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IMAGEN 1. Las voceras en busca de la justicia. EN LOS ALBORES DE LA INDEPENDENCIA, ¿QUIÉNES EJERCÍAN Y CÓMO OPERABA LA JUSTICIA EN EL VIRREINATO DE LA NUEVA GRANADA? Grado 9 La buena administración def justicia es el medio en que confiste la seguridad, quietud y sofiego de todos los eftados 1 Responde a la pregunta No. 119: “¿De qué manera eran redactadas las leyes y quiénes eran los encargados de hacerlas?” (Luis Felipe Cortés, Grado 3, Barranquilla, Atlántico). 1 Recopilación.(s.f). libro II, título 10, ley II.

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IMAGEN 1. Las voceras en busca de la justicia.

EN LOS ALBORES DE LA INDEPENDENCIA, ¿QUIÉNES EJERCÍAN Y CÓMO

OPERABA LA JUSTICIA EN EL VIRREINATO DE LA NUEVA GRANADA? Grado 9

La buena administración def justicia es el medio en que confiste la seguridad, quietud y sofiego de todos los eftados1

Responde a la pregunta No. 119: “¿De qué manera eran redactadas las leyes y quiénes eran los encargados de hacerlas?” (Luis Felipe Cortés, Grado 3, Barranquilla, Atlántico).

                                                                                                                         1 Recopilación.(s.f). libro II, título 10, ley II.

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INTRODUCCIÓN Este texto fue elaborado por el grupo de investigación Las voceras en busca de justicia, del Colegio Municipal Gonzalo Jiménez Navas del municipio de Floridablanca, en el departamento de Santander. Este grupo está conformado por doce estudiantes de noveno grado, quienes se vincularon al programa Historia hoy-Ondas, para participar en el concurso Construyendo Respuestas del Ministerio de Educación Nacional. Nuestro objetivo es dar algunos apuntes relacionados con el sistema judicial del virreinato del Nuevo Reino de Granada, entre la última parte del siglo XVIII y los albores de la Independencia. Seleccionamos la pregunta ciento veintinueve: “En la actualidad en nuestro país existen jueces, juzgados, fiscalías y demás entes encargados de castigar y condenar a quienes violan la ley. Hace doscientos años, en la Nueva Granada ¿de qué manera se juzgaba a los delincuentes?”. Este tema nos despertó mucha curiosidad y el interés por indagar sobre las conductas delictivas, el proceso-sanciones y quiénes eran los encargados de administrar la justicia en esa época. Pero también es una oportunidad para comparar la forma en que se administraba y operaba la justicia al final de la Colonia y los primeros años republicanos, con la situación actual de la justicia colombiana. Seleccionamos como fuentes primarias: La Recopilación de las leyes de los reinos de las Indias, especialmente los libros I y II, que tratan estos temas. Igualmente, los documentos de la colección del bicentenario. La información se complementó con fuentes secundarias, entre ellas algunos de los libros señalados en Colombia aprende, para resolver la pregunta, otras páginas de internet, libros de texto y el diccionario de las autoridades. El trabajo se ha dividió en cuatro partes. La primera pretende explicar, o por lo menos tener un acercamiento, al sistema jurídico existente en la etapa final de la época de la Colonia. La aplicación de las leyes de Indias se mantuvo vigente durante buena parte del período colonial, porque las clases dominantes, (donde encontramos a los blancos españoles y sus hijos, los criollos americanos y, por supuesto, los jerarcas de la Iglesia católica) vieron un sistema beneficioso para lograr mantener su estatus y regularizar el de las demás castas en el ámbito social, económico, político. La segunda parte, muestra en forma muy general aspectos sobre la administración de justicia en este período. No existía un órgano autónomo encargado de ésta tarea. Por ejemplo, en los pueblos, villas y ciudades se delegó esta responsabilidad a los alcaldes, corregidores y regidores, que contaban con legitimidad en lo civil y en lo penal Su objetivo era garantizar la paz y tranquilidad de cada jurisdicción que tenían a su cargo. La Real Audiencia que estaba ubicada en la capital, Santa Fe, era la única institución que existía en el virreinato como instancia de apelación, aunque en algunos casos estas sentencias llegaban a Consejo de Indias en España e incluso a ser dirimidos por el Rey. En la tercera parte se plantean algunos delitos y las posibles sanciones para quienes infringieran la ley, provocaran los conflictos entre vecinos o familiares. Éstos acarreaban sanciones que podían ir desde la cárcel, las torturas, el destierro e incluso la pena de muerte.

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La cuarta establece la trayectoria del proceso desde el momento de la denuncia o acusación hasta la sentencia. Se observaban actos de impunidad, soborno, mentira, injuria, calumnia, compra de testigos y aplicación de sentencias con carácter inquisitivo. En el desarrollo de esta investigación se presentaron varios problemas, como el tiempo. Debíamos cumplir con las actividades programadas por el colegio y el hogar, buscar bibliografía además de la dificultad para la selección de la pregunta investigativa y en el cumplimiento de los horarios de encuentro.

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DEL SISTEMA JURÍDICO QUE SE APLICABA. Tomando como punto de partida el aspecto judicial del proceso de colonización llevado a cabo por España a partir del siglo XVI en nuestro territorio, se puede deducir que ésta monarquía traspasó la legislación que tenía a los territorios colonizados. Para el caso del virreinato de la Nueva Granada, el sistema jurídico que se aplicó fue el llamado derecho Indiano. Esta legislación contenía las instituciones, los conceptos y formas necesarias para reglamentar y fijar jurídicamente las relaciones sociales de los habitantes de América Latina. En particular las relaciones de la economía colonial basada en la explotación del indio, del negro, de los criollos y de españoles que vivían en América. Fernando Mayorga, en el artículo “Codificación de la Legislación en Colombia. Procesos de Unificación del sistema jurídico”, afirma que “[…] no todo el sistema jurídico cambió de inmediato después de la revolución de Independencia. Al contrario, gran parte del derecho castellano-indiano continuó en vigor durante buena parte del siglo XIX, hasta que paulatinamente quedó derogado totalmente” (2002). Los que gobernaban mantuvieron estas leyes, antes y después del período de la Independencia, en provecho de sus intereses (económicos, políticos, sociales, culturales, religiosos). Las leyes aplicadas durante este período estaban estrechamente unidas a las normas impuestas por la Iglesia católica, esto explica el papel y el lugar que ocupaba en la sociedad. Ésta abarcaba las relaciones entre el clero, los que servían en la iglesia y los habitantes de las villas, parroquias, territorios indígenas, ciudades etc. Así como las relaciones matrimoniales, familiares, sucesión, herejías, brujerías etc.

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DE LA ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA EN EL VIRREINATO DE LA NUEVA GRANADA La Recopilación de las leyes de los reinos de las Indias, señalaban que:

Por quanto en lo que hafta aora fe ha defcubierto Reynos y señoríos de las Indias eftd fundadas doze Audiencias y chancillerías Reales, con los límites que expreffan en las leyes siguientes, para que nuesftros vasallos tengan quien lo rija y govierne en paz y en jufticia y fus diftritos fen han dividido en goviernos, Corregimientos y Alcaldías Mayores […] y eftan fubordinados a las Reales Audiencias y a todos á nueftros supremo confsejo de Indias2.

Dada la importancia que el régimen indiano asignó a la justicia, se fundaron audiencias y chancillerías reales con el fin de que se encargarán de regir y gobernar en paz y justicia los territorios asignados. Se señala como única instancia de apelación al Consejo de Indias (ubicado en España). No hubo jueces autónomos encargados exclusivamente del aspecto judicial, ni instituciones dedicadas al cumplimiento de éste oficio. Los gobernantes de otra clase se convirtieron en administradores de justicia. Por ejemplo, los alcaldes además de administra, también ejercían la justicia de su localidad. Igualmente lo hacían los corregidores, regidores, los oficiales reales y hasta la misma Iglesia católica. Se ve la ausencia de un poder propio del Estado, encargado de dicha función, como ya se puede apreciar con exactitud en la constitución de Cundinamarca de 1811:“los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial se ejercitarán con independencia uno de otros […]”, y “El poder Judicial corresponde a los tribunales de la provincia”3. De igual manera, las constituciones posteriores a ésta muestran un establecimiento claro en materia judicial. Por ejemplo, en la Constitución de 1821, refiriéndose al poder Judicial dice:

La Alta corte de Justicia de Colombia se compondrá de cinco ministros, por lo menos […] Para la más pronta y fácil administración de justicia, el congreso establecerá en toda la república las cortes superiores que juzgue necesarias, o que las circunstancias permitan crear a desde ahora, asignándoles el territorio a que se extienda su respectiva jurisdicción y los lugares de su residencia […] Los ministros de cortes superiores serán nombrados por el poder ejecutivo […] Los juzgados inferiores subsistirán por ahora en los términos que se prescribirán por la ley particular hasta que el congreso varíe la administración de justicia4.

                                                                                                                         2 Recopilación (s.f., libro II, título 6, ley I). 3 Constitución de Cundinamarca (1811, marzo 30, art. 8). 4  Constitución de la república de Colombia. (1821, agosto 30, título VI, arts. 140, 147, 148 y 149).  

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LA CONFORMACIÓN DE LA REAL AUDIENCIA DE SANTA FE Y SUS FUNCIONES.

En Santa Fé de Bogotá de el Nuevo Reyno de Granada refida otra nuesftra Audiencia y chancilleria Real, con un prefidente, Governador y capitán General Cinco oidores, que también fean Alcaldes del crimen : Vn fifcal : Vn Aguazil mayor : Un teniente de gran chanciller, y los demás Ministros y oficiales neceffarios y tenga por diftrito las provincias del Nuevo Reyno y las de Santa Marta, Río de San Juan y las de Popapayan…toda la provincia de Cartagena … y los oidores de la dicha Audiencia no fe entrometan en lo que á efto tocare, y todos firmen en lo que en jufticia fe proveyer, fentenciare y de fpachare5.

Al haber analizando la Recopilación de las leyes de los reinos de las Indias (s.f., libro II), se hace claro que la presidencia la ejercía el virrey. Éste, al mismo tiempo era el gobernador y capitán general. Los oidores eran jueces, quienes se debían desplazar a los lugares donde no existían alcaldes de crimen y debían realizar las audiencias (jueces de provincia) los días, martes, jueves y sábado de cada semana. La audiencia se realizaba en la plaza de la ciudad, donde se conocía de los pleitos civiles y aquello que era determinado por el oidor (juez de provincia).Se podía apelar a la Real Audiencia donde éste no tenía voto en los pleitos que, como juez, hubiere sentenciado.

Reunión de la Primera Junta “Revolución de Mayo” Virreinato del Rio de la Plata. Mayo 1810.                                                                                                                          5 Recopilación (s.f., libro II, título 15, ley VIII).

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Al fiscal le correspondía la defensa de la ley, los pleitos civiles y otro para los penales. El aguacil mayor y los tenientes eran aquellos que se encargaban de acompañar al presidente y oidores a donde se llevase a cabo las audiencias. Podían arrestar a un ladrón in fraganti y si era de día lo llevaba a la audiencia, pero si era de noche lo llevaba a la cárcel para al día siguiente presentarlo a la audiencia. . De noche realizaban funciones de vigilancia en las cárceles y de día vigilaban los lugares públicos para evitar ruidos y conflictos, igualmente le correspondía la ejecución de las sentencias. El derecho indiano muestra a otros integrantes ministros y oficiales necesarios como: los relatores, que debían ser personas letradas que reunieran cualidades para ejercer este oficio. Su obligación era llevar a cada uno de los jueces un memorial breve, realizar los resúmenes de los pleitos y causas, además de ser el encargado de las pruebas de los testigos, y de jurar y firmar las relaciones del pleito. Los procuradores sólo podían ejercer el oficio si tenían el visto bueno del presidente y de los oidores de la Real Audiencia. En los lugares en donde no existiesen los vecinos podían ejercer este oficio por otros en las causas y negocios que se le fuese encomendado. Su obligación era decir toda la verdad en los estrados judiciales, no debían recibir dádivas, ni presente por dilatar las causas y podían presentar las peticiones ante la audiencia. A los escribanos de cámara o secretarios, les correspondían las actuaciones procesales, recibían el dinero entregado por los procuradores por los negocios realizados por vía de depósito y con ello pagaban el salario de los oficiales. Este dinero también era destinado para comprar libros, llevar apuntes y mostrarlas cuando era necesario. El escribano notifica el fallo del proceso al procurador. Carceleros y guardias debían hacer un juramento sobre la cruz y los santos evangelios, y debían custodiar a los delincuentes.

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DE LAS FUNCIONES DE LA REAL AUDIENCIA DE SANTA FE DEL NUEVO REINO DE GRANADA La Real Audiencia era, quizás, el único órgano de la época que tenía una función más marcada: la administración de justicia. En ella existían los más altos tribunales de apelación en América Hispana, y los fallos de ésta podían apelarse ante el consejo de Indias. “En ella se hacía la reclamación de los agraviados por los jueces eclesiásticos, que procedían en caso de incompetencia de éstos. Conocía de juicios civiles y criminales y conocían de los enfrentamientos de competencias de los jueces laicos y eclesiásticos. Conocía de algunos juicios eclesiásticos y de juicios de encomienda. Los agraviados por las resoluciones del Virrey o del gobernador, podían apelar ante ella. Podía dictar autos acordados para una adecuada administración de la justicia, de esta manera de podían suplir los vacios normativos, en cuanto al procedimiento o para interpretar las normas procedimentales vigentes. En caso de ausencia del virrey o del gobernador, podía remplazarlos por el oidor más antiguo. Debían hacer cumplir las reales ordenes y podían suplicar una ley, (cuando esta tenía alguna incongruencia) presentando las propuesta al Consejo de Indias. Debía examinar las ordenanzas, los reglamentos y decretos del respectivo virrey o gobernador. Podía prohibir la circulación y requisar determinados libros. Se preocupaban de informar al rey sobre la conducta de los sacerdotes dentro de su territorio jurisdiccional y podían de tener las bulas que considerarían atentatorias al patronato” Los abogados (doctores y licenciados) que formaban parte de la Real Audiencia debían cumplir una serie de funciones. Así lo expresa la Recopilación de las leyes de los reinos de las Indias. Según Víctor Manuel Uribe Urán:

La abogacía fue una profesión codiciada debido a ese vínculo con el Estado que en la época se constituía como la única posibilidad de alcanzar fortuna, prestigio y honor […] Ellos encargaban de redactar escrituras y testamentos para las familias ricas; formular contratos comerciales para los mercaderes locales o extranjeros; intervienen en disputas fiscales, casos criminales o litigios en torno a dotes, bienes de herencia, donaciones, derecho de posesión de tierras y minas, asuntos de honor […] La Real Audiencia instaba a los abogados a no presentar excusas ridículas para evadir las visitas regulares a las cárceles y ser defensores de pobres (2008, pp. 57-59).

Cuando se hace la lectura de las leyes de Indias (libro II), llama la atención la exigencia a la que era sometida esta profesión. Además la máxima aspiración de los abogados era formar parte de los miembros de la Real Audiencia. Para ser abogado debía ser examinado por el presidente, oidores de la Real Audiencia y escrito en la matricula. De no hacer quedaría suspendido por un año, al repetirse la falla se doblaría el castigo y a en la tercera quedaría inhabilitado. Debían jurar no ayudar en causas injustas, ni juzgar injustamente. Debían pagar a las partes en caso dado de que alguien hubiera salido perjudicado por su malicia, negligencia o impericia. Debían ayudar a las

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partes y no podían permitir sobornas a los testigos, ni objeciones maliciosas. Si lo hicieren serían suspendidos de los oficios de abogado por el tiempo que dijera el presidente y los oidores, teniendo en cuenta la calidad de la culpa cometida. El abogado no podía retirar su ayuda a una parte, hasta que ésta sea sentenciada o hasta que se resuelva el caso. No podían, en un principio, ayudar en una parte y después ayudar a la contraria, pues quedaría suspendido por diez años, salvo el caso de que conozca que la causa sea injusta. El abogado debe tomar por escrito el pleito y todo lo perteneciente al derecho de las partes que lo difieren. Los abogados de los pobres deben ir el sábado a la cárcel a la visita de presos y tienen que dar conocimiento a los procuradores de cualquier proceso o escrituras que les entreguen si se le pidieren. Los abogados no podían dilatar los pleitos, debían procurar abreviar lo más posible y no debían hacer preguntas impertinentes.

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CONDUCTAS DELICTIVAS Y SANCIONES Tomando como referencia las siguientes fuentes históricas de la época de la Independencia: Criminalidad, ley penal y estructura social en la provincia de Antioquia 1750-1820 (Patiño, 1994) , Labradores, tejedores y ladrones. Huertos y homicidios en la provincia de Tunja 1745-1810 (Sosa, 1993) y De las instituciones penales y los juicios criminales en la colonia neogranadina. Real Cédula sobre educación, trato y ocupaciones de los esclavos 1789 (Vela, 2000).Los procesos penales encontrados están relacionados con diversidad de violaciones a la ley , a la convivencia con sus vecinos y familiares. Las conductas consideradas delitos: — Amancebamiento: la sanción podía ser desde una multa, hasta el destierro. Se tenía en cuenta a qué clase social pertenecía quien cometía el delito. — Los hurtos y robos: la sanción era pagar lo hurtado, permanecer en la cárcel mientras duraba el juicio, recibir azotes, vergüenza pública y el destierro. En algunos casos se aplicaba el cepo o maza. — Sodomía, bestialidad (zoofilia) y masturbación: eran considerados delitos contra natura. la sanción era la castración pública y la muerte en la hoguera. — Adulterio: la sanción para el cómplice era ser ejecutado y para la mujer adúltera, ser azotada públicamente, recluida en un monasterio y sus bienes confiscados. El marido podía perdonarla en los dos años siguientes, recobrando así sus pertenencias. Si los culpables eran encontrados in fraganti, el marido podía matarlos a los dos o perdonarlos (Vela, 2000). — Las injurias de hecho y de derecho: la sanción era el destierro Y se tenía en cuenta las clases sociales.

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Pachón, Richard (1996, Abril) “La pena del destierro” [Ilustración] En Revista Su Defensor. Periódico de la

Defensoría del Pueblo para la divulgación de los Derechos Humanos. (Año 3 No. 33) —La agresión con violencia y golpes: la sanción era la cárcel, el acusado permanecía allí hasta que se dictará la sentencia en caso de muerte. También se le embargaban los bienes. — El homicidio contra blancos, mestizos y otros: la sanción era la pena de muerte aplicada por los parientes próximos, pero quedando sujeto a cualquier otra pena que ellos quisieran aplicarle. — La violación: la sanción era la prisión. — Producción de chicha o guarapo: la sanción era el destierro, la cárcel e inclusive la horca. — Embriaguez: era el delito que se consideró que desencadenaba otros delitos como: el homicidio, el concubinato y la agresión con violencia y golpes. — Porte de armas cortas de esclavos negros y gente de castas: la sanción era, por primera vez, la pena de azotes. En caso de repetición era la castración y la muerte. — Infanticidio relacionado con la limpieza de sangre: la sanción era cárcel. — El incesto-concubinato: la sanción era la reclusión, pero si es concubinato incestuoso, la sanción es cárcel. — Incumplimiento de las obligaciones de los esclavos: si el esclavo desobedecía o irrespetaba a sus dueños o mayordomos, o no desempeñaba las tareas y trabajos que le

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señalaban conforme a sus fuerzas y venerarlos como a padres de familia. Debe ser castigado correccionalmente por los excesos que cometa, ya sea por el dueño de la hacienda o por su mayordomo, según la cualidad del defecto o exceso, con prisión, grillete, cadena, maza o cepo, con que no sea poniéndole en éste de cabeza, o con azotes que no puedan pasar de veinte y cinco, y con instrumento suave, que no les cause contusión grave o efusión de sangre. — Cuando los esclavos cometieren excesos, defectos o delitos contra sus amos, mujer o hijos, mayordomos u otra persona, no serían suficientes las penas correccionales: la sanción era asegurar al delincuente. Debería ser injuriado, o la persona que lo representa dar parte a la justicia, el dueño podía desampararlo antes de contestar la demanda y no estar interesado en la acusación. En todos casos con el procurador síndico, en calidad de protector de los esclavos, se procedía con el arreglo a lo determinado por las leyes a la formación y determinación del proceso e imposición de la pena correspondiente según la gravedad y circunstancia del delito. Cuando el dueño no desamparaba al esclavo y era éste condenado a la satisfacción de daños y perjuicios, en favor de un tercero debía responder el dueño, además de la pena corporal, que según la gravedad del delito sufrirá el esclavo delincuente, después de aprobada por la audiencia del distrito si fuere muerto o mutilación de miembro. —Por defectos o excesos de los dueños o mayordomos de esclavos por no cumplir con las obligaciones: si era la primera vez debería pagar una multa de cincuenta pesos, por la segunda de ciento, y por la tercera vez de doscientos, cuyas multas deberán satisfacer el dueño, aún en el caso de que sólo sea culpado el mayordomo. Pero “[…] si este no tuviese de qué pagar, distribuyéndose su importe por terceras partes, denunciador […] Cuando los defectos de los dueños o mayordomos fuesen por exceso en las penas correccionales, causando a los esclavos contusión grave, efusión de sangre, o mutilación de miembro, además de sufrir las mismas multas pecuniarias citadas se procederá contra el dueño o mayordomo criminalmente, a instancia del procurador síndico, que impondrá la pena correspondiente al delito cometido, como si fuese libre el injuriado, confiscándose además el esclavo para que se venda a otro dueño si quedare hábil […] en caso contrario deberá contribuir con la cuota diaria que se señale por la justicia para su manutención vestuario por todo el tiempo (“Real Cédula…”, 1789). —Introducción de esclavos a Colombia: en el año de 1825, se estableció como sanción la pena de muerte (“Ley 11”, 1825). — Impresión-tráfico de libros y folletos prohibidos relacionados con temas de la ilustración, el enciclopedismo, la independencia de los Estados Unidos y revolución francesa. Para analizar esta conducta se tuvo en cuenta el proceso de don Antonio Nariño, sus abogados y demás colaboradores. La sanción era la cárcel, embargo de sus bienes, secuestro y remate de la casa de habitación, destierro, inhabilidad para ejercer el oficio de impresor. — Prostitución, mujeres forasteras, escandalosas: la sanción era el destierro de la ciudad, reclusión en monasterios o conventos.

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— Desacato, irrespeto o resistencia a la autoridad: Se le aplicaba sanciones atroces, penas que van desde cárcel, hasta la pena de muerte (horca o fusilamiento).Son ejemplo de ésta situación lo ocurrido en la sentencia de los líderes del movimiento comunero: el caso de José Antonio Galán y colabores más cercanos. La cárcel y el arrastramiento hasta el lugar del suplicio, puesto en la horca (con un dogal en el cuello) hasta que, naturalmente, muriera, cortar la cabeza y dividir su cuerpo, declarar infame su descendencia, ocupar sus bienes y quitárselos, destruir su casa y sembrar sal en ella. A Policarpa Salavarrieta la apresa, luego la llevaron al patíbulo donde fue fusilada. “La Iglesia nunca se pronunció contra la pena de muerte […] Era por tanto, común ver camino al patíbulo, un sacerdote acompañando al reo, confesándolo, aplicándole los últimos oleos y rezando por su vida eterna” (Vela, 2000).

IMAGEN 2. Policarpa Salavarrieta camino al Patíbulo.

Anónimo. (ca. 1825). “Policarpa Salavarrieta marcha al suplicio”. [Pintura].

En Colección Bicentenario (Tomo “La construcción de la patria nuestra: La Nueva Granada después de 1810”, p 137). Bogotá: Ministerio de Educación Nacional

En conclusión, la diversidad de sanciones frente a un mismo delito en el período de la Independencia, era discrecionales por parte de los jueces y autoridades (alcaldes, corregidores, Iglesia) y creaba un manto de dudas frente al suerte que le esperaba al sindicado. Los negros fueron los que recibieron las sanciones más crueles, desconociéndoles sus derechos y garantías. Todo quedó en la impunidad. La posición económica, social y política se tuvo en cuenta para las determinaciones en materia judicial.

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Las infracciones locales la solucionaban los alcaldes, corregidores, regidores, procuradores y jueces provinciales. Los procesos que llegaban a la Alta corte, era porque alguna de las partes relacionada con el delito no había quedado satisfecha con la sentencia de los jueces locales o regionales y se apelaba ante el tribunal Superior de la Real Audiencia, o porque los funcionarios locales creían que el caso era demasiado grave o complicado. Según Patiño Millán (1994), la pena de muerte se empleaba para aterrorizar a la población y mostrar lo que podía suceder al que se atreviera a matar a otro. La ejecución pública buscaba dar a conocer la prueba de la fuerza de la ley y la mutilación para aumentar el terror.

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DEL PROCESO Según Andrés Mauricio Vela Correa (2000), en su libro De las instituciones penales y los juicios criminales en la colonia neogranadina, el proceso inicia con: — El Denuncio: pesquisa, denunciación y acusación. Muchas de las denuncias fueron calumnias, rumores o denuncia falaz. La corrupción fue patrocinada por el mismo sistema quien conspiraba contra el implicado. — El juez ordena al escribano que abriese cabeza del proceso, la práctica efectiva de testimonios dirigida a aclarar cierto delito cometido, del cual se tenía noticia concreta y directa. Como advierte Beatriz Patiño en su libro Criminalidad, ley penal. Estructura social en la provincia de Antioquia, no hay que olvidar que las confesiones y declaraciones son el producto de un interrogatorio elaborado por un juez que se ajusta al esquema de preguntas y respuestas. Además, al consignarse por escrito pasaban por el filtro de un escribano que no transcribía textualmente lo expresado por el reo .Sin embargo, en el formalismo de los juicios era la única oportunidad que tenía el acusado de manifestar los motivos de su acción, describir como habían ocurrido los hechos y exponer la imagen o idea que tenía de ley y autoridad (Patiño, 1994). — Se procedía a la información sumaria, incluso las primeras indagaciones efectuadas por el juez. Si las mismas arrojaban un sospechoso, normalmente lo había, se le encarcelaba y, en muchos casos, se le embargaban los bienes. Hasta el instante todo era secreto para el sospechoso de culpabilidad, el juez continuaba buscando otras pruebas contra el reo y procuraba obtenerlas preferentemente a través de interrogatorios de testigos y de la confesión tormento del reo. Los relatores buscan las pruebas y realizan el resumen de los pleitos. (Utilizaban en el testimonio hasta trienta personas, no podían ser familiares en ningún grado de consanguinidad, ni de la Iglesia) — Luego del interrogatorio de los testigos, se ponía en conocimiento del reo, el nombre de aquellos a fin de que si lo estimaban interpusiera repulsas en contra de los mismos. — Se publicaban los testimonios y demás pruebas de la acusación hecha formalmente por el fiscal y el escrito de la defensa. — Se dictaba sentencia de tormento (confesión del reo y posibles cómplices) o sentencia condenatoria. Las personas que fueron juzgadas hace doscientos años conocieron y padecieron de cerca lo cruel e imparcial del sistema penal que existía, al someterse a largos interrogatorios (desconociendo su realidad), a la reclusión preventiva en el divorcio, en el hospicio, en la cárcel (que no garantizaba la mínimas condiciones para estar allí) a la confiscación de bienes e inmuebles, inspección de documentos privados, destrucción de su casa, sembrarla de sal.

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En el sistema procesal que fue inquisitivo, sin duda, se ve reflejada la crueldad de la tortura y la infamia del mismo. La impunidad fue la constante, ¿a quién reclarmarle?, no hay doliente alguno.

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CONCLUSIÓN Cuatro características corresponden al juez: escuchar cortésmente, responder sabiamente,

ponderar prudentemente y decidir imparcialmente Sócrates

La justicia es una preocupación constante de los estados, en ella recae la seguridad, tranquilidad y armonía de sus habitantes. Cada Estado crea las normas y leyes que regulan las relaciones entre los habitantes y las instituciones. Si hay un sistema jurídico claro y trasparente, sus habitantes no infringen la ley cada vez que pueda. Al analizar las relaciones de Iglesia-Estado en el período de 1774 y 1830, estas dos instituciones se unen para llevar a cabo la aplicación de un sistema inquisitorio que no reconoció los derechos de las castas más baja de la sociedad neogranadina. Al revisar el sistema judicial que opera actualmente en el país se evidencia la continuidad de algunos problemas que existían hace doscientos años como: la insalubridad y hacinamiento de los centros penitenciarios, la impunidad en los delitos, la falta de ética de los administradores de justicia quien se dejan sobornar, influenciar, comprar por quienes cometen violaciones a la ley, el intervencionismo de otras ramas del poder representadas en la figura del presidente y el congreso, el trato que se le da al reo o delincuente aunque no se sanciona con penas atroces, se comete el error de extraditar a sus ciudadanos mostrando incapacidad para ante ello y la lentitud en los fallos .

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