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El Proyecto Primera Milla El proyecto Primera Milla se ocupa del modo en que los pequeños agricultores, comerciantes, elaboradores y otros agentes de las zonas rurales pobres aprenden a crear cadenas de comercialización que vinculan a los productores con los consumidores. La existencia de buenos medios de comunicación es un factor fundamental. En el marco del proyecto se alienta a las personas que viven en comunidades rurales aisladas a utilizar teléfonos móviles, correo electrónico e Internet para compartir sus experiencias y buenas prácticas locales y aprender así unas de otras. Si bien la tecnología de las comunicaciones es importante, la clave del éxito depende del fomento de la confianza y la colaboración a lo largo de las cadenas de comercialización. El objetivo final consiste en que los agricultores y otros agentes que participan en esas cadenas adquieran experiencia y conocimientos importantes a nivel local y los compartan, incluso con personas que viven en comunidades alejadas, para encontrar nuevas ideas. El proyecto Primera Milla se ejecuta con el apoyo del Gobierno de Suiza y en colaboración con el Programa de Desarrollo de Sistemas de Comercialización Agrícola (PDSCA) del Gobierno de la República Unida de Tanzanía. El PDSCA es un programa de siete años de duración encaminado a aumentar la seguridad alimentaria y los ingresos de la población rural pobre mejorando la estructura y los resultados de los sistemas nacionales de comercialización de cultivos. El proyecto Primera Milla cuenta con la asistencia técnica del Grupo de Apoyo Internacional. A mediados de 2005 comenzaron las actividades del proyecto con pequeños agricultores de algunas zonas de Tanzanía para mejorar su acceso a los mercados y a la información comercial. La finalidad del proyecto consistía en abordar dos problemas: el acceso de la población rural pobre a información y conocimientos pertinentes y a tecnologías de las comunicaciones, como los teléfonos móviles, Internet y correo electrónico, y su acceso a otros agentes clave de las cadenas de comercialización, como elaboradores, comerciantes y consumidores. Según señaló en su momento Clive Lightfoot, director del proyecto, éste “combina las dimensiones de las comunicaciones y de la comercialización. La comercialización guarda estrecha relación con la obtención inmediata de ingresos y depende en gran medida de la información no sólo sobre los precios, sino también sobre otros aspectos del mercado, como la calidad de los productos y las mercancías que entran al mercado. La comercialización es una actividad con gran densidad de información. Hemos combinado esto con las posibilidades de obtener ingresos: ésta es la idea que impulsa el proyecto”. El proyecto tiene por objeto: facilitar el aprendizaje entre grupos locales para mejorar los vínculos con el mercado fomentar la elaboración de buenas prácticas de creación de mercados a nivel local ı Los teléfonos móviles son un instrumento importante para el Mkulima shu shu shu, o cazadatos, Stanley Mchome, que se dedica a hablar con comerciantes, mayoristas y transportistas en los mercados rurales para conocer las últimas noticias acerca de sus actividades y después compartirlas con otros agricultores de todo el distrito Historia del proyecto Primera Milla Dar a los pobres de las zonas rurales la oportunidad de salir de la pobreza

El Proyecto Primera Milla

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Page 1: El Proyecto Primera Milla

El Proyecto Primera Milla El proyecto Primera Milla se ocupa del modo en que los pequeños agricultores, comerciantes,elaboradores y otros agentes de las zonas rurales pobres aprenden a crear cadenas decomercialización que vinculan a los productores con los consumidores. La existencia de buenosmedios de comunicación es un factor fundamental. En el marco del proyecto se alienta a laspersonas que viven en comunidades rurales aisladas a utilizar teléfonos móviles, correoelectrónico e Internet para compartir sus experiencias y buenas prácticas locales y aprender asíunas de otras. Si bien la tecnología de las comunicaciones es importante, la clave del éxitodepende del fomento de la confianza y la colaboración a lo largo de las cadenas decomercialización. El objetivo final consiste en que los agricultores y otros agentes que participanen esas cadenas adquieran experiencia y conocimientos importantes a nivel local y los compartan,incluso con personas que viven en comunidades alejadas, para encontrar nuevas ideas.

El proyecto Primera Milla se ejecuta con el apoyo del Gobierno de Suiza y en colaboración con elPrograma de Desarrollo de Sistemas de Comercialización Agrícola (PDSCA) del Gobierno de laRepública Unida de Tanzanía. El PDSCA es un programa de siete años de duración encaminado aaumentar la seguridad alimentaria y los ingresos de la población rural pobre mejorando laestructura y los resultados de los sistemas nacionales de comercialización de cultivos. El proyectoPrimera Milla cuenta con la asistencia técnica del Grupo de Apoyo Internacional.

A mediados de 2005 comenzaron las actividades delproyecto con pequeños agricultores de algunas zonasde Tanzanía para mejorar su acceso a los mercados y ala información comercial.

La finalidad del proyecto consistía en abordar dosproblemas: el acceso de la población rural pobre ainformación y conocimientos pertinentes y a tecnologíasde las comunicaciones, como los teléfonos móviles,Internet y correo electrónico, y su acceso a otrosagentes clave de las cadenas de comercialización, comoelaboradores, comerciantes y consumidores.

Según señaló en su momento Clive Lightfoot,director del proyecto, éste “combina las dimensionesde las comunicaciones y de la comercialización. La

comercialización guarda estrecha relación con laobtención inmediata de ingresos y depende en granmedida de la información no sólo sobre los precios,sino también sobre otros aspectos del mercado, comola calidad de los productos y las mercancías queentran al mercado. La comercialización es unaactividad con gran densidad de información. Hemoscombinado esto con las posibilidades de obteneringresos: ésta es la idea que impulsa el proyecto”.

El proyecto tiene por objeto:• facilitar el aprendizaje entre grupos locales para

mejorar los vínculos con el mercado• fomentar la elaboración de buenas prácticas de

creación de mercados a nivel local

ı Los teléfonos móvilesson un instrumentoimportante para el Mkulimashu shu shu, o cazadatos,Stanley Mchome, que sededica a hablar concomerciantes, mayoristas ytransportistas en losmercados rurales paraconocer las últimas noticiasacerca de sus actividades ydespués compartirlas conotros agricultores de todoel distrito

Historia del proyecto Primera Milla

Dar a los pobres de las zonas rurales la oportunidad de salir de la pobreza

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• empoderar a los pequeños agricultores para quepuedan acceder a tecnología de la información ylas comunicaciones (TIC) que responda a susnecesidades

En marzo de 2006, cuando aún no habían transcurrido10 meses, los participantes en el proyecto sereunieron en Morogoro (Tanzanía) para analizar yevaluar el impacto de sus actividades en el desarrollode las cadenas de comercialización. Coincidieron enseñalar que, tras sólo una temporada agrícola, elimpacto en el acceso a los mercados, así como en laproducción y los ingresos había sido considerable.

El proyecto Primera Milla no empezó de cero, sinoque se elaboró sobre la base del PDSCA y, enparticular, de sus actividades encaminadas a reforzarla organización, el liderazgo y la gestión financiera delos grupos de productores. Los grupos básicosestablecidos en el marco del PDSCA para ejecutar susactividades en los distritos fueron fundamentales para

que el equipo del proyecto Primera Milla pudiera llegara los agricultores. En algunos distritos los gruposbásicos actuaron como intermediarios y ayudaron alos agricultores a negociar con otros agentes de lascadenas de comercialización, así como a compartir ydesarrollar ideas a través de Internet. Otras dosiniciativas claves del PDSCA son las cooperativas deahorro y crédito y el sistema de resguardos dedepósito, mediante el cual los agricultores puedenalmacenar sus cosechas y hacer ventas agrupadas enel momento oportuno. De esta manera aumenta supoder de negociación y su capacidad de obtenerbeneficios más altos y, en caso de que necesitendisponer de efectivo antes de que llegue el momentode vender su producción, pueden obtener préstamosfacilitados por cooperativas de crédito. En el distritode Babati los agricultores duplicaron, e inclusotriplicaron, sus ingresos cuando pudieron almacenarsus cosechas, acceder al crédito y establecer alianzascon otros agricultores para hacer ventas agrupadas.

Acceso más amplioy sostenible de los pequeñosagricultores a los mercadosMuchas de las mejores ideas para ayudar a lospequeños agricultores a mejorar su acceso a losmercados son fruto de la labor de los pequeñosequipos de apoyo establecidos en el marco del PDSCAen 14 distritos de Tanzanía. Estos grupos básicos dedistrito están integrados por varios funcionarios dedistrito encargados de la agricultura o lacomercialización, por un representante de la ONGlocal asociada y por representantes de agricultores,elaboradores y comerciantes locales.

Los grupos básicos de distrito han desempeñadouna función clave para vincular a los agricultores conotros participantes en las cadenas de comercializaciónmediante el acopio y el intercambio de información yla organización de reuniones de agricultores y otrosagentes sobre la manera de establecer mejores vínculoscon los mercados. En ocasiones, los grupos básicosayudaron a concertar acuerdos de intermediación paraque los agricultores pudieran vender mejor suproducción. El grupo básico del distrito de Songeapuso en contacto a los agricultores con un comerciantede Arusha que deseaba comprar guandú, un cultivocomercial de Tanzanía cuyos costos de producción sonrelativamente bajos. Los agricultores cultivaron guandúcon semillas proporcionadas por el comerciante ylograron vender 11 toneladas, lo cual les supuso unaganancia de 200 000 chelines tanzanianos,aproximadamente.

Los grupos básicos de distrito han sido un claropunto de penetración para el proyecto Primera Milla.Sus miembros recibieron capacitación sobre métodos

para desarrollar las cadenas de comercialización yutilizar la plataforma de enlaces para grupos locales deaprendizaje, que funciona a través de Internet y cuyafinalidad consiste en fomentar el aprendizaje y elintercambio de buenas prácticas entre los distritos. Enpoco tiempo, la labor de varios grupos básicos dedistrito permitió determinar diversas prácticas idóneas, que posteriormente se compartieron por Internet.

“En sólo seis meses, los equipos básicos de distritodeterminaron cinco o seis prácticas clave para el buendesarrollo de sus actividades”, dice Clive Lightfoot,director del proyecto Primera Milla. “Una de ellasconsiste en espiar el mercado. Los agricultores van almercado para buscar y recopilar información tantosobre quiénes compran y qué compran como sobrequiénes venden y qué venden, quiénes almacenan,quiénes transportan, quiénes se dedican a tal o cualactividad y quiénes son los intermediarios que no seconocían. Los SMS y otros servicios les permitenobtener información sobre el mercado y no sólo sobrelos precios. La información que consiguen loscazadatos, o shu shu shus, se coloca en tablones deanuncios en las aldeas para darle mayor difusión.

“Otra buena práctica importante consiste endeterminar la manera de negociar con un agente máspoderoso. Por lo general, el agricultor está en su casa, yllega el comprador y le dice: ‘Te compro la cosecha:aquí tienes unos pesos’. Las cosas son muy distintascuando uno se organiza y va a sentarse ante elelaborador, el mayorista o el almacenista para tratardirectamente con él”.

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Vincon Nyimbo, coordinador del componente delPDSCA relativo a los vínculos con los mercados, señalaque la ayuda que los grupos básicos proporcionaron alos agricultores para negociar con otros participantes enlas cadenas de comercialización ha aportadotransparencia a los mercados y ha contribuido a acabarcon los tratos engañosos y la desconfianza que impedíanpracticar un comercio leal equitativo.

“Estos grupos crearon un foro, lo que nosotrosdenominamos una plataforma comercial, donde lasdiferentes partes interesadas de una cadena decomercialización determinada pueden reunirse y hablarde igual a igual sobre los problemas a los que han dehacer frente”, dice el Sr. Nyimbo. “Esto facilita latransparencia en toda la cadena y permite introducirinnovaciones para mejorar su eficiencia”.

“Todavía trabajamos en un entorno comercial dondehay mucha desconfianza y cada participante se queja delcomportamiento de los otros. Los comerciantes sequejan de que los agricultores los engañan con respectoa la calidad y la cantidad de los productos, y losagricultores consideran que los comerciantes hacentrampas con los precios y otras cosas”, dice el Sr.Nyimbo. “Gracias a la plataforma comercial, losdistintos participantes pueden disipar ese clima dedesconfianza, asegurarse de que la información circule yabordar conjuntamente los problemas comunes, a fin deaumentar la eficiencia de la cadena de comercialización.En el fondo, todos quieren lo mismo: mayores ingresos ymejores precios”.

Hay muchas experiencias exitosas. El grupo básico deldistrito de Mbinga ayudó a los pequeños cultivadores detrigo a agrupar su producción de manera que pudieronnegociar incluso la utilización del molino local. Después

establecieron una cadena de comercialización en la queparticipó un importante comerciante en gran escala,quien se encargó de vender la harina a los minoristas y agrandes consumidores, como la panadería local.

Los equipos básicos de distrito también handesempeñado una función de enlace entre losagricultores e Internet registrando la aparición de nuevasprácticas idóneas en sus distritos y compartiéndolasmediante la plataforma de enlaces para grupos locales deaprendizaje (véase infra el apartado “La plataforma deenlaces para grupos locales de aprendizaje: algo más queun sitio web”).

Job Eliushi Mushi, representante del organismoasociado del grupo básico del distrito de Songea, explicasu labor: “Uno de nuestros grupos tiene una dirección decorreo electrónico, que usarán con mi ayuda porque ladirección es nueva y la persona encargada todavía noestá muy familiarizada con Internet. Así que lo ayudaré aacceder a Internet y transmitir información a su grupoNakahogo, un grupo arrocero de Songea”.

“La información recibida a través de Internet seimprime y trasmite a los grupos; cuando me llegan susrespuestas las coloco en Internet”, dice el Sr. Mushi.“Nuestros agricultores han comprendido laimportancia de trabajar en grupo. Antes cada unotrabajaba aisladamente. Han comprendido laimportancia de coordinar la información en susgrupos y de buscar en el exterior información sobre losmercados. También se han dado cuenta de las ventajasque supone el uso de Internet”.

Las actividades del proyecto Primera Milla hanreforzado a los grupos básicos de distrito, pero aún hayque resolver problemas importantes para que esosgrupos puedan aprovechar todas sus posibilidades.

ı Susan Gweba,presidenta de un grupo demujeres elaboradoras defrutas y verduras deMuheza, lleva el registrode los paquetes de frutasy verduras secas queestán listos para la venta.Las mujeres del grupoexploran posibilidades decomercialización de susproductos.

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Como se señaló en el informe final sobre el proyectoPrimera Milla, si bien se han logrado mejorasimportantes en cuanto al acceso de un cierto númerode pequeños agricultores a los mercados, laexperiencia ha sido “breve y circunscrita”.

“Sólo se han abarcado 14 de los 20 distritoscubiertos por el PDSCA y sólo la mitad de elloscuentan con redes bien desarrolladas de grupos deproductores y agentes clave”, se afirma más adelante enel informe. “En algunos distritos de la zona meridionaldel país resulta muy difícil acceder a Internet”.

En el informe también se señala que un reducidonúmero de grupos básicos prestaba servicios a más del15% de los agricultores de sus distritos. “Porconsiguiente —se afirma en el informe— existenenormes posibilidades de ampliar el número y elvolumen de las cadenas de productos básicos”.

El principal desafío consistirá en garantizar lasostenibilidad. Se prevé que, cuando concluya suejecución, en 2009, el PDSCA habrá alcanzado sumeta de establecer en cada distrito actividadescomercialmente viables que puedan mantenerse ymejorar los vínculos de los pequeños agricultores conlos mercados.

A los grupos básicos de distrito les interesaaprender a crear empresas de servicios rurales. Lo quequieren es saber cómo se preparan planes denegocios y qué hay que hacer para obtenerpréstamos, establecer plataformas comerciales que les

permitan crear y mantener cadenas decomercialización y administrar almacenes eficientes yasociaciones de ahorro.

Estas empresas comerciales, conocidas como“empresas de servicios rurales”, serán, probablemente,los grupos básicos de distrito que cuenten con unamasa crítica de clientes a los que presten servicios depago. En efecto, esas empresas tienen que asegurar latransición de la financiación con recursos de proyectosa la financiación independiente aportada de formaregular por los beneficiarios directos de sus servicios:asociaciones de agricultores y otros participantes en lascadenas de comercialización, por ejemplo, de agentesmás importantes, como los grandes elaboradores, lascadenas de supermercados, las empresas de transportey los exportadores.

“El PDSCA es un programa de duración limitadaque concluirá en 2009”, dice Nathaniel Katinila,coordinador del programa. “Por consiguiente,necesitamos un mecanismo que garantice lacontinuidad de los distintos tipos de servicios queprestan los grupos básicos de distrito. Pero losagricultores deben estar preparados para pagar por unainformación y unos servicios que les permiten obtenerganancias”.

“Hemos comprobado que las personas estándispuestas a pagar por la información y los serviciosen la medida en que saben que les permitirán obtenerganancias. Es lo que ha sucedido en Babati, donde losagricultores pagan por el tiempo de utilización de losteléfonos móviles porque les consta que es rentable”,dice el Sr. Katinila.

Según el Sr. Lightfoot, los grupos básicos de distritoofrecen servicios vitales que será preciso mantenercuando concluya el PDSCA. “Se necesita contar con ungrupo que realice investigaciones sobre los mercados,explore nuevas oportunidades de comercialización deproductos básicos, detecte la aparición de las nuevasposibilidades y la evolución de las tecnologías”, dice elSr. Lightfoot. “Se necesita contar con un grupo queaporte datos a los centros de información sobre losmercados que están surgiendo en los distritos: alguientiene que obtener la información y trasmitirla a losagricultores”.

“Hemos comprobado que los principales agentes, esdecir, los agricultores, los elaboradores y loscomerciantes, ganan mucho dinero gracias almejoramiento de los mercados —dice el Sr. Lightfoot—,de manera que el pago por los servicios no será unobstáculo para su mantenimiento porque hay agentesimportantes que ganan mucho dinero y no tendránproblemas en destinar una pequeña parte de susbeneficios para ese fin”.

“Cada vez es más evidente que la promoción de lascadenas de comercialización y el fomento de lasposibilidades de ampliar y mejorar el acceso de losproductores a los mercados es una actividadcomercialmente viable”, dice el Sr. Lightfoot.

ı Los agricultorestrabajan con loselaboradores y loscomerciantes a fin dedeterminar la forma deestablecer cadenas decomercialización que lesaseguren un acceso másdirecto a losconsumidores. En lafotografía, William Swai,miembro del grupo básicodel distrito de Babati,analiza una cadena decomercialización del arroz.

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La información sobre el mercadopermite incrementar las gananciasde los agricultores Stanley Mchome bebe un último sorbo de té antes desalir a trabajar. Fuera de la cafetería, luce un solabrasador. El sombrero blanco es indispensable, pero elaccesorio más importante es el teléfono móvil que llevacolgado del cuello. El Sr. Mchome está hoy en Magugu,aldea situada en el distrito de Babati, en el norte deTanzanía. Va de un puesto a otro y charla con loscomerciantes, mayoristas y transportistas para enterarsede las últimas noticias sobre el mercado. Como mkulima

shu shu shu, o cazadatos, investiga los precios de venta delos tomates, las papas, el maíz, el arroz y otros cultivos yproductos básicos locales.

“Lo que hago es ir a los puestos, mirar los precios,negociar, enterarme de los precios —dice el Sr. Mchome—.Es importante que los comerciantes no hagan trampas yasegurarse de obtener buena información. No resulta fácil.A muchos no les interesa que los agricultores sepan cuálesson los precios de venta reales”.

Con el teléfono puede hacer llamadas y enviarrápidamente mensajes a otros miembros de la asociaciónde agricultores. Comparte información vital, porejemplo, sobre los precios y las cantidades de los

productos que se necesitan en el mercado. Tambiénrecaba información fundamental, en especial acerca decuándo, dónde y a quién se venden los productos. Sulabor ayudará a mejorar el acceso a los mercados de losdemás agricultores, subsanar las deficiencias y aumentarlos beneficios. Enviar un camión lleno de mercancíasperecederas a un comerciante que ya haya compradotodo lo que necesitaba es una pérdida de tiempo,esfuerzo y dinero.

Los investigadores de mercados, como StanleyMchome, desempeñan un papel fundamental en elproyecto Primera Milla. Son un eslabón importante enuna cadena de comunicaciones que conecta a losagricultores con los comerciantes, los elaboradores, lostransportistas y otros agentes que participan en elintercambio de información y en grupos de aprendizaje;los resultados suelen ser excelentes. De hecho, la labor delshu shu shu es una de las prácticas idóneas promovidas porel proyecto que más éxito y difusión han conseguido. Laexperiencia con estos investigadores de mercados se hacompartido entre los distritos y el resultado es que estánapareciendo shu shu shus por todo el país.

ı El cazadatos StanleyMchome envía mensajesde texto con informaciónvital sobre los mercadosque otros agricultores deldistrito de Babatiutilizarán para decidircuándo, dónde y a quiénvenderán sus productos.

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ı Miembros de laSociedad Cooperativa deComercialización AgrícolaNkumba de la aldea deKwamhosi, en el distritode Muheza, se reúnenpara ver cómo puedenobtener información queles ayude a vender almejor precio las especiasque cultivan.

Armados de sus teléfonos móviles, los shu shu shus seencargan personalmente de obtener información paraluego compartirla enviando mensajes de texto, o SMS.Esto permite reducir los costos de transacción, sobretodo en los tratos con personas que residen en otraspoblaciones, además de garantizar una respuesta rápidacuando surgen las oportunidades. Los shu shu shus deldistrito de Mufindi se mantienen en estrecho contactocon sus aldeas cuando negocian desde mercadosalejados. Sin los teléfonos móviles no podrían hacerlo.Para asegurarse de que la producción esté en el lugaroportuno en el momento justo, y sea recogida por loscamiones adecuados es preciso contar con redes decomunicaciones rápidas y fiables que abarquen desdelos grupos comunitarios hasta las grandes empresasnacionales de comercialización.

En el distrito de Mbeya, en el sur del país, el uso deteléfonos móviles ha permitido aumentar la eficienciaen la concentración de la producción de maíz para sutransporte a Malawi. Mediante los teléfonos móviles, loscomerciantes locales se mantienen en contacto con losgrupos de agricultores de todo el distrito para ponersede acuerdo con ellos a fin de que concentrenrápidamente su producción en el momento oportuno.

“La gente utiliza los teléfonos móviles aunque tengaque alejarse unos kilómetros de su aldea y llegar hasta lacolina más cercana donde pueda recibir la señal”, diceNathaniel Katinila, coordinador del PDSCA. “Es unfenómeno muy reciente que está transformando elfuncionamiento de las cadenas de comercializacióntradicionales”.

En las aldeas, la información que obtienen los shu

shu shus suele colocarse en un tablón de anuncios paraque todos puedan beneficiarse.

Sin embargo, es a través de Internet como se handifundido por los distritos las experiencias exitosasrelacionadas con los shu shu shus. En 2005, losmiembros del grupo básico del distrito de Mufindipublicaron en el sitio web de la plataforma de enlacespara grupos locales de aprendizaje un informe sobre lafunción de los shu shu shus como instrumento paramejorar el acceso a los mercados. El concepto de

“cazadatos” no era nuevo en Tanzanía, pero la idea deimpartirles capacitación sobre comercialización ytécnicas de negociación fue una innovación. Después derecibir capacitación, los shu shu shus de Mufindicontribuyeron a que los miembros de un grupo deagricultores duplicaran con creces las ganancias por laventa de sus productos.

En el distrito de Babati, los shu shu shus sonmiembros clave de los comités de investigación delmercado establecidos para garantizar que lainformación comercial llegue rápidamente a susdestinatarios. Stanley Mchome es miembro de uno deestos comités, en los que también están representadoslos productores, los elaboradores y los grupos decomerciantes locales. El equipo básico del distrito deBabati proporcionó teléfonos móviles para ayudar a loscomités a obtener y compartir rápidamenteinformación. El costo del servicio telefónico se sufragacon cargo a los beneficios que se obtienen por la ventade los productos al mejor precio posible en el momentomás adecuado.

Sin embargo, en Babati, como en la mayor parte delas zonas rurales de Tanzanía, sólo un porcentaje muyreducido de la población posee teléfonos móviles.William Swai, miembro del equipo básico del distrito,estima que sólo uno de cada cinco de los 1 000agricultores, elaboradores y comerciantes vinculadoscon el PDSCA tiene acceso directo a un teléfono móvil,pero la situación está cambiado rápidamente. Como hayun solo cibercafé en todo el distrito, muy pocaspersonas tienen acceso a Internet y al correo electrónico.

No dejan de ser sorprendentes las vías por las queconsiguen llegar a Internet tanto la información sobrelos mercados que recogen personas como StanleyMchome, como las enseñanzas extraídas de suutilización para mejorar las cadenas decomercialización locales. A un típico adolescente deun país desarrollado que navega en la web o chateapor MSN le resultaría harto difícil entender de quemanera estas historias, preguntas y observacionesconsiguen llegar a la plataforma de enlaces paragrupos locales de aprendizaje.

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La plataforma de enlaces para grupos locales deaprendizaje es algo más que un sitio web: es una manerade trabajar que combina el aprendizaje directo, en el quelos grupos locales aprenden juntos medianteexperiencias y debates, con el aprendizaje mediante redesde grupos homólogos que intercambian conocimientos yexperiencias a través de Internet.

En Tanzanía la plataforma ha puesto en contacto agrupos de agricultores para intercambiar conocimientossobre formas de mejorar el acceso a los mercados eincrementar la producción y los ingresos. También los haayudado a comunicar directamente con su clientela yexplorar las posibilidades de ampliarla.

“Los contactos directos en el mundo real en queactúan les permiten aprender de otros”, dice CliveLightfoot, director del proyecto Primera Milla. “Después,a través de Internet y de los teléfonos móviles,comparten esas experiencias con otros gruposinteresados también en aprender acerca de las mismascuestiones. Teníamos 14 grupos que aprendieron aacceder a Internet para luego compartir informaciónsobre su experiencia cotidiana”.

La experiencia compartida de los participantes searchiva y se pone a disposición de todos los suscritoresde la plataforma en el sitio www.linkinglearners.net.

Esto ya ha supuesto ventajas considerables paraalgunos grupos de agricultores. Un colaborador del sitioweb de la plataforma ha narrado la historia de cincoasociaciones de agricultores de los distritos de Songea yNamtumbo, en Tanzanía, que entre enero y mediados defebrero de 2006 lograron vender 70 toneladas de maíz aUSD 143 por tonelada. Para ello utilizaron teléfonosmóviles y se basaron en datos actualizados sobre losprecios difundidos por radio y por los shu shu shus, ocazadatos, que les facilitaron la información pertinente. Enel mismo período, otros grupos de agricultores que notenían acceso en tiempo casi real a la información sobrelos mercados en el marco del proyecto, apenas lograronvender su maíz a USD 65 por tonelada, menos de lamitad del precio que habían obtenido los otros grupos.Sin embargo, el uso de Internet sigue siendo muy limitadoen las zonas rurales de los países en desarrollo y si enTanzanía los agricultores han conseguido beneficiarse delintercambio de información por ese medio ha sidoprincipalmente con el apoyo de intermediarios.

“Mediante el proyecto Primera Milla los gruposbásicos de distrito han podido comunicarse entre sí porInternet y eso les ha permitido aprender mejoresprácticas”, dice el Sr. Lightfoot. “Allí es donde se produjorealmente el aprendizaje mediante redes de gruposhomólogos, no en el contacto directo entre los grupos”.

Los grupos básicos de distrito compartenenseñanzas y mejores prácticas con grupos deagricultores y otros agentes de todo el distritomediante teléfonos móviles, reuniones, tablones deanuncios en las aldeas, entre otros medios.

Esta combinación de contactos directos con unavariedad de instrumentos de comunicación es muyimportante. Permite que la información circulerápidamente entre los grupos locales y sus homólogos,que a veces pueden estar en localidades alejadas. En elproceso de intercambio surgen nuevas ideas acerca dela manera de trabajar y posteriormente los gruposlocales las incorporan al proceso de aprendizajemediante contactos directos.

“Hemos comprobado la rapidez con quefuncionan”, dice Vincon Nyimbo, coordinador delcomponente del PDSCA relativo a los vínculos con losmercados. “Mediante los contactos directos y la

La plataforma de enlaces paragrupos locales de aprendizaje:algo más que un sitio web

ı El uso de Internet aúnes limitado en las zonasrurales de Tanzanía, pero,con la ayuda deintermediarios, losagricultores comparten ydiscuten sus ideas ybuenas prácticas a travésdel sitio web de laplataforma de enlacespara grupos locales deaprendizaje.

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En la zona de Magugu, distrito de Babati,se cultiva una variedad de arroz famosa entoda Tanzanía por su aroma.

Durante mucho tiempo, pese al aumentode la demanda, los agricultores localesvendieron las cosechas de su aromáticoarroz a precios normales, pero cuandoinvestigaron la cadena decomercialización descubrieron queShopright, un gran supermercado de Dares Salaam, lo vendía en paquetesespeciales a un precio elevado.

En el marco del proyecto Primera Milla,los agricultores empezaron a trabajar conotros participantes en la cadena decomercialización del arroz para aumentarsu eficiencia.

Cuando conocieron mejor elcomportamiento de los consumidores, enel último eslabón de la cadena, losagricultores empezaron a pensar cómopodían aumentar el valor de su arroz y suparticipación en los precios de mercado,en particular, cómo podían hacer parasuprimir a muchos de los intermediariosque los separaban de los consumidores.Ahora están estudiando la manera depatentar su arroz, reforzar su capacidad denegociación con la cadena de

supermercados de Dar es Salaam y cerrarun trato comercial más equitativo.

“En el fondo, una cadena eficientedesde el productor al consumidorbeneficia a todo el mundo”, dice CliveLightfoot, director del proyecto PrimeraMilla. “En particular, el conocimientoacerca de los precios ha sido muy útilpara los productores de arroz. Les hadado más poder. Pero ahora se estánorganizando en grupos mucho másgrandes, utilizan el almacén de Babatipara acopiar mayores cantidades de arroz

y conocer mejor a los agentes máspoderosos e influyentes y negociar conellos: los conocimientos se convierten endinero, tanto como en poder”.

“También fomenta la confianza de lagente en sus propias fuerzas —dice el Sr.Lightfoot—, de manera que cuando al finallos productores de arroz de Magugu sesienten a conversar con Shopright, suposición ya no será en absolutodesventajosa. Su poder será mucho mayor,en particular si negocian con la baza deuna patente”.

comunicación en línea, la puesta a punto de una prácticaidónea sólo ha requerido seis meses”.

“La plataforma de enlaces para grupos locales deaprendizaje es un instrumento muy eficaz para difundirlas innovaciones entre grupos de distintas localidades”,dice el Sr. Nyimbo.

Por su parte, el Sr. Lihgtfoot considera que con elcurso del tiempo se irán subsanando las dificultades paraacceder a Internet. Lo fundamental es que los agricultoresy empresarios locales estén motivados para adquirir losconocimientos prácticos, dedicar los recursos y asumir losriesgos relacionados con el suministro de servicios deInternet en zonas aisladas. “Si el acceso a Internet permiteaumentar los ingresos y los conocimientos sobre losmercados, la gente tendrá motivos suficientes para tratarde acceder a ese medio”, dice.

El Sr. Lightfoot considera que, para que losagricultores puedan conectarse directamente con laplataforma, es fundamental disponer de medios máseficaces que permitan recibir información por correoelectrónico e Internet en los teléfonos móviles. “Hay

que tener en cuenta que los agricultores ya tienenacceso a los teléfonos móviles. Ahora mismo nopueden leer correos electrónicos, pero no falta mucho.Ya se han sentado las bases para aprovecharrápidamente esas posibilidades tecnológicas cuandolleguen a nosotros”.

El éxito de este proyecto ha traspasado las fronterasde África. “Durante mi última visita al norte deTanzanía estuve con dos peruanos, un agricultor y unjefe de proyecto, que expresaron sumo interés por loque estaban viendo”, dice Edward Heinemann,economista regional del FIDA para África oriental ymeridional. “La idea de que los agricultores aprendanjuntos en grupos ideando prácticas comunes puededar, sin duda, buenos resultados, pero son programasque deben elaborarse teniendo en cuenta lascaracterísticas de cada país para que puedan darrespuesta a los problemas concretos que afrontan losagricultores y ajustarse a su programa, ya se trate demejorar su producción agrícola, su acceso al crédito ola comercialización de sus cultivos”.

Pactar para conseguir un comercio másequitativo: el caso del arroz de Magugu

ı Stanslaus Njovu es un productor de arroz de la aldea de Gichameda, en el distrito de Babati. Es uno delos cultivadores de la aromática variedad local de arroz que se beneficiará de una relación más directa conlos consumidores.

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Una revolución en la comercializaciónEl mejor acceso a los mercados suele empezar porun mejor acceso a la información sobre losmercados. En menos de un año, los agricultoresasociados al proyecto Primera Milla hanexperimentado una verdadera revolución en lo quese refiere a su acceso a la información. Las barrerasse han roto cuando han comenzado a trabajar conlos elaboradores, comerciantes, transportistas yotros agentes que participan en las cadenas decomercialización para reunir y compartirinformación y para establecer nuevos mecanismosde comercialización basados en la colaboración.

Los agricultores de la aldea de Mungushi, distritode Hai, entre ellos Matilda Arnoldi Mushi, estándescubriendo que al tener mejor informaciónadquieren más poder, en particular para negociarcon otros agentes de las cadenas decomercialización. En su aldea la Sra. Mushi esmiembro del grupo de productores Amkeni, querecibe regularmente información sobre mercadostan distantes como los de Dar es Salaam. Lainformación actualizada sobre los precios revisteparticular importancia para el grupo.

Para la Sra. Mushi, como para los habitantes demuchas otras aldeas del país, los teléfonos móvilesson un instrumento nuevo y poderoso en lacomercialización rural. Su utilización supone uncambio radical en la forma de obtener información.Los lugareños descubren que pueden averiguarcuáles son los precios en mercados muy distantes desus tradicionales interlocutores comercialesinmediatos. Esto supone un aumento considerablede la transparencia de los precios a lo largo de lacadena de comercialización.

“Con los teléfonos móviles conocemos mejor lasituación de los precios”, dice la Sra. Mushi."Conseguimos información sobre los precios delmaíz, los frijoles y las hortalizas en los mercados deDar es Salaam. El PDSCA ha adscrito un oficial en elConsejo del Distrito, que nos envía la informaciónmediante SMS. Cuando la recibimos, la colocamosen el tablón de anuncios de la aldea, donde la gentepuede consultarla cuando quiere."

Aunque cada vez hay más agricultores que tienensus propios teléfonos móviles, el tablón de anunciossigue siendo el medio decisivo para asegurarse de

ı Para Matilda ArnoldiMushi, como para muchosotros lugareños del distritode Hai, cerca del monteKilimanjaro, el teléfonomóvil es un instrumentonuevo y poderoso decomercialización rural quesupone un cambio radicalen su manera de obtenerinformación.

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Fomentar la confianzaLos teléfonos móviles e Internet ofrecen nuevas eimportantes oportunidades para los pequeñosagricultores de Tanzanía, aunque cuando se trata defomentar la conciencia y la colaboración no puedencompetir con la comunicación directa. Por ejemplo,Aminiel Mushi, un agricultor de 65 años que presideel grupo de productores Muungano de la aldea deMagadini, en el distrito de Hai, cree firmemente enlas ventajas de sentarse y hablar. “Los miembros del

grupo me piden que vaya a sus casas: eso ayuda afomentar la confianza”, dice Aminiel Mushi. “A veceslos miembros del grupo se comunican entre sí porcorreo e incluso mediante teléfonos móviles, pero yoprefiero el contacto directo”.

Nathaniel Katinila, coordinador del PDSCA, diceque los contactos personales siguen siendo unmodo de comunicación decisivo en las zonas ruralesde Tanzanía. “Para la población rural lacomunicación sigue consistiendo en establecerrelaciones personales. Hay que ser directos: si unoquiere que alguien que vive en otra zona conozcaalgo, tiene que ir a verlo o enviar a alguien, quizáscon una carta”.

Sin embargo, hay pequeños agricultores, entreellos Aminiel Mushi, que ya utilizan las modernastecnologías de las comunicaciones, como losteléfonos móviles e incluso Internet, paraintercambiar conocimientos, ideas y experiencias ypara establecer relaciones con otros agentes de lascadenas de comercialización, aunque, por otra parte,la falta de contactos personales puede dificultar lacreación de confianza.

El Sr. Katinila cree que ése no será un obstáculo:“Soy optimista y pienso que los agricultores seguiránreuniéndose para conversar y que los teléfonosmóviles e Internet agregarán valor porque permitiráncompartir con muchas otras personas las ideas y las

que la información llegue a toda la gente de laaldea. “No todo el mundo tiene un teléfono móvil”,dice la Sra. Mushi. “Tampoco puedo enviar un SMSa todos los que tienen teléfono. Lo que hacemos escolocar la información en el tablón de anuncios, alque todos tienen acceso, independientemente de sison miembros de un grupo de agricultores o no. Lainformación del tablón de anuncios llega a todoslos grupos”.

En su aldea la información sobre los mercadoscentrales se actualiza una vez por semana, pero enel caso de los mercados locales llegan noticias cadadía. “Los teléfonos son el mejor medio decomunicación”, añade la Sra. Mushi. “Antes la gentesolía viajar a Dar es Salaam sólo para averiguar losprecios de las mercancías en el mercado. Ahorabasta con hacer una llamada o enviar un SMS. Lagente vende mejor sus productos. Losintermediarios solían venir y ofrecer 10 000 chelinespor un saco de maíz y los agricultores estabansatisfechos con esos precios. Ya no somos ignorantesy si llega alguien y dice 10 000, cuando en Dar esSalaam el maíz se vende a 30 000, decimos que no.Ahora podemos negociar con equidad”.

Gracias a su mayor capacidad de negociación, laSra. Mushi pudo aumentar considerablemente susingresos durante el año pasado. Esta mujer, casada ycon dos hijos —Elinaike de diez años y Anshasenide ocho—, cultiva maíz, girasol y frijoles en su fincade dos acres.

ı Aminiel Mushi,presidente de un grupo deproductores en la aldea deMagadini, cerca del monteKilimanjaro, creefirmemente en laimportancia de loscontactos directos, pero haempezado ha utilizar elteléfono móvil de su esposapara hablar con otrosmiembros de su grupo.

ı Fatuma Juma vende frutas y verduras en el mercado deMagugu, una aldea del distrito de Babati. Dos veces por semanarecorre cientos de kilómetros hasta Arusha para comprarmercancías, pero hasta el momento no tiene acceso a lainformación sobre los precios o sobre los productos queencontrará en el mercado.

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preocupaciones que expresan en sus contactosdirectos. El uso de Internet también les permitiráconocer lo que piensan otras personas iguales aellos, que viven, tal vez en localidades muy lejanas”.

El Sr. Mushi, que hace sólo un año afirmaba queno utilizaba el teléfono móvil de su esposa, haempezado a reconocer sus ventajas. “La informaciónes más fácil, más rápida”, dice. “En lugar de ir a ver aalguien o enviarle una carta, uno puede hablar conla persona directamente mientras sigue haciendo sutrabajo, en lugar de perder tiempo buscándola”.

Incluso considera equivalente hablar con alguienpor teléfono o de persona. “Llamo a alguien, hablocon él y escucho lo que tiene que decirme”, dice elSr. Mushi. “Sin embargo, un SMS es algo que unoescribe y envía, pero si el teléfono está desconectadouno no puede recibir el mensaje hasta que no vuelvea conectarlo. Así que puedo mandarlo y pensar quelo han recibido y, sin embargo, no ha llegado.”

Una de las claves del éxito de la plataforma deenlaces para grupos locales de aprendizaje ha

consistido en vincular el uso de las modernastecnologías de las comunicaciones, como losteléfonos móviles e Internet, con medios decomunicación “de baja tecnología”, como contactosdirectos y los tablones de anuncios en las aldeas. Laconfianza y la colaboración aumentan cuando laspersonas pueden encontrarse, conversar y aprenderjuntas. Sin embargo, cuando esas mismas personasutilizan tecnologías como Internet para intercambiarideas y aprender con otras que tienen problemassimilares y muchas veces viven en zonas muyalejadas, se pueden descubrir más ideas innovadoras.

“Al parecer, la capacidad de innovación de losagricultores y de los grupos proveedores de serviciose ve potenciada cuando pueden intercambiarinformación con homólogos que viven en zonasbastante alejadas”, dice Clive Lightfoot, director delproyecto Primera Milla. “Al parecer, la diversidad delas situaciones y el hecho de que muchas mentes seconcentren en un reto o problema común hacenposible encontrar soluciones innovadoras”.

ı Los agricultores de la aldea de Wili, cerca del monte Kilimanjaro, trabajan engrupos que se reúnen periódicamente para abordar cuestiones de interés común.

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El acceso a la información adecuada en el momento adecuado puede determinar unadiferencia considerable en los ingresos que perciben los agricultores por la venta de suscultivos. Los productores de papas de Uporoto, distrito de Mbeya, lograron aumentarsus ingresos hasta en un 150%, para lo cual les bastó con utilizar sus teléfonos móvilesy obtener información actualizada sobre los precios en Dar es Salaam.

Durante mucho tiempo los agricultores habían sido explotados por los camionerosque pasaban por Uporoto para cargar sus camiones con papas baratas cuandoregresaban a Dar es Salaam después de haber transportado mercancías a Malawi. Conla llegada de los teléfonos móviles a la zona, los agricultores pudieron llamar aamigos suyos del mercado de Kariako en Dar es Salaam para conocer el precio real delas papas. Después dieron un paso más y establecieron contactos con posiblescompradores en Dar es Salaam utilizando también sus teléfonos móviles paracontratar la venta directa a precios más favorables.

Cuando volvieron a pasar por la aldea, los camioneros tuvieron que elegir entrerecibir sólo el pago por el servicio de transporte o regresar con los camiones vacíos.

ContactsIdes DeWilleboisDrector de la Divisón de África Oriental yMeridional del FIDAFIDACourriel: [email protected]

Samuel EremieGerente del Programa del FIDAen TanzaníaFIDACourriel: [email protected]

Clive LightfootGestor del proyecto Primera Milla,Director ejecutivo del grupo de apoyo internacionalCourriel:[email protected]

Nathaniel KatinilaCoordinator del Programa de Desarrollode Sistemas de Comercialización Agrícola, TanzaníaCourriel: [email protected]

Helen GillmanGerente de los servicios de ediciónFIDACourriel: [email protected]

EnlacesProyecto Primera Millahttp://www.ifad.org/rural/firstmile/index.htm

Linking Local Learnershttp://www.linkinglearners.net/

El FIDA en Tanzaníahttp://www.ifad.org/english/operations/pf/tz/index.htm

ı Benson Juna, de Arusha, viaja a los mercados de diversos distritos, donde venderopa usada. Con su teléfono móvil se mantiene en contacto con mayoristas en Arushapara organizar los envíos de mercancías y pagarles cuando los recibe.

Los teléfonos móvilespueden contribuir a aumentar la transparenciadel mercado

Dar a los pobres de laszonas rurales la oportunidadde salir de la pobreza

Via del Serafico 107 - 00142 Roma, ItaliaTeléfono: +39 06 54591 - Fax: +39 06 5043463Correo electrónico: [email protected] - www.ifad.org