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El Desarrollo Sostenible: Un horizonte para las políticas públicas en América Latina y el Caribe
por Alicia Bárcena*
La mejor evidencia científica disponible indica que los actuales patrones de crecimiento – intensivos en emisiones de gases de efecto invernadero y predatorio de los recursos naturales – pueden generar consecuencias potencialmente catastróficas para la vida en el planeta. Cambiar los actuales patrones de producción y consumo es entonces una tarea urgente, en particular porque procesos complejos como los de cambio climático pueden tener puntos de inflexión a partir de los cuales su trayectoria se vuelve irreversible. Ahora bien, estas transformaciones deben ocurrir de tal forma que fortalezcan al mismo tiempo los objetivos del desarrollo económico y social.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) ha argumentado que los objetivos del desarrollo sostenible definen un horizonte para las políticas públicas en la región (CEPAL, 2016, 1017). Esto por tres factores. El primero tiene que ver con la transformación de su matriz productiva. La bonanza de las commodities de la década pasada condujo a los países con mayor dotación de recursos naturales hacia una reprimarización de sus exportaciones, y hacia una dependencia creciente de los recursos naturales para la obtención de divisas e ingresos fiscales. Ello conspiró contra la diversificación productiva. El desarrollo sostenible requiere precisamente el movimiento inverso. El cambio deseable en los patrones de producción y consumo supone una transformación estructural de grandes dimensiones, abarcando muy diversos sectores -‐‑ el energético, la infraestructura de transportes, procesos productivos menos intensivos en energía, ciudades inteligentes, protección de recursos acuíferos y bosques, entre otros. Moverse en la dirección de sistemas productivos bajos en carbono es una gran oportunidad para promover la diversificación e incorporar nuevos sectores y capacidades.
En la última década, esto no ha ocurrido en América Latina y el Caribe (ALC). De hecho, se ha registrado una caída en la participación de las energías renovables en el total de la oferta energética de la región (ver gráfico 1).
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Gráfico 1 – Una tendencia que debe ser revertida: proporción renovable de la oferta energética (en porcentajes sobre la oferta total de energía)
Fuente: Elaboración propia con base a OLADE (base de datos en 2016). Incluye la oferta de las siguientes fuentes energéticas: geotermia, hidroenergía, leña cuyo uso es considerado sostenible, productos de caña y otras fuentes renovables (como la energía solar y eólica).
A pesar de la caída descripta en el gráfico anterior, hay señales positivas: la inversión europea en ALC en energías renovables ha mostrado una tendencia ascendente, como se observa en el gráfico 2, y esto deberá reflejarse en un mayor peso de las mismas en la matriz energética en el futuro.
Gráfico 2 -‐‑ Destino de las inversiones extranjeras directas anunciadas por empresas europeas en ALC
Fuente: CEPAL< sobre la base del FinancialTimes, fDi Markets
28.8
26.9
24.2 24.6 24.6 24.1
20.0
22.0
24.0
26.0
28.0
30.0
1990 1995 2000 2005 2010 2015
Porcentaje Renovable de la Matriz Energé@ca
0%
10%
20%
30%
40%
50%
60%
70%
80%
90%
100%
2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016
Sector automotor y de componentes Telecomunicaciones
Minería metálica (extracción y procesamiento) Carbón, petroleo y gas natural
Servicios financieros Otros
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El segundo factor tiene que ver con la tecnología. La aceleración del progreso técnico y la revolución tecnológica debe ser usada a favor de la sostenibilidad. No basta importar tecnologías más limpias. Su aplicación exitosa depende de su adaptación, de mejoras incrementales y de innovaciones locales que respondan a las condiciones específicas de la región. Las tecnologías del medio ambiente, para ser eficaces, deben reconocer y evolucionar en interacción con el particular ambiente físico y económico latinoamericano. Por ese motivo, no es posible el desarrollo sostenible sin un esfuerzo de inversión en educación, entrenamiento, difusión de tecnología e innovación y desarrollo (I+D) muy superior al que se realiza actualmente. El gráfico 3 muestra cómo la región se ha rezagado en este aspecto. Los gastos en I+D como porcentaje del PIB muestran una tendencia ascendente en los países asiáticos, mientras que están estancados en ALC. Brasil es una excepción en el sentido que ha destinado más recursos a actividades de I+D que el resto de la región, pero a pesar de ello pierde terreno frente a las economías asiáticas. La agenda del desarrollo sostenible debe entonces incluir la dimensión tecnológica como una de sus más altas prioridades.
Gráfico 3 -‐‑ Gastos en I+D como porcentaje del PIB, países y regiones
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Horizontes 2030: la igualdad en el centro del desarrollo sostenible (LC/G.2660/ Rev.1), Santiago, 2016.
La teoría clásica del desarrollo ha destacado la importancia de un “gran impulso” (“big-‐‑push”) inicial para lograr un crecimiento auto-‐‑sostenido. Se trata de un conjunto articulado de inversiones que genere complementariedades entre diversos sectores y que sostenga y refuerce el crecimiento del producto, la productividad y el empleo en cada uno de ellos. La magnitud y diversidad de las transformaciones que requiere el desarrollo sostenible exige un salto
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cualitativo de esa magnitud. Los esfuerzos deben converger en torno al desajuste entre crecimiento y las emisiones de gases de efecto invernadero. A esto la CEPAL ha llamado un gran impulso ambiental, donde nuevas tecnologías y el cambio en la matriz productiva se combinan para generar una trayectoria de crecimiento baja en carbono (CEPAL, 2016; CEPAL -‐‑ EU-‐‑LAC, 2016). El tercer factor se refiere a la dimensión social del desarrollo sostenible. El pilar social refuerza los anteriores en un nuevo estilo de desarrollo. Por un lado, el pilar social es necesario para elevar la productividad. Políticas de protección social, de empleo, y la expansión universal de la cobertura en salud y educación, potencian la construcción de capacidades, la innovación y el aprendizaje que son imprescindibles a una economía basada en el conocimiento. Por otro lado, muchas veces los efectos más graves de la contaminación ambiental o de los eventos extremos causados por el cambio climático, son sentidos por la población más pobre y vulnerable. Así, estas son variables que vinculan transversalmente al conjunto de la sociedad y que abren la posibilidad de nuevas modalidades de pacto social. Explorar estas complementariedades entre los tres pilares del desarrollo sostenible, y construir a partir de ellas las alianzas requeridas por una nueva economía política, ayudará a sobreponerse al “efecto candado” y a la inercia (en el poder político y económico) asociadas al actual estilo de desarrollo en la región. La tarea hacia adelante es tan urgente como compleja. Hay una tarea inconclusa de construcción institucional en ALC sin la cual será difícil implementar las políticas de desarrollo sostenible. Al mismo tiempo, en el ámbito internacional, fortalecer los acuerdos multilaterales de cooperación, entre ellos los Acuerdos de París y los acuerdos sobre financiamiento para el desarrollo, representan objetivos estratégicos aún más importantes que en el pasado. Tanto Europa como ALC han reafirmado claramente su voluntad de cooperar para alcanzarlos.
*Alicia Bárcena es Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Este artículo es una contribución al Boletín Informativo de la Fundación EU-‐‑LAC de Octubre de 2017 dedicado al tema “Inversión y Emprendimiento para el Desarrollo Sostenible”. Las opiniones expresadas en este documento, son de la exclusiva responsabilidad de la autora y pueden no coincidir con las de la Fundación EU-‐‑LAC.
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Referencias
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Horizontes 2030: la igualdad en el centro del desarrollo sostenible (LC/G.2660/ Rev.1), Santiago, 2016.
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Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL),Informe anual sobre el progreso y los desafíos regionales de la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible en América Latina y el Caribe, Foro de los Países de América Latina y el Caribe Sobre el Desarrollo Sostenible, Ciudad de México, 28 de Abril de 2017.
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) – Fundación EU-‐‑LAC (2016) La Unión Europea y América Latina y el Caribe ante la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible: el gran impulse ambiental, LC/L.4243, octubre 2016, Santiago de Chile.