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Informe sobre el valor estratégico del petróleo en Venezuela
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- Un pensamiento un tanto de la doctrina capitalista es el de pensar que el
poder general tiene un costo, en otras palabras, el dinero es el poder de dirigir,
adquirir e inclusive influenciar las acciones del día a día que rodeen a las persona
o personas que posea el poder del dinero, pero no todo lo que brilla es oro y ese
es el caso de uno de los recursos más preciados del mundo entero; el petróleo u
oro negro.
Hoy en día es tan obvia la importancia del petróleo, fundamentalmente
como fuente energética, aparte de su utilidad como materia prima en la fabricación
de miles de productos, que parece tan remota la época en que de ese recurso,
uno de sus derivados (el kerosene) era el único utilizado al emplearse para el
alumbrado doméstico.
En el surgimiento y posterior desarrollo de la industria petroquímica, el
petróleo amplió más aún sus posibilidades de utilización, tanto que la gama de
productos elaborados por dicha industria es notablemente extensa,
comprendiendo desde explosivos hasta fertilizantes, pasando por plásticos,
textiles y detergentes, para mencionar sólo unos pocos renglones.
Un aspecto de relevancia del petróleo es sin lugar a dudas, sin impacto en
el consumo diario de las personas alrededor del mundo de productos derivados
del mismo hidrocarburo, pasando por contenedores y/o instrumentos plásticos
hasta el combustible con el que las personas se desplazan en sus vehículos, poco
a poco se va revelando el verdadero potencial del oro negro.
Por consiguiente, los gobiernos de los países que posean potencial y
materia para dedicarse a la explotación del petróleo dentro de sus territorios, lo
han convertido; principalmente por su versatilidad como materia prima, en uno de
los recursos más rentables hoy en día en el mundo. Por consecuencia el petróleo
afecta directa e indirectamente la geopolítica global, primordialmente por su valor
económico.
Por lo tanto, es necesario definir el petróleo dependiendo de variables como
su ubicación, disponibilidad, explotación y aprovechamiento como un recurso
natural agotable y no renovable, patrimonio nacional, su explotación tiene que
responder a lineamientos racionales de acuerdo con el respeto a las condiciones
ambientales y a las necesidades de una sociedad-nación para progresar y
prosperar.
La explotación petrolera por definición, interfiere con la naturaleza, sea en
tierra o en agua. Las naciones dueñas del petróleo tienen pocas oportunidades
para generar decisiones en los mercados de mayor consumo, orientadas a crear
una necesidad del consumo o de intensificarlo. El precio bajo, ya no estimula la
demanda.
Venezuela constituye una de las mayores provincias petroleras del mundo
y, si de hemisferios hablamos, en el Hemisferio Occidental, ocupa el primer lugar.
Este es el hemisferio, donde nació la industria petrolera e impuso toda una cultura
centrada en el consumo intensivo del petróleo
De allí, que dos escuelas del pensamiento se encuentran enfrentadas en
Venezuela en una discusión conceptual-intelectual iniciada desde hace
aproximadamente medio siglo. Una opta por considerar al petróleo como recurso
natural estratégico, agotable, cuya explotación debe ser cuidadosa, racional y
conservacionista.
La otra considera que la política de no otorgar más concesiones, es
condenar a que sus reservas se quedan indefinida e inútilmente en el subsuelo; es
privar al país de su derecho al progreso; y aspira a que el petróleo venezolano
tenga una participación cada vez mayor en la creciente demanda petrolera
mundial. Para ello, sería necesario efectuar un intensivo esfuerzo exploratorio a fin
de agregar considerablemente nuevas reservas petroleras, a la vez de expandir la
capacidad de producción en el país.
En el caso del petróleo de Venezuela, no sólo la gente, sino también la élite,
entendida en este contexto como el colectivo de profesionales y técnicos,
vinculados al quehacer petrolero en lo político, económico, legislativo, ejecutivo,
operativo..., coinciden en que “Venezuela tiene mucho petróleo”.
Diversas son las fuentes energéticas de que se valen las naciones y las
potencias para satisfacer sus necesidades de subsistencia; pero entre ellas, es sin
duda el petróleo la más importante de todas y, de acuerdo con todos los
pronósticos, seguirá siéndolo por lo menos durante los próximos 50 años, cuando
quizás la energía proveniente de otras fuentes renovables sean explotables. No
obstante, la geopolítica energética mundial en el presente y durante las próximas
décadas está signada por el petróleo.
No cabe duda de que importantes acontecimientos mundiales están
signados por la geopolítica energética, específicamente petrolera, y en la medida
en que las necesidades de consumo de energía aumentan, a la par que el
desarrollo de fuentes alternativas de energía se mantiene a un ritmo lento,
seguirán muchos de esos acontecimientos siendo signados por la geopolítica
energética petrolera.
El Rol Estratégico Y Geopolítico Del Petróleo Venezolano
El éxito logrado por Venezuela en volver comercialmente redituables sus
depósitos de petróleo pesado sugiere que contribuirá en forma sustancial a la
diversidad de la oferta global de energía, y a nuestra propia mezcla de
abastecimiento energético a mediano o largo plazo. Y está destinada a jugar un rol
protagónico en la geopolítica energética petrolera mundial
Por otra parte, el mundo está cercano a llegar a consumir la mitad de todo
el petróleo que nos legó la naturaleza y, como quiera que el ritmo de consumo
sigue un patrón de aceleración constante debido al crecimiento poblacional y a la
voracidad de economías prósperas como la de Estados Unidos por ejemplo, la
otra mitad del petróleo que nos queda en el planeta no superará la barrera del
siglo XXI, si acaso la del 2050.
Humberto Bauder (2002) los árboles de buena madera se siembran
para ser industrializados noventa o cien años más tarde. El mensaje para los
venezolanos que recogen este ejemplo es que debemos empezar a pensar en
el largo plazo, así sin adjetivos, pero en forma más esperanzadora. Al país podrá
arruinarlo su propia riqueza mal administrada, como está ocurriendo, pero así
empobrecido seguramente vivirá muchas centurias.
Venezuela está parada frente a un espejo distorsionador y frustrante
consecuencia de que existe una organización estatal como Petróleos de
Venezuela (PDVSA) que aplicó con éxito exigentes preceptos gerenciales para
manejar el más importante negocio del país, cual es la explotación de los
hidrocarburos propiedad del Estado venezolano; pero que hoy enfrenta serios
problemas por la pérdida de personal profesional.
Actualmente Venezuela ha llegado a ser un país sin destino
La estrategia energética del país depende de los recursos petrolíferos
con señalamiento de las formas y maneras de aprovecharlos eficientemente
como instrumentos múltiples que son a la orden de desarrollo nacional y a los
30 años del acto nacionalizador del petróleo en Venezuela,
El país todavía carece de estrategia alguna a largo plazo, ni nacional
para el desarrollo, ni energética para armonizar las distintas fuentes primarias
con los otros sectores productivos, ni petrolera que establezca con claridad tanto
el rol del país en el abastecimiento de la creciente demanda mundial de
petróleo, como la integración cabal de la industria de los hidrocarburos a la
economía venezolana.
Si Venezuela funcionara racionalmente, la jerarquización de las estrategias
serian: Estrategia nacional de desarrollo, Estrategia energética del país y
Estrategia petrolera venezolana según H. Peñaloza. (1994)
Actualmente, es necesario redefinir la industria petrolera para que el valor
estratégico del petróleo alcances las exigencias de los compromisos nacionales e
internacionales y para ello deben participar los siguientes cuatro sectores:
El Sector Tutelar que está constituido por los Poderes Públicos,
particularmente el Ministerio de Energía y las Comisiones de Energía de
la Asamblea Nacional, que establecen el ordenamiento legal, el régimen
fiscal y los lineamientos políticos de todas las actividades que se
realizan sobre los hidrocarburos del Estado.
El Sector Operativo Público atiende las actividades extractivas, refinadora
y comercializadora de los hidrocarburos del Estado organizadas bajo
la dirección empresarial de Petróleos de Venezuela S.A.
El Sector Operativo Privado incluye una variada gama de empresas
de particulares que ejercen funciones tales como concesionarias de
estaciones de servicio, transportistas de hidrocarburos, productoras de
bienes y suplidoras de servicios de toda índole (Cámara Petrolera),
contratistas de variados ramos y operadores privados en empresas mixtas.
El Sector Humano está integrado por profesionales y técnicos de las más
variadas disciplinas registrados por ley en colegios profesionales, así
como por la fuerza de trabajo organizada sindicalmente en
federaciones que participan en la realización de las actividades
principales o secundarias los Sectores arriba mencionados.
La armonía de cada sector con los otros tres es condición sine qua non
para que la industria del petróleo atienda las misiones fundamentales como
generador de recursos financieros propios del país, como motor de
transformación industrial, como bastón de soberanía geopolítica y como avanzada
de interdependencia tecnológica.
Ya se han desaprovechado oportunidades muy ricas que al país le
depararon el petróleo venezolano y su industria, como permitir que Venezuela
cayera en una deuda externa mientras PDVSA ha generado cuantiosos
recursos financieros por la venta de hidrocarburos; posteriormente aumentar dicha
deuda por la constante y progresiva devaluación del Bolívar Fuerte, moneda
nacional lo que trae la consecuencia directa de una hiperinflación que alcanzó el
64% para el mes de noviembre del año 2014 según datos del Banco Central de
Venezuela.
Lo cierto es que la industria succiona petróleo del subsuelo, no
recursos financieros del presupuesto nacional, al cual alimenta en un alto
porcentaje. Otra afirmación concreta es que los aportes del petróleo, tanto al
Fisco como a la economía en su conjunto, representan la garrocha que el
país necesita para dar el gran salto hacia su reconstrucción de una
Venezuela petrolera, dependiente de la mono-exportación de crudos y
productos fluidos a otra Venezuela petrolera, pero con bases económicas
diversificadas y sólidas.
Las premisas políticas que sirvieron de base para organizar el Estado
y hacer productiva la sociedad, ya no funcionan. En efecto, la dirigencia política
desconoce el entorno en el que opera, sin percatarse de los cambios de
paradigmas que vienen ocurriendo en Venezuela y en el mundo; no le ha
propuesto misión alguna al país, dominada como está por el cortoplacismo; y
de ordinario rechaza la competencia y evita su aparición por cuanto ella no la
tiene.
Siendo así, para Drucker (1994) las premisas acerca del entorno, la
misión y la competencia no encajan en la realidad de un país joven y pujante;
tampoco esas áreas se aceptan mutuamente, por la diversidad de valores e
intereses que las mueven; las bases de las transacciones político-social-
económicas no son conocidas por la sociedad en su conjunto, sociedad que
el paternalismo estatal ha retrasado su maduración; y los procesos de
verificación constante que se aplican tampoco constituyen prueba suficiente,
habida cuenta que las organizaciones partidistas son juez y parte en las
consultas ciudadanas.
La reconstrucción de Venezuela debe pasar por esta teoría de Drucker,
no porque el país sea un negocio, sino porque Venezuela es la empresa que
más nos interesa.
Para concluir, en cuanto a la aplicación de los enfoques gerenciales
se registran evidencias del rechazo de los mismos por parte de un estamento
político marcadamente cortoplacista, improvisador e imprevistico que ha guiado
al país por los caminos del tercermundismo con todas sus degradantes
implicaciones políticas, económicas, sociales, educativas, morales,
institucionales y geopolíticas. Como la envolvente política nada quiere saber
de establecimiento de objetivos a largo plazo, rigor gerencial, planificación
estratégica y cumplimiento de metas, el país va a la deriva, sin rumbo
conocido y sin destino.
Esto determina una sola conclusión para Venezuela. El petróleo es y lo será
cada vez más, un negocio muy rentable, donde la demanda será creciente a lo
largo de los próximos cincuenta años, a la par que la oferta será decreciente,
sencillamente porque se trata de un recurso natural no renovable que se agota.
Así que la estrategia geopolítica para Venezuela es muy simple: continuar
abasteciendo de petróleo a Estados Unidos, todo lo que pida, y también de gas;
pero, simultáneamente, obtener por ese petróleo el mayor precio posible, dentro
de las bandas fijadas por la Organización de Países Exportadores de Petróleo
(OPEP).
Que de la riqueza mundial, le toque a Venezuela la parte que le
corresponde como suministradores de la energía que alimenta el desarrollo
económico mundial. No se trata por tanto de regalar al mejor postor la principal
riqueza energética de una nación, sino de explotarla y aprovecharla al máximo en
función de una política de Estado de carácter estratégico y con sentido
prospectivo.
Pero, debido a la grave crisis en que está envuelta el país, las
consecuencia no se han hecho espera en la industria petrolera, no se ha
modernizado ni expandido las plantas industriales del petróleo, ni se han
hecho las modificaciones de pasar de una economía extractiva, agotable y
Mono-exportadora, a otra economía de base reproductiva, renovable y
diversificada , para dejar de ser un país tan dependiente del petróleo..
Fuentes Consultadas
http://www.nuso.org/upload/articulos/932_1.pdf
http://petroanalysis.blogspot.com/2010/04/las-reservas-infinitas-y-el-
valor.html
https://geopoliticasur.wordpress.com/2010/05/04/el-rol-geopolitico-del-
petroleo-venezolano/
http://www.svip.org/files/Estrategia_Petrolera_a_largo_plazo.pdf
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