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Elementos para la percepción y confrontación
Objetivo específico:
Los formadores reciben elementos para desarrollar la habilidad de percibir y confrontar
a los seminaristas sus actitudes
de madurez e inmadurez afectiva
Actividad preliminar:
Meditación del texto bíblico de Lucas 24, 13-35.
La dimensión humana cuida la madurez cristiana y sacerdotal del candidato al sacerdocio.
Pasaje bíblico: los discípulos de Emaus
Jesús se acerca y camina con los discípulos. Es Jesús quien toma la iniciativa y se acerca.
Jesús nos invita a acercarnos y caminar con nuestros seminaristas.
La disponibilidad es una expresión de la donación en el ministerio sacerdotal.
Hoy faltan formadores disponibles que se acerquen y caminen con sus ovejas, hay que oler a oveja
Jesús les hace preguntas sencillas que permiten aflorar una larga respuesta.
El momento educativo
La raíz e-ducere, sacar fuera, dilucidar, expresar.
Ya es un momento educativo de autoconocimiento
Un elemento importante es la confianza, pueden abrir su corazón, entregar su intimidad.
El respeto, la empatía, la escucha
Cuando uno se siente escuchado aprende a confiar su vida a otro.
Escuchar no solo lo que se comunica verbalmente, sobre todo lo que se expresa en formas no verbales
También conviene que el acompañante se escuche a sí mismo, lo que experimenta en su interior.
“!Con razón ardía nuestro corazón!”
El fin no es solo el autoconocimiento, se debe ir más allá, el acompañamiento personal y espiritual, aunque suene obvio, debe llevar a Dios, y no se quede solo en una contemplación de sí mismo, en la inmanencia
El momento formativo
Identificarse con Jesús, que llegue a parecerse a Él, pensar como Él piensa, sentir como Él siente, vivir como Él vivió, tomar su forma, su figura (configuración)
“Ya no soy yo quien vivo, es Cristo quien vive en mí” (Gl 2, 20).
Este Modelo se presenta progresivamente, según la etapa y el nivel de madurez
Un proyecto personal de vida. Que contiene los pasos para alcanzar las metas.
Un acompañamiento donde no se ve el crecimiento, es una pérdida de tiempo
Confrontarse sobre este proceso de crecimiento.
Sin un conocimiento suficiente del acompañado y sin un proyecto personal claro, el ideal podría estar muy lejos de sus posibilidades
Se presentaría la frustración y la desilusión
En vez de crecimiento, lo que se puede dar es un retroceso en la respuesta vocacional
En el momento formativo, la confrontación e interpretación son necesarias como una oportunidad para percibir cuánto hemos crecido y cuánto falta aún
El formador también esté en camino de formación, Un buen acompañante, es aquel que también se deja acompañar,
La vida comunitaria
Atención a los momentos de compartir comunitario
La comunidad donde se entretejen las relaciones interpersonales
El seminarista es fruto de las interacciones.
Los espacios de vida comunitaria han contribuido a forjar un determinado estilo de personalidad.
Algunas actitudes
La capacidad de estar con los otros, de gozar de la vida común, de salir de sí mismo dándose a conocer, poniéndose al servicio, sintiéndose miembro. Sentido de pertenencia
Aprende a estar donde le corresponde
La empatía y solicitud, renunciando a sus propias necesidades
Dejar de ser el centro de atención
Aceptar las diferencias, acogiendo a los otros con sus debilidades y flaquezas.
Escuchar y dialogar, discutir y dejarse interpelar, de aceptar la corrección y hacer correcciones
Trabajar en equipo y resolver las dificultades de modo asertivo y caritativo
La misericordia, compasión y solidaridad
El núcleo de la vida afectiva: amar y dejarse amar libremente
Algunas actitudes negativas
El egocentrismo, el individualismo, la indeferencia, el narcisismo enfermizo, los celos, la envida, el rencor, la rivalidad, la murmuración, la crítica destructiva, la hostilidad, el conflicto continuo.
La incapacidad de conmoverse ante las necesidades de los otros
La falta de sentido de pertenencia y la imposibilidad de trabajar en equipo.
El encerramiento en sí mismo
La intolerancia a pasar al segundo plano, el querer siempre llamar la atención.
La terquedad y la obstinación en sus propios puntos de vista
La manipulación para sacar una ganancia personal
La dificultad para amar y dejarse amar
Muchas dificultades que se registran en otros ámbitos de la personalidad, tienen que ver con dificultades no resueltas en el campo afectivo sexual
No ver sólo la actitud que presenta el seminarista, sino también el rol que dicha actitud está jugando en su dinámica personal, es decir, qué está buscando
No basta que las actitudes sean buenas, podrían ocultar una búsqueda meramente egocéntrica
Se requiere, entonces, formar el corazón, con sus inclinaciones, tendencias, motivaciones, expectativas, deseos más íntimos, a fin de que pueda amar con todo el corazón, con toda el alma, con toda la mente, con todas sus fuerzas (Cfr. Dt 6, 5).
Crear un ambiente familiar, con lazos de paternidad – filiación y fraternidad
Reforzar las experiencias positivas y corregir y sanar las experiencias negativas
Constatar que la persona está creciendo. Donde no hay crecimiento, no hay formación.
El crecimiento no es lineal, tiene retrocesos y bloqueos, que ayudan para un mejor conocimiento de sí y de sus reales capacidades y potencialidades que le permitan dar solo un paso a la vez. “el que mucho abarca poco aprieta”
El seminarista necesita de la comunidad y la comunidad necesita del seminarista
En una cultura marcada por la globalización de la indiferencia, la comunidad ayudará al sacerdote
El protagonista de la vida comunitaria y de toda la formación es el Espíritu Santo. Donde hay comunión allí está Dios. Hay que darle espacio a la acción divina,
“Si el Señor no construye la casa en vano trabajan los albañiles; si el Señor no guarda la ciudad en vano vigilan los centinelas” (Cfr. Salmo 127).