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xilema 69 Fernando Angulo Pratolongo 1 (Fotos de Michell León –aves– y Fernando Angulo) El valle del río Zaña, donde la selva se encuentra con las costas 1 BirdLife International. [email protected] En el artículo publicado por Antonio Brack Egg en 1986 en el Boletín de Lima titulado “Las Ecorregiones del Perú”, se hablaba de una porción de “Selva Alta” en la parte occidental de los Andes del Norte del Perú, muy cerca de la costa. Esta nota llamó poderosamente mi atención, así como seguramente lo había hecho con muchas otras personas e investigadores. Indagando un poco más, esta “Selva” resultó estar en la parte alta del río Zaña (y además, Jequetepeque y otros ríos hacia el norte). Hace poco estuve recorriendo esta cuenca, la que resultó ser un lugar realmente digno de conservarse. Los viajes de Watkins y Koepcke Los primeros pasos ornitológicos de la parte alta del valle del Zaña fueron dados por H. Watkins, quien visitó la zona en 1926, realizando colectas científicas de aves. Posteriormente, entre 1952 y 1954, María Koepcke se adentró en la parte alta del valle del río Zaña (o Saña) como parte de sus viajes para realizar investigaciones ecológicas y sobre la zoogeografía de los bosques del lado occidental de los Andes Peruanos. Durante su paso por las localidades de Udima, La Florida y Taulis, Koepcke registró una serie de especies de aves que no eran hasta ese entonces conocidas de este lado de los andes, pero que eran comunes en los bosques montanos del lado oriental de los

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Fernando Angulo Pratolongo1

(Fotos de Michell León –aves– y Fernando Angulo)

El valle del río Zaña, donde la selva se encuentra con las costas

1 BirdLife International. [email protected]

En el artículo publicado por Antonio Brack Egg en 1986 en el Boletín de Lima titulado “Las Ecorregiones del Perú”, se hablaba de una porción de “Selva Alta” en la parte occidental de los Andes del Norte del Perú, muy cerca de la costa. Esta nota llamó poderosamente mi atención, así como seguramente lo había hecho con muchas otras personas e investigadores. Indagando un poco más, esta “Selva” resultó estar en la parte alta del río Zaña (y además, Jequetepeque y otros ríos hacia el norte). Hace poco estuve recorriendo esta cuenca, la que resultó ser un lugar realmente digno de conservarse.

Los viajes de Watkins y Koepcke

Los primeros pasos ornitológicos de la parte alta del valle del Zaña fueron dados por H. Watkins, quien visitó la zona en 1926, realizando colectas científicas de aves. Posteriormente, entre 1952 y 1954, María Koepcke se adentró en la parte alta del valle del río Zaña (o Saña) como parte de sus

viajes para realizar investigaciones ecológicas y sobre la zoogeografía de los bosques del lado occidental de los Andes Peruanos. Durante su paso por las localidades de Udima, La Florida y Taulis, Koepcke registró una serie de especies de aves que no eran hasta ese entonces conocidas de este lado de los andes, pero que eran comunes en los bosques montanos del lado oriental de los

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andes. Ella publicó sus interesantes observaciones (junto con las de Watkins) en 1961 en la revista American Museum Novitates del American Museum of Natural History, donde reporta un nutrido grupo de especies por primera vez para el lado oeste de los andes del Perú, y entre los que destacan la Pava Negra (Aburria aburri), un crácido que era, en ese entonces, solo conocido del este de los andes de Perú y Ecuador y de hecho, a la fecha, solo se conoce al oeste de los andes en el Alto Valle del Zaña y de Mindo, al oeste de Quito, en Ecuador.

Otra interesante especie que María Koepcke reporta para esta zona, es el Guacamayo Militar (Ara militaris). Menciona, en su artículo, que en los bosques de Taulis, a 3100 metros sobre el nivel del mar aproximadamente, se reportaban bandadas de hasta 50 guacamayos que venían del lado oriental de los andes normalmente entre septiembre y octubre buscando frutos silvestres.

Zaña bajo la lupa

El río Zaña discurre de este a oeste, bajando por la ladera occidental de los andes hacia el mar. La parte baja de la cuenca está en el departamento de Lambayeque, mientras que la cuenca alta pertenece al departamento de Cajamarca. Se encuentra situado al norte del valle del río Jequetepeque, el mismo que uno recorre subiendo a la ciudad de Cajamarca; y al sur del río Chancay (llamado Reque en las partes bajas), en el que se encuentra el reservorio de Tinajones y Huaca Rajada, el sitio donde se encontró al Señor de Sipán.

En la parte baja del valle están las ciudades de Zaña, Cayalti y Oyotún; mientras que, si uno se adentra hacia la mano derecha, llega a La Florida y Niepos; subiendo por la ladera izquierda, a Monte Seco y si sube más, al caserío de Udima. En la parte más profunda, al final del valle del Zaña, se encuentra el caserío de Taulis. Cerca del nacimiento del río Zaña, nace también el río Chancay.

Los bosques desde los 1500 hasta los 2500 metros son bastante húmedos, casi como una “selva”, donde las especies del bosque seco se entremezclan con las de los bosques montanos, y da la impresión de estar justo en mitad bosque seco – mitad bosque montano de la vertiente oriental. Por debajo, justamente, gobierna el bosque seco

y la base de las laderas está plagada de cactus columnares. Más arriba los bosques se achaparran y retuercen, la neblina gana espacio y tiempo y, desde los 2500 hasta los 3100, es el imperio de los bosques montanos. Arriba de los 3100, los llamados pajonales (o paramos) dominan con su dorado reflejo el paisaje, hasta las cumbres más altas, alrededor de los 3500 metros.

Nuevos campamentos

Posteriormente a los trabajos de Watkins y Koepcke, el personal del departamento de Ornitología del Museo de Historia Natural Javier Prado, conformado por la Dra. Irma Franke, Letty Salinas, Tatiana Pequeño y María Samamé, visitó la zona; realizando interesantes investigaciones y reportes de aves, tales como el del Semillero Azul (Amaurospiza concolor), avecilla que gusta de andar por los “Surales”, que son concentraciones de la caña llamada localmente “Suro” (Chusquea sp.) y que fuese de aquí, por primera vez reportada para el Perú. Otro interesante hallazgo fue el del Frutero de Pecho Negro (Pipreola lubomirskii), una rechoncha y colorida ave que era también reportada por primera (y única) vez para el lado occidental de los Andes.

Además de las sorpresas en aves, este sitio fue un interesante lugar de donde John Cadle descubrió increíblemente, entre 1987 y 1991, una especie de culebra del género Coniophanes, cuatro lagartijas del género Stenocercus y dos ranas (del género Cochranella y Centrolene) nuevos para la ciencia!!. Por otro lado, durante los años 80, el arqueólogo Walter Alva exploró el valle arqueológicamente; encontrando restos muy interesantes de una cultura muy antigua parecida a Chavín y Cupisnique, que registraba en la zona del alto Zaña interesantes complejos como el observatorio astronómico de El Pulpito en Poro Poro y el palacio enterrado en La Grada.

Esta zona ha sido identificada como un Área de Importancia para la Conservación de Aves según BirdLife International, llamada Alto Valle del Saña, debido a la presencia de Pava Negra, el Frutero de Pecho Negro, la Pava Parda o Barbada (Penelope barbata), la Estrellita Chica (Chaetocercus bombus), el Hormiguero de Cabeza Gris (Myrmeciza griseiceps) y el Limpia-Follaje de Cuello Rufo (Syndactyla ruficollis), estos dos últimos en las fotos de este artículo.

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Tiempos modernos

Recientemente, la zona ha sufrido el embate de una deforestación agresiva, para convertir la zona en campos agrícolas y áreas de pastoreo de ganado. La zona de Taulis, donde antes se vieron los Guacamayos Militares, no existe mas como bosque, y tampoco se han vuelto a registrar nuevamente estas magnificas aves. Gran parte del paisaje se encuentra como un mosaico de chacras, con pequeños parchecitos de bosque húmedo que pugnan por sobrevivir. Solo una buena porción de este bosque se ha mantenido relativamente intacto en la ladera derecha del valle, entre los caseríos de Monte Seco y Udima.

La tasa de conversión de bosque en agricultura y pasturas es escalofriante. Las partes con poca pendiente ya están totalmente transformadas en cultivos de maíz, trigo y cebada en las partes altas y caña guayaquil en las partes bajas. El ganado vacuno se encuentra pastoreando en la mayoría de los bosques y en las partes más altas, la actividad minera ya deja ver su estela de campamentos y carreteras. Las columnas de humo, señal inequívoca de algunas hectáreas menos de bosque, son innumerables en época seca.

¿Qué pasará con el Alto Zaña?

Gracias al empuje de los pobladores organizados de la zona de Udima y de Lorena Huamán en particular, de los gobiernos regionales de Lambayeque y Cajamarca, del Ministerio del Ambiente y con la ayuda de PROFONANPE, esta zona ha sido recientemente propuesta como una candidata a ser un área natural protegida.

Hace unas pocas semanas, partimos en una expedición a recorrer las partes altas de esta cuenca y la del río Chancay, para recoger la información necesaria para armar el expediente técnico de la

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propuesta. Encabezados por el botánico Mirbel Epiquien, el fotógrafo de Naturaleza Michell León, el ornitólogo de CORBIDI Segundo Crespo, otros miembros del equipo (antropólogos sociales, arqueólogos, geógrafos) y yo pasamos unos días explorando este territorio.

In situ pudimos comprobar el estado de conservación de la zona, y constatar la importancia hídrica del sitio, ya que en la parte alta de los ríos Zaña y Chancay se genera toda el agua que, luego, la ciudad de Chiclayo usa para beber; y además, muy buena parte de la que se usa para regar los extensos campos de cultivo de las partes bajas, dominados por el arroz, la caña de azúcar y el algodón. Asimismo, fue grato comprobar que los comuneros de la zona están de acuerdo con conservar estos bosques, lo cual se demuestra en su organización en el comité de gestión.

Felizmente, la conservación de estas “selvas” está en camino con la reciente creación en febrero del 2010, de la Zona Reservada Udima, sobre 30 503,45 hectáreas y la posterior designación de un jefe para esta. Era de esperarse, pues su importancia como fuente generadora de agua hace impostergable su conservación, para poder asegurar el vaso de agua del futuro; así como el abastecimiento alimentario de la región. Asimismo, la muestra de biodiversidad de este sitio da cuenta de que los ecosistemas de la vertiente occidental de los andes hace mucho tiempo, fueron una sabana continua de bosques secos abajo y húmedos arriba. Con seguridad quedan muchas sorpresas por descubrir en el alto valle del Zaña.

BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA

Alva, W. 1986. Excavaciones en el Santuario del tiempo formativo Udima - Poro Poro en la sierra norte del Perú. Beitrage zur Allgemeinen und Vergleichenden Archaologie, Munchen - Bonn.

BirdLife International. 2009. Important Bird Area factsheet: Alto Valle del Saña, Peru.

Brack, A. 1986. Las Ecoregiones del Perú. Boletín de Lima 44: 57–70.

Cadle, J. E. 1991. Systematics of lizards of the genus Stenocercus (Iguania: Tropiduridae) from

Northern Perú: new species and comments on relationships and distribution patterns. Proc. Acad. Nat. Sci. Phila 143:1–96.

El Peruano. 2010. Declaran la Zona Reservada Udima. Resolución Ministerial Nº 011-2010-MINAM del 02 de febrero de 2010.

Franke, I., Mattos, J., Salinas, L., Mendoza, C. & S. Zambrano. 2005. Áreas Importantes para la Conservación de las Aves en el Perú. Pp. 471-619 en BirdLife International & Conservation Internacional. Áreas importantes para la conservación de las aves en los Andes Tropicales. Quito, Ecuador: BirdLife Internacional (Serie de Conservación de BirdLife Nº 14)

Koepcke, M. 1961. Birds of the western slope of the Andes of Peru. American Museum Novitates, 2028: 1 - 31.

Salinas, L., Samamé, M. Franke, I. & J. Fjeldsa. 2003. Primer registro del frutero pechinegro Pipreola lubomirskii (Aves, Cotingidae) en la vertiente occidental de los Andes. Revista Peruana de Biología 10(1):93-97.

Salinas, L., Franke, I., Samamé, M. & J. Fjeldsa. 1998. Primer registro de Amaurospiza concolor (Emberezidae, Passeriformes) para el Perú. Resúmenes de la VII Reunión Científica del ICBAR: 107.