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ffi püssd{o §vtdig€{tü
López Austin, Alfredo y Leonardo t,Spe, ¡,t¡st¡n.
Alfreric {-épez AustinLeonarCo López Luján
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ElPasado ittrdígena-Ed. Fondo de Cultura Económica, México, 2001.
Estudios Sociales e Históricos l. Unidad 2.
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Profesora Paola M. padilla Vera.
LAS GI{ANDES DIVISIONES
Meso¡.¡t¿Étuca
IAS GI{ANDES DIVISTONES 59
dades que la integraron como "cultivadores superiores"' Ilizo notar
que dichas socieclacles eran mL¡y diversas descle el punto cle vista lin-gtrístico, y las dividió en cinco I,rtlPos, uno de los cttalcs, por cierto,
estaba integraclo por las que hablaban lenguas llasta entonces no cla-
sificaclas. En cuanto al territorio que ocupaba la superárca a Ia llegacla
de los españoles, lo clelimitó señalando la frontera norte como la for-
macla por los ríos Sinaloa, Le¡ma y Pánuco, y la frontera sur como t¡na
franja qtre iba del río Motagua hasta el Golfo de Nicoya, pasanclo por
el Lago de Nicaragua. Interpretada [a realidad cle Mesoamérica con
base en la concepción histórica esbozada por Jirnénez Morentl, Kit'ch-
hoff afirrnó que era trna superárea qr¡e hal¡ía sido ftlflnacla por inrlri-
grantes diferentes entre sí que ingresaron en el territorio en diversas
épocas, y que, al penetrar en la órbita estudiada, vivierc¡n unidos por
una historia común.Con el frn cle distinguir cultttralmente a los pueblos de la strperárea,
Kirchhoff aplicó la técnica de caracterización por medio clel señala-
miento cle rasgos presentes y ausentes, comparanclo Mesoamérica con
los pueblos de otras superáreas americanas: Sureste y Suroe¡ite cle los
Estaclos Uniclos de América, Chibcha, Andes y Amazonia. El resultado
fue una tabla en la que concentró los elementos exclusiva o al menos
típicamente mesoamericanos; los elementos c()muncs a Mcsoarnérica y
a otrus supcrárcas cttlttlrales tle Arnérica, y los elcrncntos signiñc:rtivos
por su ausencia en Mesoamérica. Entre los elenrent<ls cxclttsivos, por
elernplo, .señaló el año de 18 meses cle 20 dí¿r's, más cinc<> días ar1icio-
nales, y la cornbinación cle 20 signos cor] 13 núü¡er()s p:rra f<rrnrar un
periodo de 260 días. Con los elementos coml¡nes a Mesoamérica y
otrag superáreas hizo sttbgrttpos, y así el cttltivo clcl rnaí2, el lrijol y lacalal¡'¿za intef4ró a todas las strperáreas en un conjtlnto, tnientt'as qtte
la organización por clanes tip<> calpulli-ctylltt sÓlo rerrniti a Mesoatnéri-
ca y los Andes. Por último, entre los elementos no encontrados en
Mesoamérica, pero sí en otras superáreas, señaló los clanes matrilinea-les y el uso de armas envenenadas.
Kirchhoff expuso estos resultados en 1943, efi un pequeño texto qtre
reeditó en 1960 y 1967. Repetidamente solicitó la crítica constructiva
cle sus colegas, y repeticlarnente qr-redó decepcionaclo al no recibirla:
Concel;í este estuclio corno e[ prirlero cle ttna scrie cle investigaciones que
tratartn sr¡cesivarnente de estos ¡troblenus, anticipanclo cltte la tnayor parte
cle estl tareu clebcrían to¡narlx otl-()S a sL¡ cargo. (l<¡n est:t cspcra¡za <¡ttedci
Y¿r descle la c<¡lonia temprana una miracla extern¿i había percibiclo laur-ridad cle la.s rracliciones de los conquistacJos. Fue fiay Bartolomé clela.s casas quien en aquel entonces hizo notar, en su Apologética bisto-ria sutnaria, la sernejanza entre las creencias de los guatémartecos ylas cle otros pueblos que hoy crenominamos mesoamericanos: ,,Todaesta tierra -dijo ai ref'erirse a Guatemala-, corl la qr.re propiamentes.e dice la Nueva España, debía tener una religión y^.,.,á ma.,e.a cledioses, poco más o menos, y extendíase hasta las piovincias cle Nica_ragLla y Hond,ras, y volviendo hacia ia de Xalisco, y llegaban, segúrncreo, a la provincia de corima y crilracán". Las sociedaJes indígenascle este vastísimo territorio integraban, evidentemente, una uni<1acl.
Lo advertido por fray Bar-tolomé en el ámbito de las creencias re-ligiosa.s debe sr-rponerse en tocros los carnpos de la acción y er pensa-miento, y así lo siguieron entenclienclo, a lo largo clel tiempo, qui..r.,se interesaron por el estr-ldio de la l-ristoria prehispánica de tr¿esáamerica. La trnidad misma se convirtió en objeto cre interés cientíñco en lasprimeras clécaclas de n.estro siglo, cr.ranclo pensadores cre Ia ta[a deMigLrel Othón de Menclizábal, Clark \Wissler, A.lfrecl L. Kroeber y Vig_bcrto Ji,rénez Moreno se encargaron cle cleterminar ros rímites espa-ciales cle la afiniclacl cr-rltural, aportar elementos conceptuales para ,naflltura precisión y fincar argunos de los términos cle lo que .sería erclcl>¿rte. E. fbrr,a paralela, un¿l c.rricnte clel pensar-'iento antroporógi-co afinaba sus herramientas teóricas para abordar problemas similaresen el nivel continental. Eran éstas el concepto cle borizonte c,ltural,precisado ¡:or Flerbert spinclen; er de area cult,ral, definiclo por \wiss-ler; el cle rasgo c,lhtrctl, propr-resto por Kroeber; ei cre compr'e¡o c,lr,-ral y otros afines. -
Entonces fue necesa¡io que confluyeran plenamente la teoría y er co-nocimiento concreto de ras antigr-ras tradiciones precolombinas. comouna derivación del XXVII congreso Internacional de Americanisras(193» se creó con e.sre propósito el conrité I,ternacional para el Estu-dio cle Distribr-rciones culturales en América, órgano que encome.clóel caso ¡iarticular de las mitacles meridionat cte uexico y occiclental clecentroamérica a r¡n clistinguiclo ant.opólogo: i)aul I(irchhoff. para elclrr,plinriento de su ,risión, Kirchhoff empezó por iclentilicar la super-:irea ci¡ltr-rral con el nombre de Meso¡t.ntérica y re<:onocer a las socie-
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LAS GRANDES DIVISIONI]S 61
defraudado, pues mientras que muchos han aceptado el concepto "Meso-
américa", ninguno, que yo sepa, lo l-ra hecho olljeto cle r.tna crítica cons-
tructiva o lo ha aplicado o desarrollado sistct'náticamerlte.
Sin embargo, debe reconocerse que, si bien ncl hullo una crÍtica
temprana a las propuestas de Kirchhoff, tras la publicación cle su tr¿t-
balo se produjeron muy valiosas contribr¡ciones, entre ellas las de Pe-
dro Armillas, quien trató de conciliar el concepto de Mesoamérica conel cie forrnaciones socioeconómicas para darle un sentido dinámico;las cle Jiménez Moreno, con su tesis de la relación dialéctica entre la
cósta y el altiplano como explicativa cle la di¡rán-rica de la sr-r¡rerárea;
las de Ángel Palenn y Eric It. \ü7olf, que hicieron hincapié en Ia pre-
sencia de ferrazas de cultivo en todas las áreas claves de Mesoamérir-a,
y las de Gordon R. Villey, quien concibió la strperárcl colno una cul-tura de agricultores aldeanos que pasó a conveftirse en Llna culturaulbana.
Sería dernasiado prolijo refel'irse con detalle al estado acttral de la po-lémica. Son nutlerosos los investigadores qLtc han participaclo cn ladiscusión teórica del concepto, y aquí sólo lnencic.tnarnos lr ttrl()s cuan-tos, sin poder referirnos por extenso a sus aportaciones. En 1968, porejemplo, Kent V. Flannery hace especial hincapié eu los factores am-bientales y señala que en la integración de la superárea trtvo ttna itn-portancia fundamental la formación de un complejo sistema compuestopor múltiples subsistemas de sociedades adaptadas a microambientesespecífrcos. En el r¡ismo año, \William T. Sanders y Ilarbara J. Pricc se
reñeren a una única y gran tradición mesoatnericana, lo que hace clue
sincrónicamente purecla verse el proceso cotno L¡ne área crtltural , y dia'crónicarnente collo una cotradición. Ilstos aLltores ct]lt¡can su esttrclic¡
en la secuencia cle clesarrollo cle los sistemas sociulcs rttesoltttlericltn<ls(ltandas, tribus, cacicazgos y civilizaciones) cotno eie de Llna intel'pre-tación evolucionista y ecológica. Tiempo después, en 7975, Jaime Lit-vak King destaca el papel que tuvo el intercambio interétnico en laconformación de Mesoamérica, proceso que, a partir de zonas caracte-
rizadas por su diversidad ambiental, formó una red de relaciones nor-males en equilibrio siempre cambiante. De esta manera, explica, se
combinaron varios mecanismos simultáneos: las dinámicas lctcales, las
medias o rcgiorrales (de carácter cc<;lógico, tecnol<-rgic«l y cconórnico-político) y la general (prccisarnente el intercanrl>io interétnic() c inte-rregional c¡tre clefine la superírrea).
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62 LAS GRANDIjS DIVISIONI]S
Para 7982, Echrardo Matos Moctezuma estitna que el concepto de
Mesoamérica es sinónlno de la presencia de trn modo de producción,cxistcntc a partir cle los oLnecas y que se irá i:xtendiendo hasta llegar,
cr.r cl sigl<> xvr, a los lilites territ<¡rialcs estableciclos por Kirchhoff' En
clicl-ro moclo de producción, donde la agricultura y el tlibuto son bási-
cos, se establecía una doble forrna de explotación: la de una clase so-
bre otra de la misma sociedad, y la de la clase dirigente sobre pueblostributarios. En aquellos años se intentó aplicar otros modelos, entre
ellos el de "sistemas-mr,rndo", con la intención de comprender de me-jor manera una realidad tan compleia. Otras propuestas interesantes se
clier<¡n a conocer dt¡rante la XIX Mesa lLedonda de la Sociedad Mexi-cana de Antropología, organización que convocó a sus miembros pre-cisamente para debatir sobre el problema del concepto Mesoamérica.Durante esta reunión académica, que tuvo lugar en 1985 en la ciLrdad
de Querétaro, Anne Chapman consideró que el modelo de Mesoamé-
rica clebe construirse considerandO la sr-tperárea Como una alta cr¡ltura
o civilización, con base en dos niveles: sociedad y cultura. Según esta
autora, tal construcción debe empezarse con la información sobre las
sr:>ciedades del siglo xvt, por ser la más abundante y compleja, y retro-traer el model<¡ a sLls ¿tntecedentes, pueblos qtte llegaron a una iclenti-
dacl cornún a pesar cle haber seguido dif'erentes trayectorias.l.rr cr'ítica específica al trabaio de Kirchhoff, aunque tarclía, l"ra sido
rnrry útil para continL¡ar la polémica sobre la valiclez teórica del con-cepto. Se produjo tanto en los años previos a la mesa redoncla de
Qr,rcrétar<> c()rn() en ésta, y participaron diversos investigaclores, entreellos Ecluardo Matos Moctezuma y Enrique Nalda. Los puntos cuestio-
nackrs son noclales. Se señala, por eiemplo, c¡ue el procedimient<¡ mi-s-
mo de clasifrcación a partir de rasgos cglturaies desnaturaliza la cr-rltura,
pues clesmiembra sus elementos como si éstos no estuvieran estrecha-mente vinculados"entre sí dentro de sistemas sociales. También se afir-ma que Kirchhoff, al elegir los rasgos que le servirían de base en su
definición, no los sistematizó ni los jerarquizó; que éstos son propiossólo cle determinadas áreas, y que el resultado no es el reflejo de una
superárea cultural dinámica, sino de un momento de la existencia de
Mes<>arnérica, precisamente la víspera cle la Conquista. Sin embargo,'en la mesa redonda se coinciclió en la idea de que el concepto ha sid<>
clc cnorn'ic r-ltiliclad para el estudi<> de la supe¡área y qtte, pese a habcrcnvcjccido, puccle reconstruirse s<>ltre bases ,'nás sóliclas.
La rclirrrnullci<in dcl c()nccl)t() cs rrn rct() para la t-¡rcsoamericanísti-
I-AS GITANDI]S DIVISIONIiS
ca, y plantea, incluclablemente, un asunto ardttt>. Mes<larrlérica fue una
realidá<J histórica, proclucto de muy variadas interrelaciones (dc inter-
cambio, políticas, bélicas, religi<>sas, etc.) qr.re integrar<ltr clivcrsas cla-
ses cle sisteutas. El ntlevo conccPto clcl¡crá rcf'erirse, clltlc otfas mu-
chas cosas, a los riexos causales de la incorporación cle sociedades al
sistema; a los nexos cohesivos que permitieron qtlc, Llna vez incorpo-
radas, se mantuviéran permanentemente relacionadas entre sí, y a los
nexo§ estn¡cturales, que hicieron que cada una de ellas arliculara su
acción en la complejidad del sistema como uno de strs comPonentes.
Ho'mbres, tiemPos Y esPucir'ts
¿A qué realidad concreta ticne que enffentarse el estudioso que l)re-
tencla aborclar el problema desde el punto de vista te<irico? A una rea-
lidad muy cornpleja, ranto por la diversidad cle las socieclades qr-re crea-
ron este proceso histórico milenario, como por los cliferentes caminos
que siguieron en su devenir; por las proporcioues cle su transforma-
ción social y política, y por la magnitud de la temporalidacl y el territo-
rio cle la supérárea. Como lo señalara Kirchhoff, la diversiclacl de los
pueblos meioamericanos arranca cle su origen mismo: arriltar<¡n al te-
iritorio estudiaclo en tnuy clif'erentes épocas, y ltablaban rr.ruy clistintes
lenguas. En ef'ecto, los ntesoanrerican<¡s ¡>rrcclen ser agftrllaclcl.s en 16
farnilias lingüísticas, algunas de ellas con numerosos c()mPoflentes y
otras, en carnbio, con apenas ttna lengtta:
1. Hokano-coahuilteca (teqtristlateco o chontal de Oaxaca)'
2. Chinanteca (chinar-¡teco).
J. Otopame (otomí, rnazahuu, matlatzinca, <>cuiltcco y lllatlallle).
4. Oaxaqueña (zapoteco, mixteco, {fiazateco, chatino, papabuco, crri-
cateco, trique, amuzgo, popoloca e ixcateco)'
5. Mangueña (chiapaneco, chorotega, dirián, rrraribio, oritiña y na-
granda).6. Huave (huave).
7. Tlapaneca (tlapancco y subtiaba).8.'Totonaca (totonaco y tepehtra).
9. Mixc (lnixc., z()que y pop<lh.rca).
lO.Mtytr (huastecc>, cot(xlue, l¡layx yt¡catcco, laclntltitr, ttropíttt, chol,
. cl-r<intal, tzt:ltal, t7.olzil, t.,itll:rllal, rlaru, clttti, l<a¡it>l>11, l<ckc[í, p6-
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tAS GI{ANDI.:S DIfISIONES
konchí, ixil, quiché, cakchiquel, pckomam, rabinal, tzutuhil, agr.ra-
cateca, chortí, etcétera).ll.Yutoazteca (cora, huichol, tecual, huaynamota, teúI, náhuatl, po-
chuteco, pipil y nicarao).l2.Tarasca (tarasco).
73. Cuitlateca (cuitlateco).l4.Lenca (lenca)./ 5. Xinca (xinca).
-16. Misr-rmalpa (matagalpa y cacaopera).
Gracias a los estr-rdios glotocronológicos que iniciara Mauricio Swa-
desh y a las actuales investigaciones de Leonardo Manrique, hoy es
posible aproximarse al difícil problema de la progresiva penetraciónde las corrientes lingüísticas al territorio mesoamericano. Con el trans-cr¡rso de los siglos, estos pueblos de tan distinto origen fueron capa-
ces de crear una unidad cultural fundada en torno al cultivo del naí2.En efecto, los primeros mesoamericanos se identiñcan como pueblosaglicultores, descendientes de los nómadas recolectores-cazadores que
habían habitado el mismo territorio durante milenios. Como anterior-mente se comentó, los antepasados nómadas habían domesticado y
cr.rltivaclo, entre otras plantas, el maí2, el frijol, la calabaza y el cl-rile.
llsta invalr-rable herencia constituyó Ia base de la alimentación lllesoa-rurcrican:r. Los agricultores, colno cr-¡ltivadores de dichas plantas, puclie-ron desarrollar r¡na tradición colnpaftida, independiente cle influenciasr:xtrltc()nlincr-rtlles, h:rsta el siglo xvt. Estos ck>s grandes hitos históricos
-sgclg¡¡¿¡i5rno agrícola e irrupción europea- son los linites tempo-
rales cle Mesoarnérica, que se inicia hacia 2500 aC para desaparecercorno traclición cultr,rral autónoma a partir de 1521 dC.
Los lírhites gspaciales de Mesoamérica, como es obvio, variaron conel paso del tierñpo. Tal como lo planteara Kirchhoff, en el momentode la Conquista iban aproximadamente de los 25o a los 10o latitudnorte, y de mar a mar en la mayor parte de su extensión. El territorioasí acotado incluye valles fríos y elevados, bosques tropicales y lluvio-sos, arnplias planicies costeras, llanuras extensas, tierras áridas Llnas yotras ricas en corrientes y depósitos de agua. En este hábitat tan clis-
par, los mes<¡americarros perfeccionaron sus técnicas de subsistencia y
clcsarrollaron fbrmas de organización,.instituciones políticas y concep-cir,¡r.lcs clcl cosmos propias. 'foclo cst'o aconteció a l<l largo cle unasccuencia ev<-¡lutiva que paltió clcl nivel de los agricultores primitivos
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66 LAS CRANDES DIVISIONES
que habitaban caseríos dispersos y se regían por normas igualitarias,para que mucltos de ellos llegaran a integralr sociedacles §Llmamente
estratificadas qlle construyeron ciudades im¡tresionantes y formaronestados poderosos. Paradójicamente, y como se vetá más adelante, la
diversidad geográfrca y la humana fueron factores muy impofiantes enla constrr-rcción de esta tradición común.
En resurnen, la deñnición de Mesoamérica debe partir de tres ele-mentos entrelazados: a) un patrón de subsistencia basado principal-mente en las técnicas del cultivo del maíz; b) ona tradición compartidacreacla por los agrictrltores en el territorio estucliado,y c)una historia,tarnbién común, que hizo posible que dicha tradición de agrictrltoresse fuera formando y transformando a lo largo de los siglos.
Por tradición podemos entender un acelvo intelectual creado, com-partido, transmitido y modiñcado socialmente, compt¡esto por repre-sent¿rciones y formas de acción, en el cual se desarrollan ideas y pau-tas cle c<>nclucta con que los miembros de una sociedacl hacen frenteindividual o colectivamente, de manera mental o exteriorizada, a las
clistintas situaciones que se les presentan en la vida. No se trata, portanto, cle Lln rnero conjllnto cristalizado y uniforme de expresiones so-
ciales que se transmite de generación en generación, sino de la fbrmapropia que tiene una sociedad para responcler intelectualmente antecualquier circunstancia. Los elementos cle una tradición van desde losquc integran un núcleo cluro (no intnune a la transformación histórica,pero muy resistente al cambio) hasta los más mr.rtables, pasando porlos c¡-re tienen ritrnos intemredios de evolución. A partir cle los ele-l.nentos nucleares se geñera y estrllctura continuamente el resto <lel
acervo traclicional.Cabc aclvertir que los elementos nlrcleares cle la tradición lresoa[te-
ricana fireron prod.Llcto de las fc»mas de vicla que generó el sedenta-rismcl agrícola, sin que esto menoscabe el valor de la herencia culturalde los pueblos nómadas antecesores. Sobre este núcleo duro, primarioy cornún a los cultivadores de maí2, se desarrollaron las tradiciones lo-cales meso¿rmericanas y a él se fueron superponiendc¡ las estructurascle pensamiento producidas a lo largo cle la historia. Por ello, pese a
los contrastes regionales y a las transformaciones que implicaban las
cliferencias de desarrollo social, político y económico, las sociedadesdc Me.soamérica establecían el cliálogo con base en el contenido c<¡-
rlún clc sus respectivas traclicioncs particular;-:.s, cotrtcnicl<) que, PorsL¡J)uc.st(), sc refbrzai>a cn la comltnicación.
. LAS CI{ANDES DIVISIONES 67
En consecuencia,la unidad mesoamericana no implica necesariamen-te Ia existencia de rasgos culturales comunes, ni deriva de r¡na evolu-ción paralela de f<rrmas de organización. Dicha r.rnidad clescansa, másbien, en una historia compartida por sociedades de desigual graclo decomplejidad; en un desarrollo ñncado en muy intensas relaciones qr.re
convirtieron a este conjunto heterogéneo de pueblos en coproducto-res cle un sustrato cultural. Con lo anterior, aclaremos que los nexosque originaban la coproducción cultural no fueron siempre cle la mis-ma naturaleza, ni se dieron por igual en toclos los rincones de la supe-rárea ni, Llna vez estal>lecidos, se mantuvier<¡n dc mancr'¿t unifolme ypelmanente. Muy por c'l contftrrio, cstos ¡lexos sr¡fl'ieron l<¡s vaivenesde los grandes procesos históricos.
Puede afirmarse que buena parre de los elernentos comunes de l<>
mesoarneric¿rno, de los cornponentes del núcleo cluro de la traclición, se
crearon y fortalecieron durante los 13 siglos de cluración del periocl<-r
conocido como Preclásico Temprano, qr¡e ¿lrrltrlca clescle el inici<t cle lavida sedentaria agrícola hasta el nacimiento de las primeras sc¡ciedadesjerarquizadas. Las técnicas de producción que se desan-ollaron posterior-mente, las formas de organización farniliar, la cosmovisión y la religiónhunden sus raíces en el lejano pensarniento de los primeros aldeanos.
Sobre esta base mesoamericana se levantaron las tracliciones localesy regionales, clerivadas de particularidades ecológicas, étnicas, culturalese históricas propias de radios nrás reducid<:.s. Y sol¡re las traclicicxres lo-cales y regionales se extendieron fuerzas de r¡tra naturaleza, aLulque nlle-valnente generalizadoras. [.'ueron las clc los "protagonistus", sociedeclesque por distintos motivos tuvieron una influe¡rcia decisiva er-r épocas de-terminadas y sobre arnplias extensiones de Mesoamérica. Míts adelante se
analizarin, en capítulos especíñcos, las caracl"erísticas cle la acciórr "pro-tagónica", globalizadora, de olmecas, tcotihuacanos, toltecas y mexices.l)esde ahora hay que adverti¡ sin enrbargo, que los caml>ios l-ristór'icosproducido.s por sll intervención no sólo fueron obra suya, ¡rlres nrtrclt<r
correspondió a la manera en que los otros actores cle la historia reci-bieron, asimilaron, rechazaron o imitaron la influencia de estos hombres.
La historia de Mesoarnérica se teje, pues, coll trt:s hilos: l<¡ rl)esoa-mericano (procü-rcto de la gran tradición básic¿), lo local-regional y laacción globalizadora de los "protagonistas". La última es consiclerada,sin más, corno l¡na fuerza unifbrlnaclora, Sin erll;argcl, es rteccsario nta-tizar el calificativo. Es verclacl quc ohnecas, tecltihuucan()s, t()lteca.s ymexic¿ts clifi¡¡'rclieron bicncs, crec'ncirs, instituciorrcs, con<¡cilnie¡ltos, cs-
f,68 I-AS GITANDES DIVISIONES
tilos y moclas; pero también implantaron sistemas, y no siempre para
establecer relaciones simétricas sobre los ptreblos incluiclos en stl radio
cle influencia. En muchos casos no propiciaron el desarrollo del rnocle-
Io <lel que ellos eran el prototipo, y además i¡rhibieron con su acción
la potencialidad económica y cfeativa de los afectados. Su globalización
produjo con frecuencia un tipo de mesoamericanización que propicia-
La no sólo semejanzas, sino diferencias. Las sociedades que ingresaban
en sus sistemas tenían que responder a los papeles especíñcos que les
correspondían en el orden introducido.El problema de Ia complejidad histórica desemboca forzosamente
en la división cronológica de Mesoarnérica. Toda periodización es un
modelo de transformación histórica, fundado en un criterio de clasifi'
cación de las sociedacies que obedece a una forma dada de concebir la
historia. Un estudio general de las periodizaciones de que ha sido ob-
jeto Mesoaméricaharía necesario un amplio espacio. En efecto, incon'
tables investigadores se han dado a la tarea de plantear teóricamente
el problerna, a partir de tc¡cl<-¡ tipo de corrientes filosóficas, y han des'
arrollado esquemas sugerentes. Estamos conscientes de la inlusticia de
mencionar entre ellos sólo a Spinden, Vaillant, Steward, Vivó, Ekholm,
Armillas, Caso, Bernal, Olivé Negrete, lülilley, Piña Chan, Sanders, Pri'
ce, Matos, Nalcla y Bate, y más aún de no escribir unas líneas sobre
cacia propuesta teórica y concreta. No hay, por ahora, posibilidad de
dedicar una atención mayor al problema.Al menos plantearetnos una disyuntiva preocupante derivada de los
razonamientos arriba expttestos. Un criterio basado en et desarrollo
evolutivo llevaría a una división cronológica por áreas culturales que,
al ser integrado en una visión general de Mesoamérica, ofrecería des'
fases considerables. Por el contrario, un criterio de carácter histórico
global permitiría.uniformar los periodos, pero exigiria formas novedo-
sas de interpretación histórica tanto de la superárea como de sus áreas
constitutivas. Aunque nos inclinamos por Ia segunda opción, debemos
ser muy realistas: ambos criterios (el cultural-evolutivo y el histórico)
fian sido frecuentemente mezclados, prevaleciendo una división que,
pese a sus desajustes y a las críticas sobre su fundamento teórico y su
ierminología, se ha converticlo desde hace tiempo en un importante
vehículo de contunicación entre los especialistas.
A reserva de destinar al problema un espacio adicional en nuesuo
último capítulo, nos atenernos aqrrí a lrt periodización rnás popular.
Ésta es la qtre sigue las tres divisiones básicas llamadas Preclásico, Clá'
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I-AS GITANI)ES DIVISIONES
; tbo y Posciásico. Lo hacemos más por conveniencia y costumbre qlle
'i por convicción, pero sin atribuir a esta clasificación un sentido cvolu-tivo unilineal, ni caracteres compaúiclos cn un mism<t ntomerlto portodas las sociedades de Mesoamérica. Esta conocicla clasificación cliv!de el tiempo mesoamericano en grandes periocicts, cuyos límites cro-hológicos, sub<livisiones y nomenclatura varían considerablemente no
de un área a otra, sino de autor a autor. Aunque nos referiremosfDrr nLás detalle a la división temporal en los capítulos correspondien-
describimos a continuación las características y lÍmites cronológi-aproximados de cada periodo:
Predásico (2500 aC-200 dC). Reconociendo las variantes cle cada área,
puede dividirse en Temprano (2500 aC-1200 aC), Medio (1200 aC-
{00 aC) y Tardío (400 aC-200 dC). Inicio del sedentarismo agrÍcola yde la cerámica. Incremento demográfico constante, paralelo al des-
de las técnicas agrícolas. Paulatino dominio cle los sistemascontrol de aguas. Perfeccionamiento cle la cerámica. l.argo re-
aorrido desde las socieclades igualitarias hasta las jerarquizadas. Es-
lalizacióo del trabajo. Sitios que van de los caseríos y aldeas ori-les a las capitales protourbanas clerivadas de centros regionales
un principio es importante el intercambio cle bienes, qr,re lle-al establecimiento de largas rutas comerciales. Gran importanciaIa talla de piedra, del jade pulimentado a la esculttrra monumen-Al ñnal del Preclásico algunos pueblos mesoamericarjos posecncalendario y una escritura complejos, y llegan al gigantismo er-
ite«ónico.1.a. Protoclásico. Algunos autores usan este término corno sinó-
de Preclásico Tardío (400 aC-200 clC) y otros lo iclentiñcansu segunda mitad (100 aC-200 dC). Es fiecuente encontrar en
clasificacione.s este periodo intermedio, transicional, entre el Pre-ico y el Clásico. Se lo identifica como el tiernpo en que se sien-las bases del desarollo cultural y polÍtico del Clásico. Algunos
consideran que en esta época se practica una agriculturaiva que permite un crecimiento rápido de la población. Másy sitios más grandes. Rivalidades y conflictos bélicos entre los
regionales que posiblemente contribuyeron a crear formasdesarrolladas cle organización política. Complejiclacl socioeco-
creciente. Arquitectura monumerrtal, c¡,re llega en ca.sos al
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Sr: emplean en lugares específicos el calenclario, la es-
LAS GRANDI'S DIVISÍONI]S
critllra y la numeración complefos. Pteferir¡ros no considerar el Pro-
toclásico como base de división capitular. Su información está com-
prenclicla cn los capítulos que se refieren al Preclásico.Clásico QOO dC-650/900 dC). lleconociendo las variantes de las dis-
tintas áreas, puede diviclirse en Temprano (200 dC-650/75O dC) y
Tardío (650/750 clC'900 dC). Diferenciación campo-ciuclad; en el
campo se produce el grueso de los bienes de subsistencia, mientras
que en la ciurdad se concentran las actividades artesanales, adminis-
trativas (políticas y religiosas) y los servicigs. Se caracteriza por la
f<¡rm¿rción de las grandes tracticiones regionales. Incremenio notable
de la población, que produce grandes concentraciones. Desarrollo de
las técnicas de agricultr.rra intensiva capaces de sustentar a dicha. po-
blación nLlmerosa. Metalurgia al final del periodo, reducida a regiones
muy limita<las y sin r-rna vercladera impofiancia económica. Notable
<liferenciación social. Gran especializaciÓn ocupacional. consolidacióncle las elites en el gobierno, con control político e ideológico general.
Institución religiosa incluida en las esferas gubernamentales. Comer-
cio a larga ciistancia, organizado en redes complejas que influyenconsiclerablemente en las economías y políticas locales y regionales.
Las grandes capitales controlan las ciudades de su región y extien-clen sr: inflrrencia al exterior. Surgimiento de potencias políticas, iden-
tificaclas con las ciudades más importantes. Urbanismo desarrollado,con planiñcación rigurosa; complejos arquitectónicos tnasivos, algu-
nos con clecoración profusa. Guerras fiecLlentes. Esplendor clel ca-
lcnclario, la cscritttr'.t, la nutneración y la astronomía. Fl<¡rccirnientoespectacular de las arles. Panteón cristalizado. Al final, muchas cle
las glanclcs capitales dcl Clásico cleclinan y se colapsan.2.ct. Epiclásico. Algunos aL¡tores usan este térrnino colno sinóni-
mo clel C!ásico Tarclío (650/750 dC-900/1000 dC) y otros lo iclentifi-
can con sü'§egun<1a rnitad (859 dC-1000 dC). Es común encontrar en
las clasificaciones un periodo intermedio, transicional, entre el Clásico
y el Posclásico. Se caracterizapor el ar:ge de ciudades que se bene-
ñcian con el colapso de las grandes capitales clásicas. Las redes de
comercio se fragmentan y se establece una impofiante competencia
regional. Los centros de poder se ubican en sitios elegidos estratég!camente. Arqtritectura y urbanisrno defensivos. Sociedades con mar-
cada pluraliclad étnica. Integración cle tradicir¡nes regiotrales diversas
cn nl¡cvas formas cr-rlturales. Hetn<¡s t<¡mado en cLlenta este periodo
llpiclírsico y dcstinaclo a su exposición algr-rnos capítr-rk>s cle este libro
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iros no considerarir-r infr¡rrnación estáI)reclá.sico. ,
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' (200 dc-650/750)n campo-cir-rdad¡rle subsistencia,<les artesanales,os. Se caracteriza;ilcs. Incretncntontracic-¡nes. Dede sustentar a
iodo, redr,rcida a
rcia económica.r-rpacional. Conico c ideológicou l;ername ntales.corr-rplejas qr,re iicas lc;cales y regir dc su región yI x )tcflcias políticas,: lrbanisrno desa'r'Lórric<-rs ltt:tsivos,ntcs. Esplendor clel
ixr¡lor1lí:r. Irk>reciir¡. Al linal, rlr-rclra§;
;c col¡psau. i
I térnrino como sir dC) y otros lo i
lls común encontñr:¡ic'ional, entre elciudades que se
s clásicas. Las redesrnpoÍitntL'com;iticls ek:gidos est,:;. Sociedades con)ncs regi()nales dirn ( Llcrllll este
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DEL NOR'TE
ESPLEI'{DORMAYA
PRESENCIA
OI.lvfIlCA
PRESENCTA I
T'EOTIHUACANA I
PODERIOD[ MONTE
ALBÁN
CHIC}{IMECAS
lopunÍo »nTEOTIHIJACAN
GIGANTISMOARQUITECTÓNICO
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ór0 DESAITROLLO DE I
u L n¡t>tctóN I
¡\IAYA I
SURGIMIENTO DEL iJRBANISMOI
GTGANTISMO Ipscrurune c<¡tt¡pLEJA y CUENTA I-ARGAARQUITECTONICO I
RIVALIDADES ENTRE LOS CENTROSdC
aCREGIONALES
PRIMERANO'TACIÓNCAIENDÁItICA
PRESENCIA OLMECAOLMECASDEI,
GOLF'O
Cu¡nno t.z. Los periodos mesc¡americanos
GOLF'O
coNQUlS'rAS MEXICAS
RtsINOS MIXTECOS
PRESENCIA TOLTECA
SUITGIMIEN'I'O DE LAS SOCIEDADES JIlITAIIQUIZADAS
SEÑORÍOSINDEPENDIEN'TLS
PRESENCIATOLTECA
sP¡Jfñ
PR!-SENCTA
TEOTIHUACANA
AI]ANDONO
AVANCE DE LOSAGItICULTOIttrS
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oVIDA DE
AGRICT]LTORES
EN'ITRRITORIO
COMPARTIDO CON
RUCOt.ltcloRES-CAZADOIiES
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DESABROLLODE LAS SOCIEDADES
ALDEANAS IGUALITARIAS
; capítulos de este
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LAS CI{ANDES DIVISIONES 7I
3. Posclásico (900/1000 dC-1520 dC). Iieconociendo las variantes delas clistintas áreas, puede dividirse en Ternprano (900 dC-1200 dC) yTardío (i200 dC-1520 dC). Movilidad de los grL¡pos ht¡manos. Re-
tracción de la frontera norte. Tras el abandono del área Norte porlos agricultores, contingentes de éstos y de recolectores-cazadorespenetran en Mesoamérica. Amplia difusión de elementos culturales.Desarrollo de la metalurgia con la elaboración cle obietos de oro,plata y cobre. Gran distribución de mercancías por toda la superá-rea y hac,a Oasisamérica. Inestabilidacl política, con strrgimiento ycaída súbita cle'éstaclos agresivos. Militerismo. llxpan.siones por con-quistír. Tributación cle los venciclos. Urbanisrno y ar¡rritcctr¡ra cle ca-rácter defensivo. Nuevas formas de culto en Llna religión que ad-quiere fuertes tintes bélicos y políticos. Incrernent<> consiclerable delsacrificio hurnano. Aumenta en imporlancia la arqr.ritectt¡ra civil. Altebélico y con referencias a la muerte y el sacrificio. Ill ñr-r del Posclá-sico -y de Mesoamérica- es prodllcto de la c<>nquista española.Como podrá verse, la fecha de 1521 que aparece como lírnite c«:¡-
rresponde a la realidacl mexica. El últirno rincón dc Mesoamérica n«¡
colonizada, Tayasal, subsistió libre hasta 1697.
En lo que toca al aspecto territorial, Mesoamérica -como
tocla su-perárea cultr-rral- cambió de dimensi<>nes clurante su existencia. La
tradición cle los agricultores fue extendiéndose gracL¡ah.nente por t<>cla
la zon'¡ en que las aguas cle temporal garantizaban las cosechas. Des-pr"rés, cn el plimcr siglo clc nt¡cstra cra, clonrir.r:rcllrs llrs téc'nicus clc rc-gadío y aprovechando las condiciones clir-¡ráticas favorables, los agri-cultores avzrnzarofi hacia el norte para alcanzar clurantc el Clírsico susposicioncs más .scptentric>¡ralcs. Al parccer, fr.¡c t¡r¡ ¡rr<>longaclo ticml>i.rde seqtrías lo clue provocó qlle se replegaran nlrevanrcrlte hasta sus
antiguos dominios, hacia el año 1000, y así ftre como Kirchh-off, altomar como límites de Mesoarnérica los existentes en el tienrpo de laConquista, no consideró esta arnplísirna faja qtre se prolongal¡a 250km hacia el norte, y que constituyó el área Norte.
En su totalidad, Mesoarnérica incluyó la r¡ritacl rnericlional cle Méxi-co, todo Guatemala, tselize y El Salvaclor, la parte occiclentul cle l{on-duras, la costa pacífica de Nicaragua y cl noroc.ste cle C()sta llica. St¡s
fronteras tienen característic¿rs muy particulares. La nor<;cciclental llegahasta el territorio de puel;los agricultores, tanto scrranos col¡-lo coste-ños, que forman una franja de traclición internreclia entrc Mesoan.rérica
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M¡r,¡ 1.r4. El Sureste
LAS CRANI)I]S DIV¡SIONI.]S
y Oasisarnérica, por lo que la precisión se hace sllllilmente clifícil. Las€rptentrional es la rnás variable de toclas, debidr> a la avanz-acla y el rc-pliegue menci<>nados, entre el siglo r y el x dC; en el ticurpo dc su ma-yor extensión se encontraban imbricadas en ella socicclacles cle reco-lectores-cazadores y de agricultores sedentarios. Al sL¡reste, donde lafrontera mesoamericarra era más firme que la anterior, se lindaba conpueblos también agricultores, cultivadores de maí2, pero cr.rya tradi-ción pertenecía a ofra superárea: la chibcha.
La superárea rnesoa¡nericana ha siclo diviclicla aqr,rí en seis áreas, ca-racterizadas por sLrs particulariclacles ya históricas, y..r étnicas, ya lin-güísticas, ya geográficas, generacl<¡ras de peculiariclaclc.s cr-¡lturales im-portantes. Estas seis áreas son:
l.Occiclente. Comprende total o parcialnrente ten'it()rios cle los ac-tuales estados de Sinaloa, Nayarit, Jalisc<t, C<tlima, Miclt<>acírn yGtrerrcr«,l.
2. Nofie. Comprende total o parcialnente territol'i()s de los actr-lalesestado.s de Durango, Zacatecas, San Luis Pot<>sí, T'arnar-rlipas, Jalis-co, Aguascalientes, Guanajuato y Querétaro.
3. Centro cle México. Contprende total o parcialmente territori<>s cle' los actuales estados de Hidalgo, México, Tlaxcala, Morel<>s y Pue-
bla, y el Distrito Federal.4.Oaxaca. Sus dirnensionc-s casi coinciden cr>n las clcl actr.lal estaclo
de Oaxaca, aunque comprende parte 61e los territorios colinclantesde Gr¡errero, Puebla y Veracrr"rz.
5. Golfo. Comprencle total o parciahnente territorios de los ¿rctualesestaclos cle Tamatrlipas, San Luis l)otosí, Hiclalg<t, Veracnrz, l)ueltllry'lhbasco.
6. Sureste. Cornprencle total o parciah.nente territol'ios cle l<>s actualesestados de Tabasco, Chiapas, Carnpeche, Yucatán y Quintana ltoo,y los países centroamericanos de Guaternala, Belize, El Salvador,Honduras, Nicaragua y Costa Rica.
Como puede suponerse, los lírnites entre e.stas irrcas cr¡ltl¡rales nofueron sienrpre los misrnos, ptres las regi<trre.s qtre las ir.rtcgraltan p<>dían pasar de un escenario histórico-cultural a otr() el1 una épocadada. Sin ct.trbarg<>, la clivisi<ln global cs útil c<lrur¡ iltstl'r-lr)cnt() cl¿rsifl-catorio de r,¡na realidacl tan extensa y tan variacla.