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El Purgatorio

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Ensayo de una perspectiva protestante sobre la doctrina del purgatorio.

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EL PURGATORIO

Definición y Debate

12/11/2015

Rafael Arévalo Aguilera

Page 2: El Purgatorio

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INTRODUCCIONEl presente ensayo trata de exponer en síntesis un tema que desde la edad media ha sido muy controversial e interesante: La Doctrina Católica del Purgatorio.

La doctrina católica del purgatorio es una doctrina apenas desarrollada con punto y coma en la edad media, pero con una gran aceptación entre el pueblo católico. Esta doctrina ha tenido repercusiones no son solo en el ámbito religioso sino también en lo moral, a niveles incuso globales.

Esta doctrina, es en gran manera basada en una idea que ya circulaba en el periodo intertestamentario, Virgilio, un escritor romano nacido en el año 70 a.C. cerca de Mantúa, en la región X, hoy Lombardía Italiana, en sus escritos separó las almas de los muertos en 3 lugares diferentes: Uno para los malos, otro para los condenados, y un tercero donde todos los que no eran tan malos tenían la oportunidad pagar por sus pecados.1

Cerca del año 300 d.C. el concepto de purgatorio paso de ser un concepto de la literatura a una doctrina, y empezaba a filtrarse al cristianismo debido a la intervención teológica en la iglesia de personas provenientes del paganismo dada la apertura imperial romana con Constantino.

DEFINICION CATOLICA DEL PURGATORIO

EL CATECISMO CATÓLICOEn el catecismo de la iglesia católica el purgatorio se define de la siguiente manera:

Los que mueren en la gracia y en la amistad de Dios, pero imperfectamente purificados, aunque están seguros de su eterna salvación, sufren después de su muerte una purificación, a fin de obtener la santidad necesaria para entrar en la alegría del cielo.

La Iglesia llama Purgatorio a esta purificación final de los elegidos que es completamente distinta del castigo de los condenados. La Iglesia ha formulado la doctrina de la fe relativa al Purgatorio sobre todo en los Concilios de Florencia (Cf. DS 1304) y de Trento (Cf. DS 1820: 1580). La tradición de la Iglesia, haciendo referencia a ciertos textos de la Escritura (por ejemplo 1 Co 3, 15; 1 P 1, 7) habla de un fuego purificador.2

Respecto a ciertas faltas ligeras, es necesario creer que, antes del juicio, existe un fuego purificador, según lo que afirma Aquél que es la Verdad, al decir que si alguno ha pronunciado una blasfemia contra el Espíritu Santo, esto no le será perdonado ni en este siglo, ni en el futuro (Mt 12, 31). En esta frase podemos entender que algunas faltas pueden ser perdonadas en este siglo, pero otras en el siglo futuro (San Gregorio Magno, dial. 4, 39).

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Esta enseñanza se apoya también en la práctica de la oración por los difuntos, de la que ya habla la Escritura: "Por eso mandó [Judas Macabeo] hacer este sacrificio expiatorio en favor de los muertos, para que quedaran liberados del pecado" (2 M 12, 46). Desde los primeros tiempos, la Iglesia ha honrado la memoria de los difuntos y ha ofrecido sufragios en su favor, en particular el sacrificio eucarístico (Cf. DS 856), para que, una vez purificados, puedan llegar a la visión beatífica de Dios.

La Iglesia también recomienda las limosnas, las indulgencias y las obras de penitencia en favor de los difuntos: Llevémosles socorros y hagamos su conmemoración. Si los hijos de Job fueron purificados por el sacrificio de su Padre (Cf. Jb 1, 5), ¿por qué habríamos de dudar de que nuestras ofrendas por los muertos les lleven un cierto consuelo? No dudemos, pues, en socorrer a los que han partido y en ofrecer nuestras plegarias por ellos (San Juan Crisóstomo, hom. in 1 Cor 41, 5).

En 1274, en el segundo concilio de Lyon, la Iglesia declaró por primera vez, de modo solemne, la doctrina sobre el purgatorio: “Después de esta vida existen penas purificadoras para los que no están suficientemente limpios de sus pecados, penas que las oraciones de los vivos puedan aligerar”. La existencia del purgatorio fue definida en el concilio de Florencia (1438-45), aunque no se definió que fuera un lugar ni que hubiera fuego.

No se afirmó nada sobre cómo eran las penas. Lo que está definido es que es un estado en el que los difuntos, no enteramente purificados, son “purgados”, que esta purificación tiene un carácter de castigo después de la muerte y que los vivos pueden ayudar con sufragios a los difuntos (DS 1304). En el concilio de Trento (1545-63) se definió esta misma doctrina (DS 840,983,1580).

El concilio Vaticano II afirmó: “Este sagrado sínodo recibe con gran piedad la venerable fe de nuestros antepasados acerca del consorcio vital con nuestros hermanos que se hallan en la gloria celeste o que aún están purificándose después de la muerte, y de nuevo confirma los decretos de los sagrados concilios Niceno II, Florentino y Tridentino” (LG 51).

ALGUNOS ERRORES DEL CONCEPTO EVANGELICOEn este punto hemos de corregir algunos conceptos mal definidos en la iglesia protestante respecto al purgatorio.

El purgatorio es un lugar.En efecto, la definición católica del purgatorio no refiere un lugar sino un estado, es decir, una condición espiritual del hombre después de la vida. No es un error exclusivo de algunos sectores del protestantismo decir que el purgatorio es un lugar, en el catolicismo se sigue difundiendo esta idea en feligreses aparentemente mal informados. Citando a Joseph Aloisius Ratzinger (Bendecito

XVI): “El purgatorio no es un lugar del espacio del universo, sino un fuego interior que purifica el alma de pecado”.

El purgatorio es para todos, una segunda oportunidad para ir al cielo.Con claridad, en el catecismo católico se puntualiza que es para: “Los que mueren en la gracia y en la amistad de Dios, pero imperfectamente purificados…”.No es un lugar entre el cielo y el infierno

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sino de camino al cielo. Citando nuevamente a Ratzinger: es la "experiencia interior del hombre en su camino hacia la eternidad… ya que el alma se presenta ante Dios aún ligada a los deseos y a la pena que derivan del pecado y eso le imposibilita gozar de la visión de Dios y es el amor de Dios por los hombres el que la purifica de las escorias del pecado. "

AclaraciónRespecto a las correcciones hechas, debemos aclarar que este concepto ha sufrido cambios, ya que de acuerdo al decreto del concilio Lyon, el purgatorio si ha sido manejado como un “lugar” donde permanecían las almas en espera de cumplir un castigo purificador, tal como lo manejaba la doctrina griega, y para unificar ambas iglesias, oriental y occidental, simplemente le pusieron nombre común: el purgatorio. Con el tiempo se desarrollo la idea de que no es un lugar, ni físico ni espiritual, sino un estado del alma, y cabe decir que lo mismo se dice del cielo y del infierno hoy en día por la autoridad papal.

Por otro lado aunque se aclara que el purgatorio no es “para todos” sino para los que mueren en la gracia y amistad con Dios, realmente se abre después de la muerte la posibilidad de que aquellas personas que no fueron “tan malas” tengan salvación, y solo aquellos que resistieron fuertemente el amor de Dios en Cristo irían al infierno. Este camino no se percibe “angosto”, sino “amplio y espacioso”, con la posibilidad de tener una vida medianamente buena, y la esperanza de entrar en él.

ARGUMENTOS BIBLICOS DEL PURGATORIO Y SU REFUTACIÓNLa iglesia católica hace patente que la base de su dogmatica no está solo en la Biblia sino, sobre todo, en la autoridad de la tradición católica, por lo que sería irrelevante el requerimiento de un argumento bíblico como fundamento de su doctrina. Sin embargo, se han propuesto demostrar que el concepto teológico del purgatorio está presente en la iglesia de los apóstoles, deduciendo la doctrina con la interpretación de algunos los textos bíblicos protocanónicos, y sobre todo, deuterocanonicos.

Textos protocanónicos.Uno de los textos bíblicos más utilizados para sostener el concepto del purgatorio en la Biblia es Lucas 12:58-59:

Cuando vayas al magistrado con tu adversario, procura en el camino arreglarte con él, no sea que te arrastre al juez, y el juez te entregue al alguacil, y el alguacil te meta en la cárcel. Te digo que

no saldrás de allí, hasta que hayas pagado aun la última blanca.

La Iglesia católica encuentra muy claros estos versículos: Si del infierno no se puede salir, debe existir un lugar donde se cancele esa deuda, pues además, hablando de la nueva Jerusalén, en Apocalisis dice: “Nada manchado entrara en ella” (Ap 21:27). Con la parábola del funcionario que no quiso perdonar, en Mateo 18:21-35, se aplica el mismo argumento. Jesús compara el Reino de los Cielos con alguien que pide perdón pero niega hacerlo; aun así advierte que el hombre puede cumplir su deuda: “Y tanto se enojó el señor, que lo puso en manos de los verdugos hasta que pagara toda la deuda. Y Jesús añadió: «Lo mismo hará mi Padre Celestial con ustedes, a no ser que

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cada uno perdone de corazón a su hermano»”(Mateo 18:34-35). Y como no hay verdugos en el cielo, entonces debe haber algún lugar donde los salvados purifiquen las deudas pendientes.

Otro de los textos bíblicos más utilizados para urdir esta doctrina es el que se encuentra en Mateo 12:32.

“A cualquiera que dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado; pero al que hable contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este siglo ni en el venidero.”

Para los católicos en este texto puede deducirse la doctrina de la purificación después de la muerte, ya que, según el catolicismo, se señala que hay pecados que se perdonan “en este mundo” y otros que se perdonan “en el venidero”. Los pecados que se pueden perdonar en el siglo venidero, es decir después de la muerte, son faltas menores, pecados veniales y no mortales.

El pasaje por excelencia para argumentar a favor del purgatorio lo encontramos en 1 Corintios 3:13-15.

“La obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará. Si permaneciere la obra de alguno

que sobreedificó, recibirá recompensa. Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego.”

La pagina Catholic.net resume la explicación de este texto como sigue: “No hay duda que el texto habla del juicio; sin embargo, se aplica tanto al juicio particular como al final. Ambos son juicios, y este texto enseña algo sobre la naturaleza de ambos. Dejando de lado a qué tipo de juicio se hace referencia, no puede negarse que se habla claramente de un momento de juicio después de la muerte. El texto dice que la calidad de la obra de cada cual la probará el fuego. El fuego en la Escritura se emplea de modo figurado para dos realidades: es agente purificador (Mt 3,11; Mc 9,49) y es agente abrasador (Mt 3,12; 2Tes 1,7-8). Es pues un símbolo conveniente para el juicio de Dios. Algunas de estas obras son quemadas y otras son purificadas según sea su cualidad. Es pues un estado en que se purifica o limpia. No puede ser el cielo, ya que hay imperfecciones que necesitan quemarse (Ap 21,27; Hab 1,13). No es el infierno, ya que en el cielo están los salvados. Es pues un juicio "purificador" que los cató.”

Textos DeuterocanónicosLos argumentos mas fuertes se encuentran en el Antiguo Testamento, aun asi, no es explicito el concepto purgatorio, ya que se deduce de algunas prácticas judías del periodo Intertestamentario.

En 2Mac 12,39-46 se dice que "Judas Macabeo y su ejército fueron a recoger los cadáveres de los que habían caído y depositarlos con sus parientes en los sepulcros de sus padres. Entonces encontraron bajo las túnicas de cada uno de los muertos objetos consagrados a los ídolos de Yamnia, que la Ley prohíbe a los judíos. Fue entonces evidente para todos por qué motivo habían sucumbido aquellos hombres. Bendijeron, pues, todos las obras del Señor, juez justo, que manifiesta las cosas ocultas, y pasaron a la súplica, rogando que quedara completamente borrado el pecado cometido. El valeroso Judas recomendó a la multitud que se mantuvieran limpios de

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pecado, a la vista de lo sucedido por el pecado de los que habían sucumbido. Después de haber reunido entre sus hombres cerca de 2.000 dracmas, las mandó a Jerusalén para ofrecer un sacrificio por el pecado, obrando muy hermosa y noblemente, pensando en la resurrección. Pues de no esperar que los soldados caídos resucitarían, habría sido superfluo y necio rogar por los muertos.

La Iglesia Copta también arguye los capítulos 6 a 36 del libro de Enoc donde, según la tradición, se describe con detalle el purgatorio.

Entre los lugares del Antiguo Testamento protestante que la Iglesia Copta y la Iglesia Católica interpretan como relacionados con la expiación tras la muerte en un purgatorio, están:

“Muchos serán purificados, emblanquecidos y refinados; los impíos procederán impíamente, y ninguno de los impíos comprenderá, pero los entendidos comprenderán”. Daniel 12:10

“A este tercio lo meteré en el fuego, lo fundiré como se funde la plata, lo probaré como se prueba el oro. Él invocará mi nombre, y yo lo oiré. Yo diré: 'Pueblo mío'. Él dirá: 'Yahveh es mi Dios'.” Zacarías 13:9

Desde la perspectiva católica y copta, se piensa que los pasajes anteriores dan a entender que en el "otro mundo" las almas podrán ser purificadas (limpiadas) de la mancha de ciertos pecados, ya perdonados en cuanto a culpa; “ese otro mundo no puede ser el infierno, pues en él ya se está condenado; tampoco el cielo pues nada que tenga mancha entrará ahí, por lo que este lugar debe ser un estado temporal. Lo que hay que purificar en el purgatorio es el rastro de pecado, que ha quedado aun después de la confesión. Un ejemplo de esto sería una calumnia. Si ha sido extendida a otras personas, aunque la persona que la dijo se confiese ese rastro de su pecado ya ha quedado esparcido y será difícil de borrar” –asegura la iglesia católica.

La Iglesia católica nunca ha enseñado que en el purgatorio se perdonen pecados mortales, sino solo veniales que no mudan al creyente del estado de gracia habitual o santificante, necesaria para salvarse. Pero principalmente se enseña que en el purgatorio se realiza la purificación de las reliquias del pecado.

REFUTACION PROTESTANTE

Textos protocanónicosEs absurdo, por cierto, el argumento de “no aparece en la Biblia el término purgatorio”, ya que las verdades que creemos mas importantes no aparecen tampoco, palabras como Trinidad, Encarnación, incluso la misma palabra Biblia. Sin embrago, no es el termino con el que titulamos la doctrina lo que la hace válida, sino que se compruebe la idea, la existencia clara del concepto en la Escritura.

Sin duda se pueden deducir muchas cosas de lo que un texto “no dice”, tal es el caso de Mateo 12:32. Se puede deducir que hay pecados que se pueden perdonar después de la muerte, y también que después de la muerte se puede pecar, también podemos deducir que el Espíritu

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Santo es más Importante que el Hijo en la Trinidad, o que se ofende menos el Hijo que el Espíritu Santo, pero algo es seguro: no podemos hacer doctrina de las deducciones de un solo pasaje.

¿Qué quiso decir Jesús con “ni en la (vida) venidera”? decidiendo no pensar mas allá de lo que dice el texto, significa simplemente que la blasfemia contra el Espíritu Santo no se puede perdonar, en ningún momento ni en ninguna circunstancia. Es común en las escritura la presencia de las hipérboles para enfatizar algunas frases, Bullinger define la hipérbole como “cuando se dice más de lo que se pretende decir literalmente” (1968, p. 423). Este recurso literario es necesario conocerlo para entender la Biblia, Jesús lo utilizó en algunas ocasiones (Mateo 19:24, Mateo 18:6, Marcos 9:43), si no aceptamos esto, empezaremos a enseñar que Jesús promueve el suicido, la automutilación, y la discriminación.

Respecto a Lucas 12:58-59, todos los pecados: veniales y mortales, tienen el mismo costo y consecuencia: La muerte (Romanos 6:23, Ezequiel 18:20). Los Judíos, incluido Jesús, sabían de esta escritura. Las palabras “no saldrá libre hasta que haya pagado hasta la última blanca”, no es una referencia a un método de libertad sino a la “no impunidad” de los juicios divinos, no hay otra forma de pago por el pecado, sino la muerte.

En 1 de Corintios 3:13-15 existe un problema hermenéutico en la interpretación católica ya que una de las claves de interpretación que usan del texto es la connotación del término “fuego” como factor de purificación y no como elemento de prueba. Como primer punto, haciendo una exegesis adecuada del texto, “la obra” que será probada no son “las obras” de los creyentes, sino el edificio del que se habla en el v9, es un mensaje a quienes edifican la iglesia. Como segundo, es una exhortación para esforzarse en edificar con los mejores materiales, es decir, con buena calidad, para que llegado el momento, la iglesia edificada, resista la prueba (fuego). Quien edifica no será condenado si su edificación no resiste el tiempo de prueba, pero se salvará con dificultad.

“Así como por fuego”. La misma palabra “como”, significa semejante, no podemos darle una interpretación literal al término “fuego”. La dificultad de su salvación se compara con pasar a través de fuego. El buen trabajo será recompensado, el trabajo mal elaborado se perderá, y si se salva será tan difícil como pasar por fuego.

Contradicción doctrinal bíblicaLa doctrina “implícita” del purgatorio tal y como la contempla el catecismo católico contradice algunas de las doctrinas “explicitas” de los libros protocanónicos.

La Biblia enseña, por ejemplo, que cuando uno muere, el espíritu pasa inmediatamente a un lugar espiritual de consuelo y bendición o a un lugar de tormento (Lucas 16:19-31). No se permite el paso de uno de estos lugares al otro (Lucas 16:26). Persiste en tal condición hasta el día final cuando todos seremos resucitados, algunos para resurrección de vida eterna y otros para resurrección de condenación eterna (Juan 5:28,29). Pero el destino de uno queda establecido desde el momento de la muerte física porque “está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio” (Hebreos 9:27). Este juicio se fundamenta en lo que hicimos mientras estábamos en el cuerpo (2 Corintios 5:10,11; Apocalipsis 20:12). No hay indicio alguno en

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la Biblia de tener la oportunidad de cambiar su condición espiritual después de la muerte ni que otras personas puedan lograr mejorar nuestra condición por cualquier medio.

La idea del purgatorio afecta directamente al concepto de la expiación, la cual según indica Hebreos 10, se ha hecho de una vez y para siempre por Jesucristo, esta ofrenda hace perfectos a los santificados, es decir, les quita la conciencia de pecado, y no hace falta más sacrificio por los pecados. Nadie necesita pagar o hacer sacrificio alguno, para expiar sus pecados, Dios ha proviso el sacrificio perfecto en Cristo.

Textos DeuterocanónicosSe dice que 2 Macabeos 12 es la base bíblica mas contundente para esta doctrina, la verdad es que incluso en este texto la doctrina del purgatorio esta “implícita”, ya que se requiere abordar el texto con la idea preconcebida de que en el cielo “no se hace admiten cambios”, y se hace necesaria la idea de un lugar previo al cielo definitivo.

Esto es lo que dice el texto: “38 Judas reunió su ejército y se fue a la ciudad de Adulam. Al acercarse el séptimo día de la semana, se purificaron según su costumbre y celebraron el sábado. 39 Y como el tiempo urgía, los soldados de Judas fueron al día siguiente a recoger los cadáveres de los caídos en el combate, para enterrarlos junto a sus parientes en los sepulcros familiares. 40 Pero debajo de la ropa de todos los muertos encontraron objetos consagrados a los ídolos de Jabnia, cosas que la ley no permite que tengan los judíos. Esto puso en claro a todos la causa de su muerte. 41 Todos alabaron al Señor, justo juez, que descubre las cosas ocultas, 42 e hicieron una oración para pedir a Dios que perdonara por completo el pecado que habían cometido. El valiente Judas recomendó entonces a todos que se conservaran limpios de pecado, ya que habían visto con sus propios ojos lo sucedido a aquellos que habían caído a causa de su pecado. 43 Después recogió unas dos mil monedas de plata y las envió a Jerusalén, para que se ofreciera un sacrificio por el pecado. Hizo una acción noble y justa, con miras a la resurrección. 44 Si él no hubiera creído en la resurrección de los soldados muertos, hubiera sido innecesario e inútil orar por ellos. 45 Pero, como tenía en cuenta que a los que morían piadosamente los aguardaba una gran recompensa, su intención era santa y piadosa. Por esto hizo ofrecer ese sacrificio por los muertos, para que Dios les perdonara su pecado."

Este pasaje pone en aprietos a la iglesia católica. Admitir a través de este pasaje que Judas está haciendo lo correcto inspirado por Dios, es admitir que el pecado de la idolatria puede ser perdonado en el purgatorio; pecado, por cierto, mortal, según el catecismo católico. De manera que si derivado de este pasaje tenemos que justificar el purgatorio también deberían considerar la idolatria como un pecado venial, perdonable. Lo cual no sucederá.

CONCLUSIÓNLa doctrina católica del purgatorio no tiene un fundamento bíblico solido, está basada en claves hermenéuticas propias de la tradición. El purgatorio contradice otras doctrinas claves que forman parte importante de la base de la salvación a través del sacrificio de Cristo.

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Esta doctrina no tenia forma alguna antes de los concilios de Lyon y Florencia, de manera que su intención es clara: contrarrestar los ataques de los reformadores hacia las prácticas católicas y unir la fuerza de la iglesia oriental y occidental. La doctrina del purgatorio era fundamental para guardar la esperanza entre los creyentes de poder enviar al cielo a los muertos impuros para continuar comerciando las indulgencia.

Mantener la doctrina del purgatorio le estaba constando a la iglesia católica una cantidad de “doctrinas de respaldo”, por lo que se ha optado en tiempos modernos una forma menos bíblica y mas filosófica del purgatorio.