SERES FANTÁSTICOSEN PORTADA

Por Ariadna Rábago (Ary Snyder)

Prácticamente en todas las mitologías del mundo encuentras seres verdaderamente fantásticos. ¿Quieres conocerlos? ¡Vamos!

¿Has leído los libros de Harry Potter o visto sus películas?

Entonces seguramente recuerdas a “Fluffy”, el cerbero. ¿No? Ya verás que sí: es el perro

enorme de tres cabezas que Hermione y Ron duermen con

música en el primer libro –y película–. Pero esa criatura no es un invento de J. K. Rowling,

la autora de la saga, sino un ser de la mitología griega, y en ésta era el perro de Hades

que resguardaba la morada de los muertos. En general, antropólogos y psicólogos

concuerdan en que la mitología es una serie de historias

creadas en una cultura que han sido transmitidas a lo

largo de generaciones.

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PARA QUÉ SIRVENImagina a una tribu muy antigua preguntándose por qué el Sol “se va” en la noche. Durante muchísimo tiempo –milenios, de hecho– la mejor manera que tuvimos para explicar fenómenos que ahora comprendemos bien fue creando historias que se convirtieron en mitos. Quizá esa tribu pensaba que el Sol era un dios que viajaba en un carruaje jalado por caballos de fuego y por eso brillaba tanto. Hoy sabemos que el Sol no “se va”, sino que la Tierra gira sobre su eje provocando los días y las noches. Así que los mitos cumplían ciertas funciones como:

• Explicar los fenómenos naturales, como el día y la noche. • Establecer y validar el orden social: por qué la gente debía comportarse de cierta manera y no de otra, algo porlo general dictado por divinidades.• Guiar a las personas por las diferentes etapas de la vida.Entonces, los mitos son manifestaciones culturales y psicológicas de diferentes culturas –si los quieres ver desde una perspectiva histórica–, pero la verdad es que son más que eso: no sólo tienen el encanto de las historias bien contadas, con personajes complejos e interesantes, seres fantásticos y temas que nunca pasan de moda, sino también permiten comprender el significado de ser humano. Y ahora, ¿estás listo para conocer a varios de los seres mitológicos? Empezamos...

HABLEMOS SOBRE LOS MITOSLos antropólogos y los psicólogos llevan

mucho tiempo preguntándose cómo definir un mito. De hecho, el estadounidense

Joseph Campbell (1904-1987), un famoso mitólogo (estudioso de los mitos y la

mitología comparada) quien escribió un libro que originalmente se iba a llamar Cómo leer un

mito y que terminó llamándose El héroe de las mil caras, decía que los mitos pueden tener un tiempo y lugar (por ejemplo, la mitología de la antigua Grecia) pero en el fondo sus temas son universales, como la lucha entre el bien y el mal, el camino del

héroe y cosas así. Campbell también dijo que los mitos pueden ser resumidos como “la religión de los otros”. Suena exagerado, pero piénsalo así: hubo una época en la que los antiguos habitantes del norte

de Europa, particularmente de la península Escandinava, creían en Thor, el dios del trueno que tenía un mazo enorme e

influía en cosas tan diferentes como el clima, las cosechas, la justicia y las batallas.

¿Hoy? Hoy ya nadie cree en él y es sólo un personaje mitológico. Lo mismo ha pasado con muchísimos otros dioses, como Zeus, Amón o Huitzilopochtli –todos viven sólo

en mitologías de civilizaciones antiguas–. Claro, eso no ocurre sólo con dioses o seres fantásticos de épocas pasadas. Si lees sobre los dioses, creencias y ritos de

la religión hindú, quizá te parezca que estás leyendo sobre seres mitológicos, pero, ¿qué pensará un niño hindú si lee escritos de otra religión, por ejemplo, la cristiana o la judía? ¿Pensará también que está

leyendo sobre seres mitológicos? Como ves, a veces es difícil diferenciar entre

religión y mitología, pero podríamos decir que los mitos son uno de los componentes de una religión, pero esto otro también es curioso: mientras las religiones requieren

que creas, los mitos parecen sobrevivir mejor cuando la gente deja de

profesar cierta religión, e incluso se trasladan mejor de una cultura a otra,

si no, ¿por qué te gustan las películas de Thor –el superhéroe basado en el dios nórdico–, los cuentos de hadas o las

historias de vampiros?

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Ave FénixEn la mitología griega, era un ave muy hermosa que no sólo vivía hasta 1,500 años, sino que después de morir –y moría en llamas– renacía de sus propias cenizas. Es posible que simbolizara no sólo las transformaciones periódicas como el día y la noche o las estaciones, sino también el resurgir de experiencias muy difíciles. Acerca de su apariencia hay descripciones diferentes. Tácito decía que sus colores la separaban de las demás aves; Heródoto, que era roja y amarilla; otros aseguraban que tenía plumas similares a las de los pavos reales (aunque estas aves sean originarias de India); y con frecuencia se le mostraba con una aureola sagrada (“nimbus”, en inglés, dato interesante si eres fan de Harry Potter). Por cierto, en el antiguo Egipto había otro ser mitológico similar, Bennu, ligado con el Sol, la creación y el renacimiento, aunque nadie sabe si los egipcios se inspiraron en los griegos o fue al revés.

CentauroEsta criatura que también proviene de la mitología griega tenía cuerpo de caballo y, a partir del cuello, torso, brazos y cabeza humanos. Los centauros y las centáurides vivían en la zona montañosa de Tesalia y eran hijos o nietos de Ixión y Néfele o del hijo de ellos, Centauro –como ocurre en muchas mitologías que pasaron de boca en boca, hay versiones diferentes–. Una de las historias más famosas sobre los centauros habla de cuando intentaron raptar a Hipodamía el día en que se casaría con Pirítoo, quien también era hijo de Ixión. Fue el héroe Teseo quien inclinó la balanza del lado de la justicia ayudando a Pirítoo en este tremendo pleito de familia. Aunque entre los centauros dos eran muy sabios y civilizados –Folio y Quirón–, los demás eran más bien salvajes y, por lo visto, amantes de robarse novias ajenas, porque otra historia famosa es la del centauro Neso raptando a Deyanira, la prometida de Heracles.

Ogro Los ogros, que aparecen en la mitología de diferentes partes del mundo, suelen ser homínidos feos, brutos y brutales –que no es lo mismo–. Es común que escuches que se alimentan de (¡escóndete!) niños. Respecto a su tamaño, pasan de ser muy grandes a verdaderos gigantes, tremendamente fuertes y bastante apestosos, aunque son tan poco inteligentes que no es difícil derrotarlos –si primero evitas, claro, convertirte en su almuerzo–. Los ogros se volvieron populares en historias del siglo XVII, particularmente en Francia, y aparecen con frecuencia en cuentos de hadas. Una criatura similar al ogro es el trol, de la mitología escandinava, aunque a diferencia de los ogros los trols suelen vivir en su propio territorio, en cuevas o castillos escondidos en el bosque, donde guardan fortunas inmensas. Por cierto, hay una historia llamada “La abeja y el naranjo” donde una ogresa está a punto de comerse a un bebé y de pronto le entra tal instinto maternal que no sólo no lo hace, sino que lo cría como si fuera su propio hijo.

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SirenaLas sirenas son criaturas acuáticas con torso, brazos y cabeza de mujer y el resto como cola de pez. Es difícil saber exactamente dónde se originó este mito porque aparecen en mitologías europeas, africanas, asiáticas y del Medio Oriente –de hecho, es probable que su origen se remonte al Imperio asirio, que se ubicaba justamente allí–. En el año 1000 a. C., en Asiria, la diosa Atargatis se enamoró de un pastor y sin querer lo mató. Sintiéndose muy avergonzada y con un profundo dolor, se lanzó a un lago y tomó la forma de un pez, pero el agua no quiso ocultar su belleza y por eso es que este ser mitológico tiene la forma que conoces tan bien. Aunque en casi todos los mitos las sirenas son seres benevolentes, en Grecia se cuenta que Tesalónica, la hermana de Alejandro Magno (hablamos del siglo IV a. C.), se convirtió en sirena después de su muerte y salía del mar para preguntar a los marineros si el rey Alejandro vivía. Si le respondían: “Vive, reina y conquista el mundo”, calmaba las aguas a su paso. Si no, creaba una tormenta mortal. Curiosamente, hasta el día de hoy hay navegantes que aseguran haber visto sirenas, y escuchado su voz dulcísima, capaz de entonar las melodías más armónicas.

Kraken Aquí te va otra criatura mitológica de los mares, aunque ésta es francamente aterradora: el kraken, el cual “habita” en los mares entre Noruega y Groenlandia –y por lo tanto no ronda a los piratas del Caribe–. Es algo así como un pulpo o calamar gigantesco capaz de tragarse barcos enteros y seguramente inspirado en los calamares gigantes de verdad. ¿Sabes algo curioso? Carlos Linneo, el padre de la clasificación de los seres vivos (la taxonomía), incluyó al kraken en la primera edición del Sistema Natural como cefalópodo, dándole el nombre científico Microcosmus marinus. Algunas historias dicen que su tamaño alcanza los 2.5… ¡kilómetros! –los calamares gigantes apenas 15 metros–, y que el mayor peligro no es que abrace a un barco con sus brazos, sino el remolino que provoca cuando se sumerge rápidamente –el cual succiona a la embarcación sin dejar rastro–. Por otra parte, algunos pescadores dicen que si la pesca es buena, es porque pescaste encima de un kraken que ahuyentó a los peces hacia la superficie.

QuetzalcóatlNuestra serpiente emplumada, Quetzalcóatl, fue uno de los dioses más importantes de las culturas mesoamericanas. Tenía cuerpo de serpiente y plumas verdes como las del quetzal, lo que representaba un cuerpo físico con limitaciones pero las plumas le permitían volar sin límites –características del conocimiento y la cultura–. Aunque su origen es olmeca (siglo XIII a. C.), permeó en varias civilizaciones como la tolteca, la mexica y la maya –éstos la llamaron Kukulkán–. En Teotihuacan, la ciudad de los dioses, puedes visitar el templo de Quetzalcóatl, donde era una deidad de la tierra, el agua y la vegetación, mientras que entre los mexicas se trataba de un dios solar aunque también de la ciencia, las artes, los oficios y el aprendizaje, que inventó el calendario, descubrió el maíz y estaba vinculado a los vientos que traían la lluvia. Según la mitología mexica, Quetzalcóatl era uno de los cuatro hijos de Tonacatecuhtli y Tonacacíhuatl, los dioses creadores, y sus padres les confiaron a él y a su hermano Tezcatlipoca la tarea de crear al mundo, pero los hermanos peleaban constantemente, lo que daba origen a ciclos de creación y de destrucción.

Zombi Los zombis están de moda en el cine desde 1932, cuando el actor Bela Lugosi caracterizó a uno por primera vez en una cinta de horror llamada Zombi blanco, pero sobre todo por películas del director estadounidense George A. Romero, quien es considerado algo así como el padre de la mitología contemporánea de los muertos vivientes, aunque la verdad es que estos seres tienen un pasado más antiguo. Su origen se remonta al Haití de los siglos XVII y XVIII, cuando era colonia de Francia. Los franceses llevaron a la isla a muchísimos esclavos africanos, a quienes hacían trabajar en condiciones brutales. Los esclavos creían que al morir volverían a su tierra natal y recuperarían su libertad, así que ante esas condiciones no era raro que se suicidaran –algo que además de terminar con su condición de esclavitud, le “robaba” algo a sus amos: ellos mismos y su trabajo forzado–, pero después comenzó a propagarse la idea de que al tomar su propia vida quedaban atrapados como cuerpos sin alma trabajando en las plantaciones de los amos por toda la eternidad (habría que preguntarse si esa idea fue creada para evitar los suicidios, que significaban tener que comprar otro esclavo.) Más tarde, esa creencia se incorporó al folclor haitiano y al vudú –una religión africana que, lógicamente, se extendió en la zona del Caribe–, así que, como ves, originalmente la esclavitud y el mito zombi estaban estrechamente ligados, a diferencia del mito popular actual de las series y películas, principalmente estadounidenses y europeas, donde los zombis surgen a partir de algún virus, una infección o una causa desconocida, y matan casi por deporte, aunque como no tienen consciencia, no se puede decir que tengan alguna intención específica.

DragónLos dragones parecen reptiles con patas que escupen fuego, y aunque aparecen en mitos de varios lugares del mundo, los más famosos son los dragones chinos –que no tienen alas– y los europeos –que sí las tienen–. ¿Su nombre latino? Draco. En China el dragón está relacionado con la lluvia y el agua; lo forman partes de nueve animales; cambia de tamaño, desde el de un gusano de seda hasta el de todo el Universo; vuela escondiéndose entre las nubes o se transforma en agua o fuego; también puede volverse invisible o brillar en la oscuridad. ¡Cuántas habilidades! En Europa hay diferentes tipos de dragones: por ejemplo, los rusos tienen cabezas en múltiplos de tres; los europeos son alados, escupen fuego y viven en lo alto de las montañas. Es común encontrar mitos en diferentes culturas en las que el héroe debe enfrentar y matar al dragón que atemoriza a su gente. En África Occidental, el Aido-Hwedo es un dragón creador del mundo (transportó al dios Mawu por el Cosmos) que además lo mantiene; según su mito, el fin del mundo llegará cuando no pueda soportar su propio peso.

CerberoYa te habíamos hablado un poco del también conocido como Can Cerbero, el monstruoso perro guardián del inframundo. Por lo general se le muestra con tres cabezas, aunque algunos dicen que tenía más. También se menciona que de su lomo salían cabezas de serpiente y que su cola era de víbora. ¿Y ya te contamos que devoraba a quien tratara de dejar el reino de Hades, el dios de la muerte y del inframundo? Pues sí: su trabajo era impedir que los muertos regresaran al reino de los vivos. Cerbero era hijo de dos monstruos, Tifón y Equidna, y curiosamente es más mencionado en el mito de Heracles, hijo del dios Zeus y una mujer mortal, quien como penitencia por matar a su familia tuvo que realizar doce trabajos considerados imposibles. ¿El último y más difícil? Capturar a Cerbero y llevarlo al reino de los vivos. En diferentes poemas y escritos la manera en que lo consigue es distinta: desde una lucha feroz con la bestia, hasta tratarlo con amabilidad o domarlo con música. Eso sí, después de completar los trabajos Heracles devolvió a Cerbero a su lugar, pues la labor de éste era muy importante.

Grifo Este animal mitológico tiene cuerpo de león y cabeza y alas de águila. Es común ver representaciones donde sus patas delanteras también son de águila, y su cola a veces parece una serpiente. En la Antigüedad se consideraba al león como el rey de los animales terrestres y al águila como la reina de los aires, así que los grifos eran considerados seres particularmente poderosos y también sabios, por lo que no es raro encontrarlos resguardando tesoros. Además se decía que también eran los guardianes del poder divino –tal vez por ello se les encuentra en templos de diferentes religiones, incluyendo la cristiana–. Los grifos se emparejaban de por vida, y si uno moría, el otro no volvía a buscar pareja, además ponían huevos en nidos donde era posible hallar oro. Hemos encontrado representaciones muy antiguas de grifos en Asia, Oriente Cercano y Europa; aparecen en la mitología judía, fenicia y cretense, entre otras; y hay criaturas similares en la antigua religión asiria y la moderna hindú.