El Parque Eólico Sierra de Carondio: Una oportunidad perdida para el conocimiento de la Prehistoria reciente cantábrica

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    El parque elico Sierra de Carondio:Una oportunidad perdida para el

    conocimiento de la Prehistoriareciente cantbrica

    David Gonzlez lvarezBecario FPU. Departamento de Prehistoria. [email protected]

    Resumen

    En la Sierra de Carondio se encuentra una de las mayores necrpolis megalticas deAsturies. Forma un conjunto de especial inters, por cuanto habra podido ofrecer datosnovedosos sobre las formas de poblamiento estacional de los grupos constructores demegalitos. La construccin de un parque elico en este espacio sirve para plantearalgunas reexiones relacionadas con la Gestin del Patrimonio y sobre la relacin entreArqueologa y Sociedad.

    Abstract

    Sierra de Carondio is one of the largest megalithic burial grounds in Asturias. It forms acomplex of special interest, because it could offer new data about forms of seasonalsettlement of megalith builders groups.The construction of a wind farm in this area servesto raise some reections on Heritage Management and the relationship between

    Archeology and Society.s.

    Key Words: Heritage Management, Contract Archaeology, Megalithism, PublicArchaeology, Preventive Archaeology

    Rebut: 10 mar 2010; Acceptat: 25 mar 2010

    Palabras clave: Gestin del Patrimonio, Arqueologa comercial, Megalitismo,Arqueologa pblica, Arqueologa preventiva

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    Introduccin

    La Sierra de Carondio es un espacio demedia montaa situado en el corazn delSuroccidente asturiano, extendindoseprincipalmente por el municipio de Ayande1 ypor los de Villayn y Eilao (Figura 1). Se tratade un cordal montaoso que toma unadireccin predominante NO-SE, alcanzandouna altitud mxima de 1222 metros en El PicoCarondio.En trminos paisajsticos, Carondioes un excelente ejemplo de la singularidad delSuroccidente asturiano. Este espacio serrano

    se aleja de las imgenes ms cannicas yconocidas de la regin, mostrando unasobriedad caracterstica. A pesar de ofrecerunas formas del relieve mucho ms suavesque otras reas montaosas asturianas,como Picos de Europa, la prctica ausencia

    desarrollo econmico espaoles o europeosdesde donde se reclamaba abundante mano

    de obra no cualicada.Hoy, las prdidas poblacionales no hancesado y, como el resto de municipios ruralesdel Suroccidente asturiano, tiene lugar unfenmeno de concentracin poblacional enlas cabezas comarcales y capitales deconcejo. Los pocos habitantes de aldeascomo El Rebollu, Bustantigo o SantaColomba son en su mayora ancianos ya jubilados, quedando tan slo unas pocas

    explotaciones ganaderas extensivas decarcter familiar como estructuras productivasen funcionamiento. La baja natalidad y el altogrado de envejecimiento de la mayora de losganaderos contribuyen a concebir la vidarural tradicional en esta zona como una formavital en irremediable extincin.

    El Parque Elico Sierra de Carondio

    Las Sierras de Carondio y El Valledor fueroncontempladas como Paisaje Protegido en elPlan dOrdenacion de los Recursos NaturalesdAsturies (PORNA)2. La cartografa ocial delPrincipu dAsturies lleg a sealar dichoespacio, aunque nunca se llegase aformalizar ocialmente su proteccin, tal ycomo tambin ha sucedido con otros PaisajesProtegidos, como el del Valle del Esva. Apesar de esto, el Ayuntamiento dAyande y elPrincipu dAsturies han venido usando esa

    casi-declaracin como reclamo turstico, tal ycomo se desprende de distintos folletos ypginas web ociales.

    Paradjicamente, Carondio ha pasado enpoco tiempo de contemplarse como unespacio a proteger por sus valores naturalesy culturales, a ser un enclave idneo dondeubicar 25 turbinas elicas de 60 metros dealtura para la generacin de energa, con lasconsiguientes afecciones en forma de

    apertura de pistas, desmontes, movimientosde tierras (Figura 2) Qu ha cambiado demanera tan radical? El vendaval de euros queacompaa a las instalaciones de parqueselicos en el Occidente de Asturies parece

    Figura 1. Localizacin de la Sierra de Carondio (Fuente:Elaboracin propia).

    de supercies boscosas, en contraste a laamplia extensin de matorrales y zonas de

    pastos, genera una estampa agreste einhspita que se ve acrecentada por lasfrecuentes brumas que envuelven la zona.

    Carondio es un espacio no excesivamentetransformado por la Modernidad, al menoshasta hace unos pocos aos. La zona, al igualque gran parte del Suroccidente asturiano,sufre en la actualidad un acusado declivedemogrco, pues la desarticulacin de lasociedad campesina tradicional y el xodo

    rural incidieron de manera notable en estaparte de Asturies desde mediados del sigloXX, emigrando la mayor parte de sushabitantes hacia los zonas industriales delcentro de la regin, o hacia otros focos de

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    ser la respuesta. A parte de las propiaselctricas, las empresas adjudicatarias de las

    obras o los fabricantes de los componentes,son los ayuntamientos los grandesbeneciados por la instalacin de parqueselicos, ya que reciben importantescantidades de dinero en forma de distintosimpuestos y tasas municipales.

    Las corporaciones locales suelen pactarjugosas contrapartidas econmicas que lasempresas concesionarias de los parquesdeben abonar anualmente a las arcas

    municipales3

    . El resto de las administracionespblicas (regionales y estatales) soncmplices de esta situacin, ya que as evitanhacerse cargo del complicado sostenimientonanciero de muchos ayuntamientos comolos del Occidente asturiano: fuertemente

    Con este contexto, y ante el riesgo de queproyectos constructivos de este tipo puedanafectar severamente al Patrimonio cultural, esefectiva la legislacin vigente relativa a laproteccin del Patrimonio arqueolgico?Sehace todo lo posible para su conocimiento ypreservacin desde las distintasadministraciones?Qu papel pueden adoptarlos ciudadanos?Qu papel juega la Academiaen todo este contexto?Al hilo de la construccindel Parque Elico Sierra de Carondio, tratar deanalizar stas y otras cuestiones.

    Carondio como paisaje cultural

    Adems de sus cualidades propiamentenaturales, Carondio se destaca por lainsistencia en que las comunidades humanaspretritas fueron dejando su huella a lo largode al menos los ltimos cinco milenios. LaSierra de Carondio constituye as undestacado ejemplo de paisaje cultural en elque sucesivas acciones antropizadoras han

    ido moldeando los rasgos particulares de esteespacio de media montaa. Buena muestrade ello lo constituyen los numerosos yvariados testimonios arqueolgicos que,desde pocas remotas, han ido congurandoun paisaje singular de un inters superior alque encontramos en otras zonas del alaoccidental asturiana, ya que aqu la densidadde sus muestras genera un unicum que bienmerece cierta atencin prioritaria por parte dela investigacin regional.

    Desde los primeros testimonios dejados porlas comunidades pastoras constructoras demegalitos de las que nos ocuparemosmonogrcamente en el cuerpo central deeste trabajo la sucesin de huellasmaterializadas en el paisaje es continuada alo largo de la Historia. No obstante, cabesealar la importancia de Carondio durantelos primeros siglos de la dominacin romana,cuando se cre en la zona una verdadera

    estructura industrial en torno a la mineraaurfera; y en poca alto y plenomedieval,cuando el actual esquema de poblamientoadquiri las formas que perduraron, conligeros cambios, hasta poca subactual.

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    Figura 2. Trabajos de apertura de pistas para laconstruccin del parque elico (Fotografa: Gustavo Pajares).

    envejecidos, con bajas densidades depoblacin y con un sistema productivodesestructurado, en el que los propiosayuntamientos suelen ser los principalesgeneradores de empleo del municipio.

    La Conseyera de Mediu Ambiente delPrincipu dAsturies dio el visto bueno alParque Elico Sierra de Carondio el 3 de abrilde 2009. La Comisin dUrbanismu yOrdenacin del Territoriu (CUOTA) aprob

    nalmente el citado proyecto constructivo que llevaba paralizado desde 2001 con laaprobacin de sendos Planes Especiales porparte de los Ayuntamientos dAyande4 ydEilao5.

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    Hacia el cambio de era, el naciente Imperioromano concluy con la conquista de la

    Pennsula Ibrica, empresa que habainiciado haca dos siglos. Los pueblosindgenas denominados astures y cntabrospor los autores grecolatinos ocupaban elltimo solar no controlado por Roma, al nortede la Cordillera Cantbrica, rea que seraanexionada al trmino de las GuerrasCntabras (29-19 a.C.). Entre otrasmotivaciones, el acceso a las riquezas enmetales preciosos que albergaba el subsuelode esta regin se erigi como una razn de

    primer orden para lanzar las operacionesarmadas.Tras su desenlace victorioso para eljoven Augusto, Roma puso rpidamente enexplotacin este rea con nes mineros.Estableci para ello toda una estructuraadministrativa dirigida a controlar y organizarel territorio, a la vez que creaba una red deinfraestructuras industriales para extraer eloro que abundantemente contenan estasmontaas (Domergue, 1990; Villa, 2005;Snchez-Palencia et al., 2006).

    En este contexto, el entorno de la Sierra deCarondio constituye uno de los ejemplos msdestacados de todo el Noroeste peninsular,albergando multitud de restos arqueolgicosrelacionados con tales actividades: cortasmineras, conducciones hidrulicas, presas yembalses... adems de un establecimientomilitar el campamento de Moyapn (Figura3) que podra interpretarse como unasentamiento temporal con una doble funcin:

    sede del personal tcnico encargado delabores especcas en la exploracin previa yen la puesta en marcha de las actividadesextractivas; y a la par, punto de controlestratgico sobre el territorio, con la vigilanciade un cruce caminos (Gonzlez lvarez et al.,2008). Esta instalacin castrense funcionarade forma subsidiaria con otros enclavescentrales en la articulacin del nuevo paisajeromano, como seran, en este entorno, loscastros romanizados de San Chuis (Villa,2006; Marn y Jord, 2007) y El ChaoSamartn (Villa et al., 2006).

    Tambin es un hito a destacar en el paisajecultural de la Sierra de Carondio un perodo

    histrico de especial importancia para lostiempos subsiguientes, como sera elmomento de inexin entre la Antigedad y laEdad Media. Es entonces cuando el esquemade poblamiento medieval tom forma, dando

    lugar a un paisaje aldeano que constituye labase del sistema simblico, subsistencial y depoblamiento que, con ligeros cambios, llegahasta un momento subactual (lvarezMartnez et al., e.p.), justo antes del procesode cambio cultural hacia la modernidad quese desarrollara desde mediados del pasadosiglo XX.

    El conjunto megaltico de la Sierra de

    Carondio

    Los testimonios ms antiguos de laocupacin humana del territorio de Carondiose corresponden con los monumentosmegalticos de la Prehistoria reciente: unaserie de montculos articiales, varios de elloscon cmara dolmnica en su interior, que seencuentran a lo largo de toda la sierra,aislados o formando agrupaciones a la veradel camino tradicional de La Carreiriega de

    los Gallegos (Graa, 1983) (Figura 4). Losmonumentos fueron erigidos por ganaderosdel Neoltico y la Edad del Bronce queaprovechaban los pastos de altura de estasmontaas en un rgimen itinerante, tal y

    Figura 3. Lnea de vallum del campamento romano deMoyapn (Fuente: Elaboracin propia).

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    como lo hacan en toda la orla cantbrica dela pennsula (Dez Castillo, 1996-1997;

    Ontan y Armendariz, 2005; de Blas,2008a).

    Con el desarrollo de la Revolucin de losProductos Secundarios (Sherratt, 1981 y1983), los grupos de pastores megalticoscomenzaran a frecuentar con mayorasiduidad los pastizales estivales de lasmontaas cantbricas, tratando deaprovechar la complementariedad derecursos disponible en funcin de la altitud,

    asumiendo formas de vida mviles decarcter estacional, equiparables a la clsicafrmula trasterminante de tipo alpino con unamovilidad A-B, B-A entre la costa o el valle ylas elevaciones del interior de la regin (deBlas, 2008b: 556-560; Marn, 2009). Ademsde las evidencias arqueolgicas,encontramos rastros de estos procesosantropizadores en los registrospaleoambientales, que indican una fuerteincidencia antropizadora a partir del 3000 cal.

    a.C., con el clareo del bosque y la aperturade pastos en las montaas asturianas (LpezSez et al., 2006; Lpez Merino, 2009).

    Los grupos megalticos conguraron unverdadero paisaje monumental donde losmonumentos funerarios funcionaran a la vezcomo hitos demarcadores de vas pecuariasy como anclajes espaciales en la apropiacindel usufructo de las reas productivas. De surelacin con la muerte y con los ancestros,

    estas construcciones asumiran una fuerte

    carga simblica, con especial importancia enla composicin de las cosmogonas de estas

    comunidades que, como todas lassociedades preindustriales, estructuraran suidentidad en funcin de una naturalezaimbuida de comportamientos humanos(sensu Hernando, 2002). Los tmulos ymegalitos seran las primeras muestras demodicacin de la naturaleza en zonas comoCarondio, ya que los grupos neolticos y dela Edad del Bronce protagonizaron lasprimeras transformaciones sustanciales delmedio, construyendo arquitecturas

    monumentales y clareando el bosque y elmonte bajo para la apertura de espacios decultivo o pastos para sus ganados (Criado,1988).

    En la Sierra de Carondio hay ms de unatreintena de tmulos que en su mayoracontaban una cmara de piedra (Graa,1983; Camino y Viniegra, 1992). En laactualidad se conservan casi siempre en malestado debido a la intensa actividad de los

    chalgueiros o buscadores de tesoros,alentados por leyendas que recogan laexistencia de riquezas en su interior (Surez,2001; lvarez Martnez et al., e.p.).Excepcionalmente se ha preservado unacmara dolmnica casi completa, la conocidacomo A Llastra da Filadoira o dolmen deCarondio. En lo alto de la sierra, en el tmulode A Tumba el Castelln se encontraba unalaja de pizarra de dos metros de altura congrabados de meandros y semicrculos que es

    conocida como la Piedra dolmnica deCarondio (Vega del Sella y Obermaier, 1926):una pieza de arte megaltico excepcional enAsturies y en toda la orla cantbrica (de Blas,1997). En algunos casos, los tmulos formanagrupaciones, siendo el caso ms interesanteel de Peneosmalos (Graa, 1983: 25-26),donde un gran tmulo aparece rodeado deotros tres de menor tamao, lo que es uncaso que podra informarnos de fenmenosde jerarquizacin entre este tipo dearquitecturas, o quin sabe si entre laspersonas enterradas en cada uno de esostmulos.

    Ms all de los distintos ejemplos puntuales,

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    Figura 4. Uno de los tmulos prehistricos de Carondio,con las labores constructivas del parque elico al fondo(Fotografa: Gustavo Pajares).

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    Carondio sobresale en importancia como unverdadero conjunto arqueolgico que cobraespecial inters visto de forma global. En esteespacio con una presencia tan densa demegalitos, sin duda existiran otros elementosmenos apreciables a simple vista, como losasentamientos donde los pastoresprehistricos se estableceran durante lastemporadas estivales en las que conducansus rebaos hasta las sierras del interiorasturiano.

    Tradicionalmente, la poca comprendida

    entre el Neoltico y la Edad del Bronce secaracteriza en el mbito cantbrico por laausencia de evidencias de hbitat, frente a laabundancia de testimonios funerarios. Estedcit informativo ha sido paliado en lasltimas dos dcadas en las regiones vecinas,con el reconocimiento en Galicia (Mndez,1994 y 1998) y en Cantabria (Dez Castillo,1996-1997 y 2008) de las evidenciashabitacionales que han permitido completarla imagen vital de estas poblaciones pastoras.

    Los asentamientos de las gentes megalticasmuestran localizaciones cercanas a lasubicaciones de los monumentos tumulares,sobre todo en las inmediaciones desurgencias o acumulaciones de agua, y secomponen de cabaas realizadas enmateriales perecederos, adems de espaciosdonde se realizaran actividades deprocesado de alimentos, fabricacin deutensilios

    Lamentablemente, en Asturies no se hatenido tanto xito en la localizacin de estaclase de asentamientos, aunque contamoscon unas pocas evidencias que apuntan en ladireccin de poder asumir la existencia deestos yacimientos. Recientemente se hadescubierto uno de estos asentamientosestacionales de la Edad del Bronce en elconcejo de L.lena6, y en las dcadas pasadasfueron reconocidas evidencias materiales quepodran vincularse con actividades

    domsticas, o incluso poblados, en relacincon monumentos megalticos de la SierraPlana de la Borbolla (Llanes) (Prez y Arias,1979) y el macizo de LAramo (L.lena-Quirs-Riosa) (de Blas, 1996).

    Los vestigios habitacionales sonimprescindibles para completar el encuadrecronolgico y cultural de los megalitosasturianos. Si en Cantabria tales hallazgospartieron de un programa investigador, en lavecina Galicia salieron a la luz comoresultado de ecaces seguimientosarqueolgicos realizados en el contexto deejecucin de algunas obras pblicas queafectaban entornos de alta densidad demonumentos megalticos. Queda patente queeste tipo de informaciones slo puedenrecuperarse por medio de excavaciones

    arqueolgicas preventivas y con la realizacinde seguimientos arqueolgicos continuadosa pie de obra, ya que las evidenciasestructurales de tales yacimientos secaracterizan por la extremada fragilidad desus huellas (Figura 5). Por ello, ante obras deapertura de carreteras, pistas o inclusocortafuegos, de poco sirve delimitar o acotarreas arbitrarias en torno a cada monumentomegaltico singular, desatendiendo susentornos ms amplios y, sobre todo, su

    ubicacin en conjuntos (Figura 6).

    Es esencial y necesario para documentarestas tenues y a la vez importantesevidencias arqueolgicas que las autoridadescompetentes en materia patrimonialdeterminen la realizacin de seguimientosarqueolgicos continuados sobre todas lasobras que conlleven movimientos de tierra enreas especialmente sensibles de contenereste tipo de informaciones, como sera el

    conjunto arqueolgico de la Sierra deCarondio.La realidad en la actual ComunidadAutnoma del Principu dAsturies es biendiferente, tal y como hemos podido constatar,por ensima vez, con el proyecto constructivodel Parque Elico de la Sierra de Carondio.

    Respuesta ciudadana

    El proyecto constructivo del parque elico no

    despert las simpatas de muchos de loshabitantes del rea circundante. La oposicinciudadana provino fundamentalmente decolectivos vecinales ayandeses7 y d e l aCoordinadora Ecoloxista dAsturies (CEA),

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    Figura 5. Delimitar un permetro de proteccin en torno a los megalitos y olvidarse del entorno tiene

    resultados absurdos, como se ve en la necrpolis tumular de Penausn (Salas, Asturies), donde este tmuloaparece completamente rodeado por la escombrera de una cantera (Fuente: Elaboracin propia).

    Figura 6. Una muestra de la desatencin a los conjuntos, a expensas de la proteccin individual de cadamonumento tumular de Carondio: una pista rodea el permetro protegido de un tmulo

    (Fotografa: Gustavo Pajares).

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    quien sufri de forma directa las malasprcticas del ejecutivo regional en materia detransparencia de la informacin de interspblico. La consulta del expediente delServiciu de Patrimoniu le fue denegada tantopor la propia Conseyera de Cultura yTurismu, como por la Ocina de Proteicin yRxime Xurdicu del Principu dAsturies (deZardan y Graa, 2010: 37).

    No es sta una forma adecuada de transferirinformacin y conocimiento a la ciudadana.Si los ciudadanos se interesan por las

    condiciones y los entresijos de la actuacinde la Administracin pblica en materia deproteccin del Patrimonio en Carondio, seradeseable que los gobernantes facilitasen talinformacin a los gobernados. Chocamosaqu con un grave problema que en el mbitode la Arqueologa profesional se prodigaespecialmente. Cientos de informesarqueolgicos son entregados cada ao a lasAdministraciones, cuyo contenido rara vezver la luz pblica. Con esta situacin, la

    ciudadana que es en denitiva ladepositaria del Patrimonio cultural y ainstancias de la cual se promulgan leyescomo la que vela por la proteccin delPatrimonio arqueolgico se ve privada de lainformacin y el conocimiento referidos a losbienes patrimoniales.

    Esta situacin debera cambiar, y la propiacomunidad acadmica y profesional de laArqueologa debera preocuparse porque ese

    cambio tuviese lugar. Por qu? Pues porquenosotros, como arquelogos, deberamostomar conciencia de nuestro papel para con laSociedad. Nuestra funcin especca en lainvestigacin y gestin del Patrimonioarqueolgico emana de la ciudadana, porcuanto sta ha generado, por losmecanismos representativoscorrespondientes, un cuerpo legislativo quesostiene nuestra profesin, reclamandoconocimientos sobre el Pasado a travs de

    los restos materiales conservados hastanuestros das.

    Si los resultados de nuestra labor siguensiendo opacos para la Sociedad, sta va a

    percibir que no hacemos nada: que nocumplimos con nuestras responsabilidadesprofesionales. Si esto no es as, porqueseguro que no es as, por qu seguimos sinhacer nada?Por qu no exigimos a lasAdministraciones competentes que losresultados de nuestra labor sean transferidosal conjunto de la ciudadana?. El que callaotorga. La respuesta que un habitante deAyande podra dar sobre la labor de losarquelogos en el proceso constructivo delParque Elico Sierra de Carondio sera quenun xenon nada, sacaran un bon puu

    de cuartos con esi cuentu las tumbas; o enel mejor de los casos que xenon unosfracos, espetanon unas estacas con cintad'esa dobra alredor de las tumbas ya nun sesupo ms nada dellos. Es esta la imagenque queremos transmitir de nuestra labor.

    Una oportunidad perdida

    El conjunto tumular de la Sierra de Carondio

    es un ejemplo destacado del megalitismocantbrico. Con la construccin del ParqueElico Sierra de Carondio, hemos perdido unagran oportunidad de conocer mejor algunosaspectos clave, como las formas depoblamiento y subsistencia que adolecen enla actualidad de severas carenciasinformativas, limitando la solidez de nuestrasinterpretaciones arqueolgicas. En el espacioafectado por las obras no se han realizado lasnecesarias actuaciones preventivas que

    evalen el calibre de los daos ocasionadospor el proceso constructivo sobre losmonumentos megalticos y su entorno. Sedebe aclarar que estas carencias noresponden a la mala praxis de losprofesionales que realizaron tales trabajos.Desde las Administraciones pblicascompetentes no se han exigido los nivelesnecesarios de calidad, con lo cul y con todalgica ni las empresas contratantes ni losprofesionales encargados de tales trabajos,

    inmersos en el competitivo mundo del libremercado (Daz del Ro, 2000), han asumidoel sobrecoste que implicara la elevacin delnivel de exigencias en la realizacin de sutrabajo.

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    En este sentido, los arquelogosprofesionales son una vctima ms delcontexto laboral y normativo de laArqueologa asturiana. En todo el procesoadministrativo referente al Patrimonioarqueolgico, o al menos en las partes quelos ciudadanos interesados hemos podidoconocer, slo se alude a la proteccin decada elemento megaltico de forma singular,sin contemplar en ningn momento laexistencia de conjuntos ni posibles reas enlas que, potencialmente, puedan existir otrasevidencias arqueolgicas distintas a las

    funerarias: Se habr perdido algn rastrovalioso de los grupos prehistricosconstructores de megalitos? Nunca losabremos.

    Algunos problemas de base

    Qu genera este tipo de situaciones?. A mi juicio existen distintos factores que paso acomentar sucintamente, comenzando por el

    dcit legislativo y normativo de la Gestin delPatrimonio arqueolgico en el PrincipudAsturies. El inicio de la prctica arqueolgicaprofesional ligada a obras pblicas y privadasderiva de la entrada en vigor de la Ley dePatrimonio Histrico Espaol8.Posteriormente, el Principu dAsturiespromulg su propia Ley de PatrimonioCultural en 20019 , que recoge unoscontenidos directamente emanados de la leynacional, adaptando el articulado a algunos

    aspectos particulares del contexto asturiano.No obstante, su contenido no va ms all delenunciado de principios bsicos y generalesque, de forma continuada, remiten areglamentaciones que posteriormente no hansido desarrolladas, a diferencia decomunidades vecinas como Galicia10 oCastilla y Len11.

    Esta situacin hace que, si bien en la leyregional se enumeran las labores

    consideradas como actividadesarqueolgicas (art. 63.2), no existe unanormativa posterior que establezca losmtodos y procedimientos de trabajo o losmnimos de calidad exigidos en la

    presentacin de los resultados. Sin estareglamentacin, la calidad de las actuacionesarqueolgicas depender irremediablementede las consideraciones de los propiosarquelogos profesionales y del juicioparticular de los polticos y tcnicosfuncionarios que, desde la Conseyera deCultura, tramitarn los oportunos permisos deactuacin, y aceptarn o rechazarn losresultados nales de los trabajos. Asmismo,su precipitada y obtusa redaccin hacen dela Ley 1/2001 un documento de dicultosacomprensin y aplicacin (Camino, 2001).

    La prctica arqueolgica profesional adolecede una falta de transparencia hacia laSociedad. Demasiada gente sigue asociandoArqueologa con dinosaurios, con IndianaJones o con pirmides construidas porextraterrestres (vid. Holtorf, 2005). El dciten este punto es responsabilidad de todo elconjunto de arquelogos, a pesar de lo cul,la Arqueologa profesional es sin duda elsegmento ms alejado del ciudadano. Este

    distanciamiento se ve reforzado por las pocasfacilidades que las Administraciones dan alciudadano en el acceso a la informacinderivada de las intervenciones arqueolgicasde gestin. Esto se agrava en conictos comoel de Carondio, cuando el Principu dAsturiesniega el acceso a la informacin arqueolgicade forma explcita y reiterada, lo que no dejade ser un claro atentado contra el derecho ala informacin de inters pblico.

    Por ltimo, no querra dejar de comentar otrofactor ms de los muchos posibles quepodemos encontrar en la base de losproblemas de Gestin del Patrimonio. Hoyda, sigue sin darse un paso decidido hacia ladignicacin de la Arqueologa como contextoprofesional. El ocio de arquelogo ajeno alas universidades es una realidad factualbastante reciente como en el resto deEuropa (Kristiansen, 2009) que an no hasido reconocida por la Sociedad, ni por la

    Administracin, ni muchas veces por lospropios profesionales (AMTTA, 2008; MoyaMaleno, e.p.). Estas carencias vansolucionndose poco a poco, pero an siguensiendo preocupantes. Los arquelogos

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    seguimos sin tener Colegios Profesionales; nocontbamos hasta hace muy poco conperles formativos claros (Ruiz Zapatero,2005); al igual que tampoco se hanestablecido regulaciones laborales propias,salvando excepciones como las autonomasde Catalua12 y Galicia13, o la situacinparticular de la ciudad de Mrida14 (MoyaMaleno, e.p.).

    A modo de conclusin

    En un marco crtico-constructivo, tratar delanzar algunas posibles soluciones a losproblemas aludidos a lo largo del texto en laGestin del Patrimonio arqueolgico enAsturies, con la Sierra de Carondio siempre ala vista.

    Desde un punto de vista estrictamenteinvestigador, la Arqueologa ha fracasado enCarondio. Este paisaje del Suroccidenteasturiano ofreca una de las mejores

    situaciones para obtener informacionesarqueolgicas que, hasta el momento, hansido esquivas en Asturies. Con la ausencia deun correcto programa arqueolgico preventivoen el contexto constructivo del Parque ElicoSierra de Carondio, esa oportunidadinvestigadora ha sido desperdiciada, con elsoporte tcito de las Administracionespblicas asturianas.

    A mi juicio, creo que es de acuciante

    necesidad la promulgacin de un desarrollode la Ley 1/2001 de Patrimonio cultural deAsturies que reglamente de forma clara yefectiva los trabajos arqueolgicos que sedesarrollen en el mbito autonmico,tomando para ello el modelo de normativasrecientes como la castellanoleonesa.

    El grave distanciamiento de la Arqueologarespecto al pblico general es una importanteasignatura pendiente de nuestra profesin,

    que ha de ser afrontada de forma colectivapor todos los perles relacionados con laArqueologa: centros de formacin einvestigacin, colectivos profesionales,empresas y Administraciones encargadas de

    velar por la Gestin del Patrimonio. Esnecesario trasladar a la ciudadana losresultados de nuestra labor profesional, loque puede ser llevado a cabo con la puestaen marcha de programas efectivos dedifusin. De igual modo, es urgente involucrara la ciudadana en nuestras actividades,tratando de que la Arqueologa se convierta,de alguna manera, en una actividad pblica.Es urgente que exijamos a lasAdministraciones una mayor transparenciapara con los ciudadanos en lo que respecta alas informaciones derivadas de los programas

    de Gestin del Patrimonio.La concienciacin de la Sociedad sobre elrespeto y valoracin del Patrimonioarqueolgico es una tarea educacional quedebe situarse como uno de los objetivosfundamentales hacia los que los miembros denuestra comunidad acadmica y profesionaldeberamos avanzar. En la consecucin deesta meta sera necesario involucrar ainstituciones pblicas como la universidad o

    las Administraciones regionales, tratando deaunar esfuerzos que conduzcan a la puestaen prctica de polticas educacionalesefectivas, tal y como se hizo en las ltimasdcadas con el respeto al medio ambiente(Carrocera, 1995: 15-16).

    Todo desarrollo o aplicacin de nuevoscuerpos legislativos debe ir acompaado deun esfuerzo inversor por parte de laAdministracin regional. Sera necesario

    contar con soportes adecuados para laorganizacin y presentacin al pblico de losdatos que, en materia de Gestin delPatrimonio, se deriven de las prcticasprofesionales de la Arqueologa. Tambinsera necesario reforzar el equipo tcnico queen estos momentos desarrolla una labor tanimportante como la de los arquelogosterritoriales, que en la actualidad se reduce aslo tres personas para todo el territorio delPrincipu dAsturies. Asimismo, sera

    necesario denir adecuadamente susatribuciones, desligando del mismo modo sutrabajo como tcnicos especialistas de losintereses partidistas de los cargos polticosque, actualmente en Asturies, controlan todas

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    las decisiones importantes en materia deGestin del Patrimonio.

    Es necesario aunar esfuerzos por ladignicacin de nuestra profesin, endistintos frentes como el fortalecimiento de laArqueologa en el marco de los ColegiosProfesionales (Lorenzo Lizalde, 2009) y laregulacin en materia laboral del desempeoprofesional de nuestra disciplina, con laurgente y necesaria rma de conveniossectoriales propios (AMTTA, 2008; MoyaMaleno, e.p.). Ms conados podemos estar

    respecto a la necesaria consolidacin de unatrayectoria formativa adecuada para laArqueologa, ya que el nuevo marcouniversitario post-Bolonia parece ofrecer unnuevo escenario para el desarrollo de unitinerario formativo especco para laArqueologa (Ruiz Zapatero, 2009). Noobstante, debemos ser crticos con lamencionada reforma universitaria, ya questa acarrea unas graves implicacionessociopolticas. La plena implantacin del

    Espacio Europeo de Educacin Superiortraer consigo la mercantilizacin de launiversidad. Su papel en la generacin deconocimiento perder peso frente a lasexigencias del capital, que demandarbenecios empresariales, mientras que losfuturos titulados superiores sern formadosal gusto de las empresas. Qu papelpodremos jugar los arquelogos en estenuevo escenario? La consecucin de unanueva titulacin en Arqueologa no puede

    ms que dejarnos un sabor agridulce, ante lanegatividad de la extensin del Proceso deBolonia, por lo que no debemosconformarnos con ste xito parcial.

    NOTAS

    1 Aclarar que los topnimos mencionados en estetrabajo siguen el formato original de sus nombrestradicionales, presentando as todos los topnimos enlas variedades lingsticas propias de esta zona: elAsturiano occidental y el Gallego-Asturiano.

    2 Decreto 38/1994, de 19 de mayo, BOPA n152, de 2de julio de 1994.

    3

    Como ejemplo, el Ayuntamiento dAyande recibir enlos prximos 25 aos 260.000 euros de la empresaconcesionaria del Parque Elico Sierra de Carondio.Fuente: diario La Nueva Espaa, 6/5/2009, Allandeautoriza un nuevo elico, en Carondio, y Valds da luzverde al primer parque.

    4 Anuncio del Ayuntamiento dAyande publicado en elBOPA n140, de 18 de junio de 2009.

    5 Anuncio del Ayuntamiento dEilao publicado en elBOPA n210, de 10 de septiembre de 2009.

    6 El descubrimiento fue realizado por el equipoarqueolgico coordinado por Jorge Camino. A laespera de la publicacin de sus resultados, contamoscon una noticia preliminar del diario La Nueva Espaadel 30/9/2007: Un poblado de la Edad del Bronce en laCarisa.

    7 Como el Colectivu Ciudadanu pola Conservacin deCarondio (web: http://carondio.yolasite.com/), queorganiz el debate pblico Los desastres de laventolera elica: A Serra de Carondio en el Club dePrensa Asturiana de Oviedo, el 22 de diciembre de2009. Adems coordin una amplia campaainformativa que tuvo eco en publicaciones peridicasregionales, como La Nueva Espaa, El Comercio, LaVoz de Asturias, Les Noticies o Atlntica XXII; ynumerosos espacios de Internet.

    8 Ley 16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio HistricoEspaol, B.O.E. n155 de 29 de junio de 1985.

    9 Ley 1/2001, de 6 de marzo, de Patrimonio Cultural,BOPA n75 de 30 de marzo de 2001.

    10 Decreto 199/1997, de 10 de julio, por el que se regulala actividad arqueolgica en la Comunidad Autnomade Galicia, DOG n150, 10 de julio de 1997.

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    13 Convenio Colectivo de mbito da ComunidadeAutnoma de Galicia para o sector da actividadearqueolxica, DOG n111, 9 de junio de 2009.

    14 Convenio Colectivo de trabajo de la empresaConsorcio Ciudad Monumental, Histrico-Artstica yArqueolgica de Mrida, DOE n109, 16 de septiembrede 2006.

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