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EL VIAJE DE ASTEME, OILARQUEEN Y KATUKO

EL VIAJE DE ASTEME, OILARQUEEN Y KATUKO · -¡Bailar y cantar! –les dijo el gallo Oilarqueen- Si queréis os enseñaremos un baile precioso. Estupendo para saltar y brincar; precioso

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EL VIAJE DE ASTEME, OILARQUEEN Y KATUKO

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Había una vez una burra que se llamaba Asteme. Como era vieja, los dueños ydueñas de la casa decidieron que no valía para nada y pensaron en sacrificarla,ya que no hacía más que estorbarles.

Cuando supo eso, la burra decidió escaparse. Y al amparo de la noche se alejódel caserío, sin saber hacia dónde, pero salvando la vida. Anduvo, anduvo yanduvo hasta que se encontró con una gata.

-Buenos días gata Katuko, ¿qué haces?- le preguntó la burra.

-Buenos días burra Asteme- le respondió la gata- ¡Ay! En la casa dondevivía no me querían. Decían que una gata que no caza ratones no sirve paranada y me echaron. Pero a mí no me gusta cazar ratones, me gusta leer. ¡Nosabes cuántas cosas interesantes hay en los libros!

-Pues hagamos el camino juntas– le dijo la burra Asteme- Yaencontraremos un lugar que nos guste.

Y las dos siguieron el camino. La burra Asteme le contó a la gata Katuko la vidatan triste y dura que llevaba, siempre haciendo los trabajos más duros y norecibiendo de pago más que palos. Pero también le contó lo que habíaaprendido en su larga vida, además de bonitos relatos. La gata Katuko, por suparte, le contó lo que había leído en los libros, y a veces ella misma seinventaba las historias. Y de este modo el camino se les hizo más ligero.

Era mediodía cuando vieron en lo alto de un pequeño y largo muro de piedra algallo Oilarko. Se quedaron sorprendidas al no oírle cantar el kikirikí siendomediodía. En vez de eso cantaba unas canciones extrañas. Al acercarse vieronque era un gallo verdaderamente hermoso, con plumas de todos los colores quebrillaban al sol. Cantaba y bailaba en lo alto del muro pequeño y largo.

-Buenos días gallo Oilarko- le dijo la burra Asteme- ¿Qué haces?

-Buenos días amigas– le respondió el gallo-. Llamadme Oilarqueen, esmi nombre artístico, ya que soy cantante de cabaret. Estoy ensayando miscanciones. Pero en casa no les gusta nada el cabaret, y dijeron que un galloque no canta el kikirikí sólo sirve para la cazuela. Y me escapé.

-Pues si quieres vente con nosotras, gallo Oilarqueen- le dijo la burraAsteme- Estamos recorriendo el mundo, a ver si encontramos un lugar paranosotras.

Y Asteme, Katuko y Oilarqueen se fueron andando los caminos. Asteme lescontaba historias, Katuko les leía cosas increíbles de los libros, y Oilarqueen lesalegraba con sus canciones y bailes. Cuando tenían hambre la gata Katukosacaba unas sardinas y comían felices. Las sardinas se convirtieron en suscompañeras de viaje.

Una vez se encontraron con el zorro en un prado. Estaba saltando y bailando.Se acercaron con asombro. El gallo Oilarqueen tenía algo de miedo, ya que las

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y los zorros comen gallos y gallinas. Pero pensó que al lado de sus amigas notenía nada que temer.

-Buenos días zorro Azeriko- le dijo la burra Asteme- ¿Qué haces?

-Buenos días amigas- le respondió el zorro Azeriko- Estoy bailando unbaile que he inventado. Pero bailar solo es aburrido; ¿queréis aprenderlo?

Mientras hablaba el gallo se escondía detrás de la burra. Cuando el zorro se diocuenta le dijo:

-Tranquilo amigo, hace tiempo que deje de comer gallos, ya sabes, elcolesterol y esas cosas. Ahora solo como verduras. ¿Pero queréis aprender mibaile o no?

Le dijeron que por supuesto. Y comenzaron a bailar en aquel prado. Se lopasaron estupendamente. Al terminar comieron unas sardinas; bueno, el zorrono, prefería comer nueces. Mientras comían le contaron sus historias al zorroAzeriko. Al terminar la burra Asteme le dijo si quería acompañarles. Pero elzorro Azeriko les dijo que no.

-Muchas gracias, pero yo vivo bien en el bosque. Aquí tengo misamistades. Espero que vosotras también encontréis vuestro lugar en el mundo.Y cuando estéis tristes bailad mi danza, el camino se os hará más ligero. ¡Quienbaila lanza todas sus penas al aire!

-¡Y quien canta!- dijo el gallo Oilarqueen

-¡Y quien lee!- dijo la gata Katuko.

-¡Y quien guarda la memoria!- dijo la burra Asteme.

Se despidieron y siguieron su camino.

Un día llegaron a un pueblo. Les pareció un pueblo triste. La gente andaba porlas calles con las caras largas. Todo el mundo iba de prisa y sin hablarse. Lequisieron preguntar algo a una persona, pero paso de largo con prisa, sinmirarles y diciendo: “No tengo tiempo, no tengo tiempo. ¡el tiempo es oro!”.Llegaron a una plaza donde encontraron un grupo de personas jóvenes.Estaban tristes. Cuando se acercaron les preguntaron por qué estaban así. Lesrespondieron que se aburrían, que no tenían gran cosa que hacer. Entonces laburra Asteme les dijo:

-¿Cómo es posible? ¡Sois jóvenes! Necesitáis algo que os despierte.

-Es fácil decirlo –le respondieron-; pero en este pueblo no hay muchacosa para hacer.

-¡Entonces hacedlo por vuestra cuenta!- le respondió la gata Katuko-. Noesperéis a que alguien lo haga. Si no lo hacéis, nadie lo hará.

-Sí, así es- dijo una chica- ¿pero qué?

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-¡Bailar y cantar! –les dijo el gallo Oilarqueen- Si queréis osenseñaremos un baile precioso. Estupendo para saltar y brincar; precioso paraalegrar cuerpos y almas. ¿Queréis aprenderlo?

-¡Y leer también es divertido!- les dijo la gata Katuko.

-¡Y escuchar viejas historias!- agregó la burra Asteme.

-¡Estupendo!- respondió un chica animosa- Aquí nos estamos oxidando.

Les enseñaron el baile del zorro Azeriko. Se monto un ambiente estupendo enla plaza. Al terminar la gata Katuko sacó unas sardinas y compartieron lamerienda. Después el gallo Oilarqueen les divirtió con su espectáculo decabaret. Se murieron de la risa con sus ocurrencias. La gata Katuko les enseñólibros maravillosos. La burra Asteme les encandiló con sus relatos. Al terminaren lugar de tristes rostros, las sonrisas llenaban la plaza.

-Ahora tenemos que seguir nuestro camino- les dijo la burra Asteme- Lohemos pasado maravillosamente con vosotros y con vosotras, pero tenemosque encontrar nuestro lugar en el mundo.

-¡Quedaos aquí!- les suplicaron.

-Gracias de todo corazón- les dijo la gata Katuko- pero quizás en otroslugares necesitan de nuestra compañía.

-Es una pena que os vayáis- les dijo la chica animosa- Espero queencontréis vuestro lugar. Cuando queráis aquí estaremos. Muchas gracias porvuestra alegría y generosidad.

-No os preocupéis, ya vendremos de vez en cuando a cantar y bailar convosotros y vosotras- les dijo la burra Asteme.

-Quizás reúna en un libro nuestras andanzas y aventuras- comentó lagata Katuko.

-Y de despedida…¡una canción!- canturreó el gallo Oilarqueen.

Acabaron felizmente el día. Y cuando se alejaban del pueblo, las y los jóvenesles despidieron con una gran sonrisa, pero algo tristes también, ya que susnuevas amistades partían. Pero tenían la esperanza de que un día regresasen y,entonces, todos y todas juntas volverían a bailar la danza del zorro Azeriko.

Mientras tanto la burra Asteme, la gata Katuko y el gallo Oilarqueen siguieronsu camino, andando y andando, en busca de su lugar en el mundo. ¿Loencontrarían? Eso no lo sabemos; pero todos los años regresaban al pueblopara juntarse con la juventud y cada vez más habitantes del lugar, para bailaralegremente la danza del zorro Azeriko y pasar unos momentos maravillosos.

Y suelen llevar al pueblo la sardina, para hacer una merienda cena.

A lo lejos se escuchan los cantos de Oilarqueen.