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Nº 78

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ValmayorEdiciones S.L.

AZAY CONSERVACIONISMO

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ENDAS DE

portada 78:36.qxd 15/12/2011 12:14 Página 3

quellos lectores que sean fie-les a esta revista tal vezrecordarán el artículo que

hace ya más de un año escribí sobre lacaza en Matetsi, Zimbabwe. En él vimos

las interesantes opciones de caza mayorque ofrece esa zona, cercana a las cata-ratas Victoria, así como las posibilidadesde turismo que ofrecen esos saltos cono-cidos como la “Octava Maravilla” del

Caza mayor

José Luis Pérez Piqueras y Roque Armada

Safari de “fin de semana” en Zimbabwe

Caza peligrosa en el Valle del Zambeze (I)

A

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Zimbabwe I:Africa addio copia.qxd 08/02/2012 12:46 Página 2

Mundo. Asimismo, repasamos la histo-ria de la fundación de ese país, quehasta 1965 fue conocido como Rhodesiadel Sur. Hablé de la vida de ese increíbleinglés llamado John Cecil Rhodes, cuyosueño de expandir el imperio británicohacia el norte, le llevó a conquistar, en1890, un territorio diez veces mayor quelas islas británicas, al que puso de nom-bre de Rhodesia. Hablamos también deleterno rival de Rhodes, el último rey delos Matabeles, Lobengula, con cuyosejércitos organizados en regimientos lla-mados “impis” lucharon los hombres deRhodes. Su tropa era conocida como “lacolumna de pioneros” y estaba guiadapor el mejor explorador que existía enese tiempo, Frederick Courtney Selous.Hablamos de cómo los impis matabelesa pesar de contar con la mejor organiza-ción guerrera de la época y utilizar laformación conocida como “Cuernos debúfalo” nada pudieron hacer contra lasametralladoras británicas. Los regi-mientos Matabeles cayeron destruidosen Julio de 1893 en el lugar conocidocomo Bulawayo, que era la capitalMatabele, y que hoy muchos cazadoresconocerán como punto de partida de sussafaris. Supimos de una vieja leyendaMatabele, que habla de los diamantesrobados en las minas de Sudáfrica porsus guerreros que trabajaban allí y queluego escondían y robaban para entre-gárselos a su rey. Con ellos Lobengulacubría su cuerpo el día de su cumplea-ños, como símbolo de poder. Según esta

leyenda, cuando Lobengula, vencido,humillado y derrotado, huía de lascolumnas de Rhodes se sintió morir yorganizó su suicidio. Fue enterrado enuna pequeña cueva junto a su más pre-ciada posesión, las doce vasijas que con-tenían los diamantes conocidos como “Elfuego de Lobengula”. Dentro de esa his-toria contaba como visite la zona deMatetsi concretamente la unidadNúmero 2, para conocerla y cazarla per-sonalmente y así tener información deprimera manos para mis clientes. Perode paso, miraba con el rabillo del ojointentando encontrar una pequeña coli-na o kopje con forma de babuino senta-do. Como hemos visto, la leyenda de losviejos guerreros matabeles dice quedebajo se encuentra la tumba con losrestos de Lobengula y alguna cosa más,como doce vasijas llenas de diamantes…Pero como sobre Matetsi y Lobengula yahablé bastante en ese artículo del núme-ro 57, a él remito a los lectores que pue-dan estar interesados en conocer esa

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África era,a comienzosdel sigloXX, uncontinenteal quedirigían susmiradas tanto losgobiernoseuropeoscomo susciudadanos.

John CecilRhodes, cuyosueño de expandirel imperio británico hacia elnorte, le llevó aconquistar, en1890, un territoriodiez veces mayorque las islas británicas, al quepuso de nombrede Rhodesia.


vieja leyenda, y la primera historia deRhodesia, hoy Zimbabwe. Tambiénpueden acudir allí aquellos cazadoresque quieran conocer las ventajas ybellezas que pueden ofrecer lasCataratas Victoria. En aquella zonapodrán realizar un safari que permitecazar especies importantes como búfa-lo, elefante, león y leopardo y a la vez,por la proximidad de los campamentosde caza que utilizamos, a menos de doshoras en coche, disfrutar de las catara-tas y sus comodidades.

En este artículo de hoy, vamos a veralgo más de historia del actual Zimbabwey saber qué ocurrió en Rhodesia, desdeRhodes hasta hoy. Después les explicarécomo es el área caza de Gache Gache, enque se desarrolló este safari. Veremossus cupos, las especies disponibles, susituación y orografía y el tipo de caza quese realiza, en la que sin duda es una delas mejores áreas de caza peligrosa quequedan en el país. En el siguiente núme-ro de esta revista el Doctor José LuisPérez Piqueras explicará sus sensacionespersonales sobre los diversos lances quetuvieron lugar en este exitoso safari.

Rhodesia del Sur después de Rhodes

Poco pudo disfrutar Rhodes del impe-rio que creó. Murió de insuficiencia car-díaca en 1902, a la edad de 46 años. Lacolonia siguió administrada por laempresa fundada por él: la CompañíaBritánica de África del Sur, que dirigióel país como una empresa comercialhasta 1923 fecha que se incorporó comouna nueva colonia al Imperio Británico.En 1956 se creó, bajo control Británico,

la Confederación de Rhodesia del Sur(hoy Zimbabwe), Rhodesia del norte (hoyZambia) y Nyasalandia (hoy Malawi).Así continuaron las tres colonias hastaprincipios de la década de 1960 en quelos aires independistas llegaron confuerza a toda África.

A la vista de la independencia deRhodesia del Norte, de Zambia y deNyasalandia como Malawi, ambas bajoregímenes negros socialistas, el gobier-no colonial blanco de Rhodesia del Surdecidió dar un paso inédito y decisivoque marcaría los acontecimientos de lospróximas décadas. Dirigidos por uncarismático primer ministro de nombreIan Smith se declaró la independenciaunilateral y sin consentimiento de GranBretaña el 11 de Noviembre de 1965. Elpaís se declaró independiente bajogobierno blanco y sin permitir el accesoa la mayoría negra a votar. Se conociócomo UDI o Unilateral Declaration ofIndependence y fue totalmente rechaza-da tanto por Gran Bretaña comoEstados Unidos y por la ONU.

Inmediatamente el gobierno laboristade Harold Wilson y la ONU establecie-ron sanciones económicas contra elgobierno blanco de Rhodesia del Sur. Elúnico estado que aceptó la UDI fue elportugués que aún conservaba sus colo-nias de Angola y Mozambique.

Antes de la UDI, en los tiempos de laColonia, Rhodesia del Sur era un paísmuy rico. Contaba con una industriaganadera con las mejores carnes delmundo, era uno de los principales pro-ductores de tabaco y maíz y se lo conocíacomo el “Granero de África”. Los servi-cios funcionaban y un amplio comerciocon su metrópoli, Inglaterra, así comocon Portugal y Sudáfrica hacían que

A finalesdel siglo XIX

se iniciaronlas campañasde conquista

de losterritoriosafricanos.

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fuese uno de los países más desarrolla-dos y ricos del África de su tiempo. Perotodo cambiaria rápidamente. El gobier-no pro-comunista negro de Zambia, bajosu líder Keneth Kuanda, apoyado porTanzania, inmediatamente empezó aentrenar y apoyar terroristas, para ata-car los ranchos y la población blanca deRhodesia del Sur.

La infame e incomprendidaguerra del bush

(1965-1980)Miles de terroristas cruzaban las fron-

teras de Zambia y Tanzania con objetode atacar y masacrar las granjas aisla-das propiedad de los blancos, dado queeran incapaces de luchar frontalmentecontra las fuerzas de seguridad deRhodesia. El ejército rhodesiano estabaorganizado en regimientos de nombresmíticos, como los Selous Scouts, laInfantería Ligera de Rhodesia (RLI) y el“Special Air Service” (SAS). Todas estasunidades estaban adiestradas, eran efi-caces en combate en selva y jamás per-dieron ninguno de los enfrentamientosque tuvieron con los terroristas. Por ello,esos grupos atacaban por las noches lasaisladas granjas de los blancos, mata-ban a hombres mujeres y niños en unacampaña perfectamente orquestadapara establecer el terror. También asesi-

naban y descuartizaban a cualquier sir-viente o empleado que hubiese trabajadoo ayudado a los blancos. A pesar de lasincreíbles acciones heroicas de las fuer-zas especiales de Rhodesia, poco podíanhacer con un país con miles de kilóme-tros de frontera hostil con varios paísesenemigos. A partir de 1975 con la inde-pendencia de Mozambique, la situaciónempeoró. La frontera hostil se amplió amás de 3.000 kilómetros, no sólo al norteen los límites con Zambia, sino entoncestambién al este del país en toda la líneacon la antigua colonia portuguesa. Pordesgracia para los tenaces rhodesianosblancos esta estrategia de terror queduro 15 años, dio resultado. Todos losblancos entre 20 y 50 años de edad deja-ron sus trabajos y sus granjas, paraentrar en el ejército de Rhodesia. Elpaís, poco a poco sin trabajadores y hos-tigado por las sanciones económicas demedio mundo, se bloqueó. Muchos de loscazadores profesionales zimbabuensesque todos hemos conocido que pasan delos 50 años, lucharon en las fuerzasespeciales en su juventud. Por sus cono-cimientos de campo, rastreo y caza pro-tagonizaron acciones espectacularesdetrás de terroristas dentro de los terri-torios hostiles de Mozambique yZambia. Luchaban aislados, a pie, enpequeños grupos, mal armados, sinsuministros y en territorios desconoci-

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La empresa fundada por

Rhodes, laCompañía

Británica deÁfrica del Sur,dirigió el país

como unaempresa

comercial hasta1923, fecha que

se incorporócomo una

nueva coloniaal ImperioBritánico.


dos. Pero la familiaridad de operar en laselva de estos jóvenes les llevó a acciones ycombates en el bush que serian dignos de unmanual de la guerra de comandos.

Hacia 1978 el único aliado que le quedabaa Rhodesia en el mundo era África del Sur.Pero los gobiernos izquierdosos, británico deHarold Wilson, y de Jimmy Carter enEstados Unidos, obligaron a Sudáfrica acerrarle sus fronteras. Aislados e incom-prendidos por el mundo, sin suministrosvitales como la gasolina y viendo morir a susmujeres e hijos en horribles atentados terro-ristas, los valientes rhodesianos no tuvieronmás remedio que tirar la toalla.

La independencia y el gobierno de mayoría

negra de 1980Supervisado por Inglaterra en 1979 se fir-

maron unos tratados conocidos como losAcuerdos de Lancaster, que fijarían el futu-ro del nuevo país. Se convocaron eleccionesuniversales multirraciales y el 18 de abril de1980 nació Zimbabwe. El ganador de loscomicios fue el partido ZANU liderado porRobert Mugabe. Casi un siglo después deque Rhodes llegase a África, el gobierno delbonito país que él creó, paso a manos de unlíder que entonces era carismático, pero queel tiempo se ha encargado de demostrarquién es y de colocarlo en su sitio.

Las primeras dos décadas de independen-cia no le fueron mal a los blancos enZimbabwe. Se respetaron las propiedades,las fincas y las industrias de los blancos. Losnuevos zimbabueses blancos y negros consi-guieron que el país progresase, aunquenunca volvió a ser la rica colonia que unavez tuvo el imperio Británico. En esos añosMugabe, de etnia shona, dejó en paz a losblancos y se dedicó en la oscuridad a masa-crar a los enemigos tradicionales de los sho-nas, los valientes matabeles. Durante siglosestos pueblos guerreros habían dominadocomo amos y señores el territorio de lo quehoy es Zimbabwe. Siendo uno de los pueblosmás belicosos de de África trataron a losshonas como inferiores y continuamente lesatacaban robándoles mujeres y ganado. Yesto al final pasó factura. Con el poder polí-tico y el ejército en sus manos, el astutoMugabe se tomó la revancha a través de unsiniestro regimiento formado solo por solda-do de raza shona y que le era fiel a todaprueba: La Quinta Brigada. Ésta llevó acabo uno política de exterminio de aldeasmatabeles masacrando hombres, mujeres y


niños. Pero de este genocidio poco sesupo en Europa y América. Se ocultóhábilmente a la sensiblera opiniónpública internacional, que en esos añosestaban engañados por las ventajas quela democracia había llevado por fin aZimbabwe. Mientras tanto, Mugabe y sugobierno seguían enriqueciéndose hastaconstruir personalmente una de lasmayores fortunas de la tierra. Sinembargo, el país se empobrecía, la infla-ción era galopante, el paro aumentaba yel descontento entre la población negraempezaba a hacerse notar. El astutoMugabe, a principios del siglo XXI yante el descontento general, volvió aactuar hábilmente para evadir la res-

ponsabilidad de su gobierno. Utilizó lavieja herramienta que tan bien ha fun-cionado en muchos países de África: elodio hacia los blancos. Ordenó la expro-piación de sus fincas acusándoles detodos los males que sufría Zimbabwe. Lopoco que quedaba de las magnificasgranjas agrícolas que una vez fueron lajoya de África se las expropió y las entre-gó a los negros. Las extensiones que undía tuvieron la mejor calidad de tabaco,ganado y maíz de África fueron ocupa-das por cientos de familias negras queno las supieron gestionar. Toda la poten-cia agrícola y ganadera se perdió. Losranchos privados para caza de antílopesque un día fueron un paraíso para el

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En GacheGache encontré

un diamantecinegético, así

como lasmaravillasde la flora

africana.


safari de “plain game” fueron furtiveados yarrasados hasta no dejar nada. Miles desables, elands y kudus fueron convertidos ensimple carne seca, conocida como nyama.

Muchas familias de granjeros emigrarona destinos como Australia, Sudáfrica oCanadá. Los cazadores profesionales se que-daron, pues afortunadamente las “Áreas deSafari” de propiedad pública, se respetaron yno se tocaron. Asimismo, otras de propiedadnegra, conocidas como “Communal land”empezaron un programa conocido comoCAMPFIRE que luego explicaré, que hanconseguido no solo conservar sino aumentarla caza. A partir de 2006 la economía se pasóa contabilizar en dólares y las cosas empeza-ron a mejorar. Las fincas privadas habíansido arrasadas y su caza destruida, pero lasáreas de caza pública se recuperaron. Elgobierno veía con buenos ojos los sustancio-sos ingresos que recibían de los alquileresde las Áreas de Safari. Las tribus localesempezaron a recibir fuertes ingresos bajo elprograma de CAMPFIRE. Una vez más, eldinero que producía la caza, los ingresos portasas de abate y de alquiler de áreas de safa-ri ha sido la única salvación para las pobla-ciones de animales de ese peculiar continen-te que es África.

Espero que algún día los ecologistas quetanto se meten con los cazadores empiecen adarse cuenta de esto…

El área de caza de Gache Gache

Para tener conocimiento de primera manode la situación cinegética en el país el mespasado he vuelto a Zimbabwe para acompa-ñar al Doctor José Luis Pérez Piqueras a unsafari para cobrar elefante, búfalo e hipopó-tamo. De paso quería conocer personalmenteuna nueva zona bajo el funcionamiento deCAMPFIRE situada algo más al Este, en laorilla sur de la presa de Kariba. He de decirque aunque en esta ocasión no he encontradotampoco los diamantes de Lobengula, si heencontrado un diamante cinegético, que es lazona de Gache Gache donde se ha desarrolla-do la cacería que voy a relatar.

La concesión pertenece a lo que se denomi-na programa CAMPFIRE en Zimbabwe. Elprograma CAMPFIRE significa CommunalArea Management Program for IndigenasResources que más o menos quiere decir;Programa de Control de los recursos indíge-nas en áreas comunales. Este sistema degestión de una zona de caza hace que el 100% de los ingresos de las tasas de abate de los


trofeos, el 10 % de las tarifas diarias y elpago anual de las tarifas por concesión,reviertan sobre las poblaciones localesdueñas del área. Está supervisado por elDepartamento de Parques y por elWWF. Que es quien fija las cuotas queluego veremos. Esto, junto con la totali-dad de la carne de caza, que en esta zonason más de 20 toneladas al año, haceque los residentes locales cuiden y res-peten la zona haciendo que las poblacio-nes de animales prosperen de maneraasombrosa, como vamos a ver.

La concesión limita con la orilla surdel lago Kariba y tiene unas 75.000 hec-táreas, divididas en dos zonas muy dife-rentes, la llamada Flat land o “tierrasllanas” tiene unas 20.000 hectáreas yson las planicies que lindan con las már-genes del agua de la presa. Es dondeprincipalmente se desarrolla la caza porsu mayor accesibilidad. Las otras 50.000hectáreas son un terreno muy quebrado,montañoso y de difícil acceso, con muypocos carriles que se caza muy ocasio-nalmente y sirve principalmente demadre. La concesión tiene su límiteoeste con el Parque Nacional deMatusadona, donde no se caza e induda-blemente es una magnífica madre. A la

derecha, al Este, linda con el Safari Áreade Charara, una de las áreas tradiciona-les de Zimbabwe para caza mayor. Por elNorte bordea a lo largo de 20 kilómetroslas aguas represadas del lago Kariba,que por su reserva perenne e ilimitadahace que esta concesión tenga la excep-cional densidad de animales que tiene.Lo más llamativo son las grandes canti-dades de especies que se concentran enla orilla del lago, cuando éste va quedan-do al descubierto según baja el nivel enla presa para riego. La nueva hierba quesale en la tierra que ha estado inunda-da, junto con la propia agua en sí, son unincreíble atractivo para la fauna. Esposible pasearse por los carriles contem-plando decenas de hipopótamos a últimahora de la tarde cuando salen a pastar.Pero a la vez encontraremos rebaños dedocenas de búfalos que salen a la mismahora a comer esos apetitosos pastos, sepueden contemplar diariamente más de100 ejemplares y además, dadas las con-servadoras cuotas de la concesión,aguantan tranquilamente a los cocheshasta apenas una docena de metros, locual es sorprendente en estos tiempos dealta presión cinegética en África. Loselefantes se sienten atraídos por el agua

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El campamento

principal esbonito y

agradable. Estásituado en la

orilla del LagoKariba con

vistas al agua.


hasta el punto que se puede ver a la vezgrupos sin bajarse del coche.

Dos palabras sobre los resultados que tuvimos No voy a explicar los lances pues esa

parte se la dejo al Doctor José LuisPérez Piqueras que fue el cazador, yaque solo fui como organizador, intérpre-te y acompañante, pero quiero decir queel safari empezó un viernes por la tardey el domingo por la noche llevábamoscobrados un magnífico elefante de 53libras, un preciosos búfalo de 12 añoscon un boss espléndido y un hipopótamoselectivo, que fue un regalo del organiza-dor al doctor, !sin coste alguno! Solo nosquedaba cobrar el hipopótamo trofeopero en un fin de semana casi habíamoscobrado los objetivos totales del safari.De ahí la broma de llamar a este safaricomo un “safari de fin de semana”.

Personalmente solo conseguí un gran-dísimo trofeo, aunque de cuerpo diminu-to para el que llevaba tres intentos enZimbabwe sin éxito, el Sharpe´sgrysbock (Raphicerus sharpei). Estediminuto antílope, dificilísimo de cobrar,pasó a mi colección de los “diez enanos”,

pues como recordarán los lectores, sihan tenido la amabilidad de leer algunode mis artículos, soy un enamorado desu caza. El Dr. Pérez Piqueras tambiéncobró uno, teniendo la amabilidad dedejarme tirar el primero por la pasiónque siento por los antílopes enanos. Undetalle de caballerosidad y amabilidadpor el que le quedé muy agradecido.

El acceso a la zona de caza y algo sobre Harare

Hay que volar a Harare, antiguaSalisbury, desde Johannesburgo. Se salea las 00:10h. de Barajas, desde la termi-nal 4 y se aterriza a las 10:15h. enJohannesburgo. Una cómoda conexiónde dos horas y llegamos. Desde ahí haydos opciones, o trasladarse en avionetachárter al campamento en una hora o iren coche. El primer sistema es máscómodo pues se aterriza a cinco minutosen el campamento. Para el segundo sis-tema exige un viaje en coche de unas 6horas que permite ver el país y cómoevoluciona de las tierras de labor alvalle del Zambeze. Esta opción ofrece laposibilidad de después de dos horasdesde la capital pasar la noche en

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Cheroi donde está la granja de los pro-pietarios de la concesión. Al díasiguiente en 4 horas le podrán en elcampamento base. Es más largo yobviamente más barato. Si usted tienealgún tiempo libre en Harare no dejede visitar la Armería Freedays en elbarrio de Barrowdale. Fue fundada en1910 y es la más antigua del país.Encontrará buenos equipos y ropa decaza. Además tendrá la gama comple-ta de las cómodas botas Courtneyhechas de acuerdo al diseño que usabael explorador Frederic CourtneySelous. Las tiene altas y bajas, en pielde impala, búfalo o elefante y a un ter-cio del precio al que las puede encon-trar en Europa.

Si tiene que pasar una noche enHarare vaya al Hotel Brontë conocidocomo el “Hotel Jardín”, en el número132 de Baines Avenue. Las habitacio-nes están situadas entre preciosos jar-dines y fuentes. Los edificios son deantiguo estilo colonial muy africano yademás es muy razonable de precio. Nolo dude alójese en Brontë y no vaya aalgunos de los hoteles de negocios,pues le parecería estar más en Londreso Nueva York que en África.

Un curiosos cuadro que había en el campamento y que avisa de las velocidades y

tiempo para detener una carga de los animalespeligrosos. La media son apenas de 2 segundos

para una desde 30 metros. Por tanto, piénselo bien a la hora de colocar el primer

tiro en el sitio correcto.

Hay dos bungalows para

cazadores, condos camas cada uno.


Las conservadoras cuotas de animales

en Gache GacheEl área en que se desarrolló la cacería

tiene cada año 14 búfalos machos, doshembras, cinco elefantes machos y dosno trofeos que pueden ser hembras omachos sin colmillos no exportables,cuatro leopardos y dependiendo de losaños un león y una leona. Esto, junto 10hipopótamos y ocho cocodrilos, hacenque sea una de las áreas de caza combi-nada más completas del país.

El cupo de antílopes es pequeño por-que siempre ha sido así. Todo el valle delZambeze es una zona de caza mayor. Elque busque antílopes no debe elegir estedestino, pues los cupos son ridículos silos comparamos con los de animalesgrandes: cinco waterbucks, tres facoche-ros, 30 impalas, dos bushbucks y doselands son los escasos que se puedencobrar. El peso medio de marfil está enel promedio típico de Zimbabwe queanda entre las 35 a 40 libras por colmi-llo. Algún ejemplar llega a 45 y 50 lb.,como el bonito macho que cobramos. Elmayor peso conseguido en los tres últi-mos años fue de 60 libras, pero seamosrealistas, esto es la excepción y no lanorma. Los búfalos son los típicos deZimbabwe con bonitos bosses y unaenvergadura de 36 a 38 pulgadas, algu-

nos ejemplares pasan de esta medida,como el de 39 pulgadas que cobramos,pero es difícil superarlo.

El método de caza Gache Gache es bastante cómodo. La

gran concentración de fauna en las ori-llas del lago hace que la búsqueda deanimales al atardecer en sus márgenessea muy productiva y cómoda. Los búfa-los se cazan a la huella y también alencuentro cuando salen a las orillas dellago buscando agua y los frescos pastosque allí nacen. Hay bastante, viéndosetodos los días varias rebaños pudiéndosecontar entre 50 y 100 ejemplares dia-rios. Son los típicos del Zambeze con bos-ses grandes y bonitos y con envergadu-ras entre 36 y 39 pulgadas. Alguno llegaa 40 pulgadas e incluso pasan de ahí,pero es difícil.

La caza del elefante se practica a lahuella en las zonas bajas. En las colinases duro seguirla por lo quebrado delterreno. También es posible verlos en lasorillas del lago cuando bajan buscandoagua o ramas de los árboles que estánmucho más verdes que en las colinasmás secas y heridas. Se están cobrandoelefante entre las 35 y 40 libras, pero aveces se llega a alguno de 50 como el deeste caso, e incluso 60 pero esta es laexcepción y no la norma.

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Hipopótamos se cazan en las orillasdel lago por la tarde a última horacuando salen a comer. Son unos rece-chos divertidísimos y emocionantes,pues estar rodeados de 20 ó 30 hipopó-tamos buscando el macho de la mana-da es una experiencia inolvidable.También se cazan con barca si el nivelde la presa está muy alto y no salen alas orillas, pero esta modalidad meparece un tiro al blanco.

Hay bastante leopardo. Al ser unCAMPFIRE y no un Safari Area sepuede cazar de noche alumbrando al leo-pardo con luz artificial. Utilizan el reós-tato a distancia y son expertos en eltema. Esto hace que las posibilidades detirar sean muy superiores a las de unSafari Area, en la que por Ley no sepuede alumbrar.

Tiene una licencia o dos de león alaño, pero como el dueño del área es muyhonrado y a veces no tiene un trofeogrande no vende safari de león. Si ustedestá cazando y se ven rastros de unmacho se hace un upgrade sobre la tari-fa diaria y se le suma la tasa de abate.Pero sólo pagará si cobra o hiere el leóny que se negocia sobre la marcha cuandorealmente hay animales en la zona y

entonces se preparan los cebos. Es muyhonrado y el precio del abate y del safa-ri de león si lo consigue cobrar, es casiridículo si lo compara con los que tienenhoy en África.

El alojamiento y el magnífico organizadorEl campamento principal es bonito y

agradable. Está situado en la orilla dellago Kariba con vistas al agua. Constade un bungalow central con techo depaja con una zona para comer, unossofás y un pequeño bar. Afuera la típicalapa para el fuego de campamento.

Hay dos bungalows para cazadores,de dos camas cada uno. Los laterales sonabiertos desde un metro de altura perocuentan con una reja para evitar laentrada de monos que nos pueden robaralguna cosilla. Una sugerencia fuecerrar estos huecos con tela mosquiterapero dado el calor en las horas centralesdel día el dueño prefiere no hacerlo. Porello se duerme siempre con mosquiteroindividual para cada cama pues en elvalle del Zambeze hay riesgo de malaria.Los peores meses son de enero a marzocuando por las lluvias hay mucha hume-

RoqueArmada,

organizadordel safari, con

Rod, padre delprofesional, enel rancho de la

familia en elque durmieron

la primeranoche, a medio

camino entreZambeze y

Harare.


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Desde elcampamento

podíamosdivisar a los

elefantesque se acercaban

al aguaa beber.

dad y mucha hierba. En los meses de cazaespecialmente en junio, julio y agosto queson fríos el riesgo es muy bajo. En sep-tiembre y octubre, que son los mejores,hay algo más de riesgo. Por tanto hay quetomar una profilaxis de antipalúdicossegún le recete su médico.

El campamento no tiene grupo gene-rador y en cada bungalow hay una bate-ría que alimenta unas lámparas y unospequeños ventiladores. Sería de agrade-cer un grupo que aumentara un poco laluz, cosa que le hemos sugerido al orga-nizador y esperamos que resuelva. Engeneral podríamos clasificarlo por deba-jo de los campamentos de superlujo deSudáfrica pero alto en los estándares delos safari area de Zimbabwe. Además derústico, está bien decorado y bien aten-dido por la simpatiquísima esposa deldueño de nombre Hilary. Pero lo increí-ble es que los animales se acercan alcampamento a beber. Desde el bungalowuna tarde vimos un grupo de búfalosmachos que se acercó a 50 metros delcampamento. Se podía haber cobrado unbuen toro desde la ventana del dormito-rio, pero eso lo tiene prohibido el organi-zador y no hubo más remedio que rece-charlos al alejarse. Los hipopótamossalen del agua por la noche y se les escu-cha apenas a 20 metros de los bunga-

lows, una noche un elefante se metió enla zona de la cocina con el consabidosusto del personal. Continuamente veía-mos waterbucks y bushbucks desde lazona de estar. En definitiva una expe-riencia de auténtica caza salvaje africa-na como quedan pocas.

A modo de despedida de la primera parte

Llega el momento de poner fin a estasnotas histórico –cinegéticas, amable lec-tor. Espero no haber sido demasiadopesado sobre la historia, que tanto meha atraído desde niño, de ese bonito paísque es Zimbabwe. En el próximo núme-ro de esta revista el Doctor José LuisPérez Piqueras nos contará sus sensa-ciones personales sobre la caza y los lan-ces que protagonizó.

Un abrazo y buena caza.

Agradecemos al Doctor D. José LuisPérez Piqueras y a D. Roque Armada,Director de Armada Expediciones enLuchana 27, Madrid, con Teléfono 91-298 19 03 y 616 98 75 83 y correo electró-nico [email protected], yWeb www.armadaexpedicioens.com ,lacolaboración para este articulo y el mate-rial gráfico aportado para el mismo.


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