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papas
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Nombre de la
enciclicaFecha Autor Contexto en el cual fue escrita la encíclica Ideas relevantes
1. SOCIALISMO Los socialistas proponen como solución la supresión de la propiedad
privada, y la distribución de esta entre todos los ciudadanos por igual, lo cual solo no
vulnera los derechos de los propietarios legítimos, sino que altera la competencia y
misión del estado.
2. LA PROPIEDA PRIVADA La finalidad del trabajo no es tan solo la subsistencia sino
el que el obrero obtenga cosas que pueda poseer como suyas propias.
3. LOS BIENES CREADOS El hombre bajo la providencia de Dios y la ley eterna se
gobierna a sí mismo, tiene la posibilidad de escoger tanto en el momento presente
como en el futuro.
4. LA PROPIEDAD Y LAS LEYES Es justo que el hombre tiene derecho a gozar del
fruto de su trabajo, pero es ilógico que se le dé el uso de la tierra y de los frutos que den
los campos gracias a sus cuidados y se le niegue el dominio de la tierra, ya que si esta
no es cultivada y cuidada por alguien no daría ningún fruto.
5. FAMILIA Y ESTADO El hombre es libre de elegir su propio estado, siguiendo el
consejo evangélico de la virginidad, o bien obligándose por el matrimonio.
6. COMUNISMO = MISERIA Además de la injusticia que esto supone. Ya que quitaría
todo estímulo al ingenio y diligencia de cada uno, lo cual llevaría a una situación
universal de miseria.
7. LA IGLESIA Y EL PROBLEMA SOCIAL Ninguna solución a este problema es
aceptable sin recurrir a la religión y a la Iglesia.
8. CONCORDIA NO LUCHA Es imposible eliminar todas las desigualdades de la
sociedad civil, por naturaleza todos los hombres somos diferentes.
9. PATRONOS Y OBREROS Obligaciones de justicia son para el obrero el cumplir lo
pactado en libertad y justicia, y no dañar ni al capital ni a su propietario, y para el patrón
respetar la dignidad del obrero como persona y como cristiano.
10. RIQUEZAS, POSESION Y USO Sobre el uso de las riquezas hay que distinguir
entre uso legítimo y posesión ilegitima. Y en los casos de extrema necesidad ya no solo
por justicia sino por caridad cristiana.
11. TRABAJO Cristo nos enseño con su ejemplo que la verdadera dignidad y grandeza
del hombre dependen tan solo de las obras virtuosas se obtendrá el premio de la eterna
bienaventuranza.
Estamos a finales del siglo XIX, principios del XX, cuando debido a la revolución
industrial las fábricas prosperan, pero por esa misma razón el capitalismo que
impera se vuelve abusivo. Los obreros cada vez se encuentran en peores
condiciones y reciben sueldos más escasos con los que apenas pueden subsistir
por jornadas de trabajo cada vez más extensas. Las condiciones de trabajo de los
obreros no les confieren ningún derecho, excepto el derecho a recibir un sueldo a
cambio de su fuerza de trabajo, y la competencia feroz por conseguir un trabajo
hace que los mismos obreros se perjudiquen entre ellos al ofrecer su trabajo cada
vez por un precio más bajo, hasta llegar a sueldos ínfimos con los que no pueden
sobrevivir. El derecho a las bajas por enfermedad, a la jubilación, a las
vacaciones pagadas, son cosas de nuestros días, pero entonces el hecho de no
acudir un solo día al trabajo por cualquier motivo suponía el despido sin ningún
tipo de compensación económica. Como los sueldos no daban para mantener a
una familia esto hacia que muchas veces mujeres e incluso los niños trabajasen
en las fábricas junto con los hombres en jornadas muchas veces de doce y
dieciséis horas, para poder subsistir.
La Iglesia intenta solucionar el tema y conciliar a patronos y obreros, asi como
unir a los obreros para que las relaciones entre unos y otros mejoren y las
condiciones de trabajo de estos sean más justas y acordes con las circunstancias
personales de cada individuo.
LEON XIII15/05/1891RERUM NOVARUM
QUADRAGESIMO
ANNO
1. Recordar, dada la oportunidad del cuadragésimo aniversario, los grandes bienes que
brotaron de la Rerum Novarum
2. “ Defender la doctrina social y económica de León XII contra algunas dudas y
desarrollarla en algunos puntos”
3. “ Descubrir , tras un diligente examen del moderno régimen económico y del
socialismo, la raíz de la presente perturbación social”
“ y mostrar al mismo tiempo el único camino de salvadora restauración, o sea la
reforma cristiana de las costumbres”
Recordemos que con posterioridad a la publicación de la Rerum Novarum surgieron
grupos que pretendían ser los únicos herederos espirituales del pensamiento del León
XIII, y no era conveniente que malgastaran sus esfuerzos luchando entre si, en lugar de
realizar de realizar una tarea constructiva. Por consiguiente, el Papa establece en forma
clara y definida cual de los grupos tiene la razón y cual se encuentra en el error.
Doctrinal de la encíclica, densa de ideas, en la que “cada frase implica un pensamiento
nuevo y profundo”, difícil de comprender “para aquellos que no están familiarizados con
el tema”, y difícil aun “para el experto que no puede sentirse satisfecho con una rápida
lectura”.
Esta integrada por una introducción acerca de la autoridad de la Iglesia en materia
social y económica y cinco secciones, que son las siguientes:
1) el dominio o derecho de propiedad: derecho personal que atiende al interés
particular, mas también función social que mira al bien común. Este problema se había
planteado inmediatamente después de la Rerum Novarum .
2) relaciones entre capital y el trabajo: colaboración estrecha, fundada en su misma
naturaleza, y con derecho de cada uno a exigir la parte de los beneficios que le
corresponden en justicia, sin perjudicarse mutuamente;
3) la redención del proletariado: que resultara del acceso de los obreros a la propiedad --
desproletarización-- , es uno de los grandes fines de la política social actual;
4) el justo salario: para cuya fijación habrán de tenerse que la situación en cuenta el
mantenimiento del obrero y de su familia, no menos que la situación de la empresa y las
exigencias del bien común;
5) la restauración del orden social: a la que se halla consagrada la gran idea
constructiva de la encíclica, basada en la reestructuración de las organizaciones
profesionales.
La tercera trata, en primer lugar, en dos capítulos, de los grandes cambios producidos
desde 1891, tanto en el sistema económico capitalista como el socialismo, capítulos
que pertenecen la parte doctrinal de la afirmación de principios de la encíclica.
Entre los sucesos clave del s. XX, figuran en primer lugar dos guerras crueles,
originadas en Europa pero de gran extensión internacional, especialmente por los
imperios coloniales
Otro fenómeno notable ha sido la descolonización proceso que se centra en el
periodo (1945- 1975) y en el cual casi todas las regiones se independizan.
Aunque estos países de “nueva generación” intentaron competir con los países
industrializados, su gran retraso en desarrollo de tecnologías lo impidió
absolutamente. Y así, durante el siglo se agravan las desigualdades y se produce
una gran escisión entre los ricos del Norte y los pobres del Sur.
PIO XI15/05/1931
Este discurso se puede dividir en 5 apartados, un primero en el que se alude a la
festividad en la que se pronuncia este discurso y la crudeza y la acrimonia que se daba
en el mundo durante la II Guera Mundia, el conflicto armado más grande y sangriento
de la historia, en el que fallecieron aproximadamente 70 millones de personas.
En segundo lugar, el ducentésimo sexagésimo papa de la Iglesia católica alaba el
espíritu de la Rerum Novarum y reconoce que los frutos cosechados desde su
publicación en 1891 han sido abundantes, pues se han creado instituciones obreras, se
ha recuperado la dignidad de la clase obrera, el Estado ha intervenido en defensa de
los más débiles, etc. Pío XII recuerda en su mensaje la doctrina de León XIII, según la
cual el Estado no puede limitarse a tutelar la libertad con el Derecho, sino que también
está obligado a llevar a la práctica una amplia «política social». Tres son los temas
básicos tratados por Pío XII: el uso de los bienes materiales, el trabajo y la familia.
En lo referente al uso de los bienes materiales, el Papa reconoce la actualidad de los
principios instaurados en la Rerum Novarum y lleva a cabo una defensa de la propiedad
privada, del derecho privado, empero al mismo tiempo habla de un “reparto equitativo”
de los bienes y de un derecho de todos los hombres al uso de los bienes creados. La
principal novedad con respecto a la Rerum Novarum es que este Papa reconoce la
existencia de un principio dentro del Derecho Natural por el cual, las personas, por el
hecho de ser hijos de Dios, tienen derecho al uso y disfrute de todos los bienes de la
tierra, todas las personas son dignas a los ojos de Dios y esta dignidad que les es
intrínseca les permite el disfrute de todos los bienes de la tierra. La función del Estado
en este esquema es la de coordinar todos los entes que componen la sociedad para
tender al bien común. Sin embargo, el Estado debe respetar la libertad individual y no
inmiscuirse excesivamente en temas particulares, pues para Pío XII era la familia y no
el Estado la raíz y grandeza de la nación. El Papa por último en este apartado reconoce
que la riqueza económica de un pueblo no se basa propiamente en la abundancia de
bienes, sino en que esta abundancia, constituye una base material suficientemente
consistente, para que sobre ella se produzca un desarrollo personal de los miembros del
mismo.
En lo concerniente al trabajo, el Papa habla de él como un derecho y un deber capital
para la conservación del hombre. El derecho al trabajo ha de fundamentarse en el
correspondiente deber, y ambos conciernen a la persona en virtud de la naturaleza
misma de ésta y no porque el hombre se reduzca a la condición de un simple siervo de
la comunidad. Por eso, la misión del Estado es, también en este aspecto,
esencialmente subsidiaria.
En último lugar, Pío XII defiende a la familia como núcleo esencial de la nación, trata el
“espacio vital” de la misma, claramente influenciado por el totalitarismo alemán, y
defiende las virtudes de la inmigración.
La Solemnitá es un discurso radiofónico llevado a cabo por el Papa Pío XII el 1 de
junio de 1941. Se trata de un radiomensaje conmemorativo de la encíclica Rerum
Novarum en su quincuagésimo aniversario, y al mismo tiempo es el primer texto
en el que Pío XII reflexiona sobre la cuestión social.
Este mensaje de esperanza, y de alabanza a la figura de León XIII se emite
durante la II Guerra Mundial, por lo que hace continua alusión a la paz en una
fecha muy señalada, la festividad de Pentecostés, del descenso del Espíritu
Santo.
PIO XII01/06/1941LA SOLENNITA
MATER ET
MAGISTRA15/05/1961 JUAN XXIII
Ya habían pasado setenta años de que León XIII había escrito la encíclica
conocida como la Carta Magna del Trabajo , cuando el 15 de mayo de 1961 Juan
XXIII dio a conocer su enseñanza social en Mater et Magistra .
Los problemas sociales de más de un siglo todavía persistían y después de
setenta años se requería más precisión en las enseñanzas de León XIII.
¿Hasta dónde a de darse la intervención de Estado en la Economía?, ¿El deseo
de participar responsablemente en la vida económica y social por parte de los
trabajadores es legitimo? Mater et Magistra también tenía que abordar la cuestión
de la explosión demográfica, pues se necesitaba la voz defensora que
resguardara la dignidad de la persona.
Se daba todavía la confrontación de unas naciones contra otras, por lo que se
esperaba que el Romano Pontífice se pronunciara por el entendimiento
internacional de carácter ético ya que sin moral y sin Dios, la violencia podría
traer el aniquilamiento de la humanidad con el empleo de armas de destrucción
masiva.
Mater et Magistra revisa los puntos más importantes de las encíclicas anteriores Rerum
Novarum y Quadragesimo Anno . Ante las necesidades de su época SS. Juan XXIII,
advierte que la cuestión social tiene una dimensión mundial y que así como se puede
hablar de personas pobres, también se ha de hablar de naciones pobres. Insiste
categóricamente en la importancia y trascendencia de la dignidad de la persona
humana, en la valoración del trabajo y en su justa remuneración. Reconoce que la
economía es ante todo obra de la iniciativa de los particulares, pero que se necesita la
intervención subsidiaria de los poderes públicos. Subraya la importancia de la creciente
sociabilidad humana en sus diversas manifestaciones en el mundo.
Reafirma las enseñanzas anteriores sobre el salario, cuyos parámetros para fijar un
monto menciona: la dignidad de la persona humana y de su familia la aportación
efectiva del trabajador; la posibilidad económica de la empresa; la situación económica
de la nación y la situación de la economía a nivel mundial. Enseña una vez más la
dimensión ética de las estructuras económicas de la propiedad con función social.
Muestra el derecho de los trabajadores de sindicalizarse. Reafirma lo inaceptable del
liberalismo. Reconoce la importancia de la familia. Resalta el destino universal de los
bienes y la opción del orden social fundado en la justicia y en la caridad. Por primera
vez destaca el problema del campo y sugiere algunas soluciones. Recuerda que la
Doctrina Social de la Iglesia tiene como fundamento, causa y fin al hombre integral. En
todo el documento aparece la necesidad de la justicia en los diversos niveles de la
convivencia social. Pugna porque las relaciones humanas se construyan en la verdad,
la justicia y el amor fraterno.
Capítulo segundo-El trabajo y el hombre:
• La Iglesia ya encuentra en el Génesis la fuente de su convicción de que el trabajo
constituye una dimensión fundamental de la existencia humana. Mediante el trabajo el
hombre “no sólo transforma la naturaleza humana, adaptándola a sus necesidades, sino
que se realiza a sí mismo como hombre”.
• Distinción entre trabajo objetivo (la técnica que expresa el dominio del hombre
sobre la tierra) y trabajo subjetivo (la persona humana que, como imagen de Dios, es
capaz de obrar racionalmente y de decidir acerca de si. Superioridad del sentido
subjetivo del trabajo sobre el sentido objetivo porque “suponiendo que algunos trabajos
realizados por los hombres puedan tener un valor objetivo más o menos grande, sin
embargo queremos poner en evidencia que cada uno de ellos se mide, sobre todo, con
el metro de la dignidad del sujeto mismo del trabajo, o sea, de la persona, del hombre,
que lo realiza”. “El trabajo está en función del hombre, no el hombre en función del
trabajo”
• Considerar el trabajo como mercancía (materialismo) o como fuerza necesaria
para la producción (colectivismo) es olvidar el valor subjetivo del trabajo, considerando
al trabajador como un instrumento de producción y no como sujeto eficiente, verdadero
artífice y creador.
• Se valora la solidaridad entre los hombres del trabajo como reacción contra la
degradación del hombre como sujeto del trabajo. Esta solidaridad ha posibilitado
cambios profundos, influyendo en condiciones de trabajo, remuneración del mismo y
legislación social.
Capítulo tercero: Conflicto entre trabajo y capital en la presente fase histórica:
• El conflicto más que de orden técnico es de orden ético, porque se ha invertido el
orden de valores al subordinar el trabajo al capital
• Prioridad del trabajo sobre el capital, porque el capital es sólo un instrumento al
servicio del trabajo, mientras que el trabajo es causa eficiente primaria. En función de
este principio “sólo puede ser justo aquel sistema de trabajo que en su raíz supera la
antinomia entre el trabajo y el capital, según el principio expuesto más arriba de la
sustancial y efectiva prioridad del trabajo humano y de su participación eficiente en todo
el proceso de producción, y esto independientemente de la naturaleza de las
prestaciones realizadas por el trabajador”
• La tradición cristiana nunca ha considerado el derecho de propiedad como
absoluto e inviolable sino como “subordinado al derecho al uso común, al destino
universal de los bienes”
Capítulo cuarto: Derechos del hombre del trabajo
• Sitúa los derechos del los trabajadores en el contexto de los derechos humanos, de
los derechos fundamentales de la persona
• Aparece como original aportación de la encíclica el concepto de empresario
indirecto, que se puede aplicar a todas las personas,
Capítulo quinto: Elementos para una espiritualidad del trabajo
• La Iglesia considera un deber suyo la formación de una espiritualidad del trabajo
para que, a través de él, los hombres se acerquen a Dios, Creador y Redentor.
• El libro del Génesis es el primer Evangelio del trabajo, donde se nos muestra al
hombre como participando y completando la obra creadora de Dios. La espiritualidad
cristiana ni aparta de la edificación del mundo ni lleva a la despreocupación por el bien
ajeno, sino que impone como deber hacerlo.
• Jesús pertenece al mundo del trabajo, él mismo era hombre del trabajo.
• El trabajo nos asocia a la obra redentora de Cristo, pues en el trabajo humano el
cristiano descubre una pequeña parte de la Cruz de Cristo y la acepta con el mismo
espíritu de redención con el cual Cristo ha aceptado su cruz por nosotros.
En las décadas ya sea 50 y parte del 60, el mundo estaba dividido en capitalismo
y comunismo; estos sistemas solos lograban entre otras cosas que el hombre
tenga odio y un fanatismo a dichos ideales, con lo cual al hombre lo hacia sordo y
ciego con sus otros hermanos que no fueran del mismo sistema.
El imperialismo americano tenia sus propios proyectos, con la idea que el
comunismo se instale en Latinoamérica, EE.UU. ayudo mucho para que en
muchos países de Latinoamérica se produzca la mayoría de los golpe de estados
(los gobierno de turno al servicio del imperialismo), además se usaba los medios
de comunicación para dar a conocer, expandir y convencer que las idielogia
liberal capitalista era la solución y que el modelo a seguir eran los EE.UU.
También dichas ideologías eran opuesta a los valores cristianos.
Con esta división ambos bloques crearon sus propios centros, Bloque Oriental
(Pacto de Varsovia), Bloque Occidental (OTAN Organismo del tratado Atlántico
Norte), de ellos aparece la definición de Guerra Fría. No hubo un enfrentamiento
armado total pero cada uno se equipaba en armamento nuclear, químico. Pero
siempre se desafiaban uno a otro. Con toda la plata que se invertía en
armamentos solo asía que no se ayudara a planes de desarrollo para países que
lo necesitaban para dar solución a las enfermedades, hambre, analfabetismo,
miseria.
La U.R.S.S. también utilizo los golpe de estado en países como Checoslovaquia,
Rumania, etc. con esto, con el hombre sin libertad, sometido, servia para
mantener el Imperialismo Soviético.
Un desenlace de esto fue lo que se conoció con el nombre de Cortina de Hierro,
que era la división territorial de los 2 bloques. En cuba aparece la revolución, con
un personaje principal Fidel Castro en 1959 (socialista).
Por cada bloque hubo países que eran socios y otros no tan comprometidos, se
los llamo "Países Alineados". A los países que no integraban ningún bloque se los
llamo "Movimiento de Países no Alineados" (aclaramos que estos países fueron
presionados por las potencia para que se enlisten en unos de los bloques), el
sociólogo Sauvy los clasifico en: El 1º mundo era la Democracia Capital Industrial,
2º mundo era el Bloque Soviético y el 3º mundo era Latinoamérica, parte de África
y Asia.
Hubo muchos conflictos en el mundo como lo de China, Corea, etc. la mayoría
con un solo fin servir a los poderosos y el único perjudicado era el pueblo.
JUAN XXIII11/04/1963PACEM IN TERRIS
GAUDIUM ET SPES 07/12/1965CONCILIO
VATICANO II
Cuatro lustros habían corrido después de la Segunda Guerra Mundial y un
gigantesco cambio se estaba gestando en el lapso de ese tiempo. La nueva
tecnología (con la energía nuclear, las comunicaciones, los aparatos electrónicos
y las computadoras eran arrolladoras) A tal grado eran estos cambios que las
mismas estructuras sociales de la civilización anterior parecían crujir. Para hacer
frente a los retos del momento de progreso, muchas estructuras sociales se
miraban ya obsoletas, La justicia y la equidad ya no regían las acciones de los
seres humanos. Por eso la miseria convivía al lado de la abundancia.
Eran tiempos en que cobraba mayor fuerza la preocupación por la explosión
demográfica, por las grandes concentraciones urbanas, por la dignificación
igualitaria de la mujer, por voz a los obreros en las empresas, con la de perdida
de los valores tradicionales de la familia. Juan XXIII veía que era necesario poner
al día a la Iglesia sin perder su identidad, por eso convocó al Concilio Vaticano II.
Gaudium et Spes es el documento más importante en la tradición social de la Iglesia.
Señala el deber que tiene el pueblo de Dios de observar los signos de los tiempos a la
luz del Evangelio, para darse cuenta de la perdida de valores, de los cambios que
caracterizan al mundo actual. Las ideas centrales sobre las cuales gira este documento
son: la misión de la iglesia acerca de la persona humana; de la familia y su actividad en
el mundo, procurando atender lo más urgente, familia, economía, política, cultura y
solidaridad internacional.
Revisa y actualiza la anterior enseñanza económica y social: trabajo, participación en la
empresa, destino universal de los bienes, las políticas monetarias, la propiedad privada,
la vida pública, la paz y la guerra. Varios aspectos como es de suponer, son los asuntos
morales aparecidos en estos tiempos modernos. Reconoce que, a pesar de los medios
modernos, se agravan las grandes desigualdades y falla el diálogo genuino y fraternal
entre países y personas.
El mensaje de la Gaudium et Spes , ha dicho el Pontífice, es Cristo mismo. Él es el
Señor de la historia, su centro y su fin. Él es la luz del mundo que ilumina el misterio del
hombre. Su gracia, por la acción del Espíritu Santo, trabaja activamente en el corazón
de todo hombre de buena voluntad. Los cambios tecnológicos y sociales ofrecen por
igual preciosas oportunidades y grandes dificultades para la difusión y vivencia de la
Buena Nueva. Es deber de la Iglesia en el mundo pugnar porque se den las condiciones
necesarias para la promoción de la dignidad humana y del bien común.
POPULORUM
PROGRESSIO26/03/1967 PABLO VI
Antes de Populorum Progressio se habían operado importantes cambios en la
convivencia humana. La ciencia y la tecnología habían favorecido la globalización
de las comunidades, y los viajes espaciales. La economía crecía a pasos
agigantados en la producción industrial y en la aportación de servicios cada vez
más sofisticados y enriquecía maravillosamente a unas naciones, mientras que
simultáneamente dejaba en retraso lacerante al sector agropecuario, en pobreza
a amplias zonas en un mismo país y en subdesarrollo a gran número de
naciones.
Todo mundo veía que era necesario realizar cambios para que las innovaciones
económicas, científicas y políticas tomaran un rumbo humano y justo. Era
necesario conducir el cambio por el hombre y para el hombre, pero era evidente
que estos cambios traerían consigo inseguridad, desconcierto y angustia. En el XI
Congreso de Dirigentes de Empresa, Paulo VI se había definido como defensor
de los humildes, abogado de los pobres, profeta de la justicia, heraldo de la paz,
promotor de la caridad, es por ello que uno de los frutos personales de dicho
Congreso vio hacer la promulgación de la encíclica Populorum Progressio.
La Iglesia sigue con atención el desarrollo de los pueblos, sobre todo el de los más
necesitados. La aspiración de mejorar de muchos hombres se ve impedida por la
situación en la que viven. Los pueblos quieren además de su independencia política, su
independencia económica. Con la descripción de Populorum Progressio. Se patentiza
la urgencia de buscar el desarrollo solidario de la humanidad.
El desarrollo completo del hombre no puede darse sin el desarrollo solidario de la
humanidad. Hay que luchar por una verdadera unión entre las naciones para asistir a
los pueblos más débiles. El deber de solidaridad de las personas es deber también de
las naciones. Los pueblos deben de llegar a ser por sí mismos artífices de su desarrollo:
es la meta que hay que conseguir.
Es necesario también el diálogo entre las naciones: Este diálogo es factor de
fraternidad y ha de centrase en los hombres, no en los intereses egoístas económicos y
políticos. En esta labor debemos de trabajar todos. Hombres y pueblos, deben asumir
su responsabilidad. A manera de conclusión el Papa asevera que el camino de la paz
pasa por el desarrollo, pero éste no está en la abundancia de riqueza egoísta, sino en la
economía puesta al servicio del hombre
OCTOGESIMA
ADVENIENS14/05/1971 PABLO VI
La cuestión social desde muchos años atrás había cobrado una dimensión global.
Las condiciones laborales de la producción, la inequidad de los intercambios
internacionales, el consumismo en grandes sectores de la población y el atraso
agropecuario persistentes ya eran alarmantes. Además se agudizaban otros
problemas conexos con los anteriores, tales como: la explosión demográfica, el
desempleo, la injusticia social, los egoísmos, el feminismo, las discriminaciones
raciales, las emigraciones desordenadas, el impacto incontrolado de los medios
de comunicación entre otros.
En este marco histórico algunos dirigentes cristianos, laicos y religiosos, se
inclinaban impacientes por caminos revolucionarios violentos, y armados. Se
imaginaban que podían echar mano del método de análisis y praxis para ver las
grandes diferencias sociales y penetrar en consecuencia sin admitir los
postulados filosóficos e ideológicos del marxismo y sin caer en las consecuencias
dictatoriales del mismo. También era el tiempo en que en algunos países iban
apareciendo diversas versiones de las llamadas economías mixtas con que se
experimentaban diversos grados de intervención gubernamental en la vida socio-
económica.
En este momento de confusión era urgente que el Magisterio de la Iglesia indicara
por dónde no y por dónde sí habría que buscar los remedios a los males sociales
dentro de una ética que permeara una sociedad, justa, responsable, libre y en
paz. A los cristianos SS. Paulo VI da líneas para señalar escollos y navegar
valientemente en los tiempos borrascosos.
Es un recuerdo de la Rerum Novarum que cumplía ya ochenta años de promulgada,
escribió está para salir al encuentro de los problemas mencionados. Da pues, algunas
orientaciones, sobre el pluralismo en la vida política. Reconoce un llamamiento a nivel
universal en la práctica de una mayor justicia. La diversidad de situaciones de los
cristianos en el actual mundo, y los convoca a un pluralismo ético en la acción. A la luz
del evangelio ilumina el análisis de los nuevos problemas sociales y da directrices para
su solución: la urbanización, la situación de los jóvenes, de la mujer, de los
trabajadores, de las discriminaciones, de los medios de comunicación, y del medio
ambiente.
Da un juicio sobre las ideas sociales que fundamentan las tendencias contemporáneas,
que implican la actividad económica y la dignidad de las personas. Con toda claridad se
refiere a los liberalismo, al marxismo y ciertas corrientes teológicas de la liberación.
Defiende el derecho y el deber a participar en la vida social. Habla de acción política
sana. Contiene pues, la confirmación de la enseñanza social de la Iglesia: una justicia
mayor, y una presencia de los cristianos en la acción política, con una participación
activa en la responsabilidad de las diversas formas del Estado.
LABOREM
EXERCENS14/09/1981 JUAN PABLO II
La encíclica Laborem Exercens tiene una visión histórica y global de la civilización
occidental que se ha preocupado sobre todo de desarrollar el lado objetivo del
trabajo para someter a la naturaleza y liberar al hombre de condiciones de vida de
gran pobreza y miseria. Ha logrado de modo extraordinario acrecentar el control
del hombre sobre la naturaleza. Sin embargo, el lado subjetivo del trabajo ha sido
casi totalmente descuidado.
El hombre ha elegido las formas de su cooperación en el trabajo y, su
organización social en total independencia del justo desarrollo de la persona
humana. El resultado es que hoy nos hallamos más seguros que en el pasado
frente a las amenazas que provienen de la naturaleza (carestía, sequía,
inundación, etc.), pero mil veces más inseguros ante las amenazas que nos
vienen de los demás hombres o que surgen de nuestra propia intimidad personal
(crisis económica, guerras, alienación, neurosis de las grandes concentraciones
urbanas...). De hecho, no nos hemos parado a pensar y proyectar nuestro trabajo
de suerte que nos haga plenamente humanos.
La presente encíclica trata la concepción del hombre y del trabajo. El enfoque general
responde a un análisis de la época moderna, en que se han desarrollado con enorme
profusión experiencias de carácter económico, social, histórico, teológico,
antropológico, etc. Generalmente acerca del trabajo humano, se ha ignorado su
concepto exacto.
La Encíclica va más al fondo, llega al corazón del concepto mismo del trabajo humano.
En lugar de trazar un modelo ideal, Juan Pablo II ayuda a comprender lo que ha
acontecido y sigue aconteciendo en la historia, de qué modo puede el hombre
transformarse con su trabajo, hacerse más hombre. Además Laborem Exercens
muestra cómo los socialismos tratan a los seres humanos como instrumentos de
producción y no como personas-sujetos de trabajo. Por otra parte, en los liberalismos
se les trata como mercancía sujeta al mercado de la oferta y la demanda. Con la
proletarización de los intelectuales y su desempleo, se incrementa el problema social.
Enfatiza los elementos de una espiritualidad del trabajo: los seres humanos comparten
sus actividades con la acción de Dios; el trabajo imita la acción de Dios y otorga
dignidad al trabajador. Nuestro Señor Jesucristo fue un hombre de trabajo. Hay en la
Sagrada Escritura muchas referencias al trabajo; el Concilio Vaticano II dice que: el
trabajo es necesario para el progreso terreno y para el desarrollo del Reino.
SOLLICITUDO REI
SOCIALIS30/12/1987 JUAN PABLO II
A los veinte años de la Populorum progressio de Pablo VI, SS. Juan Pablo II
acaba de hacer pública su Encíclica SoIlicitudo Rei Socialis, acerca del mismo
tema (los problemas del desarrollo a escala internacional), desde la perspectiva
de las últimas dos décadas. Hacia 1967 había un difuso optimismo sobre la
resolución más o menos pronta de los problemas del desarrollo, se veía más bien
negativa. La brecha entre el Norte desarrollado y el Sur subdesarrollado ha
crecido en este lapso, haciéndose crítica —y no sólo en los países más
desvalidos— la situación de la vivienda, de la desocupación y de la deuda
externa. A veces los propios mecanismos del crédito internacional y de la
inversión extranjera se han vuelto contra los países subdesarrollados.
Sollicitudo Rei Socialis a naliza los críticos problemas mundiales del armamentismo y
del terrorismo, el Papa encara el problema demográfico actual, con signo opuesto en el
Sur y en el Norte. Al respecto, el Pontífice denuncia las sistemáticas campañas del
control de la natalidad como un atropello de la libre decisión de los padres de familia.
Por otra parte el Papa destaca como signos positivos la conciencia de la radical
interdependencia recíproca entre los bloques, las naciones y las personas; la
preocupación por la paz, indivisible, y una sana preocupación ecológica por el planeta.
Además la Encíclica recuerda que desarrollo no significa el mito del progreso casi
automático e ilimitado de la humanidad, tampoco es el desarrollo una realidad
simplemente económica, ni puede consistir, menos aún, en la llamada civilización del
consumo, una triste e insatisfactoria experiencia de grupos privilegiados, que no puede
sino sofocar las aspiraciones más profundas del corazón humano. En definitiva, el
desarrollo auténtico ha de medirse por un parámetro interior, de naturaleza cultural y
ético-religiosa, que el documento examina tanto a la luz del Génesis como de los
Evangelios.
En las naciones el desarrollo integral del ser humano ha de tener como meta propia un
delicado respeto por todos los derechos humanos, entre los cuales se destaca el
derecho a nacer, los derechos de la familia como célula básica de la sociedad, la
justicia en las relaciones laborales, la institucionalidad política democrática y la libertad
religiosa. Alerta acerca de diversas estructuras de pecado. Como causas de éstas
subraya explícitamente dos: el ansia exclusiva de lucro, y la sed de poder en todas sus
dimensiones. El remedio de estos males morales no puede estar sino en una
conversión de los corazones, con su consiguiente efecto de solidaridad, también
internacional.
CENTESIMUS
ANNUS01/05/1991 JUAN PABLO II
Cien años después de la encíclica Rerum Novarum y tras la conclusión, con el
ocaso del marxismo, de un ciclo en la historia de Europa y del mundo, Juan Pablo
II es testigo de las amenazas de guerra, de la pobreza creciente, de los
regionalismos y los bloques de naciones. Los políticos y analistas cristianos se
preocupan por el poco cambio moral en un siglo.
Veían el crecimiento de los problemas antiguos, pero también se añadían unos
nuevos provenientes de las cosas nuevas que emergen en el umbral del tercer
milenio. En los últimos años se creía que el mercado libre bastaría por sí solo
para fundar una civilización digna del hombre. Se preguntaban, pues sobre que
modelo seguir, ¿Qué diría la Iglesia?
La Iglesia no tiene un modelo económico que proponer. Pero ofrece, como orientación
ideal e indispensable, la propia doctrina social, la cual (...) reconoce la positividad del
mercado y de la empresa, pero al mismo tiempo indica que éstos han de estar
orientados hacia el bien común.
El hombre mismo es el principal factor de la producción: en él se funda la riqueza de las
naciones más que en los recursos naturales. También se afirma de un modo nuevo que
la contribución auténtica de la Iglesia en el campo social se realiza en el corazón del
hombre . Es así como la Iglesia promuere los comportamientos humanos que favorecen
la cultura de la paz, del desarrollo y de la solidaridad. Se señala que para construir una
sociedad más justa y digna del hombre es necesario un compromiso de servicio en los
órdenes político, económico, social y cultural.
El compromiso decisivo debe provenir del mismo corazón del hombre, de la intimidad
de su conciencia.
Sólo así podrá el hombre cambiarse a sí mismo y contribuir a la mejora de toda la
sociedad. Da una mirada retrospectiva hacia la Rerum Novarum , las cosas nuevas que
hoy nos rodean, y mira al futuro hacia el tercer milenio de la era cristiana.
Esto se nota con un gozo que se va dando en diálogo con la pobreza, la desigualdad
social, y los conflictos.
Un ejemplo de éxito de la voluntad de negociación y del espíritu evangélico contra un
adversario decidido a no dejarse condicionar por principios morales. Esto es, a la vez,
una amonestación para cuantos, en nombre del realismo político, quieren eliminar del
ruedo de la político el derecho y la moral. La causa primordial del hundimiento del
comunismo fue el vacío espiritual provocado por el ateísmo, que finalmente destruyó
toda esperanza en el sistema. El marxismo había prometido desenraizar del corazón
humano la necesidad de Dios; pero los resultados han demostrado que no es posible
lograrlo sin trastocar ese mismo corazón.
ELABORADO POR MICHAEL ANDREW FORERO MATA