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El Silencio de María...En ti resplandecen la madurez humana y la elegancia espiritual. Eres señora de ti misma antes de ser señora nuestra. No existe dispersión en ti. En un acto

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ELSILENCIODE MARÍA

Autor:PadreIgnacioLarrañaga

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Colección:https://www.ebookscatolicos.com

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ELSILENCIODE MARIA

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InmemoriamEnrecuerdodemimadre,

MaríaSalomé,conemoción.

SEÑORADELSILENCIO

Madre del silencio y de la

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Humildad,tú vives perdida y

encontradaen el mar sin fondo del

MisteriodelSeñor.Eres disponibilidad y

receptividad.Eres fecundidad y

plenitud.Eres atención y solicitud

porloshermanos.Estásvestidadefortaleza.

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En ti resplandecen lamadurez humana y laeleganciaespiritual.

Eres señora de ti mismaantesdeserseñoranuestra.

Noexistedispersiónenti.Enunactosimpleytotal,

tu alma, toda inmóvil, estáparalizadae identificadaconelSeñor.

Estás dentro de Dios, yDiosdentrodeti.

El Misterio Total te

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envuelve y te penetra, teposee, ocupa e integra todotuser.Parecequetodoquedóparalizado en ti, todo seidentificó contigo: el tiempo,el espacio, la palabra, lamúsica, el silencio, lamujer,Dios.

Todo quedó asumido enti,ydivinizado.

Jamás se vio estampahumana de tanta dulzura, nise volverá a ver en la tierra

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mujer tan inefablementeevocadora.

Sin embargo, tu silenciono es ausencia sinopresencia.

Estás abismada en elSeñor

y,almismotiempo,atenta a los hermanos,

comoenCaná.Nuncalacomunicaciónes

tanprofundacomocuandonose dice nada, y nunca el

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silencio es tan elocuentecomo cuando nada secomunica.

Haznoscomprenderque el silencio no es

desinterés por los hermanossino fuente de energía eirradiación; no es replieguesino despliegue; y que, paraderramar riquezas, esnecesarioacumularlas.

Elmundo se ahoga en elmardeladispersión,ynoes

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posibleamara loshermanosconuncorazóndisperso.

Haznos comprender queelapostolado,

sinsilencio,esalienación;yqueelsilencio,sinapostolado,escomodidad.Envuélvenos en el manto

detusilencio,ycomunícanoslafortalezadetuFe,laaltura

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de tu Esperanza y laprofundidaddetuAmor.

Quédate con los quequedan, y vente con los quenosvamos.

¡OhMadre admirable delSilencio!

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Capítuloprimero

RETORNO

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Todas nuestras fuentesestánenti(Sal86)

1. La fuentesellada

¿Quiéncontólahistoriadelainfancia? ¿Cómo se llegarona saberaquellasnoticias, tanlejanas, cuyo archivo y

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depósito sólo podía ser lamemoriadeMaría?

Para responder a esaspreguntas, necesitamosretornar. Y para retornarnecesitamos subir, contracorriente, un río que arrastradramas y sorpresas; hastallegar a aquel hontanarremotoquefueelcorazóndeMaría.

ElEvangelionosrecuerdaen dos oportunidades (Lc

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2,19; 2,51) que Maríaconservaba cuidadosamentelas palabras y hechosantiguos. Y los meditabadiligentemente. ¿Quésignifica eso? Quiere decirqueMaríabuscabaelsentidoocultoyprofundodeaquelloshechos y palabras, y losconfrontaba con las nuevassituacionesenlasquesuvidaseveíaenvuelta.

De esta manera, los

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recuerdos se conservaronmuy vivos en su memoria,como estrellas que nunca seapagan.Poreso,cualesquieray como quiera que sean loscaminos que debamos elegirpara encontrarnos con lafiguraypalpitacióndeMaría,ellos tienen que conducirnosnecesariamente allá lejos, almanantial donde nacen todaslasnoticias:alaintimidaddeMaría.

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Como no queremos eneste libro dar apreciacionessubjetivassinocaminarsobretierra firme, aunque sinpretender una investigacióncientífica, considero de sumaimportancia abordar aquí elproblemadelasfuentes.

«Nuestro querido

médico»(Col4,14)

«Lucas es un

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escritor de grantalento y almadelicada…; unapersonalidad atractivaquesetransparentasincesar».

Lucas es un hombrefuertemente sensibilizadoporaquellasmotivacionesconlasque aparece muy envuelta lapersona y la vida de María,como por ejemplo la

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humildad, la paciencia, lamansedumbre. Allá dondeLucas encuentra un vestigiode misericordia, él quedaprofundamente conmovido; yen seguida lo anota en suevangelio.

Nuestro evangelistamédico detectó y apreció elalma de la mujer y suimportancia en la vidamejorque ningún otro evangelista.Por laspáginasdesu largoy

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denso evangelio, pasa undesfile multiforme demujeres, unas recibiendomisericordia,otrasofreciendohospitalidad, un grupo deellas expresando su simpatíay solidaridad cuando Jesúsperegrinaba hacia la muerte.Y,entretodasellas,sobresaleMaría con ese aireinconfundible de servidora yseñora.

La singular personalidad

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de Lucas está tejida dedelicadeza y sensibilidad. Essignificativo que Pablo le déuna adjetivación emocional:«nuestroqueridomédico».Enfin, nuestro evangelistaparece poseer una afinidadtemperamental muy acordeconlapersonalidaddeMaría.

En una palabra, nosencontramos ante el narradorideal, capaz de entrar enperfecta sintonía con la

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Señora, capaz de recoger nosolamentesushechosdevidasino sus impulsos vitales y,sobre todo, capaz detransmitir todo eso con altafidelidad.

Investigarytransmitir

«En vista de quemuchos emprendieron

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el trabajo decomponerunrelatodelossucesosquesehancumplido entrenosotros, según nostransmitieron los quefueron, desde elprincipio, testigosoculares y luegoservidores de lapalabra, también yo,después de haberinvestigado desde el

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principio todos lossucesosconexactitud,me he determinado aescribírtelosordenadamente,ilustre Teófilo, a finde que conozcas bienla solidez de laspalabras en las quehas sido instruido»(Lc1,1-5).

Con esta introducción a

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su evangelio, Lucas noscolocaenelumbraldeMaría.Según el uso literario de suépoca, Lucas se dirige ydedica su obra al «nobleTeófilo». No sabemos quiénfue este ilustre destinatario.Pero, por esas palabrasintroductorias, podríamosconcluirque se tratabadeunpersonaje de elevado rangoque ya había recibido laPalabraylaFe.Sinembargo,

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Lucas no lo trata de«hermano». ¿Por la distanciasocial?¿Porelhechodeestardestinado el libro al granpúblico? Sea lo que fuere, eltal Teófilo desaparece aquímismo, sin dejar huellaposterior.No importa inclusosiesunpersonajeimaginario.

Entodocaso,Lucashablaaquí como un periodistamodernoque,paragarantizarla credibilidad de su

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información, asegura habersehecho presente en el «lugarde la noticia».Así aconsejanhoy día a los alumnos en lasEscuelasdePeriodismo:teníaque llegar a la «fuente de lainformación». De estamanera, para garantizar laobjetividaddesu trabajoy lavalidez de la fe de Teófilo,Lucassedisponeadaraéstecuenta de la finalidad,contenido, fuentes y método

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detrabajodesuobra.Primeramente asegura

Lucas que «muchos», antesque e1, emprendieron estamismatareadeinvestigación.Recopilaron documentos,hicieron colecciones de loshechos y palabras de Jesús.Algunos inclusive llegaron aentregaralgúnevangelio.

Este aviso de «nuestroquerido médico» encierramucho interés. Significa que

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Lucas, antes de comenzar sutarea investigadora y durantela tarea, tenía a su alcanceapuntes, colecciones de loshechos y palabras y, quizátambién, evangeliosrecogidos o redactados porotros. Escritos de los cualesalgunos posiblemente seperdieron y otros,eventualmente, fueronutilizados por el mismoLucas. Entre estos escritos

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¿no estarían los recuerdos deMaría recopilados por algúndiscípulo, recuerdosreferentes a los años, yalejanos, de la anunciación ydelainfancia?

En seguida Lucas afirmauna cosa altamenteimportante: que «hainvestigado con cuidadosaexactitud»(Lc1,3)«todoslossucesos» que constituyen elpunto alto de la gesta

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salvífica. En lenguajemoderno diríamos que Lucastomaensusmanoslalupadela crítica histórica. Y así,ofrece en su libro una nuevaordenación, nuevos detalleshallados en su diligenteinvestigación;quizá,también,unaverificaciónmásrigurosadelasnoticias.Ytodoesoenunnuevoropajeliterario.

«Desdeelprincipio»

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Desde nuestro punto de

interés, que es conocer decerca a María, es interesanteponderar y apreciar el hechode que Lucas, con su«cuidadosainvestigación»,seremontó hasta aquellosremotos acontecimientos quesucedieron «desde elprincipio».

Nuestro historiador, conlateadelacríticahistóricaen

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susmanos, fue retrocediendoe iluminandoporcaminosdesorpresas y suspensos, através de una complejacadena de acontecimientos,hasta llegar a los días yalejanos de la Señora. Esevidente que la críticahistórica de Lucas no seríatanrigurosayseveracomolade los historiadoresmodernos. Pero, de todasmaneras, hizo una seria

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investigación, tratando dellegarno solamentealorigendelasnoticiassinotambiénalosdíasprimitivos.

Entre las palabras delevangelista, merecedestacarse también la ideasiguiente: al parecer, Lucasdispone en su mano demanuscritos o apuntes de loque nos transmitieron los«testigos oculares», es decir,losmismosqueestuvieronen

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el corazón de losacontecimientos y delcombate. Ahora bien, testigoocular de los sucesosreferentes a la infancia deJesús, no existió ningún otrosinoMaría. Es preciso, pues,concluir que el evangelista,ya por caminos directos oindirectos,nadiesabe,llegóala única fuente deinformación:María.

Por otra parte, aquí se da

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pie para suponer situacionesque conmueven mucho: enefecto, el contexto de Lucasmanifiesta inequívocamenteque los «testigos oculares»fueron luego «servidores dela palabra». ¿Podríamosconcluir,deahí,que tambiénMaría se constituyó enevangelista de aquellasnoticias que solamente ellaconocía? ¿Querría Lucasindicar velada o

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implícitamente que lapresencia de María en lasprimeras comunidadespalestinenses, no solamentefuedeanimaciónsinoquesededicó también a unaactividad específicamentemisionera?Enunapalabra,enla globalidad de los testigosoculares que proclamaban lapalabra,¿habremosdeincluiralaSeñora?Elestudiodelasfuentes nos conduce a esa

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conclusión.Véase,alfinaldeestecapítulo,rasgosparaunafotografía.

Primerosaños

Cuando los apóstoles,después de Pentecostés, seextendieron sobre la tierrapara anunciar las «noticias»de última hora, llevaban ensusalmas lasmarcasdeunasprofundas cicatricespsicológicas, permítaseme la

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expresión.¿Qué había acontecido?

Una serie encadenada desucesos los había golpeadoprofundamente.Efectivamente,undíanomuylejano, contra todo lo que«esperaban» (Lc 24,21),sucesivosacontecimientos,enremolino, se abatieron sobreJesús, maestro y líder; loenvolvieron y lo arrastraroninexorablemente al torrente

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de la crucifixión y de lamuerte.Ellosmismos,aduraspenas consiguieron escaparsedeesamismasuerte.

Como consecuencia,quedaron destrozados,desorientados, sin fe, sinesperanza y con miedo (Jn20,19).

A los pocos días, laresurrecciónfueparaellosungolpe violentísimo que loslevantó, como un huracán,

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casi hasta el paroxismo.Parecían aturdidos,alucinados, como autómatasque no pueden dar crédito aloqueestánviendoyoyendo.No esperabanni lo unoni lootro,apesardequeyase leshabían anunciado ambascosas. Después de unassemanas llegó el EspírituSanto.Porprimeravez,ahoracomenzaban a entenderlotodo:eluniversodeJesús,su

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persona,sufuncióncentralenlahistoriadelasalvación.Porfin,todoquedabaclaro.

Y en este momento, alsalir al mundo, los apóstolesllevaban dos profundas«heridas»: la muerte y laresurrección de Jesús. Estaseran las «novedades»fundamentales;eraelmisteriopascual.Y, esparcidos por elmundo, comienzan a hablar.Parecen obsesionados. Para

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ellos no existen noticiasimportantessinoesasnoticiasque salvan: la humillación yexaltaciónde Jesús.Sólo esosalva. Lo demás, ¿para qué?Y en esos primeros años noconsiguen hablarmás que deeso.

En este marco psicológico,todo lo que no hiciera

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referencia directa almisteriopascualnoteníasignificaciónni importancia para ellos.Y,así, dejan de ladopormenores que, para elgusto moderno, son tansabrosos: dónde y cuándonació Jesús. Qué le sucedióen los primeros días, en losprimeros años. Quiénes ycómoeransuspadres.Cómoveníasulíneaascendente,enel árbol genealógico. Cuál

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era el orden exacto en lacronologíayenlosrelatos…Todo esto y semejantespreocupaciones eran paraellos curiosidad inútil. Noimportaban los datosbiográficos sino los hechossoteriológicos.

Y así, en este estado deánimo y en esta jerarquía devalores, fácilmente podemoscomprender que los relatosque se refieren a la infancia

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no tienen valor fundamentalpara ellos, al menos en losprimeros años. Tampocotenían importancia lasnoticias referentes a lapersonadeMaría.

Pasaron los primerosaños. Y un día, esas noticiascomenzaron a tener interés ya circular por lascomunidades palestinenses.¿Cómofueeso?

Cuando las primeras

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comunidades, bajo lainspiración del Espíritu,comenzaron a proclamar aJesús como Kirios —SeñorDios—> sintieron necesidadde completar la perspectivahistórica del Señor Jesús.Necesitaban saber quién fuehistóricamente esa personaúnica, dónde nació, cómovivió,quéenseñó.

Ahora bien, en una granzonadesilencioquesecernía

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sobreelSeñorJesús,nohabíaotrotestigoocularsinoMaría.Y ella se transformó en laevangelista de aquellasnovedades, ignoradas por losdemás.

A través de lacríticainterna

Sin embargo, aún siguenen pie las preguntas quehemos formuladomásarriba.¿Quién fueel receptorde los

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secretos de María? ¿Quiénfue el redactor de esos dosprimeros capítulos deLucas?EncasodequeLucasnoseael autor material de talespáginas,¿dóndenacieronesasnoticiasycómollegaronalasmanosdeLucas?

Siguiendo lasinvestigaciones del granexégeta PaulGechter, vamosa afirmar, primeramente, queno fue Lucas el redactor de

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esas páginas, sino que lasencontró en su tareainvestigadoray las insertóensuevangelio.

Realmenteesimprobable,casiimposible,queelmédicoevangelista recibiera esainformación directamente delabios de María. Si Lucasescribió su evangelio entrelos años setenta y ochenta(cronología sumamenteinciertapero,hoyporhoy, la

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más aproximativa), es difícilimaginar que María vivierapor esos años. Lecorrespondería tener más denoventa años. Dentro de losparámetros de longevidad deun país infradesarrollado, nose puede pensar que Maríaviviera tantos años. Espreciso, pues, descartar lahipótesis de que Lucasrecibiera,de labiosdeMaría,unainformacióndirectasobre

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lainfanciadeJesús.

Por otra parte, la críticainternadeesosdosdeliciososcapítulos hace tambiéndescartar la hipótesis de lapaternidad lucana. Laestructura interna de esaspáginas es enteramentesemítica tanto en el estilogeneral como en la cadencia

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yritmodesusexpresiones.LucasnacióenAntioquía,

ciudad grecorromana, a másdemilkilómetrosdedistanciadelescenariobíblico.Ademáshabíanacidoenelpaganismo,como se deduce claramentedel contexto del capítulocuarto de la Carta a loscolosenses.

En contraste, el queescribió esos dos primeroscapítulos estaba enteramente

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familiarizado con lamentalidad semítica y con lainspiración generalveterotestamentaria, Unconvertido, es decir, unapersona que no ha mamadodesde su infancia lainspiración bíblica,difícilmente podríamosimaginar que estuvierasaturado del texto y contextodel Antiguo Testamento,comoapareceelautordeesos

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doscapítulos.El evangelista médico se

encontró, pues, con esosapuntes y los insertó en suevangelio. La actividad deLucas respecto a esoscapítulos,siesqueexistiótalactividad, debió serinsignificante, como la deaquel que retoca detalles deforma.Atravésdeunaparatocrítico, tremendamentecomplejo y sólido, Paul

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Gechter llega a esa mismaconclusión:

«La conclusiónlegítima es queLucasha copiado eldocumento griego talcomo lo halló,aunque,ocasionalmente, hayapodido acomodarlo asu propio gustoliterario.

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El fondo culturalquesereflejahastaensus menores detalles,laestrofaciónsemíticade las partesdialogadas, excluyentoda intervenciónlucana de algunaimportancia».

Juan,el«hijo»Si no fue Lucas el

confidente que recibió las

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noticias sobre la infancia, nitampocosuredactormaterial,¿por dónde llegaron a susmanos esos apuntes tanpreciosos?

Dentro de un cálculonormal de probabilidades, loprimero que se nos ocurrepensar es que fue el apóstolJuan quien primeramenterecibió y recopiló lasconfidencias de María.Efectivamente, «desde

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entonces», Juan acogió aMaría «en su casa». Estaexpresión, tan cargada designificado, insinúa ununiverso sin límites de vida.Entre María y Juan nodebieron existir secretos nireservas.JuandebiócuidardeMaría con un trato delicado,único, hecho de cariño yveneración, ahoraque ella seiba aproximando al ocaso desuvida.

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A mí me parece que elprimero en recibir lasconfidencias, de parte deMaría,fueel«hijo»Juan.Eneste libro veremos cómoMaría no comunicó a nadielos grandes secretos de sucorazón.QuizáaIsabel.Pero,aunenestecaso,nodebemosolvidar que, para cuandoMaría llegóaAinKarim(Lc1,39 ss), el SecretoFundamental ya estaba en

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poder de Isabel, seguramenteentregado directamente porDios.

Sin embargo, la críticainternaseñalaquenofueJuanel compilador ni el redactorde esos apuntes. El estilo deJuan es inconfundible. Juanconservó unos cuantosrecuerdosdelavidadeJesús.Sobre la base de esosrecuerdos, Juan fueprofundizando en el misterio

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trascendente de Jesús, a lolargo de su existencia.Y esareflexión teológica la fuevertiendo en sus escritos enforma de ideas-fuerza comoVida, Amor, Luz, Verdad,Camino… El discípulopredilecto no escribe dospáginas en las que noaparezca alguna de estasideas-fuerza.

Enesoscapítulos lucanosno aparece nada que indique

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lapaternidaddeJuan.MaríamisioneraSinofueronlosautoresni

Lucas ni Juan, ¿quiénesfueron?¿Quéaconteció?

Tenemosqueretrocederyllegar hasta aquella cámaracerradaysellada.Lasnoticiaspodían andar de boca enboca, como las aguas deltorrente andan de piedra enpiedra.Pero¿cómoycuándo

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abrió María aquella fuentesellada?

En los evangeliosaparecen grupos de mujeresen torno a Jesús. Elevangelista médico señalaque, allá lejos, observaban laagonía del Crucificado «lasmujeres que lo habíanacompañado desde Galilea»(Lc 23,49). Estas mujeres,¿serían aquellas mismas quele servían con sus bienes en

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los días de Galilea? (Lc 8,2ss).

Juan recuerda que,después de que Jesúsmanifestó su gloria en Caná,sumadre descendió conEl aCafarnaúm (Jn 2,12). Y elmismo Juan coloca a Maríaentre varias mujeres, junto alacruzdeJesús(Jn19,25).

He aquí, pues, a Maríaformando parte de un grupodemujeres,aúnenlosdíasde

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Jesús, como en una escuelade formación. No sabemosqué grado de intimidadexistió entre María y estasmujeres Sea como fuere, esobvio que, siendo ellas tanentusiastas seguidoras deJesús,indagaríandeMaríalospormenores de la infancia ypreguntarían detalles sobreciertas épocas de la vida deJesús de las que nadie sabíanada.

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Pasaron los días. Pasarontambién aquellosacontecimientos queestuvieron a punto dedesequilibrar a todos. Llegóel Consolador. A su luz, lacomunidad confesó a JesúscomoCristoySeñor.Aestasalturas, María no podíaocultar las maravillas que sehabíanoperadodesdelosdíasprimitivos.Eralahoraexactapara revelar las novedades

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escondidas.¿Cómo se hizo? Yo no

podría imaginarme a Maríapasandopor las comunidadescomo una predicadoraambulante, anunciandokerigmáticamente —comouna trompeta— las noticiasinéditas sobre Jesús.Entonces,¿quéaconteció?

Paul Gechter, con unvoluminoso «dossier» deargumentos supone y

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demuestra, a partir de lacrítica interna, que fue unpequeño e íntimo círculofemeninoquienprimeramenterecibió las confidencias deMaría. Los recuerdos sonestrictamente maternales yfueron conservados en eseaire maternal e íntimo,típicamentefemenino.

«El sello defemineidad sedesprende no sólo del

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asunto tratado sinotambién del pocointerés por lascuestionesjurídicas».

«Todos losrecuerdos surgenempapados deperspectivamaternal».

«El ambiente másapto para latransmisión de lahistoria de la infanciade Jesús lo constituía

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el mundo femenino.Los niños son laeternaatraccióndelasmujeres».

Los investigadores queestudian el contexto vital delas primeras comunidades,resaltan un fenómeno queconmueve mucho: dicen quelaveneraciónporMaríabrotóen ellas casi desde el primermomento.Harnachdice:

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«El círculo dedondeprocedieron losrelatos de la infanciasentía una granveneraciónporMaría,a la que colocaba enun primer planojuntamente con suHijo.»

También RudolfBultmann dedujo, de susinvestigaciones, que las

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primeras comunidadescristianas sentían «unadevoción especial y notoriaporlaMadredelSeñor».

Debemos, pues, pensarque existió un grupofemenino que rodeó a Maríacon gran confianza y cariño.Este grupo sentía unaprofundaveneraciónporella,no solamente por ser ellavenerable, por tratarse de laMadredelSeñor,sinoporque

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ella misma se hacíareverenciar por supermanente comportamiento,llenodedignidad,humildadypaz.

Uno de estos círculosfemeninos fue, pues, eldepositario de lasconfidencias y novedades,cuando la Señora fueconvenciéndose de que seaproximaba el término de suexistencia y de que no

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debieranexistirsecretossobreaquel—suHijo— que ahoraera proclamado como Cristoy Señor. María hablaría enprimera persona, y ellaspondrían esas palabras entercera persona, en unapequeñavariacióngramatical.Y agregarían quizá algúndetalle intrascendente pararesaltar el papel central deMaría.

Posiblemente estos

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recuerdos de María cayeronen manos de algún discípuloque tenía algunas nocionesteológicas. Les agregóalgunosretoquesincidentales,y,deestamanera,losapuntescomenzaronacircularporlascomunidadespalestinenses.

Lucas, que fueinvestigandoentrelostestigosoculares y entre las primerascomunidades,seencontróconesta verdadera joya y la

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insertóensuevangelio.

Todo esto está significandoquelasnoticiascontenidasenlosdosprimeroscapítulosdeLucas fueron comunicadasdirectamenteporMaría.Esasnovedades, fuera depequeños retoques de forma,salieron de los labios de laSeñora. Por eso conservan

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ese inmediatismo hecho deintimidad y proximidad.Además, son palabras queestán en perfectaconcordancia con lapersonalidad, conducta yreaccionesdeMaría.

Como analizaremos a lolargo de este libro, Maríaocupa siempre en estanarración un segundo lugar,precisamente porque sonpalabras que salieron de su

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boca. En esos capítulos nosencontramos condescripciones elogiosas deZacarías, de Isabel, deSimeón y de Ana. De ellamismaapenasdicenada.

La humildad y lamodestia envuelvenpermanentemente, como unaatmósfera, la vida de laSeñora.Ella nunca concentrala atención. María siempreproclamay remite.Remiteal

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Otro. Sólo Dios esimportante.

RasgosparaunafotografíaNos hemos dado una

zambullida en las profundas,ynomuyclaras,aguasdelasprimeras comunidades. Yhemos regresadocargadosde

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impresiones, de intuiciones ytambién de algunasdeducciones.

Y con estas impresionesvoy a intentar trazar algunosrasgos provisionales sobre lafigura de María que, a lolargo de este estudio, iráncompletándose.

Nació Jesús, según lacarne, y sus primeros díastranscurrieron entrepersecuciones y fugas. Fue

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María, su Madre, la que locuidó y defendió. NacióJesús, según el Espíritu —laIglesia—, y nació en mediodeunatempestad,ydenuevofueMaríalaquelodefendió,loconsolóylofortaleció.

Sin embargo, tenemos laimpresióndequeestafunciónmaterna en la Iglesiaprimitiva, laejercióMaríadeuna forma tan discreta comoeficaz.ElautordelosHechos

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nisiquierasepercatódeello,o no lo valorósuficientemente; o, por lomenos,noloconsiguióensulibro. Tenemos la impresiónde que María actuósilenciosamente, según sucostumbre,entrebastidores,ydesde ahí dirigió la Iglesianacienteylaanimó.

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LaMadre

¿Quién era ellapara la comunidad?¿Cómo ladenominaban? NoseríaconelnombredeMaría. Este nombreera tan común…:María de Cleofás,María de Santiago,MaríalaMagdalena…Se precisaba unnombre que

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especificara mejor suidentidad personal.¿Cuál sería esenombre?

La comunidadvivíapermanentemente laPresencia del SeñorJesús.AJesúsdirigíanla alabanza y lasúplica. Ahora bien,una comunidad quevive con Jesús y en

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Jesús, ¿cómo habríade identificar odenominar a aquellamujer? La respuestacaedesupropiopeso:eralaMadredeJesús.Así también seexpresa siempre elevangelio.

Más, en realidad, Maríaera más que la madre deJesús. Era también la madre

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de Juan. Y era también —¿por qué no?— la madre detodos los discípulos. ¿No eraéseelencargoqueellarecibióde los labios del Redentormoribundo? Entonces erasimplemente La Madre asecas, sin especificaciónadicional. Tenemos laimpresión de que, desde elprimer momento, María fueidentificada y diferenciadacon esa función y

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posiblementeporesepreciosonombre. Esto parecededucirse a partir de ladenominación que los cuatroevangelistas le dan a Maríasiempre que ella aparece enescena.

Veremosenotro lugardeeste libro de qué maneraJesús, mediante unapedagogía desconcertante ydolorosa, fue conduciendo aMaría desde una maternidad

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meramente humana a unamaternidad en fe y espíritu.María había dado a luz aJesús en Belén, según lacarne. Ahora que llegaba elnacimiento de Jesús según elespíritu —Pentecostés—, elSeñorprecisabadeunamadreenelEspíritu.

Y así Jesús fuepreparando aMaría, a travésde una transformaciónevolutiva, para esa función

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espiritual.Debidoaeso,Jesúsaparece muchas veces en elevangelio comosubestimando la maternidadmeramente humana. YllegadoPentecostés,Maríayaestaba preparada, ya era laMadre en el Espíritu; yaparece presidiendo y dandoa luz aquella primera ypequeña célula de los Doceque habrían de constituir elCuerpodelaIglesia.

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María, según aparece en

losevangelios,nuncafueunamujer pasivao alienada.Ellacuestionó la proposición delángel(Lc1,34).Porsímismatomó la iniciativa y se fuerápidamente, cruzandomontañas, para ayudar aIsabel en los últimos mesesdegestaciónyenlosdíasdelparto(Lc1,39ss).Enlagrutade Belén ella, ella sola, se

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defendió para el complicadoydifícilmomentodedaraluz(Lc2,7). ¿Quévale, para esemomento, la compañía deunvarón?

Cuandoseperdióelniño,laMadre no quedó parada ycruzada de brazos. Tomórápidamente la primeracaravana, subió de nuevo aJerusalén, recorrióy removiócielo y tierra, durante tresdías, buscándolo (Lc 2,46).

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En las bodas de Caná,mientras todo el mundo sedivertía, sólo ella estabaatenta. Se dio cuenta de quefaltaba vino. Tomó lainiciativa y, sin molestar anadie, ella misma quisosolucionarlo todo,delicadamente. Y consiguiólasolución.

En un momentodeterminado, cuando decíanque la salud de Jesús no era

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buena, sepresentó en la casadeCafarnaúmparallevárselo,opor lomenospara cuidarlo(Me 3,21). En el Calvario,cuando ya todo estabaconsumado y no había nadaque hacer, entonces sí, ellaquedó quieta, en silencio (Jn19,25).

Es fácil imaginarqué haría una mujerde semejantepersonalidad en las

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circunstanciasdelicadasde la Iglesianaciente. Sinextorsionar lanaturaleza de lascosas, a partir de lamanera normal deactuar de una personacomo María, yopodría imaginar, sinmiedoaequivocarme,quéhacíalaMadreenel seno de aquella

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Iglesianaciente.Podría imaginar

las palabras que diríaalgrupodediscípuloscuando partían hacialejanas tierras paraproclamar el Nombrede Jesús. Puedoimaginar quépalabrasde fortaleza yconsuelodiríaaPedroy Juan, después queéstos fueron

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arrestadosyazotados.Ella, tanexcelente

receptora yguardadoradenoticias(Lc2,19;2,51),puedopensar cómotransmitiría lasnoticias sobre elavance de la palabrade Dios en Judea yentre los gentiles (He8,7),ycómo,conesasnoticias, consolidaría

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la esperanza de laIglesia.

AlláenBelén, enEgipto,enNazaret,Jesúsnoeranadasin su Madre. Le enseñó acomer, a andar, a hablar.María hizo otro tanto con laIglesia naciente. Siempreestaba detrás del escenario.Los discípulos ya sabíandónde estaba la Madre: encasadeJuan.¿NoseríaMaría

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la que convocaba, animabaymanteníaenoraciónalgrupode los comprometidos conJesús?(He1,14).

¿NoseríalaMadrelaqueaconsejó cubrir el vacío quedejó Judas en el grupoapostólico para no descuidarningún detalle del proyectooriginal de Jesús? (He 1, 15ss).¿DedóndesacabanPedroy Juan la audacia y laspalabrasquedejaronmudosy

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asombrados a Anás, Caifás,Alejandro y demássanedritas? (He 4,13). ¿Dedónde sacaron Juan y Pedroaquellafelicidadyalegríaporhaber recibido los cuarentaazotes menos uno, por elNombrede Jesús? (He5,41).DetrásestabalaMadre.

¿Adónde iría Juan aconsolarse después deaquellos combatesturbulentos? ¿Acaso no

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convivía con la Madre?¿Quién empujaba a Juan asalir todos los días al temployalascasasparticularesparaproclamar las estupendasnoticiasdelSeñorJesús?(He5,42).Detrásde tantoánimo,vislumbramosunaanimadora.

En el día en queEstebanfue liquidado a pedradas, sedesencadenó una furiosapersecución contra la IglesiadeJerusalén;ylosseguidores

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de Jesús se dispersaron porSamaría y Siria. Losapóstoles, sin embargo,decidieron quedarse en lacapital teocrática (He8,1ss).En este día, ¿dónde secongregaron los apóstolespara buscar consuelo yfortaleza? ¿No sería en casade Juan, junto a laMadre detodos?

Juan y Pedro aparecensiempre juntos en esos

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primerosaños.SiMaríavivíaen casa de Juan, y éste eraalentado y orientado por laMadre, ¿no haría ella otrotanto también con Pedro?Ambos—PedroyJuan—¿notendrían sus reuniones encasade Juan, juntamenteconMaría, a quien venerabantanto?

¿No sería ella laconsejera, la consoladora, laanimadora,enunapalabra,el

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alma de aquella Iglesia quenacía entre persecuciones?¿No sería la casa de Juan ellugar de reunión para losmomentos de desorientación,para los momentos de tomardecisionesimportantes?

Si advertimos lapersonalidad de María y sipartimos de sus reacciones ycomportamiento general enlosdíasdelevangelio,dentrode un cálculo normal de

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probabilidades podemosacabar en la siguienteconclusión: todas esaspreguntas deben serrespondidasafirmativamente.

La Biblia fue escritadentro de ciertas formasculturales. Muchas de suspáginasseescribieronenunasociedad patriarcal, en unaatmósfera de prejuiciosrespecto a la mujer. Es unhechoconocidoque, tantoen

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elmundogrecorromanocomoen el mundo bíblico, poraquel entonces la mujerestaba marginada. En esecontexto,noeradebuentonoque un escritor destacara laactuación brillante de unamujer. Si no fuera por eseprejuicio, ¡de cuántasmaravillas no nos hablaría ellibro de los Hechos,maravillas silenciosamenterealizadasporlaMadre…!

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Alláentrelosañosnoventaynoventa y cinco, cuando el«hijo» Juan tenía más deochenta años, recordaba unahistoria ya lejana perosiempreemocionante.

En el momentoculminante, desde la cruz,Alguienlediounencargoconcarácter de última voluntad:

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Juan, cuida con cariño demimadre, ¡hazlo en recuerdomío! Quiso decirle muchomás que eso, pero tambiéneso. Desde entonces pasaronmuchos años… Pero ahorasólorecordabaque«laacogióen su casa».Nadamás. Perocuánta vida encierran esasbreves palabras. Cuántosignifican.

¿Cómo fue aquella vida?¿Cuál era la altura y la

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profundidad de la comuniónentre estos dos seresexcepcionales?

A Juan ya lo conocemos.Su alma se transparenta ensus escritos como un espejo:ardientecomoelfuego,suavecomo la brisa. Juan es unhombrecariñoso,deesaclasede personas a las que lasoledad las abate y en laintimidad se abren como unaflor. A María ya la

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conocemos: silenciosa comolapaz, atenta comounvigía,abiertacomounamadre.

A mí me parece quenunca se dio en este mundouna relación de tanta bellezaentre dos personas. ¿Cómofue aquello? ¿Quién cuidabaa quién: el hijo a lamadre ola madre al hijo? Existenciertas palabras en eldiccionario que, de tantorepetirse, pierden el encanto.

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Esas palabras, en estarelación entre María y Juan,recuperaron su frescuraoriginal: cariño, delicadeza,cuidado, veneración… Todoesoymuchomásfuetejiendola intimidad envolventedentro de la cual vivieronestos dos privilegiados. Fuealgoinefable.

Cuando ellos doshablabandeJesús,yevocabacada cual sus recuerdos

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personales, y en esameditación a dos esas dosalmaspenetrantesy ardientescomenzabananavegaren lasaguas profundas del misteriotrascendente del SeñorJesucristo…, aquello debióseralgonunca imaginado.ElEvangeliodeJuan¿noseráelfruto lejano de la reflexiónteológicaentreMaríayJuan?

¡Cómo sería el cuidado yla atenciónde Juan sobre los

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últimosañosde lavidade laMadre, cuando sus fuerzasdeclinabannotoriamentey suespíritutocabalasalturasmásaltas…! ¡Cómo sería elsuspenso,lapenay…(¿cómodecir?) casi adoración,cuandoJuanasistióaltránsitoinefable de laMadre y cerrósusojos!

Juan fue, seguramente, elprimero en experimentaraquello que nosotros

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llamamos la devoción aMaría: amor filial,admiración, disponibilidad,fe…

ElEspírituSantoNo sé qué tiene María.

Allá donde ella se hacepresente se da una presenciaclamorosadelEspírituSanto.EstoacontecedesdeeldíadelaEncarnación.Aqueldía—yonosécómoexplicar—fue

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la«Persona»delEspírituSanto la que tomó

posesióntotaldeluniversodeMaría. Desde aquel día, lapresencia de Maríadesencadena una irradiaciónespectacular del EspírituSanto.

Cuando Isabel escuchó el¡hola,buenosdías!deMaría,automáticamente «quedóllena del Espíritu Santo» (Lc1,41).CuandolapobreMadre

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estaba en el templo, con elniñoenlosbrazos,esperandosu turno para el rito de lapresentación, el EspírituSantoseapoderódelancianoSimeón para decir palabrasproféticasydesconcertantes.

En la mañana dePentecostés, cuando elEspíritu Santo irrumpióviolentamente, con fuego ytemblor de tierra, sobre elgrupo de los comprometidos,

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¿acaso no estaba este grupopresidido por la Madre? (He1,14). No sé qué relaciónexiste: pero algún parentescomisterioso y profundo se daentreestasdos«personas».

El libro de los Hechosrecibe el nombre de«Evangelio del EspírituSanto», y con razón. Esimpresionante. No haycapítulo donde no semencione al Espíritu Santo

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tres o cuatro veces. En estelibro se describen losprimeros pasos. ¿No esverdad que esa Iglesianaciente,queestabapresididapor la presencia invisible delEspíritu Santo, estabatambién presidida por lapresencia silenciosa de laMadre, como hemos vistomásarriba?

En todo caso, si losapóstolesrecibierontodoslos

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dones del Espíritu en aquelamanecer de Pentecostés,podremos imaginar quéplenitud recibiría aquella queantes recibiera la Presenciapersonal y fecundante delEspíritu Santo. La audacia yla fortaleza con las que sedesenvuelve la Iglesia en susprimeros días, ¿no sería unaparticipaciónde losdonesdelaMadre?

De verdad, el título más

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preciso que se le ha dado aMaría es éste: Madre de laIglesia.Conestasreflexiones,llegamosacomprenderloquenos dice la investigaciónhistórica:

—María dejó en el almade la Iglesia primitiva unaimpresiónimborrable.

—La Iglesia sintió desdeel primer momento una vivasimpatía por la Madre y larodeódecariñoyveneración.

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—ElcultoyladevociónaMaría se remonta a lasprimeras palpitaciones de laIglesianaciente.

«Unaexégesisqueve,oyeyentiende loscomienzos, atestiguala veneración y laalegría que entonces,ysiempreenaumento,se han sentido porella».

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Capítulosegundo

PEREGRINACION

Avanzó en la

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peregrinación de laFe (LG 56)

Abandónate ensilencio al Señor, y

pon tu confianzaen El (Sal 36)

1.Eterno

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caminar

Creer es entregarse.Entregarse es caminarincesantementetraselRostrodel Señor. Abraham es uneterno caminante endirección de una Patriasoberana, y tal Patria no essinoelmismoDios.Creerespartirsiempre.

Antesdeentraraestudiarla fe de María, voy a hacer

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aquíunaampliareflexión,nosobre la naturaleza de la fe,sino sobre las alternativas desu vivencia. En una palabra,lafecomovivenciadeDios.

No hay en este mundocosamásfácilquemanipularconceptos sobre Dios y, conesos conceptos, construirfantásticoscastillosenelaire.Ynohayenestemundocosamás difícil que llegar alencuentro del mismísimo

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Dios, que siempre está másallá de las palabras y de losconceptos. Para ello esprecisoatravesarelbosquedela confusión, el mar de ladispersión y la oscuridadinquebrantable de la noche.Y,deestamanera,llegaralaclaridaddelMisterio.

ElMisteriodeDiosDios es impalpable como

una sombra y, al mismo

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tiempo, sólido como unaroca. El Padre eseminentementeMisterio,y elmisterionosedejaatraparnianalizar. El misterio,simplemente, se acepta ensilencio.

Diosnoestáalalcancedenuestramano, como lamanode un amigo que podemosapretar con emoción. Nopodemos manejar a Dioscomo quien manipula un

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libro, una pluma o un reloj.No podemos decir: Señormío,venestanocheconmigo,mañana puedes irte. No lopodemosmanipular.

Dios es esencialmentedesconcertante porque esesencialmentegratuidad.Yelprimer acto de la fe consisteen aceptar esa gratuidad delSeñorDios. Por eso, la fe eslevantarse siempre y partirsiempre para buscar un

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Alguien cuya mano nuncaestrecharemos. Y el segundoacto de la fe consiste enaceptar con paz esa vivafrustración.

Pero si el Padre es unmisterio inaccesible, estambién un misteriofascinante. Si alguno se leaproxima mucho, ilumina y

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calienta. Pero si se leaproxima más todavía,entonces incendia. La Bibliaes un bosque de hombresincendiados.

Nose lepuedemirara lacara, dice la Biblia. En otraspalabras, Dios no puede serdominado intelectualmentemientrasestamoserrantesporel mundo. Tampoco se lepuedeposeervitalmente.Esosólo será posible cuando

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hayamos rebasado lasfronteras de la muerte. Encuanto somos caminantes, siuna persona consiguiera«mirarlo a la cara», esapersona moriría (Ex 33,19-23).

Hablandoconotraspalabras,el Señor Dios no puedeentrar en el proceso normal

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del conocimiento humano.Todas las palabras queaplicamos al Señor paraentenderlo,mejordicho,paraentendernos acerca de quiénes el Señor Dios, sonsemejanzas, analogías,aproximaciones. Porejemplo,cuandodecimosqueDiosespadretendríamosqueagregar inmediatamente queno es exactamente padre. Esmásquepadre;mejor,esotra

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cosaquepadre.Así,porejemplo,nosotros

sabemos qué significa en ellenguaje humano la palabrapersona. Para entendernosquién o cómo es nuestroDios, tomamos el contenidode la palabra persona,transportamos ese contenido,lo aplicamos a Dios ydecimos: Dios es persona.Pero Dios es Otra Cosa. Enunapalabra,Diosnocabeen

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las palabras. Todas laspalabras referentes a Eltendrían que ir en negativo:así, por ejemplo, inmenso,infinito, invisible, inefable,incomparable… Eso quieredecir laBibliacuandoafirmaquenoselepuede«miraralacara».

De modo que nuestroDiosestásiempremásalládelas palabras y también denuestros conceptos. El es

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absolutamente otra cosa, oabsolutamente absoluto.Hablandoconexactitud,Diosno puede ser objeto deintelección sino objeto de fe.Esto quiere decir que a Diosnoseleentiende,seleacoge.Ysiseleacogederodillas,sele«entiende»mejor.

Sabemos que el Padre

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siempre está con nosotros,peronuncanosdarálamano,nadiemirará a sus ojos. Soncomparaciones. En palabrasmás simples, se quiere decir—repetimos— que el Padrees absolutamente diferente<le nuestras percepciones,concepciones, ideas yexpresiones… Se quieredecir que una cosa es lapalabra Dios y otra cosa esDiosmismo.Queremosdecir

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que nunca las palabrasabarcarán la inmensidad,amplitud y profundidad delmisterio total de nuestroqueridoPadre.

Poreso,enlaBibliaDioses aquel que no se le puedenombrar. Existen trespreguntasque,enelcontextobíblico, encierran idénticocontenido:¿quiéneres?,¿quéeres?,¿cómotellamas?Enlamontaña, Moisés pregunta a

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Dios por sunombre. Y Diosresponde con el ser. ¿Cómotellamas?Soyloquesoy(Ex3,14). Dios respondeevasivamente. El es,exactamente, el Sin Nombre,el Inefable. De esta manera,la Biblia expresaadmirablemente latrascendencia de Dios. Enotro momento, alpreguntársele a Dios por sunombre, El responde

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significativamente: «¿Paraquéquieressaberminombre?Es misterioso» (Jue 13,18-20).

Nuestra vidade creyentes esun caminar por el mundobuscando el misterio delPadre entre penumbras. Enestatierrapodemosencontrarhuellas borrosas de Él, pero

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nuncasucara.Las estrellas fulgurantes,

en una noche profunda,puedenevocarelmisteriodelPadre, pero el Padre mismoestá mucho más allá de lasestrellasymuchomásacá.Lamúsica,lasflores,lospájarospueden evocar a Dios. PeroDiosmismo está mucho másalládetodoeso.

Nunca nadie vivió contanta familiaridad con todas

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las hermanas criaturas comoFrancisco de Asís. Todas lascriaturaseranparaélteofaníaotransparenciadeDios.Perocuando Francisco queríaencontrarseconelmismísimoDios, él se metía en lascavernassolitariasyoscuras.

HuellasDiosestá,pues,másalláy

por encima de nuestras

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dialécticas, procesosmentales, representacionesintelectuales, inducciones ydeducciones.Poreso,nuestrafe es una peregrinación,porque tenemos que seguirbuscando el rostro del Padreentresombrasprofundas.

Avecesvemoslashuellasdeunospiesquepasaronporesta arena y decimos: poraquípasóunapersona.Hastapodemos añadir: era un

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adulto, era un niño. Son losvestigios. Nosotros, de estamanera, vamos descubriendoel misterio de Dios sobre latierra. Otras veces loconocemospordeduccionesydecimos: esto no tieneexplicación posible si noadmitimos una inteligenciacreadora. Nuestro caminarpor el mundo de la fe es,pues, por las veredas de lasanalogías, evocaciones y

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deducciones.¿Podrá, alguna vez, un

ciego de nacimiento adivinarel color de una llama defuego? Los colores nuncaentraronensumente.Poresono sabrá identificar,reconocer y discernir loscolores. Los colores lotrascienden. ¿Podrá la retinacaptar alguna vez el máspequeñofulgordelamajestadde Dios? El no puede entrar

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ennuestro juego, en la ruedade nuestros sentidos. El estápor encima. Está en otraórbita. Nos trasciende.Nuestro Padre es un Diosinmortal y vivo sobre el quenuncacaeránnilanochenilamuerte ni la mentira. Nuncaserá alcanzadopor el sonido,la luz, el perfume y lasdimensiones.

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No puede ser conquistadopor las armas de lainteligencia. Conquistar aDios consiste en dejarseconquistarporEl.ADios selepuede asumir, se lepuedeacoger. En una palabra, elSeñor Dios es,fundamentalmente, objetodefe. No podemos «agarrar» aDios,esimposibledominarlointelectualmente. Somos

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caminantes. Siemprepartimosynuncallegamos.

Poreso,paraloshombresde la Biblia Dios no es undivertimiento intelectual. Esun Alguien que producetensión, genera drama. Elhombre en la Biblia siempreluchó con Dios. Y, ¡ohcontraste!, para triunfar eneste singular combate esprecisopermitirseratacadoyvencido, como Jacob en

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aquellanoche.Debido a eso, el Señor

Dios siempre llama a sushombres para ese combate alas soledades de lasmontañas, desiertos ycavernas: alSinaí, al torrenteQuerit, alMonteCarmelo, almontedelosOlivos,almonteAlvernia, a la cueva deManresa…

Insatisfacciónynostalgia

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Hubo Alguien que llegó

de la Casa del Padre y nosdijoqueelPadreescomounaesmeralda que despide unaluzdiferenteanuestra luz.Yes de tal resplandor que valelapenavendertodaslascosasparapoder poseer ese tesoro.Y delante de nuestros ojosasombrados,elEnviadoJesúsnos presentó al Padre comoun crepúsculo bellísimo,

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como un amanecerresplandeciente, y encendióen nuestros corazones lahoguera de una infinitanostalgiaporEl.

Y vino a decirnos que elPadre esmuchomás grande,admirable, magnífico eincomparablequetodoloquenosotros podíamos pensar,soñar, concebir o imaginar.«Los ojos nunca vieron, losoídosnooyeronyelcorazón

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humano jamás podráimaginar lo que Dios tienepreparado para los que leaman» (1 Cor 2,9). Todo elque es devorado por lanostalgia,esuncaminante.

Incluso antes de venirJesús, Dios había cortado alhombre a su propia medida.Colocó una marca de símismo en nuestro interior.Nos hizo como un pozo deinfinita profundidad que sólo

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un Infinito puede llenar.Todas las facultades ysentidos del hombre puedenestar satisfechos, pero elhombre siempre quedainsatisfecho. El insatisfechoestambiénuncaminante.

El hombre es un ser

extraño entre los seres de lacreación.Nossentimoscomoeternos exilados, devoradospor la nostalgia infinita por

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unAlguienquenuncahemosvisto, por una Patria quenunca hemos habitado.¡Extrañanostalgia!

En tanto la piedra, elroble o el águila se sientenplenosynoaspiranamás,elhombre es el único ser de lacreación que puede sentirseinsatisfecho, frustrado.Debajo de nuestrassatisfaccionesardelahoguerade una profunda

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insatisfacción. Ella, a veces,es como el fuegosemiapagado debajo de laceniza gris. Otras veces setransforma en una llamadevoradora. Esainsatisfacción es la otra carade lanostalgiadeDiosynostorna en caminantes quebuscan el Rostro del Padre.Esa insatisfacción es para elhombre la maldición y labendición.

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¿Qué es el hombre? Escomounallamaviva,erguidahacia las estrellas, siempredispuesto a levantar unosbrazos para suspirar: «¡OhPadre!» Como un niño quesiempre grita: «Tengohambre, tengo sed.» Siempresueñaentierrasqueestánmásalládenuestroshorizontes,enastros encendidos que estánmás allá de nuestras noches.Un «peregrino de lo

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Absoluto», como diría LeónBloy.

DesiertoCreer es, pues, un eterno

caminarporlascallesoscurasycasisiemprevacías,porqueel Padre está siempre entresombrasespesas.Lafeesesoprecisamente: peregrinar,subir, llorar, dudar, esperar,caer y levantarse, y siemprecaminar como los seres

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errantes que no saben dóndedormirán hoy y qué comeránmañana. Como Abraham,como Israel, como Elías,comoMaría.

Símbolo de esa fe fue latravesíaquehizoIsraeldesdeEgipto hasta la tierra deCanaán.Esedesierto,quelosblindados modernos hoy díacruzan en pocas horas, paraIsrael fueron 40 años dearenas, hambre, sed, sol,

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agoníaymuerte.IsraelsaliódeEgiptoyse

internó en el desierto, entremontañas de roca y arena.Había días en que laesperanza, para Israel, estabamuerta y los horizontescerrados. Entonces Diostomaba la forma de unasombra dulcísima, en formadenubequeloscubríacontralos rayos hirientes yquemantes del sol. A veces,

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enestaperegrinación,Diosesasí: cuando su rostro setransforma en presencia nohayenelmundodulzuramásgrandequeDios.

Otrasveces,paraIsraellanoche era negra y pesada,sentían miedo y no veíannada.Dios entonces se hacíapresencia en forma de unaantorcha de estrellas, y lanoche brillaba como elmediodía, y el desierto se

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transformabaenoasis.Perolaperegrinación, normalmente,esdesierto.

Así acontece también en

nuestra propia peregrinación.Avecestenemoslaimpresiónde que nada depende denosotros.Derepenteardenlasprimaverasyresplandecenlosdías. Al atardecer negrasnubes cubren el cielo, y denoche el firmamento queda

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sinestrellas.Así va nuestra vida. Hoy

nos sentimos seguros yfelices porque la sonrisa deDios brilla sobre nosotros.Hoy la tentaciónnonosvaadoblegar.Mañanaseescondeel sol del Padre y nossentimos frágiles como unacaña y cualquier cosa nosirrita. Nos devora la envidia.Tenemosganasdemorir.Nossentimos como hijos infieles

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e infelices que gritan: «¡OhPadre, ven pronto, tómanosdelamano!»

En esta vida de fe, paralos peregrinos que buscandeverdad el rostro de Dios, nohaycosamáspesada■que laausencia del Padre—aunqueparaelojodelafe,queveloesencial, El siempre estápresente—.Ynohaydulzuramás embriagadora quecuando el rostro del Padre

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comienza a asomarse detrásdelasnubes.

Crisis

/

En Cadesh Barne fueatrapado Israel entre la arenayelsilencio.Experimentódecercaqueeldesiertopodíasersu tumba. A su alrededor selevantaron, altas yamenazadoras, las sombras

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del desaliento, del miedo ydel deseo de volver atrás.Cayó sobre ellos el silenciode Dios, como la presión decincuenta atmósferas.Asustados, los peregrinos dela fe comenzaron a gritar:«Moisés, ¿dónde está Dios?¿Está o no está, realmente,Dios con nosotros?» (Ex17,7).

Cuando los discípulosescucharon las palabras de

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Jesús referentes a laEucaristía, a ellos lesparecieron palabras de undemente. ¿Quién puedecomer carne humana? Ydijeron: esto es insoportable,«dura es esta palabra», elmaestrohaperdidolacabeza,¡vámonos!Y lo abandonaron(Jn6,66).

Abraham,GedeónyotroscombatientesdeDios,cuandono sienten a su derredormás

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que oscuridad, silencio yvacío, buscanimpacientemente unagarradero sólido, porquetienen la impresióndepalparsombras,navegandoenaguassubjetivas. Y piden a Diosunamano para no naufragar,una«señal»paranosucumbir(Gén 15,8; Jue 6,17; 1 Sam10,1-7).

Así es ennuestravida.Aveces nos sentimos como

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niños perdidos en la noche.Cae el desaliento y elmiedosobre nuestras almas. Nossentimos abandonados,solitarios. Comenzamos adudar si detrás del silencioestará realmente el Padrejuntoanosotros.Entramosencrisis y comenzamos apreguntarnos si las palabrascontienen alguna sustancia.Vivir la fe es unaperegrinaciónfatigante,como

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latravesíadeunanoche.AmanecerPero llegará el día de

nuestra muerte. En ese díaacabará la peregrinación,llegará la liberación, ycontemplaremos eternamenteel rostro del Padre,resplandeciente.

La fe morirá, como unviejo candil cuya luz ya nonecesitamos. Morirá también

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la esperanza, como una navepoderosa y esbelta que nostrajo, navegando a través deolas, noches y tormentas,hasta el puerto prometido.Ahora tenemos queinternarnos tierra adentro,cadavezmása fondo,en lasregiones infinitas deDios.Ylanavequedaráahí.

YsóloquedaelAmor, la

Vida, la Patria infinita de

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Dios.Ahora restaVivir,parasiempre, sumergidos,invadidos y compenetradospor el resplandor de unaPresenciaque todo locubriráy todo lo llenará, yrepetiremoseternamente:¡OhPadre infinitamente amante einfinitamente amado! Estaspalabrasnuncaenvejecerán.

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2.Feliz tú,porque creíste

LavidadeMaríanofueuna«tournée» turística. En unajira turística sabemos enquérestaurante comeremos hoy,enquéhoteldormiremosestanoche, qué museosvisitaremos mañana. Todoestá previsto y no hay lugarparasorpresas.

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No fue así en la vida deMaría.LaMadretambiénfuecaminante. Recorrió nuestraspropiasrutas,yensucaminarexistieron las característicastípicas de una peregrinación:sobresaltos, confusión,perplejidad, sorpresa, miedo,fatiga… Sobre todo,existieron interrogantes: ¿quées esto?, ¿será verdad?, ¿yahora qué haremos? No veonada.Todoestáoscuro.

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Entrepenumbras

«Su padre y sumadre estabanadmirados de lascosasquesedecíandeél»(Lc2,33).

«Pero ellos noentendieron larespuestaquelesdio»

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(Lc2,50).

DesdelosdíasdeMoisés,había una ordenación segúnla cual todo primogénitomasculino—«dehombreodeanimal»— era propiedadespecial del Señor. Elprimogénito animal eraofrecido en sacrificio, y elprimogénito hombre erarescatado por sus padres enun precio estipulado por la

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ley, Según esas mismasordenacioneslevíticas,queseremontaban a los días deldesierto, la mujer que habíadadoaluzquedaba«impura»porunperíododeterminadoytenía que presentarse en eltemplo para ser declarada«pura» por el sacerdote queestabadeturnoenelservicio.

Estaba,pues,Maríaconelniño en los brazos en eltemplo de Jerusalén, junto a

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lapuertadeNicanor,enelalaeste del atrio de lasmujeres.Impulsado por el EspírituSanto, se presentó allí enmediodelgrupounvenerableanciano. Su vida había sidouna llama sostenida por laesperanza. Esa vida estaba apuntodeextinguirse.

El venerable ancianotomóalniñodelosbrazosdesumadre,ydirigiéndosealosperegrinos y devotos, les

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hablóunaspalabras extrañas:«¡Adoradores de Yavé! Estequeveisaquí, enmisbrazos,éste es elEsperadode Israel.Es la luz que brillará sobretodas las naciones. Serábandera de contradicción.Todos tomarán partido frenteaEl, unos a favoryotros encontra. Habrá resurrección ymuerte, ruina y restauración.Y ahora, ya se pueden cerrarmis ojos; ya puedo morir en

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paz, porque se colmaronmisesperanzas.»

¿Cuál fue la reacción deMaríaanteestaspalabras?LaMadre quedó muda,«admirada» por todo aquelloque sedecía (Lc2,33).Todole parecía tan extraño.¿Estaba admirada? Señal dequealgoignorabaydequenoentendía todo, respecto almisterio de Jesús. Laadmiración es una reacción

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psicológica de sorpresa antealgo desconocido einesperado.

Anteriormente habíasucedido un episodiosemejante. Fue una noche degloria.Unospastores estabande turno guardando susovejas. Sorpresivamente, unresplandor divino losenvolvió como una luz,vieron y oyeron cosas nuncaimaginadas. Se les dijo que

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había llegado el Esperado yque por eso había alegría ycanto. Se les convidó a quehicieran una visita decortesía; y los signos paraidentificar al Esperado yallegado serían éstos: unpesebre y unos pañales (Lc2,8-16).

Marcharon rápidamenteyencontraronaMaría,JoséyelNiño. Y les contaron lo quehabían presenciado aquella

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noche.Y el evangelista agrega:

«Y todos los que los oyeronse admiraban de lo quedecían»(Lc2,18).

Otra vez fueron días de

agitación y sobresalto,buscando al niño durantevarios días. Por fin loencontraron en el templo. LaMadre tuvo una descargaemocional, un «¿qué hiciste

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con nosotros?» que fue laválvula de escape para laenergía nerviosa acumuladaduranteaquellosdías.

La respuesta del niño fueseca, cortante y distante:«¿Por qué os preocupáis demí? Una gran distancia mesepara de vosotros. ¡Mipadre!,miPadreesparamílaúnica ocupación ypreocupación.» Fue unaverdadera declaración de

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independencia:comprometido, única ytotalmente,conelPadre.

¿Qué hizoMaría? Quedóparalizada, sin entender nada(Lc 2,50), navegando en unmar de oscuridad, pensando,esosí,quéquerríansignificaraquellas palabras y, sobretodo,esaactitud.

Estas tres escenasestán indicando

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claramente que loshechos y palabras deJesús, es decir, sunaturalezatrascendente, no fueenteramentecomprendida por laMadreo,almenos,noinmediatamenteasimilada.

La informaciónsobrelaextrañeza(Lc2,18; 2,33) e

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ignorancia (Lc 2,50)de María, no pudosalirsinodelamismaboca de María. Lacomunidad, que laveneraba tanto, jamáshubiera dicho por supropia cuenta noticiasque menoscabaran laalturayveneracióndela Madre. Esto estásignificando que esainformación se ajusta

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rigurosamente a laobjetividadhistóricayque —la información— solamente pudohaber salido de loslabiosdelaSeñora.

Entre paréntesis,la escena resultaprofundamenteemocionante: laMadre, en el seno dela comunidad,explicandoaungrupo

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de discípulos, connaturalidad yobjetividad, que talespalabras no lasentendió, que talesotras le resultabansorprendentes… LaMadre fueconmovedoramentehumilde. María fue,fundamentalmente,humildad.

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No es exacto decir queMaría fue invadida por unapoderosa infusión de ciencia.Y que por la vía depermanentes y excepcionalesgratuidades se le eclipsarontodas las sombras, se ledescorrierontodoslosvelosyse le abrieron todos loshorizontes. O que desdepequeña sabía todo loreferente a la historia de lasalvación v a la persona y

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destinodeJesús.Estoestácontraeltextoy

contextoevangélicos.Aquí está la razón por la

quemuchos fieles sienten un«no sé qué» respecto deMaría.Laidealizarontanto,lamitificaronylacolocarontanfuera de nuestro alcance, tanfuera de nuestros caminos,que mucha gente sentía, sinsaber explicarse, íntimasreservas frente a aquella

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mujermágica,excesivamenteidealizada.

La vida de María no fueturismo. Igual que todosnosotros, también ella fuedescubriendo el misterio deJesucristoconlaactitudtípicade los Pobres de Dios:abandono,búsquedahumilde,disponibilidad confiante.También la Madre fueperegrinando entre callesvacías y valles oscuros,

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buscando paulatinamente elrostroylavoluntaddelPadre.Igualquenosotros.

En el Evangelio de Marcoshayunextrañoepisodiollenode misterio. El contexto deese relato parecería indicarquelaMadrenoentendíaconsuficiente claridad lapersonalidad y destino de

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Jesús, al menos en esosprimeros tiempos deevangelización. ¿Quéaconteció?

Por los tres primeroscapítulos de Marcospodríamos deducir que laactuación inicial de Jesússobre las ciudades de laGalilea fue deslumbrante.Esto produjo una vivadiscusión y una consiguientedivisión respecto de Jesús

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entre los judíos y tambiénentresusparientes(Jn10,19).

No cabe duda de queJesús resultaba unapersonalidad extraña,inclusive para sus propiosparientes,hasta llegaradecirque había perdido la cabeza(Me 3,21) en vista de lapotencia de sus prodigios ypalabras. El hecho es que unbuen día sus parientesdecidieron hacerse cargo de

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élpara llevarloacasa.Porelcontexto general del capítulo3 de Marcos, se podríadeducir que quien presidíaaquel grupo de parientes quequeríarecogerloeralamismaMaría(Me3,20-22;3,31-35).

Por la naturalezapsicológica de esaactitud, podríamosconcluir que por estetiempoMaríanoteníaun conocimiento

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exacto sobre lanaturaleza de Jesús.¿De qué se tratabarealmente? ¿AcasoMaría participaba enalgún grado de aqueldesconcierto de losparientes debido a lamanifestaciónpoderosa de Jesús?¿También María eradelaspersonasqueloquerían recoger y

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llevar a casa o,simplemente, queríacuidarlo porque Jesús«no tenía tiempo nipara comer»? (Me3,20).

Una vez másllegamos a la mismaconclusión. Maríarecorrió nuestroscaminos de fe.También ella fuebuscando, entre

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sombras, el verdaderorostrodeJesús.

En las bodas deCaná observamos queMaría ya ha dadopasos definitivos’ enel conocimiento delmisterio profundo deJesús. En su primerareacción María semovió en una órbitameramente humana.

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Ella sepresenta comouna madre que tieneascendiente sobre elhijo, se siente encomunión con él yprocede como quiense siente seguro deconseguir un granfavor.

«María cree queviveencomuniónconsu Hijo, pero seencuentrasolitaria.

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Luego, al versefuera de aquellacomunión, entra enuna nueva relacióncon El, en lacomunión de la fe:"Haced lo que El osdiga.” No importa loque ella diga sino loque El diga, aunqueMaría no conocetodavía la decisión deJesús».

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Para este momento yatodoestabaclaroparaMaría.No importa que su gloriamaterna haya quedadogolpeada. En este momento,MaríayasabequeparaJesústodoesposible;conceptoquelaBiblia lo reserva sóloparaDios.

Significativamente Juanagrega que, después de esteepisodio,MaríabajóconElaCafarnaúm (Jn 2,12). ¿Qué

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significa esto? ¿Que Maríadeja de ser madre paracomenzar a ser discípula?¿Significa que a lamadre, alver aquel prodigio, se leahuyentaron todas lassombras, que superó aquelalternar entre claridades yoscuridades, y que entródefinitivamenteenlaclaridadtotal?

Entre la luz y la

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oscuridad¿Quéexisteentrela luzy

la oscuridad? La penumbra,quenoessinounamezcladelucesysombras.Computandolos textos evangélicos, esofue la vida de María: unanavegación en un mar delucesysombras.

En el día de laanunciación, si nos atenemosa las palabras que sepronunciaronentonces,María

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tenía conocimiento completoy cabal de Aquel queflorecería en su silenciososeno, Jesús: «Será grande;será llamado Hijo delAltísimo; su reino no tendráfin»(Lc1,32).

Seguramente laespléndidavisitacióndeDiosen este día arrastró unainfusión extraordinaria delucesyciencia.Sobretodoesseguro que la inundación

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personal y fecundante delEspíritu Santo fueacompañadadelaplenituddesus dones, particularmentedel espíritu de sabiduría einteligencia. A la luzpenetrante de esa presenciaúnica del Espíritu Santo enestedía,Maríaveíatodomuyclaro.

En contraste conesto, por los textosque acabamos de

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analizararriba,vemosque María más tardeno entendía algunascosas y se extrañabade otras. Ahora bien,si en el día de laanunciación Maríacomprendiócompletamente larealidad de Jesús, yluego, al parecer, noentendía esa mismarealidad,¿quésucedió

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en medio? ¿Acasoexiste algunacontradicción? ¿Huboinformacióndeficientepara el evangelistaredactor?

Paramí,esefondooscuro ycontradictorio estálleno de grandezahumana. Y desde esaoscuridad, Maríaemerge más brillante

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que nunca. La Madreno fue ningúndemiurgo,esdecir,unfenómeno extrañoentre diosa y mujer.Fueunacriaturacomonosotros; una criaturaexcepcional,esosí—pero no, porexcepcional,dejabadeser criatura—, y querecorrió todosnuestros caminos

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humanos, con susemergencias yencrucijadas.

EsprecisometeraMaría en nuestroproceso humano. Loque nos acontece anosotros pudo haberacontecido a ella,salvando siempre sualta fidelidadalSeñorDios.

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¿Qué sucede entrenosotros? Pensemos, porejemplo,enlosconsagradosaDios por el sacerdocio o lavida religiosa. Un día, allálejos, en la flor de sujuventud, experimentaronvivamente la seducciónirresistible de Jesucristo. Enaquellosdías,laevidenciaeracomo un mediodía azul: eraDios quien llamaba, yllamaba para la misión más

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sublime.Esoeratanclaroquese embarcaron con Jesucristoenlaaventuramásfascinante.

Pasaron muchos años. Ycuántos de aquellosconsagrados viven confusoshoy día, piensan que Diosnunca los llamó, que la vidaconsagrada ya no tienesentido.¿Cómoloqueundíaera espada fulgurante puedeparecemos hoy hierrooxidado? Es preciso pisar

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tierrafirme:somosasí.Se casaron. El decía que

no había en el firmamentoestrella tan espléndida comoella.Elladecíaque,niconlalinterna de Diógenes, seencontraría en el mundoejemplar humano como él.Todos decían que el unohabíanacidoparaelotro.Porunos años fueron felices.Después la rutina penetró ensus vidas como sombra

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maldita. Hoy arrastran unaexistencia lánguida. Los dospiensanquedebieranhabersecasado con otro consorte.¿Cómo puede ser que lo queun día era luz hoy seasombra? Es preciso partir deahí: así somos. No somosgeometría. El ser humano noestá constituido de líneasrectas.

Somos así: unas pocasseguridadesyunamontañade

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inseguridades.Por lamañanavemos claro, al mediodíadudamos y por la tarde todoestá oscuro. Un año nosadherimosaunacausa,yotroaño, decepcionados,desertamosdelamisma.

Por esta línea humana,ondulante y oscilante,podríamos explicarnos el

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hecho de que María veíaclaro en una épocadeterminaday,alparecer,noveíatanclaroenotraépoca.

¿Seríadeshonrosopara laMadre pensar que tambiénella «sintió» el peso delsilencio de Dios? ¿Seríaindecoroso el pensar que fuedominada primeramente porla decepción, después por laconfusión,yfinalmenteporladuda, en un período

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determinadodesuvida?En el día de la

anunciación, por el tonosolemnedeaquellaspalabras,parece que se prometía uncaminar al resplandorinextinguibledeprodigios.Yresulta que, luego, estabasolitaria y abandonada a lahoradedaraluz.Ytuvoquehuir como vulgar fugitivapolítica y vivir bajo cielosextraños. Y durante treinta

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interminables años no huboninguna novedad, sólo reinólamonotoníayelsilencio.

¿A qué atenerse?¿A lo que parecíaprometerse en el díadelaanunciación,oala realidad actual,dura y fría? Laperplejidad¿nohabríaperturbado nunca laserenidaddesualma?Loquenosacontecea

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nosotros, ¿por qué nohabría de acontecerleaella?

Guardaba y meditabaestascosas(Lc2,19)

¿Qué hacía entales apuros? Ellamismanos lodice: seagarrabaalasantiguaspalabras para poderahora mantenerse enpie.

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Aquellas palabras eranlámparas. Esas lámparas lasmantenía La Madreperpetuamente encendidas:lasguardabadiligentementeylas meditaba en su corazón(Lc2,19;2,50).Noeranhojasmuertassinorecuerdosvivos.Cuando los nuevos sucesosresultaban enigmáticos ydesconcertantes, las lámparasencendidas de los antiguosrecuerdos ponían luz en la

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oscuridad perpleja de laactualidad.

Así, la Señora fueavanzando entre lucesantiguas y sombras presenteshasta la claridad total. Losdiferentes textos evangélicos,y su contexto general, estánclaramente indicando que la«comprensión» del misteriotrascendente de Jesús fuerealizándola mediante unainquebrantable adhesión a la

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voluntad de Dios que se ibamanifestando en los nuevosacontecimientos.

Eso mismo ocurre entrenosotros. Muchas almastuvieron en otras épocasvisitaciones gratuitas deDios, experimentaronvivamente su presencia,recibieron gracias infusas y

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gratuidadesextraordinarias,yaquellosmomentosquedaronmarcadoscomoheridasrojasen sus almas. Fueronmomentosembriagadores.

Pasan los años. Dioscalla. Esas almas sonasaltadas por la dispersión ylatentación.Lamonotoníalasinvade. Se prolongaobstinadamenteelsilenciodeDios. Tienen que agarrarse,casi desesperadamente, al

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recuerdo de aquellasexperiencias vivas para nosucumbirahora.

La grandeza deMaría noestá en imaginarse que ellanunca fue asaltada por laconfusión. Está en quecuandonoentiendealgo,ellano reacciona angustiada,impaciente,irritada,ansiosaoasustada.

Por ejemplo,María no seenfrenta con elmuchacho de

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12 años: «Hijo mío, noentiendo nada, ¿quéacontece? Por favor,explícame, rápido, elsignificado de esa actitud.»María no dice a Simeón:«Venerable anciano, ¿quésignifica eso de la espada?¿Por qué este niño tiene queser bandera decontradicción?»

En lugar de eso, toma laactitudtípicadelosPobresde

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Dios: llena de paz, pacienciay dulzura, toma las palabras,seencierra sobre símisma,yqueda interiorizada,pensando:¿Quéquerrándecirestas palabras? ¿Cuál será lavoluntad de Dios en todoesto?LaMadreescomoesasfloresquecuandodesaparecela claridad del sol se cierransobre sí mismas; así ella serepliegaensuinteriory,llenadepaz,vaidentificándosecon

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lavoluntaddesconcertantedeDios, aceptando el misteriodelavida.

De repentetambién nosotros nosparecemos a lascriaturas de PrometeoEmergenciasdolorosas nosenvuelven y se nosenroscan comoserpientesimplacables.

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Todo parece fatalidadciega. Sucesivas desgraciascaensobrenosotroscontantasorpresa comobrutalidad.Latraición nos acecha detrás delas sombras, y ¿quién iba apensar?, en lapropia casa.Avecesseexperimentalafatigade la vida y hasta ganas demorir.

¿Qué se consigue conresistir los imposibles? Enesos momentos nos

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corresponde actuar comoMaría:cerrarlabocayquedarenpaz.Nosotrosno sabemosnada. El Padre sabe todo. Sípodemos hacer algo paramudar la cadena de lossucesos, hagámoslo. Pero,¿para qué luchar contra lasrealidades que nosotros nopodemoscambiar?

La Madre puedepresentarse diciéndonos:«Hijos míos: Yo soy el

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camino. Venid detrás de mí.Haced lo que yo hice.Recorred lamismarutadefequeyorecorríyperteneceréisal pueblo de lasbienaventuranzas:¡Feliceslosque,enmediodelaoscuridadde una noche, creyeron en elresplandordelaluz!»

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3- Hacia elinterior deMaría

EntregarseCreeresconfiar.Creeres

permitir.Creer,sobretodo,esadherirse, entregarse. En unapalabra, creer es amar. ¿Quévale un silogismo intelectualsi no alcanza ni comprometela vida? Es como una

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partiturasinmelodía.Creer es «caminar en la

presencia de Dios» (Gén17,1). La fe es, al mismotiempo,unactoyunaactitudque agarra, envuelve ypenetra todo cuanto es lapersona humana: suconfianza, su fidelidad, suasentimiento intelectual y suadhesión emocional.Compromete la historiaentera de una persona: con

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sus criterios, actitudes,conducta general einspiraciónvital.

Todo eso se realizócumplidamente en Abraham,padre y modelo de fe.Abraham recibe una orden:«Sal de tu tierra» (Gén12,1-4) y una promesa: «Te harépadre de un gran pueblo»(Gén 12,1-4). Abrahamcreyó. ¿Qué le significó estecreer? Le significó extender

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unchequeenblancoalSeñor,abrirle un crédito infinito eincondicional, confiar contrael sentido común, esperarcontra toda esperanza,entregarse ciegamente y sincálculos, romper con unainstalación establecida y, asus setenta y cinco años,«ponerse en camino» (Gén12,4) en dirección de unmundo incierto «sin saberadonde iba» (Heb 11,8). Eso

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es creer: entregarseincondicionalmente.

La fe bíblica es eso:adhesiónaDiosmismo.Lafeno indica referenciaprincipalmente a dogmas yverdades sobre Dios. Es unentregarse a su voluntad. Noes, pues, principalmente, unproceso intelectual, un saltarde premisas a conclusiones,un hacer combinacioneslógicas, barajando unos

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cuantos conceptos opresupuestos mentales.Principalmenteesunaactitudvital.

Concretamente se trata,repetimos, de una adhesiónexistencial a la persona deDios y su voluntad. Cuandoexiste esta adhesión integralal misterio de Dios, lasverdadesydogmasreferentesa Dios se aceptan con todanaturalidad y no se producen

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conflictosintelectuales.HombresdefeEn el capítulo once de la

Carta a los hebreos se haceun análisis descriptivo —enciertosentidounpsicoanálisis—delanaturalezavitaldelafe. Es uno de los capítulosmás impresionantes delNuevo Testamento: pareceuna galería de figurasinmortalesquedesfiladelante

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denuestrosojos asombrados.Son figuras egregiasesculpidas por la fe adulta,hombres indestructibles queposeen una envergadurainterior que asombra yespanta, capaces deenfrentarse con situacionessobrehumanas con tal de noapartarsedesuDios.

Estecapítulonosrecuerdaen cada versículo, con un«ritornello obstinato», que

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tanta grandeza se debeexclusivamente a la adhesiónincondicional de estoshombres al Dios vivo yverdadero:enlafe,porlafe,acontecióporsufe,sevuelvearepetirencadamomento.

Aparecen los patriarcas,durmiendo en tiendas decampaña, sobre la arena. Porla fe, viven errantes por undesierto ardiente y hostil.Tienen que habitar siempre

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entierrasextrañas,dondesusmoradores los miran conrecelo(Heb11,8-13).

Por la fe, otros seenfrentaron a las fieras,estrangularon leones,silenciaron la violenciadevoradora de las llamas y,no sé cómo, consiguieronesfumarse cuando la espadaenemiga estaba ya sobre susgargantas. Por la ferecobraron vigor en su

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debilidad, y un puñado dehombres, armados de feadulta, pusieron enhumillante fuga a ejércitospoderososenordendebatalla(Heb11,33-35).

Porlafe,pornoclaudicardesuDios,recibieronenpazy sin resistir la muerteviolenta. Por la fe unosaceptaron en silencio lasinjurias, otros soportaron sinquejarse cuarenta azotes

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menos uno. Por la fe,prefirieronlascadenasdeunaprisión a la libertad de lacalle. Por no separarse de suDios, recibieron una lluvia«lepiedrassinprotestar.

Por la fe, acabaron susvidas, unos partidos pormedio con una sierra y otrospasados a espada. Por noclaudicardesuDiosvivieronerrantesyfugitivos,subiendomontañas, recorriendo

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desiertos, se vistieron conpieles de ovejas y cabras—simulandofigurasalucinantes— para desorientar a losperseguidores,seescondieronen grutas y cavernas,perseguidos, hambrientos,oprimidos y torturados (Heb11,35-39).

Y todo este inolvidableespectáculo se debió a su fe.Pero no a la fe como unplanteamientointelectualoun

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silogismo.Hicierontodoesto,con taldenosepararsedesuDiosvivoyverdadero.Su feeraadhesión,llenadeamorasu Dios. Ni la muerte ni lavida —dirá san Pablo—, nilas autoridades ni las fuerzasde represión, ni enemigosvisibles o invisibles, ni lasalturas ni las profundidades,nadaninadieenesteuniversoserá capaz de apartarme delamorde Jesucristo,miSeñor

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(Rom8,38-40).DeclaraciónA mi entender, las

palabras más preciosas de laEscritura sonéstas:«Heaquíla esclava del Señor; hágaseenmí según su palabra» (Lc1,38).Estadeclaraciónes,porotra parte, la clave pararadiografiarelalmadeMaríay captar sus vibracionesmásíntimas.

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De María sabemos poco,pero sabemos lo suficiente.¡BastaríaaplicaralaMadreelespíritu y alcance de estadeclaración en todos losinstantes de su vida yacertaríamos cuáles eranexactamente sus reaccionesdecadamomento.

LaencantadoraNazaret era una aldea

insignificante en el país del

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norte de la Palestinaseptentrional, con una fuenteen el centro de la población,rodeada de un camporelativamente fértil,resaltando el valle delEsdrelón.

Aquí vivía María. Segúnlos cálculos dePaulGechter,sipartimosdelascostumbresde la Palestina de aquellostiempos,Maríatendríaenestaépoca como unos trece años.

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(Paul Gechter, o. c., 139-143).Nosepuedencompararnuestras muchachas de treceañosconlasmuchachasdelamisma edad de entonces. Laparábola del proceso vitalvaría notablemente según elclima, época, costumbres,índices de crecimiento ylongevidad. Bástenos saber,por ejemplo, que en aquellostiempos la ley considerabanúbilesalasmuchachasalos

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doce años y, generalmente, aesta edad eran prometidas enmatrimonio. En todo casoMaríaeraunajovencita.

A pesar de ser tan joven,las palabras sublimes ysolemnesquelediceelángeldepartedeDios,indicanqueMaría poseía para esta edaduna plenitud interior y unaestabilidad emocional muysuperiores ydesproporcionadas para su

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edad.Enefecto,essignificativo

que en su saludo el ángelomita el nombre propio deMaría. La perífrasisgramatical «llena de gracia»es usada como nombrepropio. Gramaticalmente esun participio perfecto en suforma pasiva, que podríamostraducir algo así como:«¡Buenos días, repleta degracias!» Hablando en

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lenguajemoderno,podríamosusarparaestecasolapalabraencantadora. Significa queDios encontró en MaruTunencanto o simpatía muyespeciales.

Estamos, pues, ante unamuchachaqueha sidoobjetode la predilección divina.Desde los primerosmomentos de su existencia,antesdenacer,fuepreservadadelpecadohereditarioenque

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le correspondía incurrir ysimultáneamentefuecomounjardín esmeradamentecultivadoporelSeñorDioseirrigado con dones, gracias,carismas, ciencia, todo fueradeserie.

Por eso se le comunicaque el «Señor está con ella»,expresión bíblica que indicauna asistencia extraordinariade parte de Dios. Ello, sinembargo, no quiere indicar

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que ese trato excepcional latransformó en una princesaceleste, fuera de nuestraórbita humana. Nuncadebemos perder de vista quela Madre fue una criaturacomo nosotros, aunquetratada de manera especialpor su destino tambiénespecial.

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EntrandoelángelAquí, lo difícil y lo

necesario, tanto para el queescribecomoparaelquelee,es colocarse en estadocontemplativo: es precisodetenerelaliento,producirunsuspenso interioryasomarse,con infinita reverencia, alinteriordeMaría.

La escena de laanunciación está palpitandodeunaconcentradaintimidad.

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Parasabercómofueaquelloyqué aconteció allí, esnecesario sumergirse en esaatmósfera interior, captar,más por intuicióncontemplativa que porintelección,elcontextovitalyla palpitación invisible ysecreta de María. ¿Quésentía? ¿Cómo se sentía, enesemomento,laSeñora?

¿Cómo fue aquello?¿Sucedió en su casa? ¿Quizá

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en el campo? ¿En el cerro?¿En la fuente? ¿Estaba solaMaría? ¿Fue en forma devisión? ¿El ángel estaba enforma humana? ¿Fue unaalocución interior,inequívoca? El evangelistadice: «Entrando el ángeldondeestabaella» (Lc1,28).Ese «entrando», ¿se ha deentender en su sentido literaly espacial? Por ejemplo,¿comoelcasodealguienque

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llama a la puerta, con unosgolpes, y entra después en lahabitación?

¿Sepodríaentenderenunsentido menos literal y másespiritual? Por ejemplo,vamos a suponer: Maríaestaba en alta intimidad,abismada en la presenciaenvolvente del Padre, habíandesaparecido las palabras, yla comunicación entre laSiervayelSeñorseefectuaba

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en un profundo silencio. Derepente, este silencio fueinterrumpido. Y, en esaintimidad a dos —intimidadquehumanamenteessiempreun recinto cerrado— «entró»alguien. ¿Se podría explicarasí?

Lo que sabemos, conabsoluta certeza, es que lavida normal de estamuchacha de campo fueinterrumpida, de forma

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sorprendente, por unavisitaciónextraordinariadesuSeñorDios.

La interpretación que hizoMaría de aquel dobleprodigioqueseleanunciaba,según el desahogo que ellatuvo con Isabel, fue lasiguiente: ella, María, seconsideraba como la más

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«poca cosa» entre lasmujeres de la tierra (Lc1,48). Si algo grande teníaellanoeramérito suyo, sinogratuidad y predilección departe del Señor.Ahora bien,la sabiduría deDios escogióprecisamente, entre lasmujeres de la tierra, lacriatura más insignificante,para evidenciar y patentizarque sólo Dios es elMagnífico.Laescogióaella,

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carentededonespersonalesycarismas, para que quedaseevidentealos~5josdetodoelmundo que las «maravillas»(Lc 49) de salvación no sonresultado de cualidadespersonales sino gracia deDios.

Esa fue su interpretación.Estamos,pues,anteunajoveninteligente y humilde,inspirada por el espíritu deSabiduría.

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DosproposicionesPrimeramente se le

anuncia que será Madre delMesías. Ese había sido elsueño dorado de toda mujeren Israel, particularmentedesde los días de Samuel.Entre los saludosdel ángelyestafantásticaproposición,lajoven quedó «turbada», esdecir, confusa, como la

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persona que no se sientedigna de todo eso; en unapalabra, quedó dominada poruna sensación entreemocionadayextrañada.

Pero la extrañeza deMaríadebiósermuchomayortodavía con la segundanotificación: que dichamaternidad mesiánica seconsumaría sin participaciónhumana, de una maneraprodigiosa. Se trascendería

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todo el proceso biológico ybrotaríaunacreaciónoriginaly directa de las manos delOmnipotente,paraquientodoesposible(Lc1,37).

Frente a la aparición y aestas inauditas proposicionesuno queda pensando cómoesta jovencita no quedótrastornada, cómo no fueasaltada por el espanto y nosaliócorriendo.

La joven quedó en

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silencio, pensando. Hizo unapregunta. Recibió larespuesta. Siguió llena dedulzura y serenidad. Ahorabien,siunajovenenvueltaentales circunstanciassensacionales es capaz demantenerse emocionalmenteíntegra,significaqueestamosanteunacriaturadeequilibrioexcepcional dentro de unnormal parámetropsicológico. ¿De dónde le

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vino tanta estabilidad? Elhecho de ser Inmaculadadebió influir decisivamente,porque los desequilibrios songeneralmente resultadoperturbador del pecado, esdecir, del egoísmo. Y, sobretodo, se debe a la profundainmersión de María en elmisterio de Dios, comoveremosenotromomento.

A mí me parece quenunca nadie experimentó,

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como María en estemomento, la sensación desoledad bajo el enorme pesodelacargaimpuestaporDiossobre ella y ante suresponsabilidad histórica.Para saber exactamente quéexperimentólaSeñoraenesemomento, vamos a explicaren qué consiste la sensacióndesoledad.

Sentirsesolo

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Todos nosotros llevamosen nuestra constituciónpersonal una franja desoledadenlaqueyporlaqueunos somos diferentes de losotros. Hasta esa soledad nolleganipuedellegarnadie.

En los momentosdecisivosestamossolos.

Solamente Dios puededescender hasta esasprofundidades, las másremotasylejanasdenosotros

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mismos.La individualizacióno tenerconcienciadenuestraidentidad personal, consisteen ser y sentirnos diferenteslos unos a los otros. Es laexperienciay lasensaciónde«estar ahí» como concienciaconscienteyautónoma.

Vamosaimaginarnosunaescena:Yo estoy agonizandoenellechodemuerte.Vamosa suponer que, en estemomento de agonía, me

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rodean las personas que másme quieren en este mundo,que con su presencia,palabras y cariño tratan deacompañarme a la hora dehacer la travesía de la vida ala muerte. Tratan de «estarconmigo»enestemomento.

Pues bien, por muchaspalabras, consuelos y cariñoqueme prodiguen esos seresqueridos,enesemomentoyo«mesiento»solo,solo.Enesa

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agoníanadieestáconmigonipuede estar. Las palabras delos familiares llegarán hastael tímpano, pero allá dondeyo soydiferente a todos, allálejos, yo estoycompletamente solitario,nadie está «conmigo». Elcariño llegará hasta la piel,pero en las regiones másremotas y definitivas de mímismo nadie está conmigo.Nadiepuedeacompañarme a

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morir, es una experienciainsustituiblemente personal ysolitaria.

Esa soledad existencialquesetrasluceclaramenteenel ejemplo de la agonía,aparece también con lamisma claridad a lo largo dela vida. Si sufres un enormedisgusto o fracaso, vendránseguramente tus amigos yhermanos, teconfortarány teestimularán. Cuando se

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ausenten esos amigos, tequedarás cargando, solo ycompletamente, elpesode tupropio disgusto. Nadie —excepto Dios— puedecompartiresepeso.Lossereshumanos pueden «estar connosotros» hasta un ciertonivel de profundidad. Pero,en las profundidades másdefinitivas, estamosabsolutamentesolos.

Repito: en los momentos

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decisivos,estamossolos.Esa misma soledad

existencial laexperimentamos vivamente alahoradetomardecisiones,ala hora de asumir una altaresponsabilidad, en unmomento importante de lavida. Sentir que se está solo,aunque se tenga un montónde asesores al lado, loexperimentan un padre defamilia, un obispo, un

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médico, un superiorprovincial, un presidente derepública…

MeparecequelapersonamássolitariadelmundoeselSanto Padre. El podrá pedirasesoramiento, convocarreuniones, consultar aperitos…, más a la hora detomar una decisiónimportante, ante Dios y lahistoria, está solo. Unmatrimonio, a la hora de

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asumir la responsabilidad detraer una persona a estemundo,estásolo.

Cualquiera de nosotros,quetienediferentesgradosdeobligatoriedadantegruposdepersonas encomendadas anuestra conducción,experimentavivamentequeelpesode la responsabilidadessiempreelpesodelasoledad:en una parroquia, en lagerencia de una fábrica, al

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frente de un movimientosindical…

OptarA partir de esta

explicación podemosentender la «situación vital»deMaríaenelmomentodelaanunciación. María, joveninteligente y reflexiva,midióexactamente su enormeresponsabilidad. Delante deella se levantaba, alta como

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una muralla, laresponsabilidad histórica. Ydelante de la muralla estabaella solitaria e indefensa. Selehabíahechounapreguntayellateníaqueresponder.

Según cómo sea surespuesta,sedesequilibrarálanormalidaddesuvida;ellalosabe. Si la joven respondeque no, su vida transcurrirátranquilamente, sus hijoscrecerán,vendránlosnietosy

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su vida acabará normalmenteen el perímetro de lasmontañasdeNazaret.

Si la respuesta eseventualmente afirmativa,arrastrará consigo seriasimplicaciones, sedesencadenará un verdaderocaos sobre la normalidad deuna existencia ordenada ytranquila.Tenerunhijoantesdecasarseimplicaparaellaellibelodedivorciodepartede

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José, ser apedreada poradúltera, quedar socialmentemarginada y quedarestigmatizada con la palabramás ofensiva para unamujerenaquellostiempos:harufá=laviolada.

Además, más allá de lasconsideraciones humanas ysociales, ser madre delMesías implicaba —ella losabía—entrarenelcírculodeunatempestad.

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ElsaltoLa muchacha midió la

altura y la profundidad delmomento histórico. ¿Cuálserásurespuesta?

Yoquedoimpresionadoalpensar ¡cómo la joven no sequebró emocionalmente bajoaquel peso infinito! ¿Cómono la traicionaron losnervios? ¿Cómo no lloró, nodesmayó,nogritó?¿Cómono

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seescapóespantada?

«¿Cómopudo ellasoportarlo conentereza, sin caerabatida, y sin luegolevantarse, arrogante,porhabersidoelegidaentre todos los demássereshumanos?

Lacargaqueselehabía impuesto debíaser llevada con

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absoluta soledad,incertidumbre einseguridad, portratarse de algo queocurre por primera yúnica vez. Y ello,frente al grancontraste entre lapobrezade la realidady el esplendor de lapromesa».

Uno queda abismado y

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estupefacto por la infinitahumildad, por la enormemadurezynaturalidadconlasqueMaría asume elMisterioen medio de una inmensasoledad. La historia toda noserásuficienteparaagradeceryadmirartantagrandeza.

Fue una escenainenarrable. María,conscientedelagravedaddelmomento y consciente de sudecisión,llenadepaz,enpie,

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solitaria, sin consultar anadie,sintenerningún"puntode apoyo humano, sale de símisma, da el gran salto,confía, permite y… seentrega.

Una nube de dudas ypreguntas se habría cernidosobre la joven: ¡sinparticipación humana! Jamásaconteció cosa semejante.Todas las normalidades sefueron al suelo. ¿Será

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posible? Nadie puedeenterarsedeesto;yosolaconelsecretoenelcorazón.Ysila noticia se divulgara nadielapodríaacreditarniaceptar,van a decir que estoy loca;cuando José se entere, ¿quédirá? ¡Diosmío!¿Quéhago?¿Quérespondo?

Y la pobre muchacha,solitariamentecomoadultaenla fe, salta por encima detodas las perplejidades y

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preguntas y, llena de paz,humildad y dulzura, confía yse entrega. «¡Hágase!» Estábien,Padremío.

«María se exponealriesgo,ydaelsídesu vida sin otromotivoquesufeysuamor.

Si la fe secaracteriza,precisamente, por la

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decisión arriesgada yla soledad bajo lacarga impuesta porDios, la fe de Maríafue única. Ella es elprototipo delcreyente».

María es pobre yperegrina. Con su «hágase»entraenlagranaventuradelafe adulta. Con este paso, laMadre quemó las naves, no

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podrá volver atrás. María esde la estirpe deAbraham, esmuchomás que Abraham enelmonteMoriah.Maríaes lahija fuerte de la raza de losperegrinos, que se sientenlibres saltanffo por encimadel sentido común,normalidades y razoneshumanas; lanzándose en elMisterio insondable yfascinante del Tres VecesSanto, repitiendo

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infatigablemente: amén,hágase.

¡OhMujerPascual!Nacióel Pueblo de lasBienaventuranzas con suReinaalfrente.

Lasierva«Soy una sierva del

Señor;hágaseenmísegúnsupalabra» (Lc 1,38).Posiblemente, repetimos, son

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las palabrasmás bellas de laEscritura. Ciertamenteconstituye una temeridad elpretendercaptarysacaraluztanta carga de profundidadcontenidaenesadeclaración.Sólo trataré de abrir un pocolas puertas de ese mundoinagotable, colocando en loslabios de María otrasexpresiones asequibles paranosotros.

Soyuna sierva.La sierva

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no tiene derechos. Losderechosdelasiervaestánenlas manos de su Señor. A lasierva no le correspondetomariniciativassinotansóloaceptar las decisiones delSeñor.

Soy una Pobre de Dios.Soy la criaturamás pobre delatierra,porconsiguientesoyla criatura más libre delmundo. No tengo voluntadpropia, la voluntad de mi

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Señor es mi voluntad yvuestra voluntad es mivoluntad; soy la servidora detodos, ¿en qué puedoserviros? Soy la .Señora delmundo porque soy laServidoradelmundo.

¿QuiénfueMaría?Fuelamujer que dio un Sí a suSeñor y luego fue fiel a esadecisión hasta las últimasconsecuencias y hasta el findesusdías.Fuelamujerque

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extendió un cheque enblanco, la que abrió uncrédito infinito eincondicionalasuSeñorDiosy jamás se volvió atrás niretiró la palabra. ¡Oh MujerFiel!.

HágaseenmíCon esta declaración se

ofrece la Madre como un

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territorio libre y disponible.Y, de estamanera, la Señoramanifiesta una tremendaconfianza, un abandonoaudaz y temerario en lasmanosdelPadre,paseloquepase, aceptando todos losriesgos,sometiéndoseatodaslas eventualidades yemergencias que el futuropuedatraer.

Dice Evely que,igual que en un

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sistemaparlamentario,Dios, como poderejecutivo, presentóuna proposición yMaría apoyó esapropuesta divina. Nome convence esainterpretación. Meparece que el hágasedeMaría encierraunaamplitud yuniversalidad muchomás vastas que la

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aceptación de lamaternidaddivina.

María se mueve dentrodel espíritu de losPobres deDios, y en ese contexto,según me parece, la Señoracon su hágase no hacereferencia directa, aunque síimplícita, a la maternidad.Después de todo, lamaternidad divina constituíagloriainmortalyaceptarlaera

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tarea agradable y fácil.En elhágase hay encerradamuchamás profundidad y amplitud:palpita algo así como unaconsagración universal, unentregarse sin reservas ylimitaciones, un aceptar conlos brazos en alto cualquieremergencia querida opermitidaporelPadre.

Consuhágase, laSeñoradecía de hecho amén a lanoche de Belén sin casa, sin

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cuna, sin matrona —aunqueella no tuviera concienciaexplícita de esos detalles—,amén a la fuga de unEgiptodesconocidoyhostil,aménalsilencio de Dios durante lostreinta años, amén a lahostilidad de los sanedritas,amén cuando las fuerzaspolíticas, religiosas ymilitaresarrastraranaJesúsaltorrentedelacrucifixiónydelamuerte,aménatodocuanto

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elPadredispongaopermitayqueellanopuedamudar.

Enunapalabra, laMadrecon suhágase entra de llenoen la caudalosa y profundacorriente de los Pobres deDios, los que nuncapreguntan, cuestionan oprotestan sino que seabandonan en silencio ydepositansuconfianzaen lasmanos todopoderosas y todocariñosasdesuqueridoSeñor

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yPadre.PorvíadecontrastesEnelEvangeliodeLucas

lafeadultadeMaríaescomouna melodía que se deslizasuavemente enmedio de unanoble sinfonía. Y esa fequeda brillantementeresaltada por unaorquestación de fondo en laque se contraponen lasactitudes de María y de

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Zacarías.Isabel —a cuya casa

habían descendidosimultáneamentelabendiciónde un hijo y el castigo deZacarías,pornohabercreído— dice a María: ¡feliz túporquecreíste,queridahijadeSión! Creíste que para Diostodo es posible; todas lasmaravillas que se te hancomunicado se cumpliráncabalmenteenpremioatufe.

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Encambio,aquíestáZacaríassin poder hablar, porquedebido a su incredulidadquedómudo.

A Zacarías se le anunciaque ellos, un matrimonio de«edadavanzada»,vanatenerunhijo«revestidodelespírituypoderdeElías»(Lc1,17).

AMaríaseleanunciaque«sin conocer varón»germinará en su senosolitario, a la sombra del

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Espíritu Santo, un Hijo queseráGrandeysureinoduraráporlosdíassinfin(Lc1,33).

Zacarías no cree. Esimposible, dice. Yo soy unviejo; mi esposa es tambiénde edad avanzada. Noestamos en tiempo deflorecer. En todo caso, dameuna señal de que todosucederá(Lc1,18).

En cambio, María nopregunta ni duda ni exige

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garantías. Con la típicaactituddelosPobresdeDios,la Madre contra todaesperanza y contra todaevidenciaseentregaenmediode una completa oscuridad(Lc1,38).

Zacarías, por no creer enla palabra de Dios, quedamudo hasta el nacimiento deJuan.

En cambio María, porhabercreído,setransformaen

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MadredeDios,benditaentretodas las mujeres yproclamada bienaventuradaporlasgeneracionessinfin.

Aquella mañana, en«aquellaregiónmontañosadeJudá», hubo una fiesta deespíritu, y en el momentoculminante de la fiestadebieron repetirsesolemnemente a coro, entreMaría, Isabel y Zacarías, laspalabras centrales del

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misterio de la fe: «porqueparaDiosnadaesimposible»(Lc1,37).

4. María, anteel silencio deDios

Enestevivirdía trasdíasenbusca del Señor, lo quemás

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desconciertaaloscaminantesde la fe es el silencio deDios. «Dios es aquel quesiempre calla desde elprincipio delmundo; este esel fondo de la tragedia»,decíaUnamuno..

DesconciertoSan Juan de la Cruz

expresa admirablemente elsilenciodeDiosconaquellosversosinmortales:

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«¿Adonde teescondiste,

Amado, y medejastecongemido?

Como el ciervohuiste,

habiéndomeherido,

salí tras ti,clamando,yerasido.»

La vivencia de la fe, lavida con Dios es eso: un

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éxodo, un siempre salir «trasti, clamando». Y aquícomienza la eterna odisea delos buscadores de Dios: lahistoria pesada y monótonacapazdeacabarconcualquierresistencia: en cada instante,en cada intento de oración,cuando parecía que esa«figura» de Dios estaba alalcance de lamano, ya «erasido»,elSeñorseenvuelveenelmantodelsilencioyqueda

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escondido. Parece un Rostroperpetuamente fugitivo einaccesible, como queaparece y desaparece, comoque se aproxima o se aleja,como que se concreta o sedesvanece.

El cristiano fue seducidopor la tentación y se dejóllevar por la debilidad. Dioscalla: no dice ni una palabrade reprobación. Vamos asuponerelcasocontrario:con

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un esfuerzo generoso superala tentación. Dios callatambién: ni una palabra deaprobación.

Pasastelanocheenteradevigilia ante el SantísimoSacramento. Además de quesolamentehablastedurante lanoche y el Interlocutor calló,cuandoalamanecersalgasdela capilla cansado ysoñoliento,noescucharásunapalabra amable de gratitud o

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de cortesía. La noche enteraelOtrocalló,yaladespedidatambiéncalla.

Si sales al jardín verásque las flores hablan, lospájaros hablan, hablan lasestrellas. Solamente Dioscalla.Dicen que las criaturashablan de Dios, pero Diosmismo calla. Todo en eluniverso es una inmensa yprofunda evocación delMisterio, pero elMisterio se

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desvaneceenelsilencio.De repente la estrella

desaparece de la vista de losreyes magos y ellos quedansumidos en una completadesorientación. Jesús en lacruz experimenta una vivaimpresióninteriordequeestásolo, de que el Padre estáausente, de que también elPadreloabandonó.

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De pronto el universo entornoanosotrossepuebladeenigmas y preguntas.¿Cuántos años tenía esamamá?Treintaydosaños,ymurió devorada por uncarcinoma, dejando seisniños pequeños. ¿Cómo esposible?

Era una criatura preciosade tres años, una meningitisaguda la dejó inválida para

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toda su vida.Toda la familiaperecióenelaccidente, en latardedominical,deregresodela playa. ¿Cómo es posible?Unamaniobra calumniosa deun típicofrustrado lodejóenla calle, sin prestigio y sinempleo.¿DóndeestabaDios?Tenía nueve hijos, fuedespedido por un patrónarbitrario y brutal, todosquedaron sin casa y sin pan.¿Existe la justicia? Y esas

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mansiones orientales, tancerca de ese bosque negro yfeodecasuchasmiserables…¿Qué hace Dios? ¿No esPadre?¿Noestodopoderoso?¿Porquécalla?

Esunsilencioobstinadoeinsoportable que lentamenteva minando las resistenciasmás sólidas. Llega laconfusión. Comienzan asurgir voces, no sabes dedónde, si desde el

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inconsciente, si desde debajode tierra, o si desde ningunaparte, que te preguntan¿Dónde está tu Dios?» (Sal41).Nosetratadelsarcasmode un volteriano ni delargumento formal de un ateointelectual.

El creyente es invadidopor el silencio envolvente ydesconcertante de Dios y,pocoapoco,esdominadoporuna vaga impresión de

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inseguridad, en el sentido desitodoestoseráverdad,sinoseráproductomental,o si, alcontrario,serálarealidadmássólida del universo. Y tequedas navegando sobreaguas movedizas,desconcertado por el silenciode Dios. Aquí se cumple loque dice el salmo 29:«Escondiste tu Rostro yquedédesconcertado.»

El profeta Jeremías

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experimentó, con una vivezaterrible, ese silenciodeDios.ElprofetadicealSeñor:YavéDios, después de habersoportadoporTialolargodemi vida toda clase deatentados,burlasyasaltos,alfinal ¿no serásTúquizámásque un espejismo, un simplevapor de agua? (Jer 15,15-18).

Sólounprofundoespíritude abandono y una fe adulta

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noslibrarádeldesconciertoynos evitará ser quebrantadosporelsilencio.Lafeadultaesla que ve lo esencial y loinvisible. Es la que «sabe»quedetrásdelsilenciorespiraDios y que detrás de lasmontañas viene llegando laaurora. Lo esencial siemprequeda escondido a la retinahumana, sea la retina del ojoo de la sensibilidad interior.Lo esencial, la realidad

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última,sóloquedaasequiblealamirada penetrante de la fepura y desnuda, de la feadulta.

LamarchadelafeVeamos el

comportamiento de MaríaanteestesilenciodeDios.

Nazaret dista de Belén,por la carretera moderna,unos 150 kilómetros. Esposibleque,enaqueltiempo,

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ladistanciafuesealgomayor.

«Los caminos delpaís no estaban aúntrazados y atendidospor los romanos,maestros en lamateria,sinoqueeranmalos y apenastransitables para lascaravanas de asnos ycamellos.

Los consortes, en

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elmejor de los casos,parece que sólotuvieron a sudisposición un asnopara transportarvituallas y los objetosmás precisos, uno deaquellos asnos queaún hoy día, enPalestina, se vensiguiendo a un grupodecaminantes».

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No sabemos si Maríaestaba obligada a presentarseparaelcenso;parecequeno.De todas formas, el hechoesque José se dirigió a Belén«con María, su esposa, queestabaembarazada»(Lc2,5).

G. Ricciotti, Vidade Jesucristo,Miracle, Barcelona1968, 259.«Estaspalabras pueden muybien implicar una

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delicadaalusiónaunade las razones por lascuales también fueMaría: es decir, laproximidad del parto,circunstancia en queno era convenientedejarlasola».

La Madre tuvo quecaminar lentamente, coneventuales paradas dedescanso.Debidoasuestado

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de gravidez, el viaje resultópara la Madre lento ycansado. Podemos calcularque, en estas circunstancias,el viaje demoró entre 8 y 10días.

De nuevo es precisocolocarnos en estadocontemplativo paraasomarnos al interior de

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María, auscultar suspulsaciones espirituales yadmirarsubellezainterior.

Pobre y digna, ahí vadificultosamente avanzandola joven. Hoy amaneció undía frío y lluvioso, lacaminata va a resultarparticularmentemolesta.PeroMaríaesunasierva, no tienederechoareclamar.DentrodesuespiritualidaddeSiervadelSeñor, ella responde a las

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inclemencias:estábien,Padremío, hágase. Y la Madre,quedallenadepaz,apesardelalluviayelfrío.

La psicología de la jovenquepor primeravezva a sermadre es muy singular: viveentre la emoción y el temor.El silenciodeDios,comouncielo oscuro lleno deinterrogantes, se abatió sobreMaría: ¿cuándo comenzaríanlas molestias del parto? En

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aquellos tiempos, todo partoera un eventual peligro demuerte. En nuestro caso,¿habríaseriascomplicacioneso todo resultaría normal ybien? Nadie lo sabe.¿Llegaremos a Belén antesdel acontecimiento? Y si elparto se produce en elcamino, antes de llegar aBelén,¿quéhacemos?¿Habráuna mujer experimentada enesas tareas que me pueda

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ayudarenesemomento?Nadie sabe nada. Dios

sigue en silencio. Frente aestos y otros interrogantes laMadre no queda irritada oansiosa. Llena de paz,responde una y otra vez:hágase, de acuerdo, Padremío, yo me abandono en Ti.Nunca se ha visto en estatierra una mujer tan llena depaz, fortaleza, dulzura yelegancia.

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¿Dónde dormiremos estanoche? En aquel recodo delcamino, en la falda de aquelcerro.Vámonoshastaallá.Ylo que de lejos parecíaconfortable, en realidad esuna concavidad de barro yviento. ¿No tenemos mejorlugar?Estácayendolanoche,y es tarde para buscar otrolugar;asíque,aquítendremosque dormir, o maldormir,entre la humedad y el

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estiércol.Diosnodamuestrasde vida. Dentro de suespiritualidad la Madre sóloacierta a decir: Señor mío,hicimos lo posible paraencontrarmejorlugar;Túhaspermitido que tengamos quepasar noche aquí; está bien,Padre mío, hágase, meabandono a tu voluntad. Yeste inextinguible hágasehará que nunca se quiebreemocionalmenteylalibertará

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detodaangustia.Van pasando los días.

Hacen todo lo posible encuanto al alimento y encuanto al descanso. Cuandotodos los resultados eranadversos, no resiste ni seagita sino que se entrega.«Debieron dormir en lugarespúblicos de reposo, que sehallaban juntoa loscaminos,tendiéndose en tierra, comolos demás viajeros, entre

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camellos y burros» . Y Diosseguíaensilencio.¿QuéharáMaría?

María no llorará, porqueel llanto es una especie deprotesta;ylasiervadelSeñorno puede protestar sinoaceptar. Su hágase le daráperpetuamente un formidableestado interior de calma,serenidad, elegancia,dignidad, una categoríainterior fuera de serie. No

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habrá en el mundoemergencias dolorosas nieventualidades sorpresivasque puedan desequilibrar laestabilidad emocional de laMadre. Antes de ser Señoranuestra, fue Señora de símisma.

DulzurainquebrantableLlegaron a Belén. En un

momentodeterminado,Lucasdiceque«nohabíalugarpara

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ellos en la hospedería» (Lc2,7). De este hecho vamos adeducir situacionesvitalesdela Madre muy interesantesparanuestracontemplación.

La tal «hospedería» deque habla Lucas erasimplemente el albergue decaravanas, el actual Khanpalestinense.

«Es un recinto sintechar,circuidoporun

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muro bastante alto,conunasolapuerta…

Las bestiasquedabanenelcentro,al aire libre, y losviajeros, bajo losporches o entre losanimales.

Y en aquelamasijodehombresybestias revueltos, sehablaba de negocios,se rezaba, se cantaba,

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se dormía, se comía,se podía nacer, sepodíamorir…».

Cuando el evangelistadicequenohabíalugar«paraellos» en el alberguecaravanero,diceRicciottiquela frase está más pensada deloqueparece.«Sitioporsitio,lo habrían encontrado enaquel albergue. Jamás ocurreque un aposentador de

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caravanas,enelOriente,digaque todo está ocupado» .Físicamente había lugar.Cuando añade «para ellos»,veladamente quiere indicarque el lugar no es adecuadopara el inminente parto. Deotra manera, el evangelistahabría dicho, simplemente,quenohabíalugar.

Eso significa que, en unmomento determinado, lapobreMadre, juntoconJosé,

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se asomó al lugar de lascaravanas. Y cuandopresenció aquella barahúndade gritos, hombres y bestias,la Señora quedó espantadasólo de pensar que el partotuviera que ocurrir ante lacuriosidad general de tantagente; y prefirió otro lugar,aunque fuese molesto yhúmedo, con tal que fuesesolitarioyreservado.

Demodo que las razones

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históricas por las que Jesúsnació en una gruta fuerondos: la pobreza y la pureza.La pobreza, porque el dineroabre todas laspuertasdeestemundo. Y la pureza: llamopurezaenestecasoaesaaurade delicadeza, dignidad ypudor con las que la Señoraaparece siempre aureolada.LadelicadaMadreprefirióunlugar tranquilo, aunque fueraincómodo,contaldeevitarla

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curiosidad general a la horadel parto. Estas dos joyasbrillan, pues, particularmentesobre la frente de la jovenMadre.

Dice Ricciotti que María«quiso rodear su parto dereverentereserva».

Del hecho que acabamosdeanalizarsepuedendeducirotras situaciones. Si Maríaintentó, en último caso,buscar un rincón en el lugar

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de las caravanas, significaque anteriormente agotarontodos los intentos yposibilidades para buscar unlugarcito en casa defamiliares, amigos yconocidos que, sin duda, lostendrían. Abandonarse a lavoluntad del Padre nosignificacruzarsedebrazosyesperar,sinohacerdenuestraparte todo lo posible parasolucionar las dificultades y

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necesidades. Y a la hora delos resultados, cualesquieraque sean, entregarse en lasmanos del Padre. Sin duda,asíhizo.

«La imaginaciónpopular coloca aquíescenasconmovedoras: Maríay José van de puertaen puerta, de unadespachan a otra…Los evangelios no

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cuentan nada sobreeso. Pero debióocurrir algo de eso…Eso hubiera sido lomásnatural»(II).

Otra vez entramos en elinteriordeMaría.Elcielonose manifiesta. Urge asegurarun rincón. Los dolores delparto en cualquier momentopuedencomenzar.

Cada puerta de un

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pariente o conocido quegolpean es una ilusión y unadesilusióna lavez: la ilusióndequequizánosvanaprestarun rincónpara laemergenciadel parto; y la desilusión deque,conpalabrasamables,alfinselescierranlaspuertas.

Maríaerajoven.Nohabíasido todavía curtida por losgolpes de la vida. Era, pues,sensible por su edad. Eratambién sensible por

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temperamento, como se veráen otro lugar de este libro.Además, el estado deemoción y temor en quepsicológicamente se sientetodamujerquevaadaraluzporprimeravez,agravaríaesasensibilidad.

Llamaron a otrosconocidos,aotrosparientes,aotros amigos.Se les cerrarontodas las puertas, se lesclausuraron todos los

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horizontes y todas lasesperanzas.Estabandadaslascircunstancias para arrasarcon el equilibrio emocionalde lamujermás fuerte.Pero,en el caso presente, ni lasemergencias más cruelesserán capaces de perturbar elequilibrio interior de estajoven. Una y otra vez superpetuo hágase la libertaráde la ansiedad y de la caídaemocional; le conferirá una

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fortaleza indestructible y ladejará sumida en estado decalma, dulzura, elegancia,dignidad y grandeza. Y,tranquilamente, seguirábuscando otras casas u otrassoluciones.

Cuando se agotaron ya

definitivamente todas lasposibilidades, el cielo seguíamudo yDios en silencio. ¿Yahora? La Madre,

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indestructible, hizo en estemomentoelintentodebuscarun rincón en el albergue delas caravanas. Viendo queaquel lugar no era adecuado,María —con José—emprende la peregrinación,monte arriba, enbuscadeunlugarreservadoytranquilo.

Yasí,lasiervadelSeñor,abandonadaindefectiblemente en lasmanosdelPadre,esperallena

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de inquebrantable dulzura elGranMomento.

LaMadrefugitivaUn buen día el cielo

habló: «Toma al niño y a suMadre, huye a Egipto, yestateallíhastaquesetedigaotra cosa» (Mt 2,13). Estaspocas palabras poblaron deinterrogantes el alma de

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María.¿PorquébuscaHerodesa

este niño? ¿Cómo se enteróde su nacimiento? ¿Qué mallehizoparaqueelreybusquesu exterminio? ¿A Egipto?¿Y por qué no a Samaría, aSiria o al Líbano, donde noreina Herodes? ¿Comoganaremosallí lavida?¿Quéidioma hablaremos? ¿En quétemplo rezaremos? ¿Hastacuándo tendremos que estar

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allí? «Hasta que se te digaotracosa.»¿Estaráncercalosperseguidores?

Otra vez el terriblesilencio de Dios se abatiósobre la joven Madre comouna nube sombría. Cuántasvecesaconteceestomismoennuestra vida.De súbito, todoparece absurdo. Nada tienesentido. Todo se asemeja auna fatalidad ciega ysiniestra. Nosotros mismos

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nos sentimos como juguetesen medio de un torbellino.¿Dios? Si existe y espoderoso, ¿por qué permitetodo esto? ¿Por qué calla?Nos dan ganas de rebelarnoscontratodoynegarlotodo.

LaMadrenoserebeló,seabandonó. A cada preguntarespondióconsuhagase.Unasierva no pregunta, seentrega. Señor mío, yo meabandono, en silencio, en tus

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manos. Haz de mí lo quequieras, estoy dispuesta atodo,loaceptotodo.Lucharécon dientes y uñas paraguardar lavidadelniñoymivida propia. Pero durante lalucha, y después, en tusmanos deposito la suerte demi vida.Y en silencio y pazemprende la fuga alextranjero.

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EnestemomentoMaríaentraen la condición de fugitivapolítica.Laexistenciadeesteniñoamenazalaseguridaddeun cetro. Y el cetro, por supropiaseguridad,amenazalaexistenciadelniño;yéste,enlosbrazosdesuMadre,tieneque huir para asegurar suexistencia.

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Parasabercómoeraelestadode ánimo de la Madredurante aquella fuga,tenemosquetenerpresentelapsicología de un fugitivopolítico.Un fugitivo políticovive de sobresalto ensobresalto. No puede dormirdos noches seguidas en unmismo lugar. Tododesconocido es para él uneventual delator. Cualquier

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sospechoso es un policía decivil. Vive temeroso, a ladefensiva.

Así vivió la pobreMadrepor aquellos días: desobresalto en sobresalto:aquellosquevienenalláatrás,¿no serán de la policía deHerodes? Aquellos otros quevienen allá delante… Estosque están aquí parados…¿Será conveniente dormiraquí?¿Quéserámejor:viajar

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dedíaodenoche?…La fuga se realizó

también dentro de lapsicología propia de todofugitivo, es decir: despacio ydeprisa.Despacio,porquenopodíanandarporloscaminosprincipales,dondepodíaestarapostada la policía deHerodes, sino dando vueltaspor entre cerros y víassecundarias; por Hebrón,Bersabee,Idumea.Ydeprisa,

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porque urgía salir de loslímites del reino de Herodeshasta traspasar la frontera deEl-Arish.

«Al aproximarseal delta del Nilo, seextiende el clásicodesierto, el ”mar dearena”, donde no sehalla un matorral, niun tallo de hierba, niuna piedra: nadaexceptoarena.

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Los tres fugitivosdebieron arrastrarsefatigosamente duranteel día sobre lasmóviles arenas y bajoel agobiante calor,pasar la nochetendidos en tierra, nocontando sino con laescasa agua y elescaso alimento quellevaban consigo: esdecir, lo suficiente

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paraunasemana.Si ha de hacerse

cargo de tal travesía,el viajero actualnecesita haber pasadovariasnochesinsomney al raso en ladesolada Idumea, yhaberentrevistodedíacómopasacercadeélalgún grupito decontados hombres, eincluso de alguna

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mujer con un niño alpecho, y divisarlostaciturnos ypensativos, comoresignados a lafatalidad, mientras sealejan, en ladesolación, hacia unaignoradameta.

Quien ha hechotales experiencias ytenido talesencuentros en aquel

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desierto,havisto,másque escenas de colorlocal, documentoshistóricos relativos alviaje de los tresprófugosdeBelén».

Y en medio de esadevastada soledad telúrica yenvuelta en el silencio,todavía más impresionante,de Dios, ahí va la Madrefugitiva. Como una figura

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patética,peroconairedegrandama, humilde, abandonadaenlasmanosdelPadre, llenade una dulzurainquebrantable, repitiendopermanentementesuaménencuanto trata de no serdescubiertaporlapolicía.

LapruebadeldesgasteEntrelastácticashumanas

más eficientes para destruirunapersonaounainstitución,

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sesenta la guerra psicológicadel desgaste. Dicen que elagua, cayendo gota a gota,acaba por perforar lasentrañas de una roca. Serhéroe durante una semana odurante un mes esrelativamente fácil porque esemocionante. No quebrarsepor lamonotoníade losañosesmuchomásdifícil.

Por lo que me parece, laprueba más aguda para la fe

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de María estuvo en elCalvario, pero la pruebamáspeligrosa estuvo en esostreinta años, bajo la bóvedadel silencio de Dios. Laherida de la «espada» (Lc2,35), por muy profunda ysangrientaquehubieradesero hubiese sido, no fue tanamenazante para laestabilidademocionaldelafede María como esosinterminablestreintaañosque

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envolvieronpsicológicamenteel alma de María con elmanto de la rutina y deldesgaste. Para entender supeligrosatravesíaporesarutade los treinta años, vamos apensar en otros casosparalelos.

A sus 75 años, según la

Biblia, se le promete aAbrahamunhijo.PeroDios,,premeditadamente, va

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demorando el cumplimientode lapromesay somete la fede Abraham a la prueba deldesgaste.Pasaronlosaños,elhijo no llega y la fe deAbraham comienza alanguidecer. Pasanmás años,el hijo no llega y la fe delPatriarcafuerodandoporunapendiente, hasta que, en unmomento dado, Abrahamcayó en una profundadepresiónyparanosucumbir

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totalmenteexigiódeDiosunagarantíavisible,unfenómenosensible, una «señal» (Gén15,8).

A mediados delsiglo pasado,BernardetteSoubiroustuvo en Lourdes unaserie espléndida demanifestacionescelestiales.Repentinamente elcielo calló, y hasta el

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día de su muerte laacompañó el silencio.Dicen sus biógrafosquefueunsilenciotandesconcertante paraBemardette que lasumió en angustiosasdudas sobre laobjetividad de las yalejanasapariciones.

Es que siempreocurre lo mismo:cuantomás intensa es

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la luz del sol, másprofundas son lassombras. Cuanto másclamorosa es lamanifestación deDios, tanto máspesado resulta susilencioposterior.Esomismo sucedió en elcasodelaSeñora.

Vanpasandolosaños.Laimpresiónvivay frescade la

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anunciación quedó allá lejos.De aquello ya no quedamásque un recuerdo apagado,como un eco lejano. LaMadre se siente comoatrapada entre el resplandordeaquellasantiguaspromesasy la realidad presente, tanopaca y anodina. Lamonotonía se encarnó enNazaret, entre unoshorizontes geográficosinalterables y los horizontes

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humanosparalizados.La monotonía tiene

siempre la misma cara: laslargas horas, los largos días,losinterminablestreintaaños,los vecinos se encierran ensus casas, en el inviernooscurece muy temprano, secierranlaspuertasyventanas,quedan los dos ahí, frente afrente,laMadreobservatodo:ahí está el Hijo: trabaja,come, reza… Siempre lo

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mismo un día y otro y otro,una semana y otra y otra,cada año parece unaeternidad, da la impresióndequetodoestáparalizado,todosigue igual, como una estepainmóvil.

¿Quéhacía laMadre?Enlas eternizadas horas, encuanto ella molía trigo,amasabaelpan,traíaleñadelcerro o agua de la fuente,daba vueltas en su cabeza a

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laspalabrasqueundía—¡yatan lejano!— le comunicarael ángel: «Será grande; sellamaráHijodelAltísimo;sureino no tendrá fin» (Lc1,32). Las palabras antiguaseran resplandecientes, larealidad que tenía ante susojos era cosa muy distinta:ahí estaba el muchacho,trabajando en el rincónoscurode la rústicavivienda.Ahí estaba silencioso,

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solitario, reservado… ¿Serágrande? ¡No era grande, no!Era igual que todos losdemás.

Ylaperplejidadcomenzóa golpear insistentemente laspuertas. ¿Sería verdad todoaquello? ¿No habría sido yovíctima de una alucinación?Aquellaspalabras,¿noserían,quizá,simplementesueñosdegrandeza?

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Esta es nuestra suprematentación en la vida de fe:querer tener una evidencia,quereragarrarconlasmanosla realidad, querer palpar laobjetividad como una piedrafría, pretender salir de lasaguas movedizas y pisartierra firme, querer saltar delos brazos de una nocheoscura para abrir los ojos y

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ver el sol, decir a Dios:¡Padre Incomparable!, dameunagarantíaparaasegurarmede que todo esto es verdad,transfórmateaquí,delantedemis ojos, en fuego, tormentaohuracán.

La Madre no hizo eso.Golpeada por la perplejidad,noseagitó.Quedóquieta, seabandonóincondicionalmente, sinresistir, en los brazos de la

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monotonía, como expresiónde la voluntad del Padre.Cuandotodoparecíaabsurdo,ella respondía su amén almismo absurdo, y el absurdodesaparecía. Al silencio deDiosrespondíaconelhágase,y el silencio se transformabaen presencia. En lugar deexigiraDiosunagarantíadeveracidad, la Madre seaferrabaincansablementealavoluntaddeDios,quedabaen

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pazyladudasetransformabaendulzura.

EnNazaret la vida sociales inexorablementemonótona.Lasnoticias sobrelasagitacionesnacionalistasylas represiones imperialistaslleganaNazaretcomounecoapagado y tardío que noimpacta ni desafía niincomodaalosnazaretanos.

Elmuchachoya tiene15,18, 20 años; no hay

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manifestaciones, todoestá ensilencio, no existe ningunanovedad.GranpeligroparalafedeMaría:puedeserabatidapor el desaliento o el vacío.Pero la Madre no abre laspuertas a las dudas: ¿Seríaverdad todo aquello? Parecequemeengañé.

El Hijo ya es un hombre

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adultode22,25,28años.Supariente Juan, hijo deZacarías, estabaconmoviendo a la capitalteocrática, arrastrandomultitudes al desierto. ¿Yéste? Este está ahí; apenashabla, va a las casas ' aarreglar una ventana, unamesa, una silla; sube altejadoparaarreglarunaviga,carga troncos para haceryugos de bueyes. La Madre

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observa, medita, calla. ElHijo no se prepara paraninguna misión. Además,parece que no se avecinaningunanovedad.Eljovenesigual que todos los demás.Las palabras de laanunciación parecían,definitivamente, bonitossueños de una noche deverano.

¿Y ella? ¿No se le dijoque todas lasgeneraciones la

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llamarían bienaventurada?Imposible. Estabaaproximándoseelocasodesuvida. Aparecíaprematuramente anciana,como siempre acontece conlas personas de los paísessubdesarrollados. Su vida, alparecer, no se diferenciabamucho de la vida de susvecinas.Hacetantosañosqueno le había acontecido nadaespecial y, al parecer,

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ninguna novedad se cerníasobreelhorizontedesuvida.A las veces todo parecía tanvacío,tansinsentido…Estoysegurodeque la fedeMaríafue asaltada y combatida —mas nunca abatida— por unescuadrón de preguntas quellegaban en sucesivasoleadas.

Para no sucumbir tuvoque desplegar una enormecantidaddefeadulta,fepura

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y desnuda, aquella que sóloseapoyaenDiosmismo.

Su secreto fue éste: noresistir sino entregarse. Ellano podía cambiar nada: ni lamisteriosa tardanza de lamanifestación de Jesús, ni larutinaque,comounasombra,ibaenvolviendoe invadiendotodo, ni el silenciodesconcertante de Dios… SiMaríanopodíacambiar,¿porqué resistir? El Padre lo

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queríaasíolopermitíaasí.Solamente el

desenvolvimientodeunagranintimidad con el Padre, y elabandono inquebrantable ensusmanos, libró aMaría delpeor escollo en superegrinación. Así realizóMaría la travesía de lostreintaaños,navegandoenelbarcodelafeadulta.

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Otro tanto ocurre en la vidareligiosa o en el sacerdocio:recibieron la unciónsacerdotal, emitieron laprofesión. En los primerosaños todo era novedad. Lagenerosidadinicialhacíaquese desplegaran poderosasenergías, se lograbanresultados brillantes; éstos, asu vez, encendían la llamadel entusiasmo. Pasaron 15,

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20 años. La novedad murió.Sin saber cómo y sin quenadie se diera cuenta, larutina, como una sombrainvisible, fue invadiéndolotodo:laoficina,laparroquia,el colegio, el hospital, lacapilla y sobre todo… lavida.Llególafatiga,yahoraresulta difícil ser fiel ymucho más difícil seguir«brillando incansablementecomo las estrellas eternas»

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(Dan12,3).Lomismo acontece en el

matrimonio. La novedad yfrescura de los primerostiempos,enesperadelprimerhijo,soncapacesdemantenerla llama de la ilusión muyalta. Pero ¿qué acontecedespués? Van pasando losaños, los esposos se mueveninvariablementeenelcircuitocerrado de unos horizontesinalterables, la monotonía

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comienzaa invadirlo todo, larutina sustituye a la novedadypocoapococomienzan lascrisis que amenazan, a vecesseriamente, la estabilidadmatrimonial…

Para cualquier persona oestado, María es el modelo.Su coraje y fortaleza, esa feadulta, nos librará también anosotrosdecualquierasfixia.

Unaespada

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Cuando elConcilio hablade que María fue avanzandoen la peregrinación de la fe,en el mismo párrafo hablacon insistencia sobre elCalvario: «Y mantuvofielmente la unión con suHijo hasta la cruz, secondolió vehementementeconsuUnigénito,yseasociócon corazón maternal a susacrificio, consintiendo conamor en la inmolación de la

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Víctima engendrada por ellamisma» (LG 5§). Por estasexpresiones,ysobretodoporsu contexto, el Concilioparecería indicar que elmomentoalto—ytambiénlaprueba, porque no haygrandezasinprueba—paralafe de laMadre, estuvo en elCalvario,

Hay otro párrafo en elmismo documento en el queel Concilio, con una

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expresión lapidaria yemotiva, viene a resaltar quelafedeMaríaalcanzósumásalta expresión allá junto a lacruz.

En efecto, hablando delhágasedeMaríapronunciadoen el día de la anunciación,añade estas significativaspalabras: «¡Y lomantuvo [elhágase] sin vacilación al piedelacruz!»(LG61).Deestamanera el Concilio quiere

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indicar que la prueba másdifícil para el hágase deMaría fue el desastre delCalvario.

Sin salir del espíritu deltexto conciliar, quisierapresentar aquí unasreflexionesdetalmaneraquetodoredundepara lamáximagloriadelaMadre.

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Posiblemente la historiamáslacónica,completaypatéticadelaBiblia,estáresumidaenestas palabras: «Junto a lacruz de Jesús estaba, de pie,suMadre» (Jn 19,29). Estasbreves palabras evocan unvasto universo conimplicacionestrascendentales para lahistoriadelasalvación.

Enotrolugardeestelibrohablamos ampliamente sobre

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la Maternidad espiritual quenace aquí, al pie de la cruz.En este momento sólo nosinteresa enfocar nuestracontemplaciónexclusivamente desde elpuntodevistadelafe.

La pregunta clave paraponderar el mérito, y porconsiguientelagrandezadelafe de María, es ésta: ¿sabíaMaría todo el significado delo que estaba aconteciendo

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esa tarde en el Calvario?¿Sabía, por ejemplo, tantocuanto nosotros sabemossobre el significadotrascendental y redentor deaquellamuertesangrienta?

Según como sea larespuestaaestaspreguntas,semedirá la altura yprofundidad de la fe deMaría. Y la respuestadependerá, a su vez, de laimagen o preconcepto —

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muchas veces emocional—que cada cual tenga sobre lapersonadeMaría.

En cuanto a esto caben,según me parece, posicionesambiguas, y habría otraspreguntas previas para uncabal esclarecimiento, porejemplo: siMaría sabía todo,¿su mérito era mayor omenor? Si el Misterio lovislumbraba tan sólo entrepenumbras, ¿aumentaba o

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disminuíaelméritodesufe?¿Se podría afirmar quizá, enalgún sentido, que cuantomenos conocimientos tuvieratanto más meritoria y mayorera su fe? Muchasconclusiones dependen delpresupuesto o esquemamental con el que cada cualse coloca frente a la personadeMaría. También yo tengomi esquema que, según meparece,arrojasobrelaSeñora

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elmáximoesplendor.Detodasformas,antesde

seguir adelante es precisodistinguir claramente enMaría la ciencia(conocimientoteológicodelaMadre sobre lo que estabaaconteciendo en el Calvario)de la fe. La grandeza no leviene a María de suconocimiento, mayor omenor,sinodesufe.

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Para saber exactamentequé le aconteció a Maríaaquella tarde —acontecer enel sentido vital de la palabra—, no podemos imaginar aMaríacomounenteabstractoy solitario, aislado de sugrupo humano, sino comouna persona normal querecibe el impacto de lainfluencia de su medioambiente. Así somos loshumanos y así fue sin duda

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María.Puesbien:porelcontexto

evangélico, la muerte deJesús tuvo para los apóstolescarácter de catástrofe final.Ahí se acababa todo. Esaimpresión y estado de ánimoestán admirablementereflejados en la escena deEmaús. Cleofás, después desentirse triste porque elInterlocutor ignoraba losúltimos sucesos que para él

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eran herida reciente ydoliente, acabó con un«nosotros esperábamos»,como quien quiere añadirdespués: pero ya todo estáperdido; ¡todo fue un sueñotanbonito!,masfuesueño.

Caifás, representando albando contrario, tenía laconvicción de que, acabandocon Jesús, acababa con elmovimiento. Y tenía razón,porque así mismo sucedió.

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CuandolosapóstolesvieronaJesús en manos de losenemigos,seolvidarondesusjuramentos de fidelidad ycadacual,buscandosalvarsupropia piel, se dieron a lafuga en desbandadaabandonándolo todo. A lostres días estaban todavíaescondidos con las puertasbien atrancadas (Jn 20,19),para salvar por lo menos supellejo,yaquehabíanperdido

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asulíder.Ese era su estado de

ánimo:enelsepulcrodormía,enterrado para siempre, unlindosueñojuntoalSoñador.De ahí su obstinadaresistencia a creer en lasnoticias de la Resurrección.El día de Pentecostés, elEspírituSantoesclareciótodoel panorama de Jesús. Sóloentonces supieron quién fueJesucristo.

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¿YMaría? Primeramente nodebemos olvidar que Maríaalternaba y se movía enmediodeestegrupohumanotandesorientadoyabatido.

Yo no puedo imaginarme—ésa es mi imagen— aMaría adorando emocionadacada gota de sangre que caíade la cruz. Yo no podría

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imaginarme que MaríasupieratodalateologíasobrelaRedenciónporlamuertedecruz,teologíaquenosenseñóel Espíritu Santo a partir dePentecostés.

Si ella hubiese sabidotodo cuanto nosotrossabemos,¿cuálhabríasidosumérito? En medio de aquelescenario desolado hubieraconstituido un consueloinfinito el saber que ni una

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sola gota de esa sangre se latragaría inútilmente la tierra;el saber que si se perdía elHijo, se ganaba a cambio elmundo y la Historia; y elsaber, además, que laausencia del Hijo seríamomentánea. En estascircunstanciaspocolehubieracostado aceptar con pazaquellamuerte.

Tampoco puedoimaginármela dominada por

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el desconcierto total de losapóstoles,pensandoque todoterminabaahí.Esotampoco.

Vemos por el evangelioque María fue navegandoentre luces y sombras,comprendiendo a vecesclaramente, otras veces notanto,meditando las palabrasantiguas, adhiriéndose a lavoluntad del Padre,vislumbrando en forma lentapero creciente el Misterio

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trascendentedeJesucristo…

Según eso, ¿qué habríasucedido en el calvario?Aunqueestareadifícil,voyaintentarentrarenelcontextovital de la Madre y mostraren qué consistió su supremagrandezaenesemomento.

Está metida en el círculocerrado de una furiosa

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tempestad, interpretada portodo el mundo como eldesastre final de un proyectodoradoyadorado.

Es preciso imaginarse elcontorno humano, en cuyocentroestá ella,depie; enelprimer plano, los ejecutoresde la sentencia, fríos eindiferentes; más allá, lossanedritas, con aire triunfal;más lejos, la multitud decuriosos,entreloscualesunas

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pocas valientes mujeres que,con sus lágrimas deimpotencia, manifiestan susimpatía por el Crucificado.Y,paratodosestosgrupossinexcepción, lo que estabasucediendo era la últimaescenadeunatragedia.

Los sueños acababanaquí, juntamente con elSoñador.

Es preciso colocarse enmedio de ese círculo vital y

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fatalenqueunos lamentabany otros celebraban ese tristefinal. Y en medio de eseremolino la figura digna ypatéticadelaMadre,aferradaa su fe para no sucumbiremocionalmente,entendiendoalgunascosas,porejemplolodela«espada»,vislumbrandoconfusamenteotras…Nosoncircunstancias para pensar enbonitas teologías. Cuandoalguienestácombatidoporun

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huracán le basta conmantenerseenpieynocaer.

¿Entender? ¿Saber? Esonoesloimportante.Tampocoentendió ella las palabras delNiño de doce años; sinembargo tuvo, también allá,una reacción sublime. Loimportante no es elconocimiento sino la fe, yciertamente la fe d«Maríaescaló aquí la montaña másalta. La que no entendió las

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palabrasdeSimeón(Lc2,33),¿entenderíacompletamenteloque estaba sucediendo en elCalvario? Lo importante noera el entender, sino elentregarse.

Yenmediodeesaoscuridad,María, dice el Concilio (LG61), mantuvo su hágase enuntonosostenidoyagudo:

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Padre querido, apenasentiendo nada en medio deesta confusión general; sóloentiendo que si Tú nohubieras querido, nuncahabría acontecido esto.Hágase,pues,tuVoluntad.

Todo pareceincomprensible,peroestoydeacuerdo, Padre mío. No veopor qué tenía que morir tanjoven, y sobre todo de estamanera, pero acepto tu

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Voluntad. ¡Está bien, Padremío!

Noveoporqué teníaqueserestecáliz,ynootro,parasalvar el mundo. Pero noimporta. Me basta saber quees obra tuya. Hágase. Loimportante no es ver sinoaceptar.

No veo por qué elEsperado durante tantotiempo tenía que serinterrumpido

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intempestivamente alcomienzodesutarea.Undíame dijiste que mi Hijo seríagrande, no veo que seagrande. Mas, aunque nadavea,yoséquetodoestábien,lo acepto todo, estoy deacuerdo con todo, hágase tuVoluntad.

Padre mío, en tus brazosdepositoamiqueridoHijo.

Fue el holocaustoperfecto,laoblacióntotal.La

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Madre adquirió una alturaespiritual vertiginosa, nuncafue tan pobre y tan grande,parecía una pálida sombraperoalmismotiempoteníalaestampadeunareina.

Enestatarde,laFidelidadlevantóunaltarenlacumbremásaltadelmundo.

«SeñoradelaPascua:

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Señora de la Cruzy la Esperanza,Señora del Viernes ydel Domingo, Señorade la noche y de lamañana, Señora detodaslaspartidas,

porque eres laSeñoradel"tránsito”ola”pascua”.

Escúchanos:

Hoy queremos

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decirte "muchasgracias”.

Muchas gracias,Señora, por tu Fiat;por tu completadisponibilidad de"esclava”.

Por tu pobreza ytusilencio.

Porelgozode tussieteespadas.

Por el dolor detodastuspartidas,que

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fuerondando lapazatantasaliñas.

Por habertequedado con nosotrosa pesar del tiempo ylasdistancias.»

CardenalPironio

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Capítulotercero

SILENCIO

/

Un profundo

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silencio lo envolvíatodo, y la noche

avanzaba en mediode su carrera,

cuando tuOmnipotente

Palabra, bajó delos altos cielos almedio de la tierra

(Sab 18,14-16)

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El corazón conoce lo que lalenguanuncapodráproferir,

y lo que los oídos jamáspodránescuchar.GIBRÁMi

1.Fidelidad enel silencio

Gratuidadysilencio'Todo lodefinitivonacey

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se consuma en el seno delsilencio:lavida,lamuerte,elmásallá,lagracia,elpecado.Lo palpitante siempre estálatente.

Silencio es el nuevonombre de Dios. El penetratodo, crea,\ conserva ysostiene todo, y nadie se dacuenta. Si no tuviéramos suPalabraylasevidenciasdesuamor, experimentadas todoslosdías,diríamosqueDioses

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enigma. Pero no esexactamente eso. Dios «es»silencio,desdesiempreyparasiempre. Operasilenciosamente en lasprofundidadesdelasalmas.

En los designiosinexplicablesdesuIniciativa,libre y libertadora, nacen lasoperaciones de la Gracia.¿Por qué da a unos y no aotros?¿Porquéahorasíynoantes?¿Porquéenestegrado

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ynoenotro?Todoquedaensilencio. La gratuidad, pordefinición,notienerazonesniexplicaciones.Essilencio.

Por eso nuestro Dios esdesconcertante, porque esesencialmente gratuidad.TodopartedeEl, lagraciayla gloria, el mérito y elsalario.Nadasemerece,todose recibe. El nos amóprimero. Nadie le puedepreguntar por sus decisiones.

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Ningún ser humano puedelevantarse ante El,reclamando, exigiendo ocuestionando. Todo esGracia. Por eso sus caminosson desconcertantes y amenudo nos hunden en laconfusión.

A veces tenemos laimpresióndequeelPadrenosabandona.Pero,alavueltadela esquina, nos envuelverepentinamente con una

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visitación embriagadora.Aunque sus caminosnormalessonlosmecanismosordinarios de la gracia, deprontoelPadrenossorprendecon gratuidades inesperadas.Dios es así. Es precisoaceptarlotalcomoEles.

No hay lógica «humana»ensuobrar.Suspensamientosycriteriossondiferentesalosnuestros. Lo más difícil estener paciencia con este

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nuestro Dios. Lomás difícil,ennuestraascensiónhaciaEl,es aceptar con paz esagratuidad esencial del Señor,sufrir con paciencia susdemoras, aceptar en silenciolas realidades promovidas opermitidasporEl.Diosesasí,gratuidad.

Su gracia actúa en silencio.

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Seinsertasilenciosamenteenlacomplejísimaentrañadelanaturaleza humana. Nadiesabe cómo sucede. Nadiesabesiloscódigosgenéticos,las combinacionesbioquímicasolostraumasdela infancia o anteriores,obstruyen o destruyen lalibertad, tierra donde echasus raíces el árbol de lagracia.

¿El pecado? Es el

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supremomisteriodelsilencio.¿Quién lo puede pesar? Lafidelidadesundueloentre lagraciaylalibertad.¿Quiénlapuedemedir? ¿En qué gradopresiona la Gracia, y en quégrado resiste la libertad?Todo queda en silencio, sinrespuesta.

En la conducta humana,¿cuánto hay de simpleinclinación genética,heredadade losprogenitores,

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cuánto de condicionamientodeterminadoporlas«heridas»de la infancia, y cuánto esfruto de un esfuerzo libre?Todoquedasinrespuesta.

Miremos a nuestroderredor. Condenamosairadamente a éste, porquetuvounaexplosiónviolenta,oporque un hecho de su vidaescandalizó a la opiniónpública. Todo el mundopresenció la explosión o el

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escándaloytodossesintieroncon derecho a juzgarlo ycondenarlo. Pero ¿quiénpresenció anteriormente susvictorias espirituales? ¿Quiénsabe de las decenas desuperaciones que hubo, en elsilencio de su alma, antes deaquel«pecado»?Cadaunodenosotros somos testigosirrefutables de cuántagenerosidad y constanciatuvimos que desplegar,

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cuántos vencimientos, antesdesentirnosotrosmismosunpoco de mejoría en lahumildad, paciencia,madurez… ¡Y cuántoesfuerzomásparacuandolosdemás sintieron nuestramejoría!

¿Por qué triunfan unos yotros no? ¿Por qué éste, conuna inteligencia tan brillante,fuesiempreundesajustadoenla vida? ¿Por qué éste,

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mediocre,emergeporencimade los demás? ¿Quién iba apensar que este niño, nacidoen un oscuro rincón delmundo,ibaadejarunahuellatan honda en la historia?¿Quién iba a pensar que estepersonaje o movimientopolítico iba a terminar ensemejantecolapso?Todoestáencubiertoconunvelo.Todoessilencio.

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Todolodefinitivollevaelsello del silencio. ¿Cuántoscontemporáneos percibieronsiquiera un fulgor de lapresencia sustancial del Dioseterno,quehabitabaenaqueloscuro nazaretano llamadoJesús? ¿Con qué ojos locontemplaron Felipe,Natanael o Andrés? ¿Quépensaron de El Nicodemo oCaifás?

La travesía del Hijo de

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Dios, bajo las profundasaguas humanas, se hizo encompleto silencio. Elcontemplador queda mudopor este hecho. Un meteorocruza el firmamentosilenciosamente, pero almenosbrilla.Dios,ensupasoporlaexperienciahumana,nisiquiera brilló; fue eclipse ysilencio. Lo que más nosadmira en Jesús y en suMadre es su humildad

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silenciosa.¿Cuántos se enteraron de

queaquellavecinadeNazaretque acarreaba agua o leña,que nunca se metía en losasuntos de las vecinas peroque las ayudaba en susnecesidades, cuántossupieron, repito, que aquellavecina era llena de gracia,privilegiada del Señor yexcelsa por encima de todaslasmujeresdelatierra?

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¿Quépensabandeellasusparientes de Caná o suspropios familiares máspróximos? Todo el misteriode María estuvo enterradoentrelosplieguesdelsilencio,durante lamayor parte de suvida. Muchos de susprivilegios —Inmaculada,Asunción…— estuvieron ensilencio,inclusoenlaIglesia,durante muchos siglos.Volvemos a la misma

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conclusión: lo definitivo estáensilencio.

ReceptividadEscogí esta palabra —

silencio— para titular estelibro y este capítulo, porqueme parecía que resumía yexpresaba cabalmente lahistoria y personalidad deMaría.

Existen en la Bibliaexpresionesmuy cargadas de

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connotacionesvitales,ynosedanen los idiomasmodernosvocablosquepuedanabsorbery retransmitir toda aquellacarga. Así, por ejemplo,shalom. Nuestra palabra pazno agota de ninguna manerala carga vital de aquellaexpresión hebraica. Atiausignifica mucho más quenuestra palabrapobre. La fe,de que tanto habla Pablo,encierra armónicas mucho

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más amplias que esa mismapalabraennuestroslabios.

De manera análoga,cuandodigosilencioaplicadoal caso de María, quisieraevocaruncomplejoprismaderesonancias.Aldecirsilencio,en el caso de María, estoypensandoensudisponibilidady receptividad. Cuando digosilencio de María, quisierasignificar expresiones comoprofundidad, plenitud,

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fecundidad. Quisiera evocartambién conceptos comofortaleza, dominio de sí,madurez humana. Y, demanera muy especial, losvocablos fidelidad yhumildad los consideraríacasi como sinónimos desilencio.

LugardeorigenSe llama María de

Nazaret. El nombre de

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Nazaret no aparece ni unasola vez en el AntiguoTestamento ni en el Talmud.En sus dos famosos libros,Antigüedades Judaicas yGuerra Judaica, FlavioJosefo agota toda la materiageográfica e histórica dePalestina. Pues bien, porninguna parte aparece elnombredeNazaret.

Como bien sabemos, losromanos en sus mapas

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imperiales tenían anotadoscuidadosamente los nombresde los pueblos y ciudades desu vasto imperio, aun losnombres de los lugares másinsignificantes.ElnombredeNazaret tampoco aparece porningunaparte.

Nazaret«es»silencio.Los únicos escritos que

noshablandeNazaretsonlosevangelios. Y el evangelistarecogió —y le pareció

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interesante el consignarlo—unaironíadeNatanael, típicaentre rivales pueblosprovincianos: «¿De Nazaretpuede salir algo bueno?» (Jn1,46).

De María nosabemos cuándo ydónde nació, niquiénes fueron suspadres. No sabemoscuándo y dóndemurió, ni siquiera si

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murió. Todo essilencio en torno aMaría.

De cualquierpersonaje importantelo primero que nosinteresa, enunprimergolpe de curiosidad,es cuándo y dóndenació. Acerca decuándo nació Maríapodríamos conjeturaruna fecha

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aproximativa a partirde ciertas costumbresde aquellos tiempos,como por ejemplo laedad de losesponsales.

Pero acerca dedónde nació nisiquiera puedeconjeturarse, porqueen una región dondereinaban costumbressemi-nómadas, sus

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habitantesnosabendeestabilidad local, porcualquier motivo sedesplazan de un lugara otro, se instalanprovisionalmente enotra parte y sus hijosnacen en cualquierlugar. María pudohabernacidoenNaím,Betsaida o Caná.Nadielosabe.

Acerca de los

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padres de María nosabemos nada. Latradición, siguiendo alos evangeliosapócrifos,nosaseguraque se llamaronJoaquín y Ana. Perolos evangelioscanónicos no nosdicen nada. Todo esincierto, nada esseguro. Los orígenesdeMaría se esconden

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en el más profundosilencio.

En la Biblia, un silencioimpresionante envuelve lavida de María. En losevangelios, apareceincidentalmente y desapareceenseguida.

Los dos primeroscapítulos nos hablan de ella.Pero aun aquíMaría aparececomo un candelabro: lo

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importanteeslaluz—elNiño—. Como ya hemosexplicado, las noticias de lainfancia nacieron, en suultima instancia, de María.Dealgunamanerapodríamosdecir: aquíhablaMaría.Y laMadre habla de José, deZacarías, de Simeón, de lospastores, de los ángeles, delos reyes… De ella mismaapenas habla nada.María noesnarcisista.

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Después, en losevangelios, aparece ydesaparece comouna estrellaerrante, como si sintieravergüenza de presentarse: eneltemplo,cuandosepierdeelNiño (Lc 2,41-50), en Caná(Jn 2,1-12), en Cafarnaúm(Me3,31-35),enelCalvario(Jn19,25-28),enelCenáculo,presidiendo el grupo de losDoce, en oración (He 1,14).En estas tres últimas

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presentaciones, no articula niunapalabra.'

Después,sólounaalusiónindirecta, mucho másimpersonal: «nacido demujer».Aquí,PablocolocaaMaría detrás de un extrañoanonimato: «Dios envió a suHijo, nacido de mujer» (Gál4,4). Hubiese sido suficientecolocar el nombre de Maríadetrás de la palabra«mujer»,¡y hubiera quedado tan

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bonito!Perono.Eldestinodela Madre es quedar siemprealláatrás,enlapenumbradelsilencio.

Impresiona y extraña lapoca importancia que, alparecer, Pablo da a María.Por los cómputoscronológicos ellos dospudieron haberse conocidopersonalmente, yposiblemente se conocieron.Al reclamar su autoridad

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apostólica,Pablosegloríadehaber conocidopersonalmente a Santiago«hermano» del Señor (Gál1,19).Sinembargo,deMaríano hace alusión alguna, nisiquiera indirecta, en suscartas.

Fuera de esas fugitivasapariciones, la Biblia no

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hablanadamásdeMaría.Lodemásessilencio.SóloDioses importante. Maríatransparenta y queda ensilencio.

Fue como esosvidrios grandes,limpios ytransparentes.Estamos en unahabitación, sentadosen una butaca,contemplando

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variadas escenas ylindos paisajes: lasgentes caminanpor lacalle, se ven árboles,pájaros, panoramasbellísimos,estrellasenla noche. Nosentusiasmamos detanta belleza. Pero ¿aquién debemos todoeso? ¿Quién se dacuentade lapresenciay de la función del

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vidrio?Sien lugardevidrio hubiese unapared, ¿veríamos esasmaravillas?Esevidrioes tan humilde, quetransparenta unpanoramamagníficoyélquedaensilencio.

Eso, exactamente, fueMaría.

Fueunamujer tanpobre y tan limpia

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(como el vidrio), tandesinterasada y tanhumilde,quenoshizopresente, nostransparentó elMisterioTotaldeDiosy su Salvación, y ellaquedó en silencio,apenas nadie se diocuentadesupresenciaenlaBiblia.

Navegando en elmar del anonimato,

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perdida en la nochedel silencio, siempreal pie del sacrificio yde la esperanza, lafigurade laMadrenoes una personalidadacabada concontornospropios.

Este es el destino deMaría.Mejor,Maríano tienedestino como tampoco tienefigura configurada. Siempre

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está adornada con la figuradel Hijo. Siempre dicerelación a Alguien. Ellasiempre queda atrás. LaMadre fue un «silenciocautivador», como dice VonleFort.

María fue aquella MadrequeseperdiósilenciosamenteenelHijo.

El silencio de la

virginidad

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La llamamos La Virgen.Lavirginidadesensímismasilencio y soledad. Si bien lavirginidad hace tambiénreferencia a los aspectosbiológicos y afectivos, sinembargo, el misterio de lavirginidad encierra contornosmuchomásamplios.

En primer lugar lavirginidad es, fisiológica ypsicológicamente,silencio.Elcorazón de un virgen es

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esencialmente un corazónsolitario. Las emocioneshumanas de orden afectivo-sexual que de por sí sonclamorosas, quedan encompleto silencio en uncorazónvirgen,todoquedaencalma, en paz, como unallama apagada. Ni reprimidanisuprimida,sinocontrolad.

La virginidad tienehundidas sus raíces en elmisterio de la pobreza.

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Posiblemente es el aspectomásradicaldelapobreza.Yonoentiendoesacontradicciónquesedaennuestrostiemposposconciliares en los medioseclesiásticos: la tendencia aexaltar la pobreza y latendencia a subestimar lavirginidad. ¿No será que nose entiende bien ni lo uno nilootro? ¿No seráque ciertoseclesiásticos quieren bogarsobre la espuma de la moda

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exaltando «lo pobre» en lalínea marxista y rechazando«lo virgen» en la líneafreudiana? Sin embargo, elmisterioprofundo,tantodelapobreza como de lavirginidad, se desarrolla enuna latitud ¡tan distante deMarx y de Freud…! en elmisteriofinaldeDios.

Soledad, silencio,pobreza, virginidad —conceptostancondicionalesy

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entrecruzados— no son nitienen en sí mismos valoralguno; son vacíos y carecende valor. Sólo un contenidolesdasentidoyvalor:Dios.

Virginidadsignificaplenoconsentimiento al plenodominiodeDios,alaplenayexclusiva presencia delSeñor. Dios mismo es elmisteriofinalylaexplicacióntotaldelavirginidad.

Es evidente que la

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constitución psicológica delhombre y de la mujer exigemutua complementariedad.Cuando el Dios vivo yverdadero ocupa, viva ycompletamente, un corazónvirgen, no existennecesidadescomplementarias, porque elcorazón está ocupado y«realizado» completamente.Pero cuandoDios, de hecho,no ocupa completamente un

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corazónconsagrado,entoncessí nace inmediatamente lanecesidad decomplementariedad.

Los freudianosestán radicalmenteincapacitados paraentender el misteriode la virginidad,porquesiemprepartende un presupuestomaterialista y portanto ateo. No tienen

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autoridad, les falta la«base» deexperimentaciónyporconsiguiente «rigorcientífico» paraentender una«realidad» (virginidad«en» Dios) que esesencialmenteinaccesible e inclusoinexistenteparaellos.

La virginidad sinDios —sin un Dios

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vivoyverdadero—esun absurdo humano,desde cualquier puntode vista. La castidadsin Dios es siemprerepresión y fuente deneurosis.Másclaro:siDios no está vivo enun corazónconsagrado, ningúnser normal en estemundo puede servirgen ni casto, al

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menos en el sentidoradical de estosconceptos.

Sólo Dios es capaz dedespertararmoníasinmortalesen el corazón solitario ysilenciosodeunvirgen.Ydeesta manera Dios, siempreprodigioso, origina elmisterio de la libertad. Elcorazón de un verdaderovirgen es esencialmente

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libertad. Un corazónconsagrado a Dios, envirginidad —y habitado deverdad por su presencia—,nunca va a permitir, no«puede» permitir que sucorazón, quede dependientedenadie.

Esecorazónvirgenpuedeydeberamarprofundamente,pero siempre permaneceseñor de sí mismo. Y esoporque su amor es

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fundamentalmente un amoroblativoydifusivo.Elafectomeramente humano, poresconder diferentes ycamufladasdosisdeegoísmo,tiende a ser exclusivo yposesivo. Es difícil, casiimposible, amar a todoscuando se ama a una solapersona. El amor virginaltiende a ser oblativo yuniversal. Sólo desde laplataformadeDiossepueden

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desplegar las grandesenergíasofrendadasalSeñor,hacia todos los hermanos. Siun virgen no abre suscapacidades afectivas alservicio de todos, estaríamosante una vivencia frustrada ypor consiguiente falsa de lavirginidad.

De ahí sucede que lavirginidad sea libertad. Uncorazón virgen no «puede»permitir que nadie domine o

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absorba ese corazón, auncuando ame y sea amadoprofundamente. Dios eslibertad en él. Posiblemente,el signo inequívoco de lavirginidad esté en esto: nocrea dependencias ni quedadependiente de nadie. El quees libre —virgen— siempreliberta, amando y siendoamado.EsDioselquerealizaesteequilibrio.AsífueJesús.

SiDioseselmisterioyla

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explicación de la virginidad,podríamos concluir que,cuanta más virginidad, másplenitud de Dios y máscapacidad de amar.María esplena de gracia porque esplenamente virgen.Demodoque la virginidad es, ademásdelibertad,plenitud.

María es una profundasoledad —virginidad—poblada completamente porsuSeñorDios.Dioslacolma

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ylacalma.ElSeñorhabitaenella plenamente. Dios lapuebla completamente. Esafigurahumanaqueapareceenlos evangelios, tan plena demadurez y paz, atenta yservicial para con los demás,es el fruto de una virginidadvividaalaperfección.

Unaescenaíntima

La escena de la

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anunciación (Lc 1,26-38) constituye unrelato de oro. Laintimidad impregna,como rocío, laspersonas y losmovimientos. De lamisma manera que alprincipiodelmundoelespíritu de Diosaleteaba sobre lainformemasacósmica(Gén 1,2), así en esta

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escenalapresenciadeDios palpita, como sipresintiéramos lainminencia de unacontecimientodecisivo para lahistoriadelmundo.

Gechtermanifiestaqueenlaescenadelaanunciaciónse respiraun inimitable yatrayente aroma deintimidad.

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Para poder captarel «aliento» de laescena, es precisodetener el aliento ytomar una actitudcontemplativa, enatenta quietud.William Ramsay dicequeelrelatopierdesuencanto cuando esrecitadoenvozalta:

«Pareceserunadeesas narraciones que

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pierden su encantocuando son recitadasenpúblico.»

Tenemos la impresión deque la escena está presididapor el ángel. María está ensilencio.Comodecostumbre,la sentimos en un lejanosegundo plano, allá en elrincóndelaescena.Lajovenobserva,reflexionaycalla.

Noesunsilenciopatético.

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Es la actitud simple de la«esclava que está mirando alasmanos de su dueña» (Sal122), atenta y obediente. Elángel habla todo.María sólouna pregunta y unadeclaración.

Unas palabrasresplandecientes brillaroncomo espadas (Lc 1,28).

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Nunca en el mundo unapersonahabíaoídosemejantesalutación. ¿Qué fue? ¿Unavisiónóptica?

¿Una presencia interior?¿Alocución fonética, quizásilenciosa? Fuera lo quefuese, la joven fue declaradapor el cielo comoPrivilegiada, Encantadora,Amada más que todas lasmujeresdelatierra.

María «se turbó» (Lc

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1,29).¿Qué significa esa

turbación? ¿Quedó la Madreemocionalmente quebrada?¿Se asustó ante la visión, laalocución o lo que fuese?¿Fuepresadelosnerviosporel conjunto ambiental, por eltratamientosolemnequeseledio?

Fuemuchomásprofundoque todo eso. Cuando unapersona sufre una turbación,

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su mente queda ofuscada, sesiente incapaz de coordinarideas. Y en cambio Lucasconstata que la Madre,turbada y todo, se pusotranquilamente a pensar cuálsería el significado deaquellaspalabras.

¿En qué consistió,entonces, la turbación deMaría? Los vocablosequivalentes a turbaciónseríanperplejidad,confusión.

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LasituacióninteriordeMaríaera como la de aquellapersona que se sienteruborizadaporuntratamientodel que se siente indigna, almedir la desproporción entreel concepto que tenía Maríade sí misma (Lc 1,48) y lamajestad de las altísimasexpresionescon lasquese lacalificaba.

Una vez más, desde estaescena emerge una criatura

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llenadehumildad,raízúltimadesugrandeza.

Las expresiones,

aparentemente imperativas,del ángel, se prestan aequívocos. Se le dice«concebirás»,«lepondráspornombre», etc. Sin embargo,en su contexto no eraimposición sino proposición;esdecir,unencargoque,parasu realización, necesitaba del

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consentimientodeMaría.Una vez queMaría da el

consentimiento, se somete auna silenciosa pasividad. Yenunaactituddeabandonosesomete al proceso delmisterio. El Espíritu Santoocupa, como una sombra, supersona.«En»ellaseoperaelmisterio total: el frutogermina«en»ella,crece«en»ella, se desprende de ella—nacimiento—, se le pone el

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nombre que se le habíaseñalado.Todoessilencio.

Aparentemente, todo espasividad. En realidad, esfidelidad. María «es» laafirmación incondicional yuniversal de la voluntad delPadre. Como sierva, ella notiene voluntad ni derechos;los tiene, su Señor. A él lecorresponde tomar lasiniciativas. Y a ella,ejecutarlas, con fidelidad,

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simplemente y sindramatismos.

Esta pasividad se prestatambién a equívocos. Es lapasividad bíblica,revolucionaria ytransformante. La savia, siquiere transformarse en unesbelto árbol, tiene quesometersealapasividad.

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Si queremos que unpedazo de pan se transformeen vida, una vida inmortal,tendrá que someterse a lapasividad y permitir seratacado—yhastadestruido—por los dientes, y por lasaliva, y por los jugosgástricos,yporlosintestinos,y por el hígado… hasta queunpuñadodeaminoácidossetransforme en mi vida, unavidainmortal.

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Nunca se comprenderásuficientementequeesmuchomás fácil conquistar que serconquistado. Nunca secomprenderá suficientementeque el «heme aquí» de todoslos hombres y mujeres deDios en la Biblia, es elsecretofinaldetodagrandezaespiritualyhumanaydetodafecundidad.

Cuando el ángel se retiró(Lc 1,38) se hizo un gran

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silencio.¿QuésintióMaríaenese momento? ¿Quedódeslumbrada? ¿Quizá abatidabajo el peso de aquelmisterio? En todo aquelconjunto de aparición, ángel,palabras, encargos… en lacima de la apoteosis, ¿quésintió María? ¿Vértigo?¿Susto?¿Sorpresa?¿Alegría?

Si tenemos presente elcomportamiento normal deMaría y su espiritualidad de

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pobre de Dios, podemosdeducirlareacciónquehabríatenido Kíaría ante aquelresplandor: «aquí estoy»;«¿qué queréis de mí?»; «¡deacuerdo,Padremío!»

Pero, a pesar de estahumildedisposición, el ángelvio que depositaba un pesocasi insoportable sobre loshombros de aquellamuchacha. Aunqueinmaculadayprivilegiada,no

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dejaba de ser una criatura,sometida como nosotros areaccionespsicológicascomolasdeltemor,confusión…

En la medida en quefuerantranscurriendolosdíasy fuera esfumándose lafrescurade las impresionesycomenzaran a sentirse losprimeros síntomas delembarazo, la joven gestantepodría sentirse un día, enmedio de una completa

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soledad y silencio, comovíctimadeunaalucinación,ypodría desmoronarse suenterezaante losembatesdeldesconcierto y encontrarsenavegando entre lucespasadasysombraspresentes.

Si llegaba a darse esasituación, ¿adonde podríaagarrarselapobrecriatura?Elángel le ofreció un hechoparalelo con el que podríaconfrontarsupropiocaso.

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Mira a tu pariente Isabel,le dijo el ángel. Era estéril.Ahora, sin embargo, ya estágrávida en su sexto mes,todos dicen «floreció laestéril», porque para Diosnada hay imposible. Túmisma puedes verificar sitodo eso es verdad. Y esaverificación servirá paraprueba de que todo lo queacabodeanunciarteesyserárealidad.

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¿Fue eso? ¿Un asideropara no naufragar en el marde la soledad? ¿Un «signo»para asegurar su fe? Asíparece serpor el contextodela anunciación. Fue unadelicadeza «humanitaria». Apesardelafortalezaespiritualde María, siempre existe unmargen de fragilidadpsicológica para los sereshumanos. Y Dios ¡es tancomprensivo!…

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Pero, a partir de lo quesabemos deMaría a lo largode su vida, yo diría que laenvergaduradelafedeMaríaera tal que la Madre nonecesitaba ni apoyos nicomprobaciones.Bastabaquese le hubiera dicho «paraDios nada es imposible» (Lc1,37). La pobre de Dios nopregunta, no cuestiona, noduda,nosequeja.Seentrega.Sobran explicaciones y

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comprobaciones.

2. El drama deun silencio

/

El secreto mejorguardado

Impresiona el silencio de

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María después de laanunciación. El hecho de serla Madre del Mesías y elhechodeserlodeunamaneraprodigiosa, eran para dejardesequilibradaemocionalmente a cualquierpersona.

Es difícil sobrellevar, ensoledad y silencio, tanenorme peso psicológico. Sila joven María guarda esesecreto en completo silencio,

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estamosanteuncasoúnicodegrandeza humana cuyascircunstancias vale la penaanalizarcuidadosamente.

Maríanocontóanadieelsecreto de la encarnaciónvirginal.

NoselocontóaJosé(Mt1,19).

No se lo contó a Isabel.Para cuando María se hizopresente en Ain Karim, encasa de Zacarías, Isabel ya

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estaba en poder del secretofundamental. Apenas Maríaabrió la boca para decir¡shalom!, Isabel prorrumpióen exclamaciones yparabienes.

Los nazaretanos nuncasupieron cuándo fueconcebido Jesús. Si lohubieran sabido, la vida

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entera sería poco paraechárselo en cara y los ecosde la maledicencia jamás sehabrían apagado, Y el granperjudicado habría sido elHijo,másquelaMadre.

Cuando Jesús se presentaen la sinagoga de Nazaret,declarándosecomoelMesíasesperado, losnazaretanos«seirritaron contra él» (Me 6,3).Y Lucas dice que lopersiguieron, como se

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persigue a un perro, conpiedras en la mano,acorralándolo hacia undespeñadero,paraprecipitarlodesdeallíymatarlo(Lc4,28-30). Y Mateo añade que, enesa misma oportunidad, losnazaretanos decían contraJesús todo cuanto sabían denegativo para rebajarlo: queno era ni más ni menos queellos, que era simplementehijo de un carpintero y

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carpintero él mismo, que sumadreeraunapobrealdeana,que no tenía estudios y eraignoranteenlasEscrituras;enfin, que aquí nos conocemostodos…(Mt13,53-58).

Conesto, aquellaspobresgentes descargaban todocuanto sabían en su contraparadisminuirlacategoríadeJesús. No sabían más. Puesbien: si los nazaretanoshubiesen tenido la más vaga

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idea de que Jesús no era,propiamente, hijo de José,con qué gusto le habríanechado en cara en estaocasión el vocablo máshiriente del «argot» popular:hijo de una violada(«harufá»).

Por el contexto

evangélico se deduce, pues,que María no comunicó anadieelsecretosagrado.

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Lospersonajesque,comoSimeón y Ana, estuvieroniluminados por el EspírituSanto y señalaronproféticamente el destino deJesús y de María, no teníanninguna información, segúnse deduce del contexto sobrela concepción virginal. Porotra parte, Jesús aparecesiempre en los evangeliosante laopiniónpúblicacomohijo de un matrimonio

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normal.Todo está, pues,

indicando que el secreto nosalió de boca de María. LaMadre se hundió con supropio secreto en el silenciodel corazón. Se desligó de laopinión pública, sedespreocupódel«quedirán»,seabandonóalavoluntaddelPadreyquedóenpaz.

/

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FortalezaenlaintimidadEn las circunstancias en

las que se encuentra con laanunciación, cualquier mujerse hubiera dejado llevar porunarrebatoemocional.

Millones de mujeres enIsrael, desde Abraham —sobre todo desde los días dela realeza— hasta María,habían alimentado un sueñodorado:sermadredelMesías.

Más aún: se respiraba en

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Israelunaespeciede leyendapopular, según la cual todamujerquedabaa luzentrabaaparticiparindirectamentedelagloriadelfuturoMesías.Esdecir, cualquier madre deIsrael compartía, aun cuandofuesealadistanciadesiglos,lamaternidaddelMesías.

Como consecuencia deeste mito popular habíasurgido en Israel unadesestimación completa por

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lavirginidadygrantemorporla esterilidad, porque ambasimpedíanalasmujeresentraren la gloria mesiánica. Lamayor frustración para unamujereraquedarsoltera,ylamayor humillación laesterilidad. La vergüenza detantas estériles en la Biblia(Sara, Ana, Isabel…), laslágrimas de la hija de Jefté«llorandosuvirginidadenlasmontañas de Israel» (Jue

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11,38) son un eco de aquellaleyendapopular.

Pues bien, en estemomento se le anuncia aMaría que aquel sueñofantástico alimentado portantasmujeresdeIsrael ibaarealizarse precisamente enella.Y

que, además, seibaaconsumardeunamanera prodigiosa,

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con una intervenciónexcepcional delmismo Dios. María,mujer reflexiva einformada, tomóconcienciadelalcancede lo que se lecomunicaba.

Una mujer, si notiene una madurezexcepcional,normalmentesesienteincapaz de controlar

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tan sensacionalesnoticias, latraicionaron losnervios, se quiebrapor la emoción, sedesahoga, llora,cuenta,sederrama.SiMaría es capaz dequedarensilencio,sincomunicar nada anadie, cargando porcompleto el peso detan enorme secreto,

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significa que estamosante una real señoradesímisma.

Ahora bien: ¿cuál podríaser, fuera de la Gracia, laexplicación psicológica deesta fortaleza interior de laMadre?

En primer lugar, Maríaera unamujer contemplativa,y todo contemplador poseeuna gran madurez. El

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contempladoresunsersalidode sí mismo. Uncontemplador es exactamenteun alma admirada,emocionada y agradecida.Tiene una gran capacidad deasombro.

El contemplador es unapersonaseducidayarrebatadapor Alguien. Por eso, el quecontempla nunca está«consigo», siempre está enéxodo, en estado de salida,

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vuelto hacia el Otro. En elcontemplador vive siempreunTú,unOtro.

Ahora bien: enpsiquiatría, la capacidad deasombrarse y el narcisismoestán en proporción inversa.Si el contemplador estásiempre salidohacia elOtro,sin ninguna referencia a símismo, no tiene ningunadosisdenarcisismo.Enelserquenotieneningúngradode

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narcisismo, no hayinfantilismo—infantilismo ynarcisismo se identifican—,tiene plena madurez, susreacciones están marcadaspor la objetividad y lasabiduría. Ni se exaltará porlos triunfos ni se deprimirápor los reveses. No serádominadosinoqueseráseñordesímismo.

María, por ser una

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auténtica contempladora,tiene esa fortaleza interior.Basta analizar elMagníficat.Toda María es un arpavibrante,dirigidaalSeñor.Enestehimno,laMadrenotieneningún punto de referencia así misma. Sóloincidentalmenteseacuerdadesí misma, y esa vez paradeclarar que ella es «pocacosa».

ElcantodeMaríaestáen

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lamisma línea, asombrada ycontemplativa, del salmo 8:Señor, nuestro Dios, ¡quéadmirable es tu Nombre entoda la tierra! Y también enlas mismas armónicas dePablo: «¡Oh profundidad dela riqueza, de la sabiduría yde la ciencia de Dios! ¡Quéinsondables son tuspensamientos, quéindescifrables tus caminos!»El Magníficat se resume en

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esto:«Isabel, ¡quéMagníficoesnuestroDios!»

A una mujer asombrada,como María, no le importanni le mueven «sus» cosas,sino las de su Dios. Vivedesligadadesusintereses.Sumundo interior no puede sertocado ni sacudido por lasnoticiasreferentesaella.Estámás allá y por encimade lasfluctuacionesemocionales.

No le deprimen las

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adversidades,noseexaltaporlasbuenasnoticias.Deahí lainconmovible estabilidadanímicadeMaría.

SecierraelcercoPara llegar al

conocimientodelapersonayvida de la Madre, esnecesario situarnos en elambiente cultural y religiosoen el que María vivió, tenerpresente lascostumbresde la

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Palestinadeaquellostiempos.Lo que hoy llamamosPalestina, nombre que porprimera vez aparece enHerodoto, abarcaba entoncesJudea, Samaría y Galilea, esdecir, todo Israel. Como losevangelios nos hablan tanpocodeMaría,superspectivahistórica está llena delagunas.

Para cubrir esos vacíosvamosaadoptarunareglade

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oro: lo que es común ynormal en su tiempo y en supueblo, es también común ynormalparaMaría.

Hastalosdoceañosyundía,María era considerada, igualque las demás, una niña. Alosdoceañosyundía,Maríafue declarada gedulab, quequiere decir mayor de edad,

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núbil. A esta edad, todamujer era considerada aptapara el matrimonio. La leysuponía que ya habíaadquirido madurez física ypsíquica. Muy pronto,después de cumplir los doceaños, según las costumbresdeaquellostiempos,elpadredefamiliaentregabaasuhija«enesponsales».

Dice Lucas que Diosenvió al ángel Gabriel a una

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virgen «desposada con unhombre llamado José» (Lc1,26).

María estaba, pues,desposada y no casada. Conla ceremonia de los«esponsales», la muchachaquedaba prometida, inclusocomprometida, pero nocasada. Diríamos hoy,quedaba de novia. Entre losesponsales y el casamientopropiamente tal, que se

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llamabaconducción,habíaunintervalo de unos 12 meses.Se llamaba conducción,porque la novia eraconducidasolemnementealacasadelnovio.

Durante estos meses

María, como las demásprometidas, quedó en la casadesupadre.Estedeterminabay preparaba el ajuar, la dótede la novia, la fecha del

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casamiento y también eldinero que el novio debíaaportar para el matrimonio.Ejercíasobre ladesposada laplenapolestaspaterna.

Sin embargo, aunque losdesposados no cohabitabanhastaeldíadelaconducción,los esponsales originaban enellos lo que llamaríamos unverdadero vínculo jurídico,que en cierto sentidoequivalía al matrimonio, de

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tal manera que la leyconsiderabaalnoviobaealah,«señor»delaprometida.

Durante los meses deesponsales, la prometidaguardaba cuidadosavirginidad.Incluso,segúnlascostumbres de Galilea —esinformacióndeFlavioJosefo—, durante estos meses los

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noviosnopodíanestarsolos.Eneldíadelaconducciónsedesignabandosmujeresparaexaminar si la novia estabaíntegra. Si se comprobabaque había perdido lavirginidad, caía sobre ella lamaledicencia, llamándoselaharufá, ruda expresión, quesignificaba«laviolada».

Si en tiempo delos esponsales lamuchacha ejercía

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comercio sexual conotro varón diferentedel novio, eraconsiderada adúlteraparatodoslosefectos,y el novio—al que,jurídicamente, se leconsideraba«señor»— podíadarle, y normalmentele daba, acta dedivorcio. Según elLevitico, podía ser

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lapidada en la plazapública. Y, según lainformacióndeFlavioJosefo,encasodequela talmuchacha fuesehija de un levita,podía ser quemadaviva.

Es precisocolocarse en estecontexto decostumbres paraapreciar, en toda su

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dimensión, el valordel silencio deMaría,al quedar grávida enla épocaprematrimonial.

El cerco estabacerrado.

ColgadasobreunabismoFue en este tiempo de

desposada cuando se lecomunicó a María que iba aconcebirdelEspírituSanto.Y

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antesdecohabitarconJoséseencontró en estado degravidez. Con esto Maríaquedaba colgada sobre unabismo.

«De este misteriosobrenatural, se lederivaban situacionesdelicadísimas. Siendosolamente prometida,se realizaba laconcepción en unperíodo que, según la

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opinión de losverdaderos israelitas,excluye toda relaciónmatrimonial».

Aquícomenzabaeldramadel silencio de María. En lamedida en que fueranpasando los meses, lasconsecuencias visibles de laEncarnación irían haciéndosecada vez más evidentes. Yhabrían de dar fundamentos

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para rumorear que Maríahabía dado un pasodeshonroso, incluso adúltero.Podíaserlapidadaenlaplazapública, según la ley y lascostumbres. Humanamenteestabaperdida.

¿Qué hacer? ¿Explicar losucedido a algunosfamiliares, para que éstostransmitieran la noticia a laopinión pública? Nadie daríacrédito. Además,

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la/explicación resultaba tanabsurda como infantil; todosridiculizarían a María, y elrumor maligno se extenderíarápidamente como el fuego.Y lo peor, los ecos de lamaledicencia habrían derecaerundíasobreelHijo.

¿Quéhacer?

Cuando una persona vive

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intensamente la presencia deDios, cuando un almaexperimenta inequívoca yvitalmente que Dios es elTesoro infinito, Padrequeridísimo, Todo Bien ySumo Bien, que Dios esDulcedumbre, Paciencia,Fortaleza…, el ser humanopuede experimentar talvitalidad y tal plenitud, talalegría y tal júbilo, que enese momento todo en la

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tierra, fuera de Dios, pareceinsignificante. Después desaborearelamordelPadresesientequeensucomparaciónnadavale,nadaimporta,todoes secundario. ¿El prestigio?Humoyceniza.

Diosesunamaravilla tangrande,queelhombrequeloexperimenta se sientetotalmente libre. El «yo» esasumido por el Tú,desaparece el temor, todo es

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seguridad y uno se sienteinvulnerable aunque secoloque al frente un ejércitoentero (Sal26).Ni lavidanila muerte, ni la persecución,ni la enfermedad, ni lacalumnia,ni lamentira,nadamehará temblar, simiPadreestáconmigo(Rom8,38).

Esomismodebió sucederaMaría.

Por esos meses,

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María debióexperimentar,conunaintensidadinsuperable, que elSeñorDiosesdulzurayternura,misericordiay amor, que el Padrees una esmeraldabrillantísima,plenitud,algo tan inefable quelas palabras jamásexpresarán, la mentejamás concebirá y el

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corazón nuncasoñará…Que todo lodemás, en sucomparación, ni valíaniimportabanada.

María sintió unasensación inmensa delibertad, segura yhasta invulnerableante cualquieradversidad, pudiendodecir con el salmista:«BenditoseaelSeñor,

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que hizo por mímaravillas de amor,en una ciudadimpenetrable» (Sal30).

«El Señor estáconmigo, no tengomiedo. ¿Qué malpodría hacerme elhombre?»(Sal117).

Como si dijera: Dios esmi tesoro y mi único bien,

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pueden hacer de mí lo quequieran. ¿Maledicencia?,¿piedras?, ¿llamas?,¿marginación?, ¿libelo derepudio? Nada tieneimportancia. Sólo mi Diosvale. Sólo el Señor esimportante. Lo demás estierraypolvo.

Y la Madre quedó ensilencio. Se sentíainmensamentelibre.

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ElvarónjustoComprendemos y

admiramos que Maríaguardara silenciosamente susecreto. Pero ¿por qué no selo contó a José?El hechodeconcebirdelEspírituSantoysusconsecuenciasinteresabandirectamente a José.A partirde los esponsales, José era«su señor»; en conceptosjurídicos María pertenecía aJosé. ¿Porquéno se lodijo?

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Ciertamente esto resultaextraño.

Los hechos sucedieronasí:unbuendíallegóaoídosdeJosé,nosabemoscómo,lanoticia,quizá lasospecha,deque María estaba grávida.José, no queriendo armar unescándalo público en contradeMaríju decidió extenderlesecretamente el acta dedivorcio. Cuando comenzabaahacer los trámitesparaeste

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expediente (Mt 1,18-25),Dios descorrió el velo delmisterio.

En el trasfondo de estoshechos se vislumbran, semi-velados,algunosaspectosqueennoblecen a María ytambiénaJosé.

Para ponderar la reaccióndeJoséysucomportamientoen

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esta escena, tenemos quetener presentes ciertoselementos de la psicologíacomún. Ante la opiniónpública, una de las mayoreshumillacionesparaunesposoen lavida social es elhechoo el rumordeque su esposale es infiel. En talcircunstancia, la reacciónnormaldelvarónacostumbraa ser siempre violenta. Enseguida brillan las pistolas y

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dagas. Es, dicen, la maneradelimpiarelhonor.

Si esto ha sido siempreasí, podemos imaginar quéseríaenlasociedadpatriarcalen la que vivía José. BastaabrirelLevítico.Yasabemoslo que les esperaba a lasadúlteras: divorcioautomático, gran escándalo yunalluviadepiedras.

¿Por qué José noreaccionóasí?Enelfondode

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este hecho se vislumbrandeducciones muyinteresantes. En el contextode Mateo sentimos a Josécomo perplejo, como noqueriendo creer en lo que ledicenoenloqueestáviendo.Eso nos permite deducir lasiguientesituación.

Pienso que elhecho de ser Maríainmaculadayllena•degracia, debió

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reflejarse en susemblante, sobre todoen sus reacciones ycomportamientogeneral. María debiótener, desde pequeña,un no sé qué todoespecial. Aquellajovenevocaríaunalgodivino, envolviéndosesu figura ypersonalidad en unaura misteriosa, al

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menos para unobservadorsensible.

A partir de lareacción de Josépodemos seguirpresuponiendo que,antes de losacontecimientos queestamos analizando,éste debió sentir porMaría algo así comoadmiración, quizáveneración. Mateo

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presenta a José como«justo», es decir,sensible para lascosas de Dios. José,pues, con esasensibilidad debió veren María algo más yotra cosa que unamuchacha atractiva;debió apreciar en ellaun algo especial, algodiferente,unmisterio.

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Así nos explicamos lareacción de José. Parece queno se puede creer: confrontala«noticia»conlaideaqueéltienedeella,quedaperplejoyparece decir: no puede ser.Era imposible que aquellacriatura angelical, que élconocía perfectamente,tuviera semejante traspié.Pero, por otra parte, lasevidencias estaban a la vista.¿Quésería?¿Quéhacer?

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Debió ser tan alta suestimaporMaría,quedecidiónodarriendasueltaalatípicaviolencia del varón burlado,sino sufrir en silencio élmismotodaaquellasituación,eventualmente ausentándosedeNazaretcon talqueMaríano fuera maltratada por laopiniónpública.

Todo esto estásignificando cuán grandedebió ser la veneración que

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José sentía porMaría y cuán«venerable» debió ser Maríadesde pequeña. Al mismotiempo, esta reacción nos dadeungolpeunretratointegralde José: sensible a las cosasde Dios, preocupado más delos demás que de sí mismo,capaz de comprender yperdonar, capaz de tenercontrol de sí mismo para nodejarse llevar por unadecisiónprecipitada,capazde

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esperar y de sufrir élmismo,en lugar de que sufran losdemás, capaz de amaroblativamente.

SigiloreverenteApesardelodichosigue

en pie la pregunta: ¿por quéMaría no comunicó a Joséuna noticia que le concerníadirectamente?

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María tenía que entenderobviamente que, tarde otemprano, José tenía quéenterarse y que, cuanto mástarde,erapeorparaella.¿Porqué se calló? ¿Pensó Maríaque José no sería capaz decomprender tan alto misterio—en realidad nadie seríacapaz— y que sería mejorquedar en silencio? ¿CalculóMaría que José no habría decreer en la explicación

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objetiva del hecho? El casodeverdaderataninauditoquea cualquiera se le ocurriríapensar que María, con suexplicación,estabadandounaexcusa infantil para ocultarunmalpaso.¿Seríaeso?¿Unsilenciocalculado?

No fue táctica.Según loqueyointuyosetratódeunsigilo

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reverenteantelapresenciadeunenormemisterio.Poraquíandalaexplicacióndefinitivade ese desconcertantesilencio. María quedóabismada y profundamenteconmovidaporelmisteriodelaEncarnación.

Como sabemos, ella erauna joven inteligente yreflexiva.Midió exactamentela importancia ytrascendencia del doble

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prodigio: Madre de Dios ymaternidad virginal. Y ella,queeratanhumildeyseteníapor tan «poca cosa» (Lc1,48), se sintió fuertementesensibilizada, entreemocionada, agradecida yconfundida, considerándoseindigna de todo aquello. Ytomó conciencia de que elmejor homenaje, la mejormaneradeagradeceryserfiela tanta gratitud, era

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reverenciar todo aquelmisterioconunsilenciototal.

Era tan único y sagradotodo aquello, que le parecióuna profanación elcomunicarloaunserhumano,aunque se tratara delmismísimoJosé.

Y así, con tal de norevelarelsecretomássagradode la historia y, con susilencio,serfielaDios,Maríaestaba dispuesta a sufrir

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cualquier consecuencia: lamaledicencia popular, y elacta de divorcio, y laspiedras, y las llamas, y lamarginación social, y lasoledad humana. Cualquiercosa.

Total,todolodeDioseratan grande y lo humano eratan pequeño… ¡Dios era detal manera Premio-Herencia-Regalo-Riqueza!Yellahabíasido tratada con tanta

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predilección que todo lodemásnovalíanada.

Y la Madre quedó ensilencio, despreocupada,tranquila.¡Diosesgrande!

Y el Señor, emocionado porla fidelidad silenciosa de suHija,vinoensuauxilio.

Con una intervención

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fuera de serie, Dios la habíametido en un callejón sinsalida. El único que podríasacarla <le aquel atolladeroera el mismo Dios con otraintervenciónextraordinaria.Yasílohizo.

Una revelación interior,inequívocamente sentida, lehabló a José: José, deja a unlado esos temores. María noesunamujercualquieradelacalle. Es la Elegida entre las

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mujeresdetodoslostiempos.ElSeñorpuso susojos sobreella y la halló encantadora.María no ha dado ningúntraspié.Loquehagerminadoenellaesactuacióndirectayexcepcional del EspírituSanto. José, llévatelatranquilamente a tu casa yguárdala como un santuariovivodeDios(Mt1,20-24).

Debió ser infinita ladelicadezaconlaqueJosése

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aproximó a María desde esemomento.Si,porel contextodel capítulo primero deMateo, vislumbramos queJosé había barruntado enMaríaalgodiferente,conestarevelación debió quedarconfirmadoenaquellomismoquepresentía.

Apartirdeentoncesdebióser total el respeto de Josépara con María. Un hombresensible para las cosas de

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Dios como él, debió tratar aMaría con una actitud hechade reverencia, cariño yadmiración. En un hombrefuertemente «tocado» porDios, quedaban trascendidosy sublimados los lazosafectivos meramentehumanos y María fue paraJosé,desdeentonces,másqueuna muchacha atractiva: fueun reverente santuario delDiosvivo.

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Según la opinión demuchos—personalmente,meparece una explicación muyaceptable—debióserapartirde este tiempo cuandoMaríay José decidieron llevar vidavirginal en estadomatrimonial.

Entre los dos cuidarían yprotegerían a Jesús, frutodirectodeDios,germinadoenlas entrañas solitarias de lasanta Madre. Dios había

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escogido aquella casa, aquelmatrimonio como moradaespecialísima, más santa queelarcadelaAntiguaAlianza.Valía la pena de superar lasleyes de la carne y vivir enestado de adoración.Interesante es la reacción deJosé después de estarevelación. Por el versículo24 (Mt 1,24) tenemos laimpresión de que José tomóde inmediato la iniciativa,

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hizo que se preparararápidamente todo lo referentea la conducción y, enceremoniasolemne,larecibiópor esposa. y Prodigio en elsenodelsilencio

AmistadycomuniónCuandosedalaverdadera

vidaconDios,alafasedelainmersión en su intimidadcorresponde y le sucede lafase de la donación entre los

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hombres.CuantomásintensohayasidoelencuentroconelPadre, tantomásextensaserálaaperturaentreloshombres.

El trato con Dios que nolleve a la comunión con loshombres es una simpleevasiónenlaque,sutilmente,la persona se busca a símisma. Tiene que haber unperpetuo cuestionamientoentre la vida con Dios y lavida con los hombres, que

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deben combinarseintegradamentecondicionándosemutuamente,sindicotomías.

María había vivido envertical una intimidad conDios sin precedentes. Estaintimidad va a abrirla a unacomunión también sinprecedentes hacia loshermanos, representados eneste caso en Isabel. Dios esasí. El verdadero Dios es

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aquelquenuncadeja enpaz,pero siempre deja la paz. ElSeñor siempre desinstala yconduce a sus amigos alcompromiso con sussemejantes.

La Madre, después dehaber vivido las grandesemocionesde laanunciación,no quedó ahí saboreando elbanquete. Al contrario,aquellas energías nacidas desu contacto con el Señor, le

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danalasparavolar«cruzandolas montañas de Judea» (Lc1,39)alacasadeIsabel.

Dios mismo lashabía unido.El Señorhabía revelado aIsabel lo queaconteció a María, almenos la informaciónsustancial. Y elmismoSeñor revelóaMaría lo que habíaacontecido en Isabel

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(Lc1,36).Ambas se sentían

emocionadas yagradecidas por habersido, en diferentesgrados, objeto depredilección de partedelAltísimo.

Posiblementetambién Isabel sesintió impresionadapor la actuaciónprodigiosa del

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Todopoderoso, queintervenía de modoexcepcional en lanaturaleza y en lahistoria, a través deella, Isabel. Yseguramente seescondió en su casadurante los primerosmeses, en silencio einterioridad,paravivirintensamente tantagratuidaddelSeñor.

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Sus propiaspalabras reflejan estaimpresión cuandoLucas dice: «Durantecinco mesespermaneció [Isabel]retirada, pensando:”Esto es unamanifestación de lamisericordiadelSeñorpara conmigo”» (Lc1,25).

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Alparecer,Maríapreparóel viaje con alguna urgencia,y el viaje mismo se realizóconciertaprisa.¿Porquéesaurgencia? ¿Para verificar lagravidez de Isabel y así,paralelamente, ella mismasentirse confirmada en laveracidad de la anunciación?¿Para desahogarse hablandosobre aquel gran secreto?¿Quizá para tener unadefensora, como sospecha

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Gechter,encasodequefueraacusadadeadulterio?

Sea como fuere, laspalabras de Lucas: «por esosdías, María partióapresuradamente» (Lc 1,39)están indicando que el viajede María se efectuó en losdías que siguieron a laanunciación, de tal maneraquedebióserbreveeltiempoque medió entre laanunciaciónylavisitación.

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Sin embargo, seríaingenuo pensar queMaría selevantóalinstanteyviajóalaregión montañosa de Judea.La joven necesitaba delconsentimiento de su padre,bajocuyatutelaseencontrabatodavía.Precisabatambiéndela autorización de José, su«señor» (baealah) desde losesponsales.

¿Cómo consiguió ambasautorizaciones? Era una

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situación delicada la suya.¿Cómo no descubrir laverdadera razón del viaje,evitando transparentar elmisterio de la Encarnaciónvirginal y al mismo tiempodar una explicaciónconvincente? ¿Con reservasmentales?Noolvidemosque,aun siendo la Madre muyjoven, suespiritualidadhabíadejado en ella un sedimentode madurez, equilibrio y

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sabiduría.Nos imaginamos que

habría ideado, con unacombinación de veracidad ysabiduría, la explicaciónsatisfactoriaparaconseguirlaautorización para el viaje.Todo lo cual está indicandohasta qué punto estuvometida en los mismosproblemas y apuros en losque nos vemos metidostambién nosotros, los pobres

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mortales.

María no podía viajar sola.Tenía que conseguirse unacomitiva o integrarse en unacaravana.TuvoqueatravesarGalilea, Samaría y parte deJudea. En su paso porSamaría, en el último tramodel camino occidental quebaja de Jericó a Jerusalén,

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sucedió la escena que quedadescrita en la parábola delbuen samaritano (Lc 10,30-37).El hecho de viajar «conpresteza», segúnGechter,nohace referencia a un ciertonerviosismo o estadoanímico, para compartir elsecreto o cerciorarse de lainformación del ángel, sinoalhechodequeelviajedebióhacerse sin paradas y sinentrarenJerusalén.

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La tradición sitúa la casade Zacarías en un lugarllamado Ain Karim, a seiskilómetros al oeste deJerusalén.Llegó, pues, allá ysaludó a Isabel (Lc 1,40).¡Extraño! Entra en casa deZacarías y saluda a Isabel.Entrelosjudíoselvarónteníatoda la importancia yresponsabilidad, y muchomás si se trataba de unsacerdote como en el caso

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presente. Contra todoprotocolo social, aquí, enmedio, estaba el EspírituSanto,quien sacudióa Isabelpara hacerle decir palabrasproféticas (Lc 1,41-43). FueDios mismo quien habló porbocadeIsabel.

Isabel era una matronaentrada en años, «de

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avanzada edad» (Lc 1,7). Elcontexto de Lucas hacesuponer que se le habíapasado hacía tiempo la edadnormaldetenerhijos.

«A Isabeldebemos considerarlade lleno en los 60años. Si María era laprimogénita,sumadre(la de María) tendría,dentro de los cálculosnormales, unos 28

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años; algunos más, siMaría tenía hermanosmayores».

Era, pues, imposible queIsabel fuese prima de Maríacomo se suele decir. Maríatendría, en este momento,entre12y15años.Demodoque Isabel sería tía paraMaría, y posiblemente tíaabuela. Pero eso no tieneimportancia.

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Es realmente extraño quedos mujeres tan distantes enla edad estuvieran tanpróximas en sus corazones.Habíaalgoquecomunicabaaambas por encima de lasdistancias y edades. ¿Cómollegaron a semejanteintimidad? ¿Por elparentesco?Nosiempresedaentre las parientes talcomunicación.

¿Cómo explicarnos?

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Podríamos adelantar unashipótesis. En la primerasuposición,asícomoJuan(elbautista) y Jesús habían deestarunidosensusdestinosyensusvidas,elEspírituSantohizo que sus madresestuvieran también unidas enuna comunión especial. Locual,porotraparte,denotaríaque ambas madres tuvieronuna decisiva influencia en laformaciónyespiritualidadde

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suscorrespondienteshijos.Hay otra suposición.

Isabelapareceenelevangeliocomo una mujer de gransensibilidad interior, de esaclase de mujeres que poseenuna penetrante intuición paradetectar con exactitud lasvibraciones espiritualesdondequiera que estén. YMaría debió tener un auraespecialdesdepequeña.

Ahora bien, es probable

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quedesdequeMaría eraunaniña, Isabel detectara en ellaun alma privilegiada por laprofundidad y precocidad desu vida espiritual, y quizávislumbrara en ella, aunqueentre penumbras, un altodestino y, de todas formas,una riqueza interiorexcepcional.

En esta suposición, huboanteriormenteentreambasunintercambio de intimidades,

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de sus experienciaspersonales en las «cosas» deDios,apesardeladiferenciadeedad.

MaríasequedóconIsabelcercadetresmeses(Lc1,56).¿De qué hablaron duranteestostresmeses?¿Cuálfueelfondoy lamateria central desusconversaciones?

Hablaron de laconsolación de Israel, de laspromesas hechas a nuestros

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padres, de la misericordiaderramada de generación engeneración, desde Abrahamhasta nuestros días, de laexaltaciónde lospobresydelacaídadelospoderosos.

Pero más que hablar delos pobres, de los profetas yde los elegidos, hablaronsobre todo del Señormismo,de Yavé Dios. Cuandoalguien se sienteintensamente amado por el

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Padre,noaciertaahablarmásque de El. La Madre, alrecordarcómoellafuecentrode todos los privilegios,sentiríaunaconmociónúnicaal hablar de su Dios y suPadre.

Dios,Diosmismo, fue elfondo y el objeto de susemociones, de susexpansiones y de susexpresionesduranteestostresmesesenAinKarim.

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Todos los exégetas están deacuerdo en que, de los dosprimeros capítulos, emergeuna figura femenina deperfiles muy específicos:delicada, concentrada ysilenciosa.

Por eso mismo, Harnackencontraba «sorprendente»que María rompiera su

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habitual silencio e intimidadconuncantoexaltado.Aesoresponde Gechter, con unaexplicación psicológica muyplausible:

«Su profundapiedadsevioarrolladapor la grandeza de loqueDios había hechoenella.

No podía pedirsemás para que el

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silencioso carácter dela Virgen se volcasehacia fuera, en unímpetu jubiloso depalabras.

Siendo ésta unaocasión excepcional,nada hay que esté encontradicción con suhabitual recato ymodestia».

Naturalmente no fue tai)

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sólo una efusión espiritual,una comunicación fraterna.que más que eso. Hubotambiénsolicitudayuda.

Si el ángel dice a Maríaque Isabel está en su sextomes, y al poco de estanotificaciónva laMadre a lacasa de Isabel y dEvangelioagrega que «María se quedócerca de tres meses conIsabel» (Lc 1,56), podemosdeducir,contodanaturalidad,

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que quedó en Ain Karimhasta después del parto deIsabel.

De aquí emerge Maríacomouna jovendelicadacongran sentido de laserviciálidadfraterna.Esfácilimaginar la situación. Isabelestá en estado de altagravidez, con eventualescomplicaciones biológicasdebido á su edad avanzada;quedabamedioinútilparalos

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trabajos domésticos. Zacaríasestaba mudo, «herido»psicológicamente.Seguramentevivíanellosdossolos. La Madre fue, paraellos, una bendición llovidadelcielo.

Podemos imaginar aMaría, tal como siempreaparece, atenta y servicial;podemos Imaginarla en lastareas domésticas cotidianas:comida, limpieza, lavado,

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tejiendo ropa, preparandotodo aquello que se necesitapara un bebé, ayudando aIsabel en las delicadas tareasprenatales, haciendo un pocode enfermera y un poco dematrona—haytareasquesonprivativas del mundofemenino—, consolando aZacarías con la misericordiadelPadre,preocupadaentodomomento de los mil detallesdomésticos…

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Fue la delicadeza mismahechapersona.

Por qué se casóMaría

Hace unas décadasdespertó Paul Gechter unaviolenta polémica con suinterpretación exegética deLucas 1,34. Este autoropinaba que María, con suspalabras«noconozcovarón»,no aludía al voto de

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virginidad,sinoquesereferíaa su situación jurídicapresente.

Era como si dijera: ángelGabriel, ¿cómo podría yoquedarahoragrávida sí.vivoen el período de esponsales,no he cohabitado ni puedocohabitar con José, hasta eldía de la conducción? Segúnla interpretación del exégetaalemán, estas palabras nocontienenalcanceintemporal,

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no pueden extenderse alpasado y al futuro, como sidijera «no he conocido, niconozconitengointencióndeconocer varón», sino que elverbo («no conozco») espreciso entenderlorigurosamente en el tiempopresente.

De la misma opiniónparticipaotronotableexégetaalemán, Josef Schmid, delgrupollamadoComentariode

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Ratisbona, según el cualdichas palabras hacenreferencia al hecho de que«en aquel momento estabasóloprometidaynocasada»,y que en esas palabras no sepuedever«laexpresióndeunvoto, o, al menos, elpropósito firme de unavirginidadperpetua».

Sin embargo, la tradicióncatólica, siguiendo lainterpretacióndesanAgustín,

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ha dado al verbo «noconozco», en tiempopresente, una amplitud queabarca el pasado, el presentey el futro, como si fuera unverbo impersonal queabarcaratodoslostiemposdelaconjugaciónverbal.

Es como si dijera: notengo intención de tenerrelación matrimonial conningún hombre, en toda mivida.

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Todos los idiomas,precisa Ricciotti, incluso losmodernos, utilizan laconjugación del verbo enpresente con unaintencionalidad extensivahaciael futuro, comocuandodecimos: yo no estudiomedicina; yo no me voy alextranjero;yonomecasoconesta mujer… Y en estesentidohabríahabladoMaría,enLucas1,34.

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Es preciso distinguir doscosas: la maternidad virginalylavirginidadperpetua.

Lamaternidadvirginal esun dato constatado por elevangelio de múltiplesmanerasy,desdeelpuntodevista de la fe, es un hechoincuestionable. Los que loniegan son aquellos que noadmiten por principio elmilagro.

La virginidad perpetua

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tiene fundamentos bíblicos,pero su fuerza principalemana de la Tradición. Esdoctrina dogmática, definidaenelConciliodeLetrán,enelaño 649. En todo caso, lavirginidadperpetuaesunodelospuntalesmásfirmesde lamariología y una de lasenseñanzas más sólidas yantiguasdelaIglesia.

Según mi apreciación

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personal, el argumentobíblico más fuerte, aunqueindirecto, sobre la virginidadperpetua de María radica enel hecho de que Jesús, almorir, entrega a su Madre aloscuidadosdeJuan.

Si María hubiese tenidomás hijos, hubiera sido unabsurdo, desde el punto devista afectivo y jurídico,entregarla a los cuidados deun extraño, estableciendo,

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además con él (Juan) unarelación materno-filial. Y apesardequeesteepisodio(Jn19,25-28) encierra tambiénun significado mesiánico,como explicamosampliamente en otromomento, no excluye enJesús la intención de unencargo familiar, y así lointerpretó Juan, ya que «larecibió en su casa» (Jn19,27).

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Paramíestehechotiene una fuerzaincontrarrestatable,aunque indirecta,sobre la virginidadperpetuadeMaría.

¿Qué decir,entonces, del voto devirginidad perpetua?Hoy día va tomandocuerpo con fuerzacada vez más

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creciente entre losmariólogos,laideadeque la decisión devivir en virginidad lahabría concebido,decidido y formuladodespués de laanunciación.

María era—ya laconocemos— unamujer reflexiva einteriorizada. Debióquedar fuertemente

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sensibilizada yprofundamenteimpresionada al darsecuenta de quémaneraDios, contra toda laopinión pública de lahistoria de Israel,apreciaba lavirginidad y de quémanera (el Señor)asociabadefinitivamente lavirginidad al misterio

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delaEncarnación.

Según su costumbre,debió dar vueltas y másvueltas en su interior a esta«novedad», quedandofuertemente impactada. Y, alaluzypresenciadelEspírituSanto, pensando que paraDios todo es posible,conmovida y agradecidaporque precisamente ellahabía sido escogida para que

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se consumara en ella esaprodigiosa maternidad envirginidad, habría idomadurando la idea—hasta laformulación completa— dehaceralSeñorelhomenajedequedar siempre virgen. Si lapersona delHijo deDios ibaa ocupar aquel su seno, nosería decoroso que ningúnotro ser lo ocupara. AquelcuerposeríasóloparaDios.

¿Porqué se casó?Con la

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anunciación se cambiarontodos sus planes. Había sidotomada y metida en untorbellinode acontecimientosque la colocaban en unasituación«fueradeserie»,entodosentido.

Antes de la anunciación,como explica Schmid, Maríasedirigíahaciaelmatrimonioyunmatrimonionormal.Peroahora, después de estosacontecimientos, ya que su

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destinoeraexcepcional,teníaque vivir también en unasituacióndeexcepción.

¿Por qué se casó? SiMaría tenía un hijo, sin estarcasada, se habría producidouna situación insosteniblepara la Madre y sobre todoparaelHijo.

Es fácil imaginar lasituación: en un lugarcitodondeeluniversohumanoesmuy limitado, donde todos

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saben las «historias» —magnificadas,porsupuesto—de todos, donde las gentesviven presas de prejuicios ycostumbres, donde apenasexiste vida privada para lapersona, sinoque todoquedaal descubierto, pasto fácil ysabroso para lasmalas*lenguas…, es fácilimaginar, digo, loinsostenibledelasituacióndeMaría, siendo madre soltera.

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Y peor aún, un día hubiesesido imposible para Jesúscualquier actividadevangelizadora.

Como hemos explicado másarriba, debió ser infinita ladelicadezaconlaqueJoséseaproximó a María despuésque el cielo le reveló sudestinoysudignidad.

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Y los dos, tan sensiblespara las cosas de Dios,después de largasconversaciones habríanllegado al compromiso devivir unidos en matrimoniovirginal, dando cobertura alsacrosanto misterio de laEncamación y colaborandoconJesucristoenlasalvacióndelmundo.

Un lector modernodifícilmente puede entender

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esto, debido al ambientesecularizadoyfreudianoenelque todos estamos metidos.Paraentenderlo,seríapreciso«entrar» en elmundo de dospersonas para las cuales laúnica realidad y valor esDios.

YelProdigioseconsumó

Al retirarse elángel, comenzó elprodigio. El Espíritu

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Santo, portador de lapotencia creadora delPadre, descendió yocupó todo eluniverso de María.¿Cómo fue aquello?¿Qué sucedió en elprimerminuto?¿Enlaprimera hora? ¿En elprimerdía?

Al no disponer deninguna indicación bíblica a

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este respecto, vamos aapoyarnos en dos bases: elestilo de Dios y el estilo deMaría.

En cuanto a la actuaciónnormaldeDios,sabemosqueEl, desde infinitaseternidades,fuesilencio.Dioshabita en las profundidadesde las almas en silencio.Actúa en el universo y en lahistoria como undesconocido.Paraunos,Dios

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duerme. Para otros, estámuerto. Para otros, es nada.Dios busca la noche, ama lapaz. Dice la Biblia queDiosno está en el barullo (2 Re19,11).

En cuanto al estilo deMaría, ya sabemos de susactitudes: siempre retiradaenun segundo plano, humilde,modesta…

Unacombinacióndeestosdosestilosnosdarálaideade

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cómo se dieron losfenómenos: el mundo noquedó en suspenso, no separalizóelordenuniversalnilahistoriacontuvoel aliento.Al contrario, todo sucediónaturalmente,silenciosamente.Nuncacomoenestemomentotuvierontancabal cumplimiento aquellassolemnes palabras de laSabiduría:

«Un profundo

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silencio lo envolvíatodo, y la nocheavanzabaenmediodesu carrera, cuando tuOmnipotente Palabradescendióde los altoscielos al medio de latierra» (Sab 18,14-18).

El contexto evangélicoque hemos analizado en losdiferentes lugares de este

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libro, indica que nadaextraordinario percibieron enella los nazaretanos, ni susparientes próximos, nisiquiera sus padres. El granmisterio no trascendió de lapieldeMaría.

Como la virginidad essilencio y soledad, en elsilenciososenodeunavirgensolitaria se consumó elprodigio, sin clamor niostentación.

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Ahora bien, siexteriormente no hubomanifestaciones, en suinterior debió haber grandesnovedades, y la intimidad dela Madre debió quedariluminada y enriquecidasobremanera. Su alma debiópoblarse de gracias,consolacionesyvisitaciones.

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En estos nueve meses,viviendo una identificaciónsimbiótica y una intimidadidentificante con Aquel queiba germinandosilenciosamente dentro deella…, debió experimentaralgo único que jamás serepetirá.

Como sabemos, entre lagestante y la criatura de susenosedael fenómenode lasimbiosis. Significa que dos

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vidas constituyen una solavida.Lacriaturarespiraporlamadre y de la madre. Sealimentadelamadreyporlamadre, a través del cordónumbilical. En una palabra,dos personas con una vida ounavidaendospersonas.

Naturalmente, laMadre no sabía defisiologías. Pero unamujer inteligenteintuye—y sobre todo

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«vive»—estarealidadsimbiótica.

Siendo ademásuna mujerprofundamentepiadosa, aquelfenómeno debiócausarle unasensaciónindescriptible en elsentido siguiente. Lacriatura dependía delCreador, de tal

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manera que si ésteretiraba su manocreadora, la criatura(María) se venía, envertical, a la nada.Y,al mismo tiempo, elCreador dependía dela criatura, de talmanera que si lacriatura dejaba dealimentarse, corríapeligro la vida delCreador. Fenómeno

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que nunca se habíadado y que nunca sehabríadedar.

Si la simbiosis esun fenómenofisiológico, el mismofenómeno cuando espsíquico se llamaintimidad.

Toda persona, comorealidad experimental y

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psicológica, es interioridad.Ahora bien, cuando dosinterioridades se entrecruzany se proyectan mutuamente,nace la intimidad, la cual noesotracosaqueunasimbiosisespiritual por la que de dospresenciasseformaunasola.

Pues bien, la Madreexperimentósimultáneamentela simbiosis fisiológica y laintimidad espiritual. ¡Cómodebió ser aquello! Ni la

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intuición femenina máspenetrante, ni la imaginaciónmás aguda, podrán jamásbarruntar cuál fue la altura ylaprofundidad, laamplitudyla intensidadde lavidade laMadre en aquellos nuevemeses.

Enlaslargasnoches,enelsueño o en el insomnio, ensuscaminatasalafuenteoalcerro,enlasinagogaoenlasoraciones rituales señaladas

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por la Torah, cuandotrabajaba en el huerto ocuidaba rebaños en el cerro,cuando tejía la lana oamasaba el pan…, abismada,sumida, endiosada,concentrada y compenetradae identificada conAquel queeravidadesuvidayalmadesu alma… Jamás mujeralguna vivió, en la historiadel mundo, semejanteplenitud vital y tanta

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intensidadexistencial.El silencio se paró y se

encarnó enMaría juntamenteconelVerbo.Enestosnuevemeses, la Madre no necesitórezar,siporrezarseentiendevocalizar sentimientos oconceptos. Nunca lacomunicaciónestanprofundacomocuandonosedicenada;y nunca el silencio es tanelocuente como cuando nadasecomunica.

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Aquí,duranteestosnuevemeses, todo se paralizó; y«en» María y «con» María,todo se identificó: el tiempo,el espacio, la eternidad, lapalabra,lamúsica,elsilencio,la Madre, Dios. Todo quedóasumido y divinizado. ElVerbosehizocarne.

EscenasbrevesEn la noche de Navidad,

laMadresevistiódedulzura

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y el silencio escaló su másaltacumbre.

Aquínohaycasa.Nohaycuna. No hay matrona.Estamos de noche. Todo essilencio.

LanochedeNavidadestállenademovimiento: llega lahoradedaraluz,laMadredaa luz, envuelve en pañales alrecién nacido, lo acuesta enun pesebre, la músicaangelical rompe el silencio

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nocturno,elángelcomunicaalospastores lanoticiadequehallegadoelEsperado,lesdala contraseña paraidentificarlo, vámonosrápidamente —dicen lospastores—, llegan a la gruta,encuentranaMaría,JoséyelNiñorecostadoenelpesebre,seguramente les ofrecieronalgodecomeroalgúnregalo,les contaron lo que habíanvistoyoídoenesanoche,los

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oyentesseadmiraron…

Y, en medio detantacosa,¿quéhacía,qué decía la Madre?«María, por su parte,guardaba todas estascosas, y las meditabaen su corazón» (Lc2,19). Inefabledulzura, en medio deuna infinita felicidad.Ytodoensilencio.

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Muchas madres,cuando dan a luz,lloran de alegría.Podemos imaginar laintensidad de laalegría de la Madre.Nunca la experienciaes tan profunda comocuando no se dicenada.

Aquel día hubo una granconmoción en el templo ■de

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Jerusalén.Un venerable anciano,

sacudido por el EspírituSanto, tomó en sus brazos alNiño, dijo que ahora podíamorirenpazporquesusojoshabían contemplado alEsperado, cuyo destino seríadestruiryconstruir,derribarylevantar, y dijo a la Madreque estuviera preparadaporque también ella seríaenvueltaenelfragordeaquel

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destino de ruina yresurrección; y Ana, unavenerable octogenaria, sesintió repentinamenterejuvenecida y comenzó ahablar maravillas de aquelNiño…

Y, en medio de aquellaconmoción general, ¿quéhacía, qué decía? «Sumadreestaba admirada de las cosasquesedecían»(Lc2,33).

Pero debió vivir tan

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intensamente aquellosepisodios, que se le grabaronvivamente los nombres, laedad y las palabras deaquellos ancianos, y despuésde muchos años retransmitiótodo fielmente a la primitivacomunidad.

En el Calvario, la Madre esuna patética figura de

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silencio.El Calvario está lleno de

música fúnebre, demovimiento, de voces, depresencias, de sucesostelúricos: la cruz, los clavos,los soldados, los ladrones, elcenturión, los sanedritas, eltemblor de tierra, el rasgarsedel velo del templo, laoscuridad repentina, lasburlas, las Palabras:perdónalos, no saben lo que

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hacen, esta misma nocheestarásconmigoenelparaíso,Padre mío, ¿por qué me hasabandonado?, tengo sed,mujer,heahíatuhijo,entusmanos entregomi vida, todoestáacabado…

Y en medio de estasinfonía patética, ¿qué hacía,quédecía?«JuntoalacruzdeJesús estaba, de pie, suMadre»(Jn19,25).Enmediodeesedesoladoescenario,esa

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Mujer en pie, es silencio ysoledad, como una piedramuda.Nigritosnihisteriasnidesmayos, posiblemente nilágrimas.

El profeta Jeremías lahabía imaginado como unacabaña solitaria, en la altamontaña, combatida portodosloshuracanes.

Aquí, en el Calvario, elsilencio de María setransformó en adoración.

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Nunca el silencio significótantocomoenestemomento:abandono, disponibilidad,fortaleza, fidelidad, plenitud,elegancia, fecundidad, paz…Nunca una criatura vivió unmomentocontantaintensidadexistencial comoMaría en elCalvario.

En resumen, de Maríaapenas sabemos nada. Nosabemos cuándo murió,dónde murió, ni siquiera si

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murió. Existen mil teoríassobre los años que vivióMaría. Todas las teoríascarecendefundamentos.

Mil teorías sobre el lugarenquemurió.Unosdicenqueen Éfeso, otros que enEsmirna, otros que enJerusalén. Ninguna teoríatienefundamentosólido.

DosteoríassobresiMaríamurió o si, sin morir, fuelevantadaalcieloencuerpoy

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alma.Unosdicen:aMaríanolecorrespondíamorirpor serInmaculada. Y la muerte esestipendio del pecado. Así,pues, sin morir fue asumidaen cuerpo y alma al cielo.Otros dicen: por imitar aJesús, María se sometió a laleydelamuerte;murió,Diosla resucitó y se la llevó encuerpoyalmaalcielo.

Los unos y los otrosesperaban que Pío XII dijera

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la palabra final con ocasióndeladefinicióndogmáticadela Asunción en el año 1950.EllossuponíanqueelPapa,alproclamar que María fuelevantadaencuerpoyalmaalcielo, tendría que precisar siestoocurrió antesdemorir ouna vezmuerta y resucitada.Llegó elmomento y PíoXIInodijonadaalrespecto.

María aparece en lahistoriacomoporsorpresa.Y

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desaparece en seguida comoquien no tiene importancia.Hubo una canción famosa,antigua,quedecíaasí:

«Ynoolvidemosque, por un breve

y brillante momento,hubounCamelot.»

Por un breve y brillantemomento apareció laEstrellay dijo: sólo Dios esimportante. Y la Estrella

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desapareció.

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Capítulo cuarto

LA MADRE

ELnombredeestehermosojovenestabaescritosobre la

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nieve.Alsalirelsol, lanievese

derritióyarrastróelnombresobrelasaguas.

KAZANTZAKIS

Ha dado a luz unHijo para sublimefelicidad. Y ahora seha perdido en susilenciosadulzura.

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La Madre delSeñor

LamadreeternaUna leyenda bretona dice

que cuando los barcosnaufragan en alta mar y losmarineros se ahogan en lasprofundas aguas, lamujer dela muerte les susurra al oídocanciones de cuna, aquellasmismas canciones que los

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náufragos aprendieron de susmadres cuando eranmecidosensuscunas.

Según la poesía oriental,la mamá que murió vuelvetodas las noches a acunar asus hijos, aunque ya seanadultos. Y para estoshuérfanos todos los seres dela naturaleza—el viento, lasramasdelosárboles,lasolas,lassombras—setransformanen brazos maternos para

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acariciar,acogerydefenderasusqueridoshuérfanos.

La madre no muere

nunca.DiceVonLeFort:

«En la poesíapopular sobre lamadre, surge unprofundo parentescoentre el nacimiento ylamuerte.»

Madre, dolor, muerte,

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fecundidad, no son tan sólopalabras aproximativas oevocativas. Son expresionestan entrañablementeemparentadas, tancondicionadas mutuamenteque,enunciertosentido,sonpalabrassinónimas.

Lamadre lo es todo a lavez:sagradayterrena,piedray estrella, aurora y ocaso,enigma y sangre, campana ysilencio, milicia y ternura…

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Ella es como la tierra fértil,siempre dando nacimiento ysiempre sepultando muertos,perpetuando incansablementela vida a través degeneracionesinmortales.

Para cumplir este destinosagradoytelúricoalavez,lamujer,parasermadreyalsermadre, renuncia y pierde su

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personalidadysesumergeenforma anónima en lacorrientedelasgeneraciones.Lamadre no tiene identidadpersonal;es,simplemente, laseñoradePérez,lamamádeJuanito. Es, esencialmente,entrega. Pertenece a alguien.Noposee,espropiedad.

Pero,asícomolahoradelalumbramiento sedesenvuelve tras la cortina,así todo el heroísmo de la

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vidadelamadretranscurreenprofunda sencillez, exenta depatetismo. Sufre y calla.Lloraocultamente.Denoche,vela. De día, trabaja. Ella escandelabro, los hijos son laluz.Dalavidacomolatierra:silenciosamente. Ahí está laraízdesugrandezaybelleza.

DiceGibrán:

«Morimos parapoder dar vida a la

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vida, así comonuestros dedos urden,conelhilo,latelaquejamásvestiremos.

Echamos la redpara los peces quejamásprobaremos.Enestoquenosentristeceestánuestraalegría.»

El misterio de María seproyecta como una luz sobrela madre eterna, aquella que

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nunca muere y siempresobrevive.LafiguradeMaríaMadre asume y resume eldolor, el combate y laesperanza de las infinitasmadresquehanperpetuadolavidasobrelatierra.

Entre la clausura y la

aperturaLa Encarnación es

clausura y aperturasimultáneamente. Por una

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parte culmina y corona lasintervenciones fulgurantes deDios,efectuadasalolargodelos siglos, particularmente afavordesupuebloIsrael.

El Dios de la Biblia,nuestro Dios, no es unaabstracciónmental,como,porejemplo,Orden,Ley,Fuerza,Voluntad… Nuestro Dios esAlguien. Es un alguien queinterviene, entra en escena,fuerzaloshechos,irrumpeen

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el recinto privado de lapersona, pero siempre paralibertar. En una palabra, esuna persona: habla, desafía,ruega, perdona, pacta,transige, propone, a vecesdispone. Es, sobre todo, unDios que ama, se preocupa,cuida:esPadre.

Por otra parte, laEncarnación es apertura deunReinoquenuncaconoceráocaso.Losreinosdelatierra,

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dentro del inevitable ciclobiológico, nacen, crecen,mueren. La Iglesia es elnuevo teatro de operaciones,el nuevo Israel, propiedaddeDios. Así como Dios esViviente sin término, porqueestá por encima del procesobiológico,asílaIglesiaviviráhasta que las cortinas caiganyeltiemposeacabe.

La Encarnación abre,pues, una ruta siempre hacia

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adelante y siempre haciaarriba, hasta que llegue laculminaciónfinal.

Y en esta encrucijada,entre la clausura y laapertura,selevantalaMadrecon su Sí. Nacido de mujer(Gál4,4)

Mateo y Lucas abren susrespectivos evangelios conunas listas, antipáticas poráridas,llamadasgenealogías.Lucas traza la suya en línea

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ascendente y Mateo en líneadescendente.

A pesar de que talesgenealogías tienen esecarácter monótono, y en lalectura bíblica uno siempresalta por encima de esosnombres, sin embargo esaslistas encierran una grandensidad de sentido.Significan que nuestro Diosno es una fuerza primitiva oel orden cósmico; es elDios

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concreto,aunquesinnombre,elDios deAbraham, elDiosdeIsaac,elDiosdeJacob;enuna palabra, el Padre denuestroSeñorJesucristo.

«EsÉlquiendeloviejo hace salir lonuevo y da a loesperado su plenarealización; quien noquebranta la historia,sinoquelaconduceasu término; quien

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colabora con loshombres, y de supobre obra, y aun desus malogros,construye algoacabado».

EnlalistadescendentedeMateo,Maríaquedaubicadaal final de la genealogía.Todoárbolgenealógicoentrelos judíos avanzarigurosamente por la línea

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masculina,peroaquí,alfinal,entra el nombre de María.¡Extraño!

Pero María aparece poruna necesaria referencia aCristo. Como el final ycoronamiento de la lista esJesucristo,yaCristonoselepuedeconcebirsinMaría,deahí queMateo haya incluidonecesariamente a María. Demodo que la entrada deMaría en el Nuevo

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Testamento se realiza así, alfinal de una genealogía,como referenciacondicionada a un Alguien y¡comoMadre!

«Jacob engendróa José, el esposo deMaría, de la cualnació Jesús, llamadoCristo»(Mt1,16).

María, pues, según laBiblia está situada en una

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intersección, ocupa un lugarcentral entre los hombres yDios. ElHijo deDios recibede María la naturalezahumanay entra en la escenahumanaporestecauce.

Las generaciones vanavanzando una tras otrahasta que, invariablemente,acaban en Cristo, igual quelos ríos mueren en el mar.Todo el movimiento de lahistoria converge y culmina

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en Cristo: la Ley, losProfetas, toda la Palabra.Pues bien, Cristo aparecereferido y condicionado aMaría «de la cual nacióCristo». La Madre aparecenombrada inmediatamenteantes del Hijo. María es,pues, la representante de lasgeneraciones que laprecedieron, y, al mismotiempo, es la puerta de lasfuturas generaciones

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redimidas.En una palabra, ¡por ser

Madre!, María es, junto conCristo, el centro y laconvergencia en la historiadelasalvación.

MadredeDiosLadoctrina invariablede

la Iglesia enseña que

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Jesucristo es, rigurosamente,Hijo de María. A la maneracomo cualquier madresuministra todo al fruto desus entrañas, Maríasuministró una naturalezahumana, con la cual seidentificóelVerbo;yel frutofueJesucristo.

Moviéndonos dentro delalcance y significado deldogma elaborado por lareflexióndelaIglesiaapartir

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de los datos bíblicos ydefinido por el Concilio deÉfeso, María no es tan sóloMadre de Cristo en cuantohombre, sino tambiénMadrede Jesucristo en cuanto Estees la persona divina delVerbo. Ese es el significadodel primer dogma mariano,proclamado con tanto júbiloen Éfeso en el año 431. ElVerbo es suHijo yMaría essu Madre, lo mismo que las

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otras madres lo son de lapersonacompleta.

En hipótesis, el Verbopudohaberseencarnado,porejemplo, identificándoseconsustancialmente, en unmomento determinado, conunapersonaadulta.Pero,dehecho, no aconteció así.Según la verdad revelada,Dios entró en la humanidadpor el cauce normal de unprocesobiológico,apartirde

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las primeras fases delembriónhumano.

Por eso se habla de lamaternidad divina. Por eso,también Isabel se preguntaestupefacta: ¿Qué es esto?¿«La Madre de mi Señor»aquí? San Pablo, hablandodel Eterno Jesucristo, diceque fue «fabricado» en elsenodeunamujer (Gál4,4),y utiliza una vigorosaexpresión: Nacido «según la

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carne» (Rom1,2).Yelángelde la anunciación, al hablaraMaríasobrelaidentidaddeaquel que florecería en suseno, dice que se trata del«HijodelAltísimo».

Desdehacesiglos, la Iglesiaviene repitiendo aquellaspalabras,llenasdegrandezay majestad: «et incarnatus

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est de Spiritu Sancto exMariaVirgine». ¡Elmisteriode la Encarnación! Se hizocarne(elVerbo)«en»y«de»María Virgen, por obra delEspírituSanto.

Se quiere decir que deesta carne que el Verboasumió, fue «fabricado» porla potencia creadora ydirecta del Espíritu Santo, yno dentro de un procesobiológiconormal.Yavanzael

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dogma (y la Escritura)afirmandoqueestaoperacióncreadora del Espíritu Santose realizó concretamente«en»Maríay«de»María.Lapreposición latina ex tienegran densidad de sentido, yquiere decir mucho más quenuestrapreposiciónde.

La actuación excepcionaldel Espíritu Santo, nosolamente no ha prescindidode la actividad generatriz

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materna sino que la harequerido expresamente. Demodo que se da unacolaboración mutua entre elEspíritu Santo y la actividadmaternadeMaría: launaenlaotraylaunaalladodelaotra. Como dice con muchaprecisión Scheeben, MaríafueverdaderoprincipiodelahumanidaddeCristo,aunquesubordinado al EspírituSanto, y actuando bajo la

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acción de éste, y ambos, elEspíritu Santo y María,actuaron en comunidad deacción.

Esta actividad, de partede María, importa unacolaboraciónbiológicayotraespiritual, de la quehablaremosmástarde.

El dogma, siguiendo a la

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Escritura, en este procesomaterno excluye por unapartelafecundaciónnatural,y por otra parte afirma laactividad generatriz deMaría.

Al contrario del procesohumano, en el que el padrecolaboramediante elgermenpaternoa la formaciónde lasustancia corporal, en lageneración de Jesucristo laacción colaboradora vino a

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través de la actuaciónexcepcional de la potenciacreadora de Dios sobre lasustancia humana, que fuetomada únicamente de laMadre.

Esa operación, según laEscritura, consistió en una«invasión»delEspírituSantoy en una «acción» de lapotencia infinita deDios (Lc1,35). Para significar esaacción, la Escritura utiliza

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unas expresiones bellísimas:dice que la sombra delAltísimocubriráaMaría.Sonexpresiones nobles querecuerdan ciertos elementosnaturales cuya acción dejaintactoalsujetosobreelcualactúan, como la luz, laniebla,lasombra,elrocío…

En una palabra, en esteproceso generatriz de laEncamación, el EspírituSanto será, misteriosamente,

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el agente que portará lapotencia creadora, emanadadirectamentede la fuentedelAltísimo.

Significado de la

maternidadvirginalSi la Escritura y la

Tradición afirman con tantafuerza e insistencia el hechode la maternidad virginal,¿cuáles podrían ser de partedeDioslasrazonesparauna

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opción tan extraña yexcepcional en la historia delahumanidad?

Al parecer, en primerlugar Dios quiere con estehecho dejar establecido demanera patente e impactantequeelúnicoPadredenuestroSeñor Jesucristo es Diosmismo. Jesucristo no seoriginó de la voluntad de lasangre, ni de deseo carnalalguno, sino de la voluntad

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delPadre.Además, con el hecho de

la maternidad virginal sequiebra y se trasciende elproceso biológico que vienedesde Adán, e incluso desdemucho más lejos, desde lasfronteras más lejanas de labiogénesis. Se quiebra unviejo orden por primera yúnicavezparapatentizarquecon la llegada de Jesucristose establece un nuevo plan,

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no el de la generación porsexo sino el de laregeneración por laresurrección.

LavirginidaddeMaríaessímbolo, figura y modelo dela virginidad de la Iglesia,sobre tododeaquella Iglesiadefinitiva y celestial, que noesotracosasinounamultitudincontabledevírgenes,dondeelamorllegóasuplenitud,elsexo fue trascendidohasta la

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total sublimación y loscombatientes ya no secasarán ni serán entregadosenmatrimonio.Nuevapatria,nuevo orden, nuevo amor.Cristo transformó todo. Y elTransformador tenía queentrar en el mundo de unamanera diferente y virginal,tenía que vivir y morir demanera diferente y virginal.«Soy yo, el que todo lo hacenuevo»,diceelApocalipsis.

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María Virgen es imagende la Iglesia virgen. Loscaminos que recorren loslibertadores, en medio de lanoche, son caminos desoledad. Toda mujer deseatenerunoshijos,unalguienasu lado que le brindeprotección, cariño yseguridad; quiere tenervestidos para brillar, joyaspara lucir, una casa paracobijarse.Una virgen es una

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caminante solitaria queatraviesa una noche fría. Esuna figura solitaria perofascinante. Su soledadcontiene un resplandorlatente.EllaestierradeDios,la heredad exclusiva delSeñor,sóloDiostieneaccesoy dominio sobre esteterritorio. Eso fue Maríavirgen,yeso tienequeser laIglesiavirgen:caminosdefe,humildad, pobreza, servicio,

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disponibilidad, entrepersecuciones, combates yesperanzas.

Todo eso significa lavirginidad.

Segúnloquedijoelángeldela anunciación, el quegerminaría en el seno deMaría sería «santo» (Lc1,35),yelSantoquenacería

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deellalasantificaría.Para la Biblia, santo no

es adjetivo, cualidad opropiedad, sino sustantivo.La palabra santo quieredecir, como lo traduce muybien Schelkle: «Con Dios ypor Dios arrebatado fueradel mundo.» En susignificación semántica,santo hace referencia averbos como separar,reservar,apartarse.

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Por ahí va elsignificado profundode la virginidad:alguien seducido porDios, instaladosolitariamente en elcorazón de la noche,manteniéndosesiempre en pie, sólosostenidoporelbrazofuerte del Padre eiluminado por elvelado fulgor de su

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Rostro.«Originalmente,

Dios es santo encuanto está separadodel mundo, estotalmente distinto deél.

Santo es quien,separado de estemundo, pertenece almundodeDios.

Así María, por lasantidad de su Hijo

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es, ellamisma, santa.Esretiradadelámbitodelocreadoysituadaen la esfera de lascosas y personas queDioshahechosuyas.

Por eso, José notiene relacionessexualesconMaría».

Lamaternidadvirginalesalgo tan inaudito quesolamentesepuedeaceptarsi

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se la mira como una de lasgrandes gestas salvíficas.DiceSchelkle:

«Es algo taninconcebible que unser humano no debala vida al actogenerador del padre,que puede ser simpleindiferencia, y nonecesariamente fe,aceptar, sin más, talhecho».

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Lamaternidadvirginalesuno de los portentos másaltos—sinoelmásalto—dela historia de la salvación,dentro de aquella melodíaque recorre toda la Biblia:paraDios nada es imposible(Gén18,14;Lc1,37).

«El milagro delnacimiento de Cristoes, precisamente,revelación de lalibertad y acción

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creadoradeDios.Hasta en la

corporeidaddeCristose halla contenidoeste anuncio: ahoracomienza algo nuevoque es absolutamenteacto creador de Diosypruebadesupoder.

En este sentidopuede interpretarse laaserción paulina (1Cor 15,45-47) de que

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Cristo, como nuevoAdán, como jefe ycabeza de unahumanidad nueva, nofue formado de latierra, sino queprocededelcieloyesvivificador.

Cristo, criaturahumana, no tienepadre. Jesucristo-hombre es obradirecta de Dios. Sólo

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a éste corresponde lagloria de la obra yvidadeJesús».

Todos nosotros vivimosenvueltos en una/atmósferade inspiración freudiana, enunasociedadaceleradamentesecularizante.Sehaexaltadode tal manera el mito sexo,que también los creyentescomienzanasentirunaciertaextrañeza por el nacimiento

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virginal. No tienen dificultadenaceptarhechosmuchomássensacionales como laResurrección,perosientennoséquédisgustoanteesteotrohecho de salvación. Seolvidan de que estamos anteunasuntodefe.

«Eljuiciosobrelatradición delnacimiento virginal yla aceptación de ellaes, en definitiva, una

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parte sobre latradición de Jesús elCristo;yunapartedela afirmación de estatradición.

Si, pues,Cristo esel único y queridoHijo y la imagenverdadera deDios, siEl es la consumacióndelaeranueva,comohecho necesario parala humanidad

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perdida, larenovación total y lafuerza, el camino, laverdad y la vida…,entonces laafirmación de lainexistencia de lapaternidad terrenaencierra un profundomisterio.

Los textos delNuevo Testamentoreferentes a la

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maternidad virginal,trazan una línea defrontera apenasperceptibleentornoala realidad deJesucristo, frontera,sin embargo, biendeterminada y, apesardelaescasezdetextos, muy digna deser aceptada, queimpresiona y se haceinolvidable al lector»

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.

María, en los meses degestación

Pata saber cómo eran lossentimientos deMaría en losdías de gestación, vamos acolocarnos ante situacionesanálogas.

Sihoydíapreguntamosauña mujer grávida, y que almismo tiempo sea mujer demucha feygran interioridad,

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cuáles son los sentimientosque experimenta en eseestado de gravidez, ellaquedará sin saber quéresponder… ¡No es extraño,estaninsondableloquevive!Al fin hablarádificultosamente; pero auncon palabras vacilantesconseguirá,nodigoexpresar,mas sí evocar un mundoinefable, unmundo que nacey muere con su propia

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maternidad.¿Cuál era la estatura

psíquicayespiritualdeMaríapor esos días de gestación?En las escenas de laanunciación, María aparecedueña de una madurezexcepcional, con capacidadde reflexión y, sobre todo,muy interiorizada. Y todoestoenunasproporcionesquenocorrespondenasuedad.

Si medimos su estatura

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espiritualporelcontenidodelMagníficat, comprobaremosque, cuando se evoca elmisterio personal del SeñorDios, María es una jovenvibrante y hasta exaltada apesar de que, por lo general,se muestra reservada ysilenciosa.Conoce lahistoriade Israel y es plenamenteconsciente del significado dela Encarnación. Además, esinmaculada, llena de gracia,

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habitada por la presenciasustancial del Verbo yafectadaporlaaccióndirectadelEspírituSanto.

Tal es el sujeto que va avivirunaexperienciaúnica.

Difícilmente podrá la menteconcebir, y la lenguaexpresar, y la intuición máspenetrante adivinar, cuál fue

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la amplitudy la profundidadde la vivencia en Dios, de /nuestra Madre por estaépoca. El mundo interior deMaría debió enriquecersepoderosamente en estosnuevemeses,enordenfísico,psíquicoyespiritual.

Aquello debió ser algoúnicoeinefable.

María vive abismada enun universo sin fondo y sincontornos, mirando siempre

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contemplativamente al centrodesuser,dondese realizaelmisterio infinito de laEncarnación. Todo el cuerpoy toda el alma de Maríaestaban centradas yconcentradasensuMagníficoSeñor que había ocupado elterritoriodesupersona.

La fisiología describeadmirablemente de quémanera, en los días degravidez, todas las funciones

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vitales de la gestanteconvergen en la criatura, queva en el centro de suorganismo,ycolaboranensuformación. Si en María lasfunciones fisiológicas, porreacción espontánea, sedirigían al centro de suorganismo donde germinabael Hijo de Dios, al mismotiempo toda su alma —atención,emoción,fuerzasdeprofundidad— convergía

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librementeycondevociónenese mismo centro, teatro delasmaravillasdeDios.

Hoy día, en cualquierclínica de maternidad secomprueba con unespectroscopio el siguientefenómeno: cuando la mamáse emociona, se emocionatambién la criatura en suseno. Si se acelera el ritmocardíaco de la madre, seaceleratambiénelritmodela

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criatura. Si se tranquiliza elcorazóndelamadregestante,se tranquiliza también elcorazónde la criatura.Todaslas alternativas emocionalesdelamamásonvividasporlacriatura y detectadas por laagujadelespectroscopio.j

Según eso, ennuestro caso, de lamisma sangre vivíanel Criador y criatura,delmismoalimentose

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alimentaban y delmismo oxígenorespirabaelSeñorylaSierva. Así como suscuerpos eran un solocuerpo, según elfenómeno de lasimbiosis, de lamisma manera susespíritus eran un soloespíritu:laatencióndeMaríay la«atención»de Dios estaban

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mutuamenteproyectadas,originándose unaintimidad inenarrable.María vivía perdida,toda ella, en lapresencia total delSeñorDios.

Todas las energíasmentales de María quedabanconcentradasyparalizadasenAquel que estaba «consigo»,

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enAquelque,porotraparte,era el alma de su alma y lavida de su vida. En esosmomentos la oración deMaría no consistía enexpresar palabras, ni erapropiamente una reflexión.Porque en una reflexiónexisteunmovimientomental,un ir y venir de las energíasmentales; existe un procesodiversificanteypluralizador.

En María, en esos

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momentos de alta intimidadcon su Señor, no existepropiamente (¿cómoexplicar?) movimientomental, todo está quieto.¿Qué es? ¿Un acto? ¿Unestado?¿Unmomento?¿Unasituación?Entodocaso, todaMaría (todas sus energíasmentales integradas), en unacto (¿actitud?) simple ytotal, «queda» en Dios, conDios,dentro deDios, yDios

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dentrodeella.Ahí estaría la expresión

exacta: toda María quedaparalizadaensuHijo-Dios.

Fue una convivenciadensaypenetrante.María,ensus momentos más altos, notenía imágenes nipensamientos determinados,porque los pensamientoshacen presente a alguienausente, pero en el caso deMaría grávida no era

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necesario hacer presente aningún ausente, porque Elestaba ahí «con» ella; erapresencia identificada con sucuerpoyconsualma.

A pesar de estaidentificación, Maríaconservaba nítidamente laconciencia de su identidad ymás que nunca y mejor quenunca medía la distanciaentrelamajestaddesuSeñory la pequeñez de su sierva,

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emocionadayagradecida.

El Espíritu Santo fueportadordelafuerzacreativadel Todopoderoso paraformar una sustanciacorporalenelsenodeMaría.La acción del Espíritu Santono se limitó a formarinicialmenteelembrión.Así,pues,unavezqueelembrión

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podía vivir por sí solo ytransformarse en unorganismo humano, elEspíritu Santo no se retirócomo quien ha cumplido sumisión, sino que acompañoconsuinflujodurantetodoelprocesodegestación.

Pues bien, aquínos encontramos conun misterio ante elcual la imaginaciónhumana se pierde.

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Resulta que Maríarecibió, digamos así,la sustancia personaldel Verbo Eterno,segundapersonadelaSanta Trinidad; yrecibió al mismotiempo al EspírituSanto,sustancialmentetambién, no en susefectos como sucedióen el día de

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Pentecostés.María en este

tiempo erarigurosamente templosustantivo de la SantaTrinidad. Si bien esverdad que Dios noocupa ni tiempo niespacio, lascomunicaciones intra-trinitarias seefectuaron en estosnueve meses, en el

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recinto personal deMaría, en elperímetro, por asídecirlo, de susdimensionessomáticas.¿Cómofueaquello? Aquí uno sepierde.

«En» María, en estosnueve meses, el Padre fuePaternidad,esdecir,continuósu eterno proceso de

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engendraralHijo.Este—queera propiamente Filiación—continuó a su vez en elproceso eterno de serengendrado. Y de laproyeccióndeambossobresímismos nacía el EspírituSanto. Desde siempre y parasiempre había acontecido lomismo:enelcircuitocerradode la órbita intratrinítaria sedesenvolvía una fecundacorriente vital de

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conocimientos y amor, unavida inefable de caudalosacomunicación entre las trespersonas.Puesbien, todoeseenorme misterio sedesarrollaba ahora en elmarco limitado de esta frágilgestante. Esto supera todafantasía.

El Misterio Total yTrinitario envolvía,penetraba, poseía y ocupabatodo en María. ¿Tenía la

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joven gestante conciencia delo que acontecía dentro deella? Siempre ocurre lomismo: cuanto mayor es ladensidad de una vivencia,tanto menor es la capacidadde conceptualizarla y, sobretodo, menor todavía lacapacidaddeexpresarla.

SegúnsuespiritualidaddePobre de Dios, María habíaentregadoincondicionalmentesu territorio, y ahora sólo se

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preocupaba de serconsecuentemente receptiva.Su problema no era elconocimiento sino lafidelidad.

Sin embargo, María no fueuna gestante alienada. Lapseudocontemplación aliena.Pero la verdaderacontemplación da madurez,

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sentido común yproductividad.EsverdadqueMaría vive sumida en lapresencia de Dios. Pero enesa presencia sus pies tocanla tierra y la pisanfirmemente. Ella sabe quetiene que sobrealimentarseporque de su alimentoparticipa Aquel que va anacer.

A la vez la presencia deDiosdespierta,sobre todo, la

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sensibilidad fraterna. Y allávalajoven,rápidamente,alacasadeIsabelparafelicitarla,para ayudarla en los últimosmeses de gestación y en lastareasdelparto.Ypermaneceallí tres meses. Dios es así.Nunca deja en paz. Siempredesinstala. Siempre saca a lapersona de sus propioscírculos para lanzarla a losnecesitadosdeestemundo,enservicioybondad.

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Nunca se vio una estampamaternal de tanta dulzura,ternura y silencio. Nunca sevolverá a ver en esta tierrauna figura de mujer tanevocadoramente inefable.Jamás verán los ojoshumanos tanta interioridad.Todas las mujeres de latierra,lasquehuboylasque

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habrá, encontraron en estajoven gestante su más altaexpresión.

Todas las madres de lahistoriahumanaquemurieronenel parto, resucitan aquí enel seno de esta Madregrávida, para dar a luzjuntamente con Ella ageneracionesimperecederas.

Lasvocesyarmoníasdeluniverso formaron aquí, enesta joven gestante, una

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sinfoníacompletaeinmortal.María es aquella mujer

grávida que aparece en lagrandiosa visión delApocalipsis, encaramadasobre la luna, vestida con laluzdelsolycoronadaporunaantorcha de estrellas (Ap12,1-15).

ElHijo,retratodesuMadre

De María sabemos poco.

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El Nuevo Testamento esparcoennoticias referentesala Madre. Y, aunque en elevangelio sentimos supresencia, su figura se nospierde en la penumbra; ytenemos que caminar porentre deducciones eintuiciones para captar lapersona y personalidad de laMadre.

A pesar de estaprecariedad informativa, para

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saber quién fue Maríadisponemos, sin embargo, deuna fuente segura deinvestigación:supropioHijo.Todos nosotros somos unproducto de las inclinacionesy tendencias, combinadas, denuestro padre y de nuestramadre, transmitidas a travésde las llamadas leyesmendelianas.

Los caracteres, tantofisionómicoscomopsíquicos,

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se transmiten de padres ahijosporelcauceyenformade códigos genéticos. En elinteriordelacéluladelóvulohayunosfilamentosllamadoscromosomas. Cadacromosoma a su vez estáformado de pequeñoselementos,unidosamododecadena. Esos corpúsculoselementales se llaman genes,y ellos son los portadores delos caracteres de los padres.

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Estos genes, formandodiferentes fórmulas ocombinacionesgenéticas,sonlosquedeterminangranpartede los rasgos fisionómicos,así como las tendenciaspsicológicas,transmitidosporlospadresyheredadosporloshijos.Nosesabetodavíacuáles el secreto misterio por elque los cromosomas, paternoymaterno, formanuncódigogenético, pero se sabe que a

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travésdeestoscódigosllegana los hijos los caracteres desuspadres.

Ahora bien, Jesucristo notuvo padre en el sentidogenético de la palabra. Así,pues, en su caso latransmisión (y recepción) delos rasgos fisionómicos ypsicológicosserealizóporunsolocanalprovenientedeunaúnicafuente,suMadre.

Según esto, el parecido

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físicoentrelaMadreyelHijodebió ser enorme. Lasreacciones y comportamientogenerales debieron ser muysemejantes en laMadre y enelHijo,loque,porotraparte,se vislumbra claramente enlos evangelios. ¿Cómo eraMaría? Basta mirar a Jesús.El Hijo fue el doble de suMadre, su fotografía, suimagen exacta, tanto en elaspecto físico como en las

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reaccionespsíquicas.

Existen en los evangeliosotros aspectos que son muyinteresantes para saber, enforma deductiva, quién ycómo fue la Madre. Enprimer lugar, Jesús es elEnviado que antes deproclamar lasbienaventuranzas, El mismo

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las vivió hasta las últimasconsecuencias.

En segundo lugar, JesúsfueaquelHijoquedesdeniñofue observando y admirandoen su madre todo eseconjunto de actitudeshumanas —humildad,paciencia, fortaleza— queluego habría de esparcir enformadeexclamacionesenlamontaña. Digo esto porquesiemprequeapareceMaríaen

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los evangelios lo hace conaquellas características queestán descritas en el sermónde la montaña: paciencia,humildad, fortaleza, paz,suavidad,misericordia…

Todos nosotrossomos, de algunamanera, lo que fuenuestra madre. Unaverdadera madre varecreandoy formandoa su hijo, de alguna

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manera,asuimagenysemejanza, en cuantoa ideales,convicciones y estilovital.ParaJesúsdebióconstituir unaimpresión muy fuerteel ir, desde sus mástiernos años,observando yadmirando —y, sinquerer, imitando—aquelsilencio,aquella

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dignidad y paz, aquelno sentirseimpresionada por lascosas adversas… desuMadre.

Para mí, esevidente que Jesús nohizo otra cosa en laMontaña que diseñaraquella figuraespiritualdesuMadrequelesurgíadesdelasprofundidades del

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subconsciente,subconscientealimentado con losrecuerdos que seremontaban a susprimeros años. Lasbienaventuranzas sonuna fotografía deMaría.

Avanzando por entre laspenumbras de las páginasevangélicas,vislumbramosun

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impresionante paralelismoentre la espiritualidad deJesúsyladesuMadre.

María, en el momentodecisivo de su vida, resolviósu destino con la palabrahágase (Lc 1,37). Jesús,llegada«suHora»,resolvióeldestino de su vida y lasalvación del mundo con lamisma palabra hágase (Me14,36). Esta palabrasimboliza y sintetiza una

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vasta espiritualidad queabarca lavida entera con susimpulsos y compromisos enla línea de ¡os Pobres deDios.

Cuando María quiereexpresar su identidadespiritual, su «personalidad»ante Dios y los hombres, lohace con aquellas palabras:soy una esclava del Señor .CuandoJesússeproponeasímismo como una imagen

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fotográfica, para ser copiadoe imitado, lo hace con laspalabras «manso y humilde»(Mt 11,29). Según losexégetas, las dos expresionestienen un mismo contenido,dentro una vez más de laespiritualidad de los PobresdeDios.

MaríaafirmaqueelSeñordestronó a los poderosos yencumbróa loshumildes (Lc1,52). Jesús dice que los

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soberbiosseránabatidosyloshumildes,exaltados.

De estos y otrosparalelismos que seencuentranen losevangelios,podríamosdeducirqueMaríatuvo una influenciaextraordinaria y determinanteen lavidayespiritualidaddeJesús; que mucho de lainspiración evangélica sedebe a María como a sufuente lejana; que fue una

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excelente pedagoga, y supedagogía consistió no enmuchaspalabrassinoenvivircon suma intensidad unadeterminada espiritualidad,conlacualquedóimpregnadosuHijodesdeniño;yque,enfin, el Evangelio es engeneral un eco lejano de lavidadeMaría.

ViajeapresuradoLa tradición y la

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imaginación popular hansupuesto desde siglos queMaría hizo su viaje deNazaret a Belén unos díasantes del parto. La inmensamayoría de los autores —inclusonosotros—seatieneaeste supuesto sin detenerse apensar mejor. Paul Gechterdeduce, del contextoevangélico, una muydiferente conclusión, la cualarroja sobre María una

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grandeza singular,me parece.

Según el evangelistamédico (Lc 2,1), María yJosé, ya casados, se vieronobligadosarealizarsuviajeaBelén bajo la presión de unedictoimperial.Estarazónnoexcluye que aquel viajetuvieraotrosmotivos.

El orden de los hechospudoserasí:a los tresmesesde la anunciación regresa

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María desde Ain Karim aNazaret. Un buen día, nosabemos cuándo, recibe Joséla explicación sobre loacontecido a María. DeMateo 1,24 surge laimpresión de que laconducción —el casamiento— se realizó lo más prontoposible, inmediatamentedespués de esta notificación.La conducción pudo haberserealizado entre el cuarto y

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quinto mes después de laanunciación, es decir, unpoco antes de quecomenzaran a manifestarselosprimerossíntomasvisiblesdelagravidez.

Detrás de esteapresuramientovislumbramosla preocupación y temor departe de José de que muypronto se encendiera lamaledicencia popular contraMaría.

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SiJoséqueríadefenderelbuen nombre de laMadre, ysobre todo el del Hijo, teníaque dar pasos apresuradosparaalejarsedeNazaret.Ysele presentó una magníficaoportunidad con ocasión delcenso imperial, que debióhaberse promulgado muchosmeses atrás. La ordenimperialfueprovidencialparaellos porque así a nadieextrañaría su alejamiento de

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Nazaret,que,alparecer,enlaintencióndeloscónyugeseradefinitivo(Mt2,22).

Así se ilumina laintención velada que, alparecer, se escondedetrás dela expresión lucana de «queestabagrávida»(Lc2,5).Estaindicacióntieneelaspectodeser la motivación del viajeapresurado. María debíaalejarse cuanto antes. EnBelén a nadie llamarían la

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atención los síntomas degravidez en María, porquenadie sabía la época delcasamiento.DiceGechter:

«Así, sobre laEncarnación de Jesúsquedaba tendido unvelo que ocultaba elmisterioanazaretanosybelemitas.»

Lucas no dice: cuandollegaron allá se cumplieron

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los días del alumbramiento,sino:«estandoellosallá»(Lc2,6). El texto lucano deja,pues, un ampliomargenparafijar la cronología delnacimiento. Si el partosucedió inmediatamentedespués de llegar, o despuésde un lapso más o menoslargo de tiempo, el texto nodicenada.

Si se acepta esterazonamiento, María y José

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habrían viajado de Nazaret aBelén más o menos en elquinto mes después de laanunciación.

Sea como fuere, encualquiera de las dossuposiciones la situación deMaría no debió ser idílica.Ella tuvo que vivir, en todocaso, en una situaciónhumanamente dramática.Peroaquíestá lagrandezadela Madre. Cuando una

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personaviveinmersaenDiosyabandonadaen suvoluntad—como vivía ella—, esapersona experimenta unaprofunda paz y seguridad enmedio de una furiosatempestad. Cualquiera denosotros puede constatarlo:cuando se «vive»intensamente la presencia deDios, entonces no se sufremiedopornadasinoqueunosesientetremendamentelibre

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y,paseloquepase,seviveenunapazinquebrantable.LassituacionesamenazantesqueenvolvieronaMaríanoimpidieronenabsolutoaquellaprofundidad,dulzuraeintimidadenlasqueviviólaMadreduranteestosmeses.Esaeslaleccióndevida.

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2.Travesía

Amísiempremehachocadoun fenómeno extraño que seesconde y se vislumbradetrás de las líneasevangélicas:el tratodeJesúsconsuMadre.Esetratonoescomo el de los demás hijoscon sus respectivas mamás.Siempre que aparece Maríaenlosevangelios,Jesústomarespecto de ella, al parecer

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deliberadamente, una actitudfríaydistante.Detrásdeesaactitud se esconde unprofundísimo misterio quevamos a tratar de desvelaraquí.Fueunapedagogía.

Es inútil alterar elsignificado de las palabrasmediante interpretacionesforzadas a fin de suavizar ladimensión real de la durezade algunas expresionesevangélicas. Jesús no era un

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hijo ingrato. ¿Por qué secomporta así? María, talcomo aparece en losevangelios, es la supremaexpresión de delicadeza ybondad.No semerecía aqueltratamiento. ¿Por qué sucedetodoesto?

Aquí palpita una densateologíaconlaqueelmensajeevangélico adquiere unaprofundidad insospechada. Yen ese contexto, el

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comportamiento de laMadrees de tal grandeza que unoqueda simplemente mudo deasombro por esta mujerincomparable.

La carne no vale paranada(Jn6,63)

Jesucristo habíavenido paratransformarlo todo.Había venido parasacaraloshombresde

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laórbitadelacarneycolocarlosenlaórbitadel espíritu. Con sullegada habrían decaducar todos loslazos deconsanguinidad yhabrían deestablecerse lasfronteras del espíritu,dentro de las cualesDios sería padre detodosnosotrosytodos

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nosotros seríamoshermanos unos paraotros(Mt23,8).

Mucho mástodavía:paratodoslosque asumenradicalmente lavoluntad del Padre,Dios se constituye enpadre, madre, esposa,hermano…(Mt12,50;Lc 8,21). Todo lohumano sería

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asumido, nosuprimido.Todo seríasublimado, nodestruido. Fue larevolución delespíritu.

Toda realidad humana semueve en órbitas cerradas, yJesucristo había venido paraabrir al hombre haciahorizontes ilimitados. Así,porejemplo, lapaternidad, la

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maternidad,elhogar,elamorhumano, se desenvuelven encírculoscerrados,yJesucristoquería abrir esas realidadeshacia el amor perfecto, haciala universalidad paterna,materna, fraterna… En unapalabra, había venido paraimplantar la esfera delEspíritu.

Jesús, El mismo, fue

consecuente con sus

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principios. Llegada la horaseñaladaporsuPadre,saledesuesferafamiliardeNazaret.Ysutendenciapermanenteesalegarse de lo quellamaríamos clan, familia,provincia. Sale y actúaprimero en Galilea, luego enSamaría,más tardeen Judea,cada vez más lejos de sunúcleofamiliar.Y,alparecer,Hoqueríaregresarasualdea.

La intuición y la

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experiencia le habían llevadoalaconclusiónsiguiente:alládondesehanestablecidoconel profeta las relaciones deparentesco o de vecindario,siempre lo mirarán con ojosde carne, habrá curiosidadpor él pero no fe, y semalogrará todo el fruto de lasiembra porque un profeta«sólo en su tierra, entre susparientesy en supropia casacarecedeprestigio»(Me6,5;

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Mt 13,57). Realmente, «lacarne no vale para nada» (Jn6,63).

Según los evangelios,Jesús se llevó una amargadesilusión en su propiopueblo y entre sus parientes.Las palabras de Marcos sonsorprendentes: «Y se extrañóde su incredulidad [parientesypaisanos]»(Me6,6).«Ynoquiso hacer milagros allí»(Mt13,58).

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Los textos evangélicosavanzan invariablemente enelmismosentido,levantandoa los hombres desde susestrechosmárgeneshumanoshacia cumbres elevadas. Sisaludáis tan sólo a vuestroshermanos, ¿en qué osdiferenciáis de los paganos?(Mt5,47).Todoaquelqueen

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mi nombre abandona casas,padresohermanos,conocerála libertad y la plenitud (Mt19,29). ¿Queréis serdiscípulos míos? Si no soiscapaces de inmolar por mírealidades muy queridascomo esposa, hermanos,hijos,nopodréisperteneceramis filas. ¿Creéis que hevenidoatraerlapaz?Vineatraer espada y a enfrentar alhijo con el padre y a la hija

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conlamadre(Mt10,35).Es preciso nacer. Lo que

nacede lacarne,carnees;y,ensuciclobiológico,acabayse descompone. Lo que nacedelespíritues inmortalcomoelmismoDios(Jn3,1-10).

Por esta línea va laexplicación profunda de laactitudfríadeJesúsparaconsu Madre, actitud que, porotra parte, tiene un carácterestrictamentepedagógico.

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Nuevagestación

Después de suresurrección,Jesucristo estableceráel Reino del Espíritu:la Iglesia. Lo cual noes una instituciónhumana, sino unacomunidad dehombresquenacieron,no del deseo de la

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carne o de la sangre,sino de Dios mismo(Jn 1,13). Es unpueblo de hijos deDios, nacidos delEspíritu.

En Pentecostés habrá,pues, un nuevo nacimiento.Por segunda vez va a nacerJesús,peroestaveznosegúnlacarnecomoenBelén, sinosegún el espíritu. No hay

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nacimiento sin madre. Si elnacimiento era espiritual, lamadre tendría que serespiritual. La madre,humanamente, es unarealidad dulce. Esa dulcerealidadtendríaquemorir,enuna evolución transformante,porque para todo nacer hayunmorir.

María, pues, tendría quehacerunatravesía.Dealgunamanera,tendríaqueolvidarse

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de que era Madre según lacarne. Su comportamiento,mejor,lamutuarelaciónentreMadre e Hijo, tendría quedesenvolverse como si losdos fuesen extraños el unoparaelotro.

En una palabra, tambiénMaría tendría que salirse dela órbitamaterna, cerrada ensí misma —la esfera de lacarne— y tendría que entraren la esfera de la fe. Y todo

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estoporqueCristonecesitabade una madre en el espíritu,para su segundo nacimientoen Pentecostés. La Iglesia esla prolongación viviente deJesucristo, proyectado yderramado a lo largo de lahistoria.

Y así Jesús adopta unasingular pedagogía y sometea su Madre a un proceso detransformación; y todatransformaciónesdolorosa.

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Desde la época pre-adolescente —era casi unniñotodavía—,necesitadodeatenciónycuidadosmatemos,Jesucristo, Hijo de Dios eHijo de María, entraresueltamente en la fríaregiónde lasoledadhumana,se desprende del árbol, sedeclara exclusivamente Hijode Dios, desestima lapreocupaciónmaternayvienea decir, sin decirlo, que la

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carne no vale para nada. Fueun golpe inesperado quedesconcertó profunda ydolorosamente a la Madre.Ella quedó en silencio,pensando(Lc2,46-51).

Aquí se desmorona ladulzura materna y Jesúsdeclara, con otras palabras,que sólo Dios es importante,que sólo Dios vale, que sóloDios es dulzura y ternura. Yen un ambiente tenso

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proclama desde ahora y parasiempre la indiscutiblesupremacíayexclusividaddelSeñorDiosPadre,porencimade todas las realidadeshumanas y terrenas. Jesúsrecoge aquí la vía áspera ysolitaria de los grandesprofetas:sóloDios.

Luego Jesús manifiesta

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repetidamente no quereraceptar cuidados ni afectosmaternos (Me 3,20-35). SiMaría quiere seguir encomunión con Jesús deNazaret,noloseráencalidadde madre humana, sino quetendrá que entrar en unanueva relación de fe yespíritu. Aquello de la«espada», ¿no haríareferenciaaestosaspectos?

Y así, a través de

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diferentesescenasquefueron golpespsicológicos, Jesúsfue llevando a Maríapor esta travesíadolorosa ydesconcertante,aunque transformante,hasta que el día dePentecostés, en el«piso alto» de la casadeJerusalén(He1,13)allá está la Madre

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presidiendo el grupodeloscomprometidos,queesperanlallegadadel Espíritu, que —conMaríayenMaría— dará luz porsegunda vez y estavez en el Espíritu, aJesucristo. Nació laSanta Iglesia de Diosy nació, por obra delEspíritu Santo, deMaríaVirgen.

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Ya para estemomento,Maríahabíacompletado suitinerario pascual,había realizado lanueva gestaciónespiritual y ahora, denuevo, eraLaMadre,Madre en la fe y elEspíritu, MadreUniversal, Madre delaIglesia,MadredelaHumanidad y de la

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Historia.

Conflicto no,pedagogíasí

Las relaciones entreMaría y Jesús no sedesenvuelvenalmodonormalde cualquier madre con suhijo.EnelcasopresenteeselNiño y no la Madre quientomalainiciativaydeterminael género de las relaciones

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mutuas, y eso casi desde elprincipio.Mateo,ensurelatode la infancia, en cincodiferentes oportunidades traela significativa expresión «elNiño y su Madre». No esnormal. Los evangelios sepreocupan de transmitirnos,nolonormalenlasrelacionesde una madre con su niño,sino lo que había deextraordinario y hasta deextraño.

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En el caso de María, lamaternidad no fue unarealidad gozosa y exenta deconflictos. María fue laMadreDoloroso,desdeeldíade la anunciación, y no tansóloalpiedelacruz.

Ladistanciaquesentimosentre Jesús y María no fueuna distancia psicológica,sino de otro género y muymisteriosa. La Madre noentendía algunas expresiones

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de o sobre Jesús, sentíaextrañeza por otras. Aquella«espada» debió quedarcolgada sobre su alma, comounenigmaamenazador.Tuvoquehuiralextranjero.PerdióalNiño,omejor,elNiñoseleextravió voluntariamente, seevadió de su tutela.Un buendía,elHijoAdultoselealejódefinitivamente. Otro día,este Hijo desapareció,devoradoporlasllamasdeun

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desastre,enelCalvario.Todo un conjunto

encadenado deacontecimientos jalonan increscendo esta travesíapascualdelaMadre,comounproceso purificador, parallegar a la maternidadespiritualyuniversal.

En este singular proceso

pedagógico,encontramosotrosuceso con relieves

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particularmente intensos, enCanádeGalilea.Labodaerala fiesta cumbre en la vidafamiliar judía. En el casopresente,asistíaJesúsconsusdiscípulos; estaba tambiénpresenteMaría.Posiblementeeranparientes.

La Madre permanecíaatenta a todos los detallespara que la fiesta acabarasatisfactoriamente. Lacelebración duraba varios

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días.Enunmomentodado,laMadreadvirtióque faltabaelvino.Quiso solucionar por símismaeldescuidodemaneradelicada e inadvertida.Tomóelatajomáscortoydirecto,yaproximándose a Jesús, lenotificó lo que ocurría.Y enla información iba, latente yhumilde,unruego:soluciona,porfavor,esteimpasse.

La respuestade Jesús fueextraña y lejana. Aquello

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sonó como cuando una navesequiebraporlamitad.Maríaselehabíaaproximadoconlaseguridad de estar encomunión humana con Jesúsy de conseguir un favor: eraelruegodeunamamá.Cristolevanta la muralla de laseparación comenzando conla fría palabra «mujer».Nosotros dos no tenemosnada en común, somosextraños(Jn2,4).

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Por mucho que se quierapaliar la aspereza de larespuesta no se puedesoslayar, según los mejoresautores, la dureza de laspalabras. Sin embargo, si elepisodio hubiera sido pocoedificante nunca elevangelista lo hubieraconsignado. Hay, pues, aquíunagranenseñanzaescondidaen el fragor de esta escena.En un análisis profundo del

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contexto,si tenemospresenteel hecho de que al fin y alcabo Jesús accedió al ruegodelaMadre,elhechodequeseleadvierteaMaríaquenose impaciente porque todavíano llegó la hora, el episodiopodríatener—ensuconjunto— más solemnidad quefrialdad,diceLagrange.

Así y todo, elsentido natural de laspalabras del versículo

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4 (Jn 2,4), según losmejores autores estáen la misma línea dela reflexión queestamosdesenvolviendo aquí:querida Madre, lavoluntaddela«carne»no puede determinarmi hora, sino lavoluntaddemiPadre,hemos entrado en laera de la fe y del

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espíritu.Gechterdice:«Escasiimposible

afirmar que «mujer»reemplace a «madre».Más bien la desplaza.Jesús ha pospuestoconscientemente lasrelaciones naturalesque le ligaban a sumadre, al no haberlasquerido tener encuenta.

Jesúsquieredecir,

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ante todo: tú, ahora,como madre míaterrenal, no entras enescena; no tienesningún influjo sobremí y sobre miactuación».

Los tres sinópticosconsignan el hecho como unnuevogolpepsicológico.Fuela Madre a buscarlo,seguramente para atenderlo,

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porque el Señor no tenía nitiempoparacomer(Me3,20).Era en Cafarnaúm. Marcosdice que Jesús estaba dentrode una casa enseñando, y lacasa estaba repleta de gente,demodoquelaMadre,

con sus familiares, nopodía aproximársele. LaMadre le envió un aviso quele pasaron a Jesús: Maestro,aquí está tu Madre, quepreguntaporti.

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Y Jesús trasciende denuevo el orden humano, ylevantando la voz —de talmanera que la Madre podíaescucharlo perfectamente—pregunta: ¿Mi madre? ¿Mishermanos? Y extendiendo sumirada sobre los que lorodeaban afirma: Estos sonmimadreymishermanos.Yno solamente éstos. Todoaquelquecumplelavoluntadde mi Padre, ése es mi

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hermano y mi madre (Mt12,46- 50; Lc 8,19-21; Me3,31-35).

¿Conflicto? ¡No!¿DesestimacióndesuMadre?¡No! Era un nuevo capítuloen el éxodo purificador ytransformante hacia unamaternidad universal. MaríaconcibióaJesúsenunactodefe. Su vida entera, comohemos visto, fue un cumplirlavoluntaddelPadreconuna

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perfección única, repitiendosiempre su hágase. Fueentonces doblemente MadredeJesús.

En otraoportunidad —¿estaría presenteMaría?—, cuandoJesús terminó dehablar, una mujer enmedio de la multitudlevantó la voz congran espontaneidad:

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¡Qué feliz debe ser hmujer que te dio a laluzy teamamantó!YJesús, tomando vuelouna vez más porencima de lasrealidades humanas,replica: ¡Mucho másfelices son los queescuchan la Palabra yla viven! (Lc 11,27).¿Qué dice Lucas enotra parte? En dos

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oportunidades (Lc2,19; 2,51) elevangelista consignaque María escuchaba,guardaba y vivía laPalabra. Entonces,María es doblementebienaventurada: porserMadre y por vivirla Palabra. La Madrerecorrió esta desoladavía dolorosa vestidadedignidadysilencio.

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Estuvo simplementemagnífica. Nuncareclamó, no protestó.En otro lugaranalizamos, en suspormenores, esecomportamiento.Cuando no entendíaalgunas palabras, lasguardaba en sucorazón y lasanalizabaserenamente. A las

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escenas ásperas,respondiócondulzuray silencio. Nunca sequebró. En toda latravesía mantuvo laestaturayeleganciadeesos robles que,cuanto máscombatidossonporelviento, tanto más seafirman y seconsolidan. Fuecomprendiendo, paso

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a paso, que lamaternidad en elespírituesmuchomásimportante que lamaternidad según lacarne.

Enestesentido,yporestecamino, se comprendetambién el profundoparentesco que se estableceentrelamaternidadvirginalyla virginidad fecunda. Los

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que toman en serio lavoluntaddelPadredespliegantodos los prismas de laconsanguinidad, dice Jesús:son,almismotiempo,madre,esposa,hermano…

María, al vivir en elespírituyenlafeynosegúnlacarne,adquirióderechosdematernidad universal sobretodos los hijos de la Iglesiaque nacen del espíritu. Lavirginidad es unamaternidad

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según el espíritu, y es en laesfera del espíritu donde sedesarrolla su fecundidad. Yasí como la fecundidad de lamaternidad humana seencierra en. unos límites, lamaternidad virginal abre sufecundidad hacia launiversalidad sin límites. Poreso, María es figura de laIglesia que es, también,virgenfecunda.

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3-Madrenuestra

JuntoalacruzDe nuevo tenemos que

acudir a una historia, tanbreve como completa, quedice así: «Junto a la cruz deJesús estaba, de pie, suMadre»(Jn19,25).

Impresiona lapersonalidaddeMaríaporsus

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relieves de humildad yvalentía. A lo largo de suvida, siempreprocuróquedaroculta en la penumbra de unsegundo plano. Cuando llegala hora de la humillación,avanzaysecolocaenprimerplano, digna y silenciosa.Marcos nos relata que, en elCalvario, había un grupo demujeres que «miraban desdelejos»(Me15,40).Entretanto,JuannosseñalaquelaMadre

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permanecíaalpiedelacruz.Los romanos, ejecutores

de la sentencia y guardianesdel orden, normalmentemantenían a los gruposalejados, a una distanciaprudente de los crucificados.Pero en algunasoportunidades permitían, porexcepción, aproximarse a losejecutados, cuando se tratabade parientes próximos. Ahítenemos, pues, a María para

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un momento solemne de suvidaydelavidadelaIglesia.

La escena y las palabrasde Juan 19,25-28—«he aquía tu hijo; he aquí a tumadre»— nos dan laimpresión,aprimeravista,dequeJesúsencomendóaMaríaa los cuidados de Juan. Aldesaparecer Jesús, la Madrequedaba sin esposo ni hijosque la pudieran acoger ycuidar. Quedaba sola; y para

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los judíos era signo demaldición el que una mujerquedara solitaria en la vida.Por eso, Jesús moribundotuvo un rasgo de delicadeza,al preocuparse del futuro desu Madre. Esa es la primeraimpresión.

Pero, en la presenteescena, hay un conjunto decircunstancias por las que ladisposición de Juan para consu Madre, encierra una

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extensiónmuchomásvastayun significado mucho másprofundo que un meroencargofamiliar.

Ypuestoqueaquínacelamaternidad espiritual deMaría, necesitamos analizardetenidamente ese contextodecircunstanciasqueabreunencargo, al parecer,simplemente doméstico, a unsentidomesiánico.

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ContextomesiánicoEl episodio que vamos a

analizarestásituadoenmediode un conjunto de relatos,todos los cuales tienensentido mesiánico, es decir,que trascienden el simplerelato del hecho. Juan fuetestigo presencial, en elCalvario. Disponía, pues,para narrar, de un abundantematerial, diferente de losrelatos sinópticos. Pero Juan

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escogió tan sólo aquelloshechos que tenían —o seprestaban a tener—significaciónmesiánica.Estossonloshechos.

Los sanedritas sepresentan en la FortalezaAntonia ante el gobernadorromano. Le manifiestan sumolestia por la ambigüedaddel título de la cruz y leexigen que lo rectifique. Elromano encuentra ridícula su

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pretensión y mantiene sudecisiónenforma tajante.Enseguida,estamosdenuevoenel Calvario y presenciamos,con pormenores minuciosos,el sorteo de la túnica, hechoen el que Juan ve elcumplimientodelaEscritura.

Después Jesús, para quese cumpliera la Escritura,manifiesta tener sed. La sedde Jesús no tieneprincipalmente alcance

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fisiológico. Es un fenómenocompletamentenaturalparaelquehaperdidotantasangre,yno lo soluciona el agua sinouna transfusión de sangre.Juan va, pues, eligiendoaquellas escenas que noterminan donde acaba elfenómeno, sino queprecisamente comienzan allídonde acaba el fenómeno.Elnarcótico que le ofrecieronlos vigilantes tenía una

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finalidad humanitaria:anestesiarlosdolores.

Elúltimoepisodioqueserelataesladestruccióndelaspiernas de los crucificados ylalanzadadelsoldado,locualaconteció, otra vez, para quesecumplieralaEscritura.

Estamos, pues, viendoque Juan quiso ofrecernosuna serie de episodiossignificativos, sin una lógicainterna; no pretende darnos

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un relato. Entre paréntesis,Juan es un mal narradorporque cuando escribe estápensandoenmáscosasdelasque describe. Juan quisodemostrarque,enlossucesosdelacruz,sehabíacumplidola Escritura. Por eso, no leinteresa principalmenteinformar con un relatocoherente y ordenado.Ahorabien, en medio de cincorelatos, con proyección

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trascendente, el evangelistacoloca el episodio de Juan yMaría.

Algo más que unadisposiciónfamiliar

Según unainterpretación muygeneral, repetimos,Jesús habría actuado

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en la presente escenacomoaquelhijoúnicoque se sientepreocupado por eldesamparo en que vaa quedar su madre yda unas disposicionesde último momentopara asegurar elporvenirdelasolitariamadre.

Vamos a señalaraquílascircunstancias

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por las que aparececlaro que, en laintención de Jesús,existían finalidades yperspectivas muchomásprofundas.

En un análisis cuidadosodel texto, es preciso tenerpresente que Jesús estableceuna doble corriente: unadescendente, de María paraconJuan,«heahíatuhijo»;y

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otraascendente,deJuanparacon María, «he ahí a tumadre».Sisehubiesetratadode una mera disposiciónfamiliar, estaríamos ante unareduplicación inútil, tantodesde el punto de vistagramaticalcomopsicológico.

Quiero decir: si Jesús sehubiera preocupado tan sólode tomar medidastestamentarias para losúltimosañosdelavidadesu

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madre, hubiese sidosuficiente con establecer unasola corriente, de Juan paracon María: Juan, cuida concariño de mi madre hasta elfindesusdías.Erasuficiente.Lo demás pudo haberloevitado. ¿Para qué establecerlacorrientedeMaríaparaconJuan?Erasuperfluo.

Siguiendo con el análisisde las expresiones paralelas—heahíatuhijo,heahíatu

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madre—, si nosmantenemosen un eventual alcancemeramente humano, Jesúshabría procedido con pocadelicadeza con su Madre.Vamosaexplicarnos.

Era normal y de buentono que Jesús solicitaraencarecidamente,enelúltimomomento: Juan, cuida concariño de ella, trátala mejorque a mí mismo. PeroencargaralaMadre—¡yqué

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madre!— que cuidara coninterés de Juan, no sólo erasuperfluo sino también pocodelicado. Gechter lo explicamuybien:

«Hacerexpresamente aMaríala advertencia de queella debía apreciar aJuan, que cuidara deél con corazónmaterno, hubiera sidono solamente

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innecesario sinoinclusopocodelicado.

Toda mujer desensibilidadnormal locomprendería así, yno necesitaba que selo dijeran, y muchomenos, que se lodijera un hijomoribundo».

En la Palestina deaquellos tiempos, también en

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los nuestros, existía unacostumbre familiar de signocasi sagrado: cuando unamujerquedabasola,alfaltarleel esposo o los hijos,automáticamente se acogía alseno de su propia familia;familia, en el sentido ampliodelapalabra:parentela,clan.

Dentro de esa invariablecostumbre, al faltar a Maríasu esposo y su hijo único,hubiese correspondido que

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Jesús entregara su Madre alos cuidados de la familia delosZebedeos, por ejemplo; ala tutela de Cleofás, esposodeMaría,queera«hermana»(prima) deMaría (Jn 19, 25)yque,también,estabajuntoalacruz;o,enelúltimodeloscasos,alatuteladelmayordelos Zebedeos, teniendopresente que los judíos eranmuy sensibles a los derechosderivadosdelaantigüedad.

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En el marco de lascostumbres de aquellostiempos,elencargoqueJesúsentregóaJuandebióextrañarmucho, si no hubiera a lavista, muy patente, otrosentido.Apartirdelhechodequelosqueestabanjuntoalacruz no se extrañaron de ladecisión de Jesús, indica quepercibieron,en ladisposicióntestamentaria, algo más queunaformalidadjurídica.

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SiaJesússólo lehubieseinteresado encargar a Juan elcuidado temporal de María,¿cómoseexplicaelhechodeque la primera en serinterpeladafueseMaría?Sielencargo y la responsabilidadrecaía sobre Juan, éste debíahaber sido interpelado enprimerlugar.

Lo más importante seanuncia en primer lugar.Jesús estableceprimeramente

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la relación descendente,recomendando a Maríaasumiry cuidar a Juancomoa un hijo. De este hecho sedesprendeclaramenteque,enesta doble relación, no seventilan ni interesan enprimer término los cuidadoshumanos —no tenía sentidoqueMaría cuidara de Juan—sino una otra relación mástrascendental.

Vamosainterpretar—por

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hipótesis— las palabras deJesús,enelsentidodequeelSeñor quería tener unadelicadeza especial con suMadre, dirigiéndole unaspalabras de consuelo. Si éstafuese exclusivamente laintención de Jesús, ¿por quédirigió una expresiónidénticamente paralela aJuan? Sería extraño que, conunas mismas palabras,pretendiera consolar a Juan,

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pormuypredilectoquefuese,yasupropiaMadre.

Finalmente, como yahemos dicho, si María fueentregada a Juan, a su vezJuan fue entregado a María.En otras palabras: así comoJuan debía preocuparse deMaría, de la misma maneraMaríadebíacuidardeJuan.

Y esto resultabatremendamente extraño,porque allá mismo estaba

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presente la madre de Juan,María Salomé. Hubiese sidodirectamente ofensivo paraella. El contexto escénicoindica,pues,que laspalabrasparalelas encierran una cargade profundidad mucho másrica de lo que su sentidodirectopareceríaindicar.

TenemosMadreEsta serie de precisiones

nos lleva a la deducción de

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que Jesús, en la presenteescena, entrega unaMadre alaHumanidad.

¿Qué quiere decirmesiánico? Significa que unhecho o unas palabras noacaban en sí mismas, no seagotan en su sentido directo,natural o literal, sino queencierran un significadotrascendente, y además dicenrelaciónatodosloshombres;trascendenciayuniversalidad.

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Jesúsestabaensu«Hora»,enelmomentoculminantedesufunción mesiánica. Lecorrespondía comportarse alaalturadesudestinoydelasolemnidad del momento.Por eso, el Señor Jesús, auncuando se hallaba ensituación física desesperante,mantuvo la decisión

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inquebrantable de cumplir lavoluntad del Padre, llevandoa cabo todas lasdisposiciones sin que nadaquedasesincumplirse.

Ahora bien: después deestablecer la relación María-Juan, el evangelista agregasignificativamente: «despuésdeesto»,«sabiendoJesúsqueyatodoestabacumplido»(Jn19,28).Estaspalabrasindicanque, en la opinión del

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evangelista, Jesús tuvo laconciencia de haber dadocima a su tarea mesiánicajustamente e inmediatamentedespués del episodio María-Juan.

Deahíseconcluyequeladisposición (Jn 19,25-28) deJesús tiene alcancemesiánico: en este encargo,JesúsentregaalaHumanidada María por Madre en lapersonadeJuan.Seconcluye

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también que esta entregatestamentaria de su Madre ala Humanidad, de parte deJesús, fue el último actomesiánico antes de sentir laconcienciadequetodoestabacabalmentecumplido.

¿Cómo explicar, cuál es elalcance de este magníficoregalo de última hora que

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JesúsofrecealaHumanidad?Para una exacta

comprensión tenemos quedecir,enprimer lugar,que laescena y las palabras —heaquí a tu hijo, he aquí a tumadre— son algo así comosignos sacramentales:significan algo y producen(realizan) lo mismo quesignifican.

Por eso Jesús realiza unhecho concreto y sensible y

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establece un nexo jurídico:Juan consideraría a MaríacomoMadreyledaríaloqueun buen hijo adulto da a sumadre: cariño y cuidado. YMaría, a su vez, consideraríaaJuancomohijoyledaríaloque una buena madre dasiempre a suhijo: atenciónyamor.

Esteeraelhecho,elsignodiríamos,que Jesús concretó.Peronotodoterminaaquí.Al

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contrario, aquí comienzatodo. Este «gesto» sensiblecontiene, latenteypalpitante,una intención:abrir sueficazsignificación y proyectarlasobre una perspectiva sin finen cuanto al tiempo y encuantoalauniversalidad.

En Juan, el Señor daba atodos a María por Madre enun sentido mesiánicosobrenatural. Yrecíprocamente Jesucristo, en

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el presente episodio,declarabayhacía a todos losredimidoshijosdeMaría.

Así como a Cristo no leinteresaba primordialmenteinstituir un contrato dederecho civil entre María yJuan, sino originar ydesarrollar entre ambosrelaciones materno-filiales,así, trascendiendo el marcopersonal,Cristoquierequeseoriginen y desarrollen

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relaciones vivenciales yafectivas entre María y…¿quiénes? Según elsignificado del términomesiánico, entre María ytodos los redimidos por lamuerte redentora deJesucristo.DiceGechter:

«Dado que laMadreesuna,peroloshijos muchos, quedasuficientemente claroque en Juan se

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hallabanrepresentados todoslos que Jesús queríaredimir o todos losque, según el modelode Juan, habían decreerenEl.»

Desde ahora y parasiempre, todos los redimidosteníanunaMadreporexpresaypostreravoluntaddelSeñor:la propia Madre de Jesús.

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Nadie en el mundo, por lossiglos, podría quejarse deorfandad o de soledad en latravesía de su vida. Estainterpretación agotasatisfactoriamente elsignificado total del texto ycontextodeJuan19,25-28.

Así comprendemos por quéJesucristo eligió para esta

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función significante aldiscípulo más sensible. Juanrepresentaría o simbolizaríacabalmente laintercomunicación cariñosaentre Madre e hijo. Asícomprendemos por quéentregó a su Madre alcuidadodelmásjovendelosZebedeos y no al mayor,contra toda costumbre,precisamente por su carácterafectuoso.

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Eso, a su vez, estáindicando que Jesús queríafundarunarelaciónbasadaenel amor recíproco: tal comoeran entre sí Juan y María,debían y habrían de ser loscreyentes y María. Larelaciónentrelosredimidosyla Madre debía llevarse acabo en la línea materno-filial. Ahora comprendemostambién por qué el Señor noentregó a su Madre a los

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cuidadosdesuclanofamiliaoaloscuidadosdeSaloméode aquel grupo de mujeresque la habrían acogido conveneración y cariño, sino,contra toda costumbre, a loscuidadosdeJuan.

Comprendemos tambiénotro detalle. Atender a lospadres era deber primordialdeldecálogo.¿PorquéCristoesperó el último instante enquenisiquierapodíarespirar,

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parapreocuparsede la suertefutura de su Madre? Cristosabía lo que le iba aacontecer, los crucificadosapenas podían hablar; ¿porqué no dictó anteriormentelasdisposicionespertinentesala situación futura de suMadre?

Evidentemente Cristotraía consigo una intención:aprovechar la oportunidad decumplir las obligaciones

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normales de un hijo con suMadre para instaurar unanueva situación eclesial.SeguramenteJesúsincluyóensu tarea mesiánica, ysubordinándola a ella, elcumplimiento de sus deberesfiliales.Yestolollevóacabohaciendo de estos deberes laexpresión simbólica de uncontenido mesiánico. Así, ysólo así, podemos justificarque Jesús haya diferido este

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cuidado por su Madre hastacuando casi no podía hablar.Yestohadetomarsealpiedela letra porqueinmediatamente después,sabiendo que todo estabacompleto, inclinó lacabezaymurió.

Era su últimavoluntad; su regalomásquerido;lo

mejor al final. En su

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actuación postrera, JesúsentregósuMadrealaIglesia,paraque la Iglesia la cuidaracon fe y amor. Y, a su vez,entregó la Iglesia a laMadrepara que la atendiera concuidado maternal y lacondujeraporelcaminodelasalvación.

MujerInesperadamente Jesús

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rompe, no sin intención, elparalelismo lógico en laformulacióndesu testamentoespiritual.Alconcepto«hijo»corresponde el concepto«madre».AldirigirseCristoaMaría correspondía haberlohecho con la palabra«madre», no necesariamenteportratarsedesuMadresinopor la combinación lógica(hijo-madre) con la que sejugabaenaquellaescena.

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La palabra aramea Immatenía un sentidomuy íntimo,equivalente a nuestraexpresión madre mía. Jesússustituye la palabra madrepor la palabra mujer en uncontexto mental en que,lógicamente, correspondíadecir Madre. Evidentementefue una sustituciónpremeditada. ¿Por qué lohizo?

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Un grupo de intérpretespiensaque, conestecambio,Jesús procedió con unadelicadezaúnicaparacon suMadre. Ser madre de uncrucificado no eraciertamente título glorioso,sino todo lo contrario.Identificar a su Madre enaquellas circunstancias,hubiese sido un proceder

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poco afortunado.Interpelándolaconlapalabramujer, Jesús desorientaba laatención de los sanedritas,ejecutores y curiosos acercadelaidentidaddesusamigosy familiares; y de estamanera nadie podríaidentificar a la Madre delCrucificado.

Pero había mucho másque eso. La expresión fueescogida premeditadamente

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para un momento solemne yunafinalidadsolemne.

En el contextomesiánicodel Calvario el conceptopalabramujersacaaMaríadeuna funciónmaterna limitaday la abre hacia un destinomaterno sin fronteras. Lacorrienteprofundaavanzaporel mismo cauce de aquellatravesíaquehemosexplicadoarriba, desde una maternidadsegún la carne—exclusiva y

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cerrada—, hacia otramaternidadenlafe,universaly mesiánica. En el casopresente Jesús haceabstracción de su condicióndehijo,comolohizoenotrosmomentosdesuvida.

Con gran caballerosidad,no exenta de cariño, Jesúsllama mujer a la samaritana(Jn 4,21); a María, la deMagdala (Jn 20,15); a lacananea(Mt15,28),yaotras.

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PeroqueCristollamaramujera la samaritana o a lacananea,noeralomismoquelo hiciera con su propiaMadre. Por tanto, dichaapelación tiene un alcancediferenteymesiánico.

La palabramujer aquí esuna inmensa evocación nomuy perfilada en que seagitan y se combinandiferentesescenas,personasymomentos de la historia

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salvífica. Al parecer, en lamente del evangelista estápresenteEva,llamada«madrede los vivientes». Estápresenteaquellaotra«mujer»(Gén 3,15) que con sudescendencia desenmascararálas mentiras del enemigo.Está presente la «mujergrávida» del Apocalipsis,cuyo Hijo matará al dragón.EstápresentelaHijadeSión,figura y pueblo de todos los

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rescatados de la cautividad.Está presente aquella otra«Mujer»delfuturo,laIglesia,que como María es tambiénVirgenyMadre.

La «Mujer» del Calvarioasume, resume y expresatodas estas figuras.Ella es laverdadera «Madre de losvivientes», tierra dondegermina el «primogénitoentre muchos hermanos»(Rom 8,), fuente inagotable

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donde nace el pueblo de losredimidos. Todo quedaresumido, aquí y ahora, enqueMaríarecibeunoshijosalos que no ha dado a luz yCristo le da como hijos atodos sus discípulos en lapersonadeJuan.

DesterradoMillares de veces se ha

formuladolamismapregunta:¿qué es el hombre? Esta

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pregunta tiene el peligro deenvolvernos en unainterminable filosofíaespeculativa. Habría otrapregunta más concreta: ¿enqué consiste, qué o cómo seexperimenta al sentirsehombre?

La respuesta exacta seríaésta:comoundesterrado.

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Undelfín,unaserpienteouncóndor se sienten en«armonía» con la naturalezatodamedianteunconjuntodeenergías instintivas afines ala Vida. Los animales vivengozosamente sumergidos«en» la naturaleza como enun hogar, en una profunda«unidad»vitalconlosdemásseres. Se sienten plenamenterealizados —aunque notengan conciencia de ello—,

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nunca experimentan lainsatisfacción. No saben defrustración ni deaburrimiento.

El hombre «es»,experimentalmente,concienciadesímismo.

Altomarconcienciadesímismo,elhombrecomenzóasentirse solitario, comoexpulsado de la familia, queera aquella unidad originalcon la Vida. Aun cuando

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formapartedelacreación,elhombreestádehechoaparte.Comparte la creación junto alos demás seres —pero nocon ellos—, como si lacreaciónfueseunhogar,peroal mismo tiempo se sientefueradelhogar.Desterradoysolitario.

Y no solamente se sientefuera de la creación, sinotambién por encima de lamisma;sesientesuperior—y

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por consiguiente, en ciertosentido, enemigo— de ¡ascreaturas, porque las dominay las utiliza. Se siente señor,pero es un señor desterrado,sinhogarnipatria.

Al tener conciencia de símismo, el hombre toma encuenta y mide sus propiaslimitaciones, sus impotenciasy posibilidades. Estaconciencia de su limitaciónperturba su paz interior,

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aquellagozosaarmoníaen laqueviven losotros seresqueestán más abajo en la escalavital. Al comparar lasposibilidades con lasimpotencias, el hombrecomienza a sentirseangustiado. La angustia losume en la frustración. Lafrustración lo lanza a uneternocaminaralaconquistade nuevas rutas y nuevasfronteras.

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Larazón,diceFromm,espara el hombre al mismotiempo su bendición y sumaldición.

En el terreno moral yespiritual, el hombre sesientemás impotente que encualquier otro campo.Debido a esa sensación desoledad y destierro, ha

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nacido y crecido en elhombreelegoísmo,comounárbolfrondosodemilgruesasramas que son susinnumerables armasdefensivas. El egoísmo hatransformado al hombre enun ser infinitamente mássolitarioytriste.

Una red variadísima ytremendamente compleja deelementos bioquímicos yendocrinos condiciona —a

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veces hasta casi anular sulibertad— la espontaneidaddel hombre, de tal maneraque muchas veces «hace loque no quiere», y lo quequisiera hacer no puedehacerlo (Rom 7,14-25). Es,pues,ademásunencarcelado.

El egoísmo —mejor, elegocentrismo— es en suorigen un arma defensiva.Hace que el hombre setransforme en un castillo

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solitario, premunido demurallas, torres y almenasdefensivas. De la defensivasalta rápidamente a laofensiva,alaconquistayaladominación.

El destino definitivo delhombre en el devenir de latranshistoria es derrotar elegoísmo; mejor, liberar susgrandesenergíasencadenadashoy a sí mismo, yproyectarlas al servicio de

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todosenbondadyamor.Es, pues, un encarcelado,

un desterrado y un solitario.Necesita un Redentor, unaPatriayunaMadre.

ConsolaciónContra esta sensación de

destierro y soledadnecesitamos sentir a Alguienjuntoanosotros.EnlaBiblianuestro Dios se presentasiempre como una Persona,

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amante y amada, que está«connosotros»sobretodoenlos días desolados. Lamelodíaquerecorre laBibliadesde!a primera hasta laúltima página es ésta: «Notengas miedo, yo estoycontigo.»

Esamelodíasubedetonoen los profetas y la voz deDios se transforma en unaliento inmenso: «No tedejaré, no te abandonaré.

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Estaré contigo. Sé valiente,noteasustesporqueyoestoycontigo adondequiera quevayas.Terepito:sévaliente»(Jos1,1-10).

Expresiones como éstas:«Nomires con desconfianza,pues yo soy tu Dios. Yo teamparo con mi diestravictoriosa. Te tomo de lamano y te digo: no tengasmiedo. Si atraviesas un río,notearrastrarálacorriente.Si

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pasas por medio de lasllamas, no te quemarás. Nomires para atrás sino alporvenir, porque va a haberprodigios:brotaránríosenloscerros pelados, manantialesen losdesiertosyprimaverasen las estepas. Todo esto ymuchomássucederáparaquetodos sepan y comprendanque es el' Santo de Israel elautor de talesmaravillas» (Is41;43).

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El aliento de Dios setransforma frecuentementeenternuradelPadre:«Estuvepreocupadodeti,auncuandoestabas en el seno materno.Te he amado con un amoreterno.Israeleratodavíaunacriatura pequeña, y yo loalzabaenmisbrazos,ledabade comer y lo aproximaba

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concariñoamimejilla»(Jer31;Os11).

Jesúsacentúamástodavíalapreocupacióny ternuradelPadre Dios. Nos declara quePadreeselnuevonombredeDios. Y con gran emociónnos dice que nuestra primeraobligación no consiste enamar al Padre sino endejarnosamarporEl.

Y en una sinfonía decomparaciones, metáforas y

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parábolas nos dice cosasinmensamente consoladoras:que a veces elPadre toma laformadeunpastorysubelasmontañas, y se asoma a losriscos, y recorre los vallespara encontrar a un hijoperdido y querido. Quecuando un hijo regresa a lacasa, el Padre organiza unagran fiesta. Que el Padrequeda esperando el regresodelhijoingratoylocoquese

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escapó de la casa materna.Que su misericordia esmucho mayor que nuestrospecados y su cariño muchomás grande que nuestrasoledad. Que si el Padre sepreocupadevestirlasfloresyde alimentar los pájaros,cuántomás no se preocuparádenuestrasnecesidades.

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Pero no era suficiente contenerunPadre.Enlavida—en todavida—hayunpadrey una madre. Mejor, unamadre y un padre. Lapsiquiatría nos habla de ladecisiva influencia maternasobre nosotros, antes ydespués de «salir a luz», ytambién de los peligros deesa influencia por lasfijaciones y dependencias.Todosnosotrosconservamos,

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particularmente de los añosya lejanos de la infancia, elrecuerdo de aquella madreque fue para nosotrosestímuloyconsuelo.

Por eso, Jesucristo nosreveló al Padre y nos regalóunaMadre.

Y,comohemosexplicadomásarriba,Jesucristoentregósu Madre a la Humanidadpara que la Humanidad lacuidaraconfeyveneración;y

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entregó la Humanidad a suMadre para que ésta laatendieraylatransformaraenunReinodeAmor.

Pero no existe laHumanidad en concreto;existen los hombres, mejor,existe cada hombre. Por esoJesús,granpedagogo,hizoelregalo de su Madre a lapersona concreta de Juan,como representación de laHumanidad. Con este acto

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simbólico, Jesús queríasignificar que, así como larelación materno-filial deMaría y Juan se desenvolvíacon atención mutua, de lamisma manera deberían serlas relaciones de losredimidosconlaMadre.

El pueblo cristiano, en eltranscurso de largas edades,desarrolló este sentimientofilial a partir de lassituaciones límites: destierro,

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orfandad,soledad;yasínadóesa inmortal súplica que sellama la Salve. Durantemuchos siglos ha sido laSalve la única estrellamatutina, el único faro deesperanzay laúnica tabladesalvación para millones dehombres, en los naufragios,en las agonías, en lastentacionesyenlaluchadelavida.

¿Peligro de transformar a

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la Madre en el «senomaterno» alienante de quehabla la psiquiatría? Esevidente que para lospsiquiatras, para la inmensamayoría de los cuales sóloexiste la «materia», la«salvación» existesialconsisteenlaaceptacióndelasoledad radical del hombre,en alejarse lomásposibledetoda «madre» y mantenerseen pie por sí mismos. Es un

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belloprograma.Pero nosotros estamos en

elmundode la fe: redimidospor Jesucristo, muerto yresucitado, rodeados por losbrazosfuertesyamorososdelPadre Dios y cuidados poruna Madre consoladora, queJesús nos entregó en la horapostrera. Los psiquiatrasestánenlaotraórbitaynuncacomprenderán las «cosas» dela fe. Dirán que todo es

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alienación. Es lógico que lodigan.

A veces, una persona esasaltada por la desolación yno se sabe de qué se trata.Las confesiones de loshombresodelasmujeresquesenosacercanysenosabrenson simplementeestremecedoras. Dicen que

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no saben qué es. Se trata,dicen, de un algo interiorconfuso y complejo,absolutamente inexplicable,por lo cual sienten unatristeza pesada imposible deeliminar. Añaden que, enesosmomentos,loúnicoquelesdaalivioeselacudiralaMadre gritando: «¡Vida,dulzura y esperanza nuestra,vuelveanosotrostusojosdemisericordia!»

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Dicen,siempredicen,quees imposible explicarlo:cualquier día amanece y, sinmotivoaparente,comienzanasentir una impresión vaga yprofundadetemor.Sesientenpesimistas, como rechazadospor todo elmundo. Si tienencien recuerdos de los cualesnoventaycincosonpositivos,selesfijanenla imaginaciónprecisamente los cincorecuerdos negativos, y se

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apodera de ellos, sin podereliminarla,unararasensaciónde tristeza, miedo ysobresalto. Y, sin saber porqué, sienten ganas de morir.Y añaden que, en esosmomentos, sólo la evocaciónde laMadre con las palabrasde la Salve les da alivio,recuperanelánimoyvuelvenarespirar.

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A lo largo de la vida hemosasistido a muchas personasenellechodelaagonía.Aunhoy están vivos en mímuchos de esos recuerdos.Cuando un agonizante, apesar de las vanas palabrasde sus familiares, presientequeélseva,arrastradoporlacorriente inexorable de ladecadencia, cuántas veceshemosvistoiluminarseaquel

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rostro abatido al rezar laSalve todos los familiares acoro: «A Ti clamamos lostristes hijos de Eva, por Tisuspiramos, Madre deMisericordia y Dulzuranuestra.»

En países de tradicióncatólica uno quedaimpresionado con frecuenciaal comprobar la profundidaddeladevociónmañanaenlascostas de marineros o

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pescadores. En muchoslugares, cuando lasembarcaciones de pescadoressalen a altar mar, lo hacensiemprecantandolaSalve.

He visto encarcelados,estigmatizadospor laopiniónpública y abandonados portodossusfamiliaresyamigos,los he visto cómo erandiscretamente visitados porunamujersolitaria,supropiamadre. Una madre no

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abandona nunca, a no sercuandoellaesarrebatadaporlamuerte.

Necesitamos de otraMadre, de la que nunca seaalcanzadaporlamuerte.Cadauno vive su vida de formasingular y sólo él «sabe» desus archivos: sufredificultades, entra en ladesolación, su estado deánimo sube y baja, muerenlas esperanzas, de repente lo

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envuelven situacionesimposibles, al día siguienterenace la esperanza, aunquees difícil todo parece tenerarreglo… ¡La lucha de lavida!

María es para cualquiermomento consolación y paz.Ellatransformalaasperezaendulzura y el combate enternura. Ella es benigna ysuave. Sufre con los quesufren, queda con los que

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quedan y parte con los queparten.LaMadreespacienciayseguridad.Esnuestrogozo,nuestra alegría y nuestraquietud. La Madre es unainmensa dulcedumbre y unafortalezainvencible.

4. Entre elcombate y la

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esperanza

AlienaciónyrealidadTodoloquenoseabrees

egoísmo. Devoción mañanaque acaba en sí misma esfalsayalienante.EltratoconMaría que buscaexclusivamente seguridad oconsolación, sin irradiarsehacia la construcción de unreino de amor, no solamentees una sutil búsqueda de sí

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mismosinounpeligroparaeldesenvolvimiento normal delapersonalidad.

No cabe duda de que enmuchas partes, a lo largo delos tiempos, la devoción deMaría ha constituido unaparalización de las energías.Las medallas y escapularioseran para muchos comoamuletos mágicos, en lugarde ser la evocación de unaMadre dinámica. Muchos

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buscan imágenes y cuadros,unalgoquesepuede tocarybesar en lugar de buscarsignos que despierten la fe yconduzcanalamor.

No siempre es así,ciertamente. Tampocopodemos hacer caricaturas yuniversalizar. Muchas vecestodo está mezclado:superstición, interés ydevociónverdadera.

Lasgrandesmultitudesse

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acercan a los santuariosmarianos con un fondo debuensentimientoydeinteréspersonal. Quieren conseguiralgooagradecerunfavor.

A veces tenemosla impresión de estarasistiendo a unaoperación decompraventa. Es elcaso de tantos fielesque llegan haciendosacrificios que

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conmueven, como elperegrinar a pie, elentrar arrastrándosesobre las rodillas,encendervelas;contrasu aparienciadevocional, en eso seescondenbuenasdosisde interés egoísta. Secumple lo que decíanlos romanos: «do utdes», te doy para queme des. De ahí se

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origina, por ejemploenChile,lacostumbrey la expresión «pagarmandas». El verbopagar encierraclaramente elconcepto decompraventa.

Hoy se trata de lasalud de la mamá,mañanadelingresoenlauniversidaddelhijomayor, pasado

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mañana de buscar unbuen futuro esposoparalahija,alotrodíade un conflictomatrimonial, familiarovecinal.Enelfondosebuscanasímismos,no buscan amar.Rarísima vez pidenlosfielesotraclasedevalores,comolafe,lahumildad, lafortaleza…

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Es evidente que todo esoes la adulteración de lafinalidad por la cualJesucristo nos entregó unaMadre. En lugar de ser laMadre que engendra ennosotros a Jesucristo,queremos transformarlamuchas veces en laeconomista que soluciona losreveses económicos, en elmédico que sana lasenfermedades incurables, en

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lamujermágica que tiene lafórmulasecretaparatodoslosimposibles.

Otras personas acuden alos santuarios al rumor demilagros con una mezcla decuriosidad, superstición yfascinación. Sin darse cuentase pueden fomentar instintosreligiosos en lugar depromover la fe. Y,naturalmente, es diferente elsentimiento religioso que la

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fe.Laalienaciónpuedevenir

también de otra parte. Entrelos estudiosos,María ha sidoen la historia objeto derivalidadespartidarias,enunaverdadera dialéctica pasionalentre los llamadosmaximalistas y minimalistas.Los unos y los otrospretendíandarconlarealidadde . María. Todos ellos se

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extremaban en su posición ycaricaturizaban a losadversariosdoctrinales.

El Concilio Vaticano IIfueunejemploimpresionantepara comprobar de quémaneraeltemadeMaríaestácargado de alta tensiónemocional. Es uncontrasentido increíble elhecho de que sea centro depolémica aquella mujer delevangelio que siempre

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apareceenun segundo lugar,sinapenasabrirlaboca,llenadecalma…

Pretender elevar a Maríapresentándolaensuvidapocomenos que si estuvieradisfrutando de la visiónbeatífica,esrestarleelméritoy la condición de mujerperegrinaenlafe,yalienarla.Una mariologíaexcesivamente deductivatiene el peligro de levantar a

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María a vertiginosas alturastriunfalistas, rodeando a laMadre de privilegios yprerrogativas que quieren sercada vez más altas. Hayquienes colocan a María tanalta y tan lejos, que latransformanenunasemidiosadeshumanizada.

«Esta criatura"bendita entre todaslas mujeres” fue enesta tierra una

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humilde mujer,implicada en lascondiciones deprivación, de trabajo,de opresión, deincertidumbre delmañana, que son lasde un paíssubdesarrollado.

María debía nosolamente lavar oarreglar la ropa, sinocoserla; no solamente

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coserla, sinoprimeramentehilarla.

Debía nosolamente hacer elpan, sino tambiénmoler el grano y, sinduda, cortar ellamisma los árbolespara las necesidadesdel hogar, como lohacen todavía lasmujeresdeNazaret.

LaMadredeDios

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no fue reinacomo lasde la tierra, sinoesposa y madre deobreros. No fue ricasinopobre.

«Era necesarioque la Theotokosfuese la madre de uncondenado a muerte,bajo la triple presiónde la hostilidadpopular, de laautoridad religiosa y

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de la autoridad civilde su país. Eranecesario quecompartiera con El lacondición laboriosa yoprimida, que fue lade las masas dehombresquehabíaderedimir, ”los quetrabajan y estáncargados”».

Maríanoessoberanasino

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servidora. No es meta sinocamino.Noessemidiosasinola Pobre de Dios. No estodopoderosa sinointercesora.Es,porencimadetodo, la Madre que siguedando a luz a Jesucristo ennosotros.

NuestrodestinomaternoEl significado profundo

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de la maternidad espiritualconsiste, repetimos, en queMaríaseadenuevoMadredeJesucristo en nosotros. Todamadre gesta y da a luz. LaMadredeCristogestaydaaluz a Cristo. Maternidadespiritual significaqueMaríagestaaCristoylodaaluzennosotros y a través denosotros.

En una palabra,nacimientodeCristosignifica

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que nosotros encarnamos y«damos a luz» —transparentamos— al Cristoexistencia, permítaseme laexpresión, a aquel mismoJesucristo tal como en suexistencia terrena sintió,actuóyvivió. Jesucristo—laIglesia— nace y crece en lamedida en que lossentimientos ycomportamientos, reaccionesyestilodeCristoaparecena

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travésdenuestravida.Tenemos, pues, un

destino «materno»: gestar ydar a luz a Jesucristo. LaIglesia «es» Jesucristo. Elcrecimiento de la Iglesia esproporcional al crecimientode Jesucristo. Pero el CristoTotal no crece poryuxtaposición. Quiero decir:laIglesianoes«másgrande»porque tengamos tantas

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instituciones, centrosmisionales o sesiones decatequesis.

La Iglesia tiene unadimensióninternaqueesfácildeperderdevista.La Iglesiaes el Cuerpo de Cristo o elCristo Total. Y la Iglesiacrece por dentro y desdedentro por asimilacióninterior. Contemplada enprofundidad,alaIglesianoselapuedereduciraestadísticas

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o proporcionalidadesmatemáticas: por ejemplo, laIglesia no es «más grande»porque hayamos hechosetecientosmatrimoniosydosmil bautizos.La Iglesia es elCristo Total. Y Jesucristocrece en la medida en quenosotros reproducimos suvidaennosotros.

En la medida en quenosotros encarnamos laconducta y actitudes de

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Cristo,elCristoTotalavanzahacia su plenitud. Es sobretodo con nuestra vida másqueconnuestrasinstitucionescomo impulsamos a Cristo aun crecimiento constante.Porque Dios no nos llamódesde la eternidadprincipalmente paratransformar el mundo con laeficacia y la organización,sino«paraserconformesalafigura de su Hijo» (Rom

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8,29).

María dará a luz aCristoennosotrosenlamedidaenquenosotros seamos sensibles,como Cristo, por todos losnecesitados de este mundo;enlamedidaenquevivamoscomo aquel Cristo que secompadecíayse identificabacon la desgracia ajena, que

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no podía contemplar unaaflicción sin conmoverse,que dejaba de comer o dedescansarparapoderatenderaunenfermo,quenosóloseemocionaba sino quesolucionaba… La Madre esaquellaquedebeayudarnosaencarnar a ese Cristo vivosufriendoconlosquesufren,afindevivirnosotros«para»los demás y no «para»nosotrosmismos.

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María dará a luz aCristoen nosotros en la medida enque lospobres sean nuestrospredilectos; cuando lospobres de este mundo seanatendidos preferentemente,será la señal de que estamosen la Iglesia verdaderamentemesiánica; cuando vivamoscomoCristocon lasmanosyel corazón abiertos a lospobres, con una simpatíavisible por ellos,

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compartiendo su condición ysolucionandosusituación;enla medida en que nuestraactividad estépreferentemente, mas noexclusivamente, dedicada aellos, en la medida en quelleguemos a ellos conesperanza y sinresentimientos… María seráverdaderamenteMadre, en lamedida en que nos ayude aencarnar en nosotros a este

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Cristodelospobres.

María dará a luz aCristo ennosotros en la medida ' enque tratemos de ser, comoCristo, humilde y paciente;en la medida en quereflejemos aquel estado deánimo,depaz,dominiodesí,fortalezayserenidad;cuandoprocedamos como Cristo

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ante los juecesyacusadores,con silencio, paciencia ydignidad; cuando sepamosperdonar como El perdonó;cuando sepamoscallar comoEl calló; cuando no nosinterese nuestro propioprestigio sino la gloria delPadre y la felicidad de loshermanos; cuando sepamosarriesgar nuestra piel, alcomportarnos con valentía yaudaciacomoCristo,cuando

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están en juego los interesesdelPadreydeloshermanos;cuando seamos sinceros yveraces, como lo fue Cristo,ante amigos y enemigos,defendiendo la verdad aun acostadelavida…Maríaseráverdaderamente nuestraMadre en la medida en quenos ayude a encarnar a esteCristopobreyhumilde.

María dará a luz aCristoen nosotros, en lamedida en

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quevivamosdespreocupadosde nosotros mismos ypreocupados de los demás,como Jesús, que nunca sepreocupó de sí mismo, sintiempo para comer, paradormiroparadescansar;enlamedida en que seamos comoCristo que se sacrificó a símismo sin quejas, sinlamentos, sin amarguras, sinamenazas,yalmismotiempodio esperanza y aliento a los

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demás; en la medida en queamemos como Cristo amó,inventando mil formas ymaneras para expresar eseamor,entregandosuvidaysuprestigioporsus«amigos»;sipasamos por la vida, comoJesús, «haciendo el bien atodos». ¿En qué consiste lamaternidad espiritual deMaría?En que laMadre nosayude a encarnar, gestar ynacer en nosotros este Cristo

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queamóhastaelextremo.

María será para nosotros laverdadera Madre si nosesforzamos por tener sudelicadeza fraterna: actoseguidodelaanunciación,vala Madre rápidamente afelicitaraIsabelyaayudarlaen las tareas domésticas delos días prenatales; si

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copiamos aquella sudelicadeza enCaná, atenta ypreocupadaportodo,comosise tratara de su propiafamilia; superdelicadeza lasuya, en lamismaescena, alno comentar con nadie ladeficiencia del vino, al noinformar al anfitrión paraevitarle un momento derubor, y mayor delicadezatodavía al pretender arreglartodo sin que nadie se diera

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cuenta; delicadeza tambiéncon su propio Hijo al evitarante los demás la impresiónde una situación conflictivapor la respuesta del Hijo,cuandodicealosempleados:haced lo que El os diga; sudelicadeza en Cafarnaúm,cuandoen lugardeentrarencasa y saludar al Hijo conorgullo materno, golpea lapuerta y queda fuera,esperandoser recibidaporel

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Hijo…DeestamaneraMaríada

a luz a Cristo a través denosotros, cumplimos nuestrodestino materno, y Cristo escadavez«mayor».

CONCLUSION

Marcha transhistórica y

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consumaciónSomos los constructores

de un Reino. Nuestro peorenemigo es la impaciencia.Un proyecto de dimensioneseternas, quisiéramos verloterminado en los días denuestra existencia biológica.Necesitamoslasabiduríaparamedir nuestros límites y lasdimensiones del proyecto.Lasarmasdelasabiduríasonlapacienciaylaesperanza.

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Somosdeayerytenemosmillonesdeañospordelante.Esta tierra y nuestra historiano van a terminar por uncataclismo apocalíptico, sinopor una normal extincióncosmogónica.

Hacemilesdemillonesdeaños no había más que unamasa enorme e informe degas cósmico, formando unamolécula gigantesca que, alexplosionar, originó las

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nebulosas, galaxias ysistemas solares que no sonotra cosa sino partículas deaquella explosión. Por lafuerza de la gravedad, quetiende a unir los cuerpos, elpolvo cósmico emanado deaquella explosión empezó aconcentrarse en sistemascirculares alrededor de uncentroprincipal.Es la últimateoría de cosmogénesis,fundamentada en los

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principios matemáticos, y sellama la teoría del «universoenexpansión».

¿Cuáleselcaminoqueleesperaalahumanidad?

Hay que mirar atrás paradeducirqué lesucederáenelfuturo. La constituciónquímica del universo esextraordinariamenteuniforme.Lasestrellasnosonotra cosa que reaccionestermonuclearesporlasqueel

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hidrógeno vatransformándose en helio.Los astros se vanconsumando en forma deirradiaciones de luz, calor ycorpúsculos. La edad denuestra galaxia, y porconsiguientedenuestro solynuestra tierra, se calcula enunos cinco mil millones deaños.

La tierra era rica ensustancias inorgánicas. Y

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brotó la vida como efecto dela organización de esassustancias, por medio de launión de elementoscombinados. La vidacomenzó en el mar, haceaproximadamente dos milmillonesdeaños.

Una vez nacida la vida,fue reproduciéndose ymultiplicándole hastaorganizarse en seresmulticelulares. En el

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transcurso de millones deañosseformaronlasespeciescon sistema nervioso ycerebro.

El proceso dehominización, llamémosloasí, sucedió «en los últimostiempos», de unos millonesde años para acá, con unaacelerada complicacióncerebral. Los primerosvestigios de la historia de lacivilización aparecen, según

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el estado actual de lapaleontología, hace comosiete mil años, con lossumerios. Abraham vivióhace menos de cuatro milaños.

Conclusión: somos deayer. Jesucristo seencarnóalprincipio de la historia de lahumanidad.

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¿Qué intenta Jesucristo enesta larga caminatatranshistórica?

La tarea de Jesucristo estransformar el mundo,digamos más exactamente,transformar el corazón delhombre. El plan grandioso,concebidoysoñadoporDiosdesdelaeternidadyejecutado«eneltiempo»porJesucristo,esladivinizacióndelhombre.

Diosnoscreóasuimagen

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y semejanza. El Señordepositó en el fondo delhombreunasemilladivina,laque nos impulsa no aconvertirnos en «dios»,sustituyendo al verdaderoDios(Gén3,5),sinoallegaraser«divinos»,participandodela naturaleza divina.Habiéndonos creado, alprincipio, semejantes a Él,sus planes posteriores tienenpor finalidad hacernos cada

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vezmássemejantesaÉl.

Estamos empezando a salirde la «selva». Por eso, enesta etapa evolutiva de lahumanidad todavía estamosdominados, gobernados yorganizados enteramente porlos mecanismos instintivosdel egoísmo. Para los seresinferiores en la escala vital,

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los instintos reactivos sonesencialmente egocéntricos,para poder defenderse ysubsistir en la lucha de lavida. Desde allí arrastra elhombre su congénitanaturaleza egoísta. Hoy porhoy, el hombre esconnaturalmenteegoísta.

La Biblia no se cansa dedecirnosdemilformasqueelegoísmo (pecado) alcanza lasúltimas raíces del hombre; o,

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dicho de otra manera, elhombreestá estructurado«enpecado»,enegoísmo(Sal50;Rom 7,14-25). De suestructuradepecadoemergentodoslosfrutosdela«carne»:fornicación, impureza,libertinaje, idolatría,hechicería, odios, discordias,celos, iras, rencillas,divisiones, disensiones,envidias, borracheras, orgíasycosassemejantes(Gál5,19-

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22).La tarea gigantesca y

transhistórica de Jesucristoconsiste en hacer «pasar» alhombre desde. las leyes delegoísmo a la de Dios «esAmor», la divinización delhombre consistirá en «pasar»delegoísmoalamor,endejardeser«hombre»parallegaraser«Dios».

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Me atrevo a decir que laRedencióntienedimensionescósmicas, por lo que voy aexplicar. Debido a suestructura egoísta, elhombredomina y «somete a suvanidad» (Rom 8,20) todaslas criaturas. Estas,sometidas al caprichoarbitrario y despótico delhombre, se sienten comoprisioneras y torturadas y

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«gimen» (Rom 8,22),suspirando por liberarse deesaopresión.

Para describir estefenómeno profundo, sanFrancisco utiliza la palabra«apropiar». Tener es unacosa; retener, otra. Usar esdiferente de apropiarse.Apropiarse significa amarrar,tender una cadena entre elhombrey lacriatura,entreelpropietario y la propiedad.

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Terriblemisterioeignoranciaprofunda:elhombrecreequeser «señor» consiste en tenerel máximo número deapropiaciones, cuando enrealidad sucede lo contrario:cuantomáspropiedades tieneel hombre, más amarradoestá,máscadenaslesujetanalas criaturas porque laspropiedades reclaman a sudueño.

El hombremás pobre del

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mundo es el más libre delmundo, y por consiguientemás «señor». La redencióndel hombre, su liberación,viene por el camino de ladesapropiación. Pobreza yamorsonunamismacosa.

Pablo nos dice que lascriaturasestánsuspirandoporverse liberadas del abuso delhombre. Si el hombre sedesprende de las criaturas(valores,carismas,bienes…),

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si el hombre no las utilizapara su dominación, esascriaturas quedan libres. Laliberación del hombreconstituye también laliberación de las criaturas.Esto es, las criaturas quedanliberadas del hombre cuandoelhombresedesprendedelascriaturas.

Ahora bien: al no sujetarelhombrealascriaturasparasu exclusivo provecho, éstas

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pueden ser proyectadas alservicio de los demás. Y asílas energías y valoreshumanos, una vez liberadosdel abuso del hombre, ahorasípuedenentrareneltorrentedel amor al quedar libres ydisponibles para el serviciodetodosloshermanos.

Yalentrarenlaesferadelamorquedan,tantoelhombrecomolascriaturas,dentrodelproceso it la divinización,

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porque Dios es Amor:liberadosparaserviryamar.

Esa prodigiosa y lentaliberaciónpascuallallevaráacabo la gracia redentora deJesucristo. El Concilio dice:«La clave, el centro y el findetodalahistoria,sehallaensu Maestro y SeñorJesucristo.»Quiere decir: no

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solamente Jesucristo está enel corazón de la Historia,sino que el movimientopascual de la historia estáimpulsado y promovido porla dinámica redentora delSeñor.La razónde ser de laHistoria humana es liberarlas grandes energíashumanas, atadas hoy a losanillos egocéntricos delhombre, y derramarlas alserviciodelosdemás.

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Naturalmente, se trata deuna .tarea de milenios. Enestaliberaciónlosprocesosyrealidades terrenos ayudaráneficazmente al hombre en sucaminata hacia la Libertad yelAmor.Asíporejemplo,losmovimientos democráticos ysocializantes constituyen,según me parece, una granayuda en este proceso en lamedida en que fomenten elrespeto mutuo, combatan el

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individualismo y abran a lossereshumanosmásalládelassoberanías, patrias yfronteras, hacia launiversalidad de unafraternidadintegral.

Es evidente que, en estaredención transhistórica,ofrecen una preciosa ayudalas ciencias humanas(psicología, medicina,sociología…)y la técnica.ElConcilio indica que, en este

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avancehacia laLibertady elAmor, el hombre va aencontrarse con muchosenemigos como laenfermedad,lasinjusticias,lapobreza, la ignorancia… Lascienciasylatécnicaayudaránal hombre a derrotar esosenemigos.

Según la Gaudiutn etSpes, la técnica es la granvictoriadelhombre sobre lasfuerzas inexorables de la

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naturaleza. Pero, según elesquema conciliar, estatécnica libertadora se le estáconvirtiendo al hombre enuna nueva esclavitud por losdesequilibrios yambivalencias que produce(GS 8, 9, 10). Y el Conciliodesafía al hombre a superarlasambivalenciasnegativas.

Y la Iglesia abriga unainmensa esperanza de que elhombre acabará por superar

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todos los obstáculos, porqueel ser humano llevamarcadoenlasprofundidadesdesuserel rostro de Dios, y esportador de gérmenesinmortales capaces de sanartodos los errores, vencertodas las dificultades ycaminarincesantementehaciaadelanteyhaciaarriba.

Pero en esta marchatriunfal siempre le quedará«el»enemigo,elpecado.Yel

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Concilio acaba porpreguntarse y desafiar alhombre,averdequémanera,másalládetodaslasvictoriasterrestres y humanas,conseguirá transformar susenergías vitales egocéntricasen amor. Con palabras mássimples: de qué manerallegará el hombre a luchar,sufrirytrabajarconelmismoentusiasmo, cuando se tratadelinterésdelosdemáscomo

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cuando se trata de su propiointerés.

EloptimismodelaIglesiase traslada también a esteterreno: el hombre irávenciendo también el pecadoporque hubo un hombre queya lo derrotó, Jesucristo. «Elmisterio del hombre sólo seesclarece en el misterio delVerboEncarnado»(GS22).

Y, en la medida en queloshombresa lo largode los

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milenios vayan asumiendo yencarnandolossentimientosyactitudes de Jesucristo, irándesapareciendo lasconsecuenciasdelegoísmo:laviolencia, las injusticias, lasguerras,ladiscriminaciónylaexplotación…

En lamedidaenquemáshombres y másprofundamente asuman el«amor extremo» (Jn13,1) deJesús,yseancapacesde«dar

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la vida» (Jn 15,18) por loshermanos, la redenciónliberadoraavanzarálentaperofirmemente por los anchoscaminosde la transhistoria, eirá llegando el sobre-humanismoporelqueyenelque brillarán en todo suesplendor la libertad y elamor.

Pasarán más milenios. Yen la medida en que loshombres se parezcan más a

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Jesús, la humanidad irácristificándose, Jesucristo irácreciendo hacia la EstaturaAdultaquelecorresponde.

El Reino será cada vezmás libertad y amor, y elhombrecadavezmásplenoyfeliz, hasta que el egoísmosea definitivamentesuprimido del corazónhumano; lasgrandesenergíaspsíquicasnoestarándirigidasalcentrodecadahombresino

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hacia los hermanos, nosamaremosunosaotroscomoJesús nos amó, Cristo«vivirá» realmente ennosotros, todo y todos«serán» Jesucristo… Y eneste momento será el fin ycaeráeltelóndelahistoria.

Dios será «todo entodos», y Jesucristo habráalcanzado su plenitud total.Léanse laCartaa los efesiosylaCartaaloscolosenses.

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La conclusión delConcilio es magnífica ytrascendental: «La vocaciónsuprema del hombre es, enrealidad,unasola,esdecir,ladivina»(GS22).

Es evidente que en estenacimiento y crecimientotranshistórico de Cristo, lamisma Madre que lo trajo aeste mundo tendrá un papelpreponderante.

María presidirá este

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proceso; y no solamentepresidirá, sino que tambiénella será la Madrefundamental de toda estatransformación libertadora ydivinizadora, a través denosotrossushijosredimidos.

Este proceso será tarea delargos milenios. Se sabeexactamente cuándo nuestro

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planeta será inhabitable:cuando ya en la tierra nohayacondicionesdevidaporlamuertedelsol.

El sol «vive» —y noshace vivir a nosotros con suluz y calor— por latransmutación del hidrógenoen helio, por medio de lasreacciones termonucleares.La ciencia sabe cuántastoneladas de hidrógeno porsegundo consume nuestro

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astro rey. Sabe también laprovisión de hidrógeno deque dispone. Se puede, pues,calcular perfectamente eltiempo que necesitará el solpara consumir esa provisión.Cuando todoesecombustiblese haya quemado, el solagonizará y morirá, y en latierranohabráposibilidaddevida.

Lahumanidadtiene,pues,por delantemillones de años

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parasucristificación.LoshombresdeJesucristo

son los colaboradores,juntamente con la Madre,para esta tarea trascendental.Nuestro peligro es el dedejarnos llevar por laimpaciencia debido alfenómenodelatemporalidad;es decir, por el hecho desentirnos sumergidos «en» eltiempo, en la línea deHeidegger. Sentimos prisa

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por solucionar todourgentemente, porquetenemos la impresión de queenlosdíasdenuestravidasedecideeldestinodelmundo.

No sabemos colocarnosen laperspectivade la fe.Essuficienteconque,a lo largode nuestra existencia,hayamoscolocadoun ladrilloen la construcción de eseReino de libertad y amor. El«ladrillo» quedará ahí,

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inamovible, por siemprejamás.

Cuandonosotroshayamosmuerto, caerá sobrenosotros,humanamente, el silencioinquebrantable y el olvidoeterno. Pero si nosotroshemos dado un impulso aJesucristo en su crecimiento,habremos marcado una líneaindelebleenlaHistoriaquenielsilencionielolvidopodránborrar, y nuestro nombre

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quedará escrito para siempreenelnúmerodeloselegidos.

Esta transformacióntranshistórica implica, comohemos dicho, deberes ytareas temporales. Y aquímismo se nos levanta ladificultadcasiinsuperabledediscernimiento,yaquímismocomienza, para los hijos del

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Evangelio, el peligro deltemporalismo.

Es tremendamente difícilestablecer una línea divisoriaentrelapolíticacontingenteylapolíticatrascendente.¿Quésignifica, concretamente,compromisotemporalparauneclesiástico? ¿Hasta quélinderos puede avanzar unsacerdote en la acciónpolítica? ¿Qué significan, encuanto a pasos concretos a

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dar, expresiones comosolidaridad fraterna,animación, denuncia,liberación,profetismo…?

¿En qué se diferencia laactividad temporal de uncristiano laico de la de unsacerdote o una religiosa?¿Existelataldiferencia?Ysiexiste, ¿cuáles serían lasimplicaciones concretas?¿Hasta dónde se puedeavanzar? ¿Dónde están las

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fronteras? Estamos metidosenunaprofundaniebla.

Vamos a pedir el espíritude Sabiduría para noquedarnos demasiado acá niavanzardemasiadoallá.

¿DequévaleinvocaraDios,cuando el verdadero «dios»que manda es el dinero?¿Sirve de algo llamarse

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seguidor de Jesucristo,cuandolasarmasquerigenybrillansonlaexplotacióndelhombre por el hombre, ladominación del hombresobre el hombre y lacompetición despiadada poreltriunfoeconómico?

¿Qué se consigue condeclararnos bautizados si losúnicosidealesqueserespiranson el hedonismo, el orgullode lavidayeldeseo locode

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ostentarylucir?LoshijosdelEvangelionotienennadaqueverconelreinodeldinero.

¿Para qué vale unarevolución social si loshombres siguen odiándose,incubanambicionesferocesysustituyen la aristocracia deldinero por la aristocracia delainteligencia?

Si una revolución socialdestruyeel«dinero»ydisparacontra todos los

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individualismos, haconstituido una ayuda en latransformación del hombre.Pero ¿qué hacemos si elcorazónsiguepodridoyenelcaminosehadejadounríodeamargura?

Elcorazóndelhombrenose transforma por arte demagia. Derribar unasestructuras sociales ysustituirlas por otras, es cosarelativamente fácil por

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tratarse de una acción rápiday espectacular y, porconsiguiente,fascinante.

Derribar las murallas delegoísmo, crear un corazónnuevo, trocar los motivos ycriterios del hombre, trabajarpor los demás con el mismointerés como si trabajara pormímismo,despreocuparsedesímismoparapreocuparsedelos demás, adquirir lacapacidad de perdonar,

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comprender… Todo eso estarea de siglos y milenios.Esa es la gran revolución deJesucristo.

El «mundo» cree que elúltimoquedaelgolpe,éseesel campeón. ¿Con quiéncompararéauncampeón?,sepregunta Jesús. Campeón,responde Cristo, es el que,después de recibir un golpeen elmaxilar derecho, quedatan entero y dueño de sí que

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puede presentartranquilamente el maxilarizquierdo. Este es el másfuerte. Cuánta revoluciónsóloenestacomparación.

Losresultadosdeunaaccióntemporal, repito, son —opueden ser— vistosos yfulgurantes, pero tambiénsuperficialesporquenotocan

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el corazón.Generalmente, loquerápidamenteseconstruyerápidamentesedesmorona.

El Padre encargó aJesucristo transformar elmundo y conducir a lahumanidad liberada ydivinizada, en un granmovimiento de retorno, a laCasa del Padre. Esa tarea noes de un siglo ni de unmilenio.Jesucristoesdeayer,de hoy, de mañana y de

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siempre.Esnecesarioqueloshombres de Jesucristo, suscolaboradores en laconstrucción de su Reino, secoloquen «en el tiempo» deJesucristo, no perdiendo devistalasdimensionesdelafe.

Es necesario noimpacientarse buscandoresultados inmediatos, esnecesario saber discernir quécosa es el Evangelio y quécosanoloes;ysobretodoes

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necesario tener, como losprofetas, las raícesprofundamentehundidasenlaintimidadconelSeñor.

«El Profeta es unhombre poseído porDios.Peronoporesose halla retirado delmundo.

Muy ligado a la historiade sus contemporáneos, vivecon intensidad los

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acontecimientosdesuépoca.

Testigo delabsolutodeDios,estádotado de unamiradaagudaycortante.

Ante él, lasfachadas sedesploman, lascombinaciones de loshombres pierden suespectacularidad ydejan al descubierto

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supequeñez.Un fuego le

penetra, una fuerzainterior lo empuja; atiempo y a destiempoes necesario queanuncieelmensajedelqueesportador.

Tieneélcomounaevidencia de lapresenciadeDiosydela mirada de Diossobre el mundo, y

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acusa profundamentela falta declarividencia de losque le rodean.Diríaseque es un vidente,circulandoporelreinodelosciegos.

Para el Profeta, laverdad viene de loalto; a él le vienecomo dada, es algoqueseleimpone,aloquenopuederesistir»

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.

Es necesario organizar lagranmarchalibertadorahaciaelinteriordelhombre.

Nosotros somos los hijosdelaesperanzaylaesperanzaes el alma del combate.Nosotros formamos unacadena inmortal,cuyoprimery último eslabón es Aquelmismoquevencióelegoísmoylamuerte.

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La esperanza es la hijapredilecta de Dios. Losfracasosnuncadesalentaránalos hombres de esperanza.Después del primero, quinto,vigésimo o enésimo fracaso,laesperanzarepitesiemprelomismo: no importa, mañanaserá mejor. La esperanza nomuere nunca. Es inmortalcomoelmismoDios.

Los hijos del evangeliogritan:«Esimposiblederrotar

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el egoísmo.» La esperanzacontesta: «Todo es posibleparaDios.»Los hombres delevangelio se lamentan: «Eldinero es una máquinainvencible.» La esperanzareplica: «Sólo Cristo esinvencible.»

Loshijosdelevangeliosedesalientan llorando ydiciendo: «En el mundomandaneldineroyelodio,elmundo se burla del amor,

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dicen que el odio es de losfuertes y el amor de losdébiles,dicentambiénqueespreferible hacerse temer quehacerse amar, dicenqueparatriunfaresnecesarioperderelrubor, y que el egoísmo esuna serpiente demil cabezasque penetra y sostiene, demanera fríae impasible, todala sociedad de consumo…»Frente a todo esto, loshombres del evangelio

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sientenlatentaciónde«salir»del mundo, diciendo:«¡Hermanos!, no hay lugarparalaesperanza.»

La esperanza responde:«Vosotros, hijos del combatey de la esperanza, estáisequivocados,porquemiráisalsuelo. Os parece que todoestáperdidoporquecreéisenlas estadísticas, leéis losperiódicos, vuestra fe estábasada en las encuestas

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sociológicas,sólocreéisenloqueseve.

Levantad vuestros ojos ymiradallá lejosdondeestá lafuente de la esperanza:Jesucristo,resucitadodeentrelos muertos, vencedor delegoísmo y del pecado, El esnuestraúnicaesperanza.

Laesperanzaseosmuereporque os apoyáis en losresultados de los proyectoshumanos. Cuando la marcha

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de la Iglesia es vistosa ytriunfal, cuando loseclesiásticos son muchos ylos seminarios están repletos,decís:Todovabien.

Cuando la Iglesia esreducida al silencio y sustestigos son encarcelados odegollados, decís: Todo estáperdido. La fuente de laesperanza no está en lasestadísticasnienelfulgordelos fenómenos. ¿Os habéis

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olvidado de la cruz y delgrano de trigo? ¿No sabéisque de la muerte del Señornace la resurrección delSeñor? Recordad: lacrucifixión y la resurrecciónsonunamismacosa.

Para no sucumbir aldesaliento en los momentosen que no se ven losresultados, apoyaos en elInmortal por los siglos.Somos invencibles porque el

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Señor venció todos losenemigos. La única señoraquequedabaenlatierraeralamuerte. También ella fuevencidaporelInmortal.»

«El cielo estabaabierto,ypudeveruncaballoblanco.ElquelomontasellamaFielyVerdadero.

Sus ojos sonllamas de fuego, y en

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la cabeza llevacoronasnumerosas.

Anda envuelto enuna capa teñida desangre, su nombre es:ElVerbodeDios.

Los ejércitos delcielo lo seguían encaballos blancos,vestidos de lino deperfectablancura.

Llevaescritoenlacapa y en el muslo

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este título: ”Rey dereyes, y Señor deseñores” (Ap 19,11-17).

Cristo, con su Madre ynuestra colaboración, iráarrancando las raíces de lasinjusticias, colocará loscimientos de la paz ycomenzará a brillar el sol delajusticia.

Los testigos de Jesucristo

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e hijos de laMadre, deberánasumir sus responsabilidadescon la audacia del Espíritu yel equilibrio de Dios. Ycomenzará una nueva épocaenquelospobresocuparánsulugar en el Reino, habráliberación de todaservidumbre y las energíasdispersas se integrarán. LoshijosdelPadreydelaMadreformarán un pueblo único yfraterno. La Madre presidirá

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esta lenta operación.Muchostestigos caerán, otrosdesertarán.PeroelReino irá,piedraapiedra,haciaarriba.

SeráunnuevoReinoenelqueseintegraráloespiritualylo temporal, se avanzarádesde las estructurasopresorashacia la superaciónde las calamidades sociales,adquisición de lo necesario,aumento de la dignidad,promoción de la paz,

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participación en lasdecisiones.

Un Reino en el cual lafamilia será un ambienteanimado por el amor yescuela de formación depersonas; los esposos serántestigos de la fe ycooperadores de la Gracia; yel hogar será el templo deDios y escuela de respetomutuo.

Será un Reino donde no

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habrá muchos que tienenpoco y pocos que tienenmucho,lasdesigualdadesiránnivelándose, cesará lainsensibilidaddelosunosporlos otros, irán disminuyendohasta desaparecer lasfrustraciones, no habráprivilegiados y olvidados, nohabráproblemasnitensiones,nohabrádominacióndeunospaísessobreotros.

Será un Reino de Paz en

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el que la dignidad serárespetada, las aspiracioneslegítimas satisfechas y loshijosdeDiosseránagentesdesus propios destinos; unReino en el que los hijos deDios, en un procesodinámico, serán artesanos dela paz y por eso seránllamados bienaventurados(Mt 5,9), una paz que seráfrutodelamorysignodeunauniversalfraternidad.

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«Después tuve lavisión

de un cielo nuevoyunatierranueva.

Vi la CiudadSanta, la NuevaJerusalén,embellecidacomo una noviaengalanada, en esperadesuesposo.

Oí una voz queclamaba desde eltrono:

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"Estaeslamoradade Dios entre loshombres: fijará desdeahora su morada enmediodeellos,yellosserán su Pueblo, y Elmismo seráDios-con-ellos.

Enjugará todalágrimadesusojos,yya no existirá ni lamuerte, ni duelo, nillanto, ni penas,

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porque todo loanteriorhapasado.”

Entonces, el quese sienta en el tronodeclaró: "Ahora todolohagonuevo.”

Y después medijo:

”Todo estáterminado.

YosoyelAlfayelQmega,elPrincipioyelFin.

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Yo seréDios paraél,

y él será para míun hijo.”» (Ap 21,1-7).

«Señora delSilencioyde laCruz,SeñoradelAmorydela Entrega, Señora dela palabra recibida yde la palabraempeñada,

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SeñoradelaPazydelaEsperanza,

Señora de todoslosqueparten,porqueeres la Señora delcaminodelaPascua:

también nosotros hemospartidoelpandelaamistadyde la unión fraterna. Nossentimos fuertes y felices.Nuestra tristeza se convertiráen gozo, y nuestro gozo será

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pleno, y nadie nos lo podráquitar.

Enséñanos, María, lagratitudyelgozodetodaslaspartidas. Enséñanos a decirsiempre que sí con toda elalma.Entraenlapequeñezdenuestro corazón ypronuncíalo Tú misma pornosotros.

Sé el camino de los queparten y la serenidad de losque quedan. Acompáñanos

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siempre, mientras vamosperegrinando juntos hacia elPadre.

Enséñanos que esta vidaes siempre una partida.Siempre un desprendimientoy una ofrenda. Siempre untránsito y una pascua. Hastaque llegue el Tránsitodefinitivo, la Pascuaconsumada.

Entoncescomprenderemos que para

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vivir hace falta morir, paraencontrarse plenamente en elSeñor hace falta despedirse.Yque esnecesariopasarpormuchas cosas para poderentrarenlaGloria.

NuestraSeñoradela Reconciliación,imagenyprincipiodela Iglesia: hoydejamos en tucorazón, pobre,silencioso y

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disponible, estaIglesiaperegrinadelaPascua.

Una Iglesiaesencialmentemisionera, fermento yalmadelasociedadenque vivimos, unaIglesia Profética quesea el anuncio de queel Reino ha llegadoya.

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Una Iglesia de auténticostestigos,

inserta en la historia deloshombres,

comopresencia salvadoradelSeñor,

fuentedepaz,dealegríaydeesperanza.Amén.»

(CardenalPironio)Evocación de laportada:Señoradelsilencio7Capítuloprimero:Retorno11