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Sócrates, Hannah Arendt. La promesa de la política. Prof. Pablo Barrientos Saavedra La cita inicial de Hegel, “la lechuza de Minerva levanta su vuelo solamente al caer el crepúsculo”, debe entenderse en relación al pensamiento reflexivo, propio de la filosofía, el cual se opone al pensamiento calculador, según la distinción heideggeriana. Pareciera ser que el pensar es siempre tardío, incapaz de iluminar la acción política, sino sólo de reflexionar una vez que ésta ha concluido. El único pensamiento que ilumina la acción es el cálculo. Hegel pensó de esta manera en la filosofía griega puesto que, para él, Platón y Aristóteles pensaron en un contexto de crisis política durante el siglo IV a. C. El problema de estos filósofos fue el siguiente: ¿Cómo el hombre, teniendo que vivir en una polis, pueda vivir al margen de la política? (¿No está hablando de nuestros días?) Arendt afirma que existe un abismo entre pensamiento y acción, en base a la idea anterior, entre filosofía y política. “Dicho abismo se abrió históricamente con el juicio y la condena de Sócrates”, dice Arendt. Platón, el primer filósofo político de Occidente, comenzó a pensar una vez que perdió la fe en la vida dentro de la polis. En el año 399 a. C., con la muerte de Sócrates, Platón puso en duda las principales enseñanzas de su maestro en relación al pensamiento y la acción: desconfió del valor de la persuasión (peithein), como el modo más propio de hacer política; y del valor atribuido por Sócrates a la doxa, las opiniones. Arendt afirma que la oposición entre verdad y opinión es la conclusión más “antisocrática” que pudo haber extraído Platón del juicio de Sócrates. Platón quiso fundar un pensamiento filosófico y político que introdujera criterios absolutos y trascendentales para los asuntos humanos, en un contexto cultural que opinaba que los sabios (sophos) eran incapaces de saber lo que les convenía, por tanto, incapaces para saber lo que les conviene a los demás. De ahí que su exigencia de un “rey-filósofo” deba entenderse como contra- cultural. Aristóteles compartía estos prejuicios: “Anaxágoras y

El Sócrates de Hannah Arendt

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Scrates, Hannah Arendt. La promesa de la poltica.Prof. Pablo Barrientos SaavedraLa cita inicial de Hegel, la lechuza de Minerva levanta su vuelo solamente al caer el crepsculo, debe entenderse en relacin al pensamiento reflexivo, propio de la filosofa, el cual se opone al pensamiento calculador, segn la distincin heideggeriana. Pareciera ser que el pensar es siempre tardo, incapaz de iluminar la accin poltica, sino slo de reflexionar una vez que sta ha concluido. El nico pensamiento que ilumina la accin es el clculo. Hegel pens de esta manera en la filosofa griega puesto que, para l, Platn y Aristteles pensaron en un contexto de crisis poltica durante el siglo IV a. C. El problema de estos filsofos fue el siguiente: Cmo el hombre, teniendo que vivir en una polis, pueda vivir al margen de la poltica? (No est hablando de nuestros das?) Arendt afirma que existe un abismo entre pensamiento y accin, en base a la idea anterior, entre filosofa y poltica. Dicho abismo se abri histricamente con el juicio y la condena de Scrates, dice Arendt. Platn, el primer filsofo poltico de Occidente, comenz a pensar una vez que perdi la fe en la vida dentro de la polis. En el ao 399 a. C., con la muerte de Scrates, Platn puso en duda las principales enseanzas de su maestro en relacin al pensamiento y la accin: desconfi del valor de la persuasin (peithein), como el modo ms propio de hacer poltica; y del valor atribuido por Scrates a la doxa, las opiniones. Arendt afirma que la oposicin entre verdad y opinin es la conclusin ms antisocrtica que pudo haber extrado Platn del juicio de Scrates. Platn quiso fundar un pensamiento filosfico y poltico que introdujera criterios absolutos y trascendentales para los asuntos humanos, en un contexto cultural que opinaba que los sabios (sophos) eran incapaces de saber lo que les convena, por tanto, incapaces para saber lo que les conviene a los dems. De ah que su exigencia de un rey-filsofo deba entenderse como contra-cultural. Aristteles comparta estos prejuicios: Anaxgoras y Tales eran sabios (sophos), pero no hombres de entendimiento (phronimos) Sin embargo, Platn considera contra la opinin dominante- que los filsofos deben gobernar. Platn afirm que el inters del filsofo por las cosas eternas no le haca menos apyo para la poltica, dado que estas cosas eternas son an ms valiosas que bellas[footnoteRef:1]. [1: No es obvio para nosotros, pero los griegos asociaban lo bello con lo bueno, poniendo nfasis a la belleza como signo de bondad y virtud. Platn enfatiza el bien por sobre la belleza. ]

El uso poltico de las ideas es una invencin platnica: el concepto de Bien supremo, de ser accesible al conocimiento humano mediante el recuerdo, asegurara la instauracin de un Estado ideal en que cada uno de sus integrantes comprendiera su lugar especfico y el rol que debe jugar para lograr juntos la justa armona de la poltica. Platn cree, entonces, que existe un hado particular que ha destinado para cada uno de nosotros un camino especfico: algunos hombres nacen para gobernar, otros para resguardar la seguridad del Estado y otros para trabajar y producir los bienes necesarios para la comunidad. Pero, volviendo a Scrates: l fue el primer hombre en traspasar la lnea divisoria entre pensamiento y accin, entre filosofa y poltica. Scrates nunca afirm que l era un sabio, adems para l la filosofa cumpla un rol purificador: su tarea era hacer ms veraces a los ciudadanos, hacer ms verdicas sus opiniones, para que as su forma de hacer poltica fuera tambin ms veraz y virtuosa (recordemos que Scrates crea en la unidad de las virtudes). Vale la pena tener en cuenta las 3 imgenes que rescata Arendt para caracterizar a Scrates: 1)Tbano.-Sabe cmo aguijonear a los ciudadanos, que, de no ser por l, seguiran durmiendo el resto de sus das. A qu los despierta, es decir, a qu los incita? A la reflexin y al anlisis crtico. Por qu? Porque, segn l, sin la reflexin, sin el pensamiento, la vida humana no valdra gran cosa ni se podra siquiera considerar tal.2)Comadrona.-Dice de s mismo que es estril, es decir, que no sabe nada, pero que, como las comadronas, s sabe distinguir si lo que ha nacido es una criatura bien formada o, por el contrario, un monstruo; en otros trminos, sabe cmo librar a otros de sus falsos razonamientos (o monstruos lgicos). Scrates se dedica, pues, a ayudar a la gente a purgarse de sus opiniones, es decir, de aquellos prejuicios no reflexionados que les impiden pensar.3)Torpedo.-Este pez paraliza al que toca. Parece, pues, lo opuesto del tbano, que aguijonea y estimula. Visto desde fuera, es as: paraliza. Pero, en realidad, la perplejidad que a uno lo deja estupefacto y paralizado provoca el ms elevado estado de actividad y de vida: lo fuerza a pensar y a discurrir sobre la causa de su estupefaccin.

Scrates dialog con los ciudadanos para hacerlos ms veraces, y su mtodo fue la dialctica (que tomaba la forma de la mayutica, en palabras socrticas). Platn cree ver que Scrates intenta lo mismo con sus jueces: dialogar para encontrar la verdad. Pero al momento de jugar el juego poltico sucedi lo siguiente: Tan pronto como el filsofo someti su verdad, la reflexin sobre lo eterno, a la polis, se convirti inmediatamente en una opinin entre opiniones[footnoteRef:2] Hay acaso una cualidad distintiva entre las meras opiniones y las verdades? Para Platn s la hay: la verdad pertenece al mundo inteligible, las opiniones son nuestra forma de ver este mundo de sombras. [2: Arendt, op. Cit., p. 50.]

Pero, Scrates fue tan categrico en rechazar las opiniones de las personas, tal como lo retrata Platn? Hay que recordar que Scrates se mova en la ciudad, en el mercado, en el mundo de las doxai, en busca de interlocutores para dialogar y hacer parir la verdad. Scrates quera hacer la ciudad ms veraz dice Arendt- alumbrando en cada ciudadano su verdad[footnoteRef:3] As, para Scrates la mayutica era una actividad poltica, que se fundamentaba en la igualdad de todos las personas que decidieran reconocer su propia ignorancia y buscar la verdad. Pero los dilogos socrticos no tenan finales felices: hay muy pocas conclusiones que podemos afirmar como verdaderos conceptos universales, hay ms bien aporas. Es que tal vez la funcin del concepto no fuera lo impartente: Arendt opina lo siguiente: Scrates haba intentado, polticamente hablando, crear lazos de amistad entre la ciudadana ateniense, y ste era efectivamente un propsito bastante comprensible en una polis cuya vida consista en una competicin intensa y sin descanso de todos contra todos, en un aei aristeuein, en un andar demostrando continuamente que se es el mejor de todos[footnoteRef:4] [3: Arendt, op. Cit., p. 53. ] [4: Arendt, op. Cit, 54. ]

El vivir juntos en la polis no constituye la vida buena, sino la condicin material de que podamos algn da- ser amigos. Estas son palabras de Aristteles en la tica a Nicmaco, donde concluye contrariamente a Platn que es la Amistad (phila) y no la Justicia (dik) el vnculo fundamental de las comunidades. La amistad hay que entenderla en trminos polticos no tanto como la relacin interpersonal de intimidad sino como el compromiso a comprender cmo se le presenta el mundo comn al otro. Scrates parece haber credo que la funcin poltica del filsofo es establecer este tipo de sentidos comunes, construidos sobre el entendimiento que produce la amistad.