacrificio ritual.

    El Sinkio siente un horror profundo ante la amenaza de la muerte, que destruye la armona

    csmica. Hace unos dos mil aos, era comn entre los coreanos enterrar a los muertos con sus

    pertenencias personales, incluidos el oro y plata.

    Yo y el ser supremo: Los coreanos leen cuanto se refiere a los dioses en el gran libro ilustrado

    que llamamos cosmos. Entre los espritus de la naturaleza, el espritu del cielo (Hanamin o

    Hanumin) ocupa un puesto especial. No es un "Dios" supremo, lejano e inaccesible, sino que trae

    la luz del sol y la lluvia. El rayo, la sequa y otros desastres son su juicio sobre los malvados.

    Por su bondad vivimos y respiramos. Cuando legaba un desastre nacional, el rey imploraba a

    Hanamin confesando sus propios pecados y los de su pueblo. Hanamin, en un cierto sentido un

    "padre celestial", era el abuelo de Tangun, el hroe aborigen de Corea.

    El Sinkio y los nuevos movimientos religiosos.

    Cuando Corea fue invadida por el confusionismo, el budismo y el cristianismo, el Sinkio no

    perdi terreno, pero se alter y vigoriz. Del confusionismo le vinieron los cdigos ticos que

    acompaan el culto de los antepasados. El taosmo y el neoconfusionismo robustecieron el

    aspecto mgico del Sinkio y su geomancia. Del budismo aprendi a prestar atencin al

    sufrimiento y al dolor, vinculndolos ahora al arte de la curacin y de la adivinacin.

    El Sinkio ha proporcionado el marco para las nuevas religiones de Corea. El chondogyo fue

    fundada a mediados del siglo XVII como reaccin a la llegada del cristianismo y reforz los lazos

    sagrados del hombre con el universo. Sun Myung Moon, el fundador coreano de la iglesia de la

    unificacin, puede ser considerado como el mayor lazo humano entre el pueblo y el mundo de los

    espritus.

  • OCEANA.

    En Oceana el origen de la religin flucta desde una jerarqua de dioses supremos a una multitud

    de vagos poderes espirituales. Algunos lugares resaltan la experiencia religiosa y otros los ritos

    formales.

    El aspecto religioso poda ser un simple sacerdote, un curandero (chamn), un adivino, un

    profeta, un hechicero o un complejo cuerpo sacerdotal.

    Sus cultos religiosos se practicaban con un simple cntico o cultos con danzas, ejemplo

    principalmente el totemismo que estaba rodeado de tabes donde se realizaban danzas simblicas.

    La religin y especialmente el rito, est estrechamente unida a situaciones de tensa angustia

    social, econmica o poltica y ayudan a mantener el equilibrio en el grupo.

    Los seres espirituales o Dioses a los que les rendan homenaje se perseveran ya fuera como un

    mito, un animal, un objeto o una persona. Los lugares sagrados eran reconocidos por las

    formaciones rocosas, bosquecillos o edificios y estn protegidos por tabes.

    La visin del hombre con Dios era un poco vulnerable, vaga; ya que muchas comunidades

    abandonaron su vieja religin con su jerarqua de Dioses supremos, sus sacerdocios y sus

    templos, para convertirse al cristianismo, pero les era difcil liberarse de la hechicera y de la

    magia domstica.

    En cuanto a la creacin vara de un lugar a otro; para algunos existe un Dios creador para otros

    cada creacin es un Dios como el Dios del mar.

    Comnmente los mitos eran utilizados en la agricultura para obtener la fertilidad, en los cambios

    de estaciones, funerales, bienvenidas, despedidas, inicio de las guerras y las victorias; y otras.

    Actualmente en Oceana la religin primitiva se sigue practicando en los