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Encuentro 14

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– Seguir potenciando la catequesis fa- miliar con algunos cursos más de niños. El Plan Pastoral Parroquial marca unos objetivos claros y concretos, seña- lando acciones que deben asumir todos con carácter preferencial para el presente curso. El Plan Pastoral Parroquial debe na- cer de la necesidad de trabajar en la Co- munidad con unos objetivos claros, te- niendo en cuenta las necesidades de nues- tra gente y partiendo siempre de la reali- dad.

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NUEVO CURSO:¡NUEVAS ILUSIONES, NUEVOS PROYECTOS,PLENITUD DE VIDA!

ermanos en la fe en Cristo Jesús, Señor nuestro,Señor del mundo y de la historia: Me gustaríaayudaros a sentir la alegría profunda de creer.

Somos unos privilegiados, desde luego no por nues-tros esfuerzos y desvelos, sino por la misericordia de Diosque nos ha imbuido desde pequeños la fe en su Hijo.

¡Qué gratificante es vivir sabiendo que Dios es nues-tro Padre amoroso que nos ayuda a caminar en medio de este mundo, por un lado ma-ravilloso, gracias al don de la inteligencia humana que lo ha desarrollado en beneficiode la vida y, por otro lado, tan corrosivo, por causa del egoísmo de todos, que destruyela misma vida humana que antes había potenciado y dignificado!

¡Qué distinta es nuestra vivencia honda de toda la realidad cuando sabemos, senti-mos y experimentamos que ese Padre bueno es el que, de una manera insospechada parala mente humana, la ha puesto en marcha!

¡Qué ricas son nuestras relaciones con nuestros vecinos, amigos y familiares, cuandolos miramos con los ojos de ese Dios preocupado por los más desfavorecidos, y los mi-ramos como hermanos, hijos del mismo Padre!

¡Con qué seguridad caminamos entonces! ¡Con qué alegría afrontamos los gozos ytristezas de nuestro peregrinar por este complejo mundo del siglo XXI!

La cabeza alta. Nada ni nadie puede agostar nuestra fe en un mundo sostenido porlas manos delicadas de Dios, sólo nosotros mismos podemos segarla, pero sabemos que,el que no dudó en dar la vida por nosotros, está de nuestra parte.

La alegría en el corazón. Nada ni nadie puede truncarnos la grandeza de esta vi-sión potenciadora de las personas, de la naturaleza, de la vida y de la historia.

Somos testigos de esta manera de pensar que planifica ineludiblemente nuestra ma-nera de vivir.

Somos responsables de difundir, con el ejemplo de nuestra vida, a nuestros hijos, pe-queños e indefensos, en el seno de la familia, de la escuela y de la sociedad, estacosmovisión surgida de la muerte y Resurrección de Cristo Jesús, con la cabeza alta yel corazón alegre.

Gonzalo Basco de Miguel, SJ.

Gonzalo Blasco de Miguel

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unque nos pilló casi con las male-tas hechas para irnos de vacacio-nes, ahora queremos retomar una

noticia importante que se produjo en nuestraIglesia al comienzo del verano. El Arzobis-po decidió dividir el arciprestazgo deAlmendralejo, al que pertenecía Villafranca,en dos arciprestazgos diferentes y comple-mentarios. Así, en nuestra zona, las parro-quias de Hornachos, Puebla del Prior, Ribe-ra del Fresno, Puebla de la Reina, Palomas,Fuente del Maestre yVillafranca están in-tegradas en el arci-prestazgo de Villa-franca cuyo titular esJavier Moreno, re-cientemente nombra-do párroco de Fuentedel Maestre.

La zona es nue-va para él, comotambién su nueva pa-rroquia, pero este jo-ven sacerdote, que seordenaba allá por el mes de junio de 1994,llega a nuestra comarca después de trabajarcomo secretario del arciprestazgo de Méri-da donde durante once años ha sido vicarioparroquial en la Concatedral de Santa Ma-ría en Mérida. Una experiencia que le avalapara este nuevo reto que le ha propuestoDon Santiago García Aracil y que ha acep-tado con humildad y con ilusión.

Será el coordinador de la pastoral deesta zona y el puente entre el arzobispado ylas parroquias para lograr el cumplimientodel plan pastoral marcado desde la diócesis,además de acompañar a los sacerdotes y

estar pendiente de sus necesidades. Encuanto al plan diocesano está marcado porlas tres líneas que se han explicado en elplan pastoral local que se centra en «refor-zar la pastoral familiar, la pastoral de losalejados para acercar el Evangelio a quie-nes no lo conocen, así como impulsar allaicado para que sea Evangelio en su am-biente», explicaba Javier Moreno.

El nuevo arcipreste define esta zonacomo «pueblos muy religiosos y parroquias

muy vivas, seguroque va a ser fácil ani-mar la pastoral, ade-más son parroquiaspequeñas donde esfácil el trabajo en co-mún y tener criteriosa la hora de actuar»,explica.

Entre sus recuer-dos de la época vivi-da en Mérida destaca«las ilusiones pasto-rales y sacerdotales

con las que llegué allí porque eso es comoel primer amor, la primera parroquia a laque te destinan y adonde llegas recién, allíhe vivido experiencias muy intensas porquees una parroquia muy viva, con un laicadomuy responsable y se han podido realizarmuchos proyectos, he sido muy feliz», re-cordaba Javier Moreno.

Desde la comunidad parroquial de Vi-llafranca esperamos que su nuevo reto en-tre nosotros le reporte las mismas o mássatisfacciones que en la etapa anterior y nosponemos a su servicio para cumplir con losobjetivos del arzobispado.

Javier Moreno

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INTRODUCCIÓN

Somos una comunidad de fe que laanuncia en la catequesis, que la celebraen los encuentros litúrgicos y que la vivedesde la actitud del servicio en el Amor.Esta realidad nos debe hacer valorar loque somos y tenemos, pero también nostiene que hacer sentir la necesidad demejorar.

El Plan Pastoral Parroquial debe na-cer de la necesidad de trabajar en la Co-munidad con unos objetivos claros, te-niendo en cuenta las necesidades de nues-tra gente y partiendo siempre de la reali-dad.

El Plan Pastoral Parroquial tiene encuenta el Plan Pastoral Diocesano, porquees la base de la planificación pastoral decada Parroquia, que nunca actúa como unente aislado, sino en comunión con laDiócesis.

El Plan Pastoral Parroquial marcaunos objetivos claros y concretos, seña-lando acciones que deben asumir todoscon carácter preferencial para el presentecurso.

Asumido este plan, por parte de to-dos, con buena disposición, se convertiráen punto de encuentro de todos los gru-pos integrados en la Parroquia. Y entretodos formar una comunidad de fe que laanuncia en la catequesis, que la celebraen los encuentros litúrgicos y la vive des-de la actitud del servicio en el amor.

Todos somos parte necesaria y miem-bros de pleno derecho de la comunidad

parroquial, por nuestro bautismo. Y todosdebemos reflexionar y buscar caminospor los que debemos continuar nuestramisión evangelizadora.

Teniendo en cuenta los centros deatención que señala el Plan PastoralDiocesano, sin olvidar otras acciones quevenimos desarrollando en la Parroquia, yanimando la vida cristiana y comunitariade toda la parroquia, queremos este cursoinsistir en:

1.– LA FAMILIA

Evangelizar a las familias, como cen-tro en la vida de las personas

– Ver la posibilidad de formar un gru-po que se haga cargo de todo lo re-ferente a la Pastoral Familiar.

– Seguir potenciando la catequesis fa-miliar con algunos cursos más deniños.

– Organizar, con matrimonios y pa-dres de familias, la preparación alsacramento del Bautismo.

– Seguir el la línea de los cursillosprematrimoniales impartidos pormatrimonios como hasta ahora.

– Dar a conocer y potenciar los Equi-pos de Nuestra Señora.

– Organizar una Semana sobre la Fa-milia.

– Convocar a los matrimonios paraformar grupos parroquiales.

– Celebrar comunitariamente la reno-vación del Sacramento del Matrimo-

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nio (Bodas de Oro, Bodas de Plata,etc...).

– Impulsar la Misa con niños y familia.

2.– FORMACIÓN DEL LAICADO

Buscar una verdadera y sólida madura-ción cristiana. En nuestra realidad consta-tamos una gran falta de formación enmuchos aspectos de la vida cristiana, a lavez que cierta convicción de «estar sufi-cientemente preparados». Sentir la necesi-dad de cambio.

– Aprovechar todos los momentos yencuentros posibles (catequesis fa-miliar, cursillos de preparación a lossacramentos...)

– Unirnos, todos los que podamos, ala formación básica de la Diócesis.(También las Hermandades y Cofra-días).

3.– ALEJADOS

Teniendo en cuenta que son muchos losalejados, incluso entre los bautizados.

– Intentar llegar atodos los que es-tén integrados enHermandades yCofradías y ofer-tarles la Forma-ción básica dio-cesana.

– Procurar mayoratención a la rea-lidad de los inmi-grantes en nues-tro pueblo. Paraello, dar a cono-cer el trabajo querealiza Cáritas y

buscar nuevos voluntarios. Cáritasinformará una vez al mes a la comu-nidad.

– Servirnos de todos los medios decomunicación a nuestro alcancepara evangelizar.

– Aprovechar la celebración de losSacramentos y de su preparaciónpara llegar bien a los alejados.

DOS PUNTOSA TENER EN CUENTA:

1.– Volveremos a retomar el trabajo enpro del Centro Parroquial.

2.– Hay que tener en cuenta que tene-mos este curso un nuevo arcipres-tazgo, porque el antiguo se ha di-vidido en dos. Esperemos así sermás operativos. Así que tendre-mos también en cuenta lo que senos indique desde el arci-prestazgo.

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esús nos dice: «Vosotrossois la luz del mundo».Nos lo dice como un man-

dato y un derecho que tiene todocristiano: dar luz a nuestro alre-dedor. San Pablo añade: «Cami-nad como hijos de la luz».

En muchos momentos denuestra existencia avanzamos entinieblas, nos apartamos de la luzque es el mismo Dios. Tenemosque ser luz a través de nuestroestilo de vida, que debe estarpresidido por la generosidad, laalegría, la disponibilidad y laentrega.

Queridos amigos: vuelvo arecordar la importancia de la ora-ción en el día a día, esa estrechaunión con Dios que supone beberde la fuente inagotable que nostransforma en hombres nuevos.

Animo a todos, pero espe-cialmente a los jóvenes, a que seacerquen a Jesús. Es el mejoramigo que nunca falla, que teespera siempre, que es muchomás importante que el cantantede moda o que las noches delbotellón. Él le hace crecer pordentro, libre de ataduras parairradiar luz en nuestro entorno.

En este curso que iniciamosbusquemos con ilusión ese espa-cio primordial de encuentroamoroso con Jesús para tenerencendidas las lámparas.

ConsolaciónGómez Delgado.

partir de este número de nuestra revis-ta «Encuentro» queremos darnos a co-nocer señalando los nombres de las per-

sonas que componen todos los grupos, asocia-ciones, movimientos, hermandades y cofradíasde nuestra parroquia.

CONSEJO PASTORAL DE LAPARROQUIA STA. MARÍA DEL VALLE.

–José Cordero Rubiales, párroco-presidente–Oscar Prieto Perero, vicario parroquial–Choli Gómez Delgado–Coro Arroyo Clemente–Coro Díaz Tortonda–Francisco Polonio Córdoba, secretario–Hna. Pilar Ferrera, carmelita–Laura Díez García–María del Carmen Ramírez Rangel–María del Pilar Mancha Cadenas–María Dolores Viñuela Rodríguez–María Jesús Blanco Martínez–Javier Ilundain Linaza, jesuita–Luisa, hermana superiora formacionista–Tere Alava Rubio.

JUNTA DIRECTIVA DE LAHERMANDAD DE LA CORONADA

–María Dolores Lemus Rodríguez, Hermana Mayor–Pedro Toro Chavero, Vice-Hermano Mayor–Manuel Gonzálvez Mancera, Tesorero–Dolores Castro Sánchez, Secretaria–Coronada Díaz Tortonda, Vice-Secrataria–José Espinosa Trasmonte, Vocal–María del Carmen Hernández García, Vocal–Paquita Paredes Durán, Camarera Mayor–Isabel Durán Vázquez, Camarera–María de los Angeles Santiago Pinela, Camarera–Montevirgen Álvarez Flores, Camarera–José Cordero Rubiales, Párroco-Consilario.

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e llama Juan José Rodríguez Pon-ce, es jesuita, nació en Villafrancade los Barros en 1945 y este año

ha predicado la novena de la patrona dela localidad, la Virgen Coronada.

Desde hace varios años la Hermandadde la Virgen Coronada le había llamadopara ser el predicador de la novena perosus ocupaciones se lo habían impedido.Este año finalmente pudo lograrlo y estoha sido un motivo de orgullo, también dereencuentro con amigos y vecinos que apesar de los años no le habían olvidado.

De hecho, su devoción por la patronade Villafranca es tanta que recuerda elaño 1963 cuando se fue a Madrid paraingresar en la Compañía de Jesús, su úl-tima visita a la Virgen de la Coronadapara despedirse. "Le pedí que me acom-pañara y guiara en la vocación de jesuita,sabía que no me iba a abandonar, de he-cho he sentido su ayuda siempre", recor-daba durante su estancia en Villafranca.

Juan José Rodríguez Ponce se orde-nó sacerdote jesuita en 1974 y su prime-ra misa la celebró precisamente en Villa-franca, en la Coronada. Fue párroco delPozo del Tío Raimundo durante treintaaños, después estuvo once años trabajan-do como vicario episcopal en Vallecas,en la zona sur de Madrid y después pasóa ser secretario general de la provinciaeclesiástica que engloba las tres diócesisde Madrid. Finalmente fue destinadocomo párroco a la parroquia de San Fran-cisco de Borja, en la calle Serrano deMadrid, donde sigue actualmente y es elsuperior de la comunidad de jesuitas quevive allí, un total de veintiocho. No obs-tante, el Cardenal de Madrid le nombrótambién director espiritual del Seminario

por lo que al menos dos días a la semanaatiende a los seminaristas.

El predicador de la novena de la Co-ronada de este año ve con satisfacciónque "ha crecido la devoción a la VirgenCoronada, sigue vivo ese sentimientoentre los villafranqueses y lo van pasan-do de padres a hijos, porque la presenciade la fe en las familias es el gran tesoroque deben mantener".

En cuanto a Villafranca, la encontra-ba muy cambiada para bien. "Veo que lagente vive bien, el nivel socioeconómicoha dado un subidón enorme y esto es deagradecer, hay menos pobreza y eso debeimplicar para los cristianos una mayorsolidaridad para hacer posible que todospodamos gozar de los bienes de la tierra,y que no permitamos las injusticias", nosdecía.

Juan José Rodríguez Ponce.

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