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EL SECRETO DEL LABERINTO.
DRAMA EN TRES ACTOS Y CINCO CUADROS.
AUTOR : PEDRO MIGUEL COSMES MARTÍN.
Plasencia, diciembre 1992.
35 años.
Figura en el Registro General de la Propiedad Intelectual con el número:
1997/37/24120
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Para Ana María Arévalo García y José Melchor Cosmes Martín.
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PERSONAJES :
1. HOMBRE 1º.
2. HOMBRE 2º.
3. HOMBRE 3º.
4. MUJER 1ª.
5. SOLDADO 1º.
6. SOLDADO 2º.
7. MUJER 2ª.
8. MUJER 3ª.
9. SOLDADO 3º.
10. JUEZ 1º.
11. JUEZ 2º.
12. SOLDADO 4º.
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ACTO PRIMERO.
CUADRO I.
Una encrucijada de caminos y túneles. Muros altos y sucios, llenos de signos
indescifrables. La luz incide lateralmente y proyecta largas sombras en el suelo.
Cruzan grupos de varias personas vestidas con harapos grises, caminan en
silencio, algunas con el rostro semioculto. Queda en el escenario un hombre joven
limpio y bien vestido. Lleva en su mano izquierda una bolsa de plástico
transparente llena de granadas y, colgando del hombro, una manta enrollada y
sujeta con un cordel. Se sienta contra el muro, introduce la mano derecha en un
bolsillo, coge un puñado de monedas y las deja caer.
HOMBRE 1º.
Aquí el dinero no sirve para nada, es un peso inútil.
(Mira al suelo con fijeza y recita en voz alta.)
Como el niño limpia el vaho
de los cristales
para vez la nieve caer blandamente,
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así mis manos retiran
el salitre del muro,
para contemplar su entraña…
HOMBRE 2º.
(Se detiene uno de los transeúntes y le observa con curiosidad y descaro.)
¿De dónde ha salido usted? ¿Qué ropas viste? ¿Con quién habla?
HOMBRE 1º.
(Levanta la cabeza y se dirige al recién llegado.)
Imagíneme sentado al borde de un estanque de aguas profundas, comiendo
una de las muchas granadas que la lluvia y el viento de ayer arrancaron…
HOMBRE 2º.
(Se agacha y cachea a Hombre 1º.)
¿Dónde consiguió esta chaqueta?
HOMBRE 1º.
(Sin molestarse.)
Flotan las hojas amarillas sobre el reflejo de álamos llameantes…
HOMBRE 2º.
(Abre la bolsa de plástico y hurga en ella.)
¿Qué tiene aquí? ¿Qué es ésto?
HOMBRE 1º.
Habla la fuente, recita poemas a la oropéndola cuando bebe…
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HOMBRE 2º.
(Enojado.)
¿De dónde ha salido? ¿Por qué no me contesta?
(Se incorpora y contempla una granada.)
HOMBRE 1º.
El rocío adorna mis cabellos…
HOMBRE 2º.
(Le grita indignado.)
¡Cállese de una vez! ¡Deje de decir tonterías! ¡Está usted loco!
HOMBRE 1º.
(Eleva el tono de su voz.)
¡Loco no! Soy un poeta.
HOMBRE 2º.
¿Un poeta? La mitad de lo que dice ni viene a cuento ni tiene sentido.
¡¿Entiende!? Así que hable claro y no diga palabras que no existen.
HOMBRE 1º.
¡Ya lo creo que existen! Yo tengo estudios…
HOMBRE 2º.
¿”Estudios”? ¿Y qué significa “estudios”?
HOMBRE 1º.
Da igual.
HOMBRE 2º.
(Se agacha y recoge algunas monedas del suelo y las mira con sorpresa.)
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¿Qué es ésto?
HOMBRE 1º.
Son monedas.
HOMBRE 2º.
¿Para qué sirven?
HOMBRE 1º.
Para comprar.
HOMBRE 2º.
¿”Comprar”? ¿Tienen algún valor?
HOMBRE 1º.
Aquí ninguno.
HOMBRE 2º.
(Se las guarda.)
Me gustan. Me las llevo.
HOMBRE 1º.
¿No le interesan las palabras? Acaso pudiera enseñarle a sentirlas…
HOMBRE 2º.
¡¿Para qué?!
HOMBRE 1º.
Escuche. Por favor. Esa granada que sostiene es un pecho con muchos
corazones. Ábrala. Cada uno de sus granos es un corazón rojo y dulce…
HOMBRE 2º.
Se puede comer…
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(Muerde ávidamente el fruto, le disgusta el sabor de la cáscara y lo exprime
para beber el jugo.)
¡Qué amargor!
HOMBRE 1º.
Imagine…
HOMBRE 2º.
¡No, no imagino, de nada me sirven sus fantasías…!
HOMBRE 1º.
¿Tan difícil le resulta soñar unos instantes?
HOMBRE 2º.
Sí.
HOMBRE 1º.
¿Quiere conocer cómo llegué aquí? Por qué yo no busco la salida…
HOMBRE 2º.
Le escucharé si a cambio me da la manta.
HOMBRE 1º.
De acuerdo. (Descuelga el bulto y se lo entrega.) Siéntese, por favor, estará
más cómodo.
HOMBRE 2º.
Prefiero seguir de pie.
HOMBRE 1º.
La historia es larga…
HOMBRE 2º.
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Abrevie.
HOMBRE 1º.
Dibuje puertas con un trozo de carbón. Dibuje puertas y encontrará la salida.
HOMBRE 2º.
¡Qué locura! Este laberinto no tiene final ni comienzo. Aquí nacimos y aquí
moriremos. Sólo algunos locos, como usted, creen que existe una salida y la
buscan, inútilmente, toda su existencia.
HOMBRE 1º
Existe un mundo mejor donde nadie muere de hambre ni conoce la miseria. La
gente vive en edificios confortables, gozan de buena salud, juegan con sus hijos en
hermosos jardines…Ese mundo existe, yo lo conozco.
HOMBRE 2º
Si ese paraíso que describe existiera… ¿Quién lo abandonaría?
HOMBRE 1º.
Yo.
HOMBRE 2º.
¿Para sufrir hasta la muerte en estas galerías?
(Silencio).
No le creo. Está usted muy enfermo. Sus palabras son puro delirio.
(Mira compasivamente a hombre 1º mientras le entrega la prenda.)
Tenga. No quiero su manta. Tápese con ella y así morirá caliente. Aquí no
podemos cuidar unos de otros, tenemos que buscar sustento para sobrevivir cada
día, como los pájaros o las alimañas.
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(Silencio.)
Trae mala suerte robar a un moribundo. La semana que viene volveré a
recoger sus pertenencias. De paso intentaré capturar algún buitre.
(HOMBRE 2º abandona el escenario. HOMBRE 1º recita de nuevo, en voz alta,
como si fuese un pregonero que ofreciera algún servicio.)
HOMBRE 1º
¡Regalo imágenes !
¡Atesoro sueños !
¡Dibujo ventanas !
¡Escribo canciones !
¡Invento leyendas !
¡Yo sé la salida !
(HOMBRE 1º eleva, con orgullo, la mirada y el tono de su voz.)
¡Oigan el latido
de este corazón
casi arpa y jilguero !
¡Deténganse y escuchen !
¡No quede solo el
juglar cuando canta,
porque con poemas
busca desesperado
vuestra compañía !
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¡Qué cada verso sea
un cristal de escarcha,
o una chispa de fuego !
¡Después verán el mundo
a través de otros ojos !
¡Buscarán la belleza
sobre todas las cosas !
¡Porque nuestra razón
es disfrutar la vida !
¡Porque vale más este
instante de armonía
que hondas incertidumbres !
¡Sí quieren calentarse
ofreceré mi aliento !
(Entra en escena HOMBRE 3º. Se acerca hasta HOMBRE 1º y apoya una mano en
uno de sus hombros.)
HOMBRE 3º.
¡Por fin te encontré !
HOMBRE 1º.
(Extrañado por las palabras oídas.)
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¡¿Qué dice, buen hombre?!
HOMBRE 3º.
(Sorprendido por la contestación.)
¿Tan mal estás que ya no me reconoces ?
HOMBRE 1º.
Pues… No caigo… ¡Ah, ya, eres el personaje 4.118 !
HOMBRE 3º
Sí, soy yo, tu amigo. ¿Qué tal estás ?
HOMBRE 1º
Bien. Bien. Algo cansado…
HOMBRE 3º
Tienes un aspecto lamentable…
HOMBRE 1º
El de un moribundo…
HOMBRE 3º
¡¿Qué dices ?!
HOMBRE 1º
Que me voy a morir…
HOMBRE 3º
Todos nos moriremos ¿no? Aunque yo creo que tu hora todavía no ha llegado.
HOMBRE 1º
¡¿Cómo que no?! Si permanezco aquí moriré de hambre y si regreso seré
juzgado por haber huido y me condenarán a muerte. Es tu misma situación.
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HOMBRE 3º
Te equivocas… Antes de salir hice un trato que nos afecta a los dos.
(Saca un documento de un bolsillo y se lo ofrece a HOMBRE 1º, que permanece
indiferente y no lo coge.)
¡Toma, léelo!
HOMBRE 1º
No me interesa.
HOMBRE 3º
Aquí pone que si regresas conmigo no tomarán contra ti ninguna represalia.
Hemos alegado, en tu defensa, que padeces trastornos mentales, y que no eres
responsable de tus actos…
HOMBRE 1º
¡Cuántas mentiras! ¡y qué inútiles!
HOMBRE 3º
¿Por qué inútiles?
HOMBRE 1º
Porque los jueces son implacables aplicando las leyes, aunque tantas leyes
sean absurdas. ¿Acaso recuerdas alguna excepción…?
HOMBRE 3º
No sé de ninguna, pero me han asegurado que ésta será la primera.
(Le acerca de nuevo el documento.)
¡Toma, aquí está todo por escrito!
HOMBRE 1º
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(Coge el documento y lo lee.)
¡Tonterías!
HOMBRE 3º
¿Por qué no puede salir bien? Te haces el loco, te ingresan en el psiquiátrico
una temporada, mejoras con el tratamiento y te dejan salir…
HOMBRE 1º
No estoy loco.
HOMBRE 3º
Ya lo sé, pero es mejor que malvivir en este laberinto.
HOMBRE 1º
Puede que la gente no viva tan mal aquí…
HOMBRE 3º
¿¡Pero que dices…!? Aquí se alimentan de ratas, raíces, insectos y carroña. El
aire huele a podredumbre porque no entierran a los muertos. La gente agoniza en
cualquier rincón y los cubre la escarcha de la noche. No me extrañaría que fuesen
caníbales. He visto auténticos esqueletos vivientes que apenas si tienen fuerzas
para sostenerse en pie. ¡Despierta, amigo! ¡Despierta de tantas fantasías!
¡Abre tu mente a la realidad, porque has conquistado las cloacas del mundo! Aquí
sólo hay miseria, enfermedad y sufrimiento…
HOMBRE 1º
También hay dignidad y esperanza.
HOMBRE 3º
¿Y qué?
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HOMBRE 1º
Aquí las personas tienen hijos, y cuidan de ellos, y los alimentan, y los
defienden… Sí, los he visto jugar y sonreír, regalarse gestos de cariño… Son más
humanos que nosotros…
HOMBRE 3º.
Mencionas la alegría de la ignorancia. ¡Vaya consuelo!
HOMBRE 1º
¿No te hubiera gustado tener padres…? ¿ O hijos?
HOMBRE 3º
Sí, pero las leyes lo prohiben, no contemplan ese tipo de relaciones. Ya lo
sabes.
HOMBRE 1º
Entonces sobran las leyes, sobran cuando son fruto de la arbitrariedad de unos
pocos, o cuando muchos tienen que sufrir sus injusticias, porque no siempre las
leyes son justas.
HOMBRE 3º
¡Calla, por favor! Ya hemos hablado muchas veces de este tema.
HOMBRE 1º
¡Cómo quieras!
HOMBRE 3º
Llevas diez días aquí…
HOMBRE 1º
Diez días con sus diez noches.
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HOMBRE 3º
Hace dos días que te busco, y he tenido suerte al oír tu voz, pues me había
perdido. ¿Dónde estamos?
HOMBRE 1º.
¿Por qué piensas que yo lo sé?
HOMBRE 3º
¿No lo sabes?
HOMBRE 1º
Cuéntame…¿Qué pasó realmente? ¿Por qué has venido?
HOMBRE 3º
Al parecer todos nosotros llevamos en nuestro interior un microcarnet que nos
identifica, cuando alguien traspasa la frontera se dispara, automáticamente, un
alarma en el centro de control de datos. Así detectaron tu fuga y conocieron tu
identidad. Yo tuve la mala suerte de ir a visitarte a tu domicilio cuando la
autoridad procedía al registro. Allí me detuvieron y me interrogaron. Buscaban
escritos comprometedores, pero no encontraron ninguno…
HOMBRE 1º
Porque, antes de huir, memoricé los poemas y enterré los libros.
HOMBRE 2º
Después me dieron el documento que has leído y me obligaron a salir en tu
busca.
HOMBRE 1º.
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¡¿En mí busca?! ¿Y qué posibilidades de encontrarme tenías en tan inmenso e
intrincado laberinto? Amigo, simplemente te desterraron por confraternizar con
un indeseable.
HOMBRE 3º
¡Te equivocas! El documento contempla la posibilidad de que ambos
regresemos.
HOMBRE 1º
Entonces, márchate sin mí…
HOMBRE 3º
¿Por dónde?
HOMBRE 1º.
Por donde viniste.
HOMBRE 3º
No recuerdo el camino.
HOMBRE 1º
Amigo, no te molestes si te digo que eres un desastre. Te mandan en mi busca,
te extravías y para colmo esperas que yo, el fugado, te ayude a regresar.
HOMBRE 3º
Sí, eso te pido.
HOMBRE 1º
Mañana.
HOMBRE 3º
¿Mañana?
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HOMBRE 1º
Sí, mañana. ¿Tienes prisa?
(Durante el transcurso de la conversación HOMBRE 1º estuvo jugando con el
papel. HOMBRE 3º permanece de pie, en ocasiones da algunos pasos inquieto.
HOMBRE 1º entrega el documento a HOMBRE 3º.)
¡Ten, tu salvoconducto!
(HOMBRE 3º lo recoge y lo guarda. HOMBRE 1º se frota las manos y las calienta
con su aliento.)
Hace frío…
HOMBRE 3º
(Desenrolla la manta y se echa a HOMBRE 1º sobre los hombros.)
¿Mejor?
HOMBRE 1º.
Sí. Gracias. ¿No te sientas?
(HOMBRE 3º toma asiento a su lado. HOMBRE 1º saca una granada de la
bolsa y se la ofrece a su amigo.)
Ten…
HOMBRE 3º.
(La recoge.)
¡Poca cosa es, pero mejor que nada!
HOMBRE 1º.
¡¿No has traído provisiones?!
HOMBRE 3º.
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No, todo sucedió muy rápido. Salí con lo puesto. (Busca en un bolsillo interior
de su chaqueta y saca una botella metálica.)
¡Esta no me falta! ¿Hace un trago de coñac?
HOMBRE 1º
Por supuesto.
(Toma la botella y bebe.)
¡Buena botica! Ahora comprendo por qué te has perdido.
HOMBRE 3º
No tiene ninguna gracia.
HOMBRE 1º
¿Te apetece jugar a las metáforas? Aquí nada es ilegal.
HOMBRE 3º
¡De acuerdo! ¡Empieza tú!
HOMBRE 1º
No. ¡Hazme el honor!
HOMBRE 3º
(Mira al suelo, acaricia la tierra y coge un puñado, después la deja resbalar
con suavidad.)
Escarcha.
HOMBRE 1º
Harina del frío.
HOMBRE 3º
Polvo de diamantes.
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HOMBRE 1º
Cristales de hielo.
HOMBRE 3º
Si la luz del sol la besa…
HOMBRE 1º
Se transforma en lágrimas…
HOMBRE 3º
Que bebe la tierra…
HOMBRE 1º
O que se evapora…
HOMBRE 3º
O brilla sobre el musgo…
HOMBRE 1º
O gotea desde las ramas…
HOMBRE 3º
O humedece el cabello…
HOMBRE 1º
De una niña que vende narcisos…
HOMBRE 3º
(En un tono jocoso.)
O de un fugitivo que, apoyado contra un muro, espera la muerte…
HOMBRE 1º
21
O de un redentor, que se entretiene con el inútil y absurdo “Juego de las
Metáforas”.
HOMBRE 3º
Tú lo que necesitas es un buen afeitado.
HOMBRE 1º
(Bromeando.)
Escarcha.
HOMBRE 3º
Para lavarte la cara.
HOMBRE 1º
¡Pulcro!
HOMBRE 3º
En serio, estoy harto de tus versos. ¿No te das cuenta que esa actividad ya no
interesa a nadie?
HOMBRE 1º
(Molesto por el comentario.)
¡Márchate, todavía puedes salvarte!
HOMBRE 3º
No. Caliéntame con tu aliento.
(Pone las manos abiertas cerca de HOMBRE 1º como si estuviera calentándose
en una lumbre. HOMBRE 1º las retira sin violencia.)
¿No ofrecías también este servicio? Me sorprende que no haya venido más
gente con la helada que está cayendo.
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HOMBRE 1º
¡Déjate ya de bromas! ¡Regresa y di que no me has encontrado!
HOMBRE 3º
Amigo… No me escuchas.
(Se levanta, recoge y amontona hojarasca, y después con un encendedor
enciende una hoguera.)
¡Ésta sí que da calor! ¡Aprovecha lo que dure!
HOMBRE 1º
(Ambos extienden las manos para calentarlas.)
El olor del humo trae a mi memoria tardes de otoño, cuando asábamos
castañas en el monte. ¿Recuerdas…? A veces nos resguardamos de la lluvia en
alguna pequeña cueva o bajo una vieja encina. Qué grato era calentarse al fuego,
escuchar el crepitar de la leña húmeda, contemplar las llamas como lenguas
vivaces…Regresábamos ya entrada la noche, cantando en la oscuridad de la
campiña, por caminos fangosos, empapados hasta los huesos, pero felices…
HOMBRE 3º
Sí. ¡Cómo ha transcurrido el tiempo!
HOMBRE 1º
A veces me acuerdo del aroma de los níscalos que recogíamos en el pinar, del
aroma de la resina y de las hojas cuando se pudren…
HOMBRE 3º
Perfumes del otoño…
HOMBRE 1º
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Y sabores… El dulce de la granada y el amargor del membrillo, el dulzor de las
uvas…¡Cuántas sensaciones atesora nuestra memoria…!
HOMBRE 3º
Sí, es extraordinario…
HOMBRE 1º
Porque fuimos felices en aquel “INSTITUTO DE CRIANZA Y
EDUCACIÓN”…
HOMBRE 3º
La inocencia de la infancia, que predispone a la felicidad…
HOMBRE 1º
Y después, cuando recuperé la ilusión por el mundo, cuando más libre me
sentía, encontré un laberinto interior, un laberinto sin salida, pues quise conocer
la razón de la existencia…
HOMBRE 3º
Cambio de tema, no me va el existencialismo. ¿Qué fue de tu colección de
minerales? De niño me enseñabas hermosos cristales…
HOMBRE 1º
De amatista…
HOMBRE 3º
Recuerdo un pedazo de material con bandas que parecían moverse…
HOMBRE 1º
Ojo de tigre…
HOMBRE 3º
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Y cubos perfectos de metal…
HOMBRE 1º
Galena…
Dejé mi colección porque era imposible encontrar nuevos minerales dentro de
nuestra ciudad apartada del mundo. Después prohibieron todo tipo de
coleccionismo para evitar la curiosidad por el exterior…
HOMBRE 3º
Realmente te emocionaban aquellas piedras…
HOMBRE 1º
Sí. Pero entonces casi todo era novedad… Cada día estrenábamos el mundo,
un mundo recién creado y maravilloso…
HOMBRE 3º
¡Qué inocencia!
HOMBRE 1º
Alguien nos enseñaba el significado de las palabras, como escribirlas y leerlas,
como ensamblarlas correctamente… Y en ellas descubrí un ritmo, una cadencia,
una magia interior que las hacía poderosas, pues eran ladrillos del pensamiento…
Después descubrí aquellos libros de poemas y aprendí como medir y rimar los
versos…
HOMBRE 3º
Esa actividad, declarada socialmente inútil…
HOMBRE 1º
La poesía.
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HOMBRE 3º
Y dejaste de ser quien eras…
HOMBRE 1º
Al contrario, comencé la búsqueda interior de lo esencial como individuo único
y vivo. Así que tuve que cuestionarme todo, especialmente lo supuesto y aceptado:
absurdas creencias, explicaciones contradictorias, imposiciones y dogmas…
HOMBRE 3º
Aprende a vivir sin pensar, así te evitarás sufrimientos.
HOMBRE 1º
Me es imposible.
HOMBRE 3º
Acepta la realidad. Inténtalo al menos.
HOMBRE 1º
Sólo somos un efímero capricho de la materia.
HOMBRE 3º
¿Y que más nos da? Disfrutemos nuestra vida sin preguntas.
(Ambos piensan en silencio. Pausa.)
¡Ya ves, que paradoja, ahora compartiremos destino!
HOMBRE 1º
Un destino bastante negro.
HOMBRE 3º
Tal vez no, si regresamos.
HOMBRE 1º
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Mañana te mostraré el camino.
HOMBRE 3º
¿Por qué mañana y no ahora?
HOMBRE 1º
Porque hoy quiero disfrutar de tu compañía en libertad.
HOMBRE 3º
Ya estoy harto de vagar por estos pasadizos. ¿Me habías visto antes tan sucio,
hambriento y cansado?
HOMBRE 1º
(Bromeando.)
No… ¡Aunque tiene su gracia!
HOMBRE 3º
(Molesto.)
¡¿Gracia?! ¡Ninguna!
HOMBRE 1º
¡Qué pena no tener una cámara fotográfica…!
HOMBRE 3º
Si mal te parezco por fuera, aún peor estoy por dentro.
HOMBRE 1º
¡¿Y qué…?! ¿Acaso no disfrutas con estas sensaciones nuevas?
HOMBRE 3º
No.
HOMBRE 1º
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Aquí cada día será distinto y tuyo.
HOMBRE 3º
Aquí sobreviviremos dos días… ¡Ya estamos medio muertos!
HOMBRE 1º
¡No te rindas tan pronto!
HOMBRE 3º
Como si te sobraran fuerzas…
HOMBRE 1º
No me sobran. ¡Ayúdame a levantarme!
(HOMBRE 3º se incorpora y ayuda a ponerse en pie a HOMBRE 1º, que se
apoya en el muro mientras el amigo apaga la hoguera.)
HOMBRE 3º
¿Por dónde…?
HOMBRE 1º
(Mira a su alrededor y luego señala.)
Por ahí. Por ese túnel.
HOMBRE 3º
¿Estás seguro…?
HOMBRE 1º
(Se apoya en HOMBRE 3º y caminan hacia la salida del escenario.)
¡No pierdas detalle pues todo es pura novedad!
CAE EL TELÓN.
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ACTO SEGUNDO.
CUADRO II.
(Cualquier muro. Por ejemplo: un muro de ladrillo en el que se abren diversos
túneles. Anochece. Algunas estrellas brillan en el cielo. Aparecen en escena ambos
amigos caminando con dificultad, apoyados el uno en el otro. Como a lo largo del
acto anterior cruzan, ocasionalmente, personajes silenciosos y mal vestidos.)
HOMBRE 3º
Creo que ya hemos pasado por aquí… ¿No te lo parece?
HOMBRE 1º
Es posible.
HOMBRE 3º
Estoy muy cansado…
HOMBRE 1º
(Se acerca al muro, se apoya en él y se sienta.)
Pasaremos aquí la noche…
HOMBRE 3º
(Busca. Recoge del suelo algún pedazo de cartón y ramas, los amontona junto
al amigo y enciende una pequeña hoguera. Después se sienta.)
¿Por qué no preguntamos a la gente?
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HOMBRE 1º
¡¿Has dejado de confiar en mí?!
HOMBRE 3º
(En tono vacilante.)
¡Pues…ya no sé, hombre! ¡No sé ! Llevamos varias horas vagando sin saber.
¡Mira…!
(Señalando a una pareja de harapientos que cruzaba en ese instante.)
Esa gente no duda, no vacila, marchan con seguridad, no se detienen en cada
encrucijada, parecen conocer dónde se dirigen…
HOMBRE 1º
¡Qué dices! ¡Aquí nadie sabe dónde va!
HOMBRE 3º
¡¿Por qué?!
HOMBRE 1º
(Bromeando con ironía.)
Pues porque no hay carteles indicadores, ni señales informativas, ni mapas con
el itinerario más recomendable, ni guías turísticos…Además, son analfabetos. Lo
único que escriben son esos garabatos indescifrables que ves sobre el muro.
HOMBRE 3º
(Mira de cerca el paredón sorprendido.)
Es cierto. Hay símbolos. ¿A lo mejor tienen algún significado?
HOMBRE 1º
Es igual. Aunque si quieres también puedes dejar tú el tuyo.
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HOMBRE 3º
¿Cómo?
HOMBRE 1º
Tú sabrás… ¿No eres pintor? Pues utiliza la magia inmensa de la pintura para
seccionar en el muro puertas y ventanas.
HOMBRE 3º
No tengo pinceles…
HOMBRE 1º
Tampoco los necesitas, utiliza tu imaginación.
HOMBRE 3º
¡¿Qué?!
HOMBRE 1º
¿Acaso no sabes distinguir al pintor del artista, al escribano del poeta…?
HOMBRE 3º
(Visiblemente enfadado.)
¡¿Me insultas?! A mí, que soy el maestro. A mí, que llevo diez años decorando
la superficie interior del muro fronterizo. A mí, que tantos me copian, que tantos
me alaban, que tantos me envidian y estarían dispuestos a cualquier cosa por
conocer el secreto de mis pigmentos y aceites, el misterio y la luminosidad de…
HOMBRE 1º
¿Y nunca dibujaste con carbón?
HOMBRE 3º
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No. El color negro me disgusta. Ya sabes que el carboncillo se abandonó hace
años por ser una técnica sucia y efímera.
HOMBRE 1º
El negro es la suma de todos los colores. El negro atesora cualquier color…
HOMBRE 3º
(Indignado.)
¡No voy a escuchar lecciones de alguien que no tiene ni idea…!
HOMBRE 1º
Yo sólo pretendo enseñarte a salir de aquí…
HOMBRE 3º
¡¿Con insultos?!
HOMBRE 1º
No, sin orgullo. Por ti mismo. Con el poder de tu imaginación…
HOMBRE 3º
(Con desprecio.)
¡Bobadas!
HOMBRE 1º
¡Habló el listo!
(Pausa en silencio.)
HOMBRE 3º
Pretendes que pinte sobre un muro de ladrillo, de superficie irregular y en mal
estado, sucio, sin pinceles ni colores… Con la imaginación. ¡Yo no puedo
engañarme tan fácilmente!
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HOMBRE 1º
¿Te falla la inspiración? ¿Te parece inoportuno plasmar tu arte en el otro lado
del muro? ¡Aquí nadie paga!
¡Claro que tienes medios! Pinta con los dedos, como en el Neolítico. Utiliza
carbón, ladrillo, arcilla, yeso…
HOMBRE 3º
¡Bastantes problemas nos acechan como para pensar en el arte!
HOMBRE 1º
Sólo existen dos caminos para huir de la realidad: el sueño, con sus escenas
incontrolables, y la imaginación… Yo te propongo el segundo.
HOMBRE 3º
Me propones soñar despierto, creer en lo imposible.
HOMBRE 1º
¡Sí ! ¡Un minuto!
HOMBRE 3º
¿Y mejorará nuestra situación?
HOMBRE 1º
¡Por supuesto! Escucha:
¿Y si olvidas este infierno?
Y te asomas al balcón
del palacio, a disfrutar
de otro hermoso atardecer.
¡Qué fácil! ¡ Has regresado!
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¡Acabó esta pesadilla!
¡Cesó este terrible sueño!
¡No busques más la salida!
¡Ya siempre serás feliz!
HOMBRE 3º
¡Por favor, no te burles de mí! Dejemos los engaños…
HOMBRE 1º
¿Por qué ? ¡Si tu vives del engaño! Si, cuando pintas en un muro bellas
panorámicas, horizontes lejanos, puestas de sol en las que brillan diez astros,
vegetales y flores que no existen en la naturaleza…¡Mentiras, espejismos de tu
fantasía…! Te contrataron para mentirnos, para que pensemos que nuestra
cárcel no tiene paredes…
HOMBRE 3º
(Con enfado.)
¡Calla! ¡Tú me has engañado cuando dijiste conocer el camino!
(Silencio para disipar la tensión.)
HOMBRE 1º
(En un tono amable.)
Entonces…¿Por qué pintas?
HOMBRE 3º
¿Y tú, mi mejor amigo, me lo preguntas? Tantos años juntos y sin
conocernos…
HOMBRE 1º
34
Nunca antes habíamos hablado con tanta confianza y sinceridad…Te
escucho…
HOMBRE 3º
Desde siempre tuve miedo del color blanco. El blanco del lienzo vacío, de las
cuartillas de papel, de las paredes encaladas que nos rodean… Si pinto es para
matar tanta blancura. Os regalo las ramas de un hombre en flor, las retuerzo en
el aire, las entrelazo con lúpulo y madreselva. Empasto reflejos sobre sus hojas y
pétalos. Alegro los ojos recién pintados que me contemplan. Triunfa mi
voluntad, mi capricho, mi visión personal, mi interpretación del mundo…
HOMBRE 1º
Ahora comprendo…
HOMBRE 3º
Acumulo pinceladas perfectas, más o menos finas, espesas o diluidas, leves
como un beso o desgarradoras como un manotazo… Pinceladas que son insectos
transportando el color preciso…
(Pausa.)
HOMBRE 1º.
Continua, por favor…
HOMBRE 3º
La lucha de un hombre por florecer en un mundo que pretende ignorarle. La
lucha contra el olvido y la muerte. La identidad consciente del individuo como…
HOMBRE 1º
Un clavel en el desierto…
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HOMBRE 3º
El único pez dorado del estanque…
HOMBRE 1º
La primera campanada del día…
HOMBRE 3º
El lucero del alba…
HOMBRE 1º
La excepción…
HOMBRE 3º
Una oropéndola en el cielo gris…
HOMBRE 1º
(Bromeando.)
El inútil “Juego de la Metáforas”.
HOMBRE 3º
Algún día te enseñaré a pintar.
HOMBRE 1º
Sí, porque aquí no pintamos nada. ¡Vaya par de artistas!
HOMBRE 3º
(Tras una pequeña pausa saca la botellita de coñac y la ofrece.)
¿Apetece un trago? De tanto hablar se me está quedando la garganta seca.
HOMBRE 1º
(Coge la botella.)
¡Bienvenido sea!
36
(Bebe.)
HOMBRE 3º
¡Déjame algo que tengo frío!
HOMBRE 1º
(Le devuelve la botella.)
¡Ten!
HOMBRE 3º
(Bebe.)
¡Qué buena! ¡Qué pena que lo bueno dure poco!
HOMBRE 1º
(Señalando al cielo con sorpresa.)
¡Mira, una estrella fugaz!
HOMBRE 3º
(Levanta la cabeza y busca sin éxito.)
¿Dónde?
HOMBRE 1º
(Vuelve a señalar.)
¡Otra allí !
HOMBRE 3º
No la veo.
HOMBRE 1º
Se ha desvanecido…
HOMBRE 3º
37
Formula un deseo.
HOMBRE 1º
¡Qué se derrumben todos los muros del laberinto! ¡Qué vuelva a ser una
llanura plagada de escombros !
HOMBRE 3º
¿Y qué será de los patriotas sin fronteras?
HOMBRE 1º
¿Acaso los vencejos cuando emigran reconocen naciones? Los pájaros no
respetan límites arbitrarios.
HOMBRE 3º
Porque tienen alas. ¡Ojalá nosotros las tuviésemos para huir de aquí!
HOMBRE 1º
¡Qué obsesión la tuya! Ya te he explicado cómo regresar. No es tan difícil.
HOMBRE 3º
¿Se trata de un acertijo?
HOMBRE 1º
Piensa en lo que hemos hablado y hallarás la solución.
(Ambos hombres se envuelven con la manta mientras humea la lumbre.)
¡Hasta mañana!
HOMBRE 3º
¡Buenas noches!
(Transcurre un corto espacio de tiempo en el que se oscurece
progresivamente el escenario y aparecen nuevas estrellas en el cielo.)
38
HOMBRE 1º
¿Duermes?
HOMBRE 3º
Tengo frío.
HOMBRE 1º
¿Tienes la armónica?
HOMBRE 3º
¡Claro, siempre la llevo!
HOMBRE 1º
¡Toca alguna canción que no anime!
HOMBRE 3º
(Saca la armónica de un bolsillo y toca una melodía alegre y rápida.)
¿Qué tal suena?
HOMBRE 1º
De maravilla.
VOZ CERCANA.
¡Silencio!
HOMBRE 3º
(Deja de tocar.)
¡Parece que al vecino no le gusta!
(Se acomoda bajo la manta compartida y ambos se tumban mirando al cielo.
Por un momento sólo se escucha el crepitar del fuego.)
HOMBRE 1º
39
Contemplamos la inmensidad del universo con unos ojos que son como gotas
de rocío.
(Silencio.)
¿Me escuchas?
HOMBRE 3º
(De mala gana.)
¡Sí, te escucho!
HOMBRE 1º
Imagina un espacio infinito,
un escenario sin final.
Mil planetas girando
como peonzas
de colores.
Estrellas
con sus
llamaradas
iluminando
la oscuridad fría.
Cometas vagabundos.
Nebulosas espirales.
Materiales a la deriva.
Somos seres vivos en un punto.
HOMBRE 3º
40
¡Déjalo ya, por favor!
HOMBRE 1º
Y en el otro extremo la pequeñez
del grano de arena, de la hormiga,
del aguijón de la abeja,
de la gota de lluvia
en el vendaval,
de la semilla
en la duna,
de la concha
en el
océano…
Todo espacio
con energía.
HOMBRE 3º
¡Espero que no recites en sueños!
(Entra en escena una mujer embarazada y se acerca hasta ellos.)
MUJER 1ª
¡Buenas noches! ¿Puedo calentarme?
HOMBRE 3º
(Ambos hombres se incorporan un tanto sorprendidos.)
¡Sí! ¡Por supuesto! ¡Siéntese cerca del fuego!
MUJER 1ª
41
(Se sienta.)
Gracias. No les molestaré.
HOMBRE 1º
No nos molesta.
MUJER 1ª
¿Les sobra algo de comer?
HOMBRE 1º
Hay algunas granadas en esa bolsa.
MUJER 1ª
¿Granadas?
HOMBRE 1º
Es una fruta.
MUJER 1ª
(Toma varias piezas y las guarda en un bolsillo del faldón. Se queda con una
de la mano y la muerde.)
¡Qué áspera!
HOMBRE 1º
Quítele la cáscara. Sólo se comen los granitos rojos que tiene en su interior.
MUJER 1ª
¡¿Así?!
(La pela y la come grano a grano.)
¡Qué dulzor!
(Pausa.)
42
No había comido nada desde ayer.
HOMBRE 1º
¡Ya le falta poco para parir!
MUJER 1ª
Sí.
HOMBRE 1º
¿Cuánto?
MUJER 1ª
No lo sé.
HOMBRE 3º
¡Qué no sea esta noche, porque nosotros no tenemos ni idea de estas cosas!
HOMBRE 1º
¿Y que será del niño? ¿Sobrevivirá en medio de tantas carencias?
MUJER 1ª
Eso espero. Una madre no trae un hijo al mundo para que muera.
HOMBRE 1º
¡Discúlpeme! De todas formas, la incertidumbre es patrimonio de todos…
MUJER 1ª
¿Qué quiere decir?
HOMBRE 1º
Que la muerte es algo inherente a la vida. Que la muerte acecha dentro de
todos los seres vivos.
MUJER 1ª
43
Yo espero que todo vaya bien. Así tendré a alguien por quién luchar, a quién
querer, de quién ocuparme…
HOMBRE 1º
¿Y no tiene miedo?
MUJER 1ª
Hay que sobreponerse al miedo que todos, alguna vez, sentimos.
HOMBRE 1º
Me sorprende su coraje…
HOMBRE 3º
Sí. Sobre todo eso de parir.
MUJER 1ª
(Sonríe y contesta.)
Parir es algo natural. Lo realmente difícil es subsistir cada día, para poder
criar a los hijos que Dios nos entrega.
HOMBRE 3º
¡Aquí debe ser imposible criarlos!
MUJER 1ª
Pero…¿Ustedes no han nacido aquí?
HOMBRE 3º
No.
MUJER 1ª
Ahora lo entiendo. La gente que llega de fuera lo pasa peor, pues deben
acostumbrarse al hambre, al frío, a la lluvia, a vivir a la intemperie, a dormir en
44
el suelo… Al principio les cuesta encontrar comida o comer lo que encuentran,
les repugnan los insectos, o la carne cruda de los pájaros, o el sabor de las
raíces…
HOMBRE 1º
¿Puede alguien habituarse a vivir en esta miseria?
MUJER 1ª
¡Claro! Piense que no hemos conocido otra cosa. Al final somos felices con lo
poco que conseguimos. Felices por continuar vivos cada día.
HOMBRE 1º
¿Se mueve mucho?
MUJER 1ª
(Extrañada.)
¿Qué?
HOMBRE 1º
Su hijo…¿Se mueve?
MUJER 1ª
Sí. ¡Qué preguntas me hacen… ! ¿Es que nunca han estado con una mujer
embarazada?
HOMBRE 1º
Pues no… Créame… Usted es la primera que conozco.
MUJER 1ª
¿¡Bromea!?
HOMBRE 3º
45
No. En nuestra sociedad las mujeres son estériles…Existen Centros de
Tecnología Genética y Reproducción Programada que se encargan de fabricar
cuantos ciudadanos se precisen… El Sistema asume la crianza y la educación de
los niños para garantizar una socialización idónea. Me temo que nosotros no
tenemos padres…
MUJER 1ª
¿Son huérfanos…?
HOMBRE 3º
¡Para el caso…! ¡Hijos del Sistema!
MUJER 1º
¡Qué desgracia no haber disfrutado de una verdadera familia! ¿Tampoco
conocen a sus hijos?
HOMBRE 3º
No. No tenemos hijos. Tal actividad no nos compete…
MUJER 1ª
¡Qué pena no disfrutar esa alegría, ese cariño…! ¡Qué soledad la vuestra…!
(Pausa.)
HOMBRE 1º
Es tan misterioso charlar sobre estos temas…
MUJER 1ª
Ve misterios donde no los hay.
HOMBRE 1º
Es un milagro que no alcanzo a comprender…
46
MUJER 1ª
¿Un milagro? ¡Usted exagera…?
HOMBRE 3º
¿Vive mucha gente aquí?
MUJER 1ª
Sí. Mis padres llegaron hace muchos años, atraídos por noticias sobre la
tierra de la abundancia… Yo nací en el laberinto, en una aldea construida con
materiales arrancados de los muros, al lado de una laguna, en un terreno
pantanoso difícil de cultivar…Por eso, cuando la comida escasea, nos
arriesgamos a buscarla en estos pasajes… Ayer me perdí.
HOMBRE 3º.
¿Y ahora…?
MUJER 1ª
Ahora nada, ya encontraré el camino de regreso…
HOMBRE 3º
¿Es muy grande el laberinto?
MUJER 1ª
Es inmenso. Nadie conoce el final.
(HOMBRE 3º se levanta, recoge algunas ramas y las echa al fuego. Después
se sienta.)
Me pareció oír una música…
HOMBRE 3º
(Saca del bolsillo su armónica y se la muestra.)
47
Esta armónica.
MUJER 1ª
Qué instrumento más raro…
HOMBRE 1º
Leí que los antiguos poetas escribían canciones de cuna para los niños…
MUJER 1ª
Nanas. Aquí aún las cantamos para dormir a los bebés.
HOMBRE 1º
Vamos a interpretar una para su hijo…
MUJER 1ª
Pero si no puede oírnos…
HOMBRE 1º
(Dirigiéndose a HOMBRE 3º en voz baja.)
Toca una melodía suave y bajito… Tenemos un vecino.
HOMBRE 3º
(Improvisa una balada.)
¿Así?
HOMBRE 1º
¡Vale, muy bien!
(Piensa mientras escucha. Luego recita con una entonación musical.)
En esta noche
brilla la escarcha
y los cabellos
48
son seda blanca.
¿Duermes o velas?
Cuna en la entraña
con sus latidos
de arrullo y magia.
¿Duermes? ¿Me escuchas?
La sombra avanza
y tú eres luna
tierna en el agua,
brote cerrado,
frágil crisálida,
flor que prospera
lejos del alba.
¿Duermes o velas?
La noche es larga,
el mundo frío,
tu cuna cálida…
No tengas miedo
49
por el mañana:
una mujer
te espera en calma.
Te dará todo,
sí, porque te ama.
¿Duermes? ¿Velas?
Vives y callas.
MUJER 1ª
(Aplaude.)
Gracias.
VOZ CERCANA.
¡Silencio!
MUJER 1ª
¡Qué canción tan bonita, quien pudiera recordarla siempre!
HOMBRE 3º
¿Quiere venir con nosotros al paraíso?
MUJER 1ª
No. Tengo que encontrar a mi familia.
HOMBRE 3º
¿Se quedará a dormir?
MUJER 1ª
No, seguiré buscando.
50
HOMBRE 3º
(Se levanta y entrega la armónica a la mujer.)
Tenga. Un regalo para el niño.
MUJER 1ª
(Acepta el presente.)
¡Gracias por todo! ¡Adiós!
HOMBRE 1º
¡Adiós!
HOMBRE 3º
¡Buena suerte!
(MUJER 1ª abandona el escenario. Cesa la iluminación y se instaura después,
progresivamente más intensa hasta ser completa. Amanece. Ambos personajes
se incorporan sacudiendo el polvo de sus ropas y de la manta. Recogen sus
escasas pertenencias y se disponen a partir.)
HOMBRE 1º
¿Estás listo?
HOMBRE 3º
Sí. ¿Por dónde tiramos?
HOMBRE 1º
Dibuja una puerta en el muro con un tizón.
HOMBRE 3º
(Disgustado.)
51
¡Déjate en paz de tonterías!
HOMBRE 1º
¡Hazlo…! ¿¡Qué más te da!?
HOMBRE 3º
De acuerdo. No tengo ganas de discutir.
(Se agacha, coge un trozo de carbón y dibuja un rectángulo en la pared del
tamaño de una puerta.)
¡Ya está! ¿Y ahora qué…?
HOMBRE 1º
¡Empuja y ábrela!
HOMBRE 3º
(Presiona y la puerta se abre. A su través se contemplan jardines.)
¡Increíble!
HOMBRE 1º
¿Ves? No era tan difícil. Ya conoces el secreto del laberinto: confiar en el
poder de la imaginación.
(Da la mano al amigo para despedirse.)
HOMBRE 3º
¿Siempre estuvimos en el muro fronterizo?
HOMBRE 1º
Sí.
(Se apoya con la otra mano.)
52
Este muro es el límite entre la pobreza y la opulencia, entre la incertidumbre
diaria y el bienestar seguro, entre el caos de la improvisación y la educación, el
trabajo y el orden. Apenas unos centímetros separan mundos tan dispares.
HOMBRE 3º
¿Quién construyó el laberinto?
HOMBRE 1º
Nosotros, dicen que para salvaguardar nuestros bienes de invasiones
extranjeras.
HOMBRE 3º
¡Qué suerte haber nacido allí!
(Señala los jardines.)
HOMBRE 1º
El puro azar. La pura casualidad de nacer. Los dados del destino… No sé…
Tampoco conocemos otra forma de vivir.
HOMBRE 3º
¡Entra! ¡Pasa!
HOMBRE 1º
¿Y luego qué?
HOMBRE 3º
Yo te ayudaré.
(Coge del brazo a su amigo para que entre, pero se resiste.)
HOMBRE 1º.
No. ¡Suéltame! ¡Yo me quedo aquí!
53
(Dos soldados salen del interior y son apresados.)
SOLDADO 1º
¡Poned las manos sobre la pared!
(HOMBRE 1º obedece. HOMBRE 3º saca y muestra el documento.)
HOMBRE 3º
¡Tengan, es un salvoconducto!
SOLDADO 1º
¡Silencio!
(SOLDADO 2ºcoloca las esposas a HOMBRE 1º. HOMBRE 3º muestra el
papel y se resiste.)
HOMBRE 3º
Lean, por favor. Tiene que haber algún error.
(SOLDADO 1º le arrebata el papel y lo rompe.)
SOLDADO 1º
¡A callar! ¡Han cambiado las órdenes!
(Pone las esposas a HOMBRE 3º.)
HOMBRE 3º
¡Es un engaño! ¡Me habéis engañado!
HOMBRE 1º
(Dirigiéndose a los soldados.)
¡Por favor, no olviden la manta!
SOLDADO 2º
¡La manta!
54
SOLDADO 1º
¡¿Qué esconde en la manta?!
(La registra.)
Aquí no hay nada.
SOLDADO 2º
Bien. Aquí hay una bolsa con granadas…
HOMBRE 1º
(Al soldado que registró la manta.)
Por favor, écheme la manta sobre los hombros…
SOLDADO 2º
Échasela, tiene mal aspecto este hombre…
(SOLDADO 1º ejecuta la orden.)
HOMBRE 1º
Gracias.
SOLDADO 1º
(A los prisioneros.)
¡Caminen delante de mí sin hacer movimientos extraños!
(Al otro soldado.)
Permanece aquí para que no entre nadie más. Yo avisaré para que tapen este
agujero.
(A los prisioneros.)
¡Adentro!
(Entran los personajes mencionados. Cae el telón.)
55
ACTO TERCERO.
CUADRO III.
(Vemos a HOMBRES 1º y 3º dentro de una celda con uniforme de presos y
aspecto desarrapado. A través de los barrotes de una ventana divisamos un
paisaje otoñal con árboles de hojas amarillentas, ocres y rojizas. Un soldado
custodia la entrada. Acuden como visitantes dos mujeres hermosas, jóvenes y
bien vestidas.)
SOLDADO 3º
(Dirigiéndose a ambas mujeres.)
¡¿Me enseñan los permisos para visitar a los prisioneros!?
MUJER 2ª
Tenga.
(Entrega los papeles.)
SOLDADO 3º
(Los recoge e inspecciona.)
¡Todo en regla!
Sean breves y traten exclusivamente asuntos personales. La conversación
será íntegramente grabada. El reglamento me obliga a estar presente durante la
entrevista. Ya saben que cualquier declaración que se considere ilegal puede ser
utilizada contra ustedes o contra los reos.
56
(Las dos mujeres y el soldado se acercan hasta las rejas. HOMBRES 1º y 3º
permanecen inmóviles, sentados en el suelo contra la pared. Al verlas HOMBRE
3º se levanta y se dirige a ellas.)
MUJER 2ª
(Al soldado.)
¿No nos abre?
SOLDADO 3º
No nos está permitido.
MUJER 2ª
(A los presos.)
¿Qué tal estáis? ¡Tenéis un aspecto lamentable…!
HOMBRE 3º
Mal…
MUJER 2ª
¡Ya…!
MUJER 3ª
(Enfadada.)
¿Y tú, artista, no te alegras de vernos? ¿No dices nada? Al menos dinos por
qué te fuiste, por qué nos has traído la desgracia.
HOMBRE 1º
¡Qué más da…!
MUJER 3ª
57
¿Te da igual? Por tu culpa nos han detenido e interrogado.
MUJER 2ª
Nos dijeron que no volveríamos a verte…Podrías haberte despedido ¿no?
HOMBRE 1º
Perdonadme. Estaba tan confuso…
MUJER 3ª
(Con ironía.)
¡¿Confuso…?!
MUJER 2ª
¿Tan poco te importamos…? ¿Acaso te hemos tratado mal?
HOMBRE 1º
No.
MUJER 3ª
¡Eras feliz y estabas confuso! ¡Se acabó!
HOMBRE 3º
¡Dejadle en paz…! Por favor…
MUJER 3ª
¡Bien dejado quede!
HOMBRE 3º
¡Tened compasión…!
MUJER 3ª
Compasión de un loco…
58
HOMBRE 1º
(Se incorpora disgustado y se acerca a la reja.)
¿Qué pasa? ¿Por qué dices que estoy loco? ¡Tenía que marcharme! ¿Acaso
me hubieras dejado partir…?
MUJER 3ª
¡Y yo que sé!
HOMBRE 1º
Estaba harto de mis ocupaciones, de cuidar árboles, de obedecer a unos y a
otros, de silenciar mis versos para cumplir la ley… Sí, descuidé mi tarea: no
fumigué aquellas larvas multicolores, ni a las arañas por tejer su tela, ni a las
hormigas que cuidaban de sus pulgones… Sí, no arranqué las malezas para
disfrutar de sus florecillas… Sólo recolecté unas pocas granadas para mí, por el
capricho de contemplar el orden de sus pepitas…Después me acusaron de
actitud desidiosa y de sabotaje…
MUJER 2ª
Porque eres responsable de asegurarnos una óptima cosecha de granadas…
Es la única responsabilidad colectiva…
HOMBRE 1º
Una actividad que me fue impuesta desde la infancia…
MUJER 2ª
Los psicólogos vieron en ti aptitudes para la agricultura…
HOMBRE 1º
Les confundió mi amor por la naturaleza…
59
MUJER 2ª
Es una tarea bien sencilla…
HOMBRE 1º
Demasiado sencilla pues, incluso sin mis cuidados, los granados dieron
excelentes frutos… Y es que mis árboles no me necesitan…
MUJER 2ª
¡¿Culpas a los demás?!
HOMBRE 1º
No. No culpo a nadie.
MUJER 2ª
Yo sí : culpo a la poesía. La poesía te transformó.
HOMBRE 1º
Os ofrecía ideas maravillosas, imágenes que sobrepasan los límites de vuestra
imaginación anquilosada…
MUJER 3ª
¿Cómo? ¿¡No estabas confuso!? Mira que te lo advertí: “sueñas demasiado,
te pasas el día en las nubes”.
HOMBRE 1º
No necesito tu complacencia para crear.
MUJER 3ª
¡Porque eres un artista genial! No te fastidia. ¡La tuya fue la huida del
bohemio!
HOMBRE 1º
60
No fue una huida sino una búsqueda. Sólo quería conocer el mundo, explorar
otras tierras, hablar con otras gentes de sus problemas distintos…
Compréndeme, mi vida es corta, no puedo malgastarla cultivando granados.
MUJER 3ª
Y, a parte de preocuparnos, ¿qué has conseguido…?
HOMBRE 1º
Ahora comprendo el dolor humano… No tan lejos de aquí, más cerca de lo
que parece, existe la miseria, el sufrimiento, la carestía más dramática… Muy
cerca de aquí hay seres que mueren de hambre, enfermos que no reciben
atenciones… Personas que podrían vivir mejor si nosotros quisiéramos…
SOLDADO 3º
¡Tenga cuidado con lo que dice! ¡No comprometa a terceros! ¡Nadie debe
conocer lo que sucede ahí fuera!
MUJER 2ª
¡¿Y qué culpa tenemos nosotros de su situación?!
HOMBRE 1º
Toda, porque nuestros antepasados fueron los que construyeron el laberinto
y, por ello, hasta que no derribemos sus muros seremos culpables de lo que en su
interior suceda.
MUJER 3ª
¿Pretendes abrir las fronteras a una muchedumbre hambrienta e inculta?
¿Para que arrase granjas y huertas? ¿Para que nos asesine cualquier mendigo
61
en su desesperación? ¿Para que desaparezca este sistema de educación, trabajo
y orden que nos garantiza el bienestar y el progreso?
SOLDADO 3º
¡Eso no sucederá! Aquí concluye la visita. Les prevengo, para evitar
sorpresas, que informaré a los jueces de lo que aquí se ha tratado.
MUJER 2ª
Se acabó. (Dirigiéndose a HOMBRE 1º.) ¿Me das el último beso?
(HOMBRE 1º toma la mano derecha de MUJER 2ª a través de los barrotes y
besa cada uno de sus dedos. Después ambas mujeres abandonan el escenario.
HOMBRE 1º se sienta en el suelo, con el dorso apoyado en la pared. HOMBRE 3º
pasea nervioso por la celda.)
HOMBRE 3º
No pareces preocupado.
HOMBRE 1º
No me quedan fuerzas para estarlo.
HOMBRE 3º
¿Qué van a hacer con nosotros?
HOMBRE 1º
Lo que quieran.
HOMBRE 3º
Lamento todo lo sucedido…
HOMBRE 1º
62
Tú no tienes la culpa. Seguimos juntos, eso es importante.
HOMBRE 3º
Me temo que no será por mucho tiempo.
SOLDADO 3º
(Se acerca hasta los barrotes con dos bocadillos y una botella de agua.
HOMBRE 3º recoge la entrega.)
HOMBRE 3º
¡Comida! ¡Es poca cosa pero nos vendrá bien!
HOMBRE 1º
¿No hay granadas?
HOMBRE 3º
¿Bromeas? Ya sabes que este año no las has recogido.
(Acerca el bocadillo a HOMBRE 1º.)
Toma, tu parte.
HOMBRE 1º
No la quiero.
HOMBRE 3º
¡Tienes que comer, amigo!
CAE EL TELÓN.
63
CUADRO IV.
(HOMBRE 1º Y 3º comparecen ante la justicia, para la ocasión están bien
vestidos y aseados. Permanecen de pie con las esposas puestas. SOLDADO 3º los
vigila. En la estancia hay una mesa de despacho y varias sillas delante y detrás
64
de la misma. Dan cinco campanadas en un reloj y entran en la habitación dos
jueces ataviados con togas de color negro y con pelucas. Al fondo MUJER 2º
visiblemente apenada. Las autoridades se sientan.)
CUADRO IV.
(HOMBRE 1º Y 3º comparecen ante la justicia, para la ocasión están bien
vestidos y aseados. Permanecen de pie con las esposas puestas. SOLDADO 3º los
vigila. En la estancia hay una mesa de despacho y varias sillas delante y detrás
de la misma. Dan cinco campanadas en un reloj y entran en la habitación dos
jueces ataviados con togas de color negro y con pelucas. Al fondo MUJER 2º
visiblemente apenada. Las autoridades se sientan.)
JUEZ 1ª
¡Buenas tardes!
SOLDADO 3º y HOMBRE 3º
¡Buenas tardes!
JUEZ 1ª
¡Pueden sentarse!
(Todos los personajes toman asiento a excepción de SOLDADO 3º. Los jueces
leen en silencio algunos documentos.)
Proceso judicial del Sistema contra sus personajes 4.110 y 4.118. El primero es
acusado de evasión, de ejercer actividades socialmente inútiles y de abandono en el
desempeño de su trabajo. El delito de evasión está tipificado como “muy grave” y se
castiga con la pena de muerte o con cadena perpetua con incomunicación total,
65
dependiendo de que existan o no circunstancias atenuantes. El personaje 4.118 será
juzgado tras emitir sentencia firme contra el primero, aunque puede permanecer en
calidad de testigo. El Sistema, por encima de cualquier consideración de tipo legal,
pretende esclarecer los hechos, pues suponen un peligro para toda la comunidad, por lo
que exige que todas las preguntas sean respondidas con la verdad.
JUEZ 2º
(A HOMBRE 1.º)
¿Se declara culpable o inocente de los cargos que se le imputan?
HOMBRE 1º
¿Acaso modificará la sentencia mi declaración?
JUEZ 2º
Es mejor que responda. ¿Por qué huyó del Sistema?
HOMBRE 1º
¿Le interesan mis razones?
JUEZ 2º
¡Conteste!
HOMBRE 1º
Rompí los barrotes de mi celda.
JUEZ 2º
¡Qué dice!
HOMBRE 1º
Destrocé el muro, la frontera que impedía ir más allá. Toda mi vida estuve
prisionero aquí. Mi curiosidad era ya insoportable...
66
JUEZ 2º
¿Quién le enseñó como abrir el muro?
HOMBRE 1º
Nadie. Fue un hallazgo casual.
JUEZ 2º
¿Cuántas veces ha visitado el laberinto?
HOMBRE 1º
Una vez.
JUEZ 2º
¿Habló con alguno de sus moradores?
HOMBRE 1º
Sí.
JUEZ 2º
¿Reveló la existencia del Sistema?
HOMBRE 1º
Sí.
JUEZ 2º
¿Enseño a alguien cómo entrar en la ciudad?
HOMBRE 1º
Sí, pero no me creyeron.
JUEZ 2º
¿Conoce al personaje 4.118 el secreto del laberinto?
HOMBRE 1º
67
No lo sé.
JUEZ 2º
(A HOMBRE 3º.)
¿Lo conoce?
HOMBRE 3º
¿Con un pedazo de carbón?
JUEZ 2º
¿Pregunta o afirma?
HOMBRE 1º
(A JUEZ 2º.)
¿No ve que no lo sabe? Tengan clemencia, es inocente.
JUEZ 2º
¿Con quién habló?
HOMBRE 1º
No lo recuerdo...
JUEZ 2º
¿No lo recuerda o no lo quiere recordar? En los informes médicos no figura que
padezca usted amnesia...
HOMBRE 1º
¡Se acabó! ¡No contestaré más preguntas!
JUEZ 2º
¡Aténgase, entonces, a las consecuencias! ¿Algo más...?
68
JUEZ 1º
Sí. Aquí consta un atenuante a su favor: uno de los psiquiatras que lo examinó
asegura tiene trastornada la razón.
JUEZ 2º
(A JUEZ 1º.)
¡Lo de siempre!
(A HOMBRE 1º.)
¿Está usted loco?
HOMBRE 3º
¡Sí, lo está!
JUEZ 2º
(A HOMBRE 1º.)
¡Responda usted!
HOMBRE 1º
No. No lo estoy.
JUEZ 2º
¡Eso me parecía!
JUEZ 1º
De los cargos restantes hay suficientes pruebas de culpabilidad.
(Revisa algunos papeles.)
Aquí dispongo de varias declaraciones de testigos que le oyeron recitar poemas...
Otras denuncias de su jefe por faltar al trabajo y de múltiples irregularidades en el
69
desempeño del mismo, que pueden tipificarse como sabotaje. En fin, evidencias
suficientes e irrefutables en su contra.
HOMBRE 1º
Antes de que sentencien mi caso quisiera saber cuántas personas más conocen el
secreto del laberinto y si van a ser juzgadas y castigadas por ello, porque me consta que
hay obreros encargados de reparar los destrozos que causan sus moradores e incluso
patrullas de soldados que los aniquilan sin piedad...
JUEZ 1º
Esos asuntos no son de nuestra incumbencia. Además no está permitido tratar ese
tipo de información.
HOMBRE 1º
Alguien más que yo sabrá como salir de aquí, y también me refiero a los altos
cargos que nos gobiernan desde la sombra del anonimato.
JUEZ 1º
Esas son cuestiones políticas que no vienen al caso.
HOMBRE 1º
¿Por qué conocer un secreto puede ser legal o ilegal?
JUEZ 2º
Así es la ley, nosotros sólo la aplicamos.
HOMBRE 1º
La ley no es justa cuando incluye una discriminación.
JUEZ 1º
(Con enfado.)
70
¡Silencio! ¡Aquí no se juzga a los legisladores del Sistema!
HOMBRE 1º
¡Entonces concluyamos esta farsa!
JUEZ 1º
Así sea: no me queda ninguna duda a cerca de la culpabilidad de este hombre y le
condeno a la pena máxima.
HOMBRE 3º
(Se levanta nervioso.)
No. No puede ser. Tal delito no justifica una muerte. Me prometieron que esto no
ocurriría.
(El soldado le obliga a sentarse.)
JUEZ 2º
(A HOMBRE 3º.)
No vuelva a interrumpir o abandonará la sala. Para nosotros no son válidos los
tratos que usted haya podido hacer con el ejército.
JUEZ 1º
(A HOMBRE 1º.)
¿Cómo desea usted morir?
HOMBRE 1º
¿Puedo escoger? ¿Es muerte a la carta?
JUEZ 2º
Eso dice la ley.
HOMBRE 1º
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Entonces moriré de hambre y sed, sentado contra el muro fronterizo, con una
manta y una bolsa llena de granadas.
JUEZ 2º
¿Para qué quiere granadas si va a morir de hambre? ¿No es absurdo? En fin,
usted sabrá, pero ya sabe que este año aún no se han recogido, era su trabajo...
MUJER 2º
(Se pone en pie para dirigirse a los jueces.)
Pendón por mi intromisión... Si sus señorías me dan permiso yo me ofrezco para
recoger una bolsa de granadas para que pueda cumplirse su última voluntad...
JUEZ 1º
(A MUJER 2ª.)
De acuerdo, le daremos autorización por escrito.
(A HOMBRE 1º.)
Dos últimas condiciones por nuestra parte: como no necesitará la boca y no
queremos que cuente a nadie lo que sabe, permanecerá en todo momento amordazado y
para evitar otra fuga le custodiarán dos soldados hasta que se cumpla la sentencia.
(A SOLDADO 3º.)
Por favor, póngale ya la mordaza.
(El SOLDADO 3º cumple la orden.)
En cuanto al personaje 4.118, acusado de complicidad con el anterior, este
tribunal le declara inocente y agradece su colaboración con el Sistema para detener e
inculpar al personaje evadido. Nadie de los presentes puede desvelar lo aquí tratado.
¡Cúmplase la sentencia!
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CAE EL TELÓN
CUADRO V
(Un muro artísticamente decorado, con pinturas de jardines y puestas de sol.
HOMBRE 1º está envuelto en su manta, esposado y amordazado. Dos militares le
custodian.)
SOLDADO 3º
(A SOLDADO 4º.)
¡Qué manera tan extraña de morir!
SOLDADO 4º
¡Y de fastidiarnos!
SOLDADO 3º
Hoy también lloverá.
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SOLDADO 4º
Con lo sencillo que hubiera sido darle un tiro en la nuca...
SOLDADO 3º
¿Qué dices...?
SOLDADO 4º
¡Lo que oyes!
(Señala a HOMBRE 1º.)
¡Míralo...! ¿No te da lástima? Lleva dos días sufriendo...
SOLDADO 3º
Déjale, no le señales...
SOLDADO 4º
Tal vez espera que alguien le libere...
SOLDADO 3º
¿A quién interesa un hortelano?
SOLDADO 4º
¿Qué delito cometió?
SOLDADO 3º
Dicen que consiguió salir de aquí...
SOLDADO 4º
Voy a tomarle el pulso, parece que no se mueve ni respira...
(Se acerca y le toma el pulso.)
Sigue vivo. ¡Cómo aguanta! Parece que aún tenemos para rato...
SOLDADO 3º
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Te está oyendo...
SOLDADO 4º
¿Y qué?
SOLDADO 3º
¡Que merece un respeto en su agonía...! ¿No?
SOLDADO 4º
Si tú lo dices...
(Entra en escena MUJER 2ª con una bolsa de granadas y se acerca a los
soldados.)
MUJER 2ª
¡Traigo la fruta!
SOLDADO 4º
¿Qué...?
SOLDADO 3º
(A SOLDADO 4º.)
Tiene permiso de los jueces.
(A MUJER 2º.)
Has tardado mucho tiempo en recogerlas...
MUJER 2ª
Los trámites burocráticos...
(A SOLDADO 4º.)
¿Puedo hablar con él?
SOLDADO 4º
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No podemos retirarle la mordaza.
MUJER 2ª
No es necesario, sólo serán unas palabras de despedida.
SOLDADO 3º
Si sólo es eso...
SOLDADO 4º
No sé si podrá oírla, está moribundo...
(SOLDADO 4º registra la bolsa. MUJER 2ª la deposita al lado de HOMBRE 1º
que yace en tierra. Los soldados cuchichean y se apartan lentamente. MUJER 2ª se
agacha para hablar a HOMBRE 1º.)
MUJER 2ª
Escucha:
Ahora, que me tiemblan
las manos y mi voz
es un sollozo,
te devuelvo la luna
de los estanques.
Mi dolor mana
como las fuentes
porque el frágil
equilibrio de este
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vuelo se ha roto
y caes, pájaro
herido,
protagonista de
tu tragedia,
víctima de una
injusticia irreparable.
Agoniza en paz.
Perdónanos,
si es que puedes.
Yo nunca te olvidaré.
(MUJER 2ª besa en la frente al moribundo. Al sentir el calor de los labios levanta la
cabeza y sonríe con los ojos.)
CAE EL TELÓN.
(A la salida del teatro puede colocarse un pequeño laberinto para que, al salir, el
público que no haya comprendido comprenda.)
FIN
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