El Traje de Los Dioses. (1)

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  • 8/16/2019 El Traje de Los Dioses. (1)

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    El traje de los dioses

    Por Oscar Edur Barakaldo

    Oscar Edur Barakaldo es un escritor argentino de origen vasco. Aficionado

    al folclore y la antropología, dedicó gran parte de su vida al estudio de los mitos

    rurales y urbanos de Sudamérica. Actualmente reside en la localidad bonaerense de

    eneral !odrígue". Entres sus relatos se destacan los de ciencia ficción y terror. #El

    tra$e de los dioses% es el primer relato del autor, con elementos de &iencia 'icción, (ue

     publicamos en #&ru" )iablo%. *o obstante lo catalogamos dentro del género de terror.

    En un pequeño poblado bajo el domo de Ambaradet, toda la familia se hallaba

    reunida, un atardecer de la estación en que se dice que el ocaso se vuelve eterno. A

    diferencia de otras estaciones en Ambaradet, en atardeceres como este, las tinieblas de

    la noche nunca lleaban. !e hallaban reunidos en casa del propietario de una ranja para

    celebrar el d"a en que #ellos$ se quedaron con nosotros.

    El tiempo era todav"a templado % tibio& hab"an encendido las luces del campo,

    las cortinas se corrieron, dejando ver los randes invern'culos % los establos de cr"a de

    anado, a trav(s de las ventanas conve)as. En el e)terior brillaban las dos lunas* la

    Astiris +a%or % la Astiris +enor& pero no hablaban de ellas, sino del traje situado a la

    entrada del adoratorio, % sobre el cual el propietario de la ranja hab"a mandado a

    colocar una representación de la carroa de los dioses en metales bruñidos % en donde

    los sirvientes colocaban cada mañana la ofrenda de hono sarados, los mismos de

    filamentos fluorescente que crecen en el bosque.

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      -o que se hallaba en el inreso al adoratorio, era en realidad un antiuo traje de

    los dioses.

     !" dec"a el propietario, creo que procede del centro de anti/edades derruido

    del viejo domo. -os antiuos padres trajeron el anado % los trajes. -o hicieron lueo de

    que nuestro clan destru%era su domo al concluir la uerra media. En las vidas de siete

    abuelos atr's, el Efir de nuestra familia, que en loria est(, recibió la custodia de una

    %unta de anado % #el traje$ de los dioses. El carro de sol %a hab"a sido comprado por

    los clanes del norte del monte Eikpari.

     Bien se ve que es vestimenta de los dioses, nunca vi alo semejante dijo uno

    de los presentes. A0n puede distinuirse en (l el emblema de los dioses& con sus estelas

    de fueo % sus estrellas lejanas.

    El observador se acercó al traje para inspeccionarlo en detalle.

     Pero la inscripción est' casi borrada& sólo quedan las raf"as 1. !. % 23 45E %

    un dibujo detr's& un poco m's abajo ha% raf"as diferentes* 6768. Es cuanto puede

    distinuirse, % a0n todo eso sólo se ve cuando se lo observa de cerca % se presta

    atención.

     9e decidido e)hibirlo, en esta fecha tan especial % sarada, para que todo el que

    quiera pueda venerarlo dijo el propietario.

     :;ios m"o, pero si es el traje de los dioses< =e)clamó un hombre mu% viejo que

    inresaba al luar& por su edad hubiera podido ser el abuelo de todos los reunidos en el

    luar, incluso del propietario de la ranja, que %a era un hombre entrado en edad. !",

    los dioses vinieron ataviados con estos trajes en su 0ltima incursión a nuestro mundo.

    -learon en tiempos de hambruna % nos trajeron el anado % la palabra.

     >ncl"nense ante la pronunciación de #la palabra$ dijo el propietario de la

    ranja. El anciano empeó a recitar la oración de los dioses*

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     #-a noche est' estrellada % tiritan, aules, los astros a lo lejos$

     #el viento de la noche ira en el cielo % canta$ contestaron los niños.

     #?osotros, los de entonces, %a no somos los mismos$ recitaron todos al

    un"sono.

    El rupo se retiraba del adoratorio para diriirse a la casa del ranjero en donde

    se servir"a la cena del d"a en que #ellos$ se quedaron con nosotros.

     ;urante eneraciones no supimos de #la palabra$ dijo el anciano reci(n

    lleado, todav"a absorto por haber visto el traje de los dioses . 5uando el escriba de

    Ambaradet descifró #la palabra$ todo fue distinto. 4eci(n entonces el c"rculo de la

    doctrina se cerró. El escriba nos dio #la oración$.

     #?osotros, los de entonces, %a no somos los mismos$ recitó el rupo al

    un"sono.

      @ los dioses, con su poder de viajar por las estrellas en el carro divino del sol,

    nos dieron la ceremonia areó el anciano. El escriba del viejo domo inició el trabajo

    que el ran escriba de Ambaradet conclu%ó. 2ue bajo el viejo domo, antes de la uerra

    media, cuando se descifró el mandamiento de los dioses* #este es mi cuerpo, coman de

    (l. Esta es mi sanre, beban de ella$. @ ho% lo recordamos en el ran d"a.

    El rupo avanó atravesando el huerto de honos que crec"an durante la estación

    en donde el ocaso se vuelve eterno. En los establos, las cr"as del anado juaban %

    corr"an dando brincos % volteretas. 1n ejemplar adulto miró pasar al rupo, eruido

    sobre sus dos patas. El anciano siuió rememorando los tiempos pasados. +iró a los

    m's pequeños del rupo familiar % se diriió a ellos, como quien est' por impartir una

    lección importante.

     -os clanes del viejo domo no reconocieron la lleada de los dioses. 9ablaron

    de impostores % hasta de invasores. ?uestros padres no pod"an tolerar tamaña blasfemia.

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    Para peor, el carro del sol, los trajes de los dioses % el anado sarado a0n se

    encontraban en su territorio. A nuestros padres no les quedó otra alternativa que ir a la

    uerra para recuperar los m')imos emblemas de nuestro culto. 5on la a%uda de los

    dioses, anamos la uerra. Pero el carro de sol %a hab"a sido vendido por los herejes a

    los clanes de m's all' del monte Eikpari. Al0n d"a lo recuperaremos % ser' ese un d"a

    de j0bilo.

    5uando nuestros padres entraron a la ciudad, el d"a de la revelación,

    encontraron e)hibidos en un recinto los soportes de la palabra. El escriba del viejo

    domo hab"a descifrado #el mandamiento$ % racias a ello pudimos descifrar #la

    oración$.

    odo los presentes inclinaron sus cabeas cuando el anciano mencionó a #la

    oración$.

    El rupo inresó a la morada del propietario de la ranja. En todas las ranjas de

    Ambaradet se repet"a la misma ceremonia* familias numerosas reunidas en torno a las

    mesas de los ranjeros para conmemorar el d"a en que #ellos$ se quedaron con nosotros.

    El m's anciano se sentó en la cabecera. El resto de la familia se acomodó en orden de

    edad. -os hombres a la derecha del anciano % las mujeres a la iquierda. -os sirvientes

    del ranjero irrumpieron con las fuentes humeantes. -as pieas de carne descansaban

    sobre sus propios juos calientes.

      @o quiero una pata dijo uno de los m's pequeños.

     @o la lenua dijo otro.

     :4espeto< e)iió una de las mujeres. Primero los ancianos.

    El anciano de la cabecera sonrió.

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     -a elección no es mala. -as piernas % la lenua son e)quisitas dijo el anciano,

    mientras empeaba a descarnar con sus astados dientes la costilla que hab"an

    depositado los sirvientes sobre su plato.

     -es dec"a que en el viejo domo descubrimos el mandamiento. -os herejes no

    solo sab"an sobre el mandamiento, sino que dejaron que los dioses se va%an a las

    montañas sin haberlos honrado, siquiera.

    En los platos se sirvieron suculentos troos de carne* costillas, patas, lenuas,

    muslos. -os platos se iban colmando empeando por los m's viejos % conclu%endo por

    los m's pequeños del rupo. Alunos com"an pedaos de carne deshuesada, otros

    ustaban m's de arrancarla con sus dientes del propio hueso.

     CDuien constru%ó los domos preuntó uno de los pequeños.

     :Ped" respeto< se fastidió la misma mujer que lo hab"a hecho la primera ve.

     ;(jalos. ienen que aprender sobre lo que inoran.

    5uando nuestros ancestros bajaron de las montañas % subieron desde los

     bosques, los domos %a estaban ah". ?uestro pueblo atribu%e su construcción a los

    mism"simos dioses. Farias veces los dioses de antaño visitaron nuestro mundo para

    lueo marcharse. Pero d(jenme contarles sobre la ve que decidieron quedarse con

    nosotros. -es dec"a que los herejes dejaron marcharse a los dioses a las montañas sin

    siquiera honrarlos. 2ue entonces cuando nuestros padres subieron a las montañas para

    honrarlos, como indicaba la profec"a. -os encontraron en la cueva a la que la palabra

    llama #pesebre$. Ah" nuestros padres presenciaron el acontecimiento m's randioso %

    sarado de nuestra historia* el nacimiento del 0ltimo dios.

    rajeron a los dioses hasta Ambaradet, en medio de cantos de alabana %

    reocijo. 2ueron d"as de j0bilo % alarab"a. !e notaba la satisfacción en el rostro de los

    dioses, quienes mostraban sus dientes % achicaban sus ojos en señal de felicidad.

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    Bebieron el brebaje sarado de la creación, el que reservamos en los tallos del Aapret

    desde tiempos inmemoriales esperando el arribo de los dioses. -os dioses bebieron %

    entraron en trance. ?uestros padres conclu%eron que no pod"a haber mejor momento

     para honrarlos, mientas sus esp"ritus volaban ente las estrellas en su carro del sol. Era el

    momento.

    2ue cuando los sirvientes condujeron a los dioses, en braos, hasta el

    adoratorio. All" comenamos a honrarlos por primea ve. -as doncellas prepararon los

    cuerpos, mientras los ancianos recitaban el mandamiento #este es mi cuerpo, coman de

    (l. Esta es mi sanre, beban de ella$. -os dioses fueron honrados. !olo dejaron sin

    honrar a la diosa +adre % al nuevo dios. Pero fueron reservados para una honra mucho

    ma%or que cualquiera que se les ha%a brindado. 2ueron conducidos hasta los establos de

    los dioses para que enendren el anado sarado.

    5uando el 0ltimo de los dioses estuvo en condiciones de procrear, se inició el

    ciclo del anado sarado en nuestra tierra. Eso nos diferencia del resto de los clanes de

    esta tierra.

    +'s all' de Eikpari, blasfeman la memoria de nuestros dioses comiendo carne

    imp0dica. 4ecuerden siempre esto* los hijos de Ambaradet somos los 0nicos en esta

    tierra que honramos a nuestros dioses consumiendo, en su nombre, carne sarada. :-os

    0nicos<

    El anciano tomó una mano de la fuente % comenó a deshuesarle los dedos

    desarrando la carne con sus dientes. ;e ve en cuando escup"a aluna uña sobre su

     plato. -ueo tomo un cuenco lleno de sanre % lo levanto, solemne, invitando al brindis

    a los presentes.

     :5oman su cuerpo % beban su sanre< Due la pa sea con ustedes.

     :@ contio, padre nuestro

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