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El rol del delegado en la etapa actual

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El terreno de disputa. La importancia estratégica de la lucha en el lugar de trabajo

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Materiales para el Taller

“El rol del delegado en la etapa actual”

Taller de Estudios Laboraleswww.tel.org.ar

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El terreno de disputa. La importancia estratégica de la lucha en el lugar de trabajo 1

Viviana Cifarelli y Oscar Martínez

El lugar de trabajo es el terreno donde se despliegan gran parte de las estrategias empresarias. Así, es frecuente encontrarnos con novedades en el lugar de trabajo: cambios en las tareas, en los tiempos previstos para realizarlas, nuevas tareas que se agregan a las que hacíamos hasta el momento, etc.

El lugar de trabajo es el terreno donde los trabajadores nos enfrentamos a los distintos cambios que en forma permanente las empresas intentan imponer a través de herramientas tales como cambios de tecnología, métodos de presión para aumentar la carga de trabajo, etc. La contrapartida de todo esto se manifiesta en perjuicios concretos sobre los trabajadores: mayor cansancio físico, mayor presión, mayor estrés, mayores riesgos de accidentes, etc.. Sin embargo, las empresas han logrado que éste sea un lugar “ocultado”, del que jamás se discute ni tampoco hay noticias sobre él, salvo (y no siempre) cuando se produce un accidente mortal.

En definitiva es un lugar de encuentro sin grandes mediaciones entre la patronal y los trabajadores, y es allí donde se disputan los espacios y se mide constantemente la relación de fuerza.

Es allí donde se define día a día quién dirige, siendo un terreno donde el avance de uno y la resistencia o no del otro, modifica la relación de fuerzas continuamente, es que la lucha en el lugar de trabajo adquiere en esta etapa una importancia estratégica.

Cada modificación planteada debe ser un alerta en forma inmediata, aún en los casos donde aparenten ser cambios de menor importancia o puedan llegar a ser casi imperceptibles. Dejar pasar alguna cuestión es dejar avanzar un paso más a quien está del otro lado. Es por eso que debe concentrarse la atención en cada situación diferente que se presente. Cualquier cambio probablemente tenga consecuencias negativas sobre las condiciones de trabajo.

Si partimos de esta premisa básica, la tarea sindical debe revalorizar la lucha en el lugar de trabajo. Es el espacio en el que saltan a la vista tanto los cambios como los perjuicios que estos cambios ocasionan y por lo tanto donde se debe estar preparado para organizar la participación y la acción sindical.

En concordancia con esto es importante destacar la importancia de la tarea del delegado de planta o sección y el activista de base. Ambos juegan un papel primordial en esta etapa. Justamente son ellos quienes tienen la posibilidad de percibir inmediatamente cualquier cambio, quienes permanecen cotidianamente en ese espacio, por lo que tienen en sus manos en primera instancia la tarea de alerta, luego la de transmitir al conjunto de los trabajadores el alcance de las medidas tomadas por la empresa y más tarde la de organizar la participación y dirigir la acción.

1 Extractado de La lucha en el lugar de trabajo, Viviana Cifarelli y Oscar Martínez en De eso no se habla. Organización y lucha en el lugar de trabajo. 4º edición. Cuadernos del TEL, 2007.

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La tarea del delegado de advertir, difundir y organizar es fundamental en este espacio y en esta etapa.

Como mencionamos al inicio, es importante remarcar que la lucha en este espacio no se agota en las reivindicaciones puntuales, sino que es una lucha por la construcción de poder. Todos los trabajadores sabemos que en este momento no es sencillo conseguir mejoras, pero también somos concientes de que si no resistimos los avances estamos expuestos a que empeoren las condiciones de trabajo.

Muchas veces las empresas intentan someter a los trabajadores a nuevas formas de trabajo más perjudiciales bajo la premisa de que son inevitables para poder continuar con la producción. En realidad, lo que están haciendo es imponer la mejor forma de producir que es, nada menos, que la mejor manera de aumentar sus ganancias y garantizar la disciplina de los trabajadores.

Esto no es otra cosa que la lucha por el poder en el lugar de trabajo entre patrones y trabajadores.

Si no estamos atentos a todos estos avances, aunque parezcan de lo más pequeños e inofensivos, sin duda alguna resultará más fácil a la empresa ganar terreno. Si no hay cuestionamiento alguno, todos los días avanzarán un paso más. Dejar el espacio sin resistencia o por lo menos sin advertirle que sabemos cuál es el objetivo de las medidas que se imponen, supone quedar totalmente expuestos a toda la arbitrariedad empresaria.

Estar atentos, por el contrario, abre la posibilidad de impedir la profundización del avance empresario.

En algunos casos, frente a la consolidación sindical en un lugar de trabajo las empresas recurren a diferentes medios (otorgar licencias a los delegados, no dar tarea, etc.), con el objetivo que la presencia del delegado sea mínima o incluso nula, y de esta forma no encontrar resistencia a sus proyectos.

Habitualmente la discusión sindical se centra en torno a los alineamientos sindicales o político-partidarios y parece que nunca queda tiempo para tomar estas cuestiones. Con esto no estamos negando o subestimando la importancia de la lucha sindical institucional y de la lucha política, simplemente queremos remarcar que se da una disputa permanente en el lugar de trabajo, y que no debe ser un espacio abandonado.

Este momento de cambios constantes, de avances permanentes, de ofensiva deliberada de las empresas, obliga a mantenernos en alerta continua y en este sentido, el rol del activista o delegado se transforma en el motor fundamental de la acción gremial y se debe reforzar en todos sus aspectos.El delegado o activista debe mantenerse alerta a los avances, saber que todos los cambios que la patronal viene a proponer traen consigo un beneficio implícito para ellas y con certeza traen un retroceso para las condiciones de trabajo y la salud de los trabajadores, debe además aprender a transmitir esta visión al conjunto y consecuentemente organizar la resistencia en el lugar de trabajo, lo cual constituye una de las tareas más importantes en este contexto.

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El Rol del Delegado en la Etapa ActualDaniel Ximénez Sáez

La Organización Sindical en el Lugar de Trabajo

La organización sindical en el lugar de trabajo es una de las mejores características del sindicalismo argentino. Algo que no siempre ocurre en otros países. El movimiento sindical de Brasil, por ejemplo, reconocido por su amplitud y capacidad de influir socialmente, tiene poca presencia del sindicato en los lugares de trabajo2. Una parte importante de los trabajadores están afiliados a algún sindicato pero éste está fuera de la empresa. Tiene su estructura, su orgánica, y reclama ante las patronales como cualquier sindicato, pero si un trabajador tienen algún problema debe esperar a que termine su turno y trasladarse al local del sindicato a presentar su caso y luego esperar a que algún dirigente se comunique con la empresa para transmitir su queja. Sólo en algunas empresas grandes los trabajadores están organizados y tienen delegados de base y comisiones internas o de fábrica como las llaman ellos, como las grandes automotrices de San Pablo, como Ford o Mercedes Benz, y sus trabajadores lo exhiben con orgullo como una conquista. En Uruguay hay delegados y, por supuesto, activistas en las empresas, lo que ellos llaman el Comité de Base del sindicato, pero recién en 2005 consiguieron que fueran protegidos por la ley.

En nuestro país los lugares de trabajo que están organizados y tienen delegados poseen una herramienta para defender sus derechos y disputar el control sobre el proceso de trabajo. Esto puede darles mucho poder a los trabajadores. Cualquier atropello de un capataz, cualquier exigencia de la gerencia que vaya contra lo acordado en el convenio colectivo, cualquier exigencia de un jefe que contradiga las leyes laborales, puede encontrar en el delegado una respuesta inmediata. Que existan las leyes y los convenios es muy importante, pero mas importante es que se cumplan, y para eso es fundamental la presencia y organización sindical en el lugar de trabajo, en el piso de la fabrica, en la oficina. Eso permite enfrentar inmediatamente las prácticas patronales que violan la ley o los convenios, allí donde ocurren. En la disputa en torno al proceso de trabajo, el control de los ritmos, el respeto de las categorías y de la jornada, es donde se construye todos los días la relación de fuerzas entre el capital y el trabajo.

La fuerza de los trabajadores se construye y se templa sin duda durante los conflictos. Especialmente en los conflictos declarados. En esos momentos es cuando aparece y se pone en juego la organización colectiva, el sindicato y sus dirigentes. Y si se hacen bien la cosas se sale mas fuerte, aun cuando no se haya logrado lo que se reivindicaba, es decir aun en la derrota. Pero entre conflicto y conflicto, cuando la mayoría de los trabajadores vuelve a sus preocupaciones habituales, el trabajo, la familia, el fútbol, ese núcleo activo de militantes y delegados, si se mantiene unido con objetivos y tareas comunes, asegura la continuidad de los obtenido y la consolidación de lo construido.

Es en esos periodos de relativa calma, de aparente armonía, donde el conflicto es larvado, son los activistas y los delegados de base quienes mantienen encendida la llama de la organización. Conflictos abiertos hay cada tanto, pero pequeños conflictos hay todos los días. En cada sector, en cada puesto de trabajo, pequeñas y cotidianas batallas, muchas veces individuales, se llevan adelante por los trabajadores junto a los activistas y sus 2 Esta muy extendida la experiencia de las CIPAs (Comités Internos de Prevención de Accidentes) pero tienen un alcance mas limitado.

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delegados. Son los momentos donde la empresa vuelve a operar intentando desvirtuar lo acordado o recuperar el terreno perdido. Pequeñas batallas contra un supervisor, un jefe o un gerente, o bien batallas que se libran en la cabeza de los compañeros, por las ideas, en las conversaciones del comedor o en el vestuario. Pequeños conflictos cotidianos, casi silenciosos, al menos para los de afuera, donde se mantienen vivos y se refuerzan la organización y la conciencia de los trabajadores.

El Delegado y la Legislación Argentina

La importancia de la organización sindical y en el lugar de trabajo y de los delegados en Argentina se ve reforzada por el hecho de que se encuentra consagrada por la ley, la figura del delegado está especialmente reconocida y protegida por la ley.

La Ley de Asociaciones Sindicales establece la figura del delegado y regula varios aspectos de su existencia y actividad. Se establece que puede haber delegado en cualquier lugar de trabajo, haya o no sindicato, o sea, los trabajadores tienen derecho a tener un delegado aunque no exista sindicato, y aunque ellos no estén afiliados a un sindicato. El delegado representa a todos los trabajadores, ya que todos los trabajadores tienen derecho a tener un delegado.

La ley prevé la elección de delegados en todos los establecimientos donde haya al menos 10 trabajadores. Donde haya más de 10 trabajadores y hasta una cantidad de 50 la ley asegura la presencia de al menos 1 delegado, hasta 100 otro delegado más y a partir de allí puede elegirse un delegado por cada 100 trabajadores más.

El delegado está protegido por la ley. Desde el momento en que se presentan como candidatos hasta un año después de terminar su mandato los delegados no pueden ser despedidos.

La ley establece además que la empresa no puede obstaculizar el desempeño de su función, no puede trasladarlo y no puede sancionarlo ni hostigarlo de ninguna forma.

La ley contempla que los delegados tienen derecho a hablar y a presentase ante el empleador y hacer valer los derechos de sus representados. Para ello le ley le reconoce una cantidad de horas durante el mes y un local gremial dentro del lugar de trabajo para desarrollar su actividad gremial.

Y este derecho que la ley consagra y garantiza, en realidad no es un derecho del delegado, es un derecho de todos los trabajadores: el derecho a tener un delegado, reconocido y protegido, en el lugar de trabajo, como una herramienta al servicio de la defensa cotidiana de los derechos de todos, como un representante del conjunto. La ley lo que protege es el derecho del conjunto de los trabajadores a tener delegado y a actuar como un colectivo. El delegado es una demostración de que los trabajadores han logrado constituirse en un colectivo, y también de que han conquistado el reconocimiento de su derecho a negociar colectivamente sus condiciones de trabajo.

La protección que brinda la ley, el llamado fuero sindical, no es un privilegio del delegado sino una garantía para el trabajador común, una garantía para su derecho a tener delegado, a tener organización sindical en el lugar de trabajo, y a discutir y acordar con la patronal en forma colectiva, rompiendo la individualidad en las relaciones laborales y reconstruyendo la solidaridad con sus compañeros. Por eso mismo la ley establece un procedimiento judicial sumarísimo, es decir muy rápido y efectivo, para que el despido de un delegado no tenga validez y el mismo deba ser reinstalado de inmediato. Antes la ley solo preveía una indemnización, pero con eso se reparaba al delegado despedido pero se dejaba sin

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protección a sus compañeros, no se protegía el derecho de sus compañeros a organizarse y elegir delegados que hablen en su nombre.

Antes de que existieran estas leyes cuando un patrón quería despedir a un dirigente, un activista, o un delegado, que le molestaba, no había ninguna ley que se lo prohibiera. Que eso no ocurriera solo dependía de la capacidad de lucha de sus compañeros, hoy eso sigue siendo lo fundamental, la propia fuerza organizada de los trabajadores, pero con la ley los trabajadores cuentan con una herramienta más para defender su derecho a organizarse, a negociar colectivamente, a tener delegados que los representen y a pelear por sus reivindicaciones.

Reestructuración y Ofensiva del Capital

Desde principios de los 90 hemos vivido fuertes cambios en la economía y en la sociedad. Ha sido un proceso de cambios que bajo distintos nombres (modernización, neoliberalismo, globalización, flexibilización), ha afectado fuertemente a los trabajadores. Un proceso que no se dio solo en la Argentina, que comenzó a principios de los 80 en los países desarrollados, en Europa y en Estados Unidos, con gobiernos como el de Tatcher y Reagan. Fue un proceso de flexibilización laboral, es decir de pérdidas de derechos y garantías, de inestabilidad y precarización del empleo, de creación o profundización de situaciones diferentes y desiguales entre los trabajadores, ahondando la división, fomentando la competencia y complicando la unidad entre ellos. Pero no fue solo eso. También hubo fuertes cambios en los procesos de trabajo, con la aparición de nuevas tecnologías, las computadoras, la informatización de las máquinas; también en nuevas formas de organizar la producción y el trabajo, se empezó a hablar de Flexibilización Laboral, de Tercerización, Calidad Total, polivalencia, Círculos de Calidad, Normas ISO 9000, trabajo en equipo, entre muchas otras estrategias empresarias. Muchas de estas cosas se dieron inicialmente en las fábricas, pero luego se fueron adaptando también a otros sectores, como el comercio, la administración, la educación y en el Estado.

La Importancia Estratégica del Delegado Hoy

Si el delegado antes era importante, porque era una de las expresiones de la organización sindical en el lugar de trabajo, y era el que tenía la protección de la ley para hacer su tarea, a partir de todo este proceso de cambios que se dio en el mundo, cobró una nueva importancia, una nueva función estratégica. Justamente por ser la expresión de la organización sindical en el lugar de trabajo es el que puede conocer en la práctica todos estos cambios a medida que se van produciendo. Muchas direcciones sindicales, aun las mejor intencionadas, no podrían enterarse ni comprender todas estas novedades si no fuera por la información que le suministran los delegados. A la mayoría de los sindicatos les costo mucho comprender lo que significaba realmente este proceso. Los que hicieron la experiencia, los primeros que empezaron a conocer lo que realmente estaba ocurriendo, fueron los trabajadores, y con ellos los delegados. Ellos empezaron a tomar nota de todo lo que ocurría, a observar y reflexionar sobre las consecuencias que traía y sobre qué hacer al respecto.

Por eso es que en esta etapa, además de la importancia que ya tenían, los delegados hoy tienen la importancia de ser ellos los que están en la primera línea, son los que están en mejor posición para conocer de qué se tratan realmente estas estrategias empresarias, y también son los que están haciendo la experiencia de resistirlas, ensayando, equivocándose y volviéndolo a intentar. Ellos están llamados a cumplir un papel fundamental en la tarea de construcción del conocimiento y las estrategias del movimiento sindical de los próximos

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años. Debemos hacer lo que han hecho los trabajadores siempre a lo largo de la historia: aprender de la experiencia y reorganizarse para dar la lucha por sus derechos y reivindicaciones, en las distintas situaciones que se vayan presentando.

Marzo, 2010

PRINCIPALES CARACTERISTICAS DE LA ESTRUCTURA SINDICAL ARGENTINA

por Guillermo Pérez Crespo

Esquema General

El actual modelo organizativo de los sindicatos se encuentra básicamente regulado en la ley 23.551 (de Asociaciones Sindicales) y su decreto reglamentario 467/88.

El esquema organizativo estructura a las organizaciones sindicales por rama de actividad, aunque se admite la existencia de algunos sindicatos por oficio (el principal es el de viajantes de comercio, también los de las distintas actividades portuarias) y por empresa.

La norma diferencia entre organizaciones sindicales de primero (sindicatos) y segundo grado (federaciones). También contempla la existencia de confederaciones (casi no las hay) y centrales sindicales (CGT, la única con personería gremial reconocida, y la CTA).

A su vez un sindicato puede estar estructurado en seccionales (sub-organizaciones con autonomía limitada).

Reconocimiento Legal

Las organizaciones sindicales pueden tener inscripción gremial o personería gremial.

Las que tienen inscripción gremial (también llamada simple inscripción) sólo representan los intereses de sus afiliados. En este esquema legal, las que tienen personería gremial representan los intereses de todos los trabajadores de la actividad.

Las organizaciones con personería gremial son las que están habilitadas para discutir convenios colectivos (las que tienen simple inscripción no pueden) y para convocar a elección de delegados en los lugares de trabajo. Los candidatos a delegados deben ser en principio afiliados a la organización con personería gremial, de no haberlos pueden ser afiliados a una organización con simple inscripción o no afiliados a ningún sindicato. Para delegados votan todos los trabajadores del establecimiento, sin importar si son o no afiliados a un sindicato.

Representación

Se supone que solo puede haber una organización con personería gremial por rama de actividad, así lo dispone la ley y se fundamenta en la necesidad de no fracturar y debilitar la representación de los trabajadores. Pero en la práctica hay numerosas

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actividades donde hay varios sindicatos con personería gremial (UOM y SMATA en la metalmecánica, del neumático y del caucho, textiles y del vestido, CTERA y UDA en docentes, ATE y UPCN en el Estado, etc.). Ello es así porque el reconocimiento de la personería gremial lo decide el Ministerio de Trabajo y el mismo responde más a relaciones y situaciones políticas que a reales criterios de representatividad.

La ley contempla un mecanismo por el cual un sindicato con simple inscripción puede reunir más afiliados que el que tiene personería gremial y disputarle la personería. No es habitual su aplicación y responde también a decisiones políticas.

Los sindicatos por empresa no pueden disputar personería gremial en dicha empresa con los sindicatos por rama de actividad.

Organización Territorial

La organización por ámbito territorial es variable: hay actividades en que los sindicatos tienen ámbito nacional y se dividen en seccionales por provincias o por ciudades (UOM, ATE, UPCN, UTEDYC, Asociación Bancaria, etc.), en otras actividades hay una estructuración básica en sindicatos por provincias o ciudades, y se juntan en una Federación (electricistas, telefónicos, trabajadores de universidades, de comercio, petroleros privados, en prensa, industria de la carne, docentes –aunque en este caso aun conserva el nombre de “Confederación” porque las estructuras provinciales son diversas).

El grado de autonomía de los sindicatos respecto de las federaciones es variable, aunque suele ser importante. En principio depende de lo que establece el estatuto de la Federación, firmado a su vez por representantes de cada sindicato que la integra. Pero en última instancia un sindicato puede –a través de un mecanismo de distinta complejidad según los casos- desafiliarse de la Federación (caso de Luz y Fuerza de Mar del Plata, o telefónicos de Buenos Aires). En general suele haber problemas con la obra social, ya que en casi todos los casos es la Federación la que decide al interior de la misma y discrimina a aquellos sindicatos más rebeldes (los que a veces se ven obligados a reestructurar todo el esquema de atención a sus afiliados).

Mucho más limitado es el grado de autonomía de las seccionales, aunque eso también varía según los sindicatos (hay sindicatos donde sus estatutos reservan cierto margen de autonomía para las seccionales –bancarios- y otros donde su autonomía es más limitada –ATE-). El mayor problema en las seccionales es la enorme dependencia económica de los sindicatos –la cuota pertenece al sindicato, no a la seccional, la que recibe un porcentaje menor de la misma- y es mucho más agudo el problema de las obras sociales. La seccional obviamente no puede desafiliarse del sindicato.

Los Delegados

La figura del delegado gremial o delegado de base es poco común en otros países, y en el nuestro no está claramente reglamentada, aunque las distintas leyes de asociaciones sindicales fueron ampliando con el tiempo la misma. Pero todavía hoy en día el delegado de los trabajadores en el lugar de trabajo tiene un margen de autonomía muy limitado, escasas atribuciones conforme ley, y una importante dependencia de la acción del sindicato.

En algunos establecimiento los delegados están organizados en cuerpos colegiados (está previsto cuando sean tres o más): Comisión Gremial Interna, Junta Interna, y otros nombres.

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En principio y conforme ley, los delegados representan a todos los trabajadores del establecimiento. Pero en algunos establecimientos esta representación general la tienen los delegados de la Comisión Gremial Interna y no los delegados de sector, que sólo representan a los trabajadores del sector respectivo.

Los delegados de base juegan un papel muy importante en la organización de los trabajadores en el lugar de trabajo y en la defensa cotidiana de sus derechos.

A falta de normas en convención colectiva, la ley prevé que haya un delegado de 10 a 50 trabajadores, dos delegados de cincuenta a cien trabajadores, y de ciento uno en adelante deberá sumarse uno por cada cien o fracción.

Tutela sindical

Todos los representantes sindicales (desde delegados hasta dirigentes) tienen especial protección legal (no pueden ser perseguidos, cambiadas sus condiciones de trabajo, suspendidos ni despedidos) desde el momento en que son propuestos como candidatos hasta un año después de vencido su mandato.

Cualquier medida disciplinaria que el empleador entienda procedente necesita para su aplicación de un previo proceso judicial de exclusión de tutela (desafuero). Si no existe resolución judicial al respecto, cualquier sanción dispuesta contra el representante sindical es absolutamente nula.

El empleador está obligado a facilitar un lugar para el desarrollo de las tareas gremiales de los delegados, y concederles un crédito de horas mensuales retribuidas conforme lo disponga el convenio colectivo aplicable.

Buenos Aires, 2009

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PREGUNTAS JURIDICAS HABITUALES SOBRE EL DELEGADOResponde: Guillermo Pérez Crespo

1) Los que están afiliados deben o pueden participar de la elección del delegado?La condición de afiliado o no es independiente de la emisión del voto; todos los trabajadores pueden votar.

2) Pueden haber delegados sin sindicato? Legalmente no, y la convocatoria a elección la tiene que hacer el sindicato. Aunque a partir de los últimos fallos de la Corte (uno de ellos declarando la inconstitucionalidad del inc. 1 del art. 41 de la ley 23.551) todo ello ha quedado relativizado, no estando en claro cuál es la situación actual.

3) Cuando hay más de un sindicato, quien representa a los que no están afiliados a ninguno?No hay un mecanismo legal previsto al respecto.

4) Cuando hay más de un sindicato se multiplica la cantidad de delegados posibles de acuerdo a la cantidad de trabajadores o se reparten entre la cantidad de sindicatos que haya?No hay ley ni resolución ministerial que regule el tema. Esto se da en el Estado y en algunos lugares se elige en proporción a la representatividad de cada sindicato y en otros cada sindicato elige en proporción a la cantidad de trabajadores.

5) Una persona que no está afiliada a ningún sindicato puede ser elegido delegado?La condición de afiliado es requisito de ley, pero a partir del fallo de la Corte Suprema (sobre ATE c/ Ministerio de Trabajo) esta condición ha perdido vigencia normativa, o por lo menos la misma se encuentra muy relativizada.

6) Los sindicatos que ponen requisitos para ser delegados (antigüedad por ejemplo) están violando la ley que no los pone?En la generalidad de la doctrina jurídica se entiende que el sindicato no puede agregar requisitos a los que fija la ley.

7) ¿Si en un lugar no existe presencia del sindicato, nadie está afiliado, etc., ¿se puede elegir delegados sin necesidad de recurrir al sindicato?No. La gente debe afiliarse y luego peticionar al sindicato la convocatoria. Aunque aquí también (pero un poco menos) se ha ingresado en una zona de dudas y cuestionamientos a partir de los últimos fallos de la Corte Suprema de la Nación.

8) ¿Los delegados elegidos por convocatoria de sindicato con inscripción, tienen derecho a los fueros?Hay fallos contradictorios. En provincia de Buenos Aires, donde mayor cantidad de estos casos se registran (publicados) la jurisprudencia ha sido negativa. Pero también aquí, y en especial a partir del fallo Rosi de la Corte Suprema de la Nación, la situación ha cambiado bastante y se entiende que deberían contar con la tutela sindical del art. 52 de la ley 23.551.

9) ¿Los trabajadores que no son de planta permanente pueden elegir delegado?Se entiende que sí, aunque hay polémica al respecto.

10) ¿Un trabajador que no es de planta permanente puede ser elegido delegado?Se entiende que sí (si esta afiliado al sindicato). Pero hay debate sobre lo que pasa con la finalización del contrato. Hay un antecedente bastante interesante de un contratado de la ANSeS que fue electo delegado y luego despedido, y la justicia le reconoció el fuero.

11) Y un trabajador por agencia?Aquí hay más discusión, pero también hay doctrina que entiende que sí.

Nota: La regulación legal de la figura del delegado es mínima, solo aparece en algunos pocos artículos de la ley 23.551 de asociaciones sindicales y en algunos del decreto reglamentario 467/88.

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