Eneagrama de la Liberacion

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Compendio extraído de la web sobre eneagrama de la liberación, eneagrama sufi pero un paso más profundo en el tema. Muy interesante para profesionales introducidos en la rama sistémica.

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EL ENEAGRAMA DE LA LIBERACIN:Despus de aos de reflexin sobre el proceso de transformacin, los Richard y yo comenzamos a ver que, siempre que observbamos una reaccin defensiva o un comportamiento limitador y nos liberbamos de l, seguamos espontneamente una determinada secuencia. Vimos que ese aspecto de la liberacin no se produca simplemente por tener la intencin de liberarnos de un hbito problemtico; no era cuestin de fuerza de voluntad. Sin embargo, muchas veces ocurra que ciertos hbitos o reacciones desaparecan espontneamente, o al menos eso nos pareca, y quisimos descubrir cules eran los ingredientes que facilitaban ese proceso. Dado que, gracias a Gurdjieff, sabamos que el eneagrama tambin se puede usar como modelo de procesos, ordenamos nuestras observaciones alrededor del smbolo del eneagrama y creamos lo que llamamos El eneagrama de la liberacin.Esta es una prctica que se puede hacer en cualquier momento. Se siguen nueve pasos que corresponden a los nueve puntos situados alrededor de la circunferencia del eneagrama, aunque estos pasos no estn relacionados con los tipos de personalidad. Los diagramas al margen ilustran el proceso de los nueve pasos. El proceso siempre comienza en el punto Nueve, al que le hemos asignado la cualidad de la presencia. Si no tenemos un grado de presencia no podremos dar ni siquiera el primer paso. La presencia nos permite ver que estamos en un estado de identificacin. Observa que hemos de completar cada punto para poder pasar al siguiente, y que el proceso es acumulativo: al pasar a cada nueva fase llevamos con nosotros las cualidades de los pasos anteriores. Con la prctica, se acelera el proceso de liberarnos tras pasar los primeros puntos. As pues, estar presentes lo suficiente para atestiguar que nos identificamos con un estadonegativo o no deseado nos permite pasar al punto Uno.

En el punto Uno, con la ayuda de la presencia, logramos verlo; vemos que estamos identificados con algo, una opinin, una reaccin, la necesidad de tener razn, una ensoacin agradable, un sentimiento doloroso, una postura, casi cualquier cosa. Reconocemos que estamos atascados en algn mecanismo de la personalidad y que hemos estado en un trance. Ese es el fenmeno al que antes hemos llamado sorprendernos en el acto. Siempre se ex-perimenta como un despertar, como un volver a los sentidos. En el punto Dos nombramos conscientemente el estado que acabamos de reconocer; lo decimos: Estoy enfadada, Estoy irritable, Tengo hambre, Estoy aburrido, Estoy harta de esto y aquello, Esto no me gusta. Simple y francamente nombramos el estado en que estamos, sin analizarlo ni juzgarlo.

En el punto Tres, el proceso pasa de la mente al cuerpo: lo sentimos. Todos los estados emocionales o mentales intensos producen algn tipo de reaccin fsica en el cuerpo, algn tipo de tensin. Una persona podra notar, por ejemplo, que siempre que se enfada con su cnyuge aprieta las mandbulas y tensa los hombros.

Otra podra notar que cuando est enfadada experimenta una sensacin de ardor en el estmago. Y otra podra descubrir que entorna los prpados cada vez que habla consigo misma. El miedo podra hacernos sentir electrizados o hacernos encoger los dedos de los pies o retener el aliento. En el punto Tres sentimos, percibimos esa tensin; no pensamos en ella ni la visualizamos, simplemente la sentimos, tal como es en el momento.En el punto Cuatro permanecemos con la sensacin de tensin o energa que hemos localizado en el cuerpo. En este punto la tentacin es decir sencillamente: Bueno, estoy enfadado y tengo la mandbula apretada. Vale, lo entiendo!. Pero si no permanecemos conesa tensin, no nos liberaremos de ese estado. Adems, si logramos estar con ella, podran aflorar sentimientos de dolor o ansiedad emocional. Si ocurre eso, necesitamos compasin por nosotros mismos para ser capaces de estar presentes ante esos sentimientos. Lleva tiempo interesarnos por la simplicidad de experimentarnos de este modo. Nos gustara que el proceso de crecimiento fuera ms interesante y espectacular, y no nos apetece pasar un tiempo con el dolor de nuestras tensiones. Sin embargo, si no lo hacemos cualquier experiencia extraordinaria que tengamos tendr poco efecto real en nuestra forma de vivir la vida.

En el punto Cinco, si hemos pasado por los cuatro primeros pasos, notaremos que algo se abre en nosotros y que las tensiones se desvanecen: nos relajamos; nos sentimos ms livianos y despiertos. No nos obligamos a relajarnos, sino que al permanecer con las tensiones y sensaciones del punto Cuatro, permitimos que se manifieste en nosotros el proceso de relajacin.Relajarse no es insensibilizarse o desmadejarse. Sabemos que estamos relajados cuando experimentamos nuestro cuerpo y nuestros sentimientos con ms nitidez y profundidad. Al relajarnos podramos dejar al descubierto capas ms profundas y entonces surgira la ansiedad; esta ansiedad volvera a producir tensin, pero mientras logremos permitir la relajacin y la sensacin de ansiedad, continuarn desvanecindose los estados que nos han tenido atenazados.As como las tensiones fsicas se disuelven cuando las percibimos, permanecemos con ellas y nos relajamos, lo mismo ocurrir con los hbitos emocionales que las generaron, sean cuales fueren. El acto de sacar a la luz de la conciencia las tensiones y pautas emocionales las disuelve. En el punto Seis nos acordamos de respirar: respiramos. Esto no significa hacer fuertes inspiraciones y espiraciones como si estuviramos practicando el mtodo Lamaze. En realidad slo significa ser ms conscientes de la respiracin; dejamos que la relajacin del punto Cinco llegue a la respiracin. Esto es importante porque cuanto ms metidos estamos en los asuntos de la personalidad ms constreida y superficial es nuestra respiracin. Podramos notar, por ejemplo, que cuando estamos en una situacin ligeramente estresante (mientras conducimos un coche o terminamos un trabajo urgente) nuestra respiracin se hace ms superficial. Respirar nos estabiliza y nos ayuda a liberar la energa emocional. Cuando respiramos ms profundo y ms relajados contina cambiando la forma de nuestras tensiones. No intentamos escapar de la o las emociones que surjan sino que continuamos respirando con ellas. Al hacer esto tal vez tengamos la sensacin de que nos ensanchamos, nos expandimos. Nos sentimos ms reales, ms centrados. En el punto Siete reconectamos con una percepcin ms completa de nosotros mismos y del mundo que nos rodea. Comenzamos a dejar entrar en la percepcin consciente otras impresiones sensoriales: podramos comenzar a percibir la luz del sol en la pared o la temperatura y la calidad del aire. Podramos percibir la textura y el color de la ropa que llevamos puesta. Reconectar significa abrirnos a la parte de nuestra experiencia a la que antes no tenamos acceso. Descubrimos que cuando realmente conectamos con nuestra experiencia, no est ligada a nuestras asociaciones habituales. Se desvanecen nuestros objetivos, planes y guiones. De pronto vemos u omos, y percibimos con mayor claridad, interior y exteriormente.

Si tenamos un problema con otra persona, no reaccionaremos ante ella de la forma como solamos hacerlo. Cuando estamos hipnotizados por la personalidad, creemos saber cmo es esa persona siempre y lo que va a hacer, pero cuando reconectamos con ella nos damos cuenta de lo mucho que no sabemos de ella. Valoramos y respetamos el misterio de su ser, porque estamos ms conectados con nuestro Ser. Una vez que nos permitimos no saber lo que va a hacer o a decir esa persona, o lo que est pensando, se hace posible una relacin conella mucho ms real e inmediata. En el punto Ocho, reenmarcarnos la situacin que creamos que causaba nuestros problemas; vemos toda la situacin con una luz ms objetiva, y desde ese equilibrio y claridad descubrimos la manera de enfrentarla con ms eficacia. Por ejemplo, si uno est enfadado con alguien, podra ver el sufrimiento y el miedo de esa persona y ser capaz de hablarle con ms compasin y aceptacin. Si nos sentimos abrumados por un problema, reconectar con algo ms real de nosotros nos da la capacidad de ver que en realidad estamos a la altura de la tarea; o tal vez de ver que el problema es mayor de lo que somos capaces de resolver y necesitamos ayuda. En todo caso, reenmarcar coloca el problema y a nosotros mismos en una perspectiva mucho ms amplia. Por ltimo, volvemos al punto Nueve, en donde nos abrimos a ms presencia y, con ella, a ms percepcin. Con esa mayor capacidad es mucho ms fcil volver a hacer los nueve pasos si es necesario. Cuando comenzamos a usar El eneagrama de la liberacin podramos advertir que nos quedamos atascados una y otra vez en un mismo lugar (o punto) del proceso. Por ejemplo, vemos algo, lo decimos y no continuamos adelante; incluso podramos notar que estamos tensos, pero nos despistamos antes de poder permanecer con la tensin el tiempo suficiente para que se disuelva. Es muy til entonces fijarnos en qu punto abandonamos el proceso, porque tal vez convenga poner ms atencin a ese punto. A medida que practiquemos este mtodo, nos ser ms fcil y rpido seguir los puntos del crculo. Adems, cuanto ms avanzados estemos en la secuencia ms difcil resultar separar los pasos; es posible tener ms dificultad en la primera parte del proceso, pero una vez que empezamos a avanzar hacia la presencia, esta apoya cada vez ms la actividad. La prctica del eneagrama de la liberacin profundiza y expande la experiencia fundamental de nosotros mismos. Estamos ms relajados, vivos y conectados con nuestro ser y con nuestro entorno, y ms receptivos a la gracia. Podra sorprendernos la diferencia entre cmo nos experimentamos despus del proceso comparado con cmo nos experimentbamos antes de pasarlo. Hemos usado la escoria de la personalidad y, colaborando con algo que nos trasciende, la hemos convertido en oro.