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El yugo de Jezabel Boedo 25 Cerrito 1169, Bernal … · Sandie no habla solo por haberlo leído en los libros. Ella ha vivido y ha tenido que superar el espíritu de Jezabel. En mis

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El yugo de JezabelSandie Freed

1a edición

Editorial PenielBoedo 25Buenos Aires, C1206AAA, ArgentinaTel. 54-11 4981-6178 / 6034e-mail: [email protected]

ISBN 978-987-557-443-4

Impreso en los talleres gráficos de Ghione Impresores S.R.L.Cerrito 1169, Bernal Oeste, Buenos Aires, ArgentinaMayo de 2014Tirada: 4.000 ejemplares

Publicado originalmente en inglés con el título: The Jezebel YokeCopyright © 2012 by Sandie FreedPublished by Chosen, a division of Baker Publishing Group,Grand Rapids, Michigan, 49516, U.S.A.All rights reserved.

Las citas bíblicas fueron tomadas de la Santa Biblia, Nueva Versión Internacional, a menos que se indique lo contrario. © Sociedad Bíblica Internacional.

Diseño de portada e interior: Arte Peniel • [email protected]

Freed, SandieEl yugo de Jezabel. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Peniel, 2014.

224 p. ; 23x15 cm. Traducido por: Renata ViglioneISBN 978-987-557-443-41. Espiritualidad Cristiana. I. Renata Viglione, trad. II. TítuloCDD 248.5

©2014 Editorial Peniel

LIBRO DE EDICIÓN ARGENTINA

Todos los derechos reservados. No se permite la reproducción total o parcial, la distribución o la transformación de este libro, en ninguna forma o medio, ni el ejercicio de otras facultades reservadas sin el permiso previo y escrito del editor. Su infracción está penada por las leyes vigentes.

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Visité el Monte Carmelo, lugar en el que Elías derrotó a los profe-tas de Baal que respondían a Jezabel. Para Elías, la batalla contra Jezabel fue abrumadora, sin embargo, geográficamente, el Monte Carmelo es pequeño e insignificante. No es el tamaño de la ba-talla sino su significado lo que nos intimida. Sandie nos acerca al vórtice de la fe y nos muestra cómo ganar esa guerra.

—Barbara J. Yoder,Pastora senior y apóstol principal Shekinah Equipping and

Revival Center, y autora del libro La unción que abre puertas

Los escritos de Sandie provienen de un corazón compasivo, ya que escribe a partir de experiencias de su vida en las cuales peleó la batalla y aprendió cómo liberarse del yugo de Jezabel. Lee este libro con confianza, con la certeza de que estás recibiendo princi-pios y prácticas probadas y factibles.

—Dr. Bill Hamon Obispo de Christian International Apostolic Network

(tomado del prólogo).

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Contenido

Prólogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7

Prefacio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9

Agradecimientos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13

Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15

Capítulo 1

El yugo de desolación de Jezabel . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23

Capítulo 2

Guardar el pacto de Dios en el territorio de Jezabel . . . . . 49

Capítulo 3

Vendas, cuerdas y cadenas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 61

Capítulo 4

Yugos malignos y ciclos viciosos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81

Capítulo 5

El yugo de la esclavitud y los pecados generacionales . . 107

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Capítulo 6

El yugo de idolatría . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 129

Capítulo 7

Las raíces de Jezabel y el yugo del engañador . . . . . . . . . 151

Capítulo 8

Mantos y unción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 179

Capítulo 9

La autoridad del manto de Jehú . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 207

Acerca de los autores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 219

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Prólogo

La Dra. Sandie Freed lo hizo de nuevo. Este libro te da sabi-duría y entendimiento de cómo liberarte a ti mismo del yugo

de Jezabel. Freed te ayuda a reconocer las tácticas engañosas y manipuladoras del espíritu de Jezabel.

Cada pensamiento que viene a nuestra mente, cada actitud que tenemos y cada acción que tomamos está motivada por uno de tres espíritus: nuestro propio espíritu, el espíritu de Dios o el espíritu de Satanás. El espíritu de Jezabel es definitivamente uno de los espíritus de Satanás. Sandie nos ofrece una clara aprecia-ción y la forma de determinar qué espíritu nos motiva a pensar o actuar en la forma en la que lo hacemos.

Sandie no habla solo por haberlo leído en los libros. Ella ha vivido y ha tenido que superar el espíritu de Jezabel. En mis cin-cuenta y ocho años de ministerio aprendí que cualquier verdad y ministerio al que seamos llamados con el objeto de revelar y ministrar a las personas será aquello que tendremos que atravesar. Esas experiencias que el diablo nos arroja y que Dios permite que atravesemos nos dan sabiduría y entendimiento para vencer y lue-go para ayudar a otros a evitar las asechanzas del enemigo y para mostrarles cómo alcanzar la victoria. También le da al individuo la

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pasión y la voluntad de hacer lo que pueda para ayudar a otros, ya sea escribiendo libros o también ministrando la verdad que libera.

Hace muchos años que conozco a Sandie como mi hija es-piritual y la he ayudado a atravesar algunas de estas situaciones. Sus escritos provienen de un corazón compasivo, pues escribe de las experiencias de la vida en las cuales libró la batalla y aprendió cómo liberarse a sí misma del yugo de Jezabel.

Lee este libro con confianza, con la certeza de que estás reci-biendo principios y prácticas probadas y factibles. Gracias, San-die, por contar las verdades que has aprendido a través de mucho sufrimiento y de experiencias cercanas a la muerte. Que Dios te bendiga y te recompense abundantemente por compartir tu vida con nosotros.

Tu obispo,

Dr. Bill HamonObispo de Christian International Apostolic Network (CIAN)Autor de El día de los santos, entre otros libros especializados.

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Introducción

¡E lla es una Jezabel! Con mucha frecuencia asociamos esa fra-se familiar y el nombre de Jezabel del Antiguo Testamento

a mujeres que son de naturaleza seductora, con rostros muy ma-quillados o a mujeres que son demasiado agresivas, controladoras y manipuladoras. En tanto que esta descripción no es del todo inexacta, la Jezabel histórica, como esposa del rey Acab, era la rei-na de Israel, pero era mucho más que una persona controladora: Jezabel estaba inspirada por el engañador, el mismo Satanás, a fin de establecer la idolatría fenicia a gran escala en la corte de su esposo. Para impulsar su causa, hizo que los profetas de Jehová se desviaran, asesinó a cientos y luego amenazó la vida del profeta Elías.

Jezabel también es mencionada en el Nuevo Testamento. Apocalipsis 2:20 describe una influencia al estilo de Jezabel que operaba en la iglesia de Tiatira. Jesús se dirigió a la iglesia de Tia-tira y la reprendió por permitir a la mujer Jezabel, que se llamaba a sí misma profetisa, enseñar y seducir a los siervos de Dios. Los intentos de Jezabel en aquella iglesia neotestamentaria, igual que hoy, eran apagar la voz de los verdaderos profetas de Dios. Ob-viamente, esta no es la misma mujer mencionada en el Antiguo

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Testamento, que era la reina de Israel. Pero sí el mismo espíritu malvado seduciendo a los creyentes en la Iglesia.

Identificar los espíritus malvados

Al mencionar a Jezabel, tanto en el Antiguo como en el Nue-vo Testamento, podemos concluir que esta malvada influencia de Satanás, que operaba a través del espíritu de Jezabel, vive y opera incluso en la actualidad. Este espíritu malvado continúa buscan-do individuos, ya sean hombres o mujeres (el espíritu no tiene género), a quien pueda influenciar, tanto en la Iglesia como fuera de ella. El espíritu de Jezabel opera a través de diferentes vías que analizaremos a lo largo de este libro. Por el momento, me gustaría que te quedara claro que control y manipulación son dos de sus características más identificables. En la iglesia local, este espíritu se puede encontrar tanto en el liderazgo como en la congregación. En el trabajo, el espíritu de Jezabel se puede manifestar a través de un jefe controlador o un competidor seductor. En el hogar, el espíritu de Jezabel puede operar no solo a través del esposo o de la esposa, sino a través de un niño controlador.

Otra característica identificable es la profecía falsa. Recuerda que Jezabel se llama a sí misma “profetisa”. Después ampliaré sobre el tema de la falsa profecía y de la brujería que nos afecta en la actualidad. Todos nosotros nos hemos visto afectados por la falsa profecía a través de los engaños de Jezabel y de las mentiras del engañador. Al término de esta introducción, encontrarás un “test” del yugo de Jezabel. Por las respuestas que des, comenzarás a identificar sus engaños en tu vida.

Por el momento, permíteme hacerte algunas preguntas. ¿Le has dicho alguna vez a otras personas: “Parece que no puedo en-contrar mi lugar”? ¿Has pasado por momentos en los que parece

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Introducción

que no “encajas” en tu iglesia local? ¿Te cambias de una congre-gación o ministerio a otro para “encontrar tu lugar”? ¿Has notado que te es difícil tener un sentido de paz o de realización en la vida? Todos estos son síntomas de que el espíritu de Jezabel y sus herra-mientas de engaño y tentación trabajan en contra de tu libertad.

El espíritu de Jezabel intenta engañarte para que creas que tú no encajas o que los demás te rechazan continuamente. Todos nosotros nos enfrentamos a ella en alguna ocasión.

Permíteme que te formule algunas preguntas más: ¿estás su-friendo de insatisfacción crónica? Con esto me refiero a si buscas-te el gozo y sientes como si lo tuvieras, pero luego te das cuentas de que simplemente era un sentimiento de felicidad efímero. ¿Es-tás frustrado con tu vida y contigo mismo? En algunas ocasiones, ¿realmente crees que nunca te sentirás amado y aceptado? Otra vez, si es así, es muy posible que hayas sido engañado para creer que no puedes confiar en Dios para tu realización completa. Qui-zás has confiado en dioses falsos sin darte cuenta. El espíritu de Jezabel es un fuerte promotor de la idolatría.

Es posible que tú hayas sido tan influenciado por el espíritu de Jezabel que sientes como si tu vida girara fuera de control. O quizás te levantaste una mañana y te enfrentaste al hecho de que tu vida era un caos. La palabra caos se usa para describir confu-sión absoluta y completo desorden. Espiritualmente, sabemos que Dios no es el autor de la confusión, sino el enemigo. Cuando un espíritu de Jezabel está operando en nuestras vidas, es probable que experimentemos caos, confusión y desorden. Es posible que en esta instancia también esté operando un espíritu de ausencia de ley.

El libro que ahora sostienes en tu mano te guiará hacia la li-bertad de muchos y diferentes yugos de Jezabel y de los engaños del enemigo, entre ellos la idolatría.

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Echar fuera a Jezabel

En mi libro anterior, Breaking the Threefold Demonic Cord [Quebrar el cordón demoníaco de tres dobleces], escribí amplia-mente sobre el espíritu de Jezabel y su relación con dos cómplices seductoras, Atalía (su hija) y Dalila. Mi búsqueda de información actualizada del obrar de este espíritu me llevó a comprender los distintos yugos que Jezabel utiliza y cómo liberarse de su opresión.

Reitero, cuando escribo sobre Jezabel de ninguna manera afir-mo que luchamos contra la misma mujer cuya historia se cuenta en 1 de Reyes 16-21 y 2 de Reyes 9, la reina que dio muerte a los profetas de Dios e hizo que Elías huyera a una cueva. Tampoco sugiero que ella “persigue” gente actualmente, como si fuera un fantasma que busca vengarse de los cristianos. Jezabel es uno de los poderes malvados en la jerarquía mencionada por Pablo en Efesios 6 y su inclinación es destruir al Pueblo de Dios. Al avanzar en la lectura comprenderás mejor las formas en que este espíritu manipula a los individuos a fin de ganar autoridad y mantener el control.

Cuando los israelitas entraron a la Tierra Prometida, se les dieron instrucciones de que no hicieran ningún pacto ni llegaran a ningún acuerdo con sus enemigos. Se les dijo que “destruyeran todo”. Esa es la regla de comportamiento que nosotros también debemos seguir. Debemos echar la influencia malvada de Jezabel de nuestra tierra. No debemos mostrar ninguna misericordia ni tampoco tolerar de ninguna manera a este espíritu.

Si has sido atado con el espíritu de Jezabel, tendrás que sa-carlo de tu vida por completo o de lo contrario, las raíces de este espíritu irán aun más profundo y te robarán más de tu futuro. No tengas misericordia de este espíritu. Al continuar la lectura,

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Introducción

permite que el Espíritu de Dios te alerte de cualquier área en la que necesitas arrepentirte y entrar en el plan de Dios para tu vida.

Si deseas cumplir con esta regla de comportamiento ahora mismo, le mostrarás al demonio que ¡tú no le renuevas el con-trato de arrendamiento a Jezabel en tu territorio! Querido lector, créeme: los demonios asociados a Jezabel tratarán de convencerte de que los dejes tranquilos y no los expulses (ver Marcos 5:7). A Jezabel le encantaría permanecer en tu vida y al mismo tiempo ganar más terreno.

Después de todo, ella convenció a su esposo, Acab, de hacer un lugar en Israel para sus ídolos, y de este modo llevar a toda la nación a la idolatría. Esto es algo serio y el diablo lo sabe. Cual-quier cosa que hagas, permanece ante Dios con una determina-ción divina de que cumplirás tu destino. Tu enemigo te mentirá durante la lectura del libro. Ten entusiasmo para leerlo de tapa a tapa. No te sentirás decepcionado.

Amados, no podemos permitir que ningún espíritu de enga-ño, especialmente el de Jezabel, controle nuestras vidas. Muchos me habrán escuchado decir: “Si le pides al diablo que venga a cenar, llega con una valija”. ¡Es verdad! Conozco esto por expe-riencia personal. Le agradezco a Dios por la sangre de Jesús que me lava y por su poder sobre cualquier influencia demoníaca que trata de controlar mi comportamiento.

Estoy muy feliz de que hayas decidido hacer este viaje con-migo. Si esta es la primera vez que me acompañas por la que yo denomino la “ruta de la libertad”, ¡eres bienvenido! Para aquellos que ya lo han hecho antes, bienvenidos nuevamente. Me siento honrada de contar contigo mientras nos liberamos del yugo de Jezabel y de los espíritus de engaño que la acompañan.

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E L Y U G O D E J E Z A B E L

La próxima sección ofrece una lista que te ayudará a determi-nar el control del espíritu de Jezabel sobre tu vida. Comencemos nuestro viaje.

El “test” del yugo de Jezabel

¿Estás unido en yugo por un espíritu de Jezabel? Marca cada casilla que se relacione contigo, tu cónyuge o cualquier familiar.

• Patrones de desolación, esterilidad, falta de realización o desesperanza

• Patrones de temor, terror o ataques de ansiedad• Adicciones o desórdenes alimenticios• Inseguridad e inferioridad• Problemas para someterse a la autoridad• División en las relaciones y organizaciones• Celos extremos• Ministerio profético que se utiliza para manipular a fin

de obtener dinero o posición, o para llamar la atención• Murmuraciones y falsas acusaciones• Comportamiento codependiente y necesidad de con-

trolar las relaciones o de ser controlado por otros• Seducción sexual para obtener control• Negativa a arrepentirse o a pedir perdón. También ne-

garse a perdonar a otros a fin de permanecer en control• Manipulación de las personas a fin de controlarlos• Historia de insatisfacción crónica• Interés extremo en actividades que consumen la ma-

yoría del tiempo, como el éxito o los deportes• Luchas con la duda y la incredulidad respecto de la

fidelidad de Dios y de su Palabra

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Introducción

• Orientación al desempeño y el perfeccionismo• Necesidad continua por “probar” la propia valía

Si respondiste sí a alguna de las preguntas anteriores es muy probable que hayas sido atado en yugo con un espíritu de Jeza-bel. Debido a que es una atadura generacional, su aparición en cualquier lugar en tu familia indica la posibilidad de que también resultes atado. Estimado lector, el Redentor está presente para liberarte de todo yugo que te ata. Decide hoy. Da vuelta la página y comienza el camino hacia tu liberación.

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C a p í t u l o 1

El yugo de desolación de Jezabel

Ahora bien, Elías, el de Tisbé de Galaad, fue a decirle a Acab: “Tan cierto como que vive el Señor, Dios de Israel, a quien yo sirvo, te juro que no habrá rocío ni lluvia en los próximos años, hasta que yo lo ordene” .

—1 DE REYES 17:1

Desolación. Esto es lo que el profeta Elías predijo cuando pro-nunció estas palabras a Acab, el rey de Israel. ¿Ni rocío ni

lluvia? Para el rey Acab, el mensaje era claro: sufrimiento, pérdi-da, muerte, aflicción... Podemos imaginarnos que el rey creyó la predicción que se le dijo aquel día. Aunque ya hacía mucho que había abandonado al Dios de sus padres, Acab conocía la dolorosa historia de Israel que Dios comunicó a través de sus profetas. No, no tenía sentido discutir. La desolación vendría y con seguridad podía imaginar en su mente los resultados catastróficos: pérdida del ganado debido a la sequía, pérdidas de las cosechas e incluso la posibilidad de que los ciudadanos se levantaran en protesta pidiendo comida y agua.

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E L Y U G O D E J E Z A B E L

¡Espero que no vengan al palacio pidiendo que resuelva sus problemas! Acab sabía que sus guardias iban a defender los pozos del palacio y los jardines. Él y su esposa tendrían sustento. Al pen-sar en su esposa, el rey hizo una pausa. ¿Cómo reaccionaría ella durante los tiempos difíciles? “Jezabel no reaccionará bien ante la pérdida”, concluyó. Pero luego, se sintió animado: “Algo se le va a ocurrir para salvarnos. Siempre sabe cómo manejar las situaciones difíciles. Probablemente avisará a los profetas para que hagan más sacrificios a Baal, el dios nuestro que controla la lluvia. Después de todo, ¿qué puedo hacer yo sobre este problema? Lo dejaré en manos de ella”.

Podemos deducir de Las Escrituras que Acab tenía más con-fianza en su esposa que en Jehová Dios. Las palabras del profeta Elías tenían el propósito de despertar su conciencia a fin de aler-tarlo del peligro de seguir volcándose a los falsos dioses de Jezabel. Se le había dado la oportunidad de renunciar a la idolatría. Pero hacía mucho que Acab había abandonado la fe en Dios Todopo-deroso: él tenía un pacto —estaba unido en yugo— con Jezabel. Y el resultado último de un yugo con Jezabel es la devastación.

Era un día oscuro en Israel. Ya no se prestaba más atención a la voz del profeta. Esto era lo que Jezabel deseaba, su objetivo prin-cipal era acallar las bocas de los profetas legítimos y santos, a fin de llevar a las personas a un pacto con ella.

Cuando ya no se escucha a un profeta y por consiguiente La Palabra de Dios es cortada, es más fácil para Jezabel deslizar su yugo alrededor de individuos confiados y los resultados son catas-tróficos: desolación en todas las áreas de la vida.

La historia de Acab unida en yugo con la idolatría de Jezabel nos ayuda a entender que nuestra propia asociación en alguna manera con ese espíritu malvado que la impulsaba —el espíritu conocido como “Jezabel”— lleva finalmente a la desolación. A

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El yugo de desolación de Jezabel

lo largo de este libro, analizaremos los múltiples métodos que el enemigo utiliza para alentar esa unión y descubriremos muchos yugos que nos atan. Por ahora, tomémonos unos minutos para analizar más detalladamente lo que La Biblia nos dice sobre esta pareja idólatra. En su historia vemos una imagen clara de cómo opera este espíritu maligno.

Días de afrenta

Cuando hablamos de estar “unidos en yugo” con Jezabel, imaginamos la forma en que un yugo une a dos animales, como por ejemplo dos bueyes.

Espiritualmente, un yugo es similar a una relación de pacto, con dos opciones. Por un lado, podemos elegir estar unidos con el Señor Jesús y caminar en su bondad y justicia.

Por el otro, si elegimos el camino del pecado, podemos llegar a estar unidos en yugo con el mal. Cada vez que nos ponemos de acuerdo con las mentiras de Satanás, hacemos un pacto con él. Esto, a su vez, nos une con la oscuridad. Querido lector, ¡nosotros podemos hacer lo mismo sin siquiera darnos cuenta!

Acab había hecho un pacto con los engaños de Jezabel y sus ídolos. Afrentó a Dios cuando se unió en yugo a la adoración idó-latra. Dios respondió al levantar a Elías como profeta en medio de la oscuridad, afirmando que la sequía sería el resultado del pecado nacional que Acab había fomentado.

Afrentar a Dios es algo serio. Creo que si Acab se hubiese arrepentido cuando escuchó el juicio que se anunciaba, los resul-tados habrían sido diferentes. ¿Motivaba Dios a Acab para que se arrepintiera?

Estoy convencida de que alentar es provocar a la acción. Cuan-do Dios trae convicción a nuestros corazones con respecto a una

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acción que debe llevarse a cabo, desafía nuestra pasividad para que hagamos el trabajo del Reino. A fin de motivarnos a ponernos en marcha, en especial durante épocas de confusión (estoy segura de que puedes ver que la confusión es otra señal de la actividad de Jezabel), Dios permitirá la adversidad, a menudo manifestada como temporadas de sequía, a fin de incitarnos a la acción.

Permíteme explicarte lo que quiero decir cuando te doy este ejemplo.

Hay un mensaje engañoso actualmente: que nosotros, como creyentes, no tenemos que sufrir. Esta es una ilusión falsa y una mentira del engañador. (El engañador es una manifestación de Satanás que opera cercana a Jezabel). Pablo, al escribirle a Timo-teo, afirmó: “Así mismo serán perseguidos todos los que quieran llevar una vida piadosa en Cristo Jesús” (2 Timoteo 3:12). Luego, Pablo agregó: “Mientras que esos malvados embaucadores irán de mal en peor, engañando y siendo engañados” (v. 13).

¿Sabías quién es el más experto impostor? Satanás, el enga-ñador. Muchas veces, se acerca a nosotros como un ángel de luz. Él tratará de hablar como si fuera la voz de Dios, todo con el propósito de engañarnos. A Satanás le encantaría que nosotros creyéramos que nunca tendremos que sufrir, así cuando suframos, dudaremos de Dios y de su Palabra.

Amado, cuando atravesemos temporadas de sequía, no sea-mos engañados. Una temporada de sequía enviada por Dios nos motiva a buscar más de Él. Cuando estemos sedientos y atrave-sando nuestro propio desierto, Dios va a usar esas circunstancias para incitarnos a clamar a Él por lluvias de renovación.

Cuando Dios le advirtió a Acab de la desolación, no se refería solo al pecado, sino a su pasividad. Acab era un títere en las ma-nos de su controladora y manipuladora esposa. La pasividad es un obstáculo para los creyentes también en la actualidad. Somos una

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El yugo de desolación de Jezabel

parte del ejército de Dios, sin embargo, a veces preferiríamos que-darnos sentados a un lado, y permanecer inactivos como civiles.

Enfrentémoslo: realmente, ninguno de nosotros disfruta el conflicto. Pero la realidad es que estamos en guerra contra el ejér-cito de Satanás, es decir, Jezabel y los espíritus de engaño. No podemos permanecer pasivos. Esa es la razón por la cual Dios permitirá la adversidad, algunos conflictos desafiantes que nos motivarán a levantarnos y a derribar los falsos altares de nuestras vidas.

¡Qué trágico que Acab no tomara inmediatamente su hacha para derribar los altares de Baal y las piedras sagradas en los lu-gares altos!

Cuando afrentamos a Dios, Él levanta un profeta para que hable la verdad. Acab debería haberse sentido motivado a destruir todo, pero, en cambio, se sometió a Jezabel. ¿Qué determinare-mos o decidiremos en la actualidad cuando el Espíritu Santo nos reprenda? Tomemos un hacha y derribemos todo lugar alto.

El aguijón de la muerte

Como rey, Acab asumía la responsabilidad por los pecados en los que Israel cayera. Aunque Jezabel llevó sus ídolos con ella cuando se casó con el rey, Dios se dirigió a Acab por haberlo per-mitido. Es interesante notar que toda vez que un pastor o un líder de una iglesia (o incluso un esposo o anciano de una familia o la cabeza de un negocio) permite que un espíritu de Jezabel gobier-ne y reine, Dios hace responsable al líder por ese pecado.

La Biblia dice: “El aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado es la ley... ¡Pero gracias a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo!” (1 Corintios 15:56-57). Un aguijón es símbolo de una estructura de muerte. En Las Escrituras, es igual al

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veneno de una serpiente. Las palabras de Elías advirtieron a Acab de que la aflicción del alma estaba en posición y lista para morder, lo mismo puede decirse de cualquiera que esté unido con Jezabel.

Cuando Elías entregó su profecía respecto a la sequía y la de-solación, no fue una declaración fortuita o infundada. Era una palabra de juicio. Estoy segura de que Acab comprendió el juicio. Como rey de Israel, estaba, hasta cierto punto, familiarizado con la Ley. Pero a lo largo de su extenso reinado sobre Israel (reinó en Samaria durante veintidós años, del 876 al 854 a. C.), mostró desprecio por la Ley. Se dice que Acab “… hizo lo que ofende al Señor, más que todos los reyes que lo precedieron” (1 Reyes 16:30).

¿Por qué era más malvado que otros reyes? Leamos lo que dicen Las Escrituras respecto a él:

Como si hubiera sido poco el cometer los mismos pecados de Jero-boán hijo de Nabat, también se casó con Jezabel hija de Et Baal, rey de los sidonios, y se dedicó a servir a Baal y a adorarlo. Le erigió un altar en el templo que le había construido en Samaria, y también fabricó una imagen de la diosa Aserá. En fin, hizo más para provo-car la ira del Señor, Dios de Israel, que todos los reyes de Israel que lo precedieron.

—1 REYES 16 :31-33

Analicemos desde un punto de vista personal las formas en las que Acab provocaba la ira de Dios, acciones que llevaron al juicio de desolación. Al hacerlo, puedes comenzar a considerar cuidado-samente si has sido unido en yugo con un espíritu de Jezabel y la posibilidad de que Dios te hable ahora mismo. Y, querido lector, si Él lo hace, entonces te ofrece un tiempo ungido para que te arrepientas.

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El yugo de desolación de Jezabel

Permíteme ser directa sobre esto: ninguno de nosotros puede darse el lujo de desviar la culpa o de negar la propia culpabilidad cuando Dios nos dirige hacia tiempos de arrepentimiento. Tene-mos que considerar el hecho de que los efectos de las maldiciones se transmiten a las generaciones futuras (ver Éxodo 20:5; 34:7). Estoy segura de que tú eres como yo y deseas que las generaciones futuras estén libres de yugos pesados. Ahora sigamos adelante, en oración.

1. Acab pecó y consideró que esos pecados eran “triviales”. Pregúntate a ti mismo: ¿consideras que tus pecados son “trivia-les”? Si es así, un espíritu de Jezabel puede estar impidiendo que te arrepientas.

2. Acab se casó con Jezabel, una sidonia, una adoradora de ídolos. Pregúntate a ti mismo: ¿con quién o con qué estás en pac-to? En otras palabras: ¿te has puesto de acuerdo con las mentiras de Satanás o con las mentiras de Jezabel? Si es así, has hecho un pacto impío.

3. Acab comenzó a servir y a adorar al falso dios Baal.Pregúntate a ti mismo: ¿tienes algún ídolo en tu vida a quien

sirvas? Abre tu corazón al Espíritu Santo ahora y pídele que te muestre si tienes un ídolo que reside allí.

Acá tienes algunos ejemplos con los que quizás te identifi-ques: ¿esperas que tu cónyuge satisfaga todas tus necesidades?, ¿o quizás tus hijos o tu trabajo? Esa es una forma de idolatría, porque solo Dios promete satisfacernos. ¿Qué piensas del dinero? ¿Consideras que el dinero puede ser un ídolo? ¿Dependes de él más que de Dios?

4. Acab construyó un altar para Baal en Samaria. Pregúntate a ti mismo: ¿has permitido que Satanás tenga un trono en tu vida? Cualquier área en la que el enemigo gobierne y reine en nuestras vidas es considerada un trono de Satanás (ver Apocalipsis 2:13).

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5. Acab hizo una imagen de la diosa Aserá. Esto significa que levantó un altar para adorar al falso dios de la fertilidad, Aserá. Pregúntate a ti mismo: ¿hay en mi vida actualmente alguna for-ma de idolatría? A menudo, nos inclinamos a un ídolo como los deportes, el éxito o las relaciones para reemplazar el abatimiento y la infertilidad. A medida que los israelitas seguían a Acab en el pecado, sus corazones se endurecían hacia Dios y sufrieron el “aguijón de la muerte” junto con él.

Eso es lo que nos sucede si estamos unidos a Jezabel de cual-quier forma. Dos ejemplos predominantes de este aguijón de la muerte en la esfera física son la falta de satisfacción y la infertili-dad en algún área de la vida familiar.

En la esfera espiritual, vemos la muerte de una visión, lo que conduce a un espíritu de desesperanza. Entonces, es fácil com-prender que el aguijón de la desolación se manifieste a menudo como:

• Desesperanza y desesperación• Desaliento y desilusión• Pérdida grande• Aflicción y amargura• Muerte física• Muerte espiritual y apostasía• Pérdida de la visión• Confusión• Temor al fracaso

Encuentro personal

Puedo recordar, y hacerlo en detalle, haber sido confronta-da una vez por alguien que estaba controlada por un espíritu de

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El yugo de desolación de Jezabel

Jezabel. Cuando era pastora en Texas, supervisaba un equipo de oración intercesora. Nuestro equipo estaba unido, enfocado y de-terminado para tocar el cielo. Una noche, una persona nueva se unió a nuestro tiempo de intercesión. Comencé a liderar la reu-nión en oración cuando, de pronto, esa mujer irrumpió. Comen-zó a citar Las Escrituras de memoria y luego abrió su Biblia y citó más Escrituras.

Quizás sus acciones podrían haber sido útiles si hubiese citado versículos que fueran pertinentes a la dirección que tomábamos en la oración (no lo hizo así), pero ella estaba completamente fuera de lugar. El hecho de que estuviera “fuera de lugar” llamó más mi atención que el desempeño religioso de citar La Palabra. De hecho, incluso si la parte de Las Escrituras que citaba hubie-sen sido aplicables, yo hubiese estado alerta debido a su rebelión y control.

Ese tipo de acción es típica de alguien que está en yugo con un espíritu de Jezabel. Este espíritu normalmente presiona a la perso-na para que pruebe su valor a través del desempeño religioso, de una forma o de otra. Y, Jezabel, siempre tiene una forma mejor, o al menos así lo cree ella.

Cuanto más me relacionaba con esta persona más sentía como si yo también tuviera que actuar de forma religiosa. Co-mencé a sentir la presión de citar Las Escrituras de cierta manera, de presentar un mensaje dominical más intelectual, de “desempe-ñarme” de cierta forma o de lo contrario enfrentaría sus críticas. Me llegaron algunos comentarios que esta persona hacía a mis espaldas, que eran algo parecido a lo siguiente:

• La pastora Sandie no cita La Palabra lo suficiente.• La pastora Sandie no da suficientes profecías. Yo pue-

do profetizar mejor que lo que ella lo hace.

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E L Y U G O D E J E Z A B E L

• Escucho cosas de Dios que son diferentes a lo que dice la pastora Sandie.

• ¿Así que se llama a sí misma una profeta?• La pastora Sandie no pasa el tiempo suficiente en ora-

ción. Si lo hiciera, podría escuchar lo que yo escucho. ¿Sabes?, yo oro mucho.

• He ministrado con tal y tal intercesor, que es alguien con reconocimiento mundial tanto en la intercesión como en el ministerio profético.

Siempre es desafiante para un pastor o para cualquiera con au-toridad espiritual confrontar a un fuerte espíritu de Jezabel. Pero, con el tiempo, este espíritu malvado debe ser confrontado, aun-que hacerlo sin oración y sin la guía del Espíritu Santo puede ser infructuoso. Nuestro mandato bíblico de amar a la persona aun-que no nos guste el espíritu maligno detrás del comportamiento impío siempre será desafiante. Cuando el yugo de este tipo es fuerte, puede ser difícil soltar la verdad de Dios y su liberación.

Pero nunca dudes: Dios siempre será fiel para darnos direc-ción de cómo y cuándo confrontar a una persona con un fuerte espíritu de Jezabel.

Cuando esto sucedió, pasé muchas horas en oración respecto a esa persona. Lo primero que hice fue confesarle a Dios lo que dice su Palabra sobre todos sus hijos y entonces bendije a la perso-na como hermana en el Señor. Pronto comencé a notar que sentía amor santo por ella y que tenía el deseo genuino de verla libre. Debido a que el espíritu de Jezabel intimida a otras personas, tuve que reunir ánimo para confortarla en una sesión de consejería... y lo hice. Finalmente, pude hablarle la verdad en amor (esto es muy importante cuando se ministra a una persona atada al yugo de Jezabel).

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El yugo de desolación de Jezabel

Durante la reunión, le llamé la atención respecto a sus in-tentos de parecer superior y a las formas en las que desafiaba mi autoridad.

También le hablé sobre su necesidad de reconocimiento. Bá-sicamente, le señalé que, debido a su propio temor al rechazo, el enemigo había abierto la puerta a una profunda necesidad de re-conocimiento. Lamento decir que la mujer no aceptó el consejo y dejó nuestra iglesia inmediatamente después de que la confronté con esos temas. Luego fue de iglesia en iglesia haciendo las mis-mas cosas una y otra vez. ¡Qué lamentable!

El Señor deseaba liberarla, pero el engaño tenía tal atadura sobre su vida que no podía tolerar la verdad. Debo admitir que me ha llevado bastante tiempo ganar confianza y también saber quién soy en Cristo. Durante muchos años, estuve atada en yugo con la intimidación y esto se manifestaba particularmente cuan-do me rodeaba alguna persona que operaba bajo un espíritu de Jezabel. No puedo ni siquiera comenzar a contar el número de personas que he conocido que “mencionan nombres” tratando de probar su legitimidad. Generalmente, esto tiene el efecto de hacer que quien escucha se sienta inadecuado. Eso es exactamente lo que Jezabel demanda de nosotros: “probar” quiénes somos. Luché contra ese espíritu durante años y batallé contra tal inseguridad que a veces quería salir corriendo a esconderme. Mi única solu-ción fue salir a rastras de mi escondite y volver a la carrera para cumplir mi destino.

Cuando un espíritu de Jezabel está activo, te sentirás devalua-do en todo sentido. Quizás sientas que no encajas en tu propia iglesia o incluso en tu familia. Esto es debido a que Jezabel no muestra ningún respeto. Si lo hace, es falso, una forma de falsa adulación, y solo para conseguir lo que quiere. Jezabel manipula para obtener atención, autoridad y dirección.

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Las demandas de perfección

Jezabel tiene sus reglas y regulaciones que miden cuán “re-ligioso” es alguien. Sin embargo, los mensajeros de Dios vienen de todas las formas, tamaños y colores. Estoy convencida de que Él llama al peculiar, a los “nadie”, para así obtener toda la gloria.

Quizás esa es la razón por la cual llamó a Elías. Él era un hombre que no tenía antecedentes notables, no presumía de re-conocimiento previo y vino de “ninguna parte”, pero sabía quién era en Dios. Elías no estaba preocupado por su desempeño, sim-plemente apareció y entregó una palabra pura.

Permíteme adelantarme y decir que eso es exactamente lo que Jezabel odia. El yugo de Jezabel demanda desempeño y perfeccio-nismo. Jezabel es legalista y por lo tanto espera que cada jota y cada tilde se ejecuten de acuerdo con la Ley y según sus expecta-tivas. Por ejemplo, actualmente vemos la presión de un espíritu de Jezabel para que los ministros del Evangelio se desempeñen de forma impecable. Demanda que cada palabra griega o hebrea sea pronunciada de forma correcta, y que Las Escrituras sean citadas de memoria con exactitud. En otras palabras, el perfeccionismo prueba que uno está calificado para ser un representante de Dios. Este espíritu maligno niega la obediencia y exalta el desempeño.

La obediencia es respetuosa sumisión, algo que Jezabel no tiene posibilidad de comprender. Incluso su nombre, Jezabel, sig-nifica “no cohabitar”. En otras palabras, Jezabel (o alguien que está influenciado por ese espíritu) debe permanecer en completo control. Jezabel no se someterá a nadie (aunque intenta engañar a otros a pensar que ella sí se somete). Ya que este espíritu no tiene género, significa que ni el hombre ni la mujer se someterán a na-die, especialmente a aquellos en autoridad espiritual.

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Jezabel nos presiona a cada uno de nosotros a actuar de ma-nera religiosa, a armar un gran espectáculo y a depender de un discurso elocuente, del intelectualismo, de certificados de logros y de títulos. ¡Pareciera como que Elías no tenía ninguno de los atri-butos mencionados! Aunque hubo un tiempo después en el que huyó de sus amenazas, aun así, en aquella coyuntura importante, Elías sabía quién era en Dios, no tenía temor del hombre y tenía confianza en que Dios lo había enviado como una voz. En otras palabras, Elías no estaba en medio de una crisis de identidad. Agradécele a Dios por su ejemplo.

Una perspectiva del Antiguo Testamento

Según el Antiguo Testamento, la sequía y la desolación signi-ficaban estar maldecidos por Dios. La sequía, como castigo por la idolatría de la nación, fue iniciada por Dios mismo (ver Deutero-nomio 11:16-17; 28:23; Levítico 26:9). Elías fue guiado por Dios para que se llevara a cabo el anuncio divino.

Permíteme explicarte mi perspectiva con respecto al Antiguo Testamento. Al riesgo de ser señalada como legalista, creo que nosotros deberíamos observar las enseñanzas del Antiguo Tes-tamento a menos que Jesús mismo enseñe algo distinto. Creo firmemente, por ejemplo, en las bendiciones y las maldiciones enumeradas en Deuteronomio 28, porque Jesús maldijo la higue-ra y se secó desde la raíz.

También, al analizar los diferentes yugos de esclavitud a lo largo de este libro, ten en mente que, como creyentes en Jesús, ya no estamos bajo la Ley del Antiguo Testamento. Aunque yo cito con frecuencia el Antiguo Testamento, el objetivo es proveer una ventana a través de la cual podamos mirar (desde la perspectiva del Nuevo Testamento) a fin de identificar cómo podríamos llegar

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a estar unidos en yugo o en esclavitud en la actualidad. El Antiguo Testamento también nos muestra que nosotros podemos estar li-bres del pecado y del yugo de la esclavitud.

“Todo eso les sucedió para servir de ejemplo, y quedó escrito para advertencia nuestra, pues a nosotros nos ha llegado el fin de los tiem-pos” (1 Corintios 10:11).

Otro versículo en 1 Corintios expresa lo siguiente: “Todo eso sucedió para servirnos de ejemplo, a fin de que no nos apasionemos por lo malo, como lo hicieron ellos” (1 Corintios 10:6). Existen diferen-tes tipos de yugo. Al seguir estudiando, Dios abrirá tus ojos con respecto a las formas específicas en las que puedes estar atado.

Dios es fiel en revelar las ataduras para que podamos liberar-nos. Creo que Jesús tomó nuestros pecados (¡todos ellos!) sobre sí mismo cuando fue clavado en la cruz y murió por ellos. Su sangre lavó todo pecado. Ahora, gracias a la cruz, tenemos autoridad en Cristo. Su gracia nos da poder diariamente para resistir al engaña-dor que intenta robar nuestro destino.

Escuchar el mensaje de arrepentimiento

Amigo, ¿le estás permitiendo al Espíritu Santo que te revele cómo este espíritu maligno puede poner yugo a cualquiera de no-sotros? Piensa en eso. A veces, ¿te preocupas demasiado de cómo nos presentamos? Alguna vez, ¿criticas la forma en la que se vis-ten los demás, las ciudades que ellos representan o los ministros a los que están asociados? Aquellos de nosotros que somos mi-nistros, ¿sentimos algunas veces que tendremos mayor influencia si sacamos nuestra lista de “quién es quién en el ministerio” para probar nuestra credibilidad?

Caminar con Jezabel conduce a la desolación, en parte, por-que conlleva una disminución de la capacidad de ver los yugos

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que nos ponen en el cuello. Por favor, tómate un momento y piensa en esta confrontación inicial entre el profeta de Dios y el rey. Dios buscaba de Acab las siguientes palabras: “Dios, real-mente lamento mi pecado de idolatría. Te pido perdón. Por favor, reconsidera esta maldición de destrucción”.

Debemos leer entre líneas. Las palabras de Elías demanda-ron arrepentimiento, pero el corazón de Acab rehusó recibir ese mensaje.

Eso se debe a que el yugo de Jezabel siempre resistirá el arre-pentimiento. Apocalipsis 2:21 dice: “Le he dado tiempo para que se arrepienta de su inmoralidad, pero no quiere hacerlo”. Lo mismo puede ser cierto para ti y para mí. Cuando un espíritu de Jezabel está activo y nosotros le damos lugar en nuestras vidas, el orgullo personal siempre se levantará y cegará nuestros corazones a las advertencias del Espíritu sobre el pecado de tal pacto.

Cuando decidimos alinearnos de alguna manera con el enemi-go, este bloquea nuestra habilidad para ver. Así es como comien-za el engaño: nos sentimos solos, aislados, desanimados (todos signos de desolación y del yugo de Jezabel) y en poco tiempo no podremos ver nuestro futuro. El espíritu de Jezabel y sus engaños nos ciegan a la verdad. Comenzamos a dudar de nuestro discerni-miento para conocer los asuntos del Señor. La ceguera espiritual roba nuestra visión y nuestro destino. Pero Dios promete que si lo buscamos, lo encontraremos. ¡No pierdas las esperanzas! Dios está de nuestro lado.

Si a medida que lees el Espíritu Santo te muestra formas en las que estás en yugo con un espíritu de Jezabel, ten confianza de que podrás ser libre. Dios siempre brindará oportunidades para el arrepentimiento. El engañador nos miente y nos dice que somos demasiado impuros y que por lo tanto somos poco dignos para pedir perdón a través del arrepentimiento. Sin embargo, Dios

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siempre nos alienta a que vayamos a su presencia por cualquier razón. Cuando Dios habla y nuestros corazones sienten arrepenti-miento a causa de su verdad, tenemos una oportunidad de correr hacia Él. Cada segundo de cada día ofrece una oportunidad de golpear a las puertas del cielo y hablar con el Padre.

El camino a la liberación

Levítico 26:1-13 documenta lo que se requiere de nosotros para tener “lluvia” o bendición y no desolación. Quizás quieras estudiar este pasaje con más profundidad. Asegúrate de tomar un bolígrafo o un lápiz cuando leas, porque vas a querer tomar notas. No dudes, de paso, subrayar y escribir en los márgenes de este libro.

Después de todo, ¡es tu libro y tu precioso destino! Tus notas serán útiles más adelante, a medida que permitas que el Espíritu Santo siga ministrándote libertad. Estos son cuatro puntos inicia-les en el camino a la liberación.

Comprender que la idolatría está prohibida Dios dice a su pueblo “No se hagan ídolos, ni levanten imágenes ni piedras sagra-das. No coloquen en su territorio piedras esculpidas ni se inclinen ante ellas. Yo soy el Señor su Dios” (Levítico 26:1).

El pasaje es claro: no podemos adorar ídolos. Analizaremos el yugo de idolatría de Jezabel en profundidad. Por ahora, debes saber que un espíritu de Jezabel nos presiona para que nos incli-nemos a la inseguridad, la inferioridad, el temor al fracaso y otras mentiras o engaños, que son idolatría.

Si has leído alguno de mis libros anteriores, recordarás mi travesía personal por la “ruta de la libertad”. Luchaba contra tal inseguridad en un momento que acepté muchas mentiras des-tructivas del enemigo. Ahora me doy cuenta de que la idolatría

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era un yugo de Jezabel en mi vida. Antes de ser liberada de esa in-fluencia maligna, tenía muchos sueños relacionados con la deso-lación. Soñaba que estaba en un campo abierto sin productividad. La tierra era seca y desolada. Cuando me despertaba, oraba, pero fue necesaria una profunda búsqueda en el alma para comprender que Dios trataba de liberarme de un espíritu de desolación, que estaba asociado a una fortaleza de Jezabel.

La idolatría unida con la desolación era ego, simple y senci-llamente. ¿Cómo podía echar fuera al “ego”? Bien, ¡no podía! Pero a lo largo de los años entendí lo que ahora comparto en este libro. Aprendí a ponerme mis vestiduras nuevas: las vestiduras de Jesús. Aprendí a quebrantar los yugos impíos y a recibir después el manto nuevo de Cristo. También aprendí que es la unción la que quiebra los yugos. Todo esto será analizado más tarde, pero quiero darte ánimos ahora. ¡Puedes ser libre del “ego”! Mi “ego” estaba involucrado, porque yo quería lo que yo quería, y cualquier cosa que toma el lugar de Dios y lo que Él desea para nosotros es una forma de idolatría.

Guardar el día de descanso

La Biblia establece claramente que debemos guardar el día de descanso de Dios y mostrar reverencia por su santuario (ver Le-vítico 26:2). He descubierto que cuando estoy bajo el “hechizo” de Jezabel, esto es, cuando he sido influenciada por brujería, no puedo descansar, de hecho, me siento obligada a trabajar. Este espíritu maligno causa desolación en muchos corazones cuando ignoramos los mandamientos de Dios de dedicar un día comple-tamente a Él como día de descanso.

Otra vez, permíteme que te recuerde que nosotros no esta-mos bajo la Ley del Antiguo Testamento. Necesitamos un día de

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descanso, pero no estamos obligados a que sea domingo. Re-cordarás que Jesús y sus discípulos quebrantaron la ley sabá-tica y sin embargo también sabían cómo descansar. Debemos recordar que el Antiguo Testamento está lleno de símbolos y ejemplos. Al seguir leyendo, no vuelvas a las formas antiguas ni te pongas el yugo de la Ley. Sin embargo, ya sea domingo o cualquier otro día de la semana, necesitamos ser obedientes a este mandamiento.

Si no obedecemos esto, con seguridad sufriremos de deso-lación de una forma o de otra. En mi caso, mi cuerpo comienza a sufrir cuando no tomo un día de descanso. Algunas personas trabajan duro todos los días de la semana y concluyen que, al final, han hecho menos dinero que si hubiesen sido obedientes tomándose un tiempo para descansar. Cuando el Señor dice que nosotros debemos “mostrar reverencia por su santuario” no solo se está refiriendo al edificio de la iglesia. Nosotros también somos su templo. Por lo tanto, necesitamos mostrar reverencia y cuidar nuestros cuerpos, y eso quiere decir descansar. Si no obtenemos el descanso adecuado, nuestros cuerpos físicos sin duda sufrirán. ¡Pregúntame cómo lo sé! Si te sientes identificado con esto, en-tonces sufres de un espíritu de desolación provocado por el rendi-miento, y estás en yugo con Jezabel.

Caminar en obediencia

Levítico 26:3-4 afirma lo siguiente: “Si se conducen según mis estatutos, y obedecen fielmente mis mandamientos, yo les enviaré llu-via a su tiempo, y la tierra y los árboles del campo darán sus fru-tos”. Nota que Dios nos da lluvia si caminamos en sus estatutos y guardamos sus mandamientos, en otras palabras, si nosotros los cumplimos. Querido lector, se trata de permanecer en obediencia,

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algo que Jezabel se desespera por impedir que consideremos. Si hacemos como Dios nos ordena, tendremos la victoria sobre las desolaciones de Jezabel. Al leer hasta el versículo 13, vemos que si caminamos en obediencia:

• Tendremos paz en nuestra tierra.• No tendremos temor.• Estaremos “saciados” de cosas buenas y viviremos se-

guros en nuestra tierra.• Dios perseguirá a nuestros enemigos (eso implica a Je-

zabel, entre otros).• Dios nos mostrará su favor y hará que seamos fecun-

dos y que nos multipliquemos.• Dios establecerá y ratificará su pacto con nosotros (el

pacto de Dios, como leerás más adelante, quiebra el yugo de Jezabel).

• Dios habitará en nosotros y en medio de nosotros. Él caminará con nosotros y entre nosotros. Será nuestro Dios y nosotros seremos su pueblo.

Estimado lector, si lo buscamos, Dios promete que se revelará a sí mismo. Puede ser que tú no me conozcas personalmente, pero el Espíritu Santo te habló acerca de leer este libro. Quizás seas un hombre que ha creído que Dios no puede hablar a través de las mujeres; sin embargo, aquí estás, leyendo en obediencia un libro escrito por una mujer. Por no mencionar a ¡una mujer texana que mide un metro y cincuenta y ocho centímetros, que tiene acento y una voz fuerte! Aunque el espíritu de Jezabel trata de destruir nuestro caminar una y otra vez, nosotros aún debemos elegir la senda de la obediencia sin importar dónde nos conduzca esta.

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Tener la expectativa de que Dios quebrará todo yugo

Esta es mi parte favoritaLee lo que Dios dice sobre quebrantar yugos si somos obe-

dientes a Él y nos deshacemos de toda idolatría: “Yo soy el Señor su Dios, que los saqué de Egipto para que dejaran de ser esclavos. Yo rompí las coyundas de su yugo y los hice caminar con la cabeza ergui-da [como hombre libre]” (Levítico 26:13).

El Señor afirma que Él sacó a Israel de la esclavitud de Egip-to y la libró del pesado yugo. También liberó a las generaciones siguientes de los yugos de esclavitud. Él quebró los yugos y los li-beró. Dios promete hacer lo mismo por nosotros en la actualidad. Él va a quebrar el yugo del espíritu de Jezabel que te ha tenido cautivo. También quebrará los yugos de engaño y toda forma de esclavitud. Sí, Dios te promete esto hoy. Toma tu bolígrafo o lápiz y escribe la fecha de hoy y lo que Dios te ha prometido:

Hoy, ______________________, Dios me prometió que que-braría el yugo de ______________ de mi vida. Dios ha prometido hacerme libre.

Ahora levántate y decreta que tú has sido librado de los yugos de la esclavitud. Job 22:28 afirma: “Tendrás éxito en todo lo que em-prendas, y en tus caminos brillará la luz”. Por lo tanto, debes saber que eres guiado por el Espíritu Santo para hacer un decreto, se ha establecido en el cielo. ¡Estoy contenta de que hayas “decidido” alinear tu corazón con La Palabra de Dios y decretarlo!

Un tiempo para la autorreflexión

Las cosas importantes pueden venir en envases pequeños. Pienso en dos famosos jugadores de baloncesto de quien uno

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nunca esperaría, al considerar sus estaturas, que fueran profesio-nales exitosos en ese deporte.

Uno de ellos es Tyrone “Muggsy” Bogues. Él nació y creció en Baltimore, Maryland, y es el hombre más bajo que jamás haya jugado en la Asociación Nacional de Baloncesto [NBA, por sus siglas en inglés]. Bogues tiene una altura de un metro sesenta y un centímetros. A fines de 1980 y en la década de los 90, era un exitoso pasador y recuperador de balón y uno de los hombres más rápidos de la cancha. Jugó para los New Orleans Hornets durante diez años. Cuando se lo comparaba con otros jugadores profesio-nales, uno nunca podía pensar que tenía una habilidad idéntica a ellos, ¡pero la tenía!

También estaba Anthony “Spud” Webb, que medía un metro setenta y tres centímetros y era el tercer hombre más bajo en la historia de la NBA. Era más o menos treinta centímetros más bajo que la mayoría de sus competidores.

Jugó profesionalmente para los Sacramento Kings y en otros equipos y marcó 8.072 puntos a lo largo de su carrera. Deleitó a los amantes del baloncesto cuando en 1986, luego de haber jugado profesionalmente durante un año, ingresó al concurso de volcadas de la Asociación Nacional de Baloncesto, siendo el hom-bre más bajo en hacerlo, ¡y ganó!

Esto nos conduce a un tiempo de reflexión personal. ¿Has juzgado un libro por la portada? ¿Has resistido una palabra del Señor después de “evaluar” a aquel que la entregó? No siempre los israelitas se alineaban detrás de Moisés, y algunas veces el mismo Moisés pareció expresar algunos temores de ser incompe-tente. De todos modos, Dios le dio instrucciones a Moisés para que les dijera que el “Yo soy” lo había enviado. ¿Hemos perdido de manera similar las directivas proféticas de Dios porque hemos sido engañados por alguna predisposición mental? ¿Hemos sido

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estrictos o críticos? ¿Queremos recibir una palabra del “profeta” y nos negamos a prestar atención al maestro de escuela dominical?

Recuerda la historia de Elías y del rey Acab: cuando no se le presta atención a una palabra profética, Jezabel puede con más facilidad poner su yugo en individuos desprevenidos y los resulta-dos son catastróficos: desolación en cada área de la vida.

¿Sufres de alguna forma de desolación? ¿Existe la posibilidad de que hayas sido atado en yugo con el espíritu de Jezabel?

Tómate unos momentos para pensar en esto. Generalmente, ponemos las opiniones de las personas o las nuestras por encima de lo que Dios dice sobre ellas. Quizás hacemos de la misma ma-nera respecto a nosotros mismos.

Quizás Satanás, el engañador, te esté diciendo ahora mismo que no eres merecedor de escuchar de Dios. Quizás mienta y te diga que nadie te escuchará porque no eres un buen orador o porque no eres lo suficientemente brillante como para cumplir la obra a la que Dios te ha llamado.

Las Escrituras llaman mentiras a esos argumentos que deben derribarse.

En segunda de Corintios 10:3-6 se explica ante qué estamos:

Pues aunque vivimos en el mundo, no libramos batallas como lo hace el mundo. Las armas con que luchamos no son del mundo, sino que tienen el poder divino para derribar fortalezas. Destruimos argu-mentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevamos cautivo todo pensamiento para que se someta a Cristo. Y estamos dispuestos a castigar cualquier acto de desobediencia una vez que yo pueda contar con la completa obediencia de ustedes.

Tómate unos momentos y escribe esas mentiras. Después, toma un hacha, que es La Palabra de Dios, y corta esas mentiras

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desde la raíz y derríbalas. Con esa acción, niegas la mentira del enemigo que intenta abortar tu futuro y causar desolación.

Mentira #1

Confieso que he creído la mentira que dice:

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Me arrepiento de creer esa mentira, porque La Palabra de Dios afirma lo siguiente sobre mí:

__________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

Al declarar La Palabra, esta se convierte en un arma de guerra contra el enemigo y el argumento malvado es derribado.

Mentira #2

Confieso que he creído la mentira que dice:

______________________________________________________________________________________________________________

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____________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

Me arrepiento por creer esa mentira, porque La Palabra de Dios afirma lo siguiente sobre mí:

__________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

Al declarar La Palabra, se convierte en un arma de guerra contra el enemigo y el argumento malvado es derribado.

Enumera cualquier otra mentira de Satanás que el Señor te revele.

Después, confirma tu libertad a través de Escrituras como las siguientes:

“El Dios sempiterno es [mi] refugio; por siempre [me] sostie-ne entre sus brazos. Expulsará de [mi] presencia al enemigo” (Deuteronomio 33:27).

“Me alegro y me regocijo en tu amor, porque tú has visto mi aflicción y conoces las angustias de mi alma. No me entregaste al enemigo, sino que me pusiste en lugar espacioso” (Salmo 31:7-8).

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Además, si en este punto te das cuenta de que has sido de alguna manera unido en yugo a Jezabel, tómate un tiempo y enu-mera las formas en las que fuiste atado. Quizás debas revisar el “test” al final de la “Introducción” o releer este capítulo y revisar tus notas. Tómate tu tiempo, ya que esto es importante. Con hu-mildad, pídele al Espíritu Santo que escudriñe cada rincón de tu corazón. Luego, dedica unos momentos al arrepentimiento.

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Permíteme orar por ti:

Padre Dios, Tú ves y conoces a los lectores que junto a mí hacen esta travesía. Te pido que los llenes del poder de tu amor y que los guíes a lo largo de todo el camino por la ruta de la libertad. Espíritu Santo, te pido que le des a cada persona una imparti-ción fresca de la pasión por conocerte. Señor, rompe todo yugo de atadura y libera por completo a cada persona de toda opre-sión. Te pido que reveles cada puerta abierta que ha puesto obs-táculos a cada lector. Gracias, Señor, por la sangre derramada de Jesús y por la cruz que nos hizo libres de la ley de modo que ahora podemos caminar en gracia divina. Ahora, según la pro-mesa de Jesús para los creyentes en Mateo 16:19, ato el espíritu de Jezabel y todos los espíritus de engaño para que no cieguen los ojos de aquellos que buscan la verdad. Suelto el amor de Dios y la unción que quiebra todo yugo. En el poderoso nombre de Jesús. Amén.

Esperamos que este libro haya sido de su agrado.

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que aparece debajo.

Muchas gracias.