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Historias reales de trabajadores de seguridad Historias reales de trabajadores de seguridad SEPRONAC Seguridad Privada Global

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Leyendas Urbanas de trabajadores de seguridad

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Historias realesde trabajadores

de seguridad

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SEPRONACSeguridad Privada Global

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EN MIS BOTAS

Redkapila [email protected] Telfs: 2498253092584411098123181

Producción y coordinaciónEdison Yánez - Ma. Mercedes Román

CorrectorWalter Jimbo

Portada:Andrés Burbano

Caricaturas:Jorge Muñoz - Andrés Burbano

Diseño y diagramación:Váscones Diseñ[email protected]@gmail.com

Quito-Ecuador

hISTORIAS REALES DETRABAJADORESDE SEGURIDAD

Primera edición Diciembre 2010

Historias reales de trabajadoresde seguridad

EN MIS BOTAS

Page 3: En sus Botas

ÍndiceCapítulo ICurrículum............................................................................................................................................11Antes, la guitarra y el guaro, ahora la responsabilidad......................................................................23Alfa Centauro......................................................................................................................................29Los hermanos de la vida......................................................................................................................47Disfraces de súperhéroes......................................................................................................................55Ocho/veinte........................................................................................................................................67Obstáculos...........................................................................................................................................77

Capítulo IIMaquillajes de mujer..........................................................................................................................85November...........................................................................................................................................93Pasos firmes......................................................................................................................................105Libertad..............................................................................................................................................115La flor de mañana ............................................................................................................................125En sus botas.......................................................................................................................................133Las mil caras del amor ......................................................................................................................143

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Capítulo III

Dos-tiempos ............................................................................................................ .....151 Mi dormitorio verde .................................................................................................... 163Sobre ruedas .......................................................................................................... .......175 Arrullo .................................................................................................................... .....185Tonada para mis dos papás............................................................................................193Juegos de estrategia .....................................................................................................201Un lobo cazador y extraterrestre .................................................................................211

PrólogoHay textos que informan sobre lo que es una empresa y

los servicios que ofrece; esa intención es valedera hasta cierto punto. Sin embargo, las autoridades de SEPRONAC quisie-ron llegar más allá, hacia el intento de romper con el para-digma del llamado “guardia” y de alguna manera, intentar humanizarlo en la figura del vigilante de seguridad. Esto, se debe a que desconocemos la vida de estas personas que no solo cumplen una labor, sino, además, arriesgan sus vidas, sueñan, lloran, ríen, tienen ganas de vivir y a veces de morir, como cualquier ser humano, pero sobre todo, tienen mucho que contar. Por eso se tomó la decisión de escuchar sus co-razones y plasmarlos en este libro.

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AgradecimientosEste libro pretende en algo transmitir al lector lo que para

nosotros ha significado estar al frente de una organización que hace ocho años era solo un sueño de universitarios.

Cada día de trabajo aún representa un reto y una enseñan-za nueva, especialmente al conocer a las personas que for-man este hogar de emprendedores que día a día cumplen una labor tan dura como es la seguridad.

Gracias a Dios y a todos los que son y fueron parte de SEPRONAC, y a los protagonistas de estas historias maravi-llosas. Afirmamos nuestro corazón y compromiso de trabajo incansable para ustedes y sus hijos.

Marco y Alba María

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Currículum

Capítulo 1

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Capítulo 1Currículum

Hoja de vidaNombre: “Parejo”Edad: 34Estado civil: Casado hace once años.Número de hijos: Cuatro.Ocupación: seguridad (14 años).Vicios: Actualmente el cigarrillo y hace varios años, las mujeresy el alcohol.Anhelos: compartir más tiempo con sus hijos y esposa.Bajas: dos muertos a su haber...Observaciones: Empezó en el ‘99 como vigilante en un banco.

Luego, fue tripulante en transporte de valores, portafundas, DHS (Director de Hombres de

Seguridad),jefe de carro, escolta, jefe de escoltas, custodio de valores en aerolíneas y asistente de operaciones.

Febrero 2001-20h00

“Y o custodiaba el carro de transporte de dinero a las afueras de un banco. Mi jefe averiguó que la entrega de valores, demoraría una hora más;

eso no era normal. Él nos dijo: “¿qué les parece si adelantamos el trabajo y bajamos el efectivo?”. Esto me pareció raro, pero como éramos nuevos teníamos que acatar órdenes.

Entonces, procedimos a sacar las valijas que contenían el dinero. Aquella vez tenía como armamento una escopeta modelo Mosberg. Salimos y nos pusimos en posiciones. Mi compañero tenía la maleta en una mano y el arma en la otra. De pronto, unos extraños gritaron: “perro y mierda”...Corrimos y comenzó la balacera… Eran unos tipos disfrazados de militares. Esa fue la primera vez que sentí un tremendo estrés y la adrenalina subió intensamente.

Nos refugiamos y comenzamos a responder los tiros. Las

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balas rozaban mis oídos. Entonces, vi que un compañero caía malherido, le dieron un balazo en plena rodilla.

Luego, otro compañero que aún tenía cuatro municiones, se lanzó hacia el carro blindado, para protegerse. Al disparar, hizo un mal movimiento y se quedó afuera. Traté de arrastrarle hacia adentro del carro, pero no pude. Quise cerrar la puerta para combatir con más seguridad, pero los antisociales la agarraron fuerte y comenzamos a forcejear… Intenté usar el arma y noté que se me agotaron las balas. Me sentía inútil y solo esperaba que nos den el “vire”.

Los segundos parecían interminables y la muerte respiraba en mi oído. De repente, un esplendor que provenía

del interior del blindado, comenzó a cegarme y el susto invadió aún más mis sentidos. Me tranquilicé cuando noté que era el brillo de una Taurus (pistola) sobre uno de los

Capítulo 1Currículum

asientos. Ese instante la tomé, rastrillé, abrí una ventolera y comencé a disparar. Aún así, no conseguía apuntar a los delincuentes. Entonces, traté de ayudar a mi jefe que estaba en peligro. Salí del carro sin mucha precaución y recibí un tiro en el hombro. Sentí un golpe seco, sin dolor.

Seguí abriendo fuego hacia el objetivo, tal como se ve en las películas.

En ese momento, el custodio del carro cayó malherido y botó su arma. Lo agarré y lo llevé bajo el blindado. Desde ese lugar, usé sus municiones. Tenía la visión borrosa porque me debilitaba y a lo lejos noté una mancha blanca que se acercaba, cada vez se hacía más grande. “¡Pum!”, disparé. Me parece que le di en la espalda. Más tarde lo encontraron en el balde de una camioneta a varios kilómetros de donde ocurrió la batalla…Era mi muerto. Matar a una persona es una desgracia que a uno le dura mucho tiempo. Nunca supe su nombre. No se llevaron los 140 mil

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dólares que cargábamos. Estuve tres días preso en la Judicial para investigaciones.

Recuerdo que cuando me disparaban solo les decía que no me maten porque tengo familia. En el fondo sabía que si daba el efectivo, lo que hubiera recibido es una bala que quizá me apagaba la vida.Hice lo que cualquier ser humano haría: defenderse…Varios días después; nos condecoraron, recibí incentivos y me ascendieron a jefe de blindado. Llegué al extremo de temerle a todo. Quise retirarme de la empresa, pero me gustaba lo que hacía.

Esas cosas dejan secuelas. Tiempo después, si se me acercaba alguien, sentía

que era sospechoso y le apuntaba con mi arma. Siempre tenía el dedo en el gatillo.

Capítulo 1Currículum

Durante un tiempo recibí terapias psicológicas para superar lo vivido, pero no sirvió de nada, porque 3 años después…

Agosto 2002, BaezaEn Baeza, hay petroleras que mandan dinero hacia la capital. Durante un transporte de valores, nos asaltaron otra vez. El combate fue más intenso que el anterior. Incluso lanzaron bombas molotov a nuestros blindados. Estos carros son bastante reforzados, por eso las bombas no nos hicieron mayor daño. Sin embargo; nos emboscaron y comenzó la pesadilla.

Desde las escotillas del carro que miden 60 centímetros, sacamos las armas y abrimos fuego. Esa fue la terrible ocasión, que vi a mis amigo fallecer…

Uno murió quemado porque la gasolina lo cubrió y las llamas lo consumieron… El otro cayó lentamente, cuando se reanudaron los disparos. Ya en el suelo, se movía un poco, pero solo eran reacciones de cuando la sangre se congela y el corazón

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se detiene. Sus ojos me miraron fijamente y me dijo “body no quiero morir”. Para tranquilizarlo, le dije, “calma, no te vas a morir”... Pero ocurrió lo contrario. Él era un gran amigo. Tuve el honor y la tristeza de darle seguridad en la morgue, mientras le practicaban la autopsia. Esto me impactó, porque yo le bañé, le cambié de ropa, me tocó embalarlo en una funda para enviarlo a su tierra natal. Estas cosas han hecho que mi carácter sea demasiado explosivo. Soy una persona que cambia mucho de humor. Lloro cuando veo alguna injusticia, eso me llena de ira. A veces ni mi esposa me aguanta…

El llanto me invadió cuando mi amigo dejó este mundo. Durante varios meses, sentía el olor de su sangre

en mi olfato. Dormía y me acordaba de él, me daba miedo porque sentía que estaba a mi lado y me miraba. Él era mi compañero de fiestas y de risas. Compartimos muchas

Capítulo 1Currículum

cosas. Me llamaba ‘Parejo’, porque decía que éramos parejitos. Su vida terminó cuando apenas tenía 22 años. A veces pienso, que lo mejor era no haberlo visto agonizar, porque fue muy duro de superar.

Recuerdo que en ese combate tuve mi segunda baja. Acabé con otro ser humano o delincuente. Pasó poco tiempo y me fui de esa empresa…

La Tercera, ojalá la última Salí de esa institución y pasé tres semanas sin trabajo. Un día, me encontré con un israelita que era jefe de seguridad de una aerolínea. Por toda la experiencia que tenía en el campo, me recibieron. Nos contrataron solamente a cuatro de los 20 postulantes; dos para ser guardaespaldas de la presidenta ejecutiva y dos más para sus hijos. Yo custodiaba a la mujer.

No pasaron muchos meses de tranquilidad, cuando, un Nissan emboscó al Gran Vitara en el que nos movilizábamos junto a

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nuestra custodiada. Nos chocaron y comenzaron a disparar. Su intención era secuestrarla. Nuestro carro era especial. En la parte interior trasera, había una especie de ataúd de metal donde ella debía permanecer en momentos de peligro. Este dispositivo se abría, solamente con su huella digital. Cuando el pánico del encierro, la embargaba; debíamos “noquearla”, bajo su autorización... La intención de esto, era que si se armaba una balacera y nos mataban a todos, ella permanecería a salvo y nadie la encontraría.

Logramos esconderla y los hampones gritaban insultos para que la entreguemos… Después de los insultos, más balas…

Recuerdo que aquella vez, agarré mi arma y la de mi compañero. Comencé a disparar sin

importarme absolutamente nada. Solamente quería matarlos, me acordaba de mi amigo muerto y de todo lo que me ocurrió años

Capítulo 1Currículum

atrás y deseaba desquitarme con ellos. Nada me importaba. Sin embargo; tenía la corazonada de que en ese momento nadie iba a morir. Quizá por eso, fui temerario.

Hice un acto tonto y lo reconozco. Gracias a Dios nadie falleció, pero recibí un impacto de bala en la pierna izquierda, bajo la rodilla.

Luego me preguntaba “¿Por qué la gente pobre debe arriesgarse así?” A nosotros nos pagan por la vida.

Un tiempo de “paz”Luego de unos meses, fui operador de cámaras en un centro comercial. Es un trabajo tranquilo y el hecho de tener esa paz mental, me llevó a otras cosas: alcohol, juego y mujeres. No me interesaba mi familia. Viví una época de muchachada como decía yo. Ganaba el doble de lo que recibía generalmente. Me compré un carrito; económicamente estaba bien, pero por dentro todavía estaba muerto.

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Mi vida cambió e incluso mi hogar comenzó a tambalear tanto, que perdí mi trabajo y hasta terminé enamorándome de una mujer casada. Pasé cinco meses sin trabajo, pero no me di por vencido. Asistía a cursos, iba al gimnasio y estaba preparado para otras cosas más técnicas. Gracias a Dios, mi esposa no me dejó. Sin ella y mis hijos hubiera, sido un drogadicto o delincuente.Luego de eso, reingresé a la seguridad y aquí estoy… Listo para el combate.Hoja de VidaOcupación: dura y sacrificada. Tiempo familiar: cuando mis hijos están en casa, yo estoy

trabajando. Ellos duermen y yo estoy atento; cierro mis ojos cansados y ellos están despiertos.

Predisposición: firmes para la luchaLe teme a la muerte: no. Espero que la cuartano sea la vencida.

Currículum

Antes la guitarra y el guaro, ahora la responsabilidad

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Capítulo 1Antes la guitarra y el guaro, ahora la responsabilidad

No tengo hijos; soy soltero por si acaso, alguna chica se atreva. Nací en la Costa y vine a Quito porque me cansé del trabajo en el campo. Es muy duro tirar

machete en las pilladoras bajo la lluvia y el sol; y no recibir la remuneración que uno espera. Por eso decidí venir a una ciudad grande para tener una vida mejor y superarme.

Llegué donde una prima para ver si me conseguía algún trabajo. El esposo de ella que había laborado como vigilante, me ayudó para aplicar e ingresar a este sitio. Gracias a Dios, se dio la oportunidad. Solamente pasé unos pocos días sin empleo.

Para muchos es demasiado duro ser vigilante. Quizá, ellos no tienen ni idea de lo que es

estar en el campo y sudar la gota gorda, horas de horas para cosechar un grano que a veces se daña y se pierde.

Para mí, ser vigilante es facilito. Aquí tengo que ser amable con las personas, entregar unos tickets, estar atento a cualquier movimiento extraño y no dormir porque hay que estar pilas. Es muy fácil esta labor, yo no la pedí, ellos me la ofrecieron y tengo que ser recíproco y dar lo mejor.

No niego que muchas veces he querido botarme, pero no lo he hecho, porque no me gustaría llegar a viejo rodando de puesto en puesto. Aquí me quedo y no me cambio porque me tratan bien y me gusta lo que hago; claro, nada es eterno en la vida y yo no sé mañana dónde estaré.

Hace tres años llegué a la capital. Desde entonces, no he ido a visitar a mi familia y la extraño mucho. Si Dios me lo permite, el otro año voy a verla .

Yo tengo 19 hermanos. Mi padre era un bandido; somos de tres camadas diferentes. Diez con una mujer, ocho con otra y dos más que tuvo por ahí. Todos estamos regados en

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diferentes provincias. Que yo sepa, no tengo más hermanos, solamente somos veinte.No terminé el colegio porque me embarqué en un mal vicio; el mismo de mi papá: la guitarra.

Me botaba del colegio y me iba a tocar. Sí me arrepiento de salirme, pero este año que viene voy a culminar mis estudios secundarios. Nunca es tarde en la vida y todo se puede. No me da vergüenza. Lo que me afectaría es no cerrar ese círculo.

En el toque de guitarra me mandaba hasta una semana de abandono. Bebíamos bastante y la verdad, me estaba desperdiciando. Llegaba bien ebrio y no valía para nada.

Yo solo vivía con mi madre, porque mi papá nos abandonó de muy pequeños. A mi casa yo

llegaba sobrio, porque si mi mamá me veía borracho, me caía a palos. Llegaba bueno y sano cargando la guitarra al hombro.

Capítulo 1Antes la guitarra y el guaro, ahora la responsabilidad

Ahora lo que cargo, es la gran responsabilidad de representar bien a mi empresa. Desde que llegué acá dejé el alcohol por completo. No ando ni en fiestas, ni en reuniones, ni en nada.

Mi vida ahora es nueva. Antes me caía agua de arriba y de abajo. Llegaba empapado a mi casa y morado del frío, luego de una larga jornada en el campo. Acá también me llueve pero con recompensa.

Realmente lo que extraño de mi tierra son las noches de bohemia, no lo puedo negar. La comida también es muy distinta pero hay que enseñarse. Al principio se me hizo duro, pero el ser humano se acostumbra a todo. Ahora pienso que si vuelvo a mi tierra de vacaciones, me despertaré creyendo que debo ir temprano a brindar seguridad. Ya estoy acostumbrado a esta vida y retornar al campo resultaría difícil.Todos los días en las mañanas estoy listo para cumplir la consigna y hacerlo muy bien. Estoy en un puesto medio

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peligroso porque ya dos veces, nos han asaltado. Gracias a Dios tenemos botones de pánico, sirenas, luces de seguridad y motorolas.

Yo cuido dos licoreras, a veces tengo ganas de tomar; pero el trabajo es lo primero. La consigna de mi vida es estar siempre atento y dar seguridad de calidad. Antes, en el campo, debía cargar grandes bultos en la espalda; cortar y sembrar, mancharse las manos de tierra y lodo, quemarse del sol y empaparse de lluvia; y al final recibir poco dinero. Esa es la verdad. La vida allá es muy dura.Aquí si soy feliz.

Antes la guitarra y el guaro, ahora la responsabilidad

Alfa Centauro

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“Las personas que habitan la noche no son normales…”

El Centauro que conozco no es un ser mitológico. Visto a lo lejos, sobre su motocicleta Suzuki GS 500; ensaya sin dificultades, el porte del ser que le da su

nominativo. Sus piernas se funden al metal y arranca.

La lluvia amenazó con caer, pero a la noche, se quedó en lo alto. Los guantes, la gorra y el casco acompañan la tenacidad de quien los usa y sin embargo, ayudan poco cuando oscurece; para eso bastan los ojos. Sus pupilas se adaptan fácilmente pues es un animal nocturno.

A las 22h00 de un lunes, el Centauro supervisa los puntos de vigilancia del sector norte-centro de la ciudad, mientras el frío corta profundamente. Él dice ya no sentirlo. Casi treinta años de trabajo en la

Capítulo 1Alfa Centauro

seguridad; muchos, como supervisor motorizado, no son en vano. “Es como todo trabajo, a uno le toca acostumbrarse y amarlo, como a mí me ha gustado la seguridad toda la vida, ya no me es difícil. Pude escoger otra profesión pero a mí me gusta esto…”

1.- Estación Claroscuro (22h30) Dentro de una garita “de lujo” por el sector (cerca vive el vicepresidente de la nación), un vigilante como pocos, tiene la posibilidad de mantenerse abrigado y acompañado por “Rosita La Taxista”, que hace ruido en la televisión. Una silla acolchonada se acomoda a una esquina del amplio lugar frente al escritorio.

El Centauro revisa las bitácoras y el reporte de novedades y entrega su comida al vigilante a quien ya le apremia el hambre. Luego; arroz, pollo y ensalada. Es tarde para cenar.

“Cuidaraste, mijo”

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Colgada del manubrio izquierdo de la moto, la funda no tiene peligro de romperse. Sería terrible que caiga, porque contiene las tarrinas de la comida de los vigilantes a los que supervisará. “Imagínese lo que es permanecer en vigilia tantas horas, para después no comer. En algunas ocasiones en que llego a un punto donde la empresa no tiene la responsabilidad de darles la comida, hay vigilantes que no se han llevado nada a la boca en horas.

Estos guaguas no pueden quedarse sin comer. Ahí me ha tocado darles algo de mi bolsillo, es por ellos.

No sería la primera vez”.

La noche es más oscura bajo los puentes. Con la moto ronroneando, la memoria del Centauro

se activa y regresa a la niñez, cuando quería ser militar. Sus padres no lo tomaron en serio hasta que lo vieron con los uniformes listos a los 19 años. Cuando ingresó a la escuela

Capítulo 1Alfa Centauro

militar, todo iba bien, luego vino “el despecho del maltrato. Nos empezaron a dar palo hasta por dentro del cerebro, porque ellos decían que se iban a desquitar con nosotros. Nos pegaban con una bayoneta de 50 centímetros. Mi uniforme pasó todo el año manchado de rojo, porque nos golpeaban sobre las heridas. Yo no entré para que me maten a golpes…”

Despertar en el infierno y renunciar al sueño. Mejor mantenerse despierto, porque en ciertos casos, el silencio sirve al abuso y a la crueldad. “Era el palo y el palo y el palo”. Entonces, vino la denuncia, el testimonio, la justicia y no regresó más.

2.-Estación Jaula de Ecos (22h48)Al pito reiterado de la moto, un oso oscuro se acerca desde el otro lado de las rejas. Las luces traen la sombra de un hombre delgado con muchos abrigos. Guantes, chaqueta y gorra; pero el frío es insuperable. La garita blanca es sumamente delgada. La única luz

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es suficiente para iluminar excesivamente el precario espacio y la madera no mantiene el calor. En este punto, difícilmente alguien podría dormir. Sin embargo, el oso lleva 14 horas seguidas en pie y le faltan 10, porque está doblando. Por si acaso, el motorola trae cada 20 minutos o menos, el eco del centralista. El eco sacude toda la garita, como el sonido de un sapo toro al croar. Entonces el sueño que arrecia, se va y el oso se acurruca en su silla, para comer y comerse las horas.

-“Bueno, toma mijo, comerás” -“Dios le pague”

Mientras el oso dobla sus horas de trabajo, Centauro les dobla en edad a algunitos. Ya

camino a “Ponce- Yépez”; la moto, ávida compañera de Centauro, dobla en una esquina y yo me doblo del frío. Entonces,

Capítulo 1Alfa Centauro

Centauro recuerda. “No es fácil trabajar tantas horas seguidas, es agotador. Cuando yo trabajaba en el aeropuerto, entraba a las 4 de la mañana y salía a las once o doce de la noche”.

Centauro tenía 26 años, aproximadamente; cuando comenzó a hacer control de drogas en los aviones. A su suspicacia y su antecedente en la vida militar, se añadieron estudios en seguridad aeroportuaria que le permitieron especializarse. “Aprendí muchísimo. Me dieron cursos de drogas, de canes, de custodia de sujetos peligrosos, de custodia de personas importantes, de chequeo de equipaje, de carga seca, de carga perecible… Realizaba chequeos de aviones hasta en el más mínimo compartimento con espejos, con lámparas. Muchas veces hallamos drogas y evitamos su transporte fuera del país”.

El Centauro se mueve con facilidad, al subir una cuesta. Mira a todas partes, con cautela. En la oscuridad, los ojos adecuados

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chequean con cuidado a algún transeúnte que camina con poco equilibrio. Identifica a los sospechosos porque demuestran ansiedad y nerviosismo. “Se les nota por como se paran, como se sientan, por la manera de caminar…hay gente que se chupa los dedos, que se tuerce los dedos, se saca cuyes… a esas personas cuando se les detecta, se les hace un seguimiento, entran en el perfil del sospechoso...”

Siempre será difícil engañar o atrapar a un Centauro. Jamás se ha visto una trampa tan grande.

3.- Estación Luciérnagas (23h10)Tras la puerta corrediza, se observan hileras de

luces que iluminan el galpón. Cuando abre la puerta, más luces centellean. El punto de vigilancia se observa tranquilo y abrigado. Al

fondo se escucha la queja de una canción. Cama, televisión, radio y cafetera: una garita favorecida.

Capítulo 1Alfa Centauro

“El vigilante que diga ‘no me he dormido’, está mintiendo”. A pesar de la calma del lugar, el vigilante no puede estar desatento ni bajar la guardia. Tiene ojos dormilones, pero las bombillas le abren los ojos con sus espadas de luz. De paso, el hambre hace lo suyo. Comer a esa hora, se le ha hecho una costumbre, pero su cuerpo no se acostumbrará a la gastritis.

-“Todavía está calientito”-“Ya pues mijo, por Dios pilas, no te dormirás…”

El Centauro se va de largo hasta las 24h00. La noche va tomando un color turbio y el ambiente se siente pesado, a la entrada de la Molineros.

“Esta es la zona roja, donde matan y no dan recibo. Aquí uno tiene que andar con los ojos bien abiertos”

Aumentando la velocidad, el Centauro va rompiendo las paredes de neblina. Al fondo un silbido da miedo, pero el

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Centauro levanta la mano y saluda. “No sé ni quién sea, pero es mejor pasar como amigable, porque este es barrio bravo”.

Las luces iluminan el armatoste gris de la noche, a la hora en que por la oscuridad, algunos temen que ya no va a amanecer. Entonces, el Centauro extraña el calor de las mañanas en Guayaquil…

“Me fui a Guayaquil, porque la gente del Consulado Americano, los del DEA1 me contactaron. Me estaban buscando.

Yo decía: ‘¿los del DEA?... ¿Por qué?, yo no he hecho nada malo’. Sí me preocupé un poco, pero como

no tenía nada que ocultar, me fui”. Mientras trabajaba en Quito en el control de drogas; información sobre su buen desempeño había

llegado a oídos de autoridades extranjeras,

1 .- DEA: Drug Enforcement Administration (en sus siglas en inglés). Administración de Cumplimiento de Leyes sobre las Drogas (en su traducción al español). Agencia del Departamento de Justicia de los Estados Unidos dedicada a la lucha contra el contrabando y el consumo de drogas. Responsable de coordinar y perseguir las investigaciones antidroga en el extranjero.

Capítulo 1Alfa Centauro

quienes requerían de alguien de su perfil para trabajar como agente infiltrado en el aeropuerto de Guayaquil. Le ofrecieron una alta remuneración en dólares, cuando todavía el sucre circulaba ya con cara de triste, en las transacciones económicas del país. Aceptó.

“Fue toda una aventura tenaz que duró tres años. Trabajaba para cuatro empresas que requerían mis servicios y había jornadas en las que me iba de largo hasta tres o cuatro días, descansando allá mismo y sin regresar a la casa. Estaba en lo mío, pero tuve que dejarlo y regresar a Quito porque gente relacionada al narcotráfico me ofertó una gran cantidad de dinero por dejar pasar la droga y aprovechamos eso para agarrarles con la policía. Comenzaron a amenazarme de muerte. Lo más seguro era salir de allá”.

La calle se termina y derrapa. Hacia abajo, las callejuelas caen en picada y hacia al fondo se ve un precipicio de casas. El

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Centauro sortea las piedras que quedaron de los restos de alguna construcción. Los perros ladran viendo con sus ojos plateados al ser fundido de hombre y moto que baja por la calle precipicio. Lo más seguro sería salir de allí.

4.- Estación Claustro (23h25)Una contundente puerta negra casi no deja filtrar ni la luz ni el sonido. La moto pita y al extremo inferior se abre una puerta pequeñita, por donde una mano enguantada saca silenciosamente el informe de la bitácora. El Centauro la toma, la registra y la devuelve. Luego, también deja la comida. Solo se ve una

transacción de manos vestidas para asustar el frío. El manubrio de la moto queda libre de su equipaje

que alimenta. A estas horas, dentro del encerrado lugar, el vigilante se acomodará en su silla y comerá...

Capítulo 1Alfa Centauro

-“Cero novedades…”-“Ya ‘bodicito’, cuidado…”

Después de entregar las tarrinas de la comida y con un punto restante por supervisar, Centauro también debe sentir hambre; más aún, si comenzó su trabajo a las 12 del medio día y ya casi son las 12 de la noche. Pero no ha comido nada desde que salió de su casa… Ya solo falta media horita.

Cuando se termina la cuesta, aparece un mercado. Se lo distingue más por el olor, pues la neblina está más pesada. El día anterior fue de feria y los aromas permanecen más tenues pero punzantes. El olfato también despierta recuerdos. Ahora, Centauro todavía piensa en Guayaquil: fue su etapa de trabajo más productiva a nivel de aprendizaje.

“Sí me hubiera quedado más tiempo allá. Formamos un grupo de vigilantes para las lanchas camaroneras, porque estaban en

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auge los piratas del Golfo que asaltaban las embarcaciones y se llevaban el camarón”.

Entonces, había alcanzado cierto reconocimiento en el terreno de la seguridad, al grado que recibía felicitaciones constantemente. No había una fuerza especializada oficial que cubra las áreas en las que los piratas se movían con impunidad. La Marina era la encargada de hacerlo; sin embargo, había temor en sus filas por la extendida fama de violencia de los piratas.

“Ellos pasaban en los esteros; unos lugares llenos de canales. Estos se dividían como un laberinto. Íbamos tres personas en

cada embarcación. Hubieron intentos de asalto, balaceras: era la vida de ellos o la nuestra…

Viví momentos de bastante tensión, pero aprendí muchísimo. Lo gracioso es que luego en los medios, aparecía la noticia de la desarticulación de una banda de piratas a

Capítulo 1Alfa Centauro

cargo de la Marina y de nosotros no se sabía nada…” La noche se va limpiando, como adivinando que pronto se

terminará. Las calles en pendiente o en cuesta se alargan en planicies y por fin ceden al movimiento de la moto. El silbido se vuelve a escuchar al salir del barrio. El claustro nos deja salir.

5.- Estación Búho de humo (23h45) El frío ganó: respirar el aire y sentir el frío en los pulmones, ver cómo el aliento toma la forma de un ave que muere al instante, fumarse un cigarrillo y engañarse un poco.

El último punto por supervisar nos da la oportunidad de anclar unos minutos, hasta que llegue la medianoche o apremie alguna situación que requiera la presencia inmediata del Centauro en otro punto.

Al fondo de una entrada muy amplia se abre paso el vigilante con los informes.

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-“¿Todavía vives mi negro?... ¿Novedades?”-“Todo bien. Aunque acá están botando gente. Capazque también marcho yo”. -“Qué maldades hiciste conociendo que eres un sapiroco” -“Un compañero dice que aquí no quieren trabajar con gente de color” -“¿O sea que hay algún racista?…vos no te hagas líos, cumple tu trabajo y busca opciones. Si el señor es racista, coge y píntate la cara de blanco; a ver si al señor le calma un poco…”- “Algo así tocará hacer…”

El humor a pesar de bien intencionado, no tapa la realidad. La risa domina un poco el

frío que está ‘foxtrosísimo’, como el punto por donde pasa Coyote. Al otro lado de la motorola en canal privado, aúlla el Coyote

con miedo por ‘La Ecuatoriana’; tan lejos se

Capítulo 1Alfa Centauro

fue a dejar a un vigilante a su casa. Camaleón está pendiente, Tiburón está en su punto. Tornado ya no está, Centauro lo extraña... Al fondo entienden por qué tuvo que irse. Atento Sierra Centauro.

Centauro ganó una larga trayectoria como jefe de operaciones, custodio y supervisor cuando regresó de Guayaquil; además de su trabajo en control de drogas y de ‘cazapiratas’ realizado allá. Sin embargo, se ha llevado sus decepciones, porque para muchas plazas de trabajo, su edad es un impedimento para ocupar otro cargo más correspondiente a su experiencia.

“Piden un perfil de una persona de máximo 35 años, exagerando 40. Siempre me decían que tenía una carpeta excelente; pero las políticas de esas empresas no permitían que me empleen, por mi edad…es como si uno estuviera con

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bastón, cayéndose de viejo. Pero no es así; yo le doy de largo.Lo bueno es que yo soy capaz de hacer cualquier trabajo. Me gusta trabajar en seguridad y no quiero dejar de hacerlo, es lo mío”.

En el reloj dan las 24h00, el Centauro afina la flecha y el arco y se dispara a casa para descansar. La noche da paso a un nuevo día que debe empezar oscuro, como todo buen principio.

“La gente que habita la noche no es normal”, eso es lo de menos, porque por suerte, el Centauro que conocemos es real.

Alfa Centauro

Los hermanos de la vida

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Con una gran sonrisa, ella nos cuenta sobre su contacto con los trabajadores de seguridad. Se dedica a hablar con ellos, a escuchar sus aspiraciones, miedos y

preocupaciones. Se han convertido en su familia.“Para mí es muy importante que las personas con las que

trabajo comprendan que son la razón de ser de lo que hago y de la existencia de la empresa. No solamente ellos nos necesitan, yo también necesito de ellos.

“Yo pienso que Dios me dio la oportunidad de tener ese contacto con las personas porque así me puedo dar cuenta

de quiénes son. Yo no tengo hermanos y tengo la manía de tratarles de ñaños a ellos.

Siempre uno piensa en que desea tener un ñaño para compartir, pero creo que lo más bello de todo es, cuando uno ya se

hace más grandecito y empieza a encontrar

Capítulo 1Los hermanos de la vida

amigos. Las personas con las que trabajo son mi familia…“En mí siempre estuvo el deseo de ayudar. Yo siempre

digo que soy una doctora frustrada. Yo estudié en un colegio técnico y mi mamá no pudo cambiarme para que tome otra especialidad. Entonces tuve que estudiar contabilidad, luego economía y después por suerte llegué al lugar que deseaba. Cuando trabajé en un hospital tuve la posibilidad de ayudar a todos. Era genial darle la mano a una persona y que te agradezcan de corazón.

“Ahora lo que hago es escuchar y seleccionar a las personas que van a cubrir los puntos de vigilancia que requiere la empresa. A mí me encanta mi trabajo, me siento realizada…Ésa es la energía que yo transmito, lo que yo puedo hacer.

“Ponerme en los zapatos de los demás se ha convertido en mi forma de vida. Cada persona que viene es un mundo,

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todos los días aprendo algo nuevo de ellas. “Cuando yo empecé a trabajar aquí, había gente que venía del

campo, que se dedicaba a la agricultura. Ahora hay más personas que sacaron su bachillerato o que estudian en la universidad y que no encuentran trabajo en lo que estudiaron. Por sus compromisos adquiridos tienen que trabajar...

“Sin embargo, aquí es diferente. Se ha hecho un esfuerzo muy grande para cambiar la mentalidad de todos nosotros. Hemos cambiado la palabra ‘guardia’ por ‘vigilante de seguridad’, porque para muchos, ser guardia es de lo peor. Poco a poco se

ha ido cambiando esa forma de pensar, para comprender que ser vigilante es una profesión

como cualquier otra. Más aún, la de ellos es importante porque son responsables de muchas vidas.

Capítulo 1Los hermanos de la vida

“Siempre les digo que depende de su actitud, de su trabajo; que muchas personas estén bien y seguras. Cuando uno habla de esa manera, se dan cuenta de que su carrera es importante.

“Aquí hay tantas personas que vienen con problemas, con temores, con angustias porque les preocupa su familia. Algunos tuvieron que trabajar muy temprano para ayudar en sus hogares, otros fueron abandonados; por ello son seres muy sensibles. Siempre les digo: lo más importante es que tengan actitud positiva, ganas de trabajar, nosotros les vamos a enseñar lo demás. Gracias a Dios, todos hemos ido cambiando y cada vez estamos más felices”.

Angelita de mi guarda“Mi mente selecciona más las cosas positivas. No recuerdo casi lo negativo. Pero siempre recuerdo a gente buen dato…a gente que viene desesperada por un trabajo, gente

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que necesita trabajar porque tiene una familia detrás; porque necesita mantener a sus hermanos, su esposa, sus hijos. Yo los entiendo bien, sobre todo por el esfuerzo que siempre hizo mi madre para poder mantenerme. Ella me refiere que mi padre se fue cuando yo era un bebé. Conocí a mi papi cuando yo tenía 8 años. Nos veíamos de vez en cuando. Luego, se fue a trabajar a otra ciudad y perdimos el contacto. No he sabido nada de él en los últimos años. Agradezco a Dios todos los días, por tenerle con vida a mi papi aunque esté lejos. Mi mami nunca se casó, se dedicó a trabajar y a cuidarme.

“Talvez, no se nos dio la oportunidad. Incluso viajó al extranjero para darme una mejor vida. Yo recuerdo que le decía ‘si hubieras tenido otro hijo, yo no me hubiera quedado sola cuando te fuiste’. A veces uno es así cuando

Capítulo 1Los hermanos de la vida

es guagua. Ese tiempo, yo me quedé con mi tía, que es mi segunda madre y sus hijos que son mis hermanos.”

Sin bajar de nivel su felicidad, sonríe todo el tiempo. Así las cosas tristes lo son menos.

“Dejé de atormentar a mi mami, cuando conocí a los hermanos que me dieron la vida, que son mis amigos. Tengo muchos y no hablo de los conocidos nomás; mis amigos son geniales. Cuando yo no he podido estar con mi mami, mis amigas se han preocupado de ella y todo el tiempo procuran estar en contacto conmigo.

“Con la gracia de Dios, puedo decir que soy muy feliz, que estoy en el lugar que quiero estar. Quisiera que todos sepan que si no existieran los vigilantes, si no existiera la necesidad de la seguridad, yo tampoco existiría, no estaría en este lugar. Por eso gracias, porque Dios nos ha puesto donde debemos estar”.

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Disfraces de superhéroes

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S uavemente los pequeños rayos de sol que ingresan por la ventana, van aclarando la habitación. Avanzan desde los pies desnudos de los amantes hasta alcanzar sus rostros

aún adormecidos. Cuando llegan a los ojos, ellos se cubren con las cobijas intentando evadir el nuevo día. Entonces, se abrazan de nuevo y se duermen…

Apenas pasan minutos del ritual y a lo lejos se escuchan pequeños pasitos corretear por toda la casa. De repente, la puerta del dormitorio se abre de par en par. Los chiquillos se abalanzan a sus padres y empiezan los besos, caricias y risas.

“Es suficiente”, piensa él en sus adentros, intentando convencer a sus amados que la batalla está por comenzar. No

quiere y se resiste, pero el tiempo camina y ese es su peor archienemigo.En la mañana, no se alimenta de súpervitaminas, ni de espinaca como Popeye, nada de eso. Un

Capítulo 1Disfraces de superhéroes

buen par de huevos, leche, jugo y pan; son más que suficientes. Claro que a veces un calentadito, no le cae nada mal.

Luego de una buena ducha, se mira al espejo, aún desnudo. Su cuerpo es fuerte y tiene varias cicatrices que le han dejado las duras batallas.

Luego, se dispone a colocarse el disfraz y la armadura de guerra. No usa capa ni calzoncillos sobre pantalones de malla. Eso es para los dibujos animados, piensa él. “Yo me los pongo primero y después el pantalón”, comenta entre risas.

Una camisa cuidadosamente puesta, le da la elegancia. Cubre sus ojos con gafas oscuras para que no le vean a dónde está mirando… es muy importante.

Al oído, el inalámbrico de su celular, culmina el uniforme. Besos y bendiciones para sus hijos y esposa, son su rutina de despedida. Al salir, va directamente en busca de su motocicleta que también es oscura como las gafas. La revisa con cuidado para

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estar seguro de que lo llevará con bien a su destino. Enciende su motor y sus hijos lo miran desde las ventanas muy alegres y tristes a la vez, al saber que ahí va su superhéroe; un padre que sale a librar duras batallas por ellos.

Después de recorrer a gran velocidad la ciudad, llega al punto de encuentro y realiza el primer contacto visual. Nada ocurre, se baja de la moto y hace una que otra llamada. Mira de nuevo a todos lados mientras camina, se detiene y otra vez camina. Una sombra engaña a sus sentidos, aún así constata que en verdad es una sombra.

Cuando las calles están totalmente seguras para su custodiada; la retira de la casa. Pero en esta ocasión usa un nuevo móvil: un

vehículo potente y veloz.Whitney Houston en la película “El

Guardaespaldas”, desearía tenerlo en su equipo: elegante, calculador, observador, cuidadoso y

Capítulo 1Disfraces de superhéroes

sagaz. Estas son las principales armas de un hombre que parece haber saltado de la pantalla del cine para aterrizar en las calles de Quito.

La seriedad de su rostro, impone respeto entre quienes lo rodean. Sin embargo; lo más llamativo es que atemoriza, debido a la fuerza de su carácter y a la pureza de su alma. Esto se refleja en sus ojos y de seguro, intimida.

Cuando está junto a la persona a quien debe brindarle seguridad, se transforma en superhéroe, pues sabe muy bien en sus adentros que a ella, no le puede pasar nada.

Eso implica que a veces tenga que arriesgar su propia vida, aunque su tarea principal no es poner el pecho a las balas; sino la prevención.

Mientras acompaña a la persona que está bajo su responsabilidad, emplea lo que en el cómic de superman, se conoce como la visión de rayos X. Esto es literal, no se limita a

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ver como el común de la gente; el custodio observa y lo hace con mucho cuidado, fijándose en cada detalle.

Conoce muy bien cuando alguien está armado, su visión poderosa traspasa la ropa de las personas y diferencia con gran exactitud a los peligrosos; a sus archienemigos.

Mientras come, parece que le salen ojos por la espalda. Cuando camina, lo hace como si fuera “tres en uno”. En su cinto, por si acaso, lleva un arma. Eso sí, espera nunca tener que usarla.

El día pasa y el sol finalmente se oculta. Se saca las gafas y llega la hora de dejar en casa a su protegida.

Se asegura muchas veces de que esté bien, sin peligro y luego se despide.

La noche comienza a traspasar sus huesos. Agarra nuevamente su motocicleta negra y como fantasma se mueve por las vías rápidas. No quiere saber nada más, que

Capítulo 1Disfraces de superhéroes

reencontrarse nuevamente con su cotidiana vida llena del amor que su familia le brinda.

Da la última curva y estaciona la moto. Ellos, al escuchar el sonido del motor, saltan de la cama y corren a recibirlo en la puerta. Ni bien llega, ésta se abre ante sus cansados ojos. Uno a uno se abalanzan a su cuello y lo miman.

Agotado de la batalla del día, se sienta en el sillón solo por unos segundos, porque su niña pequeña lo invita a adentrarse por unos minutos en su mundo de fantasía y juego.

Entonces, se quita la armadura y se pone el disfraz de príncipe, caballito, perro, mono o de lo que sea. A ratos, hasta el traje de muñeca. Todo porque quiere disfrutar cada instante de su chiquito amor, su bebé, su nena.

Cansada y ojerosa finalmente la niña se duerme en su regazo y él la lleva consigo a acostarla en su cama. Luego va a revisar la tarea de los más grandecitos. Si algo no pudieron en esta ocasión,

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el guardaespaldas se pone el disfraz de profesor y les enseña. Comienzan las difíciles multiplicaciones y las resuelve junto a las ecuaciones. Las faltas de ortografía deben ser corregidas y lo hace. Una vez que culmina, los acompaña para jugar un poco el play station, después conversan y se despide con la bendición y un fuerte abrazo.

Con los párpados que se le cierran, se acerca a su dormitorio donde le espera su doncella. Se cuentan lo ocurrido durante el día. A veces se aconsejan, otras; discuten acaloradamente y hasta pelean. Luego se perdonan, se abrazan y ríen. Se miran y juntos curan las heridas de la guerra. Lloran sus problemas y se dan

valor y fuerza. Si el cansancio es demasiado, simplemente se duermen abrazados y desnudos. Otras, sus cuerpos

se encuentran, se acarician, se aman…Entonces, la noche los cubre y el guardaespaldas se pone el disfraz de esposo y descansa con una sonrisa en el rostro.

Capítulo 1Disfraces de superhéroes

Al día siguiente el reloj continúa caminando y él no abre los ojos. Ninguno; ni los niños, ni la mujer hacen ruido. Mira de reojo el tic, tac y se da cuenta de que las horas se le fueron encima. Espantado, salta de la cama y se pone el calzoncillo encima de los pantalones, las gafas se le rompen y quiere salir corriendo con los zapatos al revés, en medio de las risas de sus seres amados. “¿Qué pasa?”, se pregunta a medio peinar y con los botones sueltos.

Es inaguantable la risa de la más pequeña, cuando le dice a su superhéroe que ese día no batalla y que deberá disfrazarse para que ellos lo disfruten todo el tiempo. Sonríe y se desarma al mirar el domingo en el calendario.

Disfraces que duelenEl guardaespaldas apenas es un joven que bordea los 26 años y a su tan corta edad, ascendió rápidamente, en medio de una vida llena de espinas y pasos duros que enfrentar.

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Experimentó una gran cantidad de disfraces. De pequeño, casi pierde a su padre. Éste sufrió un derrame cerebral que le impidió continuar trabajando. Por eso, él se dedicó a laborar y tuvo que abandonar sus estudios secundarios. Recuerda claramente el duro golpe que fue tener a su papá al borde de la muerte. “Se puso muy mal y ya no podía seguir trabajando. Tuve que salirme del colegio. A pesar de que no había una buena relación con él, fue difícil verlo en ese estado. Aún así, jamás se despreocupó de nosotros y hacía hasta lo imposible, para que no nos falte nada”, contó.

El tiempo continuaba su rumbo y su progenitor tuvo una nueva recaída. Lamentablemente, fue una

que lo llevó a la tumba. “No lo supero. La verdad, no recuerdo cuál fue nuestra última conversación. Siempre lo tendré presente en mi mente y mi corazón. De él, aprendí a ser

Capítulo 1Disfraces de superhéroes

perseverante y tenaz”, dijo mirando al vacío de sus recuerdos.Gracias a su deseo de superación, aprendió el arte de la mecánica

y junto a un amigo logró ponerse un pequeño taller. Diariamente tenía que meterse debajo de carros viejos y nuevos. Sus clientes volvían hacia él por su gran labor y habilidad. Sin embargo; el negocio comenzó a recaer y ya no era bueno. Entonces, una nueva puerta se le abrió. Ya que la mayor parte de automóviles que reparaba era de taxistas, logró vincularse a este gremio por un lapso de dos años aproximadamente.

En esos menesteres conoció a la mujer de su vida y se unieron. Ella viajó a la ciudad principal y se puso a trabajar. Él deseaba estar con ella y se fue de su pequeña ciudad hacia la aventura.

Allá, se puso un nuevo traje, otro uniforme. Esta vez fue el de desempleado.

Por suerte, no le duró demasiado tiempo, pues le dieron la oportunidad de laborar en una empresa de seguridad como

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supervisor. No tenía mucho conocimiento ni experiencia, pero en las pruebas demostró grandes aptitudes y lo logró.

Lamentablemente a los pocos días sufrió un accidente sobre la moto, y posteriormente dos más. Su temor era que lo boten del trabajo, pero más bien lo apoyaron y ascendió a su actual posición...

No se identifica con la película que lleva el nombre de su labor, porque dice que está muy alejada de la realidad. Aún así, su esposa cada día teme que algo malo le ocurra. Sabe muy bien que es un trabajo riesgoso, pero lo apoya.

Quizás, mientras usted lee estas letras; el custodio se prepara para una nueva batalla

o a lo mejor ya está librando y venciendo en una.

Disfraces de superhéroes

Ocho / Veinte

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“Ahora soy motorizado. Primero te haces vigilante, luego cuando comienzas a usar la moto, tienes que supervisar: asciendes. No es cualquier cosa, pero para

mí, después de todo lo que he trabajado; esto es ‘taco bajo’ nomás. Lo de ir en la moto, eso si me encanta.

Yo nací en Flavio Alfaro, Manabí. La vida allá es bien diferente a la de Quito; acá se trabaja suave nomás. Allá a uno le toca hacer de lo que sea y estudiar si hay cómo.

Acabé el colegio lejos de mi casa. Me tocó viajar al pueblo de mi papá para estudiar los primeros cursos. Ya cuando tenía 18 años, me vine a Quito para trabajar y acabé los estudios en un colegio nocturno”.

Su voz tiene un marcado acento costeño. A pesar de sus seis años de vivir en Quito, es evidente que todo Manabí se le ha quedado en la piel, en las palabras y en el humor.

Capítulo 1Ocho/veinte

“Yo sí soy bien canchero para trabajar. Desde chiquito. Cuando tenía 11 años, mi papá falleció de un derrame cerebral.

Todo nos faltó de inmediato, mi hermano mayor y yo comenzamos a buscarnos la vida. En mi pueblo, a veces había faena, a veces solo duraba semanas, otras solo meses y de ahí ya no había. La situación económica es muy dura en mi pueblo, mucho más para los que no tienen.

Mi mamá nos criaba como podía y lo hizo lo mejor que pudo, pero era pobre y le tocó hacerse de otro compromiso, se casó poco tiempo después de la muerte de mi padre. Ahora tengo mi padrastro. Por suerte, él es bueno y nunca nos faltó; pero igual no alcanzaba y nos tocaba poner la espalda a todos”.

Del periódico al machete“Un año luego de que mi papi murió, comencé a trabajar por mi cuenta. Me fui a buscarle al señor que vendía los periódicos y le

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pregunté si podía vender con él. Dijo que sí, pero yo no ganaba lo mismo que él. Terminaba siendo una miseria.

Lo que hacía era anunciar el periódico a los clientes. De grito en grito sí vendía bastante. Además tenía que correr para llevar los periódicos a los choferes de los camiones. A veces era medio peligroso. No me salía bueno trabajar así; ganaba tres o cuatro mil sucres diarios y eso no alcanzaba para nada. Por suerte no tuve que dejar de estudiar. Vendía hasta las cuatro de la tarde y de ahí me iba al colegio nocturno. Así, solo duré ocho meses”.

Sin cambiar su buen humor, cuenta sus peripecias para ganarse la vida:

“Ya después, como no ganaba bien, me metí de lustrabotas, porque era algo más independiente. Me conseguí un cajón y

Capítulo 1Ocho/veinte

mezclaba las tintas y luego iba por la casa de los vecinos ofreciendo mis servicios. Me sacaban los zapatos a la vereda para que los limpie. Pero no me gustó tampoco, porque algunos vecinos creían que uno iba a robar y como uno no es de esa clase, mejor me salí de eso y me fui a agarrar un machete.

En esos camellitos estuve un año; ya a los 13, comencé en la agricultura. Trabajábamos en plataneras: enfundábamos, cortábamos y empacábamos para exportar. También macheteábamos los cultivos, cuando ya estaban llenos de maleza. El trabajo con machete era fuerte, enfundar era suave. En finca, solo te cogen si eres mayor de edad, pero a mí me dejaron trabajar porque el negocio era de un pariente. A veces se trabajaba hasta las diez u once de la noche. A pesar de que me gustaba, sentía que me estaban explotando. Bajo tanto calor, uno sí se cansaba y lo que me pagaban no era tampoco lo suficiente.

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Ya cuando cumplí la mayoría de edad se me ocurrió probar suerte en otro lado y vine acá con mi hermano mayor.

Estuvimos 8 meses juntos y después me dejó botado y tuve que desenvolverme yo solo. Cuando mi hermano se fue a Guayaquil, me di cuenta de que nadie podía reemplazar a mi papá. Hasta ahora me llevo bien con mi padrastro, pero no es igual. Sí me duele lo de mi hermano, pero llegar a esos recuerdos no vale la pena, ahora está todo superado.

Cuando vine acá, como que no me asentaba. Me enfermé, tenía dolores de estómago. Después de un tiempo, me fui acostumbrando, pero me sentía solo.

Empecé trabajando de vajillero en un restaurante. Allí conocí a una mujer colombiana, con la que luego de 8 meses de salir juntos, nos casamos. Pero no duramos, pues solo fue una ilusión;

Capítulo 1Ocho/veinte

fue por no estar solo, nos motivábamos mutuamente. Al año me divorcié. Al principio nos llevábamos bien, pero después, como ella era mayor que yo cinco años, me quería mandar. El punto es que nosotros los hombres mandamos a las mujeres. Me decía ‘a qué hora llega, no tome, no salga’. O por último se puede negociar, pero la mujer no debe mandar sola nunca. Como sea, se llega a un acuerdo, pero con ella no sucedió”.

Mike mike“Después de ocho meses de estar solo, conocí a mi actual esposa. Me costó mucho conquistarla, ella tenía 16 años. Como no cedía, le dije ‘por lo menos intentémoslo’ y nos fue muy bien porque ya nos casamos. Ella si me entiende, nunca pregunta a qué hora voy a llegar, ni dónde estoy. Pero si sabe cuál es mi día libre y ese día lo paso con ella y mi hija.

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Para cuando me casé, ya había comenzado a trabajar aquí, como vigilante y en eso ya voy tres años. Estoy tratando de hacer carrera de esto. Gracias a Dios, no me ha pasado nada feo, ni he tenido ningún problema y si me gusta lo que hago, en especial ahora que ya tengo la moto. Es en lo que más tengo experiencia”.

Con picardía haciendo la confesión, trata de ponerse serio pero no puede. La alegría no nos deja mentir:

“A veces me voy a tomar con mis primos, unas dos veces al mes, cuando me encuentro con ellos. Me voy a la billa o a la

cantina. Sabemos estar unas tres horas y de ahí nos vamos a la casa de mi primo; pero a mi casa nunca

llevo amigos: eso sí respeto mucho.

Cuando llego a la casa, mi esposa me saca las botas, la ropa y hasta me baña. Por eso yo la

Capítulo 1Ocho/veinte

quiero y la amo y no la cambio por ninguna otra. Ella sí sabe que yo soy quien manda. Así me enseñaron a ser. Mi papi le decía a mi mami que no le pregunte nada, ni a qué hora llegaba. Allá en la Costa, todos los hombres toman siquiera una vez a la semana. Se van a la cancha temprano y llegan tarde.

Al comenzar la semana íbamos a trabajar. Luego, desde el viernes íbamos a la billa y los karaokes. Aún así, yo no conozco lo que es la violencia, mi papi siempre nos decía que nunca se le debe pegar a la mujer ni a los hijos y así nos crió. ‘¿Ustedes ven que yo le pego a su mama?...nunca’ nos decía, cuando mirábamos que algún vecino le pegaba a su mujer; nos enseñó bien”.

La felicidad por su familia y su trabajo, le hace sentirse completo, pero quiere seguir creciendo. Eso quiere enseñarles a sus hijos.

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“Aprendí mucho en todos mis trabajos. De los primeros, a ser paciente y persistente. Del macheteo a ser fuerte y a soportar la presión. De vajillero, a valerme por mí mismo, sin pensar en que alguien iba a ayudarme. Hoy me puedo subir a mi moto feliz, sin preocupaciones. Al trabajar en seguridad, comprendí sin miedo que la vida dura lo suficiente para disfrutarlo todo. Así que para mí, todo está 8/20 (Positivo)”.

Ocho/veinte

Obstáculos

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La necesidad me obligó a trabajar como vigilante de seguridad. Aún así; a mí no me molestaría que mi hija cuando sea adulta, se dedique a esta labor. Es muy

gratificante. Duro, pero vale la pena. Este trabajo me da de comer todos los días y le puedo dar a mi familia lo que necesita.

Cuando yo era niño terminé mis estudios primarios y mis padres no me quisieron apoyar para la secundaria. Sí tenían dinero, pero tienen otra idea de la vida.

Apenas podía defenderme y me mandaron al campo. Decían que el trabajo era más importante que los estudios, pero ahora me doy cuenta de que no es así.

Hubo muchos días en que me partía las manos para cosechar y nunca vi una recompensa. Agotado, con dolores en las extremidades y espalda llegaba a mi humilde vivienda, cansado.

Capítulo 1Obstáculos

A la siguiente madrugada, tenía que estar nuevamente en pie y listo para una nueva jornada. Mis pequeños dedos hacían trabajos que a lo mejor eran para adultos. No me sentía bien conmigo. Entonces, la desesperación por separarme de mis padres me hizo cometer un error. Embaracé a una chica de 16 años y yo tenía 21.

No quise ser un irresponsable y enfrenté la situación. Me independicé y seguí las labores del campo. Como el dinero no nos alcanzaba y mi hija estaba a punto de nacer, decidimos migrar a Quito.

Con ropas humildes y sin saber qué rumbo tomar, llegamos a la capital. Fue increíble ver esos edificios gigantes, carros por todos lados, la gente corriendo de un lado al otro. Era difícil acoplarse a ese ritmo de vida, pero nos tocaba.

Varias veces me sentaba a llorar en silencio para que mi esposa no me vea, porque no quería desesperarla. En ocasiones

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no comía para llevarle un pedazo de pan a mi familia. La cosa se complicó, cuando nació mi pequeñita que tenía más necesidades que mi esposa y yo juntos.

Algo tenía que hacer y gracias a Dios conocí a una persona que me ofreció laborar en su finca, cuidándola. Me dieron un sitio donde dormir y comer, pero la plata seguía siendo un gran inconveniente.

Un día, conocí a un supervisor de vigilantes y le dije que si necesitaban a alguien, me ponía a sus órdenes. Es así que me dieron la oportunidad y pude conseguir el trabajo.

Al comienzo me tocaba permanecer largas horas de pie, pero el tiempo pasó y fui ascendiendo poco a poco. Ahora soy supervisor y las cosas van bien, siento que

hice lo mejor a pesar de los inconvenientes.

Capítulo 1Obstáculos

Mi niña tiene que ver en mí un ejemplo de superación, es por eso que voy a estudiar y a terminar lo que no pude. Ella tiene que ser una profesional y si quiere ser vigilante, va a ser diferente porque tendrá otras bases más fuertes y ascenderá más pronto que yo.

Ya han pasado cuatro largos años, desde el día en que ingresé a laborar como vigilante. Lo que empezó como una necesidad se convirtió en mi segundo hogar.

En la empresa donde trabajo, tengo un nominativo. Para que no me identifiquen diré que me llaman “Astucia”. Así soy y gracias a eso, he podido superarme y más que nada, atravesar los difíciles obstáculos de este mundo que te mira con desprecio, tristeza y a ratos con burla. Todo eso por ser del campo.

Eso no quiero para mi primogénita. Ella será diferente y bueno; haré todo lo imposible para que así sea. No quiero

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que la humillen, porque es lo mejor que Dios me ha dado y por eso tendrá lo mejor de mí.

Quiero comprarme un terreno en Quito y construir mi casa. Allá en mi tierra soy dueño de una herencia, pero deseo algo hecho con el sudor de mi frente.

Esto es solo una parte de los sueños y anhelos que tengo. No me gusta jactarme de nada, pero he conseguido lo que he querido hasta ahora y sé que soy capaz de mucho más. Algunos familiares se fueron a España y cuando vienen a Quito, se sorprenden al ver lo bien que me siento junto a mis dos razones de vivir: mi esposa

amada y mi hermosa hijita.

Ojalá algún día mis padres reconozcan que se equivocaron, aunque lo dudo. Ahora son más viejos y su mente no es tan abierta.

Capítulo 1Obstáculos

El tiempo pasa, el reloj a veces parece detenerse, incluso un día soñé que ya no podía más y estuve a punto de bajar los brazos y dejar de luchar.

Sin embargo; yo no sirvo para sangrar a mis papás. Hay personas que sí lo hacen, pero yo no y punto.

Estas líneas que se escriban de mi vida, deben exaltar la valentía de mi esposa e hija, más que la mía; eso es porque ellas me han sabido apoyar en todo momento. Ellas son las verdaderas astucias, ya que me aguantan.

El tiempo sigue su ritmo. El tic tac no para ni un solo rato, ni siquiera para ver si dio bien el paso. Por un lado, soy como ese reloj que camina y camina sin regresar a ver. Así hay que ser en la vida, continuar a pesar de lo que se presente.

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Cuando mi hija sea grande, quiero que sepa que su padre es un luchador lleno de paciencia y perseverancia.

Todos los días por la mañana, me arrodillo ante mi Dios para agradecerle principalmente por la salud. Ya que sin ella, simplemente no tendría un trabajo.

Obstáculos

Maquillajes de mujer

Capítulo 2

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H ace cuatro años comenzó mi nueva historia de vida, la tormenta por fin se apaciguó. Decidí que ya no ocultaría con maquillaje, la sangre

de mi cara y el dolor de sus golpes. “Se acabó”, me dije ese día, mirando la tierna y asustada mirada de mi hija; que no comprendía por qué su padre descargaba su borrachera sobre mi cuerpo y sobre mi alma.

Ahora tengo 24 años, mi retoño de amor, 4. Somos mi hija y yo, eso es lo que importa. Por ella y por mí, es que ahora crezco y dejo que las ramas y los frutos de mi corazón florezcan.

Ese día que él casi me mata, fue la línea bien marcada que nos separó definitivamente.

Ahora, me miro en perspectiva y veo que la de antes era una mujer que agachaba la cabeza y que pensó estar enamorada. Tal

Capítulo 2Maquillajes de mujer

vez fue así, pero sus puños machacaron el cariño que a lo mejor sentía por él. La mujer de ahora, es una soñadora que supera las duras barreras que se cruzan en el andar cotidiano de un mundo machista.

La última palabra del anterior párrafo, fue una de las causas que puso fin a un matrimonio lleno de espinas, que provocaban en mis ojos lágrimas pintadas de rojo.

Recuerdo bien esa mirada viril y semental, al verme vestida como hombre. ‘Eso no es para tí. Es un trabajo de hombres; anda a lavar, planchar y cocinar, que para eso sirves. La vida de vigilante es para los varones’, gritaba él, hiriendo aún más mi ego.

Aún así, proseguí contra esa marea de insultos y humillaciones diarios. A la semana de estar trabajando en seguridad, su honra no aguantó más y quiso dejarme casi muerta para que no continúe. Por poco y se le pasa la mano.

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Entonces, intenté ocultar los moretones de mi rostro, con maquillaje para que mis jefes no se dieran cuenta, pero se enteraron.

Su apoyo fue incondicional. Muchos se ofrecieron a acompañarme a poner una denuncia, pero preferí hacerlo sola y enfrentar esos temores con valentía. Luego, me separé. Decidí dejarlo con sus arrogancias y sus amigos, a quienes metía a nuestra casa, poniéndonos en riesgo. Me armé de valor y me fui de su vida.

No niego que ser vigilante de seguridad es una tarea difícil, lo es. A muchos les extraña ver a una mujer metida

en ese traje, a otros los llena de arrogancia como mi exesposo, les causa vómito.

Es más de un año que ya no vivo con él y poco a poco he demostrado de lo que soy capaz.

Capítulo 2Maquillajes de mujer

Al separarme comencé a estudiar el colegio y lo terminé. Es duro ser madre, trabajar e intentar obtener una profesión, pero me demostré que sí podía. Mi hija vio a su progenitora incorporarse y culminar sus estudios secundarios.

Pero aquí no termina esto, pues me faltan muchos escalones por subir. El siguiente es estudiar en la universidad. Muy pronto seré una de las mejores ingenieras del país.

Si Dios quiere, el otro año comienzo la universidad y mis jefes me dan las facilidades para hacerlo.

Demostré que podía crecer. En el trabajo me fueron ascendiendo. Luego de ser vigilante y soportar durante largas horas; el frío y el dolor de piernas, me ofrecieron un puesto mejor y logré cumplir las tareas encomendadas. Vino un segundo ascenso que me dio mi posición actual.

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Dos años y medio aguanté sus irrespetos, muchos me preguntan por qué lo hice, pero ni yo lo comprendo. Ahora tengo un novio y me siento bien con él, sin embargo las heridas que me dejó mi anterior relación me marcaron y tengo cierto recelo.

Mi hija asistió a terapia psicológica, porque ella también quedó mal. Antes no se acercaba a nadie, era introvertida, pero voy a hacer hasta lo imposible para devolverle su infancia. Aún es pequeña y gracias a Dios, me separé de ese mal hombre. Dice que ya ha cambiado, pero pienso que si una persona es así, nunca va a cambiar.

Sus golpes no pusieron el punto final a mi vida, no dejé que él me controle y termine esta historia. Ojalá que esto sirva a otras mujeres que son agredidas por sus parejas, para que sepan que sí se puede salir adelante sin ellos.

Capítulo 2Maquillajes de mujer

Tampoco hay que cerrar la posibilidad de conocer otras personas, porque así como las hay malas y cobardes, también las hay buenas. Por eso le pido a Dios que me ayude para que en mi camino, ponga a alguien que nos respete y nos quiera a mi hija y a mi. Si eso no pasa, no me incomoda vivir sola, ya estoy acostumbrada y prefiero eso que estar con un maltratador.

En el andar diario todavía se presentan problemas, pero con lo que superé se me hace más fácil enfrentar obstáculos.

Sufrí dos accidentes de tránsito, pero la fortaleza que me dio esa experiencia anterior, me ayudó a salir adelante y con honores. Tres meses pasé en el hospital; sin embargo, esas llagas son más fáciles de curar que las que te deja alguien que constantemente te hace sentir una basura.

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Mi adolescencia también fue dura, pues mi madre se fue a vivir en los Estados Unidos y me crié con mis abuelos. Ella me ayuda mucho actualmente, pero no tenemos una relación tan fuerte.

Lo importante en este momento es que ahora, me pongo maquillaje para verme bonita y no para ocultar los moretones de mi cara. Hoy soy una mujer diferente que sale sola y lucha por una vida mejor.

Voy a salir adelante pase lo que pase.

Maquillajes de mujer

November

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En el bosque, un lobezno muy joven hace guardia. Troncos de concreto, ríos cristalinos de aluminio, abundantes estrellas artificiales: un bosque de metal.

-“Reporte novedades…”-“Ok positivo, seguridad de locales trabajando consu respectivo Alfa”.

Diez de la noche A pesar del frío, él permanece en su punto; inamovible. Las personas vienen y van, los últimos empleados de las tiendas de comida se retiran a sus casas. Los empleados de limpieza hacen su cotidiano recorrido de llegada. El bosque se va poblando de

figuras de la noche.

“Mi trabajo nocturno es recibir lo que son prendas, verifico si hay novedades, veo cómo están las puertas. Después, tengo que verificar

Capítulo 2November

en la entrada, al personal que se va y toca a veces preguntarles de dónde vienen para confirmar qué locales están ya fuera de servicio. También se apunta en la bitácora los horarios de cierre de locales a partir del comienzo de turno…”

En las noches de la Costa, cuando era un cachorro, el calor abrigaba la casa. Regresaba del trabajo en el campo bajo un sol canicular, al terminar la tarde. No soportaba esta labor y aunque estaba obligado a ella, comenzó a rebelarse. Entonces, recibió todas las críticas de su familia. Ya era difícil escuchar las palabras de la madre que lo tildaban de vago y ocioso, pero era aún más duro saber que su padre llegaría borracho.

Afuera el viento muy leve sacudía las palmeras y las hojas de los árboles de frutas. Lo mejor, sería quedarse dormido y ceder al arrullo de los sapos.

“No tuvimos el apoyo necesario de nuestros padres, por eso nuestra obligación era venir a Quito, salir adelante, tener

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un futuro. Mi papá tomaba mucho, a veces no se preocupaba de nosotros. Mis padres discutían mucho, cosas de pareja; supongo. Muchas veces ‘se iban de manos’. También nos castigaban a nosotros”. -“Vaya 10/ 30, 10/ 9…10/30” -“Le copio”-“Por allá, aplique su papa, ¿allá en su papano ha venido un tango?”-“Negativo, negativo”

Once de la noche Patán pasa silbando. El flujo de personas es menos

denso. Pero, a esta hora todavía ingresan los dueños de algunos de los locales comerciales, a hacer cuentas. El bosque se llena de ecos, los sonidos se distorsionan. Se cae una escalera, un

hombre carcajea, Patán pasa silbando. En otro

Capítulo 2November

piso, dos niños corretean, ríen y lloran como fantasmas. El frío ya congela.

“Hasta las 12 se hace un reporte cada hora, luego cada 15 minutos, de paso que confirman que no nos hemos dormido. Yo ya estoy acostumbrado y sí, me gusta mi trabajo, no me quejo. Es tranquilo, como yo paso acá adentro, no siento mucho el frío”.

Los gritos eran más fuertes que el croar de los sapos del arrullo. Su padre había llegado otra vez pasado de copas. Él y su madre discutían. Luego ella corría a esconderse entre los árboles, los hijos también huían. Entre los árboles, los niños encontraban el sueño hasta el día siguiente. Luego el cachorro de lobo jugaba a la lucha libre. Sus padres se separaron: su madre viajó a Quito y su padre a Guayaquil con la hija menor. El lobezno quedó solo con su hermano, al cuidado de un tío.

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“La separación de ellos nos afectó a mí y a mi hermano, porque no pudimos acabar el colegio. Mi mamá nos visitaba y nos compraba algo de ropa. Su actitud cambió para mal, cuando se separaron. Estaba más enojada, nos castigaba más. Mi papá era como ni existir. Nos criamos uno por aquí, otro por allá. Ahora que ya somos adultos, mi hermano y yo estamos en el mismo territorio aunque no vivimos juntos. Salimos adelante”.

-“Procedan, procedan…bravo papa señor…en la 8 coordínese con el pupilo de punto”-“Sierra, ya coordinamos con el mencionado para aplicar 10/38” -“Punto como ya sabe: Gacela a Halcón…”

Doce de la nocheEl silencio se rompe solo cada 15 minutos. Si

llegara el sueño; la motorola lo sacude al cuarto de hora, como un gallo salvaje. Casi cuatro años

Capítulo 2November

como vigilante, lo han programado para controlar el sueño en el horario en que los demás duermen.

“Sí se tiene sueño, se pide permiso al supervisor, para ir al baño y echarse agüita…Hay cierta hora en la que sí da sueño y como aquí dicen que todos somos seres humanos, entonces se sale a dar una vueltita por la entrada nomás; así a uno le entra el frío y el sueño se va. Ahora, el trabajo se me hace más fácil porque ya sé cómo es. Como muchos otros, yo también quería irme a los dos o tres días, pero no me fui: le puse más ganas, más esfuerzo y aquí estoy…Debo demostrarles a todos que no soy el hijo que pensaban, ya he crecido, he madurado, soy responsable y gracias a Dios ahora estoy feliz”.

El lobezno estaba creciendo y se sentía solo. Su madre regresó de Quito y su carácter no había mejorado. Un día ella le exigió que se vaya. Fuera de la casa, tuvo que arreglárselas para vivir,

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trabajando por sueldos bajísimos como pintor y distrayéndose con los juegos de maquinitas. La tristeza era profunda. El lobezno no se sentía en paz consigo mismo, no tenía a nadie que lo apoyara. Un resentimiento muy fuerte hacia la madre, era alimentado a diario por el padre.

Años después, regresó a casa de su mamá y pudo sentirse en su refugio nuevamente. Perdonó y se sintió perdonado.

“Lárgate donde tu padre, no te quiero volver a ver: me dolió mucho. Yo tenía 14 años. Mi mamá hacía que todos los sábados vaya a Guayaquil a ver el dinero que debía darnos mi papá. Él a veces daba y a veces no. Una vez mi papá no me dio

nada. Cuando regresé a la casa, mi mamá se enojó porque llegué sin plata.

Entonces, me botó de la casa. Tuve que ir a vivir con mi papá y ver en qué trabajaba,

Capítulo 2November

porque él no iba a mantenerme. No tenía ni qué comer, no tenía con qué comprarme unos zapatitos, ni nada. Para llegar al trabajo, debía caminar muchísimo, porque mi papá no me daba para el pasaje. Lo único que me distraía era jugar en las maquinitas de monedas. Me hice vicioso del juego.... Metes plata, si la manejas bien: duplicas. Me gastaba toda la plata que tenía hasta que una vez, sin decir nada fui, metí tres monedas y gané 120 dólares…lo primero que hice fue comprarme un par de zapatos y ropa”.

-“Confirme 10/30 en el Este,- confirme Trueno”-“R1 Águila 2, Trueno,-Alfa Romeo, Trueno, -Trueno Águila 4…”

Una de la mañanaHan salido casi todos. En este bosque; el lobezno, al levantar la mirada puede verse a sí mismo en el reflejo del aluminio.

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Desde que salió de su manada, ha crecido mucho. No le tiene miedo al juego cruzado de los espejos del bosque, tampoco a los ruidos extraños.

“Reporte de novedades, prendas y consignas, cierre de puertas, sin novedad al momento. Esto hacemos a cada rato. A estas horas ya hace frío y da sueño. Pero es imposible dormir, aunque alguno sí se duerme parado… Lo que puedo decir es que, ahora, gracias a Dios, estoy feliz porque me demostré a mí mismo que todo lo malo se acaba y que cada día se puede comenzar otra vez. Por eso, a las seis de la mañana yo estoy listito para comenzar los reportes nuevos hasta las 8:30 que se acaba mi turno”.

Se emocionó mucho cuando su hermano menor fue a buscarlo. Éste había viajado solo a Quito y él lo hizo también; escapando de su padre y reconciliándose con la madre. Aquí se

Capítulo 2November

acabó la mala noche y comenzó a sentirse en paz. Comprendió que lo que había vivido le había enseñado a ser fuerte y sensible al mismo tiempo.

“Si uno tiene esos remordimientos, no puede estar en paz. Yo superé todo cuando vine a Quito. Es mi historia y no la borro, porque sería traicionarme a mí mismo, pero la miro y sé que cambié mucho. Siempre seguí adelante. Aquí comenzó la vida. Como ayudante de panadería comencé a ganar mi propio dinero. Después aplique para trabajar en vigilancia y ya no paré. Pude comprarme mis cosas, me independicé.

Mi madre y yo nos perdonamos porque yo entendí su situación con mi papá y porque ella vio que yo no era lo que pensaba. Primero; lo hice todo para demostrarles a ellos que era otra persona, que no era lo que decían; segundo, lo hice para salir adelante, para sentirme feliz. Ahora piensan lo contrario y

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yo estoy orgulloso de mí mismo; alguna vez me dijeron que yo bien pude ser un pandillero, por la vida que me tocó; pero no. A pesar de todo salí adelante, trabajando honestamente”.

Las sombras se disipan y el lobezno queda solo por un momento. Dentro del bosque nunca es de noche: todo está hecho para mantener un día artificial. Lo único que nos devuelve las verdades es mirarnos al espejo cerrando los ojos. El lobezno no dejará de hacerlo.

“A veces, me pongo a pensar qué sería ahora de mí si siguiera allá y pienso y soy muy feliz, porque antes no podía decidir y

ahora sé que puedo llegar a dónde sea y ahora estoy donde quiero estar”…

November

Pasos firmes

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Muy temprano por la mañana, se despierta con el cálido beso de su esposa. La pereza intenta jugarle una mala pasada, pero no se deja. Levanta sus ánimos y se viste.

Un respetable desayuno lo espera en la mesa y come, entonces; vienen las bendiciones y se despide.

Varios minutos después, camina despacio por el pasillo pequeño que aparenta un túnel que lo lleva a dos direcciones: su casa y trabajo; a veces, al voley, que es lo que más le gusta

Ya en la calle se acerca presuroso al sitio donde debe coger el bus urbano que lo lleve a su trabajo. Empujones vienen y

van, mientras con esfuerzo se abre paso entre la multitud que pelea y forcejea en la puerta. Unos van colgados literalmente, pero Juan se abre paso como sea: por gracia del cielo consigue un asiento. “Siga, siga señor para atrás”, grita

Capítulo 2Pasos firmes

el cobrador… “¡Qué crees que somos animales!”, responde un usuario molesto.

Cuando el bus ya marchaba con velocidad, se encuentra con una gran fila de carros que parecen estatuas. El reloj camina sin regresar a ver y algunos estresados gritan “¡Muévete lento, una tortuga es más rápida que vos!” Juan cierra por un momento los ojos…

En eso, el conductor gordo enciende la radio y busca como loco la emisora donde el vallenato o la música chichera, le dan ánimos para mandarse más de 14 horas al volante.

De pronto, suben al bus tres sujetos malencarados con bolsas de caramelos en la mano. Bajo amenazas indirectas obligan a más de uno, a comprarlos. “Hace una semana, salí de la Penitenciaría ñañito. Vine a la capital para trabajar, pero nadie me quiere dar una oportunidad. Así que espero me colabores, ya que prefiero

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pedirte, que meterte la mano al bolsillo. Ahora paso por sus asientos para ver quién escuchó mis palabras. No te hagas el dormido que es peor”, culmina su discurso mientras los otros compinches codean y amedrentan a los pasajeros. Más allá se bajan.

El vallenato parece sacar lágrimas al chofer, quien canta a voz en cuello; el cobrador empieza a hacer chistes un tanto despectivos y agrios que solo a ellos los entretienen.

Y por fin, Juan llega a su destino e intenta salir rápido para no pasarse de la parada, pero no lo logra. Cinco cuadras más adelante, le deja el carro y le toca caminar lo más rápido que puede para

llegar a tiempo a su empresa.

Allí está encargado de dirigir y controlar a los vigilantes de seguridad que custodian el sitio donde labora.

Capítulo 2Pasos firmes

El día pasa lentamente y por fin llega la hora de almuerzo. Luego, la noche cae y el sol ahuyenta a las estrellas. Mira el reloj y se despide de sus compañeros.

Su regreso es muy parecido a su llegada. Finalmente, se baja sudoroso del bus, saluda a los vecinos y abre la puerta de la casa. Ahí le reciben con alegría sus pequeños retoños y esposa.

Descansa y el dolor bajo los brazos es insoportable. Su amada mujer con cariño le ayuda a retirar las muletas y por fin se acuesta.

El malestar en la pierna no lo deja dormir a ratos. Hace unos años casi la pierde, pero gracias a Dios se recuperó, no al cien por ciento…claro que no…

Cuando era supervisor motorizado, tuvo un accidente de tránsito, que casi le cuesta las pierna. Muchos meses pasó luchando contra los pronósticos médicos y logró no perderla.

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El dolor es intenso, incluso ahora, pero ya se ha acostumbrado a él y sabe controlarlo.

La inevitable muerteEl nombre de Juan es tradicional. Su abuelo y padre se llamaban igual que él.

Se crió más con sus hermanas y padre, ya que a la edad de dos años perdió a su progenitora. Es el último de un total de diez hermanos, fue el mimado de la casa.Perder a su mamá representó un gran vacío para su alma; sin embargo, sus ñañas hicieron lo imposible para llenarlo.

Muy poco la recuerda o más bien dicho nada. Solamente a través de fotografías intenta imaginarse cómo era: dulce, caritativa, trabajadora, alegre, triste; Dios sabrá cómo era.

Capítulo 2Pasos firmes

A la edad de 23 años decidió unir su vida a la de una hermosa mujer que le hizo palpitar el corazón. Ella, debía ser la escogida y por nada del mundo la dejó escapar.

Por aquella época a los 75 años, a su padre le pesó tanto el tiempo, que terminó en la tumba. Fue un golpe bajo. Él le dejó heredados principios como la honorabilidad, honestidad y el don de ser trabajador.

Para Juan, es lo peor que le pudo pasar en la vida. Como no pudo criarse con su mamacita, su padre era todo para él. Cada vez que recuerda esto, sus ojos se llenan de dolor, llanto y remembranzas…

Antes de que el papá de Juan emprendiera el viaje sin retorno a la eternidad, le miró a los ojos y le dijo: “Hijo, sobre todas las cosas, nunca tomes el camino fácil, ya que podrías manchar tu nombre y terminar mal”.

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Todas estas enseñanzas se grabaron por siempre en su ser y trata de llevarlas por lo alto, para honrar a su progenitor, quien desde el cielo de seguro vela por él.

Con Fe Durante diez años consecutivos, ha asistido a la dura caminata de El Quinche. Trepó las montañas, se cayó, ayudaba a que los otros continúen hasta alcanzar ese objetivo.

Regresaba a casa y se iba a trabajar en un negocio que le salió mal. Por eso, debió buscarse otro espacio, donde demostrar su gran capacidad y empeño.

Así es que le brindaron la oportunidad de ser supervisor de vigilantes. Trabajo difícil, pero eso le ha dejado muchas cosas buenas.En su interior tiene la corazonada de que algún

día volverá a caminar con la virgencita. Por ahora

Capítulo 2Pasos firmes

le resulta difícil, pero eso al parecer no impedirá su lucha.Es padre de hijos aún menores de edad, que están bajo su

responsabilidad. Uno de ellos admira mucho a su padre y quiere ser el mejor. Es un gran futbolista y estudiante. Muchas medallas cuelgan en una pared del comedor, donde los fines de semana se reúnen todos para comer exquisitos platos preparados por Juan.

Antes del accidente, salía a las afueras del barrio donde compartía un buen partido de voley. Ahora solamente lo mira de lejos, pero asiste a esos encuentros, en los que antes era el temor de los demás jugadores.

Desea lograr esa meta, como todas las que se ha planteado. Por ahora, es un fiel observador de esos partidazos que le ofrecen un lugar en el futuro. Juan es un verdadero luchador que a diario vive con un intenso dolor, que no lo vencerá. Odia que

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le traten diferente; porque no lo es: ríe, llora, trabaja como todos. Quizá lo que lo separa de mucha gente, es que no ha dejado de creer, de tener fe en sí mismo y eso lo convierte en un ser único como pocos.

Pasos firmes

Libertad:La hermana chueca del amor

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Bahía Tropical‘La Honestidad es una palabra tan sola’

A l llegar la noche, las ideas se cargaron de colores. Cuesta abajo, el camino trajo el recuerdo olfativo de las ventas callejeras y el grito de su oferta, aún

presente…A veces, ella lleva el cabello blanco, otras verde o azul. Muy cerca de sus ideas, los colores toman vida, crecen con ella; luego caen y vuelven a nacer. Las palabras también lo hacen; los pronombres se destruyen en las bocas, porque no lo dicen todo. A pesar de muchos, las letras no tienen sexo.

-Colores…mi identidad siempre es transparente, deja ver a través de mí, cómo y hacia dónde bombea mi corazón. Todos saben quién soy, todos saben de donde vengo…

Capítulo 2Libertad; la hermana chueca del amor

Yo soy así, como me ven: en los ojos de las personas, nace la realidad. Hace años que reemplacé mis trenzas con el cabello a ras de piel, hace años que reemplace los tacones de los lunes en el colegio; por los zapatos que comercialmente, son para hombres. Así me siento cómoda. A mí no me gusta un escritorio, a mí no me gusta una oficina; yo prefiero el día que se hace a cada minuto en la calle, sobre mi moto.

En mi actual trabajo, sí he encontrado muchos amigos, pero también gente que debe decirse “¿y ésta qué mismo es?” Queda claro que soy una mujer. Pero, como diría la versión alternativa inédita, de una canción de “Los hermanos Moreno”, soy “una mujer que busca a una mujer”.

Sobre la mesa, alguien dibujó una bahía tropical que tiene los colores de un ocaso costero. Una vela casi se apaga, pero la noche solo es una niña oscura que aún no tiene sueño.

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Muerte Lenta no‘Olvida mi vida, las tentaciones destructivas…Mentira, mi vida. No quiero más mentirte amor’

-Eres criada en un esquema donde las cosas son así: ‘mujer mujer’, ‘hombre hombre’.

Tienes las imágenes de toda tu vida, donde las parejas y las relaciones son de una manera y no de otra. Entonces si

sientes diferente a lo que se te exige, sientes culpa y piensas que debes hacer las cosas

bien. Llegó un momento en mi vida en que pensé que podía cambiarme y dije “el man es mi salida”.

A contraluz, los rostros se configuran diferentes, sus tonos básicos oscurecen.

1 .- Traducción de una parte de la canción ‘Honesty’ de Billy Joel.2.-Frase de la canción ‘Mentira’ de La Ley.

Capítulo 2Libertad; la hermana chueca del amor

Las sombras cortan a tajo las imágenes previas de las caras. Lo conocido se autodestruye, porque no es lo único. Basta jugar un poco con las luces, basta con la violencia de las sombras para poder sacarse el maquillaje. Así estamos más cómodos.

-Uno cree, uno confía en que lo que dice la mayoría es, aunque uno sienta diferente; pero uno no puede mentirse a sí mismo.

Yo tuve un amor que me marcó profundamente. Lo que sentíamos, era solo entre ella y yo. Aunque estaba feliz, no me sentía bien. Me dije a mí misma: “esto no está bien, mi mamá se va a poner mal, como voy a hacerle esto a ella”. Yo pensaba mucho en mi mamá, porque no quería que sufra más.

Ella y mi padre se separaron, porque a pesar de que él siempre fue muy recto, se enamoró de otra mujer y se fue.

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Entonces, yo no quería dañarla más. Creí que debía tener a alguien en mi vida, que cumpliera con las expectativas sociales –es decir, un hombre- y que quizá me ayudara a olvidarme de lo que sentía. Eso nos lastimó mucho a todos.

Yo lo quise mucho, pero no era yo cuando estaba con él. Él es muy importante para mí, incluso ahora. De ese intento de ‘salir del lado torcido de la vía’, vino a mí el mejor regalo que es mi hija. Ella es lo mejor que tengo como producto de aquel intento y con ella descubrí que no debía seguirme engañando. Me fui de la casa; agarré a mi hija y me fui. No

quería saber de la vida. Entonces, encontré a mi pareja actual. Son trece años de eso, ella es la mamá de mi hija. Aunque a veces me he portado como cual varón de esos que no tienen componte, ella nunca

se ha ido de nosotras.

Capítulo 2Libertad; la hermana chueca del amor

Afuera, las luces de la ciudad en la zona de la fiesta prolongada, dan directo en ráfaga a los ojos. Cuánta gente que persigue, que busca, que quizá hoy no encuentre nada más que una amarga borrachera. Caminamos lento, porque hoy no buscamos nada. Quizá algo nos encuentre, quizá la vida nos agarre con confianza.

La casa del jabonero3‘Pues no, yo no. Sobreviviré. Mientras sepa cómo amar, se que estaré vivo’

Camino a la entrada, las personas no le ponen frenos al amor. Aquí no te piden documentos, porque no existen (al menos en el país) las cédulas gay. Sin embargo, todos llevan su identidad tan evidente como la piel. ¿Raros, mecas, chuecos, locas?; todas las palabras nos pertenecen.

3.- Traducción de parte del coro de la canción ‘I Will Survive’ de Gloria Gaynor.

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Reconstruyeron esas etiquetas que insultaban y las hicieron suyas: les dieron la vuelta y ya no insultan; todo con amor.

-Estoy segura de que mi presencia, mi forma de ser dan mucho que pensar. Donde yo me pare no van a decir esta es una niña. Yo no. Siempre he sido así. A mí me gustan las camisas, los zapatos de hombre, toda la vestimenta de hombre. ¿Estará bien, estará mal?, pero me gusta. Uno debe ser lo que es en la vida, al que le gusta bien y al que no, ni modo. Sin embargo, para la aceptación mía fue muy duro, sobre todo en mi familia. Aunque creo que siempre se

dieron cuenta.

Como siempre me gustó el fútbol, siempre me vieron en esas cosas que supuestamente son de hombres. En el

fútbol conocí a varias de mis parejas. La

Capítulo 2Libertad; la hermana chueca del amor

verdad es que puedo decir, que en el fútbol hay bastante…Esa es ‘la casa del jabonero’.

Puedo decir, que es la puerta principal…Desde los veintidós años soy árbitro de fútbol. Pito en partidos de hombres y mujeres. Es lo que me encanta. Mi hija juega también y yo la cuido mientras lo hace. Siento que ella me ama muchísimo y eso me hace muy feliz. Cuando llueve; ella me llama y me dice ‘cuidaraste, escamparás, pondraste el chubasquero’...Si ella me ama y me acepta, no importa el resto: lo tengo todo. Aunque no lo sea para muchos, yo sí soy una mujer; pero las palabras solo etiquetan. Conmigo, el frasco les quedó grande...

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Me encanta la música electrónica, me fascina bailar, me gusta este lugar…Es mejor cuando no tienes donde poner un pie; todos nos movemos para el mismo lado…

Libertad; la hermana chueca del amor

La flor de mañana

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‘Amar hasta que duela’-”No me interesa estar bajo la lluvia, el sol, el cansancio. No pienso en mí, solo pienso en mis hijos y en mi esposa”.

Aquella mañana; poco a poco, fueron llegando las familias. Varios de los padres, con seguridad, aún llevan en sus manos el frío de la velada y el cansancio habitual de su

trabajo. Sus hijos toman esas manos que en ese momento, deben sentirse aliviadas, listas para arrancar un aguacate de algún árbol de los que rodean el espacio de las capacitaciones.

-”Yo ya estoy de bajada, me preocupa mi familia…”- “A veces hay gente buena que renuncia, quizá

sea porque el ritmo es muy fuerte.”

Los niños se dirigen a un lugar adecuado para ellos y sus padres, van en parejas a recibir un taller sobre ‘valores y familias de excelencia’.

Capítulo 2La flor de mañana

-”Mi familia y yo somos de excelencia. Mis hijos tienen las mejores calificaciones, mi esposa y yo nos llevamos bien. Trabajamos juntos, todo con amor y sin violencia. Eso es excelencia…”

Luego de un ejercicio de motivación; con rostro sonrojado, cada uno mira a su pareja. Quizá se reconozcan, talvez hace rato que no se detienen tanto en la imagen de la persona que les acompaña a diario. El día a día los mantiene alejados por cuestiones de trabajo y con seguridad; excepto los días libres, solo están juntos unas pocas horas. Mantener el amor es un ejercicio difícil para toda pareja, pero no cabe duda de que al mirarse a los ojos, muchos reconocen a la persona de la que se enamoraron.

-”Cuando una persona tiene una familia estable, trabaja mejor”. -”Cuando estoy trabajando, por más cansado que esté, recuerdo a mis hijos y eso me da fuerza para seguir. Es motivador.”

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Las palabras de afecto vienen y van. Las razones por las que ahora están juntos se actualizan y entonces, los abrazos no faltan, tampoco los besos. La vergüenza inicial es una buena señal, pues el ambiente se va llenando de un aire de primer amor, de reconquista. En ese sentido, se comprueba que es muy útil hacer el pequeño esfuerzo de volver al principio con la memoria.

Muchos se habrán conocido en su punto de trabajo, cuando vigilaban el lugar donde estaba el ser con quien hicieron su familia. Muchos crecieron en su labor de la mano de aquella persona. Otros, están agradecidos por el azar que les puso en ese

punto, para poder encontrar a su compañera de vida. Los recuerdos se van enlazando, vuelven a sentir maripositas y lo genial es que las sienten con la persona con la que llevan años y con quien quieren

seguir el camino, aunque pueda ser espinoso.

Capítulo 2La flor de mañana

Las esposas muestran admiración por la labor de sus parejas. Finalmente, ellas son las que conocen mejor que nadie, el esfuerzo que ellos realizan. Dan valor al sacrificio que sus esposos hacen todos los días, expuestos a los caprichos de la temperatura de la ciudad y a los peligros que nunca faltan.

-”Yo sé que es peligroso, pero me gusta trabajar en seguridad…” -”A mí si me preocupa que algún día, Dios no quiera, algo le pase mientras trabaja. Todos los días espero que regrese completito.

Todo el tiempo, ruego que una llamada por teléfono no me traiga una mala noticia. Lo bueno es que sé que el está capacitado para lo que hace, entonces me calmo mucho y espero que regrese a casa.”

Sentados sobre el césped, reunidos con sus hijos o jugando con ellos a subir la cuerda; los padres se ven felices y relajados. Acá no

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sienten la tensión del día a día ni la preocupación que por más que sea controlada, los presiona continuamente durante su labor. Las esposas se muestran bastante cariñosas, los hijos también. El minuto que pasa es el que tienen claro. Se va realizando con la vida, entonces sienten la certeza de que ese pequeño tiempo se prolonga; al menos en sus corazones, porque el tiempo no perdona nada, sigue y nos deja atrás…

Casa de papel, hogar de piedra-”Nunca faltan las dificultades. A veces sí se tienen las peleas típicas de toda pareja, pero siempre agradezco tener a mi esposa. Siempre le digo que ella es más que una esposa para mí, es como mi madre…”

Los marcadores de colores viajan entre los papelotes. Los niños dibujan su casa: ventanas de papel, cortinas de brillantes tonos y mascotas de otros mundos. Mientras tanto, hay un correteo

Capítulo 2La flor de mañana

de padres y madres que levantan los cimientos de madera de una casa de paredes de papel. Aquí no hay competencia, pero si una necesidad que vuela por los aires, de estar dentro de algo: todos queremos entrar en nuestra casa. Jugar a construirla, a hacerla entre todos, reafirma la idea de ‘familia’. Los padres se vuelven niños y se arriesgan a imaginar que el espacio vacío del techo es una claraboya para ver las estrellas. Otros asiduos a las tijeras, arrancan formas aéreas del papel cometa…Estar en la casa cumple el objetivo, pues recurre al símbolo perseguido del hogar. Adentro, la alegría habitual de los niños y la tranquilidad que el juego les otorga a los padres, se siente profundamente. Todos acordamos que queremos regresar, estar dentro de un lugar que nos devuelva a la madre y ésta a la familia.

Un hogar fuerte, a pesar de que el aire y el agua se filtren, puede permanecer y reponerse. Las paredes de papel se arrugan, se caen, cambian de forma y se convierten en indefinidas figuras, pero las familias siguen de pie.

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-”A veces me entra el aire por las botas. Pero al día siguiente; amanece, me las pongo, visto el uniforme, me subo en la moto y me voy a trabajar...”-”Siento que no importa lo que fui, sino lo que soy. Me he repuesto a muchos problemas. Mi familia ha estado conmigo en las buenas y las malas. Ahora soy feliz, no me quejo.”

El camino a recorrer es largo, porque dura toda la vida. Al parecer, muchos están listos gracias a que no tienen las manos vacías. Sus dedos enlazados terminan en los de sus esposas e hijos y ya juntos, los problemas suelen ser motivaciones. Éstas

quizá son extrañas, pero si aquí, las flores crecen entre espinas y cadáveres de otras flores; lo más

posible es que los niños y sus familias crezcan de otras semillas. Esa esperanza de mañana es una flor de loto.

La flor de mañana

En sus botas

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El humo del cigarrillo apenas deja ver los ojos medio dormidos del vigilante, en esa habitación de colores y música. Los sonidos salen de gargantas desgastadas por la

cerveza y el vino. Su boca se abre y deja al descubierto una extraña y leve sonrisa; entonces, disfruta, ríe, cuenta cachos y llora.

La noche comenzó a las 20h00 aproximadamente, se sentó frente a mí y ordenamos lo que sea… En la mesa de alado hablaban tan duro que más parecían gritos.

De pronto, pasó a su lado una hermosa mujer, que a través de su casi transparente pantalón blanco, dejaba adivinar la

forma exacta de sus curvas femeninas.

Pensativo, murmuró: “Una chica así me hace falta”. Un piropo no se detuvo en su boca y recibió una sonrisa.

Capítulo 2En sus botas

La noche siguió su rumbo y los colores se hicieron intensos. Uno que otro ya mareado, salió en busca de una muchacha que ‘le pare asunto’.

De pronto, me dijo que él es capaz de cantar mejor que el Ruiseñor de América J.J. y me retó…Le respondí que yo ni en la ducha… Soltó una carcajada y levantándose abruptamente, se acercó a la barra, para pedir el cancionero. Indicándome un papelito en blanco, me dijo: “Maestro cántese unita”. Ante tal invitación y a pesar de tener la voz más ronca que el motor de un carro destartalado; acepté, pensando: “pobres oídos nocturnos”.

Frente a mis ojos, vi un sinnúmero de letras que con la luz baja no pude a diferenciar. No le di más vueltas y pedí que escogiera por mí, la canción “La Quiero a Morir” del cantautor Francis Cabrel. Esa, es la que más me sé.

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Cuando le pasé el esfero gastado, comenzó a anotar las canciones. La que encabezó la lista era “Licor Bendito.”

Mientras esperábamos nuestro turno, varias personas interpretaron sus predilectas canciones. De repente, salió corriendo y regresó con micrófono en mano y dijo: “Ya pues dele”. Todo fue tan rápido que no me dio ni tiempo de acordarme cómo empezaba la letra, así que inicié por el coro. Sentí que los colores de la vergüenza se apoderaron de mi rostro, las manos sudaban tanto que el micrófono se resbalaba.

Poco a poco, fui cogiendo la tonalidad y en un momento de pausa agarré un vaso grande de cerveza y me lo

mandé de un solo sorbo.

Pujando terminé el reto y el ambiente no había cambiado para nada. Creí que todos iban a quedar en silencio asombrados de tan fea voz,

Capítulo 2En sus botas

pero nada que ver, todo estaba igual. Las luces daban vueltas, la mujer de pantalón blanco volvió a pasar, los chumados reían y los cigarrillos se consumían…

Al darme cuenta de todos esos detalles ya no traía el micrófono en la mano. Lo tenía mi acompañante. Para mi sorpresa, cuando la canción comenzó a salir de sus labios; el tiempo se detuvo. Los chumados dejaron la copa a un lado, la mujer de pantalón desnudo le regresó a ver con ojos llenos de brillo, los cigarrillos se detuvieron y el humo se quedó pasmado; el silencio fue total…

“Licor bendito, te necesito… Cuando estás cerca de mí… alegras mi corazón…” y todos los demás comenzaron a corear la canción. Aplausos vinieron al culminar las interpretaciones.

“Vaya, vaya, este hombre tiene don para cantar”, pensé.“Ya ve maestro, así se debe hacer. Con sentimiento sale bien, muy bien”, me dijo.

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La cerveza hizo efecto y ambos nos sentíamos embotados, así que decidimos pedir algo diferente. “Qué le parece amigo mío si le hacemos a un fuertecito”, me dijo. Yo acepté.

Unas diez personas más cantaron y luego apagaron el karaoke. Prendieron los flashes; y las luces láser cruzaban nuestras cabezas y cuerpos. Por el altavoz se anunció que el baile estaba por comenzar.

“Verá pana que yo soy bien varón. Estamos entre machos, se va a ver feo que bailemos los dos. Así es que, permisito hermanito que ya le traigo unas nenas”.

Entonces se fue y llegó con una mujer que le pasaba en porte siquiera por unos 10 centímetros. “Ñañito voy a mover las caderas, si desea saque una dama, ya vengo”, se fue

diciendo y meneando la cintura.

Capítulo 2En sus botas

“Pum, pum, pum, pum”, eran los tonos de una canción que no tenía sentido y repetía lo mismo y lo mismo, pero eso no impedía que los contorsionistas demostraran sus pasos más sexys.

Después de un buen tiempo, regresó mi acompañante a la mesa. Limpiándose la frente, dijo: “Ya pues mi licen, ahora sí, conversemos un chance del amor, los amigos y las mujeres traicioneras”. Tras estas palabras comenzó a contar sus penas. -“Verá panita yo estoy con una man que es casada. Esa tipa me anda llamando para salir, pero ya no la quiero ver. ¡Cómo jode maestro! Antes de ayer, me dijo que su esposo se había dado cuenta que le estaba traicionando conmigo. Según ella, algún chismoso vio cuando entramos a un motel. Todo eso me pareció ya pesado y por eso me estoy abriendo de esa tipa. Le cuento que soy casado y tengo hijos. Lo que intento ahora, es regresar a mi hogar, pero mi mujer no me quiere ni ver y peor mis hijos.

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Ellos desean que deje la vida bohemia y eso es muy difícil. ¿Qué le parece?”, me interrogó.

-“Pues bien, lo mejor es que se acabe ese compromiso. Mujeres de esa calaña, a nadie le convienen. Además, si se aleja del alcohol la relación con su familia puede mejorar”, le dije dudoso, porque no tengo idea de esas cosas.

Pidió otra botella de tequila y se puso a cantar. Para entonces, se me había ido la vergüenza. En los coros, cantábamos a voz en cuello y abrazados. En eso, volvió a pasar la mujer de pantalón blanco transparente y de pronto, se plantó delante de nosotros. Con su mirada directa, suave y sensual le acarició los

labios a mi acompañante y se retiró casi corriendo.

A los dos segundos escuché un “¡Pum!”y no fue la canción…Al regresar a ver a mi amigo, tenía los ojos desorbitados y llorosos y un hueco en

Capítulo 2En sus botas

la frente. Los gritos de un hombre, se escucharon a lo lejos. Su sentencia decía: “Eso te pasa perro, por meterte con mujer ajena”… Falleció en mis brazos.

Cálcense mis zapatos

Esta historia salió de los labios de un vigilante. No quiso decir cómo era su trabajo. Simplemente deseaba desahogar su corazón.La información de su vida, quizá se confunde en tiempos y detalles, pero es real.

“Ese señor que murió frente a mí era mi padre. Es el peor momento que he tenido en la vida. Mirar cómo papá se consumía en el alcohol fue tenaz. Yo decidí aquella ocasión, caerle al bar al que frecuentaba para acompañarlo. Yo quería vivir lo que él pasaba. Traté de ponerme en sus zapatos para ayudarlo a salir de ese infierno. Lamentablemente lo mataron frente a mí.

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Quería ayudarlo y no lo logré. Sin embargo, esa noche de tequila y cerveza compartí un retazo de su vida hecha infierno.

Charlamos, le aconsejé y me hizo reír. Decidí seguirle la corriente al principio porque al llegar estaba tan borracho, que no hubiera reconocido ni a su madre. Me hice pasar por un desconocido que quería beber con él. En serio, la pasé muy bien...Ahora tengo hijos y los adoro. Es por ellos, mi esposa, mi madre, hermanos y hasta por la memoria de papá; que trabajo duro. Ser vigilante es una tarea sacrificada, pero vale la pena. Yo surjo y crezco. Nada me detiene. Esa experiencia fue dura, pero la superé cuando vi por primera vez los ojos de mis niños

al nacer. Es hermoso, no entiendo cómo papá se olvidó de mis ojos…Basta con ver la mirada de mis niños, para querer vivir, para pelear conmigo mismo”

En sus botas

Las mil caras del amor

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“…Llevo ocho años con mi esposa y diez enamorado de otra...

Puedo estar enamorado profundamente de ella, pero no voy a dejar a mis hijos nunca, eso lo tengo claro. El amor que recibo de mis guaguas y todo lo que les doy,

compensa ese vacío que siento en mi hogar… Cuando uno es joven, cree que el futuro está muy lejos y

las cosas son muy fáciles: uno jode, juega, tiene sus noviecitas. De repente a uno le cae el mundo encima y le toca madurar a la fuerza”.

La espada“Me fui a vivir con mi mujer cuando yo tenía

20 años y ella 17. Solo habíamos salido un mes y metimos las patas. Mi esposa era menor de edad y antes de que se les ocurra ponerme una

denuncia o algo así, fui a dar la cara, yo soy muy

Capítulo 2Las mil caras del amor

responsable de lo que hago. Solo su madre nos apoyó. Por suerte, eso de trabajar no era una novedad para mí;

lo hago desde los 15 años, cuando mis papás se divorciaron. Me tocó salirme del colegio cuando acabé quinto curso. Es muy feo tener que salir tan jovencito a trabajar, pero fue bueno porque me hice responsable y maduré. Entonces, trabajé en un taller de mecánica. Era lo mejor, aunque no iba a diario. Me encantan los autos, quizá si no hubiera tenido que casarme, seguiría trabajando en eso…quizá algún día lo vuelva a hacer…

La verdad, nunca estuve enamorado de mi esposa y sé que ella de mí tampoco, pero ya todo estaba hecho y yo no quería que mi hijo creciera sin un hogar. Para poder mantenerlos necesitaba un trabajo fijo y entré a laborar como vigilante de seguridad. No estaba feliz, pero me tocó. Al principio no me gustaba nada. Era demasiado agotador, trabajaba hasta 13

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horas seguidas. A veces creo que nos ponían a prueba para ver si aguantábamos. Soporté porque yo quería que mi hijo tenga una familia. Ellos me mantuvieron en pie; por eso pude surgir y ascender y ahora estoy feliz, me gusta lo que soy. Ya no soy solo un vigilante, ahora coordino, hay gente que está bajo mi supervisión. Fue toda una carrera de ascenso que me duró 8 años. Con constancia y demostrando mi seriedad, lo he conseguido y ahora mi trabajo me gusta mucho…

Con esto no tengo problemas, pero en casa, las cosas no son color de rosas.

A mí, mi señora nunca me dice ‘mi amor como has estado’, ‘mi vida’; esas cositas que a uno

le llegan. Sé que mi esposa tampoco me quiere como pareja. Sí, compartimos mucho, por los niños. Salimos todos juntos al parque, a jugar…pero nada más.

Capítulo 2Las mil caras del amor

Nos hemos acostumbrado así. La verdad, no me preocuparía mucho si ella está enamorada de alguien más…creo que sería lo justo. Si algún día decidimos separarnos, lo único por lo que pelearía es por mis hijos. Ellos se quedan conmigo”.

La pared“¿‘La otra’, ‘la número dos’?, esos sobrenombres nunca dicen todo…Recuerdo bien cuando la volví a encontrar…Ya con esposa y 2 hijos, la vi nuevamente. Siempre fue la mujer de mi vida… Nos dejamos de ver mucho antes de casarme.

Cuando ella se divorció, me buscó otra vez…Se me revolvió el mundo. Dijo que nunca me olvidó, que me amaba...A pesar de que lo dudé un poco, nunca se me salió del corazón y entablamos una relación.

Desde entonces estamos juntos, salimos a bailar, conversamos... Por suerte, con ella todo es diferente a lo que tengo en casa. Me da todo lo que mi esposa no me dio nunca.

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La desatención que uno tiene en el hogar hace que otra persona ocupe ese espacio. Talvez si mi esposa fuera diferente pero no, es muy fría y yo tampoco puedo ser cariñoso con ella. Una persona que tenga su esposa, que ya sabe cómo son las cosas, busca algo distinto, más serio; algo real, no andar de la manito y cosas así, va a lo seguro, a lo que cubra las carencias de la casa…

Mi esposa debe imaginar lo que pasa, estoy seguro. A pesar de que por mi trabajo cuido mucho los detalles, he dejado demasiadas huellas. Ella no soportaría una separación, sobre todo porque sabe que yo haría todo por llevarme a mis hijos. Por eso no me dice nada, no se queja, no exige nada como

mujer. Aunque sea extraño todos estamos felices en silencio”.

Volver al padre“Mi padre era viejito. Yo le decía

‘hagamos una carrera de aquí hasta la

Capítulo 2Las mil caras del amor

puerta de la casa’ y yo salía corriendo, veía como se esforzaba por correr pero no podía…no avanzaba. Ese es el único recuerdo que tengo de mi padre.

Mi mamá se dedicaba a nosotros todo el tiempo. Era de esas mamás que están pendientes de todo, que te cuidan, que te ayudan para que salgas sin el permiso de papá. En cambio él, era como un extraño. Era un papá viejo, le pasaba a mi mami con 30 años. Era muy estricto. No lo recuerdo mucho, he aprendido a olvidar; pero sé que si no le obedecíamos, era muy posible que nos diera un buen correazo.

Nunca dijimos nada, pero todos supimos siempre que él tenía otra familia. No sé cómo lo sabíamos, pero era una verdad silenciosa. Aprendimos a vivir con eso, hasta que él se fue…

No creo que haya aprendido lo del silencio en casa, el problema es que nunca va a haber nada entre mi esposa y yo. Ella guarda silencio. Yo no quiero hacerle daño, pero no

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negaría que tengo otra mujer. Nadie puede vivir toda la vida sin amor. Finalmente, sé que un día todo se va a romper y lo único que tengo claro, es que a mis hijos no los dejo. Ellos son el amor de mi vida”.

Las mil caras del amor

Dos tiempos

Capítulo 3

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Alas de papel

Un ángel de alas azules escondidas está parado a la entrada de la farmacia. A la hora que madruga para llegar a su trabajo, una capa

muy espesa de polvo duerme todavía en la calle junto a su casa. Un café, un pan, muchos besos…buenos días. Subido en su bicicleta, las alas extendidas, el ángel se apresura para llegar temprano, antes de que catorce horas de labor en pie, se le escapen.

“Catorce horas” parado es mucho, incluso para un ángel; pero trabajo es trabajo, sueldo es sueldo y necesidad es necesidad.

Desde las siete de la mañana, el ángel saluda a todo aquel que ingresa a la farmacia. Camina

entre los estantes, indicando donde se encuentra uno u otro producto o mostrando donde debe realizarse su pedido. Regresa a

Capítulo 3Dos tiempos

su puesto, escogiendo de entre todos esos ojos de enfermos; una mirada que parezca la de un sospechoso. Uno nunca sabe cuando deberá convertirse en un ángel exterminador.

A veces, entre tanto frasco; extraña la yuca y el café de la finca del abuelo en Santo Domingo:

-“Uno está enseñado a sembrar lo propio; lo de uno. Se cultiva uno mismo, se saca uno mismo: nadie le controla nada”.

A veces, extraña esa libertad de los seres alados que se miran las plumas en el reflejo de las ventanas:

- “Yo no pensé nunca ser empleado…si me preguntan; vine a trabajar de vigilante, porque no había más trabajo…”

Cuando se calma el barullo de la compra-venta de la empresa farmacéutica, sin perder su vigilia y lidiando con la rutina de su trabajo; relaja las alas. Repasa mentalmente el orden

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de los productos de las estanterías y los nombres genéricos de los medicamentos más demandados. Hojas de afeitar, jabón, astringentes, cremas, ungüentos, aceites…ibuprofeno, omeprazol, enalapril, acetaminofen…

De ese trabalenguas, lo que advierte continuamente es que los nombres tegretol y carbamazepina no son tan populares, o al menos los escucha poco en la farmacia; aunque en su casa sea cosa de todos los días. Esos nombres rotulan los frasquitos y las pastillas que su hija debe consumir a diario para controlar las convulsiones de la epilepsia. Ésta, comenzó cuando tenía

menos de tres años y la llevó a una parálisis cerebral parcial a los cuatro.

-“Me echaba la culpa por no haber podido cuidarla mejor. Mi esposa lloraba mucho y yo tenía que ser más fuerte. Esto ha sido muy

doloroso, pero tenemos que salir adelante.

Capítulo 3Dos tiempos

Yo les adoro a mis guaguas”. Al recordar a sus hijos, no le encuentra peros a su trabajo: no siente el cansancio de sus piernas, ni mide el tiempo que pueda demorarse el almuerzo. Tampoco recuerda sus 14 horas diarias de ángel erguido, con las alas amarradas a la espalda: sencillamente siente que trabajar así, es la manera en que debe amar a sus hijos, cuando no puede estar a su lado. Entonces, solo espera que sean las nueve de la noche para volar nuevamente hacia su nido de bloque y cemento.-“Cuando llego mis hijos ya están dormidos, cuando salgo, mis hijos aún están dormidos”.

Ala-mbre Un Hada mira desde la entrada de su casa, cómo se levanta una nube de polvo alrededor del ángel en bicicleta. Ella y él aseguran la entrada, quedándose a salvo del frío. Sin embargo, éste no se va por completo: se filtra por todas partes, porque el nido aún carece

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de puertas y ventanas. Un café, sopa, muchos besos…buenas noches. Amanece. A la hora que el hada madruga para hacer el desayuno, el frío aún permanece despierto en las paredes de su casa. Luego, mientras los hijos sueñan, ella duerme.

El sol de la mañana calienta el zinc y restituye el frío que por fin se va. Los niños despiertan: él salta y corre, ella está molesta y llora. El hada saca su varita mágica, se da súperpoderes a sí misma y carga a su hija de ocho años para subirla en su carroza, que para los mortales es una silla de ruedas o una calabaza. La hija

le llena de besos la cara, las manos, las alas. La madre recuerda a su hija pequeña, antes del

cuadro convulsivo que no pudieron controlar.-“Ella nació bien aunque fue a los 8 meses. Ella estaba bien, hablaba, caminaba, era la niña más

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Capítulo 3Dos tiempos

inquieta. Pero a los tres años le dieron convulsiones mientras dormía”.

Después de darle tratamiento médico durante un año, escucharon sobre un doctor naturista que con medicina diferente, curaba a niños con dolencias similares. Pero en su hija, el cambio de medicina fue terrible: volvió a convulsionar y ya nunca fue la misma. El médico aquel dijo que no le den la medicina que tomaba constantemente

-“De ahí si se agravó, quedó bien mal, entró en coma, porque no resistió las convulsiones. Ella quedó con su carita y sus brazos y pies torcidos. Fue porque le quitamos los medicamentos. Al doctor naturista no le volvimos a ver, se fue de viaje. No pudimos ni reclamarle…”

El hijo abraza a su hermana en su silla y salen con su madre hacia los lavaderos de ropa.

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Afuera se levantan otras ocho casas que forman un barrio aún sin escrituras. Allí, las tuberías del agua son como el intestino negro que algún animalito dejó olvidado sobre las calles de polvo. El sol apremia a las ropas tendidas sobre los alambres.

El hijo corre a jugar con los niños vecinos, el hada friega y friega la ropa, la princesa mira hacia la montaña y escucha el río que está muy cerca.

Hace 15 días se cambiaron de su casa arrendada a su nido propio. El hijo extraña la comodidad de su antiguo lugar y sin embargo, sabe que este es su hogar, porque es propio, a pesar de que los

documentos que lo confirman tarden un poco. Pero es suyo, todos lo saben: vuelan con libertad.

La tina de ropa está ya vacía y los estómagos también: sienten el hambre. Regresan hacia su casa. La piedra de lavar se seca de inmediato.

Capítulo 3Dos tiempos

Como el ángel de la vigilia no ha regresado aún; lo extrañan como siempre a la hora del almuerzo. Luego el juego, la televisión, los besos, los chistes, la resignación, la tristeza y el recuerdo; se meten a dormir en la funda de la almohada. Viene el frío profundo y se apodera del zinc, se congela el nido.

El hada está cansada, la mano que usa la varita está adolorida. Luego a recoger la ropa, a cargar a la princesa y a saber que cada día está más pesada, grande y hermosa. Las alas nunca se marchitan, las ganas nunca se van, la esperanza es un ser alado como ellos que permanece sentado, esperando también…El hada espera de pie.A la madrugada, de día, de tarde y de noche; todos los días, el hada confía

-“Ella cuando su papá llega, lo ve, se ríe, se abrazan. Él le conversa, le pregunta qué hicimos: sé que ella responde. Es su consentida.

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Ahorita que ella está más grande es muy difícil movilizarnos. Antes debía cargarla a todas partes, ahora tenemos la silla hace un año; pero igual es difícil”.

El ángel espera de pie. 14 horas, 24 horas, 35 años. A toda hora, el ángel reza.

-“Ay Dios…fue muy duro para mí, después me resigné. Seguimos en tratamientos, hemos buscado ayuda en fundaciones, y ella recibía terapias, pero después ya no pudo continuar, porque ella ya pesa más y no hay como traerle en bus. Uno no tiene la libertad de moverse, somos pobres, debemos quedarnos aquí…”

Sacar adelante a los hijos, trabajar duro, no dejarlos solos para que no vivan la soledad que vivimos de niños. Solo la madre, solo el padre.

Volar hacia atrás(El ángel. El hada)

Capítulo 3Dos tiempos

Él estaba en Ambato. Luego a sus padres, llegó la noticia de la finca del abuelo en Santo Domingo. Todos se movieron, dejaron su casa, la escuela, los trabajos. Allá había una promesa de tubérculos fuertes, de frutas a la altura de la mano, de sol a toda hora y para éste, el río. Se marcharon.

Ella estaba en Santo Domingo. Luego, el cansancio de la madre, la ausencia del padre, la tristeza de los celos, la falta de plata, la enviaron sola hacia Ambato; con un hermano de su padre y su esposa. Nunca se prometió nada bueno. Tuvo que marcharse.

Ya a los 13 años, él era todo un diestro con el machete. Trabajaba con su padre y su abuelo en la finca de éste. En el lugar no habían colegios cercanos. No pudo continuar sus estudios. No faltaba la comida, no faltaba el trabajo; estaba en paz.

Ya a los 13 años, ella estaba cansada de los correazos. Vivía evitando la violencia del tío, su absurdo, sus abusos. Iban a pagarle

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la secundaria, pero el precio de seguir allí era muy alto. No pudo continuar sus estudios. Un día huyó para salvaguardarse, sin dinero, con un solo vestido y con un solo rumbo. Regresó a Santo Domingo, estaba en paz. Poco tiempo después, el pañuelo se dobló y los encontró en el mismo punto. Empinaron juntos el machete para alimentar a sus hermanos, para que ellos estudien, para que tengan algo…

Empinaron las alas para alimentar a los hijos, para que el pequeño estudie, para que la princesa salga

adelante, para que tengan algo, para que tengan un nido; para que un día aprendan a volar…De repente, nacieron sus alas.

Dos tiempos

Mi dormitorio verde

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Borrachos cantando, riendo o llorando; botellas rompiéndose en las veredas o en la cabeza de algún desafortunado; disparos y cuchillazos apagando vidas;

mujeres semidesnudas que huelen a marihuana, cerveza y perfume barato... Estos son los adornos vivos del nuevo dormitorio que escogió Carlitos, de 14 años. Lo hizo para huír, para dejar de llorar, para intentar sonreír de nuevo y, quién sabe, para encontrar la felicidad.

Años atrás, su padre decidió embarcarse en un barco diferente y lo abandonó junto a sus hermanos y madre. Todo, porque ya

no la soportó más.

De ahí en adelante, comenzó una nueva vida, pero no la de un niño común. Los juguetes rotos los reemplazó por lágrimas;

los juegos infantiles por preocupaciones;

Capítulo 3Mi dormitorio verde

los cánticos alegres por gritos y reclamos...Su madre también se embarcó en otro velero, que se hundía. Ella conoció a un hombre al que le encantaba la algarabía y las noches de bohemia, acompañadas de mucho licor y droga.

Cuando el niño quería cerrar sus ojos, abruptamente entraba su progenitora junto al nuevo amante, abrazados y apestando a lujuria. Atrás de ellos, desfilaba un grupo grande de malencarados y con las miradas perdidas, fruncidas y alcoholizadas.

El sueño del niño se transformaba en pesadilla despierta. Sus ñañitos abrazaban al pequeño de 11 años, intentando buscar seguridad, pero ¿qué resguardo les podría brindar otra criatura?

Durante dos años, pasó soportando esos escenarios. Carlitos hacía esfuerzos sobrehumanos para no dejar que el sueño le gane la batalla. Si eso pasaba, Dios no quiera lo que talvez ocurriría.

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Indefenso entre los acompañantes de su madre, se quedaba despierto largas horas, hasta que se marcharan.

Cuando su mamá se quedaba dormida junto a su hombre, ahogados de tanto licor y cocaína; esas personas comenzaban a murmurar deseos obscenos sobre su figura infantil. Por nada del mundo debía cerrar sus tristes ojos. El riesgo era latente.

Dos años marcaron debajo de sus cristales llenos de llanto, grandes ojeras. A pesar de eso, estudiaba y era el mejor de su clase porque algo en su interior le decía que esa vida no era para él. Entonces, maduró a la fuerza.

Carlitos se cansó y no quería ver sufrir más a mamá. La retó diciéndole que si no se alejaba de ese espíritu dañino, se marcharía. Pasaron pocos días durante los que ella le hizo caso, pero después

comenzaba de nuevo la tormenta.

Capítulo 3Mi dormitorio verde

¡Basta!, se dijo en su interior y luego a su mamá. Agarró su ropita, uno que otro juguete y con grandes dudas; azotó la puerta donde un día fue bebé y luego adulto. No regresaba a ver las lágrimas de ruego de su madre, pues de seguro que le convencía y no se marchaba. Caminó y caminó hasta que por fin dejó de escuchar sus gritos.

En la CallePor algún tiempo un compañero de clase le acogió en su vivienda. La madre de su amigo le trató muy bien, como si fuera otro hijo y le ayudaba con sus gastos escolares y cotidianos.

Vivió en ese hogar ajeno, varios meses y de repente, le comunicaron que se iban a vivir en otra ciudad. Le querían llevar, pero él no quiso.“Y ahora, ¿qué hago?”, se preguntó. Nuevamente caminó y caminó largas y largas horas pensando cómo solucionar su inconveniente.

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Las ideas que rondaban en su cabeza no le ayudaban mucho y mientras pensaba, la noche comenzó a cobijarlo con el frío. A ratos, se le cruzó por la mente regresar donde su madre, pero esa idea no le convenció.

A lo lejos, observó un parque que por el momento parecía ser seguro. Buscó un sitio medio caliente y se cobijó con periódicos y ramas secas. Intentó conciliar el sueño, pero ese cuadro de espanto que vivió en su hogar, se repitió de nuevo. Las botellas de alcohol pasaban rozándole; ebrios y ladrones gritaban más que su madre y amigos. Otra vez tuvo que forzar sus ojos para no dormir. Se asustó, lloró, reclamó a Dios por quitarle la

niñez tan pronto. Las ojeras comenzaron a salir de nuevo.

Los días pasaban y de a poco se iba acostumbrando a esa vida, a ese dormitorio

Capítulo 3Mi dormitorio verde

verde cuyo techo nocturno eran las estrellas. Sin embargo, eso no era para él, lo sentía con seguridad.

Abandonó la secundaria porque ya no tenía quién le apoye en sus gastos. El poco dinero que le dejaron sus padres adoptivos comenzó a escasear y se metió a trabajar como mecánico.

El amor de su vidaCuando estuvo en el colegio conoció a una muchacha con la que solamente vaciló en una fiesta, pero ese instante de aventura empezó a alargarse y el pequeño e inocente Carlitos, comenzó a frecuentar casi todos los días a su reina.

Del parque, iba directo a verla. Muchas veces en su caminar, Carlitos se topó con su madre, quien continuaba viviendo con ese hombre que le hacía daño a su familia. La veía de lejos y su alma se llenaba de dolor, pues a pesar de saber que él se fue por culpa de ese amante, ella continuaba a su lado.

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Sin embargo, en esos instantes la mente de Carlitos estaba ocupada por la imagen de su niña que le robaba los pensamientos y le hacía suspirar a cada segundo.

Un cierto día, los cuerpos de niños se fusionaron en un espiritual encuentro lleno de pasión y curiosidad. Ambos lo recuerdan muy bien. Fue un momento de magia y de total entrega. Sus manos se atrevieron a tocarse en lugares prohibidos para su edad, eso les hizo sentir cosquillas en toda la piel y sus corazones latían más fuerte que nunca.

Los días pasaban y una noche, no lograron detenerse y en silencio y ocultos en unas cobijas se entregaron

mutuamente.Cada vez, sentían la necesidad de

experimentar nuevamente esa unión tierna, cálida y deliciosa.

Capítulo 3Mi dormitorio verde

Los encuentros se tornaron muy frecuentes y no tenían los cuidados suficientes; a pesar de que en los colegios les enseñaron que a los bebés no los deja la cigüeña.

El juego de la vidaDe repente, la niña transformada en mujer, comenzó a sentir que algo ocurría en su pequeño vientre. Su cuerpo cambiaba constantemente, estaba embarazada.

Tres meses pasaron sin que Carlitos se entere de que iba a ser papá, pero el día finalmente llegó y ella se lo dijo. Su reacción fue de asombro y de sentimientos encontrados. No sabía si llorar de alegría o de preocupación, ya que ni con él mismo podía, a veces.

Cuando los padres de la futura madre se enteraron del hecho, les dieron la espalda. Tuvieron que salir de la casa y arrendar un cuarto muy pequeño. En éste, tenían un colchón, pocas

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cobijas y su ropa metida en una caja de cartón al que llamaban su armario.

Carlitos comenzó a trabajar en un restaurante con el padre de su mujer. Luego de tener unos problemas, renunció y fue a una bomba de gasolina como vigilante de seguridad.

La vida comenzaba de nuevo para él y su nueva familia. Tenía una gran responsabilidad en sus hombros y sobre todo, juró que jamás dejaría que su bebé que estaba en camino, duerma en un dormitorio verde, frío, peligroso y triste.

Los suegros de Carlitos no le tenían mucha fe. Incluso hubo instantes en que lo maldijeron y desearon su derrota. Sin embargo,

él quería demostrarse que sí podía y ahora tenía una pequeña almita por quien luchar.Al quedarse sin empleo, las preocupaciones rondaban en su cabeza ya que no sabía con

Capítulo 3Mi dormitorio verde

qué alimentaría a su esposa y a la vez, a la criatura que llevaba dentro.Apenas pasaron unos pocos días y las puertas de otro empleo se le abrieron, al igual que el camino hacia la excelencia espiritual y material. Por instantes, se lamentó porque tenía que ejercer otra vez la vigilancia. Aún así, se agarró fuerte de ese trabajo y entregó todo su esfuerzo que en poco tiempo le dio buenos frutos. “Me trataron muy bien y por mi entereza y responsabilidad ascendí pronto”, contó con orgullo.

Llegado el momento, los padres niños tuvieron en sus delgados brazos a una hermosa niña. Carlitos se enamoró de nuevo y juró que no perdería la batalla.Hay un dicho que dice que los hijos vienen con el pan bajo el brazo y esa frase fue literal para el par de muchachitos.

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La tarea de vigilante quedó atrás, pues sus jefes vieron en él a un verdadero triunfador y lo apoyaron. Ahora, tiene a su cargo a unas 50 personas. Hoy, reemplazó ese dormitorio verde por una vivienda decente. El armario de cartón se convirtió en madera. Ahora, lo más bello sucede al final de cada día; pues todas las noches, luego de una larga jornada laboral; se deleita admirando a su pequeña y a su esposa, quienes son su razón de existir. Por eso, ambos progenitores decidieron culminar la secundaria y lo lograron con gran esfuerzo y sacrificio. Días atrás de escribir esta historia, celebraron su graduación en medio de muchos que no creyeron que lo lograrían.

El cuarto verde quedó grabado en la mente de Carlitos, pero le sirve para recordar que a un hijo no se lo abandona a su suerte. “No, nunca dejaría que mi hija viva en un parque…”

Mi dormitorio verde

Sobre ruedas

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Primer Punto

Cuando el reloj marcaba las 20h30, el viento golpeaba tan fuerte hacia mi cara, que sentía que en vez de piel, tenía hielo cubriéndome.

Hubo un instante en que bajamos de la motocicleta y no sentía mis piernas. Eso me causó grandes molestias.

El hombre de casco grande me dijo que me tranquilice y que refriegue mis manos contra las piernas. Seguí al pie de la letra todas las indicaciones, pero me quedé medio preocupado, pues recién comenzaba la primera vuelta.

Subido en una potente motocicleta agarré fuertemente la cintura del hombre de casco grande. Decidí preguntarle un poco

de su vida, con el fin de distraer el intenso frío.La interrogación fue sobre lo más general

como sus nombres, edad, si es casado o no, número de hijos…

Capítulo 3Sobre ruedas

Él apenas regresaba a ver hacia atrás, para decir una que otra palabra; que les juro, no pude escuchar bien. Por más esfuerzo que hacía, no oía nada. Me sentía medio mal y decidí no abrir de nuevo mi boca, ya que a lo mejor estaba perdiendo información valiosa.Mientras nos acercábamos al primer punto de control, pensaba que la culpa de ese oído sordo era del ruido del motor o las orejas congeladas. Finalmente, llegamos a una garita donde estaba un vigilante muy atento. “Cómo está body”, le dijo. Al instante, mi compañero encendió nuevamente la moto sin darme tiempo a estirar las piernas y tocarme las orejas. Nuevamente nos fuimos en busca del siguiente punto.

Segundo PuntoLogramos saltar tres chapas acostados, mientras seguía preocupado por las orejas a las que cubrí con una capucha. Sin embargo, no era suficiente.

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El viento cada vez se ponía más bravo y los minutos pasaban. Llegamos al segundo punto. Antes de bajarnos, llevé mis manos a las orejas y gracias a Dios, todavía las traía conmigo; muy heladas, pero en su lugar.

En ese sitio le recibió un vigilante joven que sonrió y se echaron bromas mutuamente. Hasta se fueron contando cachos que por gracia de los cielos, calentaron mi estómago. Yo intenté lanzar unito a pesar de ser un poco agrio para contarlos. Lo bueno es que lo intenté, aunque vi claramente como forzaban la cara para decir que mi cacho estuvo buenísimo. Ahí nos

quedamos un poco más de tiempo.Aproveché para meterme bien las

camisetas dentro del pantalón y cubrir mi rostro con lo que podía.

Capítulo 3Sobre ruedas

Tercer PuntoEste estuvo un poco más alejado, pero llegamos sanos, vivos y bien congelados. Ese rato me acordé de los helados que le agradan a mi mujer. Qué cosas, en pleno frío estuve pensando en hielo. Después comprendí que en realidad pensaba en mi esposa.

Y bueno, continué hablando con el señor de casco grande. Me dijo que es padre de unos hermosos niños y que ama a su conviviente a pesar de los problemas. Además contó que comenzó como todos, es decir como vigilante. Ascendió y hoy es un gran supervisor.

Cuarto PuntoFue muy relajante llegar a este lugar. Nos recibió un custodio un poco delgado y atento. Ninguno de los que visitamos esa noche, estuvo dormido. Nos dijo que él ha sido testigo de varios asaltos y que incluso una vez fue víctima.

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No negó que su labor es de gran riesgo, pero manifestó que lo hace porque no encontró trabajo en otro sitio. Aún así, sabe muy bien que donde trabaja ahora, puede llegar bien lejos. Aseguró que ser vigilante es cosa seria.

En esta caseta se sentía un poco más de calor humano, pero aún así hacía falta el de la familia. “Una buena changadita a estas horas, me caería bien”, dijo el vigilante del cuarto punto.

Quinto PuntoLa motorola está encendida y reporta las novedades del momento. Para ese entonces, todo está ‘saliendo de pelos’.

Nos despedimos del señor que hasta irnos, soltaba grandes carcajadas haciendo bromas que nos

quitaban el frío. Daban ganas de quedarse para seguirlo escuchando. Subidos nuevamente en la motocicleta, emprendimos el viaje al quinto

punto de vigilancia.

Capítulo 3Sobre ruedas

Comenzaba a sentir los párpados pesados. Entonces, le pregunté qué hacía para mantenerse despierto. No hablaba mucho, sus respuestas eran cortas y concretas. “Dormir el día, mi amigo”, dijo. “Rayos, no dormí el día y eso me va a costar caro”, pensé.

Mientras la moto avanzaba, me oculté un poco tras su enorme espalda. Finalmente ese intenso viento que golpeaba nuestros cuerpos se detuvo con la motocicleta.

Estábamos en el quinto punto. Salió otro vigilante con su uniforme bien puesto. Se acercó y estrechamos las manos. Sus guantes de cuero le daban tranquilidad.Entonces comprendí el porque de tanto abrigo.El supervisor y yo conversábamos con los demás vigilantes. De una u otra manera, entre ellos tratan de bromear. La gracia está en todos, porque en este trabajo es necesario liberar el

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estrés. Es duro y sacrificado, pero al menos ahí, les dan chance para crecer y superarse.

De todo vi esa noche y no niego que hay inconformes con lo que hacen, ellos no bromean. Varios piensan que eso no es para ellos y de cualquier forma buscan salir a otros rumbos, a lo mejor sea un acierto, pero otros luchan y se quedan; ganan y crecen…

Sexto PuntoAl subir nuevamente a la moto, se me cruzó por la mente preguntarme en qué grupo estaría yo, si fuera un vigilante.

Sería parte de los que bromean para amagar el tiempo, frío, calor... O de los serios, callados e inconformes que ya no soportan más el dolor de los pies, el calor o el intenso frío de las madrugadas llenas de neblina y silencios.

Capítulo 3Sobre ruedas

¿Muchos duermen mientras ellos trabajan?, me pregunté. Yo incluso lo hago. Cerré los ojos por un instante y dormí segundos. Estaba muy cansado.

Sin embargo, este mundo está compuesto de gente que lucha y que se deja vencer antes de hora. “En cualquier lugar que la vida nos ponga debemos ser valientes”, dije en voz alta; sin imaginar que el supervisor me estaría escuchando. “Sí mi amigo, esa es nuestra labor. Tenemos que superarnos y si somos perseverantes, en cualquier lugar lo lograremos”, dijo.

Entonces, la moto nos llevó al comienzo de esta pequeña aventura. El supervisor estiró un poco las piernas y se puso a hacer unos ejercicios medio raros. Le seguí para ver qué resultado obtenía y sentí calorcito en el cuerpo. Una taza de café o un cigarrillo también ayudaban. Sentí que era momento de retirarse, pero ahí no terminaba esto. Así que

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decidí comenzar de nuevo la travesía.Al repetir toda la rutina, mágicamente el frío era cada vez

menor y comprendí que su trabajo era ameno; difícil, duro, riesgoso; pero ameno.

Me despedí del supervisor al momento en que él se disponía a realizar otra ronda. Llegué a mi casa y enfrié a mi esposa con la madrugada que traía encima. La besé y di gracias por esa experiencia.

Sobre ruedas

Arrullo

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“Duerme, duerme negrito que tu mama está en el campo negrito”

Y a se acerca el momento en que pueda verte, frente a frente. Ya casi son nueve meses, falta poquito, debes ser paciente.

En el último eco, pude ver tus movimientos. No hay mejor momento en que pueda dar fe de la vida, que cuando veo como se llena tu pechito en un ejercicio de inhalación. Las preocupaciones se van, cuando escucho al médico diciéndome que tus pulmones han completado su proceso de formación y que estás casi lista para ser mi compañera. Que vas a ser una niña, también está

confirmado. Seremos las tres: tú, tu hermana y yo. No estaremos solas nunca. Tengo tantas cosas que contarte sobre nuestra familia…Estoy ansiosa y también preocupada. No puedo negarte que este proceso ha sido muy

Capítulo 3Arrullo

difícil; sobre todo al principio y no puedo mentirte, porque ahora que estás dentro de mí, sabes bien cuando estoy feliz, triste o enfadada. Sí, ha sido muy difícil. Pero juntas vamos a poder, ya verás. Lo importante es que estás viva; el resto se solucionará despacio. No hubiera soportado que te fueras.

“Trabajando, trabajando duramente, trabajando, pa’l negrito chiquitito”

Tú estabas ya en mi vientre cuando todavía estaba trabajando de vigilante de seguridad; sabes bien, que eso de estar en pie tantas horas seguidas es muy duro. Ya me había acostumbrado. Son cuatro años que trabajo así, desde que tu hermana tenía seis meses. Claro, al principio también fue muy duro, pero tu hermana era pequeña y la abuelita nos ayudó mucho. No notaba

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tanto eso de las veladas, porque ella cuidaba a tu hermanita para que yo pudiera seguir. Cuando supe que venías en camino, asumí que todo iría bien y que podría continuar con mi labor. Pero no fue así.

Los tres primeros meses de embarazo son muy fuertes. Más aún para alguien, que como yo, trabaja en la vigilancia. En el punto que yo cubría entonces, era muy difícil poder moverse con libertad para ir al baño o para comerse alguna golosina; por eso tuvimos que aguantarnos los antojos. Afuera de mi punto de vigilancia, vendían mangos con sal, ¡qué ganas!, pero teníamos que esperar…

En el embarazo, no se tiene mucho tiempo para correr al baño. Además, imagínate; las tiendas de comida que están cerca de mi punto, me enviaban sus olores: a veces tenía ganas, a veces

tenía náuseas…Fue fuerte, mi bebé, en especial

Capítulo 3Arrullo

porque tu padre se fue alejando poco a poco. Mis emociones no están disparadas por la carga hormonal común del embarazo. Como tú sabes, yo soy muy sensible, siempre lo fui. A veces tengo muchas ganas de llorar, a veces lloro cuándo también tú lo haces... ¿qué haces ahora?...también debes contarme.

”Y si el negro no se duerme, viene el diablo grande y zas, le come la patita”

Ya estoy más tranquila. Esos meses fueron duros; recordarlos también lo es.

Lo peor de todo, fue la mala sorpresa que tuve un día al ir al baño. Fue un martes, todavía era temprano. Mi cuerpo daba una mala señal: además de que estaba muy cansada, tuve un pequeño sangrado. Fuimos con el médico y me dijeron que había un riesgo de aborto. Ya tenía cuatro meses de embarazo y había soportado el principio, que para casi todas es fatal. No quería perderte.

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¿Recuerdas cuando estuvimos en el hospital? A mí tampoco me gustó, pero tocaba. Gracias al descanso y al tratamiento, pudimos salir de allí y pasó el peligro.

Luego tuve que preocuparme por el empleo. A esas alturas, no podía perderlo. Tampoco podía seguir poniendo en riesgo tu vida, pues tenía contraindicado seguir trabajando de pie…Debo confesarte ahora que laborar como vigilante, no me gusta mucho; pero si me encanta aprender. Por eso, cuando me ofrecieron un cambio de empleo; del punto de vigilancia a las oficinas de la empresa, me quitaron un peso de encima. Ya no estaríamos en peligro, seguiría trabajando y aprendería nuevas

cosas; eso me puso más tranquila. Sé que lo notaste, porque también te sentí más calmada.

Ahora, asisto a las oficinas, en archivos y documentos…Eso está bien, sobre todo porque

estás a punto de nacer. Aquí puedo darte seguridad…

Capítulo 3Arrullo

”Te va a traer codornices para ti, te va a traer rica fruta”

En casa todos te estamos esperando…Sobre todo tu hermana y yo. Sabes, tengo claro que es difícil vivir lejos del padre, porque también lo viví. Es complicado, aunque esté presente de muchas maneras, aunque aporte económicamente…Pero debes confiar en que tomé la mejor decisión y por eso, al menos por el momento, no es posible que estemos con tu padre. Lo único que sé, es que no puedo permitir que nos separen: las tres debemos permanecer juntas. No podemos alejarnos de tu hermanita, jamás la dejaría…Nadie puede pedirme que deje a una de mis hijas…

Ver cómo tu hermana está creciendo es tan hermoso, como verte a través de la ecografía. Ya comenzó el pre-kínder; entonces, después del trabajo, debemos ir rápido a revisar sus deberes, a ver si su uniforme está limpio. En la mañana, aunque

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no es fácil madrugar, debemos levantarnos para peinarla, darle el desayuno…Y luego otra vez a trabajar.

La abuelita te quiere mucho. Al principio; cuando se enteró de que venías, se enfadó un poco conmigo. Fue porque no estaba con tu papá; creo que ella se sentía decepcionada. Luego me comprendió y supo que había hecho lo que debía hacer. Sé que tú también me entenderás. No nos preocupemos, mi mamá fue madre y padre para mí. Entonces, debes tener claro que yo estaré siempre para ti, aunque deba duplicarme…

Tenerte es un regalo, nunca lo dudes. Ya vas a ver, cuando llegues; nos rodeará la alegría. Será un nuevo principio, es una oportunidad para comenzar, no tengo miedo; estamos juntas. No estaremos solas nunca.

“Chicapumba, chicapumba, apumba chicapum”1

1 .- Todos los textos en letra cursiva son parte de la canción ‘Duerme Negrito’, de Mercedes Sosa.

Arrullo

Tonada para mis dos papás

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“Cuando tenía 12 años, me enteré de que mi papi no era mi padre biológico.

Estaba jugando con mis hermanos y unos primos y llegó una señora a abrazarnos llorando. No entendía nada. Luego supe que era mi abuela, que nos había estado buscando

por un buen tiempo. Entonces, también supe que el hombre con quien había crecido no era mi papá. Me dolió mucho. Las cosas que creía sobre mi mamá se me cayeron al piso. Después de un tiempo conocí a mi papá biológico. A pesar de tanto lío, de ellos aprendí a ser lo que soy. Ahora que soy un adulto se qué debo y qué no debo hacer. Fue un aprendizaje doble. Mi papi

es el referente de toda mi vida, con él crecí. Mi papá es mi padre biológico, quien me formó sin estar presente”.

Mi papi “Aprendí de mi papi a no ser como él. Me esfuerzo

Capítulo 3Tonada para mis dos papás

todos los días por hacer lo contrario de lo que él hacía. Cuando yo era un niño, él nos golpeaba. A pesar de eso, siempre fue un hombre íntegro y bueno y lo respeto mucho hasta ahora.

Si sabíamos que estaba bebiendo, mejor nos íbamos a dormir temprano, antes de que él llegara y si venía antes, era mejor hacerte el dormido. Aunque quiero mucho a mi papi, sí era mal borracho. A veces faltaba el dinero, a causa de sus seguidas borracheras; pero mi madre siempre se las arregló para que no nos falte lo más importante.

De él aprendí a tenerle lejos al alcohol. No bebo una sola gota, no me fumo un solo cigarrillo. Entendí que esos vicios pueden destruir a la familia y pueden convertirte en un monstruo.

Tengo dos hijos. Uno no vive conmigo, vive en la Costa con su mamá. La menor tiene dos meses y vive con mi esposa y conmigo. Jamás les pondría un dedo encima. Solo de pensar

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en lo que se sufre al tener a un padre que golpea, se me va cualquier enojo. No quiero que mis hijos me tengan miedo, no quiero darles razones para llorar, no quiero sentir jamás que se esconden de mí. Por eso soy 0% alcohol y 100% tranquilidad”.

Mi papá “Aprendí de mi papá (mi padre biológico) a no ser como él. Cuando estaba con mi mamá y ya nos tenía a mi hermano y a mí, mi papá tenía un largo historial de mujeriego. En sus andanzas, embarazó a una muchacha de 16 años. Los familiares de la chica, comenzaron a buscarle por todo el pueblo, para meterlo preso. Como no se había casado con mi mamá para no caer ‘encanado’, se casó con la muchacha. Así lo solucionó: se

fue de mi mamá, dejándola sola con nosotros. Ella comenzó a trabajar sola, a defenderse. Entonces, apareció mi papi y se ofreció a cuidarnos, a protegernos y a ser el compañero de mi mamá.

Capítulo 3Tonada para mis dos papás

Con seguridad, en ese momento ella creyó que sería lo mejor. Bien o mal crecimos en una familia, creyendo que aquel era nuestro padre. Excepto a su afición por el alcohol, no puedo quejarme de él, siempre fue bueno.

Aunque no estoy con mi primer hijo, él sabe quién soy. Pasa conmigo siempre que se puede. Hago lo posible para traerlo a vivir con nosotros, para que crezca en un hogar, junto a su padre.

Cuando me casé, lo hice para siempre; en eso confío. No estaba locamente enamorado de mi esposa al principio, pero ahora que la conozco bien, sé que es el amor de mi vida y no la cambiaría por nada. Antes sí andaba de coqueto, hecho el muñeco por ahí; debe ser la herencia. Pero eso se detuvo cuando por suerte de mi trabajo conocí a mi esposa. Yo vigilaba el local comercial donde ella trabaja hasta ahora y claro a ella yo le echaba más que el ojo: le echaba los perros, le galanteaba; hasta que el caído fui yo (8/64)”.

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Solo hay una “Es fregado tener 12 años y enterarte de la nada, que tu papi no es tu papá de verdad.

Al principio me enojé con mi mamá. Ahora en vez de llorar me da risa, las cosas cambiaron full. De mi madre y mis papás aprendí que uno puede cambiar su propia vida, pero también puede direccionar el rumbo de la vida de los hijos. Por eso hay que tener cuidado, pero tampoco se puede dejar de buscar la felicidad. Uno comprende más a los padres, cuando se los ve luchando por ser felices. Esa lucha lo borra todo.Cuando ya crecimos y cada uno comenzó a trabajar por sus propios medios, mi mamá salió de esa casa donde no era feliz.

Lo dejó todo. Desde entonces se buscó la vida, es una mujer muy trabajadora e independiente. Hace varios años se asentó en otra provincia de la Costa, a kilómetros de donde vivíamos.

Capítulo 3Tonada para mis dos papás

Me sorprendí mucho cuando, al conocer su nueva dirección fui a visitarla. Tenía un semblante diferente, se veía mucho más feliz. Ella comenzó un nuevo negocio muy próspero y además, tiene una nueva pareja. Esto último me molestó un poco al principio y no por celoso; sino porque él es mi padre biológico.

Ahora son muy felices. Mi papá ya no es un muchachito alocado por las mujeres. Cambió, es centrado y está todo el tiempo con mi mamá.

Es increíble que después de tantas vueltas, la vida los haya puesto juntos otra vez. Se me hace extraño todavía verlos así; pero por ellos comprendí que uno puede hacer su vida diferente y entendí que además que estar preparados para la sorpresa, debemos estar listos para el perdón.

En mi trabajo como supervisor de seguridad, estar parado en la incertidumbre es común y no porque no se planifiquen las

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actividades, sino por la posibilidad de que cualquier cosa pase. Esto se aplica para todo en la vida, sobre todo porque la gente que ni te imaginas, puede hacer algo inesperado: eso hizo mi papi, cambió por completo.

Viéndose solo y sintiéndose viejo, mi papi decidió dejar de tajo el alcohol y adoptó una religión diferente. Aunque sigue solo, ya no se siente así, tiene a Dios en su corazón. Lo veo menos, pero siempre pienso en él, con cariño y respeto.

Después de todo, yo adoro a mis padres. Son hombre buenos, que como todos los seres humanos, cometieron errores. A mi

madre la admiro muchísimo.A esas metidas de pata, yo les debo mi felicidad de

ahora. No sería el buen esposo y el buen padre que soy si no fuera por ellos. Me enseñaron cayéndose y levantándose. Conmigo no se equivocaron”.

Tonada para mis dos papás

Juegos de estrategia

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L as trincheras de almohadas le protegen de las granadas imaginarias. El cielo raso se rompe con el sonido de las hélices

del helicóptero que sobrevuela la zona conflictiva de su habitación. La lucha es necesaria: hay vidas de por medio. Él debe defenderlas, lo siente profundamente cuando su memoria se traslada al patio del colegio y algún grandulón quiere golpear a su hermano. O cuando el compañero caído en combate, es su padre pasado de copas.

Ahora es igual cuando algo le produce una guerra en la cabeza; solo sale a defender y en eso se juega la vida, las botas y el uniforme. Entonces, camina sobre la tabla como un caballo

buscando el jaque mate, hasta que termine el juego…

Capítulo 3Juegos de estrategia

Cincuenta años, un hogar, un trabajo como supervisor de seguridad, salud inquebrantable, cinco hijos, una compañera de vida…y seguimos contando. El niño que soñaba con el camuflaje y jugaba a pilotar un helicóptero se hizo señor. Todavía se enfrenta a las granadas que la vida nos lanza de vez en cuando, pero ahora él y su familia son su trinchera.

Heridas de GuerraMientras conversamos en la sala de su casa, su hija lo mira con atención. El caballo hace su movimiento sobre la tabla de ajedrez que es la vida: habla sobre su padre.

-“Siempre fui la pulga de mi papá. A pesar del maltrato al que nos exponía, porque nos pegaba a todos; siempre le acompañé. Cuando él estaba borracho trataba de levantarle,

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sacarle la ropa, acostarle bien. No era alcahuetería, sino que tenía miedo de que algo le pase”. Recordar sin dolor.

El padre era muy distante y aún así, su hijo estaba pegado como una pulga a la manga de su saco. Recuerda que a pesar de todo ese amor por el padre, llegó el momento en que debió enfrentarlo, para defender a su mamá. “Nosotros como criaturas siempre nos lanzábamos a defenderla, entonces recibíamos los golpes de mi papá. Un día, cuando ya era mayor de edad, le dije que era la última vez que la golpeaba y lo enfrenté...”

Jaque. Nadie sabe quién gana: los dioses se rompen, pero no los lazos…El padre se sorprendió al recibir la afrenta, pero no emprendió una ofensiva; salió del juego lentamente, hasta que en otro tablero, la

vida le hizo jaque mate.

Capítulo 3Juegos de estrategia

“Yo a mi padre le adoré hasta el último día, a pesar de todo lo que hizo…”

La Torre y el Peón El tiempo y la práctica dan experiencia para el juego de la vida. Cuando aún no sabía jugar bien, se lanzó de cabeza. A los 21 años se casó por primera vez; huyendo de la casa, como dice su actual esposa. Fue más un pretexto para salir de allí y evitar el maltrato de su padre. No se casó enamorado. “Para nada”.

Su esposa ríe desde la cocina y se sienta con nosotros a la mesa.

-“No fuimos ni 15 días enamorados. Fue algo tonto. Como joven a veces uno dice babosadas. Un día le dije que yo sería capaz de casarme con ella. Y ella me dijo: ‘ya pues

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casémonos’…y nos casamos. Ya me metí en eso y no iba a huir”: a ponerle el pecho a las balas…

Su esposa acaba de enterarse de algunos detalles del primer matrimonio de su pareja. No contiene la risa; le parece increíble la anterior impulsividad de su esposo, comparada con su actual capacidad de calcular las decisiones observando todas las posibilidades.

La pulguita estaba saltando en el terreno del matrimonio improvisado, del que tuvo sus tres primeras hijas;

actualmente todas casadas.

Los hijos pequeños se ríen mucho al recordar que ya son tíos y que su padre, también es abuelo. “Lo mejor de ese matrimonio son mis hijas, a ellas las

adoro...”

Capítulo 3Juegos de estrategia

En todo juego, se pierde y se gana: Él ganó el juego de detectives con su primera esposa, ella perdió el del escondite, cuando ella rondaba un bosque llamado infidelidad. Se divorciaron. Él se quedó con la verdad, ella con las hijas. Jaque para todos.

“Nos divorciamos, porque ya le trinqué en cosas mayores. Cuando comencé a trabajar en seguridad, me hice muy suspicaz, observaba todo a mi alrededor. Empecé a ver cosas raras y se me ocurrió hacerle ‘inteligencia’. Comprobé lo que ya sabía, todo se acabó”.

Un día que regresó a su casa del trabajo, ella se había ido llevándose casi todo, incluyendo a sus hijas a las que él no podía ver porque su problema entró en el terreno legal. ‘Game Over’.

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La ReinaCuando uno se queda solo, a veces la única salida es dedicarse al trabajo como loco, poner la cabeza en otras proyecciones y seguir adelante. Él ya trabajaba como loco cuando vivía con su familia. Cuando se quedó solo, dejó de hacerlo: calmó su ritmo de vida, sentía que eso lo había consumido todo.Entonces, en su nuevo trabajo, conoció a la reina de este tablero.

Ella tenía 21 años y él 35, cuando se encontraron. Ella se ríe mucho por las ocurrencias del esposo. “Creo que

ella me dio sígueme, sígueme”. Si lo hizo le funcionó, porque están juntos y se

van de largo. Aprendieron a trabajar en equipo. Sus mejores jugadas, sin duda son sus hijos y aunque el primero se

fue a jugar con los angelitos, lograron

Capítulo 3Juegos de estrategia

salir adelante, siempre pensando en él. “Ya han pasado algunos años, pero nos hace mucha falta. Lo hemos ido superando y tuvimos a nuestros dos hijos, pero él siempre está presente…”

A pesar del dolor, su estrategia es ser feliz. Ella es la pequeña reina del ajedrez, sostiene el pedestal de su hogar, jala las orejas cuando debe y ama siempre: qué mejor comodín para seguir viviendo.

-“Nos separamos una vez, por problemas con sus niñas, más que por problemas de pareja, pero al mes él me fue a ver. Volvimos a salir juntos, nos encontrábamos, íbamos de paseo y al año regresamos a vivir juntos. Fue lindo, porque era como si recién estuviéramos de enamorados. Y no hace mucho nos casamos, ahora estamos felices, nunca faltan los problemas, pero estamos bien y juntos”.

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Vivir siempre implica un juego. A veces se pierde, otras se gana, muchas veces se muere en el intento. El niño verde oliva no se cansa, cuando se trata de jugar. Más aún si encontró a su compañera y con ella un equipo. De este tablero no se bajan, aunque tropiecen en una partida dificultosa o el enemigo sea poderoso. Ahora ya no juega solo.

Juegos de estrategia

Un Lobo cazador ezxtraterreste

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Una larga caminata comienza de vez en cuando un lobo cazador que decide desconectarse del mundo, para fusionar su cuerpo con la naturaleza de sus deseos. El viento es su mejor aliado

en los momentos de calor y en las noches; los gigantescos árboles y las viejas ramas caídas en el suelo forman una especie de cobijo que le ayuda a calmar sus fríos.

El agua de la lluvia en su rostro y el aire puro en sus pulmones, le hacen recordar que está vivo. Y se ríe, llora, experimenta y caza.

Las estrellas son su morada y los animales, su objetivo de guerra. Sobre su espalda lleva una mochila con los insumos necesarios que le sirven únicamente para sobrevivir.

Una escopeta al hombro es su arma, para ir en busca del objetivo que se ha planteado. Una vez que lo tiene en la mira, no

lo deja escapar.Mientras las acciones parecen sobrepasar sus pensamientos, respira despacio para no perder la batalla. Con mucho cuidado da sus pasos, tan leves

Capítulo 3Un Lobo cazador extraterrestre

y tenues; que se confunden con el sonido que emite un grillo o el pasar de las aguas de un río al chocar contra las piedras.

El silencio es su compañero cuando se dispone a apretar el gatillo. Cuidadosamente se agacha para no ser descubierto. Es imposible retirar las hierbas que cubren sus ojos, porque si las mueve; lo echa a perder y de seguro se le escapa su presa.

Los insectos y el lodo cubren casi por completo su cuerpo. Nada lo distrae, ni siquiera el intenso dolor que le provocan las miles de picaduras de bichos. Varias horas pasan, a veces, para tomar la decisión de disparar.

De repente: ¡pum!, ya está. Se acuesta, controla de nuevo su vida y se retira con el triunfo en sus manos.Jamás pierde su sendero, sabe muy bien qué rumbo tomar. Aprendió a caminar a ciegas. Se va y viene cuando le da la gana.

Y al día siguiente:

“Atento, atento, Charlie 1, Galaxia confirme... Charlie 2, Galaxia confirme... Alfa 1, Galaxia confirme… 8/15, ¿me copia...?”

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-Ring, ring, “aló, aló, qué más body, sí hay el relevo para ese punto, no se preocupe. Ja ja, ya pues durito, más luego nos vemos… ¿Aló con quién hablo?, espéreme por favor un segundo. Diga body cuál es el problema que enseguida lo soluciono...”

Tic, tac, tic, tac…es el sonido de un reloj blanco en la pared, cuyas manecillas parecen enojarse ante la rapidez de un hombre que sobrepasa la velocidad del tiempo.

Ayer se enamoró de la naturaleza, ahora comienza una nueva aventura en un cuarto pequeño donde el frío le hace recordar sus momentos de caza.

Claro que si uno no se fija bien, pensaría que el cazador dentro de ese dormitorio se transforma en un extraterrestre con cientos de

brazos que controlan miles de botones a la vez. Pero no es el piloto de una nave espacial, de ninguna manera; al

menos eso creo, porque su cabeza no es tan grande. Bueno, pequeño si es, pero el color de piel no es verde y desde donde le veo no se aprecian antenitas.

Eso, lo juro.

Capítulo 3Un Lobo cazador extraterrestre

En su contrato de trabajo dice centralista, pero sus compañeros lo llaman “lobito”. Sin embargo, el señor supervisor le dice “mija velluda”. Esto provoca risas entre sus amigos, que desde atrás lo observan y bromean para amagar el frío de la madrugada.

Su lugar de trabajo parece la cabina de una gigantesca matriz espacial. Las paredes están empapeladas de mapas y pizarrones de tinta. Sobre una mesa larga, están los computadores y todo tipo de aparatos de comunicación. En una de las sillas, está Don Lobito. (Yo no le digo ‘mija velluda’ porque se puede enojar).

Frente a él, en una pantalla, se observa una lista interminable de nombres y códigos de todo el personal que está a su cargo y de los puntos de seguridad que debe cubrir vivo o muerto. Ésa es su misión en el turno que le toque.

Al momento que contesta una motorola, le llaman de otra, sin antes terminar de hablar con la primera que recibió hace unos segundos; pero mientras hace eso, recibe otra más y otra y otra. El teléfono también le suena y debe escribir en la computadora. Ese

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rato le falta un vigilante en un punto de seguridad, pero antes; debe contestar como cinco llamadas más.

Cientos de palabras ingresan por su oído y no se equivoca. Su labor parece un trabalenguas al momento de coordinar con todos los vigilantes de seguridad. “Ellos se reportan conmigo. Lo principal es estar atento para que todos los puntos estén cubiertos. Al principio fue difícil, pero todo se aprende en la vida. La verdad estos instantes de ajetreo sube mi adrenalina y me siento vivo. Esto mi amigo, me apasiona”.

El vapor de la cafetera que utilizan para calentar las malas noches, comienza a hacer su efecto en nuestros cuerpos. Un sorbo hirviendo hace falta para continuar navegando en el mundo del lobito cazador, que reemplaza los árboles por cables

y computadoras. En otras ocasiones, desconecta su chip y se convierte en océano, río, aire libre, estrella, hoja, león y paz.

“Yo era militar pero tuve unos problemas y decidí abandonar esa carrera. Estuve en el Oriente por unos

Capítulo 3Un Lobo cazador extraterrestre

años, donde ejercí por primera vez la labor de vigilante. No niego que fue un cambio duro, pero era la única manera de sentir cerca lo que siempre me ha apasionado: las armas, la seguridad y todo lo que tenga que ver con ese estilo de vida”.

Después de un poco más de tres años, ‘Lobito’ decidió conectarse con sus anhelos al entrar a la vigilancia. Llegó a Quito un poco cajoneado, pues se había separado de su mujer quien se quedó con sus tres hijos. Este cazador de triunfos también ha llorado las derrotas de la vida. Cuando su hogar comenzó a balancearse, intentó colocar la mira correcta, pero las cosas ya no le funcionaron. Entonces, como buen soldado, supo que era el tiempo de retirarse y dejar que la felicidad lo encuentre algún día de nuevo.

Parecía que eso nunca iba a llegar. Muchas noches sus mejillas se empaparon de dolor y tristeza. Su corazón a ratos ya no quería latir más, pues a sus amores los tenía lejos. Sin embargo, cuando fijó nuevamente su objetivo; todo fue más claro; un buen lobo debe saber esperar, a que llegue la presa, aunque se demore.

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L os escritores hicieron lo posible para ganarse la confianza de 21 personas que trabajan en la seguridad, con la finalidad de que cuenten

sus más íntimas emociones para luego plasmarlas en este libro. Lo lograron en cierta manera, ya que el lector podrá reír, llorar y sentir a cada personaje de las historias. Esto se dio gracias a que mutuamente abrieron sus corazones y se mostraron sinceros y leales. Uno queda atrapado en varios párrafos gracias a la utilización de géneros literarios como el testimonio, la historia de vida, la crónica anecdótica, el perfil, el monólogo, entre otros. Estos y otros elementos le permitirán ser parte de este texto y a ratos, se identificará con algunas vivencias.