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118 abemos que en el origen de los Museos Técnicos, fue el estu- dio, salvaguardia y conservación de máquinas, herramientas y utensilios de producción, uno de sus objetivos, es decir, el estu- dio riguroso y científico de los bienes muebles de la industria y la técnica. Así, el origen del Conservatoire des Arts et Métiers de París, primer museo técnico del mundo, se encuentra en la peti- ción del Abad Grégoire, en 1794, de crear un “depôt public de machines, modèles, outils, dessins, descriptions et livres de tous genres darts et métiers” 1 . Esta sensibilización hacia la cultura ma- terial y conservación de bienes muebles de nuestro pasado in- dustrial, de gran desarrollo en el siglo XIX, fue ampliándose, a partir de los años cincuenta de nuestro siglo XX, hacia las cons- trucciones propiamente dichas. De esta forma, los primeros tex- tos escritos en defensa del patrimonio arquitectónico industrial surgieron en los años posteriores a la segunda guerra mundial, motivados por la destrucción de un gran número de edificios in- dustriales. Desde ese momento, se fue cada vez más consciente Inmaculada Aguilar Civera Presidenta de la AVAI El patrimonio arquitectónico industrial. Una reflexión a partir de la actividad valenciana S

El patrimonio arquitectónico industrial

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abemos que en el origen de los Museos Técnicos, fue el estu-dio, salvaguardia y conservación de máquinas, herramientas yutensilios de producción, uno de sus objetivos, es decir, el estu-dio riguroso y científico de los bienes muebles de la industria y latécnica. Así, el origen del Conservatoire des Arts et Métiers deParís, primer museo técnico del mundo, se encuentra en la peti-ción del Abad Grégoire, en 1794, de crear un “depôt public demachines, modèles, outils, dessins, descriptions et livres de tousgenres darts et métiers”1. Esta sensibilización hacia la cultura ma-terial y conservación de bienes muebles de nuestro pasado in-dustrial, de gran desarrollo en el siglo XIX, fue ampliándose, apartir de los años cincuenta de nuestro siglo XX, hacia las cons-trucciones propiamente dichas. De esta forma, los primeros tex-tos escritos en defensa del patrimonio arquitectónico industrialsurgieron en los años posteriores a la segunda guerra mundial,motivados por la destrucción de un gran número de edificios in-dustriales. Desde ese momento, se fue cada vez más consciente

Inmaculada Aguilar Civera

Presidenta de la AVAI

El patrimonio arquitectónico industrial.

Una reflexión a partir de laactividad valenciana

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del peligro y degradación que este patrimonio estabasufriendo ante el gran desarrollo de urbanización delas ciudades, ante la presión inmobiliaria, ante la crisiseconómica y la reconversión de las propias industrias

Es a partir de esta concienciación, que nacen los pri-meros centros pioneros2 en el estudio, difusión y re-cuperación del Patrimonio Industrial, que se concibe ydefine la nueva disciplina Arqueología Industrial, quesurgen las primeras Asociaciones, Congresos e iniciati-vas en defensa de este patrimonio. La revalorizacióndel patrimonio industrial es, por lo tanto, consecuen-cia de una nueva sensibilidad hacia la conservación y larecuperación de los restos de un pasado industrial. Es-ta nueva actitud está en íntima relación y en el origende la nueva disciplina llamada Arqueología Industrial.Esta disciplina debería orientar la realización de traba-jos de estudio y asesorar a la administración sobre suprotección así como sobre sus potencialidades cultu-rales y educativas.

Hoy en día, el valor cultural e histórico de estos edifi-cios está, en principio, fuera de toda duda. Su conser-vación como testimonio de un pasado industrial, deun momento histórico determinado, desde un puntode vista global, es decir, el de un edificio que albergaun conjunto de máquinas o un sistema de produccióno una actividad comercial, dentro de un entorno de-terminado, es un tema del que se es consciente. Pero,a pesar de ese interés creciente todavía falta una sen-sibilización de la opinión pública, falta un programa es-pecífico y sobre todo criterios para la conservación ypara la rehabilitación de este patrimonio, falta una for-mación especializada por parte de quienes van a inter-venir en este tipo de acciones. Y por último, falta unalegislación específica para la protección de este patri-monio, tanto a nivel estatal como autonómico. Unavaloración general de lo que se ha ido realizando enEspaña desde la década de los ochenta, no podemosdecir que sea realmente positiva.

Debido a la precariedad legislativa sobre protecciónde estos edificios, nos encontramos en la actualidaden una situación ambigua e incoherente. Existe unafuerte implicación de ciertos colectivos en Asociacio-nes y Universidad, que estudian, catalogan, inventaríany difunden este patrimonio. Frente ellos, la imparablepresión inmobiliaria, que derriba sistemáticamentecomplejos industriales, la falta de sensibilidad de lasadministraciones públicas y la falta de criterios en losartífices de muchas intervenciones o rehabilitacionesque se están realizando.

En concreto en la Comunidad Valenciana, la situaciónsobre el patrimonio arquitectónico industrial se eviden-cia en estos frentes señalados. En primer lugar, entrelos estudios e inventarios realizados hasta el momentodebemos reseñar las Actas al primer y segundo con-greso de arqueología industrial celebrados en Alcoy3

(1990) y Sagunto4 (1994). Con anterioridad debemosseñalar los primeros trabajos realizados sobre el temaen la Comunidad Valenciana como el libro de R. Aracil,M.Cerda y M. Garcia Bonafé sobre Alcoy5, mis prime-ros trabajos en torno a la arquitectura industrial6, o las

Jornadas sobre teoría y métodos de la Arqueología In-dustrial celebradas en Alcoy en 19897. Debemos tam-bién contar con los estudios referentes a las distintas ti-pologías arquitectónicas industr iales tales comoalmacenes8, puentes9, estaciones10, complejos indus-triales11, etc. La última aportación es la publicación dela Enciclopedia Valenciana de Arqueología Indus-trial12. En cuanto al inventario, su estado es realmen-te precario, iniciado con el eje Alcoy-Onteniente, si-guió la Ribera baja13 y Manises14. En la actualidad seestá realizando el de Valencia y sus alrededores15. Co-mo inventario temático se realizó el de puentes metáli-cos16. A la sombra de gran parte de estos trabajos seencuentra la Associació Valenciana dArqueologia In-dustrial fundada en 1990, con determinadas actividadesen seminarios, congresos, publicaciones17.

En nuestra Comunidad no es nuevo comentar que noexiste una legislación adecuada al Patrimonio Industrialen la actualidad, teniéndose que acoger a la normativageneral que existe sobre patrimonio histórico. En esesentido deberíamos siempre tener en cuenta que elar tículo 46 de la Constitución impone a los poderespúblicos el deber de garantizar la conservación y pro-mover el enriquecimiento del patrimonio histórico; sientendemos este patrimonio como aquellos bienesque tienen un valor cultural en tanto que manifesta-ciones de una cultura material, el patrimonio industriales, sin duda, una parte de este patrimonio histórico ycomo tal se debe proteger. En el anteproyecto de leydel 14/2/95 la única indicación que podría encauzar al-gunos de estos bienes se encuentra en la primera delas disposiciones transitorias en la que se hace referen-cia a la remisión de bienes etnológicos18. La única po-sibilidad de protección se encuentra en su declaracióncomo B.I.C. Sin embargo esta posibilidad no se ha vis-to reflejada en la práctica. En la actualidad entre losB.I.C. declarados en el ámbitoterritorial de la Comuni-dad valenciana sólo podemos contar con la Estacióndel Norte, el Molí de la Reixa en Onda o el sindicatoarrocero de Alfafar y entre los incoados el MercadoCentral, el Mercado de Colon o el Molino aceitero deCervera del Maestre.

Sin embargo debemos apuntar algunas de las activida-des que se están realizando en el seno de la DirecciónGeneral de Patrimonio como es el caso de la rehabili-tación del Horno Alto nº 2 de la desmantelada indus-tria siderúrgica de Sagunto. Para ello se gestionó lacreación de la “Fundación para la Protección del Patri-monio Histórico-Industrial de Sagunto” que fue regis-trada el 12 de febrero de 1996 y que tiene por obje-to, de acuerdo con el ar tículo 2 de sus estatutos“estudiar, conservar, difundir y llenar de contenido losconocimientos, los recuerdos, los sonidos, los objetosmateriales, las imágenes y cualquier otro elementoque configuró y organizó las actividades de origen si-derúrgico que han tenido en el Puerto de Sagunto enel siglo XX”. En estos momentos ya está aprobado elproyecto de rehabilitación del Horno Alto y se hapuesto en marcha la creación de un Museo de la in-dustrialización que recogerá así mismo el archivo deesta empresa. Pendientes de su rehabilitación se en-cuentran entre otros los antiguos mataderos del Pa-

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seo de la Pechina y del Cabañal (Valencia), la nave em-botelladora de la fábrica de cervezas El Aguila del Ca-bañal, temiéndose su lenta ruina. A su vez, el Ayunta-miento de Valencia está llevando a cabo algunasrehabilitaciones en edificios que en su momento fue-ron protegidos en su Catálogo monumental del PlanGeneral de Ordenación Urbana como la fábrica de hi-lados de seda, llamada la Batifora reconvertida en poli-deportivo con piscina, el Mercado de Abastos en Insti-tuto de enseñanza media, la vieja serrería de la calleDoctor Chiarri en pequeño polideportivo, la estacióndel trenet (Valencia) como oficina de información delMetro. Quedan muchas obras pendientes, como elcomplejo ferroviario de la estación de Marchalenes, lafábrica de Bombas Ceyda o antiguos talleres Gens, elalmacén de abonos de la calle Islas Canarias, la antiguaLonja de pescado, los docks comerciales del Puerto, lacentral hidroeléctrica española, el Mercado de Colón,por citar algunos de los que están protegidos. Tam-bién se ha solicitado la declaración de B.I.C. para lasnaves de la fábrica Cross (Valencia) y para el palacetede la fábrica de mosaicos Nolla (Meliana).

Frente a estos estudios, inventarios o rehabilitaciones laactividad arquitectónica y urbanizadora lleva otros de-rroteros. Podemos encontrarnos con ejemplos de lomas dispares: derribos improcedentes como el caso delos talleres Genovois en la calle Islas Canarias, los talle-res Devis-Noguera en el antiguo camino de Barcelona,las fábricas de muebles de Mariano García o de Ventu-ra Feliú en la calle Nicolas Factor, por citar los más re-

cientes, pues la lista de derribos anteriores es realmen-te exhaustiva: estación central de Aragón, conjuntoobrero de la calle General Pando, las antiguas fábricasde seda alrededor de la plaza de la Bocha, el conjuntofabril de la calle serrería, entre algunas de la ciudad deValencia. Incluso a veces no hace falta llegar a una peti-ción de derribo, pues el tiempo, el desuso, la dejadez,el hurto de materiales, va dinamitando de forma irre-cuperable estos edificios, como ha ocurrido en las na-ves de madera de la fábrica Cross, en la fábrica de ce-rámica La Ceramo, la estación de Benalúa enAlicante,... por no citar las numerosas fábricas hidroe-léctricas que se encuentran en nuestro entorno rural.O bien, la tímida y precaria solución de mantener la fa-chada derribando el resto de la edificación como es elcaso de la magnífica fábrica de Aceites Casanova, parala construcción de viviendas de protección oficial. A suvez, se han realizado muchas rehabilitaciones, general-mente a cargo de distintas Consejerías (Cultura y Edu-cación, Sanidad y Turismo) o Ayuntamientos como lade la estación de Bocairente en hotel, la de Gandía enbiblioteca infantil, l fábrica textil Giner de Morella enhotel, la fábrica textil Bernabeu de Alcoy en centro desalud, la fábrica textil Terol de Alcoy en supermercado(Mercadona), el antiguo edificio de Papeleras ReunidasS. A. (Alcoy). ha sido reutilizado por la Asociación dela Industria Textil de Alcoy y el Centro de Empresa einnovación, la fábrica de alpargatas de Elche en escuelapública (El Candalix), el almacén de naranjas de JoséRibera en Carcagente en local para bodas, etc. Las in-tervenciones son realmente diversas, en unas se man-tiene el espacio interior y son concebidas como puroscontenedores, en otras se mantiene únicamente la fa-chada, sin embargo en la mayor parte de las ocasionesse ha perdido la identidad del edificio, se ha perdido lamemoria del proceso, se ha perdido la memoria histó-rica. Elementos que son el verdadero objetivo de lapreservación del patrimonio industrial.

Con el breve panorama aquí esbozado19, donde no seobservan criterios de ningún tipo, donde las actuacio-nes son aleatorias o circunstanciales, debemos clara-mente realizar una reflexión, necesidad que debe sercomún en todas las comunidades autónomas. Refle-xión que debería tener dos niveles, un nivel científicoe investigador y un nivel de intervención, pues antesde denunciar o de valorar se deben tener ciertos con-ceptos y criterios claros.

En primer lugar creo que debemos plantearnos sabera que nos referimos al hablar de arquitectura indus-trial: arquitectura para la industria?, arquitectura delhierro? arquitectura comercial? arquitectura del inge-niero? obra pública? arquitectura del trabajo? Evidente-mente, el objeto de estudio en inventarios, trabajosde investigación, catálogos, publicaciones, ha sido di-verso según los autores que lo han realizado. Creoque una definición que responda exactamente a estadenominación no ha sido todavía realizada20.

Si observamos los trabajos realizados en el ámbito es-pañol nos encontramos que en los inventarios tanto ladelimitación cronológica como la temática de esta dis-ciplina ha variado según las distintas comunidades21.

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1. Fábrica Giner. Torrella

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Las divergencias empiezan ya en la delimitación cro-nológica del objeto de inventario. La disparidad decriterios proviene tanto de la definición y aplicacióndel concepto “industrial”, más restringido o amplio,según el ya viejo debate de la Arqueología industrial.En Andalucía, Asturias, Comunidad Valenciana y PaísVasco se ha considerado el inicio de la Revolución in-dustrial como punto de partida, y si bien, en el casovasco y asturiano se finaliza en la guerra civil, los in-ventarios efectuados en Málaga y Almería alcanzan laposguerra y los años sesenta respectivamente. Porcontra, en las comunidades de Castilla-León y Catalu-ña, los inventarios efectuados abarcan un periodo cro-nológico notoriamente más amplio. El primer casoabarca desde el neolítico hasta finales del novecientos.En cuanto a Cataluña, los límites temporales –desde laEdad Antigua hasta el siglo XX– vienen impuestospor el inventario arquitectónico en el que se inserta elindustrial. En cuanto al ámbito temático, de nuevo ladisparidad de criterios es patente. No sólo me refieroa los diferentes objetivos que pueden tener un inven-tario temático frente al fundamental, sino que en es-tos últimos los objetos de estudio suelen ser distintos;y junto a aquellos elementos de arquitectura genuina-mente industrial, se recogen en algunas ocasiones es-taciones de ferrocarril, en otras mercados o matade-ros, en otras la obra pública, en otras la vivienda..., losbancos..., las escuelas industriales, etc.

Si nos centramos en la todavía escasa bibliografía so-bre esta materia, se evidencia de nuevo esta proble-mática. El libro de José Angel Sanz y Josep Giner“LArquitectura de la industria a Catalunya en els se-gles XVIII y XIX”22 se centra en la arquitectura cons-truida para la producción industr ial entre 1714 y1900, lo mismo ocurre en el de J. Corredor-Matheosy J.M.Montaner “Arquitectura Industrial a Catalunya.Del 1732 al 1929”23 aunque amplían su objeto de es-tudio a las colonias industriales. En 1986, J. García Gily L. Peñalver Gómez publican el libro “ArquitecturaIndustrial en Sevilla”24, un catálogo de 39 edificiosconstruidos entre 1885-1930 con una introduccióndonde realizan una aproximación de la arquitecturaindustrial desde el S.XVI al s.XX. Su campo de trabajoincluye fábricas, almacenes, oficinas, garajes, matade-ros, tinglados, etc. En cuanto a la trilogía de textos so-bre el País Vasco25, se recogen de nuevo los sectoresindustriales y los ferrocarriles; sólo en el libro dedica-do a Gipuzkoa se abre un capítulo a los servicios pú-blicos (mercados y mataderos); su límite cronológicose amplia recogiendo estadios artesanales y tradicio-nales como las ferrerías, molinos, tenerías... hasta lagran industria actual. En el libro referente a la “Arqui-tectura para la industria” en Castilla la Mancha26 seestudia de nuevo los sectores industriales y la arqui-tectura para los servicios públicos, incluyendo el fe-rrocarril y los mataderos, iniciando el trabajo con laRevolución Industrial. Por último el tratamiento que alrespecto da J. Sobrino27 a su “Historia sobre arquitec-tura industrial en España” es, posiblemente, el másamplio, incluso excesivamente amplio, pues, incluye,además de los sectores industriales, los edificios rela-cionados con los transpor tes y comunicaciones, lasobras públicas, los relacionados con las finanzas y la

banca (aunque mezcla tipologías tan distintas comobancos, casinos, bolsas, fábricas de monedas, edificiosde seguros), mercados y otros edificios públicos (in-cluyendo cualquier edificio que use el hierro o nuevosmateriales de construcción desde el edificio del Sena-do en Madrid, ateneos, plazas de toros, parques y jar-dines públicos, escuelas, centros de investigación...junto con los almacenes, invernaderos o pasajes cu-bier tos); En cuanto a la delimitación cronológica, nollega a definir la, dando distintas opciones, desde laprehistoria a nuestros días, aunque se centra funda-mentalmente entre 1830-1990. Como podemos ob-servar, en este breve comentario de la historiografíaespañola sobre arquitectura industrial, tanto los lími-tes cronológicos como los objetos de estudio difierenen gran medida y no se encuentra en ninguno deellos un razonamiento científico global sobre los crite-rios adoptados ni sobre el concepto de arquitecturaindustrial.

Creo, sin embargo, que podemos llegar a definir laARQUITECTURA INDUSTRIAL como aquella quetiene una finalidad explotativa, industrial, viva expre-sión del comercio y que tiene su fundamento enunas necesidades socio-económicas. Esta definiciónreúne, ya, a todos aquellos edificios construidos oadaptados a la producción industrial cualquiera quesea o fuese su rama de producción: textil, química,metalúrgica, alimentaria, agrícola, papelera, tabacale-ra, naval.... así como todo lo referido a la extracciónde materias primas. A su vez, la arquitectura Indus-trial no es sólo la arquitectura de edificios de usogenuinamente industrial, sino también la de aquellosedificios que son concebidos con unos modelos depensamiento y praxis derivados de los paradigmasde la era mecánica, que, lógicamente, vinieron ínti-mamente relacionados con la aparición en el merca-do de nuevos materiales preparados por la propiaindustria como el hierro, el acero o el hormigón ar-mado y con la aparición de nuevas tipologías arqui-tectónicas que urgieron como resultado de las nue-

2. Fábrica Bernabé AlcoyCentro de Salud

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vas necesidades de la sociedad industrial (mercados,mataderos, estaciones...). Lo mismo podemos decirde los puentes, canales, ferrocarriles, metropolita-nos, comunicaciones, conducción de aguas potables,suministro de gas y electricidad, es decir, de todoaquello que podemos definir como equipamientotécnico puesto al servicio de las colectividades y porlo tanto la llamada Obra Pública. Así mismo, los in-muebles de habitación, obrera fundamentalmente,su estudio sociológico y urbanístico es indisociabledel fenómeno de la industria y por lo tanto de la Ar-quitectura industrial28.

La clave creo que se encuentra en definir la arquitec-tura industrial como la más característica de la eramecánica, de ella asume sus conceptos principales, loscuales tienen su origen en la mecánica clásica deNewton y en el proceso de industrialización a partirde la Revolución industrial (funcionalidad, racionalidad,prefabricación, ensamblaje, estandarización, economía,mercado, etc.). Conceptos que la definen como res-puesta a un periodo concreto y marcan una clara par-cela en la clasificación arquitectónica.

En segundo lugar, si queremos hablar de PatrimonioIndustrial, si queremos llegar a interpretar y valoraradecuadamente los restos físicos industriales es im-prescindible el conocimiento de la historia, de la evo-lución y la transformación de la arquitectura industrialde una ciudad, de un entorno rural. A través de estosestudios podremos empezar a establecer la impor-tancia de edificios y lugares concretos en relación conotros que tienen una función idéntica o similar. Es im-portante este estudio en el momento de realizar unacatalogación o definir el valor del patrimonio indus-trial y por supuesto, es imprescindible a la hora deplantear una rehabilitación o reutilización de un edifi-cio industrial. Deberíamos hablar, por lo tanto, de cul-tura arquitectónica de la industria, como aquella queesta formada en primer lugar por el conjunto de mo-delos en los que se inspiran los ingenieros, arquitec-

tos o maestros de obras en su práctica del proyecto.Patrimonio inmenso que engloba todos los edificiosconstruidos conocidos, existentes, desaparecidos quetienen una finalidad explotativa o comercial. Esta cul-tura arquitectónica de la industria también estará for-mada por el conjunto de ideas y opiniones donde sefusionan el sentido crítico, económico, social y estéti-co de un determinado grupo social. Patrimonio co-mún de una sociedad donde se encuentran reunidastodas las fórmulas funcionales, sociales e incluso poé-ticas de comprender el territorio, la ciudad, la indus-tria y el comercio. Muy lejos estamos todavía de po-der contar con una histor ia de la arquitecturaindustrial. En la comunidad valenciana, aparte de notener un inventario completo, los trabajos específicosque se han ido realizado, sobre historia económica,historia social o tipologías arquitectónicas (estaciones,puentes, almacenes de naranjas) es totalmente insufi-ciente. ¿qué sabemos de las distintas tipologías de losnumerosos sectores industriales?, de la arquitecturacomercial? de la arquitectura de empresa? de losequipamientos técnicos colectivos?, etc. Generalmen-te se han trabajado los nuevos materiales como elhierro o el hormigón pero poco sabemos de otrosque también fueron característicos de este mismo pe-riodo, como la uralita, el aluminio, el car tón cuero oel de amianto, los mosaicos hidráulicos, el cementoPortland, el Glasbeton, los bloques huecos Pálmer, losmúltiples derivados del cristal, etc. Lo mismo pode-mos decir de los sistemas constructivos; de los méto-dos de difusión y de mercado de todos estos ele-mentos; de su debate arquitectónico, económico ycomercial. Otro campo prácticamente inédito son losmanuales de construcción y de ingeniería. Sabemosque el edificio industrial fue por una parte campo deexperimentación en el uso de nuevos materiales ytécnicas constructivas, y que éstos mismos, décadasdespués, fueron empleados en la clásica arquitecturacivil; por otra par te, es también conocida la gran in-fluencia que esta arquitectura industrial ejerció en elnacimiento del movimiento moderno. De ahí el valorañadido que tiene este estudio.

Todos estos vacíos historiográficos, que en mayor omenor medida se observan en el conjunto del estadoespañol, hacen que todavía no podamos tener una vi-sión global de nuestra arquitectura industrial española,ni una evolución, ni una valoración científica de ella.Por ello creo que todavía estamos lejos de poder va-lorar o hacer un juicio razonado sobre la convenienciao inconveniencia de un derribo, de una restauración ode una reutilización

En tercer lugar, si tratamos de ver la problemática quehoy vivimos en la restauración de la arquitectura in-dustrial, de nuevo el panorama es desalentador. Ya hecomentado el caso valenciano, con disparidad de cri-terios, objetivos distintos y actuaciones de lo más dis-pares. Parece ser que uno de los criterios más mane-jados sea el de la adaptabilidad de estos espaciosindustriales, sin embargo podemos observar que notodas las tipologías mantienen esa característica... y laadecuación a la nueva función en muchas ocasiones secontradice.

3. Talleres Valencia

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Es importante, a través de la investigación histórica re-alizada del monumento industrial en cuestión, remar-car las características más relevantes de su tipología, delos materiales empleados en la construcción, de lasnuevas tecnologías, de su proceso de producción, desu carácter arquitectónico, de la memoria del lugar.

Podemos encontrarnos con diferentes conceptos es-paciales que determinan estos edificios29: “espaciosmínimos” (talleres, bajos comerciales) donde la pro-ducción o la maquinaria es en sí misma la que daidentidad al lugar, mientras que el espacio no identifi-caría ni el sector industrial ni el proceso de produc-ción; “espacios neutros” (naves, almacenes) concebi-dos como espacios diáfanos cuyo carácter industrialviene definido por la cubrición de estos o bien aque-llos que por necesidades de producción se subdividenen distintos niveles; “espacios medidos” concebidospor los distintos procesos de la producción (porejemplo una fábrica de harina) o por el programa acumplir del edificio (estaciones, mataderos, etc.); y porúltimo tendríamos la categoría de “inmueble-máquina”para aquella arquitectura industrial donde la propia ar-quitectura es indisoluble de la máquina (hornos Hoff-man, Hornos Altos).

También habría que entender que cada material tienesus propias características. El hierro nos habla deadaptabilidad, ensamblaje e intercambiabilidad30; elhormigón de estructura, de ligereza, de diafanidad; elvidrio de transparencia y luminosidad; el ladrillo, la pie-dra y la cerámica de los muros texturados... etc.

Habría que remarcar el carácter industrial del edificioestableciendo una lectura sobre aquellos conceptosque nacen de la cultura arquitectónica de la industria ydel rigor constructivo de los arquitectos e ingenierosdel siglo XIX como racionalidad, funcionalidad, prefabri-cación, seriación, estandarización, imagen o cultura deempresa, o bien aquellas características generales quepuede ofrecernos esta arquitectura: ritmo y orden,complejidad y coherencia, ambiente y textura, monu-mentalidad y proporción, confrontaciones y articulacio-nes, espacialidad y macicez, estructuras y techumbres,sombra y luz, silencio y sonoridad, recorridos.

Y por último, la memoria del lugar debe ser conserva-da. Aunque un edificio, en su propio devenir históricose encuentre hoy en día vacío de contenido, de ma-quinaria, de testimonios materiales, es un elementosujeto a un paisaje urbano o rural, testigo de un en-torno social y económico determinado.

Evidentemente, hoy la restauración o rehabilitación deedificios industriales, no se plantea generalmente estoscriterios bsicos. Estos edificios son, como mucho, meroscontenedores, así una estación puede pasar a ser un in-vernadero31, es decir de un espacio concebido comoentrada y salida de viajeros, o puerta de la ciudad seconvierte en un espacio estancial o jardín de invierno;una fábrica de algodón32 en un centro administrativodonde el valor emblemático del organismo anula yoculta por completo la memoria del lugar; La casuísticaes enorme, las necesidades de la nueva ciudad marcan

los programas sin observar si son, al menos, compati-bles sus características funcionales, La necesidad denuevos centros culturales y polideportivos ha provoca-do que numerosas fábricas, mercados, almacenes o ta-lleres hayan sido rehabilitados para este fin. Por supues-to, no se ha tenido en cuenta las tipologías o elconcepto de espacio de éstas a la hora de su elección.Otra actuación bastante común ha sido la de rehabili-tarlas como nuevos conjuntos residenciales, así, naves,fábricas, silos, molinos, hoy son viviendas. Las diferenciastipológicas son, en estos casos, tan fuertes que hacenrealmente difícil dar una coherencia a estas actuaciones.Es evidente que se trata de solares inmersos dentro dela ciudad debido al continuo ensanche de nuestras ciu-dades. La periferia de antes se convierte en centro y lasviejas industrias ubicadas en los tradicionales caminosde salida son, en la actualidad, cotizados solares. En oca-siones, se conserva únicamente la fachada, en otras, lavolumetría del edificio aunque realizando un vaciadocompleto en su interior, o bien, ni siquiera se mantienela volumetría, sino que se interviene en ella o se mutila.

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4 y 5. Proyecto de restauraciónHorno alto nº. 2Sagunto

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El abanico de nuevas funciones que se programan enestos viejos edificios es enorme: escuelas, institutos,hospitales, centros comerciales, espacios polifuncionales,museos, salas de exposiciones... todo tiene cabida enesta arquitectura industrial. Y lógicamente el resultadono siempre es positivo

Sólo cabe una conclusión, la necesidad de acercarnoscon mayor sensibilidad y seriedad a esta arquitectura in-dustrial, conocer su historia, su evolución, sus caracterís-ticas, preservar su estructura, su carácter, su planimetría,conservar su memoria, memoria arquitectónica, memo-ria tecnológica, memoria productiva, memoria humana.

1. H.B. GRÉGOIRE.: Rapport fait par le citoyen Grégoire, au nomdune commission spéciales sur le Conservatoire des Arts etMétiers, París, impr. nationale, an VI, p. 8, citado en A .Picon.:L’invention de lingenieur moderne. Presses de lécole nationaledes Ponts et Chaussées, Paris, 1992, pp. 295.

2. Entre otros debemos citar : el Museo Alemán de Bochum(19689, la Fundación del Ironbridge Gorge Museum Trust(1968), o el Ecomusée de Le Creusot (1973).

3. Arqueologia Industrial. Actes des primer congrés del País Valencià,Història Local/7- Diputació de València, 1991. La ponencia presen-tada por S. Forner y J.M. Santacreu: “Arqueologia Industrial al PaísValencià: estat actual y perspectives de futur” presenta una exten-ta bibliografía sobre los trabajos realizados hasta el momento.

4 . Cultura material y canvi social. Actes del segon congrés d’Ar-queologia Industrial al País Valencià. AVAI, Valencia, 1996.

5 . R. Aracil, M. Cerda y M. Garcia Bonafé., Arqueología Industrialde Alcoy, Alcoy, s.a..

6. I. Aguilar., “Arquitectura Industrial en Valencia/1837-1936)” IJornadas sobre la Protección y Revalorización del PatrimonioIndustrial, Bilbao 1984, pp. 143-151. Ese mismo año se publicóotro artículo sobre un trabajo que realicé en torno a la arqui-tectura de las fábricas textiles “Arqueología Industrial en Va-lencia” Debats, nº 4, Valencia, 1982, pp. 59-64. En 1990 publi-qué El orden industrial en la ciudad, Valencia en la segundamitad del siglo XIX, Valencia.

7. Jornadas sobre teoria y mètodes d’Arqueologia Industrial, ed. De-partament d’Humanitats Contemporánies. Univ. d’Alacant, 1990.

8. E. Domenech Alcover : Los Almacenes de Naranja en el PaisValenciano (1900-1960) Trabajo de investigación (inédito).

9. C. Sanchis Deusa: Els ponts valencians antics, Valencia 1993.

10. Entre los diversos estudios que he realizado sobre la arquitec-tura ferroviaria debo citar los siguientes libros: Historia de lasestaciones. Arquitectura ferroviaria en Valencia, Valencia 1984;La estación de ferrocarril, Puerta de la Ciudad, Valencia, 2 vol.1988; Estaciones y ferrocarriles valencianos, Valencia 1995.

11. J. Martín Martinez: Urbanismo y Arquitectura Industrial en Puertode Sagunto, Sagunto 1990. M. Deasit y J. Seró: El vapor de SanJaime en la industria textil enguerina, Valencia 1989. S. Montoya:Los materiales constructivos y elementos industriales en Valencia(1850-1925), Trabajo de investigación, 1994-95 (inédito).

12. M. Bonafé y M. Cerdá (dirs): La enciclopedia valenciana deArqueología Industrial, Valencia 1995.

13. Ambos dirigidos por la Associació Valenciana d’ArqueologiaIndustrial y financiado por la Conselleria de Cultura.

14. Realizado por V. Algarra y P. Berrocal, financiado por la Con-sellería de Cultura.

15. Se está realizando a través de un convenio entre la Conselleriade Cultura y la Universidad de Valencia, dirigido por I. Aguilar.

16. Realizado por N. Piqueras y E. Vayá, financiado por el Centrode estudios de Historia Local de la Diputación de Valencia.Dirigido por I. Aguilar.

17. Entre las actividades más relevantes estarían: La publicaciónde un boletín nª 1-6; la organización de Congresos: el prime-ro en Alcoy del 9 al 11 de noviembre de 1990, ArqueologiaIndustrial Actes del primer Congrés del País Valencià, Diputa-

ció de València, Valencia 1991 y el segundo el Sagunto del 17al 19 de febrero de 1994 Cultura material y canvi social. Ac-tes del Segon Congrés d’Arqueologia Industrial, AVAI, Valen-cia, 1996; y la colaboración en inventarios y en la Enciclope-dia Valencia de Arqueologia Industrial, antes citada.

18. En esta disposición transitoria se indica: “En el plazo de unaño a partir de la entrada en vigor de esta Ley, los municipiosen cuyo términoexistan barracas, alquerías, masías, pozos denieve, riuraus, fábricas de transformación agricola, ganadera ominera de carácter tradicional o industrial, o construcciones eingenios hidráulicos, anteriores a 1920, deberán remitir a laConsellería de Cultura una relación de dichos bienes” pp.20.058-59.

19. He de indicar que este breve listado de derribos e interven-ciones podría ampliarse pero no por ello, la valoración gene-ral de la actividad valenciana frente al patrimonio arquitectó-nico industrial variaría.

20. Este proyecto, que en ocasiones he abordado, ha dado porresultado un libro titulado “Arquitectura Industrial.Reflexiones sobre una nueva disciplina” que se encuentra enestos momentos en prensa..

21. Un estado de la cuestión fue presentado en las V JornadasIbéricas del Patrimonio Industrial y la Obra Pública celebradasen Sevilla-Motril en octubre de 1990, por la Asociación deArqueología Industrial del Pais vasco, “Catálogación e inventa-rio del Patrimonio Industrial”. Las Actas fueron publicadas porla Junta de Andalucia y la Consejería de Cultura, Sevilla 1994.

22. J.A.SANZ Y J. GINER., L’Arquitectura de la industria a Catalunyaen els segles XVIII y XIX, Publicaciones de lEscola TecnicaSuperior dArquitectura del Vallés, 1984.

23. J. CORREDOR-MATHEOS Y J. Mª MONTANER., ArquitecturaIndustrial a Catalunya. Del 1732 al 1929, Barcelona, 1984.

24. J. GARCÍA GIL Y L. PEÑALVER GÓMEZ. ArquitecturaIndustrial en Sevilla, Sevilla 1986.

25. M. IBAÑEZ, A. SANTANA Y M. ZABALA. ArqueologíaIndustrial en Bizkaia, Bilbao, 1988; M. IBAÑEZ, Mª. J.TORRECILLA, Y M. ZABALA., Arqueología Industrial enGipuzkoa, Bilbao, 1990; M. Ibañez, Mª. J. Torrecilla y M. Zabala.,Arqueología Industrial en Alava, Bilbao, 1992..

26. R. DIAZ, F. GARCÍA, D. PERIS, R. VILLAR., Arquitectura para laindustria en Castilla-La Mancha, Toledo, 1995.

27. J. SOBRINO., Arquitectura Industrial en España (1830-1990),Banco de Crédito Industrial, Madrid 1989 y ArquitecturaIndustrial en España, 1830-1990, de. Cátedra, Madrid 1996.

28. I. AGUILAR., “Arquitectura Industrial” Enciclopedia Valencianade Arqueología Industrial, Valencia, 1995, pp. 99-104.

29. CLAUDINE CARTIER., “Le patrimoine industriel: de la machi-ne fixe à la usine meuble” Meubles et Inmuebles.

30. No podemos olvidarnos de la definición que H. Horeau nos dásobre la arquitectura del hierro: “esa arquitectura ligera, rica,incombustible, durable, extensible, polícroma por la materia,mobil y facilmente desmontable” Recogido por P. Dufornet en“Quelques aspects essentiels de loeuvre dHector Horeau”Catálogo de la exposición Hector Horeau, Paris, 1979, pp. 150.

31. Como ocurre en la estación de Atocha en Madrid.

32. Hoy Consejería de Agricultura y Pesca en Sevilla .

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Notas