6
EL SECRETO ESTÁ EN SALUD Vicente Mañes i Navarro

El secreto esta en la salud

Embed Size (px)

DESCRIPTION

relato breve

Citation preview

Page 1: El secreto esta en la salud

EL SECRETO ESTÁ EN SALUD

Vicente Mañes i Navarro

Page 2: El secreto esta en la salud

EL SECRETO ESTA EN SALUD

Una vez, leí: “Todo lo que voy a contar puede ser que te cueste creer que sea

cierto, pero ni yo mismo lo tengo claro”. Vamos, que el lector decide.

Alcublas, fiestas de agosto de 1980. Como todas las noches, nos hemos reunido

para cenar y después bajar al frontón, lugar donde se celebran las verbenas; lo rodean

con cañizo, pa no colarse, je, je, je,… Por cierto, hoy hay interés ya que viene Troya, la

mejor orquesta de toda la semana. Para colmo, Pami ha encontrado un talonario de

bebidas. La noche promete.

La verbena empieza con una colada monumental de quince personas, pero la

noche va muy acelerada: risas, bailes, tragos, culos contoneándose, ¡uf… qué noche!

Al término de la verbena acompañamos a las mozas a casa y al que no se quiera

quedar o no pueda seguir. Siempre son pocos, no puedes perderte nada: seguir, seguir…

Llegamos a la Salud, culo a tierra, empieza la rondita de litronas y unas risas, y alguno

abrevará en la fuente.

- Ostia, esto se mueve -suelta Xavi.

Risas. ¿Sabes dónde estás u qué? Pero las risas no continúan, la tenue luz que

sale del hueco nos deja perplejos. ¿Es verdad lo que vemos o es producto de la fiesta?

Deprisa, todo va deprisa. El Capi no se lo piensa, ayudado por la luz que surge del suelo

inicia la bajada de escalones y grita: ¡Es un pasadizo hacia la Peña Ramino y encontrar

la cadena! Nadie dice nada, estamos absortos, no puedo describir el momento.

Cien escalones hemos bajado y con una puerta en los morros nos hemos dado.

Abierta la puerta, una pequeña sala con dos pasillos. Capi sigue por el de la izquierda, la

querencia, es normal. El pasillo es de uno cincuenta de alto por sesenta de ancho.

Todos en fila y callados, cada vez más asombrados y pensando que no lo

podemos contar: ¿cómo cuentas que los Mostros han descubierto un pasadizo, y por la

noche? ¡Ni de coña irían sanos! Andar, andar y andar, llevamos demasiado rato

andando; llegan los nervios, y todos van para el mismo: Capi, ya las liao, Capi, te has

equivocado, siempre igual…, pero el túnel va menguando, entramos como en un

embudo, paramos.

- ¿Qué hacemos? -suelta Tito- ¿Seguimos o reculamos? -pero ¡oh sorpresa!

Page 3: El secreto esta en la salud

- Hay que seguir, la luz desaparece a nuestro paso -dice Bogart, que va el

último.

Empiezo a caminar, a ir de cuclillas y a reptar, la ostia, una sala enorme aparece

delante de mí. Va, tira, no pares -gritan a mi espalda, el túnel agobia. Alucinados, los

ojos de mis amigos, según salen, no se creen lo que ven: una sala enorme, unos haces de

luz que le dan unos brillos especiales a las estalactitas y rocas con miles de formas.

- Heeei!, limpiaos la baba que hay que seguir -dice Gus.

- Para, aguanta una peseta, ¿eh?, aguanta. ¿Por dónde seguimos, espabilao? -

suelta Tono.

- Por el camino de la derecha, no hay otro, peseta -dice Gus.

Empezamos a subir, hay momentos de pequeña escalada hasta el siguiente trozo

de camino, sólo camino, una cuerda floja de cuarenta centímetros, el resto vacío y más

vacío, adiós vértigo, eso sí, yo y alguno más subimos a gatas. Para colmo hay que dar

un salto de un metro hasta la explanada donde están las cinco puertas, impulsado por

una aerofagia descomunal he volado hasta la explanada, con el siguiente descojono de

todo cristo, y ¡menos mal que eras el último!

Cinco puertas, cinco signos, miramos todos a Tiri. Este se encoje de hombros y

dice:

- No tengo ni idea qué significan estos signos.

Las cuatro primeras puertas no tienen salida alguna, ni siquiera la luz que hemos

tenido en los túneles anteriores. Al final, la última por la que entramos tiene un túnel,

con su clásica luz, que termina en una sala minúscula. Nos sentamos lo más juntos

posible, para quitarnos el frío, estamos cansados, acojonados.

- ¿Y ahora qué? -brrmm, se abre el suelo, caída al vacío, todos volando, ya se

acaba todo. Chapuzón. Agua, es agua.

- ¡Seguimos vivos! -decimos conforme vamos saliendo de la poza y nos

sentamos a la orilla del río.

- ¡Poporro, busilio, mafisio! -grita Tono. Risas- ¡Va cabrón, sal ya! -le gritamos.

Vamos viendo la inmensa sala donde estamos, oscura y más fea que la anterior, desde

nuestra posición vemos una pirámide en medio de la nave, con escalones en el lateral,

Page 4: El secreto esta en la salud

en la cima, que es plana, hay un trono y un atril. Más allá de la pirámide se ve un túnel

grande, será la salida.

-Ya está claro, la salida, bueno, pues vale, vamos, tengo sueño, me quiero ir a

casa ya -dice Xavi.

-Aguanta una peseta, que falta gente, se han ido a abonar el terreno -dice Tono.

Empieza a oírse música, se va escuchando mucho mejor, marcha militar y van

cantando, por el túnel empiezan a salir formaciones militares, con antorchas y

estandartes, éstas a su vez van formando delante de la pirámide.

- ¡Qué narices es esto! -Tito y Capi a la vez, en un susurro, no les huele bien lo

que ven. De golpe la música cesa y sólo se oyen los cantos, suenan a gregorianos, se ve

salir del túnel una comitiva en la cual van bajo palio un General y el Obispo; el palio es

portado por cuatro curas, luego lleva una escolta de monjes con antorchas, a su vez

escoltados por soldados escoltando la comitiva.

La guardia se va quedando en las escaleras, los monjes se sitúan rodeando el

trono, los otros dos: el General delante del atril, mientras el Obispo va bendiciendo

d’qui- p’lla.

- ¡Españoles! -grita el General con voz gutural y cansina, a la vez que su brazo

derecho, medio encogido, y su mano medio cerrada, van oscilando de arriba abajo.

- ¡Presentes! -contestan a coro, a la vez que corean su nombre, la cantidad de

pavos que hay delante.

- ¡Ostia, que estos son el Paco y los flechas! ¡Pero si está muerto y enterrado

bajo toneladas de hormigón! -dice Gus.

- Pues vemos visiones.

- Pues quien quiera que sea no me gusta -dice Xavi.

- Con estos nos toca salir por patas -comenta Tito.

- Mientras obraba he entrado en una grieta, tenía la luz que hemos tenido en los

túneles, eso significa algo, podíamos probar y pasamos del espectáculo, y que vengan a

por nosotros -dice Capi.

Page 5: El secreto esta en la salud

- ¿Mientras cagabas? ¿Que has visto una grieta? ¿Otra vez de guía, Capi? -suelta

Bogart. Llegan corriendo Pami y Tiri- ¿Habéis visto? ¡La leche! Pues os han oído y

viene un grupo hacia aquí, hay que irse, ¿estamos todos?

La tribuna está girada en nuestra dirección, tenemos que salir huyendo, no hay

más remedio.

- Vale, estamos todos, seguidme rápido, por aquí -dice Capi. Le seguimos

rápido, mirando hacia atrás para ver si nos ven.

- ¡Cuidado, no la chaféis! -dice Capi con una sonrisa de oreja a oreja, mientras

nos indica su monumento con la mano derecha y con la izquierda la grieta- Deprisa,

deprisa, vale, coño, me parece que están en la zona de río que ocupábamos.

Capi ha pasado el último y ha tirado de unas ramas hacia sí, ¿las ramas cubrirán

la grieta?

Capi, riéndose, como si tuviera puesta una sordina, nos mira y con un susurro,

dice:

- Creo que la poná ha servido de algo, no se acercan, pasan de largo.

En la pequeña sala, amontonados, asfixiados por el olor proveniente de la

escultura de Capi, empezamos a reptar por una pequeña gatera, oscura como la boca del

lobo. No puedo saber los metros recorridos, pero aquella sala fue un alivio y con la luz

tenue de todo el recorrido te hacia sentir mejor. La siguiente puerta y una escalera de

caracol.

Después de comprobar que estamos todos, incluido el escultor que todavía está

riéndose, empezamos a bajar las escaleras de caracol, ciento cincuenta escalones, para ir

a parar delante de una puerta de madera con una inscripción “La Cadena de Oro”, bajo

un gran aldabón con cierta forma masculina.

- Imagínate que te cojan la pelila y te golpeen los guitos -dice Gus, lo coge y

golpea con fuerza, pom pom pom… risas, pero a la vez un cruce de piernas porque

imaginamos el dolor que produciría…

La puerta se abre: ¡Ya estáis aquí! ¡Llegáis tarde! ¡Pasad y divertíos! -todo esto

nos lo dice un armario ropero, uno noventa por uno diez de tío, unicejo, brazos tatuados,

lleno de colorao. Entramos en un disco-pub: a la izquierda la barra, a la derecha hay un

escenario con cinco tíos tocando. La música que suena es rock-rural con fusión folk y el

Page 6: El secreto esta en la salud

estribillo, “Que le corten el raboooo con un serruchooo, que le corten el raboooo que

tiene muchooo”, tiene profundidad, algunos y algunas están bailando, o mejor dando

saltos. Nos acercamos a la barra -es la querencia, como el toro bravo- Hay un camarero

más seco que un fideo, desgarbado, marcando paquete, careto mala leche y pasa de

nosotros,

- ¡Chatos! ¿Qué vais a beber? -dice la camarera, sacando mucho el morrete y

dando un pequeño meneo a esas dos enormes tetas, tan enormes que no le hace falta

bandeja para traernos las ocho cervezas que hemos pedido; la verdad que si te fijas en

algún corro de mozas se van las ganas con el dichoso estribillo: “Que le corten el

raboooo que tiene muchoooooooo…”.

Otra ronda. La camata se vuelve a lucir con garbo, esta vez el meneo es más

fuerte y el morrete tiene objetivo. La fiesta se anima, empiezan a tocar algo de rock

bueno, nos animamos a bailar -sin alejarse mucho de la querencia.- ¡Uyyyy!, se nos

arriman unas señoritas. Bien, la cosa se anima y mucho, y más quien de nosotros se ha

quedado en la barra intentando encestar cacahuetes en el canalillo de nuestra amada

camarera. Con el rabillo del ojo veo cómo mi amigo encesta el cacahuete en el

canalillo…

- Vicente, Vicente, despierta, están tus amigos abajo -me grita mi hermano desde

la escalera- ¿Que qué pasa?, tus amigos están aquí.

Me pongo el pantalón corto y bajo. Pami, Tito, Toño, Xavi, Bogart, Tiri ,Gus y

el Capi, allí están en medio del comedor con una sonrisa en la cara, nerviosos y

equipados para afrontar otra aventuras.

- ¡Va tío, que se hace tarde!

- Dos minutos y bajo, vale.

- Sento, acuérdate de la linterna. ¡Ah, te esperamos en la fuente de la Salud! ¡No

tardes!

Las aventuras pueden ser fantásticas, o fantásticas pueden ser aventuras.