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El sueño de una noche de verano ____________________________ Charles y Mary Lamb

El sueño de una noche de verano...Existía una ley en la ciudad de Atenas que daba poder a sus ciudadanos para obligar a sus hijas a contraer matrimonio con quien ellos quisieran;

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  • El sueño de una noche de verano

    ____________________________ Charles y Mary Lamb

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  • ExistíaunaleyenlaciudaddeAtenasquedabapoderasusciudadanosparaobligarasushijasa contraer matrimonio con quien ellosquisieran;ysiunahijasenegabaacasarseconel hombre que el padre le había elegido poresposo,elpadre,porestaley,teníalafacultadde hacerla sentenciar a muerte; pero puestoque lospadresnosuelendesear lamuertedesus propias hijas, aun cuando hayan dadopruebasdeseruntantorebeldes,rarasveces,onunca,sehacíacumplirlaley.

    Sedioelcaso,sinembargo,deunancianocuyonombre era Egeo, quien sí se presentó anteTeseo (por entonces duque reinante deAtenas), quejándose de que su hija Hermia,que había recibido la orden de casarse conDemetrio, joven perteneciente a una noblefamilia ateniense, se negaba a obedecerle,porque estaba enamorada de otro jovenateniense llamado Lisandro. Egeo pedía aTeseo que se hiciera justicia y deseaba queestaleycruelseejecutaraencontradesulija.

    Como excusa por su desobediencia, Hermiaalegó que Demetrio había estado enamoradode su querida amiga Helena y que Helena

  • amaba a Demetrio con locura; pero estahonorable razón con que Hermia explicó sudesobediencia a la orden de su padre noconmovióalinflexibleEgeo.

    Teseo, pese a ser un príncipe magnánimo yclemente, carecía de poder para cambiar lasleyes del país y, por lo tanto, sólo podíaconceder a Hermia cuatro días para quereflexionara; concluido ese plazo, si aún senegaba a casarse con Demetrio, seríaejecutada.

    Cuando el duque dio por finalizada laaudiencia, Hermia fue a ver a su enamoradoLisandroyleinformódelpeligroenqueestaba,diciéndole que, o bien renunciaba a él y secasabaconDemetrio,obienperdía lavidaenunplazodecuatrodías.

    Lisandro se apesadumbró mucho al oír tanmalas noticias; pero, recordando que una tíasuya vivía a cierta distancia de Atenas, y queallí no podía aplicarse la cruel ley contraHermia (puesto que se circunscribía a loslímites de la ciudad), propuso a Hermia huiraquella misma noche de su hogar paterno e

  • irse juntos a casa de su tía, donde él ladesposaría.

    —Nos encontraremos —dijo Lisandro— en elbosque que está a unas cuantas millas de laciudad;enesebosqueencantadordonde,eneldelicioso mes de mayo, a menudo paseamosconHelena.

    HermiaaceptólaproposiciónconalegríaysólolecomunicóasuamigaHelenaelproyectoquetenía de fugarse. Como las doncellas hacentonterías a causa del amor, Helena, muymezquinamente, decidió ir a contárselo aDemetrio, a pesar de que no podía esperarningúnbeneficiotraicionandoelsecretodesuamiga;sóloeltristeplacerdeiralbosquetrassu enamorado infiel, porque bien sabía queDemetrio iría hasta allí en persecución deHermia.

    El bosque en el cual Lisandro y Hermia seproponíanreunirseeraelterritoriofavoritodeesos pequeños seres que conocemos con elnombredeHadas.Enél,OberónyTitania,reyy reinade lashadas, y todasudiminutacorteseentregabanasusdiversionesnocturnas.

  • Poraquelentonces,entreelpequeño reyy lareinadelosduendesexistíaunaagriaquerella;yanosereuníanamedianocheenlassombríasavenidas del amable bosque, sino que reñíanhasta que todos los elfos se metían en losdedalitos de las bellotas, donde se escondíanatemorizados.

    La causa de esta desgraciada querella era lanegativa de Titania de entregar a Oberón unniñosustraídocuyamadrehabíasidoamigadeTitania.Cuandoéstamurió,Titaniarobóelniñoasunodrizaylocrióenelbosque.

    La noche en que los enamorados debíanreunirse en el bosque, Titania, mientraspaseabaconsusdamasdehonor,seencontróconOberón,queeraseguidoporsucortejodehadas.

    —Mal encuentro a la luz de la luna, orgullosaTitaniadijoelreydelashadas.

    —¿Erestú,celosoOberón?—replicólareina—.Hadas,evitadle;noquierosucompañía.

    —¡Detente,hadaimprudente!—dijoOberón—. ¿No soy yo vuestro señor? ¿Por qué Titania

  • irrita a su Oberón? Dadme vuestro niñitorobadoparaqueseamipaje.

    —Calma tucorazón—respondió la reina—.Nicon todo tu reino de las hadas podráscomprarmealniño.

    Yasídejóasuseñorsumidoenlaira.

    —Bien, haz lo que quieras —dijo Oberón—.Antes de que amanezca te haré pagar estainjuria.

    Entonces Oberón envió a buscar a Puck, sufavoritoyconsejeroprivado.

    Puck (también llamadoalgunasvecesRobínelBuen Muchacho) era un duende ingenioso ytravieso,quesolíahacercómicastravesurasenlasaldeasvecinas;avecesse introducíaenlaslecherías y desnataba la leche; otras, sezambullía en el batidor de la mantequilla y,mientrasconsuformalivianayaladadanzabahaciendofigurasfantásticas, la lecheraagitabaelbatido inútilmente, tratandodeconvertir lacremaenmantequilla.Tampococorríanmejorsuerte los zagales de la aldea: cada vez quePuckteníaelcaprichodejugarenelbarrildelacerveza, era seguro que ésta se estropeaba.

  • Cuandoungrupodebuenosvecinossereuníana beber tranquilamente una cerveza, Puck semetía de un salto en la jarra adoptando laforma de un cangrejo, y cuando alguna viejacomadresedisponíaabeber,se lecolgabadelos labios, derramando la cerveza sobre sumustia barbilla; y luego, cuando la mismaancianasesentabagravementeacontarasusvecinosunahistoria triste ymelancólica, Pucklequitabaelescabelantesdequeseposaraenélylapobreseñoradabaconsuhumanidadenelsuelo,ylasviejascomadressesujetabanloscostados de risa, jurando que jamás habíanpasadounmomentomásdivertido.

    —Ven aquí, Puck—dijo Oberón al pequeño yalegrebribonzuelonoctámbulo—.Tráemeunade esas flores que las doncellas llamanpensamiento. El jugodeesa florecilla púrpurapuesto sobre los párpados de un durmiente,puede hacer que éste, al despertar, seenamoreconembelesodeloprimeroqueveansusojos.Derramaréalgunasgotasdel jugodeesa flor sobre los párpados de mi Titaniamientrasduermeycaerárendidadeamorantelaprimeracosaqueveaalabrirlosojos,aunsi

  • se tratase de un león o un oso, o un monoentrometido o un simio diligente; y antes dequehagadesaparecerelhechizo,loquepuedohacerconotroencantamientoqueconozco,laharéquemeentreguealniñoparahacerlomipaje.

    Puck, que gustaba de las travesuras comonadie, estaba sumamente divertido con eljuego que su amo había ideado, y corrió enbuscadelaflor;ymientrasOberónesperabaelregresodePuck,vioaDemetrioyHelena,queentrabanalbosque,yescuchócómoDemetrioregañaba a Helena por seguirlo y, luego demuchaspalabrasdescortesesporsuparteydegentiles reproches por la de Helena, que lerecordaba su antiguo amor por ella y suspromesas de fidelidad verdadera, él laabandonó,comodijo,amerceddelasfieras,yella se echó a correr tras él tan rápido comopodía.

    El rey de las hadas, que siempre sentíainclinaciónporlosenamoradossinceros,sintióunagrancompasiónporHelena;ypuedeque,comoLisandrohabíadichoquesolíanpasearalaluzdelalunaporaquelbosqueencantador,

  • OberónhubiesevistoaHelenaen los tiemposfelicesenqueDemetrio laadoraba.Fueseelloasí,ono,cuandoPuckregresóconlapequeñaflorpúrpura,Oberóndijoasufavorito:

    —Tomaunapartedeestaflor,pueshaestadoaquí una dulce doncella ateniense que estáenamorada de un joven desdeñoso. Si loencuentras dormido, deja caer unas gotas delbálsamo de amor sobre sus ojos, pero cuidabien de hacerlo cuando ella esté cerca de él,paraqueloprimeroqueveaaldespertarsealadama desdeñada. Reconocerás al hombre porsuvestimentaateniense.

    Puck prometió ocuparse de este asunto congran diligencia, y entonces Oberón, sin queTitania lo percibiera, fue a sumorada, dondeésta se disponía a reposar. Su habitación dehada era un vergel donde crecían el tomillosilvestre, las prímulas dulces violetas bajo unpaliodemadreselvasrosasyeglantinas.Titaniadormía siempre allí una parte de la noche,cubriéndoseconlalustrosapieldeunaculebra,que, aunque era un manto muy pequeño,bastabaparaenvolveraunhada.

  • EncontróaTitaniadandoórdenesasushadassobre las actividades que debían realizarmientraselladormía.

    —Algunas de vosotras—decía sumajestad—,mataréis la plaga que crezca en los brotes delos rosales, y otras haréis la guerra a losmurciélagos para arrancarles las alas y hacerabrigosconellasparamispequeñoselfos;ylasdemásvigilaréisparaquenoseacerqueamíelruidoso búho que ulula por la noche. Peroantes, me adormeceréis con una canción decuna.

    Ycomenzaronacantarestacanción:

    Manchadas serpientes de lengua bífida,espinososerizos,noosdejéisver;salamandras,bichejosygusanillos,la Reina de las Hadas no perturbéis. Ruiseñormelodioso,cantaenlarama,cántanosnuestradulce canción de cuna: A la nanita, nana,nanita,ea.Ningún encantamiento, daño o hechizo rondeel sueño de nuestra amable señora; ea, pues,buenasnoches,nanita,ea.

  • Cuando lashadashubieronhechodormira sureina con su hermosa canción de cuna, ladejaronpara ir ahacer las importantes tareasque les había encomendado. En aquelmomentoOberónseacercósilenciosamenteasu Titania, y puso unas gotas del bálsamo deamorsobresuspárpados,diciendo:

    Aquelaquienveáisaldespertar

    porvuestroverdaderoamorvaisatomar.

    PerovolvamosaHermia,queaquellanochesehabíaescapadodecasadesupadreporevitarla muerte a que la sentenciaba su negativa acasarseconDemetrio.Cuandollegóalbosque,encontró a su querido Lisandro, que laesperaba para llevarla a casa de su tía; peroantesdellegaraatravesarlamitaddelbosque,Hermiaseencontrótanfatigada,queLisandro,muy preocupado por su amada, que habíaconfirmadosuafectoporélhastaelpuntodeponerenpeligrosuvida,lapersuadióparaquese durmiera hasta el alba sobre un lecho desuavemusgo y, tendiéndose élmismo a poca

  • distancia, pronto estuvieron profundamentedormidos. Y así se los encontró Puck, el cual,viendoaunhermosojovendormido,vestidoala manera de los atenienses, y a una belladama que dormía cerca de él, llegó a laconclusión de que éstos debían de ser ladoncella ateniense y el galán indiferente encuyabúsquedahabíasidoenviadoporOberóny dedujo, naturalmente, que puesto queestabansolos,ellaseríaloprimeroqueélvieraaldespertar;demodoque,sinmás,procedióaderramar un poco de jugo de la pequeña florpúrpura sobre sus ojos. Pero ocurrió queHelenaveníaenlamismadirección,yfueella,envezdeHermia, loprimeroqueLisandrovioal abrir los ojos, y, aunque resulte extraño, elhechizo era tan poderoso que todo su amorpor Hermia se esfumó, y se enamoró deHelena.

    SialdespertarhubieravistoantesaHermia,elerror cometido por Puck no hubiera tenidoconsecuencias, puesto que todo su amor erapara la fiel doncella, pero resultó una bromamuy cruel que el pobre Lisandro se vieracompelido por el efecto de un hechizo

  • amorosoadejar a su lealHermia, para correren pos de otra dama, abandonando a ladormida Hermia en el bosque, siendomedianoche.

    Yasífuecomosucedióestacalamidad.Helena,comoya seha relatado, se empeñóen seguirlospasosdeDemetrio cuandoésteescapódeellatangroseramente;peronopodíacontinuarpormuchotiempotandesigualcarrera,yaquelos hombres aguantanmás que las damas enuna carrera larga. Helena no tardó en perderde vista a Demetrio; y, mientras vagaba,abatida y desamparada, llegó donde dormíaLisandro:

    —¡Ah!—dijo—.AquíestáLisandrotendidoenelsuelo.

    ¿Estarámuertoodormido?

    Yluego,tocándolosuavemente,dijo:

    —Buenseñor,despiertasiestásvivo.

    AloírestoLisandroabrió losojosy (habiendocomenzado a hacer su efecto el hechizoamoroso) de inmediato se dirigió a ella conextravagantespalabrasdeamoryadmiración,diciéndole que superaba a Hermia en belleza

  • tantocomounapalomasuperaauncuervo,yque él estaba dispuesto a atravesar el fuegoporella,ymuchosotrosdiscursosamorososdeestaíndole.Helena,sabiendoqueLisandroerael enamorado de su amiga Hermia, y estabasolemnementecomprometidoadesposarla,sesintióllenadeiraaloírsetratadadetalmodo,pues pensó (y con razón) que Lisandro semofabadeella.

    —Oh,¿porquéhabrévenidoalmundositodosseburlanyseríendemí?—dijoella—.¿NoesbastantequenuncarecibaunamiradadulceounapalabrabondadosadeDemetrio,paraqueademás vos pretendáis cortejarmedemaneratanburda?Yocreía,Lisandro,queteníaismásdelicadeza.

    Diciendo con ira estas palabras, se alejócorriendo y Lisandro la siguió totalmenteolvidadodeHermia,queaúndormía.

    Cuando Hermia despertó encontrándose sola,se sintió triste y atemorizada y vagó por elbosque sin rumbo y sin saber qué le habíasucedido a Lisandro, ni cómo ir en su busca.Mientras tanto Demetrio, sin poder dar conHermianiconsurivalLisandroyfatigadodesu

  • infructuosa persecución, se quedóprofundamente dormido; y así lo encontróOberón. Por algunas preguntas que habíahecho a Puck, se había enterado de que éstehabía aplicado el hechizo amoroso sobre losojos de quien no correspondía; y ahora,habiendoencontradoalapersonaparalacualestaba destinado en principio, tocó lospárpados del dormido Demetrio con elbálsamo de amor y éste se despertó deinmediato,siendoHelenaloprimeroquevio.Y,al igualqueLisandrohicieraantes,comenzóadecirle frases amorosas; y justo en aquelmomento Lisandro, seguido por Hermia (puespor el desgraciado error de Puck ahora letocaba aHermia correr en pos de su amado),hizo su aparición; y entonces Lisandro yDemetrio, hablando al unísono, cortejaron aHelena, estando cada uno de ellos bajo elinflujodelmismoypotentehechizoamoroso.

    La perpleja Helena creyó que Demetrio,Lisandro y su, en el pasado, querida amigaHermia, habían urdido aquella trama paraburlarsedeella.

  • Hermia estaba tan sorprendida como Helena;no comprendía por qué Lisandro y Demetrio,que antes le profesaban su amor, se habíanconvertido en enamorados de Helena; y aHermia no le parecía que se tratara de unabroma.

    Las damas, que habían sido las amigas másafectuosas,ahorasedirigíanpalabrasairadas.

    —Malvada Hermia—dijo Helena—, ¿has sidotú quien ha instigado a Lisandro para quemehumille con alabanzas fingidas? Y a tu otroenamorado, a Demetrio, que acostumbraba aapartarmecasiconelpie,¿no lehaspedidoaél que me llame Diosa, Ninfa, admirable,preciosa y celestial? Nome hablaría así, puesme aborrece, si no le hubieras impulsado amofarsedemí.DespiadadaHermia,quetehasunidoaloshombresparaburlartedetupobreamiga,¿hasolvidadonuestraamistadquedatadesde los días de escuela? ¿Cuántas veces,Hermia,noshemossentadoenelmismocojín,cantando la misma canción, bordando lamisma flor connuestrasagujas, forjadasenelmismo molde, creciendo juntas como unacereza doble cuya separación apenas se veía?

  • Hermia: no es amistoso de tu parte, ni esfemenino, el asociarse con los hombres paraponerenridículoatupobreamiga.

    —Measombrantusacaloradaspalabras—dijoHermia—.Nomeburlode ti;másparecequetúteburlasdemí.

    —¡Ay!—le respondióHelena—. Seguid, fingidun aspecto serio y hacedme muecas cuandovuelvolaespaldayluego,conunguiñodeojos,continuadlabroma.Situvieraisalgodepiedad,eleganciaomodales,nomeutilizaríaisdeestemodo.

    Mientras Helena y Hermia se dirigían estasduraspalabras,DemetrioyLisandrolasdejaronpara luchar, en el bosque, por el amor deHelena. Cuando descubrieron que los galaneslas habían abandonado, se separaron, y unavezmásvagaroncansadamenteporelbosqueenbuscadesusenamorados.

    Tanprontocomosehubieronmarchado,elreyde las hadas, que con el pequeño Puck habíaestadoescuchanosusdisputas,ledijo:

    —Estohasucedidoportunegligencia,Puck,¿oesquelohicisteapropósito?

  • —Creedme,señorde lassombras—respondióPuck—,quefueunerror.¿Nomedijisteisquereconocería al hombre por sus ropasatenienses?Sinembargono lamentoqueestohaya sucedido, pues sus riñas resultan unadiversiónexcelente.

    —Has oído —dijo Oberón—, que Demetrio yLisandro han ido a buscar un lugar adecuadopara enfrentarse. Te ordeno que cubras lanocheconunaespesaniebla,yqueconduzcasa esos hasta que estén tan perdidos en laoscuridad que no sean capaces de volver aencontrarse. Imita,acadauno, lavozdelotroy, con hirientes improperios incítalos aseguirte, haciéndoles creer que siguen la vozde su rival. Harás esto hasta que estén tanagotadosquenopuedanirmáslejosy,cuandocaigan rendidosporel sueño,derramael jugode esta otra flor sobre los ojos de Lisandro,quien, cuando despierte, habrá olvidado sureciente amor por Helena y volverá a estarenamorado de Hermia; y entonces las dosencantadoras damas podrán ser felices con elhombre que quieren y pensarán que todo losucedidonofuemásqueunmalsueño.Aello

  • con rapidez, Puck,mientras yo veo qué dulceamorhaencontradomiTitania.

    Titania dormía aún y Oberón, viendo quedormía cerca de ella un cómico que se habíaperdido en el bosque, se dijo: «Este individuoseráelauténticoamordemiTitania»;ycubriólacabezadelcómicoconotradeasnoqueseleadaptó tan perfectamente como si hubiesecrecido sobre sus propios hombros. AunqueOberón le puso la cabeza de asno muydelicadamente, esto lo despertó, ylevantándose, sin darse cuenta de lo queOberón le había hecho, fue hacia el lechodondedormíalareinadelashadas.

    —Oh, ¿qué ángel venmis ojos?—dijo Titaniaabriendo los ojos y comenzando a sentir elefecto del jugo de la pequeña flor púrpura—.¿Erestansabiocomobello?

    —Señora—dijoelestúpidopayaso—,si tengoingenio suficiente comopara salir del bosque,yameparecebastante.

    —Fuera del bosque no quieras ir —dijo laenamoradareina—.Yosoyungeniodeespecie

  • poco común. Te amo. Ven conmigo y te daréhadasquetesirvan.

    Entonceshizoveniracuatroelfos:susnombreseran Brote de Guisante, Telaraña, Polilla yGranodeMostaza.

    —Cuidadmeaesteamablegentilhombre—dijolareina—;brincadtrassuspasos,caracoleandoante su vista; alimentadlo con uvas ymelocotones y robad para él las colmenas demielalasabejas.Ven,siéntatejuntoamí—ledijo al cómico—, y déjame juguetear con tusadorables mejillas peludas, mi bello asno, ybesartusgrandesyhermosasorejas,minoblealegría.

    —¿Dónde está Brote de Guisante? —dijo elcómico con cabeza de asno, no prestandodemasiadaatenciónalosrequerimientosdelareinadelashadasymuyorgulloso,encambio,porsusnuevoscriados.

    —Aquí, señor —dijo el pequeño Brote deGuisante.

    —Ráscame la cabeza —dijo el cómico—.¿DóndeestáTelaraña?

    —Aquí,señor—dijoTelaraña.

  • —Bien, señor Telaraña —dijo el estúpidocómico—, ve y mata la abeja roja que hayencima de aquel cardo y, mi buen señorTelaraña, tráeme su buche. No te apuresdemasiado, señor Telaraña, y cuidado conromper el buchecito de la miel. Lamentaríaverte cubiertodemiel. ¿DóndeestáGranodeMostaza?

    —Aquí, señor —dijo Grano de Mostaza—.¿Quéseosofrece?

    —Pues nada —dijo el payaso—. Sólo queayudes a don Brote de Guisantes a rascarme.Debo ir al barbero, señor Grano de Mostaza,puesmeda la impresióndequetengo lacaraterriblementepeluda.

    —Mi dulce amor —dijo la reina—. ¿Qué teapetececomer?Enviaréaunhadaatrevidaalamadriguera de la ardilla para que te traiganuecesnuevas.

    —Más bien quisiera un puñado de guisantessecos—dijo el cómico que, con su cabeza deasno, tenía el apetito de un asno—. Pero teruego que nadie de tu gente me perturbe,porquemevoyadormir.

  • —Duerme, pues —dijo la reina—, y teenvolveréconmisbrazos.¡Oh,cuántoteamo!¡Oh,cuánprendadaestoydeti!

    Cuando el rey de las hadas vio al cómicodormido entre los brazos de la reina, sepresentó ante ella y le reprochó el haberprodigadosusfavoresaunasno.

    Ellanopodíanegarlo,yaqueelcómico,conlacabeza de asno que ella había coronado deflores,dormíaentresusbrazos.

    Cuando Oberón se hubo burlado de elladurantealgún tiempo,unavezmás lepidióelniño sustraído; y esta vez, avergonzada porhabersidodescubiertaporsupropioseñorconsunuevofavorito,noseatrevióanegárselo.

    Oberón,habiendoobtenidodeestamaneraelniñoqueportantotiempohabíaqueridohacersu paje, se apiadó de la desgraciada situaciónenquesudivertidaestratagemahabíapuestoaTitaniay levertióen losojosunpocode jugodelaotraflor;ylareinadelashadasrecobróeljuicio de inmediato, y se maravillaba de suúltimo desvarío, diciendo cuán aborrecible leresultabalavisióndelextrañomonstruo.

  • EntoncesOberón le quitó al cómico la cabezadeasnoylodejóquecontinuarasusiestaconsupropia cabezadenecio sobre loshombros.Oberón y su Titania estaban ahoraperfectamente reconciliados y él le relató lahistoria de los enamorados y sus querellas demedianoche;yellaaccedióaacompañarloparaverelfinaldesusaventuras.

    Elreyylareinadelashadasencontraronalosenamorados y sus damas dormidos sobre lahierba, a no mucha distancia uno del otro;puesPuck,paraenmendarsuprimererror,conlamayordiligenciahabíaconseguidollevarlosatodosalmismolugar,sinqueelloslosupieran;ycuidadosamentehabíaquitadoelhechizodelosojosde Lisandromedianteel antídotoquelehabíadadoelreydelashadas.

    Hermia fue la primera en despertar, y al verquesuperdidoLisandrodormíatanpróximoaella,locontemplabapreguntándoselarazóndesu extraña volubilidad: Lisandro abrió los ojosen aquel momento y, viendo a su queridaHermia, recobró la razón que había tenidonubladaporobradelhechizodeamor;yjuntocon su razón, volvió su amor por Hermia y

  • comenzaronacharlarsobrelasaventurasdelanoche, dudando de si tales sucesos habíanocurridoenrealidad,osiamboshabíanestadosoñandoelmismosueñodesconcertante.

    Para entonces también se habían despertadoHelena y Demetrio y, como aquel apaciblesueño había aquietado el ánimo alterado ycolérico de Helena, escuchó ésta embelesadalas declaraciones de amor que Demetriocontinuaba haciéndole; las cuales, parasorpresa suya y también para su contento,comenzóapercibirqueeransinceras.

    Estas encantadoras damas, extraviadas en lanoche, una vez desaparecida su rivalidad,volvieron a ser las amigas más sinceras;olvidaron las malas palabras dichas yserenamente se preguntaban cuál sería elmejor camino a seguir en su situación actual.Pronto convinieron que, dado que Demetriohabía renunciado a sus pretensiones sobreHermia,seempeñaríaenconvencerasupadrepara que éste revocara la cruel sentencia demuertequeselehabíaimpuesto.Demetriosedisponía a regresar a Atenas con tan cordialpropósito, cuando fueron sorprendidos por la

  • aparición de Egeo, el padre de Hermia, quehabía llegado al bosque en pos de su hijafugitiva.

    Cuando comprendió que Demetrio ya no secasaría con su hija, dejó de oponerse a sumatrimonio con Lisandro, y dio suconsentimiento para que el matrimonio serealizaraenunplazodecuatrodías,queeralamisma fecha en que Hermia había sidocondenadaamorir.TambiénenesedíalafelizHelenaaceptó casarse con suamado, y ahorafiel,Demetrio.

    El rey y la reina de las hadas, espectadoresinvisiblesde lareconciliación,contemplaronelfinal feliz de esta historia de enamorados,debidoa losbuenosoficiosdeOberón,yestoles produjo tal satisfacción, que losbondadosos espíritus decidieron celebrar laspróximas nupcias con juegos y diversiones entodoelreinodelashadas.

    Ysiaalguienlemolestaestahistoriadehadasy susextravagancias,por juzgarlas increíblesyextrañas, no tiene más que pensar que haestado dormido y soñando, y que todas estasaventurashansidolascreacionesdeunsueño;

  • y esperoqueningunodemis lectores sea taninsensatocomoparasentirseofendidoporunbello e inofensivo sueño de una noche deverano.

    FIN

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