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1047 EL PODER DE LAS PIEDRAS DEL REY. EL IMPACTO DE LOS MODELOS EUROPEOS DE FORTIFICACION EN LA CIUDAD BARROCA AMERICANA Juan Marchena Fernández. Universidad Pablo de Olavide. Sevilla. "La defensa propia es la fortificación, en ella goza de sus bienes y de su socorro la guerra. Se vive con quietud y se temen menos las hostilidades, porque guarda el sueño a los que abriga. Ella aumenta los comercios porque guarda los muros a la habitación que son sus puertas. Bárbaros son aquellos hombres que peregrinan por el campo y por el monte con las armas. La fortificación los pone en compañía civil" . Vicente Mut. Architectura Militar. Mallorca, 1664. El poder de las piedras del rey. Si durante los siglos XVI y XVII las ciudades americanas, fundamentalmente los puertos, habían sido fortificadas basándose en el plan que elaboraran para Felipe II los ingenieros italianos de la escuela abaluartada, durante el S. XVIII, y por especial influencia de la escuela flamenca 1 , la fortificación se transformó en un Arte. "La razón puede trazar el mundo y la guerra", escribió un Ingeniero. "Todo viene a reducirse a la regla y al compás", anotó otro 2 . Como indica Jose Antonio Maravall, "en la ciudad barroca, los cuarteles, los arsenales, los terrenos para ejercicio de instrucción y desfile, son elementos característicos de las nuevas realizaciones urbanas. Coronadas por la ciudadela, constituyen fuertes tentáculos y un férreo cinturón del dominio del Estado" 3 . Del "ut aedificentur muri Jerusalem" de David, citado por Don José de Peralta Barnuevo en su obra Lima Inexpugnable o DISCURSO HERCOTECTONICO o de defensa por medio de la fortificación de este grande emporio publicada en la capital del virreinato en 1740 4 , pasamos a los 1 MARCHENA FERNÁNDEZ, Juan. “Flandes en la Institución Militar de España en América”. En: Revista de Historia Militar . Núm. 58. Madrid, 1985. 2 - FOCH DE CARDONA. Geometría Militar . Nápoles, 1761. 3 - MARAVALL, José Antonio. Estado Moderno y mentalidad social . Madrid, 1978. Pág. 565. 4 - Peralta mantiene todavía en su obra la vieja idea de la defensa fortificada ante la agresión de la herejía protestante y en defensa de la religión: "Desde allá nos ataca el enemigo y, a pesar de la distancia de los lugares, se nos acerca en los designios. Las riquezas saqueadas; el honor de las mujeres, y, lo que es sobre todo, el de las Vírgenes sagradas, expuesto o estragado; violado el culto de los templos y conculcada la adoración de las imágenes, la

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EL PODER DE LAS PIEDRAS DEL REY.EL IMPACTO DE LOS MODELOS EUROPEOS DE

FORTIFICACION EN LA CIUDAD BARROCAAMERICANA

Juan Marchena Fernández.Universidad Pablo de Olavide. Sevilla.

"La defensa propia es la fortificación, en ella goza de sus bienes y de susocorro la guerra. Se vive con quietud y se temen menos las hostilidades, porqueguarda el sueño a los que abriga. Ella aumenta los comercios porque guarda losmuros a la habitación que son sus puertas. Bárbaros son aquellos hombres que

peregrinan por el campo y por el monte con las armas. La fortificación los pone encompañía civil".

Vicente Mut. Architectura Militar. Mallorca, 1664.

El poder de las piedras del rey.Si durante los siglos XVI y XVII las ciudades americanas,

fundamentalmente los puertos, habían sido fortificadas basándose en el planque elaboraran para Felipe II los ingenieros italianos de la escuelaabaluartada, durante el S. XVIII, y por especial influencia de la escuelaflamenca1, la fortificación se transformó en un Arte. "La razón puede trazarel mundo y la guerra", escribió un Ingeniero. "Todo viene a reducirse a laregla y al compás", anotó otro2. Como indica Jose Antonio Maravall, "en laciudad barroca, los cuarteles, los arsenales, los terrenos para ejercicio deinstrucción y desfile, son elementos característicos de las nuevasrealizaciones urbanas. Coronadas por la ciudadela, constituyen fuertestentáculos y un férreo cinturón del dominio del Estado"3.

Del "ut aedificentur muri Jerusalem" de David, citado por Don José dePeralta Barnuevo en su obra Lima Inexpugnable o DISCURSOHERCOTECTONICO o de defensa por medio de la fortificación de este grandeemporio publicada en la capital del virreinato en 17404, pasamos a los

1 MARCHENA FERNÁNDEZ, Juan. “Flandes en la Institución Militar de España enAmérica”. En: Revista de Historia Militar . Núm. 58. Madrid, 1985.

2 - FOCH DE CARDONA. Geometría Militar . Nápoles, 1761.3 - MARAVALL, José Antonio. Estado Moderno y mentalidad social . Madrid, 1978. Pág. 565.4 - Peralta mantiene todavía en su obra la vieja idea de la defensa fortificada ante la

agresión de la herejía protestante y en defensa de la religión: "Desde allá nos ataca el enemigoy, a pesar de la distancia de los lugares, se nos acerca en los designios. Las riquezas saqueadas;el honor de las mujeres, y, lo que es sobre todo, el de las Vírgenes sagradas, expuesto oestragado; violado el culto de los templos y conculcada la adoración de las imágenes, la

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Principios de Fortificación de Don Pedro de Lucuze, Ingeniero de su Majestad,que, manteniendo conceptos bien diferentes a los de Peralta, escribe en1772: "Antes de emprender la obra de una plaza se necesita de consulta, dereflexión y de examen; porque si se malogra la empresa es en gravedetrimento del Estado y seguro descrédito del buen juicio"5.

Atendiendo a las "Máximas Generales de Fortificación" de estos nuevosautores, y analizando las "circunstancias que hacen fuerte a una plaza", elsistema de fortificación a la moderna se hizo patente en buena parte de lasciudades americanas coloniales. La construcción del "Recinto" era la meta aconseguir, "levantado conforme a las reglas del Arte". Estas reglas setransformarán en un auténtico determinante para la ciudad, y bastará que seestipule conveniente tal o cual obra para que la trama urbana resultaseafectada. Volvemos, pues, a patrones muy antiguos. La ciudad cerrada, la"plaza fuerte", en la cual el muro y la ciudadela determinan las direccionesdel vivir cotidiano, el desarrollo y su expansión, marcando pautas decomportamiento a los habitantes. Difícil será estudiar un plano del XVIIIamericano de una cincuentena larga de ciudades importantes, sin descubrirla muralla, el bastión, el límite marcado a la ciudad por la piedra y el alcancedel cañón.

Los Ingenieros, en sus análisis de gabinete sobre el "ataque a plazamarítima" o "ataque a ciudad levantada a orillas de un río", van ahomogeneizar criterios y a aplicar soluciones de "manual", sea cual sea laciudad y sean cuales fueren sus peculiaridades.

Estos "Recintos", o "cuerpos de plaza, líneas continuadas defortificación que encierran la ciudad, convertida por esta razón en plaza deguerra"6, la rodearán cercándola, "sin dejar más espacios abiertos que losdispuestos, ordenadamente, en las puertas protegidas". Aplicando al recintolas “Máximas del Arte de la Fortificación”, el problema teórico quedabasolucionado, aunque para ello fuera necesario realizar una obra gigantesca:una estructura poligonal acompañada de glacis, contraescarpas, baterías,baluartes, etc, con muchos ángulos y miles de varas de perímetro. Si paradefender un pentágono de cincuenta metros de lado había que construir unaciudadela de cientos de metros de perímetro, para defender una ciudad conun recinto poligonal gigantesco era necesario arbitrar todo un mecanismoadministrativo y financiero que aprestase millones de pesos y centenares de

confusión y la consternación universal... Y en fin, una ciudad llena de motivos para la compasióny muy falta de medios para la defensa, son las voces con que nos gritan al reparo de Obligación,la Lealtad y la Religión".

5 - Imprenta de Tomás Piferrer. Barcelona, 1772. Pág.179.6 - FERNÁNDEZ DE MEDRANO, Sebastián. El Architecto Perfecto en el Arte Militar .

Lamberto Marchant, Impresor. Bruselas, 1700.

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brazos durante varios años o incluso décadas. Y es que los Ingenieros, apesar de considerar los recintos de plazas como fortificación irregular,indicaban que "requiere se dé una y muchas veces vueltas al plano, buscandoel modo de aproximar su fortificación a la Regular", único camino para poderaplicar las “Máximas del Arte” sin que quedase el perímetro expugnable poralgún lugar7.

No obstante, los Ingenieros en sus informes previos sobre lafortificación de una ciudad, se inclinaban continuamente por la realizaciónde una "plaza fuerte enteramente nueva", en la que, prescindiendo de lavieja ciudad murada, todo se planificara desde el principio (traza, distribuciónurbana, aguas, servicios, etc.) con lo que, consideraban, se ahorraríanconsiderable tiempo y esfuerzos. "Firmeza, simetría y comodidad", era ellema. Firmeza en la fábrica, simetría "que proporcione las partes yperfeccione el todo", y comodidad en la defensa como resultado8.

Lo costoso e imposible de esta solución obligaba a "fortificar conrecintos" las ciudades ya establecidas, con perímetros irregulares yacomodados al terreno, lo que a veces realizaban los ingenieros de malagana, "por lo poco lucido del resultado", no sin antes enviar cientos deproyectos sobre lo fenomenal que sería realizar la plaza fuerte de "nuevocorte". Juan Bautista Antonelli, el Ingeniero de Felipe II, sí pudo hacerlo enel S. XVI, o Tiburcio Spanoqui, pero dos siglos después resultaba impensabletrasladar una ciudad o volver a levantarla, con lo que había que adecuar elrecinto fortificado al casco urbano ya existente9. A no ser, claro, que mediaseuna catástrofe natural, o que se tratara de un nuevo establecimiento. Enéste caso todo quedaba bajo los designios de las "Máximas": "Las calles sedirigen desde la Plaza a las puertas principales o al medio de las cortinas y alas golas de los baluartes; a las principales se les da regularmente catorcevaras de ancho, para que puedan pasar tres carros de frente, y diez varaspara las menores"10.

Por tanto, los recintos fortificados irregulares se extendieron a partirdel primer tercio del S.XVIII por todas las ciudades puestas en defensa.Veracruz quedó encerrada, así como Campeche11. La gran Lima quedabaabaluartada en el S. XVII y durante el S. XVIII aún se perfeccionó más.Igualmente, una ciudad como Trujillo, tierra adentro, quedó fortificada con

7 - Ibidem. Pág.54.8 - SÁNCHEZ TARAMAS, Manuel. Tratado de Fortificación. Barcelona, 1768. Lucuze. Ob Cit.

Pág.85.9 - MARCHENA FERNÁNDEZ, Juan y Gómez Pérez, Carmen. La vida de guarnición en las

ciudades americanas de la Ilustración. Madrid, 1992.Cap. 1.10 - LUCUZE, Pedro de. Ob. Cit. Pág.87.11 - CALDERÓN QUIJANO, José Antonio. Nueva cartogrfía de Acapulco, Campeche y

Veracruz. Sevilla, 1969.

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perímetro poligonal12. Idéntica suerte corrió el pueblo del Callao. La Habanaviose coronada de merlones y modernizado su recinto13. En Cartagena deIndias se fortificó también el arrabal de Getsemaní, abaluartándolo; e inclusoen 1774 el Ingeniero Jiménez Donoso proponía unir la ciudad y su arrabal conotro recinto, desecando el caño que los separaba, realizando un únicocinturón y levantando un fenomenal hornaveque, con un presupuesto de casicuatro millones de pesos, no obstante ser ya Cartagena una de las ciudadesmás fortificadas14. Mérida de Yucatán estuvo cercada, y Panamá, SanAgustín, Santo Domingo, Puerto Rico, Valdivia, Concepción y tantas otrasvillas y ciudades. Incluso se planteó la posibilidad de fortificar Santa Fe deBogotá, proyecto calificado por el virrey Ezpeleta como "extravagante idea". Detodas formas se levantaron algunas baterías en los cerros vecinos y enMonserrate15.

La cuestión no quedó zanjada con estos sillares de cantería, sino que,en opinión de los Ingenieros, "la complementación más idónea para elrecinto" había de ser la ciudadela. Se realizaron planos, proyectos y estudios,y, de un modo u otro, comenzaron a levantarse estas moles de piedra anexasa la propia ciudad, justificadas por la "necesidad y ventajas de la ciudadela,demostradas por la razón, la autoridad y la experiencia, y con los ejemplaresde muchas ciudades que, en tiempos antiguos y modernos, las han tenido ytienen: y se convence ser ésta la mejor defensa de Lima"16. Los técnicosindicaron que "en la Europa se hallan muchas (ciudades) que no fiándose desus propias fortificaciones, se ven armadas de las ciudadelas que les sirvende último reparo, como que son el corazón de su Poder"17, citando un rosariode ejemplos desde Turín, Maguncia, Tornay, Metz, Amiens... Siguiendo estesistema tan antiguo como la Acrópolis, surgieron, elevando baluarte sobrebaluarte, las ciudadelas de Buenos Aires18, el Callao19, Cartagena deIndias20. En Mérida de Yucatán, a un extremo de la ciudad ya murada, se

12 - LOHMANN VILLENA, Guillermo. Las defensas militares de Lima y Callao. Sevilla, 1964.

Bernales Ballesteros, Jorge. Lima, la ciudad y sus monumentos. Sevilla, 1972.13 - WEISS, J.E. Arquitectura colonial cubana. La Habana, 1979.14 - MARCHENA FERNÁNDEZ, Juan. La Institución militar en Cartagena de Indias. 1700-

1810. Sevilla, 1981. Pág.305.15 - Ibidem. Pág. 55.16 - PERALTA BARNUEVO, Pedro de. Ob. Cit. Pág.10.17 - LUCUZE, Pedro. Ob.Cit. Pág.21.18 - Archivo General de Indias (en adelante AGI). Mapas y Planos de Buenos Aires. 39.19 - ZAPATERO, Juan Manuel. “El Castillo del Real Felipe del Callao”. En: Anuario de

Estudios Americanos. Num. XXXIV. 1977. Rodríguez Casado, Vicente y Pérez Embid, Florentino.Construcciones Militares del Virrey Amat. Sevilla, 1949. Esta ciudadela se proyectó aún másambiciosa de lo que luego se construyó.

20 - El castillo de San Felipe de Barajas, transformado en ciudadela en la segunda mitaddel XVIII por Antonio de Arévalo sobre diseños previos de Juan Bautista McEvan. MarchenaFernández, Juan. La Institución militar… Cit. Pág. 70 y ss. Ver también las obras de Enrique MarcoDorta y Juan Manuel Zapatero sobre esta fortificación.

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levantó la ciudadela de San Benito21, un complejo edificio de extrañasformas que encerraba entre sus muros al convento de San Francisco, ya quelos Ingenieros decidieron levantar la fenomenal defensa justo en el lugarsobre el que se alzaba el convento, antaño construcción maya, porque en suopinión reunía las mejores condiciones al estar en un altozano sobre laciudad. Ante la negativa de los frailes a marcharse, hicieron la obra de todasformas, resultando "un verdadero laberinto de muros y baluartes, calles,galerías secretas y subterráneas, celdas monacales y edificios de extrañamezcla"22. Podríamos citar, por último, la famosa ciudadela de Tucumán,construida en la ciudad de San Miguel, muchas leguas al interior de BuenosAires pero en el camino de la plata potosina. Todo el espacio amenazado debíaser protegido23.

San Diego de Acapulco también cumplía idéntica misión de ciudadela:tras sus muros se guardaban almacenes, oficinas, una iglesia y diversosedificios con una cierta trama de calles y plazuelas24. La ciudad de SanAgustín de la Florida, ya amurallada desde fines del S.XVII25, contaba con elcastillo de San Marcos, a un extremo de la villa a modo de ciudadela26; pero,considerándola insuficientemente defendida, el ingeniero Antonio deArredondo proyectó fortificar toda la ciudad, rompiendo la trama interna,quitando y añadiendo nuevas calles, hasta lograr una ciudadela "toda ellaciudad", octogonal, que, de haberle sido aceptado el proyecto, habríaresultado la fortaleza más grande de América. Su elevadísimo coste impidió aArredondo emprender tal obra27. En Cartagena de Indias el primitivo castillode San Lázaro fue convertido a lo largo del XVIII en una ciudadela, SanFelipe de Barajas, añadiéndole un conjunto de baterías colaterales deenorme extensión y costo, que domina la ciudad desde su altura hasta el díade hoy. Pero en 1750 el Ingeniero Juan Bautista MacEvan propuso echarlotodo abajo y aplanar el cerro sobre el que se ubicaba, pues, a su criterio, si elenemigo conquistaba el castillo se perdería la plaza. No se hizo el derribo porel gasto que supondría, pero en la década de los sesenta, Agustín Crame,

21 - “Es esta fortaleza la única defensa de esta ciudad, en cuyo centro y riñón estásituada”, informaba el Castellano Ayora. AGI. México 1009. Aunque la ciudad de Mérida estátierra adentro, los ingenieros consideraron que no estaba segura, por la proximidad de lospuertos de Sisal y Chubulná, fortificados solo con un reducto. Planos y diseños de estaciudadela en Calderón Quijano, José Antonio. Fortificaciones de La Nueva España. Sevilla, 1953.

22 - Ibidem. Pág.219.23 - BASCARY, Ana María. Tucumán a fines de la colonia. Familia y vida cotidiana. San Miguel

de Tucumán, 2000.24 - AGI. Planos de México. 125.25 - Desde 1696. AGI. Santo Domingo. 227.26 - Aunque esta obra era cuadrangular y no pentagonal, figura esta última preferida por

los ingenieros para las ciudadelas. FERNÁNDEZ DE MEDRANO. Ob cit. Pág.16. Sobre SanMarcos ver Arana, Luis Rafael y Mannuccy, Albert. The Building of the Castillo de San Marcos.Saint Augustine, 1976.

27 - AGI. Mapas y Planos de Luisiana y Florida. 40. Año 1736.

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Ingeniero Visitador, propuso otra vez demolerlo y erigir una ciudadela denueva planta, aún más grande, y con un costo superior a los cuatro millonesde pesos. Nada se hizo, afortunadamente para San Felipe, pero ello indicaque el ansia fortificadora de los Ingenieros era nada desdeñable y queparecían poseer una infinita capacidad para demoler y levantar28. En SantoDomingo, en 1776, también se propuso hacer una ciudadela, por ser "excesivoel gasto que habría que hacer para fortificar la ciudad en todo su recinto"29.

De esta manera, fortificadas, con ciudadelas o sin ellas, algunasciudades quedaron encerradas entre gruesos sillares de cantería, levantadossegún el "Arte y las Máximas". En muchos casos, como en Campeche porejemplo, quedaron dentro incluso huertas y pequeñas arboledas30. En LaHabana sucedió algo parecido, aunque en este caso el desarrollo demográficourbano colmó el recinto intramural ya en el primer tercio del S.XVIII,obligando a edificar lo que antaño fueron huertas y jardines31. En Lima seprodujo idéntico fenómeno, debido al auge constructivo y falta de solares32,conformando lo que aún hoy día se sigue conociendo como “el cercado”.

Otro tipo de ciudades nacieron en realidad como castillos. La ciudad ensí era la fortificación. Son los casos de Santo Tomé de la Guayana33, queencerraba a la villa, o los fuertes de la frontera de Chile. Por ejemplo, elfuerte de Nacimiento poseía trama urbana interna, con calles, plazas,dependencias, iglesia, etc. Aquí la ciudad estaba completamentedeterminada por la fortificación34. Lo mismo sucedía en los Presidios de lasProvincias Internas del Norte de la Nueva España, también con trama urbanadentro del perímetro del fuerte35.

Aparte las villas fortificadas con recintos más obras exteriores, otrobuen número de ciudades aparecen no cercadas, pero sí determinadas poruna serie de construcciones defensivas. Y al respecto puede hallarse unagama enorme: La Guaira, por ejemplo, estaba rodeada por un complejo defuertes y baterías que la hacían aún más inexpugnable que si estuviera todaella cercada. Adaptándose al terreno, cerca de treinta obras de fortificaciónse distribuían por su entorno, desde los muelles hasta las alturas situadas avarios kilómetros. La villa, entre ellas, aparece como un pequeño conjunto de

28 - MARCHENA FERNÁNDEZ, Juan. La Institución Militar en Cartagena… Cit. Pág. 178.29 - AGI. Santo Domingo. 1095.30 - Ver los proyecto elaborados por Agustín Crame en 1779. AGI. México. 3157.31 - WEISS. Ob. cit. Pág. 84.32 - BERNALES, Jorge. Ob. cit. Pág.186.33 - AGI. Santa Fe. 22. Ver GASPARINI, Graciano. “Los Castillos de la Guayana”. En

Armitano Arte. Febrero 1983.34 - RODRÍGUEZ CASADO y PÉREZ EMBID. Ob.Cit. Lámina XLVI.35 - TALAVERA ZAMORA, Carmen. Texas en el S.XVIII. Tesis Doctoral. Sevilla, 1983.

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edificaciones, más como lo accesorio que como lo fundamental36. Además, sele añadieron cortinas y baluartes para que quedase "segura sobre segura". Lapequeña villa de Río Hacha, entre las Gobernaciones de Maracaibo y SantaMarta, ofrece otro buen ejemplo. Sin estar cercada, en 1787 ofrecía unformidable aspecto en este sentido. Sus escasos habitantes estabancustodiados por el Castillo de San Jorge, el Fuerte de San Antonio, los deMonte Santo y Santo Domingo, más una serie de baterías colaterales37.Chagre, el pobladillo sobre el río de su nombre, también poseía otro conjuntoimportante. Su población no rebasaba los cien habitantes en la segundamitad del XVIII, pero, dado su interés estratégico, sus escasos vecinos habíanvisto elevar el Castillo de San Lorenzo, compuesto por cuatro baluartes, tresbaterías, un foso, cuatro cortinas, más el fuerte del Gatún, el de Trinidad ylos puestos fortificados de la Gorgona y Cruces38. Puerto Cabello es otro buenejemplo, con el castillo de San Felipe, el Fuerte Solano, las baterías a mediaaltura, un gran hornaveque y las fortificaciones de la ciudad y arrabal39.

El hecho de que la ciudad quedara determinada por las fortificaciones,por el poder de las Piedras del Rey, era más o menos evidente en función delas características de la plaza, pero siempre resultaba patente. Y en el casode las "ciudades abiertas" muy fortificadas no siempre se trataba de grandesurbes con una elevada población. Los vecinos de Río Hacha no llegaban alcentenar40, y los de Puerto Cabello no eran tampoco multitud41, por lo que aveces las defensas parecían absolutamente desproporcionadas con el tamañode la ciudad. Pero había imperativos estratégicos de por medio, y de estamanera la mayor parte de las ciudades, algunas de ellas apenas pequeñasvillas o poco más que aldeas costeras, se vieron coronadas por la piedra.Ciudades más al interior o a la orilla de los ríos navegables también sefortificaron, como Nueva Orleans, por ejemplo, que contaba con un fuerte, amodo de ciudadela, más diversas zonas preparadas con faginas en disposiciónde albergar baterías de artillería, zonas de vigilancia sobre el Mississippi,cuarteles, etc42.

36 - GASPARINI, G. “La Guaira. Cartografía S.XVIII”. En: Armitano Arte. 1982. Ballard

Pietri, Eugenio de. “Las fortificaciones coloniales de Caracas y La Guaira”. En: III Congresovenezolano de Historia. Caracas, 1979. Tomo I. Pág. 173.

37 - AGI. Santa Fe. 636.38 - AGI. Planos de Panamá. 116. Ver también Zapatero, Juan Manuel. Historia del Castillo

de San Lorenzo El Real de Chagre. Madrid, 1985.39 - ZAPATERO, Juan Manuel. La guerra del Caribe en el S.XVIII. San Juan de Puerto Rico,

1964. Pág.92.40 - ALCEDO, Antonio de. Diccionario Geográfico Histórico de las Indias Occidentales. BAE.

Madrid, 1976. Tomo II. Pág. 185.41 - Ibidem. Tomo I. Pág. 189.42 - AGI. Planos de Luisiana y Florida. 219.

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Desde California y San Blas por el Norte del Pacífico hasta Valdivia yChiloé por el sur, y desde Isla Amalia y San Agustín de la Florida por elAtlántico Norte hasta la Patagonia por el sur, América entera fue analizada,estudiada, a la luz de la poliercética. Con recintos, con recintos y obrasexteriores, con ciudadelas, sin recintos y con obras exteriores, o de cualquierotro modo, según la disposición del terreno y los caudales a gastar, la ciudadamericana del XVIII pareció sujeta por las obras de defensa. La Habana semostraba erizada de montañas de piedra a cual más impresionante: en labocana del puerto El Morro y, al otro lado, La Punta; más adentro del canal,el inmenso complejo de La Cabaña; la ciudad toda ella murada, más elcastillo de La Fuerza Vieja; al fondo de la ensenada, el Castillo de Atares ylas baterías de Regla; en el camino de tierra, el castillo del Príncipe; y en lasavenidas de la playa, el castillo de Cojimar al este y los castilletes de SanLázaro y La Chorrera al oeste. Cartagena de Indias del mismo modo: desde laentrada a la bahía por Bocachica, el castillo de San Fernando, la batería deSan José, otro conjunto de baterías en la playa y en Punta Abanicos, más elpuesto de Pasacaballos y la Castillo del Angel; adentrándose en la bahía, losfuertes del Manzanillo y el Castillo Grande de Santa Cruz; más adentro aún,el fuerte del Pastelillo, la batería de la Machina y, al fin, la ciudad y suarrabal fortificados con más de veinte baluartes y cortinas; tierra adentro, lainmensa mole de San Felipe de Barajas, la ciudadela, coronando el cerro deSan Lázaro y dos baterías sobre el cerro de La Popa; sobre la costa, al norte,las trincheras de El Cabrero, las baterías de Mas y de Crespo, el hornavequede Palo Alto y las faginas de la Boquilla… Podríamos enumerar muchos máscasos: Puerto Rico, Santiago de Cuba, Veracruz, Portobelo, Montevideo,Acapulco, Santo Domingo… La ciudad constreñida ante el poder de lasPiedras del Rey.

Cualquier punto que las “Máximas” consideraran necesario fortificarera cubierto de baluartes. Además, la cantidad de posiciones cuyomantenimiento era “urgente y necesario”, no hizo sino crecer. Cuanto másestudiaban los Ingenieros planos y orografía, cuanto más conocían lageografía americana, mayores eran los proyectos y más sustanciosos loscaudales que solicitaban para no dejar “desguarnecido este importantebastión que cuida los Reales Dominios”. Vastos territorios, dilatadasfronteras y acopio de enemigos, tal era la visión de la América española paralos estrategas de la defensa desde Cádiz o Madrid. Las obras eran necesariasdesde el punto y hora que la disposición táctica a seguir era la de resguardartodo “paraje expuesto a invasión" -y ello a escala continental, lo que da unaidea de lo quimérico del proyecto, de los caudales que se necesitaron y de ladecisión con que se llevó a cabo- o donde el "invasor pudiere hacerse fuerteestorbando el buen orden y la tranquilidad de estas Provincias". Todo ellocontrolado y fiscalizado para que las obras resultasen acordes al "Arte y lasMáximas". Semejante proyecto, unido a la necesidad de la defensa integral

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de "todos los territorios de la Corona que por la presente situación puedenser arrebatados para, posteriormente, servir de baza a la firma de la paz"43, olo que parecía más importante, "evitar la pérdida de alguna de las plazasantemurales que mantienen abierto el comercio del reino"44, y aldesconocimiento casi continuo de la posición e intenciones del enemigo,hicieron que las ciudades y villas americanas acabaran por verse guarecidastras toneladas de piedras, entre las que se encerró a la población urbana, ydonde se enterraron millones de pesos, dando una imagen a la ciudadcolonial española que aún perdura en nuestros días45.

Modificando tramas: plantas, calles y plazas.Cabría preguntarse si todo este afán constructivo condicionó las trazas

urbanas y en qué medida se produjo. Frente a las opiniones de Jorge E.Hardoy46, parece obvio que el determinante defensivo fue importante amuchos niveles, incluso el de la propia concepción de lo urbano en Américacolonial. Al respecto, Ramón Gutiérrez señala que "era tal la vigencia de laidea militar en la vida cotidiana de las ciudades que, aún careciendo defortificaciones, los distritos urbanos se denominaban cercado, y lo quequedaban fuera del perímetro se denominaba extramuros, sin existirmurallas"47. En estas páginas hemos citado casos en los cuales la trama seestablece en función del recinto y no al revés. Ello dependía del estado de lamisma en el momento de la ejecución de las obras de defensa. Normalmenteéstas respetaron el damero en el centro, pero sí afectaron a la periferia. ElIngeniero Antonio Arredondo, ya citado, modificaba en su proyecto la líneaNorte-Sur de la ciudad de San Agustín de la Florida por un trazado Este-Oeste, al tratar de levantar la gran ciudadela. Igual sucedió en el Callao, enMérida, en Montevideo o en Trujillo, donde las cuadras de los extremosaparecen completamente rotas y reconstruidas o directamente eliminadas enfunción del polígono fortificado. Sin embargo debemos pensar que ladeterminación procede más del concepto que de la propia fábrica. La ciudadcercada debía limitar el recinto urbano y su natural expansión al perímetro

43 - JOSÉ DE GÁLVEZ AL VIRREY FLOREZ. AGI. Santa Fe.577-A.44 - Ibidem.45 - Más bibliografía sobre las fortificaciones en América en Calderón Quijano, J.A.

Bibliografía de las fortificaciones españolas en América en la Edad Moderna. Madrid, 1985. Idem. Lasdefensas en la Recopilación de 1680. Sevilla, 1984. Gutiérrez, Ramón y Esteras, Cristina.Arquitectura y fortificación. De la ilustración a la Independencia americana. Madrid, 1993. Idem.Territorio y fortificación. Vauban, Fernández de Medrano, Ignacio Sala y Félix Prosperi. Influencia enEspaña y América. Madrid, 1991. Hardoy, Jorge E. Cartografía histórica de América Latina y el Caribe.Buenos Aires, 1991.Marchena Fernández, Juan. “Flandes en la Institución…”. Cit.

46 - “Las formas de las ciudades coloniales en la América Española”. En: Estudios sobre laCiudad Iberoamericana. Comp. Francisco de Solano. Madrid, 1975. Idem. Las formas urbanaseuropeas durante los siglos XV al XVII y su utilización en América Latina. Lima, 1972.

47 - GUTIÉRREZ, Ramón. Arquitectura y urbanismo en Iberoamérica. Madrid, 1983. Pág.86

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fortificado48. Aún más, las ubicaciones de los elementos que generaron lasciudades (puertos, aduanas, almacenes, complejos administrativos, fábricas,astilleros, etc...) también resultaron determinados por lo defensivo. Todo unconjunto de elementos íntimamente relacionados.

La planta de damero original sufrió modificaciones importantes debidoa la dinámica urbana, dado el incremento demográfico continuo de lasciudades americanas, más otras causas (expansión de los solares de losconventos -casos de La Habana, Arequipa...- o de las casas de particularespor las cuadras vecinas49, aumento del número de edificios comerciales,administrativos, de recreo, ensanche de plazas, traída y depósitos de aguas,etc...50 ), pero las obras militares impidieron a la ciudad salir más allá de losbaluartes y las cortinas. Colmados los recintos, edificadas las huertasinteriores, la ciudad creció en altura y reedificó casas antiguas, ocupandocuadras adyacentes, trastocando, incluso, el trazado de las calles51. Laplanta de damero se veía así apretada por el recinto, y su constitucióndeformada en función de las direcciones que originaban las cuatro o cincopuertas en la muralla, tal y como prevenían las “Máximas”. La situación veníaa ser parecida a la de algunas ciudades españolas. (Sevilla, por ejemplo, oCádiz, encerradas entre murallas, con una fuerte expansión vertical ytrastocando la traza original conforme se alejaban las manzanas del centro).Ello confirma la teoría de Gabriel Guarda referente a que el modelo dedamero en América responde más a una tradición medieval española que alos tratadistas del renacimiento52. Lo poligonal de algunas ciudadesamericanas no procedería de su trama original, sino del condicionantefortificador.

De cualquier modo, el centro permanece inalterable: la Plaza Mayorllamada en América no por casualidad Plaza de Armas, conformada por lasCasas Reales, el Cabildo Municipal, la Catedral y el Palacio Arzobispal. Estaplaza central aparece en los trazados de fortificación del S.XVIII como el

48 - En buena parte de las ciudades españolas esta limitación del perímetro amuralladosolo se venció a fines del S.XIX con la decisión alocada de echar abajo las murallas de lasciudades, fueran romanas, árabes o modernas, cuando la ciudad requirió extenderse o cuandolas necesidades del tráfico llevó a eliminar las rondas. En América buen parte de lasmunicipalidades decidieron hacer lo mismo, casos de La Habana, Lima, Santo Domingo… EnCartagena de Indias, aunque esta destrucción solo se realizó en parte, los vecinos ladenominaron “el murallicidio”. Marchena Fernández y Gómez Pérez. La vida cotidiana en lasciudades… Cit. Pág.58.

49 - BAUDOT, Georges. La vie quotidienne dans L’Amerique Espagnole de Philippe II. París,1981. Págs.198 y ss.

50 - WEISS. Ob Cit.51 - Jorge Bernales llega a idéntica conclusión en el caso de Lima. Cit. Pág. 186 y ss.52 - Santo Tomás de Aquino y las fuentes del urbanismo indiano. Santiago de Chile, 1965. Ver

también GARÍN, Eugenio. La revolución cultural del Renacimiento. Barcelona, 1981, capítulodedicado a la Ciudad Ideal. Y Ramón Gutiérrez. Arquitectura y Urbanismo… Cit. Pág.77 y ss.

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núcleo en torno al cual se articula el centro: "Se elige en el centro un grandeespacio cuadrado o rectángulo, para la Plaza de Armas… En el contorno sesitúa el Cuerpo de Guardia Principal, el alojamiento del Gobernador, delTeniente de Rey, del Mayor, del Intendente, Ministros de Guerra y Hacienda,la Casa de la Villa, la cárcel y la Iglesia, para que todos gocen de igualcomodidad"53. A fines del XVIII la permanencia de esta Plaza de Armas esevidente en casi todas las ciudades fortificadas de América: Habana, Lima,Trujillo, la traza de Panamá la Nueva, diseñada ya para ser fortificada en168854, Cartagena, Nueva Orleans55, etc... Y las ciudades de nuevo cuño de lacenturia (Guatemala, por ejemplo, trasladada en 1773) también mantuvieronsu estructura56. Incluso muchas reformas urbanas del último tercio del siglose realizaron tomando como núcleo esta Plaza de Armas.

Pero conforme nos alejamos del centro, las modificaciones en eldamero empiezan a producirse; como indicamos, la determinación por lasobras de defensa es doble: por una parte encierran a la ciudad y la obligan aexpandirse sobre sí misma, es decir, en altura; por otra, modifican las trazasen los bordes adecuándose al perímetro trazado por los ingenieros. EnCartagena de Indias se rompieron manzanas próximas a la muralla paraevitar que se montaran las casas sobre ésta, construyéndose plazas yrectificando ángulos en las cuadras57. El perímetro, a veces, modificó tanto latraza que vióse afectada incluso la Plaza Mayor, como sucedió con SanAgustín de la Florida, que pudo casi duplicarse en tamaño aunqueasimétricamente58. En definitiva, esta determinación afectó notablemente alpaisaje urbano y, analizando las descripciones que poseemos sobre la ciudadamericana del S.XVIII, queda patente la actuación de lo defensivo sobre lourbano.

El vecino era consciente de las modificaciones en las trazas debido alcerco de piedra, pero lo encontraba natural. Así, refiriéndose a La Habanaindica: "La planta de esta ciudad no es de aquella hermosura y perfectadelineación que según las reglas del arte y estilo moderno contribuye tantoal mejor aspecto y orden de los lugares y desahogo de sus habitantes, porquelas calles no son muy anchas ni bien niveladas... pero casi todas gozan de un

53 - LUCUZE, Pedro de. Cit. Pág.87.54 - RUBIO, Angel. Panamá: monumentos arqueológicos e históricos. México, 1950.55 - Que aún sigue llamándose así.56 - ZILBERMANN, M. y LUJÁN, J. “Santiago de Guatemala en vísperas de los terremotos

de 1773”. En Anuario de Estudios Americanos. Vol. XXXII, 1975. Langenberg, Inge. “Urbanización ycambio social”. En: Anuario de Estudios Americanos. Vol. XXXVI, 1979.

57 - Como en la Plazuela de las Negras, por ejemplo, o en la zona de Chambacú. AGI.Santa Fe. 942.

58 - El caso de San Agustín de la Florida queda bien estudiado por François Auguste deMontesquin. “Urbanización en San Agustín de la Florida”. En: Anuario de Estudios Americanos.Vol. XXXVII. 1980, donde se observan realineamientos de calles y rectificados de cuadras.

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mismo ancho, pues ninguna baja de ocho varas, y hay muy pocas cerradas nienteramente oblicuas ni recodadas...”59. Esta imagen puede extenderse amuchas ciudades de nuestro estudio.

Al respecto, Ramón Gutiérrez indica: "Los trazados que acusan ciertairregularidad, como Santo Domingo, Cartagena de Indias o Veracruz, están ala vez condicionados por el carácter envolvente de las fortificacionesamuralladas"60. "Las cuadras, continúa José Félix Martín de Arrate, aunqueno tienen un tamaño propio porque hay algunas más largas que otras,guardan con las fronterizas la debida proporción, y la diferencia de longitud ylatitud que hay entre ellas se hace menos notable porque no es muyexcesiva". Observamos que la trama de damero quedó bastante respetada enel centro de la ciudad. "Las mayores (cuadras) serán de ciento y veinte varas,y las menores de noventa a ciento"61. Trabajando sobre los planos a escala delas ciudades también podemos generalizar este dato referente a las cuadras,aunque su tamaño dependía más de la importancia de la villa a la hora de sudesarrollo en el S. XVI, cuando el damero se formó. En otros casos, las callesno eran exactamente paralelas, con lo que, en su transcurso, algunascuadras terminaron por ser mucho más grandes que otras. Además, según elnúmero de plazas abiertas en la trama y su ubicación, algunas manzanasposeían más de cuatro esquinas. El mismo caso se observa en las cuadraslinderas con la muralla, en la que se amoldaban a su forma o a la del paseode ronda (casos, por ejemplo Cartagena, la Habana, Veracruz…).

La existencia de la Plaza de Armas, con la morada del Gobernador y delos Jefes militares (del Segundo Cabo62, en el caso de La Habana), de laguardia, y escenario de paradas y revistas, nos insiste en la permanencia delo militar en la ciudad del XVIII. El nomenclátor de las calles da cumplidacuenta de ello. En La Habana encontramos la calle Dragones, la calleCuarteles.. En Cartagena de Indias, las calles del Sargento Mayor, delCuartel. Los barrios de la ciudad vinieron a tomar el nombre del baluartesituado en sus proximidades. Varios pueblos formados al amparo de loscastillos se transformaron en prósperas villas de idéntico nombre al de lamole de piedra de la que dependían. Igual sucedía con los HospitalesMilitares en el extrarradio, que generaron población. O dentro de la ciudad,los nuevos cuarteles del XVIII, modificando la traza del sector donde seubicaron. En realidad la presencia de lo militar en lo urbano fue tan real yconstante hasta dejar estigmatizada a la propia esencia de la ciudad.

59 - MARTÍN DE ARRATE, José Félix. Llave del Nuevo Mundo. México, 1949. Se trata de

una descripción de la Habana de mediados del XVIII.60 - Arquitectura y urbanismo… Cit. Pág.78.61 - MARTÍN DE ARRATE, José Félix. Cit.62 - Jefe Militar de la Guarnición, segundo en el mando tras el Gobernador o Capitán

General.

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Los constructores. ingenieros: arquitectos y maestros de obras.A esta presencia hay que sumar, desde luego, la cotidiana

permanencia de tropas acantonadas en las ciudades, y de las relaciones,establecidas en todos los sentidos, de oficiales y soldados con la poblaciónurbana, de la que, finalmente, acabaron por formar una parte muyimportante. Pero desde el punto de vista formal, quienes más colaboraron enlograr esta estigmatización de la ciudad americana con la idea de fortaleza ociudadela, fueron sin duda los ingenieros militares, autores de tanta obradefensiva como hemos visto alzar en la América barroca. Estos arquitectos delmerlón, la cantería y el cálculo de tiro, vivieron y murieron en Américapersiguiendo el ideal profesional de la inexpugnabilidad urbana63, lo quevenía a resultar imposible, pues no acababan de terminar una obra cuando yaera necesario comenzar a repararla, y en ese trance se ocurrían nuevassoluciones, nuevas medidas, nuevas aplicaciones del Arte a la obra encuestión. Si era cierto, como indicaba un Virrey, "que es en las Plazas deIndias donde más puede sufrir el Real Erario, pretextando siempre reparosen las fortalezas que nunca dejan de estar acabadas, y aún éstas arruinadas,para que los ingenieros sucesores tengan el mismo pretexto"64, también habíaque considerar que las fortificaciones, debido al clima, a la intemperie, a laacción del enemigo, al poco cuidado en sus arreglos y mantenimiento, oincluso a la falta de caudales para su terminación, estaban siemprenecesitadas de reparaciones. Las murallas de Veracruz, por ejemplo, durantealgunos años no fueron merecedoras de tal nombre pues estaban en talescondiciones que, debido a los médanos de arena acumulados junto a lascortinas, los carros a veces pasaban por encima de ellas65. En SantoDomingo, el Presidente de la Audiencia informaba en 1762 que lasfortificaciones de la ciudad eran malas, de tapia y sin terraplenar, con lo que

63 - Un buen estudio sobre muchos de ellos en GUTIÉRREZ, Ramón. Arquitectura colonial.

Teoría y Práxis. Resistencia, 1980.64 - Informe del Virrey de Nueva Granada Jorge de Villalonga a S.M sobre no dejar que los

ingenieros del rey construyan todo lo que proyecten porque arruinan aún a las Haciendas másnutridas. (AGI. Santa Fe. 286). En idéntico sentido se manifestaría años después José de Gálvezal Virrey Florez. “El edificar todas las obras de fortificación que en América se proyectan comoindispensables… sería una empresa imposible aún cuando el Rey de España tuviera a sudisposición todos los tesoros, los ejércitos y los almacenes de Europa”. (AGI. Santa Fe. 577-A).Y el mismo Gálvez al Presidente de la Audiencia de Guatemala: “Se tendrá siempre presente, asíen esa plaza como en las demás de Indias, la principal máxima de reducir en todo lo posible susrecintos, para que así pocos se defiendan de muchos….”, argumentando que “los fuertes ycastillos no se defienden solos”. (AGI. Guatemala, 869). Por su parte, el Virrey Amat escribíadesde Lima que “no hay tropa ni dineros para guarnecer y fortificar tan vastos territorios”. (AGI.Lima. 149).

65 - ARCHER, Christon. “The Key of the Kingdom. The Defense of Veracruz”. En: TheAmericas. Vol.XXVII, 1971.

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"por las murallas entran y salen sin dificultad los que quieren"66; en Panamá,en 1729, las murallas estaban "reducidas (por lo bajas) a ser montadas por loexterior de ellas sin más dificultad que la de un salto natural"67. Tras elataque de Vernon, Portobelo tuvo que ser reconstruido en su totalidad, obrasque duraron más de diez años68.

Construir y reparar fue trabajo continuo para estos ingenieros.Algunos, con más habilidad y prestigio que otros, fueron encargados derevisiones periódicas de grandes zonas (Crame, Diez Navarro). Otrosquedaban adscritos a las plazas según su graduación y experiencia (IngenieroDirector, Ingeniero en Segundo, Ingeniero Extraordinario, IngenieroDelineador) y otros eran despedidos entre insultos y Consejos de Guerracuando las obras emprendidas se venían abajo estrepitosamente al dispararun cañón desde su plataforma; señal inequívoca de que el artífice no habíalogrado el objetivo propuesto de robustez y tino constructivo69.

Era difícil el equilibrio que la Administración quería conseguir en lasobras: "Encargo a V.S. que con tal motivo se aumente la defensa en cuantopermitan las circunstancias, obrando con economía; pero sin perdonar losgastos que ésta exija"70.

Estas circunstancias y ésta economía generaban mil conflictos con todotipo de instituciones y personas, incluidas los propios militares en la figuradel Gobernador. El Ingeniero en Jefe de las Obras de Cartagena selamentaba de "la despotriquez que usan en las fortificaciones los Virreyes,Presidentes, Gobernadores, sujetos no experimentados, mandando a losIngenieros sin más inteligencia que la de quererlo mandar todo. Cada unoobliga a que se ejecuten conforme a su idea, y muchas veces se hace forzosoel condescender con ellos para no experimentar atropellamientos. Y nohabiendo estudiado la facultad de Ingeniero… ¿qué puede esperarse del queno sabe sino mandar su Regimiento?"71.

Conforme nos adentramos en el S. XVIII, esta visión del Ingenieroatropellado, el Ingeniero que cede ante presiones, va dando lugar a la delIngeniero todopoderoso con su pluma, su regla y su compás, dictaminando

66 - AGI. Santo Domingo. 1903.67 - Informe de Miguel Martín de Horcasitas. AGI. Panamá.395.68 - Informes del Ingeniero Solís y del Virrey Pizarro. 1753. AGI. Panamá. 356.69 - Como sucedió con las obras del hornaveque de Montevideo, que tras cientos de

miles de pesos invertidos en él, se vino abajo por su propio peso. PIZURNO GELOS, Patricia.Ejército y fortificaciones en el Río de la Plata. Tesis doctoral. Sevilla, 1981.

70 - El gobernador de Cuba, Apodaca al Gobernador de Florida. East Florida Papers.Library of Congress. EFP. 11kl.

71 - Informe del Ingeniero de Cartagena Juan de Herrera y Sotomayor a S.M. 1729. AGI.Santa Fe. 938.

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con su mano extendida sobre el paisaje urbano las futuras trazas, los nuevosbaluartes, la fabulosa ciudadela que habrá de alzarse. No obstante, laspolémicas duraron todo el siglo, debido a una cuestión de preeminencias ydebido también a que el Ingeniero a veces movía más plata que el mismoGobernador. El de Cartagena, Ignacio de Sala, que había sido tambiénIngeniero en Cádiz y Sevilla, demostraba que para fortificar era más caraAmérica que la península. Primero, por la falta de control sobre lasdirectrices de los Ingenieros. Segundo, porque existían multitud de días defiesta inhábiles para el trabajo (citaba 52 domingos, Navidad, Jueves Santo,Ascensión y Corpus), lo que, indicaba, reducía el año a 309 días. Luegoseñalaba que los peones a jornal en Cádiz trabajaban más y mejor que losforzados y esclavos en América que, por último, resultaban mucho máscaros72:

72 -Año 1751. AGI. Santa Fe. 943.

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COSTOS DIARIOSEN AMERICA EN CADIZ

(En plata) (En vellón)1 peón bueno ………………………….. 4 reales vellón.

1 forzado 1 y 1/2 reales 4 r. 19 mrv.1 negro esclavo 1 r. más ropa 4 r. 21 mrv.

y casa1 negro con

medio real degratificación ………………….. 5 r. 29 mrv….. 6 reales vellón.

1 oficial dealbañil o

carpintería…… 9 reales 22 r. 17 mrv... 10 reales vellón.1 Maestro Mayor:50 pesos/mes 38 r. 28 mrv 15 reales vellón.

Nota que añade el Ingeniero:Los forzados y esclavos, el día que no trabajan por enfermedad, también

realizan idéntico gasto que si trabajasen, mientras el peón en Cádiz si noasiste a la obra no cobra.

Además, continuaba Sala, no se incluía ni el precio de la compra delesclavo; ni el hecho de que a los artesanos (albañiles, herreros, carpinteros),si se desplazaban fuera de la ciudad, había que pagarles los domingos; nique, por su mucha edad, buena parte de los esclavos no rendían73; ni que losforzados, si no se les obligaba, no trabajaban, con lo que había que llevartropa para guardarlos, lo que encarecía el presupuesto, etc, etc. Tales eranlas reflexiones del Ingeniero en lo económico. En realidad, el número deesclavos trabajando en las obras de fortificación en la América del S.XVIII fuemucho menor que el que tradicionalmente se había supuesto. Entre otrasrazones porque eran muy costosos. Los presos y forzados resultaron másbaratos, aunque para el trabajo especializado se recurrió siempre a losartesanos y al jornal.

El Ingeniero, aunque contaba con un Sobrestante Mayor para el controldel gasto, tenía que ser un experto ecónomo para concluir la obra según lopresupuestado (lo que, no obstante, venía a suceder muy rara vez), ya que losretrasos en los pagos de las cantidades asignadas a tal fin, la especulación

73 - Lista de Negros Esclavos de S.M. en las reales Obras de Cartagena. AGI. Santa

Fe.938. Su edad media era de 65 años y el 50% de ellos padecían una grave enfermedad. En otrasocasiones y dada su escasez, estos desdichados recorrían el Caribe de obra en obra. Ver Ordendel Virrey Pizarro para que 100 esclavos negros pasen de las obras de Portobelo a las deCartagena y regresen cuando terminen el trabajo. AGI. Santa Fe.941.

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que con los materiales realizaban los contratistas locales, la falta de mano deobra y los reparos, adendas y desviaciones del proyecto en general que seiban introduciendo (a veces por una obra pasaban dos o tres o másingenieros, cada uno de los cuales tenía una idea particular de la misma), laobra final terminaba por parecerse en poco al proyecto original y, desde luego,mucho menos el costo inicial aprobado al gasto real efectuado.

En muchos casos se exigía del Ingeniero virtudes sobrehumanas. AJuan Bautista MacEvan, por ejemplo, se le encargó fortificar Cartagena y subahía, construyendo defensas en una de sus bocanas (Bocachica) y cerrar laotra con un espigón de casi una legua de largo; debía luego fortificar LaHabana; pasar a continuación a San Agustín, Puerto Rico, Cumaná, SantoDomingo, Veracruz, Campeche, Portobelo, Santa Marta, Maracaibo, Margaritay Caracas, amén de Panamá, formando planos y proyectos de defensa74. Porsupuesto que sólo pudo trabajar en Cartagena, y no en todas las obras de éstaplaza, antes de morir a pie de obra.

Mientras, en otras ciudades se acumulaban varios Ingenieros casi sintrabajo. El envío, control y sistematización del trabajo de estos expertos delbaluarte y el plano fue bastante caótico a lo largo del siglo, y si desde Madridse pretendía fiscalizar cada obra y cada proyecto, no se consiguió, al menoscon la precisión que en la Corte se deseaba. Un ejemplo de éste descontrol:en 1739, vísperas del ataque de Vernon a Cartagena, se informaba a Madridque en la plaza no había ningún Ingeniero y que sus funciones las realizabaun oficial de artillería, hijo del difunto director de las obras, que iba dandosoluciones a los graves problemas de las obras de la ciudad comobuenamente podía, y ello era grave máxime en una ciudad tan importantecomo Cartagena y amenazada de invasión. En 1740 se nombraron en la Cortedos Ingenieros de refuerzo para la Plaza, que debían partir inmediatamente,pero que nunca llegaron debido a la dislocación que en las comunicacionespor el Caribe originaron los británicos, que, efectivamente, atacaron Cuba,Panamá, Venezuela y, tal cual estaba previsto, Cartagena. Ese mismo añoenviaron para ocupar las vacantes originarias un Ingeniero Director, unIngeniero Jefe y uno Segundo, aunque ignoraban en Madrid si los dosanteriores habían conseguido llegar, si todavía existían en Cartagenafortificaciones que preparar para un ataque, o fortificaciones que reparar encaso de que éste se hubiera producido, o acaso si había que prepararse parareconquistarlas porque Vernon hubiera tenido éxito. Poco después, sabedoresen Madrid que los británicos habían sido rechazados, aunque cuasimilagrosamente, y de que volverían a intentar el asalto, nombraron otroIngeniero Ordinario, más otro Director y un Ordinario más, por si losanteriores hubieran muerto o no hubieran llegado. En 1742, aún se nombró

74 - Instrucción al Ingeniero MacEvan. 1741. MARCHENA FERNÁNDEZ, Juan. LaInstitución militar…. Cit. Pág.296.

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otro Ingeniero Extraordinario, para el caso de que las obras fueran enextremo urgentes75. De todos ellos, sólo llegaron dos; el resto quedó bienesperando barco en Cádiz, otros extraviados en la ruta, otros naufragaroncerca de Puerto Rico y tardaron cuatro años en volver a España a pedir nuevodestino, e incluso alguno de ellos acabó provisionalmente en otra Plaza,quedando en esta situación durante más de una década.

Esta serie de problemas hizo recaer en pocos el trabajo de muchos y alrevés; pero, en general, el Ingeniero fue un personaje de importancia enAmérica. Y ello no solo porque trabajaba en las obras de fortificación (que yade por sí habría bastado para inmortalizarlos, dadas las característicasciclópeas de sus obras) ni en sus reparos y añadidos, sino que en muchoscasos eran los únicos en la ciudad que entendían de problemasfundamentales para la ciudad, y a ellos acudían Gobernadores, Cabildos,Virreyes, Obispos… Desde obras públicas civiles o religiosas hasta reparospor catástrofes naturales, los Ingenieros del Rey colaboraron en dar forma eincluso contenido a la ciudad. La mayoría de ellos trabajaron en obras yproyectos civiles: iglesias, palacios, avenidas, malecones, teatros, canales yacueductos, plazas y calles, y así aparecen en los estudios sobre arquitecturacivil del S.XVIII americano.

Aunque hay que indicar que en alguna ocasión con estas obras civilesjustificaban la prosecución de sus trabajos militares, las sujetas a las“Máximas”, y que por falta de recursos no podían adelantar. Así por ejemplo,en 1698, la muralla de San Agustín de la Florida fue levantada por elingeniero con dinero del Cabildo, argumentando que "ha de servir de defensacontra las crecidas del río"76. En muchas ocasiones se pretextaban motivos deseguridad contra el mar, como en 1717, cuando el Ingeniero de Cartagena,Juan de Herrera y Sotomayor, agotados los recursos para amurallar la plaza,obtuviera del Rey la aplicación para la muralla de Cartagena de losBeneficios de la Bula de la Santa Cruzada y los de la Sisa, a través de unBreve Papal, "por haber hecho el mar, con sus embates en sus muros, brechade más de cien varas, penetrando las aguas hasta dentro de la ciudad yarruinando el convento de Santa Clara"77. En realidad, lo que pretendíaHerrera era hacer una buena muralla con baluartes, en vez de la míseraestacada que la guardaba por aquel sector, y todo ello sin mermas de lasarcas reales78. Para ello, obviamente contó con la colaboración del Secretariode Guerra en Madrid. Con idéntico pretexto, otro Ingeniero, Antonio deArévalo hizo un paseo, entre 1762-1771, con escollera, denominado "laMarina", también como obra pública, y que en realidad era un soporte para

75 - Ibidem. Pág. 294.76 - AGI. Santo Domingo. 22777 - AGI. Santa Fe. 1153.78 - Expediente en AGI. Santa Fe. 472. Ver AGI. Mapas y Planos de Panamá.124.

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que las murallas no se desplomasen por los embates del mar y se impidieseel desembarco por aquel sector79. También en Cartagena se cerró Bocagrandecon un malecón de muchas varas de longitud, verdadera obra de ingenieríahidráulica, de elevadísimo coste, pretextando mejor calado en el puerto,aunque en realidad se trataba de obligar a los buques a entrar por la otraentrada de la bahía, Bocachica, excelentemente fortificada80. Sirvan estasobras como ejemplo de las muchas que se realizaron atendiendo a esta doblefinalidad.

Los Ingenieros se ocuparon de otras construcciones: desde 1764 a1778, estos militares levantaron en Santa Fe el Palacio de los Virreyes81, yen Lima casi todos los edificios públicos y religiosos tras el terremoto del 46,y más adelante el palacio virreinal, diversas dependencias anejas al mismo,el puente sobre el Rimac, trazado de alamedas, fábricas de tabaco y pólvora,complejo de dependencias y almacenes en el Callao82…; en La Habana,diversos cuarteles, entre ellos el de San Telmo, Casa de Correos, variospuentes, replantearon la Plaza de Armas tras la catástrofe del "Invencible",navío que estalló en el puerto llevándose por delante los edificios de la plaza,levantaron la casa de Gobierno, tendieron tuberías, repararon el puerto,proyectaron y construyeron el teatro, la alameda, algunas calzadas,continuaron las obras de "la Zanja", canal de traída de aguas, hasta elcallejón del Chorro, y, tras la invasión de la ciudad por los ingleses, en 1762,corrió a su cargo la reconstrucción de edificios oficiales y religiosos casi conexclusividad: La Alameda de Paula por Fernández Trevejos, el teatro, elornato de las plazas, las Casas de la Villa, etc83. En la Guaira hicieron elpuerto y diversas obras civiles84 y en Valdivia la Plaza de Armas85; enSantiago de Chile las obras del Cabildo, Casa de la Moneda, la Aduana y laReal Audiencia86; en Barcelona (Venezuela), Isaba Oliver realizó la casa de laCompañía Guipuzcoana, y en Asunción del Paraguay el ingeniero militar de laplaza levantó la Casa de Gobierno en 1777; en Santiago de Cuba, la Casa delGobernador; en Buenos Aires, algunos paseos, plazas, cuarteles y el teatro decomedias87; en Trinidad, los cuarteles, la cárcel y el Cabildo fueron erigidaspor José del Pozo88; en Panamá la Casa de la Audiencia, la Contaduría,

79 - MARCHENA, J. La Institución militar… Cit. Pág.309.80 - Año 1774. Expediente en AGI. Santa Fe. 943, 944 y 945. AGI. Mapas y Planos de

Panamá. 189 y 155.81 - AGI. Santa Fe. 577-A.82 - BERNALES, Jorge. Cit. Pág. 188 y ss.83 - WEISS. Ob. Cit.84 - GASPARINI, G. La Guaira… Cit.85 - RODRÍGUEZ CASADO Y PÉREZ EMBID. Cit. Lámina XXVI.86 - NAVARRO GARCÍA, Luis. Hispanoamérica en el S.XVIII. Sevilla, 1975. Pág.232.87 - Ibidem. Pág.244.88 - ZAPATERO, Juan Manuel. La Guerra del Caribe… Cit.

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canales para aguas residuales, traídas de agua, terrenos ganados al mar89;en Nueva España, Francisco Alvarez Berrio levantó poblados en las ProvinciasInternas, con diseños de plantas y edificios públicos; Ricardo Aylmer trabajóen el desagüe de Huehuetoca y construyó almacenes y molinos de pólvora enVeracruz y México; Luis Diez Navarro realizó trabajos en el Palacio Virreinal,Casa de la Moneda, cuarteles y desagüe de México, pasando luego aGuatemala, donde levantó el Palacio de los Capitanes Generales, Casa deMoneda y fábrica de pólvora; Bouchard de Becour, en Campeche y Veracruz,trazó nuevas conducciones de aguas; Miguel del Corral trabajó en el puertode San Blas y en otros de la fachada atlántica de la Nueva España, por losalrededores de Veracruz; Miguel Constanzó en la Casa de la Moneda deMéxico, fábrica de pólvora de Chapultepec, calzadas del Paseo Nuevo, JardínBotánico y casa habitación del catedrático, siendo nombrado "supervisorartístico del ornado y edificaciones de la ciudad de México"; Ferignan Cortéstrabajó en las calles de la capital y en la nueva planta de la ciudad dePanzacola; Juan de Dios González en los edificios oficiales de Campeche, enlos nuevos cuarteles, almacenes de pólvora y Colegio Tridentino de Mérida;Agustín de la Cámara Alta, Pedro Ponce, Félix Prosperi, Manuel deSantisteban, Lorenzo de Solís y otros levantaron cuarteles, Palacios deGobierno, puentes, canales, ampliaciones de ciudades, puertos, etc. 90

Como vemos, aparte de la ingente obra fortificadora realizada enAmérica por estos Ingenieros, su dedicación a las obras públicas fue bastanteextensa y suplieron la escasa presencia de arquitectos civiles.

También colaboraron en la reconstrucción de las ciudades tras losterremotos, caso de Guatemala en 1773, en que trazaron plantas, levantaronedificios, etc.91, o en Arequipa en 1784, con idénticos trabajos92. Inclusocolaboraron en la adopción de nuevas medidas urbanísticas, tales como lacuartelación en barrios, realizada en México en tiempos del Virrey Mallorga93,y en la Lima del Virrey Amat94.

Las iglesias también fueron centros de su actividad. Los Ingenierosmilitares trazaron, diseñaron, levantaron y repararon gran cantidad detemplos y capillas. Luis Diez Navarro, Ingeniero Ordinario de Guatemala en

89 - AGI. Panamá. 355.90 - CALDERÓN QUIJANO, José Antonio. “Los Ingenieros Militares de Nueva España”.

En: Anuario de Estudios Americanos. Vol. VI. 1949.91 - ZILVERMANN Y LUJÁN. Cit. Langenberg, I. Cit. Mencos, Francisco Javier.

“Arquitectos de la época colonial en Guatemala”. En: Anuario de Estudios Americanos. Vol. VII.1950.

92 - BERNALES BALLESTEROS, Jorge. “Informe de los daños sufridos en la ciudad deArequipa con el terremoto de 1784”. En: Anuario de Estudios Americanos. Vol XXIV. 1972.

93 - NAVARRO GARCÍA. Cit. Pág. 188.94 - Ibidem. Pág. 229.

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1741, reparó la Catedral. En México también trabajó en la Iglesia Mayor, juntocon Ferignan Cortés, encargado del Sagrario de la Catedral. El mismo DíezNavarro fue un notable innovador en las plantas de las iglesias, como seobserva en la distribución espacial ovalada de la iglesia de Santa Brígida(México)95. Otro Ingeniero importante por sus obras eclesiásticas fue José delPozo, cuya iglesia de Trinidad (1786) es modelo de neoclasicismo y de graninterés96. Isava Oliver realizó la iglesia de Santa Inés en Barcelona(Venezuela)97. En Santa Marta, Juan Cayetano Chacón reparaba la Catedralen 176898, y en La Habana, los trabajos de los Ingenieros fueron múltiples enéste sentido, dado el incremento de éstas obras en la segunda mitad delsiglo99. Naves, puertas, fachadas, altares, capillas y torres, salieron de susgabinetes y estuvieron bajo sus andamios. Alguno, -transgrediendo las reglasde la normativa municipal-, hizo fachadas tan espectaculares que, sacando elrelieve de piedra de la fachada hacia el exterior, reducía a la mitad eltránsito de la calle100.

También se dedicaron a los hospitales, tanto civiles como militares, enLa Habana, en Cumaná, en Cartagena (trasladado de emplazamiento desdeel Pié de la Popa al Caño del Loro en Tierra Bomba), en la Guaira, enMéxico... Y en diversas viviendas particulares firmaron sus trabajos: en LaHabana, México, Guatemala o Cartagena. Incluso aparecen como "MaestroMayor de sus fábricas", nombrados por Cabildos y corporaciones, o como"Maestro albañil y cantero", cual es el caso del Ingeniero Pedro de Medina enCuba. Muchos fundaron academias de fortificación, matemáticas, geometría ocantería...

En resumen, estos Ingenieros, representantes del más puro tecnicismoeuropeo en cuanto maestros de la poliorcética, del Manual de Arquitectura yde las “Máximas”, dotaron a la ciudad barroca americana de una improntaespecial que permanece hasta nuestros días.

95 - GÓMEZ PIÑOL, Emilio. “El barroco americano”. En: Historia General de España y

América. Madrid, 1984. Tomo XI. Pág.365.96 - Servicio Histórico Militar. Madrid. Plano K.M. 11-14.97 - DUARTE, Carlos F. El Ingeniero Militar Casimiro Isava Oliver. Caracas, 1972.98 - AGI. Santa Fe. 942. AGI. Mapas y Planos de Panamá. 176.99 - A través de los contratos en los archivos de protocolos cubanos se puede estudiar la

dedicación de los ingenieros allí destinados a este tipo de obras.100 - WEISS. Cit. Pág.13 y 14.

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Figura 1: Pedro de Lucuze. Principios de fortificación. Barcelona,1772.Esquema de plaza y ciudadela.

Figura 2: Pedro de Lucuze. Esquema de los cálculos de tiro de los baluartes en unafortaleza. El tiro determinaba los ángulos y la ubicación de los mismos.

A partir de éstos, el recinto amurallado que rodeaba a la ciudad quedaba completamentedefinido, y por tanto, la trama urbana.

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Figura 3: Sánchez Taramas. Tratado de fortificación. Barcelona, 1768.Usando los modelos de Taramas y otros autores, los ingenieros en América edificaron

gran cantidad de exornos en las obras, casi calcándolos, como éste que puedeencontrarse en buena parte de los castillos americanos: portadas de la Cabaña en LaHabana, en San Diego de Acapulco, en el Real Felipe del Callao, en San Fernando de

Bocachica en Cartagena…

Figura 4: Algunas obras de fortificación, ya gigantescas, fueron ampliadas. Otras veces seproyectó derribarlas y ejecutar obras nuevas aún más monumentales. En la lámina, elnuevo Frente de Tierra para el Morro de San Juan de Puerto Rico ideado por Felipe

Ramírez en 1793. Servicio Histórico Militar de Madrid. Signatura K-B-8-17.

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Figura 5: Sánchez Taramas. Diseño de plaza.La ubicación de la misma obligaba a veces a rotundas modificaciones del relieve.

Figura 6: Sebastián Fernández de Medrano. El architecto perfecto en el arte militar.Bruselas, 1700. La construcción de la plaza fuerte de nueva planta era el ideal del

ingeniero. La trama urbana quedaba completamente supeditada al recinto fortificado.

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Figura 7: Sánchez Taramas. La trama de damero quedaba fracturada en los bordes,conforme nos acercamos al recinto fortificado.

Figura 8: El mismo fenómeno se observa en la ciudad de Trujillo del Perú donde elingeniero José Fermento dislocó la estructura de las cuadras en las proximidades del

perímetro. AGI. Mapas y Planos del Perú. 14.

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Figura 9: Proyecto de Antonio de Arredondo para la ciudadela de San Agustín de laFlorida. Como se observa, habría modificado toda la trama urbana de la ciudad. Sobre la

Plaza de Armas, se levantaría un baluarte y el castillo de San Marcos, ya de por síimponente, apenas sería sino un baluarte más de la enorme ciudadela. 1739. Esquema de

François Auguste de Montequin.

Figura 10: Otro notable ejemplo de innovación arquitectónica desarrollada por losingenieros militares es la iglesia de Puerto España en la isla de Trinidad. Sirviéndose deun modelo arquitectónico civil, de notorio aire neoclásico, y seguramente inspirado en

un grabado europeo, lo adapta a una funcionalidad religiosa con resultadossorprendentes y curiosos, como las hileras de ventanas en la fachada, inhabituales en untemplo, y la ubicación de las campanas. La portada, de orden aplastantemente clásico, se

repetirá en otras catedrales americanas como la de Buenos Aires. Ésta de Trinidad esobra del ingeniero José del Pozo y Sucre, cuyo proyecto fue aprobado por Carlos III en

1787. Servicio Histórico Militar de Madrid. Signatura S-M-11-14.

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El ingeniero militar Luis Díez Navarro además de un gran constructor de obrasdefensivas en México y Centroamérica fue un notable innovador en la arquitectura civily religiosa. Un buen ejemplo de ello es la iglesia de Santa Brígida, en México, de espacio

interior oval, sustituyendo a la tradicional nave única y rectangular. Planta y alzadosegún P. Arancón y J. Fernández.