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El Patrimonio Biocultural_Eckart Boege

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El patrimonio biocultural de los pueblos indgenas de MxicoHacia la conservacin in situ de la biodiversidad y agrodiversidad en los territorios indgenasI nst i t ut oNaci onal de Ant ropol og aeHi st ori aComi si nNaci onal parael Desarrol l odel osPuebl osI nd genasEl patrimonio biocultural de los pueblos indgenas de MxicoHacia la conservacin in situ de la biodiversidad y agrodiversidad en los territorios indgenasEckartBoegePrimera edicin 2008D.R. Instituto Nacional de Antropologa e Historia Crdoba 45, Col. Roma, 06700, Mxico, D.F.D.R. Comisin Nacional para el Desarrollo de los Pueblos IndgenasAv. Mxico-Coyoacn 343, Col. Xoco, 03330, Mxico, D.F.ISBN: 978-968-0385-4Todos los derechos reservados. Queda prohibida la reproduccin parcial o total de esta obra por cualquier mtodo o procedimiento, comprendida la reprografa y el tratamiento informtico, la fotocopia o la grabacin, sin la previa autorizacin por escrito de los titulares de los derchos de esta edicin.Impreso y hecho en MxicoColaboradores: Georgina Vidriales Chan, Isabel Garca Coll, Manolo Mondragn,Alfonso Juan Rivas, Martha Patricia Lozada, Fabio Soto.Diseo: Natalia Rojas Nieto.Cartografa e ilustraciones: Magdalena Jurez Vivas, Diana Morales, Juan Bazn y Jorge Aurelio lvarez.Investigacin iconogrfica: Alejandra Betancourt.Crditos fotogrficosArmando Betancourt: 101, 171, 216, 220.Carlos Alvarado Bremer: 7, 12, 166, 210d.Karina Boege: 4, 179.Cortesa Coordinacin General de Educacin Intercultural y Bilinge/Heriberto Rodrguez: 19, 25, 44, 50, 55, 56, 59, 61, 91, 158, 161, 235, 236, 242, 244, 264, 268.Cortesa Tosepan Titataniske: 94, 230, 263, 266, 270.Cortesa Grupo Vicente Guerrero, A.C.: 27.Federico Vargas Somoza: 14, 32, 37, 53, 73, 85, 98, 292.Fotografas de Bibiana Lpez Cano, Fernando Mata y Carlos Millfan: 28, 29, 30, 41, 87, 183, 187,269.Genaro Vzquez: 203.Ricardo Garibay: 241.SAGARPA: 247.Georgina Vidriales: 187, 267.Salatiel Barragn: 10, 17, 20, 23, 24, 26, 31, 35i., 35d., 38, 47, 48, 68, 77, 80, 90, 97, 102, 103, 105, 108, 112, 113, 115, 121, 123, 128, 130, 136, 139, 146, 149, 157, 162, 165, 175, 199, 210i., 217, 238, 251, 273, 274, 278.Cortesa CEDICAM: 182, 186, 252.p. 4: Mazorcas de maz nativo,Vicente Guerrero, Tlaxcala. p. 7: Planta de maz nativo.Boege Schmidt, Eckart.El patrimonio biocultural de los pueblos indgenas de Mxico / Eckart Boege; colaboradores Georgina Vidrales Chan... [et al.]. Mxico: Instituto Nacional de Antropologa e Historia: Comisin Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indgenas, 2008.344 p.: fotos, mapas, il.; 28 cm.ISBN: 978-968-03-0385-41. Grupos tnicos Mxico-Regiones bioculturales. 2 Grupos tnicos-Mxico Ecologa. 3. Conservacin de la biodiversidad-Mxico. 4. Conocimiento ecolgico tradicional-Mxico. 5. Suelo (uso del)-Mxico. I. Vidrales Chan, Georgina, colab. II. Garca Coll, Isabel, colab. III. Mondragn, Manolo, colab. IV. Rivas, Alfonso, Juan, colab. V. Lozada, Martha Patricia, colab. VI. Soto, Fabio, colab. VII. t.LC: QH107 B63 Agradecimientos 11Introduccin 13De la conservacin de facto a la conservacin in situ 33Regiones, territorio, lenguas y cultura de los pueblos indgenas 49Lengua, cultura y biodiversidad 49Regiones y territorios de los pueblos indgenas 52Metodologa para la delimitacin de los territorios de los pueblos indgenas contemporneos 63Conclusiones respecto a los territorios actuales de los pueblos indgenas 70Construyendo las regiones bioculturales prioritarias para la conservacin in situy el desarrollo sustentable81La captacin de agua en los territorios indgenas, cuencas e isoyetas de precipitacin anual82Las regiones hidrolgicas, las cuencas y la captacin de agua correspondientes a los territorios de los pueblos indgenas 84La cubierta vegetal y el uso del suelo en los territorios de los pueblos indgenas 99Las zonas ecolgicas que conforman la cubierta de vegetacin en los territorios indgenas 101Evaluacin general de la cobertura de la vegetacin primaria y secundaria en los territorios indgenas 130ndiceLas regiones bioculturales para la conservacin y desarrollo de la biodiversidad 137Criterios para definir las regiones bioculturales prioritarias para la conservacin 137Las regiones bioculturales segn los inventarios de la diversidad biolgica domesticada y semidomesticada 159Los territorios de los pueblos indgenas como laboratorios de domesticacin, experimentacin y manipulacin gentica de las especies silvestres, semisilvestres y domesticadas 159Los inventarios de la agrobiodiversidad en los territorios de los pueblos indgenas de Mxico 185Tejiendo la red biocultural de conservacin y desarrollo. Las experiencias de reapropiacin de los recursos naturales por los pueblos indgenas 231Consideraciones generales 231Experiencias en la gestin ambiental de los ecosistemas por parte de las comunidades y los ejidos en los territorios de los pueblos indgenas. Definiendo las regiones bioculturales de conservacin y desarrollo 237Programas para el mejoramiento de la funcionalidad de los ecosistemas naturales: conservacin yrestauracin de la cubierta de vegetacin primaria y secundaria principalmente arbrea con cubierta de muy alto valor biolgico y de especies en vas de extincin 239Iniciativas de conservacin de las comunidades indgenas 242Siglas, acrnimos y notas sobre la cartografa 275Bibliografa 279Anexos 29311Las siguientes personas aclararon dudas de manera generosa, dedicaron parte de su tiempo para revisar el manuscrito y hacer sugerencias valiosas, y asimismo permitieron el acceso a las bases de datos actualizadas, sin las cuales este trabajo hubiese sido imposible: Mi querida compaera Luisa Par, del IIS-UNAM; doctor Vctor M. Toledo, del Centro de Investiga-ciones de los Ecosistemas, UNAM, Unidad Morelia; maestro Antony Challenger, asesor del subse-cretario de Planeacin y Poltica Ambiental de la Semarnat, quien generosamente revis la primera versin; doctor Gerardo Bocco de la Direccin General de Investigacin en Ordenamiento Ecol-gico y Conservacin del Instituto Nacional de Ecologa; doctor Enrique Serrano del CDI-PNUD; in-geniero Francisco Chapela, Coinbio; doctor Gerardo Segura, Procymaf-Conafor; bilogo Gilberto Hernndez, UAM-I, Departamento de Biologa; doctor Rafael Ortega Pazcka, Universidad Autno-ma de Chapingo; doctor Antonio Turrent, INIFAP; doctor Jorge Sobern, secretario ejecutivo de la Conabio; licenciada Regina Barba, jefa de la Unidad Coordinadora de Participacin Social y Transparencia de la Semarnat (2000-2006); antroplogo Ricardo Garibay, quien me propuso realizar este trabajo; doctor Fernando Tudela, subsecretario de Planeacin y Poltica Ambiental de la Se-marnat; ingeniero Manolo Mondragn y doctor Hiplito Rodrguez del CIESAS-Golfo, y finalmente, agradezco al Instituto Nacional de Antropologa e Historia, mi institucin, por el apoyo recibido.AgradecimientosP. 10 Pastizal con secador rstico de tabaco, los Tuxtlas, Veracruz.13IntroduccinLos Acuerdos de San Andrs Sakam Chen de los Pobres, firmados por el EZLN y el gobierno de Ernesto Zedillo no fueron respetados por ese ni por el siguiente gobierno. Sin embargo, con-tienen respuestas clave para la adecuada insercin de la sociedad indgena en la nacin mexi-cana: planteaban las cuestiones de la territorialidad, la autodeterminacin, las autonomas1 dentro de la Constitucin, la defensa de las lenguas y cultura indgenas, el acceso colectivo y cuidado de sus recur-sos naturales y medios de comunicacin autnomos. Al respecto, el territorio de los pueblos indgenas es un referente necesario para cualquier poltica que busque desarrollar la cultura, los recursos naturales y el bienestar de los pueblos indgenas. Es decir, para desarrollar el concepto de patrimonio biocultural de los pueblos indgenas es imprescindible clarificar la dimensin de la territorialidad de los pueblos indgenas en un espacio determinado. As, desglosamos el patrimonio biocultural de los pueblos ind-genas en los siguientes componentes: recursos naturales biticos intervenidos en distintos gradientes de intensidad por el manejo diferenciado y el uso de los recursos naturales segn patrones culturales, los agroecosistemas tradicionales, la diversidad biolgica domesticada con sus respectivos recursos fito-genticos desarrollados y/o adaptados localmente. Estas actividades se desarrollan alrededor de prcti-cas productivas (praxis) organizadas bajo un repertorio de conocimientos tradicionales2 (corpus) y rela-cionando la interpretacin de la naturaleza con ese quehacer, el sistema simblico en relacin con el sistema de creencias (cosmos) ligados a los rituales y mitos de origen (Toledo et al., 1993; 2001). En las 1 La autonoma es un sistema por el cual grupos socioculturales ejercen el derecho a la autodeterminacin. Vase discu-sin exhaustiva en Daz-Polanco (1999).2 El PNUMA (s.f.), al explicar los alcances del Convenio de la Diversidad Biolgica, da la siguiente definicin: Bajo cono-cimiento tradicional se entiende las prcticas de las comunidades indgenas y locales de todo el mundo. Concebido a partir de la experiencia adquirida a travs de los siglos, y adaptado a la cultura y al entorno locales, el conocimiento tradicional se transmite por va oral, de generacin en generacin. Tiende a ser de propiedad colectiva y adquiere la forma de mitos, histo-rias, canciones, folclor, refranes, valores culturales, leyes comunitarias, idioma local y prcticas agrcolas, incluso abarca la evolucin de las especies vegetales y razas animales. El conocimiento tradicional bsicamente es de naturaleza prctica, en especial en los campos de la agricultura, pesca, salud, horticultura y silvicultura.P.12 Manto de la virgen o ololiuhqui (Ipomoea violacea L.).El patrimonio biocultural de los pueblos indgenas de Mxico14regiones bioculturales se generan diversos paisa-jes entre la vegetacin natural y los agroecosiste-mas a veces itinerantes de la actividad agrcola.Siconsideramosquelamayoradelos agricultores a nivel mundial practican la agricul-tura tradicional, no se trata de un tema irrelevante en el problema de la crisis ambiental nacional y mundial provocada por la sociedad dominante y que involucra decididamente a las sociedades subalternas. Postulamos aqu, junto con Toledo et al. (2001) y adelantamos conclusiones, que los pueblos indgenas de Mxico son clave para generar un nuevo modelo de sociedad, donde se intenta afrontar la crisis civilizatoria y ambiental a nivel mundial. Revisando la importancia biolgica de los principales territorios indgenas, se estima que al-canzan entre 12 y 20 por ciento de las reas del planeta bajo manejo humano (Toledo et al., 2001). Este enfoque implica que los pueblos indgenas y sus organizaciones se replantean las polticas te-rritoriales y pblicas. El presente trabajo tiene como finalidad aportar informacin bsica para disear una estrategia nacional de conservacin, Nio purhpecha en San Bartolom Cocucho, Michoacn.Introduccin15desarrollo y custodia de la biodiversidad y agro-biodiversidad mesoamericana. Cabe destacar que la crisis ambiental o dfi-cit ecolgico renovado e intensificado por la glo-balizacin de la economa, se podra medir en las cuentas nacionales anuales mediante el balance entre la capacidad biolgica de regeneracin para mantener los servicios ambientales bsicos en un nivel determinado y la prdida anual misma; pe-ro si la tendencia persiste, ser cada vez ms crti-ca. Por ejemplo, si hacemos el balance anual en-tre lo que se usa y destruye de los recursos biticos y lo que se repone, en octubre de 2006 la Tierra rebas la capacidad biolgica para recuperarse. El siguiente ciclo anual inicia en condiciones pre-carias (Footprint network, 2006) el deterioro se va acumulando, reducindose as las posibilidades de la biorregulacin de la vida en el planeta. En la actualidad, 45 por ciento de los ecosistemas natu-rales del mundo estn severamente impactados y han dejado de ser funcionales, el restante 55 por ciento sostiene los servicios ambientales para la vida del planeta y se calcula que para 2025 la cifra anterior ser slo de 30 por ciento (Ramos, 2004). Al respecto, Vitousek y colaboradores (1997) se-alan que la economa humana se apropia de 25 por ciento de toda la produccin primaria neta (microorganismos, plantas y animales) generada mediante fotosntesis en la tierra y en el mar. En la parte terrestre afirman que esta cifra llega a 40 por ciento. En estos momentos en que los proce-sos de globalizacin entran en nuevas etapas de descreme y destruccin de reas de vegetacin natural, se realizan estudios con ms informacin de la que disponan Vitousek y colegas. En efec-to, Haberl et al. (2007) utilizan todo tipo de infor-macin proveniente de los sistemas de informa-cin geogrfica para concluir que la dominancia humana y la transformacin del uso de la tierra en los ecosistemas terrestres ha sido considerable, de manera que se aprecian cambios sustanciales ne-gativos en los ciclos biogeoqumicos que impac-tan la habilidad de los ecosistemas para propor-cionar los recursos ambientales necesarios para la reproduccin de la vida y de los propios humanos. Incluso, advierten que con esta perspectiva hay que observar con cautela la sustitucin en aparien-cia sustentable de los energticos de origen fsil por biomasa, en caso de que las grandes plantacio-nes cuyo objetivo sera acaparar energa fotosin-ttica sustituyan los bosques y selvas primarias (vegetacin natural en ecosistemas poco interve-nidos) y secundarias (vegetacin natural interveni-da por el hombre o por un fenmeno natural, en regeneracin en diversas fases sucesionales). En esta situacin, qu les corresponde a los pueblos indgenas? El alto ndice de deterioro am-biental en el Mxico contemporneo vaticina una drstica reduccin de los recursos naturales en las primeras dcadas del siglo XXI. El deterioro am-biental no slo implica prdida de biodiversidad, sino tambin la aceleracin de los procesos de de-sertificacin, prdida de suelos, incapacidad de captacin de agua, salinizacin de suelos por riego inadecuado, prdida de reservas de agua fsil, in-trusin de agua salina en las costas, deterioro o de-saparicin de lagunas costeras, contaminacin creciente y aguda de agua y suelo; en resumen, la salud y funcionalidad de los ecosistemas, y con ello la degradacin de los recursos ambientales, bsicos para la supervivencia humana y del pas. Respecto a la prdida de vegetacin primaria, una investigacin reciente evalu la reduccin a partir de un estudio comparado con datos de los aos de cobertura de vegetacin recolectados por el INEGIen el ao 1993 y en el 2002 (Semarnat). Siguiendo el modelo, Velzquez et al. (en prensa) destacan que el deterioro de los bosques y selvas es tal que en 2020 sobrevivirn en Mxico slo 30 por ciento de los bosques primarios; segn nuestro estudio, ya estamos en esta situacin en los territorios de los pueblos indgenas. Los indgenas no destru-El patrimonio biocultural de los pueblos indgenas de Mxico16yen la vegetacin primaria ms aceleradamente que otros sectores sociales. Lo que sucede es que el modelo general de Velzquez se basa en la eva-luacin de toda la vegetacin primaria de Mxico, incluyendo desiertos y semidesiertos, siendo que la mayor parte de los territorios indgenas no se encuentran en esos ecosistemas. La tendencia de deterioro de la vegetacin primaria se acenta en orden de uno a tres para las selvas tropicales. Los orgenes multicausales del deterioro im-plican respuestas mltiples. Por ello, la crisis am-biental debe ser entendida sobre una base de aproximaciones diferenciadas segn la evaluacin de un amplio espectro de variables: culturales, so-ciales, econmicas, polticas y ecolgicas. La inte-raccin entre las ciencias sociales y las biolgicas adquiere relevancia para estudiar estos sistemas complejos. Si bien el mercado globalizante y el uso generalizado de la energa alinea y aliena a las enti-dades ecolgico-culturales que actan en peque-as escalas, las respuestas multipolares deben par-tir de acciones pluriculturales (Leff, 1998). Ante la importancia y los aportes de los territorios de los pueblos indgenas a la biodiversidad, los ecosiste-mas y sus recursos ambientales, pensamos que sin la incorporacin de los pueblos indgenas a las es-trategias de conservacin y desarrollo de las pol-ticas pblicas, Mxico no podr cumplir con los propsitos comprometidos en la Convencin de Biodiversidad en sus versiones de Ro de Janeiro y de Johannesburgo, y de las conferencias subsi-guientes para contribuir al desarrollo sustentable.Cientos de trabajos cientficos han documen-tado el conocimiento ecolgico tradicional, mis-mos que se refieren a tecnologas, saberes y expe-riencias en el manejo de los recursos naturales, instituciones de acceso y prcticas simblicas al interaccionar con la naturaleza. Estos trabajos con frecuencia destacan los procesos adaptativos y di-nmicos de las culturas a los distintos ambientes o paisajes naturales. Las investigaciones permiten desarrollar una teora y prctica biocultural (Ovie-do et al., 2000) a la crisis planetaria del medio am-biente. En otras palabras, esta manera de pensar implica que la sociedad en su conjunto reconozca que la conservacin de la biodiversidad debe es-tar relacionada con la diversidad cultural de los pueblos indgenas. Lo tradicional de los pue-blos indgenas se refiere aqu a cmo es adquirido o usado el conocimiento por las culturas nicas de los pueblos indgenas, incluidas las diferencias de grupos de edad y gnero.El enfoque biocultural para la conservacin y el desarrollo sustentable alrededor de los pueblos indgenas es estratgico para pases megadiversos como Mxico. Baste examinar la siguiente figura para darnos cuenta de la posicin del pas en el mbito internacional.Papa NuevaCuinealndonesiaColombiaChinaPerNalasiaLcuadorNadaascarlndiaAusLraliaNxicoZaire8rasilNieriaCamernPalses con ran diversidadculLuralPalses con ran diversidadbiolicaFIGURA 1. Pases con gran diversidad cultural y biolgica. Morn K., citado en Conabio, 1998.Los pases que se muestran en la interseccin son los que combinan alta biodiversidad con una diversidad cultural importante. En efecto, la ma-yor biodiversidad del planeta se concentra en las regiones tropicales y subtropicales, pero tambin es importante la que se encuentra en los desier-tos, en las zonas templadas, as como en las mon-taas, con altos ndices de endemismos (especies o variedades nicas que no se encuentran en otros lugares del planeta).Introduccin17El concepto biodiversidad es muy reciente, pero no as las prcticas de su uso por parte de los pueblos indgenas. La convivencia con la bio-diversidad regional ha hecho que esas comunida-des probaran, desecharan o desarrollaran el uso de plantas, insectos y animales como alimento, medi-cina, vestimenta, limpieza corporal o vivienda. Por esta razn, los pueblos indgenas y las comunida-des locales han sido reconocidos como sujetos sociales centrales para la conservacin y el desa-rrollo sustentable en el artculo 8j del Convenio sobre Diversidad Biolgica (CDB) de la Organiza-cin de las Naciones Unidas (ONU), as como en las respectivas Conferencias de Partes post Ro de Janeiro, de las cuales Mxico es signatario. Cabe recordar que el mencionado artculo seala que cada una de las partes signatarias tiene obligatoria-mente que integrar en su legislacin nacional el respeto, la preservacin del conocimiento, las innovaciones y prcticas, y los estilos de vida rele-vantes para la conservacin y el uso sustentable de la biodiversidad (Oviedo et al., 2000).Mxico es uno de los 12 pases megadiversos3del mundo que albergan entre 60 y 70 por ciento de la biodiversidad total del planeta (Mittermeier y Goettsch, 1992) y por ello tiene un estatus espe-cial tanto en la conservacin de las especies como de los ecosistemas. Myers et al. (2000) ubican al pas dentro de las reas crticas amenazadas (hot spots)4 a nivel mundial. Oaxaca, Chiapas, Vera-cruz, Guerrero y Michoacn concentran la mayor diversidad a nivel nacional y tambin tienen la 3 Rzedowski (1998) calcula que Mxico tiene casi 27 000 especies de plantas superiores. Una evaluacin, por los tipos de vegetacin que albergan los territorios indgenas, indica que hay por lo menos 15 000 especies de plantas macrosc-picas de las posibles 30 000 que se encuentran en el Mxico megadiverso.4 Trmino acuado por Norman Myers; se define como un rea que representa una unidad biogeogrfica que con-tiene por lo menos 0.5 por ciento de las 300 000 especies de plantas vasculares endmicas y que ha perdido 70 por cien-to, o ms, de su vegetacin primaria.mayor presencia de pueblos indgenas. Por ello, una de las lneas estratgicas para el manejo sus-tentable de los recursos naturales (biodiversidad, suelos, recursos hdricos, servicios ambientales) que se proponen en este trabajo es el reconoci-miento de los pueblos indgenas como sujetos sociales centrales para la conservacin y el desa-rrollo a nivel nacional. En efecto, la aeja experiencia de los pueblos indgenas como operadores de los ecosistemas Nias lacandonas, Chiapas.El patrimonio biocultural de los pueblos indgenas de Mxico18contiene una energa social importante para fre-nar el deterioro social, cultural y ambiental en los procesos de globalizacin tal como se presentan en la actualidad. Los campesinos con influencia mesoamerica-na y los pueblos indgenas intervienen tanto en las reas naturales protegidas como fuera de ellas. La experiencia indica que cuando se presentan condiciones polticas y sociales adecuadas, la pro-teccin indgena y campesina de los recursos na-turales por medio de paisajes manejados es relati-vamente eficiente en algunas reas del pas. As lo consignan los manejos forestales comunitarios en la Sierra de Jurez, Oaxaca, en Quintana Roo, Du-rango y Michoacn, entre otros. Varias regiones consideradas prstinas desde el punto de vista biolgico son paisajes en donde interviene directa o indirectamente la mano de la cultura humana, modificando las relaciones entre especies, comu-nidades vegetales y animales, en los ecosistemas y los servicios ambientales en su conjunto. En este trabajo se analiza la importancia de los pueblos indgenas respecto a la cubierta de vege-tacin primaria y secundaria, a la diversidad biol-gica y agrobiodiversidad del pas, as como en el tema de los servicios ecosistmicos (como el caso del agua, la conservacin de la diversidad biolgi-ca o captura de carbono, mantenimiento de los suelos, etctera) que aportan sus territorios. Con ello hacemos hincapi en un tema central para la sobrevivencia del pas: la generacin de estrate-gias nacionales para fortalecer las comunidades de los pueblos indgenas en sus prcticas de con-servacin biocultural in situ. En sntesis, quere-mos aportar un sistema de informacin ambiental centrado en el reconocimiento de los pueblos in-dgenas, en sus comunidades, ejidos y pequea propiedad, es decir, en sus organizaciones, como actores fundamentales para la conservacin de la biodiversidad y agrobiodiversidad que se encuen-tra en sus territorios.Mxico, por su particular geografa montaosa enclavada entre dos ocanos, donde confluyen las vegetaciones nerticas y neotropicales en forma de embudo, presenta una alta diversidad en espa-cios relativamente pequeos, caracterstica que dificulta su conservacin. En Mxico y Centro-amrica los paisajes naturales y culturales cam-bian en pocos kilmetros. Con frecuencia, las co-munidades florsticas en los diversos tipos de vegetacin son relativamente pequeas en cuan-to a su extensin, lo que las hace muy vulnerables ante la intervencin humana o el cambio climti-co global. Halffter (2005), uno de los fundadores del concepto de reservas de la biosfera con parti-cipacin social, en un artculo reciente destaca el hecho de que las polticas de conservacin se han centrado enreas especficas pensando en sitios en donde hay altas concentraciones de especies por rea determinada (diversidad alfa). Sin sosla-yar la importancia de este enfoque, resulta que uno de los componentes de la riqueza biolgica en Mxico reside en el ensamble diferente de especies de un mismo tipo de vegetacin debido a la heterogeneidad topogrfica, de suelos, de microclimas, u orientacin hacia la luz, etctera. Adems, tenemos en los territorios de los pueblos indgenas manchones de distintos tipos de ecosis-temas de vegetacin natural e intervenida, usos del suelo agrcola y ganadero permanente o semi-permanente; todo ello conforma un ensamble paisajstico natural-cultural. Estos conjuntos de diversidad biolgica ocurren en los ms variados ambientes y entre predio y predio pueden aso-ciarse algunos tipos de vegetacin afines conside-rados corredores o conectores a los archipilagos de conservacin y que Halffter (2005) propone como un mtodo de proteccin de la diversidad biolgica. La supervivencia de los pueblos indgenas ba-sada en la agricultura est relacionada con el uso de estos ecosistemas naturales y la manera en que Introduccin19se insertan en ellos para satisfacer sus necesidades bsicas. La dependencia de las vicisitudes clim-ticas, tanto del ciclo anual de las lluvias como de la temporada de heladas, y los distintos pisos ecol-gicos en muy cortas distancias y barreras naturales en las regiones montaosas, los oblig a desarro-llar estrategias agrcolas basadas en la diversidad biolgica para satisfacer dichas necesidades. No se trat de producir mucho con una sola especie de gramnea o leguminosa como en el Cercano Oriente, Asia o ahora Norteamrica, sino pro-ducir en cantidades moderadas una amplia gama de cultivos y especies para enfrentar la diversidad geogrfica, bitica y los ciclos anuales climticos con frecuencia errticos. Esta estrategia producti-va garantiza suficiente biomasa y bioenerga para satisfacer las necesidades bsicas de la poblacin. Asimismo, de este proceso se deriva la enorme va-riedad de especies, razas y adaptaciones regiona-les de diversas plantas usadas dentro del sistema Nios de Yonosuxi, Oaxaca.El patrimonio biocultural de los pueblos indgenas de Mxico20cultural (alimentos, medicinas, implementos, etc-tera) de origen mesoamericano; a esto se le deno-mina agrobiodiversidad. Estas estrategias mlti-ples no slo se refieren a la domesticacin del maz, frijol, calabaza o jitomate en un intercambio de germoplasma con las variedades arvenses o ru-derales; tambin se refiere al manejo de especies silvestres tiles ya sea propagadas vegetativa-mente como las cactceas o magueyes o por semi-llas, dejando en pie especies tiles como el mez-quite, guajes, chupandia, nopales y otras cactceas comestibles (Casas et al., 2000). Los territorios indgenas son verdaderos laboratorios biocultura-les donde, con un peso histrico-cultural impor-tante, se practica todava el intercambio entre plantas silvestres, arvenses o ruderales y plantas netamente domesticadas. Estos laboratorios bio-culturales incluyen la tolerancia, la induccin y proteccin selectiva de individuos de especies tiles durante perturbacio-nes intencionales de la vegetacin. Este manejo puede determinar procesos de seleccin artificial (seleccin in situ) y ocasionar divergencias morfol-gicas significativas entre poblaciones silvestres y manejadas, como lo ilustran los casos de los queli-tes, de rboles como los guajes o como cactceas (columnares y nopales). La seleccin artificial in situ es un mecanismo de domesticacin incipiente que se lleva a cabo en el presente, y posiblemente desde los tiempos pre-agrcolas (Casas et al., 2000). Una parte importante de las plantas cultivadas que sustentan el sistema alimentario mundial ac-tual fue domesticada por los pueblos indgenas de Amrica. Estas plantas y sus productos han llega-do a nuestras manos pasando por un largo proceso de seleccin, diversificacin, innovacin, inter-cambio con otras regiones, adaptacin, mejora-miento gentico, uso y manejo, actividades reali-zadas principalmente por poblaciones indgenas y campesinas.La biodiversidad culturalmente creada es pro-ducto de un largo proceso de intercambio y de seleccin cultural sistemtica. A ste se agregan las plantas medicinales, que pueden pertenecer a la vegetacin primaria, secundaria, de semicultivo y de cultivo. Esta extraordinaria riqueza no se en-cuentra en otros territorios indgenas del orbe. Sin pueblos indgenas y campesinos esta experiencia civilizadora se perdera para Mxico y la humani-dad. De ellas, la Comisin Nacional de Biodiversi-Nia nahua de Tehuacn, Puebla.Introduccin21dad (Conabio, 1998) consigna entre 3 500 a 4 000 especies de plantas medicinales utilizadas regu-larmente por la poblacin mexicana. Los pueblos indgenas utilizan de 5 000 a 7 000 especies de plantas en diversas actividades culturales. El siste-ma alimentario de los pueblos indgenas se basa en la extraordinaria cantidad de 1 000 a 1 500 espe-cies con sus variantes, mientras que el sistema ali-mentario mundial se centra en 15 especies (Caba-llero, 1985). De las especies principales 15.4 por ciento del sistema alimentario mundial provienen de las plantas domesticadas en Mesoamrica (Co-nabio, 2006a) y cuyo germoplasma (original) se encuentra principalmente en los territorios de los pueblos indgenas.No es casual que varios de esos centros de di-versificacin biolgica coincidan en parte con las regiones donde se encuentran actualmente los pueblos indgenas. Antes de la introduccin de la Revolucin Verde y de la dependencia de los fito-mejoradores cientficos y de las compaas p-blicas y privadas de control de semillas, el sistema alimentario nacional se basaba en el germoplasma y en la experiencia campesina mesoamericana, adems de poseer determinada influencia agrco-la arbigo-espaola en algunas reas. En la figura 2 se muestran los lugares donde las culturas nativas domesticaron las plantas que con-forman la base del sistema alimentario mundial.Estas regiones, conocidas como Centros Va-vilov, son refugios irremplazables de biodiversi-dad y esenciales para la alimentacin humana. Vavilov, el autor de esta clasificacin, dice que el agrnomo o agricultor que quiera mejorar sus va-riedades de maz u otros cultivos tiene que tener acceso a especmenes originales provenientes de sus centros de origen y diversificacin gentica, incluyendo los parientes silvestres. Independien-temente de que la papa sea cultivada en Alema-nia, Irlanda o Idaho, para ser viable como alimen-to, sta necesita para su mejoramiento de las variadsimas cepas que se encuentran slo en su centro de domesticacin, esto es, en el altiplano andino. Por otro lado, existen experiencias amar-gas que apuntalan la necesidad de conservar la mayor variedad de especies en sus centros de ori-gen para enfrentar problemas de la erosin gen-tica y la vulnerabilidad de los cultivos. Y es que la apuesta actual de los sistemas alimentarios masi-vos es de muy pocos cultivos y lneas genticas (como promueven actualmente las empresas transnacionales de las semillas) (Fowler y Moo-ney, 1990) los hace vulnerables a eventos climti-cos extraordinarios y/o incidencia de plagas. La literatura seala que un cambio climtico mnimo como en el invierno europeo de 1845, en especial caluroso y hmedo, provoc que en Irlanda el hon-go Phytophora infestans infectara de manera masiva la papa de una sola lnea gentica; como conse-cuencia se present una hambruna generalizada, muriendo casi un milln de personas (Gore, 1993). Asimismo, el riesgo de utilizar pocas lneas gen-ticas para producir el maz hbrido tipo Texas im-plic que ah se perdieran masivamente las cose-chas por la infestacin del Helmithosporium maydis raza T en los aos setenta del siglo pasado, lo cual promovi que la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos estableciera un comit de es-pecialistas para estudiar la vulnerabilidad genti-ca de los principales cultivos en Estados Unidos. El comit encontr que la diversidad gentica de muchos de los cultivos importantes para ese pas era peligrosamente estrecha. Por ejemplo, 96 por ciento de los frijoles sembrados en Estados Uni-dos procedan de slo dos variedades y 95 por cien-to de los cacahuates cultivados, de slo nueve variedades. El fenmeno es extrapolable a nume-rosos cultivos y pases, y datos ms recientes mues-tran una clara tendencia al empeoramiento de la situacin. En Asia, una sola poblacin de Oryza nivara de arroz fue la que opuso resistencia al vi-rus Grassy Stunt, que pudo haber infectado a todas 22las poblaciones de arroz de alto rendimiento, y que de no existir la variedad mencionada hubiese generado hambrunas catastrficas en pleno final del siglo XX.Menos de 120 especies cultivadas de plantas proporcionan al sistema alimentario mundial 90 por ciento de los alimentos, y slo 12 especies ve-getales y cinco especies animales suministran ms de 70 por ciento de los alimentos. nicamente cuatro especies vegetales (papa, arroz, maz y tri-go) y tres especies animales (vacas, cerdos y po-llos) aportan ms de la mitad (Esquinas, 2003).Vavilov (1927) analizaba constantes geogrfi-cas en estos centros de origen y de diversificacin. Estos centros se caracterizan por ubicarse dentro de barreras naturales (orogrficas, de vegetacin y climticas) de concentracin en espacios relativa-mente delimitados de variedades, de la misma es-pecie o especies afines, y agricultores nativos que por centurias o milenios han cultivado y transfor-mado de manera ininterrumpida estas especies. Otra caracterstica importante para determinar los centros de origen es la presencia de parientes sil-vestres que intercambian su germoplasma con las especies domesticadas. Esta ecuacin se presenta en pocas regiones del mundo, y Mxico y Centro-amrica son, segn Vavilov, unas de ellas. Por tan-to, Mxico, junto con los pases de Centroamri-ca, pertenecen a la categora de centro de origen primario y secundario, de diversificacin genti-ca, de endemismos (en algunas zonas ecolgicas hasta 70 por ciento), de una alta incidencia de los parientes silvestres, de pervivencia hasta la actua-lidad de procesos de domesticacin ininterrumpi-da de plantas tiles, por lo tanto tiene la respon-sabilidad de desarrollar polticas de conservacin NORTEAMRICAMESOAMRICAMEDITERRNEOANDESCOLOMBIASUR DE BRASILY PARAGUAYABISINIAASIACENTRALSUROESTE ASITICOBIRMANIACHINASUDESTE ASITICOMazFrijolesChileJitomatePapasQuinuaGirasolAvenaColzaMandiocaMandiocaCebadaTrigoMijoTrigoCentenoCebadaTrigoArvejasMijo colade zorroSoyaArrozArrozTrigo enanoPltanoCaa de azcarameArrozCENTROS DE ORIGEN Y DIVERSIDAD DE LA AGRICULTURAFIGURA 2. Centros de origen y diversificacin de plantas segn Vavilov (1927).Introduccin23y desarrollo que tomen en cuenta a los pueblos indgenas y comunidades campesinas. La actividad del origen est an presente en el germoplasma actual. Los pueblos indgenas hancoevolucionado (Oviedo et al., 2000) con los ecosis-temas, seleccionando algunos rasgos de plantas o animales y desechando otros, de manera que se construye as la biocultura de las gentes de los ecosistemas (Dasman, 1964). Es as que, con la presin de la seleccin humana de las plantas, en un sustratum de presiones naturales (suelo, hume-dad, clima, as como la presencia de parientes sil-vestres) se van domesticando las plantas en un laboratorio biocultural. Este autor propone el concepto de gentes de los ecosistemas para ubicar a los productores que desde siempre se han relacionado directamente con los ecosistemas y se distinguen del resto de la sociedad que desempe-a un papel predominante de consumidor.5 As se form el patrimonio fitogentico en nuestro pas, mismo que debe relacionarse con los dere-chos colectivos de los campesinos y pueblos ind-genas (farmers rights)6 y con el reconocimiento y desarrollo de sus agroecosistemas. En Mxico, el patrimonio fitogentico de las gentes de los eco-sistemas reviste una situacin particular nica para cada pueblo indgena: su presencia ininte-rrumpida en una o ms zonas ecolgicas semi-5El autor distingue entre sociedades cosmopolitas, que no dependen directamente de los ecosistemas ni conviven con ellos, que no conocen el entorno de la produccin que consumen, y las sociedades que estn en contacto directo con los ecosistemas, que por lo comn se consideran parte de la naturaleza. stas dependen directamente de ella para satisfacer sus necesidades bsicas como vivienda, alimenta-cin, medicina y bienestar espiritual (Dasman, 1964).6 La discusin acerca de los derechos colectivos de los recursos fitogenticos se enmarca en la disputa por el control de los mismos. La contradiccin que en torno a este proble-ma se plantea es que se proteja con patentes las variedades generadas, pero el soporte natural de todos los desarrollos genticos que es la biodiversidad y agrodiversidad de los pases de origen permanece como bien natural y, en este sentido, disponible para toda la humanidad, por costumbre accesible a cualquiera sin trabas (Aboites y Martnez, 1995).desrticas, templadas y selvticas hmedas y se-mihmedas, refleja un abanico impresionante de interaccin (coevolucin) en todos los mbitos de la cultura (caza, recoleccin, agricultura trashu-mante, de temporal, de humedad, medicina, cons-truccin, simblico, ritual). De esta manera, el patrimonio biocultural de los pueblos indgenas se traducir en bancos genticos, de plantas y ani-males domesticados, semidomesticados, agroeco-sistemas, plantas medicinales, conocimientos, ri-tuales y formas simblicas de apropiacin de los territorios. En torno a la agricultura desarrollaron su espiritualidad e interpretaron la naturaleza. Las culturas indgenas participan de saberes y ex-periencias milenarios en el manejo de la biomasa y la biodiversidad. En casi 350 generaciones de siem-bra de maz (Antonio Turrent, 2005, comunicacin personal), los indgenas construyeron un patrimo-Hombre indgena chapoleando o chapeando, regin de la Huasteca veracruzana.El patrimonio biocultural de los pueblos indgenas de Mxico24nio gentico invaluable de esta especie bandera de Mesoamrica. En este trabajo intentar definir para Mxico la ubicacin de estos bancos genticos vivos, los cuales albergan informacin de la interaccin en-tre plantas silvestres y domesticadas, en el su-puesto de un proceso de evolucin biocultural ininterrumpido, a pesar de la conquista espaola, las migraciones y desplazamientos poblacionales.El hecho de que Mxico sea uno de los centros de origen y diversificacin gentica de la agricul-tura debe tener un tratamiento especial desde el punto de vista del desarrollo cultural, poltico, so-cial, cientfico y agrcola. El Estado y la sociedad en Mxico no han reconocido el papel activo que desempea y pueden desempear los pueblos indgenas y comunidades campesinas conservan-do in situ y desarrollando recursos fitogenticos como el germoplasma cultivado por ellos, en el sentido ms amplio de la palabra. Se ha prestado poca atencin a la conservacin local de varieda-des de plantas y animales originales y a los facto-res ambientales y biticos que han permitido la domesticacin de dichos recursos fitogenticos. Esto es grave debido a que se tienen datos preci-sos del proceso de erosin gentica del sistema alimentario mundial a travs de los fenmenos de agricultura industrial, acaparamiento y otorga-miento de patentes a empresas transnacionales. La agricultura industrial ha provocado la erosin gentica en la mayora de los cultivos que susten-tan el sistema alimentario mundial, adems ha ge-nerado grandes problemas ambientales, como la prdida de suelos, compactacin, contaminacin de cuerpos de agua y de contribuir al cambio cli-mtico global. Es en el siglo XX, con la agricultura industrial, que se generaliza la amenaza hacia los centros de origen y se pone en peligro uno de los tesoros ms importantes que tienen Mxico y Centroamrica: diversidad biolgica y agrobio-diversidad. Hombre arando la tierra con yunta de bueyes, Michoacn.Introduccin25La prdida directa de la agrobiodiversidad in-dgena puede reducir dramticamente la seguri-dad alimentaria nacional y mundial. Los peligros de la reduccin de la agrobiodiversidad incluyen: 1) vulnerabilidad incrementada a ataques de in-sectos y enfermedades; 2) efectos negativos en la nutricin humana, porque la oferta de la diversi-dad de alimentos se pierde aceleradamente; 3) in-cremento de riesgos econmicos; 4) prdida de la viabilidad de varios agroecosistemas, y 5) reduc-cin de la seguridad alimentaria. Lo ms grave en una situacin de cambio climtico es que si se pier-de el germoplasma de las plantas indgenas, se reducen las posibilidades de que futuras genera-ciones puedan utilizarlas, se dilapida el conoci-miento humano acumulado y se ponen en riesgo las comunidades rurales.El presente estudio tiene varias deudas teri-co-metodolgicas. Siguiendo a Leff (1998) y a To-ledo (mltiples ensayos) este trabajo reconoce los siguientes puntos: 1) Que la crisis ambiental actual es parte de la crisis civilizatoria de Occidente. 2) Que el deterioro global es parte del lmite entrpico (Georgescu-Roegen, 1971) de un mo-delo de desarrollo basado en la lgica del creci-miento econmico sin lmites, de un uso indis-criminado de la energa fsil no renovable que destruye la energa neguentrpica (biomasa) de manera minera, adems que desarticula sistemas naturales, sociales y culturales de las diferentes comunidades humanas en el mundo.3) Que la incorporacin de los instrumentos del mercado, la elevacin de la productividad, la conservacin de la biodiversidad y los servicios ambientales no han logrado soluciones viables a la crisis ambiental y solucin de la pobreza (Stern, 2007). Una de las grandes fallas del mercado es precisamente la incapacidad para incorporar al sistema de precios los enormes dficit ambienta-les que implica la actividad humana. 4) Que el conocimiento va ms all del con-cepto occidental de ciencia. ste rene saberes de las culturas milenarias y que son parte del pen-samiento complejo del cual hay que partir para replantear el modelo civilizatorio dominante.Participante en el Foro Indgena sobre Migracin en Tlapa, Guerrero.El patrimonio biocultural de los pueblos indgenas de Mxico265) Que una estrategia neguentrpica tiene que replantear el modelo civilizatorio, que incorpore la visin del mundo pluricultural y multipolar que incluya tanto la emancipacin de los indgenas co-mo de la sociedad civil. 6) Que un nuevo proceso civilizatorio requiere de un modelo de desarrollo que integre, entre otros, a los pueblos indgenas y campesinos en tr-minos de economa, sociedad, medio ambiente y cultura. Si la situacin econmica de stos es rela-tivamente marginal en el mercado, no lo es respec-to a la sociedad. sta debe ponderar la multifun-cionalidad nacional de los campesinos y pueblos indgenas con sus sistemas agrosilvopastoriles desde una perspectiva neguentrpica.77) Que la sustentabilidad como principio tico sugiere, en primera instancia, una reflexin filos-fica acerca de la naturaleza del ser humano en su contexto de subsistencia. La sociedad humana puede relacionarse con su medio ambiente de ma-nera enajenada y detonar procesos irreversibles de degradacin ambiental, como est sucediendo en los procesos de globalizacin del mercado. Sin embargo, la sociedad humana no es de naturaleza depredadora; en algunos contextos histricos, po-lticos, econmicos y culturales la sociedad opera no slo dentro de los lmites de regeneracin eco-sistmica, sino que se integra a la dinmica biol-gica como un actor estimulante. 8) Que la perspectiva ambiental del desarrollo trasciende la va unidimensional del crecimiento econmico, abriendo mltiples opciones produc-tivas, nuevas formas de vida social y una diversi-dad de proyectos culturales.Como antecedente directo del presente libro estn diversos trabajos de V. M. Toledo, en espe-cial el Atlas etnoecolgico de Mxico y Centro Amrica; fundamentos, mtodos y resultados (Toledo et al., 2001). En este notable ensayo se usa por primera vez en nuestro medio el concepto de diversidad biocultural, citando una compila-cin que relaciona la lengua, el conocimiento y el medio ambiente (Maffi, 2001). Este extenso tra-bajo ha sido el intento ms sistemtico para eva-luar la biodiversidad dentro de los territorios ind-genas, ya que refiere varios temas importantes como los centros de origen o la relacin de las re-giones terrestres prioritarias para la conservacin de la biodiversidad (RTP)-(Conabio, 2000) con los pueblos indgenas. Adems, el Atlas contiene una bibliografa extensa en donde se puede con-7 Este punto se analiza en los dos ltimos captulos de obra de Maffi (ed.) (2001). Mujer con nio, Veracruz.27IntroduccinLos centros de origen y diversidad gentica Vavi-lov se denominan as porque su creador afirma-ba que el agrnomo o agricultor que deseara mejorar sus variedades de maz u otros cultivos deba tener ac-ceso a especmenes originales provenientes de sus centros de origen y de los centros de diversificacin, incluyendo los parientes silvestres. Vavilov estudi y visit los distintos centros de origen y los caracteriz como regiones localizadas dentro de barreras natura-les (orogrficas, de vegetacin y climticas) que con-centran, en espacios relativamente pequeos, una gran cantidad de variedades de la misma especie o especies afines, as como la presencia de agricultores nativos que por centurias o milenios han cultivado (sembrado, seleccionado y transformado) de modoin-interrumpido estas especies. Se trata de laboratorios na-turales y culturales que subsisten hasta la actualidad.Los centros de origen tienen presencia de parien-tes silvestres y con frecuencia presentan un flujo ge-ntico en las dos vas: de las plantas silvestres a las domesticadas y de las domesticadas a las silvestres. Existen adems plantas domesticadas que se asilves-traron y que ahora aparecen como silvestres.El proceso de domesticacin y diversificacin es en Mesoamrica un proceso dinmico, aun en las zonas rurales donde no se presentan actualmente los pares silvestres. Los procesos de domesticacin son de larga du-racin y no terminan con la obtencin de los especme-nes domesticados a partir de los silvestres. Ms all de los territorios originales, los indgenas y campesinos mesoamericanos han dispersado y adaptado en todo el pas el germoplasma original, combinando en caso de presencia estos recursos con los pares silves-tres que aparecen en las regiones y creando nuevas variedades que se adaptan a los distintos microclimas. Si bien no siempre aparecen los pares silvestres en una regin determinada, el proceso de diversificacin ininte-Los centros de origen y diversidad genticaVavilov en tiempos de la globalizacinMazorcas del fondo regional de maz nativo en Vicente Guerrero, Tlaxcala.28El patrimonio biocultural de los pueblos indgenas de Mxicorrumpido sigue, de manera que todo el pas (incluyen-do Centroamrica y partes de Norteamrica) son cen-tros de origen y diversidad.*Los centros de origen, con sus respectivas especies domesticadas en los territorios de los pueblos indge-nas, tienen una expresin material de redes de relacio-nes que construyen el conocimiento colectivo. Por ello, los derechos colectivos son para los pueblos indgenas una prolongacin de los derechos territoriales, ya que el territorio y el conocimiento conforman una unidad indisoluble. La nocin de territorio de los pueblos ind-genas debe ser entendida como garanta de continui-dad de los conocimientos acerca de la biodiversidad y agrobiodiversidad (Toledo Llancaqueo, 2007). Aun en regiones donde hoy no aparece gran ri-queza de variedades de las especies domesticadas, hay especmenes originales con caractersticas notables de importancia comercial, alimenticia e industrial (Ortega P., comunicacin personal).Los recursos fitogenticos mesoamericanos son parte del patrimonio cultural y conocimiento de los pueblos indgenas y deben ser reconocidos como dere-chos de propiedad colectiva en la modalidad sui gene-ris. Se trata de recursos biolgicos colectivos como pa-trimonio cultural de los pueblos indgenas.En Mxico existen varios centros pblicos y priva-dos, nacionales e internacionales de investigacin agro-pecuaria que tienen procedimientos ex situ de con-servacin y almacenaje de germoplasma nativo. Las colectas se realizan sin entablar convenios ni contratos que expresen por lo menos el compromiso de reparti-cin de beneficios mutuos entre los productores indge-nas y campesinos, como de manera laxa lo exige el Convenio sobre Diversidad Biolgica (CDB) en su art-culo 8 inciso j. El material fitogentico, producto de decenas y hasta cientos de generaciones de seleccin, adaptacin cultural a medios en ocasiones hostiles, es expropiado y de acceso abierto para otros centros de investigacin, pblicos o privados, as como compa-as transnacionales comercializadoras de semillas. As, las compaas transnacionales producen semillas de corte comercial mezclando germoplasma y mante-niendo en secreto el origen de su germoplasma. Acce-so abierto para los recursos fitogenticos indgenas y acceso restringido comercial a lo que con esos recursos generaron las transnacionales. Mientras los organis-mos pblicos de investigacin no cobraban regalas ni obtenan patentes con el germoplasma nativo, haba una especie de retribucin social a la expropiacin de las semillas de origen nativo. Sin embargo, hoy en da es significativo que en Mxico la mayora de las se-millas (92 por ciento) para la produccin comercial del maz se realizan por cinco compaas trasnacionales. Ante esta situacin los recursos fitogenticos mesoamericanos deben reconocerse legalmente como de origen y como recursos biolgicos colectivos, y a los pueblos indgenas y comunidades campesinas co-mo los custodios de los mismos. Se han ensayado op-ciones viables al respecto, como la denominacin de origen para el maz blanco gigante en el valle Sagrado Inca en Per (Inocente, Sumar y Loaiza, 2006).*Blake (2005) describe los procesos de origen, evolucin y dispersin histrica del maz.Cultivo de una milpa en los Tuxtlas.Introduccin29sultar para cada pueblo indgena distintos temas, lo que el autor denomina cosmos, corpus y praxis.Otra fuente de inspiracin es el extraordinario li-bro de Antony Challenger (1998)8 en colaboracin con J. Caballero: Utilizacin y conservacin de los ti-pos de vegetacin terrestres de Mxico. Se trata del tex-to ms completo sobre la historia ambiental y usos de los grandes ecosistemas terrestres en Mxico que se haya escrito hasta ahora. Ha sido necesario consultar constantemente ese texto debido a que varios de los temas referidos en el presente traba-jo estn desarrollados en la obra mencionada con gran conocimiento de causa.Una escuela importante en la cual se adscri-be este libro es la que estableci el maestro E. Hernndez X. (1985, 1987, 1993) y sus seguidores acerca de los agroecosistemas mesoamericanos y 8 Este texto contiene una recopilacin sistemtica y ex-haustiva de los sistemas productivos indgenas y campesinos por zonas ecolgicas del pas.el papel fundamental de los campesinos y pue-blos indgenas para el conocimiento y desarrollo de nuestro pas. Desde la muerte del maestro va-rios temas que l planteaba han sido retomados, incluso en discusiones internacionales, como los derechos de los agricultores (farmers rights) frente a las grandes compaas productoras de semillas, o bien el estatus de pases como el nuestro que siendo centro de origen de la agricultura deben obedecer a aquellos que dictan las polticas inter-nacionales, mucho ms pobres en agrobiodiversi-dad y cultura indgena. Varios son los seguidores de esta corriente de interpretacin de la agricultu-ra llamada tradicional, plasmada en la reciente obra colectiva Sin maz no hay pas (Esteva y Ma-rielle [eds.], 2003), y que me ha inspirado para es-tudiar las reas prioritarias de la agrobiodiversidad en territorios indgenas. Otro autor cuyo espritu ronda este libro es Guillermo Bonfil, cuya obra paradigmtica culmi-na en el Mxico profundo: una civilizacin negada. En el Convenio sobre Diversidad Biolgica y en la Ley General del Equilibrio Ecolgico y la Proteccin del Ambiente se define a los recursos genticos, organismos o partes de ellos, o cualquier otro componente bitico de los ecosiste-mas de valor o utilidad real o potencial para el ser humano. El adjetivo colectivo implica que el recurso biolgico es manejado por colectividades, integradas por una amplia gama de actores que incluye comunidades, ejidos y pueblos (indgenas), as como otras agrupaciones de individuos cuyas actividades principales se relacionan con el establecimiento de acuerdos y reglas consensadas en torno a la conservacin y al uso de los recursos biolgicos en cuestin y su coordinacin, as como sobre los beneficios de la apropiacin y las formas colectivas de gestin. Lo colectivo centra el trabajo del programa en el sector social rural y en la construccin de espacios de identidad comn en torno a la apropiacin de los recursos. As, un recurso biolgico colectivo (RBC) definido con base en un producto derivado de un recurso y producido en un territorio, se puede constituir en un eje ordenador de acciones regionales de conser-vacin in situ de la diversidad biolgica y desarrollo comunitario (Larson y Neyra, 2004).Los recursos biolgicos colectivosEl patrimonio biocultural de los pueblos indgenas de Mxico30Finalmente, la intencin del presente trabajo es profundizar en algunos aspectos que los auto-res mencionados ya desarrollaron. En ese sentido, debe leerse como complemento de las aproxima-ciones ya iniciadas.El objetivo principal de este estudio es reva-lorar el papel y la importancia de los pueblos indgenas en la nacin mexicana, y sus posibles aportes como sujetos sociales para enfrentar la crisis ambiental nacional y mundial. Para ello, es necesario lograr varios objetivos particulares, como 1) definir los territorios de los pueblos ind-genas en el Mxico actual; 2) evaluar la produc-cin de agua y la biodiversidad en los territorios de los pueblos indgenas; 3) evaluar la agrobiodi-versidad en los territorios de los pueblos indge-nas; 4) proponer, con base en el anlisis de los materiales, polticas para definir las reas biocultu-rales prioritarias para la conservacin in situ de los ecosistemas con sus servicios ambientales que incluyen el agua y el suelo, y 5) hacer un recuento de caminos ya andados de comunidades indge-nas que apuntalen la conservacin y el desarrollo.Los movimientos de defensa de los bosques en ejidos y comunidades campesinas e indgenas durante los aos ochenta del siglo pasado, las Jun-tas de Buen Gobierno (Caracoles) de los munici-pios autnomos zapatistas en Chiapas, la intensa participacin de los pueblos de la Sierra Jurez en Oaxaca en la discusin acerca de contaminacin transgnica de los maces nativos, la reapropiacin de los agaves silvestres para la produccin de mez-cal por parte de los nahuas y campesinos de Gue-rrero, el movimiento de produccin de caf org-nico de sombra en esquemas de mercado justo para los pequeos productores, y la generacin de reas focales para la conservacin y uso de la agro-biodiversidad mesoamericana seran algunas mues-tras en la historia reciente de la reapropiacin del manejo de los recursos naturales por parte de las comunidades indgenas y campesinas en el mun-do globalizado. En estas nuevas condiciones, el saber ambiental indgena es una sistematizacin de conocimientos que puede plantear alternativas a un mundo que respete la pluralidad y la otredad ms all de los poderosos instrumentos del poder y el mercado. En otro marco terico, Ostrom (2000) apuntala uno de los temas ms importantes para la conservacin y desarrollo de la biodiversidad y agrobiodiversidad en las comunidades y ejidos de los pueblos indgenas: la creacin de instituciones de autogestin estables con reglas claras y apren-dizaje para la accin comn respecto al uso sus-tentable de los recursos naturales. Y no es un tema menor, ya que las reas donde se encuentra prin-cipalmente la biodiversidad a nivel nacional son precisamente las tierras de uso comn.Nias de los Tuxtlas.P. 31 Ofrenda en un cultivo de la Sierra Gorda.33De la conservacin de factoa la conservacin in situHay dos formas por lo menos para conservar la diversidad biolgica: una que confina la vida silvestre a reas determinadas en un mar de pramos de agricultura industrial y otra mile-naria que proviene de una larga tradicin de intervencin humana cuyos patrones de uso de los recursos han propiciado, beneficiado y mantenido la diversidad biolgica. Esta tesis subyace en el artculo 8 inciso J del Convenio sobre Diversidad Biolgica (CDB) que se refiere a los usos y co-nocimientos tradicionales de las comunidades indgenas y locales. La biodiversidad y la agrobiodiversidad son dos componentes que permiten analizar los territo-rios de los pueblos indgenas como prioritarios para la conservacin y el desarrollo. En efecto, las culturas de los pueblos indgenas como gentes de los ecosistemas han tenido una prctica cultural de largo plazo con el medio ambiente. Las tcnicas usadas son de bajo riesgo, de modo que aun even-tos poco frecuentes o extraordinarios, como una secuencia de varios aos de sequa extrema, o inun-daciones, no destruyen el patrimonio ecolgico. Este tipo de relacin positiva con la naturaleza de larga duracin la llamaremos conservacin de facto. La conservacin de facto en territorios de los pue-blos indgenas se refiere a sistemas resilientes, siempre y cuando las condiciones de larga duracin lo permitan. En momentos de exacerbacin de la globalizacin, la resiliencia de los ecosistemas en te-rritorios indgenas est cuestionada.Una forma de reducir los riesgos climticos (sequa, heladas o exceso de lluvias) en la produccin de alimentos ha sido el aprovechamiento de pisos ecolgicos o de distintos tipos de vegetacin en zonas serranas de Mxico. En zonas de topografa quebrada, las comunidades indgenas han podido establecerse en territorios que combinan un amplio espectro de condiciones, de modo que en un ao malo para las tierras bajas es posible cosechar en las partes altas; o si la produccin agrcola es pobre, queda el recurso de recolectar alimentos del bosque o de las selvas, adems de los proporcionados por la caza. Por esta razn, la diversidad de paisajes y las estrategias de produccin mltiple son los recursos ms importantes de estas antiguas culturas. Otra forma de reducir el riesgo ambiental es apostndole a la diversidad dentro de una misma parce-la. De este modo, los cultivos mltiples en una rea de siembra, como distintas variedades de maz o P. 32Tronco de rbol.El patrimonio biocultural de los pueblos indgenas de Mxico34la siembra mixta de cereales con leguminosas, so-lanceas y cucurbitceas permiten que si las con-diciones de una temporada agrcola no son muy buenas para el cultivo principal, an haya cosecha de las variedades o especies ms resistentes, aun-que de menor rendimiento. Esta estrategia no da excedentes abundantes para el mercado de larga distancia. Sin embargo, como cultivos especiali-zados, reconocidos en el mercado por su singula-ridad, podran desempear un papel importante, como lo hacen los llamados productos orgnicos. Es muy comn que en zonas de larga tradicin cultural los productores tengan parcelas con di-versas especies o variedades, a pesar de que los tcnicos agropecuarios convencionales insistan en que con el empleo de variedades de alto ren-dimiento se pueden obtener mayores beneficios econmicos. La reduccin del riesgo es un ele-mento muy valioso en las culturas tradicionales y es comn que se pague con una disminucin en los rendimientos. Por estas y otras razones, las comunidades indgenas en las zonas de culturas tradicionales, como Mesoamrica1 o los Andes, han resguardado diversos paisajes, especies y va-1 Este concepto fue desarrollado por Kirchhoff en 1943, a partir de consideraciones de Clark Wissler y Eduard Seler. Las principales caractersticas de los pueblos mesoamerica-nos que Kirchhoff consider son: 1) utilizacin de un bastn plantador; 2) cultivo del maz y su transformacin en nixta-mal con el empleo de cal, y luego en masa; 3) produccin de papel, aguamiel y pulque a partir del maguey; 4) prctica de la autoflagelacin y sacrificios humanos con fines religiosos; 5)cultivo del cacao; 6) construccin de pirmides escalonadas como basamento de los templos; 7) prctica del juego de pe-lota; 8) fabricacin de armas con bordes ptreos; 9) escritura; y 10) sociedad jerarquizada (Kirchhoff, 1960). Mesoamrica comprende cinco zonas geogrficas en Mxico: rea maya, que ocupa Centroamrica y el sureste de Mxico; zona de Oaxaca, que abarca ese estado hasta el Istmo de Tehuante-pec y el sur de Puebla; zona del Golfo, correspondiente a Veracruz y Tabasco; occidente de Mxico, que incluye Gue-rrero, Michoacn, Jalisco, Colima, Nayarit y partes de Zaca-tecas y el Altiplano Central, que comprende el estado de Mxico, Hidalgo, Tlaxcala, Morelos y Quertaro, as como la porcin septentrional de Puebla y el Distrito Federal. Meso-amrica se extiende hasta Centroamrica (Guatemala, Beli-ce, y parte de Nicaragua, Salvador, Honduras y Costa Rica). riedades. Al considerar la diversidad biolgica como un recurso para su supervivencia y desa-rrollo, las comunidades mesoamericanas se han convertido en resguardadoras principales de una parte importante del patrimonio biolgico de la Tierra. Sin embargo, en las ltimas dcadas, las po-lticas de industrializacin de la agricultura y el llamado desarrollo rural intentaron fomentar la produccin mediante tcnicas de alto rendi-miento, estableciendo como estrategia producti-va central la especializacin a gran escala. Esta aproximacin no incorpora en su diseo el riesgo ambiental (deterioro de suelos, acceso al agua, contaminacin, prdida de cultgenos no comer-ciales), social y aun econmico. Respecto a la fac-tura ecolgica que han de pagar las generaciones futuras, podemos afirmar que la agricultura indus-trial de la revolucin verde reduce la diversidad gentica de especies y sus variedades, y deteriora la capacidad de otorgar servicios ambientales de los agroecosistemas. Las zonas de poca biodiversidad, como el Bajo o La Laguna, se vieron favorecidas por estas polticas. Las zonas de alta biodiversidad en el sur de Mxico se vieron marginadas.2Diferenciar entre la conservacin de facto, in situ y ex situ es un recurso para indicar que la con-servacin de facto se refiere a tradiciones de larga duracin de manejo o aproximacin de la rela-cin naturaleza-sociedad de los pueblos indge-nas. Una poltica in situ debe ser responsabilidad explcita de la nacin para la conservacin y el desarrollo de la biodiversidad y la agrobiodiver-sidad. Jarvis et al. (2000), citados en Gil (2006),definen la conservacin in situ como la conser-vacin de ecosistemas, hbitat naturales y el mantenimiento y recuperacin de poblaciones viables de las especies en sus entornos naturales, 2 Declaratoria y presentacin de Servicios Ambientales de Oaxaca, A.C., Oaxaca, 2002.De la conservacin de facto a la conservacin in situ35y, en el caso de las especies domesticadas o culti-vadas, en el entorno donde han desarrollado sus propiedades distintivas. Agregan quela conservacin in situ de los recursos domestica-dos se enfoca a los campos de los agricultores como parte de los agroecosistemas existentes, mientras que otros tipos de conservacin in situ se ocupan de las poblaciones silvestres que crecen en sus h-bitat originales, que constituyen sus reservas ge-nticas. La conservacin in situ tiene ventajas significativas: 1) la conservacin tanto del material gentico como de los procesos que originan la di-versidad; 2) la sustentabilidad de los programas de fitomejoramiento depende en cierta forma de la disponibilidad continua de variacin gentica que pueda mantenerse y desarrollarse en los campos de los agricultores, y 3) permite la conservacin de un gran nmero de especies en un solo sitio. Se puede agregar que adems se cuenta con el conocimiento emprico de millones de agriculto-res. Esta responsabilidad adquiere una dimen-sin especfica con los pueblos indgenas, misma que tratar de dilucidar en el presente trabajo. Hay varias formas de conservacin ex situ,3 co-mo los jardines botnicos, zoolgicos y la genera-cin de bancos especficos de germoplasma. Este tipo de conservacin que se enfoca sobre todo en las especies y en sus variantes es importante, pero tiene limitaciones graves por su costo, por el aisla-miento de sus ecosistemas y por la interrupcin de los procesos evolutivos en sus condiciones na-turales. Enfoco la atencin en este trabajo en la bsqueda sistemtica para la conservacin in situcomo poltica explcita que convoca la conserva-cin y los saberes ambientales de los que han convivido directamente con los ecosistemas. 3 Casas (2001) utiliza el concepto ex situ para indicar el uso de los cultgenos fuera de su mbito natural original e inmediato, de manera que aqu se describe una de las condi-ciones de domesticacin y adaptacin de las plantas cultura-les. En este trabajo utilizo el concepto ex situ para la conser-vacin del germoplasma en laboratorios y en parcelas especializadas. Pasiflora. Ninfa, Quintana Roo.El patrimonio biocultural de los pueblos indgenas de Mxico36A partir de la evolucin del conocimiento de la biodiversidad, es necesario replantear las prio-ridades y actividades de la bioconservacin y asociarlas al concepto de desarrollo sustentable.Para ello es necesario definir qu se entiende aqu por biodiversidad, ya que segn la acepcin, se formulan las polticas para su conservacin. 1) Un organismo viviente contiene genes que definen las caractersticas especficas de este or-ganismo.2) Las especies definidas como organismos que pueden reproducirse entre s, aun cuando existen variaciones en una misma especie. Una especie es producto de miles o millones de aos de evolucin. 3) Los individuos de especies determinadas necesitan formar comunidades para que la carac-terstica especie se conserve, reproduzca o evolucione. Es decir, una especie no se puede definir slo describiendo al individuo o sus ca-ractersticas especficas.4) Las especies por s solas no pueden sobre-vivir, evolucionar o desarrollarse si no interaccio-nan en co-evolucin con otras especies. La compleja interaccin abitica y bitica, energti-ca, cadenas trficas, la ubicacin, el metabolis-mo, recurso-desecho-recurso, forman ecosiste-mas, los cuales son difciles de delimitar porque interaccionan en su conjunto. Por ejemplo, hay ecosistemas tropicales hmedos, secos, de bos-que templado, de montaa. Williams-Linera (2007) describe la diversi-dad biolgica en sus tres componentes: 1) se ma-nifiesta a escala local y se puede medir por la riqueza de especies en un rea determinada (di-versidad alfa); 2) se expresa en la unin de gru-pos o especies distintos dentro de los mismos ecosistemas en una mesoescala, debido a la heterogeneidad topogrfica y ambiental que cambia las condiciones microclimticas en dis-tancias geogrficas muy cortas; el recambio de grupos o especies del mismo ecosistema puede ser muy alto (diversidad beta); la complementa-riedad entre los fragmentos tiene importancia para la conservacin de los bosques y selvas, ya que otros grupos de especies, flora, fauna y hon-gos, dependen de la estructura vegetal y podrn tener tambin una riqueza complementaria, y 3) en una escala de paisaje, la diversidad incluye distintos ecosistemas de vegetacin natural e in-tervenida de bosques y selvas, e inmersas en una matriz formada por espacios dedicados a usos del suelo agrcola y ganadero permanente o intermi-tente, y que contribuyen a mantener la biodiver-sidad regional; por ello, es muy importante la conservacin de la diversidad biolgica de un pai-saje determinado (diversidad gamma). La cuali-dad ms importante de la biodiversidad es la de impulsar las trampas de energa complejas y per-fectas, adaptadas a cada condicin ambiental es-pecfica, y que los desechos generados por el me-tabolismo del sistema se tornan recursos accesibles para el siguiente ciclo energtico (dicho sea de paso, el humano en la poca industrial utiliza la energa entrpicamente, lo que quiere decir que en el metabolismo el desecho se vuelve energa calrica no accesible al siguiente ciclo, como pro-ductos contaminantes que se acumulan en la at-msfera, suelos y mares). El metabolismo de los ecosistemas propor-ciona los siguientes servicios ambientales bsi-cos (Millennium Ecosystem Assessment, 2005): 1) de soporte (como la capacidad de los ecosistemas de capturar la energa solar y convertirla en tejido vegetal, o productividad primaria, de la cual de-pendemos todos los seres vivos); 2) de regulacin(regular la composicin qumica de la atmsfera, la temperatura global, capacidad de intervenir en el ciclo del agua evotranspiracin, infiltracin, escurrimiento, el control de la erosin, control de vectores responsables de enfermedades, cali-dad del aire); 3) de provisin de bienes (agua, De la conservacin de facto a la conservacin in situ37alimentos, medicinas y fibras); 4) de conservacin in situ de acervos genticos endmicos domesticados (E.B.), y 5) culturales (recreacin, educacin y simblicos, como lugares sagrados).Ante la complejidad de lo que significa la bio-diversidad hay varias aproximaciones y enfoques posibles para la proteccin in situ (Johnson, 1995), enfoques que dependen de los objetivos de la conservacin:1) La aproximacin gentica. La estrategia de conservacin para preservar algunas caracters-ticas genticas es una opcin limitada a determi-nadas especies. Esta aproximacin podra apor-tar informacin indispensable para el xito o no de especies raras o amenazadas. Tambin es til para identificar las prioridades en la conserva-cin de especies domesticadas relacionadas con sus parientes silvestres; en especial, en aquellas donde se sospecha que existe vulnerabilidad gentica. Las prioridades de conservacin de la diversidad biolgica dentro del enfoque gen-tico tienen objetivos muy especficos, relativa-mente fciles de definir. Se ha acusado a las trasna-cionales de fomentar las reas naturales protegidas (ANP) para tener acceso monoplico a un acervo gentico amplio, que podra utilizar la biotecnolo-ga. Reforzando esa idea, en Mxico hubo inten-tos para que la compaa bioprospectora Diversa Corporation, con sede en San Diego, California, junto con la UNAM revisaran de manera sistemti-ca los inventarios genticos en terrenos de pro-piedad federal (lase reas naturales protegidas) (Nadal, 1999). Con este convenio, en slo diez aos Diversa Corporation hubiese tenido la pro-piedad para comercializar las secuencias de ADNde las especies de inters de prcticamente to-das las ANP. Afortunadamente, la alerta ciudada-na abort ese esquema de bioprospeccin. Por ello, se debe regular de manera decidida la apro-piacin de los recursos biolgicos genticos por Hoja elegante.El patrimonio biocultural de los pueblos indgenas de Mxico38intereses de terceros. Por otro lado, sera reduc-cionista plantear que el papel de las ANP sea ni-camente de reservorios genticos estratgicos para los intereses trasnacionales. Para las necesi-dades de conservacin local y global, las ANP son importantes para preservar aunque de modo parcial los recursos biolgicos en los pases megadiversos. En ese sentido las ANP podran ser parte de los reservorios genticos de recursos bio-lgicos no privatizables recuperados como deto-nador de desarrollo del pas. La aproximacin gentica se ha realizado en Mxico de manera ex situ por los jardines botni-cos y sobre todo en laboratorios de conservacin de germoplasma como el Centro Internacional para el Mejoramiento del Maz y del Trigo (CI-MMyT), el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrcolas y Pecuarias (INIFAP) y el Co-legio de Posgraduados de Chapingo, y en menor grado en instituciones de provincia, entre otras. El INIFAP tiene la coleccin de semillas ms im-portante ex situ de Mxico, incluyendo parte del maz, frijol, amaranto, chiles y jitomates. Esta aproximacin es costosa, ya que requiere de una amplia infraestructura de laboratorios. Adems, los requerimientos de colecta son complejos y por lo general los intereses cientficos sobre los genes separan la investigacin de los actores que generaron y reprodujeron por siglos ese germo-plasma. As, por ejemplo, la descontextualizacin en las colectas de maz del CIMMyT del medio na-tural y social impide ubicar de manera estrat-gica la conservacin de los agroecosistemas que lo gener, sus procesos evolutivos y los servicios ambientales intrnsecos de los ecosistemas como diversidad biolgica. Enfocarse en el germoplas-ma del maz responde slo parcialmente a las ne-cesidades de proteger y desarrollar la agrobiodi-versidad mesoamericana en su lugar de origen.2) La aproximacin por especies. La unidad para generar polticas para la conservacin de la biodiversidad ha sido la idea de nmero de espe-cies por rea determinada. Con frecuencia se se-leccionan las prioridades de conservacin in situmediante criterios como las especies bandera, las especies en va de extincin o amenazadas, por ejemplo. Esta seleccin puede sesgar y restrin-gir de manera importante las polticas de conser-vacin, ya que se realiza sin entender la dinmica ecosistmica o de comunidades. Las prioridades para un grupo de especies no necesariamente son importantes para otro grupo taxonmico. 3) La aproximacin ecosistmica. Este acer-camiento, que podramos llamar de proteccin Flores de nopal (Opuntia sp.).De la conservacin de facto a la conservacin in situ39de las cajas negras, poco conoce las dinmicas de conservacin de las reas naturales de libre flujo e intercambio gentico y de sus procesos evolu-tivos. La estrategia de conservacin in situ me-diante esta aproximacin es sencilla. Una vez que se clasifican los hbitat o ecosistemas y se define su tamao no slo se protegen las espe-cies amenazadas (que posiblemente requeriran un tratamiento especial como tales) sino tambin la diversidad general de las especies. Adems, se protegen los procesos evolutivos y los servicios ambientales que estos sistemas proporcionan. Esta aproximacin no requiere necesariamente del conocimiento de los ciclos completos de las interacciones biolgicas y geofsicas que les per-miten sobrevivir, pero presenta dificultades para definir y recortar metodolgicamente los eco-sistemas naturales, sus lmites y su proteccin. 4) La aproximacin biocultural. El Convenio sobre Diversidad Biolgica ha adoptado el en-foque ecosistmico para abordar tres objetivos, que deben aplicarse estrictamente en todos los mbitos geogrficos: a) conservacin regional de la diversidad biolgica; b) utilizacin sostenible de sus componentes, y c)participacin justa y equitativa de la utilizacin de los recursos gen-ticos (UICN, 2000). Para ello, la Conferencia de Partes sostiene que es necesario desarrollar siste-mas de planificacin biorregional a escalas adecuadas, a partir de los grupos sociales que ha-bitan y utilizan la diversidad biolgica. Los eco-sistemas no son unidades biolgicas aisladas; el humano es un componente del ecosistema. El concepto de diversidad biolgica involucra genes, especies, poblaciones, comunidades y ecosistemas y servicios ambientales vitales. Sin embargo, el estudio de cada uno de estos aspec-tos ha crecido con tiempos y ritmos distintos y ha sido fragmentado o especializado en las disci-plinas de la biologa. Paradjicamente, el con-cepto de conservacin y desarrollo y sus distintas aproximaciones provienen de disciplinas dife-rentes a las biolgicas. La presencia humana en todos los ecosistemas y sus partes vitales exige una aproximacin a ellos como sistemas comple-jos que d cuenta de las relaciones de contorno de cada uno de los subsistemas que lo compo-nen. As, los ecosistemas adquieren una dimen-sin distinta ya que su devenir ha sido modifica-do por los sistemas de intervencin humana (Millennium Ecosystem Assessment, 2005).Hoy estamos ante un cambio paradigmtico de la conservacin en el cual se considera que to-dos los componentes de un paisaje determinado estn integrados, de modo que las reas natura-les protegidas y no protegidas forman una unidad funcional. La conservacin in situ, con una visin integrada, toma en cuenta no slo las prioridades que exige la conservacin biolgica, sino que las ubica en los trminos culturales, polticos, socia-les y econmicos que satisfagan las necesidades humanas bsicas. Esta aproximacin es compleja y poco explorada, ya que en la fijacin de las prio-ridades de conservacin pueden intervenir ms variables que las estrictamente biolgicas. Sin em-bargo, una estrategia de este tipo podra proteger mejor la megadiversidad de Mxico, esto es, la diversidad beta, sobre todo en las vastas regiones montaosas en donde viven los pueblos indge-nas y las comunidades campesinas en general. Como en todas las otras aproximaciones, lo importante es trabajar en las escalas apropiadas. En esta ltima manera de concebir la conserva-cin podemos ubicar el tema que nos ocupa en este libro: la conservacin in situ de la diversidad biolgica y agrobiolgica en territorios de los pueblos indgenas de Mxico. En sentido estric-to, el concepto adecuado para este libro sera in etno situ (Challenger, 1998). En el siglo pasado, los taxnomos de la Es-cuela Mexicana de Bilogos avanzaron a grandes pasos en el recuento de la diversidad biolgica El patrimonio biocultural de los pueblos indgenas de Mxico40en Mxico (Toledo y Ordez, 1993). La docu-mentacin de su extraordinaria riqueza permiti que los especialistas clasificaran al pas entre las diez naciones megadiversas a nivel mundial (To-ledo et al., 2001). No obstante, esta nocin ha tenido pocas repercusiones en el mbito social y poltico, salvo si tomamos en cuenta las reas na-turales protegidas. Mxico tiene, por un lado, la enorme responsabilidad de preservar esta rique-za y, por el otro, el desafo de incorporar esta megabiodiversidad como uno de los pivotes de su desarrollo. Amplios territorios de los pueblos indgenas son portadores de esta megabiodiver-sidad. En este sentido, en combinacin con los conocimientos antropolgicos, varios bilogos y agrnomos han desarrollado una disciplina im-portante: la etnoecologa, cuyos exponentes ms destacados para Mxico, entre muchos otros se-ran B. Berlin, Vctor Manuel Toledo, Robert Bye, Alejandro Casas, Javier Caballero, Bruce F. Benz, Cristina Mapes, Rafael Lira, Miguel Mar-tnez Alfaro, Janis Alcorn, Patricia Colunga, Daniel Zizumbo, Efran Hernndez X., Rafael Ortega P., Mauricio Belln, Abel Muoz, Alejan-dro de vila, Arturo Gmez Pompa, etctera. As concebida, la conservacin in situ es parte del cambio frente al paradigma cientfico-comer-cial dominante. En este sentido, las polticas pblicas deben admitir el conocimiento de los productores y productoras campesinos e indge-nas en su calidad de actores activos dentro de los procesos productivos, e incluso como socios en la construccin de un sistema alimentario nacio-nal sustentable, soberano y autosuficiente. La conservacin in situ que de manera explci-ta se ha dado en la nacin mexicana es el Sistema Nacional de reas Protegidas de Mxico (Sinanp) y a nivel estatal y municipal se establecen otras categoras de proteccin. Este sistema nacional de reas protegidas federales (Conanp, 2005) com-prende las reas terrestres y marinas, mismas que se incluyen en las siguientes categoras de protec-cin: Parques Marinos Nacionales, Reservas de la Biosfera, Zonas de Refugio Submarino, reas de Proteccin de la Flora y Fauna, rea de Protec-cin de los Recursos Naturales, Santuarios, Zonas de Proteccin Forestal, Parque Nacional, rea de Proteccin de Flora y Fauna Silvestres y Acuti-ca. Estas distintas categoras de proteccin tie-nen procedimientos administrativos diferencia-les (en caso que existan). En el captulo referente al anlisis de la rique-za de la biodiversidad en territorio indgena se puede apreciar que de las 18 727 860 hectreas que tienen las ANP federales en el territorio nacio-nal, 1 467 034 de hectreas son parte de los terri-torios de los pueblos indgenas. Es decir, en este momento no existe un procedimiento especfico que eleve a alguna categora de proteccin a mi-llones de hectreas en que se encuentran los pue-blos indgenas. Las ANP tienen un conjunto de variantes que no siempre logran la conservacin ni la integracin de las poblaciones locales en la administracin de las mismas. A veces, los polgo-nos de estas reas han quedado en el papel o no hay recursos para ejercer la proteccin. En las ANP no se protege territorialmente la agrobiodiversidad ni los agroecosistemas creados por los pueblos indgenas y campesinos. La ex-cepcin es la Reserva de la Biosfera de Manan-tln, nica rea natural que se cre para proteger el teocintle.A partir de estos trabajos, el debate respecto a la conservacin de los recursos fitogenticos in situ-ex situ ha estado presente en el mbito acad-mico (Ortega et al., 2003a). Sin embargo, a pesar de que constantemente se ha expresado la nece-sidad de impulsar la conservacin de la agrobio-diversidad in situ, defendiendo la postura de Her-nndez X., poco se ha hecho en la prctica. Escriba el maestro Hernndez X. (en Ortega et al., 2003a) que la conservacin ex situ es impor-De la conservacin de facto a la conservacin in situ41Agave.tante porque se tienen colecciones de plasma germinal de todo el mundo fuera de sus reas de origen; adems, tericamente se incluyen los me-jores materiales utilizados en el fitomejoramien-to, creando as una gama de materiales conserva-dos y manejados en centros mundiales de origen. Otra de las ventajas de la conservacin ex situ es que resguardan especmenes de germoplasma extintos o en va de extincin. La gran desventa-ja para los fitomejoradores indgenas y campesi-nos es que de estos bancos de libre acceso se extrae plasma germinal que ellos produjeron, y en combinacin con recursos fitogenticos de otras partes generan especmenes, inicindose en consecuencia la enajenacin, monopolizacin, restriccin y discriminacin al acceso del germo-plasma nativo. Por ejemplo, las empresas trasna-cionales productoras de semillas han tenido el libre acceso a las semillas que se encuentran en los bancos de germoplasma del CIMMyT, generan hbridos y especmenes mejorados, y mantienen en secreto el origen de las mismas. ste es un tema importante que implica la prdida de la so-berana nacional sobre el sistema alimentario, por un lado, y la monopolizacin de los sistemas alimentarios, por otro.Una desventaja ms de la conservacin ex situes el alto costo del mantenimiento y de la repro-duccin del germoplasma, por lo que los pases ricos en biodiversidad, pero con insuficientes re-cursos econmicos, no pueden sostener adecua-damente estos centros. Un ltimo inconveniente es que los bancos de germoplasma aslan a los espe-cmenes recolectados de sus procesos evolutivos.Por ello, es imperativo conservar in situ los re-cursos fitogenticos originales, con los siguientes objetivos: 1) mantener los sitios naturales, donde se utilicen y manipulen los materiales genticos bsicos para el consumo alimentario; 2) mante-ner y desarrollar los materiales genticos mediante sistemas agrcolas que permitan la continuidad del proceso evolutivo y de consumo cultural, y 3) promover en la comunidad mundial el libre acceso a estos materiales (Hernndez X., y M. Zarate 1991), siempre y cuando se reconozca su origen y se evite que alguien los patente y lucre por encima de los productores originales. Hace algunos aos se pensaba que la conser-vacin in situ significaba construir vallas y man-tener a los agricultores y al germoplasma en algo parecido a una caja de cristal. Sin embargo, los agroecosistemas ms tradicionales son dinmi-cos y es necesario promover intercambios gen-ticos para resolver la acumulacin de mutaciones El patrimonio biocultural de los pueblos indgenas de Mxico42perjudiciales. Para que esto suceda es preciso: 1) el intercambio regional del material gentico; 2) es-tudios sistemticos de fitomejoramiento con centros de investigacin interesados, y 3) capacita-cin tcnica local para la creacin de fitomejora-dores del germoplasma indgena.La conservacin in situ como objetivo de la poltica pblica debe reconocer a los campesinos y pueblos indgenas en sus ecosistemas como los resguardadores de reservorios de germoplasma, el cual es estratgico para el sistema alimentario nacional y mundial. Tal estrategia debe impul-sarse desde la visin que propone Leff (1998: 67) de un mundo pluricultural y multipolar que promueve la emancipacin de los pueblos ind-genas y comunidades campesinas.Qu ventajas tendra la conservacin in situen los territorios de los pueblos indgenas y co-munidades locales? La variabilidad en los recur-sos fitogenticos indgenas es resultado de su cultivo en distintos pisos ecolgicos y micro hbi-tat. A diferencia de la agricultura industrial a gran escala, que produce sus monocultivos en grandes extensiones y terrenos planos preferen-temente con riego, la mayora de los productores de milpa cultivan sus terrenos en unidades de menos de cinco hectreas, en la montaa y con un sistema de temporal sujeto a las vicisitudes del clima y de las plagas. Para asegurar la cosecha, la agricultura mesoamericana no desarroll grandes sistemas de riego ni monocultivos. Su principal estrategia productiva fue botnica (Rojas, 1988; Tern y Rasmussen, 1994), en el sentido de desarrollar las variedades de una misma plan-ta para enfrentar cualquier contratiempo, y a su vez asociarlas con otras especies. Los grandes es-tudiosos de la evolucin de las sociedades meso-americanas hicieron ms hincapi en las grandes construcciones o infraestructura de los sistemas agrcolas; sin embargo, como lo demuestran los estudios de Hernndez X. (1987) y Rojas (1988), uno de los pilares centrales de las fuerzas produc-tivas de las culturas mesoamericanas e indgenas desde la Colonia hasta ahora ha sido el manejo, domesticacin y diversificacin de la agrobiodi-versidad. El concepto de progreso y moderni-dad, la visin de la revolucin verde del desa-rrollo agrcola e industrial, as como el dominio de las trasnacionales en el establecimiento de la agricultura industrializada, se reflej en la investi-gacin agronmica dominante, y an es parte del desprecio de las polticas pblicas tanto de una parte de los centros de investigacin como de los responsables de la poltica agrcola del pas. Se ha dejado de lado el manejo de la agrodiversi-dad, que implica el conocimiento del medio y un trabajo de domesticacin y manejo de los recursos genticos de plantas bajo una organizacin social que dispone de hombres y mujeres empeados en esta tarea, movidos por un sistema cultural que les permite una visin, una identidad y un sentido de la vida. La agrodiversidad implica que se ha domesticado una parte de la diversidad biolgica, por lo que requiere ser analizada con una catego-ra particular, sobre todo porque es un elemento vital del desarrollo, pero que su falta de reconoci-miento ha impedido su conservacin, proteccin, aliento e incluso su incorporacin a la economa de mercado (Blanco, 2006).Estamos ahora en condiciones de definir la agro-biodiversidad mesoamericana, como la diversi-dad biolgica que los indgenas domesticaron y diversificaron para asegurar la satisfaccin de sus necesidades bsicas, generando una gama de agroecosistemas que van desde la intervencin en la vegetacin natural, la parcela o la milpa, has-ta el huerto familiar. El diseo de los espacios de cultivo intenta asegurar los mejores resultados y el ensamble entre las plantas cultivadas, y las ar-venses, e intenta desarrollar interacciones positi-De la conservacin de facto a la conservacin in situ43vas entre las mismas. Se construyen as agroeco-sistemas en donde un tipo de cultivo protege al otro, que genera nichos de humedad, que sostie-ne a las enredaderas, que repele a las plagas, y que mejora y restituye los nutrientes del suelo (que es una de las funciones de algunas legumi-nosas), etctera. Es decir, la sustentabilidad de los agroecosistemas depende del ensamble en-tre los distintos elementos de los policultivos, que en el caso de Mesoamrica depende de muy pocos insumos exteriores. Para resumir lo anterior, en los territorios de los pueblos indgenas siguen los procesos de do-mesticacin y diversificacin, por lo que podra-mos llamarlos laboratorios fitogenticos de larga duracin en constante transformacin. Segn la FAO los recursos fitogenticos se definen como las plantas cultivadas, cultivares en desuso, varieda-des locales, los pares silvestres, las arvenses prxi-mas a las variedades cultivadas, y estirpes especia-les que resultan de la seleccin de ese material gentico.4 Esta definicin debe aplicarse a la agro-biodiversidad nativa o indgena de Mxico. Especial atencin para la conservacin in situ merecen los centros de origen (Toledo et al.,2001) primarios y de diversificacin, tanto de la diversidad biolgica como de la diversidad de las plantas cultivadas. Estos centros de domestica-cin son reas geogrficas donde las especies fueron adaptadas y que en la actualidad presen-tan una alta variabilidad gentica, en la cual se incluyen los parientes semidomesticados o silves-tres. En esos centros se incrementa la diversidad gentica disponible para los agricultores me-diante la hibridacin o la introgresin (Mapes, 1991). Las fronteras entre lo especficamente natural y las plantas culturales mesoamericanas no son claras. Las especies silvestres, ruderales y 4 Vase el Tratado Internacional sobre los Recursos Fito-genticos para la Alimentacin y la Agricultura, FAO, 2001.semidomesticadas acompaan a las domestica-das en un constante intercambio del flujo gen-tico en el interior de los sistemas regionales, for-mando paisajes y ecosistemas funcionales de larga duracin.Esta cuestin no es un tema menor, ya que para la conservacin in situ se requieren reas na-turales y zonas de cultivo juntas, adems de algu-nos microhbitat donde el agricultor pueda de-sarrollar su destreza. Estos espacios son campos de produccin y experimentacin a la vez. Las regiones montaosas o selvticas en que habita la mayora de los pueblos indgenas renen estas condiciones complejas. La produccin maya, por ejemplo, toma en cuenta el rea de la milpa re-cin desmontada, visualiza desde el principio qu rboles va a dejar, genera rodales manipula-dos, toma en cuenta porciones de selva en distin-to estado sucesional donde se tiene una agricul-tura semisilvestre con tubrculos, rboles frutales como el chicozapote (Manilkara zapota), las guayas (Meliococcus bijugatus); el huerto fami-liar con frecuencia contiene frutales que provie-nen de especies arbreas y arbustivas de la selva, animales silvestres domesticados, como patos pijije (Dendrocygna autumnales), guajolotes sil