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EL REINO DE DIOS ESTÁ ENTRE NOSOTROS Marcos 6:30-44 Contenido INTRODUCCIÓN........................................................1 EXÉGESIS DEL TEXTO..................................................1 a. Cuidados por Jesús (vv. 30–33).................................2 b. Provee recursos suficientes (vv. 34–44). Este milagro es el único que se menciona en los cuatro evangelios....................3 CONCLUSIÓN..........................................................6 INTRODUCCIÓN A quién no le hubiera gustado compartir al menos un día en la vida de Jesús y sus discípulos. Poder ver su mirada de amor hacia la mujer pecadora o hacia el joven rico. Poder ser espectador cuando Pedro le pidió que pudiera caminar sobre las aguas. Poder ser testigos cuando le respondía con tanta sabiduría a los fariseos, los “grandes teólogos” de su época, pero que no habían aprendido que Él “quería misericordia y no sacrificio”. Haber estado presentes en medio de esa tormenta cuando dice la Palabra que “reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y se hizo grande bonanza” Lo cierto es que Jesús mismo dice que Él vino a anunciar el Reino de Dios, y cuando sus discípulos le preguntan acerca de esto, les responde: “El Reino de Dios está entre vosotros” Hoy quisiera que me acompañaran en el tránsito de “un día en la vida de Jesús y sus discípulos”, descubriendo entre todos qué nos dice el texto acerca de este Reino de Dios y que juntos podamos encontrarnos 1

El Reino de Dios Está Entre Nosotros

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UN DA EN LA VIDA DE JESS Y SUS DISCPULOS

EL REINO DE DIOS EST ENTRE NOSOTROSMarcos 6:30-44Contenido1INTRODUCCIN

1EXGESIS DEL TEXTO.

2a. Cuidados por Jess (vv. 3033)

3b. Provee recursos suficientes (vv. 3444). Este milagro es el nico que se menciona en los cuatro evangelios.

6CONCLUSIN

INTRODUCCINA quin no le hubiera gustado compartir al menos un da en la vida de Jess y sus discpulos. Poder ver su mirada de amor hacia la mujer pecadora o hacia el joven rico. Poder ser espectador cuando Pedro le pidi que pudiera caminar sobre las aguas. Poder ser testigos cuando le responda con tanta sabidura a los fariseos, los grandes telogos de su poca, pero que no haban aprendido que l quera misericordia y no sacrificio. Haber estado presentes en medio de esa tormenta cuando dice la Palabra que reprendi al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y ces el viento, y se hizo grande bonanza

Lo cierto es que Jess mismo dice que l vino a anunciar el Reino de Dios, y cuando sus discpulos le preguntan acerca de esto, les responde: El Reino de Dios est entre vosotros

Hoy quisiera que me acompaaran en el trnsito de un da en la vida de Jess y sus discpulos, descubriendo entre todos qu nos dice el texto acerca de este Reino de Dios y que juntos podamos encontrarnos con el Maestro, el Dios que se hizo hombre para darnos vida y que nunca cesaba de ensear.

Quiero invitarlos a leer en el evangelio de Marcos, captulo 6, versculos del 30 al 44:EXGESIS DEL TEXTO.

Despus de un relato de aparente debilidad del reino de Dios ante los ojos del mundo (entre los versculos 14 y 29, donde se relata la muerte de Juan el Bautista, el cual fue decapitado por Herodes), Marcos contina con otros relatos que muestran su poder.a. Cuidados por Jess (vv. 3033)(1) Los escucha (v. 30). Este relato comienza de una manera tpicamente natural. Los discpulos han vuelto triunfalmente de su misin evangelstica, pero muy cansados, as que Jess, comprensivamente los lleva a un lugar de quietud y descanso. Notamos que dieron su informe al Seor y le contaron todo lo que haban hecho y enseado.

Suponemos que esto habra incluido tanto los fracasos como los xitos. Solemos pensar nicamente en estos ltimos, cuando podemos y debemos aprender valiosas lecciones de los primeros. Lo que ms satisfaccin produjo al Seor no fue tanto el xito de la misin sino que ellos haban cumplido fielmente con lo que l les haba mandado. Cristo siempre recompensa la fidelidad.(2) El sentir de su corazn (v. 31). Notemos la ternura de su invitacin: Venid vosotros aparte y descansad un poco. Quera que estuvieran a solas con l, en la quietud del desierto. La tarea del ministerio produce muchas veces gran fatiga y desgaste, sentimientos muy profundos de dolor ante las necesidades o las injusticias y tambin de impotencia. Debemos actuar con sabidura y apartar un tiempo para la restauracin de la mente, el corazn y el cuerpo.

Necesitamos renovar nuestras fuerzas fsicas y mentales, a solas y en comunin con el Seor.

Desde el comienzo de su ministerio (Mr. 1:35) Jesucristo puso nfasis en la necesidad de apartar tiempo para tener comunin espiritual con su Padre.Hay dos peligros en la vida del cristiano. El primero es el peligro de una actividad demasiado constante. Ninguna persona puede trabajar sin-descansar; y ninguna persona puede vivir la vida cristiana a menos que se tome tiempo con Dios. Bien pudiera ser que todos los problemas de nuestras vidas estuvieran en que no Le damos a Dios la oportunidad de hablarnos, porque no sabemos estarnos quietos y escuchar; no Le damos tiempo a Dios para recargar nuestras energas y fuerza espiritual, porque no apartamos un tiempo para esperar en l. Cmo podremos asumir las cargas de la vida si no tenemos contacto con el Que es el Seor de toda la vida? Cmo podremos hacer la obra de Dios a menos que sea con las fuerzas que Dios da? Y cmo podremos recibir esas fuerzas si no buscamos en tranquilidad y a solas la presencia de Dios?Segundo, existe el peligro de retirarnos demasiado. La devocin que no desemboca en la accin no es la verdadera devocin.La oracin que no desemboca en las obras de servicio no es la verdadera oracin. No debemos nunca buscar la comunin con Dios a fin de evitar la comunin con nuestros semejantes, sino para prepararnos mejor para ella. El ritmo de la vida cristiana es el encuentro alternativo con Dios en el lugar secreto y con nuestros semejantes en los diversos campos de la actividad humana. (3) l provee el ejemplo, l est presente (vv. 32, 33). En este lugar determinado, el lago no tiene ms que seis kilmetros de ancho yendo en barca, y quince kilmetros por tierra, rodeando el lago por la parte superior. En un da sin viento, o con viento contrario, se podra necesitar un cierto tiempo para cruzar en barca, y una persona que anduviera deprisa podra rodear el lago a pie y llegar antes que la barca.

Eso fue lo que sucedi aquel da; y cuando Jess y Sus hombres desembarcaron al otro lado, la misma multitud de la que se haban querido retirar para estar tranquilos un tiempo los estaba esperando all. As podra haber considerado la presencia de aquella multitud que haba frustrado la intencin de un retiro reposado. Sin embargo, l no los consider interrupcin ni estorbo, sino que los mir con compasin. No se sinti irritado ni impaciente, sino que tom en cuenta su condicin y su necesidad espiritual. Cmo necesitamos aprender de l en cuanto a este espritu que nos debe mover y conmover!

b. Provee recursos suficientes (vv. 3444). Este milagro es el nico que se menciona en los cuatro evangelios.

(1) Fruto de su compasin (v. 34). Jess no despach a la multitud sino que tuvo compasin de ella. Los consideraba como ovejas sin pastor, perdidos y sin ayuda, gua ni proteccin. Cualquier persona corriente se habra molestado mucho. El descanso que Jess deseaba y necesitaba y se haba ganado con creces se Le negaba. Le invadan Su intimidad. Cualquier persona normal se habra enfadado, pero Jess Se conmovi de misericordia: por la condicin lastimosa de la multitud. Los mir; iban desesperadamente en serio; queran tanto lo que l solo les poda dar; Le parecan como ovejas que no tuvieran pastor. Qu quera decir con eso?(i) Una oveja son pastor no puede encontrar el camino. Dejados a nosotros mismos, nos perdemos en la vida. El doctor Caims hablaba de personas que se sienten como < chiquillos en la lluvia. Dante tiene un verso en el que dice: < Me despert en medio del bosque, y estaba oscuro, y no se vea ningn camino. La vida puede llenarnos de confusin. Puede que nos encontremos en un cruce de caminos, y no sepamos cul tomar. Es solamente cuando Jess nos gua y nosotros Le seguimos cuando podemos encontrar el camino:(ii) Una oveja sin pastor no puede encontrar pastos ni agua. En esta vida tenemos que buscar sustento. Necesitamos fuerzas para seguir adelante; necesitamos inspiracin para elevarnos por encima de nosotros mismos. Cuando buscamos estas cosas en otro sitio, nuestra mente sigue insatisfecha, nuestro corazn inquieto, nuestra alma en ayunas. Slo podemos obtener las fuerzas para la vida del Que es el Pan de la Vida.(iii) Una oveja sin pastor no tiene defensa frente a los peligros que la acechan. No se puede defender ni de los ladrones ni de las fieras. Si la vida nos ha enseado algo es que no podemos vivir solos. Nadie se puede defender a s mismo de las tentaciones que le asedian y del mal del mundo que le ataca. Slo en la compaa de Jess podemos caminar por el mundo y librarnos del mal. Sin l no tenemos defensa; con l estamos a salvo.

Comenz a ensearles muchas cosas. Martn Lutero lo traduce Les predic un largo sermn, y en verdad lo fue porque dur hasta el atardecer. Evidentemente, consider ms importante su necesidad espiritual que la fsica. Luego, tambin tom en cuenta lo que les haca falta en el terreno fsicoen este caso, alimento adecuado.

La compasin del Seor se extiende a todas nuestras necesidades y acta proveyendo de distintas maneras.(2) La provisin es concreta y totalmente efectiva (vv. 3538). En estos versculos apreciamos: * No es su opcin librarse del necesitado (35, 36). Esto les pareca lo ms razonable en vista de las circunstancias. Siempre hay una alternativa razonable a la fe. Despus de todo, era tarde y no haba dnde conseguir comida en el desierto, y menos para tantas personas. Por eso, lo ms lgico pareca ser enviarlos de vuelta a sus casas.Lo ms maravilloso de esta historia es que por toda ella discurre el contraste implcito entre la actitud de Jess y la de Sus discpulos. Nos muestra dos reacciones a la necesidad humana. Cuando los discpulos vieron lo tarde que era y lo cansada y hambrienta que estaba la gente, dijeron: < Despdelos para que puedan encontrar algo de comer. Lo que equivala a decir: Estas personas estn cansadas y hambrientas. Lbrate de ellas, y que sea otro el que se preocupe de ellos. Pero Jess dijo: Dadles vosotros algo de comer. Lo que Jess estaba diciendo de hecho era: Estas personas estn cansadas y hambrientas. Tenemos que ayudarlas. * Jess se compromete y espera nuestro compromiso con el necesitado (37, 38). Dadles vosotros de comer.

No contaban con mucho alimento, slo cinco panes de centeno y dos peces, por lo tanto la orden de Jess de alimentar a la multitud pareca incongruente con una situacin que no poda ser solucionada desde el punto de vista humano.

Por otro lado, sin duda el Seor tambin estaba enseando una leccin espiritual sobre el pan de vida que ser dado en abundancia a los que tienen fe. Esto es lo que involucra la evangelizacin: dar a las multitudes el Pan de Vida (ver Mt. 28:19). Esa sigue siendo nuestra responsabilidad como pastores de la grey: apacentar, dar de comer, alimentar a las almas que estn tan necesitadas del pan celestial y del espiritual (ver Jn. 21:1517).

De acuerdo a los clculos de los discpulos, hacan falta doscientos denarios para comprar comida para semejante multitud. Esto equivala al sueldo de ms de ocho meses de labor, algo totalmente fuera de sus posibilidades. Vemos entonces dos reacciones a los recursos humanos. Cuando Jess les pidi a Sus discpulos que le dieran a la gente algo de comer, insistieron en que doscientos denarios no bastaran para comprar solamente el pan. La palabra que usan casi todas las versiones es denario. Esta era una moneda de plata que representaba el salario diario de un obrero. Lo que los discpulos estaban diciendo realmente era: Lo que ganara un obrero en seis meses no bastara para darle a cada uno de estos el pan de una comida. Realmente queran decir: Lo que nosotros podamos tener es totalmente insuficiente.

Jess les pregunt: Cunto tenis? Tenan cinco panes. No seran hogazas grandes, sino ms bien panecillos. Juan (6:9) nos dice que eran panecillos de cebada, que eran el alimento de los ms pobres de los pobres. El pan de cebada era el ms barato y spero de todos. Tambin tenan dos pescados, que seran probablemente del tamao de sardinas. (3) El control absoluto (vv. 3944.) de la situacin.Es un hecho indudable que ningn milagro de Jess parece haberles hecho tanta impresin a los discpulos como este, porque es el nico que nos cuentan los cuatro evangelios. Ya hemos visto que el evangelio de Marcos realmente incorpora los materiales de la predicacin de Pedro. El leer esta historia, tan sencilla pero tambin tan dramticamente contada, es leer algo que suena al relato de un testigo presencial. Notemos algunos de sus detalles peculiares y realistas.

La multitud se sent en la hierba verde. Es como si Pedro estuviera viendo otra vez toda la escena con los ojos de la memoria. Resulta que esta breve frase descriptiva nos provee de un montn de informacin. La nica parte del ao cuando la hierba estara verde sera al final de la primavera, al final de abril. As es que sera por entonces cuando tuvo lugar este milagro. En esa poca, el sol se pone hacia las seis de ta tarde; as es que esto tiene que haber sucedido algo antes de esa hora. * Con orden (39, 40) y sistemtico. Dios siempre se caracteriza por el orden y no por la confusin (1 Co. 14:40). As facilitara la distribucin posterior del alimento. Exigi fe por parte de los discpulos hacer que la multitud se sentara en grupos cuando todava no haba alimento para ellos.

En la mencin de la hierba verde otra vez vemos el relato de un observador directo, probablemente Pedros, y parece sealar que la poca del ao era primavera ya que con la llegada del verano se secara.* Con gratitud (41a): Levantando los ojos al cieloel origen de toda bendicin

bendijo. La accin de gracias revela nuestra confesin de incapacidad y dependencia en la mano omnipotente de nuestro Padre celestial.

El Seor multiplic aquello que primero le haban trado. Cuando le damos a l lo que tenemos, l puede multiplicarlo en gran bendicin hasta para las multitudes. Pero sin su bendicin, aquellos panes y peces jams hubieran alcanzado para alimentar a toda esa muchedumbre. Lo poco se convierte en mucho cuando Dios aade su bendicin.* Junto con, en colaboracin con los discpulos (v. 41b). Jess no distribuy la comida sino que la dio a sus discpulos para que ellos lo hicieran. Necesit de su colaboracin. El placer del Seor sigue siendo alimentar espiritualmente al mundo a travs de los suyos.* En forma abundante (4244). Hubo ms que suficiente para todos. As se cumpla lo anticipado en Sal. 132:15, y se puso mesa en el desierto (Sal. 78:19) como en el pasado.

Lo que sobr (doce cestos) fue mucho ms de lo que haba al comienzo, como testimonio palpable de la generosidad divina.

No pareca gran cosa. Pero Jess lo tom en Sus manos, e hizo maravillas con ellos. En las manos de Jess, poco es siempre mucho. Puede que creamos que tenemos poco talento o pocos medios que ofrecerle a Jess. Esa no es razn para un pesimismo derrotista como el de los discpulos. Lo nico fatal es decir: Para lo que yo puedo hacer, no vale la pena intentarlo. Si nos ponemos en manos de Jesucristo, est por ver lo que l puede hacer con nosotros y por medio de nosotros.

Sin embargo, nada fue desperdiciado. Sucede que el desperdicio no existe en la economa de Dios, y el derroche innecesario no es tolerado por el Seor (Pr. 18:9). Marcos rescata el milagro de parecer algo mgico dndole una terminacin comn y corriente: los discpulos cansados agachndose para recoger todo lo que fue dejado del pan y los trozos de pescado y colocarlos en canastas (posiblemente, para comer al da siguiente). No debemos esperar que nuestra vida est compuesta por completo de emociones espirituales; esto sera poco sano espiritualmente y no nos permitira madurar en Cristo. Es extrao que aparentemente los discpulos no aprendieron nada de este milagro; Jess les tuvo que repetir la leccin ms tarde. Esto no era porque fueran particularmente lentos e insensibles, fue porque eran iguales que nosotros.CONCLUSINMarcos 6:30-44 ofrece una valiosa leccin sobre el liderazgo del Seor sobre los discpulos y el pueblo. l sabe cubrir las necesidades de ambos y los invita a ubicarse en la lnea de su voluntad.El pasaje en su conjunto presenta el siguiente movimiento: del trabajo (v. 30; cf. vv. 7-13), al descanso (vv. 31-34), al trabajo (vv. 35-41), a la plenitud (vv. 42-44). En esta estructura el pasaje aporta una enseanza importante: la vida del siervo del Seor est marcada por un constante movimiento en medio del cual estn presentes el trabajo, el descanso y el ser saciado. Sin embargo, el descanso y el alimento no pueden gozarse en el aislamiento, lejos de quienes servimos. Marcos 6:30-44 afirma claramente que la misin de los apstoles se realiza en medio de un pueblo pobre, necesitado y sin guas. Es precisamente en la presencia de ese pueblo necesitado que Jess, el gran pastor, ofrece verdadero descanso y comida a sus pastores.

De acuerdo con el pasaje, los apstoles s descansaron y tambin comieron hasta hartarse. Adems, formaron parte de la multitud que recibi las enseanzas de Jess. Entonces, sin haberlo reconocido plenamente, ellos fueron parte del grupo hacia el cual Jess mostr compasin y a quienes ense hasta la noche. Desde la perspectiva de Jess, apstoles y pueblo eran lo mismo: todos ellos gente necesitada de compasin, cuidado y enseanza. Para Jess no haba, en este contexto, un grupo privilegiado. En esto se establece un contraste radical entre Jess, el buen pastor, y Herodes, el mal pastor. En el versculo 21 se dice que en su cumpleaos Herodes dio un banquete a sus altos oficiales, a los comandantes militares y a los notables de Galilea.

En esa fiesta y comida no hay lugar para el pueblo pobre y necesitado. Las multitudes continan al margen, lejos de la preocupacin de su gobernante (vase Ez. 34:1-10), quien, de acuerdo con la enseanza bblica, estaba llamado a cuidar de los pobres de la tierra (cf. Sal. 72; Jer. 21:12; 22:1-5; Ez. 34:11 -31).

Jess, el buen pastor, pastorea con un ojo a la multitud y con el otro a sus pastores.

El pasaje se desarrolla en la tensin entre el tener y el no tener. Las gentes no tenan pastor (v. 34) y no tenan qu comer (v. 36). Los apstoles crean que no tenan nada, pero Jess insisti: Cuntos panes tienen ustedes? Vayan a ver (v. 38).

Finalmente, los apstoles tenan a Jess, su pastor, y tambin tenan algo para compartir. La gran leccin fue que aquellos que no tenan nada (la multitud) tuvieron suficiente para saciarse, y los que tenan algo (los apstoles) tuvieron suficiente para saciarse y, adems, una canasta llena para seguir sacindose y dando. Jess, el buen pastor, cumpli con su plan y algo ms, pues no slo dio con creces a los discpulos lo que les haba ofrecido (v. 31), sino tambin los hizo partcipes de la bendicin de servir, a la vez que fueron servidos.

La tarea pastoral no puede ejecutarse sin un equilibrio entre el descanso y el trabajo, entre el dar y el recibir, entre ser actor y receptor. Adems, en la vocacin cristiana ni el descanso ni el trabajo pueden darse al margen de Dios, quien ofrece la ayuda, ni del pueblo necesitado y hambriento, que requiere de pastor.

Asimismo, ni el descanso ni la plenitud se reciben fuera del contexto del pueblo a quien se sirve. Es desde el pueblo y con el pueblo que Jess, el buen pastor, regala un espacio para descansar y una canasta repleta para comer.