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El primer fin de semana de estreno en Estados Unidos, la cinta Crepúsculo, basada en la saga vampírica de Stephanie Meyer, recaudó 70 millones de dólares, el doble de lo que costó su producción. Miles de fanáticos pusieron en el número uno de ventas la novela pese a que recibía duros comentarios por parte de la crítica. Sin embargo, lo que realmente llama la atención, más allá de si se trata de un exitoso best- seller para adolescentes o una mala novela romántica que sólo reactualiza temas clásicos, es encontrar, a principios del siglo XX, vampiros en las listas de libros y películas más vistos. ¿A qué se debe el éxito de esta leyenda que tiene siglos de vigencia? El regreso de los vampiros diciembre 09

el regreso de los vampiros

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Antologia de textos sobre la el origen y desarrollo del tema de los vampiros en la literatura y el cine

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Page 1: el regreso de los vampiros

El primer fin de semana de estreno en Estados Unidos, la cinta Crepúsculo, basada en la saga vampírica de Stephanie Meyer, recaudó 70 millones de dólares, el doble de lo que costó su producción. Miles de fanáticos pusieron en el número uno de ventas la novela pese a que recibía duros comentarios por parte de la crítica. Sin embargo, lo que realmente llama la atención, más allá de si se trata de un exitoso best-seller para adolescentes o una mala novela romántica que sólo reactualiza temas clásicos, es encontrar, a principios del siglo XX, vampiros en las listas de libros y películas más vistos. ¿A qué se debe el éxito de esta leyenda que tiene siglos de vigencia?

El regreso de los vampiros

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En busca de los vampiros Nacen como seres mitológicos en los cuentos populares de Europa oriental, pero se vuelven íconos en boca de intelectuales de Occidente.

En los cuentos populares de Europa Oriental, los vampiros son unos chupasangres nocturnos que se han levantado de entre los muertos. Conocemos la apoteosis de esos seres, Drácula -el vampiro de Transilvania-, una persona parecida a un murciélago con largos colmillos y que permanece tumbada en un ataúd durante el día y por la noche muerde nucas y bebe sangre para mantenerse vivo. Pero, ¿por qué sabemos algo sobre Drácula y los vampiros? ¿Por qué y cómo creció un mito regional hasta llegar a convertirse en uno universal y en el más resistente de la cultura occidental?

El Drácula histórico, Vlad Tepes, no fue un vampiro. Nació en 1431 y reinó intermitentemente a partir de 1448 en Valaquia, la parte septentrional de la actual Rumania, y tuvo enfrentamientos periódicos con el Imperio Otomano, el rey Matías Corvino de Hungría y las ciudades sajonas de Transilvania. Aunque logró importantes victorias sobre los otomanos, Corvino lo hizo prisionero y murió en 1477 en un nuevo combate con las tropas otomanas.

Las tinieblas de oriente Vlad recibió el apodo "Draculea" -

derivado de "dragón"- de su padre. […] Adquirió el poco encantador hábito de empalar a sus enemigos, del que se derivó el apodo "Tepes" (que significa el "Empalador").

Ya durante su vida circulaban las noticias sobre el cruel método de matar de Vlad -que no era inhabitual en aquella época- y probablemente Corvino atribuyó a su brutalidad un cariz particularmente sangriento. La campaña de propaganda contra Vlad tuvo mucho éxito y satisfizo la sed del público de sensaciones, con imágenes gráficas del sanguinario y empalador príncipe.

Esta imagen contribuyó a la idea concebida en Occidente de la Europa Oriental como el corazón de las tinieblas del alma humana.

En el siglo XVIII, el público europeo fue presa repetidas veces del pánico a los vampiros. […] Pero el desarrollo paralelo de la ciencia respaldó los propósitos de desenmascarar semejante "superstición".

[…] Según la doctrina católica y también la científica, quien creía en los vampiros era considerado supersticioso y condenado por ignorante. De modo que, en una época en que Europa Oriental empezó a afianzarse en la percepción de Occidente, lo hizo como bastión de la herejía que se debía "civilizar".

Ahora bien, no se pudo acabar con los miedos irracionales y los deseos secretos de la gente. En el mundo occidental, el ocultismo surgió como reacción ante la fe de la Ilustración en la ciencia, ayudado por varios profesionales médicos que afirmaban la existencia real de los vampiros. A partir de 1820 se popularizaron obras literarias en las que personas que cometían actos crueles y sangrientos quedaban transformadas en vampiros.

Vlad Tepes fue transformado en un vampiro por el más famoso de esos relatos: la novela Drácula, de Bram Stoker, en 1897. Stoker investigó intensamente los mitos sobre los vampiros y recibió la influencia de libros de historia y descripciones de viajes, y del orientalista húngaro Ármin Vámbéry. El novelista irlandés vinculó las diversas corrientes del mito popular con caracteres históricamente espantosos para cimentar la asociación de la Europa Oriental con el oscurantismo y las tinieblas en la imaginación popular de Occidente. Visto sobre ese fondo -y con Gran Bretaña en su pináculo-, Occidente se erigió en la sede de la razón universal.

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Imágenes del monarca rumano. La versión de Francis Ford Coppola de Drácula explora en la figura de Vlad Draculea desde una

romantización de su historia. (ver los primeros 5 minutos))

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Desde la perspectiva del estudio de los símbolos, ¿qué son los vampiros? [Antes de aproximarnos al sentido simbólico de los vampiros, es importante establecer una definición a partir de la cual comenzar el análisis. Es así como consideraremos que un] vampiro, es un muerto que según se cree sale de su tumba, para venir a chupar la sangre de los vivos. Esta creencia está particularmente extendida por Rusia, por Polonia, por Europa central, por Grecia y por Arabia. Entre los eslavos, una cuña de madera de abedul traspasa los cadáveres de los muertos, cuyas almas retornan como vampiros. La tradición pretende que aquellos que han sido víctimas de los vampiros se convierten también en vampiros: quedan a la vez vacíos de su sangre y contaminados. Es decir, que hay una suerte de relación estrecha y dependiente entre víctima y victimario? Exactamente. El fantasma atormenta al ser vivo por el miedo, el vampiro lo mata sacándole su substancia; no sobrevive más que por su víctima. La interpretación se basa aquí en la dialéctica del perseguidor-perseguido, del engullidor-engullido. ¿Es este el punto clave del sentido simbólico del vampiro? Sí, ya que el vampiro simboliza el apetito de vivir, que renace cada vez que se lo cree aplacado y al que vanamente nos consumimos en satisfacer, mientras no está dominado. En realidad, se transfiere sobre el otro esta hambre devoradora, cuando no es más que un fenómeno de autodestrucción. El ser se atormenta y se devora a sí mismo; no se reconocer responsable de sus propios fracasos, imagina y acusa a otro.

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Hacia un sentido simbólico del vampiro Jean Chevalier, profesor de filosofía, responde algunas preguntas sobre el sentido simbólico que ha adquirido la imagen del vampiro en occidente.

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¿Es posible salir de este proceso autodestructivo? Cuando […] el hombre se ha sumido plenamente, ejerce plenamente sus responsabilidades y acepta su suerte de mortal, el vampiro se desvanece. Existe mientras el problema de la adaptación a uno mismo o al medio social no se ha resuelto. Se está entonces psicológicamente roído… devorado, y uno se convierte en un tormento para sí mismo y para los demás. El vampiro simboliza una inversión de las fuerzas psíquicas contra uno mismo

¿Y el sentido literal? Más allá de sentidos simbólicos y las invenciones literaria, los vampiros sí existen. Sin embargo, no son muertos que salen de noche a buscar sangre de los vivos. Desmodus rontundus es el nombre científico del vampiro común, una especie de murciélago que se alimenta de la sangre de otros animales. Pesan entre 15 y 50 g y mide únicamente entre 6,5 y 9,3 cm de longitud. Es de color gris, pardo o pardo rojizo. Si bien tiene menos dientes que otras especies de murciélagos, posee incisivos grandes y agudos para perforar la carne de la presa y un anticoagulante en la saliva que mantiene la sangre fluida mientras se alimentan. Pueden beber cerca de 20 ml por noche, casi la mitad de su peso.

Desmondus rotundus, el verdadero vampiro

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El vampiro tras las pantallas No pasaron muchos años tras su invención para que los vampiros hicieran carrera en el recién estrenado cinematógrafo. Sólo de Drácula existen más de 150 versiones en menos de 100 años; sobre vampiros, más de mil. ¿Cuáles son los principales hitos?

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Inspirándose en la versión teatral de Drácula, el director Tod Browning realizó en 1931 su largometraje homónimo, protagonizado por el actor Bela Lugosi.

Protagonista de numerosas películas en el periodo de entreguerras, el vampiro decaerá paulatinamente como personaje hasta 1958, año en que el realizador británico Terence Fisher dirige Drácula, una película violenta y sensual que tendrá numerosas secuelas a lo largo de la siguiente década.

Ante la imposibilidad de conseguir los derechos de autor, el cineasta germano Friedrich Wilhelm Murnau adaptó libremente la novela de Stoker en Nosferatu: una sinfonía de horror (1921). En los años setenta, Herzog realiza su propia versión, en la que crea una atmosfera siniestra y modifica ciertos elementos de la historia, como el final: la transformación de Harker y su cabalgata en el desierto hacia la incertidumbre y soledad de la inmortalidad.

La presencia literaria del vampiro a partir de la década de 1970 se caracteriza por una progresiva distorsión de los códigos del género de terror: el crimen se narra de forma cada vez más descarnada, la ironía envuelve muchos de los actos del monstruo y un toque de complicidad suele impregnar el relato. Por todo ello, no resulta extraño que los vampiros de este periodo se vean implicados en tramas relacionadas con el rock y la rebeldía juvenil.

La representación de Bela Lugosi fijará varias de las convenciones más frecuentes en el moderno vampiro: el acento centroeuropeo, la pose aristocrática y la capa roja y negra.

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Generación perdida (1987) incorpora a los vampiros desde una estética ochentera y temáticas adolescentes como las pandillas. Por su parte, Entrevista con el vampiro (1994) muestra la capacidad de Lestat de aclimatarse a la modernidad urbana y los conflictos de los vampiros frente a la inmortalidad.

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· Uno de los murciélagos más famosos de la historia dista bastante de ser un vampiro: Batman. El hombre murciélago, fue creado en 1939 por Bob Kane. Para el diseño de la atmósfera y el traje se inspiró en imágenes de películas como Drácula (1930) y The Bat Whispers (1931). Sin embargo, también recurrió a otro autor que, buscando crear una máquina se inspiró también en los murciélagos: Leonardo da Vinci.

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Boceto de máquina voladora.

Leonardo da Vinci (1497 – 1500)

Crepúsculo El libro detrás de las pantallas El estreno de Crepúsculo y el fenómeno que se ha generado a su alrededor hace necesaria una nueva mirada en torno al fenómeno editorial de la obra de Stephanie Meyer. Pese a que se trata de un éxito entre los adolescentes, la novela sobre vampiros parece tener su principal punto débil en la manera de abordar un tema ya clásico dentro de la literatura universal. En una entrevista publicada en Amazon Meyer declarara su escaso interés por los vampiros literarios y cinematográficos: reconoció no haber leído Drácula ni Entrevista con el vampiro. En Entertainment Weekly afirmó “no puedo leer historias de vampiros escritas por otros. Si se acercan demasiado a mi escritura, me perturban. Si quedan demasiado lejos de lo que yo hago, también me perturban.”. La inspiración para la autora habría venido de un sueño propio. Sin embargo, ¿logra ser lo suficientemente original su propuesta? Ya en 1976 Anne Rice se alejó de referencias anteriores para mostrar a los vampiros como seres eternamente hermosos. Al igual que uno de los protagonistas de la serie de Meyer, Rice nos muestra vampiros atormentados por su condición que elijen consumir sangre de animales para evitar su tentación de asesinar. Atrapados en una inmortalidad que se vuelve aburrida, los vampiros de Rice acaban cuestionándose sus dones. En El sueño del Fevre (1982), de George R.R. Martin se nos presentan dos bandos enfrentados: los vampiros que quieren vivir entre los hombres (como los Cullen, en la obra de Meyer) y los malvados que sólo ven a los humanos como ganado. Otra coincidencia importante tiene que ver con el juego de rol Vampiro: la mascarada, donde los vampiros forman una sociedad oculta, organizada en clanes con sus cualidades y poderes específicos. ¿Cuál es, entonces, la novedad en los bestsellers que forman la saga Crepúsculo? ¿Hay algún aporte de la escritora al tópico vampírico? Quizás el problema es que nos estamos acercando a la novela desde la literatura de terror, esperando encontrar una atmósfera asfixiante y claustrofóbica siendo que el terrero en que se mueve Meyer con comodidad es el romance. Sin embargo, y más allá de la calidad literaria del texto, cabe destacar la cantidad de nuevos lectores que ha provocado esta saga.

Links de interés El culto al dios murciélago: http://www.arqueomex.com/S2N3nMurcielago80.html Vampiros que no son vampiros: http://www.filmaffinity.com/es/reviews/1/208840.html

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¿Batman v/s Drácula? Reseña y datos de la película