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EL PERIÓDICO CULTURAL GRATUITO A PARTIR DE ENERO EN INTERNET PARÉNTESIS Año 1 Número 1 ¤ Diciembre 2007 ¤ 10000 ejemplares ¿Te enamoraste alguna vez de un personaje literario? Hay cosas más difíciles que publicar En este número: Haroldo de Campos y su poesía qohelética (Poesía de Siempre) y el poema Recomponerte (Poesía de Hoy), de José Torregrosa, pág. 2 Los relatos El muerto en el mar de Urca, de Clarice Lispector, y Una mujer normal, de Susana Martín, en los apartados de Prosa de Siempre y Prosa de Hoy, pág.3 Una revisión de Turín, escrita por Rafael Caumel, y otra de Louis Armstrong a cargo de Jorge Rosa en las secciones de viajes y música, pág. 4 Libros recomendados: Otra noche de mierda en esta puta ciudad, de Nick Flynn, y La cocina de la escritura, de Daniel Cassany, pág. 4 Los profesores del Taller de Escritura Paréntesis comien- zan una serie de intervenciones y sugerencias sobre el acto de escribir, pág. 5 Columnas de teatro y cine, a cargo de Plácido García, pág. 7 Isabel Merino nos habla acerca de la plica, y Lola Lorente atiende las Cartas de los Lectores, pág. 7 Entrevista a Antonio Almansa, realizada por Lola Lorente, pág. 8 La sección Los lectores escriben, pág. 6, es un espacio donde se le invita a publicar sus relatos breves. Por la cantidad de ejemplares, en esta tirada inicial, su texto llegará a miles de personas interesadas en la Literatura. En este primer número, Los lecto- res escriben contiene una selec- ción de textos consistente en un poema (Consejos) y cuatro micro- rrelatos (Mejora sustancial, La vuelta, La mosca filosófica y La Pasión según O).

EL PERIÓDICO CULTURAL GRATUITO A PARTIR DE … · Siempre) y el poema Recomponerte(Poesía de Hoy), de José Torregrosa, pág. 2 ... hacia la mejor opción. Una buena pieza deberá

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EL PERIÓDICO CULTURAL GRATUITO A PARTIR DE ENERO EN INTERNETPA R É N T E S I SAño 1 Número 1 ¤ Diciembre 2007 ¤ 10000 ejemplares

¿Te enamoraste alguna vezde un personaje literario?

Hay cosas más difíciles que publicar

En este número:

Haroldo de Campos y su poesía qohelética (Poesía deSiempre) y el poema Recomponerte (Poesía de Hoy), deJosé Torregrosa, pág. 2

Los relatos El muerto en el mar de Urca, de ClariceLispector, y Una mujer normal, de Susana Martín, en losapartados de Prosa de Siempre y Prosa de Hoy, pág.3

Una revisión de Turín, escrita por Rafael Caumel, y otra deLouis Armstrong a cargo de Jorge Rosa en las seccionesde viajes y música, pág. 4

Libros recomendados: Otra noche de mierda en esta putaciudad, de Nick Flynn, y La cocina de la escritura, deDaniel Cassany, pág. 4

Los profesores del Taller de Escritura Paréntesis comien-zan una serie de intervenciones y sugerencias sobre elacto de escribir, pág. 5

Columnas de teatro y cine, a cargo de Plácido García,pág. 7

Isabel Merino nos habla acerca de la plica, y Lola Lorenteatiende las Cartas de los Lectores, pág. 7

Entrevista a Antonio Almansa, realizada por Lola Lorente,pág. 8

La sección Los lectores escriben,pág. 6, es un espacio donde se leinvita a publicar sus relatos breves.Por la cantidad de ejemplares, enesta tirada inicial, su texto llegará amiles de personas interesadas enla Literatura.En este primer número, Los lecto-res escriben contiene una selec-ción de textos consistente en unpoema (Consejos) y cuatro micro-rrelatos (Mejora sustancial, Lavuelta, La mosca filosófica y LaPasión según O).

Periódico Paréntesiswww.tallerparentesis.com

[email protected]

Proyecto y DesarrolloRafael Caumel

AsesoramientoAntonio Almansa

Coordinación y publicidadLola Lorente

GestiónJorge Rosa

RedacciónPoesía de Siempre:

Andrea VinciMauricio Ciruelos

Poesía de Hoy:Laura Santiago

Mauricio CiruelosProsa de Siempre:

Miguel NuñezRafael Caumel

Prosa de Hoy:Pedro RojanoAndrea Vinci

Inmaculada ReinaViajes y Literatura:

Rafael CaumelPedro Rojano

Música y Literatura:Jorge Rosa

Psicoanálisis y Escritura:Emilio Mármol

Taller de Escritura:Rafael Caumel

Isabel MerinoCrítica literaria:

Antonio AlmansaLos lectores escriben:

Laura SantiagoEugenia Carrión

Montserrat LópezEspectáculos:

Plácido GarcíaConvocatorias de concursos:

Isabel MerinoCartas de los lectores:

Lola LorenteEntrevista:

Lola LorenteAndrea Vinci

Inmaculada ReinaMaquetación y diseño gráficoDiseño original:

Rafael CaumelMaquetación:

Rafael CaumelLaura Santiago

Mauricio CiruelosImagen:

Montserrat LópezLaura Santiago

Isabel Merino

Poesía de Siemprepoema qohelético 2:elogio de la termita

Haroldo de Camposlas hormigas se apoderaron de la bibliotecaoigo su áfono rumorel canto cero de las termitaslos hombres abandonaron la bibliotecapalabras transformadas en papellas hormigas ocupan el lugar de los hombresgolosas de papel peritos en celulosase doblega el orgullo de los hombres madera corroídatodo es vanola lepra de las hormigas roe el papel los librosel gorgojo mina el orgulloquedaremos así verminosos cadáveresescribo este elogio de las termitas

(Traducción: Andrés Sánchez Robayna)CRISANTIEMPO – Editorial Acantilado, 208 páginas, 15€

Poesía de Hoy

RecomponerteJosé Fco. Torregrosa García

Intento recomponerte en los escalofríos nocturnos sabiendo que es inútil tironear de los recuerdos mientras recojo tus retratos del suelo y la infancia retorna en un sobre de párpados.Suenan despertadores,ruidos animales que desconozco, y los desayunos que nunca he preparado me censuran desde las alacenas.Andar por el pasillo es otra manera de recomponerte. Aunque tus huellas de plomo y verdad pesen sobre mí, son ahora lo que importa.Me aconsejaron seguir adelante,porque la muerte es una porteraque te llena de zaguanes la memoria.Recuerdo la escalera,aquellos primeros peldañosdonde te atabas los cordonesYo nunca anduve por tu caminomás allá de la mentira necesaria para reconquistar tu cuerpo.Enfrentado a los díasque proponían futuro, normalidad, temía esa terquedad de la gente por rellenar de costumbreslos cabeceros de las camas. Siento que el verbo era la piely los adverbios cambios de postura en los que tu lengua de mantequilla untaba, ahora sí ahora no, sustantivos inefables.Nunca supe nombrar las cosas, sólo resistirlas como golpes en el costado donde nos oprime el mundo.un poco para dormir, un poco para entender de venenos, un poco para quitarnos la vida, y devolvérnosla.

2 Paréntesis Diciembre 2007

Tasio Peña

Si desea ver su poema publicado en la sección Poesía deHoy, envíelo a [email protected],junto a su nombre, apellidos, profesión, dirección, teléfonoy DNI. La extensión máxima es de 40 líneas de 50 caracte-res (con espacios). Paréntesis incluirá los mejores en lossiguientes números del periódico.

Prosa de SiempreEl muerto en el mar de Urca, de Clarice Lispector

Voy a ir de tiendas. Me compraré unvestido rojo, enfundaré mis piernas enunas botas altas con tacón de aguja ylas tetas en un Wonderbra de esos quereducen dos tallas el cerebro de unhombre. Trataré de ser una mujer nor-mal.Una vez disfrazada entraré en la cafete-ría que hace esquina, la del ventanalgrande y mesitas con mantel verdelimón. Me sentaré en una mesa cercanaa la puerta y fingiré leer el periódicomientras que, por encima de las gafasde sol a lo Audrey Hepburn, apuntaréhacia la mejor opción. Una buena pieza deberá llevar trajeoscuro de Armani o así, zapatos relu-cientes, el pelo engominado y aires deejecutivo. Seguramente entrará decidi-do y elegirá un taburete junto la barra.Me lo imagino comprobando compulsi-vamente la hora en su Cartier y revisan-do unos folios azules mientras da sor-bos a su descafeinado sin mirar la taza.No se fijará inmediatamente en mí. Sehará el interesante mientras disuelveotra sacarina en el café. Pero, en cuan-to me suba un poco la falda, ya vere-mos. Lo cazaré, estoy segura. Cuando se

siente a mi lado –porque se acercará–para invitarme a lo que me apetezca,desplegaré mis mejores armas. Siapunto bien, acertaré. Seguramente el camarero, haciendoplanear su bandeja sobre nuestrascabezas, nos interrumpirá.—Su Martini seco, con dos cubitos yrodaja de limón. Recostándome sinuosamente en lasilla, le brindaré la copa.Le daré el mío, pero no le pediré sunúmero de teléfono. Me llamará a todashoras y yo: que sí, que no, que sí, queno. En fin, que sí. Nos veremos varias

veces, quizá para desayunar juntos ocomer al mediodía. Sé que por las tar-des no podremos citarnos, y menos aúnpor la noche. Durante las noches, «demomento», me dirá, «no debo faltar encasa».En cualquier sobremesa de cualquierdía entre semana, me soltará el rollo deque le va mal en su matrimonio, que sumujer no lo entiende y que desde hacetiempo no disfrutan con el sexo. «Yo,que todo lo hago por ella y por mis treshijos, ¿sabes?» «A mí, que me he pasa-do la vida trabajando como un imbé-cil...» También me contará que se enfa-

da cuando su secretaria, tan eficiente,le telefonea para consultarle nimieda-des incluso los sábados por la tarde. Enese instante le pondré mi dedo índicesobre sus labios. Sabré cuándo hacereso del dedito y todo lo demás. Tambiéncuándo estar callada, aunque deberáparecer que me interesan mucho lascosas que me cuente, así que algunavez abriré los ojos como platos y solta-ré risitas estúpidas mientras sacudo lamelena dejándola caer sobre el otrohombro.No se me ocurrirá jamás mencionar elmatrimonio, ni sugeriré su divorcio. Noaspiraré a que pregunte si tengo sue-ños por cumplir, ni a que pida mi opiniónsobre asuntos que no sean banales. Nopropondré planes para los fines desemana; sabré aceptar que lo mío seanlos días de diario. No me sorprenderácon las axilas sin depilar ni el pubis per-fectamente recortado. Y por supuesto,nunca, nunca, le revelaré esta malditamanía de escribir las cosas que mepasan por la cabeza.Juro por Corín Tellado que ese hombreserá mío aunque tenga que compartirlocon su mujer, su secretaria y su madre.Y por fin, seré una mujer normal.

Prosa de HoyUna mujer normal, de Susana Martín

Yo estaba en el apartamento dedoña Lourdes, costurera, pro-bándome mi vestido pintadopor Olly, y doña Lourdes dijo:murió un hombre en el mar,mire a los bomberos. Miré ysólo vi el mar que debía estarmuy salado, mar azul, casasblancas. ¿Y el muerto?El muerto en salmuera. ¡Noquiero morir!, grité para mímisma, muda dentro de mi ves-tido. El vestido es amarillo yazul. ¿Y yo? Muerta de calor,no muerta en el mar azul.

Voy a contar un secreto: mivestido es lindo y no quieromorir. El viernes el vestido esta-rá en casa, el sábado me lopondré. Sin muerte, sólo marazul. ¿Existen las nubes amari-llas? Existen doradas. Yo notengo historia. ¿El muerto latiene? Sí: fue a bañarse al mar

de Urca, el bobo, y murió;¿quién lo mandó? Yo me bañoen el mar con cuidado, no soytonta, y sólo voy a Urca paraprobarme el vestido. Y tres blu-sas. S. fue conmigo. Ella esminuciosa en la prueba. ¿Y elmuerto? ¿Minuciosamentemuerto?Voy a contar una historia: erauna vez un muchacho joven aquien le gustaba bañarse en elmar. Por eso, fue una mañanade miércoles a Urca. En Urca,en las piedras de Urca, estálleno de ratones, por eso yo novoy. Pero el joven no les presta-ba atención a los ratones. Nilos ratones le prestaban aten-ción a él. Al caserío blanco deUrca, a eso no le prestabaatención. Y había una mujerprobándose un vestido y quellegó demasiado tarde: el jovenya estaba muerto. Salado.¿Había pirañas en el mar? Hicecomo que no entendía. Noentiendo la muerte. ¿Un jovenmuerto?Muerto por bobo que era. Sólo

se debe ir a Urca para probarseun vestido alegre. La mujer,que soy yo, solo quiere alegría.Pero yo me inclino frente a lamuerte. Que vendrá, vendrá,vendrá. ¿Cuándo? Ahí está,puede venir en cualquiermomento. Pero yo, que estabaprobándome un vestido al calorde la mañana, pedí una pruebade Dios. Y sentí una cosa inten-sísima, un perfume demasiadointenso a rosas. Entonces, tuvela prueba. Dos pruebas: deDios y del vestido.Sólo se debe morir de muertenatural, nunca por un desastre,nunca por ahogo en el mar. Yopido protección para los míos,que son muchos. Y la protec-ción, estoy segura, vendrá. Pero ¿y el joven? ¿Y su histo-ria? Es posible que fuera estu-diante. Nunca lo sabré. Mequedé sólo mirando el mar y el

caserío. Doña Lourdes, imper-turbable, preguntándome siajustaba más la cintura. Yo ledije que sí, que la cintura tieneque verse apretada. Pero esta-ba atónita. Atónita en mi precio-so vestido.

Clarice LispectorCuentos ReunidosEditorial Alfagura, 2002529 páginas, 20€Traducción: Cristina Peri Rossi

No entiendo la muerte.¿Un joven muerto?

Mi vestido es lindoy no quiero morir

Paréntesis 3Diciembre 2007

Si desea ver su cuento o relato publicado en esta sección, envíelo [email protected], junto a su nombre, apelli-dos, profesión, dirección, teléfono y DNI. La extensión máxima es2500 caracteres (con espacios). Paréntesis incluirá los mejores en lossiguientes números del periódico.

Viajes y LiteraturaSuicidarse en Turín, por Rafael CaumelLa habitación 346 del hotel Roma deTurín aún conserva el teléfono de paredSiemens desde donde Cesare Paveserealizó cuatro llamadas a cuatro muje-

res: una antigua amante, una reciénconocida, la hermana y una prostituta.Ninguna accedió a visitarlo, y el escritoranotó “No cotilleéis demasiado” en un

papel y abrió el frasco de barbitúricos.El viajero que admira a Pavese ansíasecretamente descubrir en Turín unaciudad que explique el suicidio. Imaginala ordenación cuadriculada de calles, elmobiliario urbano distribuido simétrica-mente, la legión de peatones con rumbofijo y mirada perdida.Los suicidios de Primo Levi y EmilioSalgari, y el ataque de locura deNietzsche, también ocurrieron en Turín.Así que, aparte del prejuicio turístico decreerla una ciudad con poco más que lafábrica de la FIAT, el viajero le imputatodas estas pérdidas. Sin embargo,llega a la estación de Porta Nuovaempujado por el deseo de encontrar lapista de alguno de aquellos amigosmuertos. Mientras toma un bicerín en elPlatti —en otro tiempo frecuentado porPavese—, el viajero abre El oficio devivir. Relee algunos fragmentos, acom-pañado por el sabor del café con choco-late, las atenciones de los camareros yel suave tono de las voces provenientesde otras mesas, que lejos de ser unaexcepción, vuelve a encontrarlas encada uno de los cuidados cafés y res-taurantes que disfruta durante su estan-

cia. Pero sobre todo, el viajero descubreen Turín una ciudad pensada parapasear: las galerías de cubiertas acris-taladas y los amplios soportales transi-tados por personas de mirada franca yandar sereno; las terrazas cuyas sillasnunca estrangulan el paso; las palabrasde quienes admira; los puentes sobre elPo.El último día, el viajero mira su reflejo enel escaparate de la librería DanteAlighieri y entra a buscarse. En lassalas de lectura de la primera planta,encuentra un espacio íntimo propiciopara reflexionar. Se sienta en uno de lossillones, hojea un libro, mira los cua-dros. Sabe que al día siguiente deberáregresar al sitio de donde procede. Ysiente el desquite de Turín.Sin perder la calma, el viajero vuelve asu habitación para realizar cuatro llama-das desde el teléfono de paredSiemens: a casa, al trabajo, a la agen-cia de viajes y a la recepción del hotel.Tiene que posponer todo lo que puedael regreso a un lugar donde, en vez desoportales, librerías y cafés, abundanlos cajeros automáticos, bares y pelu-querías.

Un grito agudo interrumpió la melodía.El artista, extrañado,agitó su instrumento,y cayó al suelo, yerta, rota,una brillante y negra golondrina.Del poema LA TROMPETA,de Ángel González(Poesía del Jazz, Revista Litoral)A Louis Armstrong (1900, NuevaOrleans—Nueva York, 1971) se le atri-buye la idea de que un solo instrumen-tal debe contar una historia.Los acordes de la melodía, escenario ydecorado, llenan el espacio. Con unritmo preciso, la batería mide y estructu-ra el tiempo del tema. El contrabajoasienta los cimientos de la armonía. Esentonces cuando, de las entrañas de latrompeta, en un parto dramático y rebel-de, por primera y última vez (nunca seráigual) el solo instrumental decide contarsu historia desde sí mismo, desde suinterior único.Impregnará a los oyentes de emocionesdiversas. Algún espectador dibujará enel aire sus propios sueños: quizá desee

fugarse con la pelirroja del guardarropa,que le reclama con un guiño mentirosode gata en celo, y atrape una voluta dehumo azulada para bailar con ella en elaire. Quizá otro se ablande y propongaescapar de la rutina al observar la lágri-ma que cae hasta los labios ya cuartea-dos y sin urgencias de su mujer, orenuncie a todo y decida ahogarse irre-mediablemente en el último vaso debourbon. Mientras tanto, sin ser cons-ciente de su influencia, el solo seguirácontando su historia en un tiempo pro-pio y efímero. Los últimos acordes envolverán la esce-na, y la luz del resto de los focos inun-dará el escenario y el local. El soloesperará a la siguiente madrugada paranacer otra vez y redescubrir el dolor dela libertad contando su historia demanera distinta. Al despuntar el día, elsolo saldrá por la puerta de atrás hacialas calles mojadas. Es posible que aldoblar la esquina del Callejón del Blues,vea a cualquiera de nosotros acarician-do las cicatrices que nos hizo unanoche de tormenta e incertidumbre, enlas mejillas del alma.

Libro recomendado:Boris Vian: Escritos sobre jazz.Ediciones Grech, Madrid, 1984.

Disco recomendado:The hot five and hot seven(1925-1928) CBS

Música y LiteraturaUn solo en la noche, por Jorge Rosa

4 Paréntesis Diciembre 2007

Habitación donde se suicidó Pavese; la nº 346 del Hotel Roma, en Turín

Psicoanálisisy EscrituraAquellas cartasAbro este espacio que se me brinda a laletra para dar un texto híbrido, entreagradecimiento y homenaje. Agradecerel lugar para este ejercicio y dar elhomenaje que debo tanto a la escrituracomo al psicoanálisis. Que Freud hayasido, además del creador del psicoaná-lisis, un escritor de reconocido talento,no es un aspecto que suela señalarseentre sus cualidades fuera de los círcu-los informados. Que lo fuera infatigable,si nos atenemos a su producción, esalgo que merece recordarse. La pro-ducción ensayística y epistolar deFreud es amplísima como amplia lagama temática y de personalidades desu época con las que dialoga mediantela escritura, no solo del campo de la clí-nica sino también de otros aspectos dela cultura. Actualmente no nos enviamos cartas.El mensaje vía móvil con sus ejerciciosde contracción de las palabras, elladrón Hermes-mail, el Chat pseudóni-mo-anónimo en la Red, están dando altraste con este ejercicio de la escritura.Lo más parecido a una carta que nosllega suele ser el “saluda” con que lasempresas comerciales pretenden per-sonalizar la difusión enajenante depublicidad, cuando no de simple propa-ganda. Quizás en nuestro mundo roto tambiénse ha quebrado el espacio que permití-an las cartas, el espacio para la corres-pondencia. Curiosamente, al igual queen nuestra casa se han instalado dis-cursos que pronuncian otros, envolvien-do nuestro silencio, la correspondencia

parece haberse diluido y haber sido res-catada en esa extraña palabra-mundoque es la solidaridad. Quizá existanotras formas de comunicación pero esseguro que hay menos corresponden-cia. Escribir una carta es un acto que com-promete, que podríamos ubicar entretomar la palabra y publicar un escrito.Decimos “entre” por estar en esa cone-xión, en esa relación. Si una carta sedirige a un otro, un escrito podríamosconsiderarlo una carta que se manda acualquiera. En el velo de la distancia, una cartaviene a traer al presente de quien larecibe el calor de lo más íntimo, la com-plicidad del ausente.

Crítica LiterariaOtra noche de mierda en esta puta ciudad La cocina de la escritura

Nick Flynn. Anagrama, 2007. 318 páginas. 19€.Cuando iba por la página 69 volví a empezar por sihabía pasado por alto alguna frase, alguna pala-bra, algún lunar que no hubiese saboreado.Estructurada en breves capítulos (muchos soncuentos por sí mismos) y con una mezcla de esti-los —autobiográfico, monólogo interior...— NickFlynn narra la historia de su padre, la suya propiay sus caídas en los infiernos.Nick, que trabaja en un asilo para indigentes, reci-be a un nuevo inquilino, Jonathan, su padre, des-trozado por el alcohol y la cárcel, que aún conser-va el delirio de escribir la gran novela que nuncacomenzó.Ejemplo para aspirantes a escritores: no es sufi-ciente con haber tenido una vida difícil; hay queaprender, como Nick Flynn, a contarla.

D. Cassany. Anagrama, 1995. 255 pags. 15€.Este manual no sólo mantiene su vigencia sinoque resulta imprescindible —tanto en Españacomo en América Latina— para los que comien-zan a escribir o para los que están seducidos porel idioma y la lectura.Contiene criterios que van desde el estilo a lasideas y los temas; de la arquitectura del párrafo alas reglas para escoger palabras; de la puntuacióna los desusos y abusos; desde los puntos de vistahasta una guía de revisión y trucos para corregir.El propio autor nos anima: “Entra en la cocina aver cómo los autores preparan sus escritos.”Cassany, profesor de la Universidad de Barcelona,cuenta con otros títulos: Describir al escribir, Traslas líneas y Afilar el lapicero. Aunque todos útiles,el que anunciamos es de referencia indispensable.

Taller deEscritura1ª SugerenciaLa actividad literaria comienza en laimaginación. La idea nos sorprendecomo algo ajeno y propio a la vez;irrumpe en y desde nosotros sin aten-der a protocolos. En vez de aguardar aque estemos sentados ante un escrito-rio, aparece mientras bajamos del auto-bús o en el instante más solemne de unentierro. Es un fogonazo indiscreto yvívido como un sueño, pero como este,se olvida pronto si no la anotamos; unaacción muy simple que, por desgracia,no suele realizarse. Si en lugar de ideasfuesen monedas de 1 euro, pondríamosmás cuidado en conservarlas, lo queequivale a admitir que, en general, noles concedemos ningún valor. ¿Por quéaceptamos sin más estas pérdidas?

Bastaría llevar un cuadernillo encimapara remediarlo. Dedicar unas líneas arecoger cada gesto, sensación o fraseque consideremos importante o pecu-liar, allá donde surjan, se convertirá ensoporte imprescindible de nuestra escri-tura, y de la memoria. No sólo construi-remos un semillero de posibles historiascon cada apunte, sino que también que-dará constancia de algo de nuestrotiempo cuando recuperemos, al leerlas,aquellas huellas escritas que, comohitos, señalarán momentos singulares,vividos, desencadenando una cascadade recuerdos.La versatilidad del cuadernillo tambiénse evidencia al poco tiempo de comen-zar a usarlo. Es cuaderno de campo, deviajes; un espacio lúdico, alejado deaquella ñoñería del querido-diario-dos-puntos; un lugar donde darle forma alpensamiento, donde dialogar con noso-tros mismos para construir un criterio(no exclusivamente literario). Porque enel cuadernillo podemos escribir sin pre-ocuparnos de las opiniones de losdemás —mejor si somos incorrectos—.Al no sentir la obligación de atenernos aconvenciones sociales, ni siquiera detipo sintáctico u ortográfico, abrimosventanas a la libre asociación y damosrienda suelta a la palabra.Nuestro principal enemigo es la pereza.En el enfrentamiento con ella, unpequeño bloc de notas será un aliado.El simple gesto de llevarlo encima per-mite superar la primera resistencia aescribir —el menosprecio de la idea—.

Paréntesis 5Diciembre 2007

Emilio Mármol Rafael Caumel

Antonio Almansa

Si desea ver su microrrelato o fotografía publicado en esta sección,envíelo a [email protected], junto a su nom-bre, apellidos, profesión, dirección, teléfono y DNI. La extensión máxi-ma de los textos es 1200 caracteres (con espacios). Paréntesis inclui-rá los mejores en los siguientes números del periódico.

Los lectores escribenUn espacio dedicado al microtexto

Propuesta de escritura paralos lectores:Para el próximo número le invi-tamos a que coja cuaderno ybolígrafo y, en lugar de dirigirsea la cafetería que frecuenta,busque un establecimiento dis-tinto. Anote lo que vea: quienentra, quien sale, qué toman,cómo cogen la taza o el cigarri-llo y se lo llevan a los labios.Escúchelos.Deberá imaginar un fragmentode vida de la persona que elija. Si desea que publiquemos surelato en esta sección, consulteel formato y las condiciones deenvío en el encabezamiento deesta página.

Fotografía de los lectores. En este primer número, la autora es Laura Santiago

CONSEJOSReviéntale, dile que lo tuyo no es un capricho.La caza de un negro,Una sombrilla más en la arena de tu cuerpo.Dile que la bolsa ha subido y has ganado unos euros;Lo suficiente para pagarte dos como él.Cuéntale que quieres joyas de hojalata,De marihuana y alambre para tu cabello.Debe aprender a ser tu sombraA sacarte la sangre, a comerte las tetas.Aprender a correr delante de un toro,De un viejo y una naranja machacada.Dale un toque de lunares, otro de espinas y también un disco rayado.Dale la música de tu barriga, del corazón,Y la botella, y tal vez la canción de cunaQue odiabas de pequeñaY te cantaba la tata hasta que la mataste.

Montserrat López Rueda

6 Paréntesis Diciembre 2007

UNA MOSCA FILOSÓFICALa resina se deslizaba tan despacio que la moscano la advirtió. Estaba frotándose las patas delan-teras cuando tocó su ala derecha. Intentó volar,pero sus movimientos hicieron que quedara másatrapada en el lento flujo. Exhausta, la moscacomprendió que era inútil la lucha, así que tomóuna decisión: se dedicaría a disfrutar el resto desu vida.

Chelo Muñoz Lendínez

LA PASIÓN SEGÚN O—¡¿Qué barbaridad estás insinuando?! —protestóacalorado Pedro.—Digo que la Pasión de Jesús no es más que otrocaso de sumisión —encendió un cigarrillo quetomó el mismo color incandescente de la cara dePedro—. El amor al prójimo sin límites, inclusohasta dejarse matar…—¡La entrega de Jesús fue un amor puro y sincondiciones!—Pues eso.

Pedro Rojano

LA VUELTAYo iba a tardar mucho en volver, por eso le dije quepermaneciera sentada. Debió hacérsele demasiadolarga la espera porque, cuando llegué, estaba tum-bada y rodeada de gente.

Rosa Mª Gómez Flores

MEJORA SUSTANCIALTras años de ignominia, el bárbaro reflexionó. Nopodía seguir masacrando indiscriminadamente. Apartir de ese momento, sólo mataría a personasindefensas.

Jorge Rosa Monjo

Espectáculos

Convocatorias de ConcursosLa plicaDedicamos este primer númeroa un término que suele generarproblemas entre quienes sepresentan por primera vez a unconcurso literario.La mayoría de los certámenesfuncionan con el sistema deplica. Consiste en un sobre encuyo exterior se anota el títulode la obra y el seudónimo conque participa el autor. Dentrode este sobre (la plica), seincluye una fotocopia del D.N.I.y una hoja con los datos perso-nales del autor, el seudónimoutilizado y el título de la obra

presentada. A menudo tambiénes necesario adjuntar, dentrode la plica, una declaración fir-mada que acredite que el relatoes original e inédito y no estápendiente de resolución en nin-gún otro certamen.La obra a concursar sólo puedeidentificarse mediante título yseudónimo. Tanto la obra comola plica cerrada se introducenen un sobre para el envío pos-tal. Como en el exterior de estesobre tampoco deben apare-cer los datos del remitente,resulta recomendable el fran-

queo certificado o con acusede recibo. Así los consignare-mos en el impreso que se relle-na, de manera que el sobrequedará identificado medianteel código del envío y dispondre-mos de un resguardo.Concurso del mes:- II Concurso de Microrrelatos“Antonio Almansa”.Premio: 1000€ y publicación.Plazo presentación: 31/12/07Bases en:www.tallerparentesis.com

Asociación ParéntesisHace unos días asistí en sus instalacio-nes a la proyección de una entrevista aJulio Cortázar, y al posterior coloquio.Por lo que entendí, se trataba de unciclo entre otros que van a organizar,como el de “Cine y Libros”. Me parecióinteresante y quisiera informarme sobreel calendario de estas actividades. Les felicito por su propuesta.

María José EstévezGracias, María José:Solicite el programa de actividades dela asociación en el correo electrónico:asociacion@tal lerparentesis.comRecibirá información puntual acerca delos eventos que se organicen.

Periódico ParéntesisEn la presentación del último libro edita-do por su Taller de Escritura, menciona-ron la futura publicación de un periódi-co, ¿podrían informarme acerca de lasintenciones del mismo y la fecha en laque saldrá?

Susana PadillaHola, Susana:Aquí lo tiene, en la fecha acordada.Podrá encontrarlo en bibliotecas, librerí-as, quioscos de prensa, aeropuerto,estaciones, cafeterías y más. Nuestroobjetivo, además de la difusión de obrasy escritores relevantes, es comunicar elgoce de escribir y facilitar un mediodonde publiquen quienes comienzan.

Solicitud de envíoTrabajo en un sanatorio y sería fantásti-co que, tanto el personal como lospacientes ingresados, pudiésemos dis-poner de este periódico. ¿Hay algunaposibilidad de que nos lo envíen?Gracias por apostar por la cultura.

Eugenia López.Gracias por su apoyo, Eugenia.Podemos enviarle la versión electrónicadel periódico, previa solicitud al correo:[email protected] desea recibirlo en formato impreso,con gusto se lo remitiremos a la direc-ción postal que nos facilite.

Cartas de los lectores [email protected] opiniones que se envían a este periódico deben incluir el nombre y apellidos del remi-tente, profesión, dirección, teléfono y nº del DNI. Los textos no deben superar las 10 líneasde extensión. Paréntesis podrá extractarlos y editarlos para su publicación.

¿Una imagen valemás que mil palabras?

El pequeño teatro del mundoSi creéis que vais a encontrar en estasección al crítico osado que levanta obaja el pulgar para salvar o condenar alos gladiadores que se lo curran en elfoso de los leones de la MetroGoldwing Mayer, o al que calificaponiendo puntos o estrellas como enlas revistas especializadas, estáis equi-vocados.

Yo quiero hablaros de las “pelis” queconsiguieron y siguen logrando quecrezca y me sienta más héroe, maslisto; capaz de llevarme a la chica decalle. En fin, las que se convirtieron enpuntos de referencia. He comenzado el artículo con un titularengañoso porque creo que el eco repe-tido de la mentira no crea una verdad:las imágenes limitan, dan forma y creanlos lugares comunes, acotando libertadcreativa. Por ejemplo, si vemos uncaballo en la pantalla, creeremos quetodo el mundo ve el mismo caballo. Sinembargo, la palabra caballo, leída odicha (en teatro), sugiere a cada espec-tador o lector una imagen distinta. Laspalabras proponen, permiten que elviaje sea hacia el interior. Un diálogocon dobles intenciones, los lenguajescorporales, un texto que no se dice,crea en mí un efecto especial que metransporta hasta las complejas relacio-nes de las personas reales.Mientras llega el próximo número delperiódico, podéis ir viendo “El Maridode La Peluquera”, del director PatriceLeconte. Escribidme diciendo qué osparece.

Demasiado repetitivo, los mismos per-sona-personajes, las mismas poses,los mismos pensamientos, las mismaspautas de comportamiento, los mismosmóviles... Prototipos PSOE, prototiposPP o prototipo ecologista...En casi todas las obras, el banquero

imita al banquero, la prostituta a laprostituta, el trabajador al trabajador, elprogre al progre; demasiadas copias decopias. Cualquier espectador inquietoes capaz de predecir sus vidas sobre elescenario. Con ciertos directores eintérpretes se suceden indefinidamentelos mismos actos. Mientras tanto, Valle-Inclán continúaaparcando coches en la explanadacolindante a cambio de la voluntad —situerce el gesto, el conductor lee “terallo el coche”, y la propina es másgenerosa—. Mientras Lorca sopla unaflauta amenizando la cola de los que notienen abono o invitaciones del conce-jal, los mejor trajeados mascullan: ¡Quésabrá éste de arte! Mientras el hedor deArtaud compite con el de las perfuma-das damas y pulcros caballeros queesperan su turno para acceder a lasala, éstos comentan: ¡Qué hará esteapestado sobre la alfombra roja denuestro Festival Internacional! Esta gente existe. Ocultan sus miedosacomodados en sus butacas, celebranlas obras e interpretaciones intrascen-dentes que no alteren sus costumbres,sus ideas; que no les obliguen a cues-tionarse nada. Por su parte, los directo-res y actores conocen los límites queno han de sobrepasar hasta la próximasubvención. Toda esta gente existe.

Paréntesis 7Diciembre 2007

Plácido García

Isabel Merino

Responde: Lola Lorente

EntrevistaAntonio Almansa, por Lola LorenteEl encuentro con Antonio Almansa, fun-dador de los Talleres de EscrituraParéntesis, tuvo lugar en la Escuela delas Artes de Málaga. Estos son algunosfragmentos de la entrevista:Sobre los Talleres de Escritura“Un Taller debe encargarse de encauzarla espontaneidad del alumno, de apor-tarle pautas para afinar lo escrito y quesu texto sea más preciso para comuni-carlo mejor al lector. Al profesor lecorresponderá transmitir con claridadlos conceptos generales, motivar algrupo e impulsar las particularidades decada integrante; por su parte, el alumnodeberá tener entusiasmo por el trabajo:en un Taller no se reparten milagros. Siun alumno quiere fórmulas mágicas, esmejor que no asista: puede disfrazar sudesinterés en la barra de cualquier barargumentando, con aires de intelectualexperimentado, que los Talleres deEscritura no sirven para nada.” “Lo más importante, al menos para míen Paréntesis, es la lectura. Ahora bien,no una lectura que simplemente paseela mirada por el texto sino una lecturaque se cuestione el propio texto, comoadvierten Saussure, Barthes y otros.Por otra parte, ¿desde dónde se lee?,porque los ojos no leen, quien lee esnuestro cerebro, y el cerebro estáimpregnado, a su vez, de nuestra cultu-ra; por tanto, leemos desde la ideología(entendiendo por ideología el conjuntode ideas previas, de prejuicios respectoa la realidad que nos impone nuestracultura).” Un tallerista se queja: ‘No tengo tiempo’,‘el profesor no me comprende’, ‘notengo demasiada imaginación’. Habríaque preguntarle: ¿En su casa tienecomida, luz y agua? ¿Dispone de nove-las, geografías, diccionarios? ¿Le handiagnosticado una enfermedad grave?Parece que alguna ofuscación le obligaa darnos a entender que es una perso-na sin recursos. Quizá lo que debiera esanimarse a trabajar, a gestionar mejor laabundancia en la que vive”. “En un Taller, el alumno debe tratar derecuperar el contenido de lo olvidado.Creo que para la escritura lo olvidado estan importante como lo que se recuerda.La memoria es accesible en cualquiermomento. En el olvido están los días,meses e incluso años de los que norecordamos casi nada, el rostro desdi-bujado de aquella mujer a la que ama-mos, olores que no podemos recuperar,sueños que tuvimos. Todo eso meinquieta; comprenderá usted que estémás seducido por el olvido que por lamemoria. Esto lo aprendí de LoboAntunes.”

“También se puede escribir al margende un Taller, no es imprescindible asistir.Sin embargo, el Taller es un espaciodonde compartir inquietudes, conocer lapráctica de corregir los propios textos yde los compañeros, cambiar o consoli-dar opiniones. Las ideas individualespueden ser vanidosas y no debemoscaer en la esclavitud de servir a un solopensamiento, aunque sea el nuestro.”“Cioran apuntaba que la palabra másimprecisa que conocía era ‘yo’.”

Sobre la escritura“La verdadera escritura aparece des-pués de corregir; de corregir hasta ellímite, de quitar adjetivos inútiles, fraseshechas. La escritura cobra interés eintensidad con la goma, no con ellápiz.” “Antunes dice que un cuento noestá terminado porque ya tenga 3 ó 15páginas, sino porque ya no hay formade inmiscuirse en él.”“No estoy en contra de ningún género,pero me gusta la distancia corta delcuento y la poesía (que son de una bre-vedad engañosa). Para explicar algo enun ensayo pueden necesitarse 300páginas. En ocasiones, el poeta desve-la lo mismo en una sola.”“Hay una actividad de moda entre escri-tores piratas, perpetrada en la nocturni-dad de sus habitaciones, que consisteen rebuscar por los rincones de Internetfrases o versos de otros escritores —aser posible, remotos y desconocidos—para ‘cortar y pegar’ en sus propios tex-

tos. Supongo que esos tramposos vivi-rán en permanente angustia ante eltemor de ser descubiertos por los perió-dicos en los que colaboran o por suseditores. Trabajar y confiar en sí mismosmejoraría su salud y su futuro prestigio.”

Sobre escritura y política“Escribir, a mi entender, también es unacto político. El aspirante a escritordebe usar la palabra, no callarse. Elsilencio no es la prudencia y tampoco esneutral: la neutralidad no existe, es unconcepto virtual que utiliza el poder. Sino nos pronunciamos, será el Estadoquien ponga las palabras y definicionesa nuestro pasado, a nuestro futuro, anuestros sentimientos. Aquellos que,deseándolo, no escriben, deben saberque esa es una forma de entreguismo,de renuncia a diseñar su propio desti-no.”“Si lo moderno es pensar en el aquí yahora, en que la vida son dos días, etc.¿Quién se encarga de confeccionar elporvenir? Porque hay empresas que síse preocupan de inventar la moda quenos deberá gustar el verano que viene,editoriales que sólo aceptarán la litera-tura que se ajuste a las previsiones desu marketing o legisladores que yaestán ideando leyes para penalizar laavalancha de usuarios de hipotecasimpagadas que se avecinan.”“A veces, un buen Taller de Escrituralevanta envidias. Ahora, sin ir más lejos,Paréntesis pone en circulación un perió-dico gratuito. 10.000 ejemplares que,

posiblemente, en el próximo númerosean 20.000. Y si me permite quiero avi-sar, a todos los que ponen su ardor yconstancia para que este periódico estéen la calle, que habrá francotiradoresresentidos dispuestos a denostarlo, asícomo también instituciones cuyo únicointerés consistirá en saber ‘de qué lado’está el periódico cuando, en verdad, supretensión sólo sea la de difundir y ser-vir de soporte para todos los quecomienzan a escribir.”

Sobre la vida y la escritura“Me ocurre igual que a cualquier alumnodel Taller. Cuando quiero escribir sobreel amor puedo hacerlo estando enamo-rado, entonces es posible que se meocurran frasecitas bonitas sobre las olasdel mar o el movimiento de los giraso-les. Ahora bien, cuando pretendo sabercosas sobre el amor, de sus desarrollos,no debo estar enamorado; quiero decirque para saber del amor hace falta cier-ta distancia, ¿no le parece?”“La mayoría prefiere sufrir en vez de tra-bajar; sufrir por no parecerse aRimbaud, a Hemingway o a Kafka.Hace años lo entendí en mi propio psi-coanálisis, con la profesora MaríaChávez: yo también sufría porque misversitos de mierda no se parecían a losde César Vallejo.” “¿Dice usted que cuál es la preguntaque más temo? A mi, las preguntassiempre me han venido bien, tanto lasque me formulan como las que yomismo me hago. En el supuesto de quealgo sepa, de que cuente con mediarespuesta, es porque previamente hubouna pregunta.” “Si tengo algún temor esa la decrepitud, no a la vejez. En ladecrepitud se caen los dientes, seablandan los músculos, se desorientauno en el supermercado...” “De existir,los dioses son muy crueles; la invencióndel castigo de la decrepitud es unacanallada.”“Cada mañana curioseo en lo que veo uoigo, y si no encuentro nada por mímismo recurro a algún poeta; eso metensa el día.” “Intento escapar de larepetición, que es una manera anodinade morirse.” “Como indicaba Borges aun asistente en alguna de sus conferen-cias: ‘Tiene usted todo el pasado pordelante’. Así que, como usted y yo novamos ahora a discutir sobre la lucidezde Borges, mi optimismo me anima apensar que todavía puedo escribirlibros, hacer algunas esculturas, cono-cer a 20 mujeres e, incluso, recuperar-me de 15 desengaños. De manera quese lo puedo asegurar: al menos estemes no voy a morirme.”

8 Paréntesis Diciembre 2007

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