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NICOLÁS ABBAGNANO HISTORIA DE LA FILOSOFÍA Volumen 1 Filosofía antigua - Filosofía patrística Filosofía escolástica Traducción de JUAN ESTELRICH y J. PÉREZ BALLESTAR HORA, S.A. Barcelona

El ser en Parmenides (N. Abagnano)

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Abagnano nos introduce en la metafisica de Parmenides

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Page 1: El ser en Parmenides (N. Abagnano)

NICOLÁS ABBAGNANO

HISTORIA DE LA

FILOSOFÍA Volumen 1

Filosofía antigua - Filosofía patrística Filosofía escolástica

Traducción de JUAN ESTELRICH

y J. PÉREZ BALLESTAR

HORA, S.A. Barcelona

Page 2: El ser en Parmenides (N. Abagnano)

PARMÉ"IDES

El tema original de su filosofía es la contraposición entre la verdad y la apariencia. "Solo dos caminos de investigación se pueden concebir. El uno consiste en que el ser es y no puede no ser; y éste es el camino de la persuasión, puesto que le acompaña la verdad. El otro, que el ser no es y es necesario que no sea; y esto, te digo, es un sendero en el cual nadie puede persuadirse de nada" (fr. 4, Diels). Por eso "sólo hay un camino para el discurso: que el ser es" (fr. 8). Pero este camino no puede ser seguido más que por la razón, puesto que los sentidos se detienen, por el contrario, en las apariencias y pretenden atestiguarnos el nacer, el perecer, el mudar de las cosas, es decir, a la vez su ser y su no ser. En el camino de la apariencia es como si los hombres tuviesen dos cabezas, una que ve el ser, otra que ve el no ser, y vagaran de acá para allá como tontos e insensatos, sin poder darse cuenta de nada. Parménides quiere alejar al hombre de la investigación sensible, quiere hacerle perder la costumbre de dejarse dominar por los ojos, por los oídos y por las palabras. El hombre debe juzgar con la razón y considerar con esta las cosas lejanas como si las tuviera delante. Ahora bien, la razón demuestra en seguida que no se puede ni pensar ni expresar el no ser. No se puede pensar sin pensar algo; el pensar en nada es un no pensar, el no decir nada es un no decir. El pensamiento y la expresión deben en cualquier caso tener un objeto y este objeto es el ser. Parménides determina con perfecta claridad el criterio fundamental de. La validez del conocimiento que había de dominar toda la filosofía griega: el valor de verdad del conocimiento depende de la realidad del objeto; el verdadero conocimiento no puede ser más que conocimiento del ser, esto es, de la realidad absoluta. Tal es el significado de las famosas afirmaciones de Parménides: "El pensamiento y el ser son lo mismo" (fr. 3, Diels). "Lo mismo es el pensar y el objeto del pensamiento: sin el ser en el cual el pensamiento se expresa, tú no podrías encontrar el pensamiento, puesto que no hay ni habrá nada fuera del ser" (fr. 8, v. 34-37). Al ser que es objeto del pensamiento, Parménides atribuye los mismos caracteres que Jenófanes había dado al dios-todo. Pero estos caracteres los reduce él a una sola modalidad fundamental, que es la de la necesidad. "El ser es y no puede no ser" (fr. 4, Diels) es la tesis principal de Parménides: tesis que expresa lo que es para él el sentido fundamental del ser en general y que constituye el principio directivo de la investigación racional. La necesidad respecto al tiempo es eternidad, es decir, contemporaneidad, totum simul; respecto a lo múltiple es unidad,respecto al devenir (o sea, al nacer y perecer) es inmutabilidad (fr. 8, 2-4, Diels). En particular, Parménides no entiende la eternidad como duración infinita, sino como negación del tiempo. "El ser nunca ha sido ni será, porque es ahora todo el, uno y continuo." Parménides fue el primero que elaboró el concepto de eternidad. Y, en efecto, el ser no puede nacer ni perecer, puesto que habría de proceder del no ser o disolverse en él, lo que es imposible porque del no ser no se puede hablar. El ser es indivisible porque es todo igual y no puede ser en un lugar más o menos que en otro; es inmóvil porque reside en sus propios límites; es finito porque lo infinito es incompleto y al ser no fe falta nada. El ser es lo completo y la perfección; y en este sentido precisamente fínitud. Como tal, Parménides lo compara con una esfera homogénea, inmóvil, perfectamente igual en todos los puntos. "Pues hay un límite extremo, el ser es perfecto por todas partes, parecido a la masa redondeada de una esfera igual desde el centro a cualquiera de sus partes" (fr. 8). Por eso, pues, el ser es lleno, en cuanto es completamente presente a sí mismo y en ningún punto incompleto o deficiente de sí; el ser es autosuficiencia.